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1 Sociedad Mexicana de Nutrición y Endocrinología Guías prácticas para el uso de la insulina Editores: Dr. Francisco Javier Gómez Pérez Dr. Sergio Hernández Jiménez Autores: Dra. Alicia Yépez Lic. Enf. María Luisa Velasco Dra. Claudia Ramírez Dr. Daniel Cuevas Ramos Dra. Paloma Almeda Valdés Dr. Joaquín Joya Galeana Dra. Alma Vergara López Dra. Roopa Mehta Dra. Margarita Barrientos Dr. Israel Lerman Garber Dr. Oscar Lozano Castañeda Dr. Sergio Hernández Jiménez Dr. Francisco Javier Gómez Pérez

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Sociedad Mexicana de Nutrición y Endocrinología

Guías prácticas para el uso de la insulina

Editores: Dr. Francisco Javier Gómez Pérez

Dr. Sergio Hernández Jiménez

Autores:

Dra. Alicia Yépez Lic. Enf. María Luisa Velasco

Dra. Claudia Ramírez Dr. Daniel Cuevas Ramos

Dra. Paloma Almeda Valdés Dr. Joaquín Joya Galeana Dra. Alma Vergara López

Dra. Roopa Mehta Dra. Margarita Barrientos Dr. Israel Lerman Garber

Dr. Oscar Lozano Castañeda Dr. Sergio Hernández Jiménez

Dr. Francisco Javier Gómez Pérez

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Prólogo. Dr. Carlos A Aguilar Salinas

Presidente de la Sociedad Mexicana de Nutrición y Endocrinología 2009.

El manejo de la diabetes implica el desarrollo de varias competencias que no

están consideradas en la mayoría de los programas de las escuelas de Medicina.

La prescripción del tratamiento con insulina es una de ellas. El médico deberá

conocer los aspectos farmacológicos de las diversas formulaciones, seleccionar

los esquemas adecuados para cada caso, realizar los ajustes de la dosis en forma

oportuna y evitar los efectos adversos. Su empleo debe acompañarse de un

proceso educativo para el paciente y su familia, quienes serán los encargados de

la administración, almacenamiento, ajuste de la dosis y prevención o tratamiento

inmediato de la hipoglucemia. La complejidad del proceso se magnifica ante los

mitos que rodean su empleo. Como resultado, el porcentaje de las personas con

diabetes que son tratadas con insulina es notablemente menor en México

comparado con lo que ocurre en otros países (5 vs 20% respectivamente). La

insulina es indicada en forma tardía. La dosis no es modificada con la frecuencia

debida, tomando en cuenta la alimentación, actividad física y el status del

paciente. Por ende, su empleo inadecuado es causa de hipoglucemias frecuentes,

aumento de peso y persistencia de la hiperglucemia.

El médico de primer contacto es el encargado del manejo de la mayoría de las

personas con diabetes. El uso de la insulina implica una curva de aprendizaje,

cuya pendiente puede ser modificada con el apoyo de herramientas educativas.

Es responsabilidad de los especialistas en endocrinología el desarrollo de

documentos que ayuden al médico y a los pacientes en la implementación de un

tratamiento correcto. La Sociedad Mexicana de Nutrición y Endocrinología

desarrolló este documento con tal fin. En él encontrará las nociones sobre la

farmacología de la hormona, la selección de un esquema, su adaptación a las

necesidades del paciente y el empleo de la insulina en grupos especiales.

Materiales de apoyo para ser distribuidos a sus pacientes están disponibles en

nuestro portal www.endocrinología.org.mx. La SMNE debe ser un motor de

cambio para que las personas con diabetes reciban una atención de calidad.

3

Todos podemos contribuir en hacer una realidad la misión de nuestra sociedad:

“Fomentar el conocimiento de la Nutrición y Endocrinología de sus agremiados

para que la prevención y la atención de enfermedades endócrinas y de la nutrición

sean ejercidas con calidad y excelencia”.

4

Comentarios de los editores La insulinoterapia ha sido una de las áreas terapéuticas que ha mostrado mayor

desarrollo en los últimos años, el uso de la insulina mediante nuevas moléculas y

métodos de administración ha sido motivo de importantes estudios que han

permitido llegar a niveles más cercanos a los fisiológicos con menor riesgo de

hipoglucemia.

Los conceptos vertidos por cada uno de los autores son exclusivamente de su

responsabilidad. En nuestro trabajo editorial hemos tratado de no modificar las

posiciones y preferencias de los expertos seleccionados para desarrollar cada

capítulo.

La selección de los autores se hizo pensando en sus características de ética y

compromiso que han demostrado en sus publicaciones y conferencias dentro de

la Endocrinología.

El diseño de esta obra se hizo considerando nuestra responsabilidad de transmitir

conocimientos sólidos y comprobados que pueden ser de utilidad sobre todo a

médicos no especializados en el campo.

Creemos que este esfuerzo editorial permitirá llevar mayor conocimiento de la

insulinoterapia en beneficio de los pacientes.

FJ Gómez Pérez S Hernández Jiménez

5

Contenido A. Conocimientos requeridos por el médico, previos al empleo de la insulina

Capitulo 1. Farmacodinamia y farmacocinética de las insulinas convencionales

Dra. Alicia Yépez Rodríguez.

Capítulo 2. Farmacocinética y farmacodinamia de análogos de insulina

Dr. Daniel Cuevas Ramos, Dra. Paloma Almeda Valdés, Dr. Francisco J Gómez

Pérez

B. El tratamiento de la insulina en la práctica.

Capítulo 3: Esquemas de insulina: tipos e implementación

Dr. Sergio Hernández Jiménez

Capítulo 4: Insulinas premezcladas.

Dr. Israel Lerman Garber

Capitulo 5: Procedimientos para la aplicación y preservación de la insulina

Lic. Enf. María Luisa Velasco

Capítulo 6: Complicaciones durante el tratamiento con insulina

Dr. Joaquín Joya Galeana, Dra. Alma Vergara López

Capítulo 7: Ejercicio y la insulina: Recomendaciones

Dra. Roopa Mehta

Capítulo 8: Bombas de infusión continua de insulina.

Dr. Israel Lerman Garber

Capítulo 9: Otras vías de administración de insulina

Dra. Alicia Yépez Rodríguez

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C. El uso de la insulina en condiciones o grupos especiales

Capítulo 10: Esquemas de insulina en niños y adolescentes

Dra. Margarita Barrientos

Capítulo 11: Esquemas de insulina en pacientes hospitalizados

Dr. Sergio Hernández Jiménez

Capítulo 12: El manejo de insulina en cirugía

Dr. Oscar Lozano Castañeda

Capítulo 13: Esquemas de insulina en complicaciones agudas

Dra. Paloma Almeda Valdés, Dr. Sergio Hernández Jiménez

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Farmacodinamia y farmacocinética de las insulinas convencionales

Dra. Alicia Yépez Rodríguez.

La glucosa, como fuente primaria de energía de los tejidos, requiere de la unión

de la insulina a su receptor celular; para que esta interacción ocurra es preciso

que la insulina se encuentre en su forma monomérica. La insulina regular y sus

análogos, cuando son administrados en forma intravenosa, se encuentran en

forma de monómeros. Pero cuando las insulinas se administran en el tejido

subcutáneo, tienden a asociarse en forma de hexámeros, y dependiendo de su

estructura molecular se disociarán a monómeros para ejercer sus distintos efectos

biológicos.

La modificación de la secuencia de ciertos residuos de aminoácidos altera la

afinidad de las cadenas B y su tendencia a asociarse (lo que afecta su duración y

velocidad de acción), pero también puede modificar su afinidad por el receptor de

insulina (lo que afecta su potencia), el tiempo que permanece unida a su receptor

(lo que afecta su variabilidad y su mitogenicidad) y por su interacción con el

receptor de IGF-1 (lo que se ha asociado con mutagenicidad, inhibición de la

apoptosis y estimulación de la proliferación en ciertas líneas celulares).

Del 40 al 50% de la insulina circulante se elimina de la circulación en el hígado.

Del 30 al 40% es eliminada por vía renal. Su degradación tras su unión a su

receptor, ocurre a través de proteasas.

La acción de algunas insulinas presenta una gran variabilidad intraindividual lo

que significa que una misma dosis de la misma insulina aplicada en el mismo

sujeto puede generar respuestas diferentes. Entre los factores que afectan la

velocidad de absorción de la insulina se encuentran: la actividad física del sujeto,

la vía de administración, el sitio de la inyección, la temperatura corporal y hasta la

temperatura ambiental1

La insulina en los gránulos de las células beta (al igual que la insulina regular en

los viales farmacéuticos) se encuentra en forma de hexámeros. La tendencia a

agruparse de la insulina se explica por los enlaces de residuos de aminoácidos de

región carboxiterminal de la cadena B. Esta interacción ocurre por puentes de

hidrógeno que tienden a formar dímeros; 3 dímeros se agregan en una unidad

hexamérica estabilizada por 2 moléculas de zinc. Una formulación de insulina

8

regular en una concentración de 100 U/ml tiene que ser diluida más de 10,000

veces en el tejido subcutáneo para disociarse en monómeros y para ser

reconocida por su receptor a fin de producir su efecto biológico2,3.

La administración de insulina en forma monomérica permitiría un efecto casi

inmediato, pero tendría que diluirse en un volumen tal que no sería conveniente

para un tratamiento inyectable y crónico.

Aun así, una vez que la insulina Regular es inyectada al tejido subcutáneo,

tiende a agregarse en forma de hexámeros, y su disociación a monómeros

requiere de 4 a 6 horas, por lo que la insulina en esta forma puede ser:

Demasiado lenta para simular la fase aguda de secreción pancreática de

insulina en respuesta a los niveles de glucosa que siguen al consumo de

alimentos

Demasiado rápida para simular la secreción de insulina basal.

Lo anterior, es uno de los principales desafíos en el tratamiento de la diabetes

con insulina, pues lo que se pretende es imitar la función del páncreas. En

sujetos sanos, el páncreas secreta insulina en forma continua, pero la ingestión de

alimentos genera un rápido incremento de la concentración de insulina que

alcanza un máximo a los 30-45 minutos, seguido por una disminución hasta los

niveles basales después de 2 horas.

9

Reproducir la secreción de insulina como medida terapéutica, podría requerir

varias dosis de insulina así como una apropiada sincronización de las aplicaciones

con los horarios de alimentación.

Desde 1923, cuando la insulina estuvo disponible por primera vez como medida

terapéutica, se han hecho varios intentos de modificar su estructura molecular a fin

de optimizar su biodisponibilidad, y de esta manera obtener moléculas que se

conviertan a monómeros en forma muy lenta (para imitar la secreción continua de

insulina) o muy rápida (para imitar la secreción aguda y relativamente breve de

insulina que sigue al consumo de alimentos)4-6

INSULINA HUMANA REGULAR. La insulina es una hormona polipeptídica que se compone de 2 cadenas (A y B)

de 21 y 30 residuos de aminoácidos respectivamente. Ambas cadenas presentan

terminales amino y carboxilo. La cadena A tiene un puente disulfuro interno, y

otros 2 puentes la unen con la cadena B como se puede observar en el siguiente

esquema:

Esta insulina se obtiene por manipulación genética del ADN recombinante en

cepas no patógenas de Escherichia coli. En solución ácida, los monómeros de

insulina se ensamblan como dímeros mediante su porción carboxilo terminal. A un

pH neutro y en presencia de iones de zinc, se forman hexámeros, lo que retrasa

su efecto por varias horas, pues como se mencionó con anterioridad, debe

disociarse a monómeros para poder unirse a su receptor.

Tras la administración subcutánea, su efecto se inicia a los 45 minutos, y

alcanza un pico en su concentración en 2 a 4 horas, aunque la duración de su

efecto puede esperarse de hasta 6 a 8 horas, dependiendo de la dosis. A mayor

dosis, mayor duración. Por su inicio de acción, es recomendable inyectarla 30 a

10

45 minutos antes de los alimentos. Debido a la duración de su efecto, algunos

pacientes podrían experimentar hipoglucemia 4 horas después de su

administración, lo que puede prevenirse mediante colaciones.

Esta insulina se encuentra disponible para su administración subcutánea o

intravenosa, en una solución cristalina, estéril (con fenol como antimicrobiano) y

con zinc como estabilizador, en viales con 10 ml o en cartuchos para inyectores

“en pluma” de 3 ml. En ambos casos la concentración es de 100 UI por cada ml.

Una vez que se abre un cartucho, éste puede permanecer hasta por 30 días a

temperatura ambiente (siempre y cuando ésta sea menor a 30oC). Si los viales

deben ser almacenados, estos deben permanecer en refrigeración entre 2 y 8 oC.

INSULINA NPH

La manipulación genética de plásmidos de Escherichia coli para obtener una

insulina lo más parecida posible a la humana, permitió que en 1980 se hicieron

las primeras pruebas en humanos con la insulina “humana” obtenida por

tecnología con DNA recombinante7. En 1982, Elli Lilly obtuvo la aprobación de la

FDA para el uso de dos insulinas humanas semisintéticas, la Insulina R y la NPH,

ésta última con una duración dependiente de su dosis de 9 a 18 horas, pero con

un pico de acción a las 5-6 horas, que en algunos pacientes se asocia con mayor

riesgo de hipoglucemia. NPH significa “Neutral Protamine Hagedorn” en memoria

de Hans Christian Hagedorn quien en 1936 descubrió que la adición de

protamina a la insulina aumentaba la duración de su efecto sobre la glucosa (Esta

insulina apareció en el mercado hasta 1946). Desde 1982 se obtiene por

tecnología de DNA recombinante humano con plásmidos de Escherichia coli no

patógena.

. Se presenta en una solución acuosa de aspecto lechoso, con un pH de 7.4 (a

temperatura ambiente). Su inicio de acción es lento con un pico de acción a las 4

o 5 horas de su administración y una vida media de 8 a 12 horas. Cuanta más alta

es la dosis, mas alto es el pico y duración de acción.

La insulina NPH puede mezclarse en la misma jeringa con insulinas de acción

rápida o corta.

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Farmacocinética de las insulinas convencionales

Tipo de insulina Inicio de acción Tiempo al pico de acción

Duración de la acción

Insulina regular 30 a 45 minutos 2 a 4 horas 5 a 8 horas

NPH 2 horas 6 a 8 horas 10 a 18 horas

BIBLIOGRAFÍA 1. Guerci B, Sauvanet JP. Subcutaneous insulin: pharmacokinetic variability and

glycemic variability. Diabetes Metab. 2005;31:4S7-4S24 2. Bakaysa D et al: Physicochemical basis for the rapid time-action of LysB28ProB29-

insulin. Dissociation of a protein-ligand complex. Protein Sci 1996; 5:2521-31 3. Brems D et al. Altering the association properties of insulin by aminoacid

replacement. Protein Eng 1992;5:527-33 4. Brange J; Volund A: Insulin analogs with improved pharmacokinetic profiles. Adv

Drug Deliv Rev 1999; 35: 307-335 5. Hoogwerf B et al. Advances in the treatment of diabetes mellitus in the elderly.

Development of insulin analogues. Drugs Aging 1996; 9:438-48 6. Vajo Z et al. Recombinant DNA technology in the treatment of diabetes: Insulin

Analogs. Endocrine Reviews. 2001; 22:706-717 7. Keen H, Glynne A, Pickup JC, et al: Human insulin produced by recombinant DNA

technology: safety and hypoglycaemic potency in healthy men. Lancet 1980;ii:398–401.

12

Farmacocinética y farmacodinamia de los análogos de insulina Dr. Daniel Cuevas Ramos, Dra. Paloma Almeda Valdés, Dr. Francisco J Gómez

Pérez

La principal diferencia entre las distintas preparaciones de insulina es el tiempo

de duración de la acción hipoglucemiante. De acuerdo a este punto se clasifican

en cuatro categorías:

1. Insulinas de acción ultra-rápida incluyendo los análogos de insulina

llamados lispro, aspart y glulisina.

2. Insulina de acción rápida incluyendo la insulina regular o “R”.

3. Insulina de acción intermedia o NPH (Neutral Protamine Hagedorn) o “N”

4. Insulinas de acción prolongada incluyendo los análogos de acción

ultralarga llamados glargina y detemir.

Potencia de la insulina

La potencia de la insulina es medida en unidades. Originalmente, las unidades

estaban basadas en actividad biológica, pero más recientemente, 1 mg insulina

fue definido como 24 unidades de actividad. Cada unidad tiene 41.6 µg En

México, la mayoría de las preparaciones de insulina contienen 100 unidades/ml.

Preparación de la insulina

Por muchos años, la insulina fue obtenida por extracción desde páncreas

bovinos o porcinos. En la actualidad, la mayoría de las insulinas producidas

comercialmente es mediante tecnología de ADN recombinante. La insulina

preparada puede permanecer con la misma secuencia de aminoácidos que la

insulina original y por ello es llamada “insulina humana”. Cuando la secuencia de

aminoácidos es alterada intencionalmente tiene el objeto de producir análogos de

insulina con perfiles farmacológicos diferentes, ya sea con acción ultra-rápida

como lispro, aspart o glulisina; o con acción más prolongada como con glargina o

detemir. Las preparaciones recombinantes son menos alergénicas que cuando se

obtienen de extractos de animal.

13

Efecto de la insulina

La insulina y sus análogos reducen las concentraciones de glucosa en sangre al

estimular la captura de glucosa periférica, especialmente por el músculo

esquelético y la grasa, y mediante la inhibición de la producción de glucosa

hepática. La insulina inhibe la lipólisis en el adipocito, inhibe la proteólisis e

incrementa la síntesis de proteínas.

Insulinas de acción ultra-rápida

Las insulinas de acción ultra-rápida son tres:

1. Insulina aspart

2. Insulina glulisina

3. Insulina lispro

El inicio y la duración de la acción de las insulinas de acción ultra-rápida son

más cortos que la insulina Regular. Estas insulinas empiezan a actuar en 5 a 15

minutos (tabla 1), por ello, es importante que el paciente se las aplique cuando

está por consumir el alimento, idealmente, con el plato de comida enfrente, de lo

contrario, existirá el riesgo de hipoglucemia.

Tabla 1. Tiempo de acción de los análogos de insulina.

Preparación Inicio de acción

Pico de acción

Duración de la acción

Análogos de acción ultra-rápida Insulina lispro 5 – 15 min 30 – 90 min 3 – 5 hr Insulina aspart 5 – 15 min 30 – 90 min 3 – 5 hr Insulina glulisina 5 – 15 min 30 – 90 min 3 – 5 hr Análogos de acción prolongada Insulina glargina 2 – 4 hr Ninguno 20 – 24 hr Insulina detemir 2 – 4 hr 6 – 14 hr 16 – 20 hr Adaptado de la referencia (1).

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El pico máximo de acción es en 30 a 90 minutos y la duración del efecto es de 3 a

5 horas (figura 1). Figura 1. Esquema del efecto de los análogos de insulina con acción ultra-rápida. La actividad pico de los análogos de acción ultra-rápida no se incrementa al

aumentar la dosis aplicada, es decir, la longitud del tiempo de la actividad pico es

independiente de la dosis. El beneficio de su farmacocinética es la reducción de

eventos de hipoglucemia. Múltiples estudios que se resumen en revisiones

relativamente recientes2,3, han demostrado que el control de glucosa es semejante

con el uso de análogos de insulina de acción ultra-rápida o con la insulina

tradicional regular o “R”. Cuando el paciente se administra insulina regular y

presenta eventos de hipoglucemia repetitivos es adecuado pensar en sustituir la

insulina regular por un análogo de acción ultra-rápida.

Análogos de insulina de acción prolongada

Los análogos de insulina de acción prolongada son dos:

1. Insulina glargina

2. Insulina detemir

Los análogos de acción prolongada tienen marcadas diferencias con la insulina

intermedia NPH. Aunque la insulina glargina y detemir empiezan a actuar después

de 2 a 4 horas, el resto de la farmacocinética es muy diferente (tabla 1). La

insulina glargina prácticamente carece de pico de acción con lo cual se reduce la

probabilidad de ocasionar hipoglucemia (figura 2).

ALIMENTOS

DESAYUNO COMIDA CENA

EFECTO INSULINA

ANÁLOGO ANÁLOGO ANÁLOGO

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Figura 2. Esquema del efecto del análogo de acción prolongada glargina.

En cambio, la insulina detemir incrementa su acción llegando a un efecto

máximo alrededor de 6 a 14 horas después de su administración (figura 3). Figura 3. Esquema del efecto del análogo de acción prolongada detemir.

La duración de glargina es más prolongada que la de insulina detemir. Aunque

ambas insulinas fueron realizadas con la intención de cubrir 24 horas de duración,

ninguna de ellas suele prolongar su efecto durante todo un día. La insulina

glargina dura entre 20 a 24 horas y la insulina detemir entre 16 a 20 horas, en

ambos casos dependerá de la dosis administrada. Cuando la dosis es mayor el

efecto suele ser más prolongado, especialmente en el caso de insulina detemir.

De la misma forma como ocurre con los análogos de insulina de acción ultra-

rápida, el principal beneficio de utilizar glargina o detemir es con el objeto de

HORA DE ACOSTARSE ALIMENTOS

DESAYUNO COMIDA CENA

EFECTO INSULINA

GLARGINA

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reducir eventos de hipoglucemia dado que el grado de control es semejante con

los análogos de acción prolongada o con el uso de insulina intermedia NPH.

Absorción

Son varios los factores que influencian la absorción de los análogos de insulina.

La velocidad de absorción y el tiempo de acción pueden variar considerablemente

de una persona a otra y aún en el mismo individuo. El sitio de inyección influye

considerablemente en la velocidad de inicio de acción de las insulinas de acción

ultra-rápida y prolongada. Es importante que se administre en la misma región,

aquella que sea la de mayor preferencia por el paciente. Sin embargo, es

importante recalcar que no es conveniente que dentro de la misma región, se

aplique en el mismo sitio. En efecto, el paciente deberá elegir una región donde

aplicará la insulina pero variar diariamente el sitio de inyección con una separación

de 0.5 a 1cm. El momento de la administración no debe de coincidir con actividad

física. En caso de que la región donde se administrará la insulina haya sido

utilizada durante el ejercicio debe tomarse en cuenta que tendrá mayor flujo

sanguíneo y ello pudiera propiciar una absorción más rápida.

Eliminación

Todos los distintos tipos de insulinas se destruyen por vía renal. Cuando el

paciente padece de insuficiencia renal, la farmacocinética de las insulinas se

modifica considerablemente. Usualmente, el inicio de acción es semejante, sin

embargo, el pico de acción y la duración del efecto pueden ser más prolongados.

El riesgo de hipoglucemia incrementa y la dosis se tendrá que reducir

dependiendo el grado de insuficiencia renal.

Bibliografía 1. Skyler JS. Insulin Treatment. In Therapy for Diabetes Mellitus and Related

disorders. Fourth edition Harold E. Lebovitz. American Diabetes Association, 2004, pp 207-223

2. Gómez-Pérez FJ, Rull JA. Insulin therapy: current alternatives. Arch Med Res 2005; 36: 258-72.

3. Gómez-Pérez FJ, Cuevas-Ramos D. Análogos de Insulina. En: Gómez-Pérez FJ, Hernández-Jiménez S, Aguilar-Salinas CA. Tratamiento del paciente diabético con insulina. 2008, cap 10; pag 129-145.

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Esquemas de insulina: tipos e implementación

Dr. Sergio Hernández Jiménez

Como se ha comentado, en condiciones fisiológicas, la liberación de insulina y

su concentración plasmática guardan una estrecha relación con las fluctuaciones

de la glucosa en sangre; se caracteriza por tener una curva similar a la que se

observa entre un cuerpo y su sombra. Para fines prácticos se puede considerar

que existe una concentración de insulina basal (insulinemia de ayuno y post-

absortiva) y una concentración de insulina post-prandial. (Figura 1). Figura 1. Homeostasis glucémica y niveles de insulina en relación a glucemias

Adaptado de Service FJ, Nelson RL. Characteristics of glycemic variability. Diabetes

Care 1980;3:58–62

Entre alimentos, el organismo mantiene una secreción tónica y estable de

insulina, aunque no exactamente similar dada la diferente sensibilidad a la

hormona en diferentes horarios. La concentración de insulina post-prandial

dependerá de la magnitud de las diferentes comidas.

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En el paciente con diabetes, dicho equilibrio desaparece y la gravedad depende

de la reserva pancreática que mantenga el individuo afectado. Dicho de otra

manera, mientras menor sea la capacidad de producción de insulina endógena,

habrá una mayor dependencia a la insulina exógena y mayor complejidad en los

esquemas necesarios para conseguir un control metabólico adecuado.

Es indiscutible la indicación de establecer un tratamiento con insulina en la

diabetes tipo 1, en pacientes con diabetes tipo 2 que tengan descontrol metabólico

a pesar de tener un adecuado tratamiento con hipoglucemiantes orales (falla

secundaria a fármacos) y en situaciones en que estén contraindicados fármacos

hipoglucemiantes tales como embarazo, lactancia, nefropatía o hepatopatía

avanzada, hospitalizaciones por eventos agudos o cirugías y en pacientes con

diagnóstico reciente y que se encuentren muy sintomáticos, con peso subnormal o

con un estado catabólico evidente (pérdida de peso importante, desgaste o

enfermedades intercurrentes).

Un esquema de insulina ideal es aquel que imite la secreción pancreática de

insulina, que no tenga gran variabilidad en su efecto, que reduzca los episodios de

hipoglucemia y que tenga un patrón de absorción predecible, lo cual hasta el

momento no ha sido posible obtener. Esto se explica en gran parte por la

farmacocinética y farmacodinamia de los diferentes tipo de insulinas por lo que se

deben ajustar el tratamiento de acuerdo a distintos esquemas que se mencionan a

continuación.

En principio, los esquemas de tratamiento con insulina se dividen en

convencionales e intensivos. Los esquemas convencionales son aquellos que

consisten en una o dos inyecciones por día de insulina de acción prolongada con o

sin insulina rápida. Los esquemas intensivos son aquellos que incluyen 3 o mas

inyecciones de insulinas de larga duración e insulinas de corta duración. En estos

últimos se incluyen las bombas de infusión continua de insulina.

19

Esquemas convencionales Esquema de una aplicación de insulina de acción prolongada al día Es el tratamiento inicial con insulina en pacientes con diabetes tipo 2. Consiste

en la aplicación de insulina intermedia por la noche manteniendo la dosis de

hipoglucemiantes orales durante el día (dosis máximas de sulfonilureas y

biguanida).

El objetivo es controlar la hiperglucemia que se presenta por la producción

hepática de glucosa durante la noche, sin embargo se recomienda que sea

aplicada a las 22-23 horas o al acostarse ya que el efecto de la insulina puede

terminar durante la madrugada y por la mañana presentar hiperglucemia

(“fenómeno del amanecer”).

Es eficaz mientras aún haya reserva pancreática por lo que no se debe

considerar en pacientes con diabetes tipo 1.

En este esquema se puede considerar el uso de análogos de acción prolongada

(glargina o detemir)

La dosis recomendada en varios textos es de 10 unidades subcutáneas, lo cual

puede ser adecuado en pacientes con sobrepeso ú obesidad. Los enfermos con

peso subnormal por descontrol crónico o dietas inapropiadas pueden presentar

mayor sensibilidad a la insulina por lo que se recomienda iniciar con dosis de 0.1

unidades por kilogramo de peso.

20

Los ajustes de dosis se deberán realizar cada 5 a 7 días, de acuerdo a los niveles

de glucemia matutina según la siguiente tabla:

Glucemia matutina (mg/dL)

Aumento de dosis de insulina nocturna subcutánea de larga

duración (unidades) 100-120 2 121-140 4 141-180 6

>180 8

Si en cualquier momento la glucemia es <70 mg/dL se recomienda no incrementar

dosis de insulina e inclusive se deberá valorar descenso en la dosis de insulina de

2 a 4 unidades, especialmente si el paciente presenta una glucemia <60 mg/dL o

una hipoglucemia grave (definida como aquel descenso de glucosa en el que el

paciente no es capaz de tratarse por sí mismo y requiere asistencia de otra

persona).

Si el paciente persiste con descontrol a pesar de recibir 15 unidades de insulina

por la noche, se deberá progresar al siguiente esquema.

Esquema de dos aplicaciones de insulina de acción prolongada al día

Consiste en la aplicación de insulina intermedia (NPH) antes del desayuno y al

acostarse.

21

Para iniciar este esquema se debe calcular la dosis de 0.4 a 0.7 unidades por

kilogramo de peso al día y administrar dos tercios en la mañana y 1/3 por la

noche. Por ejemplo, si un paciente de 70 kilogramos recibe 0.5 unidades por

kilogramo, entonces la dosis total sería de 35 unidades de insulina NPH,

indicándose 23 unidades por la mañana y 12 unidades por la noche. Estas dosis

se van ajustando de acuerdo a su meta de control y niveles de glucosa preprandial

cada 5 a 7 días. Para los ajustes de la dosis matutina se pueden seguir los

mismos principios de la tabla anterior.

Glucemia antes de la cena (mg/dL)

Aumento de dosis de insulina NPH subcutánea en la mañana

(unidades) 100-120 2 121-140 4 141-180 6

>180 8

22

Los ajustes de la dosis nocturna de insulina NPH se hacen de la misma manera

que en el esquema anterior.

Glucemia matutina (mg/dL)

Aumento de dosis de insulina NPH subcutánea nocturna

(unidades) 100-120 2 121-140 4 141-180 6

>180 8

Si el paciente presenta hipoglucemia durante el día, se deberán disminuir 2 a 4

unidades de la dosis aplicada antes del desayuno. Si el paciente refiere

hipoglucemias durante la madrugada, se disminuyen 2 a 4 unidades de la insulina

de aplicación nocturna.

En este esquema se puede mantener el uso de biguanida (metformina) a dosis

máxima y generalmente se suspende la sulfonilurea ya que aquellos pacientes

que tienen requerimientos mayores de 25 a 30 unidades al día de insulina

difícilmente obtendrán mayores beneficios de este grupo de fármacos.

Esquema de dos aplicaciones de insulina de acción prolongada con insulina de

acción rápida al día

Se aplica en aquellos pacientes que persisten con elevaciones de glucosa basal y

además tienen hiperglucemia asociada a la ingesta de alimentos. Consiste en la

administración de insulina NPH con insulina de acción rápida y ultrarrápida antes

del desayuno y antes de la cena.

23

El objetivo es buscar un mejor control al suprimir la hiperglucemia preprandial y

postprandial que se presenta conforme avanza el deterioro de la célula beta y por

consiguiente, de la reserva pancreática en pacientes con diabetes tipo 2. Este

esquema puede ser aún insuficiente en pacientes con diabetes tipo 1.

Una forma simple de dosificación consiste en calcular 0.4 a 0.7 unidades por

kilogramo de peso al día y administrar dos tercios de insulina de larga duración y

un tercio de insulina de acción rápida o ultrarrápida. De la cantidad de insulina de

larga duración, se divide el total de la dosis en dos tercios para aplicarse en la

mañana y un tercio para aplicarse por la noche. Asimismo, de la cantidad total de

insulina de acción rápida o ultrarrápida, se administran dos tercios por la mañana y

un tercio por la noche. Por ejemplo, en el paciente de 70 kilogramos que recibe 0.5

unidades por kilogramo, la dosis total de insulina será de 35 unidades, pero serán

23 unidades de insulina NPH y 12 unidades de insulina rápida, lispro, aspart o

glulisina; de NPH se aplicarán 15 unidades por la mañana y 8 unidades por la

noche, 8 unidades de acción corta por la mañana y 4 por la noche. En concreto, al

paciente se indicará aplicar por la mañana 15 unidades de insulina NPH con 8

unidades de insulina de acción corta antes del desayuno y 8 unidades de insulina

NPH con 4 unidades de insulina rápida antes de la cena.

24

Cabe enfatizar que estas dosis son iniciales y se ajustarán de acuerdo a las

glucemias capilares y obtención de metas de control, cada 5 a 7 días. Tanto de la

dosis basal como la preprandial, se recomienda hacer ajustes con incrementos o

descensos de 2 unidades de insulina de acuerdo con la siguiente tabla:

Momento de hiper o hipoglucemia Insulina a cambiar

Ayuno De larga duración al acostarse o antes de la cena

Después del desayuno Insulina de rápida acción antes del desayuno

Antes de la comida Insulina de larga duración en la mañana Antes de la cena Insulina de larga duración en la mañana Después de la cena Insulina rápida antes de la cena

Durante la noche Insulina de larga duración al acostarse o rápida antes de la cena

Un inconveniente de este esquema es que el efecto de la insulina rápida se

puede potenciar al sumarse con el pico de acción de la insulina NPH, lo que

produce hipoglucemia a mediodía y de las 00:00 a 3:00 hrs por lo que se hace

necesario mantener un horario estricto de alimentos e ingerir colaciones antes de

estos tiempos estimados de hipoglucemia.

En este esquema se puede valorar proseguir con la administración de

metformina, pero definitivamente no tiene lugar el uso de otros hipoglucemiantes

orales.

Esquemas intensivos A medida que existe menor reserva pancreática, se va a requerir la

administración de esquemas más complejos como los que se presentan a

continuación.

Esquema de dos aplicaciones de insulina de acción prolongada y tres aplicaciones

de insulina de acción rápida al día

Este esquema trata de simular la secreción fisiológica de insulina de una manera

más precisa y es recomendado para pacientes con diabetes tipo 1 o con diabetes

tipo 2 sin control con los esquemas previos.

25

En este esquema se aplica insulina de acción corta antes de cada alimento y

con insulina NPH basal antes del desayuno y antes de la cena. En ocasiones se

recomienda que se aplique la insulina NPH antes de acostarse en lugar de

administrase antes de la cena, para minimizar el riesgo de hipoglucemia y evitar

el fenómeno del amanecer.

26

La dosis adicional de insulina de acción corta que se aplica en la comida será

necesaria ya que conforme progresa el descontrol, la insulina NPH puede tener

menor duración de efecto presentándose hiperglucemia antes de la cena.

Esquema con análogos de larga duración y con análogos de corta duración

En este esquema se aplica una dosis de análogo de larga duración (glargina o

detemir) por la noche o por la mañana, y se aplican (en forma independiente ya

que no se pueden mezclar) análogos de acción corta (lispro, aspart, glulisina)

antes de cada alimento. Tiene como inconveniente ser el más costoso de los

esquemas.

27

Los ajustes de estos últimos esquemas deberán ser más precisos con

incrementos o descensos de 2 a 4 unidades dependiendo de las glucemias en

diferentes momentos del día:

Momento de la hiper o hipoglucemia Insulina a cambiar

Ayuno De larga duración al acostarse o antes de la cena

Después del desayuno Insulina de rápida acción antes del desayuno

Antes de la comida Insulina de larga duración en la mañana

Después de la comida Insulina de larga duración en la mañana o rápida antes de la comida

Antes de la cena Insulina de larga duración en la mañana Después de la cena Insulina rápida antes de la cena

Durante la noche Insulina de larga duración al acostarse o rápida antes de la cena

28

Recomendaciones generales Cuando se decide iniciar un esquema de insulina es indispensable tomar en

cuenta los siguientes puntos:

1. Independientemente del esquema que se vaya a aplicar, se requiere que el

paciente tenga consistencia en los horarios de aplicación de insulina y en la

ingesta de alimentos.

2. Se deben eliminar los mitos e ideas falsas comunes sobre la insulina,

haciendo énfasis en los beneficios del control glucémico y la reducción de

desenlaces adversos que se pueden obtener con el tratamiento.

3. La insulina no debe ser utilizada como “amenaza” para buscar adherencia

al tratamiento o cambios de conducta. Se debe erradicar esta actitud y

modificar el concepto a que se debe aplicar la insulina cuando es necesaria.

4. El miedo a la inyección es común, pero la fobia a la agujas es muy rara.

5. Se deben establecer metas reales para cada paciente. Por ejemplo, sería

inconveniente aplicar esquemas intensivos en pacientes con alguna

enfermedad concomitante con mal pronóstico a corto plazo.

6. Los esquemas de tratamiento deben ser dinámicos, constantemente

revisados y modificados según resultados.

29

Insulinas premezcladas. Dr. Israel Lerman Garber

Las insulinas premezcladas permiten en una sola inyección ofrecer cobertura

basal y postprandial a dosis fijas y representan un método relativamente simple y

accesible de aplicación de insulina. Habitualmente se recomiendan dos a tres

aplicaciones al día antes de los alimentos. Constituyen una forma sencilla de

aplicación y con menos posibilidad de errores de administración que cuando se

mezclan por separado dos tipos de insulina. En el paciente con diabetes tipo 1, el

uso por separado de la insulina basal y la insulina en bolos de acción rápida o

ultrarrápida es más congruente, segura y efectiva que administrar insulinas

premezcladas.

Insulina NPH/rápida 70/30

Esta pre mezcla contiene cantidades variables de insulina rápida y de acción

intermedia (tabla 1).

Tabla 1. Características de la farmacocinética de los diferentes tipos de insulinas premezcladas. Insulina Inicio (min) Pico (hr) Duración (hr) Nombre comercial Premezcladas NPH/R 70/30 30 a 60 2 a 5 10-16 Varios Premezcladas análogos Aspart Protamina/ Aspart libre 5-15 0.5 a 1.5 10-16 NovoLog Mix® 70/30 Lispro Protamina/ Lispro libre 5-15 0.5 a 1.5 10-16 Humalog Mix® 75/25

30

Su diseño tiene la finalidad de ofrecer en una misma preparación, una insulina

con acción basal y de bolo para cubrir también las necesidades postprandiales.

Constituyó el primer tipo de insulina premezclada que entró al mercado con

proporciones de NPH de 70 o 50% y de insulina rápida de 30 y 50%

respectivamente. Las limitaciones de esta formulación es un pico de acción más

prolongado (2–5 hrs.) y una mayor duración de acción del componente de insulina

rápida (6–10 hrs.), lo que hacen, que esta formulación, no resulte fisiológicamente

ideal para cubrir los picos postprandiales y se pueda asociar a un mayor riesgo de

hipoglucemia. Se recomienda aplicar 30 minutos antes de los alimentos. Las

limitaciones en la farmacocinética y farmacodinamia de este tipo de insulina se

lograron superar con las nuevas formulaciones de insulina, con análogos de

acción ultrarrápida en combinación con una insulina basal.

Mezclas con análogos de insulina.

En los últimos 20 años, con técnicas de ingeniería genética se ha logrado

desarrollar múltiples moléculas mediante insulinas modificadas. Estas moléculas

se han obtenido desde la estructura primaria de la proteína, a la cual, se le

agregan o se le sustituyen residuos de aminoácidos, o bien, se unen a otras

moléculas químicas, para modificar la velocidad y tiempo de acción. Estas

innovaciones han permitido esquemas de insulina mucho más fisiológicos y que

semejan la secreción de insulina en sujetos no diabéticos.

En México contamos con dos análogos premezclados: insulina lispro 75/25 y la

insulina bifásica aspart 70/30 Estos análogos premezclados tienen un inicio y

duración de acción más predecible que la mezcla con insulina humana (tabla 1).

NPL-Lispro-75/25

La combinación de insulina lispro libre y el complejo que resulta de la

cristalización de lispro y protamina (NPL, neutral protamine lispro) ofrece un efecto

dual, tanto de un análogo ultra-rápido como de un análogo de acción intermedia

(tabla 1). Estas preparaciones están disponibles en el mercado en México en

proporciones de 25/75 (mezcla baja: Humalog Mix25®). La vida media de NPL es

similar al de la insulina NPH.

31

Aspart/protamina-aspart cristalizada mezclada-30 (30% aspart libre-70% aspart

protamina cristalizada) (NovoLog Mix)

Excepto por contener aspart en vez de lispro, este análogo es muy similar a la

mezcla descrita previamente, tanto en su acción como su diseño (tabla 1). La

formulación contiene 30% de insulina aspart libre y 70% de insulina aspart

cristalizada con protamina. Al igual que lo observado con la mezcla con lispro,

tienen un pico más temprano y más alto con respecto a la mezcla de regular y

NPH y favorecen una menor excursión glucémica postprandial.

Estudios comparativos

La mayoría de los estudios comparan la pre mezcla de análogos con la mezcla

de insulina humana 70/30. A diferencia de las mezclas con insulina humana que

se administran 30 minutos antes de los alimentos, con análogos premezclados la

insulina debe administrarse entre 5 y 15 minutos antes de los alimentos. Esto

resulta más conveniente para la mayoría de los pacientes. El pico de la insulina de

acción ultrarrápida es dos veces mayor y se alcanza a la mitad del tiempo que con

las mezclas de insulina humana 70/30 (NPH y rápida).

Múltiples estudios aleatorizados han demostrado que las insulinas lispro 75/25 y

BIAsp 70/30 (sin diferencias entre ambas), permiten un control más efectivo de la

excursión postprandial de la glucosa respecto a la insulina humana premezclada

70/30 o la aplicación exclusiva de insulina NPH. El control glucémico a largo plazo,

evaluado por cambios en la hemoglobina glucosilada A1c, no ha mostrado en la

gran mayoría de los estudios, diferencias significativas al comparar análogos

premezclados respecto a insulina humana premezclada 70/30 o a dos

aplicaciones diarias de insulina NPH.

Tres estudios aleatorizados en pacientes con diabetes tipo 2, compararon la

aplicación de insulina glargina una vez al día versus análogos premezclados. El

uso de pre mezclas se acompaño de descensos más significativos de la HbA1c

(esto no se observó cuando las insulinas premezcladas se aplicaron una sola vez

al día).

32

Control glucémico postprandial

A pesar que la glucemia postprandial contribuye en forma significativa a la

hiperglucemia diaria, la terapia del paciente con diabetes, particularmente con

diabetes tipo 2, se ha enfocado fundamentalmente al control de la glucemia de

ayuno. Numerosos estudios epidemiológicos, sugieren que la hiperglucemia

postprandial se asocia a una mayor morbilidad y mortalidad cardiovascular y que

cifras de HbA1c < 7% reducen el riesgo de complicaciones microvasculares

asociadas a la diabetes. En pacientes con diabetes tipo 1 o en pacientes con DM

tipo 2 de larga evolución, estas metas de control no son posibles de alcanzar si no

se reducen también las excursiones postprandiales de la glucosa.

En un estudio en pacientes con diabetes tipo 2, el tratamiento con insulina lispro

75/25 redujo en forma significativa los picos de hiperglucemia (Cmaxglu) en

comparación con insulina humana premezclada 70/30 (–19%; p < 0.05) y con

insulina NPH (–32.7%; p < 0.005). En este y otro estudio similar, el área debajo de

la curva de la glucemia en el tiempo (AUCglu) se redujo (25–35%; p < 0.01) en

comparación a pacientes tratados con insulina humana 70/30. Con insulina BIAsp

70/ 30 se observa algo similar, el pico en la concentración de insulina se alcanza

más rápido (30–50%; p < 0.0001) y los picos son 30% a 50% más altos con

respecto a la insulina humana 70/30 (p < 0.001). Ventajas similares se observaron

en estudios de pacientes con diabetes tipo 1. El descenso en los valores de

HbA1c, no obstante, es similar con las diferentes insulinas premezcladas, algo

similar ocurre con los cambios en el peso corporal.

Abordaje del tratamiento intensivo en función de las metas terapéuticas.

Se han realizado estudios cruzados, abiertos, en pacientes con diabetes tipo 2,

donde se comparan el uso de insulina glargina o detemir antes de acostarse vs

dos inyecciones de análogos premezclados, en ambos casos combinados con

metformina. El descenso de la HbA1c fue significativamente mayor en los

pacientes que recibieron la insulina premezclada. En otro estudio, al comparar

análogos de insulina premezclada con 2 aplicaciones de insulina NPH, las cifras

de HbA1c se redujeron en forma similar (- 0.67% y - 0.61%, respectivamente). Las

reducciones observadas en las glucemias de ayuno tampoco variaron con estos

33

dos esquemas. Dos inyecciones de insulina premezcladas o de insulina NPH en

combinación con metformina, son superiores a una sola aplicación de análogos de

insulina de acción prolongada más metformina para poder lograr las metas

terapéuticas

Hipoglucemia

En todo paciente con diabetes tipo 1 o con diabetes tipo 2 de varios años de

evolución, conforme más nos acercamos a las metas terapéuticas, mayor es el

riesgo de hipoglucemia. La mayoría de los estudios con insulinas premezcladas se

diseñaron para evaluar eficacia y no tanto seguridad, por ello muchos no incluyen

evaluación de factores que pudieran contribuir a un mayor riesgo de hipoglucemia,

esto es, olvidar un alimento, exceso de ejercicio, etc. En teoría por el pico más

temprano de acción los análogos de insulina premezcladas se acompañan de un

menor riesgo de hipoglucemia que la combinación de insulina humana 70/30.

Desde luego, el riesgo es mayor al comparase con esquemas que utilizan insulina

basal exclusivamente (NPH, glargina o detemir).

La mayoría de los pacientes con diabetes tipo 2 son obesos y con resistencia a

la insulina, motivo por el cuál los episodios de hipoglucemia severa son muy poco

frecuentes. Estos episodios se pueden presentar si no se aplican las

recomendaciones para ajustar la dosis de insulina en días en que se consume

menor cantidad de alimentos, se realiza mayor actividad física o en pacientes sin

sobrepeso o de edad avanzada. En estos casos es preferible utilizar un esquema

con insulina basal y los bolos se deben ajustar en base a los requerimientos del

paciente.

En el paciente de edad avanzada, esquemas con insulina NPH, glargina o

detemir permiten lograr objetivos de control muy similares, con menor riesgo de

hipoglucemia. Un estudio en este grupo de edad, reportó, episodios significativos

de hipoglucemia en más del 20% de los pacientes que recibieron un esquema a

base de insulinas premezcladas (reflejo de la fragilidad de la población estudiada).

No se han observado diferencias en el riesgo de episodios leves o severos de

hipoglucemia con los dos tipos de análogos premezclados y si una menor

frecuencia de los mismos al compararse con la mezcla de insulina humana 70/30.

34

A quien y como indicar insulinas premezcladas?

Estás pueden ser algunas de las recomendaciones para utilizar insulinas

premezcladas:

• El deseo de utilizar un esquema sencillo y conveniente de aplicación de insulina.

• Pacientes que no desean administrarse múltiples (>3) inyecciones de insulina al

día.

• No pueden o no quieren utilizar un esquema que requiera ajustes en la dosis y

contar carbohidratos.

• Mantienen un estilo de vida muy similar día a día.

• Consumen sus alimentos en forma consistente y comen con horarios muy

regulares.

• Pacientes con diabetes tipo 1 rebeldes al tratamiento y a practicar monitoreo

frecuente de las glucemias capilares (habitualmente son adolescentes), que

acepten por lo menos aplicarse insulina 3 veces al día.

Estas son algunas contraindicaciones para su empleo

• Pacientes de edad avanzada con riesgo elevado de hipoglucemia (horarios y

alimentación poco predecibles).

• Pacientes muy sensibles a la insulina de acción rápida o ultrarrápida

(habitualmente no tienen sobrepeso) y que tienen mayor riesgo de hipoglucemia

con las dosis fijas de las insulinas premezcladas.

En pacientes con diabetes tipo 2, al prescribir inicialmente insulina premezcladas

se recomienda continuar los hipoglucemiantes orales, particularmente la

metformina. Esto favorece un menor incremento de peso y menores

requerimientos de insulina.

La forma de iniciar las insulinas premezcladas, es prescribir alrededor de 6-8

unidades, idealmente dos veces al día antes del desayuno y cena, esto para

disminuir el riesgo de hipoglucemia y favorecer una mejor adherencia al

tratamiento. Progresivamente la dosis se debe ir incrementando utilizando 2/3

partes antes del desayuno y 1/3 parte antes de cenar. En caso de que el paciente

persista con glucemias elevadas antes de cenar y curse con tendencia a la

35

hipoglucemia a mediodía, debe entonces agregarse una tercera inyección antes

de comer quedando generalmente en la siguiente proporción (2/4,1/4,1/4). En

pacientes obesos con franca resistencia a la insulina, es poco común la presencia

de hipoglucemia y la insulina puede dividirse inicialmente en 2 y posteriormente 3

dosis en proporciones similares antes de cada alimento.

Para lograr los objetivos terapéuticos (glucemias de ayuno y postprandiales

<130mg/dl y <180 mg/dl respectivamente, y HbA1c<7%), se recomienda

incrementar la dosis 1-2 unidades cada 3-4 días, vigilando no sobre-insulinizar al

paciente y que por lo mismo aumente en forma muy significativa de peso.

Un esquema basal-bolos es más apropiado en pacientes con un estilo de vida

más flexible, horarios irregulares y cambios constantes en su actividad física.

Las insulinas premezcladas se encuentran en viales y también en cartuchos

para plumas que facilitan su aplicación y adherencia al tratamiento. No hay que

olvidar recordarle al paciente como aplicarse la insulina en forma correcta. En el

caso de la pluma se debe mantener por más tiempo la presión sobre la misma a la

hora de su aplicación.

Conclusiones

Las insulinas premezcladas deben recomendarse desde un inicio en dos

aplicaciones, antes del desayuno y de la cena. Pueden ser una buena alternativa,

particularmente en pacientes con diabetes tipo 2. Son atractivas por su facilidad de

empleo y convenientes ya que reducen la excursión glucémica postprandial. A

diferencia de la mezcla con insulina humana, las pre mezclas con análogos, tienen

un pico más temprano de acción y discreto menor riesgo de hipoglucemias sin

beneficios en el control glucémico a largo plazo. En pacientes de edad avanzada o

en aquellos sin sobrepeso o sin resistencia a la insulina las insulinas

premezcladas pueden asociarse a mayor riesgo de hipoglucemia.

BIBLIOGRAFIA

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37

Procedimientos para la aplicación y preservación de la insulina Lic. Enf. María Luisa Velasco

La diabetes es una enfermedad crónica que requiere para su control del apoyo

de un equipo de salud y la participación activa de la persona que vive con la

enfermedad por lo tanto es fundamental que conozca diferentes habilidades; en

este caso nos referiremos a la conservación preparación e inyección de la insulina.

El conocimiento que se tenga para una cuidadosa preparación de la insulina

hará que se prevengan errores en la dosis del medicamento, en el uso de agujas

dañadas, la mala utilización de la insulina y desperdicio de la misma.

El tratamiento se individualiza porque hay pacientes con limitaciones en su

capacidad de aprendizaje o quienes están experimentando altos niveles de

distracción o estrés que tiene relación con el inicio de la terapia de insulina y

llegan a tener una gran dificultad para interpretar las instrucciones recibidas1

Inyección de insulina

Material y equipo:

- Frasco ámpula o cartucho de insulina indicada

- Jeringa de 1 ml (100 UI), ½ ml (50 UI) o ⅓ ml (30 UI)

- Algodón humedecido con alcohol

Procedimiento: - Lavarse las manos con agua y jabón.

- Reunir el material que se requiere para la inyección.

- Sacar del refrigerador el frasco de insulina que se va a utilizar.

- Verificar la fecha de caducidad y la dosis indicada por el médico.

- Revisar la apariencia del medicamento; la insulina de acción regular, lispro,

aspart y glargina deben ser claras o cristalinas; la insulina N y las

premezclas son blanquecinas.

- Si la insulina ya caducó, tiene grumos, cambios en la coloración o está

congelada debe desecharse.

- Limpiar con un algodón humedecido con alcohol la goma de caucho del

frasco ámpula, si es nuevo retirar el disco protector pero no remover el

tapón ni la banda de metal que está a su alrededor.

38

- Si la insulina que se va a inyectar es NPH o premezcla se deberá mezclar

rotando el frasco entre las manos y no agitándolo.

Al preparar la insulina:

- Retirar el tapón de la jeringa cuidadosamente sin tocar la aguja para no

contaminarla.

- Jalar el embolo hasta la dosis de insulina indicada.

- Insertar la aguja en el frasco de la insulina e inyectar el aire.

- Voltear el frasco con la aguja insertada, con una mano sostenerlo y con la

otra lentamente extraer la dosis exacta de insulina en la jeringa.

- Revisar que no exista ninguna burbuja de aire en la jeringa, si la hay sin

sacar la aguja del frasco, gentilmente presionar el émbolo y extraer

nuevamente el medicamento.

- Sacar la aguja del frasco.

- Verificar nuevamente la dosis de insulina.

- La jeringa está lista para ser utilizada.

Mezcla de dos diferentes tipos de insulina en la misma jeringa

Es frecuente la indicación de esquemas de insulina que requieren de la

aplicación de insulina de acción intermedia con insulina de acción rápida o regular.

Los pacientes pueden mezclar su propia dosis de insulina, siendo necesaria la

instrucción acerca de la técnica utilizada para hacer la mezcla y así evitar

contaminación del medicamento2.

Para reducir el número de inyecciones se pueden preparar los dos tipos de

insulina en la misma jeringa, sin embargo es importante recordar que no todas las

insulinas se pueden mezclar ni tampoco se puede utilizar algún diluyente u otro

medicamento en la misma jeringa.

Preparación de la jeringa con dos tipos de insulina: - Lavarse las manos.

- Reunir el material e insulinas que se van a preparar.

39

- Limpiar con un algodón humedecido con alcohol la goma de caucho de los

frascos de insulina. - Mezclar rotando entre la palma de las manos el frasco ámpula de la insulina

intermedia.

- Inyectar aire en el frasco de insulina intermedia equivalente a la dosis

indicada y remover la jeringa del frasco sin extraer el medicamento.

- Inyectar aire al frasco ámpula de insulina rápida o regular de acuerdo a la

dosis indicada, con una mano sostener el frasco y con la otra jalar el

embolo hasta las unidades deseadas, si hay burbujas presionar el embolo

hacia el frasco ámpula, extraer la insulina y retirar la jeringa.

- Puncionar nuevamente el frasco ámpula de insulina intermedia y extraer

suavemente la dosis del medicamento, sacar la aguja y revisar el total de

unidades preparadas.

- La dosis de insulina está lista para ser inyectada. Recordar que la insulina

que se prepara en primer lugar en la jeringa es la rápida o regular y

enseguida la intermedia3, 4

Procedimiento para la aplicación de la insulina.

- La insulina debe ser inyectada en el tejido subcutáneo

- Hacer un pliegue de piel con la mano en un área aproximada de 2 cm.

- Con la otra mano tomar la jeringa como si fuera un lápiz e inyectar la

insulina con un ángulo de 90° (perpendicular a la superficie de la piel); en

personas muy delgadas o en niños es recomendable el uso de agujas

cortas y aplicar con un ángulo de 45° para evitar llegar al músculo en el cual

la absorción de insulina es más rápida.

- La aspiración con la jeringa previa a la inyección no es necesaria

particularmente cuando se utiliza una pluma.

- Soltar el pliegue de piel.

- Si después de la inyección aparece alguna pequeña gota de sangre hacer

presión con un algodón algunos segundos y no frotar la piel.

- Cuando los pacientes refieren dolor, inflamación, enrojecimiento o

presencia de hematomas en el sitio de inyección, es probable que la técnica

40

utilizada sea incorrecta y el equipo de salud deberá revisar el

procedimiento de inyección.

Procedimiento para la inyección con pluma o inyector:

- Retirar la tapa de la pluma, siempre revisar la fecha de caducidad y la

apariencia de la insulina a través del soporte del cartucho.

- Mezclar la pluma entre la palma de las manos o invertirla a 180°

aproximadamente diez veces.

- Colocar la aguja.

- Marcar 2 unidades, disparar hacia arriba para sacar el exceso de aire.

- Marcar la dosis de insulina indicada.

- Seleccionar el sitio de inyección.

- Realizar asepsia.

- Hacer un pliegue de piel con una mano y con la otra tomar la pluma como

un lápiz e inyectar con un ángulo de 45 a 90 grados.

- Inyectar la insulina presionando lentamente el botón de la pluma.

- Esperar 10 segundos y retirar la aguja

- No dar masaje.

- Inmediatamente después de la inyección quitar la aguja de la pluma para

evitar que entre aire al cartucho.

- Las agujas deben utilizarse solo una vez.

- Las plumas se conservan a temperatura ambiente.

Sitios de inyección de la insulina

La inyección puede ser en el tejido subcutáneo5, los sitios más comunes para la

inyección de insulina son el abdomen, brazos, glúteos y muslos3 ya que la capa de

grasa que se encuentra debajo de la piel ayuda a la absorción de la insulina y en

estas zonas hay menos terminaciones nerviosas que en otras partes del cuerpo.

En estas zonas es más fácil la inyección en el tejido subcutáneo.

41

El dolor causado por las inyecciones de insulina se puede disminuir siguiendo las siguientes recomendaciones:

- Inyectar la insulina a temperatura ambiente.

- Revisar que la jeringa no tenga burbujas de aire.

- Esperar que el alcohol utilizado para la asepsia de la piel se evapore

completamente antes de la inyección.

- Mantener relajados los músculos del área en que se va a inyectar.

- Introducir la aguja rápidamente.

- Evitar cambiar la dirección de la aguja una vez que se ha introducido en la

piel.

- No reutilizar las jeringas o agujas.

Condiciones que alteran la absorción de la insulina

Los cambios en el grado y velocidad de absorción de la insulina inyectada en la

grasa subcutánea dan lugar a variaciones en el tiempo de acción y efecto máximo

lo que resulta en variaciones para el control de la glucosa sanguínea17, Estas

variaciones son mas acentuadas con las insulina de acción rápida que con las

insulinas de larga duración (tabla 1).

42

Tabla 1. Condiciones que alteran la absorción de la insulina subcutánea

Condición Variación

• Sitio de aplicación. La absorción de insulina es más rápida en el abdomen, intermedia en los brazos y más lenta en los muslos y región glútea.

• Profundidad de la inyección. La absorción de insulina es más rápida cuando se aplica en el muslo

• Temperatura local. Mayor absorción de insulina en situaciones de aumento de temperatura inducido por el ejercicio, baños calientes o sauna, masaje local

• Tabaquismo Reduce la absorción

Cambio del sitio de inyección

Enseñar a los pacientes a variar los sitios de inyección previene la irritación

local1. Al inyectarse la insulina en el mismo lugar se puede causar alteración en la

grasa subcutánea. De ahí la importancia de establecer diferentes puntos de

inyección dentro de un mismo sitio, por ejemplo, se puede dividir imaginariamente

el abdomen en líneas horizontales y verticales y cada inyección se hará en un

lugar diferente3, inyectarse dentro de una misma área en lugar de inyectarse en un

área diferente en cada inyección, puede disminuir la variabilidad en la absorción

de un día a otro6.

Conservación de los viales y cartuchos de insulina

Los frascos y cartuchos de insulina deben ser refrigerados a una temperatura de

2 a 8 °C2 un buen sitio en el refrigerador la parte inferior de la puerta, lejos del

congelador7,(la congelación y descongelación desnaturalizan la insulina)

manteniéndolos así hasta la fecha de caducidad, impresa en la etiqueta de cada

frasco ámpula o cartucho.

43

También pueden conservarse a temperatura ambiente de 15 a 30 °C por un

periodo de un mes y reemplazarse después de este tiempo8, por lo que se recomienda escribir en la etiqueta de cada uno de ellos la fecha en que la insulina

es utilizada por primera vez y la fecha en que deben ser reemplazados (28 días

después)9, 10. La estabilidad de los frascos ámpula de insulina depende de otros

factores además de la temperatura como son: el número de inyecciones por día, el

remanente de insulina en el frasco, la exposición a la luz, agitación y técnica

utilizada para la preparación de la dosis10.

Conclusiones:

Es importante que el equipo de salud se asegure de que el paciente ha

entendido las instrucciones de la aplicación de insulina antes de irse del

consultorio médico o clínica como son; la preparación e inyección de la insulina,

rotación de las diferentes zonas de inyección, el almacenamiento y registro de la

insulina que va a utilizar.

BIBLOGRAFÍA

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45

Complicaciones durante el tratamiento con insulina Dr. Joaquín Joya Galeana Dra. Alma Vergara López

En la primera parte de este capítulo hablaremos de la hipoglucemia iatrogénica

que es una complicación del tratamiento con insulina. La hipoglucemia iatrogénica

es resultado de un exceso relativo o absoluto de insulina, aunado a alteraciones

en las defensas fisiológicas que previenen la disminución en la concentración

plasmática de glucosa, lo que ocasiona un desbalance entre su producción y su

consumo.

Clínicamente la hipoglucemia se define por la triada de Whipple: 1) presencia de

síntomas y/o signos compatibles con glucosa baja, 2) una determinación de

glucosa plasmática baja, y 3) resolución de los síntomas después de corregir la

glucosa baja.

El reporte del Grupo de Trabajo en Hipoglucemia de la Asociación Americana de

Diabetes define hipoglucemia en pacientes con diabetes mellitus a una glucosa

plasmática < 70 mg/dL (3.9 mmol/L). Hay que señalar que la definición de

hipoglucemia en no diabéticos utiliza un punto de corte de glucosa más bajo.

Fisiopatología:

En el ayuno el principal proveedor de glucosa es el hígado (90%) y en segundo

lugar el riñón. Las hormonas que favorecen la producción de glucosa son el

glucagon, las catecolaminas (epinefrina, norepinefrina), cortisol y la hormona de

crecimiento (HC); por otro lado la hormona que frena la producción hepática de

glucosa es la insulina.

En condiciones fisiológicas desde que la glucosa disminuye a 84 mg/dL la

secreción pancreática de insulina también disminuye, cuando la glucosa

plasmática es ≤ 70 mg/dL la secreción de glucagon aumenta, y si la tendencia a la

baja continúa hasta una glucosa ≤ 68 mg/dL se secretan las catecolaminas de la

médula adrenal. El aumento en secreción de HC se da cuando la glucosa es ≤ 66

mg/dL y el aumento de cortisol cuando la glucemia es ≤ 57 mg/dL (figura 1).

46

Los síntomas iniciales en la hipoglucemia se deben a la secreción de epinefrina

y norepinefrina, por lo que se denominan síntomas adrenérgicos (hambre, temblor,

ansiedad, náusea, sudoración fría y palpitaciones).

Debido a que el sistema nervioso central (SNC) utiliza a la glucosa como

principal combustible, cuando las concentraciones de ésta en plasma disminuyen

tanto que se comprometen las funciones del SNC, es cuando se presentan los

síntomas neuroglucopénicos (confusión, cansancio, problemas para concentrarse,

alteraciones en el lenguaje, mareo, convulsiones y coma).

Hay que considerar que en las personas que están en tratamiento con insulina,

estos mecanismos están comprometidos, ya que la insulina en la circulación

depende de la dosis que se inyecte el sujeto, así que a pesar de que la glucosa

disminuya, los niveles de insulina continúan sin cambio. Además se ha observado

en pacientes con diabetes mellitus tipo 1 (DMT1) que después de 5 años de

diagnóstico tienen alteraciones en la secreción glucagón en respuesta a la

hipoglucemia; este problema se presenta también en los pacientes con diabetes

mellitus tipo 2 (DMT2) de larga evolución.

De acuerdo a su presentación clínica podemos clasificar la hipoglucemia en:

a) Hipoglucemia leve: el paciente tiene síntomas adrenérgicos con glucosa

< 70 mg/dL y puede tratarla por si mismo.

b) Hipoglucemia severa: se requiere ayuda de una tercera persona para

tratarla y/o hay síntomas neuroglucopénicos.

c) Hipoglucemia asintomática: cifras de glucosa < 70 mg/dL sin síntomas.

Respuesta fisiológica Secreción de insulina Secreción de glucagón/liberación de catecolaminas Secreción de cortisol Secreción de hormona de crecimiento Síntomas adrenérgicos (glucosa 54 mg/dl) Alteraciones cognitivas (glucosa 48 mg/dl Coma

90 80 70 60 50 40 30

Glucosa plasmática

mg/dl

Figura 1.

47

d) Hipoglucemia relativa: un evento con síntomas típicos de hipoglucemia pero

con una determinación de glucosa > 70 mg/dL. Esto ocurre con más

frecuencia en pacientes con descontrol crónico, cuando, al iniciar su control

glucémico, sus cifras de glucosa se acercan a las concentraciones

fisiológicas.

En pacientes en tratamiento con insulina los cuadros de hipoglucemia son

frecuentes. Personas con DMT1 que intentan tener un adecuado control glucémico

presentan en promedio hipoglucemia asintomática hasta un 10% del tiempo, 2

cuadros de hipoglucemia sintomática (generalmente leve) a la semana, y un

cuadro de hipoglucemia severa al año. Debido a esto las metas del tratamiento de

la diabetes mellitus son: el mejor control glucémico, con el menor riesgo de

hipoglucemia.

La importancia de tener en cuenta la frecuencia de los cuadros de hipoglucemia

es porque el umbral de la respuesta adrenérgica se altera; por ejemplo si la

respuesta adrenérgica se inicia cuando la glucosa plasmática es 68 mg/dL, la

siguiente ocasión se iniciará hasta que la glucosa plasmática sea < 60mg/dL.

Los síntomas adrenérgicos son una alerta de peligro y se presentan

normalmente antes de que existan alteraciones neurológicas, sin embargo en

ocasiones debido a cuadros repetidos de hipoglucemia los síntomas que se

presentan primero son los neuroglucopénicos, lo que pone en riesgo la vida.

Aunado a los cambios del umbral por la hipoglucemia la neuropatía autonómica

por sí misma es una causa que puede llevar a una tardía respuesta adrenérgica.

Factores de riesgo para hipoglucemia: 1) Deficiencia endógena de insulina (esto predice deficiencia de glucagon).

2) Hipoglucemia previa.

3) Control glucémico agresivo.

4) Ejercicio intenso o moderado reciente.

5) Sueño (el sujeto no se da cuenta de los síntomas).

6) Falla renal.

48

Evaluación del paciente con hipoglucemia recurrente: El automonitoreo del

paciente es crucial para determinar el horario en que se presenta hipoglucemia y

hacer los ajustes del tratamiento o conductuales necesarios.

Hay que señalar que la hiperglucemia matutina puede ser el resultado de una

respuesta contrarreguladora a un cuadro de hipoglucemia nocturna así que antes

de aumentar la dosis de insulina del paciente hay que preguntar sobre signos de

hipoglucemia nocturna (sudoración, sueños vívidos o pesadillas) y solicitar el

resultado del automonitoreo a las 3 a.m.

En los pacientes que están en tratamiento con insulina y presentan

hipoglucemias recurrentes hay que considerar las siguientes causas:

1) Dosis altas de insulina.

a) Si se presenta hipoglucemia en ayuno, hay que disminuir la dosis de

insulina basal previa. (Si la hipoglucemia es nocturna otra opción es

agregar una colación entre 10 y 11 p.m.)

b) Si la hipoglucemia es postprandial, la causa es el bolo de insulina

preprandial, hay que disminuir la dosis. Siempre que se revisa la dosis de

insulina se revisan los horarios y la cantidad de los alimentos.

2) Ejercicio: cuando se realiza más actividad física de lo usual (moderada-intensa)

aumenta la sensibilidad de insulina. En estos casos la siguiente dosis de insulina

debe disminuirse.

3) Alcohol: algunas bebidas alcohólicas que tienen glucosa, como la sidra y la

cerveza, tienen como respuesta inicial hiperglucemia, pero el alcohol aumenta la

sensibilidad a la insulina e inhibe la gluconeogénesis lo que causa hipoglucemia

tardía, además el alcohol puede enmascarar los síntomas de adrenérgicos y llevar

hasta una hipoglucemia severa.

4) Considerar si existe deterioro de la función renal, cardiaca o hepática. Si hay

enfermedad autoinmune considerar insuficiencia suprarrenal.

49

Cuando un paciente ha tenido varios cuadros de hipoglucemia y ha perdido los

síntomas de alerta, hace que sea más susceptible a otro cuadro de hipoglucemia.

Para volver a recuperar los síntomas adrenérgicos y regresar el umbral

adrenérgico a su rango normal, es necesario mantener al paciente por al menos 2-

3 semanas sin ningún cuadro de hipoglucemia y los mecanismos de alarma se

recuperan. Esto implica ser mas laxo en el control glucémico, en este periodo de

recuperación.

Tratamiento agudo de la hipoglucemia 1) Si el paciente está consciente y puede deglutir, se deben administrar de 15-20 g

de glucosa vía oral (tabletas de glucosa, 150 - 200 ml de jugo de fruta o soda no

dietética). Si no planea comer en la siguiente hora hay que administrar otros 20 g

de carbohidratos complejos (ejemplo: papa)

2) Paciente inconsciente o no puede deglutir:

a) Glucosa IV, se puede usar glucosa al 50 % (50ml) o glucosa al 10% (200ml).

b) Glucagón intramuscular (IM) 1 mg. Después de su administración hay que

administrar glucosa, oral si el paciente está alerta, o IV si continua inconsciente.

El aumento en la glucosa plasmática se puede ver después de 10-15 min de

cualquiera de las intervenciones, si continúa baja se puede repetir la

administración de glucosa. De ser posible es recomendable tener una medición de

glucosa al inicio del cuadro, para poder evaluar la respuesta a la glucosa. Esto

evita el tratamiento exagerado de la hipoglucemia, el cual se debe evitar.

50

OTRAS COMPLICACIONES SECUNDARIAS AL USO DE LA INSULINA

Además de la hipoglucemia hay algunos otros efectos secundarios frecuentes e

infrecuentes secundarios al uso de la insulina, que se resumen en la tabla 1.

Tabla 1. Otros efectos secundarios del tratamiento con insulina • Aumento de peso • Edema • Alergia • Lipoatrofia • Lipohipertrofia • Reacciones idiosincráticas

Aumento de peso

El tratamiento con insulina, tanto en diabéticos tipo 1 como tipo 2, se relaciona

con incremento de peso. El mayor porcentaje de la ganancia de peso puede

atribuirse a la disminución de la glucosuria y la mayor utilización de las calorías

que previamente eran perdidas por la orina. En el Estudio del Control de la

Diabetes y sus Complicaciones (DCCT), los pacientes en tratamiento intensivo

aumentaron 5.1 kg contra los 2.4 kg que aumentaron los pacientes en tratamiento

convencional (4). En el caso de los diabéticos tipo 2, en el Estudio Prospectivo de

Diabetes del Reino Unido (UKPDS) los pacientes en tratamiento con insulina

aumentaron 10.4 kg, los que se trataron con sulfonilureas aumentaron 3.7 kg,

mientras que los que usaron metformín no aumentaron significativamente de peso

(5). En general, en diferentes estudios, se reporta que los pacientes diabéticos

tipo 2 presentan un incremento promedio de peso corporal de 3 a 9% dependiendo

de la duración del estudio y la intensidad del control de la glucosa En algunos

estudios como el de Henry y sus colaboradores se ha demostrado que el aumento

de peso está relacionado directamente con la concentración periférica de insulina

plasmática y la dosis total de insulina exógena. El incremento de peso resultante

del tratamiento corresponde al tejido adiposo en 66% y a masa corporal magra en

un 30%.

51

En resumen, los factores que influyen en el incremento de peso son:

a) La utilización de calorías antes perdidas por glucosuria

b) La obesidad pre-tratamiento ya que los sujetos obesos requieren más

insulina para lograr el control de la glucemia y, por consiguiente, tienen más

hiperinsulinemia.

c) El aumento del apetito y la disminución de la termogénesis, así como el

mayor consumo de calorías secundario a la presentación de hipoglucemias

o por temor a ellas.

d) Edema

Medidas de control del aumento de peso

Se puede disminuir al mínimo el aumento de peso utilizando la dosis más baja

posible de insulina para lograr la euglucemia, educando al paciente en cuanto a la

dieta, promoviendo el ejercicio o por lo menos la disminución del sedentarismo y

enseñando al paciente una conducta apropiada ante una hipoglucemia.

Edema Aunque en la práctica clínica se relaciona el tratamiento con insulina con el

desarrollo de edema, es probable que este efecto esté subidentificado, ya que el

peso del paciente puede aumentar hasta un 10% sin evidencia clínica de edema

pero puede progresar, en un número limitado de pacientes, a edema generalizado.

Este edema generalmente se autolimita, pero ocasionalmente puede precipitar

una insuficiencia cardiaca, sobre todo cuando hay daño cardiaco pre-existente o

cuando el tratamiento se combina con tiazolidinedionas.

Las causas del edema son:

Vasodilatación: el tratamiento con insulina puede asociarse con vasodilatación en

varios lechos arteriales, sobre todo en casos de hiperinsulinemia euglucémica, en

sujetos sanos y en diabéticos. La vasodilatación dependiente de insulina se puede

relacionar con la estimulación de la bomba de Na-K/ATPasa, estimulación β

adrenérgica, activación de mecanismos colinérgicos, estimulación de canales de

52

iones de potasio, atenuación de la reactividad a la vasoconstricción y estimulación

de la liberación de óxido nítrico.

Retención de sodio: varios reportes indican que el efecto primario de la insulina

en la reabsorción de sodio se lleva a cabo en el túbulo proximal, en el distal y en el

asa ascendente de Henle. El túbulo distal y el asa ascendente te Henle tienen una

mayor densidad de receptores a insulina. Además la insulina estimula la Na-

K/ATPasa, abundante en el túbulo distal. Este efecto tubular de la insulina puede

requerir calcio y hormona antidiurética como cofactores. El fenómeno de escape

contrarresta el efecto antinatriurético de la insulina en el túbulo distal.

Efectos secundarios de la insulina sobre la regulación del sodio: la

hipoglucemia puede estimular la secreción de cortisol, epinefrina, renina,

aldosterona y hormonas antidiurética, lo que resulta en retención de sodio y

disminución en la diuresis. Además, en pacientes mal controlados, los niveles de

glucosa que se requieren para una liberación significativa de las hormonas

contrarreguladoras son mayores que en los pacientes bien controlados, por lo que

en el grupo de pacientes mal controlados el edema es más frecuente.

Retención de sodio y agua en pacientes con pobre estatus nutricional: la

iniciación o intensificación del tratamiento con insulina se relaciona con cambios

en los niveles de glucagon plasmático y con cambios en el metabolismo de la

tiamina.

Glucagon: un aumento en el glucagon plasmático tiene efecto natriurético durante

la deprivación de alimentos, mientras que una reducción en el glucagon

plasmático durante la realimentación con carbohidratos aumenta la antinatriurésis

en el túbulo distal. La administración exógena de insulina en pacientes malnutridos

con diabetes puede potenciar el efecto del glucagon disminuido en la regulación

renal de sodio.

Insulina y deficiencia de tiamina: la insulina tiene un papel importante en el

metabolismo de los carbohidratos. Los pacientes catabólicos por descontrol

glucémico tienen una deficiencia subclínica de tiamina. En estos pacientes, un

estricto control glucémico con altas dosis de insulina en combinación con una

53

ingestión alta de carbohidratos puede aumentar la demanda de tiamina, causando

una depleción adicional de los depósitos. Cuando se desarrolla un estado

deficiente de tiamina la acumulación de lactato y piruvato produce vasodilatación

periférica y edema, que inicialmente involucra las piernas pero puede llegar a ser

generalizado con ascitis y derrame pleural. Finalmente puede presentarse

insuficiencia cardiaca, provocando activación de los sistemas que retienen sodio.

Aumento en la permeabilidad capilar: se ha documentado un aumento en la

permeabilidad vascular en pacientes tratados con insulina. La hiperinsulinemia

aguda se ha asociado con escape de albúmina del intravascular, con declinación

significativa de albúmina del pool intravascular. Algunos estudios morfológicos

demuestran que el escape de albúmina puede relacionarse con alteraciones

inducidas por la insulina en las características morfológicas de las células

endoteliales, que conducen a un movimiento transcelular de vesículas

micropinocíticas al espacio extravascular, efectos mediados a través del receptor

de insulina y del IGF1.

Medidas de control del edema: se puede intentar una reducción en la dosis de

insulina hasta donde sea posible. También puede ayudar al paciente una dieta

baja en sodio o por lo menos una reducción en su ingestión. El uso de diuréticos

está en debate pues el edema puede resolverse con medidas generales, pero este

tratamiento debe tenerse en mente cuando la situación clínica del paciente así lo

requiera. También se mencionan dentro del tratamiento a los fármacos

vasocronstrictores, inhibidores de la ECA y al verapamilo.

Reacciones cutáneas locales y sistémicas: El uso de insulina puede causar efectos cutáneos adversos tales como la

lipoatrofia, la lipohipertrofia y las reacciones alérgicas. Estas reacciones ahora son

más raras, principalmente por el empleo de insulinas humanas, perfectamente

puras y con menos antigenicidad.

54

Alergia: parece haber una predisposición genética a la alergia a la insulina.

Algunos estudios han demostrado que es más probable que se formen

anticuerpos anti-insulina si un paciente tiene HLA-BW44 y DR7 o B15 o DR4. La

mayoría de las reacciones actuales (más del 75%) son locales e incluyen prurito,

eritema e induración en el sitio de la inyección. Estas reacciones generalmente se

resuelven en 2 a 3 semanas de iniciado el tratamiento. Los pacientes pueden

tener reacciones locales o sistémicas a los aditivos de la insulina tales como el

zinc y la protamina. Estos problemas se resuelven usando análogos de la insulina.

La administración repetida de insulina en el mismo sitio puede provocar

lipohipertrofia. La lipoatrofia por el contrario está mediada por una respuesta

inmunológica, la grasa subcutánea se pierde en el sitio de la inyección, lo que

causa franca deformidad de la región. Se piensa que la reacción inmune causa

una citoquina lipolítica pues las biopsias contienen inmnunoglobulinas y C3.

Algunas reacciones serias a la insulina incluyen anafilaxia, urticaria generalizada

y angioedema, mediadas a través de IgE. Se han descrito varios esquemas de

desensibilización.

En la tabla 2 se comentan las complicaciones cutáneas de la insulina y su

tratamiento.

55

Modificado de Drugs Ther Perspect 2004; 20(9): 20-21

Tabla 2. Complicaciones cutáneas relacionadas con la insulina Comentarios Tratamiento Lipoatrofia Pérdida del tejido subcutáneo en el sitio de la inyección. Está mediada por procesos inflamatorios inmunes. Más común en jóvenes y en aquéllos con reacciones previas. Generalmente se presenta después de 6 a 24 meses del inicio del tratamiento

Se debe evitar la inyección en el área afectada. Es difícil que haya resolución espontánea. Para corregir el área atrófica se debe inyectar repetidamente insulina recombinante o altamente purificada en el área atrófica. Si no es suficiente, combinar insulina con 4 µg de dexametasona por unidad de insulina. Después de la regresión se requiere la inyección ocasional de insulina para mantener el área normal en apariencia.

Lipohipertrofia Nódulos dérmicos suaves con la superficie de la epidermis de aspecto normal, con hipertrofia de adipocitos resultado del efecto lipogénico de la insulina. Se asocia con el inicio reciente de la insulina, en jóvenes, con índice de masa corporal bajo, aplicación en el abdomen y falta de rotación del sitio de inyección. La absorción de la insulina de estos sitios está alterada debido a disminución de la vascularidad

Rotar el sitio de inyección. Cambiar a insulina de acción corta, o análogos de acción rápida. Si no ocurre la regresión se puede remover el sitio afectado usando liposucción asistida con jeringas

Alergia Reacción local eritematosa, indurada más prurito en el sitio de aplicación. La mayoría de los pacientes tienen reacciones inmunológicas a la insulina pero desarrollan solamente reacción local. La reacción puede ser monofásica (se resuelve en una hora), bifásica, (mediada por IgG con una fase tardía que dura menos de 24 horas) y fase retardada semejante a la reacción de tuberculina, caracterizada por infiltración local de mononucleares que se desarrolla en 8 a 12 horas después de la administración de insulina, tiene un pico 5 a 24 horas después y dura varios días. El componente de la inyección que causa la alergia puede ser la molécula misma de insulina, zinc, protamina, etc.

Generalmente se resuelve de manera espontánea en unas cuantas semanas, no obstante se siga aplicando la insulina. Se pueden usar antihistamínicos para controlar los síntomas y bloquear la reacción cutánea. Si la reacción persiste más de 2 a 4 semanas se debe cambiar a un análogo de la insulina. Si la reacción persiste con el cambio de insulina, se debe considerar dividir la dosis y variar el sitio de aplicación; se puede añadir dexametasona 1 µg por cada unidad de insulina; usar antihistamínicos orales o corticoesteroides; cambiar a bomba de infusión o iniciar esquema de desensibilización de insulina

Abscesos cutáneos o celulitis Se presentan en el sitio de inyección o de infusión; la mayoría son de origen bacteriano (Staphylococcus o Streptococcus sp). Son muy raros con la inyección subcutánea, más comunes con las bombas de infusión. Se asocia con pobre higiene durante el cambio de equipo de infusión

Prevenir infección con medidas antisépticas apropiadas. Tratar con tratamiento antibacteriano y/o con desbridación quirúrgica

Reacciones cutáneas idiosincráticas Pigmentación, formación de placas, amiloidosis localizada, lesiones amiloides y queloides en los sitios de inyección

Se puede necesitar la escisión de las lesiones amiloides.

56

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57

Ejercicio y la diabetes: Recomendaciones Dra. Roopa Mehta Beneficios del ejercicio en la diabetes

En pacientes con diabetes, el ejercicio es un componente fundamental del

tratamiento junto a la dieta y los medicamentos. Entre los beneficios, la actividad

física regular disminuye la morbi-mortalidad generada por la ateroesclerosis. Otros

beneficios del ejercicio incluyen:

• Mejoría en el perfil de lípidos (una disminución del colesterol VLDL y

triglicéridos y un incremento del colesterol HDL)

• Reducción en la tensión arterial

• Reducción en la adiposidad

• Reducción en la perdida ósea

• Reducción en la adhesividad plaquetaria

• Beneficios psicológicos: reducción en la ansiedad, la depresión y una

mayor resistencia al estrés

En la diabetes tipo 2, la actividad física regular mejora la sensibilidad a la

insulina y reduce las concentraciones de glucosa tanto de ayuno como

postprandial1. Además, varios estudios han mostrado que el ejercicio constante

desempeña un papel importante en la prevención de diabetes tipo 22,3.

Riesgos del ejercicio en la diabetes

Aunque el ejercicio proporciona numerosos beneficios para la salud de los

pacientes con diabetes, también acarrea riesgos potenciales.

1. Complicaciones agudas:

La hiperglucemia tiende a ocurrir con mayor frecuencia en dos situaciones

• En pacientes diabéticos pobremente controlados (glucemia >250 mg/dL)

• En diabéticos tipo 1 que están involucrados en ejercicio de alta intensidad

(>80% de la frecuencia cardiaca máxima).

58

Esto sucede porque existe una incapacidad de incrementar los niveles de

insulina durante la realización del ejercicio para contrarrestar la hiperglucemia

causada por el incremento en la producción hepática de glucosa4.

En contraste, la hipoglucemia es la complicación más común del ejercicio,

particularmente en los diabéticos que se inyectan insulina o que toman

hipoglucemiantes orales. Este puede ocurrir durante, inmediatamente después y

tras varias horas de la realización del ejercicio.

Complicaciones macro y microvasculares:

Las complicaciones crónicas de la diabetes pueden ser empeoradas por el

ejercicio. En la tabla 1 se describen estos riesgos:

Tabla 1: Riesgos del ejercicio en relación con las complicaciones crónicas pre-existentes.

Complicación diabética Riesgos con el ejercicio

Ateroesclerosis Evento cardiovascular (arritmia, isquemia miocárdica, infarto, paro cardiaco)

Hipertensión Descontrol de la tensión arterial

Retinopatía proliferativa Elevación de la presión arterial que podría

producir hemorragia vítrea o retinal y desprendimiento de retina

Neuropatía periférica Úlceras de pie, infecciones, lesión de tejidos blandos, hueso y articulaciones

Neuropatía autonómica

Respuesta cardiovascular al ejercicio reducida, hipotensión postural, regulación inadecuada de la

temperatura, corporal, hipoglucemia, deshidratación, capacidad aeróbica disminuida, contrarregulación inadecuada e incapacidad de

percibir la hipoglucemia

Nefropatía Elevación de la presión arterial e incremento de la albuminuria

Valoración previa al ejercicio Los riesgos previamente descritos pueden ser evitados por medio de una

evaluación médica cuidadosa del paciente en la que se aborde voluntad al cambio,

59

nivel de actividad cotidiana, control glucémico y detección de complicaciones

micro y macrovasculares.

Valoración de complicaciones macrovasculares:

Los pacientes que inicien un programa de acondicionamiento que exceda su

nivel normal de actividad física diaria, deberían de someterse a una prueba de

esfuerzo si se considera que tienen un riesgo significativo para enfermedad

cardiovascular basado en cualquiera de las siguientes características:

Edad >40 años

Diabetes tipo 2 de más de 10 años de duración Diabetes tipo 1 de más de 15 años de duración

Factores de riesgo adicionales para enfermedad coronaria (hipertensión, tabaquismo, dislipidemia)

Presencia de complicaciones microvasculares (retinopatía proliferativa o preproliferativa, nefropatía incluyendo microalbuminuria, neuropatía

autonómica) Enfermedad coronaria/enfermedad vascular periférica/enfermedad cerebro-

vascular Insuficiencia Renal

Las pruebas de esfuerzo no están indicadas en individuos asintomáticos con

bajo riesgo de enfermedad coronaria (ej. <10% de riesgo de enfermedad

cardiovascular a 10 años).

Debe de considerarse una prueba gammagráfica de estrés en aquellos

pacientes con cambios electrocardiográficos inespecíficos que se presenten con el

ejercicio o en los cuales se hayan identificado cambios del segmento ST o de la

onda T en el electrocardiograma de reposo.

Los pacientes con enfermedad coronaria conocida, deberían ser sometidos a

una evaluación supervisada de su respuesta al ejercicio.

60

Valoración de complicaciones microvasculares: En la tabla 2 describe los exámenes recomendados5, 6 Tabla 2: Exámenes recomendados previos a la realización del ejercicio.

Complicación Examen físico previo al ejercicio

Retinopatía

Debe de realizarse un examen de fondo de ojo especializado en todos los pacientes con diabetes tipo 2 y en los pacientes con diabetes tipo 1 con una duración de la enfermedad >3-5 años.

Neuropatía periférica

Evaluación de la percepción de la vibración, de los reflejos osteotendinosos, de la propiocepción y del tacto en los pies. Se considera que se ha perdido la sensibilidad protectora cuando el paciente es incapaz de percibir un monofilamento de 5.07.

Neuropatía autonómica

La neuropatía autonómica esta asociada con muerte súbita e infarto miocárdico silente en diabéticos. Esta puede presentarse con taquicardia en reposo, hipotensión postural, termorregulación y sudoración inadecuadas, deshidratación, hipoglucemia inadvertida, alteraciones en visión nocturna o gastroparesia. Se recomienda un gammagrama en reposo o de esfuerzo con talio en estos casos.

Enfermedad vascular periférica

Valorar signos y síntomas de claudicación intermitente, pulsos y temperatura disminuidos, y pérdida de anexos cutáneos. Idealmente obtener relaciones de presión tobillo/brazo mediante Doppler.

Nefropatía

Evaluar la presencia de nefropatía incipiente (microalbuminuria 30-299mg/día) o de nefropatía clínica (albuminuria >300mg/día). El ejercicio puede transitoriamente aumentar la excreción de albúmina secundario a un defecto a nivel glomerular en pacientes normo o con microalbuminuria.

Recomendaciones para el ejercicio

Es esencial individualizar el ejercicio. El personal de salud puede motivar a los

pacientes y ayudarlos a escoger un tipo de ejercicio que puedan disfrutar.

También debe de buscarse el apoyo de la familia y de los amigos. Los factores

que deben de considerarse antes de recomendar un programa de ejercicio

incluyen la edad, el nivel de acondicionamiento físico y las metas personales.

También debe de tomarse en cuenta el tipo, intensidad, duración y frecuencia de

la actividad física.

61

1. Tipo Es recomendable algún tipo de ejercicio aeróbico; siendo de estos el más

popular, la caminata. La Asociación Americana de la Diabetes recomienda por lo menos 150 minutos a la semana de ejercicio aeróbico de moderada intensidad (50-70% de la frecuencia cardiaca máxima) y/o por lo menos 90 minutos a la semana de ejercicio aeróbico intenso (>70% de la frecuencia cardiaca máxima): La actividad física debe de ser realizada durante por lo menos 3 días por semana sin que se presente un intervalo de reposo de mas de dos días entre las sesiones. Además los pacientes con diabetes (especialmente tipo 2) deben de incluir en su programa de ejercicio, entrenamiento de resistencia, debido a que este mejora la sensibilidad a la insulina (5).

Los pacientes con complicaciones diabéticas también pueden ejercitarse, pero el

régimen de ejercicio (particularmente el tipo de ejercicio) puede requerir

modificaciones. En la tabla 3 se muestran las actividades físicas recomendadas

de acuerdo al tipo de complicación.

62

Tabla 4: Actividades físicas recomendables y no recomendables de acuerdo al tipo de complicación pre-existente.

Complicación Ejercicio recomendable Ejercicio no recomendable/Precauciones

Retinopatía Proliferativa

Bajo Impacto: Natación, ciclismo, caminata.

Para evitar daño retiniano, la tensión arterial sistólica no debe de exceder 170

mmHg.

Alto impacto Anaeróbico: actividades de contacto (Ej.

boxeo), maniobras tipo Valsalva (levantamiento de

pesas). El ejercicio esta

contraindicado en caso de fotocoagulación o cirugía

reciente.

Neuropatía Periférica

Bajo impacto/ sin levantamiento de grandes

cargas: Nado, ciclismo, remo,

ejercicio de silla, ejercicio con los brazos, Yoga.

Alto impacto/ Levantamiento de grandes cargas: Banda sin

fin, caminata prolonga-da, trote, escaladora.

Neuropatía Autonómica

Bajo impacto: Natación, ciclismo.

Alta intensidad/Cambios rápidos de posición/ Ejercicio

realizado en temperaturas extremas.

Nefropatía Actividad de baja a moderada intensidad.

Alto impacto/Actividad extenuante: maniobras tipo Valsalva (levantamiento de

pesas) 2. Intensidad

Para mejorar el nivel de acondicionamiento físico, el paciente diabético debe de

ejercitarse a un nivel de intensidad del 60 a 85% de la frecuencia cardiaca

máxima. En pacientes en quienes no se puede llevar a cabo una prueba de

esfuerzo, no se debe exceder del 70% de frecuencia cardíaca máxima.

Un estimado de la frecuencia cardiaca para ejercicio puede realizarse con la

siguiente fórmula:

Frecuencia cardiaca máxima = 220- edad del paciente (solo si es menor de 35) El pulso no refleja de manera precisa el grado de estrés al cual es sometido el

cuerpo durante el ejercicio en el siguiente grupo de pacientes; diabéticos con

neuropatía autonómica, ancianos, y aquellos que reciban beta-bloqueadores.

63

Finalmente la “prueba del habla” también puede utilizarse para determinar la

intensidad del ejercicio: un nivel de entrenamiento aeróbico adecuado esta

indicado por la capacidad de mantener la habilidad de hablar durante el ejercicio.

3. Duración y frecuencia El ejercicio siempre debe de iniciarse de manera gradual bajo la supervisión de

personal entrenado. Para un mejor control glucémico se recomiendan 20 a 40

minutos de ejercicio, 3 a 4 veces por semana. Para aquellos individuos con

diabetes tipo 2 que deseen perder peso, se requiere de 45 a 60 minutos de

actividad por lo menos de 4 a 5 veces por semana.

Una sesión de ejercicio debe de iniciar con un periodo de calentamiento de 5 a

10 minutos (caminata, "sentadillas" etc.) con la finalidad de preparar al cuerpo.

Después de esto, la actividad aeróbica debe de iniciar gradualmente, alcanzando

la intensidad óptima aproximadamente a la mitad de la sesión de ejercicio.

Finalmente un periodo de enfriamiento de 5 a 10 minutos, es necesario para

disminuir la frecuencia cardiaca al estado de reposo6.

Las medidas de seguridad general para individuos diabéticos que participen en

un programa de ejercicio incluyen:

• Uso de un brazalete que identifique a la persona como diabética • Monitorizar los niveles de glucosa antes, durante y después del ejercicio • Portar algún tipo de alimento de hidratos de carbono con la finalidad de

tratar una hipoglucemia. • Vestir ropa y calzado adecuados • Inspeccionar los pies antes y después del ejercicio • Mantener un nivel adecuado de hidratación • Evitar ejercitarse durante temperaturas extremas

Control metabólico durante el ejercicio En pacientes con diabetes tipo 2, (controlados con dieta y/o con

hipoglucemiantes orales) el mantener el control glucémico durante el ejercicio no

suele ser problemático debido a que las respuestas contrarreguladoras normales,

generalmente están preservadas.

En pacientes con diabetes tipo 1 o tipo 2 tratados con insulina, el aprender a

realizar ajustes a su régimen terapéutico (dosis de insulina, plan de alimentación)

64

con la finalidad de mantener el control glucémico durante y después del ejercicio

(prevención de hipo o hiperglucemia) puede ser un reto.

Las consideraciones generales para mantener un adecuado control glucémico

incluyen:

Medición de la glucosa sanguínea

La monitorización de la glucosa debe realizarse antes, durante y después del

ejercicio. Si el nivel de glucosa es >250 mg/dL y/o se encuentra cetonuria, el

ejercicio debe diferirse hasta que este nivel sea menor (habitualmente después de

la administración de insulina). Este grupo de pacientes pobremente controlados,

tienen riesgo de presentar un mayor incremento en la glucosa plasmática con el

ejercicio.

Si los niveles de glucosa son <100 mg/dL, es necesaria la ingestión de

carbohidratos antes de la practica del ejercicio.

Plan de alimentación

La utilización de hidratos de carbono adicionales puede requerirse para prevenir

la hipoglucemia asociada al ejercicio. Esta decisión está basada en los niveles de

glucosa pre-ejercicio, en la intensidad y duración del ejercicio planeado, la relación

con el último alimento, la hora del día y la respuesta glucémica al ejercicio previa7.

Para el ejercicio moderado de corta duración o no planeado, deben de tomarse

15-30 g de hidratos de carbono de rápida absorción (tabletas de glucosa, jugo) 15-

30 minutos antes del ejercicio y cada 30-45 minutos durante la realización de este.

Para el ejercicio más intenso y prolongado (1-2 horas), se recomienda ingerir un

alimento que contenga porciones balanceadas de pan/cereal, carne y fruta 2-3

horas antes de iniciar la rutina8. Los pacientes que se ejerciten tarde en el día,

deben estar atentos a la posibilidad de hipoglucemia nocturna, la cual puede

prevenirse con la ingestión de carbohidratos de absorción lenta inmediatamente

después del ejercicio (ej. barra de granola).

Grimm y cols9 han propuesto un esquema simplificado para el cálculo de la

cantidad de carbohidratos requeridos durante el ejercicio dependiendo de la

duración e intensidad del esfuerzo en pacientes con diabetes tipo 1 (tabla 5).

65

Tabla 5. Requerimientos extra de carbohidratos de acuerdo a la intensidad y duración del ejercicio en pacientes con diabetes tipo 1.

Duración del ejercicio

FC máxima

<20 min

20-60 min

>60 min <60% 15g 30g/h

60-75% 15g 30g

75g/hr 20% reducción en

la dosis de insulina

>75% 30g

75g/hr 0-20% reducción

en la dosis de insulina

100g/hr 30% reducción en

la dosis de insulina

Los pacientes con diabetes también deben de mantener una adecuada ingesta

de líquidos durante el ejercicio para prevenir la deshidratación y el empeoramiento

del control glucémico.

1. Sitio de inyección/temperatura ambiente

• La insulina debe de aplicarse por lo menos 60 minutos antes de la actividad

física y el abdomen es habitualmente el sitio de elección.

• En clima caliente existe el riesgo de hipoglucemia debido a que la

vasodilatación y el incremento en el flujo sanguíneo aumentan la velocidad de

absorción de la insulina inyectada.

2. Ajuste de la dosis de insulina

Puede ser necesaria una reducción de la dosis de insulina antes de la actividad

física con la finalidad de prevenir hipoglucemia. En general, si el ejercicio es de

corta duración (menos de 30 minutos) no se requiere ajuste en la insulina.

Recuerde que es más probable que ocurra hipoglucemia si el paciente esta

realizando el ejercicio durante el pico de acción de insulina. Para la insulina lispro,

el riesgo de hipoglucemia es mayor cuando el ejercicio se realiza 40 minutos

después de la inyección, mientras que para la insulina rápida, el mayor riesgo de

hipoglucemia es a los 180 minutos después de la inyección. En la tabla 6 se

muestra el pico de acción de los distintos tipos de insulina.

66

Tabla 6: Pico de acción de los distintos tipos de insulina Insulina Pico de acción

Lispro/Aspart 1-2 horas

Insulina rápida 2-4 horas

NPH 6-12 horas

Glargina (no ajustar dosis de insulina antes del ejercicio) Sin pico de acción

La tabla 7 proporciona una idea de cómo podrían reducirse las dosis de insulina

en los pacientes con diabetes tipo 1, dependiendo de la intensidad y duración del

ejercicio7.

Tabla 7: Porcentaje de reducción recomendado en la dosis de insulina de acuerdo a la intensidad y duración del ejercicio. (Adaptado de Joslin´s Diabetes Deskbook 2003) Porcentaje de reducción recomendado en la dosis

de insulina

Intensidad de la actividad física

Duración de la actividad física (minutos)

5 Baja 30-60

10 Moderada 30-60

20 Moderada >60

20 Alta 30-60

30 Alta >60

En conclusión, los pacientes diabéticos, a través de un proceso de ensayo y

error aprenderán a realizar ajustes en la dosis de insulina y en la ingesta de

alimentos que les permitirá dominar el manejo de la diabetes durante el ejercicio.

El papel de los profesionales de la salud es el de guiar y apoyar a los pacientes

durante este proceso.

BIBLIOGRAFIA

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9. Grimm JJ, Ybarra J, Berné C et al. A new table for prevention of hypoglycaemia during physical activity in type 1 diabetic patients. Diabetes Metabolism 2004, 30, 465-470Beaser RS (Ed)

10. Beaser RS. Exercise, Chapter 5. Joslin´s Diabetes Deskbook. 2003

68

Bombas de infusión continua de insulina. Dr. Israel Lerman Garber

La infusión continua de insulina subcutánea (ICIS) administrada por una bomba

o microinfusora, se aplicó por primera ocasión en pacientes con diabetes tipo 1, a

fines de los años 70s en el Hospital Guy´s y en la Universidad de Yale. A partir de

entonces, la ICIS demostró que podía ofrecer un mejor control metabólico con

respecto a los esquemas de insulina convencionales de aquella época. El

inconveniente eran el tamaño de la microinfusora y las dificultades con el manejo e

inserción del catéter, que la hacían una alternativa poco práctica y de uso

principalmente en protocolos de investigación. A partir de entonces, con los

progresos en la tecnología, se ha convertido en la forma habitual de tratamiento

para un número cada vez mayor de pacientes con diabetes tipo 1 (alrededor del

10% de los pacientes con diabetes tipo 1 de los EUA).

La ICIS es en la actualidad, la forma más fisiológica de administración de

insulina al reproducir en forma más precisa el patrón de secreción de insulina de la

célula beta y favorece mucha flexibilidad en el estilo de vida. Además, con los

adelantos tecnológicos, las microinfusoras y sets de infusión cada año son más

pequeños, seguros y prácticos para los pacientes.

No obstante, existe gran controversia sobre sus beneficios reales con respecto

al control glucémico y calidad de vida, al compararse con la administración de

múltiples inyecciones de insulina con un esquema basal/bolo. Los nuevos

análogos de insulina han permitido un manejo más fisiológico al igual que con la

bomba, con picos postprandiales de la insulina mucho más tempranos y niveles de

insulina que pueden permanecer constantes entre los alimentos, con un menor

costo para el paciente y el sistema de salud.

Características de una bomba de insulina

Una microinfusora o bomba de infusión es un dispositivo de administración

continua subcutánea de insulina. Constituye su forma más fisiológica de

administración debido a que: a) utiliza solo insulina ultra rápida que se programa

para cubrir las necesidades basales y postprandiales del paciente. b) la infusión es

continua durante 24 horas al día en micro dosis con variaciones de hasta 0.05

69

unidades de insulina cada 20-30 minutos y c) la infusión puede ser programable a

las necesidades específicas de cada paciente.

Es un dispositivo electromecánico del tamaño de un radio localizador (con un

peso de alrededor de 100gr. incluyendo su reservorio). El reservorio tiene un

depósito para 180 o 300 unidades de insulina, cantidad necesaria para 3-7 días

dependiendo de los requerimientos de insulina del paciente. Se acompaña de un

set de infusión, vía por la cual, la insulina es suministrada desde la microinfusora

hasta un catéter subcutáneo que se coloca en el abdomen, brazos o muslos. El

set de infusión, es desechable y se debe reemplazar cada 3 días.

Las necesidades de insulina basal se cubren mediante micro dosis continuas

programables hora a hora. Para metabolizar la glucosa postprandial, o para hacer

correcciones cuando los niveles de glucemia están elevados, la microinfusora

permite administrar insulina adicional en bolos y que pueden incluir las siguientes

alternativas:

- Bolo manual; se ingresa cada dosis de bolo en forma individual

- Bolo fácil; bolo normal preestablecido que puede ser incrementado en

cantidades fijas

- Calculador Bolus Wizard; utiliza la lectura del medidor de glucosa para

calcular la dosis de bolos.

Además hay diferentes tipos de bolos:

a) normal, toda la insulina en una sola vez.

b) onda cuadrada, administración gradual durante un tiempo

c) onda dual, una porción se administra de inmediato y el remanente de manera

gradual durante un tiempo.

Se han superado problemas derivados del paso prolongado de la insulina por el

plástico del catéter, el pH bajo, la precipitación isoeléctrica y formación de algunos

agregados inactivos. No se han demostrado diferencias al comparar la efectividad

y seguridad con la ICIS, entre las 3 insulinas de acción ultrarrápida; lispro, aspart o

glulisina.

70

Ventajas de las nuevas bombas de insulina

La tecnología ha avanzado en forma muy importante en esta área. Hoy en día

las microinfusoras son muy pequeñas y fáciles de programar, tienen una amplia

variedad de alarmas y administran la insulina basal y en bolos a partir de dosis

cada vez más pequeñas y en forma muy personalizada. Los bolos se deciden en

función del plan de alimentación (cuenta de carbohidratos) y factores de

corrección derivados del nivel glucémico de ese momento. Hay nuevos modelos

con programas de software integrados, que hacen estos cálculos a partir de la

información que le da el paciente (cifras de glucemia y carbohidratos a consumir

en ese momento) y en forma automática indica el bolo o dosis a administrar. Hay

tecnología que permite la transmisión inalámbrica del medidor de glucosa a la

bomba y la posibilidad de graficar toda tipo de información respecto a la acción de

la microinfusora. Los catéteres y sets de infusión también han sido mejorados en

forma muy significativa para comodidad de los pacientes. Recientemente se han

introducido sensores de glucosa que dan lecturas constantes de los niveles de

glucosa en sangre, esta información puede introducirse a la bomba y sus reales

beneficios se están evaluando en la actualidad.

El impacto que tienen todos estos nuevos avances tecnológicos en el control

glucémico está aún por determinarse.

Efectos en el control metabólico

El estudio del Diabetes Control and Complications Trial (DCCT), al igual que

otros en los años 90`s, demostraron que con la ICIS, era posible lograr cifras

significativamente más bajas de HbA1c en comparación al uso de inyecciones

múltiples de insulina SC. En años recientes, los estudios que comparan los

esquemas intensivos actuales con análogos de insulina basal y ultrarrápida con la

ICIS ya no muestran diferencias. La variabilidad en las cifras de glucemia a lo

largo del día también es similar.

La infusión continua de insulina puede ser una buena alternativa en aquellos

pacientes con diabetes tipo 1 que no logran un adecuado control con un esquema

intensivo a base de múltiples inyecciones diarias o que con este esquema tienen

un riesgo alto de hipoglucemias.

71

Hipoglucemia

Estudios en la década pasada mostraban una franca ventaja de la ICIS respecto

a un esquema intensivo con inyecciones de insulina, en el riesgo de episodios de

hipoglucemia, tanto en la frecuencia como en la severidad de los mismos. En la

actualidad, al compararse con esquemas intensivos a base de análogos y un

esquema basal/bolos (glargina o detemir más insulina ultrarrápida preprandial), la

mayoría de los estudios no muestran diferencias significativas, excepto en algunos

casos de pacientes con antecedentes de episodios recurrentes de hipoglucemias

severas y con pérdida de la respuesta adrenérgica a las mismas. La ICIS, permite

modificar la dosis basal de insulina en horas de mayor riesgo y en caso de

presentarse, se puede suspender rápidamente la infusión. Por utilizar solo insulina

ultrarrápida, esta se elimina más rápidamente del organismo con menor duración

de la hipoglucemia. Modificaciones en el esquema de insulina, como el dividir en

dos dosis la insulina basal (glargina o detemir) o agregar dosis bajas de insulina

de acción intermedia NPH antes del desayuno de la comida y reducir la dosis de

insulina glargina o detemir por la noche, también pueden reducir en forma

significativa el riesgo de hipoglucemias en estos pacientes.

Calidad de vida

Hay más de 80 estudios que exploran este tema, por tratarse de individuos con

necesidades diferentes, los estudios también son contradictorios y no permiten

llegar a una conclusión. Para algunos pacientes utilizar una microinfusora de

insulina implica mayor comodidad, flexibilidad y seguridad, para otros representa

una carga excesiva de trabajo y en ocasiones molestias por cuestiones técnicas

de la microinfusora u obstrucciones ocasionales del catéter.

Problemas del uso de la bomba

En ocasiones la bomba de insulina puede cursar con problemas; ruptura de

alguna pieza, falla de la batería, corrosión de la misma u de otro componente,

fallas del encendido o bombeo de la insulina, pérdida accidental de la insulina sin

detectarse por las alarmas o falla completa de la bomba. El catéter puede producir

irritación e inflamación de la piel y en raras ocasiones infecciones. Con las nuevas

72

bombas y catéteres esto ocurre cada vez con menor frecuencia, aunque la vida

media de una bomba y que requiere de su cambio por otra nueva, en general no

es mayor de 3 años.

En ocasiones los pacientes, no obstante el funcionamiento adecuado de la

bomba no logran las metas terapéuticas, generalmente esto obedece a no seguir

un plan de alimentación adecuado, no practicar ejercicio o monitoreo frecuente

con ajustes en la dosis de insulina. No es raro que pacientes, particularmente

adolescentes se olviden por distracción de aplicarse algunos bolos de insulina

antes de los alimentos y que desde luego, repercuten en el control glucémico de

todo el día. Por último, la frecuencia de cetoacidosis aunque muy baja, era mayor

con el uso de la ICIS en comparación a un esquema intensivo con múltiples

inyecciones y derivado en muchos casos, de un mal funcionamiento del sistema

de infusión no detectado por las alarmas.

Por tratarse de insulina ultrarrápida a las pocas horas de no recibir

absolutamente nada de de insulina, un paciente puede experimentar síntomas de

hiperglucemia y cetosis y llegar incluso a la cetoacidosis si no se hacen las

correcciones en forma temprana (ante la duda de la función apropiada del catéter,

es conveniente aplicar una o dos inyecciones por vía subcutánea hasta

cerciorarse del buen funcionamiento de la bomba). Con la nueva tecnología y

sistemas de alarma esta complicación por problemas de la bomba ocurre cada vez

en menos casos, siempre y cuando el paciente lleve un monitoreo frecuente de las

glucemias.

Costo-beneficio de la ICIS

La bomba de insulina implica un costo elevado para el paciente si este no es

cubierto por una compañía de seguros. Aproximadamente duplica o triplica el

costo que se tiene con un esquema intensivo a base de múltiples inyecciones

subcutáneas y requiere además el apoyo por profesionistas especialmente

entrenados para el manejo de la bomba. Al no demostrar beneficios en la HbA1c

respecto al uso de un esquema intensivo con inyecciones de análogos de insulina,

la ICIS dejó de recomendarse como primera opción en muchos países

desarrollados (representa un gasto excesivo para el sistema de salud).

73

Recientemente el Instituto Nacional de Salud y de Excelencia Clínica de la Gran

Bretaña recomendó su utilización solo en pacientes con diabetes tipo 1 que con un

esquema intensivo con múltiples inyecciones de insulina no logran las metas de

control (HbA1c mayores de 7.5%) y/o cursan con hipoglucemias severas en forma

frecuente.

Embarazo

En el embarazo de una mujer con diabetes se requiere de un control muy

estricto de la glucemia con metas de control en rangos prácticamente normales.

Los cambios en la sensibilidad a la insulina por el incremento progresivo en la

producción de hormonas contrareguladoras que se liberan por la placenta y los

cambios en el consumo de alimentos en ocasiones forzados por las nauseas o

vómitos durante el primer trimestre, dificultan el manejo con esquemas intensivos

convencionales y se asocian a un mayor riesgo de hipoglucemias. Así mismo, los

análogos de insulina de acción basal (glargina, detemir), hasta no demostrarse su

seguridad, están contraindicados en el embarazo y se requiere mantener un

esquema que habitualmente incluye 3 inyecciones diarias de NPH más análogos

de acción ultrarrápida. Por ese motivo la ICIS es una buena opción en pacientes

con diabetes tipo 1 durante el embarazo, desde luego se requiere pacientes muy

motivados, que practican monitoreo frecuente de la glucosa y que pueden afrontar

los costos derivados de la misma. La posibilidad de cetoacidosis y las infecciones

en el sitio de inserción del catéter pudieran ser desventajas para recomendar su

empleo pero estas rara vez ocurrirán en pacientes que reúnen las condiciones

ideales para portar una bomba.

Uso en niños y adolescentes.

Hasta ahora, al reunir los diferentes estudios publicados sobre el tema, no hay

diferencias significativas en la HbA1c o el número de hipoglucemias graves en

pacientes de estas edades al comparar la bomba de infusión con los nuevos

esquemas de manejo intensivo con el esquema de inyecciones basal/bolo.

Tampoco se ha demostrado una mayor ganancia de peso con la ICIS, aunque si

mayor frecuencia de problemas dermatológicos menores (irritación, lipohipertrofia

74

o infecciones) y durante el primer año a partir del uso de la bomba de ICIS, un

discreto mayor número de episodios de cetoacidosis que se atribuyen a la menor

experiencia en el uso de la misma. Las indicaciones de utilizar una microinfusora

en población pediátrica son; episodios recurrentes graves de hipoglucemia, una

diabetes muy lábil con variaciones muy amplias y constantes en la glucemia y no

poder alcanzar las metas de control. La indicación más común es el deseo

expreso del paciente o sus familiares por percibir que con esta opción de

tratamiento van a tener mayor comodidad (una sola inyección cada 3 días),

flexibilidad y una mejor calidad de vida.

En algunas clínicas de diabetes la ICIS se recomienda desde la infancia (a

veces exclusivamente por la noche), que implica un trabajo adicional muy

importante para los padres y que deben estar dispuestos a afrontarlo. Algunos

autores incluyéndome entre ellos, lo recomendamos en niños mayores de 8-10

años de edad. Otras recomendaciones son en niños con fobia a las inyecciones

(son muy pocos los casos y lo superan generalmente) o con un fenómeno de la

madrugada muy acentuado. En el adolescente, uno de los problemas con la ICIS,

es la omisión de bolos (los padres tienen menor presencia, la diabetes no es una

prioridad para ellos y simplemente se les olvida) y el riesgo de cetoacidosis

particularmente en aquellos que no practican el monitoreo frecuente y se

encuentran en una etapa importante de rebeldía.

La ICIS en diabetes tipo 2

Conforme transcurren los años el paciente con DM tipo 2 puede tornarse

totalmente insulino-dependiente y utilizar esquemas intensivos de manejo

similares al de un paciente con diabetes tipo 1. Es en esos casos, que pudiera

utilizarse la ICIS si el paciente lo solicita con la idea de mejorar su calidad de vida.

No se ha demostrado ningún beneficio en este grupo de edad respecto al manejo

con esquemas intensivos con inyecciones de análogos de insulina.

Indicaciones y contraindicaciones para el uso de una ICIS

A lo largo de estas páginas se han descrito las principales indicaciones y

restricciones de la ICIS, en forma resumida; se puede utilizar en todo paciente con

75

diabetes tipo 1 que desea probar esta alternativa tecnológica, tiene las

posibilidades económicas para hacerlo y la motivación para mantener un manejo

intensivo de su diabetes, que incluye un apego a las recomendaciones de

alimentación y ejercicio y un monitoreo frecuente de la glucosa.

Las indicaciones médicas podrían ser dificultades para lograr las metas de

control con otro tipo de esquema intensivo, un fenómeno de la madrugada muy

marcado, cetoacidosis o hipoglucemias graves recurrentes, cambios severos no

predecibles en las cifras de glucemia, la falta de respuesta adrenérgica y por ende

mayor riesgo de hipoglucemias graves y durante el embarazo. Las

contraindicaciones incluyen pacientes con pobre adherencia a las

recomendaciones, poca motivación para un manejo intensivo, con trastornos de la

alimentación o problemas psiquiátricos. Pacientes con pobre soporte social o

familiar y con limitaciones económicas.

Conclusiones

A treinta años de haber sido introducida en la práctica clínica, el uso de la

infusión continua de insulina subcutánea (ICIS), es cada día más común en

algunos países como los Estados Unidos y particularmente en niños y

adolescentes. Portar una bomba no es simplemente portar un aparato que se

utiliza en forma externa y se lleva todo el día unido al cuerpo, requiere del contacto

frecuente con un equipo multidisciplinario, la educación constante del paciente y

sus familiares y un seguimiento periódico. Cuando se emplea en forma adecuada

es segura y efectiva y ofrece ciertos beneficios en pacientes muy seleccionados.

No ha demostrado en estudios comparativos, ser superior al esquema intensivo

con dosis múltiples con análogos de insulina en el logro de las metas de control

glucémico o en sus repercusiones en la calidad de vida.

BIBLIOGRAFÍA

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77

Otras vías de administración de insulina

Dra. Alicia Yepez Rodríguez

Insulina inhalada

Esta insulina tiene la misma estructura molecular que la insulina regular.

También se obtiene por tecnología de DNA recombinante humano. Se lanzó al

mercado en el 2006 en una presentación en polvo en blisters de 1 y 3 mg,

equivalentes a 3 y 8 unidades de la insulina convencional. Se requiere de un

dispositivo para aspiración oral que permite que la insulina llegue a la superficie

alveolar (aproximadamente 150 m2), donde se absorbe mas rápido que en el tejido

subcutáneo por lo que alcanza concentraciones mas altas que la insulina regular,

aunque la duración del efecto es la misma (6 a 8 horas).

Sin embargo, durante los estudios clínicos se encontró que su variabilidad

podría ser mayor en personas con enfermedades pulmonares agudas o crónicas,

lo que contraindica su uso en estas personas, al igual que en los fumadores. Entre

los efectos secundarios asociados a esta insulina están: tos, disnea y dolor

torácico, de hecho, en un porcentaje no despreciable de personas, se encontró

una disminución del VEF1, por lo que se recomendaba hacer una espirometría

antes de empezar el tratamiento y a los 6 meses, y en caso de documentar una

disminución del 20% o más, esta insulina debía ser descontinuada.

Lo anterior, la necesidad de un dispositivo con una cámara de aspiración, la

menor flexibilidad en las dosis y probablemente su precio, fueron los factores que

generaron que las ventas de esta insulina no cumplieran con las expectativas de

mercado del fabricante, al menos esos fueron los argumentos de Pfizer para

retirarla del mercado a finales del 2007, al tiempo que detuvo todos los estudios

clínicos en curso, lo mismo hicieron NovoNordisk y Lilly con sus insulinas

inhalables que en ese momento estaban en desarrollo.

Poco después, a principios del 2008, se reportaron 6 casos de cáncer pulmonar

primario en los pacientes que recibieron exubera durante los estudios clínicos,

contra uno en el grupo placebo, además de 1 caso en un paciente que la recibió

en la etapa de comercialización, por lo que aunque ya había sido retirada del

mercado, la FDA emitió una alerta de seguridad a la comunidad médica. Cabe

78

mencionar que en todos los casos documentados existía el antecedente de

tabaquismo y que en los análisis estadísticos se consideraron muy pocos casos

para considerar una relación causal1-4.

Al momento de realizar este escrito continúa en desarrollo otra insulina inhalable

(AFRESA de MannKind) que cuenta con una novedosa tecnología llamada

technosphere, que hace la suerte de transportador de la insulina5-7.

Insulina oral Actualmente en desarrollo para administración en aerosol (Oral-Lyn de Generex)

Actualmente esta insulina está a la venta en Ecuador Otra insulina en desarrollo

para su administración por esta vía esta siendo estudiada por Phosphagenics,

entre otras que han generado una gran expectativa, en particular, en los

pacientes, que esperan por un tratamiento no inyectable para esta enfermedad

crónica8.

BIBLIOGRAFIA

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79

Esquemas de insulina en niños y adolescentes Dra. Margarita Barrientos

El objetivo del tratamiento de la diabetes tipo 1 en el niño es la prevención de los

síntomas de hipo e hiperglucemia, y de la cetoacidosis diabética, complicación

aguda grave en el niño y adolescente con diabetes. La insulinoterapia adecuada

que lleve al control metabólico en niños y adolescentes, asegura tanto la

recuperación de talla y peso, así como el mantenimiento del crecimiento con el fin

de alcanzar una talla promedio y un desarrollo de acuerdo a los niños de la misma

edad y sexo.

El manejo de la diabetes en el niño varía dependiendo de los diferentes grupos

de edad, del género, de los diferentes periodos de crecimiento en la edad

pediátrica, del desarrollo y cambios propios de la pubertad; en la niña, de la

presencia de la menarca y características de su ciclo menstrual. También varía de

acuerdo con los diferentes patrones de actividad de las etapas pediátricas,

presencia de enfermedad, características propias del adolescente, el inicio del

tabaquismo, ingestión de alcohol, uso de tóxicos, inicio de actividad sexual,

anticoncepción, enfermedades venéreas y embarazo.

Las insulinas utilizadas en niños son: insulina de acción intermedia NPH, los

análogos de acción prolongada: insulinas glargina y detemir, y se prefieren los

análogos de acción ultracorta: insulinas lispro, aspártica y glulisina, sobre la

insulina de acción rápida IR, ya que el inicio de acción es más rápido, por lo que

se aplican de 5 a 10 min antes de los alimentos, y tienen menor riesgo de

hiperglucemia postprandial inmediata e hipoglucemia postprandial tardía.

Los requerimientos de insulina en los niños, usualmente se calculan en base al

peso corporal, la edad y el estado puberal. Las insulinas de acción ultracorta,

insulina lispro, aspártica y glulisina son las que se emplean en el tratamiento con

bomba de infusión continua de insulina debido a sus características de inicio y

duración de acción. La insulina glargina como insulina basal en aplicación una vez

al día es una excelente alternativa de uso en pediatría, al tener una duración

cercana a las 24 horas sin picos de acción que provoquen hipoglucemia. No

obstante en aproximadamente la tercera parte de los pacientes, una sola dosis no

80

cubre un período de 24 horas, y no se puede mezclar con otra insulina en una sola

jeringa debido a las incompatibilidades del pH, por lo que se administra sola,

incrementándose el número de inyecciones requeridas. La insulina detemir como

insulina basal es mas predecible, pero la duración de su acción es menor que la

de glargina, y aumenta en relación al incremento de la dosis. En niños menores de

6 años no han sido probadas la eficacia y seguridad de los análogos de acción

prolongada en estudios de investigación, y existe poca experiencia con el uso de

los análogos de acción ultracorta.

Los objetivos de control metabólico dependen de la etapa pediátrica y en todos

los casos del posible riesgo de presentar hipoglucemia. La ADA propone los

siguientes niveles meta:

Niveles objetivo de glucosa plasmática y hemoglobina glucosilada A1C

En niños adolescentes con DM 1 por grupo de edad (ADA).

Niveles de glucosa sanguínea objetivo

(mg/dl)

Edades Antes de alimentos

Al acostarse /durante la

noche A1C Razón

Lactantes y preescolares (<6 años)

100-180 110-200 <8.5 (pero >7.5) %

Escolares (6-12 años) 90-180 100-180 <8%

Adolescentes y adulto joven (13-19 años)

90-130 90-150 <7.5%*

• Alto riesgo y vulnerabilidad a presentar hipoglucemia • Riego de hipoglucemia y relativamente bajo riesgo de complicaciones antes de la pubertad • Riesgo de hipoglucemia • Aspectos psicológicos y del desarrollo

Conceptos clave en la determinación del objetivo glucémico: • La metas deben ser individualizadas y objetivos menores deben ser basados razonablemente en la estimación del riesgo-beneficio. • Las cifras meta de glucemia sanguínea deben ser mayores a las indicadas arriba en niños con hipoglucemias frecuentes o asintomáticas. • La determinación de glucosa sanguínea postprandial debe realizarse cuando exista disparidad entre los valores de glucosa sanguínea preprandial y los niveles de hemoglobina glucosilada A1C. * Una meta mas baja de hemoglobina glucosilada A1C (<7.0%) es razonable si puede ser alcanzada sin episodios frecuentes de hipoglucemia.

81

En los lactantes en ocasiones se alcanza el objetivo de HbA1c con la

administración de una dosis durante el día de insulina NPH, pero el esquema

preferido es insulina de acción rápida subcutánea en varias aplicaciones al día,

diluida en 10U/ml cuando la dosis sea menor a una unidad de insulina. Es

preferible calcular y administrar la insulina de acción ultracorta después de la

ingestión de alimento, se ha documentado que el control glucémico en base a

hemoglobina A 1c, es similar en lactantes manejados en forma preprandial con

insulina de acción rápida y en los manejados con un análogo de insulina ultracorta

postprandial. La dosis de insulina prandial varía de 0.05 a 0.10 U/kg por dosis y de

insulina NPH como basal de 0.2 a 0.75 U/kg/día y depende del monitoreo

frecuente, de la glucemia preprandial y la cuenta de hidratos de carbono ingeridos.

Algunos autores recomiendan el uso de microinfusora de insulina subcutánea a

partir de los 6 meses de edad.

En los niños menores de 6 años existe gran variación en el esquema de

administración de insulina para lograr el control metabólico en base a hemoglobina

glucosilada A1c; desde la aplicación de tan solo insulina basal con NPH en una o

dos aplicaciones, insulina NPH mas uno o más bolos de insulina prandial, hasta la

administración a través de microinfusora de insulina de acción rápida o ultracorta.

En niños menores de 4 a 6 años, la vida media de la insulina es más prolongada y

la sensibilidad es mayor.

Los niños prepúberes frecuentemente obtienen la cifra deseada de HbA1c con

dosis de 0.5 a 1.0 U/kg por día en esquema de 2 aplicaciones al día de insulina

NPH como basal y de 2 a 3 aplicaciones de insulina de acción ultracorta,

realizando mezcla manual de insulina NPH y de acción rápida ó ultracorta, en la

aplicaciones antes del desayuno y la cena. En esta etapa tanto la dosis como el

control del paciente diabético son más estables.

Durante la pubertad las necesidades de insulina aumentan por encima de 1.5

U/kg por día, debido al incremento de la hormona de crecimiento y secreción de

hormonas sexuales. En la adolescencia la dosis debe aumentarse hasta en un 40-

45% ya que disminuye la sensibilidad (20-30%) y cambia el estilo de vida. En las

niñas, la sensibilidad a la insulina aumenta 5-10% en la fase estrogénica y

disminuye 25-30% en la progestacional del ciclo menstrual.

82

En los adolescentes el esquema preferido es el Intensivo en la modalidad basal-

bolos, por ser el más fisiológico, cubriendo tanto la insulinemia basal como las

necesidades de insulina en relación con la ingestión de alimentos, idealmente

deben utilizarse los análogos de acción prolongada y análogos de acción

ultracorta dadas las ventajas que proporcionan por su inicio, duración de acción y

disminución del riesgo de hipoglucemia.

Esquemas dependiendo el número de aplicaciones de insulina

Esquema con una sola dosis diaria. Rara vez es posible obtener un control

glucémico adecuado con este régimen. La dosis inicial varía de 0.2 a 0.3 U/Kg por

día hasta dosis de 0.5-1.0 U/Kg por día de insulina NPH o de acción prolongada.

Pudiera utilizarse en pacientes que tienen algo de secreción de insulina, en

lactantes menores o en aquellos pacientes que están en su fase de luna de miel.

Esquema de dos aplicaciones al día. Comúnmente usado debido a su

conveniencia y simplicidad. No simula la secreción fisiológica de insulina. Dos

tercios de la insulina total diaria se administran en la mañana y un tercio a un

cuarto en la tarde. Aproximadamente la tercera parte de la dosis de insulina

puede ser de insulina de acción rápida o ultracorta y dos terceras partes de

insulina de acción intermedia. Este régimen puede incrementar el riesgo de

hipoglucemia, especialmente durante la mitad de la noche o a las 3 AM en

respuesta a la acción de la dosis nocturna de insulina intermedia más insulina

regular o de acción ultracorta.

Adolescentes DM1

Esquema intensivo Basal-Bolos

NPH 2 dosis +3 Insulina Ultracorta

NPH 3dosis + 3 Insulina Ultracorta

Análogo acción prolongada 2 dosis

+ 3 Insulina Ultracorta

Análogo acción prolongada 1 dosis

+ 3 Insulina Ultracorta

Microinfusora con Insulina de acción Ultracorta

Menor control glucémico

Mayor control glucémico

83

08:00 12:00 20:00 24:00

Dos aplicaciones NPH +Insulina R o Ultracorta en mezcla manual

desayuno y cena.

Esquema de 3 o mas aplicaciones al día. Tratamiento intensivo.

El tratamiento intensivo es el ideal para lograr los objetivos de control glucémico

en las diferentes edades pediátricas. Se requieren múltiples aplicaciones diarias

de insulina. Se utilizan glargina o detemir cada 24 horas o NPH dos o tres veces

al día, en combinación con insulinas de acción ultracorta o de insulina de acción

rápida, antes de la ingesta de cualquier alimento. La cantidad de insulina varía en

ingerir en ese momento y considerando la cantidad e intensidad de la actividad

física que se realizó o va a realizar en los períodos inmediatos. Con este esquema

se presentan episodios de hipoglucemia tres veces más frecuentemente que con

el convencional, pero se logra un control mucho más adecuado.

08:00 12:00 20:00 24:00

La microinfusora de insulina permite mantener un patrón de aplicación muy

cercano a la secreción fisiológica pancreática de insulina. La infusión basal se

determina de acuerdo con las necesidades del organismo, y puede ser constante

o bien cambiar cada hora para adaptarse a períodos de sueño, elevación

fisiológica de hormona de crecimiento (2-4 AM) y de cortisol (5-7 AM), períodos de

ejercicio, etc. Es posible ingerir alimentos sin un horario fijo, disminuye la

intensidad y frecuencia de hipoglucemias. La dosis se calcula en base a la

cantidad de hidratos de carbono ingeridos, haciendo ajustes de acuerdo al análisis

de la relación dosis-respuesta tomando en cuenta la glucemia dos horas después

de los alimentos. Tanto los análogos de acción ultracorta (insulina lispro, aspártica

y glulisina), como la insulina R pueden administrarse mediante bomba de infusión

84

continua, se prefieren los análogos debido a su inicio y duración de acción. Las

insulinas glulisina y aspártica producen menos precipitación de cristales que la

lispro y la R, por lo que aumenta la vida útil de los catéteres.

Cualquiera que sea el esquema de administración de insulina escogido, este

debe estar avalado por una educación integral en correspondencia con la edad,

madurez y necesidades individuales del niño y la familia.

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85

Esquemas de insulina en pacientes hospitalizados Dr. Sergio Hernández Jiménez

El paciente con diabetes tiene un elevado riesgo de ser hospitalizado. Se ha

reportado que de todos los pacientes hospitalizados, 40% padecen diabetes y que

en mas de una tercera parte se hace el diagnóstico durante su internamiento1.

Como recomendación general, en pacientes hospitalizados no se debe tratar la

hiperglucemia con fármacos orales debido a las modificaciones en el patrón y

horarios de alimentos o porque algunos estados agudos podrían agravar los

efectos adversos de estos fármacos. Aunque el paciente sea tratado previamente

con medicamentos orales, se recomienda el uso de insulina para el control

glucémico hospitalario ya que es el agente más potente y fácil de controlar2.

Efectos deletéreos de la hiperglucemia en estado agudo Varios estudios han descrito alteraciones hemodinámicas, inmunológicas y

metabólicas que aparecen cuando se presenta hiperglucemia, desde 140 mg/dl

(tabla 1). La hiperglucemia induce un incremento del riesgo de infecciones

intrahospitalarias de aproximadamente 6 veces e interfiere con los mecanismos de

reparación de heridas3.

Algunos análisis han reportado que cifras mayores de 110 mg/dl, con o sin el

diagnóstico previo de diabetes, aumentan la mortalidad intra hospitalaria (hasta 18

veces más en comparación con sujetos normoglucémicos)4-8.

Tabla 1. Efectos relevantes de la hiperglucemia

HemodinámicosReducción del volumen intravascular Disfunción endotelial

Inmunológicos Disfunción fagocitaria Inactivación de inmunoglobulinas Aumento de interleucinas 6 y 28 Desactivación del complemento

Reparación tisular Aumento de colagenasa Disminución de la colágena Aumento de la actividad del inhibidor del activador de plasminógeno (PAI-1

Metabólicos Aumento de: Especies reactivas de oxígeno (ROS) TNF-α.

86

Control glucémico en pacientes hospitalizados en unidades de cuidado intensivo.

Existe vasta evidencia sobre la mejoría en el pronóstico a corto y largo plazo

que se obtiene con un adecuado control de la glucemia en pacientes

hospitalizados. Estudios iniciales sobre control estricto con infusión intravenosa de

insulina en pacientes hospitalizados en unidades de cuidado intensivo han

reportado beneficios sustanciales como disminución en el riesgo de sepsis,

insuficiencia renal, requerimientos transfusionales, polineuropatía y reducción de

la mortalidad del 20 al 50%9-13.

Además se han observado otros efectos benéficos de la administración de

insulina independientes de la reducción de la hiperglucemia como son la

disminución de ácidos grasos, regulación de la función vasomotora y de la

contractilidad miocárdica e inhibición de factores proinflamatorios14-18.

Sin embargo, a pesar de estos datos iniciales con coherencia fisiopatológica,

recientemente se han reportado eventos adversos con un esquema de control

estricto en unidades de cuidado intensivo. En un estudio multicéntrico que

involucró a alrededor de 500 pacientes con sepsis, se observó un incremento en el

riesgo de eventos adversos relacionados a hipoglucemia19. En el mas grande

estudio multicéntrico aleatorizado diseñado para evaluar el control intensivo de

glucosa en las unidades de cuidado crítico20, se observó un incremento en

mortalidad a 90 días cuando se logró una cifra de glucosa alrededor de 108 mg/dl

en comparación con los pacientes con glucemias entre 140-180 mg/dl (mortalidad

27.5 vs. 24.95). Las muertes fueron atribuidas a causas cardiovasculares. Aunque

aún existe discusión sobre estos datos, en el consenso general21 para el

tratamiento de la hiperglucemia en el paciente hospitalizado en estado crítico se

han acordado los siguientes lineamientos:

- Debe iniciarse tratamiento con insulina si la glucemia es >180 mg/dl en

forma persistente.

- Se debe mantener la glucemia en un rango de 140 a 180 mg/dl.

- Si se cuenta con personal entrenado, se recomienda infusión de insulina en

las áreas de cuidado intensivo.

87

- Se debe estandarizar en cada centro un protocolo de infusión de insulina

para evitar variaciones importantes en la glucemia, principalmente

episodios de hipoglucemia.

- Se debe establecer un monitoreo continuo de glucemias capilares para

minimizar el riesgo de hipoglucemia.

Límites superiores de glucemia

Unidades de hospitalización no intensiva

Unidad de cuidados intensivos Preprandial Glucosa máxima

180 mg/dl 140 mg/dl 180 mg/dl

La forma más práctica de preparar una infusión de insulina es agregar 100

unidades de insulina regular en 100 ml de solución salina al 0.9%. Se debe purgar

el sistema intravenoso con 10-15 ml e iniciar la infusión monitorizando la glucemia

capilar cada hora con la finalidad de ajustar la velocidad de infusión según las

glucemias capilares. Se inicia con una dosis 0.1 unidades por kilogramo de peso

por hora e ir ajustando la velocidad de la infusión. Existe una gran diversidad de

protocolos de infusión de insulina en estado crítico que difieren en complejidad,

metas de control, velocidad de infusión, y criterios para cambios de dosis22, 23.

Cada centro debe estandarizar un esquema que sea entendible y fácil de aplicar.

Como recomendación general se sugiere reducir o aumentar 25 a 50% de la dosis

previa según las mediciones horarias para evitar variaciones importantes en la

glucemia.

También es indispensable identificar a aquellos pacientes que presenten

situaciones que contraindiquen el uso de infusión intravenosa de insulina o un

control estricto, tales como son aquellos con alteraciones del estado cognitivo por

efecto de la edad avanzada, uso de fármacos psicotrópicos, historia de

hipoglucemias inadvertidas, alteraciones cardíacas inestables o con evento

cerebral vascular. En cada paciente debe evaluarse el riesgo-beneficio de un

control estricto.

88

Control glucémico en pacientes hospitalizados en áreas no críticas.

Por el momento, no se ha establecido cuál es la meta de control glucémico

óptimo en pacientes hospitalizados con la cual se pueda obtener el mayor

beneficio y menores índices de eventos adversos, principalmente hipoglucemia.

Aunque en el momento actual no existen estudios aleatorizados que evalúen una

meta de control en este grupo de pacientes, se recomiendan las siguientes

acciones21:

- Iniciar tratamiento con insulina cuando la glucemia pre-prandial sea >140 mg/dl o

>180 mg/dl en cualquier momento de la hospitalización.

- En pacientes con control glucémico intensivo previo a la hospitalización, se

pueden buscar metas más estrictas.

- No se deben considerar metas de control estrictas en pacientes con

enfermedades terminales y co-morbilidades graves.

-El método mas adecuado es la administración de insulina basal con correcciones

de insulina de acción rápida pre-prandial

-Se evitaran esquemas prolongados basados únicamente en insulina rápida.

El tratamiento con insulina frecuentemente utilizado en hospitales es el esquema

de aplicación “ascendente “, el cual consiste en bolos de insulina rápida

subcutánea según las lecturas de glucemias capilares. La principal desventaja de

este esquema es que la insulina se administra después de que ocurre la

hiperglucemia lo cual dista de ser fisiológico y se convierte en una “persecución”

de la hiperglucemia. En múltiples estudios se ha demostrado que esta modo de

tratamiento es ineficiente e inclusive en algunas circunstancias, peligroso24, 25.

En general, todos los pacientes con diabetes necesitan un aporte basal de insulina

para suprimir la producción hepática de glucosa en el estado post-absortivo (entre

los alimentos, durante la noche y cuando el paciente se encuentra en ayuno) por

lo que se recomienda la administración subcutánea de una insulina de larga

duración con “correcciones” preprandiales a base de insulina Regular o de acción

corta subcutánea26. Por ejemplo, un paciente puede recibir un aporte basal inicial

de insulina NPH de 10 a 15 unidades subcutáneas, dosis que en general es bien

tolerada y suficiente para evitar hiperglucemia grave y que puede irse ajustando

89

día a día según sus requerimientos; agregándose aplicaciones de insulina Regular

subcutánea preprandial como las sugeridas en la tabla 2. Debido a que la dosis

de insulina depende del grado de hiperglucemia, de la sensibilidad a la insulina,

del estado nutricional del paciente, de la frecuencia de las mediciones, los horarios

de alimentos y la coordinación de la aplicación de insulina con los tiempos de

ayuno programados para realización cirugías o de estudios de laboratorio y/o

gabinete, es difícil establecer un esquema único de tratamiento. Se requiere que

cada centro hospitalario establezca un protocolo de tratamiento y que se

promueva una comunicación multidisciplinaria continua entre el personal médico,

de enfermería, de nutriología, e inclusive en la medida de lo posible involucrar al

paciente y a sus familiares. Tabla 2. Ejemplo de esquema de insulina Regular subcutánea según glucemia capilar preprandial (debe acompañarse de la administración basal de insulina NPH 10 a 15 unidades)

Glucosa capilar

(mg/dl)

Unidades de insulina regular

subcutánea preprandial

<140 0

141-180 4

181-220 6

221-260 8

261-300 10

>300 12

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92

El manejo de insulina en cirugía Dr. Oscar Lozano Castañeda El paciente con diabetes requiere de procedimientos quirúrgicos en algún

momento de su vida. El manejo correcto de la insulina en esas situaciones tiene

por objeto prevenir la descompensación metabólica que causa la cirugía,

caracterizada por un aumento en la secreción de cortisol, glucagon, catecolaminas

y hormona de crecimiento que ocasiona un estado de lipólisis acentuada,

catabolismo protéico1 y subsecuentemente hiperglucemia severa, diuresis

osmótica, deshidratación y alteración de electrólitos.

Por otra parte existen otros factores que influencian en forma adversa el control

de la diabetes durante una cirugía:

1. -Ansiedad

2.-Inanición

3.- Drogas anestésicas

4.- Infección

5.- Respuesta metabólica al trauma

6.- El padecimiento que requirió la cirugía

7.- Administración de medicamentos ( ejem: esteroides)

Es importante considerar, además, los siguientes puntos:

TIPO DE DIABETES Diabetes tipo 1.- Se asume que no tiene producción de insulina, por lo que

requiere administración de insulina y un aporte adecuado de carbohidratos

Diabetes tipo 2.- Se considera que existe producción residual de insulina, por lo

que se deben tener en cuenta lo siguiente:

a).- Pacientes en buen control con hipoglucemiantes orales,

requieren vigilancia y administración de insulina en caso de

descontrol.

b).- Pacientes controlados con dosis máximas de hipogluce-

93

miantes orales o mezclas de estos requieren insulina

de acuerdo al tipo de cirugía.

c).- Pacientes descontrolados con dosis máximas de hipo-

glucemiantes no tienen reserva pancreática suficiente

para compensar la necesidad de insulina, por lo que es

necesario administrarla.

Es igualmente importante tener en mente que el paciente diabético, puede tener

patología micro o macrovascular, que puede afectar el flujo sanguíneo en el sitio

de la operación y dar lugar a incremento en la morbilidad y aún en la mortalidad

post operatoria. Debe considerarse también, que existe mayor tendencia a

infecciones, la hiperglucemia tiene efectos deletéreos en la función inmune, que es

la responsable de esa tendencia y que se atribuye a alteración de la función

fagocitaria y a disminución de la función bactericida de los neutrofilos2 la infección

puede presentarse en la herida quirúrgica, causar celulitis, o bien cistitis por el

manejo de sondas vesicales y considerar que la hiperglucemia misma es un factor

que aumenta la posibilidad de infección.

El manejo del paciente diabético que requiere cirugía debe tener metas bien

establecidas.

METAS DEL TRATAMIENTO 1.- Disminuir la morbilidad, en especial infecciones

2.- Disminuir la mortalidad

3.- Cicatrización adecuada

4.- Tiempo de hospitalización habitual

5.- Evitar hipoglucemia

6.- Evitar hiperglucemia severa y cetoacidosis

TIPO DE CIRUGIA También es importante considerar el tipo de cirugía que se va a realizar, ya que

los procedimientos pueden ser diferentes.

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CIRUGIA MENOR En estos casos en los que la cirugía es de corta duración, que puede llevarse a

cabo con anestesia local o que no se altera el horario de los alimentos,

habitualmente no se requiere insulina intravenosa (IV), puede ser necesario utilizar

insulina subcutánea de acción rápida, o de acción corta como – lispro, o aspart –

en caso de hiperglucemia, frecuentemente en dosis pequeñas y con intervalos no

menores de 4 horas. En aquellos casos en que sea necesaria anestesia general

las infusiones IV de insulina dan mejores resultados.

En estas situaciones se recomienda el siguiente esquema:

1.- Dosis usual de insulina el día previo a la cirugía

2.-Si se usa insulina nocturna, reducirla un 10 a 20% para evitar hipoglucemia

en la mañana del día de la cirugía

3.- El día de la cirugía ½ de la dosis de insulina de acción intermedia y se

suprime la de acción rápida en caso de que se use

4.- Medir glucosa capilar (GC) antes y después de la cirugía cada 2 horas.

Puesto que va a ser necesaria la medición frecuente de GC, se debe tener en

cuenta que la precisión de las mediciones puede alterarse por anemia, si el

hematocrito es muy bajo se puede sobreestimar el nivel de glucemia y no es

posible detectar hipoglucemia. El consumo de dosis altas de acido ascórbico

también puede sobrevalorar el nivel de glucemia. Dosis terapéuticas de

acetaminofén y de dopamina alteran, igualmente, la precisión del método3.

El manejo de insulina puede llevarse a cabo de acuerdo al esquema siguiente:

GC < 90 mg/dl

Iniciar Suero glucosado al 10%, 100 ml/hora

Medir GC cada hora

GC 90-250 mg/dl

Continuar monitoreo de GC cada 2 horas

GC > 250 mg/dl Iniciar insulina IV. Medir GC cada hora

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Manejo postoperatorio Medir GC al ingresar a la unidad de recuperación

Insulina de acuerdo al esquema de insulina IV

Si el paciente inicia alimentación en la siguiente comida:

Reiniciar régimen habitual de insulina

Si el paciente no reinicia alimentación:

Continuar insulina IV

CIRUGIA MAYOR Debe establecerse un control aceptable de la diabetes antes de la intervención y

seguir los pasos 1 al 4 del esquema descrito anteriormente.

Siempre utilizar la infusión de insulina IV, inicialmente en la .siguiente forma:

1.- La dosis habitual de insulina se divide entre 24 y la cantidad resultante se

aplica cada hora. Ejemplo Insulina intermedia 25 U en la mañana 12 U en la

noche= 37 U/ 24= 1.5.U por hora.

2.- 0.02 U x K x hora. Ejemplo 70 K x 0.02= 1.4 U por hora.

Posteriormente se mide la GC cada hora y se sigue el siguiente esquema:

< 100 mg/dl Reducir insulina a 0.5 U/hora, iniciar suero glucosado al10%

Medir GC a la media hora.

100 - 150 mg/dl Disminuir 0.5 u a la dosis de infusión IV

151 - 200 mg/dl Dejar la misma dosis de infusión IV.

201 - 250 mg/dl Aumentar 1 U x hora a la dosis que recibe.

251 - 300 mg/dl Aumentar 2 U x hora a la dosis que recibe

301 - 400 mg/dl Aumentar 3 U x hora a la dosis que recibe

> 400 mg/dl Aumentar 4 U x hora a la dosis que recibe

La forma ideal es poner 100 U. de insulina de acción rápida, aspart o lispro, en

100 ml de solución salina, de forma que 1 ml = 1 U. Esta solución se aplica a

través de la venoclísis de suero glucosado.

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SOLUCIONES INTRAVENOSAS Solución glucosada al 10%.- La aplicación de ésta solución a 100 ml x hora

proporciona 240 g. de glucosa en las 24 horas, 10 g. por hora, 0.16 g. por minuto,

ésta cantidad para una persona de 70 k de peso proporciona 2.2 mg/min. Un

estudio en voluntarios normales han demostrado que se requieren 4 mg x k. x

minuto para evitar lipólisis4 sin embargo en la practica ésta cantidad de glucosa es

suficiente.

Solución de Ringer lactato.- Esta solución no es recomendable por que puede

aumentar los niveles de glucosa. El lactato es un precursor de gluconeogénesis

que por el estrés quirúrgico en si ya está incrementada, En un estudio se demostró

que pacientes diabéticos en los que se practicó cirugía mayor que recibieron 1 a

1.5 L. de solución de Ringer lactato, la glucemia aumento de 153 a 288 mg/dl5

Potasio.- Se ha considerado útil la aplicación de potasio, para ello se agregan 20

mEq. de KCl a la solución de suero glucosado, por lo que administra 2meq x hora.

Es necesario monitorear el potasio antes y durante su uso y ajustar la solución de

acuerdo a los resultados

Si se inicia alimentación se descontinúa la infusión de insulina IV y se aplica

insulina subcutánea de acuerdo a su dosis previa, frecuentemente de acción

rápida; la de acción intermedia o la mezcla de ésta con rápida se inicia con su

dieta habitual.

BIBLIOGRAFIA 1.- Traynor C, Hall GM. Endocrine and metabolic changes during surgery Br J Anesth 1981; 53: 153-160 2.- Pozzilli P, Leslie RDG. Infections and diabetes: mechanisms and prospects for prevention. Diabet Med. 1994; 11:935-941 3.- Tang Z, Du X, Loui RF, et al. Effects of drugs on glucose measurements handheld glucose meters and a portable glucose analyzer Am J Clin Pathol 2000; 113: 75-86. 4.- Wolfe RR, Peters EJ. Lypolitic response to glucose infusion in human Subjects Am J Physiol 1987, 252 5.- Thomas DJB, Alberti KGMM. Hyperglycaemic effects of Hartmann’s solution during surgery in patients with maturity onset diabetes. Br J Anesth 1978; 50: 185-188

97

Esquemas de insulina en complicaciones agudas Dra. Paloma Almeda Valdés Dr. Sergio Hernández Jiménez Cetoacidosis diabética

Resulta de la deficiencia absoluta de insulina que origina hiperglucemia,

cetonemia con acidosis metabólica , pérdida de electrolitos, deshidratación y

pérdida del estado de alerta.

A continuación se mencionan las medidas terapéuticas más importantes en el

tratamiento de este evento agudo.

Atención inicial

1. Asegurar vía aérea

2. Colocar un catéter venoso de calibre ancho

a. Obtener sangre venosa para medir glucosa, urea o nitrógeno de

urea, electrolitos, biometría hemática y acetona en suero

3. Obtener sangre arterial para realizar gasometría: pH, P02, pCO2

4. Obtener muestra de orina para medición de glucosuria, acetonuria, examen

general de orina y urocultivo

5. Realizar electrocardiograma

6. Iniciar y mantener actualizada la hoja de concentración de datos

7. Completar la historia clínica e identificar los factores desencadenantes

Reposición de volumen • Solución salina isotónica al 0.9%

o En estado de choque 1 a 2 litros por hora

o Sin estado de choque 500 a 1000 ml en la primera hora

• Solución salina hipotónica al 45% (preparada con la mitad de agua destilada

inyectable y la mitad de solución salina isotónica), cuando el sodio sérico sea

mayor a 150 mEq/l, siempre y cuando exista estabilidad hemodinámica.

• Agregar solución glucosada al 5% cuando se alcance una glucosa capilar de

250 mg/dl

98

Reposición de potasio

Concentración de potasio

Cantidad a reponer

<2 mEq/litro 40 a 60 mEq por litro de solución

2 - 4 mEq/litro 30 a 40 mEq por litro de solución

4 - 5 mEq/litro 20 mEq por litro de solución

>5 mEq/litro No reponer hasta su disminución

Tratamiento con insulina

• Si el potasio es menor a 3.3 mEq/l deberá retrasarse la administración de

insulina hasta corregir esta cifra.

• Insulina de acción rápida o ultra-rápida a través de una infusión continua por

vía intravenosa, mediante una bomba de infusión, preparando una solución de

100 ml de solución salina con 100 unidades de insulina rápida.

• Purgar el equipo de venoclisis desechando los primeros 30 a 50 ml para

saturar la superficie del equipo.

• Puede administrarse un bolo inicial de 0.1 unidades/kg de peso y continuar con

una infusión a 0.1 unidades/kg/hora o bien iniciar la infusión a 0.14

unidades/kg/hora sin administrar un bolo inicial.

• Cuando se alcanza una glucosa capilar de 250 a 300 mg/dl se disminuye la

velocidad de infusión a entre 0.05 y 0.1 unidades/kg y se agrega solución

glucosada al 5%.

En caso de no contar con la posibilidad de administrar la insulina en infusión

continua puede administrarse en forma de bolos horarios por vía intravenosa. El

esquema de administración en bolos por vía intravenosa es el siguiente:

• Un bolo inicial de 10 unidades

• Bolos cada hora de 5 unidades (ó de 0.1 unidades/kg en personas con menos

de 50 kg de peso)

La administración de insulina se suspende una vez que se han cumplido todos

los siguientes criterios:

• Glucosa menor a 200 mg/dl

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• Normalización de la brecha aniónica (menor a 12 mEq/l)

• pH venoso >7.3

• Bicarbonato ≥18 mEq/litro

Al suspender la infusión de insulina se inicia administración por vía subcutánea

cada 4 a 6 horas, continuando la infusión intravenosa durante una a dos horas

más. La dosis de insulina rápida subcutánea puede ser un cuarto de la dosis

utilizada por el paciente antes del cuadro de cetoacidosis o de 6 a 10 unidades en

quiénes no se cuente con esta información. Se iniciar un esquema basal-bolos al

iniciar la vía oral, primero se indica dieta líquida y luego la habitual para diabético.

Síndrome hiperglucémico hiperosmolar (SHH)

Dado que las principales características del SHH son la deshidratación y el

descontrol glucémico, las metas de tratamiento son la restauración del volumen

intravascular y de la perfusión tisular, la disminución de la hiperglucemia y de la

osmolaridad en suero y la corrección de los trastornos electrolíticos. Además se

deben tener identificadas las co-morbilidades que precipitan o empeoran esta

descompensación aguda con el fin instituir un tratamiento adecuado y oportuno.

El tratamiento con insulina juega un papel secundario en el SHH. La reposición

hídrica siempre debe preceder a la administración de insulina, ya que la glucosa

ejerce presión osmótica dentro de los vasos sanguíneos contribuyendo al

mantenimiento del volumen circulante en pacientes diabéticos que se encuentran

deshidratados. Si se administra insulina se induce el transporte de glucosa,

potasio y agua hacia el interior de las células lo que puede producir un colapso

circulatorio, choque y tromboembolismo si no se reponen fluidos antes. En

algunos casos, puede no ser necesaria la administración inicial de insulina ya que

la glucosa sérica disminuye al inicio 80 a 200 mg/dl por hora con una adecuada

hidratación.

Cuando se alcanza la estabilidad hemodinámica y los riñones se encuentran

bien perfundidos es el momento para iniciar tratamiento con insulina. La dosis

inicial recomendada es de 0.1 U/kg por hora de insulina rápida en infusión

intravenosa continua con o sin un bolo inicial de 0.15 U/kg. Los niveles estables

100

de insulina se alcanzan a los 25 minutos de haberse iniciado la infusión. No se ha

demostrado un beneficio específico del bolo inicial y no se recomienda en

pacientes pediátricos. Se deberá ajustar la dosis de insulina según la glucemia

capilar medida cada hora. Con una adecuada hidratación, estas dosis de insulina

generalmente disminuyen la glucemia a una velocidad de 50 a 75 mg/dl por hora.

El límite de descenso de la glucemia es de 100 mg/dl por hora. Al igual que en la

cetoacidosis, cuando la glucemia se encuentra en 300 mg/dl se debe agregar

glucosa al 5% a la terapia hídrica y la infusión de insulina se debe disminuir a 0.05

U/kg por hora. Por el contrario, si la glucemia no desciende después de una hora

de haberse iniciado la infusión de insulina, se puede doblar la velocidad hasta

obtener el efecto deseado.

Algunos estudios han reportado similitudes en la respuesta hipoglucémica a la

administración de insulina subcutánea o intramuscular en comparación con la

aplicación intravenosa, sin embargo en la medida que sea posible debe preferirse

la infusión intravenosa ya que la depleción de volumen y la activación simpática

disminuyen el flujo sanguíneo subcutáneo produciendo una inadecuada absorción

de insulina.

Los enfermos con insuficiencia renal pueden tener niveles de glucemia hasta

1000 a 1500 mg/dl debido a que no tienen una diuresis osmótica y presentan

hiponatremia e hipocloremia por la fuga del líquido extracelular inducida por la

hiperglucemia. Por lo tanto, el tratamiento depende primariamente de insulina,

con el fin de mover el líquido al espacio intracelular y disminuir los niveles de

potasio sérico.

BIBLIOGRAFIA 1. Milionis HJ, Elisaf MS. Therapeutic management of hyperglycemic

hyperosmolar syndrome. Expert Opin Pharmacother 2005; 6: 1841-9 2. Aguilar-Salinas CA, Gómez-Díaz RA. Cetoacidosis diabética y estado

hiperosmolar. En: Diabetes. Actualidades Terapéuticas. Ed. Medicina & Mercadotecnia S.A. de C.V. 2004, pp 237-59

3. Hernández-Jiménez S, Gómez-Pérez FJ. Uso de insulina en el síndrome hiperglucémico hiperosmolar. En: Gómez-Pérez FJ, Hernández-Jiménez S, Aguilar-Salinas CA. Tratamiento del paciente diabético con insulina. Edit. Corporativo Intermédica; primera edición; 2008 pp 293-298