guardianes de la memoria

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  • NDICE

    Presentacin ............................................................................................................................................................................................................7Introduccin. Notas para un diccionarioBiogrfico de Guardianes de la Memoria Social Boliviana ..........................................................................9 I. Los diccionarios biogrficos de alcance nacional ...........................................................................9 II. Los diccionarios biogrficos de alcance regional.........................................................................12 III. Bruno Groppo y el enfoque sociobiogrfico de la Historia ............................................15 IV. Los archiveros del incario .........................................................................................................................................17 V. Los archiveros de la colonia ...................................................................................................................................17 VI. Los archiveros militares en la Guerra de la Independencia ...........................................18 VII. La Repblica: el rol de los presidentes .....................................................................................................19 VIII. El aporte de los intelectuales.................................................................................................................................20 IX. Las archivistas mujeres ................................................................................................................................................21 X. Los archivistas profesionales ................................................................................................................................21 XI. Los becarios ................................................................................................................................................................................22 XII. Los archiveros religiosos y empricos ........................................................................................................23 XIII. Los extranjeros ........................................................................................................................................................................24 XIV. Acciones de los archivistas ......................................................................................................................................25 XV. Los destructores de la memoria ........................................................................................................................25Diccionario de Archivistas de Bolivia ..................................................................................................................................27Fuentes consultadas ...............................................................................................................................................................................635Bibliografa ........................................................................................................................................................................................................635Publicaciones oficiales .........................................................................................................................................................................653Peridicos ............................................................................................................................................................................................................654Boletines y Revistas ................................................................................................................................................................................657Otras fuentes primarias .....................................................................................................................................................................657Fuentes consultadas en internet .............................................................................................................................................658ndice onomstico .....................................................................................................................................................................................661

  • 7PRESENTACIN

    Un Diccionario es una obra que requiere la participacin de una especie de ejrcito de investigadores y demanda aos de recoleccin de datos, que tienen que ser compulsados y contrastados.

    El Diccionario de Archivistas de Bolivia, elaborado por largos aos por el director de la Biblioteca y Archivo Histrico de la Asamblea Legislativa Plurinacional, Luis Oporto Ordez, no habra culminado sin el concurso decidido de los archivistas de Bolivia y de otros pases, que generosamente enviaron sus referencias y tambin compartieron sus experiencias y trayectorias personales en beneficio de los archivos bolivianos.

    Nuestro reconocimiento y agradecimiento profundo a todos ellos, as como a la valiosa colaboracin directa y militante de quienes en realidad son los coautores de este trabajo, por una parte, Carola Campos Lora y Edgar Huracn Ramrez Santiesteban, del Sistema de Archivo de la Corporacin Minera de Bolivia, y por otra de Gonzalo Molina Echeverra, infatigable investigador de la Archivstica boliviana.

    Esta publicacin especializada, nica en su gnero a nivel internacional, es un primer esfuerzo, de mucha dedicacin por reunir informacin tanto de los archivistas del pasado, los ya fallecidos, como los que conforman la base social de la Archivstica boliviana actual. Es una obra que implicaba recopilar de forma sustentada y documentada el trabajo de los archivistas vivos, algunos de los cuales lamentablemente se resistieron a enviar sus datos -posicin que respetamos pero no compartimos en absoluto- y como cualquier producto pionero, permite labrar el terreno y abrir los surcos para sembrar la semilla que posteriormente fructificar en base al esfuerzo de otros investigadores que se encarguen de llenar los vacos, enmendar errores y aportar con nuevas referencias biogrficas a este trabajo.

    Esta obra es un homenaje a los cien aos de servicio pblico de la Biblioteca y Archivo Histrico de la Asamblea Legislativa Plurinacional, resultado de la fusin de la antigua Biblioteca del Congreso (creada en 1911), con el Archivo Legislativo (conformado en 1988), cuyo acervo documental y bibliogrfico responde con propiedad e idoneidad a las necesidades de informacin de la Asamblea Legislativa Plurinacional y Vicepresidencia del Estado.

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    Reiteramos el reconocimiento a los archivistas nativos y extranjeros que nos legaron gran parte de la memoria institucional e histrica de este valeroso pueblo boliviano, desde la poca preshispnica hasta el actual Estado Plurinacional, y que se plasma en esta obra que ahora ponemos a consideracin de la ciudadana en general.

    VICEPRESIDENCIA DEL ESTADO PLURINACIONAL

  • 9INTRODUCCIN

    Notas para un Diccionario Biogrfico de Guardianes de la

    Memoria Social Boliviana

    El Diccionario Biogrfico de guardianes de la memoria social Boliviana contiene 812 entradas, de las cuales 68% corresponden a varones de todas las pocas (desde el Incario), 22% a mujeres, que aparecen con identidad propia a partir de la segunda mitad del siglo XX; 5 % a las acciones colectivas de los archivistas (reuniones, asociaciones, declaracin de principios), y 5 % a instituciones y centros de archivo.

    Esta es una primera aproximacin especializada, por lo que asumimos como propias las palabras de Jos Roberto Arze quien en sus Apuntes preliminares para una bibliografa biogrfica boliviana (1978), seala que sus trabajos biogrficos, revelan que existe todava un vasto campo por explotar. Desde aquel ao no es poco lo que se ha escrito en el campo biogrfico, aunque sigue siendo insuficiente ese esfuerzo para construir una Enciclopedia Biogrfica Boliviana.

    I. Los diccionarios biogrficos de alcance nacional

    Un puado de intelectuales ha volcado sus esfuerzos en construir diccionarios de personalidades y personajes de la historia boliviana, entendida esta desde la poca prehispnica. Ese esfuerzo colectivo ha indagado en diversas reas del conocimiento, con objetivos generales ms o menos afines, pero con distintos alcances y enfoques metodolgicos, en la seleccin y estudio de los personajes biografiados.

    Uno de los repertorios ms tempranos corresponde a Jos Domingo Corts, intelectual chileno que fue Director General de las Bibliotecas Pblicas de Bolivia, durante el gobierno de Mariano Malgarejo, quien escribi en 1875 el Diccionario Biogrfico Americano. Obras Publicadas, impreso en Pars, en la Tipografa Lahure. El volumen contiene los nombres, con los datos biogrficos y enumeracin de las obras de todas las personas que se han ilustrado en las letras, las armas, las ciencias,

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    las artes, en el continente americano. Sin embargo, en el plano nacional, uno de los primeros ensayos corresponde a Moiss Ascarrunz Pelez, quien public una seleccin de Hombres clebres de Bolivia (1920), con el auspicio de la Oficina Nacional de Estadstica y Estudios Geogrficos, reuniendo las noticias ms sumarias posibles, pero a la vez las ms imparciales y exactas de los [110] hombres que han actuado en Bolivia. Ricardo Alarcn, en Apuntes para un Diccionario Biogrfico Boliviano, 1825-1915, publicado en Bolivia en el primer centenario de la Independencia (1925), buscaba reunir la mayor cantidad de referencias desapasionadas, suscintas y simplemente informativas, de todo cuanto representa el cerebro y la accin de Bolivia. Hay un enorme vaco hasta la dcada del 60, en la que Arturo Costa de la Torre public su Catlogo de la Bibliografa Boliviana, 1900-1963 (1968), al que antecede una semblanza biogrfica de los autores, sin duda el mayor esfuerzo en su gnero, no superado hasta hoy, aunque muchos de sus datos carecen de fuentes, lo que motiv debates e incluso muchos investigadores lo usan con cierta reserva.

    Jos Roberto Arze, en su Diccionario biogrfico boliviano, comenta las Figuras bolivianas en las Ciencias Sociales (1984); Eclesisticas (1985); Gegrafos, exploradores y cientficos (1987); Historiadores y cronistas (1989); y Figuras centrales en la historia de Bolivia en las pocas de la Independencia y Repblica (1991), en la que ha combinado los criterios de celebridad (entendida como la consagracin histrica o persistencia de la fama a travs del tiempo) y trascendencia (proyeccin de la actuacin histrica o cultural del personaje ms all de los mbitos exclusivos de su especialidad o de su localidad), aclarando que no es la adhesin a la tesis Carlyliana de considerar al hroe como el forjador de la historia, sino ms bien reconocer en la personalidad destacada un producto de la historia y de su clase que recobra, con mayor o menor profundidad, sobre el desenvolvimiento histrico.

    Guillermo Lora, en su Diccionario Poltico, Histrico, Cultural de Bolivia (2002), reconstruye la historia desde la visin materialista, que gira alrededor de los problemas sociales e histricos bolivianos, en su estrecha vinculacin con el pensamiento internacional, y cotejadas con las expresiones del pensamiento conservador o derechista, alejndose de todo criterio sectario o discriminatorio, que siempre es expresin del oscurantismo, con la idea de cooperar en alguna forma al hombre que lee e investiga.

    Josep M. Barnadas, en su Diccionario Histrico de Bolivia (2002), obra de carcter enciclopdico, incluye biografas de personalidades (fallecidas al 31 de diciembre de 2001), instituciones, movimientos (sociales e ideolgicos), fenmenos (hechos histricos) y publicaciones peridicas. Esta obra mayor de la historiografa plantea desarrollar un Diccionario con un amplio criterio de inclusin que se deduce del postulado todo es Historia, () para dar paso a toda la realidad boliviana, () con una visin integral de la Historia.

    Otros investigadores se dedican a biografas ms especializadas. Julio Daz Arguedas public Los generales de Bolivia. Rasgos biogrficos, 1825-1925 (1929); Elsa Paredes de Salazar el Diccionario biogrfico de la mujer boliviana (1965), Arturo Costa de la Torre Mujeres de la Independencia (1977), y Jos Macedonio Urquidi Bolivianas ilustres: las guerrilleras de la Independencia (1967). Manuel Frontaura, por su parte, se ocup de los Expedicionarios, descubridores y exploradores de Bolivia (1971), con la

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    intencin de seguir los pasos de los hombres que han descubierto Bolivia () del esfuerzo hecho por ellos en busca de forjar una nacionalidad. El propsito consiste en narrar su hazaa humana, destacar su valer y su valor, especialidad que cultiv, tambin, Julio Daz Arguedas en Expedicionarios y exploradores del suelo boliviano (1971). Carlos Castro Rodrguez, se ocup de los Presidentes de la Corte Suprema de Justicia de Bolivia (1989), con breves semblanzas de la vida de grandes magistrados que han hecho culto en el altar de la diosa Themis, es decir, que han dirigido el alto tribunal entre 1827 y 1985. La obra fue actualizada por Guadalupe Amusquivar, en Presidentes de la Corte Suprema de Justicia de Bolivia, 1827-2007 (2009).

    La Literatura, en general, fue cubierta generosamente con el estudio revelador de Augusto Guzmn, en Biografas de la Literatura Boliviana (1982) exhuma autores nacidos entre 1520 y 1925, interesado en su vida interior, el pensamiento vivo reflejado en su produccin intelectual. Juan Quirs, en su ndice de la poesa boliviana contempornea (1964); Juan Siles Guevara, en Las cien obras capitales de la literatura boliviana (1975); Adolfo Cceres Romero, en su Diccionario de la Literatura Boliviana (1977); y Roberto greda, en Antologa comentada de la Poesa boliviana (2010), compilan biografas de poetas y escritores nacionales, en los que se privilegia la crtica. Elas Blanco Mamani, destaca con su Enciclopedia Gesta de autores de la literatura boliviana (2004), su Diccionario de Poetas (2011) y Novelistas (2012), seguido de su coleccin Profetas en la cultura boliviana: Chilenos (2007, 2010); Argentinos, (2010); y Alemanes (2010).

    En periodismo Gonzalo Vizcarra Pando escribi una antologa sobre El cuarto poder. Semillero de periodistas y escritores (1984), con semblanzas de periodistas de todos los tiempos que cumplieron y cumplen una loable y fecunda tarea en el mbito cultural, que aportaron con sus publicaciones al vasto campo literario de nuestro pas, con el objetivo que sirva de documento de consulta.

    En el campo educativo, Guillermo Medrano Reyes, compila la labor de Educadores en el Instituto Normal Superior Simn Bolvar, 1917-1969 (2003), con breves biografas de educadores bolivianos y extranjeros, complementando con algunas autoridades educativas que apoyaron al crecimiento del Instituto, para que sirva como una fuente de consulta para interesados en la materia.

    Una obra de carcter amplio e incluyente es la que realizaron Oscar Patricio Vargas Aguirre y Juan Carlos Montecinos Luque, que en tres tomos entregan la Trayectoria de la diplomacia boliviana. 179 aos de internacionalismo (2004), con exhaustivas biografas de los Ministros de Relaciones Exteriores y diplomticos bolivianos, sealando que nuestra comprensin debe estar basada en la educacin de las nuevas generaciones para que adquieran el grado de responsabilidad con la existencia de Bolivia.

    El mundo de la fotografa, ha sido cultivado con esmero en el afn de reconstruir la historia de esta fascinante profesin que cautiva a propios y extraos. Daniel Buck, sorprende cada vez que se lee su Pioneer Photography in Bolivia: Directory of Daguerreotypists & Photographers, 1840s-1930s (1999), fuente primordial para la Historia de la fotografa en Bolivia. Desde sus orgenes hasta 1900 (2011), de Fernando Surez Saavedra, proyecto del que ya entreg el primer tomo.

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    Jorge Villanueva Surez llena un vaco con Dibujantes, pintores y escultores bolivianos (2007), que incluye en lo posible a todos los artistas bolivianos (sin distincin de tendencias, ideas polticas y religiosas), que se dedican a las Artes Plsticas, con vacos notables, por cierto. Al calor de la celebracin del Bicentenario, el peridico La Razn, entreg Arte Bolivia (2009), con datos desde tiempos prehispnicos hasta los das actuales, con el fin de rendir homenaje a los creadores bolivianos.

    Salvador Romero Ballivin, public su Diccionario biogrfico de parlamentarios (1979-2009), concebido como un trabajo de sociologa poltica (que) constituye un retrato de la elite poltica boliviana desde el retorno a la democracia (1982), destinado a ser una obra de consulta, que permita acceder de manera rpida a informacin biogrfica sobre los diputados y senadores titulares.

    No faltan curiosos diccionarios biogrficos de personalidades (desconocidas), como el del extranjero radicado en Bolivia, L. Alcntara Lecca, que publica su tempranero Diccionario Biogrfico de figuras de actualidad (1929), escrito y ordenado sin preferencias con carcter nicamente imparcial e informativo. Carlos Gmez-Cornejo en su obra Figuras ejemplares (1947), ha extrado de nuestra historia aquello, que, realmente, pudiera o debiera interesar a los nios. Y tambin a los mayores. El repertorio Quin es quin en Bolivia (1942), explica que en sus pginas figuran personalidades de todas las tendencias, actividades y corrientes ideolgicas, prometiendo una publicacin seria e imparcial; similar lnea sigue Edmundo Montenegro, con su menos difundido Diccionario biogrfico de personalidades en Bolivia (1968 y 1996).

    Al culminar el siglo XX, Carlos Humberto Rivas Graa se adelant con su diccionario biogrfico de Personajes Bolivianos del Siglo XX (1991), el peridico La Prensa, public 100 gigantes del siglo (1999), con las biografas y semblanzas de los 100 hombres y mujeres -en estricto orden de importancia- que construyeron y conmovieron la historia de la Bolivia contempornea y La Razn hizo lo propio en sus 100 Personajes del siglo XX (1999). A raz de la eleccin del presidente Evo Morales Ayma (diciembre de 2005), en los ltimos aos se observa un viraje hacia una intermitente revisin historiogrfica en busca de incluir a protagonistas indgenas y populares en la explicacin del decurso histrico. Un buen ejemplo lo da el peridico La Razn que public Cien personajes de la Repblica (2006), en el intento de identificar y conocer a cien personalidades relevantes de la historia republicana de Bolivia (1825-2006), esfuerzo en el que particular atencin ha merecido la presencia de actores indgenas, hombres y mujeres de varias regiones [que] influyeron en la construccin de la Repblica, [con ello] es posible mostrar el pas diverso que somos.

    II. Los diccionarios biogrficos de alcance regional

    A nivel departamental, La Paz cuenta con ms estudios. Nicanor Aranzes fue el primero en publicar una obra, insuperada hasta hoy, con puntillosa precisin de datos (aunque paradjicamente sin identificar sus fuentes), amplitud de criterio, ms afn a lo que propone Lora que otras propuestas. Se trata del clebre Diccionario histrico del Departamento de La Paz (1915), escrito en un alarde del dominio del arte de la biografa, para recordar a los antiguos vecinos que se establecieron en la ciudad ()

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    de los que descienden las familias paceas, pues con la indicacin de los primeros hijos de los vecinos con la fecha de sus nacimientos, cada familia podr fcilmente encontrar el tronco de donde procede. Vctor Vargas Olmos, publica Personalidades en La Paz. Un homenaje al IV Centenario de la Fundacin de La Paz (1948), que en sus pginas tiene escrito glorias y herosmos de personalidades histricas. Julio Daz Arguedas entrega Paceos clebres (1974), seguido de Ral de la Quintana Condarco, con su Esbozo sobre peridicos y periodistas paceos (1988); el empresario Pedro Cceres, publica Quin es quin en La Paz (1990), con biografas de las personalidades ms destacadas; Rolando Costa Arduz, colaborado por cinco coautores, public Foro paceo del siglo XIX (1993); finalmente, Elas Blanco Mamani, regularmente engrosa su diccionario de Forjadores de la cultura boliviana, con el que sistematiz el aporte de Orureos (2006); Tarijeos (2010); Potosinos (2010); Paceos (2011), Cruceos (2012), Cochabambinos (2012) en la cultura boliviana; y Doscientos poetas paceos (2009).

    Llama la atencin el inters de los intelectuales benianos por la labor desarrollada, a partir del clsico estudio de Manuel Limpias Saucedo, Los gobernadores de Mojos (1942), en el que confa en que la vulgarizacin de los hechos de antao tenga la virtud imponderable de despertar entre los hombres de mi tierra las ansias infinitas de trabajar, ms de lo que hasta aqu se ha trabajado, por desentraar del seno de la madre tierra los productos valiosos que harn la riqueza de sus tenedores. Hugo Aguirre Ortiz, publica En el Beni quin es quin? (1997) en seis sorprendentes tomos, con profusa informacin sobre instituciones y personajes del pasado y del presente, que han contribuido con su presencia y accionar al nacimiento y consecuente desarrollo de la cultura y civilizacin del Beni, buscando con ello que cada beniano, y cada boliviano, conozca la historia de pueblos, hombres y mujeres de esta parte del pas.

    En la Perla del Acre, Cobija, Teddy Farrachol Arzabe, entrega su Bibliografa beniana y pandina (2006), pretendiendo registrar lo ms sobresaliente del periodismo y la literatura, esfuerzo complementado por Oscar Jess Ruiz Durn con Datos biogrficos de los escritores en Guayaramern (2011), sencillo trabajo dirigido a todas las personas que de un modo u otro han contribuido y contribuyen con mucho sacrificio con la edicin de sus obras literarias, para que el Beni y Bolivia toda sepa apreciar mejor a los escritores.

    Osvaldo Maldonado Morat, incursiona con Apuntes biogrficos para la historia de la medicina en Cochabamba (1987), tema prcticamente desconocido, con fichas redactadas a la manera de fuentes primarias, busca exponer a quienes, cumplidos sus veinticinco a treinta aos de trabajo y docencia, han sido formadores de las nuevas generaciones (y servir para) criticar el presente. Por su parte, Ramn Rocha Monroy, estrena su cargo de Cronista Oficial de la ciudad de Cochabamba, con Doscientos personajes cochabambinos (2010), figuras suficientemente representativas que aportaron a que Cochabamba sea el nexo fundamental de la unidad del pas.

    Potosinos ilustres. Biografas breves (1987), de Wilson Mendieta Pacheco es trabajo sencillo, pero meticuloso y, a la vez, documentado que tiene el propsito de rescatar del olvido a prominentes hijos de la Villa Imperial. En Oruro, Marlene Durn Zuleta, ofrece Mujeres orureas (2006), afirmando que la memoria no puede continuar en el velo del olvido, lo que la impulsa a biografiar a mujeres que justifican su destino, sus torsos, sus cenizas que sembraron almcigos y alcanzaron la cspide del resplandor.

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    Luego, en coautora con Lidia Castelln de Condarco, publica su Diccionario de autores orureos (2007), una aproximacin bio-bibliogrfica a los escritores nacidos en Oruro, y asimismo, a los que eligieron como residencia esta ciudad.

    Santa Cruz ha mostrado su pujanza con la monumental Enciclopedia del Oriente Boliviano (2010), editada por Vctor Hugo Limpias Ortiz, por encargo del Gobierno Municipal, para conmemorar el 450 aniversario de fundacin de Santa Cruz de la Sierra, para contribuir al conocimiento y comprensin integral de la realidad integral (sic) del oriente boliviano, comprendiendo los departamentos de Santa Cruz, Beni y Pando, con 5.200 entradas, se resume la realidad histrica, y aspectos generales y particulares ms relevantes, en todos los rdenes. Por su parte, Tito Montao Mojica, publica Hombres notables en Portachuelo. Personajes que han hecho historia (2009), un texto de investigacin dirigido a personajes que han dejado huellas profundas de bien social en la ciudad de Portachuelo.

    Bernardo Trigo ha indagado sobre Tarija y sus valores humanos (1978), que recoge las lecciones dejadas por hombres que sobresalieron por sus virtudes y talentos, desde el siglo XVI hasta el tiempo contemporneo.

    Como se puede colegir, es una tarea muy delicada la que debe asumir el compilador cuando realiza su seleccin biogrfica, pues un Diccionario necesariamente debe ser amplio e incluyente, inclusive si se asume la metodologa selectiva de identificar personalidades que han forjado el ser social y le han dado impronta al decurso boliviano. Un Diccionario es generalmente obra de largo alcance en el tiempo, muy distinto a los repertorios del tipo Quin es quin, que generalmente se actualizan peridicamente, formando mas bien un directorio.

    Debemos confesar que la idea de escribir un Diccionario surgi hace ya varios aos, cuando publicamos Historia de la Archivstica Boliviana (2006), en la que se logra identificar las bases y fundaciones de la archivstica boliviana a lo largo de la historia, en los principales mbitos de actividad del Estado (pblico y privado, incluyendo las de tipo eclesistico, militar, sindical, universitario, gremial), situndola en el anlisis comparativo con el desarrollo de la Archivstica latinoamericana y mundial. Con Legislacin Archivstica de Bolivia (2007), complementamos de manera magistral la otra vertiente, la que vino esculpida por legisladores y administradores del Estado, y detrs de esas dos abstracciones, emerge con fuerza la masa humana formada por hombres y mujeres del llano. Ese objetivo se busc tambin en Archivos Militares de Bolivia. Historia y tratamiento archivstico (2011), en el que se identifican a los constructores de la archivstica militar.

    Esa triloga nos proporcion los elementos fundamentales para construir las bases de un Diccionario de Archivistas de Bolivia, en el que se incorporan a notables y clebres profesionales, bolivianos y extranjeros, que aportaron en temas tan diversos como la teora cientfica, la planificacin del servicio, las tcnicas y las tecnologas, para hacer de la nuestra, una archivstica moderna; y, junto a ese grupo selecto, sumamos -como paradoja de la historia- a destructores de la memoria, que han hecho los mismos esfuerzos para destruir los documentos y los archivos, quiz para no dejar huella de su actuacin. Pero, definitivamente, comprendemos que no cabra posibilidad alguna de ostentar nuestros recursos

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    documentales -que soportaron el paso de los siglos y sobrevivieron, digamos, casi milagrosamente a los embates destructivos- sin los ejrcitos annimos de archivistas, profesionales o empricos, que entregaron su juventud, expusieron la vida misma, pues la han gastado generosamente, para construir, sistematizar, preservar y difundir el mayor legado de la bolivianidad: la Memoria Administrativa e Histrica del Estado.

    El insigne Gabriel Ren Moreno, es el mejor ejemplo de lo que anotamos. En Archivo de Mojos y Chiquitos, denuncia el descabalamiento y dispersin, decretados y consumados por el Excelentsimo Gobierno de Bolivia el ao 1837, circunstancia en la que el Archivo fue retirado de su centro por obra de autoridad y ha venido a parar a manos cuidadosas por obra de la misericordia. Cuando tuvo en su poder los 41 legajos del Archivo, trabaj tres horas al da y aplicando su curioso mtodo histrico-cronolgico de ttulos, los catalog y orden, vaciando su contenido en 631 papeletas, los mand transcribir a Enrique Barrenechea, a quien contrat con su propio peculio, para remitir el monumental catlogo resultante a la imprenta de Nicols Anrique, en Valparaso, con un presupuesto de la Legacin boliviana, que se redujo considerablemente por una huelga de tipgrafos, provocando un dficit de 390 pesos, que el orgulloso polgrafo decidi cubrir. Al trmino de esta apasionante aventura, contrat a Zenobio Moreno para la encuadernacin en pasta de los 41 volmenes y los entreg el Archivo Nacional de Bolivia, con su catlogo impreso en 500 ejemplares.

    Cerrando la forzada digresin, confieso que fue tarea compleja la de identificar a los Guardianes de la Memoria, es decir a custodios que siempre fueron marginados en el recuento histrico, considerados meros individuos y no actores protagnicos de la Historia, y por ello, irrelevantes, lo que explica su ausencia generalizada en la casi totalidad de diccionarios, salvo esfuerzos aislados como el de Guillermo Lora.

    El Diccionario de Archivistas de Bolivia, tiene el propsito de recuperar tanto los aportes de clebres archivistas como los de simples trabajadores de archivo -hombres y mujeres- injustamente invisibilizados. Es una visin incluyente que considera a bolivianos y extranjeros que han aportado -y aun lo hacen- al desarrollo archivstico de Bolivia. El lector estar tentado de cuestionar si todos los que estn registrados en el Diccionario realmente lo merecen, acostumbrados como estamos a honrar a prohombres y grandes personalidades, que han debido protagonizar actos heroicos para poder ingresar a la Historia. Para nosotros, un funcionario que ha entregado su vida, desde la preciada juventud hasta la jubilacin, en custodiar un archivo, es ya digno de figurar en el Diccionario. Por esa misma senda marchar tambin el joven profesional que incursiona en esta labor, tan anodina para el comn, tan ajena, tan distante, tan desconocida, tan rida, incluso tan despreciada. Constituyen la base social de la archivstica.

    III. Bruno Groppo y el enfoque sociobiogrfico de la Historia

    El Diccionario de Archivistas de Bolivia adscribe los planteamientos del enfoque sociobiogrfico que emerge progresivamente, en el campo cientfico como un mtodo

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    original de la historia social, como lo explica el Prof. Bruno Groppo, investigador del Centre dHistoire Sociale du XXe Sicle (adscrito al Consejo Nacional de Investigacin Cientfica de Francia y a la Universit de Paris I Panthon-Sorbonne), en su obra Les dictionnaires biographiques du mouvement ouvrier: analyse compare dun genre scientifique (en prensa), que comparti con nosotros en abril de este ao. El Prof. Groppo sostiene que el enfoque sociobiogrfico no permaneci confinado a la historia social y de la clase trabajadora, sino abord tambin otros mbitos, vinculados o no con el movimiento obrero. Es el caso, contina, de varios diccionarios biogrficos o enciclopedias consagrados a la izquierda, a las mujeres (generalmente infra representadas en los diccionarios del movimiento obrero) o a grupos particulares (por ejemplo, los voluntarios de las brigadas internacionalistas en Espaa). Concluye afirmando que esta enumeracin, aunque muy incompleta, muestra [que] el enfoque sociobiogrfico prioriz un inters cada vez ms profundo por el individuo, la biografa, la microhistoria, la historia de la vida diaria.

    Cita como pionera en esta labor al Diccionario Biogrfico del Movimiento Obrero Francs (DBMOF), llamado tambin el Maitron -por el nombre de Jean Maitron, su iniciador- el ejemplo seguramente ms significativo de lo que se convirti en una clase cientfica de pleno derecho y una manera original de abordar la historia de los movimientos sociales. Como seala, Groppo, el Maitrn desempe un papel de precursor, se convirti en una referencia importante y una fuente de inspiracin para otros diccionarios biogrficos. En otras palabras, el enfoque sociobiogrfico contribuy a superar la historiografa tradicional del movimiento obrero, que se concentraba sobre las organizaciones, las ideologas y los dirigentes. Su gran mrito reside en que al interesarse por el papel de los militantes indeterminados, permiti entre otras cosas reconstruir, sobre la base de los itinerarios individuales, el perfil de distintas generaciones del movimiento obrero. Finalmente, seala que el inters por el enfoque sociobiogrfico se vincula en gran medida a los cambios que se producen en un momento histrico de la labour history, con el paso de la historiografa institucional poltico-ideolgica a una historia social y cultural de los trabajadores y del mundo del trabajo, en particular bajo la influencia de historiadores marxistas ingleses como Edward Thompson y Eric Hobsbawm.

    Por ello, el Diccionario de Archivistas de Bolivia, registra a profesionales e intelectuales de notable trayectoria archivstica, junto a la base social de la archivstica boliviana, la que en otras circunstancias no podra aparecer en un Diccionario, por eso es importante aclarar que no es un directorio de profesionales, sino un diccionario biogrfico que incluye a trabajadores de archivo, sin importar si tuvieren produccin intelectual, alcanzaren grados acadmicos o descollaren en su mbito laboral.

    Nuestra recopilacin incluye una selecta relacin de instituciones y acciones archivstica, de la base social que han marcado con su impronta el desarrollo de la archivstica boliviana. Un centro de archivo viene a ser la expresin ms sublime de la labor del archivista, se lo debe considerar como una especie de hijo jurdico de aquel. Muchas instituciones nacen de forma casi natural y por ello no cuentan con una norma legal que d razn de su existencia. En cambio, otros surgen con el beneplcito de sus autoridades, en medio de actos pblicos para dar a conocer su existencia, puede ser un Archivo con un edificio monumental, con todos los recursos humanos,

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    cientficos y tecnolgicos, o uno muy modesto, con lo esencial para desenvolverse. Unos y otros, tienen el mismo grado de importancia, pues los registros y documentos que conservan son cruciales para la sociedad y los ciudadanos, a los que sirven.

    IV. Los archiveros del incario

    Como toda ciencia, la Archivstica tiene sus precursores, en nuestro caso est conformado por una plyade de cronistas e historiadores tempranos, como fueron los archivistas incaicos, que antecedieron a los cronistas espaoles. La historia temprana de Abyayala o Amrica se caracteriz por la construccin de una formidable memoria administrativa e histrica, que ha alcanzado notable desarrollo en Mesoamrica y Los Andes. Ya en esa poca encontramos, en el caso particular de la experiencia del Qollasuyo, precursores de la archivstica boliviana. Nos referimos a los archiveros del inca, quipucamayoc y amautas. Los primeros lograron desarrollar una amplia y slida infraestructura documentaria y archivstica que atesoraban los quipus, aquellas cuerdecillas de distintos colores, grosores, fibras y tamaos, con los que el Inca lograba un control preciso de la informacin acerca de los negocios del Imperio, complementado por una impresionante red vial incaica, el Qhapajan, que asombr a los primeros espaoles que invadieron, conquistaron y colonizaron nuestras tierras por quinientos aos.

    El Inca conquist un vasto territorio en base a alianzas intertnicas, doblegando naciones indgenas, a las que logr confederar para levantar un imperio. Pero no es menos cierto que fue el poder de la informacin lo que le facilit la tarea. Uno de los historiadores incas lleg a decir: Qu sera si dominaran la palabra, si con el quipo ni un par de alpargatas puede esconderse a los ojos del Inca. La mayor parte de los archiveros e historiadores del incario han quedado hasta hoy en la oscuridad del anonimato, pues la historia no ha sido generosa para rescatar sus nombres del olvido. Guamn Poma de Ayala nos ha hecho saber, generosamente, que a esta noble labor estaban destinados sabios de la sexta y sptima calle, responsables de custodiar la memoria administrativa e histrica.

    V. Los archiveros de la colonia

    El quipu sobrepas el lmite temporal de la era prehispnica, pues est documentado su uso en la poca colonial, en la que muchos caciques presentaron quipus como pruebas de su linaje, ante las cortes de esa poca, para garantizar sus derechos. El rgimen hispano orden que se transcribieran los quipos. Muchos ex funcionarios del Incario fueron sometidos a largas sesiones para descifrar el contenido de los archivos incas. Los espaoles levantaron minuciosamente datos estadsticos, demogrficos y administrativos, que eran de extrema utilidad para conocer el potencial de las regiones sometidas a sangre y fuego. La mismsima crnica espaola en gran medida contiene los secretos del imperio inca, extrados desde la mente de los amautas. Una vez que se recogi la informacin de valor estratgico, se orden la destruccin de los quipus en todo el virreinato del Per. Lo propio sucedi en Nueva Espaa, en la que se destruyeron por fuego los cdices mayas y aztecas.

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    Despus de esa insana accin de destruccin de la memoria Inca, rein la escritura y se impuso el papel sellado espaol en las colonias del Imperio de Carlos V. Entre los precursores citamos al mismsimo Virrey Francisco de Toledo, el Soln de Amrica, quien dict la primera ordenanza para la creacin del Archivo de La Plata. Destella con luz propia el Inca Garcilaso de la Vega, historiador peruano, quien nos mostr los alcances del sistema del quipu. Acompaa en esta dignidad histrica el clebre Pedro de Cieza de Len, quiz uno de los ms acuciosos soldados que recogieron la memoria de la conquista del Per, luego de la invasin y anterior a la fase de colonizacin.

    Consolidado el Estado Imperial Hispano, la administracin fue honrada con ilustres historiadores de la talla de Luis Capoche y Bartolom Arzns Orsa y Vela. Es la poca de los notarios y escribanos, estos ltimos celosos custodios de la memoria de las ciudades coloniales, que acompaaron al fiero capitn y el cura fanatizado. Azebedo, fue el primero en guardar con su vida las actas de fundacin de La Paz. Le siguieron numerosos escribanos, de los que tenemos sus nombres consignados en los infolios del archivo del cabildo. Algunos han entrado a la historia por su conducta aleve, otros como verdaderos hroes, pues de ellos dependa la seguridad jurdica de los ayuntamientos. Los hemos reunido en esta obra bajo el ttulo genrico de Archiveros de la colonia.

    VI. Los archiveros militares en la Guerra de la Independencia

    La emancipacin de las antiguas colonias tuvo su epicentro en la Audiencia Real de los Charcas (antiguo Territorio desprendido del Virreinato del Per para anexarlo al de La Plata, en 1776). Los prolegmenos de la independencia nos muestra la bravura de los ejrcitos indios de Julin Apaza, Tpac Katari, que estacion tres formidables ejrcitos en El Alto, Pampahasi y Quilliquilli , formando un squito de leales en los que no falt el Escribano mestizo, que fue su secretario y le ordenaba su correspondencia. Ya en el siglo XIX, el 25 de mayo de 1809, un grupo de patriotas apres al presidente de la Audiencia, y el 16 de julio, Pedro Domingo Murillo y sus conjurados, tomaron la ciudad de La Paz para proclamar la independencia de Espaa. Paradjicamente, 16 aos ms tarde fue la ltima en alcanzar la independencia. Valerosos patriotas no slo se sumaron a las numerosas batallas por la libertad, sino que cuidaron los archivos. Hemos exhumado los nombres de valientes guerreros que protagonizaron hazaas archivsticas como Juan Manuel Cceres, que no slo fue Escribano y archivero de la Junta Tuitiva, sino que organiz una Compaa de Milicias de Escribanos. Pos su parte, Gregorio Lanza y Buenaventura Bueno, oyendo el clamor de la poblacin pacea, no dudaron en mandar a seleccionar documentos de hipotecas, los que destruyeron por fuego.

    En esa dramtica poca de la historia patria, encontramos militares que arriesgaron la vida para proteger los archivos de campaa, entre ellos la egregia figura de Florencio OLeary, bravo y paradigmtico militar que a tiempo de combatir custodiaba el archivo de campaa aun a riesgo de su existencia. Analizamos tambin la controversial conducta de los prceres de la Independencia como el Libertador Bolvar y el General San Martn, que comulgan con una tendencia incomprensible

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    de destruir correspondencia generada al fragor del combate. Simn Bolvar orden que se destruyera su correspondencia personal, sealando su ltima voluntad en la clusula 9 de su testamento a su albacea, quien felizmente para la historia, desoy el pedido del Libertador. Por su parte, el General Jos de San Martn no delegaba a ninguno la depuracin de su archivo, pues se encargaba en la tienda de campaa personalmente de seleccionar lo que luego incinerara, para no dejar huella de una actuacin castrense determinada.

    Recuperamos tambin la legendaria y solitaria experiencia de la primera mujer archivista de Latinoamrica que sirvi en el Ejrcito Libertador al mando de Bolvar, custodiando su archivo secreto. Era Manuelita Senz, quien fue incorporada a la caballera patriota con el grado de Hsar. La poca de la guerra de la Independencia, tan lgida y dinmica, signific que se perdiera valiosa documentacin colonial, pero sobrevivieron a la accin depredadora testimonios como el de Jos Santos Vargas, que dej su diario a la posteridad, por el cual conocemos la sufrida experiencia de las guerrillas.

    Actualmente existen cuatro archivos militares institucionalizados, uno organizado por el Ejrcito, pero de carcter general de las Fuerzas Armadas del Estado, dos en el mbito del Ministerio de Defensa Nacional y uno en las Fuerza Area Boliviana, que organizan sus fondos documentales respetando los principios archivsticos y prestan servicios a sus instituciones, a ciudadanos y a investigadores, en base a sus reglamentos.

    VII. La Repblica: el rol de los presidentes

    Satisfactorio es el hecho de incorporar la memoria de varios ex presidentes de la Repblica, que se han hecho acreedores de este honor por su labor en beneficio de los archivos. Antonio Jos de Sucre, el joven general, lugarteniente de Bolvar, vencedor de la Batalla de Ayacucho (9 diciembre 1824), asumi el control de la Repblica de Bolvar (como zalameramente nominaron a esta tierra los doctores de Charcas), bajo frreo control de Casimiro Olaeta. Sucre dict los primeros decretos para poner orden a la gestin documental y se preocup personalmente en verificar el estado en que se encontraban los archivos de la incipiente repblica.

    La Era republicana se estrena con la organizacin administrativa del nuevo Estado. Los primeros decretos determinan la creacin de tres ministerios y vemos con sorpresa que entre el personal designado figuran ya los oficiales archiveros. Jos Mara Urcullo, Jos Ignacio de Sanjins y ngel Mariano Moscoso, tienen el mrito de haber sido los primeros archiveros del poder legislativo. Ms tarde, el presidente Jos Ballivin promulg la ley de acceso a los archivos pblicos, suficiente mrito para pasar a la posteridad, pues tuvo un atisbo de modernidad en una poca en que se inculcaban los ms elementales derechos humanos. La historia ha sido ingrata para identificar al parlamentario que redact el proyecto del cdigo de procederes, del mercantil y del criminal (penal) entre 1831 y 1835, donde subayece el concepto de documento autntico y se seala el procedimiento fedatario; asimismo con el que elabor el proyecto de ley del Notariado (1858), magnfico cuerpo normativo que trae el primer reglamento de archivos de la Repblica, vigente hoy en da. Ante este

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    vaco, identificamos a los presidentes que promulgaron esas leyes, Andrs de Santa Cruz y Jos Mara Linares.

    En el siglo XX, Jos Gutirrez Guerra aprob el reglamento del Ministerio de Guerra (1919), Bautista Saavedra dict el Reglamento de Bibliotecas y Archivos, que incluye las funciones del jefe de archivo, correspondencia e informaciones (1923), en 1938 Busch promulg la CPE que incorpora el rgimen cultural y la defensa y salvaguarda del patrimonio cultural de la Nacin, y junto a ellos un rgimen proteccionista de los documentos histricos; en 1940, el Gral. Enrique Pearanda puso en vigencia la norma documentaria y bibliogrfica; en 1961, Vctor Paz Estenssoro dict una serie de normas reglamentarias del rgimen cultural y orden la transferencia de documentos histricos con antigedad superior a los 35 aos al Archivo Nacional de Bolivia; en 1976, el Gral. Bnzer declar de utilidad nacional a las documentaciones administrativas inactivas prohibiendo su destruccin; Paz Estenssoro ratific su alcance en 1989 por medio de tres decretos supremos, que sintetizan la genialidad de Gunnar Mendoza de incorporar la teora archivstica por medio de normas jurdico-administrativas; en 1994, Gonzalo Snchez de Lozada dict el decreto supremo que establece el Reglamento Comn de Procedimientos que ordena el establecimiento de archivos y bibliotecas en los ministerios del poder ejecutivo; el 2004 el presidente Carlos D. Mesa, promulg el DS 27490 que autoriza la creacin del Archivo Histrico de la Minera Nacional e institucionaliza el enfoque sistmico, iniciando as una nueva era en la Archivstica nacional. El presidente Evo Morales Ayma tiene el mrito de haber promulgado la Constitucin Poltica del Estado Plurinacional que incorpora un nuevo paradigma para la gestin documental, la obligacin del servidor pblico de custodiar los archivos, el rgimen de acceso libre a la informacin pblico y su contrapeso, el rgimen de la reserva, finalmente, la definicin de competencias para la creacin, sostenimiento y desarrollo de archivos del nivel central del Estado, del nivel departamental y del nivel municipal, aspectos que complementan el antiguo rgimen patrimonial que viene repitindose desde 1938.

    VIII. El aporte de los intelectuales

    El siglo XIX, un puado de intelectuales, papelistas y bibligrafos pioneros aportaron a la histrica aventura archivstica de esa poca, entre ellos Nicols Acosta, Jos Rosendo Gutirrez y Gabriel Ren Moreno. La memoria recupera la gesta de los historiadores que muy temprano acometieron la noble tarea de salvar los testimonios de nuestra experiencia histrica, como es el sublime recuerdo de Gabriel Ren Moreno, a quien la historia le reconoce como El Prncipe de las Letras y nosotros como el artfice de la creacin del Archivo Nacional de Bolivia, hecho que destac ya, Ren Arze. Sin duda alguna, el firmamento archivstico de Bolivia se ilumina con la figura descollante del insigne Moreno, quien salva personalmente los archivos de la Audiencia Real de los Charcas y de la incipiente Repblica, proponiendo un magistral plan de siete puntos que culmin en el proyecto presentado por Demetrio Calvimontes, promulgado como ley de creacin del Archivo General de la Nacin el 18 de octubre de 1883.

    La clase poltica declar a Gabriel Ren Moreno Traidor a la Patria, a raz de su actuacin peculiar en la Guerra del Pacfico (1879), como mensajero del gobierno

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    de Chile, con la misin de entregar las bases de un entendimiento que la historia denomin como Las Bases Chilenas, al presidente Hilarin Daza. A pesar del calificativo que lo deshonr, Moreno nunca dej su misin autoimpuesta de rescatar lo esencial de la memoria intelectual e institucional de la Nacin, que haba sido condenada a la destruccin inminente. A la postre, le cupo el gran honor de dirigir el flamante Archivo General de la Nacin al ingeniero alemn Ernesto Otto Rck, notable papelista y reputado bibligrafo que atesor un caudal de fuentes primarias del ms alto valor, entre ellos los escritos de Luis Capoche, Bartolom Arzns de Orsa y Vela, el lbum de Melchor Mara Mercado, el Diario del Tambor Mayor Vargas, que uno a uno fue publicando Gunnar Mendoza.

    IX. Las archivistas mujeres

    El Diccionario registra un grupo de mujeres que crece a diario, dndole a la profesin archivista un sello femenino, quiz no en el nivel de Enfermera o Trabajo Social, donde es predominante la presencia de las mujeres. En los primeros aos de la Carrera de Bibliotecologa se observa ya un nmero mayor de mujeres respecto de los varones. Es importante sealar, sin embargo que el oficio fue detentado por centurias por el sexo masculino. Es as que los quipucamayoc o los escribanos y de la colonia y los secretarios y archivistas del siglo XIX eran enteramente varones. Eso explica que en nuestro registro correspondiente al siglo XIX, tan slo se identifiquen a dos mujeres, ambas temerarias y patriotas: Manuelita Sanz, la archivera del Libertador S. Bolvar, y Juana Azurduy de Padilla, que guard con fervor las cartas de su esposo y las que ella cruz con los generales argentinos. En el siglo XX van apareciendo, de manera paulatina, las figuras de mujeres, entre ellas la archivista Zaida Zrate que escribi el reglamento de archivos de la Patio Mines. Hoy el firmamento archivstico boliviano tiene presencia femenina a nivel nacional. Muchas mujeres dirigen o tienen participacin decisiva en archivos de Bolivia, entre ellas Marcela Inch, reemplazada recientemente por Ana Mara Lema (ABNB), Mary Money (Archivo de La Paz), Raquel Lara (Archivo del Ministerio de Relaciones Exteriores), Marisol Condori (Archivo del Ministerio de Justicia), Miriam Cuevas (Banco Interamericano de Desarrollo-Bolivia), Ingrid Olivares (Ministerio de Agricultura y Tierras), Carola Campo (Sistema de Archivo de la Corporacin Minera de Bolivia). Del total de entradas, el 22% corresponde a mujeres, que aparecen espordicamente desde los aos 40 y con identidad propia a partir de la segunda mitad del siglo XX.

    X. Los archivistas profesionales

    Las carreras universitarias, donde se forman los profesionales de Historia y de Bibliotecologa, a su turno incorporaron en sus mallas curriculares, asignaturas como Paleografa, Fuentes para la Historia de Bolivia, Archivstica General, Gestin documental, Nuevas tecnologas, Organizacin de Archivos administrativos, Descripcin y Conservacin.

    Al paradigmtico Alberto Crespo Rodas le corresponde el honor de haber sido el primer historiador profesional boliviano, titulado en la Universidad Nacional de San Marcos (Lima, Per), y a Luis Verstegui el de haber sido el primer

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    tcnico boliviano titulado en Archivstica, Licenciado en Bibliotecologa con cursos en Museologa en la Universidad Nacional de Crdoba, Argentina. Una primera generacin de historiadores tom la posta. Imbuidos de nobles ideales, recorrieron el territorio nacional levantando inventarios de archivos parroquiales perdidos en la inmensa geografa rural y urbana de nuestras ciudades-aldea de esa poca, entre ellos Fernando Cajas, Clara Lpez Beltrn, Florencia Ballivin, Jorge Corts, Martha Paredes, Isabel Alpaz, Ren Arze, y entre ellos, la bibliotecloga Norah Camberos, que resguard durante aos el Archivo Histrico de la Casa Surez en Guayaramern, en el noreste de Bolivia. La Sociedad Boliviana de la Historia incluy en sus congresos anuales, un marcado inters por los archivos de diversas regiones, como el oriente (Archivos de las Misiones) y occidente (Archivos de Oruro).

    La Carrera de Historia se convirti en la meca de la archivstica histrica boliviana. Convoc cursos de alto nivel en el que participaron Manuel Vsquez, Gunnar Mendoza y Aurelio Tanodi. Los miembros de la Sociedad Boliviana de la Historia asesoraron a la primera Asociacin de Archivistas de La Paz, que se form en 1976, de efmera existencia. En Potos, descoll la Casa Nacional de Moneda, donde trabajaron codo a codo Guillermo Ovando Sanz y Mario Chacn Torres, asesorados desde Sucre por Gunnar Mendoza. Alberto Crespo Rodas y un grupo de estudiantes, escribieron una de las pginas ms bellas de la archivstica, al fundar el Archivo de La Paz (1971), que recogi los saldos de la documentacin colonial que haba sido condenada a la destruccin inminente por los jerarcas del distrito judicial de La Paz.

    Luis Verstegui fue el primer boliviano con ttulo de tcnico archivsta, extendido por la Universidad de Crdoba, impartiendo docencia en la UMSA. Fue fundador de la Carrera de Bibliotecologa y uno de los primeros profesores de Archivstica en esa carrera. La primera Archivista profesional graduada con esa mencin, de la Carrera de Bibliotecologa y Ciencias de la Informacin de la Universidad Mayor de San Andrs fue Flora Rosso, Supervisora de Kardex de la UMSA. A ella se sumaron Mara Antonieta Cajas, Judith Ozuna, Carola Campos Lora, Ludmila Zeballos, Javier Saravia Tapia, Liz Quiones, entre otros. Simn Cuba, fue el primer Magster en Archivstica, con estudios en la Universidad Internacional de Andaluca-La Rbida (Huelva, Espaa) y Carola Campos Lora, la primera Master en la misma universidad.

    XI. Los becarios

    El Archivo de La Paz envi jvenes historiadores a formarse en los cursos especiales de capacitacin que se haban creado por recomendacin de la Primera Reunin Internacional de Archivos, realizada en Washington D.C. en 1961, al que asistieron Gunnar Mendoza, Guillermo Ovando Sanz y Mario Chacn Torres.

    En Madrid, Vicenta Corts Alonso haba logrado arrancar con xito los Cursos de Organizacin y Administracin de Archivos Histricos, que se impartieron en la Escuela Nacional de Documentalistas adscrita a la Biblioteca Nacional (Madrid, Espaa). Por su parte, Aurelio Tanodi, fund el Centro Interamericano de Desarrollo de los Archivos en Crdoba, Argentina, donde impuls cursos

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    de Organizacin de Archivos Administrativos. Cont para este propsito con el apoyo de la Organizacin de Estados Americanos, gracias tambin a Celso Rodrguez, que desde Washington apoy incondicionalmente el desarrollo de los archivos de Latinoamrica. Los primeros en participar en esos cursos (1974) fueron Ren Arze y Elvira Crdenas por Bolivia y Csar Gutirrez por Per. Siguieron esa senda un grupo de archiveros que tomaron a su cargo los ms importantes repositorios del pas. Una nueva generacin de historiadores y bibliotecarios se form posteriormente en los cursos impartidos por el Escuela Iberoamericana de Archivos, esta vez financiados ntegramente por Espaa.

    XII. Los archiveros religiosos y empricos

    Sobrecogen las vicisitudes que tuvieron que enfrentar temerarios curas franciscanos como Manuel Mingo, el primer archivista del Archivo Conventual de San Francisco de Tarija, y el tarijeo Pedro Corvera, su primer catalogador, o Gerardo Maldini, quien ya en el siglo XX complet esa tarea. Por su parte, en La Paz, Felipe Lpez Menndez recogi y sistematiz los papeles del Arzobispado, con el que form un formidable repositorio.

    Sitial especial tiene en nuestro panten el senador Moiss Ascarrunz, fundador de la Biblioteca del Congreso en 1911, lo cual debe considerarse como una hazaa sin precedentes, para dotar de una biblioteca digna al Poder Legislativo que haba quedado sin recursos bibliogrficos a raz de la Guerra Civil de 1898, pues a tiempo de trasladar el Poder Ejecutivo y Legislativo a La Paz, dej atrs, en Sucre, al poder Judicial y al Archivo Nacional de Bolivia.

    Emulando el ejemplo temprano de Moreno, Gunnar Mendoza (Sucre), Alberto Crespo Rodas (La Paz), Armando Alba (Potos), Jos Macedonio Urquidi (Cochabamba) y Hernando Sanabria Fernndez (Santa Cruz), protagonizaron sus propias batallas a favor del conservacionismo patrimonial. El ms paradigmtico es Gunnar Mendoza, que custodi la memoria social por medio siglo (1944-1994), apoyado por historiadores de la talla de Lewis Hanke y el gran archivista Theodore Schellenberg, de quien fue Mendoza su discpulo. Miembros de la sociedad civil tambin aportaron con su esfuerzo en la tenaz lucha para conservar la memoria social. Supieron seguir el ejemplo de los historiadores un grupo de archiveros mineros, quienes bajo la direccin de Edgar Huracn Ramrez, han protagonizado la hazaa ms grande de salvataje del siglo XXI, de la memoria histrica minera de destruccin inminente, los invaluables archivos de la minera nacional, tanto en las ciudades de El Alto, Potos y Oruro, como de los centros mineros de Viloco, Colquiri, Avicaya, Catavi, Santa Fe, Bolvar, Huanuni, centros mineros que fueron cerrados a partir de 1985, condenando a los documentos a la destruccin, ante la mirada impasible de autoridades polticas y tcnicas que no hicieron nada para evitar el desastre, en su insano afn de sepultar el Capitalismo de Estado con todo y su memoria.

    La mayora de los archivos administrativos tena -y tiene an- entre sus funcionarios a los denominados archivistas idneos, que por distintas razones no pudieron formarse en la Universidad Mayor de San Andrs de La Paz. Son trabajadores a los que se les ve con cierto desdn, por encima del hombro, por el

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    simple hecho de no ser del rea, sin considerar que mientras ms alejada est una ciudad o centro poblado de la sede de gobierno, existir mayor nmero de empricos o idneos. Pero estos trabajadores, injustamente vilipendiados, han dado lo mejor de su ser a los archivos y los documentos, siendo muchos de ellos guardianes y custodios que luchan sin cuartel por preservar esa herencia cultural. Aquellos y stos abrieron la senda a una generacin de jvenes profesionales que se forman en las aulas universitarias para aplicar la teora y la ciencia archivstica a nuestra praxis.

    XIII. Los extranjeros

    El Diccionario incluye la memoria de los archiveros extranjeros, pues como Bolivia no es una isla, un puado de aquellos aport -y an lo hace- con su experiencia, conocimientos y concurso generoso a la construccin de la archivstica boliviana y a la organizacin de los Archivos. Son pocos, ciertamente, e incluso un par no lleg a conocer el pas, pero en este caso debido a la notable influencia de su obra intelectual, convertida en manuales de obligada consulta en las aulas universitarias y en los Centros de Archivo, amerita plenamente su inclusin.

    Entre los extranjeros que han trabajado en Bolivia citamos a Ernest O. Rck, Ingeniero prusiano que lleg a ser el primer director del Archivo General de la Nacin a fines del siglo XIX. Estn los argentinos Aurelio Tanoni, que desde Crdoba apoy al desarrollo del Archivo de Santa Cruz de la Sierra y Celso Rodrguez, un verdadero paladn que apost incondicionalmente por Bolivia desde su cuartel general en la OEA en Washington. Los franceses Marie Helmer, quien estudi de forma primigenia los invaluables fondos coloniales de Potos y Thierry Saignes, que hurg en archivos espaoles para hallar piezas maestras de la historia colonial boliviana, levant ndices de archivos nunca antes descritos. Lewis Hanke, director de la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos, trabaj con remarcable consecuencia con Gunnar Mendoza en la labor editorial de obras capitales de la archivstica y la historiografa colonial; Jeroen Strengers, voluntario holands organiz los archivos de la Federacin Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia; Jos Miguel Lpez Villalba, autor de la monumental trascripcin paleogrfica de los Acuerdos de la Real Audiencia de La Plata (1561-1568), enamorado de Bolivia, va y viene impartiendo su amplio conocimiento sobre paleografa del documento indiano, en La Paz y Sucre; el entraable amigo del Per, Csar Gutirrez Muoz, quien visita de forma intermitente los archivos de nuestro pas, cuando quiere, cuando puede y sobre todo cuando debe, a quien nunca terminaremos de agradecer por su aporte sustantivo al desarrollo de la archivstica latinoamericana.

    Sin duda el ejemplo ms significativo es Theodore R. Schellenberg, el padre de la Archivstica Moderna mundial, Archivista de los Estados Unidos, organizador de la Primera Reunin Interamericana de Archivos, semilla para muchos emprendimientos de la archivstica Iberoamericana, a la que asistieron como delegados de Bolivia Gunnar Mendoza, Mario Chacn Torres y Guillermo Ovando Sanz. Subyugado por la fama del cerro rico, Schellenberg visit Potos en 1961, dictando conferencias pblicas para asombro de propios y extraos. Otros no conocieron Bolivia, como Vicenta Corts Alonso, pionera de los cursos de formacin para archivistas

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    latinoamericanos en Espaa; Antonia Heredia quien tom la posta y coordina la Maestra de Archivstica en la Universidad Internacional de Andaluca en La Rbida (Huelva), donde se forman los profesionales bolivianos; Dan Hazen, quien desde Harvard apoya generosamente con recursos econmicos a la descripcin y digitalizacin de archivos histricos, como el Archivo de La Paz en el centro del poder poltico, o el Archivo Regional de Tupiza, en la periferia. Menos conocidos son Liston Fox, de la Universidad de Tennesse, quien lleg al pas en 1957 para impartir cursos de Archivo, como parte de la Misin de cooperacin de esa Universidad; y la Dra. Silvia Schenkolewski, enviada por el gobierno de Israel e impartir cursos de Organizacin de Archivos en la ciudad de Sucre, en 1993, como parte de una gira por Latinoamrica.

    XIV. Acciones de los archivistas

    El lector podr apreciar que el Diccionario le ha dedicado lugar preponderante a las acciones de los archivistas, esenciales para comprender el actual desarrollo alcanzado en el pas. Estas acciones se expresan en las reuniones tcnicas de consulta (1979-1984), congresos nacionales y departamentales, resoluciones de convenciones y congresos internacionales, tales como la Declaracin de Principios de la Primera Reunin Interamericana de Archivos (1961), la Carta Americana de Archivos (1972), la Declaracin de Principios de los Archivistas de Bolivia (1982), el Cdigo de tica del Archivista (1996) y la Declaracin Universal de los Archivos (2010). Estos instrumentos esenciales ayudarn a los archivistas a comprender mejor la importancia de nuestro trabajo y la obligacin que tenemos de servir a las instituciones de las que dependemos, pero tambin a los investigadores y a la sociedad, que han depositado su confianza en nuestra labor. La expresin ms significativa que corona los esfuerzos de las acciones de los archivistas se plasma en la creacin de los centros de archivo e instituciones de enseanza superior archivstica. Hemos incorporado a una parte representativa de los mismos, que con su trayectoria se convierten en hitos y ejemplos que debemos emular. Como es obvio, no es objetivo del Diccionario, incluir la totalidad de centros de archivo, que es muy grande a nivel nacional, pues esa es materia de una Gua o Directorio de Archivos de Bolivia, tarea pendiente de realizar. Finalmente, las acciones se expresan en una ya extensa produccin intelectual de los archivistas, en cuyo caso debidamente documentada y verificada, se han incluido las referencias al pie de cada entrada con el ttulo de Publicaciones Archivsticas, desde artculos hasta monografas -reiterando, publicadas o impresas-insumo bsico para una Bibliografa Archivstica Boliviana, proyecto que se halla en pleno desarrollo, desde hace tres aos, la que, junto a Gonzalo Molina Echeverra, pensamos publicar a futuro. En algunos casos que ameritan, se decidi incluir la totalidad de produccin intelectual (no slo de la especializada archivstica) de los biografiados.

    XV. Los destructores de la memoria

    Este panorama tiene como contrapartida la ingrata memoria de los destructores y depredadores de los archivos, que se caracterizan tambin por su noble prosapia,

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    siendo muchos reputados intelectuales, como Alcides dOrbigny, que no tuvo reparos en llevarse como regalo las Actas Capitulares de La Paz correspondientes al siglo XVI. Investigadores prestigiosos a los que se tuvo que declarar non gratos vetndoles el acceso a los depsitos de archivos histricos. Custodios y directores fueron acusados de sustraer selectivamente valiosos documentos. A la lista se suman incluso presidentes de la Repblica, pues dos de ellos autorizaron la destruccin de archivos, otro que trat de subastar el valioso diario del guerrillero Ernesto Che Guevara y que hoy por ese y otros delitos de lesa humanidad, purga la pena capital. Ministros de Estado, una alta autoridad de la Corte Superior del Distrito Judicial de Tarija, polticos y burcratas, que destruyeron, subastaron documentos valiosos de los archivos histricos, o se llevaron documentos desde los archivos, para usarlos en investigaciones, pero que habiendo concluido los estudios, no los restituyeron.

    La violencia poltica desencaden actos de destruccin masiva de archivos. El 12 de febrero de 2003, grupos sociales tomaron con violencia instituciones smbolos del poder, quemando sus archivos y bibliotecas. El 8 septiembre de 2008, en medio de la violencia poltica desatada, grupos opositores a la Asamblea Constituyente, planificaron la toma violenta de instituciones estatales en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, quemando sus archivos. Cuando este Diccionario ya estaba concluido, un grupo de miembros de baja graduacin de la Polica Nacional, planificaron la toma violenta de las instalaciones de la Direccin General de Investigacin Interna de la Polica, para destruir por fuego el Archivo del Tribunal Disciplinario de la Polica Nacional la maana del 22 de junio de 2012.

    Forman parte de lo que la historiografa especializada bautiz como Biblioclastas y Memoricidas (destructores de libros y documentos), que en conjunto han provocado ms daos al patrimonio documental del Estado, que todos los factores y vectores de destruccin, durante el proceso histrico.

    Al respecto, reflexionando sobre este mal endmico, uno de esos archivistas empricos (idneos los llaman) nos deca:

    Habr que levantar dos murales en el ingreso de los archivos histricos. En un costado estarn las figuras seeras de aquellos que han dado la vida para salvar los documentos, y en el otro los que con similar denuedo han dedicado todo su esfuerzo y los medios a su alcance, para sustraerlos o destruirlos.

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    AABASCAL Y SOUSA, JOS FERNANDO DE(Oviedo, 30 de mayo de 1743. Madrid, 31 de julio de 1821)

    Noble, militar y poltico espaol. Mariscal de Campo. Ingres en el Arma de Infantera, integr la Orden de Santiago (1795) y la de Carlos III. Combati en Argel y los campos del Roselln. Sirvi en Santa Catarina, la Colonia del Sacramento, Santiago, La Habana (1796) y Guadalajara. Trigsimo quinto Virrey del Per (1806-1816) y primer Marqus de la Concordia Espaola en el Per. Fue un bastin del legalismo absolutista. Nombrado Virrey del Ro de la Plata (1804), sin tomar posesin del cargo, pues fue designado Virrey del Per, cargo que tampoco pudo desempear hasta 1806, debido a que fue apresado por los ingleses y obligado a realizar un largo periplo por Veracruz, La Habana, las Azores y Lisboa. Luego hizo el trayecto de 3.500 kilmetros desde Sacramento a Lima. Su gestin virreinal se centr en asuntos de salubridad pblica, cultura y defensa. Cre numerosas escuelas taller, y, con la colaboracin del pintor Jos del Pozo, cre la Real Escuela de Pintura de Lima. Auxili a la expedicin del doctor Jos Salvany y Lleopart, con el apoyo del protomdico Hiplito Unanue, para la vacunacin antivarilica de los sbditos peruanos, que lleg a Cochabamba. Cre, en los extramuros de Lima, un cementerio, con el sostn del alto clero limeo as como del colegio mdico; cre el Colegio de Medicina y el Jardn Botnico (dotado de claustro de profesores, biblioteca, salas de prcticas, etc.) para la formacin de galenos y especialistas. Dio empuje a los colegios de San Pablo y del Cercado para la instruccin de los hijos de la elite peruana y fund el Colegio de Abogados, netamente criollo. Apoy al Virrey Liniers y a Francisco de Elo en la defensa de Buenos Aires y Montevideo, durante la invasin britnica comandada por William Carr Beresford y Wizelock (1806-1807). Puso en marcha un ambicioso plan de defensa de la ciudad de Lima, el puerto del Callao, con la reparacin de la antigua fbrica de plvora y la reorganizacin del Ejrcito Real del Per, en el que destac el regimiento de patricios La Concordia Espaola en el Per, como smbolo de la unin entre espaoles peninsulares y americanos y la reorganizacin de una flotilla que custodi los mares del Sur contra extranjeros e insurgentes. Ante la invasin de Espaa por Francia, Abascal se adelant a jurar lealtad al rey Fernando VII. Fue apreciado por la lite limea, con la que adopt una poltica de conciliacin y acercamiento. Autoriz elecciones para diputados de Lima y Cusco para las Cortes de Cdiz.

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    En esa poca circularon peridicos conservadores (Gaceta del Gobierno de Lima, El Verdadero Peruano) y pro constitucionales (El Peruano, El Satlite del Peruano), fueron frentes de batalla de la elite poltica virreinal empleada por absolutistas y reformistas hasta 1814, que se dieron tambin en los claustros universitarios de la Universidad de San Marcos (Lima) y la San Antonio Abad (Cusco). Nombr a J.M. Goyeneche* Comandante de los Ejrcitos Reales, con el que enfrent a las republiquetas y los ejrcitos argentinos, a los que rechaz, en sus incursiones sobre Charcas. Volvi a Espaa cargado de ttulos y honores, con su ttulo de Castilla del Marquesado de la Concordia Espaola en el Per. Su archivo se encuentra en el Archivo General de Indias (Diversos, Archivo de Jos Fernando Abascal), en siete cajas de documentos sin catalogar que contienen gran cantidad de documentacin oficial y privada del Virrey, fundamental para la historia del Per, de 1806 a 1816, como inform Fernando Daz Venteo en su obra Campaas militares del Virrey Abascal (1923). Contiene documentacin del perodo 1804-1821, desde su nombramiento como Virrey del Ro de la Plata, hasta sus ltimos aos de vida en Espaa. Serveto aclara que ya existe a la fecha un catlogo.

    Fuente: Serveto, 2010, 9 (1): 12-15; http://es.wikipedia.org (24.4.2012).

    ACEBEY AYOROA, AMILKAR (La Paz, 15 de diciembre de 1971)

    Licenciado en Historia (UMSA), con estudios de especializacin en historia econmica, Diplomado en Educacin Superior, cursos en Gestin documental, Organizacin de archivos y Administracin de centros de documentacin. Es docente interino en las carreras de Historia* y Sociologa (UMSA). Tiene estudios y ensayos de investigacin en temas de historia econmica. Es uno de los archivistas que se ha especializado en gestin de archivos financieros e industriales. Siendo estudiante, particip en la organizacin del archivo del ex Banco del Estado y en el rescate de documentos del Juzgado de Corocoro (La Paz), ambos por encargo del Archivo de La Paz*. Ya como profesional, el 2003 impuls, junto a un equipo de trabajo de la carrera de Historia, la organizacin del Archivo Judicial de Poop (Oruro). Supervis las tareas de organizacin del Archivo Central, Archivo de Custodia y Archivo Histrico de la Superintendencia de Pensiones, Valores y Seguros, que contiene datos sobre la regulacin y fiscalizacin del sistema de pensiones y el mercado de valores y seguros; en los que se logr concentrar los fondos del Instituto Boliviano de Seguridad Social, el Instituto Nacional de Seguros de Pensiones, la Superintendencia de Pensiones, la Comisin Nacional de Valores, la Superintendencia de Valores, las Superintendencia Nacional de Seguros y Reaseguros y la Superintendencia de Seguros. Entre 2004 y 2009 fue responsable del sistema de Archivo y Biblioteca de la SPVS, conformado por 3.120 metros lineales de documentos. Al transformarse en Autoridad de Fiscalizacin y Control Social de Pensiones, fue designado Responsable del rea de Archivo y Correspondencia. En abril y julio de 2010 supervis la primera fase de conformacin del Archivo Institucional de la Empresa Minera Inti Raymi SA, concentrando y organizando un total de 509 metros lineales.

    Fuente: CV.

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    ACH, SAMUEL

    Director del Archivo Nacional de Bolivia en 1890-1896. Tuvo a su cargo el trabajo de seleccin del Archivo Histrico de Mizque, que fue catalogado y ordenado desde 1876, para cuyo objeto se destinaron 10.000 bolivianos para la adaptacin de infraestructura y adquisicin de mobiliario. En 1893, durante su gestin, se destinaron 5.000 bolivianos para la publicacin del catlogo de la Biblioteca Nacional, la construccin de una sala de lectura y la adquisicin de mquinas y tiles necesarios para el establecimiento de un taller de encuadernacin. Fue director del Boletn y Catlogo del Archivo Nacional de Bolivia, desde el N 40 (1890) hasta el N 75 (1896). Publicaciones archivsticas: Memoria que presenta el director del Archivo Nacional al Ministerio de Gobierno. Sucre, La Industria, 1892; Boletn y Catlogo del Archivo Nacional de Bolivia (N 40, 1890-N 75,1896).Fuente: DS. 10.10.1917; Oporto, 2006: 213.

    ACOSTA PERALTA, NICOLS(Coroico, Provincia Nor Yungas, La Paz, 6 de diciembre de 1842. Cantn Taca, Provincia Sud Yungas, 31 de octubre de 1893)

    Abogado, historiador, erudito, escritor, periodista y uno de los ms importantes biblifilos de su poca. Hizo sus estudios en el Seminario de San Jernimo y la Universidad Mayor de San Andrs. Fue secretario general de Narciso Campero* en Europa y secretario privado del Presidente Adolfo Ballivin. Muncipe del Concejo Municipal de La Paz (1878); Convencional (1880-1881); Diputado Nacional por la Provincia Pacajes (1885); miembro de la Embajada de Bolivia en Venezuela para la celebracin del centenario de S. Bolvar*; Juez Revisitador de la Provincia Pacajes, poca en la que llev el archivo de la revisita a grupa de mula; Oficial Mayor de Justicia e Instruccin. Secretario de la Legacin Boliviana en Londres (1873). Destac como fundador y director de El Titicaca y otros peridicos. Miembro de la Masonera, militante del Partido Liberal de Eliodoro Camacho y Presidente de la Agrupacin Cientfica y Literaria Sociedad Gutirrez. Durante su estancia en Londres, con la cooperacin de Pascual Gayangos y Clement S. Markham, logr obtener una copia del Libro Primero de Actas del Cabildo de La Paz (1548-1562), que se encontraba en la Coleccin Egerton del British Museum, transcribindolo parcialmente por primera vez, de lo que result un extracto o resumen de los primeros 16 folios, [pues] no pudo leer su contenido. Reuni una selecta biblioteca boliviana de impresos y manuscritos de valor histrico (1574-1884), afirmando que por la falta de archivos pblicos y privados y en que se deja sentir un tanto el espritu egosta, algo ha debido hacerse para acumular dispersos datos de distintos tiempos y lugares, a fin de reunirlos y lanzarlos a la prensa. Con ellos escribi su afamada Gua del Viajero en La Paz. Noticias estadsticas, histricas, locales, religiosas, templos, hoteles, edificios, antigedades, etc., publicada en La Paz, en la Imprenta de la Unin Americana, en 1880, obra dedicada a J.R. Gutirrez*, propagador de la aficin a los estudios bibliogrficos e histricos en Bolivia. Actualmente esa valiosa coleccin -que fue vendida por sus descendientes a centros acadmicos de los Estados Unidos en 1914 -se halla dispersa en las universidades

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    de Harvard (Cambridge, Massachusetts), y Northwestern (Chicago, Illinois). Es autor de Apuntes para una Bibliografa Periodstica de la ciudad de La Paz (1876). Tambin de Historia de la Confederacin Peruano Boliviana y Bibliografa de sus manuscritos y Biblioteca, ambos inditos.Publicaciones archivsticas: Catlogo de Libros, Folletos, Manuscritos y documentos de la Biblioteca de Nicols Acosta en las Universidades de Estados Unidos, en: The Hispanic American Historical Review, Vol XII (1932), XIII (1933).

    Fuente: Acosta, 1880: 18; Aranzes, 1915; Barnadas, 2002: I, 57; Costa de la Torre, 1968: 243-244; Costa de la Torre, 1970; Feyles, 1965: 15; Siles, 1971:1.

    AGRAMONT VIRREIRA, MIRIAM(La Paz, 28 de febrero de 1949)

    Estudi la carrera de Bibliotecologa y Ciencias de la Informacin* (UMSA), y la carrera de Historia*. Curs el Diplomado en Gestin de Archivos Administrativos y Archivos Histricos (2002). Ha combinado la experiencia bibliotecaria con la archivstica. Trabaj en la Biblioteca Central de la UMSA (1977-1986), el Centro de Documentacin del Centro de Informacin y Desarrollo de la Mujer (1985-1987), el Centro de Documentacin del Instituto para el Desarrollo de Empresarios y Administradores (1987-1989), el Centro de Documentacin de Tecnologa Apropiada para la Mujer Campesina (1989), en la Biblioteca Minera Luis Ballivin Saracho de la Asociacin Nacional de Mineros Medianos (1989-1998), las bibliotecas de la Cooperacin Holandesa (1994-1995), Empresa Minera Inti Raymi (1992-1996), Empresa Minera La Barca (1993-1994) y Confederacin de Empresarios Privados de Bolivia (2004-2005). Fue docente de Administracin y Organizacin de Archivos del Instituto Boliviano de Estudios Empresariales y de la Universidad Privada Boliviana (2000-2007). Particip en el Seminario de Promocin de la Lectura en La Habana, Cuba (1986) y en el curso de Historiografa Boliviana de la Universidad Andina. Como archivista trabaj en el Archivo de Proyectos de la Fundacin Bolivia Exporta (1996-1997), consultora en el Sistema Nacional de Archivos Administrativos del Defensor del Pueblo (1998-1999), en la Superintendencia General del Sistema de Regulacin Sectorial (2000-2009) y en el Sistema de Archivos de la Confederacin de Empresarios Privados de Bolivia (2003-2004). Trabaj como Encargada de Archivo y Biblioteca de la Autoridad de Fiscalizacin y Control de Telecomunicaciones y Transportes (2009-2010). Entre su obra publicada e indita, sealamos: Bibliografa de la Mujer Boliviana 1920-1985, coautora (1985); Bibliografa de la mujer en salud (mimeografiado, 1986); Boletn Bibliogrfico Minero-Metalrgico (1989-1998); Historia de una experiencia de trabajo colectivo: Red Local de Informacin Socio Econmica (1996); Bibliografa sobre Historia de la Minera: Biblioteca Minera Luis Ballivin Saracho de la Asociacin Nacional de Mineros Medianos (1997, indita); Catlogo de Artculos de Prensa: Superintendencia General del SIRESE, Superintendencia de Electricidad, Superintendencia de Hidrocarburos, Superintendencia de Saneamiento Bsico, Superintendencia de Telecomunicaciones, Superintendencia de Transportes (2000-2009).

    Fuente: CV.

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    AGUILAR, MIGUEL(La Paz, 12 de abril de 1963)

    Estudi la carrera de Bibliotecologa y Ciencias de la Informacin* (UMSA). Apoy en la edicin del boletn hemerogrfico Eco Informe (1994-1995). Trabaj en la Biblioteca del Centro de Promocin de la Mujer Gregoria Apaza (1994), en el Centro de Documentacin en Informacin Nacional (1994). Pas al Archivo del Banco Central de Bolivia (19961997) y la Biblioteca de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educacin (1997-1998). Trabaj en la organizacin del Archivo del Programa Integrado de Servicios Bsicos de Salud y Fortalecimiento Institucional (1999-2000); fue Auxiliar del Archivo de la Oficina de Derechos Reales de La Paz (2001), Tcnico en el Archivo del Fondo Nacional de Desarrollo Regional (2001-2009) y en el Archivo de la Corte Nacional Electoral, donde trabaj con J. Saravia* y C. Canedo* (20092011). Fue contratado, en mrito a su experiencia, como Encargado del Archivo Central del Sistema de Archivo de la Corporacin Minera de Bolivia* (2012).

    Fuente: CV.

    AGUILAR CALDERN, EDWIN J.(La Paz, 19 de mayo de 1983)

    Contador pblico (egresado) y programador de sistemas. Es estudiante de la Carrera de Bibliotecologa y Ciencias de la Informacin* (UMSA). Antes de ingresar a la actividad archivstica se desempe como control operativo de la empresa Prosegur (2003-2004). Asisti al III y IV Congreso Nacional, de Oruro (2006) y Potos (2008) y al IV Congreso Internacional de Bibliotecologa, Archivstica y Museologa (2007). El 2005 ingres como consultor tcnico al Archivo y Biblioteca Econmica del Ministerio de Hacienda, donde organiz la serie Presupuestos Nacionales. El 2008 fue designado Custodio de Documentos del Servicio Nacional de Propiedad del Estado, responsable por ello de la organizacin tcnica de los archivos de 20 entidades en proceso de liquidacin. Como resultado de su trabajo, ha realizado una primera transferencia de fracciones de series inactivas al Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia*.

    Fuente: CV.

    AGUILAR DVALOS, GONZALO JAVIER (La Paz, 6 de abril de 1952)

    Estudi la Carrera de Historia* (UMSA). Tiene un curso de postgrado de Especialista Superior en Periodismo Avanzado (Universidad Andina Simn Bolvar, La Paz) y otro en Derechos Humanos de los Pueblos Indgenas. Fue docente en varias facultades de la UMSA (1979-1996). Tuvo a su cargo la ctedra de Archivo Histrico en la Carrera de Bibliotecologa y Ciencias de la Informacin* de la UMSA (1990); fue docente en la Unidad Acadmica Campesina de Tiwanaku de la Universidad Catlica Boliviana (1993 y 1995) y la Universidad Nuestra Seora de La Paz (2000-2004). Particip en el IX Curso de Organizacin y Administracin de Archivos Histricos* en la Escuela Nacional de Documentalistas, Madrid, Espaa (1981), a la

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    que present su tesina Aportes para la mejora del servicio archivstico en Bolivia (l981); y en la Escuela Iberoamericana de Archivos. Siendo estudiante universitario se introdujo a la Archivstica, participando en el Curso de Archivos Administrativos, Paleografa, Teora archivstica y Archivos Bolivianos (1976). Colabor en Los bolivianos en el tiempo, bajo la direccin de A. Crespo*, y en la serie de fascculos Bolivia en transicin: La Guerra del Chaco, publicados por la Coordinadora de Historia e Investigadores Asociados (1999). Form parte del proyecto de Recopilacin de la correspondencia diplomtica entre Bolivia y Chile de 1825 a 1879 (Misin Bustillo), bajo la direccin de J. L. Roca* (1979). Trabaj con Azul Editores en la edicin de Las claves del comandante, poemario de Hctor Borda Leao (1997); particip en la elaboracin de fichas histricas para la Autobiografa de Juan Lechn Oquendo (1997-1999) publicado como Memorias (2000); y fue corrector de estilo de la autobiografa de Vctor Paz Estenssoro* (1999). Public sus investigaciones periodsticas en el Semanario Aqu, por encargo del Servicio de Paz y Justicia (1990). Fue redactor del boletn Solidaridad y de MIC (1991-1994), donde public sus trabajos sobre el pueblo Mosetene, para la Coordinadora de Solidaridad con los Pueblos Indgenas de Bolivia (Regional La Paz). Editor del boletn de prensa Caminoticias; Vocerito (peridico de Alasita, 1 al 3, 1996-1997), La Prensita (peridico de Alasita del Sindicato de Trabajadores de la Prensa de La Paz, 1998). Particip en la edicin de El Che en la Poesa Boliviana (1994, 1997); redactor del peridico Nuestra Imagen (1996); corrector de estilo en Presencia (1996-1997); columnista A Rajatabla en el Extra y en la revista dominical Asalto con sus notas Breves de la Historia (1999-2004). Su carrera archivstica la inici como Encargado de archivos de Constructora CON 1115 (1977-1979), fue Auxiliar del Archivo de La Paz* (1980), donde clasific y catalog los Libros de padrones, visitas, revisitas y catastro de las Provincias de La Paz (siglos XVII-XIX) junto a R. Choque*. Realiz la transcripcin del Diario de Campaa de Esteban Loza (22.12.1781), del Testimonio de Nicols Tellera (15.8.1781) y del Proceso contra Pedro Obaya* (El Rey Chiquito), documentos concernientes a las Rebeliones Indgenas de 1780-1782, proyecto dirigido por A. Crespo. Fue Encargado del Archivo del Sistema y Fondo Nacional de Informacin para el Desarrollo del Ministerio de Planeamiento y Coordinacin (1982-1985), oportunidad en la que particip en la recopilacin de la Gua de Tesis (Tomo II, 1982). Con E. Crdenas* elabor el Manual del archivo activo, que fue aplicado en los archivos de la Universidad de San Francisco Xavier y en los ministerios de Urbanismo y Vivienda, Asuntos Campesinos y Agropecuarios, Planeamiento y Coordinacin, as como en la Junta Nacional de Solidaridad y Desarrollo Social y el Estado Mayor de Ejrcito (1983-1985). Posteriormente organizaron el curso de Capacitacin de Tcnicas de Archivo y Documentacin (1982); el Seminario de Microfilmacin (1982); y el curso de Introduccin a las Tcnicas Documentales (1982); particip en el Proyecto de Sistemas de Informacin, con apoyo del PNUD/FAO/BRA (1983). Volvi al Archivo de La Paz como docente-archivista (1990 y 1993), ocasin en la que orden e inventari la Coleccin Fotogrfica y el Fondo Tesoro Pblico del Departamento de La Paz (siglo XIX), trabaj en la redaccin de la Gua del Investigador y dise nuevos formularios de Registro del Investigador y Reprografa de Documentos, con I. Jimnez*; as como un Manual para el servicio al usuario del archivo y biblioteca. Ms tarde se incorpor a la Red de Informacin SOL (proyecto impulsado por Beatriz Rossells y L. Oporto*) como responsable de la ordenacin y procesamiento de su

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    documentacin (1993-1994). Particip en el proyecto de Organizacin del Archivo del Ex-Banco del Estado, por encargo del Archivo de La Paz* (1995). Fue director de la Biblioteca de la Universidad Andina Simn Bolvar (La Paz). Fue designado Director de la Direccin General de Registro, Control y Administracin de Bienes Incautados (2007-2010). El 2011 ha realizado la evaluacin y diagnstico de los Archivos administrativos, Central y de Capitalizacin y Privatizacin del Ministerio de Desarrollo Productivo y Economa Plural, y se le encomend elaborar Planes de trabajo, Guas Generales de Control, trabajo que est en curso.

    Publicaciones archivsticas: Bases para un estudio objetivo de la situacin econmica y profesional del archivista boliviano. Plan para el levantamiento de un censo preliminar de archivos y archivistas bolivianos y conclusiones de proyeccin legislativa. Relato para el punto C del temario. Por Marcela Inch, Roberto Choque C., Gonzalo Aguilar D., p. 83-94, en Segunda Reunin de Consulta sobre Archivos Bolivianos. Cochabamba: Centro Pedaggico y Cultural de Portales, Imp. Taller Grfico del Centro Portales, julio 5-7, 1982. 123 p. mimeo; Plan para la organizacin del Archivo Central del Ministerio de Planeamiento y Coordinacin (La Paz, 1985); Consideraciones para la reglamentacin interna de archivos en la administracin pblica y Plan para el levantamiento de un censo preliminar de archivos y archivistas bolivianos, en coautora con M. Inch (Segunda Reunin de Consulta sobre Archivos Bolivianos, Cochabamba, Centro Pedaggico y Cultural Portales, 1982); Manual del archivo activo: teora, procedimientos y tcnicas, en coautora con Elvira Crdenas de Paravicini (La Paz, SYFNID-Ministerio de Planeamiento, 1983; 1985); Exposicin audiovisual en 1981 sobre la Guerra Civil Espaola (Revista Humanidades, No 1. La Paz, Facultad de Humanidades UMSA, 1987); La seccin fotogrfica del Archivo de La Paz (Boletn del Archivo de La Paz, Ao XII, Nmero especial, 1991; Aportes para la organizacin de un archivo contable: el Archivo General del Banco del Estado (Boletn del Archivo de La Paz, 17 (16-17): 77-86, 1997).

    Fuente: CV.

    AGUILAR MOLLINEDO, PABLO LUIS(La Paz, 22 de junio de 1967)

    Estudiante de la carrera de Administracin de Empresas (UMSA). Estudios de Auxiliar de Contabilidad en el Centro Especializado en Computacin. Antes de ser archivero, fue barman profesional, regente del Colegio Santa Brbara (La Paz), ayudante de mecnica y administrador de restaurante. Inici sus actividades en el mbito archivstico (2005) en el Sistema de Archivo de la Corporacin Minera de Bolivia* como Auxiliar del Archivo Intermedio y Archivo Central, donde actualmente trabaja. Particip en el salvataje de los fondos documentales Empresa Minera Colquiri, Empresa Minera Viloco (La Paz) y Planta de La Palca (Potos).

    Fuente: Expediente personal en el Archivo Central de Comibol.

    AGUILAR ZEBALLOS, MARUJA(Oruro, 8 de abril de 1952)

    Autodidacta. Desde muy joven tuvo que trabajar en el rubro de medicamentos. Por azares de la vida milit en el Movimiento de Izquierda Revolucionaria, gracias a lo cual ingres a la Alcalda Municipal de Oruro como conserje, siendo asignada a tareas de limpieza en la Oficiala Mayor de Cultura donde funcionaba la Biblioteca

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    Pblica. En su tiempo libre ayudaba en algunas tareas a los bibliotecarios, que eran pocos, con el tiempo les segua a los cursos a los que asistan y as fue aprendiendo esta noble profesin. Casualmente, la