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LA LITERATURA Y LO QUE NOS GUSTA ANTOLOGÍA

ÍNDICE 

A las personas que lean esta antología, Guillermo

Vargas

 

Cuentos

Mi tiempo, A. Leone

Los tres lados, Anónima

Hasta pronto, Frank Mtz**

Las "mejores amigas", Ojos Cafés

La gran aventura de un pequeño inventor, R. Keller99

Huesos, Yo Soy*

 

 

*Primer lugar en el concurso de cuento "La literatura y lo que nos

gusta".

** Segundo lugar.

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Page 5: La literatura y lo que nos gusta antología

A LAS PERSONAS QUE LEAN ESTA ANTOLOGÍA

 

Leer es un acto provocativo; hace que sucedan cosas.

Aidan Chambers, El ambiente de la lectura.

 

El acto de la lectura no siempre tiene que quedar vacío, hay

que esforzarnos en lograr que todo lector responda al

lenguaje escrito con más escritura. Esta antología presenta

trabajos de jóvenes que, quizá, busquen algún día

emprender en la escritura, pero sin duda hoy dieron un

gran paso para crear mentes conscientes de lo que leen y lo

que escriben, porque no hay mejor manera de leer que

leyéndose a uno mismo.

Los siguientes textos están hechos por jóvenes de una

escuela secundaria del Distrito Federal. Estos cuentos

están hechos de cosas que ellos quisieran leer, cosas que

les interesan, que les gustan; esa fue la finalidad del taller

“La literatura y lo que nos gusta”, abrir el apetito en

jóvenes que apenas emprenden el camino de la lectura,

tratando de facilitar textos para que puedan experimentar

el mismo placer que muchos otros. El taller fue un pequeño

esfuerzo, pero cada día somos más las personas interesadas

en los procesos de lectura. No dudo de la capacidad de los

lectores mexicanos, pues cada día se dan pasos pequeños

que terminarán por llegar a la meta: una sociedad de

lectores que pueda expresarse sin miedo. Leer nos libera;

escribir, humaniza.

 

 

Guillermo Vargas

Page 6: La literatura y lo que nos gusta antología

 

Page 7: La literatura y lo que nos gusta antología

MI TIEMPO

POR A. LEONE

Tiempo, dicen que nunca se detiene, que nunca para, pero

el tiempo no existe, nosotros lo creamos, nosotros lob,

aceleramos y nosotros lo detenemos, es sólo una excusa

para nuestra prisa. Pasamos nuestra vida atrapados en un

laberinto, imaginando que algún día tal vez podremos salir,

pero nunca lo hacemos, tan solo usamos el futuro para

escapar el presente, pero lo que ustedes no saben, es que

yo soy su salida.

Sé que ustedes conocen mi historia, sé que para el tiempo

en el que lean esto seguramente van a haber tantas noticias

sobre mí, tal vez hasta un libro, tratando de justificar lo que

hice, pero les voy a dar un consejo: no se quemen el

cerebro creando teorías, diciendo que tiré un avión porqué

estoy en el ejército islam, porque vivo en depresión, o

porqué estoy al borde de la locura, yo no maté 150

personas, yo las salvé.

Nací en Alemania, la famosa potencia mundial, era un chico

normal en una escuela normal, pero mi sueño siempre fue

volar, había algo de estar en el aire que me encantaba, por

unos momentos el tiempo se detenía y lo que estuviera

pasando abajo no importaba, era el único momento en el

que me sentía especial.

Después de varios años, me volví copiloto de Germanwings,

la aerolínea de bajo costo de Lufthansa, todos creen que

éste fue el motivo de mi depresión: “no logré completar mi

sueño de volverme piloto en Lufthansa”, pero lo que la

gente ignora es que ese ya no era mi sueño.

Los humanos son tan ingenuos que pueden llegar a pensar

que son especiales, lamento desilusionarlos, pero somos 7

Page 8: La literatura y lo que nos gusta antología

billones de personas, esto deja muy poco espacio para

especial, todos fuimos

creados para una causa más grande, yo creí que mi misión

era volar, pero me di cuenta que es mucho más grande que

eso.

Se me fueron dadas instrucciones sobre esta misión entre

sueños, empezaron por ser sólo borrosas imágenes, pero se

fueron haciendo cada vez más vívidas y más claras, hasta

que entendí lo que me estaban pidiendo; fue sencillo en

realidad, tomé el vuelo Barcelona a Dusseldorf, convencí al

piloto de salir de la cabina, cerré la puerta, activé los

botones de descenso y vi cómo poco a poco nos

acercábamos a tierra, vi como la salida del laberinto se

abría a mí, sentí como poco a poco mi misión se iba

cumpliendo, sólo una de las 7 billones.

Soy un sobreviviente junto con otros 150 y estamos

esperando el siguiente avión.

Page 9: La literatura y lo que nos gusta antología

LOS TRES LADOS

POR ANÓNIMA

En el segundo día de las vacaciones de semana santa me di

cuenta que estaba deprimida, creí que distanciarme de

todas aquellas situaciones y pensamientos que me estaban

matando iba a lograr descifrar mi vida de nuevo; sin

embargo, si no tenía esa parte de mi vida, ya no sabía quién

era, y por ello, perderla hizo que me volviera aún más

encerrada en esa situación de lo que estaba, hasta el punto

de saber que si no tenía esa parte de mi vida tan destrozada

no sabía quién era. Mi nombre es Elena y esta es mi

historia.

Mi vida tiene dos lados opuestos totalmente incompatibles,

uno es el orden, es aquel lado en dónde soy buena

estudiante, organizada, disfruto hacer ejercicio, ayudo a las

personas y todas aquellas cosas “buenas” que harían una

vida “perfecta”, sin embargo aburrida; por otro lado está el

caos, en donde me gusta ser rebelde en otras palabras, me

gusta ir de fiesta y emborracharme, fumar, ser egoísta y

mamona, vestir con mini faldas y escaparme de mi casa. Si

el caos no existiera, entonces el orden tampoco lo haría, el

caos lleva al orden y el orden al caos; el Universo completo

está hecho a base de esta teoría, cuando las dos existen

Page 10: La literatura y lo que nos gusta antología

logra haber un equilibro. Si una de ellas no lo hace,

entonces la armonía se rompe y por ello, si no hay alguna

de ellas, no habría nada.

Es muy difícil lograr tener el equilibrio necesario entre

ellas, pero cuando lo tienes, cada punto de tu vida tiene

control, claro que hay veces que hay más orden que caos en

algún punto, generalmente hay más caos que orden, pero

ese es el balance ideal. El problema es que yo tenía un

tercer lado, se parece más al caos, una vez que sale ese

lado, todo pierde su equilibrio natural haciendo de tu vida

un desastre incontrolable, el caos y el orden desaparecen

dejando a este tercer lado tomar control de tu vida,

haciendo que la realidad se distorsione y se pierda el

sentido de la vida.

Este tercer lado no tiene nombre, así que sólo lo

llamaremos “tercer lado”, pero eso no es lo importante

aquí, la pregunta es ¿cuál es este lado? Es el lado oscuro en

donde tu vida pierde el sentido, ya no hay realidad, ni

metas, ni nada, entonces todo está mal, tu vida es una

tomada de pelo. El tercer lado consiste en la salud mental

prácticamente, como tu vida no tiene rumbo, entonces todo

se vuelve oscuro y malo, nada tiene sentido, la depresión

abarca 24/7 y sólo piensas en cómo parar el sufrimiento, y

como te podrás imaginar no es de la buena manera. Y

tristemente yo Elena, tengo este tercer lado, que siempre

ha existido el problema es que lo descubrí.

Lo descubrí con “la gota que derramó el vaso". Solía tener

una vida muy buena, mi mecánica del balance entre el caos

y el orden funcionaba perfectamente en mi vida; todo

empezó a empeorar cuando el tercer lado empezó a

aparecer y apoderarse de mí, lentamente fue causando

problemas pequeños hasta que un día me desperté sin

amigas, sin apoyo y sin un sentido de la vida. Primero pensé

Page 11: La literatura y lo que nos gusta antología

que eran las personas las que tenían un problema conmigo,

que eran celos o sólo enojo, pero me di cuenta que odiaba y

me sentía incómoda con todo mundo, ese fue el momento

en donde me di cuenta que era mi problema.

Volviendo a “la gota que derramó el vaso”, esto es lo que

pasó: todo empezó hace mucho con algún pequeño

problema que tuve, entonces el vaso se llenó de una gota,

luego vinieron más problemas, chicos o grandes, que,

eventualmente llenaron el vaso, y todos esos problemas se

juntaron para crear un desastre y lograr liberar el tercer

lado, y aunque el tercer lado esté fuera, el vaso sigue ahí

intacto, sólo tiene más agua de lo que debería, el primer

gran problema es lograr vaciar el vaso y sacar el tercer lado

de mí, pero el problema más grande es que el agua del vaso

ejerza demasiada presión y el vaso se rompa y una vez que

se rompe, no puede regresar a ser lo que era, simplemente

se desaparece y se convierte en mil pedazos de nada.

Estoy en una misión, estoy intentando solucionar mis

problemas, volver a la realidad y lograr sacar el tercer lado

de mí, sin embargo, es

muy difícil, ya que: a) me quedé sin amigas b) lo cual me

deprime ya que solía ser una niña muy popular) b) estoy

sola y c) si es casi imposible hablar sobre el tercer lado,

entonces que alguien logre verlo y entenderlo es peor.

 

 

I

El primer día de clases después de las vacaciones de

invierno, me encontré perdida, sentía que me llevaba con

todas mis amigas, pero en realidad, con nadie de ellas a la

vez. No sabía con quién juntarme, o que iba a pasar en los

próximos meses, decidí llevármela leve, juntarme con todas

y que todo pasara naturalmente, (ese fue el inicio de la gota

Page 12: La literatura y lo que nos gusta antología

que derramó el vaso) ese fue la peor decisión que pudo

haber hecho ya que a) nadie quiere una amiga que no pone

de su parte en la relación y b) no soy monedita de oro para

caerle bien a todos, al menos ahora entiendo que eso está

mal y que el mundo no gira alrededor de mí.

En el mes de enero iba de grupo en grupo, de amiga en

amiga, cada vez me sentía más incómoda, más rechazada,

más odiada, por eso empecé a odiar y a rechazar, sin saber

que era yo misma la que cada vez me alejaba más de mí

misma y de las demás, pensaba que ellas eran las culpables,

sin embargo, todo esto me lo causé yo, yo soy la culpable de

mis problemas y ahora es mi trabajo arreglar todo lo que he

hecho.

Querido diario: La verdad es que no eres un diario, sólo

eres una libreta con la que decidí desahogarme porque no

lo puede hacer con nadie más, la vida me odia, no sé

cuándo dejé de ser feliz, leí antiguas conversaciones con

mis amigas, en verdad las quiero mucho, pero ¿es qué ya no

les importo?, todo pasó muy rápido, estoy deprimida, lloro

todas las noches, ¿por qué paso esto? Solía ser muy feliz,

¿acaso las personas se hartaron de mí? ¿Qué hice mal?

Muchas preguntas ninguna respuesta, estoy harta; pero

tengo que seguir intentando.

Me ciego a la idea de lo que los demás me hacen, de cómo

me hacen sentir, es la única manera de seguir andando,

porque tengo que seguir

intentando para volver a ser feliz, ¿es tanto pedir? No me

voy a rendir hasta lograr lo que quiero, por más que me

cueste cada día más tengo que seguir intentando.

El día que exploté sobre todo lo que estaba pasando, estaba

en mi casa, mirando al techo, pensando en lo sucedido. Me

di cuenta que entre más pensaba, más revivía la situación y

Page 13: La literatura y lo que nos gusta antología

que era mejor no pensar en aquello, ya que mucho análisis

llevaba a preguntas y más preguntas, sin respuesta y sin

ninguna pequeña pista que me respondiera el por qué.

A la mañana siguiente volví a la rutina, me levanté e hice

todas esas cosas, fui a la escuela y regresé a mi casa con el

corazón destrozado pensando que no podría más, luego veía

series y en la noche me volvía a animar pensando que tal

vez el día siguiente podría ser un buen día; al día siguiente

todo volvía a ser igual.

El tercer día de semana santa me desperté con la decisión

de que mi vida no podía ser así, sabía que tenía que hacer

algo, ese día fue el día en donde mi misión empezó, primero

puso mi ser en orden, recogí mi cuarto, me bañe, me vestí

(con pants, pero aun así cuenta como “vestir”) y organicé

mi espacio para empezar a crear mi plan maestro.

Lo primero que tenía que hacer era encontrarle una

solución, simple, bonita y elegante, que se resumiera en

una oración en donde estuviera la fórmula para lograr lo

que quería, pero esa eral parte más difícil, por eso, primero

tenía que encontrar la respuesta a todas aquellas

preguntas. Las anoté en la primera hoja de mi cuaderno

(diario) y así fue como empezó la travesía hacia el viaje de

la solución de mis problemas, todo empezando con

responder las preguntas de mis problemas, sin embargo

aún cargaba con el maldito tercer lado…

 

HASTA PRONTO

Page 14: La literatura y lo que nos gusta antología

POR FRANK MTZ

Cuando de repente cayeron las bombas, no sabía qué hacer

o qué decir; el ruido de las alarmas, de los niños llorando y

el peor de todos, el de las bombas, me tenía más que

aturdido, ni siquiera sabía dónde estaba Ana, mi mundo se

acababa.

Era un domingo, un domingo muy frío ya que se acercaba la

navidad, me desperté y decidí salir a jugar; jugué con mis

amigos en la nieve, pero el mundo ya no era igual. Desde

que estamos en guerra todo cambió, pero esperaba que el

2018 fuera mejor, estaba pensando en esto mientras

jugaba, de la nada escuché una voz hermosa, como la de

ninguna; en verdad me enamoré por completo cuando

volteé, vi a una niña hermosa, estaba ciego por amor, ella

se rió y se puso roja, pero yo, estaba perdido en su sonrisa

perfecta, en sus ojos azules y en su hermosa cara.

Hola, me llamo Ana.

Hola, me temblaba la boca, yo soy Daniel.

¿Puedo jugar?

Cla-cla-claro

En verdad, quedé fascinado; cada vez que se reía, mi

estómago sentía un millón de mariposas. Todos pensaban

que la tecnología iba a abundar, pero la realidad es que no,

todo volvió a nacer, debido a la estúpida guerra.

Yo moría por conocer más a Ana, entonces le propuse que

fuéramos por un café; la empecé a conocer y cada vez me

enamoraba más, no sólo es hermosa sino también es muy

inteligente.

Cada día íbamos a la biblioteca abandonada a leer libros del

tema que fuera, hasta que un día estando en la biblioteca,

sonaron las alarmas; los dos corrimos, pero por desgracia a

lados contrarios. Me perdí en el bosque, tenía mucho

miedo, y no sabía dónde estaba Ana, estuve

Page 15: La literatura y lo que nos gusta antología

perdido por casi 2 semanas, hasta que un día regresé a la

biblioteca; lo único que encontré fue a Ana acostada en el

piso con mi libro favorito en mano y con una carta muy

breve: “Para mi querido Daniel; esto siempre te lo quise

decir pero no tuve el valor: te amo más que a nadie; en

serio, gracias por todo. Con cariño. Ana. Hasta pronto”.

 

Page 16: La literatura y lo que nos gusta antología

LAS “MEJORES AMIGAS”

POR OJOS CAFÉS

Ya casi no nos hablamos, y cuando lo hacemos es por

obligación; nunca nos vemos, ni nos saludamos, pero de vez

en cuando cruzamos miradas. Si nos ven hablando jamás se

imaginarían que alguna vez compartimos todos nuestros

secretos, miedos, problemas y angustias, no podíamos

pasar más de cinco minutos sin hablar o sin tener algo que

contarnos; eso ya cambio y por una parte me siento triste y

devastada, pero por otro lado no podría estar más feliz

porque nuestra amistad terminó.

Mi nombre es Fernanda y tengo quince años, mi mejor

amiga se llama Aranza y tiene la misma edad que yo; vamos

en la misma escuela, grado y salón; hacemos todo tipo de

cosas juntas, desde ir al cine hasta irnos de vacaciones.

Somos las mejores amigas desde hace poco más de dos

años y siempre nos contamos todo lo que nos pasa, casi

somos hermanas, solo que una sola madre no nos podría

aguantar. Siempre nos apoyamos en todo lo que

necesitemos y somos muy unidas, también tenemos mucho

en común y compartimos muchas cosas como los gustos en

películas, comida, ropa, colores, niños y millones de cosas

más; por eso nos podemos llamar mutuamente mejores

amigas. A ella le gusta Emilio, un niño que vive en mi

edificio y a mí me gusta Gus que casualmente también es

vecino de ella.

Un día Aranza llegó muy triste a la escuela, casi llorando, y

obviamente yo le pregunté qué le había pasado y ella no me

podía decir de tanto que lloraba. En el momento que se

calmó, muy triste me dijo "Me voy a cambiar de escuela" y

yo al principio no lo podía creer; al pasar los segundos me

empecé a dar cuenta de que nuestra amistad iba cambiar

un poco, pero sin duda no dejaríamos de ser amigas.

Cuando me lo dijo no tuve tiempo de ponerme triste, en ese

Page 17: La literatura y lo que nos gusta antología

mismo momento comenzamos a planear qué días nos

íbamos a ver, qué tan seguido, en

dónde y cosas por el estilo, para poder conservar nuestra

amistad justo como estaba.

Pasaron los días y finalmente llegó el último día de clases;

las dos sabíamos que iba a pasar a partir de ese día, pero ya

teníamos el plan para seguirnos viendo. Una vez a la

semana íbamos a ir a comer a algún lado o al cine y una vez

al mes invitaba a la otra a dormir a su casa. Al empezar el

nuevo año escolar el primer mes fue justo como lo

planeamos, pero al pasar las semanas se iba complicando

cada vez más; además, a mi parecer Aranza había cambiado

mucho desde que éramos mejores amigas, se

volvió...diferente. Tenía unas nuevas amigas que, en mi

punto de vista, eran mala influencia para ella.

Un día fuimos a comer cerca de su escuela después de no

habernos visto durante seis meses. Ella estaba muy

diferente tanto física como emocionalmente, se pintó el pelo

y se perforó la nariz y la boca. Ella hablaba conmigo como

si fuera solo una niña más de su anterior escuela, sin

importancia y en ese momento, cuando yo trataba de saber

cómo había estado, ella explotó; recuerdo sus precisas

palabras "Ya déjame en paz, ¿para qué quieres saber que es

de mi vida si hace tanto que no nos vemos? Creo que ya es

hora de que te diga lo que he pensado desde hace mucho

tiempo, solo era tu amiga por lástima; la verdad, nunca me

caíste bien, yo solo te veía sola todos los días y me diste

mucha lástima, entonces me acerque a ti. Nuestra amistad

no fue nada más que una obra de caridad por parte mía". Al

acabar de expresarse dio un sorbo de su agua y esperó

impaciente mi respuesta. Yo, la verdad, no quise responder

a algo así, ya que al final era su decisión y lo que más me

asombró fue que cuando la conocí era una niña dulce y

respetuosa; creo que me equivoqué y ya he conocido a su

verdadero “yo”. Es ese momento simplemente me paré y le

Page 18: La literatura y lo que nos gusta antología

dije "Una amistad que terminó, es una que nunca empezó" y

me fui muy tranquila pensando que el que perdiera una

"amiga" como ella fue una cosa muy buena, ya que no podía

seguir hablando y viéndome con alguien que no me quiere

cerca y nunca me quiso. Nuestra pelea obviamente me

afectó pero yo estaba decidida a comenzar un nuevo

año escolar con toda la energía y disposición, pero había

algo con mí que no contaba, Aranza regresó a la escuela.

El primer día ni nos volteamos a ver, fue en el segundo día

cuando todo quedo claro entre nosotras, ella se acercó a mí

y me dijo "Obviamente no vengo a disculparme o a intentar

reconciliaros, lo contrario, vengo a decirte que por favor no

me hables y sé que es difícil para ti, pero has como si nunca

nos hubiéramos conocido y mucho menos ser mejores

amigas" y yo simplemente acepté y seguí con mi vida con la

pequeña herida en mi corazón que sé que con tiempo

sanará y olvidare todo lo que pasó.

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LA GRAN AVENTURA DE UN PEQUEÑO INVENTOR

POR R. KELLER99

Me he despertado, y me di cuenta de que toda mi vida ha

sido un completo caos; ahora estoy confundido y realmente

no tengo idea de lo que he vivido, lo que he soñado, y lo que

ha ocurrido; todo a mi alrededor parece tan diferente, y

todo cambió desde que abandoné mi vida por esa

oportunidad que mis padres me dieron hace 15 años: la

oportunidad de estudiar, lo cual fue imposible para ellos.

Todo empezó una mañana de octubre, estaba caminando

por las calles de mi pueblo natal, un pueblito muy bonito,

algo pequeño, pero tenía senderos muy estrechos y

hermosos, típicos de las ciudades europeas. Mis mejores

amigos Miguel y Sara me acompañaban, nos estábamos

divirtiendo mucho; nos gustaba ir saltando por las

montañas de hojas que se juntaban de los árboles. Todas las

tardes me la pasaba jugando con ellos, eran una parte

importante de mi vida, pero todo iba a cambiar. Este fue el

día en que comprendí que iba a abandonar a mis amigos y

familia; iba a recorrer el mundo en un barco, nunca había

escuchado de algo parecido, pero al parecer todo era tan

diferente, que parecía un mundo nuevo.

Yo estaba acostumbrado a estar en mi casa, o en el pueblo

con mis amigos, siempre buscando nuevas aventuras y

diversiones, y al caer la noche, esperaba impaciente el

regreso de mis padres; ambos trabajaban para una señora

que venía de Italia, Aurora Viesi, y aunque no le gustaba

hablar con las personas, era muy generosa, y siempre me

apoyó. Ella fue la que pagó mis estudios, y fue por ella por

la que me fui.

Page 21: La literatura y lo que nos gusta antología

Mi último día con mis amigos fue el más triste de toda mi

vida, pero también el más alegre, pues nos la pasamos todo

el día recorriendo en bicicleta el pueblo, y al anochecer,

estuvimos Sara, Miguel y yo en un lago secreto, que se

encontraba entre un bosque donde nadie solía entrar pues

se contaban historias sorprendentes de este maravilloso

lugar; ahí empezamos a inventar historias de miedo, y

durante gran parte de la noche, estuvimos platicando de

todas las aventuras y locuras que habíamos vivido juntos,

pero luego tuvimos que regresar a mi casa, donde mi

familia había preparado una cena sorpresa.

El día siguiente me despedí de mi familia y me llevaron en

una camioneta al puerto, de aquí zarpamos noventa y nueve

niños, y diez maestros, a parte de la tripulación; nos dieron

un recorrido por la nave, y al final nos llevaron a nuestras

habitaciones. Nos habían dividido por parejas, pero de

casualidad, no me tocó con nadie. Algo muy sorprendente

para mí era que mi cuarto era más grande que el que tenía

en mi casa; mi casa era muy pequeña, pero cómoda, aunque

durante los largos y helados días de invierno, teníamos que

dormir cerca de una chimenea.

Durante las primeras semanas no hablaba con nadie,

extrañaba a todos mis amigos, y no parecía encajar en ese

barco, las clases iban a empezar en cuatro días y seguía

solitario. Todos se veían muy felices, pero nadie buscaba

nuevos amigos, ahí la mayoría pertenecía a familias un

tanto peculiares.

Una noche, decidí salir del barco y me encontré con un

niño, era menor que yo, y estaba viendo el reflejo de la luna

llena en el mar, me acerqué y decidí hablar con él, me la

pasé muy bien, y le pregunté su nombre, a lo que no me

respondió, pero se me hizo un poco normal, era muy tímido.

En las clases no dejaba de ver el reloj para salir y jugar con

él, al parecer era el único que me entendía, nadie más me

conocía, y no me interesaba; sin embargo, una noche, una

Page 22: La literatura y lo que nos gusta antología

tormenta eléctrica nos despertó, y todos salimos a

refugiarnos a un lugar cerca del cuarto de máquinas, lo

último que recuerdo es al director pidiendo un equipo de

rescate y a muchos niños espantados, después de eso no

recuerdo lo que ocurrió…

Desperté en una isla desierta, donde me encontraba con

cinco compañeros y un maestro, al parecer el barco se

hundió, y solo sobrevivió la mitad de la tripulación, de los

cuales nos dividieron en grupos para buscar ayuda, refugio

y comida; nadie fuera del barco

supo del hundimiento, estaba muy preocupado por mi

amigo, de hecho fue en él en lo único que pensé durante la

próxima semana, pero aproveché para platicar y hacer

nuevos amigos. No abandonamos la playa en ningún

momento, por si divisábamos algún barco a lo lejos; lo único

que comíamos era pescado, y cocos, fueron semanas

difíciles, pero pudimos hacer un refugio con algunos

troncos caídos y unas cuantas hojas de las palmeras.

Decidí empezar a inventar objetos con los materiales que

tenía, empecé a hacer lanzas, y diversas trampas para

animales, y cada vez mi imaginación me llevó a otro nivel,

durante este tiempo conocí a una persona, se llamaba

Miranda, para mí era muy especial y se convirtió en mi

mejor amiga, era la única que realmente me entendía y me

comprendía, y fue quien me apoyó a crear y perfeccionar

mis inventos; no solía prestar mucha atención, pero era

exactamente lo que necesitaba. Muchas veces las personas

que más saben, son a las que más trabajo les cuesta

responder a una pregunta simple, ya que pueden llegar a

tener miedo a equivocarse, o simplemente buscan

impresionar al mundo con sus ideas, pero ella era diferente.

Pasó un año antes de que regresaran los distintos grupos

que se fueron a buscar ayuda, sólo vi a tres de estos

grupos, los demás al parecer no lograron sobrevivir; fue

una época difícil, pero mis inventos nos ayudaron mucho,

Page 23: La literatura y lo que nos gusta antología

me gustaba imaginar que podía crear una civilización, con

lo que tenía en mis manos, y todo en nuestro pequeño

campamento se fue haciendo más complejo y “tecnológico”,

hasta donde podía.

Durante todo este tiempo, algunas noches seguía sin poder

dormir, y empecé mi más importante construcción, era un

tanto secreta y nadie conocía de ella, pero para mí fue un

proyecto muy especial, tenía un objetivo, y era que cada día

que estuviera paseando por la isla tenía que encontrar algo,

con lo que iba a mejorar mi proyecto, era una sorpresa que

quería hacerle a Miranda, y estuve ocultándoselo por más

de dos años.

Como yo era el que inventaba todo lo que se utilizaba en

nuestro campamento, tenía total acceso a todos los

recursos, y debo de ser sincero, lo mejor siempre se lo di a

ella, y a mi mejor amigo, aunque sólo pude convivir con él

el primer año porque cuando los otros grupos regresaron

de su larga expedición por la isla, un par de niños se

metieron al agua, y al ver que se los empezaba a llevar una

corriente, nadó a salvarlos, pero ya no supe más de él;

estuve muchos días deprimido por él, a veces pensé en ir a

buscarlo pero era un tanto difícil, tuve que seguir adelante;

todos dependían de lo que hacía y de mis ideas de

supervivencia, ya que sin ellas no podrían cazar, o

refugiarse.

De vez en cuando solía recordar mis aventuras en el pueblo,

muchas de ellas eran realmente divertidas, y desearía

poder seguir estando con Miguel y Sara, una vez decidimos

recorrer el pequeño país en el que vivíamos sólo con

bicicletas y un poco de comida, nuestro viaje duró siete

días, aunque no paramos en ningún momento más que para

acampar y para almorzar. A la mitad de nuestro viaje,

decidimos ir a la playa, donde estuvimos platicando a la luz

de la luna, y dormimos, hasta que al día siguiente continuó

nuestro recorrido, nosotros éramos muy aventureros.

Page 24: La literatura y lo que nos gusta antología

Al paso del tiempo, yo me empezaba a dar cuenta de que

nadie iba a venir por nosotros a esta isla desierta, nuestra

única esperanza era ir a buscar una civilización, y teníamos

que idear algo rápido, los recursos empezaban a escasear,

aunque nadie se daba cuenta.

Durante mucho tiempo tuve sueños muy extraños, la

mayoría de ellos trataban de mis amigos y mi familia, de

mis conocidos, y de mi antigua vida, todo parecía haber

cambiado, ahora no tenía una cama donde dormir, una

buena forma de alimentarme, una calle tranquila donde

andar en bicicleta, todo en mi vida había cambiado, y ahora

me tenía que preocupar por buscar maneras cada vez más

eficientes de supervivencia.

Pienso que yo pude hacer todos estos cálculos, y crear

todos los instrumentos e inventos, por el simple hecho de

que era muy

observador, tenía una gran imaginación, y siempre veía más

allá de lo común, aproveché cada clase que tuve y las ponía

en práctica día a día, aunque algunas realmente no me

fueron tan útiles.

Mi novedoso proyecto se puso en marcha a los pocos días,

íbamos a construir un par de naves, lo suficientemente

resistentes, para poder navegar durante algún tiempo,

aunque también tenían que poder ser fáciles de maniobrar,

todo lo que hice antes era nada comparado con este

proyecto, aunque íbamos a utilizar todos los recursos

existentes.

Llegó el gran día en el que íbamos a zarpar, cada nave la

iba a maniobrar un maestro, y yo fui el responsable de

crear las tripulaciones de ambos barcos, por obvias razones

decidí que me iría con Miranda, en la embarcación más

grande, pues en ese momento también cargué una serie de

inventos, incluyendo la sorpresa que le llevaba haciendo

por años; al principio, todo parecía fluir como se esperaba,

pero al paso de los días, no había señales de tierra firme,

Page 25: La literatura y lo que nos gusta antología

cada vez me desorientaba más y trataba de animarme

acabando mi proyecto secreto.

Algunos días visitaba la otra embarcación para ver qué era

lo que les hacía falta, pero cada vez las personas se

preocupaban más, nos estábamos quedando sin comida ni

recursos, y no creí que fuéramos a durar mucho más, y

cada vez iba pensando más en una manera de llevar a

Miranda a tierra firme. Después de varias semanas

navegando, nos habíamos quedado sin ningún recurso,

estábamos agarrando partes del barco, destruyéndolo a la

vez, en ese momento supe que no volvería a ver a mi familia

y amigos, lo único que deseaba era estar con Miranda el

mayor tiempo posible, y se me ocurrió una idea, era el

momento de enseñarle mi gran proyecto, la sorpresa más

grande que le había dado para ese entonces; me arme de

valor y la llevé a ver lo que le había construido, cuando lo

vio no paró de sonreír, al parecer le gustó mucho, y logré

ajustar un poco algunas cosas, para crear nuestra única

esperanza, era un bote, lo había construido desde el

principio por si en algún momento teníamos que escapar de

la isla, y me lo traje,

al ver que había la posibilidad de que no llegáramos en las

embarcaciones que había construido.

Este era un bote pequeño, para tres personas, realmente no

sé porque lo hice así, pero era nuestra única esperanza;

todo el interior del bote tenía muchos detalles, ya que todos

los días encontraba algo para este; esta era nuestra

oportunidad, pero el único problema es que al ser para sólo

tres personas, si alguien se daba cuenta, iba a empezar el

caos, tendría que idear un plan y rápido.

A las pocas horas, ya había juntado a todos en la proa de

ambas embarcaciones, y les mencioné que íbamos a hacer

un viaje en el cual tendría que escoger a 2 personas, para

buscar ayuda, al ser un bote pequeño, podíamos navegar

por el agua más rápido, aparte de que la manera en que

Page 26: La literatura y lo que nos gusta antología

había construido el bote era distinta, y también nos

ayudaba. Mientras no estaba, les pedí que de las dos

embarcaciones, construyeran y arreglaran una, la que

estuviera en mejores condiciones, para que todos pudieran

irse en ella, y resistir un poco más de tiempo, claramente

este era un plan de emergencia, y también les dejé todos

mis planos, e ideas con ellos, para que pudieran ingeniar

nuevos sistemas de pesca, entre otras cosas.

Partimos al día siguiente, decidí irme con mi amiga, y un

compañero, que era muy valiente, y sabía reaccionar bien

ante todas las situaciones; entonces mi pequeño equipo de

tripulantes era muy valiente e ingenioso, lo que también

ayudó a que al poco tiempo encontráramos tierra firme: un

pequeño puerto, donde no entendía nada de lo que decían

los carteles, habían muchas personas, pensé que aunque

fuera nuestra única esperanza, iba a ser un caos encontrar

a alguien que hablara nuestro idioma.

No pasó mucho hasta que alguien nos entendió, y logró

respondernos, era un señor un poco grande, nos preguntó

porque nos encontrábamos en esa ciudad, y al contarle la

historia se sorprendió mucho, y rápidamente nos dirigimos

con los reyes del reino, el cual nos dijo que podíamos tomar

las tropas que fueran necesarias para traer de vuelta a

nuestros compañeros, siempre y cuando al menos la mitad

de los sobrevivientes trabajaran para él, fue una decisión

un poco difícil de

tomar, pero era la única manera de salvarlos, entonces

aceptamos el trato, y fuimos en busca de la embarcación;

habían pasado dos días desde que nos despedimos de

nuestros amigos, y pasaron dos días más hasta que

divisamos a lo lejos un pequeño bote, que no se parecía en

nada a lo que había construido, eran los restos de una de

las embarcaciones; decidimos dividirnos lo suficiente, como

para poder ver todos los alrededores, pero no nos quisimos

separar mucho, porque no nos íbamos a poder encontrar.

Page 27: La literatura y lo que nos gusta antología

Por fin la mañana del cuarto día vimos trozos de madera en

el mar, todos se concentraban en un área un tanto grande,

y al seguir buscando, encontramos a la mayoría de los

tripulantes de ambas embarcaciones, y fue justo a tiempo,

porque según mis cálculos no iba a aguantar el peso, y

seguramente se iba a hundir, de regreso al pequeño reino;

les empecé a decir que tendríamos que trabajar para la

corte, ya que ese fue el trato que habíamos hecho, todos se

desilusionaron un poco, pero al final iban a regresar a la

civilización. Al llegar con los reyes, y cuando ellos vieron

que la mayoría eran niños, o jóvenes, decidió dejarnos ir, y

pidió a los tripulantes de sus naves que nos regresaran al

puerto del cual hace unos cuantos años habíamos zarpado.

La noticia llegó a cada costa, en todos los periódicos, esta

fue la noticia principal “Náufragos regresan con sus

familias, después de haber vivido más de tres años en una

isla desierta sobreviviendo al hundimiento de su nave”.

Se hizo una serie de funerales para recordar a nuestros

compañeros fallecidos, y todos habían regresado con sus

familias, todos menos yo, pues no recordaba nada de mi

hogar, sólo tenía recuerdos un poco difusos de mis padres,

y de mis antiguos amigos, Miranda me invitó a vivir con ella

y su familia, pero para mí fue un tanto extraño y difícil el

tener que adaptarme, no dejaba de pensar en mi pasado, ni

en el futuro.

Ahora después de quince años de regresar a la civilización y

de vivir con la familia de mi futura esposa, he decidido

enviar esta historia a

todos los periódicos del mundo, para reencontrarme con mi

familia, y ver de nuevo a mis antiguos amigos, Miguel y

Sara.

 

 

Page 28: La literatura y lo que nos gusta antología
Page 29: La literatura y lo que nos gusta antología

HUESOS

POR YO SOY

Cuando la lluvia comienza a caer sobre el techo encima de

mi cabeza, pienso que ya es tarde; sé que pasan apenas de

las seis, pero, igual que los últimos días, el sueño comienza

a ganarme y el peso de mis párpados cierra mis ojos poco a

poco.

Apuro los últimos tragos a mi taza de té y subo

pesadamente las escaleras; a medida que subo, el aire me

parece menos denso, y me siento libre de nuevo, pero sé

que si bajo el sueño me atacará, como ya ha sucedido.

Entro a mi cuarto, tomo el periódico de mi mesita de noche

y me acuesto en mi cama, hasta quedarme dormido.

Me encuentro en un bosque en el que no veo color. Las

hojas y ramas de los árboles evitan que entre si quiera un

rayo de luz. Un cuervo negro pasa volando por encima de

mí. Me doy cuenta de algo: no puedo oír. Continuo el

camino, y entre más avanzo un sentimiento de asfixia

comienza a nacer en mí. Trato de parar, pero mi cuerpo no

me obedece, y entonces puedo escuchar, no todo, solo el

sonido de agua goteando.

Despierto sobresaltado, cubierto de un sudor frío.

–Es solo un sueño – me digo –; sí, un sueño, otra vez.

Al amanecer, bajo deprisa las escaleras, tomo un pedazo de

pan y distraídamente comienzo a mordisquearlo. Paso junto

al perchero, tomo mi chamarra sin detenerme, abro la

puerta y le doy la bienvenida al nuevo día.

La gente va de un lado a otro, como un día normal. Aún las

calles están húmedas por la lluvia y el aire frío me golpea

en la cara. Me ajusto la chamarra y comienzo a caminar. No

Page 30: La literatura y lo que nos gusta antología

tengo pensado un lugar a donde ir, solo dejo que mis pies

me lleven a lo desconocido.

Me gusta caminar por las calles en la mañana. Se puede

apreciar el olor del pan recién hecho de la panadería de

Don Mere, el sonido de los

pájaros que acompañan al aire, los colores de las flores en

el jardín de la señora Juana, y una horrible sensación de

unos ojos clavados en mi espalda, como cada día. Siento

que el pelo de la nuca se me eriza, alguien me está

observando. Tengo un par de ojos fijos en mí, no se de

quienes son, y presiento que no son los ojos más amigables

que he conocido.

Finjo no haberlo notado y, discretamente, observo a mí

alrededor; hago como que miro los productos a través del

vidrio de la tienda de enfrente. Entonces lo veo, entre dos

casas calle abajo, un hombre de baja estatura, encapuchado

y recargado en la pared del callejón. Recibo un sentimiento

tenebroso que emana de él.

Me quedo congelado. No puedo verle la cara, pero puedo

jurar que me está sonriendo. El hombre se da la vuelta y

entra aún más en el callejón. Tardo unos segundos más en

reaccionar, pero logro correr tras él.

El hombre es más rápido de lo que parece y salta los

obstáculos con agilidad; corremos unos minutos, hasta que

entra a un bosque extraño que parece no tener vida. Yo me

quedo parado antes de dar el paso hacía dentro y continuar

con la carrera, pero pronto me detengo a recuperar el aire.

Esa pequeña pausa es suficiente para que el entorno me

recuerde a mi sueño. Me cuesta respirar y me siento cada

vez más pesado, aun así sigo avanzando. Son los minutos

más largos de mi vida, me invade la desesperación.

Comienzo a correr, apartando las ramas que estén en mi

camino, y siento que este bosque nunca terminará… Un

Cuervo negro pasa revoloteando por el aire; me temo lo

peor y empiezo a escuchar el sonido de agua goteando.

Page 31: La literatura y lo que nos gusta antología

Me detengo en seco. El miedo me invade, ¿es un sueño? no

lo creo. El sonido se vuelve más fuerte, y escucho pasos

sobre hojas secas un poco más adelante. Me preparo y salto

hacia delante. Acabo en un claro pequeño, el cielo y la luz

son aún más grises. El suelo está cubierto por hojas secas

de otoño, tanto ellas como el resto de paisaje se ve gris. No

hay nadie ahí, pero alcanzo a ver algo en el centro. Avanzo

con cuidado, y al llegar me encuentro con un hueso limpio y

blanco junto al cadáver

de un cuervo. Eso es demasiado para mí, y corro de regreso

tan rápido como me lo permiten mis piernas.

Al llegar a casa, sin hacer nada más, voy directo a mi cama

e intento conciliar el sueño. Pasan muchas horas, desde la

mañana hasta la noche para lograrlo. Solo duermo unas

cuantas horas y despierto muy de madrugada. Me visto,

tomo un pan, mi chamarra y abro la puerta. Ahí, frente a

mis ojos, en los escalones que conducen a la calle descansa

el cuerpo sin vida de un cuervo negro, con un hueso blanco

clavado en un costado. La sangre que corre escalones abajo

es demasiada como para ser de un solo cuervo.

El miedo vuelve a mí y regreso a mi cuarto a toda prisa. Me

cubro hasta la cabeza con las sábanas esperando lograr

dormir. Dentro de mi cabeza puedo escuchar voces que me

suenan familiares, escucho sus lamentos, pero son todas

confusas y no se distingue muy bien lo que dicen. En eso,

las voces paran y escucho un goteo proveniente del sótano.

Esto tiene que terminar. Tomo el palo de una escoba y bajo

lentamente.

Cuando se acaban las escaleras, la puerta que da al sótano

se me hace más grande y tenebrosa de lo normal, un aura

oscura y de aire espeso la rodea. En cuanto la abro, un

horrible olor sale del cuarto. Me tapo la nariz y entro.

Ahí, en el sótano en donde solía guardar las cosas que

durante mi vida iba dejando sin uso, el escenario es

increíble. El piso está lleno de cuerpos muertos de cuervos.

Page 32: La literatura y lo que nos gusta antología

Sobre ellos, están colgados los cadáveres ensangrentados

de los habitantes del pueblo. Todos ellos, cuervos y

personas, tienen huesos clavados.

Me doy la vuelta para correr, veo al hombre encapuchado

en la puerta. Saca un hueso de su bolsillo y se acerca a mí

lentamente. Tengo tanto miedo que no reacciono hasta que

siento que mi piel del brazo derecho se desgarra por el

contacto con el hueso. Retrocedo y, después de pensármelo,

me abalanzo sobre el hombre. Rodamos por el suelo, nos

empapamos con la sangre. Después de unos segundos

logramos

separarnos, le doy un puñetazo en la cara que lo deja de

espaldas a mí y se le cae la capucha. Se voltea lentamente.

Me quedo mirándolo boquiabierto, conozco esa cara, es la

mía.

Nos quedamos observándonos mutuamente, luego el

hombre me apuñala con el hueso. Siento como me abre la

carne y pasa entre mis costillas con un rechinido. La cara

del hombre muestra una mueca de dolor, como si hubiera

sido él quien recibió la apuñalada.

Cuando siento que estoy a punto de morir, mi alma

abandona mi cuerpo y entra en la de aquel hombre. Ahora

soy yo el encapuchado, pero no puedo controlar sus

movimientos. Tomo el hueso como si fuera un cuchillo, y

empiezo a mutilar mi antiguo cuerpo que, por raro que

parezca, sigue vivo. Sus gritos desgarran el aire, al mismo

tiempo que yo también siento el horrible dolor. Quiero

llorar y parar, pero no puedo. He perdido el control.