jonathan edwards-las obras

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    LLAASS OOBBRRAASS DDEE JJOONNAATTHHAANN EEDDWWAARRDDSSVVOOLLUUMMEENN 11

    MEMORIAS DE JONATHANEDWARDS, A.M.Por Timothy Dwight

    Nacimiento-----ParentescoBeneficios de religiosidad temprana-

    Impresiones serias y explicacin de Su Experiencia.

    Pocos individuos han aparecido en la iglesia de Dios y que hayan ganado yactualmente recibido, ms grandes tributos de respeto que Jonathan Edwards.Sus poderes intelectuales no eran comunes, y su dedicacin al perfeccionamientode esos poderes est sealada fuertemente en esa vasta extensin del msimportante conocimiento que el posea. Si consideramos a J. Edwards encomparacin con Hartley, Locke, y Bacon, en la escala del intelecto, noentenderemos el porque su derecho a tal distincin fue sealada. Su poderosamente captaba con facilidad tales asuntos en los cuales otros vacilaban. El vio laverdad casi intuitivamente, y era igualmente hbil en la deteccin del error en

    todas sus diversas formas.--- Este distinguido hombre causa admiracin, nosimplemente en el terreno de la poco comn fuerza de los poderes intelectuales, yla intensa aplicacin de la mente, galardonado por sus competentesconocimientos, pero tambin como el ms humilde y devoto siervo de Cristo;trayendo todo lo que haba recibido para el servicio, y viviendo nicamente para el.

    Su alma era ciertamente un templo del Espritu Santo, y su vida manifestaba sinvariacin, toda la sencillez, pureza, desinters, y elevado carcter del evangeliode Cristo. La gloria de Dios era su objetivo supremo, ya fuera en sus ejerciciosdevocionales, sus estudios, sus relaciones sociales, en el desempeo de suministerio pblico, o en la publicacin de sus escritos. Todos sus motivos

    inferiores parecen no haber tenido una influencia palpable sobre l. El entrcompletamente al expresivo lenguaje de Pablo El amor de Cristo me constrie.Para m el vivir es Cristo. Su ejemplo personal instruir, excitar, y alentargrandemente, y sus escritos debern ser necesariamente, altamente apreciadospor tanto tiempo como prevalezca, el amor de la verdad.

    3. Ha sido justamente observado , El nmero de aquellos hombres, que hanproducido grandes y permanentes cambios en el carcter y la condicin de la

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    humanidad, y han estampado su propia imagen en la mente de las siguientesgeneraciones, es comparativamente pequeo; y an, de este pequeo nmero, lamayor parte del cuerpo, est en deuda por su eficiencia superior, por lo menos enparte, debido a circunstancias extraas, mientras que con mucho temor se puedeatribuir eso a la amplia fortaleza de su propio intelecto. A pesar de ello aqu y all

    un individuo puede encontrar, quien por su simple energa mental, haya cambiadoel curso del pensamiento y sentimiento humano, y conduzca y gue a lahumanidad en ese nuevo y mejor sendero el cual el ha abierto a su vista. Talindividuo era Jonathan Edwards. Nacido en una obscura colonia, en medio delyermo y educado en un seminario casi al comienzo de su existencia;transcurriendo la mejor parte de su vida como pastor de una aldea fronteriza, y elresto como un misionero con los Indios en una quieta y humilde aldea; eldescubri y desarroll un sistema de gobierno de la divina moral, tan nuevo, tanlleno, que mientras en su primera revelacin no necesit ninguna ayuda de susamigos, y no temi ninguna oposicin de parte de sus enemigos, tuvo a la largaque obligar a un mundo renuente como en un homenaje a su verdad.

    Jonathan Edwards naci el 5 de Octubre de 1703, en Windsor, en las riberas deConnecticut. Su padre, el Reverendo Timothy Edwards, era ministro en ese lugardesde hacia 60 aos. El muri en Enero de 1758, a los 89 aos de edad, no dosmeses antes de su hijo nico. El era un hombre de gran piedad y utilidad. EnNoviembre 6 de 1694, se cas con Esther Stoddard, hija del reverenciado ycelebrado Solomon Stoddard, de Northampton, a los 23 aos de edad. Vivieron

    juntos en el estado matrimonial cerca de 63 aos. La Sra. Edwards, la madre denuestro autor, naci el 2 de Junio de 1672, y vivi cerca de los 90 aos deedad,(algunos aos despus de su hijo) una circunstancia sorprendente fue lapoca disminucin de sus poderes mentales a tan avanzada edad. Esta venerablepareja tuvo once hijos; un hijo, el sujeto de estas memorias, y diez hijas, cuatro deellas eran mayores, y seis menores, que l.

    Por el carcter altamente espiritual y los logros intelectuales de sus padres seesperara naturalmente que su temprana educacin estuviera atendida sin lasventajas comunes, ste era un hecho. Muchas fueron las oraciones presentadaspor el afecto paternal, de que su nico y amado hijo pudiera ser llenado con elEspritu Santo; desde su infancia conoci las Santas Escrituras; y era grande alos ojos del Seor. Aquellos que ferviente y constantemente lo encomendaron aDios, manifestaron igual diligencia en entrenarlo para Dios. La oracin estimulabaa la diligencia, y la diligencia de nuevo era alentada por la oracin. El crculodomstico era un escenario de splicas, y era un escenario de instruccin. En lamorada de tan ejemplar siervo de Dios, la instruccin abundaba; aquello que el ojovea, as como aquello que el odo oa, constitua una leccin. No haba nada enel ejemplo de aquellos que enseaban que disminuyera la eficacia de lainstruccin; no haba nada en los hbitos sociales que se opusiera a las leccionesde sabidura, e infundieran aquellos principios los cuales en los aos posterioresproducen el fruto de la locura y el pecado. Por el contrario, ah haba todo lonecesario para agrandar, purificar y elevar el corazn, y al mismo tiempo entrenarla mente para aquellos ejercicios del pensamiento de los cuales por s solos, se

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    pueden esperar logros eminentes. Las fieles y religiosas instrucciones de suspadres lo hicieron desde su infancia un conocedor familiarizado con Dios y Cristo,con su propio carcter y deber, con el camino de la salvacin, y con la naturalezade esa vida eterna la cual, comienza en la tierra, y es perfeccionada en el cielo.

    Sus oraciones no eran olvidadas, y sus esfuerzos no permanecan sin efecto. Enel proceso de su niez el fue de varias maneras el sujeto de fuertes impresionesreligiosas. Esto fue verdad particularmente algunos aos antes de que fuera alcolegio, durante un poderoso avivamiento religioso en la congregacin de supadre. El y otros dos muchachos de su misma edad, que tenan los mismossentimientos que el, construyeron una cabaa en un lugar muy retirado, en unpantano, como oratorio y acudan regularmente para orar. Esto continu por unlargo perodo; pero las impresiones finalmente desaparecieron y sus propiasvisiones fueron seguidas por efectos no permanentes de una naturalezasaludable. El perodo preciso cuando el se recuerda como entrando en una vidareligiosa el no lo menciona, ni se ha encontrado ningn record del tiempo cuandoel hizo una profesin pblica de religin. Aun la iglesia con la cual el estuvorelacionado no sera conocida ciertamente, si no fuera porque en una ocasin else refiere asimismo como un miembro de la iglesia en East Windsor. A partir devarias circunstancias, parece que el momento de su unin consigo mismo noestuvo lejos del tiempo de su salida del colegio. De las visiones o sentimientos desu mente, acerca de este importante asunto, hay antes y despus de estoseventos un relato muy satisfactorio e instructivo, el cual fue encontrado entre suspapeles manuscritos, los cuales fueron escritos cerca de 20 aos despus, parasu propio y privado beneficio. Este es como sigue: Tengo una diversidad deinquietudes y ejercicios en cuanto a mi alma, desde mi infancia; pero tengo dosms significativas pocas de avivamiento, antes de encontrarme con ese cambiopor el cual yo fui trado a esas nuevas disposiciones, y ese nuevo sentido de lascosas, que haba yo tenido desde entonces.

    La primera vez fue cuando yo era un nio, algunos aos antes de que fuera alcolegio, en el tiempo de un notable avivamiento en la congregacin de mis padres.Fui entonces muy afectado durante muchos meses, y preocupado acerca de lascosas de la religin, y de la salvacin de mi alma; Y fue abundante en los crculosreligiosos. Yo acostumbraba orar en secreto, cinco veces al da , y pasaba muchotiempo en conversaciones religiosas con otros nios; y nos juntbamos para orar.Yo experiment no s qu clase de deleite en mi religin. Mi mente estaba muycomprometida en ello, y tena mucha justicia propia y placer y era mi delicia elabundar en deberes religiosos. Yo junto con algunos de mis compaeros deescuela nos reunimos y construimos una cabaa en un pantano, en un lugar muyapartado, para usarla como lugar de oracin. Y adems yo tena mis propioslugares secretos en el bosque, a donde yo acostumbraba a retirarme; y era detiempo en tiempo muy afectado. Mis impresiones parecan ser viva y fcilmentemovidas, y me pareca estar en mi elemento cuando me involucraba en deberesreligiosos. Y estoy dispuesto a pensar que muchos son engaados con talesemociones, y tal clase de deleite como yo tena en ese entonces en la religin, y laconfunda con la gracia Pero, al pasar el tiempo, mi conviccin e impresiones se

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    Yo lo hago frecuentemente ,ya que no solo tengo conviccin, sino una deliciosaconviccin. La doctrina con mucha frecuencia, aparece excesivamente agradable,brillante y dulce. Soberana absoluta es lo que yo amo atribuirle a Dios. Pero miprimera conviccin no fue as.

    La primera vez que yo recuerdo de esa clase interior de gran deleite en Dios y delas cosas divinas, eso que yo he vivido mucho desde entonces, fue al leer esaspalabras en I Timoteo Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al nico ysabio Dios sea honor y gloria por los siglos de los siglos, amn. Al estar leyendoesas palabras, vinieron a mi alma, y fue como si hubieran derramado en ella, unasensacin de la gloria del Divino Ser; una nueva sensacin, bastante diferente decualquier cosa que hubiera experimentado anteriormente. Nunca ninguna de laspalabras de la Escritura me haban parecido como estas palabras lo hicieron.Pens para m mismo, que excelente era ese Ser, y qu feliz debera ser yo, sipudiera gozar a ese Dios y ser arrebatado al cielo hasta el; y estar como si hubierasido absorbido en El para siempre. Yo continuaba dicindolo, y como si estuvieracantando estas Escrituras para mi mismo; y me fui a orar a Dios para que pudieragozarlo a el; y or de una manera bastante diferente a la que estabaacostumbrado con una nueva clase de afecto. Pero nunca vino a mi pensamiento,que en esto hubiera algo espiritual, o de una naturaleza salvadora. Desde esemomento comenc a tener una nueva clase de comprensin e ideas de Cristo, y laobra de redencin, y el camino glorioso de la salvacin por medio de el. Unsentimiento interno, dulce de estas cosas, por momentos, vena a mi corazn; y mialma era conducida lejos en visiones placenteras y de contemplacin . Y mimente estaba grandemente comprometida a pasar mi tiempo en la lectura ymeditacin acerca de Cristo, en la belleza y excelencia de su persona, y laamorosa forma de salvacin por la gratuita gracia en el. No encontr libros tandeleitosos para mi, como aquellos que trataban acerca de estos temas. Esaspalabras de Cantares 2:1 estaban abundante y continuamente conmigo Yo soyla rosa de Sarn, y el lirio de los valles. Las palabras me pareca querepresentaban dulcemente la dulzura y belleza de Jesucristo. Todo el libro de losSalmos siempre me haban parecido placenteros y me gustaba mucho leerlos, enese tiempo. Y encontr de tiempo en tiempo una dulzura interior que me elevabaen mis contemplaciones. Esto yo no s cmo expresarlo de otra manera, quecomo una quieta y dulce abstraccin del alma de todas las preocupaciones deeste mundo; y algunas veces una especie de visin, o ideas e imaginaciones deestar solo en las montaas, o en algn paraje solitario, lejos de toda la humanidad,conversando dulcemente con Cristo. Y envuelto y absorbido en Dios. Elentendimiento que yo tuve de las cosas divinas, se converta en repentinoavivamiento, como si fuera, un dulce fuego en mi corazn, un ardor en mi alma,eso no se como expresarlo.

    No mucho despus que comenc a experimentar estas cosas, le cont a mi padrealgunas cosas que haban pasado por mi mente, yo estaba muy afectado por lapltica que sostuvimos y cuando esta termin, camine solo en los pastos de mipadre, por un lugar solitario para tener un tiempo de contemplacin. Y al ircaminando por ah, y mirando hacia arriba el cielo y las nubes, vino a mi mente

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    una dulce revelacin de la gloriosa majestad y gracia de Dios, ya que no s cmoexpresarlo,----me pareci ver las dos en una dulce unin; majestad ymansedumbre unidas, fue dulce y apacible, y santa majestad y tambin unamajestuosa mansedumbre, una maravillosa dulzura una alta y grande y santanobleza.

    Despus de esto mi entendimiento de las cosas divinas, creci gradualmente yvino a ser ms real , y a tener ms de esa dulzura interna. La apariencia de todolo dems fue cambiada. Pareca que haba ah una calma, una dulce mirada oapariencia de la gloria divina, en casi todas las cosas. La excelencia de Dios, susabidura, su pureza y amor, parecan estar en todo: en el sol, la luna, y lasestrellas; en las nubes y en el cielo azul; en el cristal, las flores, los rboles; en elagua y en toda la naturaleza; lo cual me ayudaba grandemente a fijar mi mente.Frecuentemente me sentaba y vea la luna durante un largo tiempo; y en el dapasaba mucho tiempo viendo las nubes y el cielo, para contemplar el camino degloria de Dios en estas cosas, mientras tanto cantando a gran voz, mismeditaciones del Creador y Redentor. Y difcilmente cualquier cosa entre todaslas obras de la naturaleza, era tan dulce para m como el trueno y los relmpagos.En tiempos pasados, nada haba sido tan terrible para m. Anteriormente, mepona extremadamente aterrorizado con los truenos, y era sacudido con terrorcuando vea levantarse una tormenta de truenos, pero ahora por el contrario, meregocijaba. Senta a Dios, si se me permite decirlo as, a la primera aparicin deuna tormenta de truenos. Y acostumbraba tomar la oportunidad en talesocasiones, de fijar mi ser de tal manera de ver las nubes, y ver los relmpagos

    jugar y or la majestuosa y terrible voz de Dios en los truenos, lo que muchasveces era grandemente entretenido, conducindome a una dulce contemplacinde mi grande y glorioso Dios. Estando ocupado en esto, siempre me parecanatural el celebrar y cantar en alta voz mis meditaciones; o, expresar en voz altamis pensamientos en un soliloquio, con cnticos.

    Senta entonces, gran satisfaccin en cuanto a mi buena condicin; pero eso nome daba contentamiento. Tena vehementes anhelos en el alma por Dios y Cristo,y despus por ms santidad, en tal situacin mi corazn pareca estar lleno, ylisto para quebrantarse; lo cual frecuentemente traa a mi mente las palabras delsalmista en el Salmo 119:28 Se deshace mi alma de ansiedad sustntame segntu palabra. Mi alma se quebranta por el anhelo que tiene. Muy seguidoexperiment en mi corazn un gemido y un lamento, por no haberme vuelto mspronto a Dios, para haber tenido ms tiempo para crecer en la gracia. Mi menteestaba grandemente determinada en las cosas divinas: casi en perpetuacontemplacin de ellas. Ocupaba la mayor parte de mi tiempo pensando en lascosas divinas, ao tras ao, frecuentemente caminando solo en los bosques, ylugares solitarios para meditacin, soliloquio y oracin y para conversar con Dios;y siempre esta era mi manera en estas ocasiones, para cantar mis meditaciones.Yo estaba casi constantemente en oracin con clamor, en dondequiera que iba. Laoracin me pareca algo natural, como el aliento por medio del cual el fuegointerno de mi corazn sala. Las delicias que ahora experimentaba en las cosas dela religin, salan de una manera grandemente diferente de aquellas que

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    mencion anteriormente, que tuve cuando era nio; y que en aquel entonces yono tena ms entendimiento que uno que ha nacido ciego tiene de los coloresagradables y hermosos . Estos eran de una naturaleza ms internamente pura, dealiento para el alma y refrescantes. Aquellos deleites primeros nunca alcanzaron elcorazn; y no se elevaron de ninguna visin de la divina excelencia de las cosas

    de Dios; o de cualquier cosa que satisfaga el alma o que sea dadora de vida quepudiera haber en ello. Mi entendimiento de las cosas divinas pareca aumentargradualmente, hasta que fui a predicar a Nueva York; que fue un ao y mediodespus de que esto comenz. Y mientras estaba ah las experiment en unaforma muy sensible, en un grado mucho mayor de lo que lo haba sido antes. Mibsqueda por Dios y la santidad increment mucho ms. Puro y humilde, santo ycelestial, el Cristianismo me pareca grandemente agradable. Senta un deseoquemante de ser en todo, un Cristiano completo; conformado a la bendita imagende Cristo; y que pudiera vivir, en todas las cosas de acuerdo al puro, dulce, ybendito seoro del evangelio. Yo tena una vehemente sed de progresar en estascosas que me haban hecho perseguir y presionar para alcanzarlas. Era mi luchacontinua, da y noche, y un constante inquirir, sobre cmo podra ser yo mssanto y vivir ms santamente, y convertirme ms en un hijo de Dios, y un discpulode Cristo. Yo ahora buscaba un aumento de la gracia y santidad, y una vidasanta, con ms denuedo que nunca, yo buscaba la gracia antes de tenerla.Acostumbraba examinarme continuamente estudiando y buscando caminos omedios similares de cmo podra yo vivir con mayor determinacin, siendo msdiligente y vehemente an ms de lo que haba sido en la bsqueda de cualquiercosa en mi vida; pero esto lo haca con una gran dependencia de mis propiasfuerzas, las que despus ocasionaron un gran dao en mi. Mi experiencia no mehaba enseado como lo ha hecho desde entonces, mi extremada flaqueza eimpotencia, cada camino y las profundidades sin fondo de la corrupcin secreta ydel engao que haba en mi corazn. Sin embargo, prosegu con mi ansiosabsqueda en pos de ms santidad y semejanza a Cristo.

    El cielo que yo deseaba era un cielo de santidad; para estar con Dios y pasar mieternidad en amor divino y santa comunin con Cristo. Mi mente se extasiaba enla contemplacin del cielo, y los gozos que ah haba; y vivir ah en perfecta ysanta humildad, y amor; y acostumbraba en ese tiempo a experimentar una granparte de la felicidad del cielo, en donde los santos podran expresar su amor aCristo. Me pareca un gran obstculo y una carga aquello que yo senta dentrode m y que no poda expresar como yo quera. El fuego interno de mi almapareca como si algo lo detuviera y lo mantuviera encerrado y no poda arderlibremente como debera. Yo me pona a meditar como en el cielo este principiodebera salir y expresarse libre y completamente . El cielo me parecagrandemente deleitable, como un mundo de amor y que la felicidad total consistaen vivir pura, humilde, celestialmente el amor divino.

    Yo recuerdo los pensamientos que yo sola tener en cuanto a la santidad; y medeca algunas veces a mi mismo Yo ciertamente s que amo la santidad, talcomo manda el evangelio. Se me figura que no haba nada en ello sino lo que eraencantadoramente adorable; la ms grande hermosura y gentileza---una

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    hermosura divina; ms pura que cualquier cosa sobre la tierra; y que todo lodems era como un lodazal y suciedad en comparacin con ella.

    La santidad, como escrib entonces en algunas de mis meditaciones sobre ella, seme imaginaba que era como de una naturaleza, dulce, agradable, encantadora,

    serena, pacfica; lo cual traa una difcil de explicar, pureza, brillantez, paz yxtasis del alma. En otras palabras, que haca el alma como un campo o jardnde Dios, con toda clase de flores agradables, disfrutando una dulce calma, y lossuaves y vivificantes rayos del sol. El alma de un verdadero Cristiano, comoescrib entonces mis meditaciones, me imaginaba que sera como una blancaflorecita como las que vemos en la primavera, pequea y humilde en el suelo,abriendo su corola para recibir los agradables rayos del sol de gloria;regocijndose como si estuviera en un sereno arrobamiento; difundiendo alrededoruna dulce fragancia; permaneciendo pacfica y amorosamente, entre otras floresque la rodean; de igual manera abriendo sus corolas para absorber la luz del sol.No haba parte alguna de la santidad de una criatura de la que yo tuviera tangrande sensacin de su belleza, como de su humildad, quebrantamiento decorazn, y poder de espritu, y no haba nada ms que yo anhelara msardientemente. Mi corazn anhela fervientemente esto- disminuir de tal maneraque no fuera nada, y que Dios fuera el todo, que yo fuera como un pequeo nio.

    Mientras estuve en Nueva York, muchas veces fui afectado con reflexiones de mivida pasada , considerando cun tarde fue cuando yo comenc a serverdaderamente religioso; y cun perversamente haba vivido hasta entonces; ytanto que lloraba abundantemente, y por un tiempo considerable.

    El 12 de Enero de 1723, yo hice una solemne dedicacin de mi mismo a Dios y loescrib, entregndome a Dios sin dejar nada de m, para que en el futuro no mepreocupara de m mismo. Para actuar como alguien que no tiene derecho a simismo, en cualquier aspecto. Y solemnemente jur tomar a Dios por mi totalporcin y felicidad, no mirando a nada ms como parte de mi felicidad, ni actuarcomo si hubiere otra cosa. Y su ley como la constante regla de mi obediencia;comprometindome para luchar con toda mi fuerza contra el mundo, la carne, y eldiablo, hasta el fin de mi vida. Pero tena razn para ser infinitamente humilde,cuando consideraba cunto haba yo fallado en cuanto a responder a miobligacin.

    Tuve entonces, abundancia de dulces conversaciones religiosas con la familia conla que viva, con el Sr. John Smith y su piadosa madre. Mi corazn estaba unidocon afecto con aquellos en los que hubiera apariencias de verdadera piedad, y nopoda soportar los pensamientos de cualesquiera otros compaeros, sino soloaquellos que eran santos, y discpulos del bendito Jess. Tena grandes anhelospor el advenimiento del Reino de Cristo en el mundo. Y mis oraciones secretassolan ser, en gran parte, dejndome tomar en oracin por ello. Si yo oa la menorinsinuacin de cualquier cosa que aconteciera en cualquier parte del mundo, quese me figurara, en una u otra forma, tener un favorable aspecto de inters para elreino de Cristo, mi alma anhelantemente lo tomaba, y me animaba y refrescaba.

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    Yo sola ser muy ansioso por leer los peridicos pblicos, principalmente con esefin; el de ver si poda encontrar algunas noticias favorables para el inters de lareligin en el mundo.

    Muy frecuentemente acostumbraba apartarme a un lugar solitario, en las orillas del

    ro Hudson, a alguna distancia de la ciudad, para contemplacin de las cosasdivinas y conversaciones secretas con Dios y tuve all, muchas dulces horas.Algunas veces el Sr. Smith y yo caminamos juntos por ah, para conversar de lascosas de Dios, y nuestra conversacin sola girar en gran parte sobre eladvenimiento del reino de Cristo en el mundo, y las gloriosas cosas que Dioscumplira para su iglesia en los ltimos das. Yo tena entonces, y en otrosmomentos, el ms grande deleite en las Santas Escrituras mas que en cualquierotro libro no importando de que se tratara. Muchas veces al leer cada palabrapareca tocar mi corazn. Alcanzaba una armona entre algo en mi corazn yaquellas dulces y poderosas palabras. Muchas veces yo vea tanta luz emanandode cada oracin, y un me proporcionaban un alimento tan refrescante que nopoda continuar leyendo, frecuentemente detenindome en una oracin, paraobservar las maravillas contenidas en ella; de esta manera casi cada oracin mepareca estar llena de maravillas.

    Yo me alej de Nueva York en el mes de April de 1723, y tuve la ms amargadespedida de la Seora Smith y su hijo. Mi corazn pareca hundirse conmigo, aldejar la familia y la ciudad en donde haba disfrutado tantos dulces y agradablesdas. Me fui de Nueva York a Wethersfield en barco; y mientras navegabamantena la mirada en la ciudad mientras tanto como pude. Sin embargo esanoche despus de esta dolorosa partida, fui grandemente reconfortado en Dios enWest Chester, a donde bajamos a tierra para hospedarnos; y tuve un agradabletiempo todo el viaje hasta Saybrook. Era para m muy dulce pensar el encontrarmecon queridos Cristianos en el cielo, en donde nunca tendramos queseparararnos. En Saybrook bajamos a tierra para hospedarnos , y ah guardar elsabbath, en donde yo tuve tiempo dulce y refrescante caminando a solas en loscampos.

    Despus que yo regres a casa en Windsor, permaneca mucho en un estado demente similar a cuando estuve en Nueva York; solamente algunas veces yo sentmi corazn listo para hundirse en los recuerdos de mis amigos de Nueva York. Misostn estaba en las meditaciones en los lugares celestiales. Como encontr enmi diario del 1 de Mayo de 1723. Fue un consuelo el pensar en ese lugar, endonde hay plenitud de gozo, en donde reina celestial calma y deleitable amor sinmezcla, en donde hay continuamente las ms queridas expresiones de su amor,en donde hay el gozo de las personas amadas, sin nunca tener que separarnos.En donde aquellas personas que nos fueron tan amadas en este mundo, sernrealmente incomparablemente ms amadas y llenas de amor para nosotros, ycuan secretamente los mutuos amantes se unirn, para cantar alabanzas a Dios yal Cordero. Cunto nos llenar de gozo el pensar que esta felicidad, este dulceejercitarse, no terminar nunca, sino que permanecer por toda la eternidad!

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    As de profundas, decididas y poderosas eran las obras de la divina gracia sobrela mente de este eminente siervo de Cristo. Que su entendimiento de las cosasde Dios fue muy iluminado, y su corazn profundamente afectado por ellas, soncircunstancias que inmediatamente llamarn la atencin de cualquier observadorserio. Haba en l una santa ansiedad para alcanzar el ms satisfactorio

    testimonio de un cambio de corazn; para este propsito el se examinaba muy decerca y diligentemente; no tena inclinacin al lucimiento de su examen personal.El examen personal parece haber sido considerado por el cmo un agradarse as mismo, algo as como un ejercicio momentneo. Muchos profesores serebelaron con el pensamiento de tal examen interno; ellos se contentaban conmirar (y ello precipitadamente) asuntos externos pero ellos no miraran dentro,aunque este descuido ocasionara el poner en peligro el bien eterno. Lossentimientos con los cuales el hombre consideraba el deber del examen personal,pudiera justamente ser visto como un criterio exacto de su estado espiritual , yaque en proporcin a su preocupacin por la eternidad, sera su disposicin atratarse a s mismos, o en otras palabras, en la misma medida en que la graciaexiste, habr un deseo de una indagacin completa de su existencia y progreso.Haciendo una revisin al testimonio dado por el Seor Edwards en cuanto a sutemprana experiencia religiosa, es evidente que el no era una persona que pudieraestar satisfecha en cualquier fundamento insuficiente. Ni un sntoma de descuidoo de presuncin se puede discernir; El se miraba a si mismo con un celo santo, elpensaba, lea, conversaba y sobre todo el oraba, que el pudiera ser capacitadoms correctamente para buscar su propio corazn, y as escapar del peligro de lapropia decepcin y estar convencido mediante pruebas que pasaran el examendel juicio de Dios, que el era un hijo de la luz, un siervo de la santidad y unheredero de la gloria. Y as, estudindose a s mismo bajo la penetrante luz de lapalabra, y las maravillosas influencias del Espritu de Dios, el adquiri ese exactoconocimiento de los diversos ejercicios internos y las manifestaciones externasdel carcter cristiano, las cuales lo capacitaron despus de algunos aos, con talhabilidad para separar las apariencias engaosas de aquellas que eran slidas, ypara marcar la fuerte diferencia entre el mero profesor del nombre de Cristo y elverdadero copartcipe del poder del evangelio. Fue en estos primeros aos de suvida que esos correctos puntos de vista fueron formados los cuales mucho tiempodespus desarrollo en su admirable tratado sobre las Impresiones Religiosas.

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    CAPITULO II

    Progreso Intelectual Primeras Composiciones-Entrada al Colegio-Hbitos

    Mentales

    Se ha dado testimonio principalmente por la pluma del Seor Edwards de susnociones religiosas de su juventud; y estas sern apropiadas antes de quevolvamos a tomar este asunto para referirnos a su progreso intelectual durante elmismo perodo. Es delicioso contemplar los avances simultneos en elconocimiento de la mente y piedad en el corazn. Nadie puede racionalmenteimaginar que hay una oposicin entre estas cosas, y todos aquellos cuyas mentesestn abiertas a la conviccin sern persuadidos de que el crecimiento de lapiedad es el ms ventajoso para el aumento de los mejores tesoros de la sabiduraterrenal. La religin fortalece los poderes del hombre; la piedad nunca los debilita.

    Esta de una vez corta aquellos placeres culpables, y aquellas bsquedas indignas,las cuales no solamente impiden el progreso del entendimiento sino en muchoscasos son absolutamente fatales para sus espritus; y forma(la piedad) aquelloshbitos mentales as como produce aquellas propiedades externas de conducta,las cuales son las ms favorables para el cultivo de las ms nobles facultades delhombre. Sera fcil escribir una larga lista de nombres que tuvieron un honor quenunca decay, tanto en las escuelas de ciencia, y en la iglesia de Dios. Elevangelio de Cristo ha sido invariablemente el amigo del conocimiento slido ,tampoco son aquellas personas juiciosas amigas del evangelio las que estndispuestas a difamar los esfuerzos y el saber del intelecto. La iglesia Cristianateme el velo de las tinieblas, pero se regocija en la luz.

    La misma bondad y sabidura paternal, las cuales, sometidas a Dios, guiaron lamente de Jonathan Edwards al conocimiento y amor de las cosas eternas y fuerontambin descubiertas en la direccin de sus poderes hacia objetos tiles de laciencia terrenal. Cuando solo tena seis aos de edad, el estudio del idioma Latncautiv su atencin y bajo el cuidado de su padre, y ocasionalmente la de sushermanas mayores. No se conserva ningn relato de su progreso en sus estudiosen ese precoz perodo, pero su alta posicin como un erudito en su admisin alcolegio as como en el ltimo, su conocimiento total del Latn, Griego, y Hebreo,prob de una vez su propia diligencia como estudiante en ese tiempo, y laexactitud y fidelidad de las instrucciones paternas.

    De sus manuscritos que an permanecen, es evidente de que la familia de supadre eran afectos al uso de la pluma, y que el y sus hermanas fuerontempranamente animados por sus padres a intentarlo , no solo en la escritura decartas, sino tambin en otras clases de composicin. Esta costumbre, raramentebuscada por los nios, es eminentemente ventajosa; y en el caso que estamosestudiando, fue obviamente seguido por los mejores resultados. Mientras estoaumentaba el mutuo afecto entre el hermano y las hermanas, tambin sirvi para

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    fortalecer sus mentes, y para impartir exactitud tanto de pensamiento como deexpresin. Los primeros esfuerzos de su pluma parecen haber sido escritos en lasiguiente ocasin. Alguien en la cercana, probablemente un muchacho mayor queel mismo, propuso la opinin de que el alma era material, y permaneca con elcuerpo hasta la resurreccin; y se haba empeado en convencerlo de que era lo

    correcto. Impactado por lo absurdo de esa idea, se sent y escribi la siguientecontestacin, la cual como una muestra tanto de ingenio y razonamiento en unnio de cerca de diez aos de edad, puede claramente reclamar el serconservada. No tiene fecha, y sin puntuacin y ninguna divisin entre oraciones; ytiene toda la apariencia de haber sido escrita por un nio poco despus de haberaprendido a escribir.

    He sido informado que usted ha propuesto la opinin de que el alma es material ypermanece con el cuerpo hasta la resurreccin; como yo soy un declaradoamante de lo innovador, deber usted imaginarse cun entretenido estoy con estedescubrimiento (el cual , viejo en algunas partes del mundo, es nuevo paranosotros) pero tolere mi curiosidad un poco ms. Quisiera conocer las costumbresdel reino antes de que le jure lealtad: 1 Quisiera saber si el alma materialpermanece con (el cuerpo) en el atad, y si as es, pudiera no ser convenienteconstruir un depsito para ello, para lo cual quisiera saber que forma tiene, ya searedonda, triangular, o cuadrada; o si est formada por un nmero de largas y finascuerdas que vienen desde la cabeza hasta los pies; y si no vive una vida muydescontenta. Me temo que cuando quiten el atad, la tierra caer y la aplastar ;pero si decidiera vivir sobre la tierra y rondar alrededor de la tumba, qu tangrande es?----ya sea que cubra todo el cuerpo; que hace cuando otro cuerpo escolocado sobre ella; si el primero le hace lugar y si fuera as en donde es el lugarde refugio. Pero supongamos que las almas no son tan grandes pero que diez ouna docena de ellas podran estar encima de un cuerpo; ya fuera que no pelearanpor el lugar ms alto, y como mucho insisto sobre mi honor y propiedad, megustara saber si tengo que dejar mi querida cabeza, si un alma superior viene enel camino, pero sobre todo, estoy preocupado por saber que hacen ellas, cuandoun lugar de sepultura ha sido llenado veinte, treinta y cien veces. Si ellas estnencima una de otra, la que est en la parte de hasta arriba estar tan lejos que nopodr tener cuidado del cuerpo. Yo sospecho fuertemente que ellas tendrn quemarcharse cada vez que llegue un nuevo par. Espero que haya otro lugar provistopara ellas que no sea el polvo. El padecer tanta molestia , y ser privado al final, detu cuerpo, las pondra de mal genio. Lo dejo con su ingenio fsico para quedetermine ya sea si alguna aplicacin medicinal no sera apropiada en talescasos, y me suscribo su proslito, cuando yo pueda tener una solucin de estosasuntos.

    El fue educado en casa bajo la personal instruccin de su padre, hasta queingres al colegio, mientras que sus hermanas mayores estaban diariamente en labsqueda de sus respectivas ramas de estudio por s mismas. Su padre habiendosido distinguido como un erudito, era capaz de darles y efectivamente les dio, unaeducacin superior. En todas sus diversas bsquedas, la mente de su hermano, alirse abriendo, estara ms y ms interesada; y por lo tanto, con el tiempo, el

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    adquirira fcil e insensiblemente un cmulo de informacin ms all de sus aos.El curso de su educacin pudiera en esta forma ser menos sistemtica, por cierto,y menos conformada con las reglas, de aquellas ordinariamente dadas en laescuela. Al mismo tiempo era ms seguro formarlo a el para maneras ms suaves,sentimientos ms tiernos, y afectos ms puros. En sus circunstancias, tambin,

    era obviamente ms entendible y universal y mientras que el lo familiarizaba sonmuchas cosas que no son comunicadas muy generalmente hasta un perodo mstardo, esto sirvi para desarrollar los rasgos originales de su mente, y para darleesa expansin, la cual es el resultado de la informacin nicamente. Unacaracterstica, de la cual no se espera, pero que el posea en un grado pocousual, era una atraccin minuciosa y crtica de investigar las obras de lanaturaleza. Esta propensin no solo fue descubierta en la juventud y hombra perofue plenamente desarrollada en la infancia, y en esa temprana edad fue alentado yestimado por la nutritiva mano del cuidado paterno.

    Entr al colegio Yale en New Haven, en Septiembre de 1716 antes de cumplir lostrece aos de edad. El colegio estaba todava en su infancia, y diversascircunstancias adversas haba impedido grandemente su crecimiento. Fue primeroinstalada en Saybrook, y despus parcialmente trasladada a Kenilworth, a la casade su primer rector, hasta su muerte en 1707. A partir de esa fecha el ReverendoSeor Andrews de Milford, uno de los fideicomisarios, fue rector pro tempore,arriba de doce aos; y la ubicacin del collegio fue constante tema de contiendasentre los pueblos de New Haven Saybrook, Wethersfield y Hartford, hasta 1716cuando el voto de los fideicomisarios, la donacin del Sr. Yale y el voto de lalegislatura de la colonia, lo ubicaron permanentemente en New-Haven. En losaos colegiales del 1716-1717, trece de los estudiantes residan en New-Haven,catorce en Wethersfield, y cuatro en Saybrook. La presidencia temporal del Sr.Andrews contino hasta 1719, y como el era el ministro representante de Milford,su vigilancia del colegio, y su influencia sobre los estudiantes, debi haber sidoexcesivamente imperfecta. El gobierno de la institucin, virtual y necesariamentefue puesto en las manos de los tutores; los cuales siendo hombres jvenes sinexperiencia ni conocimiento de la humanidad, no podran generalmente, serencontrados calificados para algo tan difcil como un fideicomiso. En algnmomento del ao 1717, la extremada impopularidad de uno de los tutores causuna insurreccin general de los estudiantes, que estaban en New-Haven, encontra del gobierno del colegio; y como un solo hombre, salieron de New Haven yse unieron a sus compaeros en Wethersfield. Al comienzo de ese ao ocho delos estudiantes ms antiguos continuaron en New-Haven, para recibir susdiplomas de manos del gobierno regular del colegio; mientras que cinco recibieronlos suyos en Wethersfield. No hay evidencia de que Jonathan Edwards tomaraparte en esos disturbios. El fue sin embargo, con sus compaeros a Wethersfieldy contino ah hasta 1719. Mientras estuvo ah el desarroll un gran carcter yuna posicin en su clase.

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    Primeras Obras Religiosas ---Miscelneos---Notas sobre las EscriturasInicios de sus Predicaciones Resoluciones.

    Una concienzuda estimacin del deber se manifest grandemente en los primerosaos as como en los ltimos aos de Jonathan Edwards. Desde nio el espritude amor y obediencia lo gui uniformemente. Como un pupilo, el descubri cadadisposicin honorable hacia el, alentando a aquellos que anhelantemente velabansobre sus progresos, y lo cual fue considerado como el ms ardiente de sus pococomunes logros. El nio, el joven, el hombre todos manifestaban a simple vista lamisma superioridad mental, en diferentes grados de avance, pero an indicativasde las mismas excelencias generales.

    Mientras estuvo en el colegio, el prestaba la ms asidua y cuidadosa atencin asus deberes asignados, y particularmente al estudio de la filosofa fsica; an as

    encontraba tiempo para la bsqueda de un carcter ms elevado y espiritual. Todasu educacin desde su infancia y los consejos de sus padres, as como suspropios sentimientos, lo impulsaron a estas bsquedas. Leer la Biblia diariamente,y leerla juntamente con otros libros religiosos, diligente y alternativamente en elsabbath, fue asignado en sus primeros das en Nueva Inglaterra, como un deberde cada nio; y la familia de su padre, no fue descuidada en la educacin de lamente y las maneras, no haba perdido nada de la disciplina y conciencia quecaracterizaba a los peregrinos. Los libros que el encontr en la casa de suspadres, la conversacin de ministros que visitaban frecuentemente la casa, lascostumbres de esos tiempos, as como la ms cercana influencia de la instrucciny ejemplo paternales, naturalmente impulsara una mente como la de el a la

    contemplacin e investigacin temprana de muchas de las verdades y principiosde la teologa. El haba sido testigo en la congregacin de sus padres, antes desu admisin al colegio, de varios intensos avivamientos de la religin; y en dos deellos las impresiones causadas en su propia mente fueron inusualmente profundasy solemnes. El nombre familiarmente dado por la gente sencilla de NuevaInglaterra a estos eventos era ----- Una reflexin religiosa y Una reflexingeneral a la religin--- indica su naturaleza; y para aquellos personalmentefamiliarizados con ellos no necesitaban ser informados que, durante su progreso,las grandes verdades de la religin, como se ensea en las Escrituras, yexplicadas en los escritos de 27 telogos, se convertiran en los objetos deprofundo inters general y de consolidacin de estudios prcticos; o que el

    conocimiento adquirido por toda esa gente en tales momentos, en un perodo detiempo comparativamente pequeo, frecuentemente exceda a lo aprendidodurante muchos aos antes. Con todas estas cosas a la vista, no es sorprendenteque el se dedicara devota y tempranamente a esas dos clases de lectura, congran diligencia y xito.

    Dos de sus primeras Resoluciones relativas a este tema, en las cuales elpropone estudiar las Escrituras tan quieta, constante y frecuentemente de tal

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    manera que pueda encontrar y simplemente percibir en m el crecimiento en elconocimiento de las mismas. El nunca perdi de vista esta resolucin. El 8 deJunio de 1723, el tambin se propuso que siempre que el se encontrara en unasituacin de indiferencia e insensibilidad leera sus propias Observaciones yReflexiones de Naturaleza Religiosa, para animarlo en su deber. Estas

    Observaciones y Reflexiones fueron muy numerosas. El primer manuscrito desus Miscelneos est en un libro, y consiste de cuarenta y cuatro hojas de papelplegado, escritas separadamente y pegadas juntas. Cuando l comenz el trabajono tena idea del tamao al que crecera, ni tampoco se haba formado un planfinal de cmo arreglarlo. El comenz su primer artculo, de la Santidad yhabindolo terminado y dibujado una lnea de separacin a travs de la pgina,comenz el segundo, De la Intercesin y Cumplimiento de Cristo. Lo mismo hacecon el tercero y el cuarto. El quinto lo escribe sin lnea de separacin, en grandesletras, Felicidad Espiritual. Despus de eso el tema de cada nuevo artculo esimpreso, o escrito, en letras grandes. Su primer artculo fue escrito en la segundapgina de una hoja suelta de papel y habiendo escrito sobre la segunda, tercera ycuarta pginas, el regres a la primera. Comenz a numerar sus artculos pormedio de las letras del alfabeto, a, b, c, y habindolo utilizado completamente,empez con un doble alfabeto a a, b b, c c; cuando esto estaba terminado,viendo que su trabajo haba aumentado, utiliz los nmeros 1, 2, 3, etc y esteplan tanto en cuanto a temas y nmeros, es continuado posteriormente . Elprincipio de la obra est escrito en una notablemente pequea y redondeada letra,muy similar a la que utilizara en sus primeras obras. Esto se extendi a travs delos casi 150 artculos, y es poco tiempo despus perceptiblemente cambiada auna letra de alguna manera ms formada y fluida. Esto parece, obviamente, habersido escrito durante los ltimos aos de su vida colegial, y los dos aos de suresidencia en el colegio como un Bachiller en Artes. Grandes extractos de estetrabajo sern encontrados en la presente edicin de 28 de sus Obras, y un nmerode ellos de sus primeros artculos. Tales son las Varias Reflexiones y las VariasObservaciones , del volumen 2, pgina 459 y las Miscelneas pgina 525. Enestas se encontrarn muchos de sus ms originales y profundos pensamientos ydiscusiones sobre temas teolgicos.

    Su estudio frecuente y diligente de las sagradas Escrituras muy pronto lo gui adescubrir que abran delante de l un campo casi ilimitado de investigacin ypreguntas. Algunos pasajes que encontr estaban interpretados incorrectamente;muchos eran muy obscuros y difciles de explicar ; en muchos haba aparentesincoherencias y contradicciones ; muchos han sido utilizados como pruebas dedoctrinas y principios, de los cuales no tienen posible referencia ; las palabras ylas frases, as como los sentimientos y narraciones por una parte vio ilustradas einterpretadas por otro. El Antiguo Testamento, en su propio lenguaje, historia,doctrinas y fatigas, en sus referencias a maneras y costumbres, en sus profecas,tipos e imgenes, el perciba que eran preliminares y explicativas del NuevoTestamento ; mientras que el Nuevo Testamento al presentar el plenocumplimiento del plan y diseo de su comn Autor, revelaba el verdadero designioy colocacin de cada parte del Antiguo Testamento. Concerniente al sagradovolumen con la mayor veneracin , manifest determinacin, mientras era

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    miembro del colegio, que tanto como fuera posible, tomara para s, de cada partede lo que leyera, el verdadero significado de su Autor. Con esto en mente inicisus Notas acerca de las Escrituras, obviamente haciendo de esto su reglaconstante, el estudiar cada pasaje que lea, que presentara la menor dificultad asu propia mente, o que el supiera que era tenido como difcil por otros, hasta que

    tal dificultad era satisfactoriamente quitada. El resultado de sus investigacionesregularmente y de tiempo en tiempo, lo pona por escrito; al principio en mitadesde hojas separadas, dobladas en cuatro, pero habiendo visto la inconveniencia deesto en sus otros escritos juveniles, muy pronto comenz a formar pequeosfolletos, los cuales fueron finalmente transformados en volmenes. Un grupo deartculos cercanos a un nmero de cincuenta, que aparentemente fueron escritosmientras estaba en el colegio, el resto, mientras se preparaba para el ministerio ydurante su vida. De que no tena ni la menor idea cuando comenz a escribir, deltamao al que crecera la obra, es obvio y cuando ms adelante decidi publicarlacomo una ilustracin de los pasajes ms difciles y obscuros de la Biblia, quizsno poda determinarse con certeza. Unos cuantos de los artculos de naturalezahistrica o mitolgica, estn sealados con anotaciones hechas por otros y sonomitidas en la presente edicin de sus Obras. El lector despus de leeratentamente la obra, estar satisfecho de que ellas son el fruto de sus propiasinvestigaciones; y que su forma de quitar las dificultades era----no como muyseguido es, disfrazando o falsendolas, pero ponindoles toda su fuerza, yencontrndolas con claros argumentos. Quizs no se pueda encontrar unacoleccin de notas sobre las Escrituras que sea tan original en su totalidad. Por elnmero determinado para cada artculo, ser fcil el seleccionar aquellos quefueron el resultado de sus primeros trabajos. Este proyecto de investigacin yexplicacin de las dificultades del sagrado volumen, realizado en tan tempranoperodo de su vida, sera muy probable que nunca se formara en ninguna otracircunstancia y evidencia una madurez intelectual y logros morales, no muyfrecuentes paralelamente. Entre las ms interesantes y poderosas de estasinvestigaciones, podemos encontrar la discusin acerca del sacrificio de la hija deJephtha Jueces 11:29-40, y aquella sobre el principio propuesto porPablo en Romanos 8:28 que todas las cosas les ayudan a bien aaquellos que aman a Dios ; el cual estaba contenido en su carta al Sr. Gillespie del4 de Septiembre de 1747 y que fue omitido en las notas sobre las Escrituras. Laclase de la cual Edwards era miembro, termin su ao escolar en Septiembre de1720, antes de cumplir diecisiete aos de edad. En ese perodo y durante un largotiempo despus, ese fue su nico ejercicio, excepto el Latn . Estos dados a laclase de Bachilleres en sus comienzos pblicos fue el Salutatory , el cual eratambin un Valedictory. Oration en Latn. Este ejercicio fue adjudicado aEdwards, por sostener el ms alto grado de dignidad como un erudito entre losmiembros de la clase.

    El resida en la Universidad desde casi dos aos antes de que el obtuviera suprimer ttulo, preparndose para la obra del ministerio; despues de lo cual,habiendo pasado las pruebas de costumbre, recibi una licencia para predicar;sto fue a los diecinueve aos de edad. Como consecuencia de una solicitud , deun nmero de ministros en Nueva Inglaterra, a quienes les fue encomendado

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    actuar a favor de los Presbiterianos en Nueva York, el se dirigi a esa ciudad enlos comienzos de Agosto de 1722 y predic ah con gran aceptacin, por cerca deocho meses. Mientras estaba ah encontr la ms feliz estancia en la casa de laSra. Smith; quin, as como su hijo el Sr. John Smith, el consideraba comopersonas de una piedad y pureza de vida poco comn, y con quienes tuvo una

    ntima y Cristiana amistad. Tambin ah encontr un nmero considerable depersonas, entre los miembros de esa iglesia, manifestando el mismo carcter, conquienes el disfrutaba en alto grado, todos los placeres y ventajas de una relacinCristiana. Su apego personal hacia ellos se fortaleci; y el inters de ellos en lcomo un hombre y un predicador fue tal que ellos calurosamente le pidieron quepermaneciera con ellos de por vida. El declinar su cndida invitacin fue muypenoso para sus sentimientos, pero por causa de la pequeez de esacongregacin y algunas dificultades peculiares que atender, el no pens que erauna perspectiva racional de ser utilizado y consolado. Despus de la ms dolorosadespedida de estos amables amigos, de quienes bajo su hospitalario techo habavivido por tan feliz y largo tiempo , dej la ciudad por barco, el Viernes 26 de Abrily lleg a la casa de su padre el Mircoles 1 de Mayo. Aqu pas el verano enprofundo estudio, durante el cual el fue nuevamente ansiosamente solicitado por lacongregacin de Nueva York para que regresara a esa ciudad y se estableciera enmedio de ellos; pero sus primeros puntos de vista no fueron alterados, y por lotanto, aunque fuertemente inclinado por sus propios sentimientos parasatisfacerlos, no pudo conceder sus deseos. Probablemente en ninguna parte desu vida tuvo el tan grande ventaja para la contemplacin y gozo espiritual , que enel perodo primeramente mencionado. El fue a Nueva York en un delicioso estadomental. Encontr ah un pequeo rebao de Cristo, constreido por un sentido dela debilidad de ellos de habitar juntos en unidad, y para experimentar en unaforma prctica la dependencia de Dios de ellos. Estaba con una familia cuyainfluencia diaria le sirvi nicamente para refrescar y santificar. El pudo tenermucho tiempo para cmodamente dedicarse a la lectura de libros religiosos,meditaciones y oracin. En estas circunstancias la presencia del Consolador esmanifiesto que haba sido una realidad diariamente; la evidencia de lo que elencontr en esa pureza de corazn la cual capacita a quien la posee para ver aDios, en la paz que sobrepasa todo entendimiento, y el gozo con el cual unextrao no puede interferir.

    Durante su preparacin para el ministerio, su estada en Nueva York y su siguienteestancia en la casa de su padre, el elabor una serie de resoluciones, tantascomo setenta, con la intencin obviamente de que fueran solo para l, paraordenar su propio corazn y vida, pero adecuadas tambin, por su simplicidadcristiana y entendimiento espiritual, para ser eminentemente por otros. De stas,las primeras treinta y cuatro, fueron escritas antes del 18 de Diciembre de 1722,enel tiempo en que su Diario, como ahora existe, apenas comenzaba. El tiempo y laocasin exacta de la elaboracin de mucho de lo restante, se encontrar enaquella muy interesante narracin, en la cual tambin hay muchas reglas yresoluciones, destinadas para la regulacin de sus propios afectos, o quiz parauna excelencia igual. Deber ser recordado que todas ellas fueron escritas antesde que el tuviera veinte aos de edad. Ya que era totalmente contrario a toda

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    declaracin y ostentacin, y ya que estas resoluciones por s mismas, habansido simplemente escritas para sus ojos nicamente, excepto para el ojo que esomnisciente; ellas pudieran ser justamente consideradas como las bases de suconducta y carcter, el plan por medio del cual el gobernaba las secretas ypblicas acciones de su vida. Como tales ellas interesarn profundamente al

    lector, no solamente que ellas descubren la parte ms ntima de su autor, sino queTambin muestran, de una manera de lo ms impactante y convincente para laconciencia, lo que es el verdadero fundamento de la grande y distinguidaexcelencia.

    El estaba muy familiarizado con la debilidad y fragilidad humana, an cuando lasintenciones fueran muy sinceras, para tomar cualquier resolucin temerariamente,o por una confianza en su propia fuerza. Por lo tanto el buscaba a Dios por ayudadesde el principio, quin nicamente puede proporcionar xito en el uso de losmejores medios, y en el intento del cumplimiento de los mejores propsitos. Estolo pona a la cabeza de todas sus importantes reglas, que toda su dependenciaestaba en la gracia de Dios, mientras el an propona recurrir a una frecuente yseria lectura de ellas, a fin de que ellas pudieran convertirse en la gua habitual desu vida.

    RESOLUCIONES.Estando apercibido de que soy incapaz de hacer ninguna cosa sin la ayuda deDios, Yo humildemente le ruego que por su gracia, me capacite para mantenerestas Resoluciones, tanto como sean agradables para su voluntad, por Cristo.Recuerda leer estas Resoluciones una vez por semana.

    1. Resuelvo. Que har lo que piense que sea para la mayor gloria de Dios y parami propio bien, ganancia y placer, en todo mi tiempo; no teniendo ningunaconsideracin del tiempo, ya sea ahora, o nunca, ni por millares de edades desdehoy. Resuelvo, hacer todo lo que considere mi deber, sobretodo para el bien yla ganancia de la humanidad en general. Resuelvo, por tanto hacerlo, noimportando las dificultades con que me encuentre, ni cuantas, ni cun grandesque sean.

    2. Resuelvo. Estar continuamente tratando de encontrar alguna nueva idea oinvento para promover la cosas anteriormente mencionadas.

    3. Resuelvo. Si alguna vez caigo o me vuelvo perezoso, de tal manera que fallepara mantener cualquier parte de estas Resoluciones, de arrepentirme de todo loque pueda recordar, cuando venga a ser yo mismo de nuevo.

    4. Resuelvo. Nunca hacer ninguna clase de cosa, ya sea en el alma o en elcuerpo, menos o ms, sino aquello que sea para la gloria de Dios, no ser, nopermitirlo, si yo pueda de alguna manera evitarlo.

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    5. Resuelvo. Nunca perder ni un momento de tiempo, sino perfeccionarlo de laforma ms provechosa que yo pueda.

    6. Resuelvo. Vivir con toda mi fuerza, mientras viva.

    7. Resuelvo. Nunca hacer nada que yo tenga miedo de hacer an si fuera laltima hora de mi vida.

    8. Resuelvo. Actuar, en todo aspecto, ya sea hablando o haciendo, como si nadiehubiera sido tan vil como yo, y como si yo hubiera cometido los mismos pecados,o tenido las mismas enfermedades o fallas que otros; y que yo permitiera que elconocimiento de sus errores causara nada que no fuera vergenza en m, ymostrara solo una ocasin para confesar mis propios pecados y miseria a Dios.Vid. Julio 30.

    9. Resuelvo. Meditar mucho, en toda ocasin, de mi muerte, y estar atento atodas las circunstancias comunes a la muerte.

    10. Resuelvo. Cuando sienta dolor, pensar en los dolores del martirio, y delinfierno.

    11. Resuelvo. Cuando piense en algn teorema de la divinidad para ser resuelto,inmediatamente hacer lo que yo pueda para la solucin de ello, si lascircunstancias no lo impiden.

    12. Resuelvo. Si yo tengo deleite en ello como una recompensa al orgullo, ovanidad, en cualquier cosa, inmediatamente rechazarla.

    13. Resuelvo. Comprometerme a descubrir objetos idneos de liberalidad ycaridad.

    14. Resuelvo. No hacer ninguna cosa por venganza.

    15. Resuelvo. Nunca permitir ni el menor movimiento de ira hacia seresirracionales

    16. Resuelvo. Nunca hablar mal de nadie, de tal manera que ocasione sudeshonra, ni ms o menos, de ninguna manera, excepto para hacer el bien.

    17. Resuelvo. Que yo vivir as como hubiera deseado haberlo hecho cuandomuera.

    18. Resuelvo. Vivir as en todo tiempo, como piense que es lo mejor en misformas ms devotas y cuando tenga la ms clara nocin de las cosas delevangelio y del otro mundo.

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    19. Resuelvo. Nunca hacer ninguna cosa de la cual yo debiera tener miedo dehacer, si yo descanso en esto, no pasar ni una hora antes de que yo oiga elltimo golpe.

    20. Resuelvo. Mantener la estricta sobriedad en el comer y el beber.

    21. Resuelvo. Nunca hacer ninguna cosa, la cual si yo viera en otro, encontrarajusta ocasin para despreciarlo, o pensar en cualquier manera en lo ms indignode l.

    22. Resuelvo. Esforzarme para obtener tanta felicidad para mi en el otro mundo,como pueda, con todo el poder, fuerza, vigor y vehemencia, an de la violencia deque soy capaz, o pueda traer a mi mismo para ejecutar, de cualquier forma aquelloen que se puede pensar.

    23. Resuelvo. Tomar frecuentemente alguna accin deliberada, que me parezcala ms adecuada para ser realizada, para la gloria de Dios, y seguir la huellahasta la intencin original, el diseo y el final de ella y si descubriera que no espara la gloria de Dios juzgarla como una brecha de la cuarta Resolucin.

    24. Resuelvo. Siempre que yo haga cualquier accin conspicua y maligna seguirsu rastro, hasta que llegue a la causa que la origin y entonces, me esforzarcuidadosamente en no volver a hacerla y a pelear y a orar con toda mi fuerza encontra de la causa.

    25. Resuelvo. Examinar cuidadosa y constantemente, que es esa cosa en mi queocasiona en la mnima forma, el dudar del amor de Dios; y as dirigir todas misfuerzas en contra de ella.

    26. Resuelvo. Echar fuera aquellas cosas que yo encuentre que contristen micerteza.

    27. Resuelvo. Nunca omitir voluntariamente ninguna cosa, excepto que la omisinsea para la gloria de Dios; y frecuentemente examinar mis omisiones.

    28. Resuelvo. Estudiar las Escrituras tan firmemente, constantemente yfrecuentemente como pueda, de tal manera que pueda encontrar y sencillamentepercibir en m el crecimiento en el conocimiento de ellas.

    29. Resuelvo. Nunca permitir el considerar que una oracin, ni algo que seconsidere como una oracin, ni una peticin en oracin, la cual es hecha as, nopueda yo confiar en que Dios la contestar; ni una confesin en la cual nopueda yo esperar que Dios la aceptar.

    30. Resuelvo. Esforzarme cada semana a ser llevado ms alto en elconocimiento de la religin, y a un mayor ejercicio de la gracia, de lo que estaba lasemana pasada.

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    31. Resuelvo. Nunca decir nada contra cualquier persona, sino cuando esto seaperfectamente agradable al mayor grado de honor Cristiano, y de amor a lahumanidad, agradable a la ms baja sumisin y sentido de mis propias fallas yerrores, y agradable a la regla de oro; frecuentemente, cuando haya dicho alguna

    cosa contra cualquiera, presentarla y tratarla estrictamente por medio del examende esta Resolucin.

    32. Resuelvo. Estar estricta y fielmente firme en mi esperanza, como aquelhombre de Proverbios 20:6 pero hombre de verdad quin lo hallar?, y que nose cumpla en mi solo parcialmente.

    33. Resuelvo. Hacer siempre lo que pueda en cuanto a trabajar en mantener ypreservar la paz cuando pueda ser realizado sin un desajuste en detrimento deotros aspectos. Diciembre 26,1722.

    34. Resuelvo. En las narraciones, nunca hablar cualquier cosa sino la pura ysimple verdad.

    35. Resuelvo. Cuando yo tenga muchas preguntas en cuanto a si he realizado mideber, de tal manera que mi reposo y serenidad estn por ello perturbadas,acallarlas y tambin ver la manera en que tales preguntas puedan ser resueltas.Diciembre 18 de 1722.

    36. Resuelvo. Nunca hablar mal de nadie, excepto si tengo algo bueno quecomunicarle. Diciembre 19 de 1722.

    37. Resuelvo. Inquirir cada noche, al ir a dormir, en donde he sido negligente----que pecado he cometido----y en qu me he negado a m mismotambin al finalde cada semana, mes y ao. Diciembre 22 y 26 de 1722.

    38. Resuelvo. Nunca publicar nada que sea demasiado festivo, o asunto de risa,sobre el da del Seor. Tarde del Sabbath, Diciembre 23 de 1722

    39. Resuelvo. Nunca hacer nada de lo cual yo tenga duda de su legalidad, esto eslo que trato, y al mismo tiempo, considerar y examinar despus, si fuera legal o no;a menos que dudara yo mucho de la legalidad de la omisin.

    40. Resuelvo. Averiguar cada noche antes de ir a la cama, si he actuado en lamejor forma que yo quizs podria, en cuanto al comer y al beber. Enero 7 de 1723.

    41. Resuelvo. Preguntarme, al final de cada da, semana, mes y ao comopudiera yo , en cualquier aspecto, haberlo hecho mejor. Enero 11 de 1723.

    42. Resuelvo. Renovar frecuentemente la dedicacin de mi mismo a Dios, la quefue hecha el da de mi bautizo, la cual solemnemente renov cuando fui recibido

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    en la comunin o la iglesia, y la que solemnemente vuelvo a hacer en este da 12de Enero de 1723.

    43. Resuelvo. Nunca, de ahora en adelante, y hasta que yo muera, actuar como sime perteneciera a mi mismo, sino completa y para siempre a Dios; ya que es

    agradable ser hallado as. Sbado, 12 de Enero de 1723.44. Resuelvo. Que no tendr otro fin excepto la religin, y nada tendr ningunainfluencia en cualesquiera de mis acciones; y que no habr accin alguna, an enla ms mnima circunstancia , que no sea aquella a la que la finalidad religiosaconlleve. Enero 12 de 1723.

    45. Resuelvo. Nunca permitir por ningn motivo, ningn placer o pena, alegra opesar, ni cualquier afecto , ni ningn grado de afecto, ni cualquier circunstanciarelacionada con ello, sino solo lo que ayude a la religin. Enero 12 y 13 de 1723.

    46. Resuelvo. Nunca permitir ni en una pequea medida el entristecimiento oinquietud en cuanto a mi padre o madre. Resuelvo no permitir tales efectos anni en la alteracin de la voz, o movimiento de mis ojos; y ser especialmentecuidadoso de ello en cuanto a cualquiera de nuestra familia.

    47. Resuelvo. Esforzarme hasta lo mximo para negar todo aquello que no seasumamente agradable para un bien universal, dulce y benevolente, quieto,pacfico, satisfecho y tranquilo, compasivo y generoso, humilde y manso, sumiso yservicial, diligente y laborioso, caritativo y an paciente, moderado, perdonador ysincero, con templanza, y hacer en todo tiempo aquello a lo que el carcter meguie; y a examinar estrictamente, al final de cada semana, si lo he hecho as.Sbado por la maana, 5 de Mayo de 1723.

    48. Resuelvo. Constantemente, con el mayor esmero y diligencia, y el escrutinioms estricto, observar detenidamente el estado de mi alma de manera que puedasaber si yo tengo verdaderamente un inters en Cristo o no; para que cuando yomuera, no sea encontrada ninguna negligencia con respecto a esto de lo quetenga que arrepentirme. 26 de Mayo de 1723.

    49. Resuelvo. Que esto nunca acontezca, si puedo evitarlo.

    50. Resuelvo. Que yo actuar as, como pienso ,de la misma manera juzgar loque haya sido mejor y ms prudente cuando venga al mundo futuro. 5 de Julio de1723.

    51. Resuelvo. Que yo actuar as, en cada aspecto, de la forma en que piensoque yo deseara haberlo hecho, si yo fuera al final condenado. 8 de Julio de 1723.

    52. Resuelvo. Frecuentemente oigo a personas de edad avanzada decir cmohubieran vivido si pudieran vivir de nuevo sus vidas; Resuelvo .Que vivir as

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    como pienso que yo deseara haberlo hecho, suponiendo que viva hasta una edadavanzada. 8 de Julio de 1723.

    53. Resuelvo. Aprovechar cualquier oportunidad, cuando est en el mejor y msfeliz estado mental, para derramar y confiar mi alma en el Seor Jesucristo, para

    esperar y depositarme en el, y consagrarme completamente a l; que de estamanera yo pueda estar seguro de mi salvacin, sabiendo que he confiado en miRedentor. 8 de Julio de 1723.

    54. Resuelvo. Que siempre que oiga que se est hablando algo en alabanza paraalguna persona, si yo pienso que eso sera en m, digno de alabanza, yo deberaesforzarme en imitarlo.

    55. Resuelvo. Empearme al mximo, para actuar as , de la manera que piensoque debera hacerlo, si ya hubiera visto la felicidad del cielo y los tormentos delinfierno. 8 de Julio de 1723.

    56. Resuelvo. Nunca detenerme, ni ablandarme en lo ms mnimo en mi luchacon mis corrupciones, no importando cun infructuoso haya sido.

    57. Resuelvo. Cuando tema las desgracias y adversidades, deber examinar sihe realizado mi deber, y determinado el hacerlo y dejar que el evento seasolamente como la Providencia lo ordene, Yo, tanto como me sea posible ,no mepreocupar por nada, sino por mi deber y mi pecado 9 de Junio y 13 de Julio de1723.

    58. Resuelvo. No solo refrenarme en la conversacin, de un aire dedesaprobacin, enojo e ira sino manifestar un aire de amor, alegra y benignidad.27 de Mayo y 13 de Julio de 1723.

    59. Resuelvo. Cuando estoy ms consciente de las provocaciones de lanaturaleza enfermiza y de la ira, que luche con ms fuerza para sentir y actuarcon bondad naturalmente; s, en tales momentos, manifestar benevolencia,aunque yo pienso que en otros aspectos sera desventajoso, y as como el mundoen otras ocasiones, sera imprudente. 12 de Mayo y 11 y 13 de Julio .

    60. Resuelvo. Siempre y cuando mis sentimientos comiencen a aparecer fuera deorden, cuando est consciente de la menor inquietud dentro de m, o la msmnima irregularidad yo entonces me someter a mi mismo al ms estrictoexamen. 4 y 13 de Julio de 1723.

    61. Resuelvo. Que no dar ocasin a que la negligencia que yo encuentro en mafloje y haga a mi mente dejar de anhelar estar completamente llena yfirmemente colocada en la religin, cualesquiera excusa que pueda yo buscar, que

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    mi descuido me incline a hacer, es mejor hacerlo etc. 21 de Mayo y 13 de Julio de1723.

    62. Resuelvo. Nunca hacer nada excepto mi deber, y hacerlo de acuerdo aEfesios 6:6-8, hacerlo voluntaria y alegremente, como delante del Seor y no de

    los hombres; sabiendo que el bien que cada uno hiciere ese recibir del Seor, 25de Junio y 13 de Julio de 1723.

    63. Resuelvo. En el supuesto de que no hubiera sino un individuo en el mundo, almismo tiempo, que fuera apropiada y completamente un Cristiano, en todoaspecto, ya sea de un temple correcto, teniendo al Cristianismo siempre brillandocon su verdadera brillantez y siendo excelente y amable, desde cualquier punto devista y carcter: Resuelvo: Actuar as como lo hara si luchara con toda mi fuerzapara ser ese uno, quien viviera en mi tiempo. 14 de Enero y 13 de Julio de 1723.

    64. Resuelvo. Cuando sienta estos gemidos que no deben ser proferidos de loscuales habla el apstol y aquellos suspiros del alma tan desapacibles de los quehace mencin el salmista en el Salmo 119:20 yo alentar con toda mi fuerza y nome cansar de empearme encarecidamente en expresar mis deseos, ni en larepeticin de tales anhelos. 23 de Julio y 10 de Agosto de 1723.

    65. Resuelvo. Ejercitarme mucho en esto, toda mi vida, con la mayor apertura deque soy capaz, el declarar mis caminos a Dios y mantener mi alma abierta para l,todos mis pecados, tentaciones, dificultades, penas, temores, esperanzas, deseos,todas las cosas, y todas las circunstancias, de conformidad con el sermn sobre elSalmo 119 del Dr. Manton . 26 de Julio y 10 de Agosto de 1723.

    66. Resuelvo. Que siempre me esforzar en mantener un aspecto benigno, unaforma de actuar y hablar, en todos lugares, y en todas las compaas, excepto sisucediera que los deberes requieran que sea de otra manera.

    67. Resuelvo. Despus de las aflicciones, inquirir, cuan mejor soy yo por ellas,qu es lo que obtuve de ellas y que podra yo obtener de ellas.

    68. Resuelvo. Confesarme francamente a mi mismo, todo lo que encuentro en miser ya sea enfermedad o pecado; y si ello fuera algo concerniente a la religin,tambin confesarle todo el asunto a Dios e implorarle que necesito su ayuda. 23de Julio y 10 de Agosto de 1723.

    69. Resuelvo. Siempre hacer aquello que hubiera querido haberlo hecho cuandohe visto a otros hacerlo. 11 de Agosto de 1723.

    70. Resuelvo. Siempre dejar que haya algo de benevolencia en todo lo que hable.17 de Agosto de 1723.

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    Tales fueron las excelentes Resoluciones tomadas por Jonathan Edwards en unperodo temprano de su vida, y las cuales en los aos subsiguientes fueronrecordadas por el, no anotaciones sin importancia, sino conteniendo los grandesprincipios de la vida espiritual. Un profundo y extenso conocimiento del corazn semanifiesta en estas Resoluciones, una conviccin de sus defectos, una viva

    aprensin de sus peligros y una intensa preocupacin de que todas susinclinaciones fueran hacia Dios y hacia todas aquellas cosas requeridas por susanta voluntad. Hay una notable ternura en cada cosa que ha sido manifestada. Elhombre que pudo escribir as, no fue uno que fcilmente pudiera hablar conligereza del pecado, o alguien que anduviera por cualquiera de sus caminos sin elinmediato reproche de una conciencia ofendida. Este santo hombre temblaba ana la vista a lo lejos del pecado; el no se acercara voluntariamente y examinarasus incitaciones. Acostumbrado a respirar en una atmsfera santa, la menormancha de corrupcin inmediatamente afectaba su entorno espiritual. Noconoca otra felicidad excepto aquella relacionada con una conciencia libre deofensa. Todas estas reglas eran las sugerencias de una conciencia con uncarcter altamente iluminado----Ellas tambin indican una constante percepcinde la presencia y observaciones exactas de Escudriador de todo lo odo. Elescritor viva como viendo aquel que es invisible; el pona al Seor siempredelante de l; esforzndose en todas las ocasiones con un ardiente inters por lagloria de Dios, la gran razn por la cual el deseaba vivir no solo en la tierra sinoen el cielo, algo que comparado con aquellas otras cosas, se las haca ver a susojos como poca cosa. Si esto fuera obtenido, todos sus deseos estaransatisfechos; pero si esto se perda o imperfectamente obtenido, su alma se llenabade angustia. Estas Resoluciones daban un amplio testimonio de cunto haba elautor entrado al espritu de 1 de Corintios 10:31 Si pues comis o bebis o hacisotra cosa hacedlo todo para la gloria de Dios. Ellas tambin ilustraban sus puntosde vista de la importancia de la estabilidad de carcter. No estaba satisfecho conpuntos de vista exactos de la verdad, o de cualesquier clase de declaracinsuperficial; aparte de una santa estabilidad de carcter. El estudiaba, admiraba ymanifestaba la influencia del evangelio; un andar digno de la vocacin con la queel haba sido llamado, era el objeto ms elevado al cual el ardientementeapuntaba. El saba bien que a los seguidores de Cristo se les requera guardar lapalabra de vida, brillar como lumbreras en el mundo; ensear con su ejemploas como con sus palabras; y desear honrar a Dios presentndolo a la vista de losmiembros del reino espiritual, y tambin del mundo, un ejemplo el cual puededeclarar la realidad y belleza de la religin. Esto es adems manifestado por estasResoluciones, que su mente estaba sumamente ansiosa por alcanzar diariamenteprogresos en todas las ramas de la santidad. Haba en l un principio espiritualactivo, el que causaba que el se impulsara hacia delante no importando cualespudieran ser los obstculos en su camino. El no podra estar satisfecho mientrasque un pecado permaneciera en l, mientras una gracia fuera imperfecta, o unsolo deber en el cual estuviera ocupado imperfectamente. Anhelaba la santaperfeccin del mundo celestial y anticipaba con gozo el da en que el sedespertara con la semejanza Divina. Esto no poda ser un asunto de sorpresa,que con estos sentimientos y emociones el alcanzara una exaltacin de carcterraramente igualado y quizs nunca sobrepasado.

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    Las Resoluciones que han sido la causa de estas reflexiones son probablementepara personas de toda edad, pero especialmente para los jvenes, el mejorcompendio no inspirado, del deber cristiano, el mejor gua para alcanzar altoslogros en las virtudes evanglicas, las cuales la mente del hombre a sido hasta

    aqu capaz de formar. Ellas revelan el carcter propio del escritor, y estnadmirablemente calculadas para mejorar el carcter de cada lector que temapecar y se regocije en la pureza de la Divina voluntad.

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    Su Diario

    Las visiones y prcticas de hombres de igual excelencia han diferido

    considerablemente en cuanto a llevar un diario. Muchos nunca lo han intentado;algunos quienes en algn perodo de sus vidas comenzaron a llevarlo, handespus por diversas causas lo han rechazado; y otros se han adheridofirmemente a una costumbre la cual ciertamente tiene la sancin de algunos de losms eminentes nombres en la iglesia de Dios. Es admitido al mismo tiempo, quemuchos diarios han sido guardados de la manera ms indiscreta y esto es anms un objeto de gran pesar que estos registros han sido publicados en algunasocasiones no nicamente para dolor de mentes serias e inteligentes, sino paraofensa de la misma religin, y para causar prejuicio contra todos los registrossimilares. Hay sin embargo, algunos diarios publicados de hombres excelenteslos cuales demuestran un tan slido juicio as como una ferviente piedad, y han

    sido una fuente de mucha utilidad, que un ms igual balance se presenta contralas obras con una opuesta descripcin. Ninguno est dispuesto a lamentar lapublicacin de partes de los Diarios de Philip y Mattew Henry, Brainerd,Doddridge o Joseph Williams y algunos otros; escritos que han ilustrado el poderinterno y externo de la santidad, reflejan honor sobre los mismos individuos por smismos, y producen un poderoso y santo estmulo a la mente de otros Cristianos.El Diario de Jonathan Edwards corresponde en su excelencia con aquellos sobrelos cuales se ha hecho referencia aqu, y habrn de ser ledos con los mismossentimientos y conducir, como es de esperarse, a muchos efectos benficos.===Este Diario comienza el 18 de Diciembre de 1722, cuando tena 19 aos de edad.Hasta el 15 de Enero por la noche, es escrito en dos tiras de papel, y el resto en

    un libro. Comienza abruptamente, y casi al borde superior del papel, el inicio deeste est indudablemente perdido, y no es improbable que como el lo escribioriginalmente, pueda ser localizado por lo menos hasta el perodo de supreparacin para el ministerio. Se escribi, como se percibi que era su voluntad,para su uso privado exclusivamente; y estuvo con el hasta el fin de su vida, nosera extrao que hubiera sido destruido. Sin embargo, sea lo que haya sidocalculado para hacer bien y es perfectamente consistente con la reputacin real deun autor, puede ser publicado con honor, cualesquiera pueda haber sido sudesignio mientras estaba siendo escrito. El mejor de los hombres, ciertamente,tiene pensamientos, opiniones y sentimientos los cuales son perfectamenteapropiados y correctos en s mismos, los cuales, sin embargo, podran ser

    totalmente inapropiados para ser descubiertos a otros. Pero un hombre de slidadiscrecin tomar cuidado de que nada de esta naturaleza sea colocado alalcance de un accidente. Lo que el Sr. Edwards deseaba tener oculto de cualquierojo excepto el de l, lo escribi en taquigrafa; y en una ocasin, despus de haberescrito una muy extensa parte en esos caracteres, el aadi sus observaciones ensu letra de costumbre, Recuerda actuar de acuerdo con Proverbios 12:23 Unhombre prudente encubre el conocimiento.

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    El Lector mientras est leyendo el Diario en sus diversas partes, ser impactadopor el como si poseyera las siguientes caractersticas. Consiste de hechos; y depensamientos slidos dictado por un sentimiento religioso profundo y no por lamera expresin de los sentimientos, o de unas reflexiones o exhortacionesmorales. Tuvo la intencin de ser exclusivamente para sus ojos y no

    particularmente para aquellos de sus amigos o del pblico. Es una exhibicin desimples pensamientos, sentimientos y obras de un hombre, quin aparece comoestando inconscientemente agobiado, excepto para s mismo y para Dios. Y no lasobservaciones de uno que est deseoso de que se piense de el como de unhombre humilde. Si lo consideramos como un hombre de simplicidad Cristiana ypiadosa sinceridad para traer a la luz todos los movimientos secretos de su propiaalma, fuerte luz del cielo y ah analizarlos con un ojo penetrante y honesto, y uncorazn contrito para humillarse as mismo y ser hecho mejor esta sera la maneraen que tal hombre escribira.

    DDIIAARRIIOO..-- DDIICCIIEEMMBBRREE DDEE 11772222

    18 de Diciembre . Este da hice la Resolucin 35. La razn por la que tengo unamnima duda de mi inters en el amor y favor de Dios, es ----

    1. Debido a que no puedo hablar tan completamente en cuanto a miexperiencia de tal trabajo preparatorio, del cual habla la divinidad.

    2. No recuerdo haber experimentado regeneracin, exactamente en esospasos en los cuales la divinidad dice que ocurren generalmente---

    3. No siento las gracias Cristianas suficientemente sensibles en mi,particularmente la fe. Me temo que solo son afectos hipcritas y externoslos cuales hombres malvados pueden sentir as como otros. Ellos noparecen ser lo suficientemente internos, completos, sinceros, enteros y decorazn. Ellos no parecen tan substanciales y forjados dentro de mi mismanaturaleza, tanto como yo pudiera desear.

    4. Porque yo soy algunas veces culpable de pecados de omisin y comisin.ltimamente he tenido dudas de si yo no peco al murmurar. Este daresuelvo que NO.

    19 de Diciembre. Este da hice la Resolucin 36. ltimamente he estadosumamente perplejo, viendo la doctrina de diferentes grados de gloria puestaen duda; pero ahora casi he sobrepasado la dificultad.

    20 de Diciembre. Este da de alguna manera me he preguntado si no he sidoculpable de negligencia el da de ayer y esta maana; pero decid que No.

    21 de Diciembre. Viernes. Este da y el da de ayer, estuve excesivamentemelanclico, seco y muerto.

    22 de Diciembre. Sbado. Este da fui revivido por el Espritu Santo de Dios,fui afectado con el entendimiento de la excelencia de la santidad; me sientoms ejercitado hacia el amor a Cristo que lo usual. He podido tambin sentir

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    sensiblemente un arrepentimiento por el pecado, porque fue cometido encontra de tan misericordioso y bueno Dios. Esta noche hice la Resolucin 37.

    Luz del Sabbath, 23 de Diciembre. Hice la Resolucin 38.

    Lunes, 24 de Diciembre. Pensamientos ms altos de lo usual en cuanto a laexcelencia de Cristo y su reino.---Conclu observar, al final de cada mes, elnmero de rompimientos de resoluciones, para ver si ellos aumentan odisminuyen, comenzando desde este da y estimar de la suma semanal miaumento mensual y de la suma de esto , mi aumento anual, iniciando desde losdas del ao nuevo.

    Mircoles. 26 de Diciembre. Ayer, temprano en la maana, fui estorbado por eldolor de cabeza todo el da solo espero no haber perdido mucho. Hice unaadido a la Resolucin 37, concerniente a las semanas, meses y aos. ---Enla noche hice la Resolucin 33.

    Sbado. 29 de Diciembre. Este da cerca del atardecer, melanclico y sin vida.

    1722-23, Martes 1. de Enero. He estado triste por varios das. Me heexaminado para ver si no he sido culpable de negligencia hasta hoy; yresuelvo, No.

    Mircoles 2 de Enero. Triste, descubro por experiencia que, permitirme tomarresoluciones, y hacer lo que yo deseo, con tanto ingenio como nunca antes,todo es nada y del todo sin ningn propsito, sin el mover del Espritu de Dios.Porque si el Espritu de Dios estuviera siempre tan alejado de m, como lasemana pasada, por lo tanto todo lo que yo haga, no permanecer, no crecersino que languidecer y desaparecer miserablemente. Presiento que si Diosquitara su Espritu un poco ms, no dudara en romper mis resoluciones, ypronto regresara a mi antigua condicin. No hay dependencia en mi mismo.Nuestras resoluciones pueden estar un da en lo ms alto, y an as, elsiguiente da podramos estar en una condicin de muerte miserable, deninguna forma comparada con la misma persona que tom la resolucin. Porlo tanto, no tiene ningn propsito el hacer resoluciones, excepto sidependemos de la gracia de Dios. Ya que, si no fuera por su sola gracia, unopodra ser un muy buen hombre un da y un hombre malvado el siguiente.Encuentro tambin por experiencia, que no se trata de adivinar los fines de laProvidencia, en particular las dispensaciones hacia m---por otra parte que ascomo vienen las aflicciones como castigos por el pecado, y Dios seala cuandonos encontramos con ellas, que el desea que miremos hacia atrs en nuestroandar, y que veamos en donde hemos obrado culpablemente, y noslamentemos delante de l ,por ese pecado en particular y por todos nuestrospecados. Sabiendo esto, tambin, que todas las cosas obran para bien; noconociendo de que manera, pero ciertamente, confiando en Dios.

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    Sabado por la tarde, 5 de Enero. Un poco redimido de una larga y terriblemelancola por la lectura de las Escrituras. Esta semana he estado infelizmentebajo en la cuenta semanal:--- y cuales son las razones de ello?-----abundancia de negligencia y pereza; y si esto continua ms tiempo, yo perciboque otros pecados comenzarn a descubrirse ellos mismos. Acostumbraba a

    parecerme que no me quedaban ya muchos pecados , pero ahora, entiendoque todava hay en m, grandes remanentes de pecado. Hasta a donde mehubieran llevado si Dios me hubiera dejado? El pecado no es suficientementehumillado. Sin la influencia del Espritu de Dios, la serpiente antiguacomenzara a levantarse de su estado congelado, y volvera a la vida denuevo. Yo resuelvo que yo he sido negligente en dos cosas:---en noesforzarme lo suficiente en el deber y en no forzarme a mi mismo a tenerpensamientos religiosos.

    Sabbath. 6 de Enero. Por la noche. Muy preocupado acerca del aumento delos tiempos preciosos. Tratar de vivir en continua mortificacin, sin cesar yan fatigarme por ello, mientras est en este mundo y nunca esperar o desearningn alivio o placer terrenal

    Lunes. 7 de Enero. Por la noche hice la Resolucin 40.

    Martes. 8 de Enero. En la maana, tuve pensamientos ms altos que lo usualde la excelencia de Cristo, y sent un poco usual arrepentimiento de pecadopor ello.

    Mircoles, 9 de Enero. En la noche. Deca. Soy algunas veces apto parapensar que tengo una gran cantidad de ms santidad de la que tengo enrealidad. Encuentro ahora y en algunas ocasiones, esa abominable corrupcin,que es directamente contraria a lo que he ledo de Cristianos eminentes. Nocreo ser ni la mitad de cuidadoso para mejorar el tiempo, para hacerlo todorpidamente, y en un tiempo ms corto de lo que yo posiblemente pudiera; niestar perpetuamente comprometido a pensar acerca de la religin as como yolo estaba ayer y el da anterior, ciertamente en la forma en que lo he estado enciertas ocasiones, quizs como hace doce meses. Si mis resoluciones de talnaturaleza, de ese tiempo, hubieran sido mantenidas siempre vivas ydespiertas, cuanto mejor hubiera podido ser de lo que soy ahora cunengaoso es mi corazn tom una firme resolucin, pero cuan pronto sedebilit

    Jueves. 10 de Enero. Cerca del medioda. Recobrndome. Es una grandeshonra para Cristo, en quien espero tengo inters, estar inquieto en miestado y condicin terrenal; o cuando veo la prosperidad de otros y que todaslas cosas les van bien a ellos, el mundo les es suave y ellos son muy felices enmuchos aspectos, y muy prsperos o han adquirido tanto honor como paraapetecer su prosperidad, o envidiarles a causa de ella, o estar al menosinquietos por ella, desear y anhelar la misma prosperidad y desear aquello quenunca debera de estar en m. Por lo que conclu, regocijarme siempre en la

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    prosperidad de los dems, y no pretender que la espero o la deseo para mi, yno esperar ninguna felicidad por ello, ciertamente, por tanto tiempo como yoviva, sino depender en las aflicciones y entregarme completamente a otrafelicidad.----Yo pienso que me encuentro mucho ms alegremente saludable,tanto en cuerpo como en la mente, para juguetear con la autonegacin en

    cuanto al comer, beber y dormir. Creo que sera muy ventajoso, cada maanaconsiderar mis asuntos y tentaciones, y los pecados a los cuales estarexpuesto en ese da, y hacer una resolucin de cmo mejorar el da y evitaresos pecados; y hacerlo de esta manera al inicio de cada semana, mes y ao.Nunca supe anteriormente lo que queran decir en cuanto a no fijar nuestroscorazones en aquellas cosas, o sea, no preocuparnos por ellas, no dependerde ellas, no afligirnos con el miedo de perderlas, no agradarnos a nosotrosmismos con la expectacin de obtenerlas, o con las esperanzas de sucontinuacin-----Por la noche. Hice la Resolucin 41.

    Sbado. 12 de Enero. En la maana. Yo he en este da, solemnementerenovado mi pacto bautismal y auto-dedicacin, el cual renov cuando fuitomado en la comunin de la iglesia. He estado delante de Dios, y me heentregado con todo lo que soy y tengo a Dios; Por lo tanto, no me pertenezco ami mismo. No puedo demandar ningn derecho por este entendimiento, estavoluntad, estos afectos que estn en m. Tampoco tengo yo ningn derechosobre este cuerpo, o cualquiera de sus miembrosningn derecho sobre estalengua, estas manos, estos pies; ningn derecho sobre estos sentidos, estosojos, estos odos, este olfato, o este gusto. Me he entregado, me he purificadoy no he retenido ninguna cosa como ma. Me he entregado a Dios en mibautizo y he estado esta maana delante de El, y le he dicho que me doytotalmente a El. Le he dado toda potestad a El de tal manera que en el futuro,no reclame ningn derecho sobre m, en ningn aspecto. Le he prometidoexpresamente a El y ahora le prometo al Todopoderoso Dios que, por su graciano lo har. Le he dicho esta maana que le tomo a El por mi porcin y mifelicidad, no mirando a cosa alguna como parte de mi felicidad, ni actuandocomo si lo fuera; y a su ley por la regla constante de mi obediencia y queluchar con toda mi fuerza contra el mundo, la carne y el diablo, hasta el fin demi vida y que s creo en Jesucristo, y s le recib como Prncipe y Salvador, yque me adherir a la fe y obediencia del evangelio, sin embargo siendo tanarriesgada y difcil la confesin y prctica de ello como pudiera serlo; que yorecib el bendito Espritu de mi Maestro, Santificador y nico Consolador, yaprecio todo su mover para alumbrar, purificar, consolar y asistirme. Esto hehecho; y oro a Dios que por Cristo pueda yo tomarlo como una auto-dedicaciny entender que soy ahora completamente suyo para tratar conmigo en todoslos aspectos, tales como, que me aflija o me haga como al papel, o lo que a elle plazca hacer conmigo, ya que soy de su propiedad. Por lo tanto, a partir dehoy no actuar en ningn aspecto como si me perteneciera a mi mismo, sialguna vez hiciere uso de cualquiera de mis poderes para alguna cosa que nosea para la gloria de Dios, y que no le d yo la gloria en todo ese asunto:--simurmurare en la ms mnima de las aflicciones; si me lamento de laprosperidad de otros; si no soy caritativo en cualquier forma; si estoy enojado

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    por causa de las ofensas; si tomo venganza de ellas, si hiciere cualquier cosasimplemente para agradarme a mi mismo, o si evito cualquier cosa por mipropia tranquilidad; si omito cualquier cosa porque esta sea de auto-negacin;si confo en mi mismo; si tomo alguna alabanza por el bien que yo haga, o queDios haga por mi; o si estoy en alguna forma orgulloso. Este da, hago las

    Resoluciones 42 y 43.- Si hago cualquier accin que deba ser hecha de otramanera, en cualquier aspecto que no sea el correcto, si nada ms aparte dela religin, tiene la menor influencia en mi mente. Por lo tanto, yo hago laResolucin 44. Pregunta : Si cualquier delicia o satisfaccin deba ser permitidaporque se obtenga cualesquiera otro fin, aparte del religioso----En la tarde. Yocontesto, Si, porque si nunca nos permitiramos regocijarnos sino nicamenteporque hemos obtenido un fin religioso, y nunca lo hiciramos al ver a unamigo, no debiramos permitirnos ningn placer en nuestros alimentos, endonde el espritu de los animales pudiera salirse y la buena digestin sedetendra. Pero la pregunta es para ser contestada de este manera :---Nuncadeberamos permitirnos ningn gozo o pena, sino aquella que ayude a lareligin. Por consiguiente, hago la Resolucin 45.

    La razn por la cual tan pronto vine a estar como muerto, poco apto para laocupacin en que estoy , he descubierto que es solamente porque me heacostumbrado a soportar el abandonar, en bien de la tranquilidad, y por lotanto, he adquirido el hbito de esperar tranquilidad, as es que cuando piensoen esto ya me he ejercitado por un buen tiempo, no puedo mantener