mitcham, carl - para comprender ciencia tecnologia y sociedad

287

Upload: keines-alexander-reverol-pietrosemoli

Post on 24-Jul-2015

172 views

Category:

Documents


3 download

TRANSCRIPT

Page 1: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad
Page 2: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad
Page 3: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad
Page 4: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

Prólogo

E ste libro se dirige a todos aquellos interesados en el análisis y la críti­ca de las relaciones entre la ciencia. la técnica y la diversidad de las

formas de vida socioculturales -temática que con el paso de los años havenido a denominarse estudios en Ciencia, Tecnología y Sociedad (CTS)-.Este trabajo posibilita el enlace de las cuestiones más clásicas y tradiciona­les con las últimas innovaciones en este terreno. A pesar de que esta obra hasido redactada por diversos autores, a fin de que cada sección fuese abor­dada por especialistas competentes en su materia, todas las contribucionesse han hecho expresa y originalmente para un plan de investigación inéditoy unitario. El resultado ofrece un texto especializado y riguroso. pero, a lavez, accesible para un amplio público que esté dispuesto a tomarse conseriedad tales propuestas. Asimismo, el libro plantea los campos más sobre­salientes de los estudios CTS de una manera sencilla y clara, de manera quesea una herramienta útil tanto para la enseñanza secundaria como para lacultura universitaria o para personas con preocupaciones en este tipo dereflexiones.

He aquí los criterios detallados de la planificación y diferentes partes dellibro, a modo de guía para su lectura:

Introducción. Carl Mitcham (Universidad de Pennsylvania). con unaamplia experiencia en este campo, tanto en libros generales sobre la filoso­fía de la tecnología como en exhaustivos trabajos bibliográficos, expone unpanorama teórico general de estos estudios, así como su característica másdefinitoria, la interdisciplinariedad, de la cual es buena muestra el presentelibro.

ParteI: La educación en los estudios CTS. Leonard J. Waks (Universidadde Temple, Philadelphia), gran especialista en la pedagogía de los estudiosCTS, presenta sucinta y nítidamente los objetivos y actitudes educativaspara los estudios CTS en la enseñanza secundaria. Su trabajo desarrollatoda una filosofía de la educación, como criterio fundamental para los edu­cadores de secundaria: actitudes del profesorado, metodología, y activida­des. Asimismo incide en la relación entre el aula y la comunidad. En elmismo capítulo se incluye la aportación de Stephen H. Cutcliffe (Universi­dad de Lehigh), una comparación entre el desarrollo de la sensibilidad de

PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNowclA y SOCIEDAD 5

Page 5: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

los prognllnas CTS en Estados Unidos -ptonero rodtscurtb! .. de estos '-'<;1U­dios- y la creciente tn.portancia de dichos estudios y programas en Europa.así corno su imbricación en Esparta.

Parle 1/: Historia de los estudios CTS (historia, pensamiento, economía ysociologia], Con este apartado. se ofrece un resumen de los tópicos y auto­res clásicos de la historia, del pensamiento, de la economía y de la sociolo­gía en lomo a la temática CTS. En este caso, el grupo ha estado compuestopOI' Andoni Alonso (Universidad del Pats Vasco). José Maria Cabo Airas(Universidad del Pais Vasco), tgnacío Ayestarán Uriz 1 (Universidad del PaísVasco), Javier Echevcn-ía (Centro Superior de Investigaciones Científicas),CarlMitcham (Univcr-...idad de Pennsylvama), Juan Bautista Bengoctxea(Universidad del País Vasco), Cristóbal Torres (Universidad Autónoma deMadrid), José A. López Cerezo (Universidad de Oviedo). José Luis Luján(Universidad de Valencia) y Marta 1. Gonzalez García (Universidad de Min­ncsota).

Parte 1U: Apartados metodolágicos. Con este apartado, se quiere familia­rizar al lector con la metodología práctica para la confección de estudiosCTS. Hemos decidido presentar casos poco conocidos debido a su dificultado a su carácter innovador y creativo, que los hace más valiosos, alejándonosde vías más transitadas y por ello más fáciles de encontrar en la literatura aluso. En cualquier caso. cierto es que nos hubiera gustado incluir algún temaadicional que por condicionamientos físicos nos ha sido imposible hacerlo.Igualmente cierto '.'5 tIue ot1"OS ternas, que se suponen deben de estar en lostratados CTS, no han sido tenidos en cuenta por su nulo interés emancipa­dor y porque, pese a estar de moda, estamos seguros de que en un breveperíodo de tiempo desaparecerán como gotas de lluvia en el mar de la obso­lescencia.

Partiendo de las grandes corrientes de estudios. Javier Echeverrta (Cen­tro Superior de tnvesttgacioncs Cíenríficas) examina las tecnologías simbó­licas; Ignacio Aycstarán Ur¡z (Universidad del País Vasco) estudia, de unlado, las tecnologías del yo y el secuestro de la experiencia en la moderni­dad, y de otro lado, las alianzas del Estado militar con el desarrollo científi­co y tecnológico; Bruno Amoroso (Universidad de Roskilde) explica la rela­ción entre desarrollo tecnológico y organizaciones económicas; Iñaki Arzoz(artista) presenta la situación del arte y de la tecnología ante el fin del mile­nio. quien además ha aportado su visión crítica y su inquietante plástica dela técnica al confeccionar las ilustraciones de este volumen; José A. LópezCerezo y José A. Méndez Sanz (Universidad de Oviedo), muestran formas departicipación ciudadana en la tecnología; Pau] T. Durbin (Universidad deDelaware) pergeña los problemas de la transferencia tecnológica entre lospaíses en vías de desarrollo y los países industrializados, en especial con elcaso de Hispanoamérica.

, Este autor agradece a las ciudadanas y ciudadanos de Euskal H"ITia la ayuda económi­ca recibida median re el Gobierno del País Vasco (BFI93.018)

6 PARA COMPRENN'l{ Clf'.NCfA, TH'NOLOC/A l" SOCl"DAD

Page 6: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

Epílogo: Como fina! del libro y recapitulación, Wieber E. Bijker (Univer­sidad de Límburg). un pionero clásico y gran conocedor de los estudios CTSactuales, analiza el futuro de los estudios CTS. abriendo posibilidades paradesarrollos ulteriores.

Con ello, esperamos haber ofrecido a la lectora y al lector una guía com­pleta y detallada para adentrarse en el laberinto de nuestra época yenfren­tarse al minotauro del desarrollo científico y tecnológico.

Los CoordinadoresIruña, Julio de 1996

PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLocfA y SOCIED,tD 7

Page 7: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

1

Los estudios de ciencia,tecnología y sociedad.

Una introducción conceptual!Carl Mitcham

L OS estudios de las relaciones entre CienciaTecnología y Sociedad -de forma abreviada

CTS-- no son nuevos, aunque en décadas recienteshan tomado un cariz completamente inédito. Desdeluego, existen discusiones actuales de gran impor­tancia acerca de cuál sea la función y el contenidopreciso de estos estudios. En esta introducción sevan a entender dichos estudios en su más amplio yaglutinante sentido. a fin de proporcionar un análi­sis de las ideas de fondo que existen en todas susvertientes, esto es, tanto respecto a la educación, ala investigación y a la acción social.

A fin de comprender todo lo que se puede incluiren los estudios actuales de CTS resulta provechosodistinguir dos lapsos temporales; uno inmediato yotro en un tiempo más lejano. El nivel inmediatomuestra que los estudios CTS comenzaron en Nor­teamérica y Europa durante los años sesenta y se­tenta, como una reconsideración crítica del papelde la ciencia y la tecnología en la sociedad. Éste fueel período de la firma del tratado de limitación depruebas nucleares, del comienzo de los movimien-

1 Traducción de Andoni Alonso.

tos medioambientales actuales. y de la crítica aca­démica a la tradición positivista de la filosofía de laciencia. Hay que señalar. en este orden de cosas, laaparición de dos libros, tempranos -publicados am­bos en 1962- y de considerable influencia, comoson Silent Spríng de la bióloga naturalista RachelCarsons y La estructura de las revoluciones cientííi­cas del físico e historiador de la ciencia ThomasKuhn. Que dos obras tan dispares pudieran, a pesarde su disparidad, alimentar la corriente de acción yreflexión de los estudios CTS, es parte de su signifi­cativa historia.

Sin embargo, de hecho hubo dos vertientes delos estudios CTS: una fue su vertiente de movi­miento social y la otra como programa académico.La primera estaba constituida por grupos de interéssolapados entre sí y de múltiples tendencias en es­trecha relación con la reivindicación social-esto es,entre otros se contaban activistas de los derechosciviles. abogados de consumidores y de grupos pa­cifistas. ecologistas-, mientras que la segunda ver­tiente servía como un suave aglutinante para lo quepodría denominarse como la enseñanza e investiga­ción de las cuestiones públicas en el ámbito univer­sitario -compuesto por científicos. ingenieros, so­ciólogos y humanistas-o De esta manera, algunos

PARA COMPRENDER CIENC/A. TECNOLocfA y SOCIEDAD 9

Page 8: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

criticaban la ciencia y la tecnología, otros critica­ban la falta de conocimiento sobre estos campos enla sociedad, otros pretendían formar a científicos eingenieros en la responsabilidad social; otros trata­ban de lograr que los clenuficos e ingenieros socia­les tuvieran una mejor compresión sobre lo que eraen realidad la ingeniería y la ciencia. Por esta razón,en ambas vertientes de los estudios CTS. tal comose les denominó ya por entonces, supuso un debateesencial entre ciencia, tecnología y sociedad.

Este debate tuvo su impacto socia! y académicomás profundo a Iínalcs de los sesenta y principiosde los setenta. En los Estados Unidos, se pueden verejemplos de esto en la creación de la Agencia deProtección del Medio Ambiente (1970) o la Oficinadel Congreso para el Asesoramiento Tecnológico; enEuropa el establecimiento de las «tiendas de cien­cia» de Noruega y la formación de los partidos «ver­des» (especialmente en Alemania). En un plano in­ternacional. la reunión de la Conferencia sobre elEntorno Humano de las Naciones Unidas en Esto­colmo y la publicación del Informe del Club de Ro­ma sobre Los límites del crecimiento, ambos en1962, testificó más aún la acción pública y las im­plicaciones intelectuales en los ternas CTS. Prolon­gaciones en las décadas siguientes se pueden con­templar con la destrucción de la capa de ozono dela estratosfera por los agentes CFC (confirmada en1985 y que condujo a su supresión en el Protocolode Montrcai). la aparición de la retórica del desa­rrollo sostenido (Comisión Mundial sobre Medio­ambiente y Desarrollo, 1987), y la Cumbre de la Tie­rra en Río de Janctro. 1992).

El significado completo del debate de CTS, quese encuentra en el corazón de estos problemas y ac­ciones, sólo se puede comprender a través del am­plio horizonte histórico de las relaciones de la cien­cia, la tecnología y la sociedad en Occidente. Dichode una manera muy genérica; se pueden identificardos modos fundamentales de entender y elaborarlas relaciones CTS: una corresponde a la antigüe­dad y otra a los tiempos modernos.

El carácter díferenciador básico entre la formaantigua y moderna de entender las relaciones plau­sibles dc estos tres elementos se puede resumir enestas dos proposiciones para la antigüedad:

10 P.4.RA COMPRl'.NlJElI CIl'.NClA. Tl'.CNOLOG/A y SOCIRlJAD

- Prtrnera la ciencia y la tecnología han de se­pararse.

- Segunda: tanto la ciencia como la tecnologíadeben ser gobernadas y controladas por la so­ciedad.

. Respecto a la ciencia, hay que señalar que elIdeal de ésta era teorético. esto es, un conocimientocontemplativo y no el hacer práctico o productivo.A diferencia de los prejuicios modernos, ello no sig­nifica que la ciencia premoderna fuera ajena a lo ra­cional o lo deductivo. Aunque existía cierta prepon­derancia de las teorías matemáticas, y en especialde la geometría, muchos de esos científicos anti­guos eran observadores excepcionalmente precisosdel mundo, tal como se puede ver en la actual fiabi­lidad de los informes astronómicos premodernos yen la descripción de numerosos fenómenos biológi­cos. Pero estos científicos del pasado eran observa­dores, no manipuladores. Más aún, su conocimien­to estaba estrechamente ligado a disciplinas que sedirigían a la transformación personal, bien de índo­le filosófica o religiosa.

La ciencia y la tecnología no sólo debían sepa­rarse, sino que también debían ser limitadas por elestado. Tanto en la cultura griega y romana, el tra­bajo del artesano o del técnico era considerado ne­cesario, pero al mismo tiempo corno una amenazapara la consecución de la virtud personal y el ordensocial. y por estas razones, debía ser limitado. El es­tablecimiento de este punto de vista se puede retro­traer al mito de Prometeo, Ícaro y Hefesto. En laRepública de Platón, esta comprensión mitológicapermite la articulación racional de argumentos pa­ra mostrar cómo el artesano está necesariamentealejado de las realidades más altas. También paraAristóteles la política es el «arte supremo» que «or­dena lo que las ciencias deben estudiar» y «legislasobre lo que deben hacer y sobre (o que se debenabstener de hacer» 2. En el pensamiento clásico, porotra parte, la idea de actividad productiva no se re­fiere a la construcción de artefactos sino al cultivode la naturaleza; no a la tecnología, sino a la agri­cultura.

, Ética a Nicámaco, 1094a27·1094bS.

Page 9: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

Durante la Edad Media, la visión de las relacio­nes CTS se modificó, pero no de tal manera que al­terase su carácter previo. La ciencia y la tecnologíase concibieron como empresas básicamente separa­das, sujetas a una guía externa a ellas. Esta guíasimplemente consistió en un cambio de la política ala religión. del estado a la iglesia -aunque hay quematizar que en gran medida la religión ejerció suinfluencia como guía por medio de una políticatransformada por el cristianismo. El aspecto nor­mativo de las relaciones CTS ha de basarse, en mu­chos casos. a través de la historia factual. La cien­cia y la tecnología de hecho interactuaron confrecuencia, y ni la ciencia ni la tecnología sesubordinaron en todo momento al estado o a laiglesia. Sea como fuere, si se contemplan la genera­lidad de los casos, estas situaciones fueron excep­ciones o accidentes, antes que intentos premedita­dos. Y el consenso cultural aceptado mayoritaria­mente mantenía que ni la ciencia ni la tecnologíapodían estar adecuadamente situadas al margen ocon independencia de cualquier tipo de direcciónsociocultural.

Comparado con este momento, el acercamientomoderno a las relaciones entre ciencia, tecnología ysociedad supone una gran ruptura en la historia deOccidente. Esta ruptura histórica, y el nuevo modoesencial de ver el adecuado aspecto de las relacío­nes CTS, puede ser resumido de nuevo con estasdos proposiciones:

-Primera: la ciencia y la tecnología deben cami­nar conjuntamente y debe favorecerse su influen­cia.

-Segunda: la ciencia y la tecnología deben libe­rarse del control religioso y político. Esto es, la re­cientemente unida ciencia-tecnología. o lo que hoyen día se llama «tecnociencia» (vid. Bruno Latour,t 992). debe tener su autonomía cultural.

El célebre caso de Galileo ilustra perfectamen­te los dos aspectos cruciales de la transformaciónhistórica de la modernidad. Su ciencia sufre alte­raciones por el contacto estrecho de la tecnología,tanto por el uso de instrumentos como el telesco­pio, como por el empleo de métodos experimenta­les. Así, el conocimiento producido por la tecnolo­gía muestra asimismo los propios poderes tecno-

lógicos: así por ejemplo. la teoría novedosa por en­tonces de la caída de los cuerpos permite la fabri­cación de una artillería más eficaz. Añádase a es­to, desde luego, que la idea de que la investigaciónde Galileo hubiera de estar sujeta de algún modo ala opinión religiosa ha sido universalmente conde­nada.

Esta nueva perspectiva de las relaciones CTS seasocia asimismo con las nuevas discusiones sobrela influencia de la tecnología en los asuntos públi­cos. De acuerdo a estas discusiones, la tecnologíano puede considerarse ya como sólo necesaria enocasiones y peligrosa en algún momento. razón porla cual ha de estar controlada adecuadamente. Envez de esto. se mantiene que la tecnología es, en símisma. tanto una manifestación de la naturalezahumana y es esencialmente buena, como conse­cuencia. no es adecuado dejarla sujeta a cuales­quiera limitación sociocultural. sino que por contraha de promocionarse de forma generalizada tantopor la sociedad como por la cultura.

Las dos vertientes de CTS -como movimientosocial y programa académico- señalan al unísonohacia una reconsideración o puesta en cuestión dela perspectiva moderna sobre el papel de la cienciay la tecnología en la sociedad. Como movimientosocial, CTS pone en duda que el desarrollo tecno­científico sea siempre beneficioso para la socie­dad. Como programa académico, por una partecritica la idea de autonomía sociocultural. cuestio­nando si acaso la liberación de la tecnociencia detoda barrera sociocultural no supone crear una so­ciedad tecnocientífica, esto es, una sociedad y unacultura limitada por la ciencia y la tecnología. Porotro lado, los estudios STS suponen también unesfuerzo para infundir a esta nueva sociedad tec­nocientífica un conocimiento más profundo de laciencia y la tecnología en las que se apoya, a fin deque los ciudadanos de este nuevo orden sean ca­paces de ser participantes activos e inteligentesrespecto a las tomas de decisiones que afectan a suvida.

La matriz de las aproximaciones alternativas aCTS, tanto en la práctica como en la teoría pue­den ser perfectamente resumidos en la siguientetabla:

PARA COMPRENDER CIENCIA. TECNOLOGtA y SOCIEDAD 11

Page 10: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

Educación Gestióncientífica y tecnocientífica.tecnológica. Pro~ramasAnálisis de costo púb leos dede riesgo y política científicabeneficio de los y tecnológica.problemassociales.

Crítica de los Grupos de acciónproyectos sobre interesestecnocientfficos. sociales (protestaEstudios técnicos antinuclear;Lcientíficos de agrupaciones dea comunidad consumidores,tecnocíenufíca y acciónde la cultura. medioambiental.

etc.).

Apoyo a lafonnacióntecnocientífica

Crítica a laformacióntecnocientifica

Campoacadémico

Movimientosodal

BibliografíaCarson, Rachel. Silent Spring. Boston: Haughton Míffl¡n.

1962.

Kuhn, Thomas. The Structure of Scientiíic Revolutions.Chicago: University of Chicago Press, 1962.2." edición,1970.

Latour, Bruno. Science in Action: How to Follow Scientistsand Engineers through Society. Cambridge, MA: Har­vard Uruversity Press, 1992.

Meadows, Donella, Dennis Meadows, Jorgen Randers.and William Berends III. The Limits to Growth: A Re­pon [or the club ol Rome on the Predicament of Man­kind. Nueva York: New American Llbrary. 1972.

12 PARA COMPRENDER CIENCIA. TECNOLOG1A y SOCIEDAD

Page 11: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

2

Un campo interdisciplinar:la historia, filosofía, economía y sociología

de la ciencia y la tecnología 1

Carl Mitcham

L a época moderna comienza con el esfuerzodurante el Renacimiento, de relacionar cíen­

da con tecnología; procurar conocimientos científi­cos con medios tecnológicos para crear un conoci­miento que es en sí mismo, un medio para el podertecnológico, y liberar la tecnociencía de toda cons­tricción política o religiosa. La construcción socialde la «república de la ciencia» internacional tienelugar simultáneamente con la construcción políticade un mercado global para la tecnología.

Estrechamente relacionado con la descontextua­lización de la tecnociencia de su mundo vital tradi­cional, se encuentra la emergencia de una serie dedisciplinas epístémicas y pragmáticas. Esta emer­gencia, que constituye una articulación partícualí­zadora del nuevo mundo tecnocientffico, comienzacon la separación de la ciencia de la «filosofía natu­ral», y continúa con la progresiva diferenciación dela ciencia misma en física, química, biología, etc.En contrapartida, la separación de las ciencias so­ciales de la «filosofía moral» continuó con sus cre­cientes diferenciaciones y condujo a la larga a una

L Traducción de Andoni Alonso.

constelación de lo que se entiende como las disci­plinas fundamentales, distinguibles tanto respectoa su método como a su objeto; disciplinas tales co­mo la historia, la filosofía, la economía, la sociolo­gía, la ciencia y la tecnología.

Lo que en un principio se fragmentó, sin embar­go, hubo de ser posteriormente reunido, en su pro­pio modo, en el mundo vital tecnocientífico. Lo queen un principio fue la descontextualización de latecnociencia del mundo vital tradicional, se con­vierte en lo que puede denominarse como la «con­versión en una red» del mundo vital en la ciencia yla tecnología. Un aspecto temprano (y duradero) deesta construcción en red -un ensamblaje llevadoaún más lejos por el «collage» de los medios de co­municación posmodernos- fue una serie de esfuer­zos supradisciplinares por medio de un reduccio­nísmo tecnocientífico, como ejemplificó el mecani­cismo biológico de René Descartes o la física de lapolítica de Thomas Hobbes. Para completar e in­cluso competir con este tipo de reduccionismos,han aparecido una serie de intentos posteriores a larevolución industrial para abarcar la ciencia y latecnología, por medio de términos diferentes a losestrictamente tecnocientíficos. Los más y mejoresconocidos son:

PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNowclA y SOCIEDAD 13

Page 12: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

-la historia de la ciencia y la tecnología

- la filosofía de la ciencia y la tecnología

-la economía de la ciencia y la tecnología y

-la sociología de la ciencia y la tecnología.

El esfuerzo de estos programas de investigaciónsupradisclpltnares y no reduccionistas ha creado,desde la mitad del siglo XIX hasta finales del XX, unimpresionante cuerpo de conocimiento que en con­tinuo aumento forma la médula del campo de estu­dios Cl'S. Este logro se ha analizado de forma dife­rente (vid. Steven Yearley 1988, Andrew Webster1991, Steve Fuller 1993, y Andrew Pickering 1995).Los resultados se han resumido también en dife­rentes series de informes interdisciplinares realiza­dos por varios autores, cuyo diseño obedece a la in­tención de ofrecer una base para los programasacadémicos de estudios oficiales de CTS, especial­mente para aquéllos que tienen un diseño más teó­rico. Los ejemplos más granados de las últimas tresdécadas del siglo xx son los siguientes:

- Ina Spiegel-Rosing y Derek de Solla Price, eds ..Science. Technology and Society: A Cross-Discipíi­nar.,., Perspective (1977), con 15 capítulos escritospor 16 autores con un total de 607 páginas;

- Paul T. Durbin, ed.. A Guide to the Culture afScience, Technolagy, and Medicine (1980), con nuevecapítulos, escritos por diez autores, en 763 páginas;y

- Sheila Jasanoff, Gerald E. Markle, James C. Pe­tersan, y Trevor Pinch, eds., Handbook of Scienceand Technology Studies (1995). con 28 capítulos es­critos por 42 autores y un total de 820 páginas.

La mayoría de los colaboradores de estos es­fuerzos de síntesis asumen una cierta actitud críti­ca hacia la ciencia y la tecnología, entendidas éstascomo empresas humanas y comunidades de dis­curso. Pero la comunidad tecnocientífica, hablan­do desde ella misma acerca de una evaluación al­ternativa, ha presentado también un contrarresu­men que, con demasiada frecuencia, ha sidopasado por alto por la autodefinida comunidadacadémica de los estudios CT$. Una primera ver­sión de este contraresumen fue editado por JulianSirnon y Herman Kahn en The Resourcefoul Barth:

14 PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLOO/A y SOCIEDAD

A Response to Global 2000 (1984) compuesto por21 capítulos escritos por 24 autores y que ocupa593 páginas; una segunda versión fue editada ensolitario por Simon bajo el título The State of Hu­manity (1995), en 58 capítulos, con 64 autores yque abarca 660 páginas.

El esfuerzo de tomar las humanidades y lasciencias sociales y dirigir su atención desde la polí­tica, la cultura, y los siempre presentes temas delsignificado de la vida humana y la guía de los ór­denes sociales hacia la aparición de la ciencia, susestructuras metodológicas, y sus implicaciones in­dustriales, da lugar a una nueva característica delproyecto moderno que se ha denominado comoeducación e investigación interdisciplinaria. En elfundamento de esta interdisciplinariedad, sin em­bargo, también descansa una sutil, por no decirsubversiva, puesta en duda de la modernidad y desus disciplinas; ninguna disciplina por sí sola es su­ficiente. El espíritu del perspectivismo de FedericoNietzsche sobrevuela en la ínterdisciplínariedad. Sise quiere atrapar en su completa complejidad el fe­nómeno de la ciencia y la tecnología, han de mul­tiplicarse las metodologías y las perspectivas. Elideal de una simplificación reduccionista de loselementos básicos comienza a tambalearse, aun­que no vacile.

Desde luego, como si quisiera confirmar sus im­plicaciones subversoras, la Interdísciplinariedad sedespliega no como un simple fenómeno, sino comouna multitud de fenómenos. Esta multiplicidad seclasifica por medio de un conjunto de debates ter­minológicos sobre ella:

- extradisciplinariedad

- multidisciplinariedad

- interdisciplinariedad

- transdisciplinariedad y

- antidísciplínariedad

Para algunos, el término más genérico es «trans­dísciplinariedad». queriendo señalar con ello queuno se sitúa fuera de los límites disciplinares. Eltérmino elegido por la mayoría es, probablemente«interdisciplinariedad». que, sin embargo, tiene unsignificado bastante diferente, dependiendo de si se

Page 13: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

PARA COMPRI::.'l'WER CfE,VCfA, 7FCNOLOG/A y SOCIEDAD 15

Page 14: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

contrasta éste con la multi o la transdisciplinarie­dad. En la diferenciación multi/interdisciplinarie­dad la primera se piensa como una pérdida de dis­tinción metodológica que sí aparece en la última.

Las disciplinas se distinguen por las materias co­rrectamente enfocadas y las metodologías clarifica­doras. Los estudios multidisciplinares de las rela­ciones internacionales o de las regiones globales(Latinoamérica, Asia), crecieron a partir de mate­rias que se expanden más allá de las constriccionesde materias o problemas sujetos a las especificacio­nes metodológicas. Norteamérica, Latinoamérica,África o el Oriente Medio como temas, son más quesus historias respectivas, sus economías o caracte­rfsticas societales, mientras que los problemas delos asuntos exteriores coadyuvan a llamar a éstas ya otras disciplinas a tomar parte. Más allá del ata­que multídiscíplinario aparece la investigación enpos una ínterdiscíplínaríedad más cuidadosa e inte­grada sobre esta clase de ámbitos de la experienciahumana, sus relaciones industriales, y de los pro­blemas urbanos y públicos. Más integrados aún queestos desarrollos interdisciplinares. tales como elmedio ambiente o el estudios de mujeres, son losestudios sobre las metodologías transdisciplinares,como la teoría de la decisión, el análisis de siste­mas, y los estudios de comunicación.

Desde la perspectiva del este marco, los estudiosCTS permanecen como una multidisciplinariedad,o al menos como un área de investigación y acciónínterdísciplínaria, enfocada en el área específica deproblemas. En tanto que la débil pero ecléctica in­terdisciplinariedad se inspiró en que los problemasde las relaciones de CTS, se han de reconocer comosu impulso principal, es posible afirmar, sin embar­go, que los estudios CTS no son tanto un campo in­rerdísciplinario como antidisciplinario. Una con­cepción de este tipo se combina bien con la irónica

16 PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLOGIA y SOCIEDAD

celebración de la cibercultura tecnocientífica (co­mo ocurre por ejemplo en Stanley Aronowitz el al.1996).

BibliografíaAronowitz, Stanley, Barbara Martinsons, & Michael Men­

ser, eds. Technoscience and Cyberculture. Nueva York:Routledge, 1996.

Durb¡n. Paul T., ed. A Guide to the Culture ot Science,Technology, and Medicine. Nueva York: Free Press,1980. Edición revisada. 1984.

Fuller, Steve. Philosophy, Rhetoric, and the End o{ Know­ledge: The Coming o{ Science and Technology Studies.Madison, WI: University of Wisconsin Press, 1993.

Jasanoff, Shiela, Gerald E. Markle, James C. Peterson,and Trevor Pínch, eds., Handbook ofScience and Tech­nology Studies, Thousand Oaks, CA: Sage, 1995.

Pickering, Andrew, The Mangle o{ Pmctice: Time, Agency,and Science. Chicago: University of Chicago Press,1995.

Simon, Julian L., ed., The State of Humanity, Cambridge:Blackwell, 1995.

Simon, Julian 1. & Herman Kahn, eds., The ResourceiulEarth: A Response to Global 2000. Nueva York: Black­well,1984.

Spiegel-Rtising, Ina, & Derek de Solla Price, eds., Science.Technology and Society: A Cross-Disciplinary Perspecti­ve. Beverly Hills, CA: Sage, 1977.

Webster, Andrew, Science, Technology, and Society: NewDírecüons. New Brunswick, NJ: Rutgers UniversityPress, 1991.

World Ccmmissíon on Environment and Development.Our Common Future. Nueva York: Oxford UnivcrsityPress, 1987.

Yearley, Steven, Science, Technology, and: Social Change.Londres: Unwin Hyman, 1988.

Page 15: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

I

LA EDUCACIÓNEN LOS ESTUDIOS CTS

Page 16: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

3

Filosofía de la educación en C18.Ciclo de responsabilidad

y trabajo comunitarioLeonard J. Waks

E ste capítulo incide fundamentalmente en lafilosofía de la educación que subyace al en­

JUl/OC CTS. Como tal, ha sido pensado para que losprofesores de Secundaria que comiencen a practi­car esta asignatura, puedan tener un marco teóricoy al mismo tiempo práctico como referencia parasu actuación en el aula. A fin de conseguir este ob­jetivo, he planteado este capítulo en dos partes que'se complementan entre sí. El primero de ellos Fila­safla educativa de lo responsabilidad: ciclo de res­ponsabilidad y trabajo comunitario ofrece, a mi jui­cio, el desarrollo de una idea matriz, la responsabi­lidad, crucial para este tipo de estudios. Para ello heintroducido una explicación de qué sea la responsa­bilidad y una explicación de los objetivos y metodo­logía que se puede seguir en su consecución. Estecapítulo debería ofrecer una especial sensibilidad ala hora de confeccionar el currículo concreto de laasignatura. Con la exposición de las diferentes con­cepciones de [a responsabilidad en la educación, ylas guías para convertir este concepto en una reali­dad educativa, se pretende sentar las bases para la

actitud general apropiada en este campo de estu­dios.

La segundaparte, Las Relaciones Escuela-Comu­nidad y su influencia en la Educación en ValoresCTS, propone otro de los aspectos esenciales de laeducación CTS, así como para la concepción del cu­rrículo, que es el desarrollo de las discusiones en elseno de la comunidad en la que se desarrollan lasasignaturas completas. Si el q.bi~tj\,o de CTS es for-,mar ciudadanos con capacidad para juzgar y eva­luar los impactos de la tecnología, así como el lo­mar decisiones al respecto, el flujo entre el aula y la Icomunidad es un requisito imprescindible. A fin decuentas, esla sociedad concreta en la que el edu­cando crece y se educa, la que ha de proporcionar­le la oportunidad para desarrollarse como ciudada­no responsable. No es posible una verdadera inte­riorización de esta actitud en un medio puramenteabstracto, y por ello es necesario el intercambio en­tre el alumno concreto y la sociedad concreta -consus problemas tecnológicos y políticos concretos­en la que vive.

PARA COMPREA'DER CIENCIA. TFCNOLOGIA y SOCIEDAD 19

Page 17: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

1. Filosofía educativa dela responsabilidad; un diseño para crs'

Introducción

Ciencia, Tecnología y Sociedad (CTS) es una in­novación educativa diseñada para promover la cíu­dadanía responsable en nuestra era tecnológica.Los ciudadanos de hoy se enfrentan a decisiones devalores personales y sociales, decisiones sobre esti­lo de vida y cuestiones de política pública que se en­cuentran fuera del alcance de los sistemas moralesy de valores tradicionales. Ejemplos de esto son laprolongación de la vida, la ingeniería genética, ladefensa estratégica en el espacio, la liberación deorganismos manipulados genéticamente. El ciuda­dano responsable de hoy debe entender estas inno­vaciones y descubrimientos y sus impactos en la so­ciedad. En la actualidad, este conocimiento no seencuentra distribuido de manera general entre losciudadanos, y esto amenaza la calidad de la vida yel ambiente, las generaciones futuras, y aun las ins­tituciones democráticas (Prewítt. 1983).

En 1985 un equipo nacional de trabajo, com­puesto por maestros líderes en educación en cien­cias, tecnología, estudios sociales e inglés, de kín­der hasta cuarto año, y profesores universitariosrepresentando varias disciplinas, se reunieron enPenn State University bajo los auspicios del pro­yecto Science through Science, Technology and So­ciety; S-STS (de Ciencias a través de Ciencia, Tec­nología y Sociedad), para plantear una definiciónclara de la educación en Ciencia, Tecnología y So­ciedad (CTS). Este equipo de trabajo estableció sie­te criterios como características esenciales de losmateriales de lecciones, unidades y materialesCTS,

, Una primera versión de estos artículos fue traducida, conautorización del autor, por Waldemar López Pígneíro en cola­boración con Margarita Peña Barrero. (Original en inglés,1988) Posteriormente, el autor ha realizado una revisión y am­pliación del trabajo. Los editores agradecen a Waldemar LópezPigneiro y a Margarita Peña Borrero el permiso para utilizar sutraducción.

20 PARA COMPRENDER CIENCIA. TECNOWG/A y SOCIEDAD

/. Responsabilidad. El material desarrolla lacomprensión de los lectores acerca de sí mismos co­mo miembros interdependientes de la sociedad, yde la sociedad como un agente responsable dentrodel ecosistema de la naturaleza.

2. Influencias mutuas de la Ciencia, Tecnologfa ySociedad. Las influencias mutuas de "Tecnología»,"Ciencia» y "Sociedad" son presentadas claramente.

3. Relación con las cuestiones, problemas socia­les. Las relaciones de los desarrollos científicos otecnológicos con cuestiones socialmente.

4. Balance de puntos de vista. El material presen­ta un balance de los diferentes puntos de vista acer­ca de las cuestiones ti opciones, sin necesariamenteesforzarse por mantener oculta la perspectiva delmaestro o el autor.

5. Toma de decisiones y solución de problemas. Elmaterial envuelve a los estudiantes en el desarrollode destrezas de solución de problemas y toma dedecisiones.

6. Acción responsable. El material alienta a losestudiantes a comprometerse en un curso de acciónsocial o personal, después de haber establecido unbalance entre los valores y los efectos, según seanlas distintas opciones o situaciones.

7. Integración de un punto de vista. El materialayuda a los estudiantes a aventurarse mas allá delos límites de la materia hacia consideraciones másamplias acerca de la ciencia, la tecnología y la so­ciedad, que incluyan el tratamiento de cuestioneséticas o de valores personales y/o sociales.

Para calificar una lección o unidad de "ciencia através de CTS», se estableció un criterio adicional:

8. Confianza en la ciencia. El material usa la re­lación entre ciencia, tecnología y sociedad para pro­mover la confianza de los estudiantes para manejary entender al menos un área limitada de la ciencia,y/o usar algún tipo de cuantificación como base pa­ra juicios en el área de CTS. La educación CTS, de­finida a través de estos criterios, está comprometi­da con la promoción de valores democráticos y conla distribución amplia de conocimientos y destrezasnecesarias para una participación completa en losprocesos democráticos de regulación social.

Page 18: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

En este artículo, el «ciclo de responsabilidad» espresentado como un esquema organizativo, basadoñrmemente en los 8 criterios del equipo de trabajode C-CTS, para enseñar cuestiones de ética y valo­res que inevitablemente surgen en la educaciónCTS. Este ciclo comienza como una heurística paraayudar a los educadores a identificar, seleccionar,organizar y poner en secuencia experiencias y acti­vidades de aprendizaje. Al moverse por las distintasfases de ciclo estudiantes de todas las edades for­man sus convicciones y compromisos, sus decisio­nes acerca del estilo de vida y de los valores y apren­den cómo estos influyen en las cuestiones tecnoló­gicas que nuestra sociedad enfrenta. Moviéndoseuna y otra vez a través del ciclo, de problema enproblema, confrontando y reflexionando sobre te­mas CTS de creciente complejidad, los estudiantesvan ganando madurez en 10 que respecta a su res­ponsabilidad social.

El ciclo está dividido en cinco «fases», denomí­nadas (i) entendimiento de sí mismo, (ii) estudio yreflexión, OH) toma de decisiones, {iv} acción res­ponsable, y (v) integración. En la medida en quecambian las actividades de aprendizaje característi­cas de cada fase, con el aumento de madurez del es­tudiante, el significado mismo de términos como«toma de decisiones» y «acción» evoluciona. El ci­clo de cinco fases sigue siendo, de todos modos,una herramienta organízariva útil en todos los nive­les educativos, desde la niñez hasta la edad adulta.

Propósitos de la estructura del ciclode la responsabilidad

El ciclo de responsabilidad es presentado aquícomo una herramienta práctica, una heurística,para ayudar a los maestros y supervisores a identi­ficar, seleccionar y poner en secuencia actividadesde aprendizaje relacionadas a cuestiones de CTS yen especial a sus dimensiones éticas y de valores.Esto no es una teoría ni una concepción totalmen­te elaborada de la educación CTS. Se trata de unesquema organízativo, un bosquejo que debe lle­narse con lecciones, unidades CTS, materiales yes­trategías ínstruccionales. Este marco organizativo,se aleja de las prescripciones acerca de métodos

lnstrucclonales específicos, o de opciones de cu­rrículo. No toma partido sobre cuestiones teóricaso de investigación poco comunes, sino que proveeuna aproximación de sentido común para utilizarlos recursos, teorías y métodos disponibles y apro­piados para varias situaciones, para alcanzar lasmetas de CTS.

Como herramienta práctica, el ciclo debe sercompatible con las destrezas y expectativas de losmaestros. Debe ser suficientemente flexible parapermitir variaciones en contenido y métodos de ins­trucción, y para estar de acuerdo con los recursos,fortalezas e intereses del grupo de trabajo. Como unverdadero amigo, debe permitir que los maestroshagan lo que puedan y decidan hacer, es decir, loque funcione en el contexto de su institución y sucomunidad.

Para que un esquema como éste sea útil, deberáser compatible con muchas aproximaciones a la te­oría ética. educación en valores y con el proceso dedesarrollo de currículo. También debe ser lo sufi­cientemente flexible para acomodar y hacer usopráctico de nuevas teorías y de resultados de inves­tigación que estén a su alcance. El esquema puedeayudar a los maestros a determinar cuándo una de­terminada teoría entra en juego. El concepto de ci­clo armoniza con las metas y métodos de los currí­culos de CTS disponibles (e.g. el curso de «Innova­ciones» publicado por BSeS). Este concepto tomaen cuenta el pensamiento actual con respecto a laética y la educación en valores, y la organizacióninstruccional de CTS (Ryan, 1986. Fumnwider;1988 Social Science Education Consortíum. 1987;Rubba, 1987).

El ciclo de responsabilidad ofrece un punto departida desde el cual los educadores y los que desa­rrollan materiales para la educación pueden hacercontribuciones creativas a la educación CTS, quesean consistentes con su estilo personal y los requi­sitos institucionales.

El ciclo será explicado en más detalle en la sec­ción II, y su aplicación será considerada en la sec­ción III. Pero antes debemos considerar algunos delos conceptos básicos de ética y valores en eTS.

PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLOGIA y SOCIEDAD 21

Page 19: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

1. La dimensión ética y de valores

Los educadores en CTS hablan de la necesidadde promover una ética de la responsabilidad socialen nuestra era tecnológica a través de la educación.Pero, ¿qué es la responsabilidad social y qué exigede los ciudadanos de hoy?

Responsabilidad

Desde el comienzo del movimiento CTS, las pre­ocupaciones éticas y de valores, particularmente lanoción de responsabilidad, han tenido un rol impor­tante. Como ha señalado el filósofo Hans lonas, porla magnitud y novedad de sus obras y su impacto enel futuro global de la humanidad, la tecnología con­temporánea ha alterado irreversiblemente la natura­leza de la acción humana. En la nueva situación,nuestras ideas éticas y los valores heredados, cen­trados en el contacto directo, entre una persona yotra, dentro de estrechos límites de espacio, tiempoy poder, ya no son adecuados. No estamos prepara­dos para pensar sobre los problemas y opciones denuestro tiempo, y para formarnos convicciones yaceptar compromisos apropiados. lonas afirma queel largo alcance de nuestros actos coloca la respon­sabilidad sin otra cosa que el destino humano comoobjeto, en el centro mismo del escenario ético.

Nuestra primera asociación con la elusiva idea dela responsabilidad es quizá la noción de obligación,o la de «rendir cuentas», la de dar órdenes y esperarque sean acatadas -,,¡los estudiantes son responsa­bles de mantener el silencio en los pasillos!»-. Laspersonas viven en sistemas sociales, están atadaspor reglas. y deben rendir cuentas si no las cumplen.Nuestra responsabilidad. en este primer sentido,consiste en lo que la sociedad exige de nosotros (nosordena). Lo,'; estudiantes son responsables de ir aciase, los maestros son responsables de cubrir los te­mas en un texto, los conductores de observar las le­yes de tránsito, etc. Cuando las personas se refierena la responsabilidad como la «cuarta R», con igualImportancia que la lectura, la escritura y la aritmé­tica. lo que parecen tener en mente es la expresión«di que no» -a las drogas, al sexo, a hacer trampa, ano asistir a clase-o Reglas son reglas, y el estudiante

22 PARA COMP~ENDER Clr.'NClA. TECNOLOG/A y SOCIEDAD

responsable hace lo que se le dice. La responsabili­dad en este sentido es equiparada con la docilidad-que en el fondo significa habilidad para «ser ense­ñado»-. [Pero aun las personas más conservadorasestán de acuerdo en que responsabllídad es algo másprofundo que esto' Un segundo sentido importantede responsabilidad está relacionado con ser cons­cientes de algo. El conductor responsable no sólo si­gue las reglas de tránsito, sino que agudiza sus sen­tidos y se mantiene alerta para evitar cualquier po­sible peligro. Actuar responsablemente como buenamigo va más allá de obligaciones obvias, comocumplir promesas explícitas, y ser conscientes deposibles expectativas implícitas que requieran ma­yor comunicación.

[Pero una persona no es responsable simplemen­te por estar de acuerdo con reglas, ni por ser cons­ciente de algo! También debe aceptar la responsabi­lidad de manera consciente, creciendo dentro deella, asumiéndola. La responsabilidad consiste tantoen escoger reglas de conducta y darles forma, comoen seguirlas. Podemos intuir algo de esto al conside­rar el término «agente responsable» en la teoría éti­ca. Un «agente" es aquel que está a cargo de su pro­pia conducta, una causa creativa (en contraste conun paciente, uno sobre el cual se actúa, un efecto).

Los elementos de selección, aceptación, y com­promiso implícitos en la responsabilidad, la vincu­lan con dos de los aspectos más fundamentales delser humano: el cuidar de otros, o preocuparse porellos, y la creatividad personal. Como señala Her­bert Fingarette, una persona asume una responsa­bilidad, se convierte en agente responsable, cuandoacepta como una cuestión de importancia personal,es decir, como algo que le importa directamente ypor lo que se preocupa, algo que la sociedad le pre­senta. La consumación de dicha responsabilidadpuede incluir la transformación creativa, de mane­ras grandes o pequeñas, de lo que le es ofrecido, porejemplo, cuando la canción "We are the World»(eSornos el Mundo») se ofreció como respuesta alproblema del hambre.

Esto hace a la responsabilidad un elemento cen­tral de ser persona. El crecimiento de la responsa­bilidad es una característica crucial, perfectamentenatural, e inevitable en el desarrollo para ser una

Page 20: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

persona completa. ¿Cómo ayudan los adultos en és­te proceso? Cuando determinamos que un niño essuficientemente maduro para aceptar la responsa­bilidad lo hacemos responsable, y como dice Pinga­rette si se escoge bien el momento, el ser humanoresponde naturalmente a este tratamiento asumien­do la responsabilidad. Cuando esto falla, reconoce­mos que el niño todavía no ha aceptado la respon­sabilidad, así que dejamos de hacerlo responsable.

"El niño eventualmente se convierte en una per­sona responsable al ser tratado cada vez más comouno. Pero cuando falla, le excusamos diciendo «essólo un niño». [Sin embargo] cuanto más el niñodemuestre una efectividad y propósito persistente,inteligente y razonablemente amplios en algúnárea de su conducta, más nos inclinaremos u mini­mizar la calificación de nuestra forma de tratarlocomo una persona responsable, entonces y sólo en­tonces será tal.»

Lo que es importante notar aquí es que la res­ponsabilidad no es una mera carga, sino una carac­terística natural, potencialmente alegre, y hastaesencial de la vida adulta activa. La responsabilidadno es simplemente uno de los «costos» de la vidaadulta, sino uno de sus principales «beneficios»,aunque sea algo así como un gusto adquirido.

La educación para la responsabilidad requiereque, a medida que los jóvenes van ganando madu­rez, se vayan enfrentando con desafíos significati­vos. A medida que los estudiantes «maduran», lasexigencias deben ser mayores, pero debe dárselesapoyo en forma de instrucción, entrenamiento, yelogios alentadores. Sin embargo, si se los aísla o selos enfrenta a exigencias sin sentido o trabajos de­nigrantes, en vez de retos reales, o si se les niega elapoyo y aliento necesarios, no es muy probable queflorezca en ellos la responsabilidad. En este caso,tanto los jóvenes como la sociedad serán los perde­dores.

Responsabilidad por el mayor bien

Aristóteles nos dice que toda comunidad se esta­blece con miras a algún bien, porque la humanidadsiempre actúa de modo que obtenga lo que le pare­ce bueno, pero la comunidad política, que es la más

elevada de todas, y que incluye a las demás, apuntahacia el mayor bien, hacia la felicidad de los miem­bros en una sociedad justa y virtuosa. El ciudadanotiene un puesto en la comunidad política, al votar,servir de jurado, participando en discusiones yasuntos públicos, influenciando las actividades le­gislativas y administrativas. Solo, o como miembrode organizaciones, el ciudadano puede contribuir aque la comunidad «apunte hacia el mayor bien».

La educación CTS sitúa al estudiante como unagente responsable, un «ciudadano joven», en unasociedad dominada de manera creciente por los im­pactos de la ciencia y la tecnología. Los ciudadanosresponsables asumen la responsabilidad por los im­pactos de la ciencia y la tecnología en las sociedad.Es decir, aumenta su conciencia de cómo la cienciay la tecnología tienen efectos positivos o negativosen la vidas de la gente, y de cómo su forma de ac­tuar y de pensar pueden promover cambios positi­vos y evitar los negativos.

Cuando hablamos del impacto de la ciencia y latecnología en la sociedad, podemos estarnos refi­riendo a dos tipos de efectos, (a) efectos en la es­tructura normativa de la vida social, y (b) diferen­cias positivas y negativas directas en el valor, es de­cir, en la calidad de vida. Estas ideas necesitanaclararse un poco más.

Efectos en la Estructura Normativa. Cuando ha­blamos de «sociedad» podemos estarnos refiriendomeramente a una colección de personas. Pero másfrecuentemenle nos referimos a la estructura denormas que organizan el comportamiento de dichaspersonas, una estructura que continúa existiendoaunque algunas personas mueren y otras nacen. Es­la estructura incluye instituciones (matrimonio y fa­milia, ley y gobierno, conocimiento y educación,música y artes, negocio e industria, tecnología e in­vención, moralidad y religión, etc.). Las institucio­nes son sistemas de normas que regulan y estable­cen patrones con respecto a comportamientos im­portantes -aquellos a través de los cuales laspersonas satisfacen sus necesidades, expresan susvalores y logran sus metas y aspiraciones. Cuandolas instituciones son fuertes, se sabe qué se esperade nosotros (nuestros roles) y de otros, y podemos,por lo menos, formamos expectativas estables y es-

PARA COMPRENDER CiENCiA. TECNULOG/A y SOCIEDAD 23

Page 21: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

tablecer nuestro plan de vida. Cuando se debilitanlas normas importantes, (por ejemplo, las reglas decomportamiento sexual) podemos por un momentoestar incapacitados para saber a ciencia cierta quédebemos exigimos a nosotros mismos y a los demás.La debilidad de las normas inquieta a muchas per­sonas y hace que algunas se aferren a viejas normasy patrones. De otro lado, estos periodos de cambionormativo dan a los miembros de la sociedad laoportunidad de hacer las cosas de otro modo.

La naturaleza cambiante de la ciencia y la tec­nología desafía y erosiona las normas sociales. Porejemplo, la píldora anticonceptiva afectó las nor­mas de la conducta sexual. En el mejor de los casos,las normas son herramientas de adaptación con lascuales se aseguran las necesidades básicas y se es­tablece un marco de referencia para hacer planes yalcanzar metas y aspiraciones (de valores). Un cam­bio normativo rápido y descontrolado puede entonoces causar trastornos fundamentales en la vida de lagente, abriendo nuevas posibilidades pero, a la vez,destruyendo otras que muchos encontraban útiles eincluso necesarias como guias para vivir.

Efectos en Valores. Pocos términos han sido usa­dos con tan poca claridad como «valor» y «valores»,por lo que es importante aclarar un poco acerca deesta familia de ideas básicas.

a. Para el presente propósito podemos seguir eluso que le da Kurt Baíer y definir el valor de algo co­mo su capacidad de otorgar un beneficio a alguien,de producir algo favorable en su vida (Baier; 1969).Más aún podemos distinguir entre el valor inheren­te de algo como el valor que posee en sí mismo, delvalor instrumental que algo tiene porque trae consi­go algo que directamente sí confiere un beneficio.Así, una sinfonía de Mozart puede capturar nuestraatención y promover un profundo placer. En sí mis­ma, la sinfonía añade algo a nuestra vida, por lo quedecimos que la música tiene un valor inherente. Delotro lado, nuestro sistema de estéreo reproduce lamúsica fielmente, y por eso lo juzgamos como unbuen instrumento; tiene valor instrumental, esto es,es una parte esencial de la causa de una experienciamusical inherentemente valiosa.

b. También podemos hablar de que las personasvaloran cosas y personas. Esta idea de «valorar» al-

24 PARA COMPRENDER C/ENC/A. TECNOLOGJA y SOCIEDAD

go tiene dos sentidos importantes: (1) premiar,apreciar, disfrutar, y (2) juzgar o creer que la perso­na o la cosa tiene valor (confiere un beneficio, traeun cambio positivo). Así, una persona puede amaruna fotografía antigua (valor en el sentido 1) sinpensar que sea una foto particularmente buena, esdecir, una que merezca el estudio y observación delas personas (valor en sentido 2). Quizás dicha fotosolamente tiene un valor «sentimental» (en contras­te con el estético) para la persona que lo aprecia.

c. Cuando hablamos de los valores de los grupose individuos generalmente nos referimos a su ten­dencia a dedicar sus recursos (tiempo, energía, in­teligencia activa, dinero, etc.) a obtener cierto tipode fines. Los valores son las creencias que dirigensus vidas, que guían su comportamiento en situa­ciones donde tienen que tomar decisiones. Siguien­do a Baíer nuevamente, la disposición de una per­sona para hacer uso de sus recursos en cierta ma­nera constituye sus valores, siempre y cuando ellalos crea beneficiosos, esto es, que son buenas ma­neras de usar sus recursos, o de hacer su vida me­jor de lo que podría ser de otro modo.

Hablar de valores de esta manera los coloca den­tro de la esfera del discurso razonable; la gente jus­tifica y defiende sus creencias con razones. La ideade valores como creencias nos ayuda a distinguirlosde otras formas de luchar o querer tener. Una per­sona puede esforzarse compulsivamente por rique­zas y posesiones materiales. No debemos concluirpor esto que la persona tiene valores materialistas;quizá él o ella nunca hayan considerado los efectosmás probables de su esfuerzo, o las alternativas devalores disponibles. Esa persona puede desear po­sesiones materiales sin juzgar que la disposición deesforzarse por ellas es valiosa porque conduce a sufelicidad. En este caso, el proceso de formación devalores, aunque ha comenzado, nunca ha sido com­pletado; la persona no tiene, realmente, conviccio­nes bien formadas en este área. Sólo se esfuerza aciegas.

Un elemento esencial en la educación en valoreses la oportunidad para pensar sobre nuestros valo­res de modo que la solidez de nuestras creencias yconvicciones pueda examinarse y afianzarse mejoren la razón.

Page 22: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

La idea de los valores como creencias sugieretambién que podemos al menos considerar los va­lores (como otras creencias) ciertos o falsos, o porlo menos sujetos a evaluación racional. Una perso­na puede creer que un cierto patrón de compromi­so y esfuerzo es deseable, que funcionará para supropio bien y el de otros, y puede que lo haga. Perocuando esta creencia no favorece el bien, cuando elcambio que ocasiona no es positivo sino negativo,podemos argumentar razonablemente que este va­lor-creencia es «falso» o al menos peligroso, y debeser reconsiderado.

Traer los valores a la esfera del pensar y razonarno es decir que los valores son «relativos» -que losvalores de cada persona son los mejores para él opara ella, o que los valores de todos son igualmenterazonables-o Podemos hacer nuestros valores mássanos y más seguros reflexionando acerca de nues­tra experiencia -bajo las condiciones que promue­van nuestra felicidad y la de otros-o

Pero nuestro propio pensamiento reflexivo es só­lo un factor, y uno relativamente tardío, en el desa­rrollo de los valores. Como todas nuestras creenciasy convicciones, nuestros valores son influenciadospor personas importantes en nuestras vidas, losmiembros de nuestra familia, nuestros colegas, fi­guras poderosas en la sociedad, y, de manera cre­ciente en nuestra «era de la información», por losmedios de comunicación. Tales influencias puedenser beneficiosas o perjudiciales. La gente se perju­dica cuando se tienen valores «falsos», valores queles lleven a desperdiciar su inteligencia y energíasin alcanzar su bien. Cuando hablamos de los im­pactos de la ciencia y la tecnología en los valores dela sociedad, es esto lo que está en juego.

Los sistemas morales y las religiones son inten­tos de codificar los mejores valores, aquellos quemejor promuevan el bien. Son recursos importan­tes de ideas para reflexionar acerca de los valorescambiantes en nuestra sociedad.

El Bien y el Bien-estar Humano. Hemos hechonotar que las instituciones, si funcionan bien, sonherramientas de adaptación con las cuales se ase­guran las necesidades básicas y se establece unmarco de referencia para hacer planes y alcanzarmetas y aspiraciones en la vida. Nuestros valores

son nuestras convicciones acerca de lo que tiene va­lor, lo que merece que le dediquemos nuestro tiem­po y energía. Estos valores proveen una guía para lavida y la búsqueda de la felicidad. ¿Pero qué es la fe­licidad o bienestar? ¿Qué significa que a una perso­na le vaya bien? La idea aproximada es que a unapersona le va bien (o está disfrutando una buenavida) cuando su vida se está moviendo en direccióna un «patrón ideal de vida» establecido cultural opersonalmente. Podemos analizar esta idea aúnmás y decir que a una persona le va bien, y está vi­viendo una vida feliz, cuando se ajusta a estas con­diciones:

i. es capaz de asegurar sus necesidades básicas(es decir, alimento, vestido, refugio, derechos bási­cos, relaciones sociales) dentro del límite de las ex­pectativas establecidas por la normas de la comuni­dad;

ii. tiene en su vida metas y aspiraciones perso­nales que son al menos un poco, exigentes en tér­minos de energía e inteligencia -pues esto hace quesu vida tenga «sentido» y «propósitos-e y

iii. estas metas y aspiraciones, y su búsqueda,proporcionan un espacio apropiado a los valoresdel individuo quien, a su vez, se compromete en ac­tividades y se relaciona con personas que realmen­te aprecia, con quienes disfruta y a quienes cree va­liosas;

iv. estas metas parecen insertadas en un todomayor que se puede apreciar en términos de teoríascientíficas, mitos y alegorías, rituales de religióncívica, etc.;

v. el individuo avanza en sus planes, y trabajapara alcanzar sus aspiraciones.

Estas cinco condiciones también apuntan haciaalgunas formas básicas de infelicidad. (í) Cuandolas personas no pueden asegurar sus necesidadesbásicas se desesperan o se enferman. (in Cuando notienen aspiraciones se encuentran «a la deriva», sindirección. De manera similar, cuando sus aspiracio­nes no son lo suficientemente exigentes puedencaer fácilmente en el letargo. Pueden fácilmentevolverse retraídos, alienados y «desconectados» dela vida. (iii) Cuando sus metas se derivan del condi­cionamiento social, pero no están de acuerdo con

PARA. COMPRENDER CIENCIA, TECNOLOGIA y SOCIEDAD 25

Page 23: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

sus valores, pueden entonces ser considerados ex­ternamente como «exitosos» pero no disfrutar oconsiderar valiosas las rutinas cotidianas de la vida,viviendo una «desesperación tranquila». (iv) Cuan­do no pueden relacionar sus propios logros con unavisión más amplia del bien de la comunidad, o de lahumanidad, entonces existe el riesgo de la aliena­ción y la «falta de significado». Una barrera defen­siva y aún paranoica (como la de Howard Hughes)puede ser el resultado de tales logros aislados. Pero(v) cuando las personas fijan sus metas muy altotienen otro problema -preslones. estrés, y esfuerzosin satisfacción- y se «queman».

Impactos de la Ciencia y la Tecnología. Fínalmen­te estamos en una posición en la que podemos rela­cionar más concretamente los «impactos de la cien­cia y la tecnología en la sociedad» con los valores yel bienestar de las personas. Cuando hablamos deinvestigar y entender estos impactos, debemos se­ñalar dos tipos de relaciones.

La primera es «sociológica». Podemos estudiarcomo descubrimientos científicos e innovacionesparticulares, o la organización de las institucionesde ciencia y tecnología, como variables indepen­dientes, afectan las normas sociales y los valores co­mo variables dependientes. Un ejemplo de este tipode pregunta «sociológica» sería: ¿afectaron las pñ­doras anticonceptivas a los valores religiosos de loscatólicos, o a las normas de la moralidad sexual?Éstas son preguntas «fácticas» (acerca de hechos),preguntas de ciencia social.

La segunda relación es «axiológica» o «cargadade valor». En este caso estamos tratando de enten­der cómo los descubrimientos científicos y los de­sarrollos tecnológicos afectan a las personas parabien o para mal, qué buenas son estas cosas, no ensus propios términos, sino para la humanidad. Po­demos decir que la ciencia y la tecnología afectan alas personas de tres maneras muy diferentes: O)afectando directamente sus necesidades básicas,(H) afectando la estructura social dentro de la cualellos definen su bien y construyen sus vidas, y (ül)creando nuevas oportunidades culturales. Demosun breve vistazo a cada una:

i. Impactos en las necesidades básicas. Una Va­cuna puede curar una enfermedad, las emisiones de

26 PARA COMPRENDER CIENCIA. TECNOLOG/A y SOCIEDAD

los autos pueden causar enfermedades, los fertíli­zantes químicos pueden afectar a la seguridad delos alimentos y el agua. La ciencia y la tecnologíapueden impactar en muchas necesidades biológicasde esta manera. Las teorías éticas deontológícas en­fatizan los derechos básicos que poseen todas laspersonas, especialmente necesidades básicas comoaire, agua, alimentos y refugio seguro, así como tra­bajo significativo. Estas teorías llaman la atencióninmediata sobre cualquier efecto de la ciencia y latecnología que entre en conflicto con estos dere­chos. Las teorías utilítarístas. aunque quizás no en­fatizan la noción de derechos, también dan un én­fasis a las necesidades básicas como componentesesenciales del bien humano que buscan optimizar.

ii. Impactos en la estructura social. Las normasinstitucionales son herramientas para asegurar lasnecesidades; los valores son creencias y conviccio­nes acerca de lo que tiene valor intrínseco o condu­ce al bienestar. Las tecnologías industriales o deproducción hacen disponibles más bienes materia­les, pero nuestras normas responden (a través de lainfluencia mediadora de la publicidad, etc.) de mo­do que nosotros esperamos más y aún pensamosque nuestras familias «necesitan» más. Es por esoque el cambio tecnológico tiende a traer consigo va­lores materialistas. Y tales valores pueden ser malosen sí mismos, porque son insaciables o porque nologran que las personas alcancen su mayor expre­sión a través de su energía e inteligencia, o porquehacen que la felicidad sea excesivamente vulnerablea un colapso en el evento de un mero cambio de for­tuna, y éstos son comunes a todas las eras.

iii. Creación de nuevas oportunidades. La cien­cia y la tecnología, como las artes, son vocaciones,y como todas las vocaciones ellas afectan profunda­mente a aquellos que las siguen. Cada vocación o«llamado», envuelve una estructura inherente devalores. La felicidad de los científicos proviene deldescubrimiento, la de los ingenieros de la eficien­cia. Samuel Florman habla de «los placeres existen­ciales de la ingeniería». Otros señalan que los mo­dos técnicos de pensar y trabajar son casi siempre«llanos» e insatisfactorios cuando se comparan conlos modos «artesanales» que eran comunes antes dela revolución industrial.

Page 24: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

En nuestra era tecnológica, el individuo social­mente responsable es aquel que (a) busca entendercómo la ciencia y la tecnología cambiantes afectana las personas para bien u mal, (b) piensa activa­mente y decide lu que es correcto y mejor para lasociedad, y (e) se compromete a participar activa­mente tanto como individuo tomando decisionespersonales, y/o como miembro de la sociedad, ha­ciendo que sus valores prevalezcan en la toma dedecisiones colectiva, para promover cambios positi­vos. El ciclo de responsabilidad es una estructurapara organizar la educación de manera que pro­mueva la responsabilidad. Hacia allá nos dirigimosa continuación.

2. Fases del ciclo de responsabilidad

Fase 1: Comprensión de si mismo

El criterio i nos dice que CTS desarrolle en losestudiantes la comprensión de sr mismo.." comomiembros interdependientes de la sociedad. y de lasociedad corno un agente responsable en el ecosis­tema de la naturaleza.

Dividamos esta afirmación en sus partes. El pun­to de panida es la comprensión de los estudiantesde sí mismos corno miembros interdependientes dela sociedad. En nuestra sociedad, cada estudianteva a ser evaluado como un individuo único, con va­lores, talentos, metas y planes propios. Como ciu­dadano, a cada uno se le garantizan libertades bási­cas para vivir como 10decida, y cada persona es res­ponsable de su vida. Esto es fundamental paranuestro modo de vivir.

Pero el criterio nos hace notar que el estudianteno es una isla en sí mismo, sino que vive entre otrosy sufre las consecuencias de sus acciones, y de igualmanera otros sufren las consecuencias de las accio­nes de estudiante. Porque comparten el planeta Tie­rra como hogar; el bienestar de uno no puede aislar­se del de los otros. Son interdependientes. Por eso elestudiante debe entender que él o ella son responsa­bles, en su calidad de ciudadanos. La manera en quevivimos afecta al ecosistema que sostiene nuestras

necesidades básicas para la vida, y somos responsa­bles de tomar decisiones correctamente, a través delos variados procesos de toma de decisiones y de so­lución de problemas de nuestra democracia.

Actividades para la comprensión de sí mismo

En primer lugar, el trabajo de un estudiante con­siste en identificar sus propias creencias, conviccío­nes, imágenes de la buena vida para sí mismo, la so­ciedad, .Y la comunidad mundial. ¿Cuáles son susimágenes e ideales, qué piensan él o ella que es ne­cesario hacer para hacerlas realidad? ¿Qué rol de­sea tener en éstos?

El estudiante también explora lo que él o ellacreen y conocen. ¿Qué saben, ya sea a través de latelevisión, la lectura o la experiencia personal, delos problemas y cuestiones tecnológicas que afectana su época, o de los que se prevén para el futuro?¿Cuáles son sus sentimientos con relación a estascuestiones"? ¿Se encuentran asustados por la bom­ba, la contaminación, el quedarse sin recursos, elprospecto de un empleo deshumanizado? ¿Se han

PARA COMPRENDER CiENCIA, TEU·.¡'QLOC!A y SOCIEDAD 27

Page 25: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

ocultado a sí mismos información acerca de estostemas, negando la relevancia que tienen para ellos?¿EXisten conflictos entre sus esperanzas y expecta­tivas y el conocimiento que tienen de lo que parecenser perspectivas significativamente peores (o mejo­res) para los demás?

En esta fase el estudiante explora también pre­guntas como: ¿cuáles son las fuentes de mis creen­cias y convicciones, y qué dice esto de la calidad deéstas? ¿Cómo llegué a adquirir estos valores, for­marme estas esperanzas, a pensar y a sentirme co­mo lo hago? ¿Qué seguras son mis raíces? ¿Cuálesson las necesidades especiales, responsabilidadesparticulares de mi grupo?

La responsabilidad nos da el contexto para eltrabajo en ésta y en todas las demás fases del ciclo;el trabajo nunca es puramente académico. El estu­diante nunca es un mero espectador. Como indiví­duo y miembro de la sociedad, él o ella son alenta­dos a entrar en el mundo con una perspectiva orien­tada a la responsabilidad. Desde ese punto departida, las personas, los eventos y las cosas entranen el campo de percepción del estudiante, en supensamiento y su preocupación. En un sentido im­portante, éstas son reflexiones del estudiante. Por­que lo que entra en su mundo, y cómo lo interpre­ta, cómo eso vive en su conciencia, refleja su ser in­terior, sus propósitos y actitudes, sus preocupacio­nes, miedos y aspiraciones más profundos. En estafase buscamos, de muchas maneras, que el estu­diante cree conciencia de que su mundo es una«realidad personal», que ellos tienen un papel im­portante como «autores» del mundo en el que vi­ven, que son responsables del carácter y la calidadde su experiencia.

Al facilitar el trabajo en esta fase, los maestrospueden alentar el compartir personal, buscar signi­ficados más profundos, dirigir discusiones centra­das en experiencias o lecturas, sugerir el llevar undiario. Pueden utilizarse técnicas de clarificaciónde valores. Sin importar las tácticas, el aprendizajeestá centrado en el estudiante, y un contexto para elconocimiento conceptual de CTS, así como unaconciencia de los problemas, se establece dentro delcampo de la conciencia y las preocupaciones del es­tudiante.

28 PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOWGIA y SOCIEDAD

Fase 2: Estudio y reflexión acercade patrones y cuestiones CTS

El criterio 2 afirma que las influencias mutuasentre «Tecnología», «Ciencia», y «Sociedad» debenpresentarse claramente. Si se colocan en los vérticesde un triángulo, existen seis relaciones de este tipo.Pero el criterio 3 identifica dos de las seis relacionespara una presentación temprana, clara y atrayente,de manera que atraiga la atención del estudiante-estas son los impactos de la ciencia y la tecnologíaen la sociedad. El estudiante de CTS, en el curso dela profundización de su entendimiento propio y deldesarrollo de actitudes de responsabilidad, debeprestar atención a estas relaciones en cada una delas cuestiones: Ciencia, Tecnología y Sociedad.

Cuestiones relevantes a la sociedad. Como hemosdiscutido anteriormente, las instituciones científi­cas y tecnológicas, así como los nuevos descubri­mientos e innovaciones que emanan de ellas, tienenefectos complejos. Garantiza la satisfacción de lasnecesidades de algunos, pero le hacen daño a otros.Traen consigo cambios que son positivos para algu­nos y negativos para otros. Crean nuevas oportuni­dades para algunos, pero destruyen oportunidadespara otros. La investigación tiene la intención deaclarar estos impactos, y de ser posible, orientar ha­cia una decisión sobre lo que es correcto. Con fre­cuencia, se desconocen los impactos y su naturale­za. Personas y grupos se apoyan en diferentes mé­todos y herramientas interpretativas y analíticaspara lograr un conocimiento, no importa lo inde­terminado y falible que sea, de estos impactos -des­de el análisis de costo-beneficio hasta la exégesis bí­blica-. No debe sorprendemos que los resultados deestas investigaciones sean irreconciliables.

Podemos hablar acerca de una «cuestión (o pro­blema) dominada por la tecnología» cuando dife­rentes grupos en la sociedad tienen diferencias bá­sicas sobre cómo interpretar y enfrentar problemasrelacionados con la tecnología. Los enfoques de losdiferentes lados pueden ser el resultado de interesesmuy básicos (por ejemplo, la influencia de los inte­reses de la industria del tabaco en su evaluación delos efectos del fumar en la salud), o ser influencia­da por fuertes convicciones de valores. De cualquier

Page 26: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

modo, éstos no pueden avanzar significativamenteusando las herramientas interpretativas o analíticasdisponibles. Esto deja diferencias «básicas» sobrecómo interpretar y enfrentar el problema. Ésta seconvierte entonces en una cuestión «social», y fac­tores políticos se añaden a los técnicos y cognitivos.La solución de problemas y las evaluaciones de tec­nología se acercan más a una negociación que auna investigación científica o a una solución inge­nieril.

Al reconocer la naturaleza esencialmente con­troversial de las cuestiones tecnológicas socialmen­te relevantes, el criterio 4 establece que en la refle­xión y el estudio CTS, los materiales deben presen­tar un balance de los diferentes puntos de vistasobre los problemas y las opciones, sin esforzarsepor esconder el punto de vista del autor.

Actividades de estudio y reflexión

El trabajo en la segunda etapa consiste en ganaruna comprensión de los desarrollos científicos ytecnológicos, en particular, y de sus impactos, estoes, cómo éstos promueven y mantienen el bien dealgunos, cómo también se oponen o limitan el biende otros. Consiste en aprender sobre personas, co­sas, eventos, ideas, y cuestiones del mundo del es­tudiante, y en reflexionar sobre ellas para profundi­zar su comprensión y establecer cuáles son impli­caciones para la toma de decisiones y la acciónsocial. Esto implica entender la naturaleza de laciencia, la tecnología y la sociedad, y sus mutuas in­teracciones. Envuelve el estudio de casos ilustrati­vos, explorados con relación a su implicaciones so­ciológicas y axiológicas. Las teorías éticas y de va­lores son recursos potenciales para estructurarestas exploraciones.

El trabajo en esta fase provee un conjunto depuntos de contacto con los elementos del curriculobasados en la disciplina, para el aprendizaje en cien­cia, matemática, tecnología ingenieril y ciencia so­cial que rodean a CTS. El trabajo en esta fase, inclu­ye lo que Hungerford y Rubba llaman la concienciade cuestiones y la investigación de las cuestiones.

Fase 3: Toma de decisiones

El criterio 5 declara que el material debe com­prometer a los estudiantes con la solución de pro­blemas y la toma de decisiones. Esto es particular­mente importante a la luz de la naturaleza indeter­minada de las cuestiones o problemas que seestudian. Puede ser muy fácil para las actitudes es­capistas, anti-responsabilidad, esconderse detrás deesta indeterminación y decir que «no hay una ma­nera de hacerle frente racionalmente a estas cues­tiones. Un grupo lo ve de una manera, otro lo ve dí­ferente, yeso es todo lo que hay». Este criterio diceque el aprendizaje impersonal de asignaturas y depensamiento indeterminado en el cual el estudianteno logra resolver la cuestión por sí mismo es insufi­ciente. No es suficiente aprender «sobre» la energía,o las ballenas. El estudiante debe confrontar la in­formación y las alternativas e ir más allá de ellas,tomar una decisión, tomar una posición, juzgar uncamino como el correcto o el mejor.

Actividades de toma de decisiones

El trabajo en esta etapa consiste en aprender so­bre el proceso de toma de decisiones, tomando de­cisiones y defendiéndolas presentando razones yevidencia. Varias herramientas analíticas y pedagó­gicas pueden ser útiles, tales como los árboles dedecisión, y los dilemas de Kohlberg. Debates en elsalón de clases, ejercicios de evaluación de tecnolo­gías, cortes y parlamentos simuladas, y muchasotras técnicas pueden darle vida a este trabajo.

Esta fase también provee los puntos de contactopara los elementos básicos de las artes liberales enel curriculo. Los estudiantes aprenden a pensar através de la escritura, a expresar sus opiniones en laescritura y la expresión oral persuasiva, ya aplicarlógicamente razones y evidencias a una conclusión.

Fase 4: Acción responsable

El criterio 6 dice que el material alienta a los es­tudiantes a comprometerse en un curso de acciónsocial o personal después de haber evaluado los ba-

PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNowclA y SOCIEDAD 29

Page 27: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

lances entre valores extraídos de varias alternativasde opciones o situaciones.

Este criterio dice que la educación CTS debe irmás allá de la racionalidad académica. Las palabrasno son suficientes, aun cuando expresen juicios devalor y decisiones. Los materiales deben ser presen­tados de tal manera que alienten al estudiante a en­volverse en la acción, ya sea solo o de acuerdo conotros a través de una alianza informal o de un gru­po establecido de interés público.

deben ser asistidos cuando se aventuran fuera deestos casos, buscando patrones, intentando genera­lizaciones, considerando principios, formando unaposición personal desde la cual sea posible identifi­car. evaluar y dirigir cuestiones dominadas por latecnología, a través de los variados procesos socia­les y políticos disponibles.

3. Aplicando el ciclo de responsabilidad

La estructura del «ciclo de responsabilidad» or­ganiza la secuencia de enseñanza-aprendizaje entomo a preocupaciones éticas y de valores en un ci­clo de cinco fases. Esto indica que hay una direc­ción primaria en la formación de la responsabili­dad, desde la comprensión de sí mismo por mediodel estudio y la reflexión a través de la toma de de­cisiones, a la acción y de vuelta a uno mismo parauna integración «totalista» (ver las flechas grandes).Por lo tanto, el currículo se mueve principalmenteen esa dirección, e indica movimiento en la direc­ción contraria (ver las flechas pequeñas).

Fases del Ciclo de ResponsabUidad

Acción SocialRelpolUlable

(IV)

r 1

r 1

Estudio y reflexiónde "Isanu" CTS

(11)

Toma de

"-,.~..",~_~D:eclslones_ (111)

Unidad 4

..

Integración(V)

Comprensióndes' mismo

tnFase 5: Integración

El criterio 7 dice que el estudiante debe aventu­rarse más allá de los límites de la asignatura haciaconsideraciones más amplias acerca de la ciencia,la tecnología y la sociedad, que incluyan el trata­miento de cuestiones éticas y de valores personalesylo sociales.

Este criterio dice que la simple presentación decualquier cuestión tecnológica específica, o aún unconjunto de cuestiones, es insuficiente. Es insufi­ciente para los estudiantes el ser dirigidos a travésde una «decisión» o aun una acción sobre cuestio­nes identificadas en unidades curriculares. Las uni­dades proveen «casos ilustrativos» y los estudiantes

Actividades de la acción responsable

El trabajo en esta fase consiste en trazar y tomarcursos de acción individuales y sociales. Estos pue­den incluir la organización de una reunión de la co­munidad, unirse a un grupo de interés público, tra­bajar en un proyecto de limpieza ambiental, viajara la legislatura estatal para ejercer presiones sobrelegislaciones pendientes, unirse a un boicoteo deconsumidores de un producto dañino al ambiente,organizar una función para recoger fondos para losgranjeros, o para los niños hambrientos. Este tra­bajo puede ser auspiciado por organizaciones de lacomunidad, tales como un proyecto de jardineríaurbana auspiciado por una sociedad de horticultu­ra, un proyecto de remoción de químicos caserosauspiciado por el consejo de salud ambiental, unproyecto de limpieza del cauce de un río tal como el«Rouge Rescue» en Mfchigan.

30 PARA. COMPRENDER CIENCIA, TECNOLOGIA y SOCIEDAD

Page 28: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

A continuación aparecen algunas consideracio­nes para la realización del ciclo de responsabili­dad:

1. Se distinguen cinco fases para asegurar quecada una reciba la atención adecuada.

En la vida cotidiana, las distintas "fases» estánintegradas. Todas las personas se detienen de vez encuando para considerar sus necesidades, valores,planes, responsabilidades, etc. (fase uno), estudiartrazar patrones, reflexionar, (fase dos), hacer juiciosy tomar decisiones (fase tres), actuar de acuerdocon sus convicciones (fase cuatro), y re-evaluar susvalores, planes y responsabilidades, integrando loque se ha experimentado y las acciones tomadas alrespecto.

2. El currículo de CTS se centra en la responsa­bilidad: comienza y termina con el estudiante comoindividuo responsable, y como miembro responsa­ble de la sociedad.

Aprender es algo que los estudiantes hacen através de acciones tales como pensar, organizar,establecer hipótesis, escribir, compartir y escu­char. Los maestros pueden estructurar buenas omalas oportunidades para actividades de aprendi­zaje, pero sólo los estudiantes pueden ocuparse deaprender. Y cada estudiante aprende sus propiaslecciones. Los estudiantes son personas activas,motivadas por necesidades orientadas hacia me­tas. El tiempo y la energía que dedican a aprender,y las actividades de aprendizaje en las que se com­prometen (o no se comprometen) son una conse­cuencia de sus metas a corto y largo plazo, sean és­tas conscientes o inconscientes, sabias o impru­dentes.

Esto es especialmente cierto cuando nos aleja­mos del aprendizaje cognoscitivo, que en algunosestudiantes no penetra más allá de la superficie, ynos dirigimos a un aprendizaje relacionado con laformación de valores, y especialmente de aquellosque forman parte de la responsabilidad. La educa­ción es la batalla por el cuerpo y alma del estudian­te, al menos en su aspecto laico y público. Por lotanto, el estudiante es el alfa y el omega, el princi­pio y el fin del ciclo de responsabilidad. El ciclo co­mienza con un diálogo con el estudiante, exploran-

do sus preocupaciones crecientes, una disposiciónque madura al intentar nuevas responsabilidades. ytermina con más diálogo, para descubrir áreas quenecesiten ser reconocidas, en las que las preocupa­ciones han madurado, y las exigencias-puedan ha­ber aumentado.

3. Aunque las unidades, cursos y programas deCTS pueden usar el ciclo como una estructura ex­terna, el esquema solamente requiere que el currt­culo le asigne una cuota adecuada de trabajo a ca­da fase. El ciclo de responsabilidad es esencial a laenseñanza y el aprendizaje de CTS. Pero el enfoquede CTS también tiene implicaciones para la selec­ción y consideración de las ciencias, ingeniería ytecnología, ciencias sociales, artes del idioma, ycontenido cuantitativo. Como indican Hungerfordy Rubba, todos estos materiales pueden ser organi­zados en una secuencia cuidadosa, en tomo a me­tas de toma de decisiones y de acción. Pero tambiénpueden organizarse

Las cuestiones de ética y valores pueden consi­derarse en unidades separadas o intergrarse tan há­bilmente al resto de currículo que nadie se encuen­tre conscientemente enfocado en «ética y valores»,o «responsabilidad», per se. En algunas comunida­des, esto puede ser una táctica ventajosa, debido ala oposición a la "educación en valores». El esque­ma requiere que, sin importar la manera en que elcurrículo de CTS sea organizado, se otorgue impor­tancia suficiente a cada fase del ciclo de la respon­sabilidad, y que los materiales y las actividades seanseleccionados y puestos en secuencia de acuerdocon esto.

4. El currículo. como un todo, se analiza y reor­ganiza cuando sea necesario, para asegurar un ba­lance apropiado y una secuencia de las cinco fasesdel ciclo de la responsabilidad.

Existen contextos mejores y peores para el tra­bajo en cada una de las fases del ciclo. El trabajo decomprensión de sí mismo requiere otras condicio­nes que difieren de la reflexión sistemática y de laacción. En cada nivel de la educación, el esquematrae consigo la pregunta: ¿cómo está dirigida cadafase de este ciclo? Ello no afirma que cada unidadde CTS, sin importar el tópico o la extensión, debedistribuir el trabajo por igual en cada fase. Pero sí

PARA COMPRENDER CIENCIA. TECNOLOGIA y SOCIEDAD 31

Page 29: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

afirma que debe darse atención equilibrada y apro­piada a cada una en el curso de las unidades deCTS, a través del año escolar; a través del currículo.y en cada nivel educativo (elemental, secundario,universitario, graduado/profesional, adulto/conti­nuada).

Con planificación y coordinación adecuada, eltrabajo de cada fase puede ser distribuido en pun­tos ideales dentro de un currículo integrado: mástrabajo de fase uno y dos en ciencias, trabajo de fa­se dos y cinco en los estudios sociales, más trabajode comprensión de sí mismo (fase uno) con los con­sejeros, más acción en proyectos basados en la co­munidad, etc. Pero aun en la ausencia de este tipode coordinación, ninguna fase debe ser descuidada.El esquema alienta el análisis de la totalidad del cu­rrículo para asegurar que se le dé la atención apro­piada, en la secuencia correcta, al trabajo en cadafase del ciclo. Cada unidad, cada curso, cada añoescolar, y el programa completo en cada nivel debeser explorado para asegurarse de que se ha asigna­do trabajo para cada una de las fases. El currículopuede ser estructurado para fortalecer aquellasáreas que están débiles, y para poner el trabajo enuna secuencia significativa: por ejemplo, el trabajode comprensión de sí mismo temprano en el añoescolar, la integración totalizadora al final, la tomade decisiones más serias y toma de acción en losúltimos años, etc.

S. El ciclo de responsabilidad es la «médula in­terna» de la educación. Se encuentra rodeado por elresto del currículo, muchas veces unido a la médu­la de maneras creativas.

CTS se hará tanto en cursos de CTS como com­ponentes en la educación en ciencias y estudios so­ciales (disciplinarios). La Natíonal Science TeachersAssociatiorz requiere que aproximadamente el 20%de los cursos disciplinarios de ciencias sea CTS. Laarticulación entre CTS y el resto del currículo pue­de ser fuerte o débil; los componentes del currículopueden reforzarse mutuamente o estar en contraunos de otros.

6. El significado del trabajo de los estudiantesen cada fase -comprension de sí mismo, reflexión,decisión, acción e integración- evoluciona.

32 PARA COMPRENDER CIENCIA. TECNOLOG1A y SOCIEDAD

Los estudiantes crecen, ganan una mayor com­prensión de sí mismos, un mayor sentido de identi­dad personal. Llegan a poseer un concepto más de­finitivo del «yo», y por lo tanto, adquieren una con­ciencia de sí en el sentido más profundo de esaexpresión. Aceptan mayores responsabilidades ensus vidas individuales, en sus familias y en la co­munidad. El status mismo de estudiante es impor­tante. Mientras que unos jóvenes se ven forzados aabandonar la escuela y a «crecer», otros retienen elrol de estudiante por más tiempo y experimentancon varios roles, actúan inconsistente y tontamentea veces. Pero no estamos dispuestos a extender pri­vilegios especiales de este tipo a los estudiantes pro­fesionales, aun si todavía no cumplen 25 afias y aca­ban de terminar la universidad. Como sociedad,estamos reconsiderando las exigencias que impone­mos a nuestros estudiantes universitarios, aún a losde secundaria, en lo referente al servicio a la comu­nidad (Boyer, 1983).

Los psicólogos del desarrollo pueden contribuiren gran manera en la selección y secuenciación detrabajo en las actividades de enseñanza. El ciclode responsabilidad nos conduce en dirección delas preguntas esenciales del desarrollo, y nos indi­ca cuándo son necesarias las ideas de la teoría y lainvestigación. Estas ideas nos ayudan a determi­nar cuál es el trabajo práctico y apropiado para ca­da fase del ciclo en los diferentes niveles educati­vos.

Tomemos el caso de la acción. Incluyendo ní­ños pequeños en un esfuerzo de limpieza vecinal,se puede establecer una base para actitudes y há­bitos positivos más tarde. Cuando discuten sobredilemas morales, reconocemos que su participa­ción es muy diferente a la de un estudiante mayorque toma una decisión personal, seguida por unaacción personal o en grupo, en relación con unacuestión controversial en la comunidad. Sabemosque al principio de los años de secundaria, los es­tudiantes están luchando con una identidad perso­nal naciente, y que tales decisiones tienen un tipode significado, mientras que al final de los afias desecundaria se espera que ellos asuman la respon­sabilidad, tomen parte en las decisiones de la co­munidad, voten en las elecciones estatales y nacio­nales.

Page 30: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

Bibliografía

Aristóteles, Poíitics. en Richard McKeon, cd.. The BasicWorb oiAristotle, Nueva York, Random House, 1941.

Baler. Kurt (1969), «what Is Value: An Analysís of theConcept», en Kurt Baler y Nicholas Rescher. eds., Va­lues and the Future, Nueva York, Free Press.

Brooke, Stopford (1900), De Religion in Literature and Re­ligion in Lile, citado en John Baíllíee. A Diary oiRea­dings. Nueva York, Scribners, 1955.

Boyer, Ernest (1983), High Schaol, Nueva York, Harperand Row.

Biological Science Currículum Study (1983), Innovations,Chícago. Kendell Hunt, 1983.

Fingarette, Herbert (1967), On Respansibility, NuevaYork, Basic Books.

Fulllnwirider, Robert (1988), «Learning Morality». QQ,8,2, 12-15,

Híckman, F., Patrick, J., y Bybee, R., (1987), A CurriculumFramework [or STS, Social Science Educatíon Consor­tium, Boulder.

Jonas, Hans (1984), The Imperative af Responsibility, Chi­cago, Universíty of Chícago Press.

Prewitt, Peter (t 986), «Issue Investigation and ActionSkills: Necessary Components of Pre-college STS Edu­cation», Bulletin ofSTS, 6,2/3,104-107.

Ryan, Kevin (1986), «The new moral educatíon», phi Del­ta Kappan, 67,228-233.

PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOWGIA y SOCIEDAD 33

Page 31: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

4

Las relaciones escuela-comunidady su influencia en la educación

en valores en CTSLeonard J. Waks

E ducación en Ciencia, Tecnología y Sociedad(CTS) es una innovación diseñada para pro­

mover una amplia alfabetización científico-tecnoló­gica, de manera que los ciudadanos tengan el poderde tomar decisiones responsables, relativas a lascuestiones tecnológicas predominantes en la socie­dad contemporánea. Ejemplos de tales cuestionesson la contaminación ambiental, el agotamiento delos recursos, la amenaza de guerra nuclear, la líbe­ración de organismos manipulados genéticamente,el deterioro de la calidad del trabajo a causa de laautomatización, y así sucesivamente. La educaciónCTS es un intento por crear una ciudadanía demo­crática, con el conocimiento científico-tecnológicoy la sofisticación política necesarias para el manejoresponsable de tales cuestiones.

La educación CTS puede organizarse en térmi­nos de un "ciclo de responsabilidad», que puede re­petirse en cada nivel educativo. El ciclo comienzafomentando actitudes de responsabilidad social ypersonal, se mueve a través del estudio de proble­mas, la toma de decisiones, y la acción responsable,y finaliza con la ubicación de cada cuestión especi­fica en el contexto más amplio de la ciencia y la tec­nología en la sociedad, incluyendo una toma de po­sición con respecto a cuestiones de ética y valores.

La ética y los valores son inherentes a todos los pro­blemas CTS, porque la tecnología en sí misma estácargada de valores. Cualquier proceso de selecciónde una tecnología envuelve la utilización de mediospara lograr propósitos y metas, y cada medio tec­nológico trae consigo costos y beneficios, algunosde los cuales son impredecibles y aún completa­mente inesperados.

Consideremos algunos ejemplos familiares: si in­troducimos una defensa espacial, es posible que ga­nemos en seguridad nacional, pero también es po­sible que este descubrimiento signifique una esca­lada en la carrera armamentista y termine por traermayor inseguridad. Si las nuevas tecnologías deltrabajo hacen la labor más productiva, algunas des­trezas que tomaron años en desarrollarse se volve­rán obsoletas. Si seguimos adelante con la ingenie­ría genética, es posible que se desarrollen nuevascosechas para aliviar el hambre, pero también esposible que se introduzcan en el ambiente nuevosorganismos, que tengan efectos destructivos. Lasnuevas tecnologías siempre prometen beneficiospara algunos, pero, al mismo tiempo, amenazan aotros con nuevos riesgos. ¡'De qué forma podrá lasociedad regular la tecno ogía? ¿Cómo podemosproteger y promover el bien de todos? ¿Y quién va atomar las decisiones?

PARA COMPRENDER CIENCIA. TECNOLOGfA y SOCIEDAD 35

Page 32: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

En aftas recientes algunos analistas sociales hanafirmado que la tecnología tiene sus propias leyesde desarrollo, las cuales han rebasado la capacidadde las personas -sean éstas ciudadanos que actúana través de instituciones democráticas, o elites téc­nicas y administrativas- para decidir su destino.Los educadores CTS rechazan esta posición «deter­minista», y argumentan que las personas pueden ydeben decidir. Sin embargo, conjuntamente con sufe en la democracia, reconocen la necesidad de unareforma fundamental en las metas y métodos edu­cativos asociados tanto con el conocimiento, comocon las actitudes. Como están las cosas hoy por hoy,muy pocos ciudadanos pueden entender la cienciao la ingeniería que está envuelta en, por ejemplo, ladefensa estratégica en el espacio, o la liberación deorganismos de ADN recombinante al ambiente. Po­cos tienen la sofisticación política necesaria paratratar con estos asuntos efectivamente, a través dela acción democrática. Esto conduce a las personasa asumir actitudes emotivas mal informadas, o amarginarse por completo de la toma de decisiones,dejándolo todo en manos de quienes se encargan deFormular políticas. De cualquier modo, el analfabe­tismo científico y tecnológico general conduce a loque Kenneth Prewitt (1983) ha llamado una «crisisde la democracia».

CTS busca resolver esta crisis. Desde el punto devista de los valores, los educadores CTS tienen undoble compromiso: la formacíón de una ética de laresponsabilidad, y la promoción de una amplia par­ticipación en la resolución de problemas relaciona­dos con la tecnología, a través de procesos demo­cráticos. Los educadores CTS buscan incrementarel número y la sofisticación de los ciudadanos cons­cientes, esto es, de aquellos que prestan atención a,y se preocupan por, los problemas tecnológicos enla sociedad. CTS puede verse como un incrementodel conocimiento científico y tecnológico, y como loque Prewitt ha llamado el «sentido común» científi­co, es decir la comprensión de cómo la ciencia y latecnología influyen en la política y en la adminis­tración, de modo que uno pueda convertirse en unagente efectivo en estos campos. Una persona coneste tipo de «sentido común» sería capaz, por ejem­plo, de comprender el problema del tratamiento delcáncer tal como es presentado en los contextos

36 PARA COMPRENDER CIENCIA. TECNOLOGIA y SOCIEDAD

científico y político, es decir; sería capaz de com­prender, y tomar parte en, el debate sobre la asig­nación de fondos para investigación.

Areas potenciales depreocupación comunitaria

Cuando se lleva a cabo la educación CTS en losdistritos escolares, es posible anticipar posibles pre­ocupaciones y fuentes de controversia en la comu­nidad, incluyendo (1) el contenido controversial delcurrículo, (2) el énfasis en la acción estudíantíl. y(3) la búsqueda de certeza en un mundo incierto.

Contenido controversial del currículo

Primero, fuera de contexto, elementos específi­cos de contenido en el currículo CTS pueden pro­vocar controversia. Los unidades CTS deben tratarde presentar de manera equilibrada las distintas po­siciones en el debate (criterio 4). Los educadoresCTS están convencidos de que una parte esencialdel pensar por uno mismo es pensar junto con, yevaluando los puntos de vista de, quienes están en­vueltos en la discusión de los problemas. Sin em­bargo, esto se presta a separar un elemento de esecurrículo equilibrado, y convertirlo en objeto deataque, como si este elemento se sostuviera por símismo, como si la totalidad del currículo abogarapor una sola posición en en la controversia. Debidoa que todas las unidades CTS deben contemplar ar­gumentos opuestos, éstas son vulnerables a este ti­po de ataques injustos.

Alentando la acción social responsable

Segundo, las decisiones de los estudiantes sobrelos problemas CTS serán truncos e ineficaces, si nose traducen en acción responsable. Es por eso quelos educadores CTS alientan a los estudiantes a pro­ceder, frecuentemente en asociación con organiza­ciones comunitarias. En algunos casos, hay un am­plio consenso en toda la comunidad sobre los pasosque deben seguirse para actuar. Por ejemplo, mu-

Page 33: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

chas comunidades se encuentran ahora envueltasen proyectos de limpieza de ríos, apoyados por lí­deres ambientalistas e industriales. Esfuerzos CTShan sido integrados en proyectos tales como los delas cuencas de los ríos Rouge, Chesapeake, y Schul­kili, en los Estados Unidos. Pero muchos problemascrs dividen a la comunidad. Para que las escuelaspuedan promover la acción responsable como par­te del aprendizaje, es necesario que tengan una jus­tificación clara, y dispongan de canales apropiadosde comunicación, para hacer posible la compren­sión del problema por parte de la comunidad, y selogre su apoyo. Los maestros y los administradoresdeben pues desarrollar guías claras para regular lasrelaciones entre las escuelas y las organizacionescomunitarias.

La búsqueda de la certeza

Tercero, los problemas CTS ponen al descubier­to todas las ansiedades que existen en mundo in­cierto, para las cuales no hay una solución sabia.Algunos ciudadanos tratan de resolver esta ansie­dad buscando un sentido de certeza en las autori­dades científicas, técnicas, educacionales o religio­sas. Pero los problemas CTS son complejos y «po­bremente estructurados». Puede haber ocasionesen las cuales no haya respuestas «correctas», y aunsi las hay, estas son muy difíciles de encontrar. Tam­bién hay desacuerdos acerca de cuáles son los mé­todos apropiados para hallar respuestas aceptables,y aun acerca de cuál es la pregunta correcta. Loseducadores CTS reconocen que los ciudadanos co­munes en todas las fases de la vida deben desarro­llar una capacidad creciente para resolver, por símismos -individualmente o como agrupación polí­tica- tales problemas.

En la educación CTS, la información y el cono­cimiento están separados de la certeza absoluta.Ningún sabio -sea éste un científico o un ingenieroen su bata blanca de laboratorio, o un líder religio­so o político benévolo, o un maestro- sabe lo que escorrecto o lo que es mejor. La responsabilidad depensar pasa al ciudadano. En efecto, el estudio delos problemas CTS nos muestra, con una claridadineludible, lo poco que se sabe sobre cosas de gran

importancia, o cuán poco confiables e indignos deconfianza pueden ser los líderes, tanto científicoscomo políticos. Consideremos, por ejemplo, los ca­sos de Three Mille Island, el Challenger, y la libera­ción del organismo «ice-minus» al ambiente.

Los educadores CTS creen que la mejor soluciónpara el problema de la incertidumbre es no escudara los líderes políticos en imágenes irreales de com­petencia y autoridad, sin importar qué confiablesparezcan ser. En su lugar, los educadores CTS bus­can incrementar la comprensión científica y técni­ca, y construir en los estudiantes una experienciapropia de autoridad personal, para que puedan to­mar decisiones (con toda la angustia que esto traeconsigo), basadas en su mejor reflexión sobre elproblema. CTS es, en un sentido, un intento por in­cluir todos las fuentes posibles de pautas y directri­ces, cosa que puede lograr por su carácter ínterdís­ciplinario. Al final, las decisiones deberán descan­sar en la integridad de los ciudadanos y en suvoluntad para aceptar la responsabilidad, así comoen la evidencia objetiva y en los procesos racionalesde decisión. Esto requiere la completa integraciónde la dimensión ética en el cuniculo de ciencia ytecnología.

Por supuesto, habrá preocupaciones, indecisión,hasta escepticismo en la comunidad, con respectoal contenido y los métodos fundamentales de CTS.Se aconseja que los educadores se preparen cuida­dosamente para el proceso de implementación. Enaños recientes, miembros de algunas comunidadeshan sido capaces de obstaculizar reformas escola­res enfocadas tanto en el contenido como en losmétodos instruccionales y diseñadas para fomentarla reflexión de los estudiantes sobre sus creencias yconvicciones, y la toma de decisiones basada en es­ta reflexión, y en su experiencia personal: salonesde clase abiertos, métodos de investigación, educa­ción afectiva y de valores, educación globaL Loseducadores CTS tienen que conocer bien los pro­blemas que se han presentado anteriormente en losprocesos de reforma educativa. A continuación, sepresentan algunos principios y pautas para manejarun posible conflicto con la comunidad en tomo a laeducación social. Para eso, me he basado principal­mente en un conjunto de pautas formuladas previa­mente (Foshay, 1974).

PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLOG/A y SOCIEDAD 37

Page 34: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

Tres principios

Tres principios, todos ellos anclados en la natu­raleza y tradiciones de la escuela pública en nuestrasociedad, pueden guiar a los educadores interesa­dos en desarrollar CTS en las escuelas locales. Mereferiré a estos como los principios de control de lacomunidad, desarrollo integral del individuo, y la ra­zón en controversia.

El principio del control de la comunidad

Las escuelas se encuentran bajo el control de lacomunidad, y los miembros de la comunidad tienenel derecho de conocer en detalle las metas, métodosy contenido de las innovaciones educativas propues­tas, para que puedan participar; responsablemente,en la dirección de la educación en la comunidad.

Aunque el apoyo explícito de las organizacionesprofesionales y de los departamentos de educaciónestatales a la educación CTS es útil y necesario, ésteno es suficiente. La realización de CTS se hace bajola dirección y el control de los distritos escolares lo­cales. Si CTS pretende convertirse en un elementovital en las escuelas, los educadores deben presen­tar un argumento claro y atractivo sobre lo que CTSsignifica para la comunidad, anticipando sus posi­bles preocupaciones y reservas y, simultáneamente,buscando su apoyo.

Si esperan encontrar apoyo, los distritos escola­res deben desarrollar, inicialmente, una base localde conocimiento experto en CTS. Para desarrollaresta capacidad, se sugieren varios pasos de acción.

Primero, los administradores escolares y losmaestros envueltos en CTS, necesitan informarsebien sobre la justificación, metas, métodos y conte­nido de la educación CTS. Esto significa que los líoderes de la escuela deben dominar por completo losargumentos de apoyo de las organizaciones profe­sionales, tales como la NSTAy la NABT; y las metasy objetivos impulsados por su propio estado y porotros estados. Deben estar completamente informa­dos sobre los esfuerzos de proyectos nacionales dereforma curricular, tales como BSCS y S-STS, asícomo sobre los materiales publicados comercíal-

38 PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLOC/A y SOCIEDAD

mente y sobre aquellos producidos con el apoyo dela industria y varios grupos de interés. Deben cono­cer también los estudios de investigación que apo­yan la innovación, los cuales, a su vez, deben po­nerse en conocimiento del público en general.

Segundo, aunque CTS comparte con la educa­ción en valores y la educación afectiva una dimen­sión de "procesos», debe basarse en una compren­sión científica y técnica. Por esta razón, se sugiereque los maestros participantes adquieran y de­muestren un conocimiento considerable de proble­mas CTS específicos, de modo que el programapueda presentarse al público de manera concreta yconvincente.

Para el desarrollo de esta capacidad, se recomien­da la formación de "equipos interdísciplinarios Cl'S»dentro del distrito, seleccionados de varios grados, yasignaturas. Estos equipos tendrán la responsabilí­dad, bajo la supervisión de los líderes administrati­vos, de realizar CTS en el distrito, incluyendo la se­lección de contenido, la secuencia de unidades deinstrucción, el entrenamiento de personal de ense­ñanza, y las políticas para la evaluación del aprendi­zaje. Los miembros de estos equipos tendrán la res­ponsabilidad de convertirse en expertos en educa­ción CTS,y de informar a los líderes administrativos.Este conocimiento experto hará de los maestros unrecurso valioso durante la comunicación con losmiembros y los líderes de la comunidad,

Para realzar su conocimiento de base con res­pecto al contenido de CTS, se debe promover la foromación de grupos de estudio para investigar «is­sues» I CTS. También se podría invitar a miembrosde organizaciones comunitarias interesadas en es­tos problemas (por ejemplo grupos ambientalistas,organizaciones laborales, grupos de las iglesias), aser parte del grupo. Los grupos pueden tener unfacilitador local, o pueden estar dirigidos por per­sonal universitario. Además, estos grupos deberánestar dispuestos a trabajar "a la antigua», en su pro-

I La palabra -tssue- se ha mantenido en algunas partes deeste texto, a falta de una palabra castellana que exprese el sig­nificado exacto de 10 que se quiere expresar en el articulo Unaposible traducción seria «cuestiones», pero esta palabra no tie­ne la connotación de controversia que si contiene la expresión«Issue». (Nota de los traductores).

Page 35: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

_._-- - -.- -:.:;::;::;..:'~-'-_.- ------------,

,,

PARA CO/vlPR!,,\'DER CIE\'CIA, TI:oCNOIDGfA y SOCIEDAD 39

Page 36: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

pío tiempo y costeando sus gastos, aunque tambiénpodrán obtener por ello bonificaciones, tiempo li­bre, o créditos universitarios, a través de fondos delas agencias gubernamentales estatales o federaleso de la industria local.

Una vez que existe un nivel apropiado de cono­cimiento sobre CTS, los líderes del distrito, y losmaestros, deben estar dispuestos a usarlo efectiva­mente en su interacción con los miembros de la co­munidad. Ningún elemento del programa debeocultársele a la comunidad con el pretexto de evitarpreocupaciones y reacciones, o porque «nosotrossabemos más que ellos». El conocimiento expertode temas educativos nunca debe usarse como escu­do protector contra las preocupaciones y dudas dela comunidad. Tales tácticas empujan a quienes es­tán verdaderamente preocupados (la mayoría). aunirse a la mínoría indiferente, y crea una barrerapara su realización. El educador CTS que buscapromover la participación responsable de la comu­nidad, deberá comenzar por comprometerse a«mantener su casa limpia», libre de la propagandaemotiva sobre los supuestos beneficios de la com­plicada jerga educacional, y de la diseminación se­lectiva de los datos de investigación relevantes.

El principio del desarrollo integralde la persona

Las escuelas comparten con otras institucionesla responsabilidad por el desarrollo integral de lapersona, como individuo y miembro de la sociedad,y tienen una responsabilidad especial en 10 relativoa la dimensión cognoscitiva.

Los educadores tienen que trazar una ruta inter­media entre imponer un monopolio radical sobretodo el aprendizaje, por un lado, y retirarse a unacademicismo de «torre de marfil», por el otro. Lasescuelas comparten con otras instituciones de la so­ciedad la responsabilidad por el desarrollo integralde la persona, como individuo y miembro de la so­ciedad. De manera general, podemos dividir las me­tas tradicionales de la escuela en cuatro conjuntosde metas, (1) personales, (2) académicas, (3) voca­cionales y (4) sociales. La responsabilidad por el de­sarrollo personal (moral y sicológico) es comparti-

40 PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLOGtA y SOCIEDAD

da con las familia, las iglesias, las organizacionesjuveniles, las profesiones de la salud, etc. La res­ponsabilidad por la transmisión de conocimiento secomparte con las instituciones culturales y los me­dios de comunicación. La responsabilidad por laeducación social y política se comparte con los lí­deres y organizaciones políticos, organizaciones la­borales, y con grupos comunitarios.

Las escuelas no deben descuidar ni adueñarse deninguna de estas responsabilidades. No pueden elu­dir el tratamiento de problemas tecnológicos queafectan la vida de los estudiantes, con el pretexto deque eso no es de su incumbencia. Éste es el «prin­cipio de Nerón», tocar el violín mientras el mundose ahoga en contaminantes, explota en una nubenuclear, o progresa hacia un campo de concentra­ción automatizado, en tanto que la ciudadanía semantiene ignorante e incapaz de actuar. Por otraparte, las escuelas no pueden arrebatar a otras ins­tituciones (e.g. iglesias, grupos juveniles, grupos co­munitarios, grupos ambientalistas) su rol legítimosen la educación de la juventud. En lugar de esto, ca­da distrito deberá identificar y poner en práctica ro­les apropiados en todas estas áreas, y establecer susrelaciones cooperativas apropiadas con otras insti­tuciones sociales.

Esto ha sido reconocido por los distintos distri­tos escolares, en sus planteamientos sobre «filosofíade la educación» o en sus «propósitos y metas». Laimplementación de CTS no implica ampliar la filo­sofía y propósitos de las escuelas locales, sino quepuede conducir a una indagación sobre las implica­ciones reales de tales planteamientos.

La escuela pública, sin embargo, tiene un doblepapel: tiene la responsabilidad primordial por el de­sarrollo cognoscitivo, por el desarrollo de las facul­tades de pensamiento y razonamiento de cada estu­diante, y debe permítír que este aprendizaje se re­fleje en el aspecto académico y en las dimensionespersonal, vocacional y social del estudiante. Nues­tras tradiciones progresistas y humanistas respal­dan a las escuelas en el cumplimiento de esta fun­ción. Pero para cumplirla completamente, los líde­res escolares y los maestros necesitan, y reclamanlibertad académica. La comunidad no debe restrin­gir el acceso del estudiante a información o a for-

Page 37: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

mas de pensar. Ningún método inquisitivo se en­cuentra fuera de los límites de la escuela, incluyen­do, por ejemplo, pruebas químicas de suelos yaguapara establecer grados de contaminación ambien­tal, entrevistas y encuestas a la comunidad que pue­dan revelar ignorancia, apatía y malestar, o provo­car divisiones profundas en la comunidad.

La escuela pública tiene una responsabilidadmuy importante por inculcar valores, actitudes ydestrezas de participación democrática en los pro­cesos de toma de decisiones de nuestra sociedad(Gutínaun. 1987).

Como ya se ha indicado, habrá siempre miem­bros de la comunidad que rechacen la idea de quelos jóvenes deben ser educados para pensar por símismos con respecto a cuestiones de hecho y a jui­cios políticos. Estas personas creen que a los jóve­nes se les debe decir lo que deben creer y hacer, yreaccionan instintivamente en contra de todas lastendencias democráticas en la educación pública.Frente a este desafío, los educadores deberán pro­teger su libertad académica básica. De otra manera,como dice Forshay, se destruirla la educación y seamenazaría la existencia misma de nuestras institu­ciones. Esto no es fácil en comunidades divididascon respecto a las prácticas escolares. Pero la cargapuede reducirse con una preparación cuidadosa, ylas pautas que se presentan en este artículo puedenser útiles para dirigir este proceso.

El principio de la razón en controversia

Con respecto a la controversia en la comunidad,el papel principal de las escuelas es integrar el pen­samiento y el razonamiento sobre los problemas. Lasescuelas no existen para provocar controversias en lacomunidad, pero tampoco deben rehuirlas.

La educación no es adoctrinacion. y las escuelasdeben evitar que se las perciba como «enemigas»,que toman partido en los problemas que dividen ala comunidad. Los educadores CTS rechazan uni­dades de currículo que sólo presentan un lado, queno exponen todos los puntos de vista con relacióna problemas tecnológicos. Personalmente, el edu­cador CTS puede preferir la energía solar a la nu-

clear; una dieta más baja en grasas a la recomen­dada por la industria de la leche, una restricciónmayor en nuevas tecnologías de reproducción hu­mana. Pero limitarse a defender esas posiciones,sin importar su fundamento científico, no es apro­piado; simplemente no es educación CTS (ver elcriterio cuatro).

Esto no significa que CTS es «neutral». La edu­cación CTS se basa en dos postulados básicos de va­lores: una ética de responsabilidad personal y so­cial, y la promoción de la participación amplia en elproceso democrático de toma de decisiones. Unaefectiva educación CTS transmite estos valores a losestudiantes, insistiendo enérgicamente para quesientan que «ellos son el mundo», que una de lasfuentes más profundas de significado en sus vidases la protección del ambiente y la calidad de vidamediante decisiones propias y participación infor­mada en las decisiones colectivas.

Pero estos compromisos se realizan a través deactividades educacionales, razón por la cual ellosdeben integrarse con el compromiso primario parael pleno desarrollo de las facultades de pensamientoy razonamiento. Cuando la controversia se vuelcasobre las escuelas, éstas tienen la oportunidad únicade determinar un camino entre defender y evitar.Los educadores CTS pueden aprovechar las oportu­nidades presentadas por la controversia. Antes deque los jóvenes se envuelvan en la lucha expresandosus puntos de vista, puede alentérselos para que in­vestiguen el problema e identifiquen las posicionesen conflicto: ¿Se encuentran estas posiciones pre­sentadas claramente o en forma de frases emotivas?¿Están los reclamos de cada grupo bien fundamen­tados, o se basan en una evidencia inadecuada? ¿Es­tán las partes «jugando limpio», o usan tácticas quedeban ser rechazadas por un público democrático?

Las escuelas no lograrán reducir la controversiaen la comunidad a un mero contenido académico,por ejemplo, convertir la batalla sobre la planta demuniciones nucleares en el pueblo en algo tan esté­ril como las «lecciones de Egipto». Y no deben in­tentarlo siquiera. En lugar de esto, una vez se ha es­tablecido un clima decente de estudio, las investi­gaciones deben apuntar hacia los aspectosdecisorios. ¿Cuál es el problema real? ¿Cuáles son

PARA COMPRENDER CIENCIA. TECNOLOG/A y SOCIEDAD 41

Page 38: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

las posibles soluciones? ¿Qué se puede hacer? y en­tonces, en conjunto con los varios grupos comuni­tarios envueltos, se debe alentar a la gente joven aactuar, a ser «parte de la solución». Como ha dichoErnest Boyer recientemente, nuestros estudiantesno son los ciudadanos del futuro sino nuestros ciu­dadanos jóvenes.

Pautas

Hasta ahora hemos afirmado que las escuelas seencuentran sujetas al control local, y que CTS debeser realizado por personal local. Las escuelas com­parten la responsabilidad del desarrollo integral delos jóvenes, y tienen una responsabilidad especialpor su desarrollo cognoscitivo, social y políticocompleto. Por eso deben proteger la libertad acadé­mica básica. Las escuelas no antagonizan a la co­munidad. En lugar de rehuir las controversias, pue­den usarlas para ayudar a desarrollar en los estu­diantes las facultades de pensamiento. Estosprincipios, procedentes de nuestra tradición educa­tiva, nos ayudan a formular guías para marcar elcamino para la implementación dela educaciónCTS en las escuelas.

Antes de comenzar

1. Conozca a la comunidad

La primera medida preventiva en la reformaeducacional es conocer a la comunidad. Esto per­mite al personal del distrito entender lo que le im­porta a diferentes grupos, y así saber qué esfuerzoseducativos serán considerados valiosos, amenazan­tes, etc. Este conocimiento también provee ideasvaliosas para dar for-ma al proceso de reforma (estoes, la selección de problemas CTS de investigación),así como una advertencia sobre problemas que pue­dan presentarse en el desarrollo de la reforma.

Para CTS en particular; conocer a la comunidadsignifica establecer relaciones y mantener comuni­caciones con los líderes y personas que influencianla opinión, y conocer los problemas tecnológicosque están afectando a la vida de la comunidad.

42 PARA COMPRENDER CIENCIA. TECNOLOGIA y SOCIEDAD

Los miembros de la facultad identificados comoCTS (en el mejor de los casos, miembros de un equi­po ínterdíscíplínario CTS, seleccionado por la ad­ministración) deben verse a sí mismos como ungrupo comprometido que mira hacia adelante, de­seoso de hacer un esfuerzo extra, trabajando fuerade los límites disciplinarios y proyectándose haciala comunidad.

Este grupo puede lograr un conocimiento de lacomunidad mediante la creación de vínculos conorganizaciones comunitarias influyentes, ya sea co­mo miembros o como personal escolar interesado.A través del proceso de realización, aquellos com­prometidos más directamente en el distrito escolarsabrán, o serán capaces de, reconocer más rápida­mente las preocupaciones de las personas que danforma a las opiniones de la comunidad. De estemodo, podrán evitar el provocar accidentalmente laoposición. Y si existen preocupaciones, las relacio­nes anteriores crean oportunidades para un proce­so de resolución justo y razonable, antes de que lasposiciones se afiancen y las emociones dominen ladiscusión.

En el mejor de los casos, la facultad CTS partici­pará también en un grupo de estudio CTS, y unapreocupación central del grupo debe ser el estudiode los problemas tecnológicos que afectan a la co­munidad local, por ejemplo, la calidad del agua, laautomatización de fábricas que implique el despidode empleados, políticas de uso de tierras, etc. Losmiembros de tales grupos de estudio son un recur­so invaluable para el distrito. Por su habilidad paradiscutir los «Issues» de la comunidad de forma res­ponsable e informada. constituyen algo así comoun «argumento ambulante» en favor de la educa­ción CTS.

2. Estudie las políticas locales para,y los historiales de casos de, el manejode materiales nuevos o controversiales

Como mencionamos anteriormente, todo distri­to escolar local puede experimentar de vez encuando oposición a un currículo que promuevaque los estudiantes «piensen por sí mismos». Ha­brá muchos más miembros de la comunidad, posi-

Page 39: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

blemente una mayoría, que tenga preocupacioneslegítimas, y si éstas no se manejan adecuadamente,el nuevo programa va a fracasar. Cada distrito ten­drá una historia de oposición a sus programas, ydebe tener en sus políticas pautas para la libertadacadémica y la censura, incluyendo el manejo demétodos y materiales instruccionales controversia­les.

Por razones que ya hemos discutido, es de espe­rarse que la educación CTS despierte preocupacio­nes y oposición. Los educadores CTS deben antici­parse a esa posibilidad, y familiarizarse tanto conlas guías explícitas en las políticas, como con lashistorias de los casos. Si no existen políticas escri­tas, los educadores CTS deben tomar la delanteraen desarrollarlas como un paso preliminar para laimplantación de CTS.

Se sugieren cuatro pasos de acción. (1) Buscar yestudiar las políticas existentes; (2) explorar las im­plicaciones especificas para CTS; (3) dentro del pro­grama de CTS. desarrollar guías claras para laadopción y utilización de materiales instrucciona­les y para la selección de tópicos CTS, y (4) desa­rrollar guías específicas regulando la relación entreel programa académico de la escuela y las activida­des de organizaciones basadas en la comunidad.

La definición del equipo de trabajo de S-STS dela educación CTS, la estructura de currículo desa­rrollada por el «Social Science Education Consor­ríum», las declaraciones de apoyo de las asociacio­nes profesionales de maestros, y los mandatos deldepartamento de educación del estado, deben tenerun rol central en el desarrollo de tales guías, y pro­veer apoyo externo de las autoridades para los es­fuerzos de los programas locales.

Introduciendo el programa crs3. Comprometa a tiempo a la comunidad

Las escuelas se encuentran bajo el control de lacomunidad local, y los miembros de la comunidadtienen todo el derecho de ser informados acerca de,y estar envueltos en, la realización de CTS (princi­pio uno).

Temprano en el proceso de realización, el distri­to debe comenzar a dialogar con la comunidad. Va­rias formas son apropiadas en circunstancias loca­les, tales como almuerzos de trabajo con los admi­nistradores y líderes de la comunidad, y reunionespúblicas bien anunciadas abiertas al público en ge­neral. Estas reuniones deben ser diálogos, no sola­mente comunicaciones en una sola dirección para«informar al público». Los temas deben incluir lajustificación básica y las metas de la educación CTS,su relación con la filosofía y metas del distrito, elapoyo recibido de las organizaciones profesionalesnacionales y. donde sean aplicables, los mandatosdel departamento de educación del estado. Una lec­ción puede ser presentada como un ejemplo clarodel tipo de métodos y contenido que se pueden es­perar en CTS. Los materiales instruccionales que seestán considerando para adopción deben ser mos­trados y explicados. Cuando se ha logrado un apoyoa través de comunicaciones personales. los líderesde las organizaciones de padres, la industria local,las uniones laborales. los Scouts, y otras organiza­ciones basadas en la comunidad, pueden ser útil­mente involucrados en tales reuniones.

Las reuniones deben incluir oportunidades paracomentarios y para expresar preocupaciones y críti­cas, sin importar que sean prematuras o estén malinformadas. Deben evitarse reclamos exagerados so­bre el valor o beneficios de CTS, pues en vez de darseguridad a quienes todavía dudan, pueden provo­car oposición. En lugar de esto, pueden presentarsedatos de investigación e informes anecdóticos deotros distritos, que apunten sobriamente tanto a losbeneficios, como a problemas potenciales. La sim­pleza debe ser la regla. CTS no debe presentarse co­mo una solución mágica para los problemas educa­cionales, sino como un medio muy útil, consistentecon la filosofía del distrito. para «mantenerse al díacon nuestra cambiante sociedad tecnológica».

4. Trate de anticipar áreas de controversia

Como indicamos, CTS es vulnerable a que se ata­quen sus contenidos y sus métodos. Por tratar conproblemas controversiales y estudiar posicionesopuestas, CTS es inmediatamente controversíal. Al

PARA COMPRENDER CIENCIA. TECNOLOG/A y SOCIEDAD 43

Page 40: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

fomentar que los estudiantes piensen por sí mismosy actúen en la comunidad, sin importar que tan res­ponsablemente, se puede esperar que CTS despier­te las preocupaciones de muchos y la oposición ac­tiva de la minoría antí-democrétíca.

Las áreas potenciales de controversia no son di­fíciles de identificar. De hecho, la primera línea deoposición pueden ser los mismos maestros, puesellos se dan cuenta del arduo trabajo que CTS re­presenta. y pueden fácilmente identificar áreas po­tenciales de peligro que justifiquen detener la inno­vación. Esta forma de pensar es reactiva, y puedeenfrentarse con explicaciones claras de las metas yobjetivos. y con lecciones modelo y buenos mate­riales instruccionales.

El mejor acercamiento a los miembros de la co­munidad incluye el establecimiento de buenas rela­ciones. y la comunicación clara sobre la innovaciónpropuesta (guías uno y tres), seguida de una actitudabierta, una voluntad de escuchar las preocupacio­nes y tomarlas en serio, y asegurar que la instruc­ción será ordenada. efectiva, y equilibrada, es decir,no prejuiciada en contra de sus posiciones o valores.Las siguientes pautas se enfocarán en pasos másadelantados si éstas demuestran ser inadecuadas.

S. Prepárese para convertir los problemasde la comunidad en aprendizajecomunitario valioso

La escuela no es un enemigo que toma partido yprovoca controversia. ahondando aún más las divi­siones de la comunidad. Cuando las emociones al­rededor de un problema son tan altas que cualquieralusión a éste, sin importar cuán benigna sea, sóloinflama las pasiones, se puede recomendar que lasescuelas seleccionen temas menos controversiales.Sin embargo. existe la posibilidad de utilizarlas pa­ra convertir la controversia existente en oportuni­dades para el aprendizaje comunitario.

La Fundación Kettering auspicia un programade Nacional Issues Forums (foros nacionales sobreproblemas), que utiliza un formato de reunión parapresentar varios puntos de vista y envolver a los ciu­dadanos en la toma de decisiones. Algunas comuni-

44 PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLOGtA y SOCIEDAD

dades locales han adaptado este tipo de formato pa­ra los problemas locales, preparando materiales im­presos y cintas de video, presentando la informa­ción técnica y científica básica. así como las posi­ciones que defienden cada una de las partes enconflicto. Los distritos escolares pueden tomar ladelantera en auspiciar foros locales sobre proble­mas CTS. en los cuales los maestros de CTS jugarí­an un papel primordial como organizadores y pro­veedores de información básica. y como facilitado­res de discusiones que preparen para la toma dedecisiones en la comunidad (por ejemplo, votar enun referéndum). La preparación de tales foros pue­de centrar las actividades de aprendizaje CTS en lossalones de clase, y actuar como un puente entre losestudiantes y los miembros de la comunidad. El for­mato de foro permite también estructurar unidadesCTS, diseñadas específicamente para escolares. Lasforos de «Issues» CTS pueden resultar directamen­te beneficiosos para la comunidad, y demostrarefectivamente el valor de la educación CTS.

6. Comience con programas pilotoy demostrativos, antes de expandirsea través del distrito

Hay una resistencia natural a «reinventar la rue­da». Sin embargo, la educación CTS debe ser desa­rrollada a nivel local, por maestros locales, deacuerdo con las tradiciones y expectativas locales(principio uno), yeso significa que debe ser «re-in­ventada» dondequiera que se desarrolle. Si se en­tregan a los maestros materiales CTS desarrolladosen otro lugar, y meramente se les dice que los usen,la reforma será, en el mejor de los casos. superfi­cial. Las maestros deben dar algo de sí en los mate­riales, adaptarlos y modificarlos para beneficiarsede su saber y de su estilo de enseñar, así como de suconocimiento de las circunstancias locales.

Esto favorece un proceso de desarrollo en variospasos. Comience por identificar maestros que seencuentran informados y listos para darle unaoportunidad a CTS. Provéales entrenamiento, y co­néctelos a fuentes de información y apoyo más alládel distrito. Haga de estos esfuerzos piloto experi­mentos genuinos, recogiendo datos cualitativos y

Page 41: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

cuantitativos acerca de actividades y resultados pa­ra evaluar CTS. En una etapa posterior, estos pro­yectos piloto pueden ser calificados como exitosos,y transformados en proyectos demostrativos. Lasfortalezas y posibles problemas pueden entoncescomunicarse a otros maestros en el distrito, quie­nes, al tomar conciencia de las ventajas. puedenmostrarse dispuestos, si no ansiosos de adoptarCTS en sus salones de clase. Una presentaciónequilibrada de una historia exitosa (especialmenteuna en la cual toda la comunidad se haya envueltodesde el principio), significará más para los maes­tros locales y para los miembros de la comunidadque cualquier modelo o información nacional.

7. Cuando se usen materiales distribuidosnacionalmente, publicados comercialmente,o auspiciados por las industrias, establezcacon la fuente y consúltelos con relación a lautilización y modificación de los materiales

Cuando la idea CTS sea presentada a la comuni­dad, es importante hacer énfasis en que las unida­des CTS siempre proporcionan un balance de pun­tos de vista opuestos. Sin embargo, es muy fácil pa­ra un ciudadano atacar un elemento del currículo,sacándolo de su contexto. Por ejemplo, no seríaapropiado presentar una unidad CTS sobre biotec­nologfa sin incluir las aseveraciones de posición deactivistas antí-bíotecnologías tales como JeremyRifkin. Pero eso hace posible que alguien haga unataque diciendo que «ustedes están enseñando aRífkin en nuestras escuelas».

En tanto que una defensa emotiva por parte delmaestro atacado puede ser inefectiva, afirmacio­nes autorizadas procedentes de la organizaciónque elaboró el currículo o los materiales, sobre elpapel del contenido controversial en la presenta­ción balanceada de un tópico, pueden dar másconfianza. En vez de reaccionar defensivamente.el personal del distrito puede escuchar las preocu­paciones, intentar resolver el problema a travésdel diálogo razonable, y prometer «considerarlocon detenimiento» si esto falla. Además, puedecompartirse con el público información de la or­ganización fuente. Una táctica similar puede ser

empleada cuando algunos miembros de la comu­nidad exigen que se remuevan elementos específi­cos, necesarios para una presentación equilibradadel problema. Aseveraciones de la organizaciónfuente sobre la necesidad de esos componentes pa­ra el balance instruccional y la efectividad, puedenayudar a ganar el apoyo en una batalla sobre la li­bertad académica.

8. Explore factores que puedan ayudaro impedir la realización

Los elementos claves que ayudan la realizaciónincluyen: (i) identificación de personal clave del dis­trito y establecimiento de grupos de trabajo o «equi­pos», (H) búsqueda temprana de apoyo en la comu­nidad, (iii) juicios y demostraciones locales, (iv) unplan para el desarrollo de personal en servicio, in­cluyendo metas, estrategias ínstruccionales. y mate­riales de enseñanza, (v) comunicación clara a losmaestros sobre la posición de las asociaciones pro­fesionales y los documentos de apoyo, (vi) datos deinvestigación sobre la efectividad en distritos com­parables, (vii) mandatos y directivas del departa­mento de educación del estado.

Elementos claves que crearán barreras a la reali­zación incluyen: (i) diálogo inadecuado con la co­munidad, (H) afirmaciones infundadas sobre una«efectividad milagrosa», que solo causan escepticis­mo y reacciones de oposición, (iii) aislar CTS delresto del currículo, lo cual le expone a una amputa­ción prematura. En su lugar, el énfasis de CTS debeser integrado a través del currículo, y presentado ala comunidad como algo valioso para promovermejor las metas establecidas.

Respondiendo al ataque

9. Escuche claramente por las preocupacionesdetrás de cualquier ataque, y busque aclarary responder a las preocupacionesen vez de reaccionar a los ataques

En CTS y en otras reformas escolares democré­tícas. la comunidad puede estar dividida en la mi-

PARA COMPRENDER C/ENC/A. TECNOLOG1A y SOC/EDAD 45

Page 42: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

noría entusiasta, la mayoría apática, los potencial­mente preocupados y la mayoría dudosa, y la mi­noría anti-democratica. Los distritos han incurri­do a veces en el error de escudarse detrás de su au­toridad y no responder apropiadamente a laspreocupaciones, dudas, miedos, y vacilaciones le­gitimas. No han prestado atención a las pautas re­ferentes a conocer a la comunidad y comprome­terla en el proceso de reforma. Estos vacíos forta­lecen a los grupos antí-democraticos. Si estosucede, no hay que incurrir en el error de confun­dir al ciudadano molesto y preocupado con el fa­nático.

El personal del distrito debe comenzar por ex­presar gratitud a los ciudadanos por su preocupa­ción, dejando que los atacantes molestos sepan queprefieren la molestia a la apatía. Con frecuencia, lapreocupación se basa en falta de o en mala infor­mación, y puede combatirse efectivamente con in­formación correcta. «Yo comprendo su preocupa­ción sobre "enseñar a Rifkin". Está bien que ustedse preocupe por la posibilidad de un prejuicio. Loque sucede es que CTS implica la presentación deun balance de diferentes puntos de vista, y el suyoes meramente uno de varios puntos de vista con­flictivos que están siendo investigados por los estu­diantes».

Si la preocupación es sobre la acción estudiantil(por ejemplo, una actividad ambiental que envuelvagrupos tales como Greenpeace}, los maestros y loslíderes de distrito deben comenzar nuevamente conuna expresión de aprecio por su preocupación, se­guida de un repaso a las pautas para relaciones decooperación con organizaciones comunitarias. Esconveniente asegurarse de que las organizacionesfavorecidas por la opinión del atacante participende los esfuerzos CTS del distrito.

Algunos ataques pueden, aparentemente, estardirigidos directamente a CTS, pero si se escuchacon cuidado, la preocupación puede dirigirse ha­cia otro blanco. Quizás un maestro haya defendi­do una posición particular, o manejado los puntosde vista opuestos de una manera inadecuada. Qui­zás la investigación de los problemas y las activi­dades de toma de decisiones hayan estado muypoco estructuradas, y no han permitido aprender

46 PARA COMPRENDER CiENCIA. TECNOLOGIA y SOCfEDAD

nada sobre ciencia y tecnología. Aquí los proble­mas no residen en la educación CTS, sino en elcomportamiento de un maestro, lo que puede re­mediarse. Quizás se perciba que las actividadesCTS están tomando mucho tiempo de la instruc­ción en ciencias. lo que afectará negativamentelas pruebas de aprovechamiento. En este caso, elmaestro y los líderes del distrito pueden recurrir alas pautas de las asociaciones profesionales, yproporcionar resultados de investigación que«prueben» que CTS no disminuye el aprendizajede contenido.

10. No convierta CTS en una posiciónopositativa o en ideología educacional

Las primeros en realizar cualquier innovacióneducativa invierten mucho de sí mismos en la re­forma. Un alto nivel de energía y compromiso emo­cional es necesario para mantener vivas las prime­ras etapas del proceso. Para definir su enfoque, losreformadores tienden, por lo general, a resaltar lasdiferencias, y aun las contradicciones, entre CTS yel resto del currículo. Esto puede llevar a definir losproblemas CTS en térmínos de «blanco y negro».Para algunos educadores, CTS puede convertirse enuna ideología educacional, "una razón de ser». Co­mo ha sucedido con reformas anteriores, algunosproponentes de CTS se pueden convertir en «verda­deros creyentes»

El movimiento CTS tiene, inevitablemente, dosopiniones sobre tales individuos. Sin su dedicacióny compromiso, el movimiento no habría comenza­do. Pero también presenta trampas muy obvias.Las verdaderos creyentes están más dispuestos asobreacentuar lo positivo y a crear oposición, tíen­den a distanciarse de las dudas y vacilaciones de lacomunidad, reaccionan defensivamente al ser ata­cados. Las maestros CTS deben ser alentados en suprofundo compromiso. Después de todo, sobre sushombros está la responsabilidad por el futuro denuestro ambiente y la calidad de la vida. Pero de­ben entender que «aquel que desea los fines desealos medios». En la reforma educativa, los mediosson la tolerancia, la apertura, el tomar en serio laspreocupaciones. Por esta razón, los maestros de-

Page 43: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

ben evitar entrar en conflicto con estos medios. Enespecial, no deben ser pretender encontrar la «sal­vación" profesional a través de CTS, sino, másbien, mantener el balance y la perspectiva. Enton­ces, CTS podrá ser vista como el mejor medio edu­cativo disponible actualmente, que es, además,consistente con las tradiciones educativas estable.cidas para hacer frente a los importantes desafíoscientíficos.

BibliografíaFoshay. Arthur (1974), Coping with Community Comro­

versy: Guideiínes for Introducing New Social Programs.ERIC Clearinghouse for Social Studies/Social ScienceEducation Consortium, Boulder. Colorado.

Prewitt, Kenneth (1983), Scientific Uteraey and Democra­tic Theory, Daedalus.

Gutinan, Amy (1987). Democratic Education, Pr-inceton.

PARA COMPRE.'.'DER CIENCIA, TECNOLOG/A y SOCIEDAD 47

Page 44: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

5

Programas universitarios y no universitariosen los Estados Unidos y Europa:

observaciones desde y sobre el terreno 1

Stephen H. Cutcliffe

Introducción 2

Algunos agudos observadores han reconocido,desde hace ya tiempo, la implicación social

de la ciencia y la tecnología. Por lo que, no deberíasorprendemos encontrar en Ralph Waldo Emersonun comentario como éste en su ensayo de 1884: «Lalocomotora y el barco de vapor, como enormes lan-

l Traducción de Andoni Alonso.

, Nota del traductor: El criterio para traducir el siguientearticulo ha sido el siguiente: algunas de las instituciones se tra­ducen al castellano, aunque las abreviaturas se conservan en in­glés, a fin de facilitar su búsqueda. Las publicaciones conservantodas su titulo original, por el mismo motivo. El sistema educa­tivo inglés y americano difiere en alguna medida del español,por lo que se han buscado equivalentes; así, «Bacbelor in Arts»como «graduado»; «gradúate» se ha traducido por «licenciado»;«colleges como «escuela universitaria»: «Master Degree» como-Master-, «Ph. D.» como doctorado. El criterio para las equiva­lencias ha sido el tiempo que dura normalmente cada uno deellos, aunque no siempre coincide. Por otro lado, existen los lla­mados «bachelor» que pueden ser en ciencias o en artes. Juntoa esto, las licenciaturas tienen los «majors» y «mínors», que ha­cen referencia a la definición curricular -qué clase de discipli­na se ha elegido-.

zaderas, disparan cada día millares de distintos hi­los de diferentes nacionalidades y empleo, y los co­sen rápidamente en una telaraña» J. Ni tampoco nosdebería sorprender la observación de John Muir deque «cuando intentamos atrapar algo en sí mismo,encontramos que está atado a todo lo demás en eluniverso" 4. Lo que es de alguna manera sorpren­dente, sin embargo, es que tarde tanto tiempo quealgo así emergiese como un estudio social formal enel entorno universitario. Sea como fuere, no ocurrióhasta casi la mitad de los años sesenta, aproxima­damente un siglo entero después de que Muir pasa­se su primer verano viviendo en la Sierra que origi­nó su comentario, cuando comenzó a ser desarro­llado formalmente el campo de los estudios deCiencia, Tecnología y Sociedad.

Como el campo CTS -también llamado en oca­siones Estudios de Ciencia y Tecnología- ha evolu-

l Emerson, Ralph waldo, «rhe Young Nature» en Nature,Adresses, Lectures, vol I de The Complete Work of Ralph WaldoBmerson, 12 vol. Edward Waldo Emerson Ed. CambridgeMass., 1903A.

• Muir, John, My First Summer in the Sierra, Houghton Mif­flin, Boston & New York, p. 211.

PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLOGIA y SOCIEDAD 49

Page 45: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

cíonado. su objetivo principal se ha convertido en elanálisis y la explicación de la ciencia y la tecnologíacomo complejos «constructos sociales», implicandoun conjunto de cuestiones políticas, éticas y teóricasgenerales. En este panorama, no hemos llegado apercibir la ciencia y la tecnología en absoluto comomonstruos autónomos ni tampoco como simple­mente herramientas neutras listas para su uso. Másbien, la ciencia y la tecnología se perciben comoprocesos sociales cargados de valores que tienen lu­gar en contextos específicos, delimitados por, y almismo tiempo delimitadores de los valores huma­nos, tal como se refleja en las instituciones políticas,culturales y económicas. Así pues, su comprensiónrequiere una conceptualización interdisciplinaria yholística de sus consecuentes interrelaciones coro­plejas'.

Aparición de este campo

La aparición del campo académico de estudio deCTS, que comenzó hace tres décadas, reflejó engran medida la percepción de una necesidad de unacomprensión más completa del contexto social dela ciencia y la tecnología. CTS, al menos en los Es­tados Unidos, apareció durante un período de agi­tación social, aunque existían señales anteriores deun cambio próximo. Los académicos junto a los crí­ticos comenzaron a lanzar dudas sobre el beneficio,durante mucho tiempo incuestionado, de la cienciay la tecnología. Los intelectuales, desde una varie­dad de perspectivas, incluyendo figuras como Jac-

, Esta afirmación sumaria, y gran parte de la discusión queviene a continuación sigue la línea argumental presentada enmi ensayo anterior «The Warp and the Woof of Science andTechnolohy Studles in the United States», Education, n" 113,Primavera 1993, pp. 381-91; estoy en deuda con los editores deesta publicación por el permiso para tomar prestado algunasideas para el presente artículo. Vid. también versiones previasde estas ideas en «The Emergence of STS as an Academicrteld-, en Durbin, Paul (ed.) Research ín Philosophy and Tech­nology, vol. 9, Jai Press, pp. 287-301; «Science, Techno1ogy, andSociety Studies as an Interdisciplinary Academic Field», enTechnology in Society, no. 11, 1989, pp. 419-25; Y«The STS Cu­rriculum: What Have We Learned in Twenty Years?» en Scíen­ce, Technology & Human Values, no. 15, 1990, pp. 360-72.

50 PARA COMPRENDER CIENCIA. TECNOLOGIA y SOCIEDAD

ques Ellul en Francia o Lewis Mumford en EstadosUnidos, sugirieron que existían aspectos exterioresnegativos asociados a esas bendiciones que fueronconsideradas, durante largo tiempo como el legadoprincipal de la ciencia y la tecnología. A la vez, aca­démicos como Thomas Kuhn en los Estados Unidoscomenzaron a separarse de la tradición positivista,esto es, una visión de la ciencia fuera de la socie­dad, decantándose por una visión que incidía en lanaturaleza eminentemente humana de esta activi­dad. La famosa lectura Rede -en Cambridge- deC.P. Snow descubrió la existencia de una brechacreciente entre «dos culturas (íncomunícadas)» enla sociedad; una compuesta de científicos, la otra dehumanistas. Su metáfora de las «dos culturas» aus­pició en gran medida (y todavía hoy, de diversosmodos lo sigue haciendo) el discurso dentro delcampo CTS".

Paralelamente a estos desarrollos apareció lacreciente consciencia política de que era necesariohacer frente de manera práctica a la estimación delvalor de los gastos sociales en ciencia y tecnología,(al menos en algunos departamentos) en especial,para encarar el creciente peso de efectos negativosprovenientes de la ciencia y la tecnología. En los Es­tados Unidos desde el principio hasta la mitad delos sesenta, la bióloga Rachel Carson y el activistade los consumidores, Ralph Nader formularon se­rias cuestiones sobre los peligros asociados con tec­nologías tales como el DDT o el automóvil Corvair,yen muchos sentidos sus trabajos ayudaron a cris­talizar movimientos medioambientales y de consu­midores, respectivamente 7. La Carta sobre el AirePuro y el Acta sobre las Aguas (1970,1972), el esta-

, Ellul, Jacques. The Technoiogical Socíety, 1954, trad. JohnWilkinson, New York: Alfred A. Knnpf Mumford, Lewis. TheMyth of the Machine, New York: Harcourt Brace Jovanovich,1967-70; Kuhn, Thomas S. The Structure ofScíentific Revolu­ticms, 1962, 2d ed., Chicago: Univ. of Chícago Press. 1970;Snow, C.P. The Two Cultures and the Scíentíiic Revolution, Cam­bridge, Cambridge Univ. Press, 1959 (ed. rev. en The Two Cul­tures: And a Second Look, Cambridge: Cambridge Univ. Press,1964).

7 Carson. Rachel. Silent Spring, Bastan Houghton Mifflin,1962; Nader, Ralph. Unsafe as Any Speed: The Designed in Dan­gers ofthe American Automobile, New York: Grossman, 1965.

Page 46: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

blecimícnto de una Agencia de Protección del Me­dioambiente (1969), la Administración sobre Segu­ridad Laboral y Salud, v la creación de la Oficina deEvaluación de Tecnologías (1972) fueron entreotras, las variadas respuestas a esta nueva percep­ción". En Gran Bretaña. alentado en gran medidapor el trabajo de Derek de la Sana Prtce en su estu­dio de 1963, Little Scíence, Big Scíence, aparecierondebates sobre lo que podría ser un desmedido cre­cimiento potencialmente desastroso en las inversio­nes gubernamentales en ciencia, que condujeron alas llamadas por "una ciencia sobre la ciencia». En­tre las respuestas estuvo la formación en Londresde la Fundación "Ciencia de la Ciencia". Aproxima­damente, en el mismo período de tiempo, aparecie­ron también agrupaciones para la responsabilidadsocial en Ciencia, en Inglaterra, asimismo en otraspartes del mundo". Aunque no institucionalizadoshasta un poco más tarde, Dinamarca comenzó a de­sarrollar los estudios de evaluación tecnológica enel nivel de la cultura política. Esto ocurrió primerodentro del contexto de los sindicatos de trabajado­res a finales de los setenta, posteriomente con el es­tablecimiento de un subcomité del Consejo Danésde Investigación de las Ciencias Sociales dedicado ala tecnología y sociedad en 1982. y tres afias mástarde con la creación de la Mesa de la Tecnología,bajo los auspicios del Parlamento danés. A diferen­cia de lo que Lars Fuglsang llama la respuesta de laparte ajena, más popular sobre la tecnología, Sue­cia ha desarrollado un modelo más corporatívístade élite. en el que se han establecido los debates so-

" Vid. Kunklc. Grcgorv «Earlv Warning"? The Urmed StatesCongrcss and Tcchnology Asscssmcnt». (tesis doctoral. LehighUniversity. 199.';), para un amplio análisis de los debates acercade la creación de la Oficina de Evaluación Tecnológica y para lapenetrante discusión de la percepción pública acerca de la cien­cia y la tecnologra, de forma más general durante este periodoese artículo sobre este tema «New Challengc or the Past Revist­ted?: The Offiee 01' Technology Assessmenl in Historical Con­tcx¡». Technologv i!¡ Sociely, no.17, Primavera 1995, pp. 175·96.

, De Solla Prícc. Den-k. little Science, Big Scíence NcwYork, Columbia Unív. Press. 1963. Vid. el ensayo general de Da­vid Edgc. «Rcinventing the wheel-. aparecido en la Socicty lorthe Social Studics al' Science: Ilandbook oi Science and Techna­logy Studies, ed. Jasanoff Sheila el al. Thousand Oaks. Culíf..Sage. 1993, pp. 3-23. Contiene también un buen debate sobrelos primeros desarrollos ingleses en CTS.

brc la tecnología y «la vida laboral». Así, en la mi­tad de los setenta, el parlamento sueco debatió am­pliamente e incluso aprobó una ley de ca-determi­nación en la vida laboral, y estableció en 1976, uncentro para la vida laboral emplazado en Bstocol­mo. El propósito era permitir que los trabajadoressuecos participasen más profundamente en la pla­nificación Y organización del proceso laboral, espe­cialmente cuando éste es afectado por el cambiocientífico o tecnológico. Suecia estableció tambiénun Secretariado para Estudios del Futuro, con elcometido de «dirigir proyectos críticos con evalua­ción tecnológica» ". Como ejemplo final de las im­plicaciones sociales de la ciencia y la tecnología, fueel establecimiento en Noruega de las llamadas«tiendas de ciencia», en la que el gobierno mante­nía a científicos e ingenieros que proporcionabaninformación y «opinión experta» gratuita a cual­quier miembro del público que lo desease.

'<> Fuglsang. Lars. Technology and New tnstuutions: A Com­narison otStratcgic Choices and Teclmology Sludies in the Uni­red Srules, Denmark and Swedel1, Copenhage: Academic Press,1993, vid especialmente los capítulos 10-11; la cita pertenece ala p. 155.

PARA COMPRlc,;,,'DERCIENCiA, TECNOLOc;fA y SOCIEDAD 51

Page 47: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

Todos estos tipos de desarrollos reflejaban un in­terés creciente en las complejidades de la ciencia ytecnología de la sociedad contemporánea y un ín­tento de generar un acercamiento más interdiscipli­nario para entender no sólo los obvios beneficios dela tecnología científica, sino también los con fre­cuencia ignorados resultados negativos previos. Enlos mismos términos que esta respuesta políticaaparecieron también similares cambios en un nú­mero de campos académicos. Evolucionando engran medida a partir de académicos como LewísMumford, Thomas Kuhn, John Ziman y J. D. Ber­nal, historiadores, sociólogos y filósofos tanto en laciencia como en la tecnología se desviaron de sub­disciplinas de carácter intemalista hacia interpreta­ciones más extemalistas o «contextuales» 1'. Estecambio expresaba las mismas fuerzas sociales e in­telectuales que condujeron directamente al acerca­miento interdíscipiinar de los estudios CTS.

Interdisciplinariedad es un término frecuente­mente usado para comunicar un rango de definicio­nes a menudo superpuestas. Julie Thompson KIeinsugiere una distinción entre investigación interdisci­plinaria y educación de estudios interdisciplinares;también como un continuo que se desplaza desde lamultidisciplinareidad a través de la interdisciplina­reidad hacia la transdisciplinareidad. En esta con­cepción, la multidisciplinareidad implica la yuxtapo­sición de las disciplinas más tradicionales a fin de re­solver algunos problemas o ganar en profundidad.Cuando los estudios CTS emergieron por primeravez a finales de los sesenta y principios de los 70,consistían, en una mezcolanza de disciplinas puestasjuntas de algún modo. Entre ellas se incluían histo­ria, filosofía, sociología, y estudios políticos de cien­cia y tecnología. A causa de que muchas de las cues­tiones y problemas científicos y técnicos simplemen­te no eran analizables con los fundamentos de unasola disciplina aislada, este acercamiento multídísci­plinar tuvo particulares ventajas. Sin embargo, CTSha tenido la proverbial ventaja de una ganancia acu­mulativa que le permite traspasar las barreras inter­disciplinares hacia la resolución de problemas co-

Il Ver el ensayo de Mitcham, Carl y Cutcliffe, S. «The Emer­gence of STS., para una discusión más detallada de estos desa­rrollos disciplinares.

52 PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLOGIA y SOCIEDAD

munes y el compartir metodologías; un estadio quelos académicos y educadores de CTS parecen haberalcanzado. Si CTS ha alcanzado un nivel transdisci­plinar, en el que los marcos conceptuales, tales como«contextualismo» o «constructívísmo social» son ca­paces de influenciar a más de una disciplina, es unacuestión que está abierta a ulteriores debates 12.

En cualquier caso, como CTS ha evolucionado,hay tres, o al menos dos aproximaciones en ciertogrado distintas, que se superponen. Han emergido«subculruras» interdisciplinares y están, en ciertosentido, disputando el terreno de los estudios CTS.Esta división tripartita parece que se puede mante­ner para los Estados Unidos y quizá también, conmuchos matices, para gran parte de Europa 11. Aun-

" Vid. Julie Thompson Kleín, Interdisciplinarity: History, The­ory, and Practice (Detroit: Wayne State Univ. Press, 1990) para unamayor y profunda discusión sobre la interdisciplinariedad. Acer­ca de la interdisciplinariedad respecto a los estudios CTS vid. Mit­charn en el presente volumen y Cutcliffe, «The Warp and WoofofScience and Technology Studies», pp.384-87. Gary Bowden, en elartículo «Corníng of Age in STS: Sorne Methodological Musings»,en Jasanoff, et al., eds. Handbook afScience and Technology Stu­dies, pp. 64-79, habla también de la cuestión de la interdisciplina­riedad. Aunque Bowden cree que los estudios CTS «han madura­do», y en cierto modo así es, y no niega una posibilidad futura deun enfoque interdisciplinar integrativo STS enfatiza que este cam­po todavía está enfocado temáticamente y que dominan las técni­cas narrativas de temas. También valioso a este respecto es JayKllne, Stephen. Conceptual Poundations for MultidisciplinaryThinking: Stanford, California, Stanford Univ. Press, 1995.

" Aunque este artículo se refiere especialmente a los progra­mas de estudios CTS en Estados Unidos y EUIDpa, hay que decirque muchas otras regiones del mundo, incluyendo a Japón, Chi­na, Canadá, y la mayor parte de los países latinoamericanos, hanmostrado un prolongado interés en CTS y tienen programas deestas materias desde hace tiempo. Vid. al respecto Mitcharn, Carl& Cutcliffe, Stephen H .• STS Dírectory, 2d ed. University Park,Pa.: National Association of Scíence, Technology and Scciety,1996, y para un directorio descriptivo de los programas, vid.Teich, Albert H. (ed.), Cuide to Craduate Edu.cotion in Science,Bngineering. and Public Policy, 3d ed., Washington, D.C.: Dírec­torate for Science and Policy Programs. American Associationfor the Advancement of Scíence, (I995). El Scíence, Technology,and Society Currículum Development News1etter del programaCTS de la Universidad de Lehigh ha publicado también descrip­ciones de programas y temáticas de cursos ofrecidos por nacio­nes de todo el mundo. Vid. también Cutcliffe, Stephen H.• «So­rne Impressions of Science, Technology, and Society Studies inChina», Technology in Society, no. 15, 1993, pp. 243-51.

Page 48: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

que la existencia de distintos focos dentro de CTS,claramente antecede a la reciente serie de artículosque discuten sus diferencias, el tema de las «subcul­turas» fue anotado previamente por Juan Illerbaigen un ensayo publicado en STS Newsletter, en el cualdescribía una división entre los académicos más dis­ciplinares, orientados por la teoría a menudo dirigi­dos por sociólogos de la ciencia europeos, y los másínterdiscíplínares. educadores centrados en temas,comúnmente dirigidos por filósofos de la tecnologíay de la ética ingenieril. En un breve apartado de lamisma revista, el filósofo Steve PuUer caracteriza ladivisión como la distinción entre «la Iglesia superiory la Iglesia inferior», una atractiva expresión que seha extendido rápidamente en este campo 14.

Otros académicos, incluyendo a Leonard Waks,han continuado la discusión más allá, enfatizandola distinción entre los que él considera como cono­cimiento y «académicos» -empíricamente dirigi­dos- y la mayoria de los movimientos sociales deeducadores «melioristas» o «activistas». Waks apa­rentemente añadiría a los historiadores de la cien­cia y la tecnología a la primera lista, pero Luis Pa­blo Martínez se enfrentó a esta cuestión en un pon­derado artículo en el que discute a favor de unpapel «activista» para los historiadores de la tecno­logía gracias a su capacidad para «contextualízarlos resultados de los desarrollos tecnológicos en elpasado» IS.

" Illerbaig, Juan, e'The Two STS Subcultures and rhe So­ciological Revolutíon», Scíence, Technology, and Society News­letter, no. 90. Junio 1992, pp- 1-6; Fuller, Steve «S'I'S as Socia!Movement: On the Purpose of Graduate Programa». ibidem. 91Septiembre, 1992, pp. 1-5. Ver también la continuación de ladiscusión entre Illerbaig. «On the Sociologica! Revolution insrs: A Fuller Acccunt», y Fuller, «Gíve STS a Place on which toStand, and It Will Move the University and Societye en ibidem,no. 92f93 NoviembrefDiciembre 1992, pp. 1-6; Y la considera­ción más extensas de Fuller sobre estos temas en su libro Philo­sophy. Rhetaric, and the End ofKnowledge: The Coming oiScíen­ce and Technology Studies, Madison, Univ. of Wisconsin Press,1993.

" Waks, Leonard.•srs as an Academic Fie1d and a SocialMovement», Technology in Society, no. 15, 199, pp. 399-408;Martinez, Luis Pablo.•History of Technology and srs Studies:A Critica! Approach». Science, Technoíogy, and Society Newsíet­ter, no. lOS, Fal11995, pp. 1-7.

Otros académicos han llevado el debate todavíamás lejos. Li Bocong, un filósofo del Departamen­to de Ciencia y Tecnología en la Academia Chinade las Ciencias, ha dirigido la atención a la divi­sión cultural entre las naciones desarrolladas, in­cluso postindustriales y aquéllas que como China,están en el proceso de industrialización, y las im­plicaciones que esto tiene para el campo de CTS.Richard Gosden, en el Departamento de Estudiosde Ciencia y Tecnología en la Universidad de Wo­llongong, en un reciente ensayo para Technoscien­cie, el diario de la Sociedad para los Estudios So­ciales de Ciencia, ve la distinción entre la iglesiasuperior e inferior, la cual caracteriza como estan­do «principalmente orientada a la búsqueda tantodel problema de la "verdad" y también el problemade la "justicia"» apareciendo todavía más frag­mentada en lo que él considera como cuatro «pila­res de esquina» para este campo. Identifica estospilares como:

(1) la forma dominante de «justicia» dentro denuestra sociedad, esto es, el capitalismo o la justi­cia del mercado (JM); (2) su alternativa general res­pecto la justicia de la víctima (JV); (3) la autoridaddominante en epistemología dentro de la sociedaddel positivismo científica (PC); y (4) su antagonistaepistemológico ~la cienda-como-constructo-so­cíal-, el relativismo científico (RC).

Goeden acepta que esta descripción del campoCTS es extremadamente simplificadora y está suje­ta a futuros cambios tal como las propias fronterasse reajustan a sí mismas J6

He mantenido que en adición a la distinción en­tre Iglesia superior e inferior para los programasCTS, a menudo caracterizados como Estudios deCiencia y Tecnología (ECT) y Ciencia Tecnología y

" Bocong, Li «S'I'S in China», ibid, no. 104, Verano 1995,pp. 1-5; Y Gosden, Richard.•srs Whipping Posts Enclose theDiscipline». Technoscience, no. 8, Fal1199S, pp. 14-16. Estas re­ferencias (en las notas 13-14) reflejan sólo parcialmente la ex­tensión de la discusión, pero desde luego el uso de «subcultu­ras' en este debate se dirige y refelja las sugerencias de C.P.Snow hace tres décadas (ver la nota 5). Vid. también Bowden,«Coming of Age in S'I'S», para una discusión de la maduraciónformativa de CTS como una empresa académica en esta preo­cupación.

PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOWclA y SOCIEDAD 53

Page 49: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

Sociedad (CTS) respectivamente, existe un terceracercamiento, a menudo denominado Ciencia, Tec­nología y Política Pública (CTPP) o en ocasionesCiencia, Ingeniería y Política Pública (CIPP). Losdos primeros están orientados hacia lo teórico-ex­plicativo y lo social-activo respectivamente. Losprogramas CTPP y CIPP, en cambio, toman suorientación profesional en los análisis a gran escalade las interacciones sociotécnicas y su gestión. És­tos acentúan la necesidad de un aprendizaje en loscampos de las políticas convenientes y en la gestiónasí como la formación en estos temas. Indepen­dientemente de si se conceptualiza CTS en términosde una metáfora dualística de las iglesias formadapor una variedad de alturas (Fuller), o como unabanqueta (Cutclíffe y Mitcharn). o como un campode cuatro esquinas formado por pilares inclinados(Gosden), creo que es adecuado decir que hay unavariedad de aproximaciones a CTS, muchas de lascuales han de reconocerse como yuxtapuestas y nonecesariamente excluyentes entre sí. También creoque cada aproximación tiene algo de valioso con loque contribuir a la discusión sobre la ciencia y latecnología, dentro de un contexto social. Permítase­me dirigirme ahora a la discusión acerca de losprincipales acercamientos a CTS por medio de tresilustrativos ejemplos ".

Ciencia, Ingeniería yProgramas de Política Pública

Los programas orientados hacia CIPP y CTPPacentúan la necesidad de los campos sobre las po­líticas adecuadas y de la gestión. El más reciente,

" Cutclilfe, Stephen H., «Thc warp and woof». p. 383; Cut­clíffe, Stephen H. & Mitcham, Carl. «Una descripción de losprogramas y la educación CTS universitaria en Los EstadosUnidos», en Superando (romeras: Estudios europeos de ciencia­tecnoíogia sociedad y evaluación de tecnologías, Sanmartin, José& Hronsky. Imre, (eds.) Barcelona, Anthropos, 1994, pp. 189­218; Mitcham & Cutcliffe, (eds.}, STS Directory. Hay que decirque a pesar de sus diferencias. cada uno de estos autores reco­gidos en la discusión, les gustaría ver algún tipo Je reconcilia­ción (en palabras de Waks) entre la variedad de grupos que con­ducirían a una interdisciplinariedad. si no transdisciplinariedadde la matriz socio-tecno-cienrífica

54 PARA COMPRENDER CiENCiA, TECNOWGIA l' SOCiEDAD

la tercera edición de la guía para tales programasde la Asociación Americana para los Avances enCiencia, publicado por Albert Teich. identificaunos cincuenta programas de licenciatura tanto enEstados Unidos como alrededor del mundo ". Ge­neralmente, esos programas tienen una perspecti­va fuertemente científica y técnica y están diseña­dos para entrenar a gestores científicos y técnicosen el más amplio contexto sociopolítico que, conprobabilidad, van a encontrar, o tienen un sesgomás explícitamente de gestión, con el objetivo deformar especialistas en política. Este área apare­ció a finales de los sesenta, al margen de las preo­cupaciones de ingenieros y gestores de tecnologíay se institucionalizó en los setenta. Generalmente,estos programas se volvieron aliados muy próxi­mos de economistas y de profesionales de la polí­tica de gestión, como también de ingenieros. Losprogramas de CIPP y CTTP se concentran primor­dialmente en lo práctico, en la dirección de la for­mación de la carrera de licenciados y son tal vez elgrupo mayor y mejor desarrollado en este nivel.Algunas de las principales publicaciones de esteacercamiento de CTS son Teehnology in Society,que está asociada a la Sociedad de Macroíngenie­ría; Issues in Sciencie and Technology, una publica­ción conjunta de la Sociedad Nacional Norteame­ricana de las Ciencias, la Academia Nacional deIngeniería, y el Instituto de Medicina; y ResearehPoiícy, una publicación internacional con una acu­sada orientación hacia la investigación tecnológi­ca, gestión, y orientación política, con oficinas edi­toriales en la Unidad de Política Científica en laUniversidad de Sussex, cuyo programa se conside­rará brevemente más adelante.

Entre los aproximadamente veinticuatro progra­mas normalmente en funcionamiento en EstadosUnidos, se encuentran el programa de Tecnología yPolítica del MIT (1976), el Departamento de Inge­niería y Política de la Universidad Washington deSan Luis, y el programa de Ingeniería y Política

" Teich, Albert (ed.), Cuide lo Graduate Iiducarion ín Scicn­ce, Eneineering. and Public Policy; 'vid, también Durbin, Paul T.,«Technclogy Studies Against the Background uf Professionali­zatíon in American Hígher Education», TecJmology in Society,no. 11, 1989, pp. 439-54,

Page 50: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

Camegie Mellon (1970) Jo. Cada uno de estos depar­tamentos ofrece diferentes licenciaturas o líneascon diferentes intereses entre ingeniería. gestión, opolítica. Con la excepción de una línea de mastersen tecnología y asuntos humanos en la Universidadde Washington, cada uno de estos programas re­quiere a sus estudiantes tener una graduación omaster en ciencias ae en una especialidad de inge­nierfa, ciencia, o matemáticas. El requisito, implan­tado por Carnegíe-Mellon. obedece a «explotar lashabilidades y herramientas características de variasdisciplinas sociales y técnicas», y aplicarlas «a pro­blemas de tecnología y política pública, preparandoa los ingenieros y científicos para trabajar tanto enlos sectores públicos como privados». Los licencia­dos encuentran trabajo en una amplia gama de po­sibles empleos de corporaciones, gubernamentales,y de consulta, pero generalmente, con una orienta­ción tecnológica de algún tipo. Ha de notarse queexisten otros programas CIPP orientados más a lasciencias sociales, como el que ofrece la UniversidadGeorge Washington (1970), en el que los requisitosde admisión tienen una menor orientación técnica,concentrándose en cambio en las perspectivas de lapolítica pública. Adicionalmente, los programas degraduación que tienden a caer bajo la categoría deprogramas de CTE, como el de la Universidad deComell, que describiré más adelante, pueden tenertambién un fuerte componente de política. Por lotanto, quiero mantener que no puede existir unadescripción definitiva de qué constituya un progra­ma CIPP-CTTP. Desde luego, el mismo programa odepartamento incluye a menudo diversas líneas, ycuál sea el énfasis conferido a un programa concre­to depende en gran medida de los intereses del pro­fesorado y del alumnado.

En Europa en general, existe un acercamientoparalelo a la política y gestión de CTS pero, de al-

" La información del programa se ha obtenido de Teich,Guide to Graduare EdUCa/ion in SEEP; Cutdiffe & Mitcham,«Una descripción de los programas y la educación CTS;» y Mit­cham & Cutcliffc, STS Directory. El año entre paréntesis indicasu fundación. El departamento de Ingeniería y Política públicacomenzó como programa de graduación y no dio licenciaturashasta 1977.

'" Nota del traductor: Master in Sciences.

guna manera, diferente. Aquí el énfasis suele apare­cer más acusadamente colocado a los estudios so­bre gestión tecnológica, económica, y de innova­ción, a diferencia de Estados Unidos ". En Francia,el Instituto Nacional de Artes y Oficios (Conserva­toire Natíonal des Arts et Metíers-CjqáM) ofrece li­cenciaturas en política científica y económica enI+D y de desarrollo técnico, mientras que la Escue­la Central de París, ofrece un master en ciencia degestión tecnológica para no ingenieros, esto es paraestudiantes provenientes de empresariales, econó­micas o ciencias políticas. Este último ofrece tam­bién un doctorado en gestión de tecnología e inno­vación. Hay que destacar que el CNAM es tambiénla única institución en Francia que ofrece un doc­torado en Ciencia, Tecnología y Sociedad, sugirien­do que, como muchas de las universidades nortea­mericanas, una institución concreta pueda tener di­versas líneas diferentes. En Inglaterra, la Unidad deInvestigación sobre Política Tecnológica de la Uni­versidad de Sussex ofrece diversas líneas para dife­rentes masters y un doctorado; todos ellos tienenuna intensa concentración en «entender los com­plejos y múltiples problemas "del mundo real"» conorientación hacia la gestión de la innovación, desa­rrollo, y políticas de formación y ejecución. En Di­namarca, el programa de la Universidad de Roskil­de sobre Política Tecnológica, Innovación y Desa­rrollo Socioeconómico (1988) ofrece la posibilidadde un doctorado en estudios de innovación. Su pro­pósito expreso consiste en: «proporcionar un enten­dimiento tanto teórico como de orientación políticade la innovación en el contexto del desarrollo in­dustrial y del bienestar nadona!»l¡. La universidad

" Esta sección está basada ciertamente en la disponibilidadde una cantidad de información de estudio de alguna manera li­mitada, y materiales posteriores, que aparezcan más tarde, pue­den alterar alguna de las impresiones primeras, aunque proba­blemente no de forma considerable. La presente tercera ediciónde Teich, Guide ro Graduare Education in SEPP contiene, porprimera vez, informaciones sobre programas de gestión políti­ca de la tecnología fuera de Estados Unidos. Mitcham & Cut­cliffe, STS Directory contiene también alguna información deprogramas asimismo. Para los programas escandinavos, es va­lioso Fuglsang, Technology and New lnsritutions.

" Ibid, pp. 128-30; folleto del programa de Estudios sobrela Innovación de la Universidad de Roskilde.

PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLOG/A y SOCIEDAD 55

Page 51: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

de Twente. una institución técnica de Holanda, pormedio de su escuela de Filosofía y Ciencias Socia­les, comenzó un programa combinado de licencia­tura y master en ingeniería-filosofía dentro de Filo­sofía de la Ciencia, Tecnología y Sociedad (FCTS·1983), «el cual forma a los estudiantes a fin de quesean "ingenieros-filósofos"». En ésta, el objetivoconsiste en integrar los estudios ingenieriles con ladinámica de la filosofía, la tecnología y la historiade la ciencia en un programa de cuatro años. Losestudiantes continúan trabajando en el desarrollode productos por las corporaciones, en trabajos deconsultoría, o en la lucha política; todos los lugaresque forman «el cruce de caminos de la sociedad y latecnología» ".

En su conjunto, estos programas, tanto en Es­tados Unidos como en Europa, tienen el propósitode la formación de graduados en áreas directa­mente relacionadas con la gestión tecnológica (yhasta cierto punto en la evaluación), el desarrollo,y los estudios de gestión o políticas de ciencia ytecnología. Los programas norteamericanos deCI?? y CTIP, en general, nacieron antes que sussimilares de Inglaterra y Europa, y parece que lamayoría de éstos tiene más dedicación a la polítí­ca tecnológica y científica, mientras que en Euro­pa el énfasis recae sobre todo en la gestión de latecnología y en estudios de innovación. Sin em­bargo los programas norteamericanos de gestióntecnológica suelen enfatizar la cuestión de la pre­paración técnica-ingeníeril de sus estudiantes enmayor medida que los europeos, aunque esta no esuna diferencia absoluta, tal como se puede ver enel propósito de la Universidad de Twente respectoal «ingeniero filósofo». En su globalidad, ésta esun área de los estudios CTS bien desarrollada, yaparentemente en crecimiento, tal como reflejanel número de programas, así como las matrículasde los estudiantes.

lJ Jelmsa, Jaap. «Integrated Training of Engineers for aChanging Socíety, or: How to Breed the Philosophical Engine­er?». ponencia presentada al Congreso Internacional: Tecnolo­gía, Desarrollo Sostenible y Desequilibrios, Universidad Politéc­nica de Cataluña, Terrassa. Barcelona, 14·16 de Diciembre de1995.

56 PARA COMPRENDER CIENCIA. TECNOLOGIA y SOCIEDAD

Programas de Estudios enCiencia y Tecnología

A diferencia de los acercamientos CTS con enfo­ques dirigidos más a la carrera práctica, los estu­dios de ciencia y tecnología (ECT) implican investi­gaciones teóricas en los campos sociales y cultura­les del contexto de la ciencia y la tecnología y susfuncionamiento en los procesos sociales. En estos,el interés es fundamentalmente explicativo e inter­pretativo, y creció a partir de los debates entre his­toriadores, sociólogos, y filósofos, en los sesenta ysetenta, sobre los desajustes propios de la visión in­ternalista sobre la ciencia: sobre sus orígenes, desa­rrollo y fundamento". Tanto si el acercamiento es elde los constructívistas sociales, el de los relativistas,el llamado "programa fuerte» de la sociología delconocimiento científico, o el de la contextualiza­ción histórica de la tecnología, la tendencia ha sidoa contemplar la ciencia y la tecnología desde unaperspectiva más amplia que la aportada por la quese puede ver a través de la ventana de una única dis­ciplina. Dominada cada vez más por los sociólogosde la ciencia y la tecnología, y quizá en menor gra­do por historiadores y analistas políticos, ECT diosu mayor contribución en la forma de dirigir los es­tudios de casuística 25 empírica y como consecuen­cia, la teorización sobre la naturaleza «socialmenteconstruida» del conocimiento científico y de su de­sarrollo técnico. De esta manera, para la mayoría,los estudios de ciencia y tecnología se sitúan en elnivel de licenciatura y se orientan a la investigación,aunque desde luego, también, muchos de estos pro­gramas se relacionan con la educación generalpreuníversitaría.

Entre los principales publicaciones académicasde ECT se encuentran el Social Studies of Science,editado por David Edge en asociación la unidad deEstudios sobre Ciencia (Universidad de Edímbur­gol, y Science Technology and Human Values(STVH), publicado actualmente por la Sociedad pa-

,. Vid. el articulo de Mitcham en este mismo volumen paraampliar la discusión de los desarrollos de la formación.

" Nota de! traductor: Case Studies.

Page 52: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

ra los Estudios en Ciencia (4S), y editado por OIgaAmsterdamska del departamento de Ciencia y Di­námica de la Tecnología de la Universidad de Ams­terdam. Juntos, estas dos publicaciones reflejan elcrecimiento y la creciente profesionalización queha venido caracterizando el campo de ECT. Revisarlos números anteriores de STHVy de Social Studieso( Science es ver la crónica de gran parte del desa­rrollo de ECT. 4S, en cierto sentido un recién veni­do de este campo, fundado tan sólo en 1975, e in­cluye no sólo a sociólogos de la ciencia y tecnología,sino también a historiadores, filósofos, además deanalistas políticos, demostrando la naturaleza in­terdísciplínar de ECT26.

Los programas realmente interdisciplínares. es­pecialmente aquellos que ofrecen un doctorado sonrelativamente pocos y novedosos, aunque ya habíasugerentes instituciones de este tipo durante losochenta". Entre los mejor conocidos y más ñrme­mente establecidos en Estados Unidos, hay quecontar con el Departamento de Estudios de Cienciay Tecnología (1969, 1991), el Instituto Politécnicode Rensselaer (1982), y el programa de licenciaturadel departamento Estudios de Tecnología y Cienciaen la Universidad Politécnica de Virginia (1986).Aunque no son más grandes, en comparación conotros muchos programas norteamericanos en otrasuniversidades, cada uno de estos programas tieneun buen número de profesores especializados en es­te campo, pero exclusivamente de las principalesperspectivas de diferentes disciplinas como historiade la tecnología, filosofía, sociología y política. Ade-

lO Desde luego, existen otras importantes publicaciones aca­démicas con Orientación CTS. Entre alguna de las más impor­tantes del mundo, hay que incluir: Bulletin of Science, Techno­wgy, and Society; Configurations; Perspectives on Science; Philo­sophy and Technology,' Public Understanding of Science;Research in Philosophy and Technology; Science and EngíneeringEthics,' Technoiogy and Culture; Technology in Society.

" Conscientemente excluyo de esta discusión varios pro­gramas de licenciatura orientados bajo disciplinas, aunque porotra parte excelentes, tales como los programas de Historia ySociología de la Ciencia en Permsylvania. Bajo dicho programa,se dirigen muy buenas investigaciones de CTS y se preparan co­rrectamente a los estudiantes, pero su aliento educacional y deinvestigación tiene en cuenta mucho menos la interdisctplina,riedad.

más, profesores de otros departamentos y discipli­nas participan con frecuencia, dando a este progra­ma incluso un mayor aspecto interdíscíplínar; Serequiere que los estudiantes tomen parte en semi­narios y cursos metodológicos que les proporcionenuna formación interdísciplínaría de teoría y métodoanterior a su dedicación a los temas especializadosde investigación que ellos mismos diseñan y eligen,los cuales, con frecuencia, combinan acercamien­tos desde diferentes campos. Los doctorandos deestos programas, generalmente, consiguen trabajoantes de finalizar, dentro de la comunidad acadé­mica como miembros de facultad. Todavía es tem­prano para saber el grado de éxito de este sistema,ya que el número de doctorados ha sido pequeñohasta el momento. Por ejemplo el Instituto Politéc­nico de Rensselaer sólo graduó su tercera genera­ción de licenciados en Mayo de 1996. Una primeraimpresión evidencia una disminución de importan­cia ", inducida económicamente, de las universida­des que ha creado un difícil mercado de trabajo pa­ra los doctores formados al estilo tradicional, y másdificultoso aún para los doctores lnterdíscíplinariosde ECT. Los estudiantes con Master han sido gene­ralmente más afortunados a la hora de encontrartrabajo en una amplia variedad de puestos, inclu­yendo trabajo político, organizaciones medioam­bientales, periodismo y gubemamentaF".

" Nota del traductor: refiere al término inglés «downsizing»,que implica un voluntario descenso en la importancia de un tra­bajo o de una universidad, así como la reducción de categoría.

" Vid la descripción de los programas en Teich, Guide loGraduate Educalion in SEEP; y Mitcham & Cutcliffe, STS Di­reclory. Reciente correspondencia por medio de e-mail entre elgrupo de discusión de estudios sobre Ciencia y Tecnología enInternet, revela, por un lado la frustración por la pérdida deoportunidades académicas posibles para los estudiantes forma­dos interdisciplinariamente, mientras que por otra se informaque los estudiantes encuentran empleo fuera de la carrera uni­versitaria, ambos hechos son posibles y compensatorios. Lacuestión de equilibrar el número de programas a un número dealumnos de CTS para tener oportunidades de empleo, tantodentro como fuera de la comunidad académica, es todavía unacuestión sin solución, pero debe contemplarse muy de cerca.Será importante tanto para el éxito de estos programas tantocomo para apoyar la nueva generación de profesores universi­tario que tendrán, o no, depende del caso, que enseñar a los fu­turos alumnos sobre la interrelación entre ciencia, tecnología ysociedad.

PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLOG/A y SOCIEDAD 57

Page 53: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

Tal como los acercamientos CIPP y CTTP, existenfuertes paralelismos con los desarrollos europeos,aunque, de nuevo, con importantes diferencias. Dehecho, una de las mayores diferencias es el estable­cimiento, relativamente temprano de varios progra­mas europeos de ECT, en concreto la unidad de Es­tudios de Ciencia en la universidad de Edimburgo(1966). Diseñado con una fuerte base en la sociolo­gía de la ciencia, la Universidad de Edimburgo ofre­ce tanto un master en ECT como un programa dedoctorado en investigación social y económica de latecnología, que se basa en la experiencia de la uni­dad de estudios en ciencia, pero también en la Fa­cultad de Sociología. Este último programa está di­señado no sólo para estudiantes de ETC, sino asi­mismo, para «tecnólogos interesados en examinaruna dimensión social más amplia de su trabajo».Como se ha dicho antes, el centro de Ciencia, Tec­nología y Sociedad, del CNAM (1978) es la única ins­titución francesa que patrocina un doctorado enETC. La mayoría, si no todos sus estudiantes licen­ciados están empleados profesionalmente para en­tonces, de los cuales un tercio proviene del campoacadémico, industrial. y del gobierno. Entre las acti­vidades de investigación alentadas por la facultad,muchas de las cuales sirven para los consultores gu­bernamentales y del sector del interés público, y pa­ra los estudiantes, son sobre evaluación de riesgos,transferencia tecnológica y desarrollo, y gestión tec­nológica. El departamento de Dinámica de Ciencia yTecnología de la Universidad de Amsterdam ofreceun master interdisciplinar en Ciencia y Tecnología,en colaboración con otros departamentos, como Fi­losofía, Sociología, Química, y Biología. Como mu­chos programas de ECT en Norteamérica. éste re­quiere el estudio de literatura científica introducto­ria y cursos de metodología diseñados para exponera los estudiantes la naturaleza interdisciplinar delcurso, antes de que comiencen a definir sus proyec­tos individuales de investigación. En Alemania, laUnidad de los Estudios de Ciencia y Tecnología delDepartamento de Sociología, en colaboración con elInstituto interdisciplinar de Ciencia y Tecnología dela Universidad de Bielefeld ofrece tanto un masteren ECT como un programa doctoral -Génesis. es­tructura e impacto de la Ciencia y la Tecnología­que reúne en él a sociólogos, historiadores, y filóso­fos de la ciencia. Varias universidades en España, in-

58 PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLoclA y SOCIEDAD

cluida la de Barcelona, por medio de su departa­mento de Lógica, Historia y Filosofía de la Ciencia,ofrece un grado de licenciatura en ECT. Los progra­mas españoles parecen, de alguna manera, menosestructurados y más individualizados, dependiendode los intereses particulares de cada facultad 30.

Como cuestión general, los programas europeosde ETC tienden a agrupar facultades más pequeñas(5-10), y menor número de licenciados en cada mo­mento, a diferencia de tos americanos. Sin embargo,quizás en respuesta a las limitaciones de este tama­ño, pero también, ciertamente, como resultado de lacooperación comunitaria europea, existen muchosmás programas de uniones e intercambios que enEstados Unidos. Por ejemplo, quizás el más grande yambicioso programa es el master en Sociedad, Cien­cia y Tecnología en Europa, que incluye a siete uni­versidades europeas 3

! , en las cuales, los estudiantesdedican el primer semestre a estudiar el núcleo delos conceptos de ECT y sus metodologías en las ins­tituciones de su propio país. Después, en el segundosemestre, pueden trasladarse a otra institución alter­nativa que participe en el programa para aprovecharlas líneas metodológicas características que éstaofrece. Además, el programa Erasmus. fundado en laComunidad Europea, permite a los estudiantes doc­torados de un consorcio de más de una docena depaíses colaborar e intercambiar estudiantes".

Respecto al nivel nacional, se encuentran redesde trabajo cooperativo en ETC y programas asocia-

,,, Vid. Teich, Cuide to Graduate Educa/ion 111 SEPP; Mit­cham & Cutcliffe, srs Directory; y los folletos de CTS de las uni­versidades de Edimburgo y Amsterdam.

" Entre las Universidades se encuentran: East London, Na­mur-Belgium, Strasbourg, Roskilde, País Vasco, Escuela Poli­técnica Federal de Lausane, Louvain-la-Neuve, Limburg, Ma­drid, Os10, y la Universidad de Han.

_" Los miembros participantes incluyen: Departamento deDinámica de la Ciencia de la Universidad de Amsterdam; Uni­versidad de Limburg; el Insitituto de Maastr-ich de Investiga­ción Económica e Innovación de Holanda; Dept. de Ciencia yPolitica Tecnológica de la Universidad de Manchester; Centrode Sociología de la Invención de la Escuela Nacional de Mine­ría de París; Centro de Ciencia y Tecnología de la Sociedad Con­servadora de Artes y Oficios,(CNAM), París: Universidad de Pa­lis; Programa de Ciencia y Estudios Tecnológicos de la Univer­sidad de Bie1efeld, Alemania; Unidad de Estudios Sociales para

Page 54: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

dos también. En España, INVESCIT (Instituto deInvestigaciones sobre Ciencia y Tecnología, 1985),un grupo concertado de una media docena de uni­versidades, incluyendo la Universidad Politécnicade Valencia, la Universidad de Barcelona, la Uni­versidad de Oviedo, y la Universidad del País Vasco,diseñado para desarrollar investigaciones interdis­ciplinares en ETC. va más allá de los tradicionalesenfoques positivistas sobre la ciencia. típicos de laera de Franco y que, en cambio, la contempla comoun producto de los procesos sociales, económicos ypolíticos ll, En Dinamarca, existe una red doctoralde cooperación lnteruniversitaria, que incluye a lasuniversidades de Roskilde, Aalborg, Politécnica deDinamarca, y la Escuela de Negocios de Copenha­ge, las cuales ofrecen conjuntamente licenciatu­ras 34. Un tercer ejemplo de este tipo, aunque másorientado dísciplinarmente. puede verse en el Cen­tro Londinense para la Historia de la Ciencia, Tec­nología, Filosofía y la Comunicación de la Ciencia,el Colegio Universitario de Londres y el InstitutoWellcome para la Historia de la Medicina; con es­trechas relaciones con el Museo Londinense de laCiencia, los cuales ofrecen un master de esta mate­ria. Muchos estudiantes acceden con una previaformación musetstica y luego continúan su docto­rado. El programa incluye diversos aspectos histó­ricos pero también cierta formación filosófica lS. To­mados en su conjunto, las licenciaturas europeas deECT sugieren rápidamente fuertes paralelismos con

la Ciencia y la Tecnología, Universidad de Viena, Austria; Cen­tro de Tecnología y Sociedad, Universidad de Trondheim, No­mega; Centro de Estudios de Ciencia Sociales, de la Universi­dad de Goteborg, Suecia; Unidad de Ciencias Sociales, Univer­sidad de Edimburgo, Facultad de Sociología, Universidad LaSapienza. Roma; Programa de Estudios de Innovación, Univer­sidad de Roskilde.

" Medina, Manuel & Sanmartin, José. «ANew Role for Phi­Iosophy and Technology Studles in Spain», en Technology in So­ciery, no. 11, 1989, pp. 447-55; Sanmartín, José, & López Cere­zo, José A., ..CTS en España; Instituto de Investigaciones sobreCiencia y Tecnclogfae, en Sanmartín J. & Hromski, l., Superan­do Fronteras, Barcelona, Anthropos, 1994.

,. Universidad de Roskilde; folleto del programa de Estu­dios de Innovación.

." London Centre for the History of Scíence, Medicine andTechnology; folleto del programa.

los programas norteamericanos, mientras que, almismo tiempo muestran distintas tipologías en re­ferencia a su tamaño, generalmente más pequeño,el cual se complementa con una voluntad másabierta de compartir e intercambiar recursos, pro­fesorado y alumnado mayor que lo que es habitualen el caso norteamericano ".

Ciencia, Tecnología y Sociedad

El tercer acercamiento, Ciencia, Tecnología y So­ciedad, per se comenzó con las preocupaciones de afinales de los sesenta y principios de los setenta queveían la necesidad de cambios en la educación nouniversitaria. Tales programas y cursos de CTS en­fatizan la educación general para una ciudadaníaresponsable e inteligente en una sociedad altamentecientífico técnica. Como tal, pueden acentuar tantola formación científico técnica para la ciudadaníaque la va a practicar y/o los análisis contextuales dela ciencia y la tecnología como un fín en sí mismo.Uno de los primeros programas de este tipo con su­ficiente calado fue el programa CTS de la Universi­dad de Cornell, que apareció finalmente en 1969 co­mo una respuesta a la inquietud universitaria y a lanecesidad de desarrollar «cursos interdisciplinares

" Para ser exactos, debe decirse que algunas universidadesamericanas tienen acuerdos de intercambio, especialmente en elnivel de graduación, tanto como una parte del sistema del estadode la educación superior donde los campus de dos años envían alos estudiantes a un campus principal para los dos últimos años,o con planes de matriculas cruzadas entre instituciones, pero só­lo con un criterio de curso por curso. Las facultades individuales(y los programas) colaboran en proyectos específicos también.Por ejemplo, Terry Reynolds (Michigan Technological Uníver­sity) y Stephen H. Cutcliffe (Lehigh University) coprodujeron, ba­jo los auspicios de la Society for the History of Technology la se­gunda edición de The Machine in the Uníversity (Bethlehem, Pa.:STS Programs, Lehígh UIÚV. y Michigan Tech. Univ.. 1987), ca­mo ejemplo de una collección de temario de CTS, al mismo tiem­po, Carl Mitcham (Pennsylvania State Uníversíry) y Stephen H.Cutcliffe coeditarcn el STS Directory bajo los auspicios de la Na­ticnal Association for Science Technology and Society (Univer­slty Park, Pa, STS Program, Penn State Univ., 1996), una guía pa­ra unos cincuenta programas CTS alrededor del mundo. Sin em­bargo, la formalidad y la extensión de algunos de los programasnacionales e internacionales de intercambio, como los descritosaquí son extremadamente raros en los Estados Unidos.

PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNQLOG1A y SOCIEDAD 59

Page 55: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

en el nivel preuníversirarío sobre temas relevantespara los problemas mundiales». Similares esfuerzospara los programas CTS en campus con programasingenieriles como el de la Universidad de Lehigh(1972), y el MIT (1977), era la percepción de la ne­cesidad de «crear experiencias educativas que apor­taran una perspectiva humanística a la aplicación yla evaluación de la tecnología», y «explorar la in­fluencia de las fuerzas sociales, políticas y culturalesde la ciencia y la tecnología, y examinar el impactode las tecnologías y las ideas científicas en la vida dela gente»l7. Aunque todos estos tres programas hancontinuado desarrollándose en el nivel universitariode un tipo o de otro, continúan teniendo una misióngeneralizada más amplia para la «iglesia inferior»también. Inicialmente conceptualizados como pro­gramas diseñados para pulir la superficie «áspera»de la educación técnica propia del estudiante de in­geniería, añadiéndole una capa cultural, tales pro­gramas atrajeron rápidamente el interés y la aten­ción de un segmento mucho mayor de la poblaciónpreuniversitaria. Tal atractivo se sintió en un grannúmero de otras universidades también. Así, pormedio de un ejemplo acerca del nivel predominan­temente preuniversitario, el colegio universitario deVassar tiene un programa de CTS que ofrece unagraduación en CTS y el colegio universitario de Car­leton ofrece una agrupación de estudios interdisci­plinares sobre Medioambiente y Tecnología paragraduados y B.S., mientras que el programa CTS deStanford (1971) ofrece ambos en graduados en cien­cias y letras. Estos programas y su profesorado,también como sus estudiantes, perciben la «natura­leza» problemática de la ciencia y tecnología para lasociedad contemporánea. Sobre este interés fuerony son los temas sobre el ocio y el trabajo en una épo­ca mecanizada, la pérdida de privacidad, las armasnucleares y el poder, la informática, y un amplioconjunto de problemas sobre el medio ambiente y laenergía, incluyendo la cuestión del desarrollo soste­nido. Institucionalizados primeramente durante los

" A. Long, Franklin, First General Report, Cornell UniversityProgram on Scíence. Technology, and Society Ithaca, N.Y" Cor­nell Univ., 1971, p. 22; Edward J. Oallagher, Humanities Pers­pectíves on Technology, Annual Report Year Five, 1976-1977,Bethlehem, Pa.: Lehigh Unív., 1977, iíí: Program in Science,Technology and Society, Cambridge, Mass.: MIT, 1980),3.

60 PARA COMPRENDER CIENC/A, TECNOLOGfA y SOCIEDAD

setenta, estos acercamientos CTS pueden encontrar­se ahora en unos 100 programas formales y respec­to a los cursos individuales en más de 1000 colegiosuniversitarios y facultades ".

La descripción de este acercamiento curricularse encuentra en dos publicaciones de importancia:la Science, Technology and Socíety CurriculumNewsletter, publicada bajo los auspicios del progra­ma de Lehígh. y el Bulletin of Science, Technologyand Society, asociado durante mucho tiempo a losprogramas CTS de Penn State. El Bulletin está aso­ciado también con la Asociación Nacional para laCiencia, Tecnología y Sociedad (NASTS). Fundadaen 1988, la NASTS es una organización de amplioabanico, con un enfoque dominantemente educa­cional que incluye desde el jardín de infancia hastael C.O.U., tal como los colegios universitarios. Acen­túa la importancia de la formación científica y téc­nica por una lado y la ciudadanía responsable, pro­pia de una sociedad científico-técnica por el otro, almismo tiempo que el análisis contextual de la cien­cia y la tecnología en sí mísmas".

Parecido a las universidades norteamericanascon programas íngeníeriles ha sido la experienciasurgida del «idealismo de los sesenta» de la univer­sidad politécnica de Twente. En adición a sus pro­gramas de master explicados anteriormente, la Es­cuela de Filosofía, en un intento de hacer a la cien­cia y a la tecnología «relevante para la sociedad»,utiliza el enfoque de CTS para garantizar que los es­tudiantes de ingeniería entienden «el funciona­miento interno y externo de las organizaciones»,para que ganen en «comprensión en la complejidad

" Vid. por ejemplo -incompleto según los autores Mitcham& Cutc1iffe, STS Directory; y Cutdiffe & Mitcham, «Una des­cripción de los programas y la educación CTS~.

.. Vid. Stephen H. Cutcliffe, «Naríonal Assodation forSclence, Technology, end Socíety», en ScienceITechnologylSo­cíety as Refonn in Scíence Education, ed. Robert E. Yager, Al­bany: SUNY Press, 1996, pp. 291-97, para una descripción deNASTS. El volumen completo proporciona un excelente suma­rio de los niveles de educación CTS, especialmente en el nivelK-U, no sólo para los Estados Unidos, sino también para todoel mundo. Vid. asimismo Cutdiffe, «Warp and Woof», pp. 387·89; Y Dennis Cheek, Thinking Constructive[y about Scíence,Terhnology and Society Education, Albany: SUNY Press, 1992.

Page 56: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

de la realidad social», y se les estimula por medio de«la reflexión crítica de los problemas concernientesa los desarrollos sociales y técnicos» 40. Símílarmen­te Tecnología y Sociedad matricula sobre 500 licen­ciados, incluyendo 250 graduados en ciencias y le­tras. Los programas europeos orientados en ECTtiene también una gran oferta de graduación. Así, elDepartamento de Dinámica de la Universidad deAmsterdam matricula más de 300 estudiantes encursos de CTS, mientras que el departamento de In­novación de la universidad de East London tienesobre unos 200, de los cuales la mitad son gradua­dos 41. Un ejemplo final de este tipo de ofertas enCTS se puede encontrar en la universidad de Barce­lona, donde aproximadamente unos cuarenta estu­diantes toman cursos anualmente sobre tecnografíade la ciencia (la construcción tecnológica, política ycosmológica de la ciencia). La mayor diferencia,que parece distinguir los cursos CTS europeos delos que se encuentran a lo ancho de toda Nortea­mérica es que hay pocas escuelas universitarias decuatro años. Es posible que si los departamentosuniversitarios europeos ofrecen finalmente cursosde CTS, lo harán tanto para los graduados como pa­ra, de alguna manera, las licenciaturas. Así, enEuropa, parece haber pocos cursos preuníversita­rios, en contraste con lo que es un amplio y exten­dido fenómeno en Norteamérica.

Conclusión

Manteniendo todas estas subculturas de CTSconjuntamente, a pesar de sus diferencias en cuan­to a acercamientos y objetivos, existe una comúnapreciación de la complejidad y contextualidad so­bre la naturaleza de la ciencia y la tecnología en lasociedad contemporánea (e histórica). En apenastres décadas de investigación en CTS y desarrollocurricular, nos hemos alejado bastante de las des­cripciones internalistas de la ciencia y la tecnologíay del simplista interpretar sus interacciones e in­fluencias sociales en términos de o blanco o negro,

" Jelmsa, «Integrated Training of Engineers for a ChangingSocíety», cita pp. 4-5.

" Mitcharn y Cutcliffe, STS Dírectory.

o a favor o en contra. Ciertamente, los académicosrelativistas de la «Iglesia Superior» tratan conscien­temente de evitar juicios pasajeros sobre las afir­maciones de verdad acerca de las proposiciones so­ciotécnicas, e incluso los activistas CTS de la «Igle­sia Inferior» no son antitecnólogos. Tal comoLangdon Winner ha sugerido, esto tiene poco senti­do y equivaldría a considerar a los críticos de artecomo individuos «antiarte» ". Por otro lado, debe­mos tener cuidado, de nuevo con las palabras deLangdon Winner, lo que él denomina como el«HSTS o a los estudios CTS 4

l . Winner ha avisado dela prudencia acerca lo que no se puede descubrir enlo que él llama la cerrada «caja negra» de la ramaconstructivista de CTS -más partícularmente unaatención a «las consecuencias sociales de la elec­ción tecnológica», la inclusión de todos los actores«irrelevantes», y la atención a la estructuras socia­les subyacentes tales como la clase- reconociendoal mismo tiempo las auténticas y reales contribu­ciones que los constructivistas han hecho al campoacadémico de los estudios CTS 44

Independientemente de sobre qué lado se apoyeuno, tomados en su conjunto, los tres apoyos de labanqueta CTS se encuentran en una «tensión crea­tiva», tomando prestada la frase de David Edge; unatensión que respecto a la banqueta, ha de verse ybuscarse como una fuerza que permite sostenercualquier peso, no como motivo de división". Por­que sólo cuando entendemos tanto la ciencia comola tecnología en su contexto social, e intentamosrealmente perfilarla en respuesta a los objetivos so­ciales, pueden los académicos y educadores de CTSafirmar un sentido en su limitación. Esta es pues.Iaesperanza para CTS y su mayor oportunidad.

<l Langdon wínner, The Whale and the Reactor, Chicago:Unív. Chicago Press, 1986. p. xí.

" Langdon Winner, «Conflicting Interests in Scíence andTechnology Studies: Sorne Personal Reflectíons», Technology inSociety no. 11, 1989, pp. 433-38. Nota del traductor: Winnerusael acrónimo de Hooray STS.

.. Langdon Winner, «Upon Opening the Black Box and Fin­ding it Ernpty: Social Constructivisrn and the Philosophy ofTechnology», Science, Technology & Human Values. no. 18. Ve­rano de 1983, pp. 362-78.

" Edge. eReínventing the wheel», p. 12.

PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLOclA y SOCIEDAD 61

Page 57: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

11

HISTORIADE LOS ESTUDIOS CTS

Desde la Historia

Page 58: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

6

Perspectiva histórica de la tecnología.Historia social del desarrollo

científico y tecnológicoJosé Maria Cabo Airas

S e habla constantemente de las excelencias delos grandes pensadores y de los grandes cientí­

ficos de todos los tiempos, y de sus grandes sistemasfilosóficos, o de sus grandes realizaciones cientffí­cas. así como de las grandes escuelas de las que fue­ron sus principales impulsores. La mistificación delos trágicos o de los poetas de épocas pretéritas sedeja sentir en las obras de los grandes escritores enépocas posteriores. Las otras manifestaciones cultu­rales, artísticas y científicas son recuperadas inva­riablemente en posteriores momentos de la historiade la humanidad. Recibimos el legado de las obrasde estos personajes -inmortalízados en ellas- conadmiración. sacralizándoles más por sus nombresque por sus propias aportaciones. Es buena esta ad­miración hacia estos personajes cuando de ella seinfiere la gran obra que detrás de cada una de ellosse espera con ansiedad, pero mejor seria si en laobra y en el artífice de la misma fuéramos capacesde ver el fenómeno que la hizo posible. El dolor, elsufrimiento, la pasión, el escarnio de ese ingente nú­mero de mujeres y hombres que aportaron los re­cursos materiales que posibilitaron el florecimientoy desarrollo de tan "brillantes» culturas. Nuestroagradecimiento, en cuanto herederos de dichas cul­turas, si bien tiene que ser entusiasta para con todos

esos científicos y pensadores que son mencionadoscon no poca prodigalidad en los textos en que se na­rra la historia del pensamiento científico, tiene queser aún mayor para con esos anónimos personajesde esta trágica historia nuestra: los esclavos, los sier­vos, los pertenecientes a los estamentos inferiores dela sociedad, los obreros y campesinos...

Resulta curioso comprobar como este obligadoreconocimiento del papel de las clases sociales quehan tenido -y que tienen- que dedicar su existenciaa generar el excedente suficiente para que otrospuedan dedicarse al trabajo intelectual, y que resul­ta cuando menos bastante obvio, es olvidado con nopoca frecuencia en los círculos académicos. Círcu­los académicos que, por otro lado, deben su exis­tencia al oscuro trabajo de esas clases, las cuales de­dican la totalidad de sus vidas al desarrollo de unasactividades que en poco o en nada les gratifica co­mo personas. El académico, el «intelectual», el his­toriador de la ciencia o del pensamiento... tratan deexponernos con todo lujo de detalles las excelenciasde las obras de los grandes pensadores, de los gran­des científicos, de los grandes investigadores, ob­viando el hecho de que tras cada letra escrita, trascada piedra tallada, tras cada formulación matemá­tica o tras cada descubrimiento físico, tras cada

PARA COMPRENDER CIENCIA. TECNOLOGIA y SOCIEDAD 65

Page 59: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

personaje históricamente reconocido por su laborintelectual se oculta el sufrimiento personal de esemudo personaje de toda la historia: el esclavo, elsiervo, el pechero o el obrero.

Este olvido (¿intencionado?) no es patrimonioexclusivo de la ciencia histórica reciente, sino quedesde que la estructura económica permitió la con­formación de unas relaciones sociales de produc­ción más desarrolladas que las que se daban en lassociedades gentilicias. el recurso a la anulación delpapel histórico desempeñado por las clases desfavo­recidas se generalizó en los círculos culturales do­minados por las clases más favorecidas. Sólo cuan­do fueron otros los argumentos empleados en la his­toriografía en general para dar cuenta de los hechosdel pasado, pudo liberarse esta «ciencia», en parte,de la pesada carga que suponía la tediosa narraciónde lo acontecido, al introducir en la descripción delos hechos diferentes tipos de factores que guarda­ban o que podían guardar relación con los mismos.

Para Bemalla historia del desarrollo científico ytecnológico ha de considerar dos lineas de descrip­ción perfectamente delimitadas: la que trata de ex­plicar la influencia que la forma de organizarse lasociedad tuvo en dicho desarrollo; y la que muestralas aportaciones de la ciencia y del desarrollo tec­nológico para el conjunto de la sociedad. En estesentido, es obligado decir que no cabe la posibilidadde explicar el acontecer pasado de la historia de laciencia y de la tecnología sin tomar en considera­ción todos los personajes históricos que, de una uotra manera, algo tuvieron que aportar para que lasmismas pudieran llegar a ser lo que hoy en día son:los nombrados y los no nombrados, los recordadosy los olvidados, los reconocidos y los jamás men­cionados, los siempre presentes y los siempre au­sentes. Una historia que deje a un lado lo que de so­cial hay en la conformación del conocimiento -seacual sea su forma- será siempre una mera crónicaperiodística de lo acontecido.

1. En la prehistoria

Si hay algo que caracteriza a la especie humanaa lo largo de todo el paleolítico, como bien señalaMumford en su libro El mito de la máquina, no es

I • 66 PARA COMPRENDER ClENCiA, TECNOLoclA y SOCIEDAD

precisamente todo el variado despliegue de instru­mentos líticos con que ha sido asociado lo humanode este temprano período de la prehistoria, sinomás bien el conjunto de condicionantes que dieronpor resultado ese continuo (o discontinuo) procesode desarrollo de las técnicas de tratamiento de lapiedra, y que puede ser observado en la evoluciónque se extiende desde los guijarros más elemental­mente elaborados hasta las piezas líticas más bella­mente trabajadas del magdaleniense. Las herra­mientas, en cuanto que resultado del proceso de de­sarrollo de los conocimientos y de las experienciastrasmitidas de generación en generación, las ha­chas de mano, buriles, raederas, perforadores, aza­gayas, puntas de flecha, arpones, elementos mate­riales ornamentales o del hogar..., ponen en eviden­cia (además de la existencia de una especie animalcapaz de usar, al igual que otras especies animalesdistintas, unos elementos materiales externos a ella,con el fin de obtener un producto final necesario)una puesta en actividad de un cerebro ya altamentedesarrollado. Es el desarrollo de lo mental, es la ca­pacidad de generar y trasmitir los conocimientosadquiridos, es la creación y el perfeccionamientodel vehículo de dicha transmisión -ellenguaje-, esla facultad de hacer las abstracciones necesarias pa­ra introducir mejoras técnicas en el tratamiento ygeneración de nuevas herramientas, lo que en sí ha­ce de la especie humana-animal especie humana­sapiens, y la que la define como especie diferencia­da del resto de las especies animales.

El increíble esfuerzo intelectual y observacionalrealizado por la especie humana de esos poco favo­rables tiempos tuvo que ser sin lugar a dudas enor­me, hasta tal punto que pudo dominar y reproducirun elemento jamás empleado por ningún otro ani­mal, cual es el fuego, hasta tal punto que pudo com­probar el aún desconocido movimiento dinámico alutilizar elementos lanzadores como son el propul­sor, la honda o el arco. Es posible que el hallazgo demantener perennemente encendido el fuego fuerafruto de la casualidad, pero lo que es indudable esque la extensión de su uso tuvo que ser un nada des­preciable estímulo para los más comunes sentidos(olfato, visión, gusto, tacto...), quienes enriquecidosahora por nuevas sensaciones anteriormente deseo­nacidas, tuvieron que ser una base importante para

Page 60: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

-"--------------------------------

¡,

-""""'-."---, -......

''<,:-.,':"';,,-,-

,~

PARA COMPREVDER CfE'iClA. TEC,VOLOGÍA y SOCfEIlAn 67

Page 61: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

nuevas formas del conocimiento. Lo mismo podría­mos decir de la invención de esos instrumentos decaza anteriormente señalados, y cómo no de las ma­nifestaciones artísticas del paleolítico superior;manifestaciones artísticas que señalan, dada la fac­tura de las mismas, un trabajo preciso de observa­ción, así como la posible existencia de un poderosopensamiento ritual y mágico.

El descubrimiento del lenguaje no sólo constatauna muy fructífera actividad intelectual. sino, ade­más, un necesario orden social depositario de losconocimientos y experiencias previamente adquiri­dos. Un orden social-probablemente familiar o depequeños clanes en continuo desplazamiento a labúsqueda de nuevas zonas de caza y de pesca, o derecolección de frutos- que se trasformó en algúnmomento del periodo de la piedra pulimentada ydel descubrimiento de la técnica agrícola -es decir,del período neolúico-. Los causantes directos de latransmutación de lo social no fueron las por prime­ra vez empleadas agricultura y ganadería, sino lanueva forma económica que deviene del empleo ge­neralizado de dichas técnicas. La agricultura y laganadería, maneras de acción humana que proba­blemente ya fueron experimentadas en alguna me­dida durante el mesolüico. tuvieron que suponerinevitablemente nuevas formas de pensamiento. Siel hombre del paleolítico contemplaba la naturale­za como espectador pasivo que espera recibir deella los productos necesarios para su subsistencia,si el cazador y recolector de ese periodo prehistóri­co estaba sometido vitalmente a los inexplicablesagentes naturales, ahora, en cambio, el hombreneolítico puede ser partícipe y actor de su propia vi­da, puede ser -y de hecho es- agente modificadorde la propia naturaleza. Ya no es necesario buscaren diferentes lugares del espacio natural el objetode la donación. La donación es sustituida por la ob­tención, por una obtención que se muestra accióntransformadora del espacio natural mismo. La vidase sedenraríza. el orden social es ya sedentario. Laaldea sustituye al núcleo familiar. El futuro ya noha de ser incierto, como sí lo era en tiempos preté­ritos, sino que ha de ser previsto. Eliminada la in­certidumbre del tiempo, previsto ya el futuro, laprevisión necesaria se toma provisión imprescindí­ble. La cerámica, cuyo surgimiento, desarrollo y di-

68 PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLOclA y SOCiEDAD

fusión caracteriza al período neolítico, será el re­sultado de esa nueva forma de organización socialsedentaria, de esa nueva manera de extraer los re­cursos de la tierra (agricultura y ganadería), de esanueva mentalidad presente proyectada hacia el fu­turo, será el aspecto material de la acumulación (detrigo, de maíz, de arroz...). Se ha puesto, en estosmomentos, el primer pilar de la división social deltrabajo (agricultores y ceramistas). Los trabajos demanufactura de los metales (bronce y hierro), el de­sarrollo de las primeras ciudades, la extensión delcomercio (fundamentalmente de metales) ... supo­nen otros tantos hitos en la ya ímparable carrerahacia la constitución de las grandes y terroríficasmonarquías teocráticas del Próximo Oriente asiáti­co y de Egipto. El primer gran progreso de la técni­ca, como así constata Mumford 1, «la máquina hu­mana colectiva», está ya en marcha. El hombre noes más que un engranaje de esa máquina, una pie­za más de un sistema social productor de exceden­tes destinados a mantener y reproducir el obstinadopoder del monarca-dios, único poseedor en la Tie­rra de los conocimientos celosamente guardadospor la clase sacerdotal (los primeros científicos),quienes mostrando sus resultados provocan la ad­miración y la veneración del «populacho» hacia susabio y divino monarca.

2. Ellegadogreco-romano

La cultura griega se nos presenta como la inter­mediaria que nos pone en contacto de forma explí­cita con los logros científicos y tecnológicos de esasya perfectamente configuradas «civilizaciones» delcreciente fértil. El principal empuje de la culturagriega no ha sido tanto su particular avance cientí­fico y tecnológico, cuanto el que los griegos fuerancapaces de descubrir lo que en esencia ya existía, loque ya estaba en pleno funcionamiento, a saber. la«civilización». Aquellos conocimientos matemáti­cos, que sin duda egipcios y mesopotémicos tenían,y que les permitían elevar desde la nada gigantescasconstrucciones (palacios, templos o pirámides),

, Mumford, El mito de la máquina, página 184.

Page 62: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

aún sin disponer de grandes ingenios mecánicos,gracias a la fuerza concentrada de numerosos ejér­citos de trabajadores involuntarios, aquellos saberesastronómicos, que la casta sacerdotal administrabatanto para fundamentar el poder dictatorial delmonarca-divino como para predecir los tiempos derealización de las labores agrícolas o de las crecidasde las aguas -tan vitales, por otro lado, para hacerde la explotación económica de los recursos natu­rales y humanos la fuerte de obtención del exce­dente con el cual el poder establecido llenaba susarcas-, o aquel vital descubrimiento de la escrituraen sus diversas variantes, que posibilitó la plasma­ción en forma escrita de las hazañas y las victoriassobre lo efímeramente humano de los antepasadosdel entronizado monarca -guía espiritual del mun­do colocado a sus pies-, o de las atrocidades sin finque tanto sus antepasados como él pueden y debencometer (para glorificación de su divinidad) contrasus enemigos o contra sus súbditos, adquieren enmanos de los griegos, gracias a su capacidad de se­parar y distinguir lo real de lo racional, gracias a sucapacidad de separación y distinción entre las pro­posiciones de hecho de lo que pertenece al ámbitode los sentimientos, un carácter diferente al que te­nían en manos de egipcios y mesopotémicos. Laciencia griega se diferencia de su predecesora enque se hace ahora más racional y abstracta, másformal. Muchos de los fundamentos y de las formasde la actual ciencia tienen su origen en el mundogriego, y aun cuando la mayor parte de sus descu­brimientos en física, astronomía, biología, mecáni­ca, neumática, medicina, o en las denominadasciencias sociales hayan quedado reducidas a la na­da, no cabe duda de que el saber occidental presen­te está empapado por los esquemas mentales y ra­cionales de los griegos.

Resulta obligado en este sentido «volver la vistaatrás» y comprobar que muchos de los conocimien­tos actuales, o que muchas de las cuestiones de in­terés presente ya fueron abordados por aquellospersonajes que concebían la vida dedicada al cono­cer como el máximo techo de la aspiración huma­na. El matemático, inevitablemente, debiera ocu­parse además en descubrir que los primeros gran­des pasos dados en el estudio de los números y lascantidades ya fueron dados por aquéllos, en reme-

morar que en el origen del cálculo infinitesimal seencuentran los estudios de geometría de Hipócratesde Quilas (450 a.n.E.), Eudoxo (408-355 a.n.E.), Eu­clides (300 a.n.E ...) o Arquímedes (287-212 a.n.E.).Al preocupado por los problemas astronómicos o deconformación del «universo» le debiera resultar,cuando menos, interesante, si hace el esfuerzo dedesandar los escalones ascendidos en el proceso deformación de su especialidad, percibir que duranteal menos dos milenios las bases de dicha cienciafueron puestas por científicos griegos como el yamencionado Eudoxo, Hipareo (190-120 a.n.E.), To­lomeo (90-168 n.E.), y que antes de que Copérnicopropusiese que el Sol era el centro del Universo, yahabía sido expresado como posibilidad por un grie­go, Aristarco de Samas (310-230 a.n.Ec). Resultaigualmente inevitable remontarse al pasado paraobservar que tanto en medicina, como en física, ensociología o en filosofía ... no fueron pocos los es­fuerzos especulativos realizados por los griegos,primero para plantear los problemas a tratar, y ensegundo lugar para tratar de resolverlos de la ma­nera más exacta.

Se piensa que los griegos, debido a su apasiona­miento por el pensamiento especulativo y racional.estuvieron poco preocupados por las cuestionestécnicas, toda vez que la solución de las mismas su­ponía un esfuerzo práctico que no encajaba perfec­tamente con su concepción de lo que debía ser labuena vida dedicada al estudio y al desarrollo inte­lectual personal. Para Mumford es falso que no sediera en el mundo griego un desarrollo técnico im­portante; por el contrario la realidad se muestradisconforme con dicha afirmación. Cómo se expli­carian las manifestaciones artísticas de la bellezade las obras arquitectónicas y escultóricas queabundan por toda la Helade si no se toman en con­sideración los elementos mecánicos que facilitaronla construcción de aquéllas, si no se analizan losdesarrollos técnicos en el tratamiento del bronce ydel mármol en la elaboración de éstas. Acaso nosao, como señala Mumford, el torno -con sus me­joras-. el tornillo -probablemente diseñado por Ar­químedes- y el molino de agua -experimentado entiempos pretéritos en la lejana tierra de la India­desarrollos del conocimiento técnico, a partir delos cuales elaborar otras herramientas e ínstru-

PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLOGfA y SUCIEDAD 69

Page 63: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

mentas para facilitar el trabajo de construcción enarquitectura, escultura, etc.. Es probable que lapobreza e ineficacia del arado griego y romano fue­ra motivada por la utilización de mano de obra ser­vil o esclava en las grandes explotaciones agrícolas,pero también no es menos cierto que la estructurasocial de! mundo greco-romano -con la admisiónde ciudadanos libres sujetos a derechos y a obliga­ciones-. totalmente distinta a la de las teocraciasorientales -cuya organización social se fundamen­taba en el servilismo más atroz de la población au­tóctona a los deseos del monarca-. hubo de ser-quíérase o no- un fuerte acicate para que los ciu­dadanos libres no ocupados en lo «intelectual» sepreocuparan en mejorar su nivel de vida con laelaboración y mejora de elementos técnicos cadavez más provechosos (incluyendo entre ellos, todoslos productos del hogar que facilitan y hacen másagradable la existencia, como son las sillas, las ca­mas, los utensilios de cocina, etc ... ). En el mundogriego y romano se experimenta un cambio en laforma de concebir la técnica con relación a la delas culturas que les precedieron, que, además dedemostrar la falsedad del supuesto de la escasapreocupación de griegos y romanos por el desarro­llo tecnológico, pone de manifiesto una visión to­talmente distinta de la realidad humana y material.Se pasa de una tecnología en la que el factor hu­mano era empleado masivamente como la energíaprimordial que impulsaba el mecanismo de la de­nominada por Mumford «megamáquina». y su sus­titución por un nuevo mecanismo que ya no eramovido por una tal fuerza humana, sino por ener­gía externa al propio hombre. Es la primera vez enla historia en que aparece una máquina mecánicay no humana. Es en definitiva, el resultado de unanueva concepción de la técnica.

El hecho de la existencia de trabajo no libre, detrabajo esclavo, no puede ser empleado como argu­mento para negar la verdadera capacidad tecnoló­gica del mundo greco-romano. En Roma, por ejem­plo, es tal el desarrollo técnico que a través de él ycon él fueron construídas todas las redes de calza­das que permitían atravesar a las legiones romanasen poco tiempo el mundo conocido hasta llegar alos confines del imperio para sofocar cualquier in­tento de rebelión que pudiese poner en peligro la

70 PARA COMPREVDl::.·j{ CfE.\'ClA, TECNOIDGfA y SOCIEDAD

grandeza de Roma; a través de él y por él se hizo po­sible el transporte y la distribución del agua nece­saria para el divertimento de los ciudadanos roma­nos y para la irrigación de los campos; a través de ély por él fue posible trasladar desde los lejanos cen­tros a la metrópoli vastas cantidades de alimentosque eran consumidas a bajo precio por los ciudada­nos de la misma; a través de él y por él se dotó a laestructura política y social dominante de los instru­mentos técnico-legales para impartir la «justicia»que convenía a aquellos que tenían algo que «con­servar», y que garantizaba la {( Pax romana» en el in­terior y en el exterior de las fronteras.

La estructura social esclavista de la sociedadgreco-romana ha de ser considerada fundamental­mente como la que posibilitó el que pudieran desa­rrollarsc las manifestaciones artísticas y científicasde dichas culturas. El afirmar que la sociedad gre­co-romana es una sociedad esclavista resulta indis­cutible. La afirmación de que la apropiación delplusproducto por parte de la clase de los grandespropietarios -fundamcntalmentc de tierras, dadoque se trataba de una for-ma económica eminente­mente agraria- era obtenido principalmente de lostrabajadores no libres debiera ser también induda­ble. En la sociedad esclavista del mundo occidentalantiguo, entre los siglos VII a.n.E. hasta el siglo V den.E., la principal forma de obtención del excedentey la principal forma de enriquecimiento era la apro­piación del plustrabajo realizado por los esclavos.Es cierto que existían trabajadores libres que seveían sometidos a los tributos recaudados por el po­der establecido, pero, sin embargo, dichos trabaja­dores libres no generaban el suficiente excedentecomo para sostener la "buena vida» de la minorita­ria clase ociosa. Sólo el trabajo del esclavo y el tra­bajo servil podía garantizar la vida opulenta deaquella. Es más, incluso la manumisión se convirtióen una forma de obtener excedentes en forma dine­raria del esclavo, el cual pagaba importantes cuan­tías para lograr su propia libertad, y representó,además, una manera de mantener conforme al es­clavo en su condición bajo la vana esperanza de unafutura posibilidad de obtener la libertad.

La "buena vida», que aportaba el tiempo necesa­rio para desarrollar e! trabajo intelectual, en la quese fundamentó y se dio origen a la ciencia griega y

Page 64: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

al no menos importante desarrollo tecnológico de lacultura greco-romana, sólo fue posible gracias alsometimiento a una miserable e inhumana existen­cia al esclavo, quien vivía para trabajar; y a quien sele dejaba vivir en cuanto que podía trabajar. No escierto que el esclavo fuera incapaz para el razona­miento matemático o para otro razonamiento espe­culativo, ni tan siquiera es cierto que fuera el méto­do y su empleo adecuado lo que conducía a aquelhombre simple (simple esclavo) al encuentro con laverdad; lo único que es cierto es que el trabajadorno libre tenía las mismas capacidades intelectualesque el propietario que dedicaba su vida a su propiasatisfacción intelectual, sólo que las condiciones so­ciales del primero le impedían hacer que su desa­rrollo personal fuese su propia forma de vida. Lacuestión, por tanto, ha de ser la siguiente: ¿qué hu­biese sido de la ciencia y de la técnica en Occidentesin la anónima y no reconocida aportación de esosmillones de trabajadores no libres de la Grecia y dela Roma antiguas? Tan importante para la cienciaoccidental fueron los desarrollos de las ideas cientí­ficas y tecnológicas de esos grandes hombres grie­gos y romanos, como la velada labor de esos perso­najes que mantuvieron a los anteriores viviendo tanplacenteramente.

3. La Edad Media en perspectiva

Entre las causas que motivaron el definitivohundimiento del imperio romano de Occidente sesuele apuntar la extensión de la fe cristiana, encuanto expresión religiosa en competencia conotras manifestaciones religiosas que no cuestiona­ban la estructuración política y social del mundoromano clásico. Por sí sola la extensión y el afian­zamiento del cristianismo no hubiera sido motivosuficiente para deshacer aquel imperio que habíasubsistido durante más de seis siglos en la historiadel mundo occidental, pero en combinación conotra serie de factores sociales, políticos y económi­cos se convirtió en un elemento sustancial para ladescomposición de las formas organizadas delmundo antiguo. La religión cristiana, ya oficializa­da y ocupando la más altas instancias del poder te­rrenal (tanto en la parte occidental. como en la par­te oriental del imperio), tuvo que continuar su labor

de llevar la cruz a todos los confines del mundo, re­cogiendo bajo su manto aquellos pueblos «bárba­ros» que, hasta entonces, habían sido un continuoazote para las debilitadas fuerzas romanas. El ca­mino recorrido no estuvo libre de obstáculos, perola eficaz máquina represora de la consolidada igle­sia cristiana pudo liquidar todas y cada una de lasmanifestaciones sectarias -muchas de las cualesocultaban un marcado carácter de reivindicaciónsocial- que surgían por doquier como afrenta a ladoctrina oficial establecida.

En todo este juego de convencer y purgar, de po­ner e imponer, de premiar y castigar; las órdenesmonásticas jugaron un papel preponderante comodifusores de la palabra de Dios. Tan ardua labor depropagación de la fe hubo de ser financiada econó­micamente de una u otra manera. Ya desde el finaldel imperio occidental. y a lo largo de toda la AltaEdad Media, se percibe el importante peso econó­mico que la iglesia tenía, junto con el rey y los aris­tócratas -enfrentados todos ellos en guerras conti­nuas- para hacerse con el dominio de la escasa ma­no de obra generadora en exclusiva del excedenteque permitía a los unos orar y rogar por la salvaciónde los espíritus, y a los otros hacer del combate suforma de vida. La distribución de papeles en la Ba­ja Edad Media, con la pérdida de protagonismo delpoder político unificador del monarca y, lo que esmás importante, con el traslado de las ansias gue­rreras de los aristócratas desde el interior al exte­rior del mundo cristiano bajo el estandarte de la fe­se hizo más clara. El régimen feudal fue la organi­zación social a que dio lugar. En un lado de la esca­la social. los propietarios de la tierra y de los másimportantes útiles del trabajo agrícola, conformadopor lo que podríamos llamar los señores-caballeros(cuyo papel era el de combatir en "defensa» de losunos y de los otros) y por el clero (el alto clero) -encuanto que garante en la tierra de la salvación de lasalmas-: en el otro lado, los campesinos. los arren­datarios de las tierras del señor, los siervos o los es­clavos, de cuyo esfuerzo habrían de vivir aquellasclases parasitarias y ellos mismos.

En un orden social como el descrito, dada la es­casa productividad inicial del trabajo agrícola, y da­da la escasez demográfica de la Europa medieval,los grandes propietarios sólo podían tener garanti-

PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLocfA y SOCIEDAD 71

Page 65: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

zada la obtención del excedente suficiente -que per­mitiese a los unos mantener el despilfarro consu­mista al que estaban habituados, y a los otros em­prender la construcción de enormes monumentospara la glorificación del «Señor»-. si introducían in­novaciones técnicas que hicieran más productiva laexplotación agrícola. Es por eso precisamente quela Edad Media europea ha de ser vista como un pe­ríodo de introducción de mejoras en todo tipo deaperos de labranza (modificaciones en el arado ro­mano tradicional, en el trabajo de los metales em­pleados en la elaboración de las herramientas, in­novaciones en los aparejos para mejorar la fuerzade tracción animal), en las industrias artesanales(como el telar en la industria textil), en el aprove­chamiento y en el ahorro de otras fuerzas energéti­cas (con la generalización en el uso del molino deagua y viento), en las mejoras y en la solución deproblemas arquitectónicos (con el empleo de la bó­veda y los contrafuertes en las grandes edificacio­nes) ... Hay, por tanto, un progresivo perfecciona­miento de los conocimientos técnicos provocadopor la necesaria apropiación del excedente de ladesnutrida población trabajadora servil, posibilita­do por el contacto con otras civilizaciones lejanas(India y China) que ya habían descubierto las ven­tajas de tales aportes técnicos, y, en fin. estimuladapor un cambio de mentalidad más acorde a la solu­ción práctica de los problemas planteados.

Todo lo anteriormente dicho no significa que nose diese en el Occidente medieval una preocupaciónteórica y científica importante. Simplemente hayque considerar que dichos planteamientos teorétí­cos estuvieron más sometidos que en épocas prece­dentes a los dictados de la fe. Sin embargo, el me­dioevo no ha de ser considerado como una épocaoscura en la que se perdieron -hasta la posterior re­cuperación renacentista- todo el saber acumuladode la antigua cultura griega. Más bien todo lo con­trario. El clero medieval fue el encargado de reco­pilar, traducir y enciclopediar todo el saber cumu­lativo a partir de la ingente labor desarrollada porlos sabios islámicos, permitiendo con ello su poste­rior difusión en épocas más tardías. De esta mane­ra, la astronomía griega, su física, su medicina, laquímica -Inícíada y ya muy elaborada por los maes­tros del Islam-, los estudios sobre óptica -en los

72 PARA COMPRENDER CIENCJA, TECNOLQGIA y SOCIEDAD

cuales los islámicos fueron grandes maestros, sien­do sus estudios la firme base de la ulterior inven­ción del telescopio y del microscopio-..., no queda­ron definitivamente olvidados para los postrerostiempos. Si hay algún conocimiento teórico que seadestacable en el medioevo éste es, sin duda, el de lasmatemáticas. Con la enseñanza del número cero(perfeccionamiento numérico aportado por los hin­dúes), y con la extensión de los números árabes, sehizo del cálculo numérico algo sustancialmente tansencillo, que estaba al alcance de todos el empleo delas cuatro reglas de la aritmética. Las matemáticasse democratizaron con la incorporación de los nú­meros árabes l.

Al mismo tiempo se introducía con mayor fre­cuencia en el comercio el empleo del numerario (di­nero), a medida que los grandes señores (aristócra­tas y clero) reclamaban de sus arrendatarios, de suscampesinos el pago en moneda de los tributos odiezmos a que estos últimos estaban sometidos. Amedida que se extendía y se asentaba el comerciodel dinero (la usura, el préstamo a interés, el depó­sito, el tráfico monetario...), la teneduría de librosde contabilidad, el cálculo aritmético se hacía ma­teria de enseñanza obligada para los futuros merca­deres, para los futuros "banqueros», para los futu­ros recaudadores de tributos... 1202 será señalado,con la publicación del Liber Abacci de Leonardo Pi­sano], como el año en que fue colocada la primerapiedra para la posterior edificación del capitalismo.El número traspasa la débil frontera del conoci­miento teórico para adentrarse en el mundo prácti­ca del cálculo mercantil. Contar, pesar, medir serála nueva consigna del negociante-capitalista en po­tencia. La cuantificación adquiere tanta o más rea­lidad que el objeto de cuantificación, por cuanto,aún sin la presencia de este último, la cifra medida,pesada, o contada es la única y la más preciada ga­rantía de su real existencia. La democratización dela matemática y su progresivo empleo en las rela­ciones mercantiles generalizadas, aseguraron elprogresivo desarrollo de las ciencias exactas y de lasciencias físicas.

Bemal. Historia social de la Ciencia. Tomo J. Página 229.

Mumford, El mito de la máquina. Página 429.

Page 66: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

4. Las claves del Renacimiento

El rico señor feudal, que exigía cada vez con ma­yor frecuencia a su vasallo el pago del tributo en mo­neda para adquirir los bienes de carácter suntuarioque más satisfacían su manifiesto deseo de ostenta­ción, y, en igual medida, el alto clero, que reclamabaa sus trabajadores dependientes la parte del botfn endinero-metálico con el ánimo de hacer frente a loscuantiosos gastos de materiales y de mano de obraempleados en las interminables obras de construc­ción de las gigantescas catedrales del gótico euro­peo, penetran, de esta manera, en una interminablecarrera en la que las relaciones sociales de inter­cambio están mediadas por el dinero fiduciario, lacual se traduce en un crecimiento geométrico deltráfico comercial y de la cantidad de dinero acuña­da. Con la aparición, durante los siglos XIII al xv delos instrumentos documentarios que agilizan e im­personalizan las relaciones sociales entre los agenteseconómicos -certíficados de depósito, letras de cam­bio, etc.-, se produce un efecto multiplicador sinprecedentes sobre el consumo y la producción. Lamayor facilidad que el campesinado encontró paraliberarse de las ataduras que lo ligaban a los feudos,y la continua introducción de las innovaciones téc­nicas, tanto en las "factorías» rurales como en las"industrias artesanales urbanas» estarían en la basemisma de este importante despegue del comercio.

Una vez insertas las rafees del capitalismo en elsuelo del mundo occidental, la marcha atrás en suprogresar resultó imposible. Las dificultades con lasque tropezó no fueron lo suficientemente considera­bles como para que no pudiesen ser sorteadas. Así sien el siglo xv se percibe en Europa una falta de bra­zos para extraer de la tierra el preciado metal, se ha­bilitan las condiciones precisas para realizar los via­jes de «descubrimiento» marítimo y terrestre por lasdesconocidas -hasta entonces- tierras africanas pa­ra aprovisionarse «naturalmente» de esclavos ne­gros e introducir, al mismo tiempo, una nueva mer­cancía sometida al "libre juego de la oferta y la de­manda»; si lo que escasea es el metal precioso (oro,principalmente), se vuelven a abrir las rutas comer­ciales nunca cerradas con Oriente y el mundo islá­mico, para cubrir el déficit de aquél, que amenazacon contraer peligrosamente las progresivamente

crecientes relaciones comerciales; si el coste de vol­ver a recorrer estas ya conocidas rutas comercialescon Oriente y el norte de Africa son excesivamenteelevados, se tratará de descubrir nuevas rutas queabaraten y hagan más fluida la relación de inter­cambio de los metales y de las especias.

Las innovaciones técnicas introducidas, tanto enel transporte terrestre -con el carro de cuatro rue­das, los nuevos aparejos y las nuevas disposicionesdel tiro (siglos XII, XIII, XIV), o con la construcción denuevas carreteras mejor acondicionadas-, y las pos­teriores mejoras en el transporte marítimo -con eldiseño y construcción de las denominadas carabelas(principios del xv y XVI), cuyo casco mejoraba lasprestaciones de las naves que le precedieron, con elperfeccionamiento en la forma. en los materiales yen el tamaño de las velas (xv y XVI), con la incorpo­ración del timón de codaste para facilitar las manio­bras (que se extiende en Occidente entre los siglosXII-XIV), con el empleo de mejores mapas e instru­mentos que facilitan el trabajo del navegante, con lapuesta en marcha de los saberes y las acumuladasobservaciones astronómicas del pasado (en lo queha sido denominado por Pierre Chaunu la navega­ción semi-astronómica ...). sólo podían hacerse reali­dad gracias a un gran esfuerzo inversor de quien dis­ponía del excedente monetario para ello: los ricoscomerciantes europeos (genoveses, venecianos ...), obien las más importantes monarquías europeas, em­pecinadas ahora en restaurar las unidad social, polí­tica, territorial y religiosa (las monarquías portu­guesa e hispana, fundamentalmente). Sabido es queel capital financiero no se suele entregar jamás acambio de nada, sino más bien en espera de verse dealguna manera multiplicado. "El descubrimientocolombino» se nos presenta, de este modo, más co­mo una conquista de nuevas rutas, más como unaconquista de nuevas tierras, más como una conquis­ta comercial que como un descubrimiento en el quese pretendiese dar a conocer la desconocida reali­dad. Las Capitulaciones de Santa Fe dan buena fe deeste hecho, en la medida en que en las mismas estáestipulado el reparto del botín conquistado.

Se suele decir que el humanismo, la revaloriza­ción del hombre en cuanto sujeto de saberes, sólofue posible cuando se pudo percibir un liberarse elsujeto de las ataduras espirituales y materiales que

PARA COMPRIWDER CIENCIA, TECNOLOC/A y SOCIEDAD 73

Page 67: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

le oprimían. Como uno de los representantes de es~

te humanismo, Leonardo da Vinci (1452-1519) hade ser sin duda mencionado. En él se conjuga el ar­tista creador, el ingeniero. el autodidacta y el inves­tigador incansable. Su visión fue más allá de la rea­lidad de su tiempo. Este Nostradamus de la técnicafue capaz de imaginar máquinas voladoras, subma­rinos y toda clase de ingenios mecánicos. Fue capazde innovar la pintura con la técnica de la «perspec­uva aérea», dar las claves de la pintura en cuantoque ciencia en su Trattato della Piuura, y dedicarseal arte de la guerra. En él se encuentra el deseo porsuperar los límites de lo real y la mala concienciaque asola a quien evalúa las repercusiones nefastasque sus ingenios pueden producir. Es la contradic­ción que ha de asumir quien es consciente de que supoder para poner su ingenio en acción está deter­minado por el poder de quien dispone de él por elsimple hecho de pagar por el mismo (el mecenas oel mentor). En este orden social surgido de las ce­nizas del régimen feudal, la «libertad» de acción yde pensamiento es una mera caricatura que ocultala realidad de una profunda desigualdad.

5. El casode Oriente

La forma de organización social, así como laevolución histórica de la misma en Oriente en nadase asemeja a la historia social de la Europa Occi­dental. Considerando el caso de China, por ser lacultura que con mayor continuidad e intensidad hi­zo progresar la ciencia y la técnica, no ya tan sóloen Oriente, sino incluso en Occidente. hasta lo quese conoce como «revolución científica y tecnológi­ca», se puede vislumbrar, tal y como señala Need­ham', el paso de una organización feudal -que seextendió a ]0 largo de los dos primeros mileniosa.n.E.- a una forma de sociedad que es definida poreste autor como feudal-burocrática. y que es la queda a la ciencia y la técnica china su específicocarácter en comparación con las que en aquellosperíodos antiguo y medieval se estaba presentandoen Occidente.

, Nccdham, J. ÚJ. gran titulación. Ciencia y tecnología enOriente y Occidente. Pp. 181-182.

74 PARA COMPRENDER CIENCIA. TEL'NOLOCIA y SOCIEDAD

Se trataba de un sistema burocrático en el que,sin asemejarse en nada a la organización clasista dela sociedad esclavista antigua o a la sociedad feudalmedieval europea, se establecía una jerarquía esta­mental en la que -obedeciendo al efímero principiodel prestigio- la cúspide de la misma estaría ocupa­da por los funcionarios y los científicos ortodoxos,seguidos en este orden por los campesinos, los arte­sanos y en último lugar por los comerciantes. La es­casa participación que los mercaderes tenían en elpoder político, lo cual suponía para los mismos unalto grado de inseguridad. es posible que fuera larazón de que en China no se produjese el procesorevolucionario-científico que sí tuvo lugar en Occi­dente, gracias a que aquí sí se dio un desprendersede las estructuras feudales, una sustitución de lasmismas por otras marcadamente capitalistas, y unascenso de una floreciente burguesía a las más altasinstancias del poder en detrimento de la aristocra­cia no adaptada a las nuevas formas de organiza­ción económica y social.

En cualquier caso, lo que sí resulta indudable esque Oriente, y más en concreto China, fue el artífi­ce de una vasta lista de ínnovacíones técnicas quemás temprano o más tarde fueron siendo transmiti­das y fueron siendo adoptadas por el mundo occi­dental. En una muy breve enumeración de los in­ventos aportados por los chinos se pueden mencio­nar: la temprana y generalizada tecnología delhierro desarrollada en Oriente, y utilizada eficaz­mente en la construcción de puentes y en la perlo­ración profunda (Siglo VI n.E.); el aprovechamientode la fuerza hidráulica y los ulteriores inventos de­rivados de su uso, estando perfectamente documen­tado el molino de agua en Oriente (siglo IV al II

a.n.E.) antes de que se hiciese presente en Occiden­te; la invención de los arreos de zambarco y tirantes(entre la Z" mitad del 2° milenio a.n.E. y el siglo III

a.n.E.) y del estribo (de posible procedencia india,entre los siglos Il a.n.E. al IJ d.n.E.) para aprovecharmás eficazmente la fuerza animal; todo tipo de in­ventos que facilitan y mejoran la navegación, comoson el timón de codaste (siglos 1 a.n.E. al d.n.E.), lavela de proa a popa y los compartimentos estanco;el uso generalizado del papel (desde el siglo 1 a.n.E.)antes de que Europa supiese algo de su existencia,o la invención de la imprenta de bloques y de tipos

Page 68: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

móviles. La lista podría resultar interminable, perola sola enumeración de los anteriores avances téc­nicos dan una idea aproximada de la deuda no re­conocida de Occidente hacia Oriente.

Needham nos dice que es un terrible error supo­ner que los logros chinos fueron fundamentalmen­te técnicos y no cientüicos'. Su ciencia antigua ymedieval no ha de ser considerada como menor encomparación con la que, por aquellas épocas, se es­taba desarrollando en Occidente. Su paciente ob­servacíón. su anotación precisa y minuciosa de to­dos los datos de especial relevancia, la precisión desus mediciones y de sus cálculos, les permitieron:experimentar con elementos como la pólvora cua­tro siglos antes de que fuese empleada destructiva­mente en Europa. y desarrollar una alquimia que esincuestionablemente la base de la ciencia químicaactual; estudiar el magnetismo y diseñar la primerabrújula magnética (entre los siglos VI al X d.n.E.); y,en fin, tener una astronomía bastante precisa y notan dependiente de viejos dogmas que le impidieranavanzar en sus conocimientos (como era en el casode Occidente el de la perfección y la belleza de la fi­gura geométrica circular), lo cual les permitió desa­rrollar importantes instrumentos astronómicos yconstruir por primera vez en la historia la mecáni­ca de la relojería.

Sabido es que en Oriente no se produjo un fenó­meno histórico transformador de las estructuraseconómicas, sociales, políticas y mentales de la en­vergadura del Renacimiento europeo, y que ello pu­do ser el motivo de ese estancamiento de la cienciay de la técnica chinas en sus formas medievales. Es­to no debiera hacernos pensar que los logros habi­dos en ambos terrenos en Occidente previos a superíodo revolucionario-científico Iueron autócto­nos. Caeríamos una ver: más en la arrogancia depensar en la superioridad occidental, y demostrarí­amos, de igual forma, nuestra ignorancia del restodel mundo ': La ignorancia es mala compañera deviaje, y es por eso que no en vano fue colocada porBouícelli en su cuadro titulado La calumnia juntocon la sospecha y el resto de los vicios.

Needham, Pp. 61 Y ss.

Bcrnal. Tomo l. Pág. 260.

6. La revolución científica

Lo más importante del período que ha sido de­nominado la época de la "La revolución cíentííica»,que se puede extender desde la publicación de lasteorías científicas de Copémico (1473-1543) -ex­puestas con posterioridad a su muerte en su De re­volutionibus orbium coelestíum-. hasta la mecánicanewtoniana -recogida en la obra Phiíosophiae natu­ralis principia mathernatica-, no Iue que Copémicoestableciese que es la Tierra la que se mueve alrede­dor del Sol y no a la inversa, que Kepler (1571-1630)pudiese concluir -gracias al trabajo de observacióny anotación minucioso dejado por su maestro TichoBrahé (1546-1601)- que los planetas se mueven enórbitas elípticas a velocidades variables, ni tan si­quiera la demostración de Galileo (1564-1642) deuna física común tanto para la Tierra como para elresto del orden celeste o la formulación del princi­pio de inercia, ni incluso la unificación que haceNewton (1642-1727) de la física kepleriana y de lagalileana en la formulación de su teorra gravítacio­nal, sino la transformación de la forma de hacerciencia y de 10 que a partir de entonces ha de serconsiderado como ciencia.

La revolución científica (XV1-XVlI) significa enprimer lugar la ruptura con los moldes de pensa­miento precedente, la demostración de la inade­cuación de las teorías que a las mismas corres­pondían para dar cuenta de los diferentes fenóme­nos observables. y en segundo lugar una nuevaforma de pensamiento que, ocupando el lugar dela que fue abandonada, se muestra funcionalmen­te más eficaz, en la medida en que las teorías quedel mismo se deducen son más demostrativas ypredictivas. No se trata aquí de negar la validez detodo 10 que anteriormente era considerado "cien­cia», sino el descubrir una nueva forma de hacerciencia que ponga límites a la especulación y a laimaginación, y que determine lo que puede «ser» ylo que ha de dejar de «sen> considerado como ver­dadero. Es, en definitiva, la institucionalizacióndel método 10 que señala lo que ha sido considera­do como la "ciencia moderna». Dicha institucio­nalización del método científico representa, porun lado, el final del sometimiento de la ciencia alos dictados de la fe, y, por otro lado, la ímposi-

PARA COMPRENDER C/ENCH, TECNOLoc;IA y SOCIEDAD 75

Page 69: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

ción, para todo saber que pretenda ser fiable en suparticular parcela del conocimiento, de unas de­terminadas fronteras más allá de las cuales lo úni­co que resta es el abismo, la imposibilidad delconocimiento, la vana creencia en infundados re­sultados, lo no observable o lo no demostrableexperimentalmente. La imaginación no es proscri­ta, puesto que sigue siendo necesaria para la for­mulación de las hipótesis de partida, pero ha deser encorsetada, ha de ser frenada, debido a quetodo lo afirmado ha de ser demostrado, o lo que eslo mismo, experimentado, medido, tasado, pesa­do, cifrado o cuantificado, y lo que es más impor­tante, evaluado por quienes conocen cuáles son loscriterios objetivos de la evaluación. El métodocientífico, el método experimental es aplicable a lafísica, a la aún incipiente química, a la astrono­mía, a la anatomía humana y a la biología en ge­neral. a la geología, a la geografía y a la demogra­fía. Pero qué decir de las todavía poco desarrolla­das ciencias sociales, qué decir de la sociología, dela economía o de la historiografía misma; ¿han deser estas últimas ramas del saber meras compar­sas descriptivas de los aconteccrcs humanos pre­sentes y pasados, simples bufones bailando al rit­mo señalado por las ciencias que "realmente» sí loson? La Tierra dejó de ser el centro del "Universo»y con ello también el hombre. El estudio del mis­mo, al margen de su conformación corporal, debe­rá ocupar también una posición secundaria.

Tan importante como la formulación teórica dela nueva ciencia y la demostración práctica de loafirmado teóricamente, serán los nuevos instru­mentos y los antiguos ahora más perfeccionados losque hacen posible la comprobación observacíonalde lo formulado hipotéticamente. El termómetro(de agua, de alcohol, o de aire), el microscopio, eltelescopio, el barómetro, el péndulo..., ponen demanifiesto la regularidad mecánica de los fenóme­nos estudiados, advierten de la precisión matemáti­ca de la realidad, evidencian que, como así lo con­sideraba Newton, el sistema del mundo es un granmecanismo en movimiento cuyas leyes pueden serconocidas. La gran máquina del mundo estarácompuesta por innumerables piezas, dentro de lascuales la especie humana no será más que un sim­pie engranaje.

76 PAR/!. COMPRl'.NlJER CJEVClA, rECNOLocfA y SOCIEDAD

El nuevo credo ha sido ya definitivamente con­formado, la nueva ideología que "soporta el peso dela máquina» 1 ha sido ya establecida. Sólo resta po­ner aquélla a funcionar a su máxima potencia, uti­lizando (útilmente) los recursos disponibles limita­dos en orden a una eficacia técnica y económica de­bidamente evaluada.

No es casual que los científicos del XVI al XVJJlpertenecieran a las clases pudientes de la sociedad,o que estuviesen -como en el caso de Kleper- al ser­vicio de aquéllas. Los miembros del cuarto estadopoco o nada podían decir acerca del destino de losrecursos dinerarios que les eran apropiados por laburguesía para financiar las primeras institucionescientíficas -la Royal Society o la Academia RealFrancesa, surgidas al margen de las universidades-,las bolsas de los hombres de ciencia o de sus men­tores, los fastos de las cortes o los intereses de lasno poco numerosas deudas de las diferentes mo­narquías absolutas e "ilustradas», preocupados co­mo estaban en superar los precarios resultados dela última cosecha, en hacer frente a los rigores de laúltima hambruna, en ocultarse ante la amenazado­ra peste, o en ingeniárselas para no caer en la indi­gencia después de pagar las nuevas formas de con­tribución impuestas por el vivo ingenio -sólo paraesto- del monarca.

Al protocapitalísrno. armado con el instrumentoideológico de la nueva fe, sólo le restaba liberarsede la pesada carga del derrochador estado absolu­tista para hacer que el trabajo humano "libre» seconvirtiese en el elemento básico de la multiplica­ción del capital, y que asumiese su condición demecanismo al servicio de la producción -y de ladestrucción.

7. La herencia de la revolución industrial

El progreso técnico experimentado en el agroeuropeo desde finales del siglo XVIII hasta las pri­meras décadas del siglo XIX permitió el drenaje demano de obra agraria hacia las ciudades. Drenaje

, Mumford. Técnica y civilización. Página 77.

Page 70: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

que hizo posible a la gran manufactura el disponerde un personal que podía ser empleado en grandescantidades en un proceso productivo industrial, enel que cada vez con más frecuencia la división deltrabajo -tal y como Adam Smith (1723-1790) la des­cribiera en su fundamental obra An lnquíry into theNature and Causes 01" the Wealth al" Nations- y la es­pecialización jugaron un papel más fundamental enel intento de hacer del progreso económico indivi­dual el único modo de alcanzar la felicidad. Estateoría utilitarista, de búsqueda individual de la feli­cidad sobre el fundamento del éxito económico per­sonal. anunciada por Jeremy Bentham (1748- J832)en sus Principios morales, se convertirá en la doc­trina oficial del liberalismo decimonónico, y alean­zará a los «liberales» de nuestro siglo bajo el ropajecientífico-económico de la teoría rnargínaltsta desa­rrollada por Alfred Marshall (1842-1924). El libera­lismo encontró en la teoría utilitarista -de la cualsomos aún (y tal vez hoy tanto o más que en épocaspretéritas) mudos partícipes- el pensamiento filo­sófico afín que respaldaba racionalmente la actua­ción explotadora de una minoría de grandes pro­pietarios capitalistas sobre una masa desprotegidade mano de obra barata. Los abusos y atrocidadescometidos por estos librepensadores sobre un pro­letariado mal alimentado, sometido a inhumanosesfuerzos, y consumido aceleradamente en vida, só­lo cesarán cuando la amenazante actitud de estosúltimos hizo pensar a los liberales que una menorexplotación no significaba necesariamente una me­nor tasa de ganancia.

No fue solamente la actitud reivindicativa delproletariado industrial la que propició una mejoríaen sus condiciones laborales y de vida, sino tambiénlas mejoras tecnológicas introducidas en las dife­rentes formas de producción. Dichas mejoras posi­bilitaron un incremento de la productividad relati­va, Jo cual hizo más llevadero al capital su actitudaperturista. Desde que la máquina de vapor (1765)de Tornas Watt (1736-1819) fuera introducida en laindustria textil y en el transporte (terrestre y marí­timo), y desde que los nuevos hornos (Bessemer;Siemens, o Gilchnist Thomas) permitieron la fundi­ción del hierro y su transformación en acero conuna calidad mayor y en mayores cantidades, el pro­greso ingenieril ya no tuvo límites.

Si bien en los comienzos de la Revolución In­dustrial la atonía de la ciencia es la característicadominante -a excepción de Benjamín Franklin(1706-1790), quien estudiando la conservación de laelectricidad, concluyó inventando el pararrayos, odel francés Lavolsler 0743-1794) en química, quienanunció la conservación de la matería-, con la pro­gresiva propensión al incremento del capital inicial,las sociedades científicas y las universidades pudie­ron dedicar más recursos a la investigación, y no esde extrañar el acelerado progreso de finales del XIXen campos como el electromagnetismo, en los tra­bajos acerca de la energía. en el tratamiento y lamanipulación de los gases, en el descubrimiento denuevos elementos químicos ..., pero también en bio­logía, economía, sociología, psicología, historiogra­fía, etc. Tal vez 10 más curioso de la ciencia y de latécnica de finales del XIX no sean sus avances en to­dos los campos en los que se investigó, sino su cadavez mayor dependencia de los aportes del capital fi­nanciero a las sociedades científicas, a los departa­memos de investigación de las grandes industrias, oa los gobiernos que financian las universidades pú­blicas. Este aspecto financiero de la ciencia y de latécnica de finales del XIX estará presente de una ma­nera más manifiesta en este presente siglo XX, aúna pesar de quienes pretenden defender la supuestaindependencia absoluta del científico.

Bibliografía

Leroi-Gour-han, Andre. La Prehistoíre. Presscs Universitai­res de Prance. París. (Traducción al español realizadapor Ricardo Martín. como La prehistoria. Editorial La­bor. S.A. Barcelona 1978).

Alimcn. J.M. Y Stcvc. M.J., Vorgeschichte, Ficher Bucherei,K.G. Frankfurt arn Main. 1966. (Traducción al españolrealizada por los autores. como Prehistoria. Editorialsiglo XXI. 2Y Edición. Madrid. 1989).

Oarellt, Paul, le Proche-Orient asía tique. Des orígenes auxínvasions des peuples de la mero Pcsses Unívcrsitairesde Prance. París. (Traducción al español realizada porAna M" Mavench, corno El Próximo Oriente asiático.Desde los orígenes hasta las invasiones de los pueblosdel mar. Editorial Labor. S.A. Barcelona 1982).

Finley, M.I.. The Ancicnt Greeks. Chatto & Wíndus. Lon­dres. (Traducción al español realizada por J.M. Carera

PARA COMPRENDER ClEII,'ClA. Tl:."C.r.,"OLOC/A y SOCiEDAD 77

Page 71: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

de la Mora, como Los griegos de la annguedad, Edito­rial Labor S.A. Barcelona 1966).

Momigliano, Arnaldo, La Storiograiia Greca. Einaudi. Tu­rín. (Traducción al español realizada por Josc Martí­nez Gazquce. como La historiografía griega. EditorialCrítica. Barcelona 1984).

G.E.M. de Stc. Croix. The Class Struggle in the Ancicnt ere­ek World. From tlie Arcliaic Age to the Arab Conquests.Gcrald Duckworth and Company Limited, Londres1981. (Traducción al español realizada por Teófilo deLozoya, corno La lucha de clases en el nncndn griego an­tiguo. Editorial Crítica. Barcelona 1988).

Hopkins, Kcith, Conqnerors and staves, Cambridge Ll ni­vcrsíty Pross. Londres 1978. (Traducción al español re­ahzada por Marco-Aurel¡o Galmarini, como Conouis­tadores y esclavos. Ediciones Peninsula. Barcelona1981).

Pctit. Paul, La paix rontaine, Prcsscs Untversnaíres deFrance. París. (Traducción al español realizada porJuan José Faci, como La paz romana. Editorial Labor.Barcelona 1976).

Nicolct, Claude. Rome et la conquéte du monde méditerra­necn. 1/ Les estructures de tttatic romanine, 2/ Genésed'w¡ cmpíre. Prcxscs Unívcrsitaircs de Prance, París.(Traducción al español realizada por Juan Pací Lacas­ta, como Roma y la conquista del mundo mediterráneo.1/ Las estructuras de la italia romana; 21 La gcucsís deI/JI imperio. Editorial Labor. Barcelona. 1984).

Dubv. Gcorges, Gucmcrs ct paysans. Eduíons Gallimard.Par-ís 1973. (Traducción al español realizada por Joseluís Martin, como Guerreros y campesinos. Desarrolloinicial de la economía europea. 500-1200. Editorial Si­glo XXI. Séptima Edición. Madrid 1983).

Holmcs, G., Europe: Hierarcltv and. Revolt. 1320-1450. Pu­blisher Wm. Collins Sons & Co. Ltd. Londres. (Tra­ducción al español realizada por Mercedes Carera-Are­nal, corno Europa: Jerarquía y revuelta. 1320-1450. Edi­torial siglo XXI. 4" Edici6n. Madrid, 1984).

Le GoL J., Le merveilleux dans l'Occidenc medieval, (Tra­ducción al español realizada por Alberto L. Bíx¡o, co­mo Lo maravilloso y lo cotidiano en el Occidente medie­val. Editorial Gedisa. Barcelona 1985).

Les inteílecmells au MOYeIJ AKe. By du Scuil, París, 1985.(Traducción al español realizada por Alberto L. Bixio,como Los intelectuales en la Edad Media. Editorial Ge­dísa. Barcelona. 1990).

78 PARA COMPRENlJER ClFNCIA, TECNOLOcf1 y SOCIEDAD

Chaunu, r., L'expansiou europecnne du xnr au XV' siecle,Presscs Universitaires de Francc. París (Traducción alespañol realizada por Ana MO Mayench, como La ex­pansión europea (siglos Xlll al xv). Editorial Labor. Bar­celona 1982).

Canquéte et explotation des nouveaúx mondes (xvr siécíe),Prcsses Universitaires de France. París (Traducción alespañol realizada por M" Angeles Ibáñez, como Con­quista y explotación de los nuevos mundos (siglo XIV).

Editorial Labor. Barcelona 1984).

Braudel. F., Civilisatíon matérielle et capitalisme (XV'-XVllf'

siécíe), Armand Colín, Par-ís (Traducción al español re­alizada por Josefina Gómez Mendoza. como Civiliza­ción material y capitalismo. Editorial Labor. Barcelo­na, 1974).

Dcame, P., The Fírst Industrial Revoíution, CambridgeUniversity Press. Londres, 1965. (Traducción al espa­ñol realizada por J. Solé-Tura, como La primera revo­lución industrial. Ediciones Península. Barcelona,1991).

Hnhsbawm, E., En tomo a los orígenes de la revolución in­dustrial. (Traducción al español realizada por OfellaCatillo y Enrique Tandctcr. Siglo XXI editores. S" edi­ción. Madrid. 1988).

Niveaú, M., Historie des [aits éconorniques contemporai­ncs. Prcsscs Universi tair-cs de France. París, 1966 (Tra­ducción al español realizada por Antonio Bosch Do­rndncch, como Historia de los hechos económicos con­temporáneos, Editorial Ar¡cl. Barcelona 1974).

Kovrc. A., From the Closed World to the Inilnite Universe,'Hohs Hopkíns University Press. 1957 (Traducción alespañol realizada por Carlos Solís Santos, como Delmundo cerrado al universo infinito. Editorial Siglo XXI.7" Edición. Madrid, 1989).

Études dhistolre de la pensée scientifique. Éditions Galli­mard. (Traducción al español realizada por Encarna­ción Pércz Sedeño y Eduardo Bustos, como Estudiosde historia del pensamiento científico. Editorial SigloXXI. l Il" edición. Madrid 1990).

Ber-na], J.D., Science in Hístory, CA Watls & Co. Ltd. Lon­dres. 1954. (Traducción al español realizada por JuanRamón Capella, como Historia social de la ciencia. 1/La ciencia en la historia: 11/ La ciencia de nuestro tiem­po. Ediciones Península. 6" Edición. Barcelona 1989).

Derry, T.K. y Williams, T.I., A shon lzistory of technology.From the earliest times lo A.D. 1900. The ClarendonPress Oxford. 1960. (Traducción al español realizadapor Carlos Caranci, José Palao Taboada et al.. como

Page 72: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

Historia de la tecnología. l/Desde la antiguedad hasta1750; 2/ Desde 1750 hasta 1900 (1); 3/ Desde 1750 has­ta 1900 (JI). Editorial Siglo XXI. S" Edición. Madrid1995).

Basalla. G., tt« Rvolutiou of Technoiagy, Cambridge Uni­versity Press. Cambridge. 1988 (Traducción al españolrealizada por Jorge VigiL como La evolución de la tec­nología. Editorial Crítica. Barcelona, 1991).

Needham, J., The Grund Títatation - Science & Society inEast and West. George Allen & Unkin Ltd. (Traducciónal español realizada por Rosa Martínez Sivestre y Ma-

na Teresa de la Torre Casas, como La gran titulación.Ciencia y sociedad en Oriente y Occidente. EditorialAlianza. Madrid 1977).

Mumford, L., The Myth of the Machine, Technics and Hu­man Deveíopment. 1967. (Traducción al español reali­zada por Dcrncu-io Nañez, como El mito de la máqui­na. Emeeé Editores S.A. Buenos Aires 1969).

Technics and Civiliuüion . Harcourt. Braee & World, Ine1934. (Traducción al español realizada por Constanti­no Aznar de Acevedo, corno Técnica y civilización.Alianza editorial. Madrid 1971).

PARA COMPRENDER ctesct», TECNOLOGfA y SOCIEDAD 79

Page 73: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

7

Lewis Mumfordy la historia de

la máquinaAndoni Alonso

S i un adjetivo cabe aplicar a Lew¡s Mumford(1895- J990) es el de pensador colosal. La obra

de este gran historiador comprende una ingentecantidad de artículos. junto a numerosos libros deuna extensión poco frecuente. Murnford tiene ade­más el mérito de ser otro de los pioneros del pensa­miento sobre la tecnología, y la madurez que estecampo filosófico ha adquirido se debe en gran par­te a su trabajo. Pensador original, autodídacta enmuchos aspectos, no consiguió una licenciaturauniversitaria, por lo que desarrolló su formación in­telectual al margen del mundo académico. De jo­ven, Murnford sufrió la fascinación de la tecnología,maravillado por el poder que las nuevas máquinas ysistemas, como la electrónica prometían para un fu­turo cercano. Pero la historia del siglo xx le hizocambiar de opinión. No es un historiador académi­co, sino que le interesa fundamentalmente descu­brir las claves para el conflicto social que apareceen el siglo xx. cuyas manifestaciones más claras seencuentran en el desarrollo de las ciudades y el pro­greso tecnológico.

Comenzó su trabajo intelectual en un tema coninmediata referencia a la tecnología: las ciudades.La historia de los poblamientos humanos, el desa-

rrollo de las nuevas ciudades, sus problemas, y elcambio que los nuevos métodos de producción in­troducen fueron los factores que le interesaron es­pecialmente. Este lema de la ciudad como forma deinteracción humana, social e ingenierille lleva a es­cribir toda una historia de la idea de ciudad, TheCitv in Hístorv: Its Orígins, Its Iransiormatíons andfu; Prospects "( 1960). También realizó un profundoanálisis de la arquitectura moderna, From theGround Up: Observations 011 Contemporary Architec­tue. Housíng. HighV1.'UY Building and Civic Desígn,(1956) y los problemas del urbanismo. Entre estosescritos, merece destacarse el dedicado al puente deBrookl¡n, en el que analiza con gran sutileza el as­pecto de belleza que la ingeniería de finales del si­glo XIX produjo con semejante obra. Este es un con­cepto fundamental para su filosofía-historia de latecnología: cómo es necesario encontrar un atribu­to específico de belleza para las realizaciones inge­nieriles y técnicas. Este interés por la capacidad in­geníeríl de crear belleza, o dicho de otro modo, lasrelaciones entre arte y tecnología no le abandona"rán nunca, como muestra uno de sus escritos Artand Technics (t 952). En sus primeros estudios de laciudad (The Culture in the Citv, 1938), establece yauna referencia hacia el cambió que la tecnología su-

PAR4 COMPRENDER CIENCIA, TliCNOLOclA y SOCIF.lJAlJ 81

Page 74: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

pone en la vida humana, su transformación, que lelleva a escribir Technics and Cíviiization (1934), yque culminará con el libro The Mvth o( the Machine(2 volúmenes 1970). Junto a ello· asimismo, éste esun pensador profundamente humanista, que esta­blece de inmediato la preponderancia de otros as­pectos del ser humano sobre la tecnología, como ellenguaje y los contenidos simbólicos.

Mumford realiza una antropología de la tecnolo­gía, tal como lo hicieron los grandes pensadores so­bre este tema (Ortega, o Heidegger, por ejemplo).La novedad de su enroque consiste en sostener unatesis contraria a gran parte de la primera filosofíade la tecnología, como la de Marx o Bergson. Laproducción de herramientas no es un atributo pri­mordial de los seres humanos, como muestran losdiversos animales que espontáneamente los crean:panales, hormigueros, o nidos. No se puede con­fundir, en su opinión, las partes (las herramientas)por el todo (la tecnología). El ser humano no esesencialmente o por naturaleza un «horno faber».sólo lo es de forma secundaria. Según Mumford, elser humano se ha de definir como un ser dotado deuna biología extremadamente rica, de un exceso deenergía, y de un cuerpo dominado por una mente,que es precisamente la condición de posibilidad pa­ra crear las herramientas. En el fondo, la tecnologíaconsiste precisamente en la canalización de esaenergía sobrante que lo caracteriza. Mumford pien­sa que precisamente el primer campo de la acciónhumana no es el uso de herramientas para trasfor­mar la naturaleza. sino su autotransformación. supropia creación. El ser humano es así un creador desímbolos (symbol maker), y secundariamente uncreador de herramientas (tool maker). Esta diferen­ciación le permitirá eludir un determinismo tecno­lógico y a la vez guardar cierta esperanza en la evo­lución de la sociedad actual.

Uno de sus estudios sobre la historia de la tec­nología, el invento del reloj, se ha convertido en unclásico de estos estudios. De tal modo que historia­dores como D. Cardwell (Historia de la tecnología1994) comienzan precisamente su trabajo en estepunto. Según Mumford, el reloj introdujo una revo­lución en las sociedades medievales, que ocurrióprimeramente en los monasterios, pues supuso ladivisión del tiempo en cantidades discretas, alrede-

82 PARA COMPRENDrR CIENCIA, TEC,I'lOLOG/A y SOCIEDAD

dar de las cuales se organizaba la vida. La medicióndel tiempo supuso la posibilidad de realizar unamedición de algo que hasta el momento era abs­tracto, una cuantificación de otros aspectos de la vi­da y la naturaleza, y que, con la moderna ciencia ytecnología generada en el Renacimiento, supuso uncambio radical de mentalidad. Este paradigma su­puso finalmente que sólo lo que es medible o cuan­tificable es real. mientras que los demás aspectos dela experiencia humana se relegan a un plano secun­dario. Justamente es ésta a situación actual, en laque la realidad mensurable y contrastable imponesu criterio en todos los aspectos de la vida transfor­mándolo todo en estandarización, regulación y me­dición. Ello supone, según Mumford, un cambio deuna mentalidad dirigida a lo orgánico por una vi­sión mecanicista del mundo, que se traduce en, unapego sin precedentes al ideal de la máquina. Estaes una característica muy occidental. Si se compa­ra con otras civilizaciones, como la china por ejem­plo, se hace patente que ésta tenía mucho más tem­pranamente que Europa los principales instrumen­tos técnicos -pólvora. papel, imprenta, brújula,telescopio-, para la revolución científica. Aun así,sólo en el Renacimiento, con este cambio de men­talidad ya consolidado, se produce una aceleracióntecnológica sin precedentes. Sin embargo, el ele­mento irracional no abandona esta actitud tecnolo­gista.

Murnford comenzó su trabajo sobre la tecnolo­gía con una actitud más bien optimista, pero mástarde, con la experiencia de la II Guerra Mundial-los bombardeos indiscriminados sobre las ciuda­des alemanas y el uso de la bomba atómica-. hizoque su actitud tomase cada vez más un tinte pesi­mista. En la reconstrucción de esa nueva mentali­dad respecto a la máquina moderna y su capacidadde destrucción y alienación, Mumford encuentra unprecedente en el Egipto de los faraones y sus fas­tuosas pirámides. Este es un momento histórico sinprecedentes porque se pone en marcha una fuerzade trabajo sin precedentes que, a pesar de las limi­taciones tecnológicas, es capaz de una hazaña co­mo la construcción de las pirámides. Para ello, senecesitaron varios acontecimientos históricos, pre­cedentes para el futuro desarrollo tecnológico: lafundación de una vasta organización burocrática,

Page 75: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

amparada en una jerarquía religiosa, la división deltrabajo y la conversión de los seres humanos enpartes o componentes de lo que él llamará «la me­gaméquina». Para que ésta pueda funcionar, cadaparte de la producción ha de contar con un grupoespecífico, comandado por un especialista. A suvez, es necesaria la coordinación de estos diversosespecialistas, y en última instancia, como cúspidede la organización se encuentra el faraón, quienconcentra en sus manos todo el poder. Además deuna división del trabajo de acuerdo a las actividadesque realizan, Mumford considera que los especia­listas-directores de estas actividades se conviertenasimismo en una suerte de casta, que no tienen porqué justificar sus procedimientos y su conocimien­to; funcionan así como una parte de la jerarquía re­ligiosa. Cada ser humano que forma parte de la má­quina, cada individuo particular ha de rendirse yabandonarse en manos del sistema del que formaparte, y ello lleva a poner en manos de una sola per­sona un poder inimaginable. Sin embargo, esta si­tuación no duró mucho en la antigüedad, y la es­tructura de poder se derrumbó.

\

Toda esta consideración de Mumford sobre lamegamáquina del Imperio egipcio le sirve para ana­lizar y explicar nuestro presente tecnológico comosu actualización. Las dictadura de Hitler v Mussoli­ni son un intento de resucitar la concentración enmanos de una persona de ese enorme poder que losfaraones poseían. Así, la efectiva división y especia­lización del trabajo que se comenzó en el siglo XIX

así como la amplia burocratización, permiten crearlas condiciones para resucitar esa forma política denuevo. La estructura. con su poderío técnico y bu­rocrático, con una economía mucho más eficaz,permite que esa concentración de poder tenga unalcance inédito. Los científicos y técnicos encarga­dos de su funcionamiento se convierten también enuna casta especial, con un lenguaje accesible sólo alos iniciados, y que reclaman una obediencia plenade los servidores. Asimismo, la entrega de cada in­dividuo se realiza de forma completa, sin discusión.La arbitrariedad de sus detentadores, como en elcaso de Hitler, lleva a la destrucción masiva. Paraoponerse a este factor de destrucción, las llamadassociedades democráticas, y en especial EstadosUnidos, han de construir una mega máquina de las

mismas características, a fin de derrotarlos. De estamanera, el presidente de los Estados Unidos consi­gue una acumulación de poder todavía mayor quelas de los dictadores europeos, disponiendo inclusode mecanismos de aniquilación total como la born­ba atómica. Incluso más, los científicos que colabo­ran en la carrera nuclear americana, tales comoFermi o Einstein, a pesar de su profundo pacifismo,colaboran en ella pues resultan completamentealienados en sus propósitos. Los medios empleadospara esa guerra, como es visible en el desarrollo his­tórico, no difieren en los dos bandos, tal como se­ñala el uso dc bombardeos masivos sobre civiles oel último paso de la escalada bélica, representadopor la bomba atómica. En este sentido, la diferen­cia entre las democracias occidentales v el fascismono fue tan grande, aunque quizá se podría haberjustificado como una forma de defensa ante talamenaza. El problema, sin embargo, es que esa me­gamáquina no fue desmantelada con posterioridad.Primero la guerra fria, que justificó su manteni­miento y después las nuevas teorías sociales, hanhecho que la megamáquina siga funcionando, a pe­sar de que durante mucho tiempo amenazó, y toda-

PARA COMPRF.NDER CIENCIA, TECNOLOGfA y SOCIEDAD 83

Page 76: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

vía lo hace con destruir completamente la humani­dad. La megamáquma actual consigue la sumisiónde sus servidores. su alienación, por medio de dife­rentes mensajes escatológicos: durante la guerramundial por la necesidad de combatir el mal abso­luto que representaban las dictaduras fascistas, des­pués por la necesidad de combatir al comunismo yfinalmente por la promesa de progreso material ybienestar. La idea de que el desarrollo de la técnicapermitirá el crecimiento económico y la mejora ma­terial de la vida de cada individuo es el soborno queofrece esta rncgaméquina.

La deshumanización, el desplazamiento de lo or­gánico por lo mecánico, conduce a una sociedadnihilista y sin metas, engañada por unas promesasque no llegan a fructificar: El ideal de una vida sindificultades materiales se trcca por un cada vez ma­yor ensimismamiento en los procesos mecánicos, ytambién en una creciente tirantez social como ocu­n-ía con la amenaza de la guerra nuclear o los pro­blemas urbanísticos y laborales. A pesar de ello, se­gún Mumford, toda esta situación obedece a la pro-

84 PARA COMPRENDER CIENCIA, TEC,r','OLOC/A y SOCIEDAD

pia decisión humana, y del mismo modo que hemoselegido continuar por este camino, se puede tomarla decisión contraria. En este sentido, se separa engran medida de los deterministas culturales comoO. Spengler, y cree posible una rectificación delrumbo de la civilización. Mumford, a pesar de susplanteamientos negativos sobre la historia tecnoló­gica no considera que sea posible una profecía ca­tastrofísta. Si, como se señalaba antes, el ser huma­no es primeramente un constructor de símbolos ysecundariamente de herramientas, las posibilidadesde cambio están ahí, al alcance de la mano. Este jui­cio ponderado y hasta cierto punto optimista haceque la lectura de Mumford sea especialmente pro­vechosa.

Bibliografía de Mumford

Tite Lewis Mu.m{ord Reader, (Miller, Donald E. editor)Univ. of Gcorgia Press, Georgia, 1995.

La Ciudad en la Historia, Emecé, Buenos Aires, 1945.

Técnica y Civilización, Alianza Editorial, Madrid, 1979.

Page 77: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

8

Ivan Illich:hacia una filosofía

de la tecnologíaAndoni Alonso

1van Illich (1926), ha desarrollado durante másde treinta años una profunda y aguda critica de

la sociedad contemporánea combinando perspecti­vas de historiador, filósofo y antropólogo. Sus con­trovertidos libros sobre las grandes institucionesmodernas han llevado a intensos y a veces crispadosdebates, pero, en cualquier caso, nunca han causadoindiferencia. Sin embargo, también es cierto que dealgunos años a esta parte, la mayor parte de sus li­bros en lengua castellana se encuentran agotados,siendo. en ocasiones muy difícil su acceso, y tampo­co parece que en los autores peninsulares se reflejeexplícitamente su influencia de forma visible, cosaque no hace justicia a la importancia e influencia desu pensamiento. Ello contrasta agudamente con lasituación de los años sesenta y principios de los se­tenta, donde Illích fue considerado una guía im­prescindible para el cambio pedagógico. Cuadernosde Pedagogía, una de las publicaciones más avanza­das en la época franquista publicaba extractos de suobra como referente de un cambio progresista. Asi­mismo su influencia se hace notar en el movimientode las redes de ikastolas en Euskal Herria. Bien omal comprendido por los fundadores de la educa­ción en euskera, lo cierto es que éstos tomaron suobra como marco conceptual para desarrollar una

pedagogía alternativa. Sin embargo, su obra tieneun interés más amplio que el estricto ámbito peda­gógico, a pesar de que muchos intelectuales españo­les sólo lo recuerdan por este aspecto de su pensa­miento. Sólo en tiempos muy recientes (finales delos ochenta y principios de los noventa), se ha pro­cedido en España a cierta recuperación de su obra yrevistas como Archipiélago han tratado de ofrecerextractos de su obra como Energy and Equity o Sha­dow Work a fin de volver a poner en la palestra de lacultura peninsular su pensamiento. Otras revistasalternativas como Integral lo recuperan también co­mo exponente del pensamiento alternativo. En defí­nitiva. su obra, rica y polémica, puede entendersedesde muy diversos niveles, y en el presente caso setomará sólo aquellos elementos de su reflexión quesirven para construir una critica de la tecnología. Elsistema educativo, la medicina, el sistema de trans­porte, incluso la lengua, sufren un proceso de tecni­fícacíón que cambia su aspecto y [unción humanas.

Otro aspecto importante que hay que resaltardesde la filosofía de la tecnología es que Illich hadesarrollado esta aguda crítica de la tecnología mo­derna o, dicho de forma más genérica, la sociedadindustrial, desde el otro lado del sistema, es decir,desde lo que se ha tildado eufemísticamente como

PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLOGfA y SOCIEDAD 85

Page 78: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

los «países en vías de desarrollo». Ello es de una im­portancia capital, pues. su obra corre paralela a losinicios de los estudios CTS desde los países que nohan participado en el desmesurado crecimiento tec­noíndustrial y que han sufrido de forma especial­mente virulenta los males de esta nueva situación:desarraigo. desarrollismo. agudos problemas ecoló­gicos. etc. Así su perspectiva alcanza una globalidade independencia de criterio que difícilmente se en­cuentra en otros pensadores; profundo conocedorde la sociedad industrial y de la sociedad «pre-in­dustrial» ofrece un panorama articulado y comple­to de ambos lados.

Así pues, Illích se enfrenta, ya desde el principiode los años sesenta, al análisis de la sociedad indus­trializada en sus aspiraciones y utopías. sus prome­sas y objetivos, como en su primer libro CelebnuingAwareness (1969). La sociedad moderna que emergea finales del siglo XIX se caracteriza por la transfor­mación de determinadas instituciones humanas bajouna óptica ingenieríl o industrial. Dichas institucio­nes, producto en primer lugar de la simple y espon­tánea convivencia humana se tecnifican, convirtién­dose en un mecanismo tecno-burocrético que adop­ta la forma de un método de producción en serie. Lasrazones aportadas para favorecer este cambio se ex­plicitan en términos de eficacia y máximo alcancepara los miembros de la sociedad. Ese proceso in­dustrializador se puede entender a su vez como unmodo radical de «tecniíicación». pues es, en definiti­va, un proceso de racionalización de medios a fin delograr una mayor eficiencia. También, es, de algunamanera, traducir en procesos industriales y fabrilesuna serie de "derechos humanos» inalienables, comoson la educación, la salud, el transporte,o el trabajo.En su conjunto, estos representan lo más granado delo que, durante las últimas décadas se ha llamado co­mo el «welfare state» o «estado del bienestar». No esnovedoso afirmar que las propias condiciones de po­sibilidad de este estado del bienestar descansan en latecnologización. pero lo que sí es una aportaciónfundamental es mostrar cómo dicha tecnologizaciónatraviesa y empapa tan radicalmente las actitudespolíticas que encierra esa novedosa en su momentoconcepción del estado. Aún más, IIlich muestra lascontradicciones internas de este supuesto progreso,muestra cómo éste es un utopismo absolutamentecontradictorio y que no resiste el análisis de sus pro-

86 PARA COMPRENDER CIENCIA. Tl'-CNOLOGIA y SOCIEDAD

pios fundamentos. Por contra, se revela como com­pletamente destructivo de la sociedad. tendente a uncrecimiento caótico e insostenible. y lleva a unascuotas de desigualdad insoportables. El resultado úl­timo de estos «supersistemas» es la contraproducti­vidad: la medicina crea nuevas enfermedades en vezde sanar (Medical Nemesis, 1975), la escuela degradael nivel educativo (Deschooling Society, 1971) y eltransporte se convierte en un obstáculo para la mo­vilidad (Energyand Equity: 1971). El drástico cambiopolítico de actitud ante el estado del bienestar, queclama por la imposibilidad de financiar este enormey desbordado sistema social son una respuesta par­cial y equivocada ante la prognosis, completamentecierta, que en los finales de los sesenta, Illich habíarealizado. El sistema escolar se aproxima peligrosa­mente a una crisis inevitable, la medicina se ha con­vertido en un pozo sin fondo que absorbe los recur­sos económicos de las naciones, así como el sistemade transporte y energía bordea también una insosla­yable situación crítica respecto a su uso y la agresiónque causan al medio ambiente.

Desde un punto de vista descriptivo, ateniéndosesimplemente a los datos, se percibe cómo las pro­mesas de estas instituciones se revelan como falsas;por ejemplo, el impresionante desarrollo médico,con su asimismo impresionante costo económico.Un país altamente desarrollado como Estados Uni­dos, con una activa inversión en recursos sanitariosno ha conseguido aumentar la esperanza de vida sig­nificativamente. si se compara la edad media de vi­da de los sesenta con la de finales del siglo XIX. Porotra parte, la inversión monetaria ha supuesto rnul­tiplicar por 25 la cantidad empleada en esa época 1.

Una paradoja similar se puede establecer en cuantoal transporte; la velocidad media que alcanza un ve­hículo en una gran ciudad ha experimentado y to­davía la sufre, una espectacular caída en los últimosaños, situándose actualmente en los 20 kmlhora. Laescasez de trabajo indica cómo la ecuación moder­na de que el tiempo dedicado al estudio es propor­cional a la calidad de trabajo se ha convertido en fal­sa. Todos estos sistemas, basados fuertemente en laesperanza del desarrollo tecnológico se encaminan aun irremediable colapso financiero y de su función.

, Datos extraídos de Medical Nemesis.

Page 79: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

Estos problemas, que sólo en la actualidad sehan revelado como la espada de Damocles de la so­ciedad moderna, habían sido previstos, como se hadicho, en su obra, en un momento en el que no ha­bía razones para un pesimismo tan radical. peroque se ha revelado de una lucidez pasmosa. Sin em­bargo, centrar el pensamiento de Illich sólo en sucapacidad para detectar los problemas no hace jus­ticia a su pensamiento, sobre todo porque la res­puesta más inmediata que se ofrece es simplemen­te identificar estas dificultades como problemastransitorios que no tienen aún una suficiente res­puesta técnica. La situación tiene una índole másprofunda. Precisamente, entender estos problemascomo meras situaciones coyunturales, que se pue­den resolver con más tecnología es también partedel problema de fondo; un deseo de continuar "co­rrigiendo» los desmanes de la tecnología, dejandointacto el fondo ideológico y político del que nacen,creyendo ingenuamente que realmente es posibleencontrar rectificaciones parciales, técnicas o deplanificación, sin cambiar la actitud que la susten­ta. Su análisis del transporte asociado u la energíamuestra precisamente esta situación; el supuestoalimento de la velocidad del transporte entre perso­nas conduce necesariamente a una mayor desigual­dad entre los que poseen y los que no poseen losmedios eficaces para desplazarse. Aquellos que lasociedad considera como más valiosos -algunoscientíficos en la antigua Unión Soviética, o los altosejecutivos de Estados Unidos por ejemplo- tienen asu disposición mejores medios de transporte mien­tras que el común de los trabajadores no es que ten­ga peores medios, sino que ha de realizar un traba­jo suplementario -ser su propio conductor- parapoder integrarse en la estructura de trabajo. Elsupuesto bien que supone disponer de un 'cochepropio termina traduciéndose en una obligaciónnecesaria, y el empleado -en ocasiones llevandotiempos superiores a dos horas diarias de desplaza­miento al lugar de trabajo- un requisito más del tra­bajo en la sociedad industrial. Ello se traduce en untrabajo acumulado, un «trabajo fantasma" a (Sha­dow work, 1981) que añade valor a la mercancía

, Empleo la terminología del traductor mexicano de Illichen Gil/ero (PlanetalMoritz).

producida por el trabajador, pero que no revierte ensus manos. Este es uno de los efectos colaterales(estde effects») e inevitables del desarrollo tecnoló­gico: la creación de trabajo fantasma que no revier­te en el trabajador. La paradoja que representa estasituación hace que inevitablemente se entre en es­tus disfunciones sociales. que están presentes en lavisión tecnológico-institucional de las relacioneshumanas ya desde el principio,

La actitud ante todas estas cuestiones se presen­ta de una manera neutra, enmascarada en un len­guaje técnico, esto es, como una cuestión de "servi­cios» que todo ciudadano perteneciente a un paísdesarrollado tiene que tener disponible, Pero estasituación es el resultado de haber optado por unaserie de posibilidades, dejando al margen otras. Elabandono de los valores vernáculos, fuente de laconvivencia humana durante la mayor parte de suhistoria, el cambio de una economía de subsisten­cia por una de crecimiento ilimitado, ha llevado a lasituación crítica en la que vivimos actualmente,amenazados por las tensiones sociales y la degrada­ción medioambiental.

Posteriormente, Illich ha potenciado su faceta dehistoriador para enfrentarse al cambio de la cultu­ra, cosa que ya estaba presente en su crítica a Anto­nio de Nebrija y su concepción de la lengua verná­cula (estudio realizado en Shadow Work). Pero aho­ra Illích reconstruye toda una historia social deaspectos como el género y la anulación que suponeel trabajo del siglo xx de esas diferencias básicas(Gender, 1982), o la transformación del libro comoforma de vida a un mero instrumento transmisor deinformación (In the vineyard of the Iext. A Com­mentar)' lo Hugh's »Dídascalion», 1993), Actualmen­te realiza una historia de los sentidos -la vista- y suevolución desde Grecia hasta nuestros días.

Bibliografía de Ivan IlIich

El género vernáculo, Planeta, México O.F, 1990.

Nemesis Médica. La expropiación de la salud, Planeta, Mé-xico O.F. 1984.

Desempleo Creador, Barcelona, Barrall. 1974.

f/lO y las aguas; del Olvido. Cátedra, Madrid, 1989,

La sociedad desescoíarirada, Ban-all, Barcelona, 1974.

PARA COMI'RENDER CIENCIA, TECNOLOGfA y SOCIED.4D 87

Page 80: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

Desde el Pensamiento

Page 81: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

9

Ortega y Gasset,pionero de la filosofía

de la tecnologíaAndoni Alonso

O rtega dedicó una atención muy intensa alproblema de la tecnología, estableciendo de

esta manera un precedente en la filosofía españolay colocándose al mismo tiempo en la vanguardiaeuropea del momento. Sin duda su Medítacián de latécnica, un curso de la por entonces joven Univer­sidad de Verano de Santander, es un texto básicopara la historia de la filosofía de la tecnología, y noha perdido, con el paso del tiempo, su frescura y vi­gencia. El interés de Ortega por la tecnología tieneuna explicación al menos doble. Por una parte, ydentro de su propio proyecto filosófico, marcadopor un agudo interés existencial, cuyo objeto últi­mo es el análisis del hombre de masas, reflexionasobre la técnica como un elemento que cada vezcobra mayor importancia en la evolución social. yasimismo define de una manera especialmente cla­ra al ser humano del siglo xx. Su libro más conoci­do, La rebelión de las Masas, ofrece un panoramageneral de la emergente sociedad del siglo xx, don­de sus individuos tienen una peculiar relación conla tecnología. Este bien podría ser el panorama ge­neral donde se incrusta el problema de la tecnolo­gía en anega. Por otro lado, la intensa preocupa­ción de Ortega por los fenómenos culturales de la

sociedad del momento, como el desarrollo de laciencia, le lleva indefectiblemente a encontrarsecon el fenómeno de la técnica. Recuérdese que Or­tega funda una de las revistas filosóficas, si no lamás importante, de la filosofía española: La Revis­ta de Occidente, que se caracteriza por difundir enlengua castellana los libros y artículos más rele­vantes de la Europa del momento. Asimismo, Orte­ga organiza numerosas conferencias a las que invi­ta a prestigiosos científicos como Albert Einstein.No está de más recordar, aunque sea brevemente ladecantación regeneracionista de Ortega, pues, dealguna manera, ayuda a entender su postura. Orte­ga, como la mayoría de los Intelectuales de la épo­ca -Unamuno. Ganívet, Maeztu, etc>- se enfrentana la resaca del desastre del 98, y consideran que Es­paña se encuentra en una situación problemática,que algún elemento fundamental en el país se haperdido o no se ha sabido encontrar. Ello, que hahecho que el país no se haya desarrollado o no ha­ya continuado a la par del resto de los países euro­peos y de Norteamérica. En el así llamado atrasosocial e institucional del país, la falta de la tecnolo­gía es sin duda un factor que hay que considerarmuy seriamente pues éste es, o bien la causa o bienel efecto de tan lamentable situación. Las posturas

PARA COMPRENDER CIEA'CfA, TECNOl.oCJA y SOCIEDAD 91

Page 82: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

para «europeizan> España nacen en este momento,y Ortega apuesta por ellas, aunque dentro de unanálisis ponderado. Lo que sí es claro es que Orte­ga no se encuentra entre los sectores 'casticistas',como el propio Maeztu, y que prefiere una innova­ción inteligente, mesurada y equilibrada del país '.Justamente en esta mesura orteguiana se encuen­tra la mejor aportación de su filosofía de la tecno­logía. En ningún caso es un defensor a ultranza dela tecnología, y comprende los riesgos que ésta en­traña, pero tampoco la relega al olvido, sino queconsidera el correcto ejercicio de la técnica comoun delicado equilibrio del ser humano.

Los textos fundamentales para comprender la fi­losofía de la tecnología de Ortega son Meditación dela técnica y otros ensayos sobre ciencia y filosofía,que incluye los cursos de Santander más otra con­ferencia que pronunció en Darmstad junto a Heí­degger". y una serie de prólogos a diversos libroscientíficos como Rickert. Bom Van Uexküll y Bono­la. Asimismo, La rebelión de las masas sirve en granmedida para entender el contexto general en que es­te estudio en particular aparece.

Las ideas de Ortega ante este tema, básicamen­te expuestas, consisten en lo siguiente. Su posiciónante la técnica es clara: éste es un fenómeno, unhecho inherente a la naturaleza humana. o mejordicho, la tecnología confiere al ser humano una so­brenaturaleza que lo separa del resto de los seresvivos. Una prueba de ello es que el animal vive enla naturaleza como en un nicho. un hueco que ex­presamente él ocupa, y que no puede cambiarlo. yque, si por alguna razón cambia significativamen­te, ello conlleva la destrucción de esa especie. Elser humano, por contra, no tiene un lugar prefija­do que ocupar; y puede hacer suya toda la exten-

1 Confróntese el artículo de Rafael Samervás, Maez/u y Or­tega, Do.<, [onnas de Regeneración en Revista de Occidente, Ma­drid, n" 96, Mavo ! 989. Asimismo. Car Mitcham ofrece un bre­ve pero acertado estudio sobre Ortega y Mumford en 1'Izinkú¡gtlzrough Teclmology: rile Parh betwcen Engineeríng and p/¡ilo­sophy. Chicago Univ. Press, 1994.

¡ El texto de Heidegger para ese congreso fue el célebreConstruir, Habitar, Pcnsa r, que causó cierta polémica en su mo­mento y que Ortega defendió posteriormente.

92 P,lRA COMPRENDER ('IENCI:\, TFCNOLOGIA YSOC/ElJAD

sión del planeta. Puede vivir en las zonas más cáli­das o más frías, sin que ello signifique su desapari­ción porque adapta el entorno a él. Sin embargo, deaquí no se deduce que el fin de la tecnología sea só­lo la satisfacción de las necesidades humanas, unasuerte de protección para una especie tan poco do­tada para sobrevivir como ésta. O al menos no es elúnico fin exclusivo. De hecho, según Ortega, si latecnología sólo se ocupara de estas necesidades bá­sicas, los seres humanos no encontrarían alicientespara seguir viviendo. Con ello, Ortega apunta aotro ingrediente básico de su antropología: el serhumano se caracteriza por desarrollar una culturay vivir dentro de la historia; para ello ha de tener.consecuentemente, libertad. El análisis de la tecno­logía, de que sea el hecho tecnológico de forma ge­neral revela estos tres componentes: la producciónde un objeto técnico está ligado a dos facultadescognoscitivas fundamentales, como son la memo­ria y la fantasía. La memoria supone el dominio deltiempo, la fantasía, y la creatividad, y, como resul­tante último, dicho objeto supone la creación denuevas posibilidades, esto es, de la libertad. Esta esla característica más relevante de la tecnología: laapertura o incremento de libertad. La biología que­da superada por la biografía, y. en este sentido, latécnica es la expresión de ese «inventarse» a sí mis­mo, cualidad exclusiva del ser humano. El ser hu­mano vive su existencia como un continuo reto,como un continuo inventarse dentro de las condi­ciones materiales que le han sido dadas, continua­mente recreando, produciendo una cultura, parapoder desarrollarse en ella.

Primeramente Ortega coloca un elemento relatí­vizador en la tecnología: no existe una sola, sinotantas como culturas diferentes. Cada cultura desa­rrolla su propia tecnología a fin de dar satisfaccióna sus propios valores y preferencias. Ello hace quela comparación entre estas diversas tecnologías nopueda efectuarse simplemente en términos de ma­yor o menor progreso. Una cultura que, por ejem­plo, desprecie el mundo material, y que considere larealidad una ilusión engañosa, no producirá objetostécnicos o herramientas muy sofisticadas. En cam­bio, la cultura que apueste por la producción masi­va de bienes sí lo hará. Por lo tanto, a diversos inte­reses, se corresponden diversas culturas. También,

Page 83: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

~,

\, \ ,•,

PARA C() ..WPR~'NDER CIENCfA, TU..-·,VOLOGI.4 y SOCIEDAD 93

Page 84: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

desde aquí, se deduce el carácter medial de la tec­nología, que se pone al servicio de la cultura gene­ral. Ortega elabora asimismo una mínima historiade la tecnología, señalando las diversas etapas quela cultura occidental ha atravesado. Los primerosobjetos tecnológicos son resultado de un azar, unaimpremeditación de las acciones humanas y noexiste una especialización. Posteriormente, con laaparición de los artesanos, el desarrollo tecnológicocomienza a especializarse, y al mismo tiempo, lacantidad de conocimiento crece. Pero sólo en la ter­cera etapa es donde aparece la toma de concienciade lo tecnológico, esto es, la idea de que el ser hu­mano tiene un potencial abstracto para producirobjetos tecnológicos. Los rasgos que caracterizan elmomento actual se encuentran implícitos en estatercera etapa que, no es ninguna sorpresa, coincidecon el nacimiento de la ciencia moderna.

Estas nociones básicas, estrechamente entrela­zadas con su filosofía raciovitalista, describen deforma sumaria el hecho tecnológico. Pero Ortegatuvo el suficiente criterio para comprender que loque en su época apenas era un oscuro tema de eru­ditos, se convertiría con posterioridad en la preocu­pación más acuciante de finales del siglo xx. Intuyelos problemas que cierta actitud tecnológica va acausar en un futuro a medio plazo, y la bomba ató­mica de Híroshíma, evento que pudo contemplar envida, supone una confirmación de sus preocupacio­nes. Como se ha indicado, es la aparición del hom­bre de masas, con su peculiar comprensión del he­cho tecnológico, el que conduce peligrosamente alconflicto. No es de extrañar que en fechas similares,otro gran pensador como Elías Canetti estuvieraelaborando un extenso trabajo sobre el mismo te­ma, con una orientación hacia las cuestiones políti­cas. Dicho con pocas palabras, Ortega identifica elpeligro del siguiente modo: el hombre de masas to­ma los bienes y recursos de la cultura como pro­ductos espontáneos, sin recalar en el esfuerzo y sig­nificado que los creadores han impreso en ellos. Lomismo se puede decir de los bienes tecnológicos.Este hombre de masas toma esos bienes sin ningúnrespeto ni idea acerca de qué significan, o para quéhan de usarse, porque no comprende, ni le preocu­pa, el sentido que esa tecnología mantiene con elresto de la cultura. Con ello, la cultura deriva peli-

94 PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLOGIA y SOCIEDAD

grosamente hacia una banalización de sus conteni­dos y la tecnología hacia una práctica irrespetuosa,descuidada, que puede conducir a la catástrofe. Laagudeza de su talento le permite alcanzar una inu­sitada actualidad en este tema, descreyendo de laidea de progreso material, tan recurrente en la épo­ca, y señalando las dificultades que la ciega con­fianza en la tecnología puede producir. Esta preo­cupación es la que trata en las demás lecciones desu curso. El cambio que detecta Ortega en el sigloxx y en la cultura occidental consiste en que la téc­nica abandona su carácter medial para convertirseen el centro de las aspiraciones culturales. Enton­ces, el significado que aporta el resto de la culturase subordina a lo tecnológico, y se vuelve intrans­cendente. Si lo propio de lo tecnológico es abrir po­sibilidades para la cultura, cuando la tecnología seconvierte en el centro de la cultura, no hay entoncesuna dirección para esas nuevas posibilidades. Por lotanto, es necesario volver a buscar, «reínventar»una nueva forma de enfrentarse con lo tecnológico,que cuide del resto de la cultura, y que potencie loselementos más propiamente humanos. Ortega con­sidera que éste es un reto que hay que tomar en elpresente siglo.

La influencia del pensamiento de Ortega sobre latécnica ha sido, paradójicamente, mayor en Esta­dos Unidos que en España, sobre todo en las co­rrientes de filosofía de la tecnología con una incli­nación más humanística. La recuperación de eseaspecto de la filosofía de Ortega se ha realizado enEspaña sólo en los últimos años. A diferencia deotros críticos de la tecnología, como Heidegger, Or­tega apuesta por una visión mesurada de la tecno­logía y no la considera como una tendencia malig­na, propia del ser humano. No es necesario por lotanto una suerte de mística negativa, un rechazofrontal ante la técnica, sino que la tarea consiste enla búsqueda de ese equilibrio mesurado entre me­dios y fines.

Bibliografía de Ortega

Meditación sobre la técnica y otros ensayos sobre ciencia y{ilosoita. Revista de Occidente & Alianza Editorial,Madrid, 1992. 1a Reimpresión.

La rebelión de las masas, Espasa Calpe. Madrid, 1981.

Page 85: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

10

Modernismo reaccionario y técnica:Heidegger frente aNietzsche y Jünger

Ignacio Ayestarán Úriz

S i uno tiene la paciencia suficiente para leersus textos directamente, sin exegetas, simple­

mente con una buena traducción -leerlo en originalpuede resultar perjudicial para la cordura-. la obradel pensador alemán Martín Heidegger (1889-1976)permite un acceso a la técnica occidental desde laEdad Moderna hasta su expansión en el siglo xx.Por otro lado, el pensamiento de Heidegger se diri­ge desde y, muchas veces, contra lo que se suele de­nominar el «modernismo reaccionario», esto es, losintelectuales que florecieron en Alemania, contra­rios a la República de Weimar, y muchos de los cua­les sirvieron de faro para el rumbo del nacionalso­cialismo. Heidegger mismo no escapó a este desti­no, siendo, cuando menos, rector de la Universidadde Friburgo en 1933, y aunque posteriormente di­mitió de su puesto, su obra introdujo ciertos ele­mentos afines con la ideología nazi. Heidegger in­tentará renunciar a ese miserable legado, de ahí quecuando haga referencia a Nietzsche o al libro El tra­bajador de Emst Jünger, de fondo se percibe unajuste de cuentas solapado con el Estado totalitariodel nazismo y su técnica.

1. La pregunta por la técnica moderna

Tal y como pone de manifiesto en su conferenciaLa pregunta por la técnica, publicada en 1954, a Hei­degger no le interesa preguntarse por la técnica des­de su definición instrumental, como medio y accióndel hombre, sino desde lo que desvela ella, lo queabre, lo que deja al descubierto. (La técnica no espues un mero medio, la técnica es un modo del sa­lir de lo oculto. Si prestamos atención a esto se nosabrirá una región totalmente distinta para la esen­cia de la técnica. Es la región del desocultamiento,es decir, la verdad» l.

Fueron los griegos los que pensaron la técnicacomo TEK.NE, no como fabricación o exclusiva­mente como manipulación, sino como el dejar salirde lo oculto, dejar manifestarse. Para ver esta dife­rencia entre el carácter de la técnica artesanal (grie­ga) y la técnica moderna (la técnica moderna no

I Lo. pregunta por la técnica. en Martin Heidegger (1994):VorMige und Aufsdlz.e. Conferencias y artículos. Trad. EustaquioBorjau. Barcelona: Serbal, 1994. pp. 9-37. Citamos p. 15.

PARA COMPRENDER CIENCIA. TECNOLOCfA y SOCIEDAD 95

Page 86: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

permite que la naturaleza se manifieste), basta verlos siguientes casos que expone Heidegger:

«La agricultura es ahora industria mecanizadade la alimentación. Al aire se lo emplaza a que dénitrógeno, al suelo a que dé minerales, al mineral aque dé, por ejemplo, uranio, a éste a que dé energíaatómica, que puede ser desatada para la destruc­ción o para la utilización pacífica»'.

La técnica moderna ha constreñido la naturale­za con su mercantilismo productivo y ésta ya nopuede ser contemplada sino como anuncio de turis­mo:

«La central hidroeléctrica está emplazada en lacorriente del Rin. Emplaza a ésta en vistas a su pre­sión hidráulica, que emplaza a las turbinas en vis­tas a que giren, y este movimiento giratorio hacegirar aquella máquina, cuyo mecanismo produce lacorriente eléctrica, en relación con la cual la cen­tral regional y su red están solicitadas para promo­ver esta corriente. En la región de estas series, im­bricadas unas con otras, de solicitación de energíaeléctrica, la corriente del Rin aparece también co­mo algo solicitado. La central hidroeléctrica no estáconstruida en la corriente del Rin como el viejopuente de madera que desde hace siglos junta unaorilla con otra. Es más bien la corriente la que estáconstruida en la central. Ella es ahora lo que ahoraes como corriente, a saber, suministradora de pre­sión hidráulica, y lo es desde la esencia de la cen­traL Para calibrar, aunque sólo sea desde lejos, lamedida de lo monstruoso que se hace valer aquí, fi­jémonos un momento en el contraste que se expre­sa en estos dos títulos: "El Rin" construido en lacentral energética, como obstruyéndola, y «El Rin",dicho desde la obra de arte del himno de Holderlíndel mismo nombre. Pero, se replicará: el Rln siguesiendo la corriente de agua del paisaje. Es posible,pero ¿cómo? No de otro modo que como objeto pa­ra ser visitado, susceptible de ser solicitado por unaagencia de viajes que ha hecho emplazar allí unaindustria de vacaciones»'. [Subrayado nuestro]

Con la técnica moderna, estamos acostumbra­dos a pensar el mundo como espacio medible, co­mo extensiones prolongables al infinito, reducibles

, Op. cít., p. 17., Op. cít., p. 18.

96 PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLOG/A y SOCIEDAD

a plantilla y cartabón. El espacio así matematizadoanula los lugares y los sitios, no nos permite ver elcarácter cualitativo del espacio mismo:

«Desde el espacio como espacio intermedio sepueden sacar las simples extensiones según altura,anchura y profundidad. Esto abstraído así, en latínabstractum, lo representamos como la pura posibi­lidad de las tres dimensiones. Pero lo que esta plu­ralidad avía no se determina ya por distancias, noes ya ningún spatíum, sino sólo extensic, extensión.El espacio como extensio puede ser objeto de otraabstracción, a saber, puede ser abstraído a relacio­nes analítico-algebraicas. Lo que éstas avían es laposibilidad de la construcción puramente matemá­tica de pluralidades con todas las dimensiones quese quieran. A esto que las matemáticas han aviadopodemos llamarlo "el" espacio. Pero "el" espacio eneste sentido no contiene espacios ni plazas. En élno encontraremos nunca lugares, es decir, cosasdel tipo de un puente»'.

Para reconocer que los lugares no se agotan enla extensión tridimensional hay que saber ver la Tie­rra de otra manera. El mundo no es un conjunto decoordenadas cartesianas. La Tierra, para Heidegger,es una muestra de lo que él entiende por esa mani­festación que abre, que saca a la luz lo oculto (a di­ferencia de la técnica moderna que considera elmundo como mera extensión geométrica que sirvede almacén de energía y suministros):

«La tierra es la que sirviendo sostiene; la que flo­reciendo da frutos, extendida en roquedo yaguas,abriéndose en forma de plantas y animales>".

Heidegger subraya el carácter abierto de la Tie-rra, por ejemplo, en el hecho de que construimos.Que al construir no ponemos simples objetos tridi­mensionales, matematízables, sino que además ha­bitamos la tierra, la vivimos, la abrigamos o la ex­plotamos, la habitamos o la desertizamos, queda demanifiesto en el ejemplo del puente -véase tambiénel contraste con lo que hemos dicho antes de la cen­tral eléctrica del Rin-:

• Construir, habitar, pensar, en Martin Heidegger (1994):í/ortrage und Aufslitze. Conferencias y artículos, Trad. EustaquioBorjau. Barcelona: Serbal, 1994,pp. 127-142. Citamos p. 137.

, Op. cit., p. 15.

Page 87: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

«El puente se tiende "ligero y fuerte" por encimade la corriente. No junta sólo dos orillas ya existen­tes. Es pasando pare! puente como aparecen las ori­llas en tanto que orillas. El puente es propiamente loque deja que una yazga frente a la otra. Es por elpuente por el que el otro lado se opone al primero.Las orillas tampoco discurren a lo largo de la co­rriente como franjas fronterizas indiferentes de latierra firme. El puente, con las orillas, lleva a la co­t-riente dos extensiones de paisaje que se encuentrandetrás de estas orillas. Lleva la corriente, las orillasy la tierra a una vecindad recíproca. El puente coli­ga la tierra como paisaje en torno a la corriente. Deeste modo conduce a ésta por las vegas, Los pilaresdel puente, que descansan en el lecho del río, aguan­tan el impulso de los arcos que dejan seguir su ca­mino a las aguas de la comente. Tanto si las aguasavanzan tranquilas y alegres, como si las lluvias delcielo, en las tormentas, o en el deshielo, se precipi­tan en olas furiosas contra los arcos, el puente estápreparado para los tiempos del cielo y la esencia tor­nadiza de éstos, él mantiene la corriente dirigida alcielo. recibiéndola por unos momentos en el vanode sus arcos y soltándola de nuevo.

El puente deja a la corriente su curso y al mis­mo tiempo garantiza a los mortales su camino, pa­ra que vayan de un país a otro, a pie, en tren o encoche. Los puentes conducen de distintas maneras.El puente de la ciudad lleva del recinto del castilloa la plaza de la catedral; el puente de la cabeza dedistrito, atravesando el río, lleva a los coches y lascaballerizas enganchadas a ellos a los pueblos delos alrededores. El viejo puente de piedra que, sincasi hacerse notar, cruza el pequeño riachuelo es elcamino por el que pasa el carro de la cosecha, des­de los campos al pueblo; lleva a la carreta de ma­dera desde el sendero a la carretera. El puente queatraviesa la autopista está conectado a la red de lí­neas de larga distancia, una red establecida segúncálculos y que debe lograr la mayor velocidad posi­ble. Siempre, y cada vez de un modo distinto, elpuente acompaña de un lado para otro los caminosvacilantes y apresurados de los hombres, para quelleguen a las otras orillas y finalmente, como mor­tales, lleguen al otro lado>".

El espacio moderno se reduce a la cinta métrica.El lugar, sin embargo, abre espacios, hace espacio,

• Op. cit., pp. 133-134.

espacia las cosas y hace sitio para las cosas. «Bl lu­gar no está presente ya antes del puente. Es ciertoque antes de que esté puesto el puente, a lo largo dela corriente hay muchos sitios que pueden ser ocu­pados por algo, De entre ellos uno se da como un lu­gar, y esto ocurre por el puente. De este modo, pues,no es el puen te el que primero viene a estar en unlugar, sino que por el puente mismo, y sólo por él,surge un lugar» 7. Así se comprende el significadodel célebre aserto heideggeriano:

«No habitamos porque hemos construido, sinoque construimos y hemos construido en la medidaen que habitamos, es decir, en cuanto que somoslos que habitanw".

2. Leibniz, precursor dela técnica moderna

¿De dónde surge la tendencia moderna de la téc­nica? Heidegger, en una conferencia de 1956, sobreEl principio de razón 9, remonta el origen de la téc­nica moderna al espíritu calculador expuesto so­berbiamente por Leibniz (siglo XVII) en el principiode razón: "nihil est sine ratlone". "nada es sin ra­zón".

«El principio de razón es el principio del repre­sentar racional en tanto cálculo asegurador.

(oo.) y aun más: el hombre actual corre el peli­gro de medir la grandeza de todo lo grande. sólopor la pauta del dominio del "principium ratio­nis". Hoy día sabemos, aún sin entenderlo del to­do, que ia técnica moderna nos empuja incesante­mente a procurar que sus útiles y productos ten­gan la perfección total. la máxima posible. Estaperfección consiste en la total seguridad del cál­culo de los objetos, del contar con ellos, y estar se­guros de que pueden ser calculadas las posibilida­des del cálculo.

Op. clt., p. 135.Op. cit., p. 130.

Martín Heidegger (1971): Der Satt: vom Grund. Pfullingen:Günther Neske, pp. 189-211 (El principio de razón. en MartinHeidegger: ¿Qué es filosofía? Trad. José Luis Molinuevo. Ma­drid: Narcea, 1983, pp. 69-93) .

PARA COMPRENDER CIENCIA TECNOLOGfA y SOCIEDAD 97

Page 88: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

(...) La técnica moderna persigue la máximaperfección posible. La perfección consiste en la cal­culabilidad, sin excepción, de los objetos. La calcu­labilidad de los objetos presupone la validez ilimi­tada del "principium ratíonis". El dominio, ya ca­racterizado, del principio de razón determina el serde la época moderna, de la era técnica» ".

Según Heidegger; las ciencias de la informacióny la cibernética ", en tanto que reina de las cienciascontemporáneas, subliman el principio de razónleibniziano en ese afán calculador y asegurador.

3. La técnicamodernacomo imagen del mundo

En una conferencia de 1938, titulada finalmenteLa época de la imagen del mundo, Heidegger desve­la una de las raíces de la moderna técnica: el carác­ter de imagen del mundo. Desde Descartes a Nietzs­che, la escisión que se ha hecho del Ser (por razo­nes obvias, no entraremos a examinar lo que el Sersupone en el discurso heideggeriano) en dos ele­mentos diferenciados, el sujeto y el objeto, ha alen­tado el desarrollo tecnocienttñco, que cada vez másse ha especializado en aumentar ad nauseam la par­ticularidad de los objetos y se ha escindido en cen­tenares de ramas de investigación diversas. Así elmundo ya no es la tierra antigua, ya no es morada,sino una mera imagen, un objeto que no nos cobijay que se nos presenta como objeto, como algo fren­te a nosotros, propicio para su escrutinio y examencientífico. Este es un producto típicamente moder­no, pues, por ejemplo, en la Edad Media, el mundono era un objeto, sino la creación de otro ser, el Diosjudeocristiano (por ejemplo).

«El fenómeno fundamental de la Edad Moder­na es la conquista del mundo como imagen, La pa­labra imagen significa ahora la configuración de la

'O oc. cit., pp. 78-79.

11 Véase para la cibernética en Heidegger; Das Ende der phi­iasaphie und die Aurgabe des Denícens, En Martin Heidegger(1971); Zur Sache des Denkens, Tübingen: Max Niemeyer (El fi­nal de la Filoso(fa y la tarea del pensar, en Martin Heidegger:¿Qué es (¡tosorla? Trad. José Luis Molinuevo. Madrid: Narcea,1983, pp. 95-120).

98 PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLOG/A y SOCIEDAD

producción representadora, En ella, el hombre lu­cha por alcanzar la posición en que puede llegar aser aquel ente que da la medida a todo ente y ponetodas las normas. Como esa posición se asegura,estructura y expresa como visión del mundo, lamoderna relación con lo ente se convierte, en sudespliegue decisivo, en una confrontación de dife­rentes visiones del mundo muy concretas, esto es,sólo de aquellas que ya han ocupado las posicionesfundamentales extremas del hombre con la supre­ma decisión. Para esta lucha ente visiones del mun­do y conforme al sentido de la lucha, el hombre po­ne en juego el poder ilimitado del Cálculo, la plani­ficación y la corrección de todas las cosas. Laciencia como investigación es una forma impres­cindible de este instalarse a sí mismo en el mundo,es una de las vías por las que la Edad Moderna co­rre en dirección al cumplimiento de su esencia auna velocidad insospechada por los implicados enella. Es con esta lucha entre las visiones del mundocon la que la Edad Moderna se introduce en la fa­se más decisiva y, presumiblemente, más duraderade toda su historia.

Una señal que evidencia este proceso es que entodas partes aparece lo gigantesco bajo las formasy disfraces más diversos. Por ejemplo, lo gigantes­co también se muestra en el sentido de lo cada vezmás pequeño. Estamos pensando en las cifras de lafísica atómica. Lo gigantesco se afirma bajo unaforma que precisamente parece hacerlo desapare­cer: en la aniquilación de las grandes distanciasgracias al avión, en la representación en toda su co­tidianeídad, producida a placer y sin ningún es­fuerzo, de mundos extraños y lejanos gracias a laradio. Pero creer que lo gigantesco es simplementeel vacío extendido hasta el infinito de lo que sólo escuantitativo, es pensar de manera demasiado su­perficial. Tampoco se piensa con el suficiente al­cance cuando se opina que 10 gigantesco, bajo laforma de esas interminables cosas nunca vistas,nace únicamente de una ciega pasión por la exage­ración y la superación, Y no se piensa en absolutocuando se cree haber explicado el fenómeno de logigantesco con la palabra «amertcanísmo».

Lo gigantesco es más bien aquello por medio delo cual lo cuantitativo se convierte en una cualidadpropia y, por lo tanto, en una manera especialmen­te señalada de lo grande. C..) Pero en cuanto lo gi­gantesco de la planificación, el cálculo, la disposi­ción y el aseguramiento, dán un salto desde lo

Page 89: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

cuantitativo a una cualidad propia, 10 gigantesco yaquello que aparentemente siempre se puede cal­cular por completo, se convierten precisamente enlo incalculable. Lo incalculable pasa a ser la som­bra invisible proyectada siempre alrededor de to­das las cosas cuando el hombre se ha convertido ensubjectum y el mundo en imagen»".

4. Nietzsche, Jünger y Heidegger:el totalitarismo de la voluntaddepoder en el trabajador y el soldado

La técnica para Heidegger, a la hora de analizarla,no es ciencia aplicada, práctica, sino más bien el ho­rizonie ideológico y metaitsíco en el que se insertan laciencia y el hombre. «El emplazamiento fundamen­

. tal de la modernidad es el "técnico". Dicho empla­zamiento no es técnico porque haya máquinas devapor y posteriormente motores de explosión, sinoal contrario: si hay cosas tales es porque la época es"técnica". Eso que llamamos técnica moderna no essólo una herramienta, un medio en contraposiciónal cual el hombre actual pudiese ser amo o esclavo;previamente a todo ello y sobre esas actitudes posl­bies, es esa técnica un modo ya decidido de inter­pretación del mundo que no sólo determina los me­dios del ocio, sino toda actitud del hombre en susposibilidades; esto es: acuña previamente ~s capa­cidades de equipamiento. Por eso la técnica sólo esdominada allí donde, entrando previamente en ellay sin reservas, se le dice un sí incondicionado. Estosignifica que la dominación práctica de la técnica ysu despliegue carente de condiciones, presupone yala sumisión metafísica a la técnica. A esta sumisiónacompaña la actitud de poner todo bajo planes ycálculos para, a su vez, aplicarlos a amplios perío­dos de tiempo, con el fin de poner a buen recaudode una manera consciente y voluntaria a lo suscep­tible de duración, mediante una duración tan gran­de como sea posible.

" Martín Heidegger (1984): Holzwege, in Oesamtausgabe,vol. V, Frankfurt, vírrcrío Klosterman (Caminos del bosque.Trad. Helena Canés y Arturo Leyte. Madrid: Alianza, 1995, pp.92-93).

(...) Esta voluntad es, desde hace tres siglos, laoculta esencia metafísica de la modernidad. Aparecebajo esbozos y ropajes diversos que no están segurosni de sí mismos, ni de su esencia. Que esta voluntadobtenga en el siglo veinte la figura de lo incondicio­nado, lo ha pensado ya de antemano Nietzsche conclaridad. Tanto el querer acompañar a esa voluntadde dominación incondicionada del hombre sobre latierra como la ejecución de esa voluntad, albergan ensí esa sumisión a la técnica que, por ello, no aparecetampoco ni como contra-voluntad, ni como no-vo­luntad, sino como voluntad, lo que significa que tam­bién aqui es realmente efectiva» 13.

Heidegger ve en Nietzsche al pensador que mejorha anticipado el extremo que puede alcanzar la técni­ca moderna en su ceguera: la técnica como voluntadde poder. Este punto constituye uno de los logros hei­deggerianos más interesantes, pues el avance tecno­científico no es sino metafísica consumada, el destinofinal de la filosof(a moderna que juzga el mundo co­mo objeto desde una incesante voluntad de poder ydominación. Desde este análisis de la técnica, Hei­degger interpreta que los que piensan que la realiza­ción de esta voluntad metafísica es un mero "pro­ducto del egoísmo y arbitrariedad de dictadores yestados autoritarios». lo hacen movidos más por elcálculo político y la propaganda, o bien por no ver laraíz metafísica del problema, una raíz que ha obtu­rado el desarrollo de Occidente y también del plane­ta a lo largo de varios siglos, a juicio de Heidegger.

Heidegger usa la obra de Jünger, especialmentesu libro El trabajador, como ejemplo contemporá­neo del desarrollo histórico de la voluntad de poderde Nietzsche. El soldado y el trabajador jüngeríancsson así muestras metafísicas de esta evolución y sudominio:

«Ambos nombres [trabajador y soldado] no es­tán tomados aquí como nombres para una clase depueblo o un puesto profesional, sino que designan,en una peculiar fusión, el tipo de humanidad que esreclamado de una manera normativa por la actualconvulsión mundial para su cumplimiento. dando

" Manin Heidegger: Conceptos [undamentales. Curso del se­mestre de verano, Friburgo, 1941. Trad. M. E. Vázquez García.Madrid: Alianza, 1989, pp. 45-46.

PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLOGIA y SOCIEDAD 99

Page 90: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

dirección y orientación con respecto al en te. De ahíque los nombres "trabajador" y "soldado" sean ró­tulos metafísicos y nombren la forma humana deconsumación del ser del ente devenido patente. eseser ya pensado de antemano por Nietzsche y que és­te concibió como "voluntad de poder"»".

Heidegger comprueba en la obra de Nietzsche,que, con independencia de la observación directade situaciones sociales y políticas, el advenimientodel trabajador y del soldado estaban anunciados co­mo voluntad de poder, como dos arquetipos conuna misma raíz metafísica. Yeso ya en el siglo XIX.

«En noviembre 1887/marzo 1888 escribeNietzsche (La voluntad de poder, n. 736):

"Sobre el porvenir del trabajador. -Los trabaja­dores deben aprender a sentir como soldados. Unhonorario, un sueldo, ¡no una paga!

¡Que no haya relación entre pago y rendimiento!Por el contrario, el individuo debe ser colocado se­gún su condición de manera tal que pueda rendir 10más posible en su campo".»

La política (o la cultura) asigna a cada miembroun puesto, igual que el ejército a los soldados, y deahí que el obrero ya no reciba un sueldo de com­pensación proporcional a su esfuerzo. Se pone demanifiesto con ello el carácter moldeador de esa vo­luntad de poder sobre los miembros que la soportany conforman. «Los títulos "trabajadores" y "solda­dos" siguen siendo, ciertamente, nombres tradicio­nales, pero son, sin embargo, capaces de designaraproximadamente en el contorno de su esencia a lahumanidad que se yergue sobre la faz de la tierra.Cuando el campesino se convierte en trabajador dela industria de suministros, se trata del mismo pro­ceso conforme al cual un investigador competentees elevado a la dirección de un instituto de investi­gación. Pero eso sería pensar retrógradamente. porello a medias y no seriamente, si se quisiese desig­nar a estos procesos mediante representaciones(políticas) anteriores, por ejemplo, "proletariza­ción", suponiendo que con ello se ha concebido a lomás humilde».

" Para las citas que vamos a exponer a continuación seguí­mos Martin Heidegger: Conceptos fundamentales. Curso del se­mestre de verano, Friburgo, 1941, pp. 71-74.

100 PARA COMPRENDER CtENCIA, TECNOLQG/A y SOCIEDAD

Por eso no es suficiente pensar el influjo de la or­ganización técnica en la sociedad según los pará­metros nietzscheanos o jüngeríanos. que no agotanla capacidad de apertura del ser humano. Trabaja­dores y soldados forjan los entes, los producen ymanipulan, pero no están preparados para experi­mentar la apertura del ser:

«Hoy en día, ciertamente, "trabajadores" y "sol­dados" experiencian el ente, en tanto que conjunta­mente lo acuñan de una manera realmente efecti­va.

Pero, ¿acaso los "trabajadores" y "soldados", envirtud de esa experiencia, saben ya del ser del ente?No; probablemente ya ni siquiera les haga falta sa­ber de ello. Quizás, en general, el ser del ente nun­ca ha sido experienciado por aquellos que de unamanera inmediata dan forma, producen y repre­sentan al ente».

En el 60 cumpleaños de Martin Heidegger, EmstJünger escribe un tratado dedicado a él, titulado So­bre la linea. Jünger quiere descifrar el influjo delnihilismo y lo que éste supone en la cultura occi­dental del siglo xx. El nihilismo, que a juicio deJünger tiene como dos máximos precursores a Dos­toíevski y a Nietzsche, aparece como fase históricade transmutación de los valores que entran en crisishacia la desaparición, en una evolución que devoraa sus hijos. Se trata de un movimiento aniquiladormás potente que ninguna otra fase anterior en lahistoria de ese ser llamado hombre:

«A menudo se ha hecho visible en la historia hu­mana, ya sea en personas singulares, ya sea en uni­dades más pequeñas o grandes, la caída de las je­rarquías inmortales con sus consecuencias. Puessiempre estuvieron a disposición poderosas reser­vas (".). Hubo aún tierra virgen en abundancia yculturas enteras permanecieron Intocadas. Hoyafecta la desaparición, que no es sólo desaparición,sino al mismo tiempo aceleración, simplificación,potenciación e impulso hacia metas desconocidasa todo el mundo» ".

" Ernst Jünger (1980): Ober die Linie, in Samiíchte Werke,vol. VII, Stuttgart, Kett-Corta, pp. 237-280. Sobre la linea, enEmst Jünger y Martin Heidegger: Acerca tUI nihilismo. Trad. Jo­sé Luis Molinuevo. Barcelona, Paidós, 1994, pp. 11-69. Citamosp.43.

Page 91: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

La expansión del mundo tecnológico y de la so­ciedad correspondiente a él no hace sino acentuarlas características del nihilismo, esa voracidad pe­renne por la transmutación de los valores y su cri­sis perpetua. Una muestra de esta voracidad estátambién en los Estados, en el Leviatán (por usar lametáfora de Hobbes sobre el Estado moderno):

"La explotación es el rasgo fundamental delmundo de máquinas y autómatas. Allí donde el Le­viatán aparece crece insaciablemente. Sobre estotampoco debe engañarse cuando una mayor rique­za parece dorar las escamas. Es todavía más temi­ble en el confort. Como Nietzsche predijo, ha em­pezado el tiempo de los Estados monstruos.

(...) La disputa con el Leviatán, que tan prontose impone como tirano exterior como interior, es lamás amplia y general de nuestro mundo. Dos gran­des miedos dominan a los hombres cuando el nihi­lismo culmina. El uno consiste en el espanto anteel vado interior, y le obliga a manifestarse haciafuera a cualquier precio por medio de desplieguede poder, dominio espacial y velocidad acelerada.El otro opera de fuera hacia dentro como ataquedel poderoso mundo a la vez demoníaco y automa­tizado» ".

Aunque Jünger describe el proceso del nihilismocontemporáneo como imperialismo de la voluntadde poder y remite en este ensayo suyo a un textoheideggeriano (Holzwege-Caminos del bosque) 11, pa­ra entreabrir una salida, la respuesta de Heideggerresulta contundente. Heidegger, como antes lo hacecon Nietzsche, escribe un texto, Hacia la preguntadel ser, como respuesta a Jünger; En él, Heideggerreconoce el valor de obras jüngeríanas que él ha co­mentado y que le han ayudado a analizar el nihilis­mo en el siglo xx, como La movilización total (1930)o El trabajador (1932). El logro de un libro como Eltrabajador es éste, recuerda Heidegger laudatoria­mente:

«la obra de Ernst Júnger, El trabajador, tienepeso porque logra, de un modo distinto a Spengler,proporcionar lo que no fue capaz hasta ahora todala literatura nietzscheana, a saber, una experiencia

,. Emst Jünger, Sobre la línea, pp. 56·57.

" Emst Jünger. Sobre la linea, p. 69.

del ente y de cómo es, a la luz del proyecto nietzs­cheano del ente como voluntad de poder» ".

Heidegger se distancia de Jünger, aunque Jüngerhaya sido superior a Spengler y haya marcado conNietzsche las pautas del nihilismo contemporáneo,en que no ha superado la metafísica occidental querecorre desde Platón hasta Nietzsche (pues Nietzs­che es Platón invertido, según Heidegger). «El vermetafísico de la forma del trabajador correspondeal proyecto de la forma esencial de Zaratustra den­tro de la metafísica de la voluntad de poder» I~. Elpoder se representa como el dominio del trabaja­dor, según Jünger; de suerte que «la técnica es elmodo y manera en que la forma de el trabajadormoviliza el mundo» (El trabajador).

Heidegger, comentando fragmentos de la obrade Jünger; El trabajador, muestra lo insatisfactoriode las investigaciones de Jünger que se quedan an­cladas en la forma de dominio propia del trabajadory no se pregunta más allá:

,,¿Qué determinación esencial de la técnica re­sulta de aquí? Ella es "el símbolo de la forma de eltrabajador". (...) Su obra El trabajador traza ya ensu subtítulo "Dominio y forma" los rasgos funda­mentales de aquella nueva metafísica de la volun­tad de poder que emerge en totalidad, en la medi­da en que ésta se presenta ahora por todas partes yplenamente como trabajo. Ya en la primera lecturade esa obra se me suscitaron las preguntas, quetambién hoy tengo aún que formular: ¿de dónde sedetermina la esencia del trabajo? ¿Resulta de laforma del trabajador? ¿De qué es la forma precisa­mente la del trabajador, si no la domina la esenciadel trabajo? ¿Recibe, según esto, esta forma su pre­sencia peculiarmente humana de la esencia del tra­bajo? ¿De dónde resulta el sentido de trabajo y tra­bajador en el alto rango que usted otorga a la for­ma y su dominio? ¿Surge este sentido de que aquíes pensado el trabajo como una acuñación de la vo­luntad de poder? ¿Proviene esta peculiaridad ínclu-

" Martin Heidegger (1976);Zur Seinsfrage, in Gesamtausga­bee, vol. IX, Frankfurt a. M., KIostermann, pp. 385-426. (Haciala pregunta del ser, en Ernst Jünger y Martin Heidegger: Acercadel nihilismo. Trad. José Luis Molinuevo. Barcelona: Paidós,1994, pp, 71-127. Citamos p. 80).

" Op. cír., p. 88.

PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLOG1A y SOCIEDAD 101

Page 92: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

so de la esencia de la técnica "como movilizacióndel mundo por la forma de el trabajador"? ¿Y re­mite finalmente la esencia de la técnica así deter­minada a ámbitos todavía más originarios?

Con demasiada facilidad pudiera señalarse queen sus exposiciones sobre la relación entre el ca­rácter total de trabajo y la forma de el trabajador,un círculo grapa lo determinante (el trabajo) y lodeterminado (el trabajador) en su relación mutua.En lugar de valorar esa referencia como prueba deun pensar ilógico. tomo el círculo como señal deque aquí queda por pensar el orbe de un todo»".

5. La TIerra y la era atómica

¿Cómo salir de la técnica moderna, de esa vo­luntad de poder y dominio? En primer lugar, elmundo no es un objeto, ni siquiera un conjunto decosas contables. El mundo es la apertura de nuestravida y de nuestro habitar, nuestro suelo natal -véa­se lo que hemos dicho supra en torno al puente co­mo creador de espacios y lugares-o El mundo, o latierra en su acepción clásica, no es una mera exten­sión de espacio, un bloque geométrico, sino algoque Heidegger gusta de resumir en el aserto: unmundo hace mundo.

La Tierra se convierte en objeto a raíz de la téc­nica, por enfrentamos a ella como simple objeto.Hoy ya no hay tierra, sólo nos quedan concentra­ciones parcelarias; el monte es hollado hasta sus en­trañas con la cantera productora de hormigón; enlugar de caminar por sendas, se nos imponen lasautovías; el no desaparece para dejar lugar a losembalses, el agua se convierte en un almacén deH10 al servicio de los tecnócratas, sin respeto por latierra. Todo esto queda muy lejos de la imagen que,pongamos, tenían los griegos de la tierra como ho­gar del hombre.

«El árbol y la hierba, el águila y el toro, la ser­piente y el grillo sólo adquieren de este modo su fi­gura más destacada y aparecen como aquello queson. Esta aparición y surgimiento mismos y en sutotalidad, es lo que los griegos llamaron muy tem-

" Op. cit.. pp. 92-93.

102 PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLOGIA y SOCIEDAD

pranamente PHYSIS. La fisis ilumina al mismotiempo aquello sobre y en lo que el ser humanofunda su morada. Nosotros lo llamamos tierra. Delo que dice esta palabra hay que eliminar tanto larepresentación de una masa material sedimentadaen capas como la puramente astronómica, que lave corno un planeta. La tierra es aquello en dondeel surgimiento vuelve a dar acogida a todo lo quesurge como tal. En eso que surge, la tierra se pre­senta como aquello que acoge» 2'.

La técnica moderna ya no considera la tierra co­mo morada del hombre. La tierra sólo aparece co­mo objeto de explotaciór.z dentro de los planes deproducción del hombre. Ese es el peligro de la téc­nica, lo que hace que el hombre se desarraigue. Enuna entrevista de 1966, publicada póstumamente,Heidegger 10 resume con claridad:

«Todo funciona. Esto es precisamente lo inhós­pito, que todo funciona y que el funcionamientolleva siempre a más funcionamiento y que la técni­ca arranca al hombre de la tierra cada vez más y lodesarraiga. No sé si Vd. estaba espantado. pero yodesde luego lo estaba cuando vi las fotos de la Tie­rra desde la Luna. No necesitamos bombas atómi­cas, el desarraigo del ser hombre es un hecho. Só­lo nos quedan puras relaciones técnicas. Donde elhombre vive ya no es la Tierra. Hace poco tuve enProvenza una larga conversación con René Char, elpoeta y resistente. En Provenza se han instaladoahora bases de cohetes y la región ha sido desvas­tada de forma inimaginable. El poeta, que no esprecisamente sospechoso de sentimentalismo y deglorificar el idilio, me decía que el desarraigo delhombre, que está sucediendo, es el final, a no serque alguna vez el pensar y el poetizar logren alcan­zar el poder sin violencia» 21.

En efecto, René Char; en 1966, se oponía a la ins­talación de misiles nucleares en la zona provenzalde Albión con estas palabras: «Que los perforadoresde la noble corteza terrestre de Albión calibren bienlo siguiente: luchamos por un paraje donde la nieveno es sólo la loba de invierno sino también el aliso

" Martín Heidegger, Caminos del bosque, p. 35.

2' "Entrevista del Spiegel con Heidegger", en Martin Hei­degger (I989): Escritos sobre la Universidad alemana. Trad. Ra,món Rodríguez. Madrid: Tecnos. pp. 51-83. Cito p. 70.

Page 93: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

de la primavera. El sol amanece aquí sobre nuestrasangre exigente y el ser humano nunca se ve encar­celado en casa de su semejante. Para nosotros esteparaje vale más que nuestro pan, pues él no puedeser reemplazado» ¡J.

Albión contiene hoy 18 misiles S-3D, cada unode ellos con una carga 50 veces superior a la bom­ba que explotó en Hiroshima, pero este ejemplo de­muestra cómo la tierra se convierte en mundo amerced de la técnica moderna. El problema no esque la técnica no funcione, sino que funciona de­masiado bien, ése es su riesgo.

6. Heidegger y Rilke:poesía contra la técnica

La técnica en el siglo xx ha mostrado sus dos fa­cetas más terribles: el avance científico desmesura­do y el surgimiento de los Estados totalitarios.

«La ciencia moderna y e! Estado total. en su ca­lidad de resultados necesarios de la esencia de latécnica, son también su consecuencia. Lo mismo sepuede decir de los medios y formas empleados pa­ra la organización de la opinión pública mundial yde las representaciones cotidianas de! ser humano.No sólo se objetiva técnicamente lo vivo para su do­minio y utilización, sino que el ataque de la físicaatómica a las manifestaciones de vida como tal. seencuentra en pleno esplendor. En e! fondo, la pro­pia esencia de la vida debe entregarse en manos dela producción técnica. e..)Efectivamente, e! uso demaquinarias y la fabricación de máquinas no sonya en absoluto la propia técnica, sino sólo el ins­trumento más adecuado para la instauración de suesencia en el medio objetivo de sus materias pri­mas. Hasta eso, e! hecho de que e! hombre se con­vierta en sujeto y el mundo en objeto es una conse­cuencia de la esencia de la técnica que se establecea sí misma y no al contrario.»"

El peligro es el mundo reducido a mera voluntadtécnica, al querer técnico, esa autoimposícíón y

" Rcné Char: Le nu perdulEl desnudo perdido. Trad. J.Riechmann. Madrid: Hiperión, 1995, p. 97.

" Martín Heidegger, Carninas del bosque, p. 261.

construcción del mundo en continuo e incesante or­den. «En la medida en que el hombre construye téc­nicamente el mundo como objeto, se obstruye vo­luntaria y completamente el camino hacia 10 abier­to (...). El hombre que se autoimpone es asimismo,quiéralo o no, sépalo o no, el funcionario de la téc­nica»ls.

«La técnica es la instauración incondicionada-situgda en la autoimposición de! hombre- de ladesprotección incondicionada sobre e! fundamentode la aversión reinante en toda objetivación contrala pura percepción, bajo cuya forma el inauditocentro de todo ente atrae hacia sí todas las fuerzaspuras. La producción técnica es la organización dela separación. (...).

Lo mortal no es la tan mentada bomba atómica,en cuanto especial maquinaria de muerte. Lo quehace tiempo amenaza al hombre, y precisamentecon la muerte de su esencia, es lo incondicionadodel puro querer, en el sentido de su deliberada au­toimposición en todo. Lo que amenaza al hombreen su esencia es esa opinión de la voluntad quepiensa que por medio de una liberación, transfor­mación, acumulación y dirección pacíficas de lasenergías naturales, el hombre puede hacer que lacondición humana sea soportable para todos y, engeneral, dichosa. e..) Lo que amenaza al hombreen su esencia es la opinión de que la produccióntécnica pone al mundo en orden, mientras que esprecisamente ese orden el que nivela a todo ardo otodo rango en la uniformidad de la producción y,de este modo, destruye de antemano el ámbito delposible origen de su rango y reconocimiento a par­tir del seL»"

Esta separación del ser en sujeto y objeto queacaba en una desbocada carrera tecnocientífica ba­jo la voluntad de poder nihilista presenta formas dehuida y de solución, aunque éstas están fuera de latécnica misma. Para ello Heidegger sigue el análisisque hace Rainer Maria Rilke de la evolución mate­rial y técnica a través de sus Elegías del Duino y con­ceptos como «el ángel» (no en su acepción cristia­na, tan limitada ella), «lo abierto», «la percepción»,«la separación», o «la naturaleza». Rilke mismo ex-

" Op. cit., p. 264.16 Op. cit., p. 265.

PARA COMPRENDER CIENCIA. TECNOI.OG/A y SOCIEDAD 103

Page 94: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

plicó que en las Elegías intentó mostrar el caráctertemporal, transitorio de nosotros y de lo que nos ro­dea en tanto que conciencia puramente terrenales,carácter transitorio acentuado por el voraz desarro­llo tecnocienuñco:

«La transitoriedad tropieza en todos sentidoscon un ser profundo. (...) No es un más allá cuyasombra oscurezca la tierra sino en un todo, en el to­do. La naturaleza, las cosas de nuestro trato y uso,son nuestra posesión y nuestra amistad, son cóm­plices de nuestra necesidad y nuestra libertad, 10mismo que fueron antes intimas de nuestros ante­cesores. (...) Y esta actividad es peculiarmente fo­mentada y apremiada por la desaparición cada vezmás rápida de tantas cosas visibles que ya no sonsustituidas. Todavía para nuestros abuelos una "ca­sa", una "fuente", una torre conocida, incluso supropio vestido, su abrigo, eran infinitamente más einfinitamente más familiares; casi cada cosa era unrecipiente en el que encontraban algo humano yacumulaban lo humano. Ahora, procedentes deAmérica, nos invaden cosas vacías e indiferentes,cosas sólo aparentes, engañifas de vida ... Una casa,según la concepción americana, una manzanaamericana o un racimo de uvas de los de allí, notienen nada en común con la casa, el fruto, el raci­mo en el que se habían introducido la esperanza yla meditación de nuestros antecesores... »".

Se trata de la imposición de la era del cálculo, elcual se transforma en producción económica por elmercado, olvidando cualquier otra consideración,que Rilke había denunciado en el Libro de las horas:

«El metal siente añoranza. Y quiereabandonar las monedas y ruedas,que le enseñan una vida pequeña.

y de las fábricas y las cajas fuertesretornará a los filonesde las montañas, cuyas fallas lO

se cerrarán nuevamente tras él» .

17 Carta del J3 de noviembre de 1925 que Rilke dirige al tra­ductor polaco de las Elegías, Hemos hecho un híbrido en la ver­sión castellana alternando la traducción que de ella da José M.valverde en Rainer María Rilke (1923): Duíniser Elegien/Elegíasdel DUÚlO. Barcelona: Lumen, 1984,2" ed., pp. 20-22 Y la tra­ducción de Helena Cortés y Arturo Leyte en Martin Heidegger:Caminos del bosque. Madrid: Alianza. 1995, p. 262.

lO Citado en Martin Heidegger, Camillos del bosque, p. 263.

104 PARA COMPRENDER CJENCIA, TECNOWolA y SOCJEDAD

Heidegger apostilla una de las críticas al mundotecnificado por el determinismo económico:

"El lugar de las cosas, que antaño se daba li­bremente y eran percibidas como un contenido delmundo, ahora cada vez se hace más prepotente, rá­pida y completa la objetividad del dominio técnicosobre la tierra. No s610 dispone todo ente como al­go producible en el proceso de producción, sinoque provee los productos de la producción a travésdel mercado. Lo humano de! hombre y e! carácterde cosa de las cosas se disuelve, dentro de la pro­ducción que se autoímpone, en el calculado valormercantil de un mercado que, no s610 abarca comomercado mundial toda la tierra, sino que, como vo­luntad de la voluntad, mercadea dentro de la esen­cia del ser y, de este modo, conduce todo ente al co­mercio de un cálculo que domina con mayor fuer­za donde no precisa de números» ".

Es la prostitución de los objetos por su plusvalía,la reducción de la tierra a pura mercancía, lo quehace que el empresario, cualquier Rockefeller, seala expresión de la voluntad desenfrenada por calcu­lar, por someter todo a su carácter mercantil, quehace sumergir todas las cosas en una carrera ad in­íinitum de oferta y demanda, en una voluntad cíe­ga, voluntad de voluntad, al más puro estilo nietzs­cheano, por lo que «lo americano sólo es una reac­ción concentrada de la esencia de la voluntadmoderna de lo europeo sobre una Europa para laque, claro está, en la consumación de la metafísicallevada a cabo por Nietzsche, por lo menos ya sehan pensado previamente los ámbitos de la esencialcuestionabilidad de un mundo en el que el ser co­mienza a imponer su dominio como voluntad devoluntad" lO.

La pregunta por el ser que Heidegger lanza rei­teradamente en sus escritos no hemos de verla tan­to como la búsqueda de un algo (sea éste lo quesea), sino en la denuncia de la ausencia de una se­renidad en la conquista técnica que el pensador ale­mán formulaba en 1935, aunque los ejemplos degeopolítica que aduce han variado notablementedesde aquel entonces:

" Op. cit., p. 263.

'v Op. clt., p. 262.

Page 95: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

«Esa Europa, siempre a punto de apuñalar-se así misma en su irremediable ceguera, se encuentrahoy en día entre la gran tenaza que forman Rusiapor un lado y Estados Unidos por e! otro. Desde e!punto de vista metafísico, Rusia y América son lomismo; en ambas encontramos la desolada furia dela desenfrenada técnica y de la excesiva organiza­ción del hombre normal. Cuando se haya conquis­tado técnicamente y explotado económicamentehasta e! último rincón de! planeta, cuando cual­quier acontecimiento en cualquier lugar se hayavuelto accesible con la rapidez que se desee, cuandose pueda "asistir" simultáneamente a un atentadocontra un rey de Francia y a un concierto sinfónicoen Tokio, cuando el tiempo ya sólo equivalga a ve­locidad, instantaneidad y simultaneidad y el tiempoen tanto historia haya desaparecido de cualquierexistencia de todos los pueblos, cuando al boxeadorse le tenga por el gran hombre de un pueblo, cuan­do las cifras de millones en asambleas populares setengan por un triunfo... entonces, si, todavía enton­ces, como un fantasma que se proyecta más allá detodas estas quimeras, se extenderá la pregunta: ¿pa­ra qué?, ¿hacia dónde?, ¿y luego qué?»".

If¡

I

-

7. Larespuesta heideggerianaa la técuica moderna: Serenidad

Estas preguntas y el vacío que conllevan nos re­cuerdan que la ciencia no puede agotar todas lasposibilidades. La ciencia no agota los problemas dela ciencia. Hay algo más que decir al margen de lostecnócratas. «La Física, en tanto que Física, nuncapuede afirmar nada sobre la Física. Todos los enun­ciados de la Física hablan de un modo físico. La Fí­sica misma no es ningún posible objeto de un expe­rimento físico. Lo mismo vale para la Filología. Co­mo teoría de la Lengua y de la Literatura, ella no esnunca un posible objeto de una observación filoló­gica. Lo dicho vale para toda ciencia»". La ciencia,en tanto que ciencia, no puede reflexionar sobre símisma. Por eso es preciso otro pensar acerca delpuesto de la ciencia:

"El fundamento de este estado de cosas está enque la ciencia no piensa. No piensa porque, según elmodo de su proceder y de los medios de los que se va­le, no puede pensar nunca; pensar, según el modo delos pensadores. El hecho de que la ciencia no puedapensar no es una carencia, sino una ventaja. Estaventaja le asegura a la ciencia la posibilidad de in­troducirse en cada zona de objetos según el modo dela investigación y de instalarse en aquélla. La cienciano piensa» ,,1.

La solución no estriba en desembarazarnos delmundo técnico absolutamente, sino más bien endistanciarse de la técnica, no obsesionarse con ellay enfrentar a cambio un nuevo pensar sobre la tie­rra, un pensar menos calculador y más poético, me­nos cartesiano y más sugerente (por eso, a lo largode este artículo, aún a riesgo de perder el hilo con­ductor principal, hemos deseado dejar a las propiasobras heideggerianas, a su propio lenguaje evoca­dor, contrario a la exactitud del cálculo y de la re-

" Martín Heidegger (1987): Einfühmng in die Metaphysik.Max Niemeyer verlag, Tübingen (Introducción a la metaitsica,Trad. Angela Ackennann Pilári. Barcelona: Gedisa, 1993, p. 43.

}l Ciencia)' meditación, en Martin Heidegger (1994): í/ortrd­ge und Aufsatze. Conferencias )' articulas. Trad. Eustaquio Bor­jau. Barcelona: Serbal, 1994, pp. 39-61. Citamos p. 56.

" ¿Qué significa pensar?, en Martin Heidegger (1994):Vortriige und Aufsalze. Conferencias y articulas. Trad. Eusta­quio Borjau. Barcelona: Serbal, 1994, pp. 113-125. Citamosp. 117.

PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLOG/A y SOCIEDAD lOS

Page 96: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

presentación modernas, que mostrasen por sí mis­mas esa serenidad heideggeriana).

«Para todos nosotros, las instalaciones, aparatosy máquinas del mundo técnico son hoy indispensa­bles. para unos en mayor y para otros en menor me­dida. Seria necio arremeter ciegamente contra elmundo técnico. Seria miope querer condenar elmundo técnico como obra del diablo. Dependemosde los objetos técnicos; nos desafian incluso a suconstante perfeccionamiento. Sin darnos cuenta, sinembargo, nos encontramos tan atados a los objetostécnicos, que caemos en relación de servidumbre conellos.

Pero también podemos hacer otra cosa. Podemosusar los objetos técnicos, servirnos de ellos de formaapropiada, pero manteniéndonos a la vez tan libresde ellos que en todo momento podeos desembara­zarnos de ellos. Podemos usar los objetos tal comodeben ser aceptados. Pero podemos, al mismo tiem­po, dejar que estos objetos descansen en si, como al­go que en lo mds intimo y propio de nosotros mis­mos no nos concierne. Podemos decir «si» al inevi­table uso de los objetos técnicos y podemos a la vezdecirles «110» en la medida en que rehusamos quenos requieran de modo tan exclusivo, que doble­guen. confundan y, finalmente. devasten nuestraesencia.

Pero si decimos símuluineamente «si» y «no» alos objetos técnicos. ¿no se convertirá nuestra rela­ción con el mundo técnico en equivoca e insegura?Todo lo contrario. Nuestra relación con el mundotécnico se hace maravillosamente simple y apacible.Dejamos entrar a los objetos técnicos en nuestromundo cotidiano y, al mismo tiempo, los mantene­mos fuera, o sea, los dejamos descansar en si mis­mos como cosas que no son algo absoluto, sino quedependen ellas mismas de algo superior. Quisieradenominar esta actitud que dice simultáneamente«si» y «no» al mundo técnico con una antigua pala­bra: la Serenidad (GelassenheitJ para con las co­sas» ''.

Esta serenidad heideggeriana, ¿hasta qué pun­to está libre de la influencia del nacionalsocíalís­ma?

" Martin Heidegger (1959): Gelassenheit, pfullingen: VerlagGünther Neske (Serenidad. Trad. Yves Zirnrnennann. Barcelo­na: Serbal. 1989. pp. 26-27).

106 PARA COMPRENDER e/ENC/A, TECNOLOC1A y SOClEDAD

Bibliografía

Char, René (1995): Le nu perdu/El desnudo perdido. Trad.J. Riechmann. Madrid: Híperión.

Heidegger. Martin (1954): Vortrage und Aufsatze. Pfull¡n­gen: verlag Günther Neske (Conferencias y articulas.Trad. Eustaquio Borjau. Barcelona: Serbal, 1994).

- (1959): Gelassenheit. Pfullingen: Verlag Günther Neske(Serenidad. Trad. Yves Zirnrnermann. Barcelona: Ser­bal,1989).

- (1971a): Der Satz vom Grund. Pfullingen: Günther Nes­ke, pp. 189·211 (El principio de razón, en Martin Hei­degger: ¿Qué es filosofia? Trad. José Luis Molinuevo.Madrid: Narcea, 1983, pp. 69-93).

- (1971b): Das Ende der Philosophie und die Aufgabe desDenkens. En Martín Heidegger (1971): Zur Sache desDenkens. Tüblngen: Max Níemeyer (El final de la Filo­sofia y la tarea del pensar, en Martín Heidegger: ¿Quées filosofia? Trad. José Luis Molinuevo. Madrid: Nar­cea, 1983, pp. 95-120).

(1976): Zur Seinsfrage, in Gesamtausgabee, vol. IX,Frankfurt a. M.. Klostermann, pp. 385-426. Hacia lapregunta del ser, en Ernst Jünger y Martín Heidegger:Acerca del nihilismo. Trad. José Luis Molinuevo. Bar­celona: Paídós, 1994, pp. 71-127.

- (1984): Holzwege, in Gesamtausgabe, vol V, Frankfurt,vítrorío Klosterrnan (Caminos del bosque. Trad. Hele­na Cortés y Arturo Ley te. Madrid: Alianza, 1995).

- (1987): Einiuhrung in die Metaphysik. Max NiemeyerVerlag, Tübingen (Introducción a la metafisica. Trad.Angela Ackermann pilárL Barcelona: Gedisa, 1993).

- (1989a): Conceptos fundamentales. Curso del semestrede verano, Friburgo, 1941. Trad. M. E. Vázquez Garcra.Madrid: Alianza, 1989.

_ (l989b): "Entrevista del Spiegel con Heidegger", enMartin Heidegger (1989): Escritos sobre la Universidadalemana. Trad. Ramón Rodríguez. Madrid: Tecnos,pp. 51-83.

Jünger, Ernst (1980): Über die Linte, in Samlichte Werke,vol. VII, Stuttgart, Kett-Cotta, pp. 237-280 (Sobre la li­nea, en Ernst Jünger y Martin Heidegger: Acerca delnihilismo. Trad. José Luis Molinuevo. Barcelona: Pai­dos. 1994. pp. 11-69).

Rilke, Rainer María (1923): Duíniser Elegien/Elegtas delDuíno. Barcelona: Lurnen, 1984, 2.a ed.

Page 97: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

11

Las leyes científicas:algunas críticas al modelo

nomológico-deductivoJavier Echeverrla

1. Introducción 1

E l concepto de ley científica es central en la fi·losofía de la ciencia del siglo xx, pero los au­

tores que han intentado definirlo se han encontra­do con muchas dificultades a la hora de proponeruna concepción que valiera para los diversos tiposde leyes que se consideran en las distintas ciencias.La mayor parte de ellos se han centrado en las leyesfísicas, tomando como modelo las leyes de Newton,que pueden ser consideradas como canónicas paralos filósofos de la ciencia. Durante unas décadas elmodelo nomológíco-deductivo encontró una ciertaaceptación, pero ulteriormente se ha visto sometidoa múltiples críticas. En este artículo expondremosdicha concepción y mencionaremos algunas de susdificultades.

En su reciente obra An Architectonics for Scien­ce, Balzer, Moulines y Sneed afirman que «a pesarde las muchas discusiones sobre las leyes, carece­mos todavía de un conjunto adecuado de condicío-

I El presente trabajo ha sido redactado en el marco del Pro­yecto de Investigación PB 92-0846-C06-01 de la DGICYT.

nes necesarias y suficientes que sirva como criteriopara considerar a un enunciado como ley» l. Estediagnóstico sigue siendo válido, y por tanto no in­tentaremos zanjar el debate, sino resumirlo, ade­más de señalar un aspecto poco tratado del mismo.El presente trabajo propone una nueva perspectivaen el análisis de estas cuestiones. subrayando el he­cho de que las leyes científicas, antes que nada. hande ser leyes, lo cual acota considerablemente el de­bate, por una parte. pero a la vez lo hace derivar ha­cia problemas que han sido muy poco tenidos encuenta por los filósofos de la ciencia J.

2. El modelo nomológico-deductivode explicación científica

Las leyes de Newton. y en particular la segunda,que ha sido considerada como ley fundamental, nosólo explican científicamente hechos físicos. tales

, W. Balzer, U. Moulines y J. Sneed (1987, p. 15).

, Ver J. Echeverrfa (1995), Filosofía de la Ciencia, Madrid,Akal para una exposición más amplia de estas tesis, y en par­ticular eJ cap. 5.

PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLOcfA y SOCIEDAD 107

Page 98: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

como el movimiento de los planetas o las mareas,sino que también dan razón de leyes previamentepropuestas, como las de Kepler o Galileo. Por otraparte, las leyes de Newton son predicrívas: ejemplostípicos de predicción científica son las aparicionesdel cometa Halley o la existencia de planetas no ob­servados, que luego son descubiertos conforme a lopredicho, en virtud de las consecuencias que se de­rivan de las leyes newtonianas. La concepción de­ductivista de la ciencia, defendida con tanto vigorpor Popper, siempre ha tenido muy presente que lasleyes científicas no sólo explican hechos o fenóme­nos concretos, sino también proposiciones y enun­ciados generales, que al ser subsumidos como con­secuencias de leyes fundamentales pasan a ser de­ducidos a partir de éstas y se convierten con ello enleyes derivadas o particulares. Popper, y sobre todoHempel y Oppenheim 4, han precisado y sistemati­zado esta concepción de la explicación científica entérminos que pueden ser resumidos de la manerasiguiente:

Sea un hecho H. del tipo a es G. Para explicarlo,hemos de determinar unas condiciones iniciales C,del tipo a es F, y una ley o teorfa T tales que C y Timpliquen H. En el caso más sencillo, supuesto quela ley o teoría T establece que todo Fes G, y su­puesto que dicho enunciado general es verdadero,al igual que las condiciones iniciales C, el esquemalógico-formal del proceso de explicación científicaes el siguiente:

T: (x) (Fx -> Gx)

C:Fa

H:Ga

En el caso en que C haya sido observado antesque H, se dice que ha habido una predicción: el es­quema nomológíco-deductívo de Hempel se basa enla tesis de la simetrfa entre explicación y predicción.Una ley científica se caracteriza por ser, a la vez,predictiva y explicativa, tanto de enunciados singu­lares como de enunciados universales. Cuando lacuestión a explicar no es un hecho H. sino una pro­posición universal P, el esquema formal sigue sien-

, Ver Popper (1934 y 1959) Y Hempel-Oppenheim (1948),así como Hernpel (1962).

108 PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLOG1A y SOCIEDAD

do el mismo. C y T (que pueden estar compuestospor varias condiciones iniciales y varias proposicio­nes que representan otras tantas leyes) constituyenel explanans, mientras que el hecho H. la proposi­ción P o en general el evento E son el explanandum,Así estructurado, el proceso de explicación científi­ca debe satisfacer una serie de condiciones de ade­cuación, tanto lógicas como empíricas, que Hempelresume de la manera siguiente:

1. El explanandum debe de ser una consecuen­cia lógica del explanans, lo cual significa que ha deser deducible lógicamente de él.

2. El explanans debe incluir leyes generales, quehan de ser efectivamente precisas para derivar el ex­pianandum,

3. El explanans debe de poseer contenido empí­rico, lo cual significa que debe ser contrastable, almenos en principio, por experimento u observación.

4. Todas las proposiciones que constituyen el ex­planans deben ser verdaderas.

Estas cuatro condiciones caracterizan, segúnHempel, una explicación científica, pero tambiénuna predicción. Consiguientemente:

"Una explicación de un evento particular no escompletamente adecuada a menos que su expla­nans, considerado en el tiempo, pudiera haber ser­vido de base para predecir el evento en cuestión»'.

Las objeciones a esta concepción deductiva-no-mológica han sido muchas y han estado basadas endistintos argumentos. Wilson distingue cuatro tiposde ataques:

A. Aquellos que critican la tesis de la simetrfa en­tre predicción y explicación, arguyendo ejemplos deexplicaciones científicas que no conllevan predic­ciones, o de predicciones que no son explicaciones.

B. Ataques basados en proposiciones que satis­facen formalmente los requisitos del modelo deduc­tívo-nomológico pero que no parecen ser auténticasexplicaciones científicas, o, en una variante del mis­mo tipo de crítica, que podrían explicar otro tipo deeventos conforme al mismo esquema deductivo.

, c.G. Hempel (1965, pp. 247-249).

Page 99: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

C. Autores que insisten en los aspectos pragmá­ticos de la explicación científica, que de ningunamanera se muestran en el esquema sintáctico y se­mántico de Hempel. El presente trabajo podría serincluido en este grupo.

D. Críticas basadas en explicaciones científi­cas, e incluso en explicaciones perfectamente cau­sales, que no recurren a ningún tipo de ley para serllevadas a cabo. Muchas de estas críticas han sur­gido del ámbito de las ciencias sociales (Historia,Antropología, Economía, etc.). así como de las ex­plicaciones funcionales en Biología y otras cien­cias.

Antes de exponer nuestra propia postura, co­mentaremos brevemente el concepto de ley científi­ca que se deriva de las propuestas de Hempel.

La definición de ley que usa es la siguiente:

«Por ley general entenderemos aquí un enun­ciado de forma universal condicional que puede serconfirmado o desconfirmado por ulteriores hallaz­gos empíricos" '.

Por tanto, las leyes científicas serian hipótesisuniversales suficientemente bien confirmadas porla evidencia empírica disponible. Sin embargo, estesegundo requisito podría relativizar los enunciadosnómicos, haciéndolos depender de una evidenciaconcreta E, punto éste que Hempel no está dispues­to a aceptar:

«Así, por ejemplo, no diríamos que la fórmulageneral de Bode para la distancia del Sol a los pla­netas fue una ley, relativamente a la evidencia as­tronómica disponible en 1770, cuando Bode lapropuso, dejando de ser una ley tras el descubri­míonto de Neptuno y la determinación de su dis­tancia al Sol; antes bien, diríamos que la limitadaevidencia original había concedido alta probabili­dad a la asunción de que dicha fórmula era unaley, mientras que información adicional más re­ciente ha reducido tanto esa probabilidad queprácticamente es cierto que la fórmula de Bode noes verdadera en general, y por consiguiente no esuna ley»,

y consiguientemente:

, e.e. Hempel (1965, p. 231).

«Requerir verdad a las leyes tiene como conse­cuencia que de un enunciado empírico dado Snunca puede conocerse definitivamente si es unaley" 7.

Como puede verse, la exigencia de que el expía­nandum sea verdadero en todas sus componentesconlleva inmediatas complicaciones, obligando aHempel a desarrollar toda su teorización sobre laexplicación científica para un lenguaje fonnal. Di­cho programa apenas si ha sido llevado a cabo: deatenemos a la propuesta fonnalizadora de Hempel,que fundamenta el concepto de ley científica unlenguaje formal L, para dilucidar si un enunciadoes nómico o no tendríamos que reducir la teoríacorrespondiente al lenguaje L, lo cual parece com­pletamente irrealizable. De hecho, ésta ha sido unade las críticas principales que ha suscitado la con­cepción heredada en filosofía de la ciencia, dandolugar a propuestas alternativas, como las de Kuhn,Lakatos, la concepción semántica o la concepciónestructural. Por otra parte, es claro que difícilmen­te este tipo de concepciones podrían ser utilizadasen el caso de las ciencias sociales, por no mencio­nar las matemáticas (en las cuales también se ha­bla de leyes), la informática, la teoría de la infor­mación, la lingüística matemática y en general lasteorías que no pertenecen al ámbito de las cienciasnaturales.

Aparte de la condición de ser verdaderas, Hem­pel exige otros requisitos a las leyes científicas, quepueden ser resumidos en la propuesta de Good­man, según la cual hay enunciados que pueden serconsiderados como quasi-leyes (lawlike) por su for­ma sintáctica 8. Ello incluye los enunciados analíti­cos, pero asimismo las proposiciones con contení­do empírico que satisfagan las siguientes condícío­nes: universales por la forma, condicionales,ilimitadas en el ámbito de su aplicación (al menosen el caso de las leyes fundamentales) y, sobre to­do, que no incluyan referencia a objeto particularalguno, lo cual lleva a Hempel a exigir que los pre­dicados usados en la formulación de las cuasi-leyessean exclusivamente cualitativos. Obviamente, las

, c.G. Hempel (1965, p. 265).

• Ver Goodman (1947, p. 125).

PARA COMPRENDER CIENCIA. TECNOLOG/A y SOCIEDAD 109

Page 100: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

leyes estadísticas quedarían en principio fuera delmarco propuesto por Hempel, pero al reconocerque juegan un papel importante en la ciencia, tuvoque dedicar una atención especial al problema dela explicacián estadística, distinguiendo entre unaexplicación inductivo-estadística de los hechos yuna explicación deductivo-estadística de las regu­laridades, que no es el caso de considerar aquí endetalle 9.

El defecto mayor del modelo hempeliano derivade la pretensión de reducir las teorías y las leyescientíficas a su expresión lingüística, siendo así quesu formulación precisa es ante todo matemática: y,desde luego, la reducción de nociones matemáticascomo las de derivada, integral, límite, etc., a len­guajes formales como los propuestos por Hempelconstituye una empresa abocada al fracaso. El re­curso a técnicas formalizadoras más ágiles y pode­rosas, como la técnica del predicado conjuntistapropuesta por Suppes y Sneed, parece una condi­ción sine qua non para hacer viable el modelo no­mológico-deductivo.

3. Las leyes científicascomo normas de acción

No seguiremos aquí ese camino, limitándonos aseñalar otro posible acercamiento a la cuestión delas leyes científicas.

La ciencia es una acción social transformadorade la realidad previamente existente, incluidas lasconcepciones previas sobre la realidad, y por tantolas leyes de la naturaleza o las propias leyes cientí­ficas. En este sentido, la concepción estructural hadado un paso importante, propuesto inicialmentepor Moulines y aceptado por Balzer y Sneed: ha in­cluido dentro de la estructura de las teorías a la pro­pia comunidad científica, admitiendo que una com­ponente pragmática resulta indispensable paracualquier reflexión sobre la ciencia 10.

, Véase Hempel. o.c .. pp. 376-412.

'" Véase Moulines ( 1982. pp. 108-116). así como la obra yacitada de Balzer. Moulines y Sneed (1987).

110 PARA COMPRENDER CIENCIA. TECNOLOGIA y SOCIEDAD

Entre las múltiples consecuencias que se derivande esto, mencionaré sólo una: no hay leyes cientifi­cas sin comunidad (y cabría añadir, sin institución)cíentíiíca que las acepte y difunda como tales. Sóloen virtud de este punto, el modelo nomológico-de­ductivo cambia profundamente, y con él el concep­to mismo de ley científica. Dado que los defensoresde la concepción estructural también aceptan elconcepto de intervalo histórico como otra compo­nente estructural del núcleo de las teorías, una se­gunda consecuencia es clara: toda ley científica tie­ne un ámbito limitado de aplicación en el tiempo.Por supuesto, dicho intervalo (como la propia co­munidad científica) sólo es determinable empírica­mente, en función del desarrollo histórico de lasteorías. Con ello se da un tercer paso, no menos im­portante: la propia historia de las teorías resulta seruna componente estructural de las mismas.

Desde una perspectiva pragmática, las leyescientíficas resultan ser muy parecidas a cualquierotro tipo de leyes socialmente vigentes: su acepta­ción, explícita o implícita, supone la integración enun grupo y en unas instituciones. Los miembrosmás activos de la comunidad se esforzarán en desa­rrollar dichas leyes, en mejorar su formulación, enestablecer interrelaciones con otras comunidades alobjeto de interactuar y progresar conjuntamente, osimplemente en aumentar el prestigio de las teoríascientíficas propugnadas; pero la gran mayoría po­drá considerarlas como algo que hay que aceptarpara poder ser parte integrante de la sociedad cien­tífica.

Dentro de esa comunidad, la función usual de lasleyes científicas es normativa y reguladora, y tienecomo objeto los actos de los miembros de la comu­nidad: los experimentos hay que llevarlos a caboconforme a las reglas vigentes de realización de ex­perimentos científicos, al igual que la exposición yjustificación de las teorías deben de ser desarrolla­das conforme a la estructura deductiva previamentediseñada en los libros de texto. Estas acciones son,con mucho, las más frecuentes en la actividad cien­tífica cotidiana. La puesta en práctica de las mismases lo que caracteriza a los miembros de una comu­nidad. El científico debe de adoptar una actitud di­plomática con respecto a las leyes defendidas y pro­pugnadas por otras comunidades científicas, otor-

Page 101: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

géndoles el mismo grado de credibilidad, utilidad yveracidad que uno asigna a las leyes científicas quepractica cotidianamente en su trabajo, independien­temente de que la comprensión de las teorías ajenassea mínima. Las leyes se aceptan como científicasen base a un argumento de autoridad fundado en laanalogía con la comunidad científica propia.

En resumen, además de ser predictivas y expli­cativas, las leyes científicas son enunciados norma­tivos, que tienen como referente las acciones de lospropios científicos. Esta componente pragmáticade las leyes científicas completa los aspectos sintác­ticos y semánticos estudiados por la mayoría de losfilósofos de la ciencia.

BibliografíaBalzer, W., Moulines, C. U. y Sneed. J. (1987): AIl Arehí­

tectonic (or Science. Dordrccht, Reidel.

Echevcrrta, J. (1995): Filosofla de la ciencia. Madrid: Akal.

Goodman, N. (1951): The Structure o( Appearance. Dor­drecht, Reidl.

- (1955): Fact, Fíctíon. and Foreeast. Cambridge, HarvardUnív. Press.

Hcmpel, C. G. (t 942): "The Function of General Laws inHistcry". Journal o( Philosophy 39: 35-48.

- (1962): "Deductive-Nomological versus Statistical Ex­planation". en H. Fcigl Y G. Maxwell: Mínnesota Stu­dies ín the Philosophy oíScienae, vol. III. Unív. uf Min­nesota Press, Minncapolis.

- (1965): Aspects o( Scientiiic Explana/ion and Other Es­says in the Philosophy oi Science. New York, FreePress.

- (1969): 011the Structure oiScientiiic Theories, East Lan­sing. Michigan State Univ. Press.

Moulines, C. U. (1982): Exploraciones metacienttiicas, Ma­drid: Alianza.

Popper, K. R. (I934): Logik der Forsehung. Viena, Sprin­ger.

- (1969): The Logie of Scientifie Discovery, Londres, Hut­chinson.

PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLOG/A y SOCIEDAD 111

Page 102: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

12

Técnica y formas de vida en Wittgenstein:las matemáticas comoconstrucciones sociales

Ignacio Ayestarán Úriz

1. Wittgenstein y la técnica

E l concepto de «técnica» en los escritos delpensador vienés Ludwig Wittgenstein

(1889-1951) supone seguir una regla determinadaque requiere el dominio de una técnica [IF, §§ 150,199]', una regularidad sumergida en una práctica,

I Todas las referencias a las obras de Wittgenstein se haránbajo las siguientes abreviaturas:

(TLP] Tracuuus Logico-Philosophicus. Trad. J. Muñoz e I.Reguera. Madrid: Alianza, 1987.

[IF] Investigaciones filosóficas. Trad. A. García Suárez y C. U.Moulines. Barcelona: UNAM/Crítica, 1988.

[DFM] Observaciones sobre los fundamentos de la nuuemáti­ca. Trad. 1. Reguera. Madrid: Alianza, 1987

[Se] Sobre la certeza, Trad. J. L Prades y V. Raga. Barcelo-na: Oedisa, 1988.

[PC] Philosophical Grammar. Oxford: Blackwcll, 1990.[PR} Philosophical Remarks. Oxford: Blackwcll, 1990.[LFM] Wittgel1steil1's Leaures 011 the Foundatíons of Matñe-

matics: Cambridge, 1939. EJ. C. Diamond. Chicago & Londres:The Chicago Univ. Press, 1976.

[RP Ir] Bemerkungen aber die Philosophie der Psychologie,llIRemarks 0/1 the Philosophy of Psychology, 11. Oxford: Black­well. 1980.

una costumbre, un uso o institución [OFM, VI,§43). Comprender una regla es dominar la técnicade su aplicación. En otras palabras el dominio deuna técnica se muestra en la práctica, en hacercosas.

El concepto de técnica en Wittgenstein tienecuatro puntos, como Bakery Hacker han escrito [G.P. Baker & P. M. S. Hacker (1988), 162-165l

1. Regularidad: Hablamos de una técnica cuan­do encontramos un patrón, un modelo. Esto presu­pone el reconocimiento de una uniformidad en ac­tividades regulares, que podemos aprender poradiestramiento, entrenamiento y ejercicio. Esta re­gularidad de la técnica nos permite predecir y ex­presar reglas.

2. Acción contra teoría: La técnica se manifiestaen el comportamiento, en la actividad o práctica.«Nuestras técnicas de seguimiento de reglas sonparte de nuestra forma de vida» y todas las técnicasde seguimiento de reglas «se emplean en la prácti­ca, en el intercambio diario con la gente y con losobjetos del mundo». En este sentido, siempre hayun conocimiento tácito y práctico que no siemprese puede tratar en términos de abstracciones teórí­caso Por eso Wittgenstein gustaba de subrayar que

PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLOGfA y SOCIEDAD 113

Page 103: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

el significado del lenguaje está en el uso que de él sehace en la práctica.

3. Criterios de corrección: La técnica determinalo que es correcto o incorrecto. Antes de los crite­rios de la técnica no podemos determinarlo.

4. Objetividad: Ahora los criterios públicos ga­rantizan que podemos saber si alguien está siguien­do una regla o haciendo algo. Como las reglas sonpúblicas, no importa que uno las siga en soledad oprivadamente: si quieres usar un lenguaje y hacercosas con sentido social. tu lenguaje y tus accioneshan de tener una dimensión social, i.e., tienen queser descritas mediante reglas públicas, con criteriossociales.

Un elemento importante del carácter público dela técnica es que su dimensión social no es nada per­teneciente al consenso vacuo o a la regularidad es­tadística. Obviamente la técnica en wíugenstein ne­cesita una pluralidad social. pero esta pluralidadpuede ser más conceptual que estadística o que unconsenso arbi trario que no conlleve una regularidadpráctica establecida previamente. Para Wittgensteinel concepto de práctica es algo que se comparte,aunque no necesita ser compartido inmediatamen­te. De hecho, hay muchas actividades que se puedenhacer en soledad, aislados físicamente, pero sus cri­terios son públicos, de forma que son acciones so­ciales, actividades socialmente interpretadas.

Este nuevo concepto es aplicable a un ampliocampo de análisis: por ejemplo, la historia y socio­logía de las matemáticas se puede estudiar comouna técnica, comparable a varias técnicas de nues­tras vidas cotidianas [OFM, 1, §§142-147J [V. H.Klenk (1976): 50]. Tal y como V. H. Klenk ha co­mentado sobre la filosofía de las matemáticas enWittgenstein, «más que afirmaciones fácticas, lasproposiciones matemáticas son "modos de estable­cer comparaciones y de cómo actuamos" [OFM, V,§18J Yla matemática no es una empresa de reunión,sino algo análogo a medir, una parte de la institu­ción humana o práctica [OFM, I1, §36J» [V. H.Klenk (1976): 50-51]. Por ejemplo, infinito en mate­máticas no es otra cosa que una técnica ilimitada deexpansión de una serie, una técnica interminable,sin fin [OFM, IV, §19J Yuna línea recta infinita «esuna ley para seguir produciendo» [RFM IV, §36], a

114 PARA. COMPRENDER CIENCIA, TECNOLoclA y SOCIEDAD

saber, una técnica para continuar la recta indefini­damente, no un producto acabado. Desde esta nue­va perspectiva la matemática no trata de objetos deuna realidad matemática o, como Wittgenstein dijo,un mundo fantasmagórico [LFM: 145-149], sinoque es básicamente una técnica por la que transfor­mamos signos, con sus usos, costumbres e institu­ciones. Veamos con más detenimiento el examenque Wittgenstein hace de la matemática como acti­vidad social y construcción colectiva. Porque, ¿cabeconcebir las matemáticas como una actividad so­cial? ¿Son las matemáticas construcciones colecti­vas? ¿De dónde proceden y qué función cumplendentro del ámbito sociocultural?

2. Dellogicismo de Frege al TractatusLogíco-Philosophícus de Wittgenstein

El joven Wittgenstein en su primera etapa inte­lectual concibió las matemáticas desde la tradiciónlogicista de Frege y Russell. Para Gottlob Frege, elpensamiento matemático no pertenecía a los senti­dos ni a la psicología. El pensamiento matemáticoformaba parte de un reino independiente. Por ejem­plo, «el pensamiento de Pitágoras es atemporalmen­te verdadero. No necesita portador. No es verdaderosolamente desde que fue descubierto; al igual que unplaneta, ya antes de que alguien lo hubiese visto es­taba en interacción con otros planetas» (G. Frege(1918-1919): 69-70; d. G. Frege (1884): 17].

Wittgenstein asume al principio esta filiación 10­gicista en matemáticas y reduce las matemáticas auna lógica trascendental. Primeramente, "las pro­posiciones de la lógica son tautologías» [TractatusLogico-Philosophicus 6. l ], esto es, son proposicio­nes analíticas [TLP 6.11J que muestran las propie­dades formales -lógicas- del lenguaje y del mundo[TLP 6.12]. «Las proposiciones lógicas describen elarmazón del mundo o, más bien, lo representan. No«tratan» de nada» [TLP 6.124]. La lógica no depen­de de los acontecimientos del mundo, ni puede serrefutada por la experiencia [TLP 6.1222]. «La lógi­ca está antes de toda experiencia» [TLP 5.552]. Lalógica es el marco de referencia de toda experiencia.Por consiguiente, la lógica es una disciplina a prio­ri que no depende en absoluto de la empiria ni de la

Page 104: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

experiencia. La lógica sólo depende de sí misma.Las leyes lógicas se muestran a sí mismas.

Si todas las tautologías se muestran finalmente así mismas, entonces todas las proposiciones (bienformadas lógicamente) valen lo mismo [TLP 6.4],no hay leyes fundamentales ni proposiciones deri­vadas. pues toda tautología muestra que ella mismaes una tautología [TLP 6.125]. En suma: «La lógicano es una teoría sino una figura especular del mun­do. La lógica es trascendental» [TLP 6.13].

Si «la matemática es un método lógico» [TLP6.2] (ef. [TLP 6.234]), al igual que «las proposicionesde la lógica son tautologías» [TiP 6.1], «las proposi­ciones de la matemática son ecuaciones» [TLP 6.2].Al reservar el mismo estatuto lógico para las mate­máticas, éstas se convierten en un instrumental apriori y trascendental también con independenciade los hechos [TLP 6.2321]. Por eso «las proposíclo­nes de la matemática son ecuaciones, es decir, pseu­doproposiciones» [TLP 6.2]: «la proposición mate­mática no expresa pensamiento alguno» [TiP 6.21],porque son reflejo de estructuras analíticas y no di­cen nada, simplemente muestran la estructura tras­cendental del mundo. «En las ecuaciones la mate­mática muestra la lógica del mundo que las propo­siciones de la lógica muestran en las tautologías»[TLP 6.22]. La tautología es al corazón de la lógicalo que la ecuación al de la matemática. Las mate­máticas son el correlato trascendental y a priori ennuestras vidas de las teorías lógicas:

«En la vida lo que necesitamos nunca es, cierta­mente, la proposición matemática, sino que utiliza­mos la proposición matemática sólo para deducirde proposiciones que no pertenecen a la matemátí­ca otras proposiciones que tampoco pertenecen aella" [TLP 6.211].

3. De la sociología de las matemáticasa la etnometodología:de Mannheim a Bloor y Lynch

Para ver el alcance de las reflexiones de Witt­genstein sobre el carácter público-colectivo de lamatemática como actividad social examinaremos

ahora dos vías en la sociología de las matemáticas:el caso de Karl Mannheim y David Bloor.

Karl Mannheim, al elaborar su sociología del co­nocimiento, pese a repudiar el positivismo, no logróefectuar un estudio social de las ciencias formales.Acertó en la búsqueda de una critica del positivismoy del cientificismo. Por ejemplo, destacó que el po­sitivismo «no es más que una filosofía que niega lafilosofía, trata el problema de la sociología del sabercomo un problema de una ciencia particular. Su au­toengaño esencial consiste en hipostasiar un deter­minado concepto de experiencia para luego afirmarque el saber humano puede bastarse sin metafísicay ontología. Con esto incurre en una inconsecuen­cia: al hipostasiar uno o varios métodos empíricosparadigmáticos y las esferas ónticas a las que ellospertenecen, se convierte ipso (acto en una metafísi­ca, aunque ciertamente en un tipo muy limitado demetafísica» [K. Mannheim (1925): 29]. Mannheimcriticó la tradición positivista y anunció que habíallegado a su fin la época en la que se podía creer quelos «hechos» podían aprehenderse sin más, queconstituye una ingenua autohipóstasis de una épo­ca dominada por el «culto a la experiencia» [K.Mannheim (1925): 67-69]. Mannheim intentó estu­diar todos los procesos culturales bajo la órbita dela historia y de la sociedad humana. Exige una nue­va teoría del conocimiento pues «tanto los conteni­dos como las formas estructurales del pensamientoe, igualmente, el concepto de verdad tienen su his­toria» [K. Mannheim (1925): 72].

Sin embargo, Mannheim nunca logró una socio­logía del conocimiento formal por excelencia: lasmatemáticas. Estas siempre son una excepción ensus estudios socíohistórícos. Él mismo se percatódel riesgo que ello conlleva. En Ideología y utopíapropuso revisar la tesis de que la verdad de una pro­posición no depende de su génesis sociohisrórica.pero al mismo tiempo vio que en el saber matemáti­co, del tipo 2 x 2 = 4, esto no se cumplía y escapabaa la consideración de una sociología del saber: «Escierto para este tipo de conocimiento que su génesisno entra para nada en los resultados del pensamien­to. De ahí a construir un dominio de la "verdad ensí", completamente independiente del sujeto cog­noscente, hay poco trecho» [K. Mannheim (1936):255; d. también K. Mannheim (1925): 33-34].

PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLOCfA y SOCIEDAD 115

Page 105: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

David Bloor se percató de este obstáculo al elabo­rar su propia sociología de la ciencia. Según Bloor;una sociología del conocimiento ha de cumplir lossiguientes requisitos [D. Bloor (1973): 173-174]:

1. Causalidad. La sociología del conocimientodebe hallar las causas de las creencias, esto es, leyesgenerales que relacionen las creencias con las con­diciones que son necesarias y suficientes para de­terminarlas.

2. Imparcialidad. Se deben examinar tanto lascreencias que se aceptan como las que se rechazan.Se ha de ser imparcial respecto a la verdad y a la fal­sedad.

3. Reflexividad. La sociología del conocimientodebe ser reflexiva sobre su propia actividad, su sur­gimiento y sus consecuencias.

4. Simetría. Las mismas causas han de servirpara explicar la verdad como la falsedad (conse­cuencia del principio de imparcialidad).

Estas condiciones han configurado la fundacióndel Programa Fuerte de Edimburgo y el impulso dela sociología del conocimiento científico, especial­mente en la sociología de las matemáticas. Bloorllegó a reivindicar a Wittgenstein como un precur­sor de esta corriente, con lo que intentó formularuna teoría social del conocimiento en la que las ma­temáticas aparecían como un fenómeno antropoló­gico más [D. Bloor (1983): 83-111]. El logro más in­teresante de la sociología de Bloor consiste en ana­lizar la ciencia -en este caso las matemáticas- comoun evento sociocultural y provocar la ruptura con latradición racionalista (logicismo-neoposítivismo)que siempre consideraba, grosso modo. que se po­día hacer sociología de todo menos del conoci­miento de las ciencias exactas. Como ha puesto derelieve Bruno Latour [B. Latour (1990); d. B. La­tour (1992): 245-261], la sociología de Bloor evitaexplicar la verdad desde la Naturaleza (sea ésta bio­física o intelectual-abstracta) y tampoco explica laSociedad como causa del error. A partir de Bloor ysu principio de simetría tanto el error como la fal­sedad se explican desde la Sociedad [Latour le re­procha a Bloor que este principio todavía es asimé­trico, pues explica todo a partir de la Sociedad; La­tour propone un segundo principio de simetría:

116 PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLoclA y SOCIEDAD

explicar la Naturaleza y la Sociedad en los mismostérminos, en tanto que agentes recíprocos -para unestudio del principio de simetría: W. E. Bijker(1995),273-275-].

Ciertamente en Bloor hay una tendencia socio­legista por explicar los fenómenos socioculturalesen términos causalístas. lo cual es ajeno al espíritude Wittgenstein. Con el fin de neutralizar este pro­blema Bloor no dudó en declarar que Wittgensteinera un pensador perteneciente a la tradición aus­triaca conservadora. admiradora del pesimismocontrario a la Ilustración, propio de Oswald Spen­gler y su concepción de la decadencia occidental [D.Bloor (1983), 160-181].

Según Bloor [D. Bloor (1983): 160-162], Witt­genstein desarrolla los patrones específicos de estatradición política: supremacía de lo Concreto sobrelo Abstracto, superioridad de la Vida sobre la Ra­zón, de la Práctica por encima de las Normas. delSer sobre el Pensamiento. Pero, tal y como hemosexplicado por extenso en otro lugar [1. Ayestarán(1994)], lo inapropiado de la taxonomía de Bloor seaprecia en el hecho de que las categorías que le sir­ven para deducir que Wittgenstein es un conserva­dor nos llevarla a mantener que Marx también lo es,lo cual nos muestra que su concepto de «conserva­dor» resulta demasiado exigente y deja de ser útilpara nuestras investigaciones.

El ataque de Bloor a Wittgenstein en este puntoparece desacertado. Y todo debido en su raíz a laimagen científica que Bloor se ha formado de la ac­tividad social motivada por una causalidad extre­ma, la cual ha provocado el enfrentamiento entrela sociología del conocimiento científico de Bloor ylos etnometodólogos seguidores de Garfinkel, co­mo Michael Lynch. Lynch ha reivindicado su filia­ción wittgensteiniana desde los clásicos estudiososdel pensador vienés (G. P. Baker, P. M. S. Hacker, S.G. Shanker). Lynch persigue la extensión empíricadel trabajo de Wittgenstein y tal extensión. más queser una sustitución de una etnografía real para lasinvestigaciones imaginarias del uso del lenguajeque Wittgenstein propuso, sería una investigaciónde los principales conceptos insertados en prácti­cas mundanas. A cambio, Lynch admite que no tie­ne un programa definido [M. Lynch (1992a): 259],

Page 106: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

--------------- -----------

PARA COMPRéNDlcR C/é;\'ClA. nxnouscts ySOCIEDAD 117

Page 107: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

porque el problema de una sociología postwitt­gensteíníana es que todo lo sociocultural se con­vierte en campo de estudio [M. Lynch (1992b):299]. Bloor [D. Bloor (1992)] le objeta que hace unuso intelectualista de Wittgenstein, que la etnome­todología sólo habla del habla (en un metadiscursoteórico) sin proponer las causas sociales de las nor­mas y reglas vigentes, y, de modo similar a lo quehabía hecho anteriormente con Wittgenstein, leconcede el apelativo de conservador al establecerdos tipos de wittgensteinianos: los wittgensteinia­nos de derechas, que comprende a Lynch y a los es­tudiosos de Wittgenstein que Lynch propone comoantecedentes, y los de izquierdas. Bloor se incluyea sí mismo entre estos últimos. Para Bloor; tanto laetnometodologfa de Lynch y Garfinkel como los es~

tudiosos ortodoxos de Wittgenstein (Hacker, Baker,Shanker; McGinn) son demasiado teóricos y noabordan el problema del acuerdo práctico, el con­senso activo que haya la base de las operacionesintelectuales. Lynch [M. Lynch (1992b)] le replicaque el elemento consensual aparece en la obra deWittgenstein pero no de una forma causal-determi­nista, tal y como lo presenta Bloor en virtud de suprograma sociológico:

«Bloor está. por supuesto. obligado a una teoríasocial de! conocimiento, así que dífícilmenre se ve­rá perturbado por e! hecho de que yo diga que Witt­genstein nos prevenga de una consideración indivi­dualista del seguimiento de reglas. El problema esque la explicación disposicional de Bloor mantieneelementos del psicologismo que acertadamenteatacó Wittgenstcin. Tal y como yo entiendo la dis­cusión de Wittgenstein sobre las reglas, él nos ad­vierte específicamente contra tal explicación, perono debido a ningún írraclonalismo anticausal. Élinsiste en que no hay mejor lugar para la explica­ción del sentido, relevancia y acuerdo en el uso deuna regla que el conjunto de expresiones y técnicasque producen la práctica en la que se insertan. Noofrece una forma de explicación causal alternativa,pues una práctica no es un centro de operatividado un factor causal. Más que intentar explicar unapráctica en términos de subrayar disposiciones,normas abstractas o intereses, la tarea de una so­ciología sería describir el conjunto de acciones queconstituyc la práctica. Esto es precisamente lo quela etnometodología persigue» [M. Lynch (1992b):290].

118 PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLOGIA y SOCIEDAD

Por eso, ¿qué le queda como tarea a una sociolo­gía postwittgensteiniana? Lynch propone lo si­guiente: «Desde mi puesto en el collage de la etno­metodología, veo pocas posibilidades para una"teoría social del conocimiento» coherente y pode­rosa; en cambio veo mucho más probable présta­mos fragmentarios y críticas mutuas que se cruzanentre nuestros estudios» [M. Lynch (1992b): 299].

4. De la elnomalemálica al estudiosocial delas matemáticas: las matemáticas comoreglas sociales en Wittgenstein

¿Qué cabe decir de la disputa entre la etnometo­dologfa de las matemáticas de Lynch y la sociologíade las matemáticas de BIoor? ¿Cabe un estudio so­cial de las matemáticas? La disputa Lynch-Blooraparece anticipada en la obra tardía de Wittgens­tein. Frecuentemente éste habla de una confusiónque surge cuando la gente considera, por ejemplo,las proposiciones matemáticas desde un punto devista temporal o atemporal [LFM, pp. 34-35; RP I1,§§335 Y439]. Desde un punto de vista atemporal laverdad de las proposiciones matemáticas nos pare­ce eterna, trascendental y establecida a priori. Des­de una visión temporal parece que una proposiciónes un elemento más en la historia social y humana.Wittgenstein intenta resolver esta cuestión median­te el tema de seguir una regla, tópico que recoge elcorazón de las ciencias matemáticas que son nor­mas y reglas por excelencia.

¿Cuál es el criterio para saber que estamos si­guiendo una regla matemática? «Lo que llamamosmatemática tiene que ver con el lugar especial quela operación de cálculo ocupa en nuestra vida, en elresto de nuestras actividades. O con el juego de len­guaje en el que está» [OFM, VII, §24]. «Seguir unaregla es una actividad humana» [OFM, VI, §29]. Poreso seguir una regla individualmente no es seguiruna regla realmente. O sólo lo es si lo tomamos co­mo uso derivado del seguimiento de reglas en co­mún, pues las reglas siempre dependen de un crite­rio público. El que en nuestra vida privada nos díc­ternos a nosotros mismos reglas, que luegoseguimos en soledad, no implica que tales reglas

Page 108: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

privadas sean reglas en sentido estricto. Más bienson prolongaciones de las reglas que se siguen encomunidad bajo criterios públicos [OFM, VI, §4l].Porque el seguir una regla presupone un acuerdocomún en la praxis humana, «la aplicación del con­cepto "seguir una regla" presupone una costumbre.Por eso sería absurdo decir: que una vez en la his­toria universal alguien siguió una regla (o una señalde caminos, que jugó un juego, pronunció una fra­se, o comprendió una; etc)» [OFM, VI, §2l]. Para lainvención de una actividad humana se requiere uncontexto colectivo. «Puedo establecer hoy, cierta­mente, una nueva regla, que nunca ha sido aplicaday, sin embargo, se entiende. Pero ¿resultaría estoposible si nunca se hubiera aplicado de hecho unaregla? Y si alguien dice ahora: «¿No basta una apli­cación ímaginaria?». la respuesta es no» [OFM, VI,§32]. Un lenguaje privado, incluido el matemático,carece de significado. «Un juego, un lenguaje, unaregla, es una institución» [OFM, VI, §32].

La matemática, como el comercio, sólo se puedepracticar en común. «¿Podría haber aritmética sinla coincidencia de los que calculan? -se interrogaWittgenstein- ¿Podna calcular un hombre solo?¿Podría uno solo seguir una regla? Son esas pre­guntas semejantes, por ejemplo, a ésta: «¿Puede al­guien practicar él solo el comercio?» [OFM, VI,§45].

Esta actividad científica conlleva una prácticasocial común. «Al cálculo pertenece esencialmenteese consenso. (...) Pero ¿qué sucede con el consenso-no significa esto que un hombre solo no puede cal­cular? Bueno, en todo caso un hombre no podríacalcular sólo una vez en su vida» [OFM, III, §67].Por tanto, «la coincidencia de los seres humanos,que es un presupuesto del fenómeno de la lógica, noes una coincidencia de opiniones, y menos aún deopiniones sobre cuestiones de lógica» [OFM, VI,§49]. "Lo que importa es cómo utilizamos las pro­posiciones matemáticas» [SC, §38], «hemos llegadoa conocer la esencia del cálculo al aprender a calcu­lar» [Se, §45]. "As{ se calcula. Calcular es eso. Loque aprendemos en la escuela, por ejemplo. Olvída­te de la seguridad trascendental que está ligada a tuidea de espíritu» [SC, §47] (Wittgenstein, en las lec­ciones sobre los fundamentos de las matemáticasque impartió en Cambridge en 1939, ya señaló que

la temática que le preocupaba era los cálculos ele­mentales que se aprenden de los seis años hasta losquince o lo que fácilmente se puede aprender comola demostración de Cantor [LFM, p. 14]). La "con­sideración de que el cálculo está firmemente esta­blecido no es más que una decisión con una finali­dad práctica» [SC, §49].

La praxis del contexto social configura el sentidode la matemática. Esto queda de manifiesto en unaetnografía imaginaria que propone Wittgenstein:

«Imaginemos que un Dios crea en un instanteen medio del desierto un país que existe dos minu­tos y que es una reproducción exacta de una partede Inglaterra con todo lo que en ella sucede en dosminutos. Las personas, exactamente igual que enInglaterra, se dedican a sus diferentes ocupaciones.Los niños están en la escuela. Algunas personaspractican la matemática. Contemplemos ahora laactividad de una persona cualquiera durante esosdos minutos. Una persona de ésas hace exactamen­te lo que en Inglaterra hace un matemático que es­tá realizando una operación de cálculo. -¿Dirtamosque esa persona-das-minutos calcula? ¿No podría­mos imaginarnos, por ejemplo, un pasado y unacontinuación de esos dos minutos, que nos permi­tiera denominar esos procesos de otro modo com­pletamente dlferente?» [OFM, VI, §34].

Si nos imaginamos un contexto histórico dife­rente del habitual para la manipulación de símbo­los matemáticos y guarismos, entonces dicho ma­nejo puede dejar de ser la actividad de un matemá­tico y transformarse paulatinamente en el oficio deun mago, de un embaucador, de un diletante, de unesteta, etc. Por eso sostiene Wittgenstein que «esesencial a la matemática que sus signos se usen enlo civil. Es el uso fuera de la matemática, es decir, elsignificado de los signos, lo que convierte en mate­mática el juego de signos» [OFM, V, §2].

Tomemos otro ejemplo de Wittgenstein en el quenos imaginamos «que hubiera en la naturaleza má­quinas calculadoras, pero que sus cajas fueran opa­cas para los seres humanos. Y que estos seres hu­manos utilizaran esos aparatos como nosotros elcálculo, por ejemplo, aunque sin saber nada al res­pecto. Que, por ejemplo, hicieran predicciones conayuda de las calculadoras, pero para ellos la mani­pulación de esos extraños objetos fuera un experí-

PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLoclA y SOCIEDAD 119

Page 109: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

mento. A esas gentes les faltan conceptos que noso­tros tenemos; pero ¿qué es lo que los reemplaza?»[OFM, V, §4]. En esta pregunta se encierra nueva­mente una alusión a que la actividad matemática seincluye dentro de un contexto no matemático quesin embargo termina por dotarle un sentido. En tér­minos wittgensteinianos: «Matematizamos conconceptos» [OFM, V, §9].

Wittgenstein incluye la lógica y las matemáticasdentro del desarrollo cultural. "Las leyes lógicasson ciertamente expresión de "hábitos de pensar",pero también del hábito de pensar. Esto es, puededecirse que muestran: cómo piensan los seres hu­manos y a que llaman los seres humanos «pensara»[OFM, I, §132]. En esto ve Wittgenstein que «la ló­gica pertenece a la historia natural del ser humano»[OFM, VI, §49]. "Lo que ofrecemos son propiamen­te observaciones sobre la historia natural del hom­bre; y no curiosidades, sino constataciones de he­chos de los que nadie ha dudado, y que eludennuestra consideración sólo porque andan siempreante nuestros ojos» [OFM, I, §142]. Y en este senti­do "la matemática [se halla] depositada entre lasnormas originarias» [OFM, 1, §165J, pues "las pro­posiciones de la lógica son "leyes del pensamiento",ya que expresan la esencia del "pensar humano",pero más correctamente: ya que expresan, o mues­tran, la esencia, la técnica [Technik] del pensar.Muestran 10 que es el pensar, o también modos delpensar» [OFM, L §133].

Sin embargo, el establecer el nexo socioculturalde la actividad matemática introduce un interro­gante metodológico. Que estas leyes lógicas sean unhecho de la historia natural del hombre, del tipo deseres que somos ahora, ¿implica que tales leyes sonun simple dato antropológico, un rito antiquísimoheredado? ,,¿Son las proposiciones de la matemáti­ca proposiciones antropológicas, que dicen cómoinferimos y calculamos nosotros, los hombres?-¿Es un libro de leyes una obra sobre antropología,que nos dice cómo trata la gente de ese pueblo a unladrón, etc? -¿Podría decirse: «El juez consulta unlibro de antropología y condena después al ladrón auna pena de cárcel»? BUeno, el juez no USA el librode leyes como manual de antropología» [OFM, 111,§65]. Y lo mismo se podr-ía predicar de las matemá­ticas: un libro de matemáticas puede ser estudiado

120 PARA COMPRENDER CIENerA, TECNOLOGIA y SOCIEDAD

por un etnólogo o un antropólogo como una reco­pilación de curiosidades que cierta sociedad usa enun contexto, pero con ello se ha alterado instantá­neamente la perspectiva con que la contempla unmatemático profesional. «Veremos la contradiccióna otra luz completamente diferente si consideramossu aparición y sus consecuencias antropológica­mente, por así decirlo, que si la miramos desde laexasperación matemática. Es decir, la veremos deotro modo si intentamos nada más describir cómola contradicción influye en los juegos de lenguaje;que si la miramos desde el punto de vista dellegis­lador matemático» [OFM, 111, §87]. «Está claro quepodemos utilizar una obra matemática para el es­tudio de la antropología. Pero hay algo que no estáclaro: si conviene que digamos: "Este escrito nosmuestra cómo este pueblo operaba con signos", o siconviene que digamos: "Este escrito nos muestraqué partes de la matemática dominó este pueblo"»[OFM, III, §72]. Aquí Wittgenstein está usando ladualidad entre las matemáticas como objeto antro­pológico o como legislación científica, que es lamisma distinción que antes hemos apuntado entreproposiciones temporales y atemporales respectiva­mente. Hay un carácter normativo que el legisladormatemático intenta mantener a ultranza, tal y co­mo Frege y el Iractatus de Wittgenstein recogierono el propio Mannheim vislumbró pero no se atrevióa abordar sociológicamente.

En este sentido abunda Wittgenstein cuandoapunta que «la regla del contar no es el contar»[OFM, III, §19]. En otras palabras, no es la regla laque cuenta, sino que contamos nosotros medianteella. «Alos niños no sólo se les adiestra en el cálcu­lo, sino también en una toma de postura completa­mente determinada frente a un fallo en el cálculo.(Frente a una desviación de la norma). Lo que digoviene a que la matemática es normativa» [OFM, VII,§61]. La matemática, como cualquier otra ciencia,dictamina normas de acción, dado que --en palabrasde J. Echeverria- «la función social de las leyescientíficas es normativa y reguladora, y tiene comoobjeto los actos de los miembros de la comunidad),[J. Echeverria (1993): 83].

«La necesidad matemática es sólo otra expresióndel hecho de que la matemática forma conceptos.(...) La matemática forma una red de normas»

Page 110: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

(OFM, VII, §67] y, añadimos nosotros, una red denormas dentro de una actitud vital en la que hemossido educados y «al estar educados para una técni­ca, también lo estamos para un punto de vista, queestá tan firmemente asentado corno esa técnica"(OFM, IV, §35]. A este respecto la técnica matemá­tica en la que hemos sido educados y formadosconstituye e implica nuestra actividad social y cul­turaL (wl.as palabras «lenguaje», «proposición",«orden», «regla», «operación de cálculo», «experi­mento", «seguir una regla" remiten a una técnica, auna costumbre» (OFM, VI, §43].)

Wittgenstein concilia el aspecto técnico de lasmatemáticas con el desarrollo social, sin anular eluno con el otro, pero siempre dejando claro que lasreglas matemáticas necesitan en su ejercicio unacoincidencia práctica. De esta manera tenemos elsiguiente esquema en el que une la necesidad lógi­ca de las reglas matemáticas y el hacer humano enla coincidencia social:

TRACTATUSI I

POST-TRACTATUS

NECESIDAD LÓGICAI

FORMAS DE VIDASOCIOCULTURALES

Atemporal:I Histórico-ternft°ral:

verdad eterna diversidad cu tural

Logtcísmo:I

Morfología histórica:Frege-Russell S en Jer

Seguir una regla: técnica (abstracta) + actividad (social)

Técnica matemática y actividad social no van se­paradas. Ciertamente la técnica matemática, entanto que a priori y vacía de cualquier aplicación(versus Lynch), posee cierta autonomía, pero nopuede prescindir absolutamente de esa praxis socialque la mantiene: el consenso fáctico, el acuerdo ac­tivo que presupone antes de cualquier dilucidaciónmatemática u operativa. «La coincidencia de los se­res humanos al calcular no es una coincidencia deopiniones o convicciones» (OFM, VI, §3D]. «No essólo la aprobación lo que la convierte (a la técnica]en cálculo, sino la coincidencia de aprobaciones.(...) La coincidencia de aprobaciones es la condi-

ción previa de nuestro juego de lenguaje, no se laconstata en él. (...) Y si no se puede llegar a eseacuerdo, entonces nadie puede decir que el otro cal­cula también» (OFM, VII, §9]. De Jo cual concluyeWittgenstein que «el seguimiento de una regla estáa la BASE de nuestro juego de lenguaje» (OFM, VI.§28]. Esto nos conduce ineludiblemente a que en lacoincidencia en el seguimiento de reglas matemáti­cas se ha de procurar una actividad desarrolladapor aquel que aprende, puesto que «no se aprende aseguir una regla, aprendiendo primero el uso de lapalabra «coincidencia». Más bien se aprende el sig­nificado de «coincidir», aprendiendo a seguir unaregla. Quien quiera comprender lo que significa«seguir una regla», tiene que ser capaz él mismo deseguir una regla» (OFM, VII, 39]. En este sentidoWittgenstein destacó una vez que el uso del lengua­je no es algo que finalmente pueda ser enseñado si­no algo que uno debe aprender por sí mismo (PR,§6, p. 54]. Es aquí donde constructivismo y acciónse funden, porque propiamente una persona nopuede escribir matemáticas sin hacerlas al mismotiempo.

En este punto ha de arrancar todo estudio socialde las matemáticas desde una perspectiva postwitt­gensteíniana. Como lo expresa Ubiratan D'Arnbro­sic (V. D'Ambrosio (1987: 14)], «lo que llamamosmatemática es una forma cultural que tiene su ori­gen tanto en la manera de trabajar con cantidades,medidas y formas, como en la manera de razonarcon la lógica del sistema de pensamiento que íden­tifícamos como occidental. Grupos culturales diver­sos tienen diferentes formas de proceder en sus es­quemas lógicos, debido a factores lingüísticos, reli­giosos o morales. Cada grupo tiene sus fonnas dematematízar; que hay que respetar y tener muy encuenta cuando los niños ingresan en la escuela. Alhablar de las matemáticas asociada a formas cultu­rales diversas llegamos al concepto de etnomatemá­tica (...). El "etno" se refiere a grupos culturalesidentificados, como sociedades nacionales, sectoresprofesionales, códigos, símbolos, mitos y formas es­pecíficas de razonar y de inferir. Por su parte, la ma­temática se considera también en su acepción másamplia, que incluye contar, medir, clasificar, orde­nar, inferir y modelar. La etnomatematica se sitúaen una zona de transición entre la antropología cul-

PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLoclA y SOCIEDAD 121

Page 111: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

tural y la matemática académicamente institucio­nalizada, y su estudio abre el camino a lo que po­dría llamarse una matemática antropológica». Le­jos queda una imagen causalísta-determínista delas acciones sociales (versus Bloor).

El mismo Clifford Geertz ha indicado que una delas piezas fundamentales para hacer una etnografíadel pensamiento moderno es las matemáticas [C.Geertz (1983): 173-192]. No obstante, a la hora derealizar una etnomatemátíca contemporánea no só­lo se ha de hacer de las matemáticas populares sinotambién de los ámbitos académicos, tal y comoWittgenstein lo concibió: analizando, por ejemplo,el abuso de la retórica científica, viendo cómo laciencia usa el lenguaje no-científico para expresar­se y convencer, cómo fascinan ciertas imágenescientíficas (e. g., el logicismo, los números transfi­nitos cantoríanos y el cálculo infinitesimal en lasmatemáticas modernas).

En su época Wittgenstein criticó el paraíso de losmatemáticos profesionales. David Hilbert escribióen su ensayo «Über das Unendliche» (1926) que«nadie nos podrá sacar del paraíso que Cantorcreó» [D. Hilbert (1993); 94; Y también D. Hilbert(1930): 275]. Wittgenstein comentó que no queríasacar a nadie de ese paraíso. Simplemente queríamostrar que ese paraíso no es tal [LFM, p. 103].Ello le supuso que matemáticos, tal y como Witt­genstein reprochó a Alan M. Turing, pensasen, en1939, que Wittgenstein era un bolchevique con lasmatemáticas [LFM, p. 67]. Y ser tildado de bolche­vismo en el año en que se inició la II Guerra Mun­dial no es una acusación sin importancia.

BibliografíaAyestarán Úriz, 1. (1994): «From the Philosophy of Tech­

nology to the Technology of Philosophy: Wittgensteinand the Techníque». EASST Conference, (Budapest),1994.

Baker, G. P. & Hacker, P. M. S. (1988): wíttgensteín: Ru­les, Grammar and Necessity. Oxford: Blackwell.

Bijkcr, W. E. (1995): O( Bycic1es, Bakeú"tes, and Bulbs. To­ward a Theory of Sociotechnicai Change. Cambridge,Mass. & Londres: The MIT Press.

Bloor, D. (1973): «Wittgenstein and Mannheim on the So­ciology of Mathematícs». Studies in History and Philo-

122 PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLOG1A y SOCIEDAD

sophy of Scíence, 4. no. 2: 173-191. [Hay traduccióncastellana: «Wittgenstein y Mannheim sobre la socio­logía de las matemáticas». Trad. J. Rubén Blanco. EnW. AA. (1995), pp. 99-114.J

- (1983): Wittgenstein. A Social Theoy ofKnowledge. Lon­dres: The Macmillan Press, 1992, 2a reimp.

- (1992): «Left and Right Wíngensteíníans», en A. Picke­ring (Ed.) (1992). pp. 266-282.

D'Ambrosio, U. (1987): Etnomatemática: raizes sociocultu­rais da Arte ou Técnica de explicar e conhecer. Carnpí­nas: UNICAMP.

Echeverrfa, J. (1993): «El concepto de ley científica», en C.U. Moulines (Ed.) (1993), pp. 57-88.

Frege, G. (1884): Die Grnndlagen der Arithmetik. Citamospor Observaciones sobre los Fundamentos de la Aritmé­tica. Investigación lógico-matemática sobre el conceptode número. Trad. U. Moulines. Barcelona: Laia, 1972.

-(1918-1919): «Der Gedanke. Eine Logfsche Untersu­chung». Citamos por «El pensamiento. Una investiga­ción lógica», en Investigaciones lógicas. Trad. L. M.Valdés Villanueva. Madrid: Tecnos. 1984, pp. 49-85.

Geertz, C. (1983): Local Knowledge. Further Essays in In­terpretative Anthropology. Nueva York: Basic Books.Citamos por Conocimiento local. Ensayos sobre la in­terpretación de las culturas. Trad. A. López Bargados.Barcelona: Paídós. 1994.

Hilbert, D. (1930): Grundlagen der Geometrie. Citamos porFundamentos de la geometrta. Trad. F. Cebrián. Ma­drid: CSIC, 1991.

- (1993): Fundamentos de las matemáticas. Selecc. y trad.L. F. Segura. México: UNAM.

Klenk, V. H. (1976): Wittgenstein's Philosophy of Mathe­matics. The Hague: Martinus Níjhoff.

Latour, B. (1990): «Postrnodern? No. Simply Amodem.Steps Towards an Anthropology of Science. An EssayReview». Studies in the History and Philosophy ofScience, 21: 145-171.

- (1992): Cimcia en acción (El texto original es de 1983,pero la edición castellana de 1992 incluye un posts­criptum actualizado). Trad. E. Aibar, R. Méndez y E.Ponisio. Barcelona: Labor.

Lynch, M. (1992a): «Extending Wittgenstein: The Pivota!Move from Epistemology to the Sociology of Science»,en A. Pickering (Ed.) (1992), pp. 215-265.

Page 112: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

~ (1992b): «Prom the -win to Theory" to the DiseursiveCollage: A Reply to Bloor's "Left and Right Wittgens­teinlans?», en A. Piekering (Ed.) (1992), pp. 283-300.

Mannheim, K. (1925): Das Problem eíner Soziologie desWissens. Citas tomadas de El problema de una sociolo­g{a del saber. Trad. J. C. GÓme7. Muñoz. Madrid: Tec­nos, 1990.

- (1936): ldeologie und Utopie. Citas tomadas de Ideologiay utopia. Introducción a la sociologia del conocimiento.Trad. S. Echavarrta. México: FCE, 1993, 2" ed., 1"reimp.

Moulines, C. U. (cd.) (1993): La ciencia: estructura y desa­rrollo. Madrid: Trotta/CSIC.

Pickering, A. (ed.) (1992): Science as Practiceand Culture.Chicago y Londres: The Chícago University Press.

VV. AA. (1995): Sociolagta de la ciencia y la tecnologta. Ma­drid: CSIC.

Wittgenstein, 1. (1922): Tractatus Logico-Philosophicus.Trad. J. Muñoz e 1. Reguera. Madrid: Alianza, 1987.

- (1958): Philosophische Untersuchungenllnvestigacionesfilosóficas. Trad. A. Garda Suárez y C. U. Moulines.Barcelona: UNAM/Crítica, 1988.

- (1967): Observaciones sobre los fundamentos de la ma­temática. Trad. 1. Reguera. Madrid: Alianza, 1987.

- (1969): OberGewissheitlSobre la certeza. Trad. J. L Pra­des y V. Raga. Barcelona: Gedisa, 1988.

- (1974): Philosophical Grammar. Oxford: Blackwell,1990.

- (1975): Philosophical Remarks. Oxford: Blackwell,1990.

- (1976): Wittgenstein's Lectures on the Foundations ofMathematics: Cambridge, 1939. Ed. C. Diamond. Chl­cago & Londres: The Chicago University Press.

- (1980): Bemerkungen uber die Philosophie der Psycholo­gíe, /lIRemarks 011 the Philosophy of Psychology, ll, Ox­ford: Blackwell.

PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLOG/A y SOCIEDAD 123

Page 113: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

13

Una revolución en las estructurasconceptuales de la ciencia:la obra de Thomas S. Kuhn

Cristóbal Torres

L a primera edición de la obra de Thomas S.Kuhn La Estructura de las Revoluciones Cien­

(Cfieas (ERe), publicada en 1962, apareció en la En­ciclopedia Internacional de la Ciencia Unificada, unproyecto editorial impulsado por los principales au­tores de la Concepción Heredada. Algo que no deja­ría de ser anecdótico si no fuera porque con estaobra, Kuhn va a quebrar de manera definitiva losprincipales supuestos y argumentos de esta tradí­ción de la filosofía de la ciencia que, junto a la líneadel positivismo lógico de la que es continuadora.dominó las ideas e imágenes sobre el quehacercientífico hasta los años sesenta.

En efecto, una de las grandes aportaciones de laERe, y en general de todos los escritos de Kuhn a lolargo de los años sesenta, consistió en que fue capazde recoger y aglutinar buena parte de las criticasque autores tan notables como Hanson. Quine,Toulmin o Feyerabend habían dirigido contra laConcepción Heredada, poniendo en cuestión asun­tos tales como la tajante distinción entre teoríascientíficas y otros tipos de creencias, la radical se­paración entre teorías y datos, el modelo acumula­tivo de desarrollo científico, o la idea de que lasteorias vigentes se deben exclusivamente a su es-

tructura deductiva y a su correspondencia con losinformes de observación, etc.

Pero la virtualidad de Kuhn consistió, también,en la impugnación de la obra de Popper (1962) ysus discípulos (especialmente Lekatos. 1983), ejem­plificada en el seminario que en 1965 se celebró enel Bedford College de Londres (Lakatos y Musgrave,1975), y en el que el autor, con conceptos tales co­mo los de las' revoluciones científicas como eje re­gulador de la historia de la ciencia, las tradicionesde la ciencia normal como extensión acrítica del pa­radigma hegemónico vigente y como criterio de­marcativo entre ciencia y no ciencia, o las más ra­dicales como la inconmensurabilidad entre los dis­tintos paradigmas en competencia o el recurso a losfactores sociales para dar cuenta de la explicacióndel cambio científico, puso en cuestión los princi­pios del falsacíonismo popperiano que, también aprincipios de los años sesenta, comenzaban a vis­lumbrarse como la gran alternativa a los denosta­dos conceptos básicos del positivismo lógico.

Además, la obra de Kuhn no sólo alteró el statuqua de la filosofía de la ciencia, sino que (como severá más adelante) fue la principal causante de laprofunda reorientación que la historia y la sociolo-

PARA COMPRENDER CIENCJA, TECNOLOGIA YSOCJEDAD 125

Page 114: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

gta de la ciencia tuvo a partir de finales de los añossesenta, y en términos generales se puede conside­rar como la espoleta que puso en marcha el movi­miento que hoy venimos en llamar como EstudiosSociales de la Ciencia. Con todo, ninguno de estosimpactos se hubiera producido si no fuera porqueen la ERC (yen el resto de su obra), Kuhn elaboróuna completa y novedosa trama argumental que da­ba cuenta del quehacer científico y de su concre­ción en la historia. Algo que, de manera resumida,se expone en el epígrafe siguiente.

1. Principales tesis y argumentosde la obr. de Kuhn

El punto de arranque de sus puntos de vista es elconcepto de revolución científica que proporcionala clave para explicar las profundas alteraciones dela historia de la ciencia, aparentemente lineal. Estasconvulsiones son las que dan cuenta de los más im­portantes momentos del progreso del conocimientocientífico, a la vez que su aparición es el rasgo quepermite caracterizar a un campo científico comoplenamente maduro.

En las fases iniciales de las distintas disciplinascientíficas, en las que sus actividades todavía nopueden calificarse plenamente como científicas, lamayor parte de éstas vienen caracterizadas poruna continua y prolongada competencia entre unaserie de concepciones distintas de la naturalezacon bases conceptuales y metodológicas no sólodiferentes sino también incompatibles. Esta situa­ción, que da pie a las disputas que caracterizan alas escuelas científicas, se resuelve cuando una delas alternativas logra, mediante una serie de facto­res de índole intelectual pero también de raíz so­cial, una posición de exclusivo dominio dentro delcampo científico en cuestión. Así el total de cientí­ficos de esa disciplina o especialidad asume, deforma unánime, una determinada forma de ver,entender y explicar los problemas, y lo que ante­riormente era una alternativa específica se con­vierte en un paradigma, es decir; se constituye enel monopolio teórico y metodológico de ese campodel conocimiento.

126 PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLOGfA y SOCIEDAD

El paradigma, que faculta la transición a la acti­vidad plenamente científica, es un logro fundamen­tal que incluye a la par una teoría y algunas aplica­ciones ejemplares de los resultados del experimen­to y la observación, una tarea cuyo cumplimientoqueda abierto a toda suerte de investigaciones pos­teriores, así como una creencia recibida y aceptadapor un grupo científico cuyos miembros no inten­tan ya rivalizar con ella, ni crearle alternativas, sinoextenderla y explotarla. Como puede deducirse dela variedad de aspectos que conforman un paradig­ma, su definición constituye una de las claves paraentender los cambios que, a lo largo del tiempo, seaprecian en la obra de Kuhn.

Aun cuando es verdad que en la primera ediciónde la ERC, Kuhn usa el término de paradigma enuna multitud de sentidos (Masterman. 1975), en lobásico tres son las principales acepciones: (1) El as­pecto cognitivo que engloba tanto las proposicionesteóricas y metodológicas como el trasfondo ontoló­gico (valores, creencias, etc) que las anteriores lle­van consigo de forma implícita. (2) La vertiente so­cial del quehacer científico que lleva a Kuhn a equi­parar un paradigma con una comunidad científicaconcreta, dado que el primero proporciona un len­guaje y una educación en común, y por tanto, elconjunto de miembros de cada comunidad científi­ca reconocen al paradigma en cuestión como la úni­ca frontera dentro de la que practicar la actividadcientífica específica. (3) Y la primera y más origi­nal, que identifica al paradigma como el conjuntode realizaciones científicas que proporcionan mo­delos y ejemplos de problemas y soluciones a la co­munidad científica.

Con todo, tras el encuentro del Bedford College,Kuhn (1975), cambia el término paradigma por el dematriz disciplinar puesto que, según el autor, esteconcepto refiere mejor las cuestiones que pretendeindicar. Así, el término matriz comprende, de formaordenada, varios tipos de elementos: en primer lu­gar, las generalizaciones simbólicas o relaciones ló­gicas y empíricas establecidas entre los elementosfundamentales de la matriz. Son expresiones del ti­po f-ma, que se emplean sin cuestionamiento por elgrupo y que exponen las leyes de la naturaleza. Ex­presiones que implican algo más profundo, ya quellevan consigo valores específicos y principios meta-

Page 115: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

físicos que dotan de sentido a los conceptos, las ta­xonomías, y permiten la construcción de los mode­los explicativos, las analogías y las heuristicas favo­ritas de cada grupo científico. Por tanto los modelos(los segundos elementos de la matriz), tienen unaimportancia crucial. dado que señalan el tipo de so­luciones que son consideradas como aceptables encada una de las prácticas científicas. Lo cual lleva alcrucial papel que tienen los ejemplares, el tercer yúltimo elemento de la matriz, puesto que aparecencomo soluciones de enigmas concretos que indicanla forma en que se debe proceder en los problemasentendidos como vinculados o semejantes. De he­cho, los ejemplares es lo que aprenden los científicosen las etapas de formación, lo que practican (seguirlas analogías) en la mayor parte de su trabajo comotales y lo que. salvo en los momentos extraordina­rios de las revoluciones, se establece como el princí­pal indicador para determinar su éxito profesional(resolver enigmas).

Sin embargo, el desarrollo conceptual del térmi­no disciplinar es más pobre, puesto que con ello serefiere a la posesión común que el conjunto depracticantes de una determinada disciplina hace delos elementos de la matriz ya indicados. Aun cuan­do Kuhn (1975) reconoce las importantes deficien­cias que existían en la ERC respecto del sentido so­cial de paradigma, y destaca la necesidad de precí­sar en detalle la estructura social de los gruposcientíficos. acaba afirmando que los rasgos socialesson regulados por la posesión de un lenguaje co­mún que la matriz proporciona y que es lo que per­mite adquirir el conjunto de compromisos cognos­citivos (1982: 319-321).

La relevancia que tienen los ejemplares es com­prensible si se tiene en cuenta que la matriz disci­plinar o paradigma es un gran logro inicial, perotambién una promesa de un futuro éxito en la in­vestigación ulterior. Y es que cuando por primeravez se propone un candidato a paradigma, es raroque haya resuelto más que unos cuantos de los pro­blemas a que se enfrenta, y la mayoría de las solu­ciones distan todavía mucho de ser perfectas. Estasituación requiere, tras cada revolución científica,un trabajo diario de resolución de enigmas que almodo de un rompecabezas demanda una pacientelabor de ajuste y engarce de los distintos hallazgos,

bajo el patrón del inicial ejemplo de resolución su­ministrado por el paradigma. De esta manera, al ad­quirir un paradigma o matriz disciplinar una co­munidad científica recibe un criterio para seleccio­nar problemas que se supone tienen algunasolución, así como una guía que señala a los cientí­ficos qué entidades contiene la naturaleza y cuálesno. y cómo éstas se comportan. Este trabajo de bus­car soluciones al rompecabezas, que enmarca la ca­si totalidad del tiempo de vida de un campo cientí­fico, permite a quienes los resuelven demostrar suvalía. y dota de sentido al conjunto de actividadesdesempeñadas a lo largo de la carrera profesionalde un individuo o grupo de científicos, es lo queKuhn denomina como ciencia normal.

Por tanto, la ciencia normal es la realización deuna promesa que implica la ampliación del conoci­miento. y en concreto una triple actividad teórica yempírica consistente en la determinación del hechosignificativo, el acoplamiento de los hechos con lateoría y con las predicciones que ella establece, y laarticulación de la teoría del paradigma mediante laresolución de algunas de sus ambigüedades resi­duales, así como de los problemas hacia los que an­teriormente sólo se había llamado la atención. Todolo cual permite entender a esta actividad, como unatentativa tenaz y ferviente que es capaz de obligar ala naturaleza a entrar en los marcos conceptualesproporcionados por el paradigma y transmitidospor la educación profesional, y de aparecer comouna empresa altamente acumulativa que especificano sólo qué tipos de entidades contiene la discipli­na en cuestión, sino también y por implicaciónaquellas que no contiene. Todo estos supuestos serecogen y exponen formalmente en los libros de tex­to de cada disciplina, y se transmiten a través de laeducación profesional y tácitamente mediante elaprendizaje del oficio de científico.

Pero los períodos acumulativos de la ciencia secircunscriben a los períodos de ciencia normal. Dehecho, el auténtico cambio científico se producecon las revoluciones que implican un episodio ex­traordinario y una radical discontinuidad entre dosparadigmas alternativos e inconmensurables. Cadarevolución científica produce un profundo cambioen los problemas disponibles. en las normas quepermiten a cada profesión científica definir qué

PARA COMPRENDER CIENCIA. TECNOLOGfA YSOC¡EDAD 127

Page 116: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

problemas son admisibles y qué soluciones son le­gítimas, así comouna transformación de la imagendel mundo en el que se desarrolla el trabajo delcampo científico.

El cambio científico comienza con la percepciónde una anomalía, es decir, con el reconocimiento deque un problema no puede resolverse por medio delos procedimientos establecidos en la ciencia nor­mal. Al principio, las anomalías se etiquetan comofracasos profesionales de aquellos que participanen la resolución del problema en cuestión. Sin em­bargo, cuando el fracaso engloba al conjunto de laprofesión y la frecuencia de las contrariedades y eltiempo acentúan la percepción de las anomalías, lasituación se transforma en una crisis del paradigmavigente y da lugar al inicio de las investigaciones ex­traordinarias. Con ello se produce la proliferaciónde teorías que aparecen como respuesta directa a lacrisis, y que permiten la constitución de un para­digma alternativo que en la resolución de las ano­malías trata de tener más éxito que su competidor.Una vez generada esta situación, las crisis ya no po­drán terminarse mediante deliberación o interpre­tación sino por un suceso relativamente repentino yno estructurado que provoca un radical cambio deconceptos, procedimientos e instrumentos dentrodel campo científico en el que se ha producido la re­volución. Por tanto, la revolución científica es elepisodio extraordinario en que una comunidadcientífica abandona la manera tradicional (paradig­ma.) de ver el mundo y de ejercer en él la ciencia, enfavor de otro enfoque incompatible con el anterior(paradigmas}.

Para explicar las revoluciones científicas Kuhnrecurre a una doble conceptualización. De un lado,destaca lo que denomina elementos racionales opropios de la lógica de la investigación científica,más difusos en la ERC y acentuados en el resto desu obra, tras las críticas que acusan a Kuhn de em­plear motivos irracionales para explicar el cambiocientífico. Pero, y ésta es la novedad y uno de lospuntos principales de enfrentamiento con la filoso­fía de la ciencia racionalista, las revoluciones no seexplican sólo mediante la lógica y la experimenta­ción, sino que precisamente lo que permite calificarde tal modo al cambio de paradigma, se encuentraen los criterios externos o no racionales (no equipa-

128 PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLocfA y SOCIEDAD

rabies sin más con la irracionalidad) que el autorconsidera a lo largo de la ERC, y que son de dos tí­pos, e implican dos analogías.

El primer tipo de explicación gira en tomo al fe­nómeno de la conversión, se ubica en el plano psi­cosociológico. y lleva consigo una analogía religio­sa. La revolución científica necesita una declara­ción de fe en el nuevo paradigma para facilitar lapromesa de éxito posterior, por lo que las creenciascuasirreligiosas son propias de este decisivo mo­mento. La noción de conversión, viene concretadacon la tesis del cambio de Gestalt, esto es, de la exis­tencia de un cambio repentino que permíte. con laayuda que representan la inicial existencia de ano­malías y la posterior presencia de un paradigma al­ternativo, ver cosas nuevas o relaciones diferentes,cuando se busca con los instrumentos habituales enlugares donde antes ya se había mirado. No es deextrañar, por tanto, que las revoluciones y la adop­ción de un nuevo paradigma, como las conversio­nes, o se producen de una sola vez (aunque no ne­cesariamente en un instante) o no ocurren nunca.El segundo criterio metarracional, tan importante omás que el anterior para calificar a los cambioscientíficos de revolucionarios, se ubica en la ver­tiente sociológica e implica una analogía con elmundo político. De esta manera Kuhn señala quelas revoluciones políticas, como los cambios cientí­ficos descritos por él, se inician cuando las institu­ciones no satisfacen las necesidades creadas porellas mismas. Al igual que en las revoluciones polí­tícas, se produce un cambio de las instituciones vie­jas por otras nuevas de tal manera que las últimasrepresentan lo que las anteriores negaban, los mo­dos de vida no solamente son distintos sino tam­bién incompatibles y, por último, en el procesorevolucionario no se reconoce legitimidad a ningu­na estructura suprainstitucional, y la norma máselevada es la que se deriva de la aceptación de la co­munidad pertinente.

Si los factores descritos (ajenos a la lógica cien­tífica) operan en la vida científica, es porque las re­voluciones científicas implican que los paradigmasno sólo son alternativos sino también inconmensu­rables entre sí. Kuhn afirma que los elementos queintegran cada paradigma son mutuamente intradu­cibles, y todo intento de traducción tiene como con-

Page 117: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

secuencia la ruptura de los factores que forman losparadigmas, pues éstos estructuran términos, con­ceptos y explicaciones que se hallan en relacionesde ordenación distintas y, por tanto, proporcionanlistas de problemas y hasta definiciones de la acti­vidad científica completamente diferentes.

Tras las criticas recibidas por tan radical con­ceptualización de la inconmensurabilidad, Kuhn(1989) manifiesta que el uso de este término no sig­nifica que la comparación como grado de aproxi­mación o comparación sea imposible. Lo único queseñala es que no hay ningún lenguaje neutral o decualquier otro tipo, al que ambas teorías concebi­das como conjuntos de enunciados, puedan tradu­cirse sin alguna pérdida. Siempre existirá un que­branto, por cuanto que cualquier traducción impli­ca una alteración de los significados que cadatérmino del paradigma presenta por sí mismo, y enel conjunto de relaciones que estos elementos man­tienen entre sí. A esta nueva definición, Kuhn la hadenominado inconmensurabilidad local. Con todo,la tradición científica que surge después de una re­volución científica no sólo es incompatible sinoque, a menudo, también es realmente incomparablecon la que existía con anterioridad.

2. Principales puntos débiles delas tesis de Knbn

De manera sucinta, tres son los aspectos más de­ficitarios presentes en la obra de Kuhn. En el pri­mero, referido a la noción de paradigma/matriz dis­ciplinar, estimo que la dimensión cognitiva (la ma­triz), fue resuelta acertadamente por Kuhn dado quela suma de las generalizaciones simbólicas, los mo­delos (con sus correspondientes valores y principiosmetafísicos) y los ejemplos (como forma de resolverenigmas similares a otros problemas solucionadosanteriormente), permiten establecer que las unida­des del ámbito cognitivo del quehacer científico sonmás amplias y más profundas que las limitadas teo­rías. Aspecto éste que permite apuntar la ímposíbilí­dad de la falsación instantánea, y con ello, afirmar lacontinuidad de las distintas tradiciones científicas alo largo de la historia de la ciencia.

Sin embargo, no puede decirse lo mismo si nosreferimos a la dimensión social, esto es, al términodisciplinar. Aquí las deficiencias de Kuhn se sitúantanto en el aspecto analítico (atribuibles en parte asu escasa formación en la sociología de la ciencia),como en su concepción de fondo puesto que esteautor reduce la vertiente social del término (la dis­ciplina) a la dimensión cognitiva presidida por lahegemonía de una matriz determinada, olvidandocon ello las distintas formas organizativas (discipli­nas, especialidades y áreas de problemas) que coe­xisten dentro del convencional rótulo de las comu­nidades científicas.

El segundo punto de critica asume que Kuhn esconsciente de la evidencia empírica que niega launiversalidad del modelo de cambio científico ba­sado en las revoluciones, pero señala que el autorresuelve el problema ampliando el concepto deciencia normal y flexibilizando al máximo la nociónde revolución. De esta manera, Kuhn afirma que enla estructura del desarrollo científico no sólo se pro­ducen grandes revoluciones como las que promo­vieron Newton, Darwin o Einstein sino también mi-

PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOWG1A y SOCIEDAD 129

Page 118: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

nirrevoluciones o cambios de más corto alcance(como el descubrimiento de los rayos X o del pla­neta Urano) que afectan a menos científicos o queson menos trascendentales, pero que permiten elconstante progreso de la actividad científica.

El problema con esta operación que emprendeKuhn no es sólo que obvia parte de sus propias ca­tas empíricas, así como la evidencia y ejemplos encontrario que autores como Popper (1975), 'Ioul­min (1977), Lakatos (1983) o Ben-David (1964) hanaportado en relación con diversas fases del desarro­llo de campos tales como la biología, la física, la as­tronomía o la psicología, sino que con sus propues­tas acaba desvirtuando la fertilidad de cualquierplanteamiento basado en el concepto de revolución,algo que sólo es posible si se abandonan las preten­siones universalizantes de Kuhn (y las consiguien­tes laxitudes en la definición de los términos) y sesitúa el caso de las revoluciones como forma delcambio científico, dentro de un planteamiento quedefienda que este fenómeno está sujeto al principiodel pluralismo tipológico, es decir, que reconozcaque son posibles distintas formas de concebir elcambio y la innovación en el quehacer científico(Torres Albero, 1994: 150·214).

En tercer y último lugar, y en el aspecto referidoa los mecanismos que dan lugar a las revolucionescientíficas, hay que destacar que el autor combinaalgunas ideas acertadas pero insuficientes con otrasclaramente incompletas y erróneas. Así, por lo quese refiere al plano micro, la explicación de Kuhnpresenta dos deficiencias básicas, a saber, su inicialnoción de inconmensurabilidad, y en segundo lu­gar, la reducción que hace del problema al conside­rar a los científicos sólo como individuos aislados yno como grupos sociales, por lo que el cambio cien­tífico según Kuhn, depende de variables tales comola idiosincrasia, la personalidad o la biografía de loscientíficos. La propuesta principal de Kuhn tieneque ver más con la mística de las creencias religio­sas (como el propio autor reconoce) que con el que­hacer científico en tanto que actividad social, aménde que presenta una generalidad y vaguedad con­ceptual tal que impide cualquier apunte sólido delmecanismo desencadenante de las revolucionescientíficas. En lo que se refiere al argumento macrocentral que maneja, -la necesidad de que el para-

13O PARA COMPRENDER CIENCIA. TECNOLOG/A y SOCIEDAD

digma, fracase, con la aparición de las anomalías yel surgimiento de la crisis, en la exploración de lostenitorios previstos por él mísmo-, la deficiencia sedebe a su parcialidad puesto que la proposición ex­plicativa que el autor maneja es de tipo funcional, ycomo la sociología política ha puesto de manifiesto(Taylor, 1984) no en todos los casos los sentimien­tos de mal funcionamiento y la posterior crisis soncondiciones «sine qua non» para desencadenar elproceso revolucionario.

En todo caso, este juicio evaluativo adquiere ma­yor tono negativo si se tiene en cuenta, tal y comose aprecia en sus artículos de los años ochenta(1989), que Kuhn, en su tarea de contestar a los crí­ticos y afinar sus tesis, olvida paulatinamente el pa­pel de la dimensión social del quehacer científico ylo reduce a los aspectos más cognitivos.

3. La obrade Kuhn y el girosocio-histórico de los estudiosde la ciencia

Las críticas del epígrafe anterior no debe impe­dir que se tenga en cuenta, el crucial papel que lastesis de Kuhn han jugado en las especialidades delas ciencias sociales que se ocupan de indagar en elquehacer científico. Ha sido Barnes quien lo ha se­ñalado, en lo que respecta a la sociología del cono­cimiento y de la ciencia, al comparar a este autorcon clásicos como Marx o Durkheim. En concreto,afirma Barnes (1986: 234) que «al igual que estosúltimos, que hicieron contribuciones de inestima­ble valor en los momentos iniciales del desarrollode la teoría sociológica (por ejemplo con los méto­dos y procedimientos de plantear y resolver losproblemas) aun cuando hoy en día se consideraque buena parte de sus afirmaciones son erróneas,el valor de Kuhn radica precisamente en esto mis­mo, es decir, en que propicia una nueva forma deentender el desarrollo de la ciencia a pesar de queyerre en la resolución de buena parte de los pro­blemas que plantea». Sin duda, esta relevanciaapuntada por Barnes. se debe a que Kuhn sustentaque la práctica cognoscitiva científica es una acti­vidad cultural, que el conocimiento científico es un

Page 119: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

producto intrínseco de un grupo social (las comu­nidades científicas), y que en definitiva, no existeun método universal o asocial que de cuenta de losprocesos de generación y validación del conoci­miento científico. Con ello, lo que Kuhn hizo (haceya más de treinta cinco anos) fue abrir la puerta dela cámara sagrada de la ciencia y mostramos queno existe ninguna privilegiada barrera epistemoló­gica que nos impida penetrar en este respetable re­cinto.

Algo similar ha planteado Salís (1994) para lahistoria de la ciencia. Con sus tesis, Thomas S.Kuhn alteró las relaciones de dependencia quemantenía la historia respecto de la filosofía de laciencia. Hasta entonces, ésta concebía a la historiacomo un depósito de eventos que se extraían enfunción de su concordancia con la concepción filo­sófica vigente, puesto que el quehacer científico seentendía de forma ahistórica bajo los supuestos ex­plicativos propios del contexto de justificación. TrasKuhn, la historia de la ciencia ha recuperado sucompleta autonomía, ha afianzado su propia iden­tidad y se ha dedicado a poner de manifiesto las for­mas en que los intereses de los grupos científicos yde la más amplia sociedad se concretan en el corpusdel conocimiento científico.

Bibliografía

Barnes, B. (1986). T.S.Kuhn y las ciencias sociales. Méxi­co, F.C.E.

Ben-David, J. (1964). «Scientlfic Growth: A SociologicalView». Minerva. Vol. 3: 455-476.

Kuhn, T.S. (I971). La estructura de las revoluciones cien­tíficas. Madrid, F.C.E. (e.o. 1962).

Kuhn, T.S. (1975). «Consideración en torno a mis criti­COS». En I. Lakatos y A. Musgrave, (comps.). Op. cit.

Kuhn, T.S. (1982). La tensión esencial. Madrid, F.C.E.(e.o. 1977).

Kuhn, T.S. (1989). ¿Qué son las revoluciones científicas?y otros ensayos. Barcelona, Paidós/ICE-UAB.

Lakatos, I. (1983). La metodología de las programas de in­vestigación científica. Madrid, Alianza Universidad.

Lakatos, I. y Musgrave, A. (comps.). (1975). La critica y eldesarrollo del conocimiento. Barcelona, Grijalbo.

Masterman, M. (1975). «La naturaleza de los paradig­mas». En I. Lakatos y A. Musgrave, (comps.). Op. cit.

Popper, K. (1962). La lógica de la investigación científica.Madrid, Tecnos.

Popper, K. (1975). «La ciencia normal y sus peligros». EnI. Lakatos y A. Musgrave, (comps.). Op. cit.

Solís, C. (1994). Razones e intereses. La historia de laciencia después de Kuhn. Barcelona. Paidós.

Taylor. S. (1984). Social Scíence and Revolutions. Lon­dres. The Macmülan Press Ltd.

Toulmin, S. (1977). La comprensión humana. Madrid,Alianza Universidad.

Torres Albero, C. (1994). Sociología política de la ciencia.Madrid, CIS-Siglo XXI.

PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLOGIA y SOCIEDAD 131

Page 120: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

14

Feyerabendcontra los dogmas

de la cienciaJuan Bautista Bengoetxea

L a amplia crítica que Feyerabend desarrollacontra la ciencia en su obra de 1975, Against

Method I (vCorrtra el método»). apunta a diversosobjetivos, tesis, métodos y presupuestos de dichaactividad. Por un lado, pone en cuestión una seriede argumentos epistemológicos habituales en el do­minio de la filosofía de la ciencia, con el fin de re­probar la rigidez que las normas metodológicas im­ponen a la ciencia. Por otro, critica la prioridadepistemológica y el prestigio social de la cienciadentro de los sistemas de conocimiento, pues susconsecuencias atacan directamente a las bases deuna sociedad verdaderamente libre. Entre talesconsecuencias contaríamos con la función y la ve­hemente influencia social de los científicos adheri­dos a la presente sociedad cientifista quienes, segúnFeyerabend, logran reducir las libertades de todosaquéllos que confían ciegamente en ellos, pues laresponsabilidad de las decisiones sociales más im­portantes es también suya. De este modo, en nues­tra sociedad ha logrado establecerse una poderosaunión entre el Estado y la ciencia, al modo comoantaño ocurrió con la religión.

l Trad. casto Tratado contra el método, Madrid, Tecnos, 1986.

En el ámbito de la metodología, ya desde la épo­ca del positivismo lógico el objetivo principal ha si­do el de enmarcar la ciencia bajo normas concretas;en consonancia con ello, cada concepción o escuelase ha dedicado a definir métodos científicos e infle­xibles criterios convergentes : el empirismo lógico,la verificabilidad y la inducción; Popper, el [alsacio­nismo y el método hipotético-deductivo; etc. Feye­rabend, en cambio, niega y ataca tan rígidas con­cepciones mediante un principio metodológico váli­do para toda ciencia: el «todo vale» (anything goes).Esto es, defiende la pluralidad metodológica frentea una metodología normativa que presuntamentegarantiza el desarrollo científico. Además, las meto­dologías que ofrecen principios fijos, invariables ytotalmente necesarios chocan frontalmente con losresultados ofrecidos por los estudios de la historiade la ciencia, en los cuales no se observa la existen­cia de norma metodológica alguna de carácter in­franqueable. En opinión de Feyerabend, el antiguoatomismo, la revolución copernicana o el surgi­miento de la teoría ondulatoria de la luz fueron re­sultado del abandono y la superación de diversasnormas aceptadas en su momento. En este sentido,y como consecuencia de no aceptar norma alguna,la diversidad metodológica parece del todo necesa-

PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLOclA y SOCIEDAD 133

Page 121: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

ría en el desarrollo de la ciencia, por no hablar yade la ruptura del concepto de método:

Esta práctica liberal, repito. no constituye sóloun mero hecho de la historia de la ciencia, sino quees razonable y absolutamente necesaria para el de­sarrollo del conocimiento',

Por lo tanto, el hecho de que las normas impidanel libre desarrollo de la ciencia en vez de potenciar­lo, hace que Feyerabend sí crea en el liberalismometodológico. Como él señala, "la idea de un méto­do fijo, o la idea de una teoría fija de la racionali­dad, descansa sobre una concepción excesivamenteingenua del hombre y de su contorno social»3, esdecir, al negar el principio de la invariabilidad delmétodo, también se pone en tela de juicio el de laracionalidad universal de la ciencia.

En opinión de Feyerabend, de todas las metodo­logías propuestas ninguna ha logrado tener éxito.Es más, fundamentar el desarrollo científico enideas fijas y universales no resulta en absoluto con­veniente. Por ello, cualquier principio general de­fendible tiene como consecuencia el ya citado «to­do vale".

Sin embargo, la crítica feyerabendiana no se re­duce únicamente al establecimiento de dicha con­signa; el resto de concepciones epistemológicas dela filosofía de la ciencia también habrán de sopor­tar una buena dosis de contrarios análisis. Así porejemplo, critica sin miramientos las distincionesentre contextos de descubrimiento y de justifica­ción, por un lado, y lenguaje de observación y len­guaje teórico, por otro, tan arraigadas en la co­rriente empirista lógica, así como los fundamentosdel falsacionismo popperíano. los paradigmas deKuhn o los programas de investigación lakatosia­nos.

En consecuencia, el desarrollo científico asegurala variedad de métodos y teorías. pues la aceptaciónpor parte de las comunidades científicas de ciertasteorías durante mucho tiempo no indica otra cosamás que conformismo o ideologización, y no preci­samente éxito o veracidad:

, Idem: 7 (cursivas en el original).

, Idem: 12.

134 PARA COMPRENDER CIENCIA. TECNOLOG1A y SOCIEDAD

La unanimidad de opinión tal vez sea adecuadapara una iglesia. para las asustadas y ansiosas víc­timas de algún mito (antiguo o moderno), o paralos débiles y fanáticos seguidores de algún tirano.La pluralidad de opinión es necesaria para el cono­cimiento objetivo, y un método que fomente la plu­ralidad es, además, el único método compatiblecon una perspectiva humanista"

En último término, el lema «todo vale», segúnFeyerabend. no representa más que el principiomás adecuado para la actividad científica de unasociedad libre que pueda mostrar su más enérgicarepulsa contra el privilegiado estatus de la ciencia ycontra la imagen de cuerpo de conocimiento into­cable que conlleva.

No obstante, tampoco es fácil superar semejanteconcepción con una alternativa nonnativo-metodo­lógica universal; es decir, no existe racionalidaduniversal ninguna que se eleve sobre toda teoría yactividad científica, Jo cual invalida el concepto deracionalidad como medida para la comparación delas diversas teorías. Tal vez sea por ello por lo queFeyerabend considera que las distancias entre laciencia y el arte son mucho menores de lo que losfilósofos de la ciencia consideran '. Tanto la mitolo­gía griega y el trabajo del artista, como la actividadcientífica, tienen en común su objetivo básico: re­presentar la realidad y aproximarse a la verdad. Ca­da uno de estos dominios del saber constituye unmodo distinto de pensamiento inserto en su con­texto histórico propio. subordinada su elección a unperíodo temporal -histórico- determinado y no acriterio de racionalidad alguno. De ahí que no seaposible para Feyerabend el análisis individualizadode la ciencia: la ciencia también es arte, es decir, re­sulta una actividad íntimamente relacionada con elresto del corpus del conocimiento humano. La cien­cia, subraya Feyerabend, es un modo de expresiónhumano como lo puede ser la mitología, la religióno la magia y, al igual que éstas, con un mismo ca­rácter dogmático:

• Idem: 29.

, Para una comparación entre ciencia y arte, vid. Feyera­bend, P. K. (1984), Farewell lo Reason, London, Routledge andKeagan Paul, 1988 (Casto Adiós a la razón. Madrid, Tecnos,1984).

Page 122: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

La ciencia constituye una de las muchas formasdel pensamiento desarrolladas por el hombre, perono necesariamente la mejor. Es una forma de pen­samiento conspicua, estrepitosa e insolente, perosólo intrínsecamente superior a las demás paraaquellos que ya han decidido en favor de ciertaideología, o que la han aceptado sin haber exami­nado sus ventajas y sus límites '.

El dogmatismo es inherente a la ciencia. No obs­tante, tampoco puede ni debe excluirlo, pues sin élla ciencia es imposible. Y los defensores de la ra­cionalidad científica, aquellos filósofos de la cienciacríticos con el dogmatismo, deberían tomar cuentade ello al modo como la ciencia misma parece re­plantearse la cuestión. El origen social del dogma­tismo en ciencia parece ya indudable, y más aún silogramos divisar sus dos inamovibles pilares: la ex­clusividad del epíteto «racional" para el saber cientí­fico occidental y la introducción de tal saber en el sis­tema educativo general:

Casi todas las disciplinas científicas son asigna­turas obligatorias en nuestras escuelas. Mientrasque los padres de un niño de seis años pueden de­cidir instruirle en los rudimentos del protestantis­mo o de la fe judía, no tienen esta misma libertaden el caso de las ciencias. La física, la astronomía yla historia deben aprenderse; no pueden ser reem­plazadas por la magia, la astrología o el estudio delas leyendas '.

Pero la prioridad injustificada de la ciencia noes el único objeto de la crítica de Feyerabend; tam­bién la exclusividad otorgada a la supuesta objeti­vidad científica sufrirá el ataque del autor del Tra­tado contra el método. La concepción establecidaparece no conformarse con presentar [os hechoscientíficos históricamente, sino que se esfuerza enenmarcarlos en un cuadro objeuvista donde el dis­curso no se fundamenta en supuestos cuestiona­bles: "la excelencia de la ciencia se supone» g sinningún género de duda y, por supuesto, no necesi­ta de ninguna defensa. Por lo tanto, tampoco exis-

• Feyerabend. P. K. (1986), Tratado contra el método, Ma­drid, Tecnos: 289.

, Feyerabend. P. K. (I 982), ta ciencia el! una sociedad libre,Madrid, Siglo XXI: 84 (cursiva en el original).

• Idem: 83.

tirá control social de ningún tipo sobre la ciencia,y la elección democrática de sus tesis así como supropio modo de existencia no resultarán cuestio­nes apropiadas; «aceptamos los hechos y las leyescientíficas, los enseñamos en nuestras escuelas, ba­samos en ellos importantes decisiones políticas, sinhaberlos analizado y sin haberlos sometido a vota­ción»". En definitiva, la cosmología en boga seacepta porque sí, un "porque sí" dogmático que pa­ra Feyerabend equivale a la cosmología de los cien­tíficos. Sin votaciones, sin mayorías, esto es, anri­democráticamente, uno, sea el caso, es "copernica­no" debido a que los científicos también lo son y"se acepta su cosmología de una forma tan acríticacomo en otros tiempos se aceptara la cosmologíade obispos y cardenales» 10.

La apariencia liberal de la cultura científica es lamáscara de un verdugo antaño juez. Como señalaFeyerabend, «la misma empresa que una vez dota­ra al hombre de las ideas y de la fuerza para libe­rarse de los temores y los prejuicios de una religióntiránica le convierte ahora en un esclavo de sus in­ter'eses»". La tolerancia brilla por su ausencia enun dominio, el científico, donde sus postulados seconvierten, como ocurre en las religiones, en dog­mas siempre ruinosos para una pretendida activi­dad liberal y liberalizadora.

La superación de esta serie de dogmas supone ladistinción y separación entre Estado y ciencia. Laciencia, como ideología, no es el paradigma de laracionalidad, y no hay porqué situarla en el cénitdel conocimiento humano. Al contrario, debencompararse los distintos dominios del saber; susformas de ser; objetivos, métodos y contextos. Jun­to a ello es necesario, además, que cada ser huma­no, cada científico, posea el grado máximo de unalibertad metodológica acompañada de la libre elec­ción de cualquier sistema de conocimiento. Por elloprecisamente es por lo que Feyerabend arremetecontra la despótica supremacía contraria al princi­pio de libertad individual de las instituciones cien­tíficas de nuestra sociedad. De ahí que, según él, la

, Idem: 84-85.

'o Idem: 85.

IL Idcm: 86 .

PARA COMPRENDER CIENC/A, TECNOLOC1A y SOCIEDAD 135

Page 123: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

ciencia haya de perder tal preminencia ya que, si asíocurriera, el ideal de un Estado desideologizado es­taría mucho más cerca.

Bibliografía

Baztarrika, P.; Eizagirre, x.; Ibarru. A.; Oiangurcn. J.(1992): Zer da zielltzi teoria delako hori? Egungo zient­siaren [iiosoiiarako sarrem. Bilbo, Servicio EditorialUPV/EHU.

136 PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLOGIA y SOCIEDAD

Bchcvcrrta, J. (1989): Introducción a la metodaíogia de laciencia. La fllasorfa de la ciencia en el siglo XX. Barce­lona: Barcanova.

Feyerabcnd, P. K. (1970); "Expertos en una sociedad li­bre", en ¿Por qué no Platón? Madrid: Tecnos, 31-56.

- (1978): Science in a Free Society. Londres: NLB (Laciencia en una sociedad libre. Madrid: Siglo XXI, 1982).

- (1984): Farewell to Reason. Londres: Routledge and Ke­gan Paul (Adiós a la razón. Madrid: Tecnos, 1984).

Page 124: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

15

Foucault y la muerte del hombre:individuo y podercomo tecnologías

Ignacio Ayestarán ÚriZ

1. Metodología: genealogía y arqueología

L a obra del pensador francés Michel Foucault(1926-1984) ha desentrañado la cultura de Oc­

cidente como una tecnología que controla a los in­dividuos que en ella se mueven y reproducen. Fou­cault emplea como metodología la crítica culturalde Nietzsche, esto es, la genealogía y la arqueología:

«Llamamos genealogía al acoplamiento de losconocimientos eruditos y de las memorias localesque permite la construcción de un saber históricode la lucha y la utilización de ese saber en las tácti­cas actuales.

(...) La genealogía seria, pues, oposición a losproyectos de una inscripción de los saberes en la jc­rar-qufa del poder propia de la ciencia, una especiede tentativa para liberar a los saberes históricos delsometimiento, es decir, hacerlos capaces de oposi­ción de lucha contra la coacción de un discurso te­órico, unitario, formal y científico. La reactivaciónde los saberes locales -menores, diría Deleuze­contra la jcrarquización científica del conocimien­to y sus efectos intrínsecos de poder: éste es el pro­yecto de esta genealogía en desorden, fragmenta­ria. Para decirlo brevemente, la arqueología seria el

método propio de los análisis de las discursivida­des locales, y la genealogía la táctica que a partir deestas díscursívídades locales así descritas, pone enmovimiento los saberes que no emergían, liberadosdel sometimiento» '.

2. TIpos de tecnologías según Foucault

FoucauIt, desde su genealogía cultural, se dedicómayormente a desenmascar el entrelazamiento dediversas tecnologías que nos han constituido a lolargo de la historia de Occidente. Estas tecno-onto­logias que forman nuestro ser las dividía en cuatrogrupos, tal y como nos relata autobiográficamente enel otoño de 1982. año y medio antes de su muerte:

«Mi objetivo, desde hace más de veinticincoaños, ha sido el de trazar una historia de las dife­rentes maneras en que, en nuestra cultura, los hom­bres han desarrollado un saber acerca de sí mismos:economía, biología, psiquiatría, medicina y penclo-

1 Curso pronunciado por Míchel Foucault en el Collegc deFrance el 14 de enero de 1976, en Michel Foucault: Microiisioadel poder. Trad. Julia Varcla y Fernando Álvarez-Uría. Madrid:La Piqueta, 1979, pp. 125-137. Cita pp. 130-131.

PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLOGIA y SOCIEDAD 137

Page 125: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

gfa. El punto principal no consiste en aceptar estesaber como un valor dado, sino en analizar estas lla­madas ciencias como "juegos de verdad" específi­cos, relacionados con técnicas específicas que loshombres utilizan para entenderse a sí mismos.

A modo de contextualización debemos com­prender que existen cuatro tipos principales de es­tas "tecnologías", y que cada una de ellas represen­ta una matriz de la razón practica: 1) tecnologíasde producción, que nos permiten producir, trans­formar o manipular cosas; 2) tecnologías de siste­mas de signos, que nos permiten utilizar signos,sentidos, símbolos o significaciones: 3) tecnologíasde poder, que determinan la conducta de los indi­viduos, los someten a cierto tipo de fines o de do­minación, y consisten en una objetivación del suje­to; 4) Tecnologías del yo, que permiten a los indivi­duos efectuar, por cuenta propia o con la ayuda deotros, cierto número de operaciones sobre su cuer­po y su alma, pensamientos, conducta, o cualquierforma de ser, obteniendo así una transformaciónde sí mismos con el fin de alcanzar cierto estado defelicidad, pureza, sabiduría o inmortalidad.

Estos cuatro tipos de tecnologías casi nuncafuncionan por separado, aunque cada una de ellasesté asociada con algún tipo particular de domina­ción. Cada una implica ciertas formas de aprendi­zaje y de modificación de los individuos, no sólo enel sentido más evidente de adquisición de ciertashabilidades, sino también en el sentido de adquisi­ción de ciertas actitudes. Quise mostrar a la vez sunaturaleza específica y su constante interacción. Esevidente, por ejemplo, la relación entre la manipu­lación de las cosas y la dominación en El Capital,de Karl Marx, donde cada técnica de producciónrequiere la modificación de la conducta individual,no sólo de las habilidades sino también de las acti­tudes.

Habitualmente, se usan las dos primeras tecno­logías en el estudio de las ciencias y de la lingüísti­ca. Han sido las dos últimas, las tecnologías del do­minio y del sujeto, las que más han requerido miatención. He intentado elaborar una historia de laorganización del saber respecto a la dominación yal sujeto. Estudié la locura no con los términos delcriterio de las ciencias formales, sino para mostrarcómo, mediante este extraño discurso, era posibleun cierto tipo de control de los individuos dentro yfuera de los asilos. Este contacto entre las tecnolo­gías de dominación de los demás y las referidas auno mismo es lo que llamo gobernabilidad.

Quizás he insistido demasiado en el tema de latecnología de la dominación y el poder. Cada vezestoy más interesado en la interacción entre unomismo y los demás, así como en las tecnologías dela dominación individual, la historia del modo enque un individuo actúa sobre sí mismo, es decir, enla tecnología del yo»'.

Así pues, su proyecto genalógico presenta siem­pre elementos de estas tecnologías, a partir de lascuales se pueden reorganizar los objetivos foucaul­tianos. El propio Foucault clasificaba su propiaobra genealógica, dos años antes de su muerte, dela siguiente manera:

«Tres ámbitos de genealogía son posibles. Enprimer lugar una ontología histórica de nosotrosmismos en relación a la verdad a través de la cualnos constituimos en sujetos de conocimiento; ensegundo lugar una ontología histórica de nosotrosmismos en relación al campo de poder a través delcual nos constituimos en sujetos que actúan sobrelos otros; en tercer lugar una ontología histórica enrelación a la ética a través de la cual nos constitui­mos en agentes morales.

Existen pues tres ejes posibles de genealogía.Los tres estaban presentes, aunque de un modo untanto confuso, en mi libro Historia de la locura enla época clásica. He estudiado el eje de la verdad enEl nacimiento de la clínica: una arqueología de lamirada médica y en El orden del discurso. He estu­diado la praxis del poder en Vigilar y castigar, y larelación ética en la Historia de la sexuaíidad» '

Ateniéndonos a esta declaración obtendríamosel siguiente resumen temático de sus obras:

¡ «Technologies of the Self». en Luther H. Martin, HuckGutman y Patrick H. Hutton (eds.), Technologies ofthe Self, «ASeminar with Michel Foucault», Londres, Tavistock, 1988, pp.16-49 {e'Tecnclogías del yo>, en Michel Foucault: Tecnologíasdel yo y otros textos afines. Trad. Mercedes Allendesalazar. Bar­celona: Paidós, 1990, pp. 45-94. Cita pp. 47-49).

, -On rhe Genealogy of Ethics: An Overview ofWork in Pro­gress>- Entrevista publicada originalmente en Hubert L. Drey­fus y Paul Rabinow (1983): Michel Foucault: Beyond Structura­íísm and Hermenutics, 2" ed., Chicago: Chícago Univer'sityPress, pp. 229-252 (<<El sexo como moral», en Michel Foucault:Saber y verdad. Trad. Julia Varela y Fernando Álvarez-Uria. Ma­drid: La Piqueta, 1991, pp. 185-195. Citamos p. 194).

138 PARA COMPRENDER CIENCIA. TECNOLOG/A y SOCIEDAD

Page 126: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

3. La técnica como redesde poder

A partir de las ontologías occidentales que nosconstituyen y sus diversas tecnologías, ya no se tra­ta de juzgar sólo el poder como represión, la con­cepción decimonónica del poder, según la cual. elpoder es esencialmente aquello que dice «tú no de­bes», aquello que nos constriñe y reprime, sino quehasta nuestra misma esencia individual, nuestro de­seo, es convertido en una muestra de ese poder quenos recorre, que nos crea y que creamos a un mis­mo tiempo.

«En resumen, lo que podemos encontrar en ellibro 11 del Capital [de Marx] es, en primer lugar,que en el fondo no existe Un poder, sino varios po­deres, Poderes, quiere decir, formas de domina­ción, formas de sujeción que operan localmente,

TEMAS

Ontología de nosotrosmismos en relación a laverdad por la que nosconstituimos en sujetosde conocimiento.

Ontología de nosotrosmismos en las relacio-nes de poder que nosconstituyen en sujetosque aúúan sobre losdemás.

Ontología de nosotrosmismos en la relación¿rica por la que no,constituimos en sujetosde acción moral.

OBRAS

- Desde Historia de lalocura (1961) hasta Elorden del discurso(1971), pasando porEl nacimiento de laclínica: (1963), Las pa-labras y la, cosas(1966) 1 La arqueo-logia de saber (1969).

-Además do Historiado la locura (1961),aquí se incluiría, máso menos. el período1971-1977, en el quedestaca especialmen-te Vigilar y castigar: elnacimiento de la pri-SiÓ1J (1975).

-Además do Historiad, la locura (1961),abarcarla '0 últimaobra, incompleta tras'o muerte: lo, tresvolúmenes de Histo-ria d, la sexualidad(1976-1984).

por ejemplo, en una oficina, en el ejército, en unapropiedad de tipo esclavista, o en una propiedaddonde existen relaciones serviles. Se trata siemprede formas locales, regionales de poder, que poseensu propia modalidad de funcionamiento, procedi­miento y técnica. Todas estas formas de poder sonheterogéneas. No podemos entonces hablar de po­der, si queremos hacer un análisis de poder, sinoque debemos hablar de los poderes o intentar loca­lizarlos en sus especificidades históricas y geográ­ficas" '.

Es en este punto donde se movieron las estrate­gias foucaultianas, y que él resumía en su estudiode las tecnologfas del yo, con las siguientes pala­bras:

«Lo que he estudiado han sido tres problemastradicionales: t) ¿cuáles son las relaciones que te­nemos con la verdad a través del conocimientocientífico, con esos "juegos de verdad" que son tanimportantes en la civilización y en los cuales so­mos, a la ver, sujeto y objeto?: 2) ¿cuáles son las re­laciones que entablamos con los demás a través deesas extrañas estrategias y relaciones de poder?; y3) ¿cuáles son las relaciones entre verdad, poder eindividuo?

Me gustaría acabar todo esto con una pregunta:¿qué podría ser más clásico que estas preguntas ymás sistemático que la evolución a través de laspreguntas uno, dos y tres, y vuelta a la primera? Meencuentro justamente en este punto»'.

Ahora bien, responder a estas preguntas conlle­va desechar los análisis del poder habituales, la ma­yoría de ellos heredados de las ideologías del sigloXIX, Por ello, Foucault marca una lucha contra cua­tro formas de analizar el poder, a saber:

4 «Las redes del poder», conferencia pronunciada en 1976en la Universidad de Brasil, en Michd Foucault: Las redes delpoder. Trad. Esther Díaz. Buenos Aires: Almagesto, 1993, pp.50-72. Citamos p. 56.

, «Truth, Powcr, Self: An Interview with Michel Foucault»,realizada por Ruth Martín el 25 de octubre de 1982, en LutherH. Martin, Huck Gutman y Patrick H. Hutton (eds.). Technolo­gies ofthe Self, «ASeminar with Michel Foucault s, Londres, Ta­vistock, 1988, pp. 9-15 (<<Verdad, individuo, poder. Una entre­vista con Michel Foucault», en Michel Foucault: Tecnologías delyo y otros textos a[ines. Trad. Mercedes Allendesalazar. Barcelo­na: Paidós, 1990, pp. 141-150. Cita p. 150).

PARA COMPRENDER CIF.NCIA, TECNOLOclA y SOCIEDAD 139

Page 127: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

«1. El esquema teórico de la apropiación del Po­der, es decir, esa idea de que el Poder sería algo quese posee -que algunos poseen y otros no poseen-ol.)

2. El tema de la localización del Poder, es decir,esa idea de que el poder político se encuentra siem­pre localizado en un determinado número de ele­mentos y esencialmente en los Aparatos de Estado.El tema, en suma, de la adecuación entre las formasde Poder y las estructuras políticas.

3. El tema de la subordinación. Esa idea de que elPoder es un cierto modo de mantener, de recondu­cir; de reproducir un modo de producción, es decir,que el poder se hallaría siempre subordinado a unmodo de producción que seria, si no históricamen­te, analíticamente al menos, dado con anterioridad.

4. El tema según el cual el poder no podria enmodo alguno producir, en el orden del conocimien­to, más que efectos ideológicos» 6.

Las respuestas y críticas de Foucault a estas for­mas de analizar el poder son las siguientes, respec­tivamente:

«1. El poder no se posee, se ejerce en todo el es­pesor y sobre toda la superficie del campo social, se­gún un sistema de relés, de conexiones, de transmi­siones, de distribuciones, etc.

El poder se ejerce a través de elementos tenues:la familia, las relaciones sexuales, pero también: elalojamiento, la vecindad, etc. En la más íntima ca­pilaridad en que uno se sitúe en el tejido social en­cuentra el Poder como algo que "sucede", que seejerce, que se efectúa.

(...) el poder es siempre una cierta forma de en­frentamientos instantáneos y continuamente renova­dos entre UH cierto número de individuos. El Poderno se posee pues se juega constantemente, se ames­ga. El Poder se gana como una batalla y se pierde de

• «Power and Norm: Notes», en M. Morrisy P. Patton (eds.):Michel Foucault: Power, Truth, and Stralegy. Sidney, Feral Pu­blications, 1979, pp. 59-66 (<<El poder y la norma». Trad. RamónMaíz, en R. Maíz (comp.): Lecturas sobre Michel Foucauit, San­tiago de Compostela, Universidad de Santiago, 1987, pp. 211­216.Citap.211).

140 PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLOG/A y SOCIEDAD

igual forma. Es una relación bélica y no una rela­ción de apropiación la que se halla en el núcleo delPoder.

El poder no se encuentra nunca total, entera­mente de una parte. No se sitúan de un lado aque­llos que «tienen" el poder, y de otro aquellos que nolo tienen en absoluto. La relación con el poder no secontiene en el interior de un esquema de pasividad­actividad.

Ciertamente existe, en el campo social, «una cla­se" que, estratégicamente, ocupa un lugar privile­giado y que puede imponerse, acumular victorias yobtener en su beneficio un efecto de sobrepoder. Pe­ro tal efecto no pertenece nunca al orden de la so­breposesión o del sobrebeneficio. El poder no esnunca monolítico. Nunca se halla enteramente con­trolado desde un determinado punto de vista. A ca­da instante, el poder se juega en pequeñas partidassingulares.

(...)

2. El poder no puede ser descrito como algo quese hallaría localizado en los aparatos de Estado. In­cluso no seria suficiente decir que los aparatos deEstado son el resultado de una lucha interior o ex­terior.

El Aparato de Estado es una forma concentrada-una estructura de apoyo- el instrumento de un sis­tema de poderes que lo desbordan ampliamente.Por ello, en la práctica, ni el control, ni la destruc­ción del Aparato de Estado resultan suficientes pa­ra la desaparición o transformación de un determi­nado tipo de poder.

La relación entre los aparatos de Estado y el sis­tema de poderes en el interior del cual se insertan yfuncionan se ilustra cuando se observa el aparatopolicial de la monarquía francesa. Aquel aparato deEstado se hallaba profundamente imbricado en elinterior de un sistema de Poder. No han existido«lettres de cachet» y el aparato policial no ha podi­do funcionar más que en la medida en que éste úl­timo se hallaba engranado en un sistema de pode­res dispersos en la autoridad paterna, las comuni­dades locales y religiosas.

( ... )

Page 128: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

.--- .--

PARA CO,I-1PRé,VUél< CIENCIA, TF.('.·\,O/J)C!A y SOClHiAli

\

141

Page 129: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

3. Si se otorga a los sistemas de Poder esta ex­tensión, resulta preciso localizar e! funcionamientomismo de! Poder a un nivel más profundo. A partirde entonces no se podrá comprender el Poder comoel garante de un modo de producción, funciona enel corazón mismo del modo de producción. Hemosmostrado cómo el funcionamiento de los instru­mentos de secuestración (fábricas, prisiones, cajasde previsión, asilos ...) no eran la garantía de un mo­do de producción, sino la constitución misma de unmodo de producción. En efecto, el fin primero delsecuestro era la sujección del tiempo al tiempo de laproducción.

( ... )Si es verdad que la estructura económica caracte­

rizada por la acumulación de capital tiene por pro­piedad transformar la fuerza de trabajo en fuerzaproductiva, la estructura de Poder que toma la formade la secuestración tiene por finalidad transformar eltiempo de la vida en fuerza-trabajo. La secuestraciónes el correlativo en términos de Poder de la acumu­lación de capital en términos económicos.

Es falso decir «con cierto posthegeliano céle­bre», que la existencia concreta del hombre es eltrabajo. Pues la vida y el tiempo del hombre no son,por naturaleza, trabajo, son más bien: placer dis­continuidad, fiesta, reposo, necesidades, azares,apetitos, violencias, depredaciones, etc. Toda estaenergía explosiva, instantánea y discontinua debeser transformada por el capital en fuerza de trabajocontinua y continuamente ofrecida en el mercado.El capital debe sintetizar la vida en fuerza de traba­jo lo que implica, de un modo u otro, una Coerción:la del sistema de secuestración. La astucia de la so­ciedad industrial fue retomar la vieja técnica em­pleada en la reclusión de los pobres para ejercer es­ta coerción.

La reclusión de los pobres era en los siglos XVII yXVlll, una manera de fijar a aquellos que, en virtudde la ociosidad, escapaban a las fijaciones geográfi­cas, a través de las que operaba el ejercicio de la so­beranía. Esta antigua institución se generalizarápara toda la sociedad y será utilizada para vinculara los individuos a los aparatos sociales vehiculandoasí la secuestración que resultará constitutiva delmodo de produccción capitalista.

142 PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLoclA y SOCIEDAD

4. El Poder no se encuentra encerrado en la al­ternativa: violencia o ideología.

De hecho, todo punto de ejercicio del poder es, almismo tiempo, un lugar de formación de saber. Y vi­ceversa, todo saber establecido permite y asegura elejercicio de un poder. Dicho de otra manera, no esde recibo oponer lo que se hace a lo que se dice» 7.

Así confirma:

«El poder tiene que ser analizado como algo quecircula, o mlis bien, como algo que no funciona sinoen cadena. No está nunca localizado aquí o allí, 1/0

está nunca en las manos de algunos, no es un atri­buto como la riqueza o un bien. El poder funciona,se ejercita a través de WJa organización reticular. Yen sus redes no sólo circulan los individuos, sino queademás están siempre en situación de suiriro de ejer­citar ese poder, no son nunca el blanco inerte o con­sintiente del poder ni son siempre los elementos deconexión. En otros términos, el poder transita trans­versalmente, no está quieto en los individuos.

No se trata de concebir al individuo como una es­pecie de núcleo elemental, átomo primitivo, materiamúltiple e inerte sobre la que se aplicaría o en contrade la que golpearíael poder. En la práctica, lo que ha­ce que un cuerpo, unos gestos, unos discursos, unosdeseos sean identificados y constituidos como indi­viduos, es en sí uno de los primeros efectos del poder.El individuo no es el vis-a-vis del poder; es, pienso,uno de sus primeros efectos. El individuo es un efec­to del poder, y al mismo tiempo, o justamente en lamedida en que es un efecto, el elemento de conexión.El poder circula a través del individuo que ha cons­tituido» '.

Frente al Leviatán de Hobbes y las concepcionesjurídico-políticas modernas e ilustradas, para lascuales el sujeto jurídico es un átomo, Foucault pro­pone la estrategia contraria:

«Asir la instancia material del sometimiento entanto que constitución de los sujetos. Sería exacta-

, Op. cü., pp- 211-213.

, Curso pronunciado por Michel Foucault en el College deFrance el 14 de enero de 1976, en Michel Foucault: Microftsicadel poder. Trad. Julia Varela y Fernando Álvarez-Uría. Madrid:La Piqueta, 1979, pp. 139-152. Cita p. 144.

Page 130: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

mente lo contrario de lo que Hobbes quiso hacer enel Leviatán, y en el fondo, creo, de lo que hacen to­dos los juristas, para los que el problema es sabercómo, a partir de la multiplicidad de los individuosy de las voluntades. puede formarse una voluntadúnica, o mejor. un cuerpo único. accionado por unalma que sería la soberanfa-".

4. El sujeto como producto del poder:del cristiauismo al Estado moderno

Dos años antes de su desaparición, Foucault ex­plica por qué ha estudiado con tanta dedicación elpoder. La razón de semejante esfuerzo ha sido des­velar el funcionamiento del individuo como unatecnología en manos de esos poderes: "Me gustaríahablar, ante todo, de cual ha sido el objetivo de mitrabajo durante estos últimos veinte años. Mi obje­tivo no ha sido analizar los fenómenos del poder nisentar las bases de tal análisis. He pretendido másbien elaborar una historia de los diferentes modosde subjetívacíon del ser humano en nuestra cultura;desde esta óptica he tratado de tres modos de obje­tivación que transforman a los seres humanos ensujetos.

Figuran, en primer lugar, los diferentes modosde investigación que pretenden alcanzar un estatu­to de ciencia; pienso, por ejemplo, en la objetiva­ción del sujeto que habla, en la gramática general,en la filología y en la lingüística. O también, situa­do en el primer ámbito, en la objetivación del suje­to productivo, del sujeto que trabaja operando en laeconomía y en el análisis de las riquezas. O aúnmás, por poner un tercer ejemplo, en la objetiva­ción que por el hecho de ser viviente se opera en lahistoria natural o en la biología.

En la segunda parte de mi trabajo he estudiadola objetivación del sujeto en lo que yo denominaríalas "prácticas que dividen». El sujeto está dividido,ya sea en su propio interior, ya sea en relación a losdemás. Este proceso de división lo convierte en unobjeto. La separación entre el loco y el hombre demente sana, entre el enfermo y el individuo que go-

, Op. cir., p. 143.

za de buena salud, entre el criminal y el "hombre­sensato» ilustra esta tendencia.

Finalmente he intentado estudiar -y éste es mttrabajo actual-la manera en que un ser humano setransforma en sujeto; he orientado mis investiga­ciones hacia la sexualidad, hacia el modo medianteel cual el hombre ha aprendido a reconocerse a símismo como sujeto de una "sexualidad"" 10.

y añade: «No es, pues, el poder; sino el sujeto loque constituye el tema general de mis investigacio­nes.

Es cierto que me he visto obligado a interesar­me de cerca por la cuestión del poder. (.. .) Sin em­bargo, en 10 que respecta a las relaciones de poderno existía ningún instrumento definido; poseíamosformas de pensar el poder que se apoyaban sobremodelos jurídicos (¿qué es lo que legitima el po­der?) o, sobre modelos institucionales (¿qué es elEstado?). Era, pues, necesario ampliar las dimen­siones de una definición para estudiar la objetiva­ción del sujeto» 11.

Esta imbricación de sujeto y poder en OccidenteFoucault 10 ve como una herencia del cristianismo,asumida y reforzada por el Estado moderno, en unsistema que el pensador francés denomina «pasto­ral»: «c. ..) una nueva forma de poder político se hadesarrollado de manera continua desde el siglo XVI.Esta nueva estructura política es, como todo elmundo sabe, el Estado. (...) Pienso que nunca en lahistoria de las sociedades humanas -incluida la vie­ja sociedad china- ha existido, en el interior de lasmismas estructuras políticas, una combinación tancompleja de técnicas de individualización y de pro­cedimientos totalizadores. Ello se debe al hecho deque el Estado occidental moderno ha integrado, ba­jo una forma política nueva, una vieja técnica depoder nacida de las instituciones cristianas. Esta

,o «Pourquoi étudier le pouvoír: la qucstion du suject», enH. L. Dreyfus y P. Rabinow: Michel Foucault, un parcours phi­íosophíque, París, Gallimard, 1982 (.Por qué estudiar el poder:la cuestión del sujeto", trad. Fernando Álvarez-Uria, en C. W.Mills et alii: Materiales de suciología crítica. Madrid: La Piqueta,1986. pp. 25-36, Cita pp. 25-26).

" Op. cit., p. 26.

PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLOG!A y SOCIEDAD 143

Page 131: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

técnica de poder podemos denominarla el poderpastoral.

(... )El cristianismo es la única religión que se ha or­

ganizado en Iglesias. En este sentido, postula en te­oría que ciertos individuos son aptos, en razón desu calidad religiosa, para servir a los otros no entanto que príncipes, magistrados, profetas, adivi­nos, benefactores o educadores, sino en tanto quepastores. Esta palabra designa, sin embargo, unaforma muy particular de poder.

1. Es una for-ma de poder cuyo objetivo final esasegurar la salvación de los individuos en el otromundo.

2. El poder pastoral no es simplemente una for­ma de poder que ordena. Debe estar también dis­puesto a sacrificarse por la vida y la salvación delrebaño. (...)

3. Es una forma de poder que no se preocupasolamente del conjunto de la comunidad, sino decada individuo particular durante toda su vida.

Y, en fin, esta forma de poder no se puede ejer­cer sin saber lo que sucede en la mente de cada uno,sin explorar sus almas, sin forzarlas a revelar susmás íntimos secretos. Ello implica un conocimien­to de la conciencia y una aptitud para dirigirla.

Esta forma de poder está orientada a la salva­ción (en oposición al poder político). Es oblativa(en oposición al principio de soberanía) e indívi­dualizante (en oposición al poder jurídico). Es co­extensiva a la vida y a su prolongación; está ligadaa una producción de la verdad; la verdad del indivi­duo mismo.

Me dirán que todo esto pertenece al pasado. Lapastoral si no ha desaparecido ha perdido al menoslo esencial de su eficacia. Es verdad, pero piensoque hay que distinguir entre dos aspectos del poderpastoral: la institucionalización eclesiástica que hadesaparecido, o al menos ha perdido su vigor desdeel siglo xvm, y la función de esta institucionaliza­ción que se ha extendido y desarrollado fuera de lainstitución eclesiástica. Hacia el siglo XVII se produ­jo un fenómeno importante: una nueva distribu­ción, una nueva organización de ese tipo de poder

144 PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLOGtA y SOCIEDAD

individualizante. No creo que haya que consideraral «Estado Moderno» como una entidad que se hadesarrollado menospreciando a los individuos, ig­norando quiénes son y hasta su existencia, sino másbien como una estructura muy elaborada en la quelos individuos pueden ser integrados con una con­dición: que se asigne a esta individualidad una for­ma nueva y que se la someta a un conjunto de me­canismos específicos. En un sentido se puede ver enel Estado una matriz de la individualización o unanueva forma de poder pastoral.

Quisiera añadir algunas palabras a propósito deeste nuevo poder pastoral.

1. Se observa, en el curso de su evolución uncambio objetivo. Se pasa de la preocupación porconducir a las gentes hacia la salvación en el otromundo a la idea de que hay que conseguirla en es­te mundo. Y en este contexto la palabra «salva­ción» adquiere diversos sentidos: quiere decir sa­lud, bienestar (es decir, nivel de vida correcto, re­cursos suficientes), seguridad, protección contralos accidentes. Una serie de objetivos «terrestres"reemplazan a las finalidades religiosas de la pasto­ral tradicional tanto más fácilmente cuanto que és­ta, por diversas razones, se asignó siempre acceso­riamente algunos de esos objetivos; basta recordarel papel de la medicina y su función social asegu­rados durante largo tiempo por las iglesias católicay protestante.

2. Se ha asistido al mismo tiempo a un reforza­miento de la administración del poder pastoral.Unas veces esta forma de poder ha sido ejercida porel aparato de Estado, o, al menos, por una institu­ción pública como la policía. (No olvidemos que lapolicía ha sido inventada en el siglo XVIII no sólo pa­ra velar por el mantenimiento del orden y de la ley,y para ayudar a los gobiernos a luchar contra susenemigos, sino también para asegurar el aprovisio­namiento de las ciudades, proteger la higiene y lasalud, así como todos los criterios considerados ne­cesarios para el desarrollo de la artesanía y el co­mercio). En ocasiones el poder ha sido ejercido porempresas privadas, sociedades de asistencia, y, deun modo general, por los filántropos. Por otra par­te, viejas instituciones tales como la familia se hanvisto también movilizadas para desempeñar igual-

Page 132: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

mente funciones pastorales. En fin, el poder se haejercido mediante estructuras complejas tales comola medicina que englobaba a la vez las iniciativasprivadas (la venta de servicios en virtud de la eco­nomía de mercado) y otras instituciones públicascomo los hospitales.

3, Por último, la multiplicación de los objetivosy de los agentes del poder pastoral ha permitidocentrar el desarrollo del saber sobre el hombre entorno a dos ejes: uno, globalizante y cuantitativo,concerniente a la población; otro, analítico, concer­niente al individuo.

Una de las consecuencias es que el poder pasto­ral, que ha estado ligado durante siglos (de hechodurante más de un milenio) a una institución reli­giosa muy particular, se hizo extensivo al conjuntodel cuerpo social y ha encontrado apoyo en unamultitud de instituciones. En lugar de existir un po­der pastoral y un poder político más o menos liga­dos entre sí. más o menos rivales, se ha desarrolla­do una «táctica» individualizante característica detoda una serie de poderes múltiples: la familia, lamedicina, la psiquiatría, la educación, los empresa-. ,-nos..." "

5. Elbiopoder: la muerte de Franco"

Las últimas obras de Foucault habían penetradodentro de la lógica de las tecnologías del dominio ydel sujeto, del poder y del yo, de donde extrajo suidea de la gobemabiiídad o gubemamentalidad" co­mo el contacto entre las tecnologías de dominaciónde los demás y las referidas a uno mismo en mutuaimbricación. Esta forma de análisis del poder comopastoral sobre los gobernados no estudia ya el poder

" 0r. cit., pp. 32-35.

" Lo referente a esta sección lo hemos abordado con mavordetenimiento en Ignacio Ayestarán Úriz: «Tecnologías -delapartheid: Poucault. Wittgenstein, Negr¡», DAIMQN, Revista deFilosofía, n. 11, 1995: 47-58.

" «La "gouvernamcntalitá'!», AUI-Aut, 1978, n. 167-168: 12­29 (.La gubernamentalidad», en M. Foucault et al.: Espacios dePoder. Trad. Julia Yarela y Fernando Álvarez-Urfa. Madrid, LaPiqueta, 1991, pp. 9-26).

como una sustancia, sino como un tipo particularde relaciones entre individuos, por el que unoshombres determinan la conducta de otros, con elgobierno de los hombres por los hombres medianteuna forma de racionalidad (no tanto como violenciainstrumental). Se trata de escrutar la racionalidadpolítica que desde la pastoral hasta la razón de Es­tado y sus instituciones permite al mismo tiempoun factor de individualización y un principio totali­tario, omnes el síngulatim ".

El Estado sólo es el efecto móvil de un régimende gubernamentalidad múltiple. Una de las formasde esta gubernamentaJidad es la del bio-poder, elpoder sobre la vida, que se vincula tanto a la anato­mopolítica del cuerpo humano como máquina dis­ciplinada (iniciada en el siglo xvn) como al cuerpoen tanto que especie de una población a regular enuna biopolítica y economía demográficas (a partirdel siglo XVIII). Esta Iorma de biopoder ya no seocupa de matar sino de invadir la vida ". Se produ­ce un desplazamiento en el ejercicio del poder, des­plazamiento inédito hasta prácticamente el sigloxx, aunque su origen se remonte al XVIIl. El poderno se inviste con la figura del soberano que posee elderecho a decretar la muerte de otro sino que cadavez más se instaura el derecho de intervenir parahacer vivir y controlar los riesgos demográficos, desalud e higiene pública, del control de la población,tal y como lo atestigua un caso histórico comenta­do por el mismo Foucault y que atañe a la recientehistoria de España:

"Para ilustrar todo esto lomemos como ejem­plo la muerte de Franco. Se trata de un hecho in­teresante por Jos valores simbólicos que pone enjuego ya que quien había ejercido el derecho sobe­rano de vida o muerte, en el momento en que élmismo va a morir, entra en esa especie de nuevo

" «Omnes el slngulattm: Towards a Críncísm of PoliticalReason», Thc Tanner tecuoes 011 Human Values. Vol. 2. TheUniversiry of Utah Prcss, 1981: 225-254 (eOmnes et singulatim:Hada una crítica de la razón política». en M. Foucault, Tecno­logias del yo y otros textos afines, Barcelona, Paídós, 1990, pp.95-140. Seguimos pp. 138-140).

" Histoíre de la sexualité. Vol. 1. La volonté de savoír. París,Gallimard, 1976 (Historia de la sexualidad l. La Voluntad de Sa­ber, México, Siglo XXI, 1977, pp. 168-173).

PARA COMPRENDER CIENCIA. TECNOLOGfA y SOCIEDAD 145

Page 133: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

campo de poder sobre la vida que consiste no sóloen hacer vivir al individuo, sino en hacerlo vivirmás allá de su propia muerte. Esto sucede graciasa un poder que no es sólo proeza científica: estambién ejercicio efectivo de! biopoder políticoinstaurado en e! siglo XIX. Hasta tal punto se pue­de hacer vivir a los individuos que se llega a ha­cerlos vivir hasta en el momento en que, biológi­camente, deberían estar muertos desde hace mu­cho tiempo. De este modo e! que había ejercido elderecho absoluto de vida o muerte sobre centenasde miles de personas, él mismo, llega a ser presade un poder que considera tan poco a la muertecomo para no darse cuenta de que ya estaba muer­to y que se 10 hada vivir después de su muerte.Creo por tanto que el choque entre el sistema depoder de la soberanía y el de la regulación de la vi­da está simbolizado en este minúsculo y felizacontecimiento» ".

6. Ética de la lucha antifascista:la muerte del hombre

La expansión del biopoder, con el racismo comobandera señera, nos reduce a todos a ser partícipesde tecnologías de apartheid. que parecen haber al­canzado su cenit en este siglo. Hoy más que nuncaes necesaria la resistencia contra la opresión discri­minatoria, aunque, como decía el primer Informedel Grupo de Información sobre las Prisiones porboca de Foucaulr. «ninguno de nosotros tiene la se­guridad de que se librará de la cárcel. Hoy en día to­davía menos que nunca. La trama policial se va ce­rrando en tomo a nuestras vidas cotidianas; en lacalle y en las carreteras; en tomo a los extranjeros yen tomo a los jóvenes, el delito de opinión ha vuel­to a surgir, las medidas antidroga multiplican la ar­bitrariedad. Vivimos bajo el signo de la "vigilancia".Nos dicen que la justicia está desbordada. Ya noshabíamos dado cuenta. Pero ¿y si fuera la policía laque la ha desbordado? Nos dicen que las cárceles

L7 Genealogía del racismo. De la guerra de las razas al racis­nw de Estado. Trad. Julia Varela y Fernando Álvarez-Urfa. Ma­drid: La Piqueta, 1992, p. 257. Este texto es la transcripción deun curso impartido por Michel Foucault en el College de Fran­ce en 1975-76.

146 PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLOG1A y SOCIEDAD

están superpobladas. Pero ¿y si fuera la poblaciónla que está superencarcelada?» 18.

Esta situación obedece a la elaboración de unser específico. El objetivo de Foucault es desenmas­carar cómo se ha constituido ese ser que llamamos'hombre' en Occidente:

«Determinar en sus diversas dimensiones lo queha debido ser en Europa, desde el siglo XVII, el mo­do de existencia de discursos, y singularmente delos discursos científicos (sus reglas de formación,con sus condiciones, sus dependencias, sus trans­formaciones), para que se constituya el saber quehoyes el nuestro y, de un modo más preciso. el sa­ber que ha tomado como dominio este curioso ob­jeto que es el hombre» ".

La resistencia de Foucault es el combate contrael Molo del humanismo:

«Cierra idea o modelo de humanidad ha ido de­sarrolldndose a través de estas distintas prácticas-psicolágica, médica, penitencial, educacional- yahora la idea de hombre se ha vuelto normativa, evi­dente, y supuestamente universal. (...) Lo que llama­mos humanismo ha sido utilizado por marxistas, li­berales, nazis, católicos. (...) Lo que me asusta delhumanismo es que presenta cierta forma de nuestraética como modelo universal para cualquier tipo delibertad. Me parece que hay mas secretos, más liber­tades posibles y mds invenciones en nuestro futurode lo que podemos imaginar en el humanismo, tal ycomo está representado dogmáticamente de cada la­do del abanico político: la izquierda, el centro, la de­recha»".

" Grupo de Información sobre las Prisiones, Mayo t 971.Cit. en Eríbon, D.: Michel Foucault, Barcelona, Anagrama, 1992,pp. 275-276.

" «Réponse a une questíon», Esprit 371, mayo de 1968, pp.850-874. pp. 44-45 (en Michel Foucault: Las redes del poder.Trad. Fernando Crespo. Buenos Aires: Almagesto, 1993, pp. 13·47. Citamos pp. 44-45)

10 «Truth, Power, SeJf:An Interview with MicheJ Foucault»,realizada por Ruth Martín el 25 de octubre de 1982, en LutherH. Martin, Huck Gutman y Patrick H. Hunon (eds.}, Technolo­gles ofthe Self, «A Seminar with Míchel Fnucault», Londres, Ta­vistock, 1988, pp. 9-15 (everdad. individuo, poder. Una entre­vista con Michel Foucault», en Michel Foucault: Tecnologías delyo y otros textos afines.Trad. Mercedes Allendesalazar. Barcelo­na: Paidós, 1990, pp. 141-150. Cita pp. 149-150).

Page 134: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

«[Es el humanismo quien es abstracto! Todosesos suspiros del alma, todas esas reivindicacionesde la persona humana, de la existencia, son abstrac­tas, es decir, están separadas del mundo cientüica ytécnico que es a fin de cuentas nuestro mundo real.Lo que me irrita del humanismo es que además es elparapeto tras el que se refugia el pensamiento másreaccionario, el espacio en e! que se asientan alian­zas monstruosas e impensables (...). ¿En nombre dequé? ¡Del hombre'! ¡Quién se atreveria a hablar malde! hombre! Pues bien, el esfuerzo que realizan ac­tualmente personas de nuestra generación no consis­te en reivindicar al hombre contra el saber y contrala técnica, sino que consiste precisamente en mos­trar que nuestro pensamiento, nuestra vida, nuestramanera de ser, hasta la forma de ser más cotidiana,[crman parte de la misma organización sistemática ypor tanto entran de lleno en las mismas categoriasque e! mundo cientüico y técnico. Es el «corazón hu­mano" 10 que es abstracto mientras que nuestra in­vestigación, que quiere ligar al hombre con la cien­cia, con sus descubrimientos, con su mundo, es bienconcreta»" .

Con frecuencia se le ha reprochado a Foucaultque en sus análisis sólo se hace una lectura históri­ca del pasado, una arqueología, pero que no ofrecealternativas éticas o soluciones para el futuro. Sinembargo, Foucault, en su pugna contra el humanis­mo victoriano, expone una ética de la resistencia.En el prefacio al libro de Gilles Deleuze y FélixGuarrari, El Anti-Edipo, Foucault habla de tres artesque, al modo clásico, se exponen en dicho libro: arserótica, ars theoretíca, ars política. De ellas surgentres adversarios a combatir:

«1. Los ascetas políticos, los militantes tristes,los terroristas de la teoría, aquellos que querríanpreservar el orden puro de la política y del discur­so político. Los burócratas de la revolución y losfuncionarios de la Verdad.

2. Los lamentables técnicos del deseo -los psi­coanalistas y los semiólogos que registran cada sig­no y cada síntoma, y que quisieran reducir la mül-

lL «Entretien», La Ouinmíne littéraire, n. 5, mayo 1966, pp.14-15 (<<A propósito de Las palabras y las cosas. Entrevista conMadeleíne Chapsal», en Michel Foucault: Saber y verdad. Trad.Julia Yarda y Fernando Álvarcz-Uria. Madrid: La Piqueta, 1991,pp. 31-37. Cita pp. 36-37).

tiple organización del deseo a la ley binaria de laestructura y de la falta.

3. Finalmente, el mayor enemigo, el adversarioestratégico e.. ): el fascismo. Y no solamente el fas­eismo histórico de Hitler y Mussolini -que supomovilizar y utilizar muy bien el deseo de las masas­sino también el fascismo que reside en cada uno denosotros, que invade nuestros espíritus y nuestrasconductas cotidianas, el fascismo que nos haceamar el poder, desear lo que nos domina y lo quenos explota» 11.

Foucault en este mismo texto propone 10que pa­ra él sería una guía del arte de vivir contrario a to­das las formas del fascismo:

«- Despoje la acción polftica de toda forma de pa­ranoia unitaria y tatalizante.

- Desarrolle la acción, el pensamiento y los deseospor proliferación, yuxtaposición y disyunción, antesque por subdivisión y ierarouiracíán piramidal.

- Libérese de las viejas categorías de lo Negativo(la ley, e1lfmite, la castración, la falta, la laguna) queel pensamiento occidental, desde hace tanto tiempo,ha considerado sagradas en tanto formas de poder ymodo de acceso a la realidad. Prefiera lo positivo y lomúltiple, la diferencia antes que la uniformidad, losflujos antes que las unidades, las empresas móvilesantes que los sistemas. Considere que lo productivono es sedentario, sino nómada.

- No imagine que es necesario ser triste para sermilitante, incluso si la cosa que se combate es abo­minable. El lazo entre deseo y realidad es 10 que po­see fuerza revolucionaria (y no su huida hacia lasformas de la representación).

- No utilice el pensamiento para dar a una prác­tica polftica un valor de Verdad; ni la acción polfticapara desacreditar un pensamiento, como si éste fue­ra mera especulación. Utilice la práctica poluica co­mo un intensiiicador del pensamiento, y el análisiscomo un multiplicador de las [ormas y de los domi­nios de íntervencíon de la acción política.

" Prefacio a la traducción inglesa de Gilles Deleuze y FéñzGuattari, Anti-Oedipus: Capitalism and Schizophrenia, NuevaYork, Yiking, 1977, pp. 7-8 (Introducción a la vida no fascista,en Michel Foucault: Lasredes delpoder. Trad. Esther Dfaz, Bue­nos Aires: Almagesto, 1993, pp, 73·79. Citamos p. 77).

PARA COMPRENDER CIENCIA. TECNOLOGfA y SOCIEDAD 147

Page 135: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

- No exija de la polüica que restablezca los "dere­chos» del individuo tal como los ha definido la filo­softa. El individuo es producto del poder. Es necesa­rio «desindividualizar» por medio de la multiplica­ción y el desplazamiento, el ejercicio de diferentescombinaciones. El grupo no debe ser el lazo orgáni­co que une los individuos jerarquizados, sino un ge­nerador constante de «desindividualizacián».

- No se enamore del poder»".

Bibliografía

Ayestarán Úriz, Ignacio (1995): "Tecnologías del apart­heid: Foucault, Wittgenstein, Negri", DAIMON, Revis­ta de Piíosoita, n. 11: 47-58.

Eribon, Didier (1989): Michel Foucault (1926-1984). París:Flammarion (Michel Foucault. Trad. Thomas Kauf.Barcelona, Anagrama, 1992).

Foucault, Michel (1966): "Entretien", La Ouíneaine litté­raire, n. 5, pp. 14-15 ("A propósito de Las palabras y lascosas. Entrevista con Madeleine Chapsal". en MichelFoucault: Saber y verdad. Trad. Julia Varela y Fernan­do Alvarez-Uría. Madrid: La Piqueta, 1991, pp. 31-37).

- (1968): "Réponse a une question", Esprit 371, mayo de1968, pp. 850-874. pp. 44-45 (en Michel Foucault: Lasredes del poder. Trad. Fernando Crespo. Buenos Aires:Almagesto, 1993, pp. 13-47).

- (1976a): Histoire de la sexuaíue. VoL 1. La volante de sa­voír, París, Gallimard (Historia de la sexualidad 1. LaVoluntad de Saber, México, Siglo XXI, 1977).

- (1976b): "Las redes del poder', conferencia pronuncia­da en 1976 en la Universidad de Brasil, en Michel Pou­cault: Las redes del poder. Trad. Esther Dfaz. BuenosAires: Almagesto, 1993, pp. 50-72.

- (1977): Prefacio a la traducción inglesa de Gilles De­leuze y Félíz Guattari, Anti-Oedipus: Capitalism andSchlraphrenia, Nueva York, Viking, pp. 7-8 (Introduc­ción a la vida no fascista, en Michel Foucault: Las redesdel poder. Trad. Esther Díaz. Buenos Aires: Almagesto,1993, pp. 73-79).

- (1978): "La 'gouvernarnentalltá' ", Aut-Aut, 1978, n. 167­168: 12-29 ("La gubernamentalídad", en M. Foucault etal.: Espacios de Poder. Trad. Julia Varela y Fernando Al­varez-Urfa. Madrid, La Piqueta, 1991, pp. 9-26).

" Op. cít., pp. 78·79.

148 PARA COMPRENDER CIENCIA. TECNOLQG1A y SOCIEDAD

- (1979): "Power and Norrn: Notes", en M. Morris y P.Patton (eds.): Michel Foucault: Power, Truth, andStrategy. Sidney. Feral Publications, 1979, pp. 59-66("El poder y la norma". Trad. Ramón Maíz, en R. Ma­íz (comp.): Lecturas sobre Michel Foucault, Santiagode Compostela, Universidad de Santiago, 1987, pp.211-216).

- (1981): "Omnes et síngulatim: Towards a Criticism ofPolitical Reason", The Tanner Lectures on Human Va­lues. Vol. 2. The University of Utah Press, 1981: 225­254 ("Omnes et singulatim: Hacia una crítica de la ra­zón política", en M. Foucault, Tecnologfas del yo y otrostextos afines, Barcelona, Paidós, 1990, pp. 95-140).

- (1982): "Pourquoi étudier le pouvoir: la question du su­ject", en H. L. Dreyfus y P. Rabinow: Michel Foucault,un parcours philasophíque, París, Gallimard. 1982("Por qué estudiar el poder: la cuestión del sujeto",trad. Fernando Alvarez-Uría, en C. W. Milis et alii: Ma­teriales de sociología critica. Madrid: La Piqueta, 1986.pp. 25-36).

- (1983): "On the Genealogy of Ethics: An Overview ofWork in Progress". Entrevista publicada originalmen­te en Hubert L. Dreyfus Y Paul Rabinow (1983): MichelFoucault: Beyond Structuralism and Hermenutics, 2a

ed., Chicago: Cbtcago University Press, pp. 229-252("El sexo como moral", en Michel Foucault: Saber yverdad. Trad. Julia Varela y Fernando Alvarez-Urfa.Madrid: La Piqueta, 1991. pp. 185-195.).

- (l988a): "Technologíes of the Self', en Luther H. Mar­tino Huck Gutman y Patríck H. Hutton (eds.), Techno­logies of the Self, «A Seminar with Michel Foucault»,Londres, Tavistock, 1988. pp. 16-49 ("Tecnologías delyo", en Michel Foucault: Tecnologías del yo y otros tex­tos afines. Trad. Mercedes Allendesalazar. Barcelona:Paidós, 1990. pp. 45-94).

- (1988b): "Truth, Power, Self An Interview with MichelFoucault", realizada por Ruth Martin el 25 de octubrede 1982, en Luther H. Martin, Huck Gutman y PatrickH. Hutton (eds.), Technologies of the Self, «A Seminarwith Michel Foucault», Londres, Tavistock, 1988, pp.9-15 ("Verdad, individuo, poder. Una entrevista conMichel Foucault". en Michel Foucault: Tecnologías delyo y otros textos afines. Trad. Mercedes Allendesalazar.Barcelona: Paidós, 1990, pp. 141-150).

- (1992): Genealogía: del racismo. De la guerra de las razasal racismo de Estado. Trad. Julia Varela y Fernando Al­varez-Urfa. Madrid: La Piqueta, 1992, p. 257. Este tex­to es la transcripción de un curso impartido por Mi­chel Foucault en el College de France en 1975-76.

Page 136: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

Desde la Economía

Page 137: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

16

Maquinaria, alienación,y econonuaen K. Marx

José María Cabo Airas

L a ganancia representa la culminación defini­tiva de todo el proceso de producción y de dís­

tribución de las mercancías. El que la ganancia sehaga visible s610 al final del proceso no significaque la misma sea realizada por el propio acto de laventa. La ganancia no es la consecuencia del hechode transformar las mercancías producidas en dine­ro. Si así fuese considerada, se estaría admitiendocomo válido el supuesto por el cual la ganancia seobtiene por la simple diferencia entre el precioexcedentario de venta y el precio de coste. Pareceriaque es el mero acto de la venta o del intercambiopor dinero el generador de la ganancia, y que el pro­ceso de producción previo no aportase nada a lamisma. Muy al contrario, en el momento mismo dela venta lo único que se manifiesta es la transfor­mación en dinero del valor íntegro de la mercancíaobtenida a lo largo de todo el proceso de produc­ción. Parte del valor de esa mercancía, sea ésta ven­dida o no, será lo que ulteriormente se hará visibleen la venta; a saber: la ganancia. Se comprende deesta manera que la ganancia ya está representada alfinal del proceso de producción como parte del va­lor de la mercancía.

La cuestión que está latente en todo el preceden­te planteamiento versa sobre la manera en que es

determinado el valor íntegro de dicha mercancía.Para Marx lo que realmente da valor a los objetos sus­ceptibles de ser usados y de ser intercambiados, es de­cir, a las mercancías, es el trabajo. Pero no cualquiertrabajo, sino el trabajo abstracto, el simple gasto defuerza de trabajo indiferenciada, es decir, al margendel destino en el que la misma sea empleada. Lamagnitud de dicho trabajo en abstracto será deter­minada por la duración del mismo, que no es otracosa que el tiempo de trabajo. No cualquier tiempode trabajo de cualquier productor directo, sino undenominado «tiempo de trabajo socialmente nece­sario» que implica una regularidad social en cuan­to a habilidad y destreza común y un determinadonivel de desarrollo tecnológico.

Todas las mercancfas son valores porque son ex­presiones del «trabajo en abstracto», y son intercam­biables porque son magnitudes expresadas en tiempode trabajo socialmente necesario.

En el sistema capitalista la fuerza de trabajotambién es valor, porque es adquirida al igual quecualquier otra mercancía. Como mercancía que esen dicho sistema es a su vez magnitud de valor, o 10que es lo mismo, tiempo de trabajo socialmente ne­cesario. Tiempo de trabajo socialmente necesarioque se requiere para obtener los recursos (valores

PARA COMPRENDER CIENCIA. TECNOLoclA y SOCIEDAD 151

Page 138: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

de uso) suficientes para dar satisfacción plena a lasnecesidades elementales que suponen la recupera­ción de las energías perdidas en el empleo de lafuerza de trabajo. Dichas necesidades elementalesno tienen por qué ser tan sólo las necesidades fisio­lógicas básicas, sino que también se incluyen enaquéllas las necesidades intelectuales o espirituales.Por tanto, dichas necesidades varían con el propiodevenir del tiempo. De esta manera, y dado quejun­to con las variaciones experimentadas por las nece­sidades la tecnología también se ve modificada conla historia, el tiempo de trabajo socialmente nece­sario no se muestra como algo estable, sino másbien como algo que va cambiando con los avataresde la historia, sin que por ello deje de ser algo sus­tancialmente permanente en la propia mercancía.

Conviene averiguar ahora qué parte de esa mag­nitud deviene ganancia al final del proceso deproducción. Es menester determinar los diferentescomponentes que van aportando valor a la mercan­cía conforme la misma va siendo elaborada.

Considerado el dinero como simple «equivalentegeneral», por medio del cual se facilita el procesosocial de intercambio entre unas mercancías yotras, y supuestas unas relaciones sociales dadas,en las cuales una clase social-la de los capitalistas­dispone de capitales -dinerarios-excedentartos. lacuestión se centrará en determinar qué es lo quepuede hacerse con dichos capitales. Una primeraposibilidad sería la del consumo directo, con lo cualdesaparecería el dinero gastado en el mismo. Unasegunda alternativa consistiría en invertir dicho ca­pital dinerario en mercancías que al ser consumi­das productivamente posibilitan [a transformacióndel capital dinerario inicial en un nuevo capital di­nerario sobrevalorado.

Que el «misterio» de la conversión de dinero enmás dinero en el proceso de producción no es efec­to o resultado de la generación espontánea se com­probará inmediatamente. El capital dinerario pue­de ser invertido por quien lo posee bien en factoresde producción y/o materiales directamente utiliza­bles en la producción, o bien en adquirir fuerza detrabajo a quienes no poseen aquel capital dinerario.Marx nos dirá que al capital-dinerario invertido enla adquisición de fuerzas productivas y materiales

152 PARA COMN<ENDf'R CIENCIA, TEC"'OLUGIA y soctrneo

directamente consumibles se denomina capitalconstante, y que la parte del capital-dinerario queserá empleado -a la conclusión del tiempo de tra­bajo- en la adquisición de la fuerza de trabajo ha deser considerado como capital variable. Es constan­te el capital representado por los factores producti­vos, las materias primas y los materiales auxiliares,porque con su uso es transferido a la mercancíaproducida el mismo valor de cambio con que aque­llas cuentan. Por el contrario, la fuerza de trabajopuesta en marcha en el proceso productivo es capitalvariable, porque de hecho añade más valor a la mer­cancia producida que lo que realmente necesita parasu reproducción. Esto último significa que quienpuede adquirir la fuerza de trabajo la pone en acti­vidad durante más tiempo del que sería necesariopara producir los bienes que el trabajador necesitapara cubrir la totalidad de sus necesidades elemen­tales.

Desde el momento en que el proceso de produc­ción comienza su andadura se van incorporando ala mercancía en producción los diferentes valoresde los diferentes recursos productivos empleados.Se incorpora el valor equivalente de los materialesy de las materias primas consumidas; se incorporael valor desgastado, o que técnicamente va quedan­do obsoleto, de los elementos que constituyen la in­fraestructura básica necesaria para el desarrollo dela actividad (instalaciones, edificios, maquinaria,etc...); se incorpora la totalidad del valor del tiemporealmente empleado en la producción de la mer­cancía. El valor total de la mercancía producida se­rá igual, por tanto, a la adición de aquellos valoresa ella transferidos. Dicho valor total incluirá ade­más la ganancia. Ganancia que -en principio- no esotra cosa que la parte no pagada del tiempo de traba­jo empleado en la producción de la mercancía. Sólorestará que la mercancía producida sea vendida pa­ra que sea desvelado el misterio de la conversión deldinero en más dinero, para que se compruebe queesa ganancia expresada ahora en sobrevalor dinera­rio no es más que el plusvalor (Mehrwert) aportadopor la fuerza de trabajo en el proceso productivo.

La ganancia en estado latente al final del procesode producción capitalista es equivalente a la plusva­lía o plusvalor, es decir, es equivalente a la parte deltiempo de trabajo que excede al tiempo de trabajo so-

Page 139: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

cialmente necesario representado en [orma de capitalvariable. Si designamos por «e» el capital constanteempleado en la producción de la mercanda, «v» elcapital variable y «pv» al plusvalor, tendremos que«c-v-epv» es igual al valor total de la mercancía pro­ducida; «pv/v» igual a la tasa de plusvalía, o lo quees lo mismo, la proporción del tiempo de trabajo nopagada en relación al tiempo de trabajo pagado; y-pwfc--v)» seria igual a la tasa de ganancia del ca­pital, o dicho de otro modo, el rendimiento obteni­do de la cantidad total de capital invertido en laproducción.

A tenor de 10 visto se puede decir que la ya clá­sica afirmación de que la renta representa la retri­bución o pago del valor del factor productivo «tie­rra", la ganancia la retribución o pago del valor delfactor productivo «capital» (factores productivos),y el salario, por tanto, el pago o la retribución delvalor del factor productivo «trabajo», es tan sólouna fantástica ñccíón en la que es posible creer, pe­ro en la que jamás se debería pensar. En otras pa­labras, tanto la renta como la ganancia son el resul­tado de la no retribución en su totalidad del factorproductivo «trabajo» incorporado a las mercancíaselaboradas. Se dirá que en el hipotético caso en quelas máquinas pudieran funcionar sin el concursohumano, se demostraria que no sólo el trabajo ge­nera valor, sino que incluso la propia máquina se­ria capaz por sí sola de sobrevalorar los materialesoriginarios. Al menos que se sepa hasta el presenteno se ha sido capaz de inventar la máquina del mo­vimiento perpetuo, cuánto menos la maquinariacapaz de producir perpetuamente sin ningún artí­fice humano inicial.

Habíamos concluido que la plusvalía representa­ba la parte no pagada del tiempo empleado en laproducción de la mercancía, y que la misma repre­sentaba la ganancia del capital al final del procesode producción. Es aquí donde el sistema capitalistade producción se presenta como un sistema perverso,en el sentido de que no está dispuesto a reconocer eniguales términos a los instrumentos de producción ya los arttiices humanos de la misma. No se escatimaa la máquinas y a los materiales consumibles ni unápice de su valor para no imposibilitar su total re­posición, pero se despreocupa del desgaste más ace­lerado de la fuerza de trabajo y de su propietario, el

\"\

trabajador, al emplearla más tiempo del que seria«socialmente necesario». Esto es debido a que parael capital la adquisición de ambas mercancíaspresentan un carácter diferente. Mientras la adqui­sición de la parte constante del capital supone parael capitalista el uso en exclusiva de dicho capital du­rante la vida del mismo, la compra de la fuerza detrabajo sólo le permite un uso parcial de la mismadurante el tiempo que dura la jornada laboral, per­maneciendo la propiedad de la misma a disposicióndel trabajador «libre». De este modo, el sistema yano sólo es perverso, sino que se torna, además, explo­tador. Dispone de trabajadores libres que «volunta­riamente» pueden decidir si vender o no su fuerza detrabajo por un tiempo de trabajo por el que no serántotalmente remunerados. Serán explotados en la me­dida en que haya una parte de su tiempo de trabajoque no sea remunerado. Sean cuales sean sus condi­ciones de vida, sea cual sea el sueldo que perciban,sean cuales sean las diferencias de rentas entre lasdiferentes clases de la sociedad en que viva, siempreserá explotado si la tasa de plusvalía es positiva.

El poder que la clase capitalista tiene para explo­tar a la clase trabajadora se lo proporciona su condi-

PARA COMPRENDER CIENCIA. TECNOLOGfA y SOCIEDAD 153

Page 140: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

cíon de propietario en exclusiva de los medios téc­nicos de producción y de la tecnología que, en unperiodo concreto de la historia, hace mds «eficaz» elproceso de producción. La desnuda afirmación deque al capital, personificado en la figura de la clasecapitalista en su conjunto, sólo le motiva la maximi­ración del beneficio, o lo que es lo mismo la maxi­mizacián y el aumento continuado de la masa totalde plusvalor, realizada por Marx y compartida por elsentido común colectivo, carecerla de contenido realsi no se la pusiese en relación con lo anteriormenteseñalado. La maxtmízación del beneficio no es unfin en sí mismo, sino un medio para un objetivomucho más vital, cual es la perpetuación de la es­pecie, cual es el mantenimiento de esa situación depoder que a la clase capitalista le otorga el ser pro­pietaria de los medios técnicos de producción y delconocimiento tecnológico, cual es, en definitiva, supermanencia como capital-como valor que se con­vierte en más valor- en el conjunto del sistema deproducción capitalista.

La masa total del plusvalor puede incrementarseprolongando la duración de la jornada de trabajo ymanteniendo el tiempo de trabajo socialmente ne­cesario constante. El nuevo tiempo de trabajo nopagado ahora incrementado representa un nuevoplusvalor total incrementado y posibilita, a su vez,un aumento de la tasa de plusvalía. Esto que Marxdenomina plusvalor absoluto choca frontalmentecon dos tipos de obstáculos: el que viene señaladopor los límites naturales máximos de los que nopuede exceder dicha jornada laboral; y la posible re­sistencia del componente humano al que se quiereaplicar éste.

Una segunda posibilidad para incrementar lamasa total de plusvalor que al capital se le presentaes la de reducir el tiempo socialmente necesario detrabajo, manteniendo constante la duración de lajornada laboral completa. Esto sólo es posiblecuando aumenta la «capacidad productiva de lafuerza de trabajo», cuando la misma fuerza de tra­bajo puede producir en el mismo tiempo mayorcantidad de mercancías que antes. Esta nueva posí­bilidad de obtener mayor plusvalor -que será deno­minada por Marx plusvalor relatívo-, precisa paraser una realidad de una modificación sustancial enel modo de producción originario. Así pues, la orga-

154 PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLOG/A y SOCIEDAD

nizacion. técnicamente más coherente de la produc­ción, la absorción y la inserción en el proceso de pro­ducción de maquinaria y de instalaciones tecnológi­camente más avanzadas, y/o la combinación de am­bos factores permiten que la mejora de laproductividad deje de ser una mera posibilidad paratransformarse en una auténtica realidad. En cual­quier caso, sea por un procedimiento u otro, la ma­yor productividad de la fuerza de trabajo hace menosdependiente al capital de ésta, con lo cual sale aúnmds fortalecido este último. Lo que se manifiesta esun proceso en el que la fuerza de trabajo se hace másdependiente de la estntctura organitativa de la pro­ducción y del instrumento de producción. Aquellatristemente famosa sentencia de Marx según la cual"ya no es el obrero quien emplea los medios de pro­ducción, sino los medios de producción los que em­plean al obrero» 1, resume de una manera magistral elrasgo característico que distingue al sistema de pro­ducción capitalista de los que le precedieron en eltiempo.

En la protohistoria de la sociedad capitalista elmodo de producción de la manufactura supuso uncolosal avance con relación a su predecesora, al sis­tema gremial, al conseguir elevar considerablemen­te la productividad de la fuerza de trabajo por me­dio de la generalización de la cooperación a gran es­cala. La industria manufacturera, mediante laconcentración de importantes cantidades de manode obra en un mismo espacio, logró que los resulta­dos productivos del esfuerzo colectivo superasenampliamente el producto total de muchos trabaja­dores individuales actuando aisladamente. La divi­sión técnica del trabajo y la consiguiente especiali­zación, la rutinízacíón de las tareas efectuadas porlos productores directos, las diferencias salariales yla categorización laboral..., son las consecuenciasinmediatamente perceptibles del nuevo modo deorganización técnica de la producción. El tributopagado por los trabajadores -y probablemente tam­bién por los empresarios- para que pudiese emer­ger este nuevo modo de producción fue más eleva­do que el que a primera vista se aprecia.

L Marx, K. Das Kapítal, MEW. Band 23. S. 329. Edición es­pañol. editorial siglo XXI. Tomo l. Pág. 376.

Page 141: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

Para Marx el trabajo en sí no supone en princi­pio ningún menoscabo de lo que de humano hay enel hombre, porque éste no es más que el reflejo desu propio ser en cuanto hombre. Para que esto ocu­rra así es requisito imprescindible que el trabajo seauna actividad que, al posibilitar el reconocimientode las capacidades fundamentales de los indivi­duos, permita, a su vez, el enriquecimiento (mate­rial e intelectual) de la sociedad, y estimule la con­ciencia y -en consecuencia- la libertad de susmiembros.

Obviamente el trabajo en el modo de produccióncapitalista en opinión de Marx no cumplirla ese re­quisito imprescindible. Y esto fundamentalmente portres razones: 1. Porque en el capitalismo el trabajadorno se ve reflejado a si mismo en el objeto de su traba­jo (alienación en el objeto de trabajo); 2. porque en es­te sistema el trabajador se percibe a si mismo en el ac­to de la producción como simple objeto material ad­quirido en el mercado (alienación de la fuerza detrabajo); y, por último, 3. porque en el mercado capi­talista se extiende la ficción de que las cosas, en lamedida en que pueden ser socialmente intercambia­bles, tienen en si mismas la cualidad del valor, y no sepiensa que sólo adquieren el valor que las hace inter­cambiables por medio de la relación que se estableceentre el trabajo humano y las cosas mismas (fetichis­mo de las mercancías].

En el sistema de producci6n capitalista, con lageneralizaci6n de la divisi6n técnica del trabajo, elobjeto que produce el trabajador con su esfuerzo sele muestra como algo extraño a él, como algo queno comprende, como algo con lo que no se sienteidentificado, como algo que, en definitiva, no posee.Es más, ese objeto externo a él y que no le pertene­ce, es su oponente, lo otro extraño que conformeaumenta mengua y empobrece su existencial. Eltrabajador es enajenado del objeto de su trabajo, noa causa de la propia división técnica del trabajo, si-

, "...es evidente que cuanto más se vuelca el trabajador ensu trabajo. tanto más poderoso es el mundo extraño, objetivoque crea frente a sí y tanto más pobres son él mismo y su mun­do interior. tanto menos dueño de si mismo es» [Marx, K. GIro­ncmisch-philosophie Manuskripte (1844) MEW, Band 40. S.512. Versión en español, editorial alianza editorial, Pág. 106J.

no a causa de las relaciones sociales de producci6ndel sistema capitalista, para lo cual aquella divisióndel trabajo no es más que un mero instrumento pa­ra acrecentar el capital acumulado.

La concentración de la propiedad privada de losmedios de producción en muy pocas manos, y elconsiguiente fortalecimiento del poder de decisiónecon6mica de la burguesía frente al proletariado,no sólo es origen de aquella forma de alienación an­teriormente mencionada, sino también de la enaje­nación que el productor directo siente de sí mismocuando activa su fuerza de trabajo. Marx nos diráque si el producto del trabajo es el objeto de la alíe­naci6n, el sujeto de toda alienación -incluida aque­lla- será el propio trabajo. En otras palabras, es enel acto del trabajo donde se pone de manifiesto laalienación del trabajador en relación a sí mismo yen relación al producto del trabajo. Con la puestaen marcha de su fuerza de trabajo en el momentode la producci6n no se percibe a sí mismo como su­jeto activo creador de algo nuevo, sino como meroobjeto material inanimado al servicio de un proce­so incomprensible, simple mercancía objeto de trá­fico comercial.

La concentración de trabajadores en un únicoespacio alcanza un nivel a partir del cual las sucesi­vas adiciones de trabajadores al proceso de produc­ci6n no supone de hecho un aumento proporcional­mente creciente de la productividad de esa fuerzade trabajo. Es decir, existe un techo máximo en elvolumen de concentración de trabajadores a partirdel cual el simple aumento de la parte variable delcapital-y del capital constante, como consecuenciadel incremento en el volumen de la producci6n to­tal-. no sólo no supone una aceleración de la pro­ductividad del trabajo, sino que incluso representa,en no pocas ocasiones, una desaceleración de lamisma.

En otro orden de cosas, y desde una perspectivasociológica, agrupar bajo un mismo techo una in­gente masa de obreros descontentos puede signifi­car un factor de desestabilización laboral y de re­sistencia social que no es contemplada con agradopor el capital, si en ello no encuentra una esperan­za «razonable» de obtener un lucro extraordinario.Como el propio Marx dice en no pocas ocasiones: el

PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLOG1A y SOCIEDAD 155

Page 142: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

capital desconíia del riesgo, y sólo lo asume cuandocalcula y cifra la futura ganancia esperada lo suíi­cien temen te elevada como para compensar laincertidumbre presente. Alcanzado aquel techo deconcentración de mano de obra en que puede co­menzar a presentarse un ritmo de desaceleración dela productividad, el capital no encuentra la motiva­ción oportuna (ganancias potenciales) para seguirarriesgando el poder que le proporciona el ser pro­pietario de los medios de producción.

El paso del modo de producción manufactureraal modo de producción de la gran industria, mo­mento en el que nos internamos en la historia pro­piamente dicha del sistema capitalista, es la culmi­nación, como el propio Marx señala, de un procesohistórico de perfeccionamiento e innovación en losinstrumentos de trabajo. Si la herramienta, diseña­da y elaborada como una prolongación del propiohombre para aligerar su tarea sin prescindir de él,había sido el instrumento de trabajo por excelenciade la manufactura, será ahora la máquina, confec­cionada como un mecanismo autónomo al que seincorporan un conjunto de herramientas con lasque ella misma realiza funciones que antaño erandesempeñadas por el hombre, el instrumento detrabajo fundamental de la gran industria. Por tan­to, lo que caracteriza a éste último modo de pro­ducción capitalista es el empleo masivo de máqui­nas.

En el modo de producción de la gran industria laobtención de mayor plusvalor relativo es fundamen­talmente resultado de la combinación de la organiza­ción técnica de la producción y de la progresiva in­corporación de nuevos avances técnicos. de nuevasmáquinas. En otros términos, en la gran industriaes la parte fija del capital constante la que experí­menta un crecimiento más acelerado. El capitalconstante circulante aumenta en la misma propor­ción física en que se pretende aumentar la produc­ción total. En cualquier caso, el capital ha encon­trado la manera de fortalecer su situación de domi­nación.

Conviene decir, al igual que hace Marx, que la in­troducción de nuevos instrumentos o nuevas má­quinas que hagan más productiva la fuerza de tra­bajo, no acontece simultáneamente en todas las

156 PARA COMPNENlJER CIENCIA, TECNOLOctA y SOCIEDAD

unidades productivas del mismo sector o ramo, ymucho menos en ramas o sectores productivos di­ferentes. Habitualmente es un único capitalistaquien asume el riesgo de utilizar por primera vezuna innovación técnica de resultados desconocidos.Si la innovación introducida se adecúa al objetivode aumentar el plusvalor relativo, dicho capitalistatendrá una ventaja comparativa frente al resto delos capitalistas. La mayor productividad de la fuer­za de trabajo, mientras no se produzcan aumentossalariales, le permitirá al introductor de la innova­ción obtener una masa de plusvalor más elevada,toda vez que para él se habrá reducido el «tiemponecesario» para producir la misma cantidad demercancías que antes. Con el mantenimiento de lossalarios en el nivel de mercado consigue apropiarseahora de mayor cantidad de tiempo no pagado. Elcapital en general no se suele comportar ciegamen­te ante aquello que le reporta beneficios no conside­rados previamente. Parece lógico pensar que tardeo temprano, de un modo u otro, la nueva innova­ción técnica se extenderá por todas las empresasque encuentren la posibilidad de usarla rentable­mente. Renovarse o morir será el lema del capital."Las únicas ruedas que la Economía Política poneen movimiento son la codicia, y la guerra entre loscodiciosos, la cornpetencia» '.

Una vez extendida la nueva tecnología en las em­presas y en las ramas productivas a las que la mis­ma se adecúa, el tiempo real de producción de lasmercancías de aquellas ya no será el mismo que an­taño, sino que ahora será menor. La mayor produc­tividad de la fuerza de trabajo permite, a igual jor­nada laboral. aumentar la producción total. La ma­yor cantidad de mercancías obliga al capital abuscar nuevos mercados; los capitalistas compitenentre ellos tratando de colocar sus productos a másbajo precio. Aquellos productores que sean incapa­ces de producir a más bajos costes y vender a pre­cios más competitivos se extinguirán. Su desapari­ción se traduce en una mayor cantidad de personasformando parte del ejército de reserva -ejército dereserva que ya había recogido en sus filas a los des-

-' Marx. K. Okonomisch-philosophische Monuskrípte (1844).MEW. Band 40. S. 511. Versión en español, Página 104.

Page 143: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

plazados por la maquínízacíon-. y en una concen­tración de capitales en un menor número de capi­talistas. El menor coste de producción de las mer­cancías de unos sectores se extiende a otras ramasde la producción provocando un abaratamiento ge­neralizado de todos los artículos del mercado en suconjunto. Esto significa que el «trabajo socialmen­te necesario» ha variado su magnitud. El ejército dereserva actúa como freno para que los salarios semantengan en el nivel del "nuevo tiempo de traba­jo socialmente necesario»,

Para aumentar el volumen de plusvalor total sesustituye factor productivo-fuerza de trabajo porfactor productivo-medios técnicos de producción.Dicho en otros términos, con la incorporación deinnovaciones tecnológicas al proceso productivo demanera generalizada se modifican las proporcionesen que el capital total estaba dividido -en capitalconstante y capital variable- en favor de la parteconstante del capital. Ahora para mantener el ante­rior volumen de trabajadores empleados es necesa­rio aumentar considerablemente la inversión enmedios técnicos que forman parte del capital cons­tante. A partir de ahora, sucesivos aumentos del nú­mero de trabajadores ocupados, haciendo abstrac­ción de las diferencias existentes entre sectores in­tensivos en capital y sectores intensivos en trabajo,provoca, en general, incrementos proporcional­mente superiores a aquél en inversiones en mediostécnicos de producción encuadrados en lo que co­nocemos bajo la denominación de capital constan­te-fijo. Esta tendencia del sistema capitalista a susti­tuir capital variable por capital constante resulta pa­radójica, por cuanto que si el plusvalor total obtenidopermaneciera constante, la tasa de ganancia seriamenor para un menor volumen de inversión; el deno­minador de la (unción pv/(c+v) seria mayor paraigual numerador, y, por tanto, e! resultado de la [rae­ción -tasa de ganancia- seria iníeríor:

Esta situación paradójica del sistema capitalista,que ha sido denominada por Marx como la «la leyde la baja tendencial de la tasa de ganancia», comoconsecuencia de las modificaciones habidas en lacomposición orgánica del capital-o la relación pro­porcional entre el capital variable y el capital cons­tante- es la manifestación más plausible de lo con­tradictorio del sistema capitalista. Un sistema que si

bien [undamenta, por una parte, el poder de domina­ción de la clase capitalista sobre la clase trabajadoraen la propiedad privada de los medios de produccióny la acumulación de los mismos en detrimento delempleo de la [uerza de trabajo, necesita, por otra par­te, e! trabajo vivo que esa [uerza de trabajo aporta alsistema para la reproducción de aquéllos, y necesita,igualmente, apropiarse de! plusvalor obtenido de laparte no pagada del trabajo para la multiplicación delos mismos.

Sea por el mecanismo que sea (reduciendo laparte pagada del trabajo por debajo de su valor dereproducción, abaratando los elementos que com­ponen el capital constante, alargando la jornada la­boral. apropiándose del plusvalor obtenido porotros trabajadores de otras naciones vía comercioexterior), la única manera en que el sistema capita­lista puede detener esa tendencia decreciente de latasa de ganancia es aumentando el plusvalor totalobtenido en una proporción igualo superior al in­cremento proporcional experimentado en el capitaltotal; dicho de otro modo, aumentando la tasa deplusvalor -y por tanto la explotación- en un por­centaje tal que compense el incremento proporcio­nal del capital constante con relación al capital va­riable. En cualquier caso e! patrimonio del capitalis­ta y la vigencia del mismo está siempre obligado, unavez puesto en juego en el proceso productivo, a con­tar can la colaboración «libremente (orzada" del tra­bajador.

Conceptos elementales

TrabajolArbeit

«El trabajo es, en primer lugar, un proceso entreel hombre y la naturaleza, un proceso en que elhombre media, regula y controla su metabolismocon la naturaleza. El hombre se enfrenta a la mate­ria natural misma como un poder natural. Pone enmovimiento las fuerzas naturales que pertenecen asu corporeidad, brazos y piernas, cabeza y manos, afin de apoderarse de los materiales de la naturalezabajo una forma útil para su propia vida. Al operarpor medio de ese movimiento sobre la naturaleza

PARA COMPRENDER CIENCIA. TECNOLOG1A y SOCIEDAD 157

Page 144: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

exterior a él y transformarla, transforma a la vez supropia naturaleza. Desarrolla las potencias que dor­mitaban en ella y sujeta a su señorío el juego defuerzas de la misma». (K. Marx. El Capital. Criticade la economía polftica. Tomo 1. Traducción al cas­tellano de Pedro Scaron. Volumen 1°. Editorial Si­glo XXI. Madrid 1984. Páginas 215-216).

«Die Arbeit íst zunachst ein Prozefs zwischenMensch und Natur; ctn Prozefs. worin der Menschseinen Stoffwechsel rnit der Natur durch seine eig­ne Tat vermiuelt. regelt und kontrolliert. Er trittdem Naturstoff selbst als eíne Natunnacht gegenü­ber. Die seiner Leiblichkeit angehortgen Naturkraf­te, Anne und Beine, Kopf und Hand, setzt er in Be­wegung. um sich den Naturstoff in einer für seineignes Leben brauchbaren Fonn anzueignen. In­dem er durch diese Bewegung auf die Natur aufserihm wirkt und sie verandert. verandert er zugleíchseine eigne Natur; Er entwickelt die in ihr schlum­memden Potenzen und unterwirft das Spiel ihrerKrafte seíner eignen Botmafsigkeit». (K. Marx. DasKapital. Krítik der politischen Okonomie. MEw'Band 23. S. 192. Díetz Verlag. 18 Auflage. Berlín.1993)

SalarialArbeitslohn

"Vemos además lo siguiente: el valor de 3 cheli­nes en que se representa la parte paga de la jornadalaboral, esto es, el trabajo de 6 horas, aparece comovalor o precio de la jornada laboral de 12 horas, quecontiene 6 horas impagadas. La forma del salario,pues, borra toda huella de la división de la jornada la­boral entre trabajo necesario y plustrabajo, entre tra­bajo pago e impago. Todo trabajo aparece como tra­bajo pago. En la prestación personal servil el trabajodel siervo para sí mismo y su trabajo forzado parael señor se distinguen, de manera palmariamentesensible, tanto en el espacio como en el tiempo. Enel trabajo esclavo, incluso la parte de la jornada la­boral en la cual el esclavo no hace más que suplir elvalor de sus propios medios de subsistencia, en lacual, pues, en realidad trabaja para sí mismo, apa­rece como trabajo para su amo. Todo su trabajo to­ma la apariencia de trabajo impago. En el caso deltrabajo asalariado, por el contrario, incluso el plus-

158 PARA COMPRENDER CIENCIA, TECI\'OLOG/A y SOCIEDAD

trabajo o trabajo impago aparece como pago. Allí larelación de propiedad vela el trabajar para si mismodel esclavo; aquí, la relación dineraria encubre eltrabajar gratuito del asalariado». (K. Marx. El Capi­tal. Critica de la economia politíca. Tomo 1. Traduc­ción de Pedro Scaron. Volumen 2°. Pág. 657. Edito­rial Siglo XXI. Madrid. 1987.

«Man sieht femer: Der Wert van 3 sh., worin sichder bezahlte Teil des Arbeitstags, d.h. sechsstündigeArbeit darstellt, erscheínt als Wert oder Preis desGesamtarbeítstags van 12 Stunden, welcher 6 un­bezahlte Stunden enthalt. Die Fonn des Arbeits­lohns loscht also jede Spur der Teilung des Arbeits­tags in notwendige Arbeit und Mehrarbeit. in be­zahIte und unbezahlte Arbeit aus. ABe Arbeíterscheint als bezahlte Arbeit. Beí der Fronarbeit un­terscheiden sích raumlích und zeitlích. handgreí­flich sinnltch. die Arbeít des Froners für sich selbstund seine Zwangsarbeit für den Grundherrn. Beider Sklavenarbeit erscheint selbst der Teil des Ar­beitstags. worin der Sklave nur den Wert seiner eig­nen Lebensmítiel ersetzt, den er in der Tat also fürsich selbst arbeítet. als Arbeit für seinen MeisterABe seine Arbeit erscheínt als unbezahlte Arbeít.Bei der Lohnarbeit erscheinr umgekehrt selbst dieMehrarbeit oder unbezahlte Arbeit als bezahlt. Dortverbirgt das Bígentumsverhalmis das Fürsichselbs­tarbeiten des Sklaven, hier das Geldverhaltnis dasUmsonstarbeiten des Lohnarbeiters». (K. Marx.Das Kapital. Kritik del polítischen Okonomie. Band1. MEW. Band 23. S. 562. Dietz Verlag. 18 Auflage.Berlín. 1993.)

División del.trabajolArbeitsteilung

«La división social del trabajo proviene del in­tercambio de esferas de producción ordinariamen­te distintas, pero independientes entre sí. Donde ladivisión fisiológica del trabajo constituye el puntode partida, se separan unos de otros los órganos es­peciales de un todo directamente conexo, se des­componen, siendo el intercambio de mercancíascon comunidades ajenas el principal impulso de es­te proceso de descomposición, y finalmente se in­dependizan hasta el punto en que el nexo entre losdiferentes trabajos viene mediado por el íntercam-

Page 145: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

bio de los productos como mercancías. En un casoes dependencia de lo que antes era independiente, yen otro independización de lo antes dependiente»,(K. Marx. El Capital. Critica de la economta políti­ca. Tomo 1. Traducción de Vicente Romano García.Volumen 2°. Página 55. Editorial Akal. Madrid.1976.)

«Hier entsteht die gesellschaftliche Teilung derArbeit durch den Austausch ursprünglich vershied­ner, aber voneinander unabhangiger Produk­tionsspharen. Dort. wo die physiologische Teilungder Arbeit den Ausgangspunkt bildet. losen sich diebesondren Organe eines unmittelbar zusarnmen­gehorigen Ganzen voneinander ab, zersetzen sich,zu welchem Zersetzungsprozef; der Warenaus­tausch mít fremden Gemeínwesen den Hauptans­toB gibt. und verselbstandigen sich bis zu demPunkt, wo der Zusammenhang der vershiednen Ar­beiten durch den Austausch der Produkte als Warenvermittelt wird. Es ist in dem einem Fall Verun­selbstandígung der früher Selbsrandígen. in demandren Verselbstandigung der früher Unselbstandi­gen». (K. Marx. Das Kapital. Kritik der politíschenOkonomie. Band 1. MEW. Band 23. S. 372·373.Dietz Verlag. 18 Auflage. Berlin. 1993)

Valor de uso/Gebrauchswert

«La mercancía es, en primer lugar, un objeto ex­terior; una cosa que merced a sus propiedades sa­tisface necesidades humanas del tipo que fueran.La naturaleza de esas necesidades, el que se origi­nen, por ejemplo, en el estómago o en la fantasía, ennada modifica el problema. Tampoco se trata aquíde cómo esa cosa satisface la necesidad humana: desi lo hace directamente, como medio de subsisten­cia, es decir, como objeto de disfrute, o a través deun rodeo, como medio de producción.

Toda cosa útil, como el hierro, el papel, etc., hade considerarse desde un punto de vista doble: se­gún su cualidad y con arreglo a su cantidad. Cadauna de esas cosas es un conjunto de propiedades ypuede, por ende, ser útil en diversos aspectos. Eldescubrimiento de esos diversos aspectos y, en con­secuencia, de los múltiples modos de usar las cosas,constituye un hecho histórico. Ocurre otro tanto

con el hallazgo de medidas sociales para indicar lacantidad de las cosas útiles. En parte, la diversidaden las medidas de las mercancías se debe a la dife­rente naturaleza de los objetos que hay que medir, yen parte a la convención». (K. Marx. El Capital. Cri­tica de la economía política. Tomo 1. Traducción alcastellano de Pedro Scaron. Volumen 1". Páginas43-44. Editorial Siglo XXI. Madrid. 1984).

«Die Ware ist zunachst eín aufserer Gegenstand,ein Díng. das durch seíne Eigenschaften menschlí­che Bedurfnisse irgendeíner Art befriedigt. Die Na­tur dieser Bedürfnisse. ob sie z.B. dem Magen oderder Phantasie entspringen, andert nichts an der Sa­che. Es handelt sich hier auch níchr darum, wie dieSache das menschliche Bedürfnís befriedígt, ob un­miuelbar als Lebensmittel, d.h. als Gegenstand desGenusses. oder auf einem Umweg, als Produktions­mitte!.

Jedes nützliche Ding, wie Eisen. Papier usw., ístunter doppeltem Gesichtspunkt zu betrachten,nach Oualitat und Ouantitat. Jedes solches Ding istein Ganzes vieler Eigenschaften und kann dahernach verschiedenen Seiten nützlich sein. Diese vers­chiedenen Seiten und daher die mannigfachen Ge­brauchsweísen der Dinge zu entdecken ist ges­chichtliche Tal. So die Findung gesellschaftlicherMaBe für die Ouantitat der nützlichen Dínge. DieVerschiedenheít der WarenmaBe entspringt teilsaus der verschiedenen Natur der zu messenden Ge­genstande. teils aus Konventíon». (K. Marx. Das Ka­pital. Kritik der poiítischen Okonomie. Band 1. MEW.Band 23. S. 49-50. Dietz Verlag. 18 Auflage. Berlin.1993).

Capital/Kapital

«{Capital, suelo, trabajo! Pero el capital no esuna cosa, sino determinada relación social de pro­ducción perteneciente a determinada formaciónhistórico-social y que se representa en una cosa y leconfiere a ésta un carácter específicamente social.El capital no es la suma de los medios de produc­ción materiales y producidos. El capital son los me­dios de producción transformados en capital, me­dios que en sí distan tanto de ser capital como eloro o la plata, en sí, de ser dinero. Son los medios

PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLOGIA y SOCIEDAD 159

Page 146: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

de producción monopolizados por determinadaparte de la sociedad, los productos y las condicio­nes de actividad de la fuerza de trabajo viva auto­nomizados precisamente frente a dicha fuerza detrabajo, que se personifican en el capital por obrade ese antagonismo. No sólo los productos del obre­ro transformados en poderes autónomos, los pro­ductos como dominadores y adquirentes de susproductores, sino también las fuerzas sociales y lafutura ...{? ilegible} forma de ese trabajo se le en­frentan como atributos de su producto. O sea queaquí tenemos determinada forma social, muy místi­ca a primera vista, de uno de los factores de un pro­ceso social de producción históricamente fabrica­do». (K. Marx. El Capital. Crítica de la economía po­lítica. Tomo Ill. Traducción al castellano de PedroScaron. Volumen 8'-'. Páginas 1037-1038. EditorialSiglo XXI. Madrid. 1984).

«Kapital. Boden, Arbeit! Aber das Kapital istkein Ding, sondcrn ein bestímmes. gesellschafli­ches, einer bcstlmmten historischen Gesellschafts­formatlon angehoriges Produküonsverhaltnís. dassich an eínem Ding darstellt und diesem Ding einenspeztflschen geseilschañlíchen Charakter gibt. DasKapital ist nicht die Summe del' matericllen undproduzierten Produktionsmittel. Das Kapital. dassind die in Kapital verwandelten Produktlonsminel.die an sich so wenig Kapital sind, wie Gold oder Sil­ber an sich Geld ist. Es sind die van einem bes­timmten Teil del' Gesellschalt monopolíslerten Pro­dukuonsmittel. die del' lebendigen Arbeitskraftgegenüber vcrselbstandigten Produkte undBetatigungsbedlngungen eben dieser Arbeitskraít.die durch diesen Gegensatz irn Kapital personifi­ziert werden. Es sind nicht nur die, in seibstandigeMachte verwandelten Produkte del' Arbeiter; dieProdukte als Beherrschcr und Kaufer ihrer Produ­zenten, sondern es sind auch die gesellschaftlichenKrafte und die zukünfüge. .. {? unleserlích] Formdieser Arbeit, die als Eigenschaften íhres ProduktsIhnen gegenübertreten. Also hiel' habeo wir elnebestimmte, auf den ersten Blick sehr mystische, ge­sellschaftliche Form eines del' Faktoren eínes histo­risch Iabrizíerten geseilschaftlíchen Produktions­prozesses». (K. Marx. Das Kapítal. Kritik der politis­chen Okonornie. Band 1Ir. MEW. Band 25. S.822-823. Dietz Verlag. 14 Auflage. Berlin. 1988).

160 PARA COMPRENlJER CiENCIA. TECNOl.oGIA y SOCIElJAlJ

Plusvalia/Mehrwert

"Como el valor del capital variable es == valor dela fuerza de trabajo adquirida con él, y como el va­lor de esa fuerza de trabajo determina la parte ne­cesaria de la jornada laboral, pero a su vez el plus­valor queda determinado por la parte excedentariade la jornada laboral, tenemos que el plusvafor es alcapital variable como el plustrabajo al trabajo nece­sario, o la tasa de plusvalor

p plllstrabajo

v trabajo necesario

Ambas proporciones expresan bajo formas dife­rentes la misma relación, una vez bajo la forma detrabajo objetivado, la otra bajo la de trabajo líquido.

La tasa de plusvalor, por consiguientes, es la ex­presión exacta del grado de explotación de la fuerzade trabajo por el capital, o del obrero por el capita­lista». (K. Marx. El Capital. Crítica de la economíapolítica. Tomo 1. Traducción al castellano de PedroScaron. Volumen I''. Página 262. Editorial Siglo XXI.Madrid. 1984).

"Da del" Wert des varíablen Kapitals == Wert dervan ihm gckauften Arbeítskraft, da del' Wert dieserArbeitskraft den notwendigen Teil des Arbeitstagsbestirnmt, der Mehrwert seinerseits aber bestimrntist durch den überschüssigen 'Ieil des Arheitstags,so folgt: Del' Mehrwert verhalt sich zum variablenKapital, wle die Mehrarbeit zur notwendigen, oderdie Rate des Mehrwerts

m Mehrarbeit

v Notwendige Arbeit

Beide Proportionen drücken dasselbe Verhalmísin verschtedner Form aus. das eine Mal in der Fonnvergegenstandlíchter; das andre Mal in del' Fonnflüssiger Arbeit.

Die Rate des Mehrwerts ist daher del' exakteAusdruck für den Expoitationsgrad del' Arbeitskraftdurch das Kapital oder des Arbeiters durch den Ka­pitalísten». (K. Marx, Das Kapital. Krítik: der politis­chen Okonomie. Band 1. MEW. Band 23. S. 231-232.Dietz Verlag. 18 AuOage. Berlin. 1993).

Page 147: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

GanancialProfit

«Por lo tanto, la ganancia, tal como la tenemosaquí ante nosotros en primera instancia, es lo mis­mo que el plusvalor, sólo que en una forma mistifi­cada, que sin embargo surge necesariamente delmodo capitalista de producción. Puesto que en laaparente formación del precio de costo no puede re­conocerse una diferencia entre capital constante ycapital variable, el origen de la modificación de va­lor que acontece durante el proceso de produccióndebe desplazarse de la parte variable del capital ha­cia el capital global. Puesto que en un polo apareceel precio de la fuerza de trabajo en la forma tras­mutada del salario, en el polo opuesto aparece elplusvalor en la forma trasmutada del beneficio».(K. Marx. El Capital. Critica de la economía política.Tomo III. Traducción al castellano de Pedro Scaron.Volumen 6°. Páginas 40-41. Editorial Siglo XXI. Ma­drid. 1984).

«Der Profit. wie wir ihn hier zunachst vor unshaben. ist also dasselbe, was der Mehrwert ist, nurin einer mystifízíerten Form, die jedoch míe Not­wendikeit aus der kapttalístíschen Produktionswei­se herauswachst. Weil in der scheinbaren Bíldungdes Kostpreises kein Unterschled zwischen kons­tantem und variablem Kapital zu erkennen ist, rnufder Ursprung der wertveranderung, die wahrenddes Produknonsprozesses sich ereignet. van demvariablen Kapitalteil in das Gesamtkapital verlegtwerden. Weil auf dem einem Poi der Preis der Ar­beitskraft in der verwandelten Form van Arbei­tlohn. erscheínt auf dem Gegenpol der Mehrwert inder verwandelten Fonn van Profit». (K. Marx. DasKapítal. Kritik der politíschen Okonomíe. Band III.MEW. Band 25. S. 46. Dietz Verlag. 14 Auflage. Ber­lin.1988).

Ejército de reserva/Reservearmee

«La acumulación capitalista produce de maneraconstante, antes bien, y precisamente en propor­ción a su energía y a su volumen, una poblaciónobrera relativamente excedentaría, esto es, excesivapara las necesidades medias de valorización del capí­tal y por tanto superflua». (K. Marx. El Capital. Cn-

rica de la economia política. Tomo 1. Traducción dePedro Scaron. Volumen 3°. Página 784. Editorial Sí­glo XXI. Madrid 1984).

«Die kapitalístische Akkumulation produziertvielmehr; und zwar im Verhaltnís zu ihrer Energieund ihrem Umfang, bestandíg eine relative, d.h. fürdie mittleren Verwertungsbedürfnisse des Kapnalsüberschüsslge. daher überflüssíge oder Zuschufs­Arbeiterbevolkerung». (K. Marx. Das Kapital. Kritikder politischen Okonomie. Band 1. MEW. Band 23.S. 658. Dretz Verlag. 18 Auflage. Berlin. 1993).

Valor de cambiolTauschwert

«En la relación misma de intercambio entre lasmercancías, su valor de cambio se nos puso de ma­nifiesto como algo por entero independiente de susvalores de uso. Si luego se hace efectivamente abs­tracción del valor de uso que tienen los productosdel trabajo, se obtiene su valor, tal como acaba dedetermínarse. Ese algo común que se manifiesta enla relación de intercambio o en el valor de cambiode las mercancías es, pues, su valor. El desenvolví­miento de la investigación volverá a conducimos alvalor de cambio como modo de expresión o formade manifestación necesaria del valor, al que por depronto, sin embargo, se ha de considerar indepen­dientemente de esa forma.

Un valor de uso o un bien, por ende, sólo tienevalor porque en él está objetivado o materializadotrabajo abstractamente humano. ¿Cómo medir, en­tonces, la magnitud de ese valor? Por la cantidad de«sustancia generadora de valor» -Pvt la cantidad detrabajo- contenida en ese valor de uso. La cantidadde trabajo misma se mide por su duración, y el tiem­po de trabajo, a su vez, reconoce su patrón de medi­da en determinadas fracciones temporales, tales co­mo hora, día, etcétera». (K. Marx. El Capital. Criti­ca de la economía política, Tomo 1. Traducción dePedro Scaron. Volumen 1°. Páginas 47-48. EditorialSiglo XXI. Madrid 1984).

«Im Austauschverhaltnis der Waren selbst ers­chien uns ihr Tauschwert als etwas van ihren Ge­brauchswerten durchaus Unabhangiges. Abs­trahiert man nun wirklich vom Gebrauchswert der

PAR4 COMPRENDER CIENCIA, TECNOLOG/A y SOCIEDAD 161

Page 148: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

Arbeitsprodukte, so erhalt man ihren Wert, wie ereben bestimmt ward. Das Gemeinsame, was sich imAustauschverhaltms oder Tauschwert der Waredarstellt. ist also ihr Wert. Der Fortgang der Unter­suchung wírd uns zurückführen zum Tauschwertals der notwendigen Ausdrucksweise oder Brschei­nungsforrn des Werts, welcher zunachst jedochunabhangig von dieser Forrn zu betrachten ist.

Ein Gebrauchswert oder Gut hat also nur einemWert, weil abstrakt menschliche Arbeit in ihm ver­gegenstandlicht oder materialisiert ist. Wie nun dieGroge seines Werts messen? Durch das Ouantumder in ihm enthaltenen «wertbíndenden Subsranz»,der Arbeit. Die Ouanntat der Arbeit selbst mifst sichan ihrer Zeitdauer; und die Arbeitszeit besitzt wie­der ihren MaBstab an bestimmten Zeitteilen, wíeStunde, Tag usw». (K. Marx. Das Kapital. Kritík derpoiitischen Okonomie. Band I. MEW. Band 23. S.53. Dietz Verlag. 18 Auflage. Berlin. 1993.

BibliografíaMarx, Karl.. Zur Kritik der Poiitischen Okonomie. (Marx

uud Engels Werke '" MEW). Band 13. S. 3-133. DietzVerlag. Berlín. 1990.

-, Eínleítung zur Kritik der Poíitischen Okonomie. (MEW).Band 13. S. 613-642. Dietz Verlag. Berlín. 1990.

-, Lo/m, Preis und Profit, (MEW). Band 16. S. 101-152.Dietz Verlag. Berlin. 1989. (Traducción al español,realizada por editorial Progreso como Salario precio yganancia. En Marx y Engels, Obras escogidas: Torno n.Páginas 28-76. Editorial Progreso. Moscú, 1981)

162 PARA COMPRENDER CIENCIA. TECNOLOC1A y SOCIEDAD

-, Das Kapilal. Kritik der politischen Okonomie. (MEW).Banden 23, 24, 25. Dictz Verlag. 18 Auflage. 1993.(Traducción al español, realizada por Pedro Scaron,como El Capital. 8 Volúmenes. Editorial Siglo XXI. 15a

Edición. Madrid 1984.)

-, Theorien uber den Mehrwert (Vieter Band des «Kapi­tals»]. (MEW). Banden 26-1, 26-2, 26-3. Dietz verlag. 6Auflage. 1993. (Traducción al español realizada porWenceslao Roces, como Teorías sobre la plusvalsa.Tomo IV de El Capital. Editorial Fondo de CulturaEconómica. Tres Volúmenes. México 1980)

-, Okonomisch-philosophische Manuskripte aus demJahre 1844. (MEW). Band 40. S. 465-588. Dietz Verlag.2 Auflage. Berlin. 1990. (Traducción realizada porFrancisco Rubio Llorente, como Manuscritos: Eco­nomta y filosofía. Alianza editorial. la Edición, lYReimpresión. Madrid, 1993)

-, Binleitung ZlI den «Grundrissen. der Kritik der poli­tischen ókonomie», (MEW). S. 15-45. Band 42. DietzVerlag. Berlín, 1983.

-, Grundrisse der Kritik der politischen Okonomie.(MEW). Band 42. S 47-765. Dietz Verlag. Berlin 1989.(Traducción al español realizada por Pedro Scaron,como Elementos fundamentales para la critica de laEconomía PoUtica (Borrador). 1857-1858. 3 Volúme­nes. Editorial Siglo XXI. 2a Edición. Madrid, 1972.)

-, Okonovusches Manuskript 1861-1863. reu I. (MEW).Band 43. Dietz Verlag. Berlín 1990.

-, Resultate des unmittelbaren Produktionsprozesses,Archiv sozíalísrischer Literatur 17. Verlag Neue KritikFrankfurt. 1969.

Page 149: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

17

El análisis del determinismotecnológico deSchumpeter

José Maria Cabo Airas

E l realizar el análisis de las formas de organi­zación económica de la sociedad desde dife­

rentes frentes de estudio (desde la historia, desde laestadística, .desde la sociología económica, desde lateoría económica) es lo que permite a Schumpeterpronosticar en su conocida obra Capitalismo, socia­lismo v democracia, y tras más de cuarenta años depensamiento, observación e investigación sobre elproblema del «socialismo» 1, que la sociedad capita­lista se verá inevitablemente sustituida -y no por­que así lo desee él precisamente- por una forma deorganización económica, social y política socialista.Esto no quiere decir que esté admitiendo Schumpe­ter como válidas las razones y las causas económí­cas -quiebra económica del sistema capitalista, de­pauperación progresiva de las clases menos favore­cidas ...- dadas desde una perspectiva marxista paraanunciar el definitivo «hundimiento» del sistema deexplotación capitalista. De igual manera, la coinci­dencia entre su prognosis acerca del fin del ordencapitalista y el deseo proclamado de la extinción de

I Schumpeter, l.A. Capitalismo, socialismo y democracia.Prólogo a la l" edición. Página 15.

aquél manifestado por los pensadores marxistas, nosignifica un reconocimiento explícito por parte deleconomista austríaco de las -para él, en no pocasocasiones, infundadas- acusaciones que se han ver­tido sobre esta forma de organización de la socie­dad efectuadas por dichos pensadores marxistas.Más bien todo lo contrario. Schumpeter consideraque el continuo incremento de la producción debienes de consumo que podrían alcanzar para cu­brir las necesidades básicas de la totalidad de la po­blación -una vez fueran eliminados los problemasde distribución, así como una serie de inevitablesdistorsiones en la renta social, en la producción yen transporte-, la incesante mejora del bienestar so­cial (puesto de manifiesto en las condiciones socia­les y laborales, en la distribución del tiempo entretrabajo yacio, y en las legislaciones de carácter so­cial y laboral que reportan indiscutibles ventajaspara los menos favorecidos), han de ser anotadas enel activo del sistema capitalista, o expresado de otromodo, sólo han sido posibles gracias- al "progreso»continuado de esa particular forma de organizaciónsocial que es el sistema capitalista.

Esto resulta indudable aún a pesar de que no po­cos economistas, quienes depositando su confianzaen la vana creencia de que lo característico del sis-

PARA COMPRENDER CiENCiA. TECNOJ.OGlA y SOCiEDAD 163

Page 150: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

tema capitalista es la «competencia perfecta», vitu­peran inconscientemente -al no haber comprobadoque en la práctica lo frecuente son las formas mo­nopolistas y oligopolistas de uno u otro signo- loque para ellos es un sistema de competencia imper­fecta (monopolio u oligopolío). sin darse cuenta deque con su defensa de aquél en detrimento de ésteestán consiguiendo extender la opinión de que loque motiva a la empresa privada -a saber, la obten­ción del máximo beneñcío- actúa en contra del in­terés de la comunidad. Sin caer en el error de loseconomistas clásicos y de otros no tan clásicos, queconsideraban que la obtención del máximo lucroera la razón última del bien común, es innegableque en esa dinámica de maximización del resulta­do, por la razones que fueran, se ha logrado el "pro­greso» de la comunidad.

Los «logros» del sistema ~Y el propio sistema- nopueden ser entendidos de un modo adecuado si nose analiza el mismo de una manera dinámica. Estoes debido a que si hay algo que caracteriza a dichosistema, esto no es ni la ficticia suposición de quesólo se logra el equilibrio en una situación de "com­petencia perfecta», ni el que la progresiva mejora enlas condiciones de vida de la comunidad se funda­menta en la libertad de los actores individuales enla maximización de su satisfacción, ni tan siquieraen la estrecha visión de que la competencia entreproductores sólo lo es en cuanto a precios de susproductos, etc.. sino en ser un sistema en continuaevolución, en constante transformación -no ya sóloen lo que se refiere a la evolución de sus cifras deproducción, de población, etc., sino en cuanto a laaparición de nuevos bienes de consumo, de nuevasformas de organizar la producción, de nuevas téc­nicas de producción y transporte, de nuevos merca­dos estructurados y conformados de modos dife­rentes-o Es ese proceso de "destrucción creadora",como ha sido denominado por Schumpeter; esa des­truccíon de las antiguas estructuras economices y susustitución por otras nuevas, dentro del propio síste­¡Ha, lo que caracteriza en esencia al capitalismo. Unproceso al que deberán adaptarse todas las empre­sas capitalistas que quieran permanecer vivas den­tro del sistema. A tal punto es ésta la esencia mismadel capitalismo en cuanto sistema en continuatransformación que la auténtica competencia -la

164 PARA COMl'RENDP.R eIEA'CIA. TECNOLOGIA y SOCIEDAD

competencia que deviene de la aparición de nuevastécnicas y de nuevas maneras de organizar la pro­ducción, que deviene de la aparición de nuevos pro­duetos, de nuevas fuentes energéticas ..., o lo que eslo') mismo, aquella competencia que amenaza condestruir lo cimientos sobre los que se sostiene todoel sistema capitalista en un momento determinado,y que amenaza con sustituir aquéllos por otros nue­vos elaborados con diferentes elementos y materia­les-, no sólo somete a tensión a los industriales me­nos influyentes sobre las condiciones del mercado,sino que incluso acaba con la aparente seguridad deaquellos otros que disponen de una no despreciableventaja (monopolística) sobre un determinado pro­dueto, sobre un determinado mercado, sobre unadeterminada red comercial o de distribución...

El proceso de "destrucción creadora» es en esen­cia el que permite la renovación continua del pro­pio capitalismo. El estancamiento de esa actitudpropia del capital para renovarse y cambiar mejo­rando supone la atonía y la finalización del mismo.La carencia de expectativas inversoras que supon­gan permanentes reducciones del coste y que posi­biliten el crecimiento persistente del beneficio, lapoca disposición a emplear recursos en proyectosde innovación en nuevos artículos y en las nuevasformas de obtenerlos -al evaluar más los riesgos fu­turos que los postreros resultados-..., serán las ex­presiones más palmarias del agotamiento del siste­ma.

El resto de argumentos presentados por Schum­peter para validar su tesis del derrumbe del sistemacapitalista y su sustitución por otra forma más co­herente y «racional» de organizar económicamentela sociedad -el sistema socialista- (el terreno de li­bertad abonado por el propio capitalismo que per­mite la crítica del propio sistema, la pérdida de pro­tagonismo del empresario innovador, el imparableproceso de destrucción de las instituciones que ga­rantizaban la existencia del sistema, el creciente cli­ma de hostilidad hacia esa forma de organizacióneconómica y social de los sectores intelectuales, o elproceso de descomposición de las demás estructu­ras del mundo capitalista), son condicionantes desegundo orden o de segundo nivel, que acompañana la explicación del proceso de sustitución del ordencapitalista por el orden socialista.

Page 151: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

.",." CII'·,,"CIA1',,111 ..1 CO..tlJ'kF:\ -' ", .. 165

Page 152: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

Una estructura económica y social capitalistapodría navegar a pesar de estas inclemencias tem­porales, en la medida en que pueda seguir manteoniendo la esencia de la que realmente toma vida, asaber: el espíritu de innovación o de progreso con­tinuado. Desde esta perspectiva, sin esa esencia elcapitalismo no puede ser lo que fue, y no será jamáslo que en estos momentos es.

Schumpeter trata por todos los medios, tal vezacuciado por el temor de ser acusado de excesiva­mente materialista, de huir de un exagerado deter­minismo tecnológico, pero los argumentos que ten­drían que demostrar su indeterminismo son tan dé­biles que descargan todo la prueba de ladesaparición del modo capitalista en la hipótesismaterial del estancamiento en el proceso progresi­vo de la innovación. De su formulación se concluyeque todo lo que en esencia da la vida y sostiene alcapital, es en su ausencia lo que provoca irremedia­blemente su agonía.

En el único comentario que hace Marx a su pri­mera introducción (Eínleitungí a su ya conocidaobra Contribución a la critica de la economta política1857-1858 (Grundrisse}, aparecido en su Zur Krítikder Politischen Okonomie (ME\v, 13, S.7), afirmaque no es partidario de mostrar de manera muy sin­tética aquello que por su propia naturaleza exige porparte de quien escribe y de quien lee el esfuerzo deascender de lo más simple y particular a lo máscomplejo y universal, siendo tan importante el ca­mino recorrido -con sus paradas, ascensos y des­censos- como el origen y la meta del mismo. Dichode otro modo, el análisis de una determinada reali­dad obliga a extraer toda la serie inagotable de inte­rrelaciones que a las mismas pueden afectar de unau otra manera. Criticar la complejidad social queacompaña al modo de producción -y reproducción­capitalista, es decir, someter a juicio o tratar de co­nocer la sociedad capitalista en su totalidad -yensus particularidades- no es tarea fácil, y, por tanto,es poco menos que imposible que en el análisis deaquélla no se produzcan errores y/u omisiones deimportancia. El análisis económico de la sociedadcapitalista, o del sistema de economía de mercado,no es o no puede ser la aceptación dogmática de unaserie de principios o rasgos característicos que defi-

166 PARA COMPRENDER ClF.NCIA, TECNOLOCJ.4 y SOCIEDAD

nen al propio mercado y a los agentes económicosque en él toman parte.

La economía teórica, o aquello que en otros tiem­pos no muy lejanos fue denominado como econo­mía política, ha de considerar todos y cada uno delos aspectos históricos, sociales, técnicos, filosófi­cos, ..., que son fundamentales para su adecuado de­senvolvimiento. La realidad en general, y la realidadeconómica en particular, está tan señalada por unacantidad inagotable de matices, que cualquier es­fuerzo de síntesis que deje al margen el análisis delos mismos, convierte el enjuiciamiento de aquéllaen un mero discurso vado de contenido.

A partir de Marx y de Schumpeter, y, en no pocasocasiones, contra Marx y contra Schumpeter, quienpretende hacer economía teórica tiene que pregun­tarse, inevitablemente, por el contexto histórico, so­cial, científico, tecnológico y filosófico de la realidadeconómica en que se encuentra. En este sentido, yano es posible esbozar a grandes rasgos las repercu­siones que el «avance» científico y tecnológico puedetener para el «progreso» económico particular, sinoque dichas repercusiones han de ser consideradas ensu más mínimos detalles en el marco de una realidadeconómica mundialmente interrelacionada.

BibliografíaSchumpeter, JA Theorie der Wirschaftlichen Entwicklung.

Verlag Dunker & Humbolt, Munich 1912. (Traducciónal español realizada por Jesús Pradros Arrartre comoTeoría del desenvolvimiento económico. Una investiga­CIónsobre ganancias, capital, crédito, interés y ciclo eco­nómico. Fondo de Cultura Económica. 1" Edición. S"Reimpresión. México, 1978.)

-, Ten Great Economíst, From Marx to Keynes. OxfordUniversity Press, Inc., New York. (Traducción al espa­ñol realizada por Angel de Lucas como 10 GrandesEconomistas: de Marx a Keynes. Alianza editorial. 1"edición, 5"Reimpresión. Madrid, 1990.)

-, History o( Economícs Analysis. Oxford UníversítyPress. Inc. 1954. (Traducción al español de Manuel Sa­cristan. como Historia del análisis económico. EditorialAriel. 1" Edición en Arie! Economía. Barcelona, 1994).

-, Capitalism, Socíalism and Democracy. Harper & Brot­hers, New York & London. (Versión en español reali­dad por la Editorial Folio S.A., como Capitalismo, so­cialismo y democracia. Ediciones Folio S.A. 1984.)

Page 153: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

Desde la Sociología

Page 154: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

18

La instauración dela sociología de la ciencia:

R.K. Merton y la escuela de ColumbiaCristóbal Torres

L O S orígenes del campo de problemas denomi­nado como sociología de la ciencia se sitúa en

la extensión que realizó R.K. Merton (en la décadade los años treinta y cuarenta) del enfoque funcio­nalista al análisis de la actividad científica. Su laborha resultado fértil no sólo por el carácter pionero desu obra, sino también por su labor académica queinstitucionalizó la tradición sociológica sobre elquehacer científico, y constituyó la denominada es­cuela de Columbia en torno a su docencia e ínvestí­gaciones en dicha universidad norteamericana. Detal manera que acabó constituyendo un paradigmaque fue hegemónico en la sociología de la cienciahasta los años setenta, y cuya impugnación explicaen buena medida el surgimiento y posterior desa­rrollo de las denominadas como sociologías del co­nacimiento científico.

El eje del programa mertoniano en la sociologíade la ciencia ha consistido, de un lado, en el aban­dono de los problemas relacionadas con la genera­ción y validación del conocimiento científico, dadoslos problemas epistemológicos que tales cuestionesplantean y que, ya en 1937, Merton valoraba nega­tivamente. Y de otro, y éste es el aspecto principal,

en la consideración de la actividad científica en tan­to que institución social.

Por consiguiente, en las páginas siguientes meocuparé de los procesos por los que, según Merton,la actividad científica quedó institucionalizada enla Inglaterra del siglo XVII, de los mecanismos quepermiten la vigencia de esta institución social, y co­mo consecuencia de estos supuestos, de la estructu­ra social resultante en las comunidades científicas.Por último, y de forma sucinta, apuntaré algunas delas cuestiones que, con respecto al análisis del co­nocimiento científico, la escuela mertoniana ha ge­nerado.

1. La institucionalización de la cienciaen la Inglaterradel siglo XVII

El punto de arranque de la obra de Merton en elestudio de la ciencia se produjo con la elaboraciónde su tesis doctoral, a mediados de los años treinta,cuyo objeto era el análisis de lo que se considerabacomo el corazón de la institucionalización de laciencia moderna, a saber, la Inglaterra del siglo XVII(1984, [1938]),

PARA COMPRENDER CIENCIA. TECNOLoclA y SOCIEDAD 169

Page 155: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

No puede entenderse por completo las tesis deMerton sobre este problema, si no se considera pre­viamente cuál era el contexto intelectual en el queéstas se formulan. A comienzos de los años treinta,dos enfoques irreconciliables eran los que se habíanocupado del problema del surgimiento de la cienciamoderna. El primero, propio de la historia de laciencia tradicional de corte internalista, daba cuen­ta del surgimiento de la ciencia moderna por la im­pronta que habían supuesto factores tales como larutinización de lo que se viene en llamar el métodocientífico y la incorporación sistemática de las ma­temáticas. El resultado se concretó en el estableci­miento de un corpus acumulativo de conocimientocertificado que crecía sin interrupción (Butterfíeld.1958). El segundo, característico de la tradiciónmarxista que privilegia las variables socíoeconómí­cas, apostaba por destacar las conexiones de de­pendencia entre el despuntar de las fuerzas produc­tivas y las relaciones sociales de producción capita­listas y su correlato en la explosión de los avancescientíficos (Hessen, 1968 [1931]).

Bajo estos supuestos, Merton optó por una posi­ción a mitad de camino entre uno y otro enfoque,aportando nuevos y originales puntos de vista (co­mo el que destaca el papel que el protestantismo ju­gó en el desarrollo e institucionalización de la cien­cia), e insistiendo en que cualquier hipótesis debeligarse a evidencias empíricas concretas. De estamanera, Merton sostiene que las formas en que in­teractúan la ciencia y la sociedad varían según lasdistintas situaciones históricas, con lo que rechazalos planteamientos deterministas por entonces vi­gentes. Así, señala que la naturaleza y el grado deesos intercambios difieren en las diversas socieda­des según el estado de su ciencia y de sus sistemasinstitucionales de economía, política, religión, fuer­zas armadas, etc.

En el supuesto de la Inglaterra del siglo XVII,Merton considera a las demandas económicas y mi­litares de la época, y al sostén funcional de la éticapuritana, como los principales parámetros externosque estimularon el interés de la sociedad hacia laciencia, y que en definitiva, permitieron su institu­cionalización. La novedad de este punto de vista ex­ternalista consistió en su tesis del papel que jugó elpuritanismo, y más específicamente, el calvinismo.

170 PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLOG1A y SOCIEDAD

Esta corriente religiosa estableció que la diligenciaen la propia vocación es una necesidad que debe go­bernar la conducta humana. Sobre esta base, la ac­tividad científica se convierte, por una parte, en unmedio de glorificar a Dios (el estudio de los fenó­menos naturales pone de manifiesto su poder ygrandeza), y por otra, en una forma de contribuir albienestar público, lo cual es bueno a los ojos deDios dado que sus innovaciones hacen más llevade­ra la vida de quienes tras la muerte tienen su desti­no (salvación o condenación) fijado de antemano.De esta manera, valores socio-religiosos y científi­cos convergen puesto que la ciencia se concibe co­mo una poderosa herramienta tecnológica y la uti­lidad social es un fin prescrito por la religión.

Sin embargo, Merton también afirma que si bienesta afinidad del temperamento puritano y del cien­tífico explica en parte la aceleración del ritmo de laactividad científica a finales del XVII, en modo algu­no da cuenta de los focos particulares de lainvestigación científica y tecnológica. En este senti­do, señala que la importancia de las innovacionescientíficas para el desarrollo económico y la prima­cía política, proporcionó un mayor valor a Jos lo­gros inventivos que contribuyeron a establecer laaspiración inglesa de dominar en los campos de lamanufactura textil, la agricultura, la minería y lanavegación.

Pero el equilibro de Merton no sólo se produceen el émbí to de la vertiente externa hasta aquí se­ñalada. De hecho, el autor también trata de obteneruna postura integradora con respecto a las relacio­nes interno-externo. La solución que propuso esta­blece que mientras las condiciones sociales (exter­nas) dan cuenta de las grandes problemáticas en lasque la ciencia se interesaba, marcando además elritmo general del progreso científico, las cuestionesmás concretas de la investigación cotidiana se de­ben a los procedimientos (internos) del corpus cien­tífico. Con todo, Merton asume la generalidad de suinterpretaciones y la especificidad del caso que es­tudia y recuerda que todo intento de formular unateoría sociológica vasta del desarrollo científico de­be ser considerado prematuro, y que seria necesariodisponer de un numeroso conjunto de estudios pa­ra poder perfilar y enriquecer su esbozo teórico.

Page 156: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

2. Laciencia como institución social

El núcleo de sus aportaciones en el campo de lasociología de la ciencia consistió en la identifica­ción de una serie de factores que, a su juicio, dancuenta de la constitución y vigencia de la cienciacomo institución social. Dos son los aspectos, y mo­mentos, de esta formulación. En el seminal artículo(1977: 355-368) que dedica al problema establece,siguiendo la tradición funcionalista clásica, una ex­plicación normativa basada en valores morales. Afinales de los años cincuenta, y el en contexto de larevisión y crítica de los postulados funcionalistas,perfiló la importancia que los procesos de inter­cambio tienen en la vida científica (1977: 371-524).

Merton hace descansar a la ciencia como insti­tución social en la existencia de un ethos singularformado por un conjunto de valores y normas obli­gatorias para los científicos, que además de Ser pre­ceptos morales que garantizan el mantenimiento deesta institución, son preceptos técnicos, dado quesu seguimiento permite el progreso sustantivo delconocimiento científico. El autor identifica comoelementos constitutivos del ethos o conjunto de im­perativos institucionales de la ciencia, el Comunis­mo, el Universalismo, el Desinterés y el Escepticis­mo Organizado. Todos ellos se conocen de formaabreviada como los Cudeos (tomando las primerasletras de los cuatro rasgos señalados), y pueden ca­racterizarse de la siguiente forma.

El universalismo halla expresión inmediata enel canon de que las pretensiones a la verdad debenser sometidas a criterios impersonales preestable­cidos, como la consonancia con la observación y elconocimiento anteriormente confirmado. La acep­tación o rechazo de las pretensiones a figurar enlas nóminas de la ciencia no deben depender de losatributos personales o sociales de su protagonista,sino de los argumentos y pruebas que se presenten.El comunismo, entendiéndose bajo este término laidea de que los hallazgos de la ciencia son pro­ducto de la colaboración social y por lo tanto sonasignados a la comunidad. De esta forma, las apor­taciones constituyen una herencia común en lacual el derecho del productor individual queda li­mitado al reconocimiento y a la estima por la apor-

tación. y si la institución funciona con un mínimode eficiencia, la estima y el reconocimiento sonproporcionales al crecimiento aportado al fondocomún de conocimiento. El secreto es la antítesisde esta norma y la comunalidad plena y abierta sucumplimiento. La presión para la difusión de losresultados es reforzada por el objetivo institucionalde dilatar los límites del conocimiento y por el in­centivo del reconocimiento que depende de la pu­blicación. El desinterés, identificándose éste comoque no se debe aspirar a través del trabajo en laciencia a más beneficio que el que proporciona lasatisfacción por el trabajo realizado y el prestigioque representa el haber actuado en interés de lacomunidad. Finalmente, el escepticismo organizadoes un mandato metodológico e institucional. El in­vestigador científico no debe preservar abismosentre lo sagrado y 10 profano, entre lo que exigerespeto acrítico y 10 que puede ser analizado obje­tivamente. Pero el examen independiente de lascreencias en términos empíricos y lógicos ha en­vuelto periódicamente a la ciencia en conflicto conotras instituciones; aSÍ, la ciencia puede chocarcon otras actitudes hacia esos mismos datos quehan sido cristalizados y, a menudo, ritualizadospor otras instituciones.

Esta conceptualización del ethos como compen­dio de normas y valores morales fue completada,posteriormente, por el propio Merton con una va­riante de la teoría del intercambio. Según el autor,es la búsqueda del reconocimiento que se espera lo­grar por facilitar conocimiento científico original ynovedoso lo que actúa como el motor, garantiza elmantenimiento del ethos diferencial de la ciencia, ydinamiza la actividad investigadora. A partir de lasabundantes y enconadas disputas por la prioridadque se suceden en la historia de la ciencia, sobre to­do en el caso de los descubrimientos múltiples,Merton llega a la conclusión de que la ciencia comoinstitución social se estructura a partir de un siste­ma de intercambio fundamentado en la concesiónde recompensas a cambio de la aportación de in­formación que los colegas estiman como relevante.Recompensas que aparecen en el nivel informal,mediante el reconocimiento de los pares, pero queuna vez institucionalizada la ciencia se materiali­zan en prácticas tales como la eponímía, o costum-

PARA COMPRENDER CIENCIA. TECNOLOG1A y SOCIEDAD 171

Page 157: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

bre de dar al hecho descubierto el nombre de sudescubridor, el ingreso en las academias honorariasde la ciencia, la concesión de distinciones (como elPremio Nobel). así como en la elección de determi­nados cargos y posiciones materiales que se dandentro de las instituciones científicas.

Aunque según Merton, el sistema del intercam­bio institucionalizado tiene su origen en la exísten­cía de una serie de normas y valores morales, y másconcretamente, en el comunismo, la originalidad yel escepticismo organizado, el autor también esconsciente de que tal sistema (que subraya con én­fasis la importancia de la prioridad y originalidad)puede terminar generando, en el mejor de los casos,ambivalencia en la conducta científica y, en el peorde los supuestos, prácticas desviadas como el plagioo el fraude.

Las tesis del ethos científico de Merton han sidoobjeto de un vivo y apasionado debate (que ha mar­cado a la sociología de la ciencia durante los añossetenta), especialmente referido a la primera for­mulación basada en las normas y valores morales,entre críticos que han puesto de manifiesto su ina­decuación y miembros de la escuela de Columbiaque las han enriquecido y apoyado empíricamente(Torres Albero, 1994: 28-97). El balance que estimopuede hacerse, tras la prolongada controversia,consiste en que la propuesta original de Merton só­lo es asumible si se entiende como un conjunto denormas que identifica y singulariza a la instituciónsocial de la ciencia. Como todas las normas que de­finen instituciones sociales, éstas sirven como t-efe­rencía para las conductas que se suceden dentro dela institución en cuestión. Pero asumir esta pro­puesta no implica que las reglas se sigan normatí­vamente o por un consenso en los valores morales,sino que, recordando la posición última de Mulkay(1979), también pueden deberse al significado e in­terpretación que los propios científicos les otorgan(formas de resolver conflictos, ritos de celebración,etc.) a partir de otros tipos de valores morales o utl­litarios.

Además, la confusión entre normas y valores dela propuesta mertoniana (típica del funcionalismo)implica, a mi juicio, un sobrepeso en los elementosde los Cudeos que definen a la ciencia como insti-

172 PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLOGIA y SOCIEDAD

tución social. Así, mientras que los principios deluniversalismo, comunismo, e intercambio de infor­mación novedosa y original a cambio de reconoci­miento (junto a las estructuras teóricas y los cáno­nes metodológicos) definen a la ciencia como insti­tución, el desinterés no tendría status normativoalguno y su enunciación se deberla a una equivoca­da transformación de un valor deseable (presente oausente, según los casos) de tipo moral en una pre­tendida norma universal. Por lo que respecta al es­cepticismo organizado, sólo tendría un sentido nor­mativo en tanto que sirve para caracterizar a laciencia frente a los límites de otras instituciones so­ciales. En todo caso, como norma que enmarca lavida interna de los científicos sena, además de unvalor que puede estar o no presente en la vida cien­tífica, una consecuencia no querida que puede pro­ducirse a partir de la competencia entre escuelascientíficas en acentuado antagonismo.

De la interpretación que he hecho de los Cudeosmertonianos, se deriva que el progreso de la cienciano sólo depende del efectivo cumplimiento del con­junto de imperativos señalados por Merton y asu­midos por su escuela, sino que también puedenobedecer a otros considerandos. Bien es cierto quesus propuestas representan pautas y reglas que enla medida que se sigan facilitan el progreso del co­nocimiento cientlfico tan rápidamente como losproblemas sustantivos del corpus teórico y metodo­lógico concreto lo permitan. Pero de acuerdo a losresultados de las investigaciones de Mitroff (1974),hay que señalar que los elementos que este autor haencontrado en la conducta científica, y que él iden­tifica como contranonnas que impugnan la formu­lación clásica de Merton, también proveen esa mis­ma función positiva para el progreso científico.

3. La estratificación y desigualdaden lascomunidades cientificas

Una vez identificadas las normas que definen laciencia como institución social, Merton y la escuelade Columbia comenzaron a plantearse (ya en losaños sesenta) el problema de hasta qué punto estosimperativos institucionales conformaban la estruc-

Page 158: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

tura social de esta institución. La forma en que seabordó este asunto fue el propio de la tradición fun­cionalista en la que estos autores se encuadraban.Se trató de conocer si el universalismo regía losprocesos de estratificación social, para lo cual se es­tudió si las asignaciones de recompensas eran pro­porcionales a la calidad de la información suminis­trada, evaluándose el impacto de ésta a través delnúmero de citas (Cale y Cale, 1973; Gastan, 1978;Merton, 1977: 527-697).

Aun cuando se mueve dentro de este paraguasteórico y metodológico, Merton (junto con Zucker­man) es el que más se aleja de la perspectiva clásicadel funcionalismo. En un célebre artículo titulado«El efecto Mateo en la Ciencia» (1977: 554-578), es­te autor distingue tres hechos que atentan contra lavigencia del universalismo. En primer lugar, el lla­mado fenómeno del sillón 41 (en referencia a quesólo 40 personas pueden componer la AcademiaFrancesa) referido al importante número de científi­cos que no han recibido ningún premio, ni lo recibi­rán, a pesar de haber contribuido con sus aporta­ciones al avance de la ciencia tanto o más que algu­nos de los que sí han sido recompensados. Ensegundo lugar lo que Merton denomina como efec­to de trinquete, que opera en las carreras de los cien­tíficos de tal manera que, una vez han alcanzado ungrado determinado de reconocimiento y recompen­sas ya no caen por debajo del nivel conquistado. Porúltimo el que propiamente se conoce como «efectoMateo», con el que describe la desigual acumulaciónque se da del reconocimiento en las contribucionescientíficas de científicos de considerable reputación,y la negación de tal recompensa a los que todavía nose han distinguido. Algo que también se aprecia enlos casos de colaboración, y en los descubrimientosmúltiples independientes..

Merton va más allá cuando constata que el efec­to Mateo también se da en otros ámbitos de la vidacientífica, además del sistema de recompensas. Deesta manera, indica que se encuentra en la red decomunicaciones, donde tiene el efecto de aumentarla visibilidad de las contribuciones de los científicosde reconocida reputación y de reducir la visibilidadde las contribuciones realizadas por autores menosconocidos. Incluso sus efectos aumentan debido alaumento exponencial del volumen de las publica-

ciones científicas, que hace que los lectores de artí­culos busquen claves para seleccionar artículos, y lareputación previa del firmante sea uno de los me­canismos más recunidos. Por último, el efecto Ma­teo origina diferencias en cuanto a la distribución yel acceso a los recursos científicos, dado que a lasinstituciones catalogadas como excelentes se lesasignan muchos más recursos para la investigaciónque a los centros que aún no se han destacado. A suvez, su prestigio atrae a una parte desproporciona­damente mayor de los más prometedores' jóvenescientíficos. Algo que, según Merton, es más impor­tante en la gran ciencia, con el costoso equipo querequiere la investigación.

,/-,

En artículos posteriores, Merton en colaboracióncon Zuckerman (1977: 579-697), señala que aunquela posición en la estructura social de las comunida­des científicas se adquieren mediante los logros rea­lizados, una vez que ésta se consigue se convierte enadscrita por un tiempo indeterminado, lo que puedeoriginar tensiones tanto en los procesos de evalua­ción como en la asignación de recursos, puesto que

PARA COMPRENDER CIENCIA. TECNOLOCIA y SOCIEDAD 173

Page 159: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

el criterio decisivo puede ser el status obtenido porlas pasadas aportaciones y no el valor intelectual delas contribuciones actuales. De esta manera, todosestos factores particularistas producen que las lí­neas de carreras individuales y colectivas puedanasemejarse tanto en el éxito como en el fracaso, acurvas logísticas más que a rectas.

En definitiva, especialmente en Merton y Zuc­kerman, se aprecia una tensión dual en el análisisde los procesos de estratificación social en la vidacientífica, puesto que existe una profunda interac­ción entre el sistema de status de corte funcíonalis­ta basado en el galardón y la estima, y el sistema declases que ubica al científico en posiciones de desi­gualdad dentro de la estructura de oportunidadesde la ciencia. Dualidad que se proyecta en la moví­lidad de los científicos, en cuyos mecanismos coe­xisten tanto la movilidad por oposición basada en eldesempeño del rol y reforzada por la norma del uni­versalismo, como la movilidad patrocinada en laque las élites reclutan a los jóvenes mediante algúntipo de particularismo.

4. Laobra de Merton yel análisis del conocimiento cientifico

Como anteriormente señalé, el rechazo de Mer­ton a entrar en los problemas epistemológicos quela sociología del conocimiento plantea se estableceya en su inicial posicionamiento ante este campo deproblemas (1964 [1937]). El autor trató de hacerfrente a esta cuestión alentando las investigacionesempíricas sobre la dimensión social de la vida cien­tífica, de ahí que su trabajo se haya circunscrito alos procesos de institucionalización de la cienciamoderna, al establecimiento de los parámetros (elethos) que definen a esta institución social, ya la in­dagación de los mecanismos de estratificación so­cial de las comunidades científicas.

Sin embargo, está posición de Merton tiene quecompletarse con un crucial texto suyo de 1945, titu­lado «Paradigma para la sociología del conocimien­to» (1977: 46-86), en el que textualmente señala que«la revolución copemícana en esta zona de investi­gación consiste en la hipótesis de que no sólo el

174 PARA COMPRENDER CIENCIA. TECNOLocfA y SOCIEDAD

error, la ilusión o la creencia falsificada estaban so­cialmente (históricamente) condicionadas, sino quelo estaba también el descubrimiento de la verdad.Mientras la atención estuvo enfocada sobre los de­terminantes sociales de la ideología, la ilusión, elmito y las normas morales, no podía aparecer la so­ciología del conocimiento. Estaba bastante claroque en la explicación del error o de la opinión nocertificada se hallaban implícitos algunos factoresextra-teóricos, que se necesitaba una explicaciónespecial, ya que la realidad del objeto no podía ex­plicar el error. Pero en el caso del conocimientoconfirmado o certificado se supuso durante muchotiempo que podía ser adecuadamente explicado entérminos de una relación directa objeto-intérprete.La sociología del conocimiento nació con la notablehipótesis de que aun las verdades tenían que consi­derarse socialmente explicables, que había que po­nerlas en relación con la sociedad histórica en queaparecían» (1977: 50-51).

Por consiguiente, las repetidas acusaciones quedesde las actuales sociologías del conocimientocientífico se han lanzado contra Merton sobre el ca­rácter positivista de sus posiciones, o sobre su con­sideración del conocimiento científico como unacaja negra, simplifican en realidad los planteamien­tos originales del autor, así como pasan por alto lasituación de los estudios sociológicos a mediadosde los años treinta (en relación a la filosofía o la his­toria de la ciencia por ejemplo).

De esta manera, y como han recordado autoresde la escuela de Columbia como Gieryn (1982),Gaston (1984) o Zuckerman (1988) la obra de Mer­ton y sus discípulos (1a escuela de Columbia) no esincompatible con el análisis sociológico del conoci­miento científico, aun cuando disienta de buenaparte de los planteamientos epistemológicos de lasactuales sociologías del conocimiento científico.

BibliografíaButterfield. H. (1958). Los orígenes de la ciencia moderna,

Madrid, Tauros.

Cale, J. y Cale, S. (l973). Social Stratification in Science.The University of Chicago Press, Chicago.

Gastan, J. (1978). The Reward System in British and Ame­rican Scicnce. Nueva York, Wiley and Sonso

Page 160: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

Gastan, J. (1984). «On the Sociology of Beljef Knowledgeand Scíence». En J.R Brown (ed), Scientific Rationa­lity: The Sociological Turn. Dordrecht. Reídel.

Gieryn, T. (1982). «RelativistJConstructivist Programmesin the Sociology of Science: Redundance and Retreat».Social Studles of Science n'' 12: 279-297.

Hessen, B. (1968). «The Social and Economical Roots ofNewton's Principia». En G. Basalia (comp.}, The Riseof Modero Science: Intemal or External Factor? Le­xington (Mass.), Heath.

Merton, RK. (964). «La sociología del conocimiento».En 1. L. Horowitz (ed), Historia y elementos de la so­ciología del conocimiento, Eudeba, Buenos Aires. (e.o.del artículo de Merton, 1938).

Merton, RK. (1977). La sociología de la ciencia. 2 vol. Ma­drid, Alianza Universidad. (e.o. 1973).

Merton, RK. (1984). Ciencia, tecnología y sociedad en laInglaterra del siglo XVII, Madrid, Alianza Universidad.(e.o. 1938).

Mitroff, 1. (1974). «The Apollo Moon Scientists: A CaseStudy of the Ambivalence of Scíenrísts». American So­ciological Revlew, núm. 39: 579-595.

Mulkay, M. (1979). «Interpretation and the Use of Rules:The Case of the Nonns of Science». En T. Gieryn(comp.), A Festschrift for Robert Merton. Transactionsof The New York Academy of Scíences. Series II, Vol.39.

Torres Albero, C. (1994). Sociología política de la ciencia,Madrid, CIS-Siglo XXI.

Zuckerrnan, H. (1988). «Sociology of Scíence». En N.J.Smelser (ed), Handbook of Sociology, Berverly Hills,Sage.

PARA COMPRENDER CIENCIA. TECNOLOGIA y SOCIEDAD 175

Page 161: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

19

Jacques Elluly la teoría

de la tecnología autónoma 1

Carl Mitcham

J acques Ellul (1912-1994) en su libro La Techni­que ou l'enieu du siecle (París: Annand Colin,

1954; reeditado en Ed. Económica. París. 1990) fueel primero que presentó la tecnología como un te­ma apropiado para un análisis sociológico de formaglobal y sistemática. Como el propio Ellul escribeen su última reflexión autobiográfica sobre su ini­cio en la investigación, la cual le conduciría a LaTechnique: «Estaba cierto de que... si Marx estuvie­ra vivo en 1940 no estudiaría en absoluto la econo­mía o las estructuras capitalistas, sino la tecnología.Por lo tanto comencé a estudiar la tecnología usan­do un método tan parecido como fuera posible alque Marx utilizó un siglo antes para estudiar el ca­pitalismo» l .

Ellul nació en Burdeos, Francia, y pronto sufrióel influyente legado de alguien estrechamente rela­cionado con la ciudad como fue el fundador, juntoa Marx, de la sociología: Emile Durkheim (1858·

I Traducción dc Andoni Alonso.

, Nota del traductor: Se cita la edición francesa del Iibro,aunque se ofrece la traducción al castellano (A lemps el acon­tretemps, París: Centurian, 1981, p. 155).

1917). Es la concepción de Durkheim de la «con­ciencia colectiva» de una sociedad, o lo que tam­bién llama «los hechos sociales» y la idea correlati­va de que éstos son sui generis, no reducibles, porejemplo, a la economía o a la psicología individual­lo que se puede detectar en la base de la noción quemaneja Ellull sobre una sociedad tecnológica, lacual posee sus propias estructuras inherentes. Estasestructuras que Ellul analizó en su «caracteriolo­gía» de la moderna tecnología fueron racionalidad,artificialidad. automatismo, autocrecimiento, inse­parabilidad, universalidad y autonomía (la rationa­lité, l'artificialité, í'automatism, l'autoaccrossement,l'universalité, l'autonomie). Aunque la tecnología sepresenta como un medio de conquista de la natura­leza y una huida de las limitaciones sociales, de he­cho, reemplaza los órdenes naturales y sociales pormedio de lo que Ellul denomina como el medio téc­nológico.

De acuerdo con Ellul. la característica principaldel medio tecnológico es que siempre intenta algúntipo de eficiencia, Esto es visible no sólo en la inge­niería, sino también en la economía, la política, eincluso en áreas que actualmente se conciben entérminos de «recursos humanos», Desde la educa­ción a la medicina, existen expertos técnicos que

PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLoclA y SOCIEDAD 177

Page 162: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

continuamente aseguran la necesidad de guiar latoma de decisiones sociales por medio, por ejem­plo, de análisis en términos de costo y beneficio.Las justificaciones que podrían apelar a la tradi­ción, a las leyes religiosas, o a un ideal estético sedejan de lado en favor de las decisiones basadas encomparaciones cuantitativas, por parámetros de in­put y output.

El amplio trabajo sociológico de Ellul contribu­ye, así lo afirma, a un examen global de la influen­cia de la tecnología en la sociedad. «Por ejemplo,La Technique (1954) estudia la sociedad como un to­do; Propagande (1962) examina los medios técnicosque sirven para cambiar las opiniones y transfor­mar al individuo; L'Illusion Politique (1965) es el es­tudio de en qué se convierte la política dentro de lasociedad tecnológica; Metamorphose du bourgeois(1967) contempla las clases sociales en la sociedadtecnológica. Mis dos libros sobre la revolución plan­tean la cuestión de qué tipo de revolución es posibleen una sociedad tecnológica ... Y, finalmente, L'Em­pire du Non-Sens (1980) es el estudio de en qué setransforma el arte en el medio tecnológico» l. Ellultambién realizó la revisión de La Technique con Lesysteme technicien (París: Calmann-Levy 1977) yLe Bluff technologique (París: Hachette, 1987). Entanto en cuanto se puede decir que la tecnología tie­ne lo que Ellul describe directamtente como una in­fluencia dominante en la sociedad y la cultura -es­to es, influye en la sociedad más que la sociedad in­fluye en ella- se puede decir que ésta es «autóno­ma". Tal sociedad constituye lo que otros han de­nominado como tecnocracia.

La idea de la autonomía de la tecnología consti­tuye lo que fue el primer blanco de crítica en la obrade Ellul. Aunque es claro que es el caso, cuando unomira al mundo de hoy, que se puede observar fácil­mente la prominente influencia de la tecnología enla transformación de nuestra agricultura, transpor­te, comunicación, política, economía, educación, ylas esferas de acción humanas relacionadas con és­ta, es también igualmente cierto que la tecnologíano nace por sí misma. La tecnología es algo que losseres humanos han creado y usan. Lo que se cono-

) (A temps el a contrasemps. pp. 155-156).

178 PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLOG1A y SOCIEDAD

ce como la escuela constructtvísta de investigaciónen ciencia y tecnología señala, a diferencia de Ellul,las vías claramente visibles en las que las decisionesse toman no sólo en virtud de cálculos racionales deeficiencia, sino también bajo la influencia de pre­siones políticas o económicas, presupuestos cultu­rales, y motivaciones psicológicas individuales. Pa­ra constructivistas sociales como Wiebe E. Bijker(O{ Bicycles, Bakelites, and Bulbs: Towards a Theoryof Sociotechnological Change, Cambridge, MA: MITPress, 1995) la idea de la primacía del deseo por laeficiencia y la así llamada autonomía de la tecnolo­gía oculta un conjunto múltiple de mícrodecísionespor las que los seres humanos influyen, de hecho,en sus tecnologías y fácilmente se vuelve en una ra­cionalización hacia la inacción y la pasividad cuan­do se encuentran problemas tecnológicos.

Para Ellul y para aquellos que se encuentran in­fluenciados por su aproximación, en cambio, la mi­crodeconstrucción de las formaciones tecnológicaspuede dejarse de lado gracias a un cuadro de lacuestión más grande e importante. Casi al final deL'Espérance oubliée (1972), por ejemplo, Ellul, usan­do la analogía de estudiar el océano, distingue tresniveles de análisis sociológico: (1) el nivel de los ca­sos de sucesos nuevos, como las olas de la superfi­cie; (2) el nivel más general de las relaciones de po­der o la simple humedad del agua; y (3) un nivel in­termedio de «estructuras, movimientos, y regulari­dades temporales que componen la historia real»,como las mareas y corrientes del mar. Su respuestaal constructivismo social será, sin ninguna duda,que se restringe a sí mismo al nivel primero, no per­cibiendo estas características comunes del mundoque imprimen a la sociedad contemporánea susprincipales atributos.

Más aún, en respuesta a la acusación de que es­tá en peligro de dar un carácter racional a la pasivi­dad respecto a los problemas tecnológicos, Ellulacudirá a otra dimensión global de su trabajo. Enparalelo a sus extensos trabajos sociológicos, Ellulha construido otro corpus de reflexiones teológicassobre la sociedad contemporánea. Para Ellu!, es laotreídad de la fe y la Biblia lo que ofrece su propiaalternativa a la resignada pasividad. Para escapardel pesimismo que podría seguirse de su estudio so­ciológico de L'Illusion Poíítique, por ejemplo, exa-

Page 163: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

mina la política desde la perspectiva bíblica en Po·litioue de Dieu, politiques de l'homme (l966). Estosestudios bíblicos permiten a Ellul hablar con brutalfranqueza sobre la realidad presente de la tecnolo­gía, no defraudada por las tan comunes ilusiones enlas evaluaciones modernas de su problemática. Porúltimo, Ellul debe leerse no sólo como un sociólogode la tecnología sino también como un teólogo,

Bibliografía de Ellul

La technique ou l'enieu du síécle, Calrnann-levy, París.1954.

Le systeme technicien, Calmann-Ievy. París, 1977.

A temps et a contratemps, Centurión, París, 1981.

PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLOG1A y SOCIEDAD 179

Page 164: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

20

Marshall McLuhany las tecnologías de los nuevos

medios de comunicaciónAndoni Alonso

H erbert Marshall McLuhan ha sido sin ningu­na duda el mítico profeta de la sociedad me­

diática, al mismo tiempo que el pionero de la tec­nología de dichos medios de comunicación. Su tra­bajo, iniciado a finales de los años 50 y desarrolladodurante los 60 y 70, fue sometido a durísimas críti­cas como la de Umberto Eco. Cayó en un eclipsetransitorio durante los 80 hasta el punto de desapa­recer la referencia a su obra en los modernos ma­nuales de teoría de la comunicación. Pero, justa­mente ahora, en la era del «ciberespacío», su traba­jo ha sido rescatado y resulta imprescindible para lacomprensión de la futura sociedad que se interco­municará globalmente. Las perspectivas de futuroasignan una tercera revolución industrial basada enla informática y la capacidad de comunicación. Así,un pensador de la sociedad posmodema. comoGianní Vattimo, ha rescatado su obra para la actualsociedad del espectáculo, o un especialista en larealidad virtual, como Michael Heym. considera aMcLuhan y a su discípulo W. Ong como teóricos ne­cesarios para comprender la situación actual. En lamisma línea, la revista de cultura Informática. Wi­red, lo ha rescatado de nuevo como anticipador delas nuevas redes informáticas. Una de las ideas

mantenida respecto a McLuhan parece cierta; laaparición de una nueva tecnología de comunica­ción -en este caso la informática- lleva inevitable­mente al rescate de su obra.

Sorprendentemente, la formación cultural deMcLuhan no pertenece a la teoría de la informa­ción, sino que su método de análisis lo toma de lacrítica literaria americana de los primeros añostreinta. Esta fuerte formación literaria se manifies­ta claramente en su preferencia por los grandes clá­sicos, como Shakespeare, Cervantes, Dante, Joyce oMilton, a los que considera como la fuente para unacomprensión del fenómeno del cambio tecnológico.Su estudio de los medios de comunicación se mo­verá de esta manera desde una postura radicalmen­te adversa (su primer trabajo The Electronic Bride),considerando las revoluciones tecnológicas comoacontecimientos perversos, que nada contienen depositivo para la humanidad. Sin embargo, este tin­te tecnocatastrofista fue moderándose con posterio­ridad, como se percibe en Understanding the Mediao The Gutenberg Galaxy. Así, afirmó que era más fá­cil mantener una postura crítico-moral sobre lastransformaciones tecnológicas que hacer el serioesfuerzo de comprenderlas realmente, sobre todopor las consecuencias que podría acarrear para

PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLOGIA y SOCIEDAD 181

Page 165: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

nuestra propia acción. Encontró en el arte y sobretodo en la literatura un modo de confrontar loscambios tecnológicos que fuese más allá de la críti­ca impotente. Sin embargo, la idea de un determi­nismo tecnológico subyace en su obra de formamás o menos constante. Por otro lado, McLuhan esun pensador difícilmente sistematízable. ya que élmismo deseaba combatir la tendencia actual decomprender la realidad de forma lineal y sistemáti­ca, optando en cambio por un estilo aforístico yfragmentario, como en su obra más célebre, TheGutenberg Galaxy, o empleando incluso formatosnetamente vanguardistas, cercanos al arte concep­tual, como El Medio es el Masaje, donde combinafrases breves, aforismos, con imágenes. Su estilotan particular. y en algún sentido tan poco acadé­mico, ha sido la gloria y la miseria de su pensa­miento. Como recuerda Jorge Lozano 1, algunas delas expresiones de McLuhan se han convertido eneslóganes, moneda corriente que lodo el mundo ci­ta, pero que asimismo se han comprendido preca­riamente. La célebre expresión «el medio es el men­saje» (convertida posteriormente por el propio au­tor en «el medio es el masaje») significa, en idea deMcLuhan, una corrupción total del mensaje, un de­sastre de alcance social. Sin embargo se le ha que­rido dar, en ocasiones, un sesgo positivo.

McLuhan considera la tecnología desde un pun­to de vista bien clásico: la invención de los útilestecnológicos son, en última instancia, extensionesdel ser humano, tanto de su cuerpo como de sus ac­ciones. Dicho de forma sencilla, un martillo es laextensión y potenciación del puño, y un libro es laextensión de la memoria, el cual permite almacenary transmitir más experiencias. Esta idea de la tec­nología se encuentra ya en los primeros teóricos dela tecnología como el hegeliano W. Kapp o Teillardde Chardín. Sin embargo, McLuhan la combina consu propia visión del tema. Las extensiones que su­pone la tecnología crean un desequilibrio sensorial,primando unos sentidos por encima de otros, y, co­mo consecuencia, situaciones anormales en los pro­cesos cognitivos. El cerebro humano ha de funcío-

I Prólogo a La Galaxia Gutcnberg. A pesar de su brevedad elprólogo de Lozano ofrece una buena sinopsis del autor y de es­ta obra en concreto.

182 PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLOG/A y SOCIEDAD

nar; en su opinión, con un equilibrio en los diferen­tes sentidos, y una vez rotos, como por ejemplo através de la primacía de la vista sobre el tacto o eloído, se produce un cambio radical en la sociedaden la que se produce. Uno de los análisis más inte­resantes de este autor es entender un elemento, aprimera vista tan «natural» y ordinario como el al­fabeto y la escritura, como una invención tecnoló­gico-cultural de primer orden, que transforma lassociedades en sus aspectos más importantes, comola política y la economía. Sólo a través de una len­gua alfabética y por lo tanto, posible de transcribiren un texto, se puede crear un tipo de vida social yuna organización política determinadas.

Esta cultura alfabética crea por lo tanto un de­sequilibrio psicológico que a su vez genera un tiposocial determinado, lo que él denominará el «hornotypographicus». En contraste con la sociedad en laEdad Media, este nuevo individuo entiende su ex­periencia de una forma totalmente diferente a suantecesor, que vive inmerso en una cultura oral, enel sentido material de la palabra. La capacidad oraldel individuo, que todavía se mantiene en determí­nadas pueblos, le hace vivir inmerso en una expe­riencia que le envuelve por completo y que lo religacon fuertes lazos a sus semejantes. McLuhan com­parará a estos individuos con las sociedades cerra­das de las que habla Karl Popper en La sociedadabierta y sus enemigos:', mientras que la distanciacognitiva que supone el texto, la primacía de lo vi­sual sobre lo auditivo de la cultura de la imprenta,produce el individualismo moderno. Las culturasorales muestran desapego hacia la acción indivi­dual, porque viven en una suerte de continuo social,donde la palabra escuchada crea un contexto quearropa y subsume a cada uno de sus componentesen un todo. En cambio, el texto, secuencial y lineal,crea un hábito de conocimiento que permite que elindividuo se entienda como tal, como un «sujeto»,un lector, que dispone de un mecanismo -el libro­que ha de seguir de forma homogénea, en términosde causa/efecto; la primera parte conduce a la se­gunda por este nexo causal y así sucesivamente. Loscambios, por su parte, suponen un desajuste socialque engendra violencia. Los tránsitos de un medio

, La Galaxia Gutenberg.

Page 166: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

tecnológico a otro suponen una pérdida de identi­dad, que crea a su vez un malestar cultural, bienrespecto al individuo aislado bien como a colectivosy grupos más amplios. Así, siguiendo con la analo­gía de la técnica como extensión del ser humano,un sistema de comunicación como el electrónicosupone la disolución de la propia corporalidad-Identídad- a través del medio por donde se expan­de. La identidad de un cuerpo televisado no está yaen el lugar que físicamente ocupa, sino en los milesde monitores que transmiten su imagen en lugaresdiferentes. Es justamente el sentido que tiene su cé­lebre frase «el medio es el mensaje»; la tecnologíade la comunicación ofrece primariamente un modode entender la realidad, el mundo (su forma). y só­lo secundariamente un contenido. La linealidadcognoscitiva que crea el texto tiene su paralelo en lacomprensión del cosmos como un homogéneo es­pacial y temporal, en el que la acción provoca unareacción proporcional, esto es, una visión newto­niana del mundo. Asimismo, la tecnología alfabéti­ca permite la división de la palabra, del texto en for­ma y contenido, relegando a la [arma a un segundoplano. Así la visión cuantitativa del mundo, carac­terizada por las mediciones numéricas, desplaza ala visión jerarquizada.

McLuhan introduce una curiosa clasificaciónpor «temperatura» de los medios de comunicación,es decir, calientes y fríos. Los primeros son los queexigen del receptor una inmersión completa, dondedebe llenar los "huecos» como en la escritura, don­de el lector debe actualizar continuamente el texto,por ejemplo dando sentido a los pronombres yaportando su imaginación para recrear las descrip­ciones del texto. Los segundos, gracias a su com­pletitud sensorial, sólo requieren la contemplacióny escucha pasivas por parte del receptor. como elcaso de la televisión. Con esta doble caracteriza­ción, es posible clasificar los medios, recordando almismo tiempo que cada uno de ellos pertenece obien al individuo de la sociedad tribal (mediosfríos) o al individualista-tipográfico (medios calien­tes). Es posible encontrar cierto tránsito entre losdos medios, por ejemplo, las técnicas escrtturalesen donde se combina imagen y recursos tipográfi­cos que rompen la linealidad tradicional del texto.Un buen ejemplo de este hecho se encuentra en las

portadas de los periódicos. Éste es el conocimientoen forma de «mosaico», que prescinde paulatina­mente de la coherencia lineal. Teniendo en cuentaestas nociones es como se puede entender correcta­mente otra de las populares expresiones deMcLuhan: «la aldea global». Con esta noción inten­ta describir una nueva revolución tecnológica en lasociedad presente: los medios electrónicos de co­municación. La introducción de esta tecnología su­pone de nuevo un cambio psicológico y su consi­guiente transformación social y política. Conse­cuentemente, el "horno typographicus» ha de dejarpaso a una nueva forma de entender la realidad. Lacaracterística definitoria de estos nuevos medios decomunicación consiste en su capacidad para pre­sentar la información de modo instantáneo, crean­do un medio completamente nuevo, y por recuperarde nuevo el elemento auditivo como fundamentalen la transmisión del conocimiento. Por lo tanto,asistimos a un renacimiento de lo tribal (el indivi­duo inmerso en lo social, en la masa) pero dentro deun marco global (el mundo intercomunicado en sutotalidad). Ello no impide, sino que al contrario,alienta el estallido causado por la pérdida de identi­dad. individual. nacionalista, etc.. con una vertiente«tribal» que los nuevos medios imponen. Basta conver la actual situación del mundo para reconocer lacerteza del planteamiento de McLuhan.

La televisión puede que no sea el referente bási­co para el análisis de la nueva sociedad informatí­zada, tal como colocaba McLuhan. Ya está anun­ciado el multimedia teleinfonnático que incluya lastransmisiones televisivas, las redes informáticas, elteléfono y el fax. Las redes informáticas, sobre todoInternet, intentan lograr esa cualidad de medio frío,tratando de integrar más sentidos, y con la divulga­ción del hipertexto, que conscientemente rompe lalinealidad tradicional de la imprenta. La caracterís­tica del «multimedia» consiste precisamente en eseelemento integrador de texto, imagen y sonido y seintenta incorporar también el tacto (realidad vir­tual) y el olfato (del cual ya hay intentos). De nue­vo. la recuperación de los demás sentidos que pro­pone McLuhan forma parte de la agenda de los in­genieros. Los cambios tan acelerados de finales delsiglo xx hacen pensar que el determinismo que pro­ponía McLuhan no es tan fuerte como pensaba; la

PARA COMPRENDER CiENCIA. TEC\'OLOC1A y SOCiEDAD 183

Page 167: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

flexibilidad que están demostrando los medios in­formáticos. así como su indeterminación actual,parece que niega en parte sus postulados. Quizá nosea casual que, tal vez, en oculto homenaje aMcLuhan, uno de los programas buscadores de laomnlpoderosa red Internet lleve el nombre de «Mo­saic». Como conclusión, hay que decir que la obrade McLuhan se ha convertido en un referente paralos teóricos de los nuevos medios de comunicacióninformáticos. como Javier Bcheverrfa. ya que su de-

184 PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLOG/A y SOCIEDAD

sarro11o teórico, a pesar de las deficiencias que se lepuedan objetar, permite encontrar formulacionesconceptuales para su cambio.

Bibliografía de McLuhanUnderstanding the Media, Routledge, Kegan & Paul, Lon­

dres, 1968.

El medio es el masaje, Paídós, Madrid, 1992.

ÚJ. Galaxia Gutenberg, Círculo de Lectores, Madrid, 1994.

Page 168: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

21

Industria cultural:la Ilustración como engaño de masas

(Horkheimer y Adorno, más allá de Habermas)Ignacio Ayestarán Úriz

L a Escuela de Frankfurt está for-mada princi­palmente por investigadores, o autores liga­

dos a ellos, que participaban del Instituto de Inves­tigación Social (Institut [ür Sozialforschung), que sefundó en Frankfurt el 2 de febrero de 1923. Si bienhay un gran número de pensadores ligados a estainstitución, hay cuatro que destacan con luz propia.Tres de ellos son de la primera generación, la cualse tuvo que exiliar de Alemania con la SegundaGuerra Mundial, por su filiación de izquierdas y,con frecuencia, sus orígenes judíos. Estos tres son:Max Horkheimer (1895·1973), primer director delInstituto y creador, junto con Theodor Wiesens­grund Adorno (1903-1969), de las líneas rectoras dela Escuela de Frankfurt con el libro de ambos Dia­léctica de la Ilustración, El otro de la primera gene­ración es Herbert Marcuse (1898-1979). El cuarto,aunque más heterodoxo, pertenece a la segunda ge­neración: Jürgen Habermas (nacido en 1929).

La mayoría de los pensadores de esta escuelason o han sido alemanes, si bien con asiduidad hanparticipado del exilio. Nosotros vamos a estudiar enprimer lugar las ideas de Horkheimer y Adorno,hasta acabar en la lectura de Marcuse por Haber­mas.

1. Enrecuerdo de Auschwitz

A Horkheimer y Adorno les preocupaba enorme­mente el olvido en el mundo técnico. Toda reifica­ción o cosificación conlleva un olvido y este olvidomargina alguna faceta de la realidad, externa o in­terna a nosotros mismos. Caer en el olvido es caeren la manipulación, en la conciencia cosificada, cu­yo proceso define Adorno: «En primer lugar, taleshombres se han identificado a sí mismos, en ciertamedida, con las cosas. Luego, cuando les es posible,identifican también a los demás con las cosas» J. Elsiglo XX se le impone a Adorno como la obligaciónde recordar siempre lo que ha ocurrido en la bar­barie de la Segunda Guerra Mundial:

«Hitler ha impuesto a los hombres un nuevo im­perativo categórico para su actual estado de escla­vitud: el de orientar su pensamiento y acción demodo que Auschwitz no se repita, que no vuelva aocurrir nada semejante. (... ) Auschwitz demostró

'TheodorW. Adorno (1969): Stíchworte. Kritische Modelle 2.Suhrkamp Verlag. (Consignas. Trad. Ramón Bilbao. BuenosAires: Amorrortu, 1973, p. 89).

PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLOGIA y SOCIEDAD 185

Page 169: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

irrefutablemente el fracaso de la cultura. (...) Todala cultura después de Auschwitz, junto con la críti­ca contra ella, es basura.v '

Auschwitz, como emblema de esta barbarie des­bocada del desarrollo social y tecnológico del sigloxx, ya no deja escapatoria o exculpación posible pa­ra el que pretenda declarse ajeno a esta sinrazón.Recordar (o incluso ignorar) Auschwitz siempre su­pondrá un dolor.

"Pensar que después de esta guerra [la SegundaGuerra Mundial] la vida podrá continuar "normal­mente" y aun que la cultura podrá ser "restaurada"--como si la restauración de la cultura no fuera ya sunegacíón-, es idiota. Millones de judíos han sido ex­terminados, y esto es sólo un interludio, no la ver­dadera catástrofe. ¿Qué espera aún esa cultura? Yaunque para muchos el tiempo lo dirá, ¿cabe íma­ginar que lo sucedido en Europa no tenga conse­cuencias, que la cantidad de los sacrificios no setransforme en una nueva cualidad de la sociedadentera, en barbarie? Si la situación continúa lmpa­rabie, la catástrofe será perpetua. Basta con pensaren la venganza de los asesinados. Si se elimina a unnúmero equivalente de los asesinos, el horror seconvertirá en institución, y el esquema precapitalis­ta de la venganza sangrienta, reinante aún desdetiempos inmemoriales en apartadas regiones mon­tañosas, se reintroducirá a gran escala con nacionesenteras como sujetos insubjetivos. Si, por el contra­rio, los muertos no son vengados y se aplica el per­dón, el fascismo impune saldrá pese a todo victo­rioso, y tras demostrar cuán fácil tiene el camino sepropagará a otros lugares. La lógica de la historia estan destructiva como los hombres que genera: don­dequiera que actúa su fuerza de gravedad, reprodu­ce el infortunio del pasado bajo formas equivalen­tes. Lo normal es la rnuerte.» 1

"Theudor W. Adorno (1966): Negatíve Dialektík, Frankfurtam Main: Suhrkamp Ver-lag (Dr."aléctica negativa. Trad. José Ma­rfa Ripalda. Madrid: Taurus. 1975, pp. 365-367).

'Theodor W. Adorno (1951): stínínra moralia. Reiíexionemaus dem beschadigten Leben, Suhrkamp Verlag, Frankfurt amMa¡n (Minima moralia. Reílexiones dese la vida dañada. Trad.Joaquín Chamorru Mielke. Madrid: Tauros, 1987, p. 53).

186 PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLOG/A YSOC/EDAD

Después de la barbarie que se produjo en la Se­gunda Guerra Mundial, muy especialmente enAuschwitz, toda la cultura posterior parece puracharlatanería, ya que, explica Adorno, «Auschwitzconfirma la teoría filosófica que equipara la puraidentidad con la muerte» 4. A este imperativo de queno se vuelva a producir tal exterminio y tal locuracriminal responde la motivación de la mayoría delos escritos de Adorno y Horkheimer. Para ello se hade buscar una nueva conciencia, una novedosa edu­cación política de todos los ciudadanos. No hacerlosería exponerse a que los verdugos proliferasennuevamente, a repetir el totalitarismo nazi:

«La educación política debería proponerse comoobjetivo central impedir que Auschwitz se repita.Ello sólo será posible si trata este problema, el másimportante de todos, abiertamente, sin miedo dechocar con poderes establecidos de cualquier tipo.Para ello debería transformarse en sociología,esdecir, esclarecer acerca del juego de las fuerzas so­ciales que se mueven tras la superficie de las formaspolíticas. Debería tratarse críticamente -digamos amanera de ejemplo- un concepto tan respetable co­mo el de "razón de Estado": cuando se coloca el de­recho del Estado por sobre el de sus súbditos, sepone ya potencialmente el terror.

Walter Benjamin me preguntó cierta vez duran­te la emigración, cuando yo viajaba todavía esporá­dicamente a Alemania, si aún había allí suficientesesclavos de verdugo que ejecutasen lo que los nazisles ordenaban. Los había. Pero la pregunta teníauna justificación profunda. Benjamin percibía quelos hombres que ejecutan, a diferencia de los asesi­nos de escritorio y de los ideólogos, actúan en con­tradicción con sus propios intereses inmediatos;son asesinos de sí mismos en el momento mismo enque asesinan a otros.» 5

Para lograr esta nueva conciencia social adoptanla tarea de la investigación social y psicológica en­caminada a un fin: analizar los rasgos de carácterque se desprendieron de la nueva armazón socio­cultural y estudiar su relación con las ideologías

• Theodor W. Adorno, Dialéctica negativa, p. 362.

'Theodor W. Adorno, Consignas, p. 95.

Page 170: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

PARA COMPRE}I/DER CfE:VCfA, Tr::C.·\¡,OID(;{A y SOCfEDAD 187

Page 171: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

fascistas, tal y como sugiere Horkheimer en su lu­cha metodológica contra el fascismo:

«El hecho de que la psicología no puede por símisma resolver los problemas sociales, no significaque no pueda contribuir a resolverlos. Por ejemplo,el problema de la "base de la masa" del totalitarismono puede separarse completamente del punto de vis­ta psicológico. Pero las explicaciones psicológicas nopueden en definitiva ser exclusivas. Una vez que hanencontrado su sitio dentro del marco adecuado, ad­quieren un significado muy real. La psicología de lamasa puede que sea un factor secundario, pero es unfactor. después de todo. Los constreñimíentos produ­cidos por la civilización actual engendran en muchosindividuos una latente agresividad que, si es captadapor filosofías nihilistas, puede ser derivada hacia loscanales del racismo del nacionalismo agresivo. Talesmecanismos psicológicos desempeñan su papel en laseducción del pueblo alemán, primero para aceptarpasivamente el nacionalsocialismo y luego para de­jarse arrastrar a la comunidad de culpa. Hemos deaprender a comprender estas cosas sobre el fondo so­cial y económico en el cual llegaron a hacerse acti­vas, de la misma manera que también estamos muyconvencidos de que las reformas pedagógicas o psi­cológicas por sí solas no son capaces de impedir enel futuro nuevas explosiones de chauvinismo. (...)

El hombre moderno muestra una disposiciónautoritaria a dirigir sus modos de pensar y su com­portamiento con arreglo a unas normas que le ven­gan dictadas desde fuera. (...) Así, los alemanes(prescindiendo completamente de todos los facto­res especialmente predisponentes) estaban particu­larmente destinados a la reglamentación fascista acausa de la estructura general de la sociedad mo­derna. Estaban acostumbrados a aceptar modelosque venían imponiéndoles la radio, el cine y los se­manarios ilustrados mucho tiempo antes de queoyeran hablar al Führer mismo.

Existen razones tanto técnicas como sociales pa­ra esta tendencia general. La máquina misma, no só­lo la de la fabricación, sino incluso el propio auto­móvil, e incluso toda la moderna vida mecanizada,elevan a la perfección la capacidad del ser humanopara obedecer a toda suerte de señales y a las nece­sidades inmediatas a costa de su capacidad de abra-

188 PARA COMPRENDER CIENCIA. TECNOLOGfA y SOCIEDAD

zar resoluciones a largo plazo. En esto reside una delas principales raíces de la típica estructura del ca­rácer moderno. Un importante cambio social que seefectuó desde el siglo XIX, puede advertirse en la mis­ma dirección. El mecanismo económico de la socie­dad funcionaba entonces en gran parte por medio delos cálculos de los hombres de negocios de la clasemedia. Al papel que desempeñaban en la sociedadcorrespondía el que cultivasen una inteligencia dife­renciada, abstracta, en parte en su vida privada, enparte a través de un grupo especial de intelectuales.Hoy, sin embargo, el anticuado empresario ha cedí­do el lugar al gerente y al empleado que dependen deinstituciones económicas centralizadas. (...)

La tarea de la investigación social y psicológicaes la de analizar los rasgos de carácter que se des­prendieron de esta nueva armazón socio-cultural yestudiar su relación con las ideologías fascistas.Que tal relación existe, se ha puesto en claro graciasa diversos estudios conocidos. (...)

Como ilustración, podríamos enumerar algunosde los elementos que componen el carácter autori­tario: una entrega mecánica a valores convenciona­les; sumisión ciega a la autoridad que con odio cie­go ataca a todos los oponentes y a los intrusos; re­pudio del comportamiento introvertido; mentalidadrígidamente estereotipada; tendencia a la supersti­ción; valoración medio moral, medio cínica de lanaturaleza humana; proyectívidad.» ~

2. Horkheimer: Temía Critica y cienciaEn una conferencia de 1969, Horkheimer repa­

saba la historia de la Escuela de Frankfurt y los ob-

• Max Horkheimer (1950): «The Lessons of Fascism», enHardley Cantril (ed.), Tensíons that Cause Wars, Urbana, Ill.,1950, pp. 209-242 (cBnseñanzas del fascismo», en Sociedad entransición: estudios de filosofÚl social. Trad. loan Godo Costa.Barcelona: Península, 1976, pp. 125·150. Cita pp. 139-142). So­bre el nacíonalsocialismo y sus características psicosociales,Max Horkheimer redactó las «Investigaciones paico-sociales so­bre el problema del autoritarismo, el nacionalismo y el antíse­mitismo», en VVAA (1965); Politische Psychologie. EuropáischeVerlagsanstalt, Frankfurt/Main (Psicologia política como tareade nuestra época. Trad. José M. Pomares. Barcelona: Seix Ba­rral, 1971, pp. 193-202).

Page 172: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

jetivos de la Teoría Crítica, nombre que engloba suestrategia y su plan de trabajo. La cita es larga peroconstata de primera mano los objetivos nuclearesde este tipo de pensamiento:

Historia y objetivos de la Teoria Critica

«El Instituto de Investigación Social fundóse ha­ce casi cincuenta años en Frankfurt, porque unhombre muy rico quiso hacer una donación [el co­merciante Hermann Weil] y nosotros éramos ami­gos de su hijo. Propusimos que fuese una institu­ción "privada", independiente del Estado, en la quese reunieran personas que quisieran investigar encomún algo que fuese importante para la sociedaden el momento histórico actual. (...)

Comoquiera que ya en los años veinte vimos cla­ramente los peligros que representaba el nacional­socialismo, nos marchamos oportunamente de Ale­mania; primero fuimos a Suiza y luego a América,a la Columbia University Incluso en América ha­blábamos alemán y en alemán publicamos una re­vista, porque decíamos que lo que significa culturaalemana no se hallaba en tiempos del nacionalso­cialismo en Alemania, sino entre nosotros. Noso­tros la cultivábamos.

Ahora bien, ¿cómo nació, empero, la teoria crttí­ca? Quisiera ante todo explicar a ustedes la diferen­cia que existe entre la teoría tradicional y la teoríacrítica. ¿Qué es la teoría tradicional? ¿Qué es teoríaen el sentido de la ciencia? Permítanme que lesofrezca de la ciencia una definición muy simplifica­da: ciencia es el orden de los hechos de nuestraconsciencia que finalmente permite esperar encon­trar lo correcto en el lugar correcto del espacio y deltiempo. Esto tiene validez incluso para las cienciasfilosóficas: cuando un historiador afirma algo conpretensiones a la exactitud histórica, luego tieneuno que poder encontrarlo confirmado en los ar­chivos.

La corrección en este sentido constituye el fin dela ciencia; pero (y ahora viene el primer motivo dela teoría crítica) la ciencia misma no sabe por quéella ordena precisamente en esa dirección los he­chos y se concentra en determinados objetos y no

en otros. La ciencia carece de autorreflexión paraconocer los motivos sociales que la impulsan haciaun lado, por ejemplo, hacia la Luna, y no hacia elbien de la humanidad. Para ser verdadera, la cien­cia debería conducirse críticamente para consigomisma y para con la sociedad que ella produce.Aunque no quiere decir que las cosas que hoy figu­ran en primer término no sean necesarias (quizápara nosotros, en los Estados en los que vivimos esnecesario que se produzcan instrumentos para sersuperiores a los Estados enemigos, para competircon ellos), pero al menos se debería ser conscientede estos motivos y de estas relaciones.

Cuando nació la teoría crítica en los años veinte,surgió de las ideas relativas a una sociedad mejor;se comportaba críticamente frente a la sociedad eigualmente crítica frente a la ciencia. Lo que yo di­je de la ciencia no es válido sólo para ella, sino tam­bién para el individuo. El individuo forja en sumente pensamientos, pero qué es lo que le induce atales pensamientos, por qué tiene esos pensamien­tos y no otros, por qué se ocupa apasionadamentede esas cosas y no de otras, de ello no sabe nada, dela misma manera que tampoco sabe nada la cienciaacerca de los motivos que le impulsan a elegir talocual dirección en su investigación. (...)

Nuestra teoría crítica originaria, como puedeverse ampliamente registrado en la "Revista de In­vestigación Social", fue, como le sucede a uno alprincipio, muy crítica, en especial contra la socie­dad reinante, porque ésta, como ya he dicho. pro­dujo el horror del fascismo y el comunismo terro­rista. Produjo muchísimos males innecesarios, yponíamos nuestra esperanza en que llegaría untiempo en el que esta sociedad se organizase para elbien de todos. tal como ya hoy sería posible. (...) Sise realizase la "sociedad correcta" por medio de larevolución de los dominados, tal como lo habíaimaginado Marx, también el pensar se convertiríaen un pensar más correcto. Ya que entonces ya nose trataría de la lucha, consciente e inconsciente, delas clases entre sí. Sin embargo, comprenderíamosclaramente, y éste es un factor decisivo en la teoríacrítica de entonces y de hoy: comprendíamos clara­mente que esa sociedad correcta no puede determí­narse de antemano. Podía decirse lo que es malo enla sociedad actual, pero no podía decirse lo que se-

PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLOG1A y SOCIEDAD 189

Page 173: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

rá bueno, sino únicamente trabajar para que lo ma­lo desapareciese finalmente. (...)

El camino de la sociedad que por entonces co­menzamos a vislumbrar y que ahora juzgamos, escompletamente diferente. Hemos llegado a la con­vicción de que la sociedad se desarrollará hacia unmundo administrado totalitaríamente. Que todo se­rá regulado, ¡todo! Precisamente cuando se hayallegado al punto de que los hombres dominen a lanaturaleza, y todos tengan suficiente comida y na­die necesile vivir peor o mejor que el otro, porquecada cual podrá vivir de un modo bueno y agrada­ble, entonces tampoco significará ya nada que unosea ministro y el otro simplemente secretario, en­tonces acabará siento todo igual. Entonces podráregularse todo automáticamente, tanto si se trata dela administración del Estado, como de la regulacióndel tráfico o de la regulación del consumo. Ésta esuna tendencia inmanente en el desarrollo de la hu­manidad, tendencia que, sin embargo, puede ser in­terrumpida por catástrofes. Estas catástrofes pue­den ser de naturaleza terrorista. Hitler y Stalin sonsíntoma de ello. En cierto modo, quisieron realizarla unificación demasiado deprisa y exterminaron alos que no se ajustaban a ella. Tales catástrofes pue­den ser ocasionadas por la competencia, la cual hapasado de los individuos a los Estados y finalmentea los bloques, y conduce a guerras que interrumpenpor completo todo el desarrollo. Piensen ustedes enla bomba de hidrógeno y todo lo demás, por ejem­plo. bombas capaces de infectar con bacterias a paí­ses enteros.

Así, nuestra teoría crítica más moderna ya nodefiende la revolución, porque, después de la caídadel nacionalsoclaltsrno. en los países del Occidente,la revolución se convertiría de nuevo en un terro­rismo, en una nueva situación terrible. Se trata másbien de conservar aquello que es positivo, como,por ejemplo, la autonomía de la persona individual.la importancia del individuo, su psicología diferen­ciada, ciertos factores de la cultura, sin poner obs­táculos al progreso.» 1

, «La teoría crítica. ayer y hoy", transcripción de una confe­renda en Venecia en 1969. inédita en alemán, en Sociedad entransicion: estudios de filusofía social. Trad. Joan Godu Costa.Barcelona: Península, 1976. pp. 55-70. Cita pp. 56-59.

190 PtlRA COMPRENlJER CIENOA, TP.CNOLocIA y SOClElJ/lO

3. Ciencia y crisis social

Horkheimer aprecia en el modelo actual delcientífico una alienación del trabajo y de la activi­dad humana. La división del trabajo influye en laciencia y la técnica, y éstas son hechas indepen­dientes del momento histórico en el que se realizan,a fin de ocultar esta ideología que las protege e im­pulsa. El científico queda sometido a esta trama y lasociedad queda escindida entre, de un lado, loshombres que siguen la ciencia y la técnica, y, deotro, los que la padecen, sin saber muy bien cómoni por qué. El científico mismo reproduce en su in­terior esta escisión del mundo:

"Mientras que el especialista, "en cuanto" cien­tífico, ve la realidad social, junto con sus produc­tos, como exterior, y, "en cuanto" ciudadano, perci­be su interés por ella a través de artículos políticos,de la afiliación a partidos o a organizaciones de be­neficícncia, y de su participación en las elecciones,sin unir ambas cosas -y algunas otras formas decomportamiento- en su persona de otro modo que,a lo sumo, mediante una interpretación psicológi­ca, hoy, en cambio, el pensamiento crítico está mo­tivado por el intento de suprimir y superar real­mente esa tensión, de suprimir la oposición entrela conciencia de fines, la espontaneidad y la racio­nalidad esbozadas en el individuo y las relacionesdel proceso de trabajo, fundamentales para la so­ciedad.,,!

El modo ideológico contemporáneo de conside­rar la ciencia introduce una distorsión en el papelque el trabajo debe realizar en la sociedad. Se es­cinde el ser y el pensar, entendimiento y percep­ción, con tal resultado que esta construcción histó­rica de considerar nuestro trabajo y nuestra activi­dad teorérica se convierte en un fetiche que nossubyuga y se nos presenta de una forma abruma­dora, hasta ocultar la función real de la ciencia ensociedad.

"«Teoría tradicional y teoría crítica», artículo de 1937. enMax Horkhcimer (1968): Kritische Theorie. Eine Dokumenta­tiOI1. S. Eischer Verlag, Frankfurt am Main (Teoría crítica. Trad.parcial de la edición alemana, hecha por Edgardo Albizu y Car­los Luis. Buenos Aires: Amorrortu. 1990, 1«reimp., pp- 223-271.Cita p. 242).

Page 174: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

«El científico y su ciencia están sujetos al apara­to social; sus logros son un momento de la auto­conservación, de la constante reproducción de loestablecido, sea lo que fuere lo que cada uno en­tienda por ello. (...) Dentro de la división social deltrabajo, el científico debe clasificar hechos en cate­gorías conceptuales y disponerlos de tal maneraque él mismo y todos quienes tengan que servirsede ellos puedan dominar un campo táctico lo másamplio posible. Dentro de la ciencia, el experimen­to tiene el sentido de comprobar los hechos de unamanera especialmente adecuada a la situación co­rrespondiente de la teoría. El material fáctico, lamateria, es proporcionado desde fuera. La cienciase encarga de su formulación clara e inteligible, afin de que los conocimientos puedan ser manejadoscomo se debe. Para el científico, la recepción, trans­formación y racionalización del saber fáctico es sumodo peculiar de espontaneidad, constituye su ac­tividad teórica, lo mismo si se trata de una exposi­ción lo más detallada posible del material, como enla historia y en las ramas descriptivas de otras cien­cias particulares, o si se trata de la recolección dedatos globales y de la extracción de reglas genera­les, como en la física. El dualismo entre pensar yser, entre entendimiento y percepción, es para él na­tural.

La idea tradicional de teoría es abstraída del cul­tivo de la ciencia tal corno se cumple dentro de ladivisión del trabajo en una etapa dada. Correspon­de a la actividad del científico tal como se lleva a ca­bo en la sociedad junto con todas las otras activida­des, sin que se perciba directamente la relación en­tre las actividades aisladas. De ahí que en esa ideano aparezca la función social real de la ciencia. nilo que significa la teoría en la existencia humana,sino sólo lo que en ella es en esa esfera, separada,dentro de la cual se la produce en ciertas condicio­nes hístóricas.» o

La técnica refuerza esta carácter ideológico deltrabajo y de la actividad humana. La consecuenciade ello es que se pierde la orientación y los fines dela técnica. Esta queda desbocada, en una lógica que

• Max Horkheimer, «Teoría tradicional y teoría crítica-opp. 230-231.

parece extraña y ajena a la sociedad que la alberga.La ciencia se convierte así en modelo ideológico dela sociedad y de su posible progreso.

«El desempleo, las crisis económicas, la militari­zación, los gobiernos fundados sobre el terror, el es­tado general de las masas, no se basan, precisamen­te, en lo precario del potencial técnico, como pudoocurrir en épocas anteriores, sino en las condicionesen que se lleva a cabo la producción, condicionesque ya no se adecúan al momento presente. El des­pliegue de todos los medios, físicos y espirituales,para el dominio de la naturaleza, es coartado por elhecho de que ellos están en manos de intereses par­ticulares opuestos los unos a los otros. La produc­ción no está orientada hacia la vida de la comuni­dad, contemplando además las exigencias de los in­dividuos, sino que se dirige en primer lugar a lasexigencias de poder de los individuos, contemplan­do también, en caso de necesidad, la vida de la co­munidad. Esto ha sido una derivación forzosa delprincipio progresista de que es suficiente con quelos individuos, bajo el sistema de propiedad estable­cido, se preocupen sólo de sí mismos.» 10

Para resumir los considerandos básicos que laTeoria Crítica debería cumplir a la hora de evaluary juzgar la función social de la ciencia, tenemos queremitirnos a un frecuentemente olvidado artículode Horkheimer de 1932, titulado ObsefVaeiones so­bre ciencia y crisis, del cual extraemos las definicio­nes y propuestas más contudentes y claras para 10que ellos pretenden: insertar la ciencia y la técnicaen un contexto histórico y social real, sin ideologíasque oculten su cometido social, pero al mismotiempo destacando el estatuto propio de la ciencia,sin anular su especificidad.

Observaciones sobre Ciencia y Crisis

«1. La ciencia, en la teoria de la sociedad soste­nida por Marx, figura entre las fuerzas productivasdel hombre. La ciencia hace posible el sistema in­dustrial moderno (...). En la medida en que la cien­cia existe como medio para la producción de valo­res sociales, es decir, se halla formulada según mé-

lO Max Horkheimer. op. cit .. p. 245.

PARA COMPRENDER CIENCIA. TECNOLOG/A y SOCIEDAD 191

Page 175: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

todos de producción, ella también tiene el papel deun medio de producción.

2. El hecho de que la ciencia coopere con elproceso de vida de la sociedad, en cuanto es fuer­za y medio de producción, en modo alguno autori­za a formular una teoría pragmatista del conoci­miento. (...) La comprobación de la verdad de unjuicio es algo diferente de la comprobación de suimportancia vital. En ningún caso los intereses so­ciales están llamados a decidir sobre la verdad, si­no que hay criterios válidos que se han desarrolla­do en conexión con el progreso teórico. (...) Es cla­ro que las razones que llevan a negar la teoríapragmatista del conocimiento, así como el relati­vismo, en modo alguno justifican una separaciónpositivista de teoría y praxis. Por una parte, ni laorientación y métodos de la teoría, ni su objeto -larealidad misma- son independientes del hombre;por otra parte, la ciencia es un factor del procesohistórico. La propia separación de teoría y praxises un fenómeno histórico.

3. En la crisis económica general, la ciencia apa­rece como uno de los numerosos elementos de la ri­queza social que no cumplen con aquello para locual estaban destinados. Tal riqueza supera hoy conmucho la que poseyeran épocas anteriores. Sobre laTierra hay más materias primas, más máquinas,más mano de obra instruida y mejores métodos deproducción que antes, pero todo esto no redunda,como correspondería, en provecho de los hombres.(. ..)

4. Forma parte del encubrimiento de las causasde la crisis actual el hecho de que se haga respon­sables de ella, justamente, a las fuerzas que traba­jan para lograr una mejor configuración de las con­diciones humanas; ante todo, al propio pensamien­to racional, científico. (...)

5. De hecho, la ciencia de las décadas de preguc­rra exhibe una serie de fallas, pero éstas no residenen la exageración de la racionalidad sino en su es­trechamiento, el cual se halla condicionado por lacreciente solidificación de las relaciones sociales.(...) El hecho de que la ciencia se niegue a un trata­miento adecuado de los problemas relacionadoscon el proceso de la sociedad ha sido causa de unatrivialización de los métodos y los contenidos (...).

192 PARA COMPRENDER CIENCIA. TECNOLOGIA y SOCIEDAD

Con esta negativa se relaciona el hecho de que todauna serie de conceptos oscuros, rígidos, que actúancomo fetiches, todavía pueden representar algo,cuando correspondería aclararlos por medio de suinclusión en la dinámica del acontecer. Como ejem­plos pueden servir los siguientes: el concepto de laconciencia, en sí, como presunta productora de laciencia; la persona y su razón, que pone el mundodesde sí misma; la ley natural, eterna, que dominatodo acontecer; la relación invariable de sujeto yobjeto; la rígida diferencia entre espíritu y naturale­za, alma y cuerpo, y algunas otras formaciones ca­tegoriales. Pero la raíz de estas fallas en modo algu­no se encuentra en la ciencia misma, sino en lascondiciones sociales que detienen su desarrollo ycon las cuales entran en conflicto los elementos ra­cionales inmanentes a la ciencia.

6. Aproximadamente desde fines del siglo pasa­do, en la ciencia y en la filosofía se llama la atenciónacerca del carácter deficiente e inadecuado de losmétodos puramente mecanicistas. Esta crítica hallevado a discusiones de principios, que conciernena fundamentos importantes de la investigación, demodo tal que hoy también se puede hablar de unacrisis interna de la ciencia. (...)

7. No sólo la metafísica es ideológica; lo es tam­bién la ciencia criticada por ella, en tanto conservauna forma que impide descubrir las causas realesde la crisis. En modo alguno significa esto que enquienes. la cultivan no exista preocupación por laverdad pura. Son ideológicas todas las formas de laconducta humana que ocultan la verdadera natura­leza de la sociedad, erigida sobre antagonismos. (...)

8. En la actualidad, el cultivo de la ciencia ofreceun reflejo de la contradictoria situación económica.Esta se halla ampliamente dominada por tenden­cias monopolistas, y no obstante, en escala mun­dial, es desorganizada y caótica, más rica que nun­ca y sin embargo incapaz de subsanar la miseria. Enla ciencia también aparece una doble contradicción.En primer lugar, vale como principio el que cadauno de sus pasos deba tener un fundamento, pero elpaso más importante, a saber, la elección de sus ta­reas, carece de fundamentación teórica y parecieraabandonado al capricho. En segundo lugar, la cien­cia ha de ocuparse de conocer las relaciones de ma-

Page 176: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

yor amplitud; pero ocurre que no es capaz de apre­hender en su real vitalidad la más amplia de las re­laciones, de la cual depende su propia existencia y laorientación de su trabajo, a saber, la sociedad. Am­bos momentos están estrechamente unidos. En laelucidación del proceso de vida de toda la sociedadestá incluido el descubrimiento de la ley que presi­de la aparente arbitrariedad de las empresas cientí­ficas o de otro tipo; pues también la ciencia está de­terminada, en cuanto a la extensión y a la direcciónde sus tareas, no sólo por sus propias tendencias, si­no, en última instancia. por las necesidades socia­les. La dispersión y la lapidación de energías inte­lectuales (...) es imposible superarlas, como tampo­co puede serlo la función ideológica de la cienciapor el mero conocimiento teórico; ello sólo puedeocurrir por obra del cambio de sus condiciones rea­les, dentro de la praxis histórica. (...)

10. En cuanto pueda hablarse con razón de unacrisis de la ciencia, resulta imposible separarla de lacrisis general. El proceso histórico ha traído consi­go un esclerosamiento de la ciencia como fuerzaproductiva, que repercute en todas sus partes, res­pecto del contenido y de la forma. de la materia ydel método. Además, la ciencia, en su calidad demedio de producción. no es empleada como corres­ponde. Comprender la crisis de la ciencia dependede una correcta teoría de la situación social presen­te, pues la ciencia, en cuanto función social, reflejalas contradicciones de la sociedad.» 11

¿Qué se propone, por tanto, la Teoría Crítica pa­ra escapar del idealismo de la razón. de la teoría yla ciencia burguesas? ¿Cómo cumplir los deseos ex­presados en los principios citados arriba?

"La teoría crítica, pese a toda su profunda com­prensión de los pasos aislados y a la coincidencia desus elementos con las teorías tradicionales más pro­gresistas, no posee otra instancia específica que elinterés, ínsito en ella, por la supresión de la injusti­cia social. (...) En un período histórico como el ac-

11 Max Hcrkheimer (1968): Kritische Theorie. Eine Doku­menta/ion S. Fischer- Verlag, Frankfurt am Main Ueorta critica.Trad. parcial de la edición alemana, hecha por Edgardo Albizuy Carlos Luis. Buenos Aires: Amorronu. 1990, 1"reimp.. pp. 15-21).

toalla verdadera teoría no es tanto afirmativa cuan­to crítica, del mismo modo como tampoco la acciónadecuada a ella puede ser "productiva". (...) Unaciencia que, en una independencia imaginaria, ve laformación de la praxis, a la cual sirve y es inheren­te, como algo que está más allá de ella, y que se sa­tisface con la separación del pensar y el actuar, yaha renunciado a la humanidad. Determinar lo queella misma puede rendir, para qué puede servir, yesto no en sus partes aisladas sino en su totalidad,he ahí la característica principal de la actividad delpensar. Su propia condición la remite, por lo tanto,a la transformación histórica, a la realización de unestado de justicia entre los hombres. (...) La auto­determinación de la ciencia se vuelve cada vez másabstracta. El conformismo del pensamiento, el afe­rrarse al principio de que éste es una actividad fija,un reino cerrado en sí mismo dentro de la totalidadsocial, renuncia a la esencia misma del pensar. l) 12

4. Pensar la relacióntecnología-sociedad más allá de Marx

Más allá de Marx, para Horkheimer no basta conestudiar la economía como motor de la historia,pues hay otros mecanismos, muchos de ellos de ca­rácter irracional, que modelan e impulsan nuestrasociedad. Marx y Engels pecaban de cierto optimis­mo tecnológico, que les llevaba a postular que tras eldesarrollo tecnológico vendrían la bonanza y el bie­nestar sociales. «Desde el comienzo, la historia estu­vo determinada por la escasez. Los unos debíanmandar, los otros tirar de la carreta. Con el paulati­no perfeccionamiento de los utensilios, desde la aza­da hasta la máquina, pasando por el arado, pudie­ron las tribus, países, Estados aumentar su sustento,y finalmente seguir un género de vida que corres­pondiera al desarrollo de sus energías. Con el per­feccionamiento de los instrumentos, la orden seconvirtió en directriz, en indicación. Marx y Engelscreían que había llegado ya la época en la que, a ba­se de los nuevos logros técnicos, el orden social yano debía determinarse por la índole del trabajo, co-

" Max Horkheirner, "Teoría tradicional y teoría critica»,pp. 270-271).

PARA COMPRliNDER C/ENC/A. TEClVOLOGfA y SOCIEDAD 193

Page 177: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

mo algo necesario y natural, señores o burguesespor un lado, obreros por otro lado. Considerabanque las clases era algo ya superado. La física, la quí­mica, la técnica, el saber que hacía posible el domi­nio de la naturaleza, había progresado tanto, que elorden humano ya no debía ser dictado por el rendi­miento en el proceso de producción, por la jerar­quía, poder de la posesión, autoridad. Si bien las ins­trucciones siguen siendo necesarias en las realiza­ciones industriales, podía preveerse un futuro en elque las diferencias entre la dificultad de diversasfunciones en la producción carecerian de importan­cia, e incluso, como decía Lenín. serian intercam­biables. Los sistemas de gobierno, las condicionesde clase resultarán anticuados, irracionales, cuandolas fuerzas humanas, el saber, los instrumentos ha­yan progresado tanto que pueda lograrse la produc­ción de una vida abundante para todos sin supraor­dinación y subordinación, sin injusticia. Es evidenteque Marx se engañaba en Cuanto al punto cronoló­gico, entre otras cosas, porque analizó la sociedadcapitalista en su inmanencia, no las diferencias declases del desarrollo en la Tierra como un todo.»."

Marx era demasiado optimista en este punto, «élconfiaba en que, a pesar de toda la perfección técni­co-mecánica, acabaría realizándose el desarrollo delsujeto. No veía como un peligro la automatizaciónde la producción y con ello de la sociedad» 14. Ador­no también reprochaba que no es suficiente el criti­car las relaciones de explotación económicas sin cri­ticar las relaciones sociales en ellas implicadas:

«Ver claro en todo esto exige, de seguro, que nohagamos recaer toda la culpa en la técnica ni, portanto, en las fuerzas productivas -que es, bien mi­rado, algo a lo que la critica no deja de permitir quese la arrastre- y que no nos entreguemos a una es­pecie de maquinismo teórico desencadenado engran escala. No es la técnica la fatalidad, sino la ma­nera en que la técnica se mezcla con las relacionessociales que la aprietan. (...)

" Max Horkheimer (1968): .Marx, hoy», Der Fischer Alma­nacn (Frankfurt). n. 82: 122-134 (eMarx en la actualidad», enSociedad en transición: estudios de filoso/m social. Trad. loanGodo Costa. Barcelona: Península, 1976, pp. 43-53. Cita p. 49).

" Op. cít., p. 48.

194 PARA COMPRENDER C/ENC/A, TECNOLOG/A y SOCIEDAD

A pesar de todas sus protestas en contrario, desu dinamismo, del aumento de su producción, lasociedad actual revela aspectos estáticos. Estos de­sempeñan un papel en las relaciones de produc­ción, que no atañen ya únicamente a la propiedad,sino además a la administración y hasta al papel delEstado en su condición de capitalista global. C..)Marx era en verdad demasiado optimista cuandodescontaba que el primado de las fuerzas producti­vas presentaba una certidumbre en el plano históri­ca y haría necesariamente estallar las relaciones deproducción. En este sentido, Marx, enemigo juradodel idealismo alemán, se mostraba fiel al carácterafirmativo de su estructura histórica. Su confianzaen el espíritu universal contribuía favorablemente ajustificar el orden universal que, de acuerdo con laundécima tesis acerca de Feuerbach, había quetransformar.

(...) La máxima de Marx, según la cual la teoríamisma se vuelve una fuerza real no bien se aplica alas masas, ha sido derogada por el curso de las co­sas. Si la organización de la sociedad, mediante eljuego de un automatismo o según un plan, obsta­culiza, por una explotación industrial de la culturay la conciencia y por una monopolización de la opi­nión, el conocimiento o la experiencia más simplede los hechos más amenazadores y de las ideas ylos teoremas críticos esenciales; si, yendo muchomás lejos todavía, paraliza la simple facultad de re­presentarse de manera correcta el mundo de unmodo distinto del que ofrece, abrumador, a aque­llos de los que está compuesto, semejante estado deánimo, desde el instante en que se lo fija y se lo re­presenta, se convierte en un poder real, en un po­der regresivo, tal cual en otra época su contrario, elespíritu libre, intentaba apartar semejante organí­zación.» 15

5. ¿Hay progreso?

Adorno y Horkheimer se van a cuestionar lasociedad tecnológica de hoy, discutiendo incluso

"TheodorW. Adorno: «Marx est-il dépassé?». «¿Marx supe­rado?». en W.AA. (1974): ¿Marx superado? Selección y traduc­ción de Hugo Acevedo. Buenos Aires: Baíres, pp. 23-26.

Page 178: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

si lo que muchas veces se enmascara como pro­greso y desarrollo tecnológico, no supone en elfondo un empobrecimiento y una regresión, do­minados por la propaganda y la publicidad quepretenden disuadirnos de que no progresamos enla historia.

«Cómo se ensamblan hoy el progreso y la regre­sión, lo vemos en el concepto de las posibilidadestécnicas. Los procedimientos mecánicos de repro­ducción se han desarrollado y establecido indepen­dientemente de lo que se reproduce. Éstos pasanpor progresistas, y lo que no participa de ellos porreaccionario y provinciano. Semejante creencia esfomentada con tanto mayor empeño cuando los su­peraparatos, si por cualquier motivo pierden utili­dad, amenazan con convertirse en una mala inver­sión. (...) El celo fascinado con que se consume ca­da nuevo procedimiento no sólo crea indiferenciahacia lo producido, sino que también favorece latrastería estacionaria y la idiotez calculada. (...) Elprogreso técnico responde al terco y estúpido deseode no adquirir nunca baraturas, de no quedar de es­paldas al proceso de producción desatado sin im­portar cuál sea el sentido de lo producido. En todaspartes la concurrencia, la congestión, las colas deespera sustituyen a toda necesidad en alguna medi­da racional. Apenas es menor la aversión hacia unacomposición de carácter radical o demasiado mo­derna que la aversión hacia una película con sólotres meses en cartel, prefiriéndose a cualquier pre­cio la más reciente, aunque en nada se diferencie dela anterior. Como la clientela de la sociedad de ma­sas desea estar ínmedíaramene a la última, no pue­de dejar escapar nada. Así como el aficionado delsiglo XIX era capaz de asistir sólo a un acto de laópera por su actitud un tanto bárbara de no permi­tir que ningún espectáculo pudiera acortar el dis­frute de su cena, con el tiempo la barbarie actual, ala que se le ha privado del recurso a la cena, no pue­de de ningún modo saciarse con su cultura. Todoprograma debe seguirse hasta el final, todo best se­ller debe leerse y toda proyección ha de presenciar­se, mientras dure en la brecha, en las salas princi­pales. La abundancia de las cosas consumidas in­discriminadamente se vuelve funesta. Haceimposible orientarse en ella, y así como en losmonstruosos almacenes hay que buscarse un guía,

también la población, ahogada en ofertas, espera alsuyo.» 110

Horkheimer y Adorno critican la concepciónburguesa y de la propaganda de masas que vendeque éste es el mejor de los mundos posibles y quenos encaminamos, querámoslo o no, hacia un pro­greso técnico y científico; se rebelan. Ciertamente elprogreso no siempre es progreso, a veces supone unpaso atrás.

Pero no se quedan ahí. También quieren hacerdestacar que si el progreso se vende como un pro­ducto ideológico más, por otro lado, es necesarioseguir pensando en un progreso utópico para me/'o­rar las condiciones de vida del presente. Contra osmanipuladores que quieren hacemos creer que nocabe progreso alguno en la historia, Horkheimer serebelaba con enfado, pues una cosa es que el pro­greso sea un concepto utópico que nos sirve comofaro que dirige nuestro rumbo, y otra bien distintaes que el concepto empírico de progreso no aparez­ca concretado en ningún acontecimiento particular:

«[Como si no estuviese claro qué entienden lossocialistas por progreso, que es el que la reaccióncombate teórica y prácticamente: el mejoramientode la existencia material mediante una configura­ción más adecuada de las condiciones de vida de loshombres! e..) Pudiera ser que la historia, en estecontexto, se estanque o retroceda durante largos pe­ríodos; pudiera ser que la ocultación de este hechoen los últimos cien años haya sido utilizada con fre­cuencia como medio ideológico de engaño de ma­sas; no obstante, la referencia al progreso es clara yjustificada. Si, en la boca de los dominadores, laafirmación de que bajo su dominio se realiza el pro­greso era ya desde hace tiempo una mentira, de lacual sus mismos literatos se alejan, es igualmentenotorio que ellos quisieran abandonar el conceptopara conservar el dominio, pues igual que las de­más ilusiones burguesas, la libertad y la igualdad,tampoco el progreso funciona como defensa ideoló­gica a causa de la dialéctica de la historia, sino co­mo crítica a la situación actual y como estímulo pa­ra su cambio.

"Theodor W. Adorno, Mínima moralia, pp. 117·118.

PARA COMPRENDER CIENCIA TECNOLOclA y SOCIEDAD 195

Page 179: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

(...) Que el progreso social no se tiene que dar ne­cesariamente tiene su justificación de hecho, peroque no puede darse es una mentira grosera; decirque sería unilateral medir la historia por la medidaen que ofrezca a sus miembros una existencia so­portable, no es más que charlatanería filosófica.

El progreso social es siempre una tarea históri­ca, y no una necesidad mística. Que el marxismoexplique la teoría de la sociedad como teoría de larealidad es más comprensible. (...) Pero la historiano se orienta necesariamente en este sentido, a noser que se la obligue.» 17

Adorno reaccionaba en este sentido con térmi­nos muy similares a su compañero Horkheimer:

«La fetichización del progreso fortalece el par­ticularismo de éste, su limitación a la técnica. Side veras el progreso se adueñase de la totalidad,cuyo concepto lleva la marca de su violencia, ya nosería totalitario. El progreso no es una categoríadefinitiva. Quiere figurar en el alarde del triunfosobre lo que es radicalmente malo, no triunfar ensí mismo. Cabe imaginar un estado en el que la ca­tegoría pierda su sentido y que, sin embargo, nosea ese estado de regresión universal que hoy seasocia con el progreso. Entonces se transmutaríael progreso en la resistencia contra el perdurablepeligro de la recaída. Progreso es esta resistenciaen todos los grados, no el entregarse a la gradaciónmisma.» la

Así vemos también un aspecto represivo de laciencia, e indirectamente de la Ilustración. «Pues elmomento de la Ilustración, en cuanto termina enreconciliación con la naturaleza, al acallar el sobre­salto que ésta provoca, se hennana con el momen­to del dominio de la misma. Modelo del progreso,por más que se trasponga en la divinidad, es el con­trol de la naturaleza interior y exterior del hombre.La represión ejercitada mediante tal control, quetiene su suprema forma de reflexión espiritual en elprincipio de identidad de la razón, produce el anta-

11 Max Horkhcimer (1974): Dammerung. S. Fischer Vcrlag.Frankfurt arn Ma¡n (Ocaso. Trad. José M. Ortega. Barcelona:Anthrupos, 1986. pp. 135-136).

"Theodor W. Adorno, Consignas, p. 47.

196 PARA COMPRENDER CIENCIA. TECNOLOcfA y SOCIEDAD

gonísrno. Cuanta mayor identidad impone el espíri­tu dominador, tanta mayor injusticia padece lo noidéntico. Injusta se vuelve también la reacción deéste. Ella refuerza el principio represor, en tantotambién lo reprimido se arrastra ponzoñoso.» 19

Proseguiremos con este punto en el apartado quededicamos infra al libro de Horkheímer y Adorno,Dialéctica de la Ilustración.

6. La delicada metodologíade la Teoría Crítica

Antes de pasar a examinar la obra Dialéctica dela Ilustración, vamos a detenernos con brevedaden dos ejemplos que desvelan qué clase de análisishacen estos pensadores de la Escuela de Frankfurt.Ellos sacan a la luz elementos cotidianos pero quehabitualmente nos pasan desapercibidos en nues­tras relaciones con la técnica y la ciencia. Por ello,no es preciso buscar artefactos tecnológicos extre­madamente complejos o raros para hablar del pa­pel social de la ciencia y la técnica. Veamos, pon­gamos por caso, el análisis demoledor que haceHorkheimer del teléfono como aparato tecnológi­co y cómo influye en nuestro comportamiento dia­rio:

«Al teléfono.

Cuando estás de visita en casa de un amigo y lellaman al teléfono, de vez en cuando recibes una pe­nosa impresión. Mientras contesta con voz amisto­sa al interlocutor que está al otro extremo del hilotelefónico, al mismo tiempo te hace señales de im­paciencia. Te muestra cuán pesada y aburrida es pa­ra él la conversación. La voz complaciente que túhas oído con frecuencia en situaciones semejanteses pura convención: tu conocido miente al teléfono.Si fueses invitado con frecuencia a casa de este co­nocido te darías cuenta de que el tono de su voz esenormemente matizado. Hay una escala que va des­de la amabilidad servicial. pasando por la cordiali­dad evidente, hasta la notable manifestación de co­medida impaciencia. La voz de un hombre al telé­fono descubre de modo excelente sus relaciones

"Op. cit., p. 33.

Page 180: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

diferenciadas con el mundo, pues al teléfono lo ma­nifiesta todo.

El descubrimiento de que la mayoría de las rela­ciones no son sinceras por su parte, más aún, el co­nocimiento de que es un hombre completamentedistinto ante quienes le pueden ser útiles de comoes ante quienes esperan algo de él, te permitirá re­flexionar sobre tu conocido, o incluso hablar con élsobre ello. Entonces se pondrá de manifiesto que lapresión de la lucha por la vida regula las relacionesde los hombres, y que los pequeños ingresos de tuconocido explican suficientemente su conducta. Lasinceridad impune, el comportamiento libre yabierto, el trato con los hombres según sus cualida­des humanas, es un privilegio de los millonarios,que no tienen más aspiraciones. Desgraciadamente,sólo en raros casos hacen uso de ello.» lD

Por su parte, Adorno también es consciente deque en los asunto tecnológicos hay que ir al detalle,ampliar nuestra sensibilidad vital ante la tecnifica­cíón de nuestros gestos y actos. Nuestro entornotecnológico es capaz de influir de tal manera ennuestro comportamiento y actitudes que modifiquede lleno lo que antes podíamos juzgar como naturalpara nosotros mismos. Cualquier gesto desapercibi­do, mínimo, puede expresar una relación tecnológi­ca subyacente.

«Por ahora, la tecnificación hace a los gestosprecisos y adustos, y, con ellos, a los hombres. De­saloja de los ademanes toda demora, todo cuidado,toda civilidad para subordinarlos a las exigenciasimplacables y como ahistórícas de las cosas. Así escomo, pongamos por caso, llega a olvidarse cómocerrar una puerta de forma suave, cuidadosa y com­pleta. Las de los automóviles y neveras hay que ce­rrarlas de golpe; otras tienen la tendencia a cerrar­se solas, habituando así a los que entran a la indeli­cadeza de no mirar detrás de sí, de no fijarse en elinterior de la casa que los recibe. No se puede juz­gar imparcialmente al nuevo tipo humano sin laconciencia del efecto que incesantemente producenen él, hasta en sus más ocultas inervaciones, las co­sas de su entorno. ¿Qué significa para el sujeto que

J. Max Horkheimer, O'·aso. pp. 146-147.

ya no existan ventanas con hojas que puedan abrir­se, sino sólo cristales que simplemente se deslizan,que no existan sigilosos picaportes, sino pomos gi­ratorios, que no exista ningún vestíbulo, ningúnumbral frente a la calle, ni muros rodeando a losjardines? ¿Y a qué conductores no les ha llevado lafuerza de su motor a la tentación de arrollar a todobicho callejero, transeúntes, niños o ciclistas? Enlos movimientos que las máquinas exigen de los quelas utilizan está ya lo violento, lo brutal y el cons­tante atropello de los maltratos fascistas. De la ex­tinción de la experiencia no es poco culpable el he­cho de que las cosas, bajo la ley de su pura utilidad,adquieran una forma que limita el trato con ellas almero manejo sin tolerar el menor margen, ya sea delibertad de acción, ya de la independencia de la co­sa, que pueda subsistir como germen de experienciaporque no pueda ser consumido en el momento dela acción." 21

7. Dialéctica de la llustración:La industria cultural.Ilustración como engaño de masas

El libro de Adorno y Horkheimer titulado Dia­léctica de la Ilustración (DI), aparecido original­mente en 1944 con tan sólo quinientos ejemplares,constituye un hito en el análisis de la ciencia y latécnica en sociedad durante el siglo xx. El propósi­to fundamental de esta obra es criticar los excesosde la Ilustración, de la conciencia burguesa bien­pensante, de la Modernidad que todavía presentaaspectos victorianos. En ella se comienza presen­tando una paradoja que ha reproducido la Ilustra­ción. En sus inicios, la Ilustración pretendía elimi­nar los mitos y devolver a los hombres su propiasoberanía, hacerlos adultos y libres de los miedossupersticiosos. Sin embargo, con el paso del tiem­po, la Ilustración ha caído en el exceso y ella mismase ha vuelto un fetiche; al socaire de ideas totémicascomo progreso o ciencia ha intentado uniformar lahumanidad, convirtiéndose la propia Ilustración en

"Theodor W. Adorno, Minima muraba, pp. 37-38.

PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLOGIA y SOCIEDAD 197

Page 181: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

otro mito, un mito moderno, pero que esclavizaigual que los mitos superticiosos de antaño. La Ilus­tración recae entonces en esa mitología que inten­taba criticar al inicio.

Al abordar el concepto de Ilustración, la Dialéc­tica de la Ilustración recuerda que el programa ilus­trado se ha convertido en el desencantamiento delmundo, tal y como pronosticaba la filosofía de Ba­con, quien reprochaba que el entendimiento huma­no se uniera a conceptos vanos y experimentos sinplan:

«Aunque ajeno a la matemática, Bacon ha cap­tado bien el modo de pensar de la ciencia que vinotras él. (. ..) El saber, que es poder, no conoce lími­tes, ni en la esclavización de las criaturas ni en lacondescendencia para con los señores del mundo.Del mismo modo que se halla a disposición de losobjetivos de la economía burguesa, en la fábrica yen el campo de batalla, así está también a disposi­ción de los emprendedores, sin distinción de origen.Los reyes no disponen de la técnica más directa­mente que los comerciantes: ella es tan democráti­ca como el sistema económico con el que se desa­rrolla. La técnica es la esencia de tal saber. Éste noaspira a conceptos e imágenes, tampoco a la felici­dad del conocimiento, sino al método, a la explota­ción del trabajo de los otros, al capital. Las múlti­ples cosas que según Bacon todavía reserva son, asu vez, sólo instrumentos: la radio, como imprentasublimada; el avión de caza, como artilleria más efi­caz; el telemando, como la brújula más segura. Loque los hombres quieren aprender de la naturalezaes servirse de ella para dominarla por completo, aella y a los hombres. Ninguna otra cosa cuenta.»(DI. 60)"

La Ilustración se ha cosificado en la ciencia y latécnica, y éstas, a su vez, se ven insertadas en unplan de producción, al servicio de la empresa y delaparato militar, por eso llegan a decir que «la Ilus­tración es totalitaria» (DI, 62), «la Ilustración se re-

Jl Con DI haremos referencia a la edición castellana de MaxHorkheimer y Theodor W. Adorno (1969): Dialektik der Aufklti­rungo Philosophische Fragmente. S. Fischer Verlag, Frankfurtaro Main (Dialectica de la Ilustracián. Fragmentos filosóficos.Trad. Juan José Sánchez.. Madrid: Trotta, 1994).

198 PARA COMPRENDER CIENCIA. TECNOLOGIA y SOCIEDAD

laciona con las cosas como el dictador con los hom­bres. Este los conoce en la medida en que puedemanipularlos. El hombre de la ciencia conoce lascosas en la medida en que puede hacerlas» (DI, 64):

«La Ilustración reconoce en principio como ser yacontecer sólo aquello que puede reducirse a la uni­dad; su ideal es el sistema, del cual derivan todas ycada una de las cosas. (...) Aunque las diferentes es­cuelas podían interpretar diversamente los axio­mas, la estructura de la ciencia unitaria era siemprela misma. El postulado baconiano de Una scientiauniversalis es, a pesar del pluralismo de los camposde investigación, tan hostil a lo que escapa a la re­lación como la mathesis universalis leibniziana alsalto. La mutiplicidad de figuras queda reducida aposición y estructura, la historia a hechos, las cosasa materia. (...) La lógica formal ha sido la gran es­cuela de la unificación. Ella ofreció a los ilustradosel esquema de la calculabilidad del mundo. La equi­paración mitologizante de las ideas con los núme­ros en los últimos escritos de Platón expresa el an­helo de toda desmitologización: el número se con­virtió en el canon de la Ilustración. Y las mismasequiparaciones dominan la justicia burguesa y elintercambio de mercancías. C..) La sociedad bur­guesa se halla dominada por lo equivalente. Ella ha­ce comparable lo heterogéneo reduciéndolo a gran­dezas abstractas. Todo lo que no se agota en núme­ros, en definitiva en el uno, se convierte para laIlustración en apariencia; el positivismo modernolo confina en la literatura. Unidad ha sido el lemadesde Parménides hasta Russell. Se mantiene elempeño en la destrucción de los dioses y las cuali­dades.» (DI, 62-63)

Esta desazón que provoca la ciencia y la mitolo­gía del progreso nos muestra, a juicio de Horkhei­mer y Adorno, que la Ilustración recae en la mito­logía:

«En la reducción del pensamiento a operaciónmatemática se halla implícita la sanción del mundocomo su propia medida. Lo que parece un triunfode la racionalidad objetiva, la sumisión de todo loque existe al formalismo lógico, es pagado median­te la dócil sumisión de la razón a los datos inme­diatos. (. ..) la entera pretensión del conocimiento esabandonada. Ella no consiste sólo en percibir, cla­sificar y calcular, sino justamente en la negación

Page 182: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

determinada de lo inmediato. Por el contrario, elformalismo matemático, cuyo instrumento es elnúmero, la figura más abstracta de lo inmediato,mantiene al pensamiento en la pura inmediatez. Loque existe de hecho es justificado, el conocimientose limita a su repetición, el pensamiento se reducea mera tautología. Cuanto más domina el aparatoteórico todo cuanto existe, tanto más ciegamente selimita a repetirlo. De este modo, la Ilustración re­cae en la mitología, de la que nunca supo escapar.Pues la mitología había reproducido en sus figurasla esencia de lo existente; ciclo, destino, dominiodel mundo, como la verdad, y con ello había re­nunciado a la esperanza. En la pregnancia de laimagen mítica, como en la claridad de la fór-mulacientífica, se halla confirmada la eternidad de 10existente, y el hecho bruto es proclamado como elsentido que él mismo oculta. (...) La asunción de loque existe de hecho, sea bajo la prehistoria fabulo­sa, sea bajo el formalismo matemático; la relaciónsimbólica de lo presente con el acontecimiento mí­tico en el rito o con la categoría abstracta en la cien­cia, hace aparecer lo nuevo como predeterminado,que es así, en verdad, lo viejo. No es lo existentelo que carece de esperanza, sino el saber, que, en elsimbolismo plástico o matemático, se apropia deello en cuanto esquema y así lo perpetúa.» (DI. 81)

A partir de la experiencia del control de masaspor el nazismo y los totalitarismos, Horkheimer yAdorno dedican un capítulo a la industria culturalilustrada como engaño de masas. Para ambos auto­res, la cultura actual está manipulada de un modoatroz por los medios de comunicación de masas, deahí que se halla convertido en un negocio, en unaindustria:

«Toda cultura de masas bajo el monopolio esidéntica, y su esqueleto -el armazón conceptual fa­bricado por aquél- comienza a dibujarse. Los diri­gentes no están ya en absoluto interesados en es­conder dicho armazón; su poder se refuerza cuantomás brutalmente se declara. El cine y la radio nonecesitan ya darse como arte. La verdad de que noson sino negocio les sirve de ideología que debe le­gitimar la porquería que producen deliberadamen­te. Se autodefinen como industrias, y las cifras pu­blicadas de los sueldos de sus directores generaleseliminan toda duda respecto a la necesidad socialde sus productos.

(. .. ) Liberal. el teléfono dejaba aún jugar al par­ticipante el papel del sujeto. La radio, democráti­ca, convierte a todos en oyentes para entregarlosautoritariamente a los programas, entre sí iguales,de las diversas emisoras. No se ha desarrolladoningún sistema de réplica, y las emisiones priva­das están condenadas a la clandestinidad. ( ... )Cualquier huella de espontaneidad del público enel marco de la radio oficial es dirigido y absorbido,en una selección de especialistas, por cazadores detalento, competiciones ante el micrófono y mani­festaciones domesticadas de todo género.» (DI,166-167)

El propio ocio se ha convertido en otro nego­cio, en la industria de la diversión que se nos ofre­ce y vende después del trabajo, de forma que que­damos encerrados en un ciclo de oferta y deman­da en el que se alternan mutuamente trabajo yocio.

«La diversión es la prolongación del trabajo ba­jo el capitalismo tardío. (. .. ) la mecanización ha ad­quirido tal poder sobre el hombre que disfruta deltiempo libre y sobre su felicidad, determina tan ín­tegramente la fabricación de los productos para ladiversión que ese sujeto ya no puede experimentar

PARA COMPRENDER CIENCIA. TECNowclA YSOCIEDAD 199

Page 183: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

otra cosa que las propias copias o reproduccionesdel mismo proceso de trabajo. El supuesto contení­do no es más que una pálida fachada; lo que dejahuella realmente es la sucesión automática de ope­raciones reguladas. Del proceso de trabajo en la fá­brica y en la oficina sólo es posible escapar adap­tándose a él en el ocio.» (DI, 181)

La diversión como producto organizado puedealcanzar cotas ignoradas por nosotros habitual­mente, aunque estén presentes en nuestras vidascotidianas. Incluso entre las vidas de los seres cer­canos a nosotros y más indefensos, por ejemplo, losniños. Horkheimer y Adorno pueden ver en los di­bujos animados esta industria cultural que mentali­za a las personas y las cosifica en la cruel ideologíadel capitalismo tardío.

"Los dibujos animados fueron una vez exponen­tes de la fantasía contra el racionalismo. Ellos hi­ctcron justicia a los animales y a las cosas electriza­dos por su técnica, en la medida en que prestaban alos seres mutilados una segunda vida. Hoy no hacensino confirmar el triunfo de la razón tecnológica so­bre la verdad. Hace algunos años tenían accionescoherentes, que sólo en los últimos minutos se di­solvían en el torbellino de la persecución. Su modode proceder se asemejaba en esto al viejo esquemade la comedia bufonesca. Por ahora las relacionestemporales se han desplazado. Ya en las primerassecuencias del dibujo animado se anuncia un moti­vo de la acción para que, en el curso de ésta, se pue­da ejercitar sobre él la destrucción: en medio del vo­cerío del público el protagonista es zarandeado co­mo un harapo. De este modo, la cantidad de ladiversión organizada se convierte en la calidad de lacrueldad organizada. (. ..) Si los dibujos animadostienen otro efecto, además del de acostumbrar lossentidos al nuevo ritmo del trabajo y de la vida, esel de martillear en todos los cerebros la vieja sabi­duría de que el continuo maltrato, el quebranta­miento de toda resistencia individual. es la condi­ción de vida en esta sociedad. El Pato Donald en losdibujos animados, como los desdichados en la rea­lidad, reciben sus golpes para que los espectadoresaprendan a habituarse a los suyos.» (DI, 182-183)

Pero no sólo la diversión y el ocio se han con­vertido en objeto de la estrategia de la industria cul-

200 PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLOclA y SOCIEDAD

tural, sino que nuestro mismo deseo íntimo, nues­tro anhelo sexual, nuestro erotismo queda en ma­nos de una industria cultural que nos defraudaconstantemente, pues el placer es prometido, sinser ofrecido realmente nunca, así "la industria cul­tural no sublima, reprime. Al exponer siempre denuevo el objeto de deseo, el seno en el jersey y el tor­so desnudo del héroe deportivo, no hace más queexcitar el placer preliminar no sublimado que, porel hábito de la privación, ha quedado desde hacetiempo deformado y reducido a placer masoquista.(...) la industria cultural es pornográfica y ñoña.Así, ella reduce el amor al romance; y de este modo,reducidas, se dejan pasar muchas cosas, incluso ellibertinaje como especialidad corriente, en peque­ñas dosis y con la etiqueta de "atrevido". La pro­ducción en serie del sexo opera automáticamentesu represión» (DI, 184). El individuo, en su más ín­timo rincón, queda así en manos de la industria cul­tural en sus diferentes ámbitos y versiones (trabajo,diversión, erotismo, medios de masas, propagan­da). El individuo queda a merced de esta industriaque le obligará a que imite los dictados que ésta im­ponga.

"La industria cultural puede disponer de la indi­vidualidad de for-ma tan eficaz sólo porque en éstase reproduce desde siempre la íntima fractura de lasociedad. En los rostros de los héroes del cine y delos particulares, confeccionados según los modelosde la cubiertas de los semanarios, se desvanece unaapriencia en la cual ya de por sí nadie cree, y la pa­sión por tales modelos ideales vive de la secreta sa­tisfacción de hallarse finalmente dispensados delesfuerzo de la individuación mediante el esfuerzo-més fatigoso aún- de la imitación." (DI, 200)

Este fenómeno se produce ya porque desaparecela cu1Lura artística en manos del mercado, que loconsidera un fetiche, una mercancía vendible comocualquier otra y nos sumerge en el mundo de la mo­da y de la propaganda. La moda y la propagandaque la vende hacen que el arte, o lo que quedaba deél, se nos aparezca como un objeto en venta, desea­do por todos, expuesto a subasta, y que nos condu­ce a una espiral sin fin de compraventa, en busca delo último que se lleva, de la última moda. Industriacultural y desarrollo tecnológico vienen pues a coin­cidir.

Page 184: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

«Cada película es el avance publicitario de la si­guiente, que promete reunir una vez más a la mis­ma pareja bajo el mismo cielo exótico: quien llegacon retraso no sabe si asiste al avance de la próxi­ma película o ya a la que ha ido a ver. El carácter demontaje de la industria cultural, la fabricación sin­tética y planificada de sus productos. similar a la dela fábrica no s610 en el estudio cinematográfico, si­no virtualmente también en la recopilación de bio­grafías baratas, investigaciones noveladas y los éxi­tos de la canción, se presta de antemano a la publi­cidad: en la medida en que el momento singular sehace disociable del contexto y fungible, ajeno inclu­so técnicamente a todo contexto significativo, pue­de prestarse a fines externos a la obra misma. (...)Tanto técnica como económicamente, la publicidady la industria cultural se funden la una en la otra.Tanto en la una como en la otra la misma cosa apa­rece en innumerables lugares, y la repetición mecá­nica del mismo producto es ya la repetición del mis­mo motivo propagandístico. Tanto en la una comoen la otra la técnica se convierte,bajo el imperio dela eficacia, en psicotécnica, en técnica de la mani­pulación de los hombres. Tanto en la una como enla otra rigen las normas de lo sorprendente y sinembargo familiar, de lo leve y sin embargo incisivo,de lo hábil o experto y sin embargo simple. Se tratasiempre de subyugar al cliente, ya se presente comodistraído o como resistente a la rnanipulación.» (DI,208-209)

8. Ciencia y técnica como ideologíaen Hahennas

Jürgen Habermas trabajó durante algún tiempocomo discípulo de Adorno. En su propia evoluciónintelectual destaca una obra, su artículo de 1968,Ciencia y técnica como «ideología», para escrutar elpapel de la ciencia y la técnica en la sociedad con­temporánea. Este miembro de la segunda genera­ción de investigadores de la Escuela de Frankfurtparte de dos autores en su estudio de la ciencia y latécnica. De un lado, toma de Max Weber el concep­to de «racionalización» para definir el fenómeno enexpansión desde la modernidad de la constante ra­cionalización de los ámbitos sociales, sometidos ca-

da vez más a criterios de decisión racional, bajo laindustrialización del trabajo social, de forma quepaulatinamente los ámbitos diversos de nuestras vi­das quedan en manos de acciones meramente ins­trumentales. Es lo que Max Weber caracterizaba co­mo «el desencantamiento del mundo», bajo el pro­ceso de secularización e industrialización masivos.

De otro lado, Habermas hace una lectura deHerbert Marcuse. quien a su vez había criticado loscriterios de Max Weber. Habermas cita al propioMarcuse en la crítica que éste, en 1965, hace al con­cepto de técnica en Weber:

«En su crítica a Max Weber, Marcuse llega a lasiguiente conclusión: "El concepto de razón técnicaes quizá él mismo ideología. No sólo su aplicaciónsino que ya la técnica misma es dominio sobre lanaturaleza y sobre los hombres: un dominio meró­dico, científico, calculado y calculante. No es quedeterminados fines e intereses de dominio sólo seadvengan a la técnica a posteriori y desde fuera, si­no que entran ya en la construcción del mismo apa­rato técnico. La técnica es en cada caso un proyec­to histórico-social; en él se proyecta 10 que una so­ciedad y los intereses en ella dominantes tienen elpropósito de hacer con los hombres y con las cosas.Un tal propósito de dominio es material, y en estesentido pertenece a la forma misma de la razón téc­nica".

Ya en 1965, en un contexto muy distinto, Marcu­se había llamado la atención sobre el peculiar fenó­meno de que en las sociedades capitalistas indus­triales avanzadas el dominio tiende a perder su ca­rácter explotador y opresor y a tornarse "racional",sin que por ello desaparezca el dominio polftico.»(en, 55)1)

Lo que Marcuse reprocha a Weber es que éste, ala hora de abordar su concepto de racionalización yexpansión tecnológica, no ha tenido en considera­ción que la técnica se enmascara como razón y que

" Con cn haremos referencia a la edición castellana de Jür­gen Habermas (1968): «Technlk und Wissenschaft als "Ideolo­gie?», Merkur, n. 243: 591-610 y n. 244: 682-693 (~Cienciaytéc­

nica como "ideología"». Trad. Manuel Jiménez Redondo. Reco­gido con otros ensayos del mismo autor en Ciencia y técnicacomo «ideología». Madrid: Tecnos, 1992, 2" ed., pp. 53-112).

PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLOGIA y SOCIEDAD 201

Page 185: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

la misma racionalidad cumple entonces el papel deldominio técnico, lo cual conlleva el riesgo de que nose reconozca el poder tecnocíentíñco de la razón:

«Marcuse cree poder reconocer la represión ob­jetivamente superflua en "la intensificación del so­metimiento de los individuos al inmenso aparato deproducción y distribución, en la desprivatizacióndel tiempo libre. en la casi irresoluble fusión de tra­bajo social productivo y destructivo". Pero, paradó­jicamente, esta represión puede desaparecer de laconciencia de la población, ya que la legitimacióndel dominio ha adquirido un carácter distinto: aho­ra apela a "la creciente productividad y crecientedominación de la naturaleza, que también propor­cionan a los individuos una vida más confortable".

e..)La idea de que las relaciones de producciónpudieran encontrar su instancia crítica en el poten­cial de las fuerzas productivas desarrolladas quedacercenada por el hecho de que las relaciones de pro­ducción existentes se presentan como la forma deorganización técnicamente necesaria de una socie­dad racionalizada. La "racionalidad" en el sentidode Max Weber muestra aquí su doble rostro: ya noes sólo la instancia crítica del estado de las fuerzasproductivas, ante el que pudiera quedar desenmas­carada la represión objetivamente superflua propiade formas de producción históricamente caducas,sino que es al mismo tiempo un criterio apologéti­co en el que esas mismas relaciones de producciónpueden ser también justificadas como un marcoinstitucional funcionalmente necesario. (...) En laetapa del desarrollo científico y técnico, las fuerzasproductivas parecen entrar, pues, en una nuevaconstelación con las relaciones de producción: yano operan en favor de la ilustración como funda­mento de la critica de las legitimaciones vigentes,sino que se convierten en las mismas en base de lalegitimación. y esto es lo que Marcuse considerahistóricamente nuevo.» (CTI, 56-57)

Con el análisis de Marcuse la técnica se presen­ta como forma de opresión racionalizada, en el quela teoria y la práctica se corresponden mutuamen­te, «el método científico -nos dice Marcuse en Elhombre unidimensional- que conducía a una domi­nación cada vez más eficiente de la naturaleza, pro­porcionó después también tanto los conceptos pu-

202 PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLOGIA y SOCIEDAD

ros como los instrumentos para una dominacióncada vez más efectiva del hombre sobre el hombrea través de la dominación de la naturaleza. Hoy ladominación se perpetúa y amplía no sólo por mediode la tecnología, sino como tecnología; y ésta pro­porciona la gran legitimación a un poder políticoexpansivo que engulle todos los ámbitos de la culotura. En este universo la tecnología proporcionatambién la gran racionalización de la falta de liber­tad del hombre y demuestra la imposiblídad técni­ca de la realización de la autonomía, de la capaci­dad de decisión sobre la propia vida. Pues esta au­sencia de libertad no aparece ni como irracional nicomo política, sino más bien, como sometimiento aun aparato técnico que hace más cómoda la vida yeleva la productividad del trabajo. La racionalidadtecnológica. en lugar de eliminarlo, respalda de esemodo la legalidad del dominio; y el horizonte ins­trumentalista de la razón se abre a una sociedad to­talitaria de base racional» (Cl'I, 58).

Así Marcuse comprueba el contenido político dela razón técnica dentro de una teoría de la sociedaddel capitalismo tardío. en el que se fusionan técnicay dominio, racionalidad y opresión. Habermas va aintentar, partiendo de la crítica de Marcuse a We­ber, un examen actualizado y detallado del concep­to de racionalización en la sociedad tecnológicacontemporánea. Para ello distingue primeramenteen la racionalización dos clases de acciones socia­les:

1. Trabajo o acción racional con respecto a fines:es la acción instrumental o bien la acción racional,o una combinación de ambas. La acción ínstru­mental se rige por reglas técnicas que dependen deun saber empírico. Con tales reglas se hacen pro­nósticos de sucesos, físicos o sociales. observablesen el futuro, los cuales pueden resultar verdaderoso falsos.

2. Acción comunicativa: es la interacción simbó­licamente mediada. Se orienta de acuerdo con nor­mas intersubjetivamente vigentes, a partir de expee­tativas recíprocas de comportamiento y que, por sucarácter público, deben ser entendidas y reconoci­das por lo menos por dos sujetos agentes. Estas nor­mas sociales se rigen por sanciones y su sentido seobjetiva en la comunicación lingüística cotidiana.

Page 186: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

Con esta distinción Habermas pretende reescri­bir la historia de la racionalización del capitalismoa partir de las sugerencias de Marcuse. Hay quecompletar la interpretación de Weber con la lecturamarxiana de Marcuse:

«Marx llevó a cabo la crítica de la ideología bur­guesa en forma de economía política: su teoría delvalor-trabajo destruyó la apariencia de la libertadcon la que la institución jurídica del libre contratode trabajo había hecho irreconocible la violenciasocial subyacente a la relación de trabajo asalaria­do. Lo que Marcuse critica a Max Weber es queéste, sin prestar atención a la idea de Marx, seatiene a un concepto abstracto de "racionalización"que no desvela sino que vuelve a ocultar una vezmás lo específico que hay de clase en esa adapta­ción del marco institucional al progreso de los sub­sistemas de acción racional con respecto a fines.»rcrr. 80-81)

Pero con Marcuse, hay que ir más allá de Marxpara comprobar el papel de los agentes políticos yestatales en el desarrollo económico y tecnológico,ya que éstos se convierten en colaboradores y co­partícipes de esta estrategia de colonización tecno­crática: «En la medida en que la actividad estatal seendereza a la estabilidad y crecimiento del sistemaeconómico, la política adopta un peculiar carácternegativo: el objetivo de la política es la prevenciónde las disfuncionalidades y la evitación de riesgosque pudieran amenazar al sistema, es decir, la polí­tica no se orienta a la realización de fines prácticos,sino a la resolución de cuestiones técnicas» (Cl'I,84). La política se dirige a una tecnocracia, tecnifi­cada en sus decisiones, anónima, que evita sus res­ponsabilidades prácticas y sus discusiones públi­cas, dominadas éstas por el secretismo oficial y laproliferación de corporativismos y expertos públi­cos. En este sentido hay que rectificar la visión clá­sica del papel del capitalismo en la historia y de lafunción de la economía como motor de la historia,pues ahora el acontecimiento viene domeñado engran medida por la propia investigación científica ytecnológica como fuentes novedosas y autónomasde plusvalías, al socaire de los dictados de Estado:

«Desde fines del siglo XIX se impone cada vez conmás fuerza la otra tendencia evolutiva que caracte-

riza al capitalismo tardío: la de la cientiiizacion de latécnica. Siempre se ha registrado en el capitalismouna presión institucional a elevar la productividaddel trabajo por medio de la introducción de nuevastécnicas. Pero las innovaciones dependían de inven­tos esporádicos, que, por su parte, podían cierta­mente estar inducidos económicamente, pero queno tenían un carácter organizado. Pero esto havariado en la medida en que el progreso científico yel progreso técnico han quedado asociados y sealimentan mutuamente. Con la investigación indus­trial a gran escala, la ciencia, la técnica y la revalo­rización del capital confluyen en un único sistema.Mientras tanto esa investigación industrial ha que­dado asociada además con la investigación nacidade los encargos del Estado, que fomentan ante todoel progreso técnico y científico en el ámbito de laproducción de armamentos; y de ahí fluyen infor­maciones a los ámbitos de la producción civil debienes. De este modo, la ciencia y la técnica se con­vierten en la primera fuerza de trabajo, y con ello,caen las condiciones de aplicación de la teoría delvalor trabajo de Marx. Pues ya no tiene sentidocomputar las aportaciones al capital debidas a lasinversiones en investigación y desarrollo, sobre labase del valor de la fuerza de trabajo no cualificada(simple) si, como es el caso, el progreso técnico ycientífico se ha convertido en una fuente indepen­diente de plusvalía frente a la fuente de plusvalíaque es la única que Marx tomó en consideración: lafuerza de trabajo de los productos inmediatos tienecada vez menos ímportancía.» (en, 86-87)

Así el mundo social de la vida queda apresado enla autocosificación de los hombres bajo la acciónracional según fines, como mero instrumento. Elsujeto humano queda indefenso desde su propio in­terior, y el hombre que dirigía todo y lo controlabatodo, el horno faber, queda a su vez constreñido a supropia obra, que se vuelve independiente de sucreador, de su artífice, y esto hace que el horno faberse disuelva en el horno fabricatus (Cl'I. 90). El suje­to, en la sociedad industrial contemporánea, quedaa merced de la sociedad. de consumo y esta ideolo­gía tecnocrática se introduce en la mente de cadauno, en el interior de cada sujeto, de su deseo ínti­mo, para dominarlo y someterlo a la lógica del mer­cado y del Estado. Ya no se trata de una opresión

PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLOGIA YSOCIEDAD 203

Page 187: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

externa, de un dictador ajeno que nos esclaviza. Eldictador lo llevamos dentro de nosotros mismos,nosotros somos el dictador en acción, nuestro de­seo, nuestra mente, son partículas de la concienciatecnocrática global:

"Las sociedades industriales avanzadas parecenaproximarse a un tipo de control del comporta­miento dirigido más bien por estímulos externosque por normas. La reacción indirecta por csumu­los condicionados ha aumentado sobre tndo en losámbitos de aparente libertad subjetiva (comporta­miento electoral, consumo y tiempo libre). La sig­natura psicosocial de la época se caracteriza menospor la personalidad autoritaria que por la deses­tructuración del supcrego. Pero este incrementodel comportamiento adaptativo es sólo el reverso dela continua erosión de la esfera de la interacciónmediada lingüísticamente, bajo la presión de la es­tructura de la acción racional con respecto a fines.A esto responde, subjetivamente, que la diferenciaentre acción racional con respecto a fines e inte­racción no solamente desaparezca de la concienciade las ciencias del hombre, sino también de la con­ciencia de los hombres mismos. La fuerza ideológi­ca de la conciencia tccnocrática queda demostradaprecisamente en el encubrimiento que produce deesa dífercnc¡a.» (en, 91)

9. Horkheimer y Adorno,más allá de Habermas

Habermas conoce perfectamente bien el pensa­miento de la Escuela de Frankfurt, si bien no consi­gue ir mucho más allá de los pioneros, de Horkhei­rner-y Adorno. de Marcuse. Ciertamente los análisisde Habermas son más detallados en cuanto a su ter­minología sociológica, pero es más que dudable queen su concepción y efectividad alcance diagnósticosmás profundos o efectivos. A modo de prueba, he­mos visto a lo largo de este artículo el pensamientode Habermas en tomo a la racionalidad técnica ycómo intenta examinarla mediante su distinción deacciones instrumentales o acciones comunicativas.Así muestra que el proceso de modernidad, impul­sado por el capitalismo protestante (Weber), conlle­va la conquista tecnológica del mundo, en detri­mento de las tradiciones y culturas locales. Este

204 PARA COMPRENDliR elEA'CIA, TECNü/.OGfA y SOCIEDAD

proceso de modernidad-capitalismo es criticado deraíz por Horkheimer y Adorno en la dialéctica de laIlustración, tal y como hemos visto, pero Habermassólo es capaz de ver en ello cierto equívoco o ma­lentendido ambiguo, mas no un peligro intrínseco einmanente al propio proceso moderno-ilustrado.

«El umbral de la modernidad vendría entoncescaracterizado por ese proceso de racionalizaciónque se pone en marcha con la pérdida de la "inata­cabilidad" del marco institucional por los subsiste­mas de acción racional con respecto a fines. Las le­gitimaciones tradicionales se hacen criticables alser cotejadas con criterios de la racionalidad propiade las relaciones fin-medio; las informaciones pro­venientes del ámbito del saber técnicamente utili­zable penetran en las tradiciones y compiten conellas, y de esta forma obligan a una reconstrucciónde las interpretaciones tradicionales del mundo.

Nosotros hemos seguido este proceso de "racio­nalización desde arriba" hasta el punto en que laciencia y la técnica mismas, en la forma de una con­ciencia positivista imperante -articulada como con­ciencia tecnocrática- asumen el papel de una ideo­logía que sustituye a las ideologías burguesas des­truidas. Es el punto a que se llega con la crítica delas ideologías burguesas: y aquí es donde radica elorigen de esa equivocidad en el concepto de racio­nalización. Esa equivocidad fue diagnosticada porHorkheimer y Adorno como dialéctica de la ilustra­ción, y la tesis de la dialéctica de la ilustración que­da extremada por Marcuse en la tesis de que la cien­cia y la técnica se convierten ellas mismas en ideo­lógicas.» [CTI, 101-102]

Lo que decimos en esta sección no es un asuntobanal, dado que ese matiz entre los que ven la ra­cionalidad de la Ilustración como un concepto equí­voco (Habermas) o los que ven en ella un riesgo in­trínseco, bien como mitología (Horkheimer y Ador­no) o bien como ideología del progreso (Marcuse),hace que se postulen soluciones divergentes. La so­lución de Habermas, que hemos tratado muy bre­vemente, consiste en reforzar el aspecto comunica­tivo en la sociedad, en la acción intersubjetiva sim­bólica, frente al monopolio tecnocráñco. pero estasolución peca de cierto conformismo, por pensar lacomunicación como un concepto abstracto, delímí-

Page 188: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

table teóricamente, por pensar dos bloques diferen­ciados y puros: el bloque de la ciencia y la técnica yel bloque del mundo de la vida, pero Habermas ol­vida que el mundo de la vida está conformado porotras técnicas, que la comunicación a la que aspiratambién es otra forma de poder, que el sujeto hu­mano siempre es una forma de poder. En este sen­tido, los maestros de la Escuela de Frankfurt sonmás cautos, recelan más de los remedios mismos.Horkheimer y Adorno, por ejemplo, sospechabandel mismo concepto de comunicación, tan usadopor Habermas como panacea de la sociedad con­temporánea:

«Aislamiento por comunícacíán,

La afirmación de que el medio de comunicaciónaísla no es válida sólo en el campo espiritual. No só­lo el lenguaje mentiroso del locutor de la radio se fi­ja en el cerebro como imagen de la lengua e impidea los hombres hablar entre sí; no sólo el anuncio dePepsi-Cola sofoca el de la destrucción de continen­tes enteros; no sólo el modelo espectral de los hé­roes cinematográficos aparece ante el abrazo de losadolescentes e incluso ante el adulterio. El progre­so separa literalmente a los hombres. Los tabiquesy subdivisiones en oficinas y bancos permitían alempleado charlar con el colega y hacerle partícipede modestos secretos; las paredes de vidrio de lasmodernas oficinas, las salas enormes en las que in­numerables empleados están juntos y son vigiladosfácilmente por el público y por los jefes no consien­ten ya conversaciones o idilios privados. Tambiénen las oficinas el contribuyente está ahora protegi­do contra toda pérdida de tiempo por parte de losasalariados. Los trabajadores están aislados en elcolectivo. Pero el medio de comunicación separa alos hombres también físicamente. El coche ha ocu­pado el lugar del tren. El auto privado reduce losconocimientos que se pueden hacer en un viaje alde los sospechosos autostopistas. Los hombres via­jan, rigurosamente aislados los unos de los otros,sobre círculos de goma. En compensación, en cadaautomóvil familiar se habla sólo de 10 mismo que sediscute en todos los demás: el diálogo en la célulafamiliar está regulado por los intereses prácticos. Ycomo cada familia con un determinado ingreso in­vierte lo mismo en alojamiento, cine, cigarrillos. talcomo lo prescribe la estadística, así los temas se ha-

lIan tipificados de acuerdo con las distintas clasesde automóviles. Cuando en los fines de semana o enlos viajes se encuentran en los hoteles, cuyos menúsy cuyas habitaciones son -dentro de un mismo ni­vel de precios- perfectamente idénticos, los visitan­tes descubren que, conforme ha crecido su aisla­miento, han llegado a asemejarse cada vez más. Lacomunicación procede a igualar a los hombres.»[DI. 265]

El que Habermas sea posterior a sus maestrosno quiere decir que los haya superado. Más bienpuede ocurrir que la teoría de la comunicación so­cial de Habermas encubra en ciertas ocasiones laincomunicación que ella misma pretendía disolver.

Bibliografía

Adorno, Theodor W. (1951): Mínima moralia. Reílexionemaus dem beschadigten Leben, Suhrkamp Verlag, Frank­Furtam Main (Mínima morulia. Reííexiones dese fa vidadañada, Trad. Joaquín Chamarra Mielke. Madrid: Tau­rus, 1987).

- (1966): Negative Dialektik. Frankfurt am Main: Suhr­kamp Verlag (Diaiectica negativa. Trad. José María Ri­palda. Madrid: Taurus. 1975).

- (1969): Stichworte. Kritische Modelle 2. Suhrkamp Ver­lag. (Consignas. Trad. Ramón Bilbao. Buenos Aires:Amorrortu, 1973).

- (1974): "Marx est-il dépassé?». «¿Marx supcrado?», enW.AA. (1974): ¿Marx superado? Selección y traduc­ción Hugo Acevedo. Buenos Aires: Baires.

Habermas, Jürgen (1968): «Technik und Wissenschaft als"Ideologic"». Merkur, n. 243: 591-610 y n. 244: 682-693(eCicnc¡a y técnica como "ideología"». Trad. Manuelliménez Redondo. Recogido con otros ensayos delmismo autor en Ciencia y técnica como «ideología».Madrid: Tecnos, 1992,2" ed., pp. 53-112).

Hcrkhelmcr, Max (1968): Kritische Theorie. Eine Dcku­mentation, S. Fischer Verlag, Frankfurt am Main (Teo­ría critica. Trad. parcial de la edición alemana, hechapor Edgardo Albizu y Carlos Luis. Buenos Aires: Amo­rrortu, 1990, 1a reimp.).

- (1972): Sozialphilosophische Studien - Geselfschaft imubergang, Frankfurt/Main: Fischcr Taschenbuch Ver­lag GmbH (Sociedad en transición: estudios de [ilosoitasocial. Trad. Joan Godo Costa. Barcelona: Península,1976).

PARA COMPRENDER CIENCIA. TECNOLOGIA y SOCIEDAD 205

Page 189: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

22

El Estudio Socialde la Ciencia y la Tecnología:

Controversia, Fusión Fría y PostmodernismoJosé A. López Cerezo, Marta I. Gonzále; y José Luis Luján

D esde los años sesenta asistimos a una pro­funda revisión de la imagen tradicional, tan­

to pública como académica, de la ciencia y la tec­nología y del papel de éstas en la sociedad actual. Elconcepto clave en este cambio es el de controversia.En el ámbito académico (filosofía, historia, sociolo­gía, politologfa) se han venido estudiando de formasistemática las controversias científicas y tecnológi­cas y el modo en que estas controversias se cierran,cuando es el caso. En la arena pública, la ciencia yla tecnología se han convertido en las últimas déca­das en objeto de debate social y político. La opiniónespecializada ya no constituye un punto final paralas polémicas públicas sobre las cuestiones más di­versas, los distintos grupos sociales de interés se ro­dean de sus propios expertos y de su propia ciencia.Hoy día, en los medios de comunicación, es fre­cuente encontrarnos con expertos enfrentados so­bre temas de interés general, ya sea la capa de ozo­no, las causas del cáncer, las radiaciones íonízantes.la fluorización del agua potable o la gestión de resi­duos petrolíferos.

En esta contribución se explora el papel de lascon troversias en el desarrollo de la ciencia y de latecnología. Esta línea argumental servirá para arre-

cer una panorámica de los distintos enforques dis­ciplinares en el estudio social de la ciencia y de latecnología.

Imagen públicay académicade la Ciencia y la Tecnología

¿Qué ha ocurrido en los últimos treinta años enrelación con la imagen pública y académica de laciencia y la tecnología? En primer lugar, se desa­rrollan y consolidan una serie de movimientos deprotesta contra el sistema, un sistema tecnocráticoque hace de la ciencia-tecnología un elemento clavede legitimación política. Ya se trate de grupos con­traculturales, de asociaciones estudiantiles, organi­zaciones ecologistas o pacifistas o de sindicatosobreros, la ciencia y la tecnología se percibe cadavez más como un elemento de opresión y enajena­ción, como un factor de destrucción del medio na­tural o de los puestos de trabajo, como el soldado deun sistema capitalista feroz e inhumano. Los desas­tres relacionados de un modo u otro con la cienciay la tecnología contemporáneas, como derrames depetróleo o catástrofes nucleares, han servido decombustible para esa protesta y de catalizador para

PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLoclA y SOCIEDAD 207

Page 190: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

una concienciación colectiva acerca de los riesgos eimpactos de una ciencia y tecnología fuera de con­trol.

Todo esto se encuentra en la base de la recienterevisión de las políticas científico-tecnológicas delos gobiernos occidentales, una revisión que enfati­za e! control monitorizado (y la participación pú­blica) de un desarrollo científico-tecnológico queya no es abandonado a su propia inercia, sino quese pretende orientar atendiendo a valores como laprotección de la salud pública y del entorno. Peroes una revisión que no se agota en al ámbito políti­co. También la educación de la ciencia y la tecno­logía se hace objeto de un profundo cambio ten­diente a fomentar ciudadanos responsables y so­cialmente concienciados, un modelo bastantealejado de la tradicional formación de hiperespe­cialistas.

Un segundo factor es también responsable de!cambio en la imagen actual de la ciencia y la tecno­logía. Se trata del movimiento académico conocidocomo «estudios sociales de la ciencia y la tecnolo­gía» o. simplemente. «ciencia, tecnología y socie­dad" (CTS). A diferencia de los anteriores movi­mientos sociales y la consiguiente renovación polí­tico-educativa, que se originan y adquieren unmayor peso en los Estados Unidos, en este caso setrata de un movimiento académico que se gesta enuniversidades británicas y, desde allí, se consolida­rá en la Europa continental y los EE.UU. Sus co­mienzos tienen lugar en el Programa Fuerte de lasociología del conocimiento científico (SCC) queproponen y desarrollan autores como Barry Barnesy David Bloor en la Universidad de Edimburgo. En­tendida como una extensión de la clásica sociologíadel conocimiento, y sobre la base de una lectura ra­dical de la obra de Thomas Kuhn y otros autores dela nueva filosofía de la ciencia, la SCC presenta unaimagen del conocimiento científico radicalmentedistinta de, e incompatible con, la visión racionalis­ta tradicional. La ciencia deja de ser una [arma deconocimiento epistemológicamente privilegiada pa­ra ser concebida del mismo modo que el resto de lasmanifestaciones culturales, a saber; como un pro­ducto de sus circunstancias históricas y culturales,como un resultado de la lucha de intereses entreclases y grupos sociales heterogéneos.

208 PARA COMPRENDER crENC/A, TECNOLOclA y SOCIEDAD

El elemento clave de las explicaciones y recons­trucciones históricas en la SCC será la controversiacientífica. La controversia en ciencia refleja la flexi­bilidad interpretativa de la realidad, desvelando laimportancia de los procesos de interacción socialen la constitución misma de esa realidad. Ya en losaños ochenta, la SCC se diversificará en un conglo­merado de orientaciones relativistas y de inspira­ción sociologista que harán también de la tecnolo­gía el objeto de su comprensión en contexto social.

A la base de esta doble transformación de la ima­gen académica y popular de la ciencia y la tecnolo­gía se encuentra una idea clave, a saber, la idea depolémica. Polémica sobre la ciencia y polémica enla ciencia son dos fórmulas que, de hecho, podríanresumir los dos factores de cambio mencionadosmás arriba: los movimientos sociales con su res­puesta institucional, por un lado, y el movimientoacadémico de origen europeo. Antes de volver conmás detalle sobre estos movimientos. debemos de­tenernos ahora en la idea de polémica para enten­der el sentido y el alcance de dicha transformación.

El sentido de la polémica

Una conocida lectura popular del evolucionismodarwiniano identifica esta teoría con el slogan «la su­pervivencia del más apto», entendiendo a su vez esasupervivencia como el resultado de la lucha de todoscontra todos. Leones contra hienas, guepardos con­tra gacelas, cocodrilos contra exploradores, y pecesgrandes contra peces chicos. Las especies parecenenzarzadas en un combate encarnizado por la super­vivencia. Unos recurren a garras y dientes, otros a ve­locidad y agilidad, y otros a proles numerosas. Me­nos ferocidad, menos rapidez o menos ingenio signi­fica descolgarse de esa lucha por la supervivencia.

Sin embargo, como sabe cualquier aficionado ala biología, esta es una interpretación errónea de lateoría darwiniana. El enemigo de un lince no es unlobo sino otro lince. En general, el enemigo naturalde un ser vivo no es, evolutivamente hablando, sudepredador habitual, ni tampoco la escasez de supresa ordinaria: son otros como él. Los seres vivoscompiten fundamentalmente entre semejantes (no

Page 191: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

P4RA COMPRFNIJloR ." UIo,",'ClA,

.'

TEC.I'/OLOC·,fA Y SOCffoDA/J

"""\./.:~ío

209

Page 192: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

emparentados), dentro de cada especie, por unosrecursos siempre limitados. Menos ferocidad o me­nos agilidad puede significar la desaparición, sí, pe­ro porque otros como tú compiten con más éxitopor las mismas recompensas.

La historia de la ciencia, y su interpretación enlas ciencias sociales, contienen una ambivalenciasimilar. La lucha del científico por alcanzar la ver­dad, nos dice la imagen tradicional, tiene como ene­migo natural a la ignorancia y la superstición. Elcientífico debe enfrentarse a la naturaleza, como al­guien que se resiste a confesar sus secretos, en unalucha que produce la alianza de los científicos bajouna bandera común: la verdad objetiva. En disposi­ción del método experimental utilizado ya por New­ton y Galileo, y en disposición también de un talan­te abierto y democrático, los científicos consegui­rán vencer a la naturaleza y desvelar sus secretosuno a uno. Esta es, grosso modo, la imagen que sepercibe en la obra especializada del mundo acadé­mico tradicional, ya se trate de filósofos como K.Popper, sociólogos como R. Merton, o historiadorescomo G. Sarton. Es la imagen heroica de la cienciacomo una empresa benefactora de la humanidadpor su conquista de la naturaleza.

Se trata también de una imagen tan sesgada co­mo la contenida en la lectura popular del darwinis­mo. La lucha del científico real, por seguir con laanalogía, no se produce contra una naturaleza oscu­ra y reticente, sino contra otros científicos incrédu­los. Consejos editoriales, comisiones de árbitros enrevistas especializadas y agencias evaluadoras sonlas cosas que ocupan fundamentalmente la mente delos científicos cuando escrutan la naturaleza. Entreaparatos, colegas, muestras, reactivos e inscripcionesdiversas, la naturaleza brilla más bien por su ausen­cia en el entorno habitual del científico ordinario.

Pero no está mal que las cosas sean de ese modo.Gracias a la peculiar estructura social de la institu­ción científica hemos conseguido saber algo másdel mundo externo y acomodarlo a las necesidadeshumanas, hemos desarrollado vacunas y fertilizan­tes. Pero también armas y polución. La cuestión noes tanto si la ciencia es buena o mala, sino si puedemejorarse y cómo. Más controversia, y no menos, esprecisamente lo que puede mejorar la ciencia: en el

210 PARA COMPRENDER CIENLlA, TECNOLOGIA y SOCIEDAD

doble sentido de volverla más efectiva bajo sus pro­pios estándares y también socialmente más benefi­ciosa. En primer lugar, la polémica interna, el he­cho de que las afirmaciones de conocimiento esténabiertas a la crítica, es una parte esencial de la acti­vidad científica. La ciencia, en un estado ideal, es laantítesis del dogmatismo. Este es el motivo que ani­mó a filósofos tradicionales como K. Popper cuan­do resumió la historia de la ciencia como una suce­sión de conjeturas y refutaciones. Como es el moti­vo central de la filosofía de la ciencia de algúnpopperiano díscolo como Paul Feyerabend. Deacuerdo con este autor, debe fomentarse la falta deunanimidad, la proliferación teórica, en cada cien­cia y en cada estadio de su desarrollo temporal.Pues sólo desde perspectivas alternativas, no desdeuna supuesta naturaleza objetiva, puede echarseabajo una opinión predominante (ya sea por efectode aportar elementos de juicio ocultos para la posi­ción mayoritaria -se trataría de la famosa «ventajarelativa de las minorías» de Lukács- o por generarlas condiciones sociales para el cambio). Este, y nootro, es el sentido del conocido slogan «anything go­es» (todo vale) de Feyerabend.

Pero también, en segundo lugar; la polémica ex­terna, la discusión social sobre la ciencia puede ha­cer de ésta, irónicamente, una actividad menos pro­blemática socialmente. La discusión pública sobreimpactos posibles de ciertas invenciones o innova­ciones puede iluminar políticamente un mejor modode regular y legislar el cambio científico-tecnológico:puede mostrar posibles riesgos e impactos negativos,así como posibles fuentes de resistencia socíal. La fa­libilidad y la incertidumbre no son rasgos que vayana hacer tambalearse la credibilidad de la ciencia ensu imagen pública; sólo los estilos tecnocréticos y ladesconfianza institucional pueden resentirse por esecambio. Esta es una lección, que a diferencia de la fi­losófica, todavía debe encontrar su acomodo institu­cional en muchos países occidentales.

Un ejemplo claro a este respecto es el desarrollode la biotecnologfa. Los principales actores socialesque han influido en la configuración de esta tecno­logía son científicos y tecnólogos, empresarios, am­bientalistas y las administraciones (Luján y More­no, 1996a). Veamos brevemente algunas de las inte­racciones producidas entre estos actores.

Page 193: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

En la Conferencia de Asilomar (1975) se aprobóuna moratoria sobre los experimentos con ADN re­combinante. Más tarde la moratoria fue levantada,pero gran parte de la investigación en biotecnologfa(sobre todo en ADN recombinante). ha consistidoprecisamente en la búsqueda de medidas de seguri­dad en la experimentación y en la diseminación deorganismos génicamente modificados (OGMs). Sepuede hablar, en este sentido, de modificaciones detrayectorias tecnológicas por razones de seguridad(Jelsma, 1991).

Los grupos ecologistas han pasado también pordiferentes posiciones: en un primer momento (añossetenta), un rechazo total a las aplicaciones delADN recombinante; con posterioridad su protestase centró en las liberaciones voluntarias de OGMs;el paso siguiente fue un apoyo a la negociación pa­ra establecer una regulación restrictiva de estasaplicaciones tecnológicas; y, a principios de losaños noventa, su posición se ha caracterizado comoun rechazo parcial y un apoyo a las campañas in­formativas hacia el conjunto de la opinión pública(Baark,1991).

Las administraciones, principalmente las norte­americanas y las europeas, se han esforzado porelaborar un conjunto de regulaciones que asegura­ran un alto nivel de confianza pública hacia lasprincipales aplicaciones de la biotecnologfa y de laingeniería genética. Se trata por tanto de un casoen el que, posiblemente para evitar el rechazo so­cial al desarrollo de una tecnología, tanto los cien­tíficos y tecnólogos como las administraciones sehan sometido a la polémica pública y han sido sen­sibles a posiciones de actores sociales como losgrupos ambientalistas y las asociaciones de consu­midores. Esto ha generado un grado de confianzasocial que ha permitido que el desarrollo de la bío­tecnología se haya producido garantizando labioseguridad.

Elcaso de la Fusión Fría

La polémica interna, el estudio de las contro­versia, tiene un importante valor en los nuevos en­foques para el estudio de la ciencia por cuanto pro-

porciona un lugar privilegiado desde donde estu­diar como ésta se construye al mismo tiempo queestá sucediendo. Una polémica reciente, en la queincluso es objeto de discusión el hecho de si ha si­do o no clausurada, es la controversia producida entorno a la fusión fría. El caso suscitó un intenso in­terés en las comunidades de físicos y químicos in­teresados en los procesos de fusión; pero muchomás que eso, la polémica de la fusión fría fue unapolémica pública desde el principio, desde su pre­sentación a los medios de comunicación, que, sal­tándose el protocolo cíentítíco. tuvo lugar de unmodo previo a la publicación del hallazgo en unarevista especializada. Fue una controversia científi­ca desarrollada paso a paso ante los ojos de la so­ciedad l.

El día 23 de marzo de 1989 dos químicos de laUniversidad de Utah, Martín Fleischmann y StanleyPons, sorprendieron a la opinión pública anuncian­do en rueda de prensa que habían descubierto la fu­sión fría. Habían conseguido producir una fusiónnuclear en un tubo de ensayo a temperatura am­biente por electrólisis en agua pesada. Y lo que estosignificaba, simplemente, era que habían hallado laforma de proporcionar energía abundante y limpiaa un precio ridículo. Al contrario que la fisión nu­clear, la fusión consiste en unir núcleos atómicos deelementos ligeros, en especial isótopos del hidróge­no como el deuterio o el tritio; sin embargo, la fuer­za que repele las cargas atómicas del mismo signoes tan grande, que la fusión requiere enonnes can­tidades de energía. Hoy día se requieren grupos demagnetos tan grandes como casas para contener elcombustible (plasma) a temperaturas 10 veces su­periores a la del Sol. Y la tecnología necesaria paramantener el plasma lo suficientemente denso y es­table es tremendamente cara y sofisticada. Es sen­cillo imaginar la excitación que produjo el anunciode una forma sencilla y barata de conseguir la fu­sión (el deuterio, contrariamente al tritio, es relatí­vamente abundante en algo tan común como elagua), en un recipiente de unos mil dólares y con

1 La descripción de la detalles técnicos procede principal­mente del monográfico de la revista New Scientíst (19·1-1991),donde se enfrentan las posturas del físico Frank Close y el quí­mico John Bockr-is.

PARA COMPRENDER CIENCfA, TECNOLQGJA y SOCIEDAD 211

Page 194: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

instrumental de unos cinco mil l. Frente a las astro­nómicas cantidades de dinero y esfuerzo invertidasen la fusión caliente, la promesa de la fusión fría,una fuente de energía inocua que utilizaría el ina­gotable recurso del agua marina, captó rápidamen­te la atención de científicos y gobiernos; más aúncuando la catástrofe de Chernóbil era todavía muyreciente y acababa de producirse el desastre del Ex­xon Valdez sólo horas antes. Pons y Fleischmanncolocaron en un abrir de ojos los desiertos de Utahen el mapa J.

, En marzo de 1989 Eleischmann y Pons describieron el si­guiente experimento realizado con éxito en una célula electrolí­tica (es decir, un recipiente en el que tiene lugar la electrólisis odescomposición química de una sustancia fundida o en disolu­ción --elelectrólito-- por la electricidad). Si se hace pasar una ce­rt-icnte eléctrica a través de una solución de agua pesada (aguaque contiene deuterio, un isótopo pesado del hidrógeno) entredos electrodos de paladio, se produce una enorme cantidad decalor. Concluyeron que tal exceso de energía en la célula elec­trolítica no podía ser explicado por el proceso electroquímico y,por tanto, tenía que deberse a la fusión de los núcleos de deure­rio.

Ya se sabía que el paladio absorbe el hidrógeno y sus isóto­pos (el deuterio, en nuestro caso) como una esponja absorbe elagua. Se trataba entonces de Construir una célula e1etrolítica deagua pesada y electrodos de paladio, producir una corrienteeléctrica (mediante una batería) lo suficientemente intensa co­mo para transportar los iones de deuterio (i.e. sus núcleos car­gados positivamente) a los espacios entre los átomos de paladioy, una vez encajado el deuterio en el paladio, confiar en que losnúcleos de deuterio estén los suficientemente cerca como parasuperar la repulsión eléctrica mutua de los iones de deuterio yproducir la fusión de estos, formando nuevos elementos (comohelio o tm¡o) y produciendo neutrones y calor. Si la fusión ocu­rre, entonces deberían detectarse esos productos, así como serposible el cálculo de la magnitud de la fusión a partir de la can­tidad de calor producido. El experimento de Elcischmann yPons informó acerca de una cantidad de calor que correspondíaa billones de neutrones y átomos de tritio por segundo,

La evidencia empírica aducida contradecía simplemente lateoría física estándar, por la cual una masa hipotética de dcute­río frío del tamaño del Sol sólo produciría unas pocas fusionespor afio. En Utah se afirmaba, por el contrario, que tenían lu,gar muchas miles por segundo en una simple célula electrolíti­ca del tamaño de un tarro de mermelada, Véase en general Clo­se (1991 b) y Bockris (1991),

"También con un coste mínimo podían ahora proporcio­narse los componentes necesarios para la fabricación de almastermonucleares. Entre ellos, el escaso y precioso tritio. Lasbombas termonucleares o de fusión tienen una potencia que se

La reacción de la comunidad científica no se hi­zo esperar. En poco tiempo, gobiernos y equipos deinvestigación rediseñaron sus planes y programasde investigación para tratar de replicar los resulta­dos de Fleíschmann y Pons. Por ejemplo. el Depart­ment of Energy (DOE) de EE.UU. convocó urgente­mente a los directores de sus programas nucleares yde fusión, ordenándoles que dejasen cualquier cosaque tuviesen entre manos. El Estado de Utah, en po­sición ventajosa, destinó 5 millones de dólares parainvestigación sobre fusión fría, creó el National ColdFusion. Institute (NCFI) en Salt Lake City y urgió alCongreso norteamericano para que destinase 25 mi­llones de dólares con el mismo propósito.

Los medios de comunicación se inundaron, yaen abril, de noticias concernientes a replicacionespor parte de pequeños grupos de uno o dos investi­gadores. Mientras tanto, los grandes equifos niconseguían nada ni manifestaban nada. A pocotiempo, la mayor parte de investigadores desecha­ron el descubrimiento, comenzaron entonces losrumores sobre datos alterados, el Congreso rechazóla petición de fondos federales y el Estado de Utahcreó una comisión para indagar qué se había hechoen el NCFI con los 5 millones. Lo que en un princi­pio combinaba euforia e incredulidad. pronto diopaso a agrias acusaciones de fraude y descalifica­ciones personales. El congreso de la APS (AmericanPhysical Society) celebrado en Baltimore a princi­pios de mayo, en el que se detallaron continuos yfracasados intentos de replicar los resultados dePons y Fleischmann y cómo estos podrían habermanipulado sus experimentos, significó el principiodel fin de la fusión fría. Dos años después del anun­cio de Utah, el New York TImes (domingo 17 de Mar­zo 1991, p. 1) concluía en primera página que la fu­sión fría "se basaba en datos inventados cuya pu­blicación implicó una grave violación de la ética y elprotocolo científico». Pocos meses después, el NC­FI desaparecía. Científicos y periodistas indignadospublican libros sobre la «saga» de la fusión fría en

mide en megatones (equivalente a millones de toneladas deTNT). Comparativamente, la potencia de las tradicionales bom­bas atómicas o de fisión se mide en kilotoncs (equivalente a mi­les de toneladas de TNT). El óptimo para producir la fusión enun arrna termonuclear ha sido siempre una mezcla de deuterioy tritio a parles iguales.

212 P,1RA COMPRENDER CIENCI;\, TECNOLOG1A y SOCIEDAD

Page 195: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

cuyos títulos aparecen términos duros y tajantes:fiasco, fraude, mala ciencia... (Close. 1991; Huizen­ga. 1992; Taubes, 1993); y el episodio parece conde­nado al cajón del olvido que de vez en cuando seabre para ilustrar el concepto de ciencia patológica,el mismo cajón donde reposan otras quimeras co­mo los rayos N o lapolywater 4

Pero no todo fueron reacciones en contra. Unbuen número de científicos continuaron confiandoen la honestidad de Fleischmann y Pons, intentan­do replicar sus experimentos, e incluso en ocasio­nes obteniendo resultados claramente esperanzado­res. Artículos sobre la fusión fría continúan aún hoyapareciendo en revistas como Fusion Technology oIournai ofFusion Energy; el Sexto Congreso Inter­nacional sobre Fusión Fría está convocado en Pekínpara el otoño de 1996; y aun tras la condena norte­americana, países como Japón siguieron invirtien­do grandes cantidades de dinero en la investigacióndel fenómeno. Sorprendentemente (si creemos quela evidencia experimental ha logrado clausurar lapolémica), la fusión fría aparece todavía hoy en díacomo una subdisciplina más, como sus propias re­vistas, congresos, foros de discusión, fuentes de fi­nanciación ... (Lewenstein, 1995c).

Aunque para muchos la fusión fría es un caso ce­rrado, cuyo único interés reside en mostrar cómono se debe hacer ciencia, en señalar los callejonessin salida a los que conduce una investigación en la

'El concepto de «ciencia patológica" fue acuñado por elquímico y premio Nobel Irving Langmuir. Estos son dos casosejemplares del concepto (junto con el caso Lysenko o la ciencianazi). El físico francés René Blondlot anunció en 1903 el des­cubrimiento de los rayos N. un nuevo tipo de radiación detec­table a simple vista por un incremento en el brillo de la co­mente eléctrica pasando entre dos cables. Los rayos N empeza­ron a detectarse en fuentes de rayos X, el cerebro humano,gases, campos magnéticos. productos químicos ... Un año mástarde, la devastadora crítica de R.W. Wood significaría la muer­te de los rayos N (Bread y Wade, 1982: 112ss). El interés pare!agua anómala o polywater se disparó en los años 60 y 70, tras sudescubrimiento por B.V. Deryagin en la antigua URSS. la cxís­tencia de esta agua con propiedades particulares suponía unaamenaza para algunos y la esperanza de una nueva revolucióntecnológica para otros. A mediados de los años 70, la comuni­dad acordó que el agua polimcrizada no era otra cosa más queagua con impurezas (Huizenga. 1992: cap. 12).

que se violaron una por una todas las normas de ho­nestidad en ciencia; otros sostienen que de este epi­sodio extraordinario podemos aprender muchomás, y no acerca de la ciencia patológica, sino acer­ca del desarrollo de la ciencia ordinaria y de cómose resuelven las controversias en la práctica cientí­fica habitual (Gieryn. 1992; Collíns y Pinch. 1993).Según una lectura tradicional, la fusión fría habríafracasado por sus propios deméritos: la imposibili­dad de replicación experimental de los resultadosde Pons y Pleischmann y sus violaciones de los có­digos de honestidad científica. Pero, contemplandoel suceso más de cerca, los elementos que concu­rrieron en la condena del descubrimiento se am­plían considerablemente: disputas entre disciplinasy equipos de investigación, luchas por patentes, fal­ta de acuerdo acerca de lo que supondria una repli­cación con éxito, limitaciones intrínsecas en el sis­tema de peer review, ... Los mismos elementos, enresumen, que también actúan sobre cualquier des­cubrimiento cienüñco que acaba siendo incorpora­do en el corpus de creencias aceptadas.

¿Ha sido definitivamente clausurada la polémicasobre la fusión fría? ¿Qué es lo que ha determinadosu clausura? ¿Cuál es el enemigo real contra el quelos defensores de la fusión fría deben medir susfuerzas? Estas son preguntas que, a la luz de losnuevos estudios sociales y culturales sobre la cien­cia, podrían tener respuestas muy diferentes de lastradicionales.

Delconsenso a la controversia

La controversia sobre la fusión fría no es un he­cho aislado en la historia reciente de la ciencia. Cu­riosamente, existe hoy día poca controversia sobrela ubicuidad de la controversia en la historia real dela ciencia. Desde la publicación en 1962 de La es­tructura de las revoluciones cíeruííicas de T.S. Kuhn,el reconocimiento de la polémica como un rasgo in­variante del cambio científico es un hecho generalen el estudio académico de la ciencia.

De acuerdo con la imagen tradicional de la cien­cia, sin embargo, la norma no es la controversia, si­no el consenso. Las controversias, cuando surgen,se resuelven en el enfrentamiento del científico con

PAR4 COMPRENDER CtF./\/C1A, TECNOLOGIA y SOCIEDAD 213

Page 196: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

la naturaleza. El peso de la evidencia experimental,complementado con la apelación a valores cogniti­vos (epistémicos o científicos) como el poder Pre­dictívo. la potencia explicativa, la simplicidad o lacoherencia teórica, son suficientes para decidir laadjudicación de una polémica en ciencia. Lo únicoque se requiere, aparte de esto, es que los científicosse atengan al código de honestidad mertoniano(universalidad, «comunismo», desinterés y escepti­cismo organizado), o sea, que se vuelvan, en la me­dida de lo posible, invisibles, intercambiables, ...; endefinitiva, que dejen hablar a la naturaleza por símisma. Esa imagen es la que transmiten los librosde texto de las disciplinas, así como la mayoría delos manuales de historia de la ciencia.

Según esta visión, no es difícil interpretar el epi­sodio de la fusión fría. La historia no es, en absolu­to, «típica de la ciencia normal" (Close, 1991: 2). Lacontroversia surge más bien cuando intereses ex­tracientífícos aparecen en escena: luchas por paten­tes, millones de dólares en juego, competición entreequipos de investigación, etc. Y el resultado es sim­ple mala ciencia: «enunciados incorrectos, rumoresfalsos e inferencias erróneas» (Clase, 1991: 12). Eslógico, entonces, que otros científicos reaccionenante este estado de cosas. En la confrontación delcientífico con la naturaleza. algo ha ido mal, y laprincipal evidencia de que el episodio de la fusiónfría constituye una instancia de ciencia patológicaes la imposibilidad de replicar los experimentos dePons y Fleischmann.

Sin embargo, importantes elementos de la histo­ria son desatendidos en esta interpretación. Mu­chos equipos de investigación fracasaron en sus in­tentos de replicar el experimento de Pons y Fleisch­mann; pero la controversia no se acabó ahí sin más.De hecho, la discusión acerca de qué constituiríauna auténtica replicación del experimento originalse convirtió en una de las claves de la polémica en­tre defensores y detractores de la fusión fría. Vistadesde cerca, desde los pros y contras de los distin­tos protagonistas, la controversia no supone ya só­lo el enfrentamiento de un científico individual yneutral con la naturaleza, sino fundamentalmente,el debate entre científicos. No consiste tanto en lacorrección del error como en el debate entre prota­gonistas razonables.

214 PARA COMPREl'inER CIENCIA, TECNOLOG1A y SOCIEDAD

La deformación de la imagen tradicional de laciencia se debe en gran medida a una anacrónicareconstrucción del pasado utilizando el rasero delas teorías o tecnologías que tienen éxito en el pre­sente; pero también es cuestión del gran angularelegido para observar la ciencia pasada o presente.La mayor parte de la actividad científica, hoyoayer, no se desarrolla en 10 que S. Cale denomina«core knowledge» (conocimiento nuclear, como elde la dualidad onda-partícula en física cuántica ode la evolución de los seres vivos en biología evolu­tiva) sino en el »[rontier knowledge. (el conocimien­to fronterizo de, por ejemplo, esas mismas cienciasal tratar de dar cuenta de los primeros instantes deluniverso o de la extinción de los dinosaurios). Esmás, normalmente ese conocimiento fronterizocontiene un sinnúmero de polémicas técnicas sobreasuntos en apariencia baladí por cada controversiaque llega a los medios de comunicación general. Sien vez de los trazos históricos gruesos transmitidospor manuales y libros de texto nos fijamos en las fi­nas líneas esbozadas por los artículos de cualquierrevista especializada, aun del prestigio de Science oNature, nos daremos cuenta de que la controversiasobre asuntos puntuales (la dosis correcta de un re­activo, la clasificación de un liquen como especie osubespecie. el error de medida admisible en un ex­perimento) es la moneda de cambio en la fronteraactual de cada una de las ciencias. Y en la resolu­ción de esta infinidad de controversias, la naturale­za no proporciona a menudo de los elementos dejuicio necesarios para emitir un veredicto, o es in­capaz de ejercer de juez imparcial en algún «expe­rimento crucial».

y no solo la naturaleza. Cuando Kuhn incorpo­ra la controversia como lugar esencial para el estu­dio del desarrollo de la ciencia, limitaba su impor­tancia a los episodios de cambio científico traumá­tico, unos períodos revolucionarios separados porlargos tramos de ciencia normal donde la contro­versia es eliminada por la imposición social de uncierto modo de hacer y de ver las cosas en el senode una disciplina. Sin embargo, estos patrones decomportamiento científico no eliminan la contro­versia cuando los períodos de ciencia normal se re­banan en lonchas lo suficientemente finas, es decir,cuando se estudian no a través de libros de texto oel testimonio de historiadores sino en el lugar don-

Page 197: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

de se construye: en el laboratorio o el departamen­to. El desarrollo del movimiento CTS puede con­templarse precisamente como una extensión de lapolémica a todos los ámbitos y niveles de análisisde la ciencia.

El viaje a través de la controversia sobre la fu­si6n fría nos ayudará a explorar las corrientes prin­cipales en estudios sociales de la ciencia. Los desa­cuerdos, la propia polémica interna en el movi­miento, se articulan sobre todo en tomo a trescuestiones básicas alrededor de las cuales se orga­niza nuestra exposición:

• el nivel de análisis (macro versus micro);

• el aspecto de la ciencia en el que se centra suatención:

los productos de la ciencia, es decir, las teo­rías, hipótesis o afirmaciones de conoci­miento (ciencia como conocimiento);

el conjunto de recursos que los científicosutilizan en su trabajo (ciencia como cultu­ra);

- las prácticas/práctica en las que los científi­cos se involucran (ciencia como práctica}":

• la posición respecto a la «agencia material»(la medida en que los distintos enfoques otorgan ono un papel activo a los «actores no humanos» en elescenario de la ciencia).

Constmctivismo social

Sociología del conocimiento cíentíiico:el análisis macrosocial del conocimientocientiíico

Los nuevos desarrollos en sociología de la cien­cia en los años setenta, inspirados sobre todo en la

'La distinción se encuentra delineada en Pickering (1992).Pickering (1995: 4) distingue entre «prácticas», que pertenecena la esfera de la cultura científica, y la «práctica», como el pro­ceso de «extensión y transformación temporal. de la culturacientífica.

obra de Kuhn, la filosofía de Wittgenstein, la socio­logía clásica de Durkheim y Mannheim y la antro­pología cognitiva de Mary Douglas. introdujeronelementos novedosos en el estudio de la resoluciónde las controversias, elementos que hasta entonceshabía estado relegados a la explicación del error y elfraude en ciencia.

Siguiendo la estela marcada por la revolución enel estudio de la ciencia producida por el ProgramaFuerte en sociología del conocimiento científico(Bloor, 1976/1991), los intentos de reconstrucciónsociológica de episodios históricos comienzan a su­cederse (Shapin, 1982) b. El Programa Fuerte, au­téntico núcleo duro de la SCC, es formulado del si­guiente modo por David Bloor (1976/1991) formuladel siguiente modo:

1. Causalidad: la SCC ha de ser causal, esto es, hade centrarse en las condiciones que producencreencia o estados de conocimiento.

2. Imparcialidad: ha de ser imparcial respecto ala verdad y la falsedad, la racionalidad y la irracio­nalidad, el éxito o el fracaso.

3. Simetrta: ha de ser simétrica en su estilo de ex­plicación. Los mismos tipos de causas explicarántanto las creencias falsas como las verdaderas.

4. Reflexividad: en principio, sus pautas expli­cativas han de poder aplicarse a la sociología mis­ma.

Intereses y objetivos son ahora las palabras cla­ve para explicar (causalmente) la formación de lascreencias científicas, donde antes habían sido laevidencia experimental y la racionalidad 7. Las con­troversias se resuelven, entonces, no acudiendo allibro de la naturaleza para leer en él la solución, sí­no en la negociación entre científicos, que se con­vierte en una lucha de intereses contrapuestos, fun­damentalmente asociados a comunidades discipli­nares.

• Sin embargo, en sus orígenes el tipo de análisis de episo­dios científicos originados en el marco de la SCC no se centra­ban en las controversias, sino más bien en la explicación causalde las creencias científicas.

'Véase, en general, Knorr-Cetina y Mulkay (1983).

PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLOG!A y SOCIEDAD 215

Page 198: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

EPOR: el análisis microsocialdel conocimiento cientíiico

El EPaR (Empirical Programme o( Relatívism-Programa Empírico de Relativismo) desarrolladopor Han)' Collins en la Universidad de Bath comoproyecto de implementación de las ideas de Edim­burgo, adoptará explícitamente la controversiacientífica como lugar privilegiado desde donde es­tudiar los mecanismos causales que provocan lascreencias científicas. La clave del EPaR es la Ilexí­bilidad interpretativa de los resultados experimen­tales, es decir, las diferentes formas en que se pue­den interpretar los descubrimientos científicos y losresultados experimentales, y que imponen un ltmi­te al poder decisorio de la naturaleza en la resolu­ción de controversias. En esto consiste su primeraetapa de análisis. Además, en la segunda etapa delEPaR, se examinan los mecanismos que producenel cierre de las polémicas, en particular los meca­nismos institucionales y retóricos que son utiliza­dos en las interacciones entre los científicos quepromueven el consenso acerca de lo que es «real».En el proceso de cierre de las controversias, la na­turaleza «desempeña un papel insignificante o ine­xistente en la construcción del conocimiento cienu­fíco» (Colllns. 1981: 3). En la última etapa delEPaR, la clausura de las controversias se relacionacon intereses sociales en sentido amplio, que era elobjetivo principal de la SCC. Sin embargo, los aná­lisis realizados bajo el EPOR han tendido a ser mi­crosociales, centrándose en los procesos de nego­ciación entre científicos, y en intereses profesiona­les y gremiales, más que en intereses sociales en unsentido más amplio.

La polémica de la fusión fría ha sido presentadapor algunos autores como una competición entrequímicos y físicos (e.g., Mcállister; 1992). Por unlado los químicos (como lo eran Fleischmann yPons): por otro los físicos (como, e.g., Clase). Pro ycontra fusión fría. Es cierto que, con toda la preci­pitación que rodeó el descubrimiento y su rápidadivulgación, los químicos no consultaron a los ñsi­cos nucleares sobre la posible evidencia nuclear dela fusión. Pero los físicos adoptaron una posiciónde arrogante desprecio de la evidencia electroquí­mica, sintiendo amenazado el monopolio que has-

216 PARA COMPRENDF.R CIENCIA. TECNOLOC{A y SOCIEDAD

ta entonces habían disfrutado sobre la investiga­ción en fusión nuclear. En caso de que Fleisch­mann y Pons tuvieran razón, miles de millones dedólares de investigación (física) sobre fusión ca­liente parecerían haber sido derrochados. Más aún,en los años precedentes al anuncio de la fusión fríapor un equipo de químicos, el proyecto de investi­gación sobre fusión caliente estaba enfrentándosea serios problemas. Una vez superada la crisis delpetróleo de los años setenta, que resultó en la ín­yección de grandes cantidades de dinero para la in­vestigación sobre fusión nuclear como fuente alter­nativa de energía, a lo que se sumaron grandes dé­ficits en los presupuestos federales durante losaños ochenta, la financiación de la fusión sufrió unsustancial descenso. Por otra parte, comenzaron aaparecer divisiones dentro de la propia comunidadde físicos acerca del modo de lograr la fusión, conlo que los ya escasos fondos se fragmentaban cada

- "vez mas.

La flexibilidad interpretativa de los eventos cien­tíficos, que impide que la resolución de las contro­versias consista simplemente en acudir a la eviden­cia experimental, se presenta a menudo como el fe­nómeno que Harry Collins denominó «la regresióndel experimentador» (CoJlins, 1975; 1985f1992). Es­te fenómeno consiste en el círculo vicioso que seorigina del hecho de que el resultado de un experi­mento se juzga como correcto si se ha obtenido conun buen aparato experimental. pero determinadoaparato experimental solamente se considera apro­piado si conduce a resultados correctos. Esto esprecisamente lo que ocurre con los intentos de re­plicar el experimento original de Pons y Fleisch­mann. Los científicos intentan negociar la realidadde la fusión fría negociando la fidelidad de los in­tentos de replicación. Las replicaciones con éxito

• La amenaza a los intereses de los físicos representada porel anuncio de Pons y Fleischmann es también visible en la mu­cho menos airada reacción que despertaron afirmaciones simi­lares del equipo dirigido por S. Jones. Después de todo, el equi­pu de Junes incluía físicos, e informaba de una menor cantidadde calor detectado (una cantidad insuficiente para producirenergía comercializable, al contrario de los resultados de Ponsy Fleischmann), con lo que su utilidad consistía más bien enproporcionar nuevas respuestas a cuestiones geofísicas y astro­nómicas.

Page 199: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

son evaluadas por (os detractores de la fusión fríacomo malos experimentos, mientras que las repli­caciones que no consiguen los resultados originalesson desestimadas por los defensores como "infie­les» al experimento de Pons y Fleischmann (no uti­lizan exactamente el mismo aparato, o no se reali­zan exactamente en las mismas condiciones experi­mentales, con el mismo grado de humedad, etc.Gieryn. 1992).

La «regresión del experimentador» y la flexibili­dad interpretativa de los resultados experimentalesrestan, según los constructivistas. protagonismo ala naturaleza, de tal manera que la realidad del fe­nómeno se decide de acuerdo a las negociacionesentre los científicos. Así, los físicos consideran lasafirmaciones acerca de la fusión fría como incom­patibles con el corpus de conocimiento físico acep­tado (no se consiguen réplicas del experimento ori­ginal. o en aquellos casos que hay evidencia de ca­lor, ésta es explicable por otros procesos físicosconocidos); mientras que los químicos sostienenque es posible acomodarlas (explicaciones alterna­tivas para la no presencia de neutrones, como pre­deciría la teoría física aceptada, ...r-.

El constructivismo social. en definitiva, defiendeque la resolución de las controversias en cienciaprocede a partir de la interacción entre científicos,negando a la naturaleza (al menos heurísticamente)cualquier papel causal en el cierre de las polémi­cas '0,

Los estudios de laboratorioy sus consecuencias

A partir de finales de los años setenta, una parteimportante de autores comenzaron a sentirse incó­modos con el tipo de explicaciones propiciadas por

'Diversos análisis acerca de los diversos procesos retóricosinvolucrados en la controversia de la fusión fría pueden encon­trarse en: Gieryn (1992), Gross (1995), Lewenstein (1992),Pinch (1992 y 1996) YSullivan (t 994).

'oVéase Sismondo (1993) para una revisión de las diferentesvariedades de constructivismo.

el Programa Fuerte y el construcnvtsmo tipo Co­llins". El «contexto social» parecía carecer de la po­tencia explicativa que se le otorgaba en Bath yEdimburgo. Por una parte, resultaba demasiado va­go y no explicaba realmente los mecanismos de in­fluencia de factores sociales en las afirmaciones deconocimiento, por otra, la sociedad no podía consti­tuirse en causa para explicar la naturaleza porque lasociedad misma es algo construido. Los «estudios delaboratorio» tratan de corregir la profunda asime­tría que pervive en los análisis tipo SCC, pese al pos­tulado de simetría de Bloor. El constructivismo de laSCC lo es simplemente respecto a la naturaleza; encuanto a la sociedad, siguieron siendo realistas.Frente a lo que Knorr-Cetina (1983) denomina «en­foque de la congruencia» de las orientaciones ma­crosociales como la SCC (que buscan un isomorfis­mo entre los intereses sociales de determinado gru­po y las creencias sostenidas por los individuos detal grupo), los estudios de laboratorio se decantanpor una orientación definitivamente rnicrosocíal.mas cercana a las prácticas cotidianas de los cientí­ficos. La proliferación de los análisis mícrosocíalessignifica la generalización de la controversia enciencia. Al contemplar la ciencia desde más cerca, alseguir los pasos de los científicos antes de que lasteorías cristalicen y se momifiquen en los libros detexto, la polémica ya no se manifiesta únicamenteen los episodios de transición o revolución científi­ca, más bien aparece como ubicua.

La publicación en 1979 de Laboratory Lite, el es­fuerzo conjunto de un sociólogo, Steve Woolgar yun antropólogo, Bruno Latour; y en 1981 de TheManufacture ofKnowledge, de la antropóloga KarinKnorr-Cetina, constituyeron los puntos claves de loque se ha dado en denominar «estudios de labora­torio». El estudio de la ciencia se traslada entoncesa los lugares mismos donde se produce el conoci­miento científico: los laboratorios, intentando sus­tituir el interés tradicional de la filosofía de la cien­cia por el contexto de justificación, por un interésdirecto en los procesos de descubrimiento (de cons­trucción de hechos) en tiempo real. La etnografía(observación participativa) y el análisis de! discurso

LI Véase una crítica al constructívísmo basado en «intere­ses» en Woolgar (19Rl).

PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLOC/A y SOCIEDAD 217

Page 200: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

científico, son los dos métodos fundamentales a losque recurren estos autores.

Al abrir la caja de Pandora de la ciencia, el cam­po de los estudios sociales se fragmentó en unamultiplicidad de enfoques con diversas inspiracio­nes, y no siempre incompatibles. Veamos algunosde ellos.

Etnometodologfa y análisis del discurso:el análisis microsocial de la culturay las prácticas cientííicas

Basándose en la etnometodología de Garfinkel,este tipo de estudios sigue a los científicos en susinteracciones y prácticas más básicas (low-levelpractices). Lynch (1985) puede considerarse el tra­bajo más representativo de esta corriente. El análi­sis de las interacciones de los científicos derivó deforma natural hacia el análisis del discurso cientí­fico (shop talk), estudiando, por ejemplo, cómo lasconversaciones entre científicos contribuyen a fi­jar la evidencia visual y su interpretación (e.g.,Amann y Knorr-Cetína. 1990). El análisis del dis­curso científico incluye también el estudio de lasprácticas de representación (mapas, diagramas, fo­tografías, ...), y los procesos mediante los cualeslos científicos acuerdan que tales artefactos consti­tuyen, efectivamente, representaciones de algúnobjeto.

Reflexividad y nuevas fonnas literarias:el análisis del análisis

Algunos autores tomaron el cuarto punto del pro­grama fuerte de David Bloor, la reflexividad, comobase para su trabajo. El estudioso de la ciencia debeestar dispuesto a aceptar que sus propias represen­taciones del trabajo de los científicos no están libresde los «desastres» a los que se encuentran sometidaslas representaciones que los científicos producen dela naturaleza (woolgar; 1988a y b; Ashmore. 1989).Sin ef!-l?argo, en lugar de constituir un obstáculo, lareflexividad se explora para deshacer la ilusión deque los análisis sociológicos proporcionan la inter­pretación adecuada de los episodios científicos. Los

218 PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLocfA y SOCIEDAD

textos producidos desde estas consideraciones cons­tituyen a menudo una amenaza para la «seriedad»académica. Una de las formas que suelen adoptar esla de diálogo autorreferencial, en el que el propioautor y sus circunstancias se entrelazan con el temade su discurso con el objeto de recordar al lector (yal propio escritor) el carácter multivocal del texto, yevitar la ilusión de una correspondencia singular en­tre texto y significado (Woolgar y Ashmore, 1988) 12.

La identificación del autor: género, status, forma­ción, ... se convierte en crucíalmente relevante (e.g.,Ashmore, Myers y Potter, 1995), y los propios textospasan a ser herramientas en las que se muestran losargumentos defendidos. El enfoque reflexivo lleva lapolémica hasta sus ultimas consecuencias: ahora, esel propio estudioso de la ciencia el que polemizaconsigo mismo.

El estudio de la controversia acerca de la fusiónfría desde los estudios de laboratorio requeriría lapresencia del antropólogo al lado de Pons yFleischmann mientras éstos realizan sus experi­mentos. El seguimiento paso a paso de sus mani­pulaciones, inscripciones e interacciones nos pro­porcionaría las claves para explicar cómo decidie­ron Pons y Fleischmann que se hallaban ante uncaso de fusión nuclear. Este cometido habría tam­bién que llevarlo a cabo en el resto de laboratoriose instituciones (revistas, sociedades científicas, me­dios de comunicación ...). Ahora bien el resultadofinal no sería más que una representación (una delas posibles). Además, el etnometodólogo conscíen­te de la reflexividad debería también interrogar asu propia representación (sin intentar explicarla ohuir) ...

Recuperando la agencia material

Kitcher (1993: 220ss.) sostiene que el cambiocientífico es el resultado de dos procesos díferen-

"Véase en Pinch y Pinch (1988) una curiosa critica de losanálisis reflexivos escrita utilizando los métodos muhívocalesque se defienden en ellos (en este caso, el desdoblamiento delautor). Paradójicamente, la ironía del articulo de Pinch, pese asu carga critica, encaja perfectamente en las coordenadas de losanálisis reflexivos.

Page 201: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

dados: encuentros con la naturaleza (encounterswith nature) y conversaciones con colegas (conver­sations with peers). Mientras que la filosofía de laciencia tradicional supone que los intercambios so­ciales pueden reducirse a interacciones de naturale­za asocial, los enfoques mencionados hasta el mo­mento conciben tos encuentros con la naturalezacomo mediados por los procesos sociales. En laimagen constructivísra. el papel causal del «objeto»de la práctica científica sobre los productos de talpráctica es minimizado hasta el extremo (a menudocomo criterio metodológico, mas que ontológico).Pero, "los científicos nunca existen simplementecomo gente hablando con gente acerca de otra gen­te" (Callon y Latour; 1992), y tales intercambios so­ciales no parecen poder explicar por sí solos el cie­rre de las controversias. La naturaleza es interpre­table de múltiples maneras, pero también imponelimites sobre tales interpretaciones. La teoría de lared de actores de Latour y Callan y el realismo prag­mático de Pickering son dos intentos de reivindicarpara la naturaleza un papel activo en la resoluciónde las controversias, de reintroducir la realidad entanto que «agente», devolviendo así una dimensiónmaterial al estudio social del conocimiento (Hac­king. 1996).

Teoría de la red de actores: análisis simétricode la cultura y las prácticas científicas

Uno de los desarrollos más populares y contro­vertidos de entre la marea de enfoques desencade­nados por el estudio de la práctica científica ordi­naria ha sido la llamada «teoría de la red de acto­res». Con la referencia básica de Latour (1987), estateoría es desarrollada por el propio Bruno Latour,Michel Callan y John Law, entre otros IJ. La teoríade la red de actores pretende llevar el postulado dela simetría de Bloor hasta sus máximas consecuen­das. Así como el Programa Fuerte mantenía la asi­metría de la sociedad respecto a la naturaleza, losestudios de laboratorio y análisis relacionadosmantienen la asimetría de los actores humanos res­pecto a los actores no humanos, suponiendo que los

"Véase. Callan (1995), Law (1993).

actores no humanos (proteínas, microscopios, cata­lizadores, aceleradores de neutrones, átomos, ...)son el simple resultado de las prácticas de los acto­res humanos. Según Latour y Callan, todos los ac­tores, humanos y no humanos, interaccionan y evo­lucionan juntos, son nodos de la red que constituyela ciencia y la tecnología (unidas en el término «tec­nocíencia» por Latour, 1987) 14. La distinción obje­to/sujeto desaparece para dar paso a un mundo enel que científicos, instrumentos y elementos repre­sentados son «actantes». El nivel de análisis tampo­co es ahora relevante. De hecho, lo que es relevantees la interacción entre los niveles micro y macro. Elcientífico debe enrolar a los actantes no humanosentre las paredes del laboratorio, y salir de él paraenrolar a otros actores humanos. Es precisamenteen el salto del laboratorio al mundo, cuando losdescubrimientos se convierten en reales y las con­troversias se disuelven (Latcur; 1983).

Pero la audacia de introducir la cerradura deuna puerta (Johnson, 1988) o las vieiras de la bahíade S1. Brieuc (Callan, 1986) como personajes acti­vos de la red tecnocienrffíca. también parece, en al­gunos sentidos importantes, una vuelta atrás, comodenunciaron Collins y Yearley (1992) en el artículoque inauguró lo que se ha llegado a denominar eldebate de la «gallina epistemológica» 15. Collins yYearley critican que la reintroducción de la agenciamaterial, tal y como se defiende en la teoría de lared de actores, supone una vuelta al realismo cien­tífico y al determinismo tecnológico, es decir, un re­greso a hacer coincidir la imagen de la ciencia, latecnología y el mundo con la imagen que científicosy tecnólogos nos ofrecen, echando por la borda losesfuerzos de los sociólogos por ofrecer una explica­ción alternativa.

" Ouíza la defensa más chocante de la intervención de agen­tes no humanos puede encontrarse en Johnson (1988). Otra fa­mosa defensa es Callan (1986).

" El nombre «gallina epistemológica» (epistemological chic­ken en el original). hace referencia a la escalada de temeridadpostmoderna y relativista que se desencadenó con la profundi­zación en los postulados de la simetría y la reflexividad del Pro­grama Fuerte. Según Collins y Yearley, la situación parece unacompetición en la que el más cobarde pierde (el «gallinas queno tenga valor para atacar algún otro postulado epistemológicotradicional).

PARA COMPRENDER OENCIA. TECNOLOGIA y SOCIEDAD 219

Page 202: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

«The mangle of practice»: análisis dialécticode la práctica científica

Andrew Pickering (1995) ofrece una síntesis ysalida para el debate de la «gallina epistemológica»cuya clave está en la defensa de lo que denomina«realismo pragmático», postura que toma de la teo­ría de la red de actores el énfasis en la agencia ma­terial (aunque sustituyendo el enfoque semiótico deaquélla por un enfoque performativo), pero sin de­volver a los científicos ningún tipo de privilegio 'so­bre la explicación de la naturaleza (agencia mate­rial). La diferencia que Pickering propone consisteen tener en cuenta el carácter temporal de la agen­cia material, con el objetivo de lograr «una com­prensión en tiempo real de la práctica científica»(Pickering, 1995: 14, énfasis en el original). Talcomprensión será obviamente distinta de la com­prensión «atemporal" de los científicos. Para Picke­ring, la agencia humana y la agencia material sonparalelas en ciertos sentidos, y se desarrollan con­juntamente en un proceso que él denomina «sinto­nización» 110 o '(estabilización interactiva». La prácti­ca científica consiste, entonces, en la «sintoniza­ción» recíproca de la agencia humana (loscientíficos) y la agencia materia!. Como resultado,la cultura científica se reconfigura y extiende ennuevas máquinas y nuevas habilidades y relacionesen el ámbito de los científicos. El proceso constitu­ye una ..dialéctica de resistencia y adecuación»,guiada por Intereses y objetivos (intencionalidad)que, frente al carácter estático que tenían en las ex­plicaciones tipo SCC, se van revisando y transfor­mando en el propio proceso de interacción con laagencia materia!. Es este proceso lo que Pickeringdenomina: {he mangle ofpractice (que podría tradu­cirse por «el rodillo de la práctica»). Frente al «an­tihumanismo radical» de la filosofía de la cienciatradicional, y al ..humanismo radical» de los enfo­ques constructivístas. Pickering postula un «post­humanismo», en el que los actores humanos apare­cen inextricablemente entrelazados con los actoresno humanos.

"TW1Í11g en el original inglés, que tiene tanto el sentido de"sintonizar», como, por ejemplo, el de "poner a punto. un mo­tor. En cualquier caso. se trata de «poner de acuerdo» diversoselementos para lograr un buen funcionamiento del conjunto.

220 PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLOG/A y SOCIEDAD

En el enfoque de Pickering, del mismo modoque la teoría de la red de actores, se diluye la cues­tión acerca del nivel de análisis. A cualquier nivelque se interrogue la historia, de acuerdo con Picokering, se encuentra una dialéctica de resistencia yacomodación entre la agencia humana y la agenciamaterial.

La relntroducción de la agencia material trans­forma la manera de dar cuenta de la resolución dela controversia sobre la fusión fría. Según la teoríade la red de actores, se trata de negociar y enrolaraliados, pero los participantes en la negociación yano son únicamente los propios científicos, ni si­quiera los científicos más los periodistas, las auto­ridades de la Universidad de Utah, los políticos delOOE, o el público en general. El deuterio y el tritio,los propios neutrones, el calor y los calorímetros,hasta el tubo de ensayo en el que se ensaya el expe­rimento, ... Todos estos elementos son, junto con losagentes humanos, actantes, nodos de la red tecno­científica. En la replicación de los experimentos.fescientíficos intentarán enrolar a los neutrones, delmismo modo que en la rueda de prensa intentaronenrolar al público, y en congresos y publicacionesintentan enrolar a otros científicos. Y los neutrones,como los físicos, se resistieron a aliarse con Pons yFleischmann. Una combinación de la incapacidadpara enrolar consistentemente a los neutrones porparte de los científicos que intentaron la replica­ción, y de la propia incapacidad de Pons y Fleisch­mann para enrolar a la más poderosa y reticente co­munidad de físicos, precipitó el cierre de la contro­versia y el desprestigio de la fusión fria (Gieryn.1992).

Pickering añade a esta historia la dimensióntemporal. Frente al análisis de las controversias enciencia típico de la SSC, en el que se recurre a inte­reses, o factores sociales en general, para rellenar elhueco que necesariamente queda entre el mundo ynuestro conocimiento del mismo, Pickering sostie­ne que tal recurso deja de tener sentido si concebi­mos la práctica científica en un sentido temporal yemergente. Las posturas contrapuestas en la con­troversia son el resultado, no de intereses divergen­tes, sino de distintas dialécticas de resistencia yadecuación, distintas «historias» que producen di­ferentes estabilizaciones. Las controversias mismas

Page 203: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

suponen una «resistencia» que origina una nuevadialéctica entre las posturas enfrentadas ".

"La mangle es útiltanto para análisis micro como para aná­lisis macro (los típicos de SCCl. en los que los macroactorcs seinvolucran en una macromangíe.

acuerdo acerca de qué tipos de análisis y qué auto­res encuadrar bajo esta etiqueta. Si utilizamos ladistinción cultura/práctica que hace Pickeríng(1992), algunos de los enfoques mencionados pre­viamente deberían contemplarse en esta subdivi­sión; si utilizamos el criterio postconstrucüvista deJoseph Rouse (1992), los análisis etnográficos, lateoría de la red de actores o el estudio de la reflexi­vidad podrian también clasificarse como «estudiosculturales». Lo que aquí vamos a denominar «estu­dios culturales», consiste en la intersección entre elcriterio de Pickering y el criterio de Rouse. Nos re­feriremos a aquellos análisis «postconstructívístas»que se ocupan de la cultura científica más bien quede las prácticas (o la práctica) científicas 1~.

Según Rousc (1992: 7), las características comu­nes de este heterogéneo y en gran medida artificialconjunto de enfoques son: el antiesencialismo res­pecto a la ciencia; la oposición a proporcionar «ex­plicaciones» de las prácticas científicas; la insisten­cia en el carácter local, material v discursivo de laciencia; el énfasis sobre la apertura cultural de lapráctica científica; la subversión contra (más bienque oposición a) el realismo científico y la concep­ción de la ciencia como neutral y libre de valores; yel compromiso con la crítica epistémica y políticadesde dentro de la cultura de la ciencia. Entre losautores que a menudo se citan, donde podemos en­contrar filósofos, sociólogos, historiadores, críticosliterarios, etc., podemos señalar a Arthur Fine, Don­na Haraway, Jan Hacking, Sandra Harding. EvelynFax Keller, Helen Longino, Robert Proctor, JosephRouse y Paula Treíchlcr; entre otros 19.

"Frente a la definición de Reuse (1992: 2): "Utilizo el tér­mino para incluir en sentido amplio diversas ínvesügacíones so­bre las prácticas a través de las cuales el conocimiento cíenuñ­co se articula y mantiene en contextos culturales específicos, asícomo se extiende hacia nuevos contextos": y la de Pickcring(1995: 218): "exploraciones sincrónicas de la cultura científica,bien mediante investigaciones históricas y etnográficas de cul­turas determinadas en épocas determinadas, o bien mediante elexamen social v filosófico de la naturaleza de la cultura cientí­fica en un sentido más general».

" Dos recopilaciones de arrículos editadas recientemente.proporcionan un buen ejemplo de la heterogeneidad de los es­tudios culturales de la ciencia: Chandler et al. (1994) y Meglll(J 994). .

\!i

,

'Z. /}~<

Pese a la gran variedad de enfoques señalados enlas páginas anteriores, una gran cantidad de traba­jos críticos sobre ciencia y tecnología no encaja cla­ramente en ninguno de ellos. Nos referimos a unheterogéneo conjunto de análisis en historia, filoso­fía, sociología, antropología, teoría feminista, críti­ca literaria, ... cuya principal característica comúnes la de poner en tela de juicio los términos mismosdel debate entre el constructivísmo v la imagen tra­dicional de la ciencia y la tecnología. Los «estudiosculturales de la ciencia (y la tecnologfa)» es el nom­bre utilizado a menudo en compilaciones, cursos orevisiones de literatura, pero es dificil encontrar un

Estudios culturales de la Cienciay la Tecnología

PARA COMPRENDER ClENCfA, n':CNOLOCJA y SOCII::.'DA/J 221

Page 204: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

Solamente mencionaremos con brevedad dos lí­neas de trabajo en este heterogéneo campo: la bús­queda de una epistemología social y los estudios so­bre genero y ciencia.

Género y ciencia

La publicación del libro de Evelyn Fax Keller, AFeeling [or the Organism, en 1983, una biografía dela bióloga y premio Nobel Barbara McClintock,marcó un importante punto de inflexión en un nue­vo campo de estudio que había empezado a desa­rrollarse desde los años setenta: los estudios sobremujer y ciencia. Desde la crítica a la ausencia demujeres en ciencia, hasta la defensa de una cienciay una epistemología femenina o feminista, pasandopor el análisis de los sesgos androcéntricos en losmétodos y teorías científicas del pasado y el pre­sente, la teoría feminista ha venido realizando im­portantes contribuciones en el estudio de la cienciay la tecnología en contexto 20.

Dentro de lo que hemos denominado «estudiosculturales», podemos destacar el trabajo de San­dra Hardíng (1986) y Donna Haraway (1991). Am­bas coinciden en la necesidad de abandonar pro­yectos de conocimiento globales y defienden quetodo conocimiento es, ineludiblemente, un «cono­cimiento situado» 11, es decir, parcial, interesado,cargado de valores, ... La «situación» o historici­dad del científico (su raza, género, clase social,etc.) entra a formar parte de la evidencia para susafirmaciones de conocimiento. En este sentido,Harding (1991) defiende el desarrollo de una [emi­nist standpoint theory, una teoría del conocimien­to construida desde la perspectiva de las mujeres(esituada» en las vidas de las mujeres). Tal teoríaconduciría a la producción de creencias menosparciales o menos distorsionadas que las tradicio­nales, estrechamente «situadas» en el mundo de

"Véanse las recopilaciones de artículos en Harding (1987),Harding y O'Barr (1986) o Tuana (1989). Para el análisis feml­nista de la tecnología, véase Wajcman (1991).

" El término ha sido acuñado por Haraway (1988: 188, én­fasis en el original), donde afirma que «la objetividad feministasignifica simplemente conocimientos situados •.

222 PARA COMPRENDER CIENCIA. TECNOLOGfA y SOCIEDAD

los hombres blancos de clase media y alta. La ne­cesaria redefinición de la «objetividad» (una obje­tividad que ya no requiere neutralidad o imparcia­lidad), sin embargo, no conduce al relativismo si­no, paradójicamente, a lo que Hardíng denomina«objetividad fuerte», destacándola frente a la obje­tividad tradicional. que Harding considera «débil»porque no tiene en cuenta todos los factores queconstituyen la evidencia para determinada teoríacientífica, entre los que se deben incluir todo tipode presuposiciones derivadas del carácter local ytemporal de cualquier afirmación de conocimien­to.

El compromiso político explícito que adoptangeneralmente las teóricas feministas puede versecon claridad en la obra de Haraway. En uno de susescritos mas citados y controvertidos (1985: cap. 8),Haraway utiliza la metáfora del cyborg (criaturaque es a la vez máquina y organismo vivo) para ca­racterizar nuestro tiempo y la ubicuidad de la cien­cia y la tecnología en nuestras vidas. Su manifiestocontiene una abierta agenda política, «fiel», en pa­labras de la autora, «al feminismo, el socialismo yel materialismo» (1985: 149).

En definitiva, «situación» o contextualización, ycompromiso político, son dos de las claves de lacontribución feminista a los estudios sobre cienciay tecnología.

Epistemología social

En filosofía de la ciencia también se han idoproduciendo transformaciones paralelas a las ori­ginadas en la sociología o la historia 22, Aunque enmuchas ocasiones los filósofos han atacado dura­mente los emergentes estudios sociales de la cien­cia, en otros frentes se ha ido produciendo un mo­vimiento hacia la naturalización de la epistemolo­gía, hacia el estudio empírico de la ciencia, Dentrode la tendencia general hacia la epistemología na­turalizada, mientras algunos autores recurren alapoyo de las ciencias cognitivas, dando como re-

" Para un panorama de la filosofía de la ciencia actual, véa­se López Cerezo, Sanmartfn y González cerera (1994),

Page 205: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

sultado epistemologías individualistas (e.g. Giere.1988); otros enfoques defienden un tipo de episte­mología mas social. en la que el instrumento epis­temo lógicamente importante para la toma dedecisiones no es el científico individual, sino lacomunidad científica en su conjunto. Estas episte­mologías sociales suponen un intento de evitar elrelativismo extremo al que parecen abocar losestudios históricos y sociológicos, pero sin renun­ciar a la contextualización social de la ciencia. Lainvestigación científica se presenta como unatarea colectiva, en la que los valores de la comuni­dad contribuyen, del mismo modo que las cues­tiones de evidencia y lógica, a modelar las teoríascientíficas aceptadas. Los conceptos de racionali­dad y objetividad, lejos de abandonarse. se renue­van y redefinen para incluir ahora también los va­lores y presuposiciones aceptados por la comuni­dad. Como ejemplos de este tipo de enfoques,podemos citar a Helen Longino (1990 y 1994),Joseph Rouse (1994), y Miriam Saloman (1994,1995)ll.

En general. desde los estudios culturales se re­chaza habitualmente tanto el realismo científicocomo el antirrealismo empirista o constructivista.Más aún, se rechaza la posibilidad misma de lapregunta por el realismo. porque las teorías cientí­ficas no tienen ningún contenido fijo que puedaser explicado ni por referencia al mundo externo nipor referencia a intereses u objetivos. La detenni­nación de la «verdad» de una afirmación de cono­cimiento no puede separarse de todos los elemen­tos que la conforman en tanto que verdad (o entanto que error o fraude). No tiene sentido pre­guntarnos por la «realidad» de la fusión fría, por lacorrespondencia del anuncio de Pons y Fleísch­mann con algún fenómeno del mundo externo. Delmismo modo, tampoco tiene sentido la idea de unaciencia (o un análisis de la ciencia) libre de valo­res. El estudio (filosófico, histórico, sociológico...)de la ciencia no puede ser meramente descriptivo,como se defiende desde muchos enfoques cons­tructívistas. sino epistémica y políticamente com­prometido.

"Véase, en general, Schmitt (1994).

Cambio tecnológico y conflicto social

En las páginas precedentes nos hemos centradoprincipalmente en el análisis de la ciencia. En loque sigue abordaremos, aunque de forma somera,el tema de la tecnología. Es necesario comenzar re­cordando los dos factores que han influido en elcambio de la imagen de la ciencia y de la tecnolo­gía: la acción de movimientos sociales y la renova­ción conceptual ocurrida en los estudios académí­coso La sociología del conocimiento científico,ejemplo destacado de la renovación mencionada, sedesarrolló en un primer momento atendiendo ex­clusivamente a la ciencia. y solo posreríormente seextendió este tipo de análisis a la tecnología. Losmovimientos sociales, por su parte, se preocuparonprincipalmente por politizar la toma de decisionesen relación con la tecnología.

En el ámbito de la investigación académica, unaorientación reciente donde se ha estudiado con éxi­to la tecnología como proceso social es el llamado«constructívísmo social» de autores como WiebeBijker y Trevor Pincho En un conocido artículo se­minal (1984), estos autores ampliaron los análisis ti­po EPOR al estudio de la tecnología. Las tecnologíasse van conformando en la interacción de los diver­sos actores sociales involucrados y la negociaciónentre sus distintos intereses. El éxito de determina­do artefacto tecnológico ya no se mide, entonces, se­gún algún criterio objetivo y neutral de eficacia, si­no según la medida en la que responden a los inte­reses de los grupos sociales relevantes que seinvolucran en un proceso de conflicto y negociación.

Los tres pasos de la metodología de EPüR (1.­determinar la existencia de variabilidad en la inter­pretación de resultados experimentales; 2.- Identifi­car los mecanismos de clausura; y 3.- relacionar losmecanismos de clausura con el contexto social) setransforman en:

1. determinar la existencia de variabilidad en lossignificados atribuidos a una tecnología por los di­ferentes actores sociales relevantes;

2. identificar los mecanismos de clausura queimponen sólo uno de los significados; y

3. relacionar estos mecanismos de clausura conel contexto social.

PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLQclA y SOCIEDAD 223

Page 206: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

Pinch y Bijker hablan incluso de un enfoque me­todológico común en el estudio sociológico de laciencia y de la tecnología, SCOST (Social Construc­tion of Science and Technology-Construción Socialde la Ciencia y de la Tecnología). El énfasis quePinch y Bi.iker ponen en los significados que los ac­tores sociales otorgan a "una tecnología» conduce auna dífumlnacíón de la materialidad de ésta (Vanden Belt y Rip, t 987). Se difumina también la dis­tinción entre variación y selección, lo que impideaplicar una lógica explicativa evolucionista, una delas principales pretensiones de los autores que seencuadran en SCOST (Pinch y Bijker; 1984 y Lujány Moreno, 1996b).

Los otros enfoques de la sociología del conoci­miento científico tratados en este trabajo han sidotambién aplicados en análisis particulares del cam­bio tecnológico, incluidas las orientaciones reflexi­vas. Woolgar señalaba en 1988 que "el "blanco"más apropiado para el estudio etnográfico es lapráctica de la representación misma». Y añadía queeste tipo de análisis «debería ser una etnografía re­flexiva de la representación, en vez de ser tan sólouna etnografía instrumental de la ciencia» (Wool­gar; 1988: 140-141).

Parecería, en principio, que la reflexividad no esaplicable al estudio de la tecnología, pero woolgartiene la solución. Propone considerar la tecnologíacomo texto (y no como objeto). La "lectura» del tex­to tecnológico ha de realizarse desde una perspectivareflexiva, i.e., analizando no sólo al tecnólogo, sinotambién el propio argumento sociológico. Esta lectu­ra reflexiva del texto tecnológico subraya la necesi­dad de entender la tecnología no sólo como un textoque actúa a distancia sobre sus autores (los tecnólo­gos), sino como una entidad que adquiere sus carac­terfstícas únicamente a través de las relaciones cons­tituidas en los propios textos (Woolgar, 1991). Sólode este modo, de acuerdo con Woolgar, la sociologíadel conocimiento podrá beneficiarse de la adopciónde la tecnología como objeto de estudio.!".

" Langdon wtnner (1991) ha criticado con gran dureza laextensión de los enfoques de la sociología del conocimientocientífico a la tecnología. Critica especialmente el relativismo yla reflexividad que en su opinión confieren un carácter ideoló­gicamente conservador al construcuvismo sociológico. VéaseOonzalez, López Cerezo y Luján (l996).

224 PARA COMPRENlJER CIENCIA, TECNOLOGfA y SOCfEDAD

Uno de los enfoques de la sociología del conoci­miento cíentlflco que ha sido aplicado con más exi­to a la tecnología es la teoría de la red de actores.No existe, en principio, ninguna diferencia entreque los científicos negocien con electrones o conreactivos químicos y que los tecnólogos intenten en­rolar a los chips, los acumuladores eléctricos o lasfibras sintéticas. Al igual que ocurría con la ciencia,la teoría de la red de actores representa también enla tecnologfa una reivindicación del papel que juegala agencia material.

Un estudio ejemplar en este sentido se debe a Mi­chel Callan. Este autor ha estudiado el intento delestado francés de promover un vehículo eléctrico.Son actores de este episodio los electrones, la catáli­sis, los acumuladores, los usuarios, los investigado­res, ministerios, las regulaciones de la tecnología,movimientos sociales ecologistas, etc. Callan insisteen la necesidad que tienen los promotores (ingenie­rios de Electricité de France) en ensamblar todos es­tos «componentes», combinando conocimientosprocedentes de la ingeniería, de las ciencias natura­les y de las ciencias sociales (Callon, 1987).

Un enfoque muy similar al de la red de actores,si bien surgido independientemente en el ámbito dela historia de la tecnología, es el estudio de los sis­temas sociotécnicos. Thomas P. Hughes (1983) hainvestigado el crecimiento de los sistemas de elec­trificación. En este trabajo se muestra como losconstructores de este sistema solucionan proble­mas técnicos como el desarrollo de la bombilla defilamentos, problemas económicos como el de lacompetencia con las compañías de gas, o políticoscomo el desarrollo de una legislación adecuada a laelectrificación. En resumen, el proceso de-electrifi­cación es analizado como la construcción de un sis­tema sociotécnico.

Al igual que en la teoría de la red de actores, enel estudio de los sistemas sociotécnicos el énfasis sepone en la interacción entre factores sociales (cul­turales, políticos, económicos, y organizativos, enconcreto), y factores tecnológicos. Se analiza cómolos intereses de los actores sociales configuran lastecnologías, pero también cómo estas estructuran,definen y redefinen las relaciones sociales entre losactores. El trabajo de Hughes y otros historiadores

Page 207: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

de la tecnología ha despertado interés entre los so­ciólogos {Law, 1987) y los economistas (Nelson.1994).

Una de las controversias más longevas en el ám­bito de los estudios sociales de la tecnología es laque enfrenta a los partidarios del determinismo tec­nológico con los partidarios del determinismo so­ciológico (Luján, 1992; Smith y Marx, 1994). Paralos primeros la tecnología es el principal factor decambio social, mientras que para los segundos sonlas transformaciones sociales las que inducen elcambio en la tecnología ". Quizá una de las virtudesprincipales de la teoría de la red de actores y del es­tudio de los sistemas socíotécnlcos sea precisamen­te disolver esta controversia. Tecnología y sociedadinteraccionan de tal modo que la emergencia deciertas tecnologías tiene la capacidad para aunar in­tereses y constituir actores sociales, al mismo tiem­po que éstos pueden utilizar la inovacíón tecnologíacomo un «arma» en defensa de sus intereses.

Más allá de otro tipo de valoraciones, una carac­terística interesante de la renovación conceptual ala que estamos haciendo referencia en este trabajoes la posibilidad de entender la relación de la cien­cia y la tecnología con la sociedad a partir de unmismo marco analítico. Baste con recordar que tra­dicionalmente la tecnología no ha sido consideradadigna de análisis social o filosófico. En el seno delos estudios sobre la ciencia y la tecnología, no sólola tecnología aparece como un objeto que debe in­vestigarse, sino que analizar la relación ciencia/tec­nología puede ser de gran ayuda para comprenderel mismo cambio científico (López Cerezo y Luján.1989; Gonzalez, López Cerezo y Luján, 1996). Laclave, nuevamente, podemos encontrarla en la ideade polémica.

Conclusión

¿Qué ha ocurrido, para concluir, con la fusiónfría? Mientras por un lado se afirma que alrededorde 100 laboratorios han informado de efectos anó-

" Esta controversia ha sido especialmente importante en elseno de la tradición marxista. Véase Smith y Marx (1994).

malos similares a los anunciados por Fleischmanny Pons en marzo de 1989; por otro se asevera quemás de 100 laboratorios, algunos excelentementeequipados, han fracasado en su intento de reprodu­cir el fenómeno. Si por un lado se dice que los fra­casos en la replicación se deben a no haber tenidoen cuenta el hecho de que una electrólisis prolon­gada es necesaria, ni tampoco que el fenómeno seproduce a ráfagas; por otro se afirma que las partí­culas nucleares, de las que se informa que aparecenen ráfagas, no cuadran numéricamente con la pro­ducción de calor (discrepancia de 100 a 1000 ve­ces). Frente a algunos científicos que creen vislum­brar el mecanismo teórico de la fusión fría (entreellos un premio Nobel: Julian Schwinger); numero­sos físicos nucleares, usando la teoría del plasmadiluido a alta temperatura. consideran imposible elfenómeno. Al tiempo que los japoneses conviertenla fusión fría en una de sus prioridades nacionales.otros destacan serios errores e inconsistencias enlos informes de Fleischmann y Pons ".

La cuestión aquí, desde luego, no es tomar unadecisión acerca de quién tiene razón, sino mostrarcómo la polémica científica y pública constituye elcombustible del cambio en ciencia y la clave paraentender ésta como un fenómeno social. Medianteeste caso de estudio hemos tratado de ilustrar el ele­mento central que orienta la actual revisión de laimagen académica de la ciencia y la tecnología.

Con el episodio de la fusión fría nos enfrenta­mos, en suma, a una controversia científica que noparece haber sido aún clausurada, aunque inclusoesto es polémico. Numerosas características señala­das en la reflexión postkuhniana sobre la cienciapueden, nuevamente de un modo discutible, serejemplificadas con este episodio. Parece se ilustra­tivo. entre otras cosas, de los siguientes elementosrelacionados:

_ la importancia de diversos rasgos psicológicosy sociológicos concernientes a los grupos profesio­nales o comunidades disciplinares en la aceptaciónde «nuevos hechos»;

"Véanse Bockris (1991) y Close (1991b), a partir de cuyasdefensas de una u otra posición se han resumido las razones en­frentadas en el texto principal.

PARA COMPRENDER CIENCIA. TECNOLOC1A y SOCIEDAD 225

Page 208: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

- en relación con lo anterior, el papel de los me­dios de comunicación, los sistemas de recompen­sas, prestigio, etc., i.e. los condicionantes «exter­nos», en la dinámica de afirmaciones de conoci­miento;

- la relevancia pública de la replicación o repro­ducción de resultados (i.e. norma mertoniana delescepticismo organizado), sea cual sea el modo enque entendamos tal replicación;

- la provisionalidad de los resultados científicospor la inconclusividad de los procedimientos de re­plicación (regresión del experimentador) y, en gene­ral, justificación;

- la dependencia de los procedimientos de justi­ficación respecto a tradiciones técnico-instrumen­tales propias de cada disciplina o aun de cada líneade investigación (la agencia material de Pickering).

Es por último importante señalar que los moti­vos de la revisión crítica de la imagen de la cienciay la tecnología en los estudios sociales no son (nihan sido) los de destruir mediante la desmitifica­ción sino normalizar una imagen distorsionada dela ciencia y la tecnología que había pasado a causarmás inconvenientes que ventajas. El ProgramaFuerte puesto en marcha por la Science Studies Unirde la Universidad de Edimburgo, por ejemplo, noera un movimiento contra la ciencia, sino a favor dela ciencia pero en el lugar que le corresponde (Bar­nes, 1994).

Fuller (1995: 120) ilumina esos motivos median­te una analogía con la crítica histórico-teológica delsiglo XIX, la crítica de los «jóvenes hegelianos» criti­cados a su vez por Marx en La Ideología Alemana(hegelianos materialistas como Strauss, Bauer yFeuerbach). Mediante su desmitificación y natura­lización del mito evangélico de Jesús, estos teólogostrataban de extender la ilustración a la religión, in­tentaban liberar la espiritualidad genuina de las ca­denas de la superstición. Gotthold E. Lessíng adop­ta esta actitud hacia finales del pasado siglo al tenerque defenderse frente a la censura religiosa: jquémejor prueba de fe que continuar creyendo tras ha­ber desmantelado la parafernalia idólatra queacompaña tradicionalmente a la fe! En el caso de laciencia y la tecnología, y en general en la elabora-

226 PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLOG/A y SOCIEDAD

cíón y ejecución de políticas con un componentecientífico-tecnológico, esta nueva actitud conduce atener en cuenta los puntos de vista (y los intereses)de los actores sociales implicados, i.e., a la expan­sión de los modos democráticos a ámbitos públicostradicionalmente dominados por la tecnocracia.

BibliografíaAlvarez Revflla, A., A. Martínez Márquez y R. Méndez

(1993), Tecnología en acción, Barcelona: Rap.

Ashmore, M.; G. Myers y J. Potter (1995), «Discourse, Re­thoric, Reflexivity: Seven Days in the Líbrary», en: Ja­sanoff (1995), pp. 321-342.

Baark. E (1991), «El discurso internacional sobre pollticasde biotecnología: el casode la bioseguridad», RevistaMexicana de Sociologfa 2: 3-19.

Bames, B. (1982), T.s. Kuhn and Social Scíences, NuevaYork: Columbia University Press (trad. cast. en FCE:Kuhn y las ciencias sociales).

Barnes, B. (1985), Sobre ciencia, Barcelona: Labor, 1987.

Barnes, B. y S. Shapin (eds.) (1979), Natural arder, Be­verly Hills-Lcndres: Sage.

Barnes, B. (1994), «How Not To Do the Sociology ofKnowledge», en: Megill (1994), pp. 21-35.

Basalla, G. (1988), La evolución de la tecnología, Barcelo­na: Critica, 1991.

Bijker. W.E., T.P. Hughes y T. Pinch (1987), The SocialConstructíon of Technological Systems, Cambridge(Mass.): MIT Press.

Bíjker, W.E. y J. Law (eds.) (t 992). Shaping Technology/Building Society. Studies in Sociotechnical Change,Cambridge (Mass.): MIT Press.

Bloor, D. (1976), Knowledge and Socíal Imagery, Londres:Routledge (hay una segunda edición en Univ. of Chí­cago Press, 1991).

Bockris. John (1991), «Cold Fusión 11: The Story Conti­nues», New Scíentíst 19-1-1991: 50-53.

Broad, W. y N. Wade (1982), Betrayers of the Truth: Fraudand Deceu in the Halls oiScience, Nueva York: Touchs­tone.

Bustamante, J. (1993), Sociedad iniormatizada. ¿sociedaddeshumanizada?, Madrid: Gaía.

Callon, M. (1986). «Sorne Elements of a Sociology ofTranslation: Dornesucauon of the Scallops and the

Page 209: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

Fishermen of St. Brieuc Bay». en: J. Law (ed) (1985),Power, Action, and Beliet: A New Sociology 01' Knowled­ge? Londres: Routledge and Kegan Paul, pp. 196-233.

Callan, M. (1987), «Society in the Making: The Study ofTechnology as a Tool for Sociological Analysis», en:Bijker, Hughes y Pinch (1987), pp. 83-103.

Callon, M. (1995), «Four Models of the Dynamics ofScience». en: Jasanoffet al. (1995). pp. 29-63.

Callen, M. y B. Latour (I992). «Don't Throw the Baby Outwith the Bath School: A Reply to Collins and Yearley»,en: Pickering (1992). pp. 343-368.

Chalk, R. (1988), Science, Technology, and Society: Emer­ging Relationships, Washington, D.e.: American Asso­ciation for the Advancement of Scícnce.

Chandler-, J .. A.I. Davidson y H. Harootunian (eds.)(1994), Questions of Evidence: Proof, Practice, and Per­suasion across the Disciplines, Chicago: University ofChícago Press.

closc. F. (1991a), Too Hot to Handle: The Race [or ColdFussion, Princeton, NJ: Princeton University Press.

Close. F. (1991b), «Cold Fusion 1: The Discovery that Ne­verWas», New Scientíst 19-1-1991: 46-50.

Collingridge. D. (1980), Tite Social Control 01' Technology,Londres: Frances Pinter.

Collins, H.M. (1975). «The Scven Sexes: A Study in the So­ciology of a Phenomenon, or the Replication of Expe­ríments in Physics», Sociology 9: 205-224.

CoJlins, H.M. (1981). «Stages in the Empirical Programmeof Relativism», Social Studies oiScíence 11: 3~10.

Collins, H.M. (t 98511992), Changing Order: Replicationand lnduction in Scientiiic Practice, 2a ed., Chicago:Uníversíty of Chicago Press.

Collins, H.M. (1990), Artificial Experts: Social Knowledgeand íntelligent Machines, Cambridge (Mass.): MITPress.

Collím, H.M. YT.J. Plnch (1982), Frames al' Meaning: TIteSocial Construction 01' Bxtraordinary Science, Londan:Routledge.

Collins, H.M. y T.J. Pinch (1993), Tite Colem: What Ever­yone Should Know About Science, Cambridge: Cam­bridge University Press (trad. cast. en Crítica: El gó­lem).

Collins, R.M. y S. Yearley (1992a), «Episternological Chic­ken», en: Pickering (1992), pp. 301-326.

Collins, H.M. Y S. Yearley (l992b), «Journey into Space»,en: Pickering (1992). pp. 369-389.

Derry, T.K. y T.1. WiIliams (1960-1982). Historia de la tec­noíogta, 5 vols., Madrid: Siglo XXI, 1977-1987.

Díckson, D. (1973), Tecnología. alternativa, Barcelona: Or­bis, 1985.

Durbln, P.T., ed. (1980), A Cuide to the Culture ofScience.Technology, and Medicine, Nueva York: Free Press.

Echeverrfa, J. (1995), Filosoíta de la ciencia, Madrid: Akal.

Edge. D. (1995), «Reinventing thc wheel». en: Jasanoffetal. (1995), pp. 3-23.

Elliot, D. Y R. (1976), El control popular de la tecnología,Barcelona: Gustavo Gilí, 1980.

El1u1. J. (1954), El siglo XX y la técnica, Barcelona: Labor.

Elster, J. (I 983), Bxplaning Technical Change. Cambridge:Cambridge University Press (trad. cast. en Gedisa: Elcambio tecnológico).

Feyerabend, P.K (1978), La ciencia en una sociedad libre,Madrid: Siglo XXI, 1982.

Fine. A. (1986), The Shaky Carne, Chícago: University ofChicago Press.

Fine. A. (1991), «Science Made Up: Constructivist Socio­logy of Scientific Knowledge», Stanford conierence onDísunity and Coruextualism, Mayo 1991.

Fuller, S. (t 988), Social Epistemology, Bloomington: In­diana Uníversíty Press.

Fuller, S. (1995), «On the Motives for the New Sociologyof Science», History of the Human Scíences 8/2: 117­124.

Giere, R. (1988). La explicación de la ciencia: un acerca­miento cognoscitivo, México. DF: Consejo Nacional deCiencia y Tecnología, 1992.

Gieryn, T.E. (1992), «The Bailad of Pons and Fleisch­mann: Experiment and Narrative in the (Un)Making ofCold Pusions, en: McMullin (1992), pp. 217-243.

González de la Fe. T. (cocrd.] (1993), Revista Internacio­nal de Sociologla 4 (enero-abril), Número Monográficosobre «Sociología de la Ciencia», CSIC (Instituto deEstudios Sociales Avanzados).

González García, M., JA López Cerezo y J.1. Luján(1996), Ciencia, Tecnoiogta y Sociedad: una introduc­ción al estudio social de la ciencia y la tecnologta, Ma­drid: Tecnos.

PARA COMPRENDER CIENCIA TECNOLOG1A y SOCIEDAD 227

Page 210: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

Gross, A.G. (1995), «Renewíng Aristotclian Thcory: TheCold Fusion Controversy as a Test Case», QuarterlyIournal o(Speeclz 81: 48"62.

Habermas, J. (1968), Ciencia y técnica como ideología, Ma­drid: Tccnos. 1986.

Haeking, 1. (1983), Reprcsenting and Intervening, Cam­bridge: Cambridge Univcrsity Prcss.

Hacking, 1. (\996), «Mind Ovcr Matter» (reseña de A. Pie­kering, tt« Mangle v( Pracüceí, Times Literary Suple­sucnt, 10 de mavo. 1996, p. 15.

Haraway. D. (1985), «A Cvborg Manifiesto: Science, Tech­nology, und Socíalist-Pcminism in thc Late TwentiethCcnturv». en: Haraway (\991), pp. 149-181.

Haruwav, D. (1988), «Situatcd Knowledgcs: The ScíenceOucstion in Fcminism and tbc Privilcge of PartialPcrspcctive». en: Haraway (1991), pp. 183-201.

Haraway, D. (1991), Simians, Cybor,!;s, and Women: TheRei!1~'el1tion o( Nature, Nueva York: Routledge (haytrad. cast. en Cátedra: Ciellda, eyborgs y mujeres).

Harding S. (1986), The Science Question in Fcminism,Nueva York: CorndllJniversity Press.

Harding, S. (ed.) (1987), Feminísm and Methodologv,Bloomington, 1:-.1: Indiana University Prcss.

Hanling, S. (1991), WflOse Scíence? Whose Knowiedee?Thinking From Womell's Uves, Nueva York: CorncllUniversity Press.

Hurding, S. y J.F. O'Barr (cds.) (1987), Sex and Scientííictnquíry, Chicago: University of Chieago Press.

Hímmclstc¡n, C.U. et al. (\986), Ciencia y tecnología, Ma­drid: Revolución, 1990.

Hcghes. T.P. (1983), Networks oiPower: Electriíication inWes/em Society, 1880-1930, Baltimore: Johns HopkinsUnivcrsitv Prcss.

Huizcnga. J.R. (1992), Cold Fusíon: The Scientiiic Fiascoofthe Centnry, Rochcstcr, NY: University of RochesterPrcss.

Illich, 1. (1973), La convívencialidad, Barcelona: Barral,1974.

INVESCIT (1989), Tecnología, Cimcia, Naturaleza y Socie­dad: antología de autores y textos, Revista Anthropos,Suplementos 14.

Jasanoff, S. et al. (cds.) (1995), Handbook of Science andTeclmology Studies, Londres: Sage.

228 PARA COMPRENDER C/ENC/A, TECNÓLOG1A y SOCIEDAD

Jelsmu, J.(1991), «CTA in Action: The Case of Biotechno­logy-, TIVel1te-JI/ /ntemational Wvrkshvp 0/1 Construc­tive TecJmology Assessmel1t, Universidad de Twente,Enschedc.

Johnson, J. (a.k.a. Latour, B.) (1988), «Mixing Humansand Nonhumans Together: The Sociology of a Door­Closer». Social Problems 35/3: 298-310.

Keller, E.F. (1983), A Feeling for the Organism: The Ufeand Work ofBarbara McClintock, San Francisco: Free­man (trad. casto en Fontalba: Seducida por lo vivo).

Keller, E.F. (1985), Reflexiones sobre género y ciencia, Va­Ienclu: Alfons el Magánim, 1991.

Kítcher, P. (1992), «Authority, Deference, atid the Role ofIndividual Reason», en: McMullin (\992), pp. 244-271.

Kitcher, P. (1994), «Ccntrasting Conceptions of SocialEpistemology», en: Schmitt (1994), pp. 111-134.

Knorr-Cctina, K.D (1981), The Manuiacture of Knowledge:An Essoy 011 the Constructivist and Contextual Natureof Scíence, Oxford: Pergamon Prcss.

Knorr-Ccuna, K.D. (1983), «Thc Ethnographíc Study ofScicnüfic Work: Towards a Consrructívtsr Interpreta­tion of Science». en: Knorr-Cetina y Mulkay (1983),pp. 115-140.

Knorr-Cetina, K.D y M. MuJkay (eds.) (1983), Scíence ob­served: Perspectives 011 the Social Study o( Science, Lon­dres: Sage.

Kuhn, T.S. (1962/1970), The Structure oiScientíiic Revolu­tions, 2" cd., Chicago: Universiw of Chicago Prcss(trad. cast. en FCE: La estructura de la revolucionescieutiiicas),

Lamo de Espinosa, E., J.M. González Garcfa y C. TorresAlbero (1994), La sociología del conocimiento y de laciencia, Madrid: Alianza.

Latour. B. (1983), «Give a Laboratory and 1 WiJI Raise theworld». en: Knorr-Ccfina y Mulkay (1983).

Latour, B. (1987), Science in Action, Cambridge (Mass.):Harvard University Press (trad. cast, en Labor: Cienciawacción).

Latour. B. (1991), We Have Never Been Modem, Cambrid­ge (Mass.) Harvard University Press, 1993 (tras. castoen Critica: Nunca hemos sido modernos).

Latour. B. y S. Woolgar (197911986), Laboratory Liie, 2"ed.. Princeton: Princeton University Press (trad. castoen Alianza: La vida en el laboratorio).

Page 211: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

Laudan, 1. (1984), Scíence and Values: The Aims oiScien­ce and Theír Role in Scientiííc Debate, Berkeley, CA:Univcrsitv 01' California Prcss.

Law, J. (1987), «The Strucrure of Sociotechnical Enginee­ring -a Revicw of the New Sociology of Technology».tt« Socíological Review, 35: 405-424.

Law, J. (1993), Modemity, Mith,and Materialism, Oxford:Blackwcll.

Lewenstein, B.V. (1992), «Cold Fusion and Hot Hístory-,Osiris (2nd series) 7: 135-163,

Lewenstetn. RV. (1995a), «Prom Fax to Facts: Cornmuni­catión in the Cold Fusion Saga», Social Studies ofScíence 25: 403-406.

Lewenstein, RV. (1995b), «Do Publ¡c Electronic BulletinBoards Help Croare Scientifíc Knowledge? The ColdFusion Casen, Science, Technoiogy, and Human Values20/2: 123-149.

Lewenstein, B.V. (1995c), «Review of J.R. Huizenga, ColdFusion: rile Scientiíic Fiasco of the Century' and 'G.Taubcs, Bad Science; rile short Life and Weird Times o(Cold Fusion'», lsis 86/1: 144-146.

Lewontin, R.C. (1993), Biology As Ideology: Tlle Doctrine ofDNA, Nueva York: Harper & Row.

Lewontin, R.C., S. Rose y l.J. Karnin (1984), No está en losgenes, Ba¡cclona: Crítica, 1987.

Lizcano, E. (1993), Imaginario colectivo y creción mate­mática, Barcelona: Gedisa.

Longino, H.E. (1990), Scíence As Social Knowíedge: Valuesand Obiectivity in Scientííic Inquíry, Princeton: Princc­ton Univcrsity Press.

Longino. RE. (1994), «The Fate 01' Knowlcdge in SocialThcorics of Science». en: Schmitt (1994), pp. 135-157.

López Cerezo, JA y J.1. Luján (1989), El artefacto de la in­teligencia, Barcelona: Anthropos.

López Cerezo, J.A., J. Sanmartfn y M.1. González Garcra(1994), "Filosofía actual de la ciencia», Diálogo Filosó­fico 29; 164-208.'

Luján, J.1. (1992), "El estudio social de la tecnología», en:Sanmartln, J. et al. (1992).

Luján. J,1. y 1. Moreno (1996a), "El cambio tecnológicoen las ciencias sociales: El estado de la cuestión». ma­nuscrito.

Luján, J.1. Y1. Moreno (1996b), «La biotecnología, los ac­tores y el público», Ludus í/italis, en prensa.

Lynch, M. (1985), Art and Artitact in Laboratory Science: A. Study ofShop Work and Shop Talk in a Research Labo­

ratory, Londres: Routledge.

Mallowe, E.F. (1991), Fire From Ice: Searching for theTrutli Behind the Cold Pusion Furor, Nueva York: JohnWiley & Sonso

Marcusc, H. (1954), El hombre unidimensional, Barcelo­na: Ariel, 1981.

McAllister, J.W. (1992), «Competition Among SdentificDisciplines in Cold Nuclear Fusion Research», Sciencein Comexi 5: 17-49.

McGinn, R.E. (1991), Science, Technology, and Society ,Englewood Cliffs: Prentlce Hall.

McMullin, E. (ed.) (1992), The Social Dimensions of Scien­ce, Notre Dame, IN: University of Notre Dame Press.

Medina, M. (1989), Conocimiento y sociología de la cien­cia, Madrid: CIS/Siglo XXI.

Medina, M. (1985), De la techne a la tecnología, Valencia:Tirant lo Blanch.

Medina, M. y J. Sanmartfn (eds.) (1990), Ciencia, tecnolo­gía y sociedad: estudios interdiscíplinares en la universi­dad, en la educación y en la gestión pública, Barcelona:Anthropos.

Megill. A. (cd.) (1994), Rethinking Objectivity, Durham­Londres: Duke University Press.

Mitcham, C. (1989), ¿Qué es la filosofía de la tecnología?,Barcelona: Anthropos.

Mitcham, C. (1994), Thinking Through Technology: ThePath between Engineering and Philosophy, Chicago:University of Chicago Press.

Mitcham, C. y R. Mackey (eds.) (1983), Philosophy andTechnology: Readings in the Philosophical Problems oiTechnology, Nueva York: Free Press.

Mumford,1. (1934), Técnica y civilización, Madrid: Alian­za, 1982.

Nclkin, D. (1987), Seíling Science: How the Press CoversScíence and Technology, New York: Freeman (trad.cast. en Fundesco: La ciencia en el escaparate).

Nelkin, D. y 1. Tancredi (1989), Dangerous Díagnostícs,Nueva York: Basic Books.

Neison, R. (I994), «Thc Econorn¡c Growth via the Co-Evc­lution of Technologies and Instjtutions», en: L. Ley­desdorff y P. van den Bessclaar (eds), Evolutionary

PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLOC1A y SOCIEDAD 229

Page 212: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

Economics and Chaos Theory . Newv Díreaíons inTeclinology Studies, Londres: Frances Pinter, 1994.

Nelson, R. y S. Winter (1982), An Evolutionary Theory ofEconornic Change, Boston: Harvard University Press.

Ortega y Gasset, 1. (t 939), Meditación de la técnica, Ma­drid: Rev. de Occidente/El Arquero, 1977.

Pickering, A. (od.) (1992), Science as Practico and Culture,Chícago: University of Chicago Prcss.

Píckeríng. A. (1995), The Mangle ofPractice: Time, Agel1cy,and Scíence, Chícago: Univcrsity of Chícago Press.

Pinch, T.J. y W.E. Bijkcr (1984), «The Social Conslructionof Facts and Artifacts: Or How the Socíology of Scíen­ce and the Sociology of Technology Might BenefitEach Other», en: Bijker, Hughes y Pinch (1987), pp.17-50.

Pinch, T.J. (I992), «Opcning Black Boxes: Science, Tech­nology and Socíety». Social Studies of Scíence 22: 487­510.

Pinch, 1.J. (1996), «Whya Horse-laugh ts Worth A Thou­sand Words: Rcthor¡c and Cold Fusión». Studies oiScience and Technology Coíloquium, Universidad deMinnesota, 9 Febrero 1996.

Pinch, T.l. y T.J. Pinch (1988), «Reservatíons about Refle­xivity and New Literary Forms or Why Lct the DevilHave AlI the Good Tunes?», en: Woolgar (l988b), pp.178-197.

Popper, K.R. (1972), Conocimiento objetivo, Madrid: Tec­nos, 1982.

Porter, A.L. et al. (1980), A Guidebook [ar Technology As­sessment and Impact Analysis, Nueva York-Oxford:North Holland.

Portman, N. (1992), Tecn6polis: la rendición de la culturaa la tecnología, Barcelona: Galaxia GutenberglCírculode Lectores, 1994.

Ouintanilla, M.A. (1988), Tecnología: un enfoque filosófico,Madrid: Fundesco.

Ravetz, J.R. (1990), The Merger of Knowledge with Power,Londres: Manse1l.

Rose, H. y S. Rose (1976), La radicalización de la ciencia,México: Nueva Imagen, 1980.

Roszak, T. (1968), El nacimiento de una contracultura,Barcelona: Kairós, 1970.

Roszak, T. (1986), El culto a la íniormacion, Barcelona:Crítica, 1988.

230 PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLocfA y SOCIEDAD

Rouse, J. (1987), Knowledge and Power: Toward a PolíticalPhilosophy of Sctence, Ithaca, NY: Cornell UniversityPress.

Reuse, J. (1992), «What Are Cultural Studles of ScientificKnowledge?», Coniigurations 1: 1-22.

Sanmartfn, J. (1987), Los nuevos redentores, Barcelona:Anthropos.

Sanmartín, J. (1990), Tecnología y futuro humano, Barce­lona: Anthropos.

Sanmartín, J. et al. (1992), Estudios sobre sociedad y tec­nología, Barcelona: Anthropos.

Sanmartfn, J. e 1. Hronszky (eds.) (1994), Superando fron­teras: estudios europeos de Ciencia-Tecnología-Sociedady evaluación de tecnologías, Barcelona: Anthropos.

Schmítt, P.F. (ed.) (1994), Socíalizing Epistemology: TheSocial Dimensíons of Knowledge, Lanham, NY: Row­man and Littlefield.

Schumacher, E.F. (1973), Lo pequeño es hermoso, Madrid:Hermann Blume, 1978.

Shapin, S. (1982), «Hfstory of Science and its SociologicalReconstructions», History ofSciel1ce 20: 157-211.

Shapin. S. (1994), A Social History of Trutlu Civility andScience in Seventeenth-Century Engiand, Chicago: Uni­versity of Chicago Press.

Shapln. S. y S. Schaffer (1985), Leviathan and the AirPumps: Hobbes, Boyle and the Polítics of Experíment,Princetcn: Princeton University Press.

Shrader-Frechette, K. (1985), Science Policy, Ethics, andEconomic Methodology, Dordreclu: Reidel.

Shrader-Frechette, K. (1991), Risk and Ratíanality: philo­sophical Foundaticns for Populist Reforms, Berkeley:University of Califomia Press.

Shrader-Frechette, K. (ed.) (1991), Environmental Ethics,2a ed., Pacífic Grove CCA): The Boxwood Press.

Sismondo, S. (1993), «Sorne Social Consuuctíons», SocialStudies ciScíence 23: 515-553.

Smith, M.R. y Marx, L. (eds.} (1994), Does Technology Dri­ve History? The Difemma of Technologicol Determi­nísm, Cambridge (Mass.). MIT Press.

Snow, c.P. (1964), Las dos culturas y un segundo enioque,Madrid: Alianza, 1977.

Solís, C. (1994), Razones e intereses, Barcelona: Paidós.

Page 213: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

Solomon, M. (1994), «A More Social Eplstemologv». en:Schmitt (1994), pp. 217-233.

Solomon, M. (1995), «The Pragmatic Turn in Naturallst¡cPhilosophy of Sciencc». Perspectives on Scíence 3/2:206-230.

Spiegel-Rósing, I. y D. de Solla Príce (eds.) (t 977), Scien­ce, Technalogy and Sacie/y: A Cross-Disciplinary Pers­pective, Londres: Sage.

Sullivan, D.1. (1994), «Exclusionurv Epldeícric: NOVA'sNarrative Bxcomrnumcanon of Pleischmann andPons», SciCllce, Technology, and Human Values 19/3:283-306.

Taubes, G. (1993), Bad Screuce: The Slunt Life and WeirdTimes oicotd Fusion, New York: Random Housc,

Thuillier, P. (1988), Las pasiones del conocimiento: sobrelas dimensiones culturales de la ciencia, Madrid: Alian­za, 1992.

Tuana, N. (ed.) (1989), Femínism and Scíence. Blooming­ton, IN: Indiana Uníversíty Prcss.

van den Be1t, H. Y A. Rip (1987), «The Nelson-WinterlDo­si Model and Synthetic Dye Chcmistry», en: Bijker,Hughes y Pinch (1987), pp. 135-158.

W.AA (1977), The Ann Arbor Serenes for the People. Labiología como arma social, Madrid: Alhambra, 1982.

W.AA. (1994), Polúica y sociedad (Revista de la Facultadde Ciencias Politicas y Sociales de la UniversidadComplutense) 14115, Número Monográfico sobre So­ciología de la Ciencia.

Wajcman, J. (1991), Femínísm Coníronts Technology, Uni­versity Par-k, PA: The Pennsylvania State UniversityPress.

Webster, A. (1991), Scíence, Technology, and Society: NewDirections, New Brunswick. NJ: Rutgers UníversítyPress.

Westrum, R. (1991), Technology & Society: The Shaping ofPeople aud Things, Belrnont: Wadsworth Pub!. Co.

wínner, 1. (1977), Tecnología autónoma, Barcelona: Gus­tavo Gili, 1979.

Winner,1. (1986), The Whale and the Reactor, Chicago:University of Chicago Press (trad. cast. en Gedisa: Laballena y el reactor).

Winner,1. (1991), «Upon Opening the Black Box and Fin­ding it Empty: Social Constructivism end the philo­sophy of Technology». Science, Technology, and Hu­man Values 19/1: 107-119.

Woolgar, S. (1981), «Intercsts and Explanation in the So­cial Study of Science». Social Studies uf Scíence 11:365-394.

woolgar, S. (1988a), Science: tt« Very Idea, Londres: Ta­vistock (trad. casto en Anthropos: Ciencia: abriendo lacaia negra).

woolger. S. (ed.) (I988), Knawledge and Reilexivity: NewProntíers in the Sociology oiKnowledge, Londres: Sage.

Woolgar. S. (t 991), «The Turn to Technology in SocialStudíes of Science», Science, Technology, and HumanValues 16/1: 20-50.

Woolgar, S. y M. Ashmore (t 988), «The Next Step: An 10­troducrion to the Reflexive Projcct», en: Woolgar(l988b).

Wynne, B. (1975), «The Rhetoric of Consensus Politics: ACritícal View of Technology Asscssmcnt», Research Po­licy 4: 108-158.

PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLOGIA y SOCIEDAD 231

Page 214: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

III

ASPECTOS,METODOLOGICOS

Page 215: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

23

Tecnologías simbólicas I

Javier Echeverria

1. Introducción

L a filosofía de la ciencia del siglo xx se ha cen­trado en el conocimiento (hechos, teorías,

proposiciones, axiomas, leyes, etc.) y ha prestadomuy poca atención a la práctica científica. La Epis­temología propugnada por Reichenbach y por losneopositivistas prescindía explícitamente de losprocesos científicos 1, prefiriendo un análisis y unareconstrucción metate6rica a partir de los resulta­dos finales presentados por los hombres de ciencia:las teorías. La filosofía de las matemáticas siguióesa misma línea hasta hace unos años. Sin embar­go, las propuestas cuasi-empiristas de Lakatos, eldebate sobre las revoluciones científicas en mate-

I El presente trabajo ha sido redactado en el marco del Pro­yecto de Investigación PB 92-0846-C06-01 de la DGICYT.

'Para Reichenbacb. el objeto de la filosofía de la ciencia erala reconstrucción lógica de las teorías a partir de sus resultadosfinales: "la epistemología considera un sustituto lógico, másbien que los procesos reales" (Experience and Predictiml, 1938,p. 5). las técnicas mediante las cuales se hubieran logrado esosresultados no eran objeto de la Epistemología.

méticas y la incidencia de la informática han cam­biado radicalmente la filosofía de las matemáticas.Además de las teorías. ahora resulta imprescindibleestudiar la praxis matemática, incluyendo sus as­pectos tecnológicos. Entre estos últimos los ordena­dores ocupan un lugar muy impot-tante '. Por tanto,así como la filosofía general de la ciencia ha de re­lacionarse estrechamente con la filosofía de la tec­nología, así también la filosofía de las ciencias ma­temáticas, que difiere por completo de lo que se havenido llamando metamatemética, ha de tener encuenta las aportaciones de la filosofía de la técnicamatemática, o si se prefiere de la tecnología mate­mática. Esta vía es nueva y apenas si ha sido explo­rada hasta el momento. Las consideraciones que si­guen han de ser tomadas como unos primeros pa­sos, todavía provisionales, en esa dirección.

'Véase Th. Tymoczko (ed.}, 1986, New Directions in the phi­losophy of Mathematícs, Bírkhauser, así como Detiefsen (ed.),Prooi and Knowledge in Mathematics, 1986, Routledge. Véasetambién el volumen publicado por la International Commissionon Mathematical Instruction (Cambridge Univ. Press, 1986)con el título The Lniiuence ofComputers and lnfonnatics on Ma­thematícs and its Teaching, con un excelente informe introduc­torio sobre el Simposio de Estrasburgo 1985 sobre el tema (pp.1-39).

PARA COMPRENDER ClENClA TECNOLOG!A y SOCIEDAD 235

Page 216: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

2. Los ordenadoresen laactividad matemática

Los ordenadores están cada vez más presentesen algunas fases de la actividad matemática: en laenseñanza, en la investigación, en la demostraciónyen la comunicación entre matemáticos. Una de lasgrandes autoridades en la materia, R.E Churchhou­se, pronunció una serie de conferencias en 1986 y1987 manteniendo la tesis siguiente:

«The theme of this Presidential Address is: thateomputers offer mathematicians opportunitíes andchallenges without parallel in the history of mathe­matics.

Opportunities

Tú exploít the power of computcrs:

i} to make new discoveries in mathernaucs;

ii) to improve mathematical publication, com­munication and information retrieval:

iii) in the teaching of mathematics itself

iv) (longer ter-m) in automatic proof verificauonand (very long terrn) automatic theorem proving.

Challenges

i) To develop new methods (algorithms) whichare efficient on computers, and particularly on sys­tems of parallel computers, for the solution of a wi­de range of problems;

ji) to re-examine old or ncglected arcas of ma­thematics to see if we can use the computer to shednew light on old problerns:

iii) to invent new branches of mathematics» 4.

Frente al axiomatismo lógico-conjuntista quepredominó durante décadas (programa Bourbaki),

, Bulletin oft/¡e tnstitute ofMathematics and its Appiicationsxxv, 3-4 (1989), p. 40.

236 PARA COMPRENDER CIENCIA. TEO....OLOG1A y SOCtEDAD

la enseñanza de las matemáticas se hace ahora me­diante técnicas de resolución de problemas (pro­blem solvíng¡ asistidas por ordenador. Varios teore­mas han sido demostrados con ayuda de los orde­r-adores, dando lugar a encendidos debates sobre elpapel de la informática en la investigación mate­mática s. Por otra parte, han surgido diversos pa­quetes de software matemático, que son amplia­mente utilizados para el cálculo y la investigación:Macsyma, Maple, Derive, Mathematica, etc" así co­mo algunos programas para la demostración auto­matizada de teoremas ", Por último, los matemáti­cos han cambiado su sistema de escritura para co­municarse entre sí y para publicar, adoptandomayoritariamente el lenguaje TEX, en sus diversasversiones', Estas cuatro novedades muestran clara­mente la incidencia que tienen las tecnologías in­formáticas en las ciencias matemáticas y constitu­yen un buen punto de partida para el proyecto pro­puesto al comienzo. Una filosofía de las matemá­ticas que tenga en cuenta la práctica de los mate­máticos, y en concreto las componentes técnicas ytecnológicas de dicha praxis, ha de partir de loscuatro ámbitos anteriormente mencionados, y node una metateoría de las estructuras matemáticas ode los sistemas formales,

Para la filosofía standard de las matemáticas, yen particular para la filosofía de inspiración positi­vista, que afirmaba el carácter tautológico o analíti­co del conocimiento matemático, la presencia demétodos de investigación empíricos y la influenciade la tecnología en matemáticas ha de resultar sor-

'Ver los artfculos de Tymoczko en su obra citada de 1986.así como el artículo reciente de J. de Lorenzo. «El ordenador yla demostración matemática», en J. Echeverría, J. de Lorenzo yL. Peña (eds.), Calculemos. Matemáticas y Libertad. Madrid,Trotta, 1996, pp. 187-201.

'Ver R.F. Churchhouse y J.e. Herz (eds.), Computas inMathematical Research, North Holland, 1968.

, Dicho lenguaje fue creado por Donald Knuth en 1979 yposteriormente fue adoptado por la American MathematicalSociety como la tipografía standard para los escritos matemáti­cos. Ver D. E. Knuth, The TEX Book, Reading, Addison-Wesley,1984, 1986, así como el libro de A, Borde, Mathematical TEX byExampie, Academíc Press, 1993. Algunas versiones muy usadasson LATEX, AMS·TEX, LAMSTEX, etc.

Page 217: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

PARA COMPRENDFR cnsscn. TEOCNOLOcfA y SOCiEDAD 237

Page 218: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

prendente, cuando no paradójica. Sin embargo,también en el caso de la actividad matemática hayque afinnar una tesis filosófica indispensable parala filosofía actual de la ciencia, la del pluralismo me­todológico de la ciencia 8, y por consiguiente hay queaceptar el uso de métodos empíricos en algunas fa­ses de la investigación matemática, tal como he tra­tado de mostrar en otros lugares". Desde esta pers­pectiva, la presencia de la técnica y de la tecnologíaen matemáticas no debe sorprender, antes al con­trario. Las tecnologías simbólicas siempre han esta­do presentes y han desempeñado un papel en la ac­tividad matemática, debido a la importancia quetiene la escritura en la práctica de los matemáticos.

Mencionemos algunos ejemplos. Las tablas delogaritmos, y en general las tablas matemáticas, de­ben ser consideradas como tecnologías simbólicas,actualmente mejoradas por medio de la infonnáti­ca. Propuestos por Neper como una ayuda para lacomputación, los logaritmos son un buen ejemplode una tecnología simbólica (Neper los llamó nú­meros artificiales) que genera una teoría, y no a lainversa. También en el caso de las ciencias formaleshay veces en que la técnica precede a la teoría.

En el fondo, cualquier algoritmo que permite re­solver un problema en un número finito de pasospuede ser considerado como una tecnología símbó­lica. Mas también las técnicas de construcción de fí­guras auxiliares en las demostraciones geométricasclásicas, o los métodos de resolución de sistemas deecuaciones algebraicas, de integrales o de ecuacio­nes diferenciales, pueden ser consideradas a su vezcomo técnicas simbólicas. Otro tanto cabe decir dela estadística, de la teoría del error y del cálculo di­ferencial e integral, que siempre han tenido una cla­ra componente técnica. La novedad estriba en quehoy en día esas partes de la matemática también seven influidas por la tecnología, y en concreto por las

'Vcr J. Echeverrfa, «El pluralismo axiol6gico de la ciencia».lsegoria 12 (1995), pp, 44-79.

'J. Echeverr-ía .•Observations, Problems and Conjectures inNumber Theory». cn J. Echeverrfa, A. Ibarra y T. Mormann(eds.), The Space ofMathematics, De Gruyter. 1992. pp. 230-250.Ver también J. Ecbeverrfa: «Empir-ical Methods in Mathcma­tics». por aparecer en G. Munévar (ed.), Spanish Studies on phi­losophy of Sciel1ce, Kluwer. 1996.

238 PARA COMPRENDER CIENCIA. TECNOLOGfA y SOCIEDAD

computing sciences. El hecho de que todas estas téc­nicas matemáticas puedan ser automatizadas y de­sarrolladas por un paquete de software matemáticomuestra claramente su actual carácter tecnológico.

3. Técnica y tecnología en matemáticas

Un problema filosófico particularmente difícilde zanjar es el papel desempeñado por la técnica (yactualmente por la tecnología) en la actividad ma­temática. Sin pretender aportar una tesis definitivaal respecto, intentaré mostrar de qué manera cabehablar de técnica y de tecnología en matemáticas.Partiré para ello de las propuestas hechas por Quin­tanilla en su libro Tecnologfa: un enfoque filosófi­co 10, tanto por el interés de su reflexión como pornegar explícitamente el carácter técnico o tecnoló­gico de las matemáticas. Contraponiéndome a esteautor en dicho punto concreto podré esbozar conmayor rapidez mi propuesta.

Las operaciones matemáticas han sido amplia­mente estudiadas, pero subrayando siempre sus as­pectos teóricos, casi nunca los prácticos. En lugarde considerar esas operaciones como funciones conpropiedades determínadas que permiten definiruna estructura matemática (grupo, anillo, cuerpo,etc.), como es lo habitual, aquí las consideraré co­mo actividades humanas estrictamente sujetas a re­glas e instrucciones. Tratándose de acciones inten­cionales orientadas a la resolución de problemas,será posible considerarlas como tecnologías simbó­licas, como veremos a continuación.

Quintanilla (1989, 35-36) define las técnicas co­mo sistemas de acciones intencionalmente orienta­dos, y orientados a la transformación (eficiente) deobjetos concretos. Siguiendo a Bunge (1985), dichoautor insiste en que "la filosofía de la técnica no essólo una teoría del conocimiento técnico, sino de laacción guiada por ese conocimiento» 11. Un comen­tarista de Quintanilla, Manuel Liz, ha enfatizado to-

'" M.A. Quintanilla. Tecnología: un enfoque filosófico. Ma­drid, Fundesco, 1989.

Il Quintanilla, o.c., 1989, p. 38.

Page 219: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

davía más este punto, señalando que «la tecnologíaactual, cada vez más, no representa sólo un peculiarmodo de actuar sino también de conocer la reali­dad» ", lo cual lleva a Liz a establecer vínculos es­trechos entre la ciencia y la tecnología: «En la cien­cia y la tecnología se busca tanto el conocimientocomo la acción. Es más, casi siempre la acción an­tes que el conocimiento» 1). Si aceptamos estas pos­turas, habremos de mostrar que también las mate­máticas se basan en acciones, y no sólo en conoci­mientos, por una parte; y a continuación que lastécnicas o tecnologías matemáticas también impli­can conocimiento, lo cual resulta bastante obvio. Elproblema central estriba en mostrar que las mate­máticas son una actividad (Techné), y no sólo un co­nocimiento (Episteme).

En el caso de las matemáticas, la aplicación deestos conceptos extraídos de una filosofía generalde la tecnología puede parecer difícil, debido a queno se acostumbra considerar a las matemáticas co­mo una acción. Sin embargo, los procesos de cóm­puto aritmético llevados a cabo por un ser humano(o por un autómata), al igual que los procesos de re­solución de ecuaciones, de demostración de teore­mas, etc., pueden ser considerados como accionesintencionales que tienen como objetivo la resolu­ción de problemas, sin perjuicio de que produzcantambién resultados propiamente episté~icos.

Veamos un ejemplo muy sencillo, el de la multi­plicación. Conforme a la distinción postulada porOuintanilla entre técnica y tecnología 14, basta conque las multiplicaciones u operaciones matemátt­cas tengan una componente industrial (por ejemplocon los ordenadores) y estén basadas en conoci­miento científico previo para que pueda hablarsepropiamente de tecnologías matemáticas.

"M. Liz.•Conocer y actuar a través de la tecnología». en F.Broncano (ed.). Nuevas Meditaciones sobre la Técnica, Madrid,Trotta, 1995, p. 25.

"¡bid., p. 31.

" «En la literatura especializada se tiende a reservar el tér­mino "técnica" para las técnicas artesanales precientíficas. y elde tecnología para [as técnicas industriales vinculadas al cono­cimiento científico. (Quintanilla, o.c., p. 33).

En el caso de la multiplicación cabe distinguir:

- un problema a resolver, u objetivo a lograr: ha­llar el resultado de multiplicar dos números cuales­quiera.

- un sistema de escritura para representar dichoproblema por escrito: el sistema decimal (o bina­rio), con la fuerte hipótesis subyacente del principiode posición.

- una instanciación del problema propuesto: elejemplo o caso particular que se resuelve.

- un algoritmo formado por una serie de reglase instrucciones de escritura y de cómputo, que jus­tifican todos y cada uno de los pasos intermedios.Estos pasos intermedios no forman parte del resul­tado final: son borrados.

- un referente semántico que otorga validez (ono) a cada uno de los signos escritos durante el pro­ceso de cómputo: dicho referente queda ejemplifi­cado en la tabla de multiplicar.

- un resultado final. que ofrece una respuestaprecisa, adecuada y exacta al problema planteado(por instanciación).

- una prueba de que dicho resultado es la solu­ción buscada.

- la generalización de todo el proceso anterior ados números cualesquiera.

- unos artefactos matemáticos (ábacos, basto­nes de Neper, tablas de números, reglas de cálculo,máquinas de cómputo, ordenadores, etc.) que soncapaces de reproducir todos o algunos de los pasosanteriores, facilitando la tarea a los seres humanos,o llevándola enteramente a cabo.

Lo aquí indicado para la multiplicación vale pa­ra cualquier otro algoritmo matemático, por ejem­plo para la lectura (con eventual interpolación) deuna tabla de logaritmos. A estos procesos de semio­sis. tan frecuentes en matemáticas, les es aplicablela definición antes mencionada de técnica. En lugarde fijarnos en la proposición que se obtiene comoresultado y en su condición epístémica (verdadera ofalsa), al analizar este algoritmo como una secuen­cia de acciones estamos afirmando que la multipli­cación es una técnica simbólica.

PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLOCIA y SOCIEDAD 239

Page 220: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

Para que este proceso técnico se convierta en unproceso tecnológico (siguiendo a Ouíntanílla) bastacon presuponer la utilización de algún artefacto in­dustrial, como por ejemplo una calculadora de bol­sillo, o un ordenador. Puesto que los matemáticosactuales utilizan continuamente estos artefactos pa­ra sus cálculos aritméticos, sus simulaciones geo­métricas, sus sistemas de ecuaciones, sus integra­les, etc., podemos concluir que las tecnologías (ytécnicas) simbólicas son de uso muy frecuente enmatemáticas.

Desde esta perspectiva, la construcción recientede paquetes informáticos específicos para las mate-

240 PARA COMPRENDER CiENCIA, TECNOLOG/A y SOCIEDAD

máticas y su amplia difusión entre los matemáticosmuestran el avance de este proceso de tecnologiza­ción de la actividad matemática. Los matemáticoshan sustituido el lápiz, la regla y el compás por elteclado, el ratón y la pantalla. La inmensa mayoríade las técnicas matemáticas pueden ser reproduci­das en el nuevo medio de expresión de las matemá­ticas. Y lo que es más importante: el actual forma­lismo tecnológico (la informática) está generandonuevos objetos matemáticos, como los fractales,que son producto directo de esas tecnologías sim­bólicas que, siendo acciones intencionales, puedenestar determinadas tanto por la búsqueda de la be­lleza como por la indagación de la verdad.

Page 221: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

24

Tecnologías del yoy el secuestro

de la experienciaIgnacio Ayestarán Úriz

1. Tecnologías del yo y la experienciasecuestrada

Pa ra definir dentro de las ciencias humanas ysociales lo que podemos entender por «tecno­

logías del YO" recurriremos a la definición que esta­bleció Michel Foucault en su taxonomía de los di­versos tipos de técnicas:

«1) Tecnologías de producción, que nos permí­ten producir, transformar o manipular cosas;

2) Tecnologías de sistemas de signos, que nospermiten utilizar signos, sentidos, símbolos o signi­ficaciones;

3) Tecnologías de poder, que determinan la con­ducta de los individuos, los someten a cierto tipo defines o de dominación, y consisten en una objetiva­ción del sujeto;

4) Tecnologías del yo, que permiten a los indivi­duos efectuar, por cuenta propia o con la ayuda deotros, cierto número de operaciones sobre su cuerpoy su alma, pensamientos, conducta, o cualquier [or­ma de ser. obteniendo ase una transiormacíon de si

mismos con el fin de alcanzar cierto estado de [eiící­dad, pureza, sabiduría o inmortalídad.» I (cursivanuestra)

Con las obras de Foucault hemos aprendido queel individuo es un efecto del poder, un producto so­cial, históricamente conformado -véase lo que Fou­cault opina al respecto en la sección de este librodedicada a ello: «Foucault y la muerte del hombre:individuo y poder como tecnologias»,-, El yo estáconstruido en la modernidad mediante una confi­guración especial para percibir el mundo y actuaren sociedad, lo cual conlleva una selección y deter­minación. Esta construcción del yo moderno la hadenominado Anthony Giddens la experiencia se­cuestrada:

«La expresión "secuestro de la experiencia" alu­de aquí a los procesos interconectados de oculta­miento que apartan de las rutinas de la vida ordi­naria los siguientes fenómenos: la locura, la crimi-

l «Technologies of the Self», en Luther H. Martín, HuckGutman y Patrick H. Hutton (eds.), Technologies ofthe Sel[. gASeminar with Michel Foucault», Londres, Tavistock, 1988, pp.16-49 (e'Iccnolcgtas del YO», en Michel Foucault: Tecnologíasdel yo y otros textos afines. Trad. Mercedes Allendesalazar. Bar­celona: Paídós. 1990, pp. 45·94. Cita p. 48).

PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLOGfA y SOCIEDAD 241

Page 222: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

nalidad, la enfermedad y la muerte, la sexualidad yla naturaleza. En algunos casos este secuestro estádirectamente organizado: así ocurre en el caso delmanicomio, la prisión y el hospital médico. Enotros, el secuestro depende más bien de caracterís­ticas más generales de los sistemas internamentereferenciales de la modernidad. Hablando en tér­minos vagos, mi razonamiento sería que la seguri­dad ontológica que la modernidad ha conseguidoen el plano de las rutinas cotidianas supone la ex­clusión institucional de la vida social de problemasexistenciales fundamentales que plantean a los se­res humanos dilemas morales de la máxima im­portancia.» '

Giddens resume en el siguiente cuadro aquellosámbitos que nos son hurtados en la vida cotidianadel sujeto con la modernidad J:

La vida social queda secuestrada de la:

Locura: expresión de rasgos de personalidady comportamiento que afectan a experiencias«puestas entre paréntesis» por las actitudes or­dinarias de seguridad ontológica.

Criminalidad: expresión de rasgos de perso­nalidad y comportamiento que podrían repre­sentar formas «alternativas» a los intereses ycompromisos rutinarios.

Entemedad y muerte: puntos de conexión en­tre la vida social y los criterios externos relati­vos a la mortalidad y la finitud.

Sexualidad: erotismo como forma de cone­xión entre individuos y de la continuidad de ge­neraciones.

Naturaleza: el medio natural, constituidoindependientemente de la actividad social hu­mana.

'Anthony Giddcns (1991): Modernity and Sel(-identity. Sel(and Society in the La/e Modern Age. Oxford: Polity Prcss-BasilBlackwell (Modernidad e identidad del yo. El yo y la sociedad enla epoca contemporánea. Trad. José Luis Gil Aristu. Barcelona:Península, 1995, p. 199).

) Anthony Giddens, op. cit .. p. 214.

242 PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLOGIA y SOCIEDAD

En las presentaciones de las explicaciones peda­gógicas y psiquiátricas que se pueden leer en losmanuales al uso, desaparecen los presupuestosideológicos que sustentan estas tecnologías del yo,manteniendo una apariencia neutral y de marcha­mo científico que no ha lugar a deliberar sus con­notaciones socioculturales y, con frecuencia, hastapolíticas. No obstante, se pueden delimitar algunasde las pautas ideológicas habituales en la retóricade estos dícursos científicos. Siguiendo a ThomasS. Szasz, podemos establecer los siguientes crite­rios para reconocer la índole, alcance, métodos yvalores de la psiquiatría, corazón de estas tecnolo­gías:

({ l. El campo de la psiquiatría, ¿abarca el estudioy tratamiento de casos clínicos o el estudio y modi­ficación de actuaciones sociales? En otras palabras,el objeto de la indagación psiquiátrica, ¿son las en­fermedades o los roles, acontecimientos y acciones?

2. La finalidad de la psiquiatría, ¿es el estudio dela conducta humana, o el control de la conducta hu­mana? En otras palabras, la meta a la que apunta lapsiquiatría. ¿es el adelanto del conocimiento o la re­gulación de la conducta?

3. El método de la psiquiatría, ¿consiste en el in­tercambio de comunicaciones, o en la administra­ción de pruebas diagnósticas y de tratamientos cu­rativos? En otras palabras, la práctica psiquiátrica,¿consiste en escuchar y hablar, o en recetar drogas,operar cerebros y encarcelar a las personas tildadasde "mentalmente enfermas"?

4. Por último, el valor por el cual se orienta lapsiquiatría, ¿es el individualismo o el colectivismo?En otras palabras, ¿aspira la psiquiatría a servir alindividuo o a servir al Estado?» 4

En efecto, adentrarse en el cuestionamiento delestatuto social de las disciplinas científicas como lapsicología o la pedagogía permite ver una cara ocul­ta que beneficia a unos y perjudica a otros. Porque,¿qué es un loco? Si tomamos la célebre frase del

• Thomas s. Szasz (I 970): ldeology and Lnsamty. Essays onthe Psychiatric Dehumanimtion ofMall (Ideología y enfennedadmental. Trad. L. Wolfson. Buenos Aires: Amorrortu, 1976, pp.19-20).

Page 223: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

Manifiesto del Il Colectivo de Psíquíau-ízados en lu­cha, los locos son los que caen ante la «razón» delas mavorías: "En el régimen actual de convivencia,unos caen y otros no, y aquellos a los que caen se lesllama, sin que nadie sepa por qué, "locos"». No ha­ce falta adentrarse en demasía en la espesura de lasestrategias tecnológicas del yo para comprobar supoder:

"En nuestra sociedad, hay dos clases de gruposen los que las personas pueden ser incluidas contrasu voluntad: el de los delincuentes v el de los enfer­mos mentales. Ellos difieren de los "grupos en que elindividuo puede solicitar o rechazar ser incluido co­mo miembro. También es cierto que la proporciónde delincuentes y enfermos mentales es mayor enlas clases bajas y menor en las clases altas. El es­céptico repite el refrán: quien roba cinco dólares esun ladrón, quien roba cinco millones es un finan­ciero. La razón es obvia: es más fácil impedir la li­bertad de movimientos de un ratero que de un fi­nanciero influyente. Algo semejante ocurre con loshechos humanos que llamamos "enfermedadesmentales", Por el mismo problema que una mujerr-ica es enviada a pasar una temporada en Reno, esprobable que una mujer pobre sea enviada a pasaruna temporada en el hospital neuropsiquiátrico. Siel carnicero, el panadero o el fabricante de velas di­ce que lo persiguen los comunistas, es prontamentedespachado al hospital neuropsiquiéu-íco: si lo diceel secretario de Defensa, ¿quién podrá coartado?Estos ejemplos ilustran que hacer un diagnósticopsiquiátrico de una persona significa coartada. Pe­ro, ¿cómo puede el débil coartar al fuerte?»"'

Por otro lado, nuestra sociedad precisa de la en­fermedad mental, necesita este mito ó para sentirsesano; se necesitan los pobres, para saber que somos

• Thoruas S. SZ3SZ, op. cit., p. 209.

'La enfermedad mental como uno de los mitos subyacentesa la sociedad contemporánea lo ha estudiado Szasz, lomandocomo caso de estudio el surgimiento del concepto de "neuro­sis", en Thornas S. Szasz (1961); The Mylh uf Mental Ilíness:Foundatíons ora Theorv 01' Personal Conducto Nueva York, Har­per & Row Publisher's l nc. (El mito de la enfermedad mental.Trad. F. Setaro. Buenos Aires: Arnorrortu, 1994, 2" ed .. 2"reimp.I.

ricos: hace falta presos para sentirnos libres; son in­dispensables los locos para sabernos racionales; haynecesidad de delincuentes para creernos ciudada­nos correctos y honrados. «La cárcel y el manico­mio -nos dicen Julia Varela v Fernando Álvarez­Uría-, lejos de desempeñar una función social supe­restructural o secundaria, constituyen los dosespacios privilegiados de control diseñados por elEstado liberal para crear la ficción de la libertad -yaque únicamente los presos carecen de ella- y de laracionalidad del sistema -pues la sinrazón está ais­lada en los manicomios-.» '. En este sentido, "la so­ciedad actual tiende a convertirse en una sociedadescindida, dual, bipolarizada entre, por una parte,una economía saneada, prepotente y científica, liga­da a proyectos militares de largo alcance y flan­queada por laboratorios universitarios y salas debandera, y, por otra, el trabajo a domicilio, las pe­queñas empresas que desaparecen y renacen de suscenizas, la economía sumergida en torno a la cual

'Julia Varela y Fernando Álvarez-Ur-ía (1989j: Sujetos frági­les. Ensayos de socíologia de la desviación. México: FCE, p. 31.

PARA COMPRP-iDER CfENCIA, TEC"'OLOGIA y SOCIEDAD 243

Page 224: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

giran los parados, los pobres, los jóvenes y los jubi­lados. es decir, los sujetos frágiles y poco flexibles» 8.

Si Karl Popper y sus epígonos políticos se vana­glorian de que vivimos en una sociedad abierta, enmedio del Estado liberal, hay que saber que ello sehace a través de unas técnicas políticas de ingenie­ría social con un alto coste de marginalización ycontrol. que en su base se sustentan sobre lo queErving Goffman denominó «instituciones totales",es decir, instituciones que ponen obstáculos de for­ma material (puertas cerradas. altos muros, alam­bre de púas, acantilados, ríos, bosques, pantanos) ala interacción social con el exterior y al éxodo de losmiembros, instituciones que hacen que los sujetos(internados) que las padecen:

1. Desarrollen su vida en un mismo lugar y bajola misma autoridad que generalmente desarrolla unplan burocrático que los internados desconocen to­talo parcialmente.

2. Desarrollen su vida en compañía de otrosmiembros iguales a él y con el mismo trato.

3. Sus actividades están programadas medianteun sistema de normas formales explícitas y un cuer­po de funcionarios, según los objetivos propios dela institución 9.

A Juicio de Goffrnan. las instituciones totalescontemporáneas se clasifican en:

1. Instituciones para cuidar a los que son a la vezinofensivos e incapacitados: hogares para ciegos,ancianos. huérfanos e indigentes.

2. Instituciones para cuidar a los que, incapacesde cuidarse de sí mismos, constituyen una amena­za involuntaria para la comunidad restante: hospí­tales de enfermedades infecciosas y psiquiátricos.

3. Instituciones para proteger a la comunidad delos considerados socialmente peligrosos, y que no

'Julia Yarda y Fernando Álvarez.Uría, op. cit.. pp. 32-33.

• Erving Goffman (1961): Asylums. Essays on the Social Si­tuationsof Mental Patients and Other lnmates, Nueva York,Doubleday & Company Inc. (Internados. Ensayos sobre la situa·ción social de los eniennos mentales. Trad. M. A. OyuC!a deGrant. Buenos Aires: Amorrortu, 1994,5" reimp.. pp. 18-20).

244 PARA COMPRENDER C/ENCIA, TECNOLOGfA y SOCIEDAD

se propone como objetivo básico el bienestar de susinternos: prisiones, presidios, campos de concen­tración y de trabajo.

4. Instituciones destinadas al mejor cumplimien­to de una actividad laboral: cuarteles, barcos, es­cuelas, campos de trabajo, colonias. mansiones se­ñoriales.

5. Instituciones concebidas como refugios delmundo: abadías, monasterios y conventos ID.

La institución total es una de las herramientasbásicas de la sociedad abierta liberal, esa sociedadque, en palabras de Robert Castel, trata de gesuo­nar los riesgos de sus beneficios mediante tecno­logías dedicadas a controlar «vpoblacíones conproblemas" (es decir, que plantean problemas alos responsables del mantenimiento de un ordensocial e ideológico)» 11. La sociedad abierta -la de­mocracia del Estado liberal- de la que se jactanlos popperianos no puede desarrollarse prescin­diendo de estas instituciones, pues el Estado, alque Popper define como un mal necesario, «paracumplir su función, debe tener más poder quecualquier ciudadano privado o cualquier corpora­ción pública; y aunque podamos crear institucio­nes en las que se reduzca al mínimo el peligro delmal uso de esos poderes, nunca podremos elimi­nar completamente el peligro. Por el contrario,parecería que la mayoría de los hombres tendrásiempre que pagar por la protección del Estado,no sólo en forma de impuestos, sino hasta bajo laforma de la humillación sufrida, por ejemplo, acausa de funcionarios prepotentes. El problema esno tener que pagar demasiado por ella» 11. Más cla­ro, agua: en la sociedad abierta del Estado liberalno importa tanto quién grite de dolor, mientras elciudadano medio (todo un liberal) no pague de­masiados impuestos.

'vErving Goffman, op. cit.• pp- 18-20.

'f Robert Castel (1981): La gestion des risques. De l'anti-psy­chíatrie él l'apres-psychawaíyse. París: Minuit (La gestión de losriesgos. De la antipsiquiatrta al post-análisis. Trad. Nuria Pérezde Lara. Barcelona: Anagrama, t984. p. 210).

l2 Karl. R. Popper (1972): Coniectures and Re!utations. Lon­dres: Routledge & Kegan Paul (Conjeturas y refutaciones. Trad.N. Mínguez. Barcelona: Paídos. t 989, p. 420).

Page 225: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

«La sociedad abierta no duda en internar a susenemigos en instituciones totales. El liberalismotambién debe ser "despótico" y recurrir a la violen­cia institucional contra quienes no aceptan su ra­cionalidad contractual y su absolurízación del indi­vidualismo. La otra cara de los derechos humanosson las disciplinas: disciplinas formales de corte au­toritario que atraviesan el cueq>o social desde lasfábricas a las prisiones, desde los cuarteles y las es­cuelas a los baluartes manicomiales. Foucault hacontribuido a dar cuenta de la formación del Esta­do contemporáneo en la medida en que estableceuna conexión entre el poder disciplinario y el ordende la producción: la acumulación de capital es inse­parable de la acumulación de hombres. El mercadolibre coexiste con la aplicación de tácticas discipli­narias en las instituciones del Estado. La produc­ción de mercancías sólo es posible mediante unapacificación del Estado liberal en el que el ejerciciodel poder, la violencia, no adopta predominante­mente la forma de la represión cuanto de tecnolo­gías sutiles, calculadas, de sometimiento; es decir.se transforma en una instancia productiva.

(...) Como ha señalado Jacques Donzelot bajo elsigno de la solidaridad se desarrolló a finales del si­glo pasado un movimiento legislativo en cuyo nom­bre los parlamentos aprobaron leyes relativas a lascondiciones de trabajo, accidentes laborales, enfer­medad, vejez, paro, educación, ... En nombre de esederecho se asiste a una creciente intervención delpoder público en el ámbito de las relaciones priva­das. Las estrategias de poder orientadas a la gestiónde lo social permiten un gobierno de la población ycorrelativamente un Estado gubernamentalizado.

(...) La pastoral cristiana, las técnicas diplomáti­co-militares y la policía son los tres pilares sobre losque se ha asentado la gubernamentalización del Es­tado. Las resistencias y luchas frente a ella consti­tuyen el objetivo general de todos aquellos que bus­can la igualdad y la libertad. Democratización nosignifica la igualdad en la injusticia sino cuestionarlas ramificaciones que llegan hasta nosotros de esospoderes pastorales que individualizan y hurgan enlas conciencias, de las técnicas diplomático-milita­res que obligan a marcar el paso y fabrican cuerposdóciles, de ese poder opaco y disciplinante, la poli­cía, que levanta acta de los fenómenos de pobla-

ción, canaliza las fuerzas sociales, se erige en bio­poden» 1J

2. Psiquiatria y tortura

Alguien como Leopoldo María Panero que tienela capacidad de vivir a caballo entre el mundo de lalocura y el mundo cotidiano normalizador, nos haexpuesto con clarividencia impecable las relacionesque las ciencias humanas guardan entre sí y el pa­pel que cumplen hoy como biopoder (poder denuestras vidas). Así, el interrogatorio en la psiquia­tría no se haya demasiado lejos del método religio­so de la confesión inquisitorial y de la tortura poli­cíaca. Panero nos ha mostrado la otra cara de la psi­quíatría, desde su propia experiencia personal nosha enseñado todo lo que no aparece en los manua­les de pedagogía o de psiquiatría.

«El interrogatorio psiquiátrico procede exacta­mente de la misma forma que el que practica la po­licía. Efectivamente, ante todo, parte de la sospe­cha: toda vida interior del "paciente" es automática­mente sospechada en busca de contenidos psíquicosque justamente no se trata de hacer aflorar a la con­ciencia en pos del célebre "retorno de lo reprimido",sino todo lo contrario, de reprimir. Lo mismo que elpolicía, el psiquiatra piensa infaliblemente que suvíctima miente. No hay ya por tanto aquí nada quese parezca al relajo de la asociación libre [del psico­análisis] -de ahí el abandono del diván y su sustitu­ción por la silla-, sino que muy al revés se lograrállevar al objeto a tratar a toda costa de esconder loque de sí mismo queda en tanto que sujeto, y aquéltendrá buen cuidado en adelante de no mencionaraquellas ideas o sensaciones suyas que sabe de an­temano figuran en el indexo O bien, otras veces, lasvomitará con las misma morbosidad que se mani­fiesta en la confesión cristiana, seleccionando es­crupulosamente los pecados más exóticos de suconciencia para así satisfacer el deseo neurótício delinquisidor: el anhelo de tachar, o de violar; he aquíla "manía de confesar" del esquizofrénico. Pero so-

"Julia Varela y Fernando Álvarez-Uria (1989): Sujetos frági­les. Ensayos de sociolog{a de la desviación. México: FCE, pp. 31­33.

PARA COMPRENDER CIU'CIA. TECNOLOGIA y SOCIEDAD 245

Page 226: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

bre todo ahí está en esta pérdida de identidad delsujeto devenido objeto, devenido categoría o clase-esquizofréníco, neurótico, etc.- el motivo real de latristemente célebre "transferencia", y su tendencia acovertirse en interminable. Aparte de eso, lo únicoque queda aquí tristemente de la herencia freudianaes la noción de que el suceder psíquico no es libre,sino que forma parte de los mecanismos de un mis­terioso "aparato psíquico" cuyas leyes siempre, hayque decirlo, tuvieron tendencia a poseer un caráctermucho más moral, o penal, que científico.

(...) El cuerpo del paciente, privado de su identi­dad o vida interior por el interrogatorio psiquiátri­co, o lo que es lo mismo, a un nivel cotidiano, porla pérdida del valor dialéctico de su palabra, quedapor ello a merced de todos. Lo mismo que su pala­bra: su carne es para los golpes, su voz para la risa.(...) En fin, pero lo que resulta significativo de estasituación, y lo que prueba que el "mito de la enfer­medad mental", como lo llama Szasz, es realmenteuna enfermedad social, como la caza de brujas o elracismo, es que no sean sólo los llamados "cuida­dores" -enfermeros sin preparación médica- del"Alonso Vega" los que golpean "al enfermo", atonta­do por los calmantes, muchas veces hasta la muer­te, como he sabido de buena fuente, sino que ellosea una costumbre popular, como dice la canción:"Qué se puede hacer con el tonto de este pueblo;hay que breado, hay que correrlo", 14.

La psiquiatría no es sólo el poder científico quedictamina lo patológico. Al apuntar lo mórbido enel paciente se produce una anulación del mismo pa­ciente. «La mirada mórbida del psiquiatra estudiaal paciente como un objeto y le deniega su subjeti­vidad" IS. «La sola función de la psiquiatría será asíla de dar a la víctima su estatuto, institucionalizan­do el sacrificio ritual" 16.

" «Psiquiatría y tortura», en Leopoldo María Panero (1990):Aviso contra los civilhados. Madrid: Libertarias/Prodhufi, pp.49-51.

" «Psiquiatría y la colonización del individuo», en LeopoldoMaria Panero (1990): Aviso contra los civilizados. Madrid: Li­bertariasiProdhufi, p. 24.

10 «La parte maldita», en Leopoldo María Panero, Aviso con­tra [os civilizados, p. 65.

246 PARA COMPREN[)[iR CIENCJA. TECNOLOC1A y SOCIEDAD

El estudio de la enfermedad mental se presentacomo un producto moderno, casi cartesiano, paraaislar lo que se denomina locura, aunque ésta seauna enfermedad incurable, o mejor dicho, un pre­juicio científico inamovible:

«De la misma superstición derivan dos pseudo­ciencias, "antropología y psicoanálisis" (o, lo que eslo mismo, psiquiatría) que tratan de fijar en primerlugar, el cogito a sí mismo, un hipotético "sí mis­mo", separado de la conciencia, y, en segundo lugar,el hombre al cogito, separándolo de la "locura" o dela "mentalidad prelógica": ciencias las dos racistaspor excelencia, y que fundan la idea oscurantista dela existencia de "otro tipo de hombre", el cual se ca­racteriza por su no-existencia. Este "otro hombre"-loco o salvaje- no va a existir por cuanto es "unerror" (Frazer). Esto es, su pensamiento no es, co­mo se dice, "obedece" a unos cánones lógicos pre­establecidos, tales como por ejemplo el principio deidentidad o el de no-contradicción. Por lo tanto, supensamiento no es un pensamiento, y dado que nohay ya otro hombre que el hombre del cogito -cogi­to ergo sum- es por ello que este "otro" hombre queno piensa, no existe.

Este corte se hace sistema de opinión con Des­cartes, quiero decir, con el discurso que le rodea yque él sólo formula, poniéndolo por ello vagamenteen peligro, y finalmente deviene brutal en el sigloXIX: pero tiene raíces muy antiguas.»"

3. Un caso de secuestro de la experiencia:Joseph Brodsky o la persecuciónde la poesía

Lo que hemos expuesto sobre las implicacionespolíticas y el poder público de las instituciones so­ciales del yo hace patente, entre otras cosas, unaxioma definido por los Basaglia de la siguientemanera: "la norma está representada por la eficien­cia y la productividad: quien no responde a estos re­quisitos debe colocarse en un espacio en el cual no

" «Inmoralidad de Sigmund Freud», en Leopoldo Maria Pa­nero, Aviso contra los civilizados, pp. 53-54.

Page 227: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

PARA COMPRENDER CIENCiA, TECNOWclA y SOCit.DAV 247

Page 228: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

obstaculice el ritmo social. Ciencia y política eco­nómica van al mismo paso, confirmando la prime­ra los límites de las normas más convenientes y úti­les a la segunda. La ciencia sirve así para ratificaruna diversidad patológica que es instrumentalizadasegún las exigencias del orden público y del desa­rrollo económico, asumiendo su función de controlsocial» 13.

Tomamos el caso del poeta Joseph Brodsky, tal ycomo lo relata Szasz. como caso de este poder des­bocado de las tecnologías del yo y el secuestro de laexperiencia en el siglo xx. «Brodsky un poeta judíode 24 años, fue sometido a juicio en Leningrado por"llevar una forma parasitaria de vida". El origen dela acusación es un concepto jurfdico soviético san­cionado en 1961, que autoriza el destierro de los ha­bitantes urbanos que no cumplan un trabajo social­mente útil. Brodsky tuvo dos audiencias, la primerael 18 de febrero y la segunda el 13 de marzo de1964. La transcripción del proceso salió clandesti­namente de Rusia y su traducción fue publicada enThe New Leader. En la primera audiencia se acusóvagamente a Brodsky de ser un poeta y de no desa­rrollar un trabajo más "productivo". A su término,el juez ordenó que se le practicara un "examen psi­quiátrico oficial, en cuyo transcurso se determinarási Brodsky sufre de algún tipo de enfermedad psi­cológica o no, y si esta enfermedad impide que seaenviado a un lugar distante para hacer trabajos for­zados. Tomando en cuenta que, por la historia de suenfermedad, Brodsky evidentemente eludió la in­ternación, se ordena que la división n'' 18 de laGuardia Nacional tenga a su cargo traerlo para sersometido al examen psiquiátrico oficial".

Este punto de vista es característico de la éticacolectivista. No difiere en nada, asimismo, del queprevalece en la psiquiatría institucional contempo­ránea de Estados Unidos. En ambos sistemas, unapersona que no ha hecho daño a nadie pero a la quese considera "desviada" es definida como mental-

" Franco Basaglia y Franca Basaglia Ongaro (1975): «Loscrímenes de la paz», en Franco Basaglia y Franca Basaglia On­garo (eds.] (1975): Crimini di pace. Turfn, GiuHo Einaudi edito­res (Los crímenes de la paz. Investigación sobre los intelectualesy los técnicos como servidores de la opresión. Trad. J. D. Castillo.México: Siglo XXI, 1981.2' ed., pp- 13·102. Citamos p. 29).

248 PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLOG1A y SOCIEDAD

mente enferma: se le ordena someterse a un exa­men psiquiátrico, y si se resiste, esto se consideraun signo adicional de su anormalídad psíquica.

A Brodsky se lo declaró culpable y fue enviado "aun lugar distante, para cumplir una condena de tra­bajos forzados durante cinco años". Debe advertir­se que su sentencia fue terapéutica, en la medida enque buscaba promover el "bienestar personal" deBrodsky, y a la vez penal, en la medida en que bus­caba castigarlo por el daño que había infligido a lacomunidad. También ésta es la clásica tesis colecti­vista: lo que es bueno para la comunidad es buenopara el individuo. Como a este último se le niega to­da existencia separada del grupo, es lógico que unoy otro sean equiparados.» 19

El mismo año en el que era expulsado de la anti­gua Unión Soviética acusado de parasitismo socialel poeta Joseph Brodsky dejaba escrito un poemadel que extraemos un fragmento que expresa conclaridad por qué simplemente la pluma se vuelveuna técnica peligrosa en los tiempos de control demasas, dominados por los medios de formación demasas, sometidos a la tiranía de los sondeos y lasaudencias. donde escribir palabras al margen delvaivén del mercado constituye un delito y un riesgopara el mantenimiento del sistema políticamentecorrecto, de la manipulación informativa cotidiana:

«Igscuchad. multitudes de enemigos y hermanos!No he trabajado en busca de la gloria-en los tiempos del cine y de la radio-osino por la lengua madre y por sus letras.y por tamaño afán de sacerdocio(por meterme a curar lo que solo se cura).sin copa que levantar en el festín de la Patria,he dado con mis huesos en un sitio de nombreíndiferente.» '"

Nos creemos que las inquisiciones sucedieronhace siglos, en un pasado más o menos remoto, pe-

"Thomas S. Szasz (1970): Ideology and Insanuy. Bssays onthe psychiatric Dehumanínuíon of Man (IdeologÚl y enfermedadmental. Trad. L Wolfson. Buenos Aires: Amorrortu, 1976. pp.38-39).

w Joseph Brodsky (1991): Parte de la oración y otros poemas.Trad. A. Lacasa y R. Buenaventura. Barcelona: Versal, pp. 32­33.

Page 229: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

ro todavía se sigue encarcelando a la gente porqueno comparten el ritmo frenético del trabajo desme­dido, enseña de la explotación por la que la gente deOccidente se consume diariamente en oficinas-cre­matorio (que diría otro poeta vilmente asesinado,Jean Sénac). Brodsky también fue perseguido porno doblegarse a la imposición del trabajo explota­dor y el veraneo obligatorio en apartamentos ridí­culamente caros y aburridos, aunque odiar los ve­ranos es síntoma patológico en los días de la higie­ne pública y la seguridad social:

«No es que me esté volviendo loco:no aguanto más verano.El día se te va buscando en e! armario una camisa.Ojalá llegue pronto el invierno y con la nieve cubralas ciudades, los hombres, sobre todo, lo verde.Dormir con ropa puesta y empezaralgún libro prestadopor una página cualquiera;mientras tanto, los restosde! año, como un perro que ha abandonadoa un ciego,cruzan la calle por e! paso de cebra, La libertades cuando no recuerdas el nombre del tiranoy la propia saliva sabe a dulce orientaly, aunque tengas la mente retorcidacomo los cuernos de un carnero,no rezuma una gota de tus ojos azules.»"

4. Otro caso de secuestro dela experiencia: la psicología enlos campos de concentración de Franco

Otra muestra del uso político de las tecnologíasdel yo la podemos observar en la guerra civil en Es­paña (l936~1939) Y el uso que Antonio Vallejo Né­gera (1889-1960), jefe de los Servicios Psiquiátricosdel ejército del dictador Franco, hizo de la psicolo­gía, tal y como lo han estudiado recientemente Ja­vier Bandrés y Rafael Llavona 11, En 1938 creó Va-

lL Joseph Brodsky. op. cit., p. 86.

11 Todo lo referente a este caso está tomado del interesanteartículo de Javier Bandrés y Rafael Llavona (1996): «La psico­logía en los campos de concentración de Franco», Psicothema,voL 8, n. 1: 1-11.

llejo Nágera el Gabinete de Investigaciones Psicoló­gicas de la Inspección de Campos de Concentraciónde Prisioneros de Guerra, que publicó el informeBiopsiquismo del Fanatismo Marxista, en el que seintentaba trazar las relaciones existentes «entre lascualidades biopsfquicas del sujeto y el fanatismopolítico-democrático-comunista». En los camposde concentración pretendió rehabilitar a estos «fa­náticos» españoles, considerados imbéciles socia­les, con métodos tan científicos como gritos fran­quistas, cursillos religiosos y obligándoles a hacerdesfiles. Entre diciembre de 1938 y octubre de 1939Vallejo Nágera y su gabinete elaboraron las Investi­gaciones Biopsicológicas en Prisioneros Internacio­nales, dedicadas a los brigadistas internacionalesapresados por el ejército franquista (norteamerica­nos, hispanoamericanos, británicos y portugueses).En general Vallejo Nágera juzgaba la identidad deestos grupos por sus inteligencias mediocres, su in­clinación innata por la revolución y el marxismo, sulibertinaje sexual, su poco aprecio por la institucióndel Ejército y otros datos irrefutables para él de loperverso y degenerado de estos «imbéciles sociales»(sic), En 1939 se realiza, por ejemplo, un estudio ti­tulado Investigaciones Psicológicas en Marxistas Fe­meninos Delincuentes, desarrollado en la prisión dela ciudad de Málaga, El trabajo está firmado, estavez, no sólo por Antonio Vallejo Nájera, sino tam­bién por Eduardo M. Martínez, teniente médico, di­rector de la Clínica Psiquiátrica de Málaga y jefe delos Servicios Sanitarios de la Prisión, El informe,elaborado mediante el estudio de cincuenta muje­res, explicaba su peculiar punto de vista sobre el ca­rácter degenerativo de las mujeres marxistas, a par­tir del modelo que debía cumplir la buena mujercristiana, la bondadosa dama victoriana del nacio­nalcatolicismo:

«Recuérdese para comprender la activísima par­ticipación del sexo femenino en la revolución mar­xista su característica labilidad psíquica, la debili­dad del equilibrio mental, la menor resistencia a lasinfluencias ambientales, la inseguridad del controlsobre la personalidad y la tendencia a la impulsivi­dad, cualidades psicológicas que en circunstanciasexcepcionales acarrean anormalidad en la conductasocial y sumen al individuo en estados psicopatoló­gicos. .. Si la mujer es habitualmente de carácter

PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLOG/A y SOCIEDAD 249

Page 230: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

apacible, dulce y bondadoso débese a los frenos queobran sobre ella; pero como el psiquismo tiene mu­chos puntos de contacto con el infantil y el animal,cuando desaparecen los frenos que contienen so­cialmente a la mujer y se liberan las inhibiciones fre­natrices de las impulsiones instintivas, entonces des­piértase en el sexo femenino el instinto de crueldady rebasa todas las posibilidades imaginadas, preci­samente por faltarle las inhibiciones inteligentes ylógicas ... Suele observarse que las mujeres lanzadasa la política no lo hacen arrastradas por sus ideas, si­no por sus sentimientos, que alcanzan proporcionesinmoderadas o incluso patológicas debido a la irri­tabilidad propia de la personalidad femenina.» 23

Por supuesto, los autores de este estudio psico­lógico veían en estas personas examinadas a seresde inteligencia corta y casi de nula cultura, de ahíque pudieran incurrir en «ideologías simplistas ymaterialistas» como el marxismo.

5. El ciudadano desconocidocomo producto de las cienciashumanas y sociales

Si los dos casos expuestos, el de Joseph Brodskyy el de los campos de concentración franquistas,muestran dos formas de control socíopolítíco. ellose debe a que todavía esa manera de pensar nos escercana. Aún hoy se oye por doquier, en medios es­pecializados y también en medios de comunica­ción, que se han de investigar las causas biopsíqui­cas del homosexual o del delincuente violento. Y to­dos se afanan en buscar hasta la última célulacerebral para explicarlo. Sin embargo, nadie se pre­gunta por el condicionamiento biopsíquico por elque una persona se convierte en policía, cura, mili­tar o político. O empresario.

" Fragmento de Antonio Vallejo Nágera y Eduardo M. Mar­tfnez (I939): «Psiquismo del Fanatismo Marxista. Investigacio­nes Psicológicas en Marxistas Femeninos Delincuentes», Revis­ta Española de Medicina y Cirugía de Guerra, 9, pp. 398-399. Ci­tado en Javier Bandrés y Rafael Llavona (I996): «La psicologíaen los campos de concentración de Franco», psicothema, vol. 8,n. 1: 7-8.

250 PARA COMPRENDER CIENCIA. TECNOLOclA y SOCIEDAD

El riesgo de las ciencias sociales y de las cienciashumanas es querer hacer del poeta, del marxista,del gitano, del joven, del negro, del hispano, del ho­mosexual, del emigrante, el prototipo de ciudada­no, el ciudadano desconocido que ridiculizó y de­nunció otro poeta:

«EL CIUDADANO DESCONOCIDO(A JS/07/M/378el Estado dedicaeste Monumento)

Descubrió el Instituto de Estadísticaque era un hombre oficialmente intachable.Todos los informes sobre su conductacoinciden en que era,en el moderno sentido de la palabra,un santo.Pues en todo lo que hizo sirvió a la Sociedad.Salvo en la Guerra, hasta el día de su jubilaciónen una fábrica trabajó y nunca lo despidieron.Cumplía con sus patronos, Fudge Motors,sin ser un esquirol ni insolidario,pues su Sindicato informa que pagaba sus cuotas(el informe sobre su Sindicato nos muestraque éste era legal).Nuestros trabajadores de Psicología Socialdescubrieronque era popular entre sus compañerosy que tomaba alguna copa.La Prensa afirma que compraba el periódicotodos los díasy que sus reacciones ante los anuncioseran totalmente normales.Pólizas a su nombre demuestran que estabaasegurado en todo.y su Historial Médico muestra queuna vez fue hospitalizado perosalió curado.Tanto Estudios Industriales comoNivel de Vida declaranque era totaimente consciente de las ventajas delMercado a Plazosy que tenía todo cuanto el Hombre Modernonecesita,fonógrafo, radio, coche y frigorífico.Nuestros especialistas en Opinión Pública celebranque siempre tuviera las ideas adecuadasa la época del año;Cuando había paz, la defendía;cuando había guerra,

Page 231: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

se alistaba.Se casó y añadió cinco niños a la población.lo que nuestro experto en Eugenesia consideraun número correcto para un padrede su generación.y nuestros profesores informan que nuncainterfirió en su educación.¿Fue libre? ¿Fue feliz? La pregunta es absurda.De haber ido algo mal, lo habríamos sabldo.»>

BibliografíaAuden, Wystan H. (1940): Another Time/Otro tiempo.

Trad. A. Garete. Valencia: Pre-textos, 1993.

Bandrés, Javier y Lluvona, Rafael (1996): «La psicologíaen los campos de concentración de Franco», Psícothe­ma, vol. 8, n. 1; 1-11.

Basagliu, Franco y Basaglia Ongaro. Franca (l975): «Loscrímenes de la paz», en Franco Basuglia y Franca Ba­sagl¡a Ongaro (eds.) (1975): Crímmi di pace. 'I'unn,Giulio Einaudi editores (Los crímenes de la paz. Inves­tigación sobre los intelectuales y lo.> técnicos como ser­vidores de la opresión. Trad. J. D. Castillo. México: Si­glo XXI, 1981, 2~ ed., pp. 13-102).

Brodsky. Joseph (1991): Parte de la oraciÓI1 y otros poemas.Trad. A. Lacasa y R. Buenaventura. Barcelona: Versal.

Castel, Robert (1981): La gestion des risques. De l'arui-psy­chiatrie a l'aprés-psychanaiyse, París: Minuit (lA. ges­tión de los riesgos. De la antipsiquiatrta al post-análisis.Trad. Nuria Pérez de Lara. Barcelona: Anagrama,1984).

Foucault, Michcl (1988): «Technologies of the Self-, enLuther H. Martín, Huck Gutman y Patrick H. Hutton(eds.). Technologies cithe Self, «A Seminar with Michel

"W. H. Auden (1940): Another Time/Otro tiempo. Trad. A.Garcfa. Valencia: Pre-textos, 1993. pp. 190-193. La traduccióncastellana ha sido ligeramente modificada.

Foucault», Londres, Tuvistock, 1988, pp. 16-49 {e'Iec­nologías del yo», en Michel Poucault: Tecnologías delyo y otros textos afines. Trad. Mercedes Allendesalazar.Barcelona: Paidós, 1990. pp. 45-94).

Gíddens, Anthony (1991): Modernity and Seli-ídentity,Sel{ and Society in the Late Modern Age. Oxford: Po­lit y Press-Basil Blackwell (Modernidad e identidad delyo. El yo y la sociedad en la época contemporánea,Trad. José Luis Gil Aristu. Barcelona: Península,1995).

Erving Goffman (1961): Asylums. Essays 011 the Social Si­

tuatíans ol Mental Patients and Other Inmates. NuevaYork. Doubleday & Company Inc. ilnternados. Ensa­yos sobre la situación social de los eniermos mentales.Trad. M. A. Oyuela de Grant. Buenos Aires: Amorrar­tu, 1994. SR reirnp.).

Panero, Leopoldo María O990): Aviso contra los civiliza­dos. Madrid: Libertarias/ProdhuFi.

Popper, Karl R. (972): Coniectures and Reíutations. Lon­dres: Routledge & Kegan Paul (Conjeturas y refutacio­nes. Trad. N. Mínguez. Barcelona: Paidós, 1989, p.420).

Szasz, Thomas S. (1961): The Myth o{ Mental Illness:Foundations of a Theory of Personal Conducto NuevaYork, Harper & Row Publishers Inc. (El mito de la eI1­

fermedad mental. Trad. F. Setaro. Buenos Aires: Amo­rrortu. 1994, 2a ed.. 2a reimp.).

- (1970): ldeology and Insanity. Essays 011 the PsychiatricDehumanieation ofMan (Ideologfa y enierrnedad men­tal. Trad. L Wolfson. Buenos Aires: Amorrortu, 1976),

Varela. Julia y Álvarez-Urfa, Fernando (989): Sujetos frá­giles. Ensayos de sociología de la desviacion, México:FeB.

PARA COMPRENDER CiENCIA. TECNOLOC1A y SOCiEDAD 251

Page 232: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

25

Economía:La dinámica de las formaciones

económico-sociales 1

Bruno Amoroso

«Hemos llegado a 1972. En septiembre estaba enla pequeña ciudad de Isfahan, en el corazón de Per­sia. Paú subdesarrollado, como horrorosamente sedice, pero como de modo tan horrorosamente se dice,en pleno despegue." 1

El problema del desarrollo

Las dos polaridades interpretativasdel desarrollo

El problema del «desarrollo» pertenece a esos te­mas para los cuales no han faltado, sino que sonabundantes, la continuidad de las observaciones yde los análisis, la variedad de los estudios y de losenfoques, desde los más académicos a los de unamayor orientación política. La literatura y las pro-

, El texto reproduce, con leves modificaciones, el primer ca­pítulo del volumen: Amoroso Bruno, 1996, Economía e societa,Il capitalismo del 21 secoto, la meridiana, Molfetta.

Traducción del italiano de José Ignacio Galparsoro.

"Pasolini Pier Paolo [1973] 1975, «11 "discorso" dei capelli».in Scritti corsarí, Garzanti, Milano: 14.

puestas políticas de los últimos treinta años puedenreagruparse en dos grandes bloques, de los que elprimero es ciertamente el mayor y dominante:

1) La literatura dirigida a promover la adapta­ción de las comunidades locales, regiones y estadosa las continuamente nuevas exigencias de integra­ción y de innovación industrial, que asume las co­munidades humanas como variables dependientesy las exigencias industriales como vínculos del pro­blema.

2) La literatura dirigida a la búsqueda de las po­sibilidades de adaptación de los procesos de inte­gración e innovación tecnológica a las exigencias dedesarrollo de las comunidades, asumiendo estas úl­timas como vínculos y los procesos industriales co­mo variables dependientes.

Ambas posiciones, aún en su diversidad, asumencomo datos los contenidos y la dirección del «desa­rrollo» y se revelan optimistas acerca de los benefí­cios de la «modernización»,

La primera cree que las adaptaciones de las co­munidades humanas a las exigencias industrialesson una simple derivación de los procesos de desa­rrollo mundial en los cuales es necesario participaren el modo cuantitativo mayor posible.

PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLOGIA y SOCIEDAD 253

Page 233: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

La segunda, aun mostrando preocupaciones porlos riesgos de exclusión social y por el costo dema­siado alto, cree no obstante superables con políticasapropiadas tanto los riesgos como los costos.

Prefiero una tercera dirección que partiendo delestudio de las necesidades expresadas por cada co­munidad o sociedad como consecuencia al creci­miento de sus sistemas productivos, y teniendo encuenta la elaboración cultural y los lazos socialesque sobre éstos se han desarrollado, derive de aquílas políticas y las actitudes con respecto a los proce­sos de formación del mercado, la integración econó­mica y la adopción de tecnologías. Creo, por tanto,que los contenidos del «desarrollo» y de la «moder­nización» hayan de ser buscados y definidos en con­sonancia con el recorrido histórico y las necesidadesespecíficas de cada comunidad; por eso me propon­go el objetivo de alcanzar una representación globaldel funcionamiento de las formaciones económico­sociales y de la relación conflictiva existente hoy en­tre éstas y el modo de producción capitalista.

La historia humana reescritapor el capitalismo

Las problemáticas implícitamente incluidas enel concepto de «desarrollo», que constituyen una es­pecie de sello primigenio o, mejor, de «pecado ori­ginal», reflejan el núcleo fundamental de la culturaen el ámbito de la cual ha nacido el «capitalismo»;su historia, por ello, en todos los manuales más co­mentes, se hace comenzar con la «revolución in­dustrial», negando con ello, de hecho, la evolucióny las grandes revoluciones de la humanidad. La evo­lución milenaria continua y cotidiana de la especiehumana, que se articula desde el «descubrimiento»de la posición erecta hasta el del fuego, de la rueda,del papel, de la navegación y tiene también que vercon la transformación de los fundamentales siste­mas productivos, desde el nomadismo y la caza has­ta el asentamiento de la comunidad en la aldea agrf­cola, es colocada en la sombra y confinada a la zo­na gris de la «prehistoria» y de la «barbarie».

La agricultura, cuna de toda evolución, revolu­ción y emancipación, es codificada como «fase

254 PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLOG/A y SOCIEDAD

preíndustrial» e «idiotismo del campo». El procesode innovación y de progreso, constituido por modi­ficaciones cotidianas, invisibles, indivisibles y co­lectivas, es aniquilado y la historia reescrita: la«Historia», el «Desarrollo», la «Ciencia», las «In­venciones», las «Patentes», el «Ingenio», la «Com­petencia», comienzan con la Burguesía.

La grandes áreas de civilización del mundo enlas que nació la historia y que durante milenios hanconstituido su laboratorio principal, el Oriente Me­dio y Lejano, las Américas, Africa, son relegados ala atención de los antropólogos, etnólogos y arqueó­logos, y confinados en la zona de la «barbarie notecnológica» del colectivismo, del pensamiento reli­gioso y filosófico, de los pensamientos y sistemasreferidos «al ser» en lugar de «al tener» (Fromm).Es erigida a «Historia del Hombre» la historia quese refiere a algunos cientos de años y a algunas de­cenas de miles de individuos, cuya cualidad princi­pal fue la de apropiarse del saber existente con elfin de ejercitar poder y dominio para dar comienzoa una espiral de violencia y de contaminación natu­ral y social, con efectos devastadores sobre el pla­neta entero.

Cierto que esto no ha pasado desapercibido: laprotesta social contra este «genocidio cultural» ] haencontrado voces poderosas, aunque no escucha­das. ¿Cómo no recordar hoy las palabras violentasde Lev Tolstoi contra esas teorías «socialistas» y «li­berales» que élítes intelectuales de la burguesía im­portaban a Rusia pretendiendo «educar» al puebloen la «verdad»? 4. ¿Y cómo olvidar la necesidad deescritores como Marguerite Yourcenar, de historia­dores como Femand Braudel y de economistas co­mo Gunnar Myrdal de sumergirse en la experienciade pueblos y civilizaciones situadas fuera del estre­cho y asfixiante «eurocentrismo»?

, La expresión «genocidio» para describir los efectos delproceso de modernización es tomada aquí de Pier Paolo Pasoli­ni. Cfr. Pasolln¡ Pier Paolo [1973] 1975, «L'arücolo delle luccio­le», in Scritti corsari, Garzantí, Milano: 163.

'Para una eficaz síntesis de la contribución de Tolstoi a lacritica de la modernización occidental y capitalista, véase: Ro­lland, Romain. [1913] 1921, Vita di Tolstoí, Milano, Casa Edi­trice R. Caddeo e c., Milano.

Page 234: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

El éxito del capitalismo está fundadoen la parcelación de las interaccionesde las sociedades humanas

El éxito del capitalismo respecto a las demás for­mas de organización social y productiva, a los siste­mas económico-sociales preexistentes y a los toda­vía existentes en las áreas del mundo exteriores a sudominio, ha sido alcanzado por medio de un proce­so de escisión de los componentes fundamentalesen la vida de toda comunidad.

En una de las muchas bellas páginas escritas porEnrica Collotti Pischel, atenta estudiosa de las so­ciedades asiáticas, se recuerda que «la interacciónentre ambiente, producción, población y cultura»es el elemento fundamental de la civilización chinay lo que explica, con respecto tanto al pasado comoal futuro, sus mayores dotes de supervivencia y re­sistencia. Tal interacción está presente, si bien engrados diferentes, en todas las formaciones econó­mico-sociales: únicamente mediante la escisión deesta compleja interacción el capitalismo ha podidoafirmarse imponiendo su supremacía a comunida­des, estados y áreas del mundo.

El éxito de esta operación, mayor y más extendi­da en los países colonizados pero significativa tam­bién en otros países en los que la modernización ca­pitalista ha tenido un mayor entronque, determina elnivel de descomposición de las diversas sociedades olas posibilidades de reponerse de forma autónoma.

Los orígenes del proceso de afirmación del capi­talismo se remontan a la lucha conducida en las lo­calidades medievales por la burguesía ciudadanapara transformarse en el patriciado comercial y porlos banqueros que, con el poder del dinero, se apo­deraron de las ciudades-estado constituyéndose enprimer lugar en las señorías del Renacimiento y lue­go en la clase dirigente de las monarquías absolutasilustradas. Escribe Fernand Braudel: «En esta as­censión, el capitalismo destruyó algunos feudos dela sociedad dominante, pero para construir otros enconsonancia con él, otro tanto sólidos y durables» s.

"Braudel Fernand 1977, La dinamica del capitalismo, Il Mu­lino. Bologna: 70.

La primera fase de la estrategia de esa lucha seha dirigido, tal y como es bien ilustrado por la afir­mación de Maquiavelo de que "el fin justifica losmedios», a la separación entre ética, economía ypolítica. La segunda fase ha perseguido la consoli­dación de tal separación, articulando coherente­mente los poderes del estado, legislativo, ejecutivo yjudicial, con análoga separación, de tal modo que,eliminando la unidad del «punto de vista del hom­bre» y, por tanto, del juicio global sobre «hechos dela vida», condujera a la preeminencia del "medio»-el dinero que coincide con el poder- sobre el fin(en orden) ético-política-económico.

La cultura «de la separación» se ha consolidadoen el discurrir del desarrollo capitalista, nutriéndosede la fragmentación de las funciones y de los pode­res llegando a convencernos de que la «Cultura»(humanística) es una categoría accesoria diferente ala de los sistemas productivos y de las tecnologías.

El ambiente académico, en su desarrollo disci­plinar, ha reflejado pasivamente estas exigenciaspolíticas de algunas clases sociales. La disciplinari­dad nace de aquí, de una necesidad política de con­trol y no de una necesidad objetiva de especializa­ción.

El historiador David Noble ha proporcionadouna rica documentación sobre cómo la burguesía,mediante la organización del trabajo y la desagre­gación de las funciones, ha privado a los trabajado­res del control del proceso productivo (en términosculturales todavía antes que sindicatos y políticos).Ejemplar es la relación entre tecnología y sociedad:

"Un mecanismo típico del análisis social en losúltimos años es el de atribuir a la tecnología mo­derna una vida propia, una dinámica interna que senutre de la misma sociedad que la ha desencadena­do. (...) Desgraciadamente, estas explicaciones sim­plistas de la historia están muy difundidas y en­cuentran su confirmación cotidiana en la mala cos­tumbre conceptual de trazar una distinción entre"tecnología" por una parte y "sociedad" (o "cultu­ra") por otra, como si se tratasen de cosas comple­tamente diferentes.» 6

• Noble David F. [1977J 1987. Progetlare l'America, GiulioEinaudi Editore, 'Iorino: xiv.

PARA COMPRENDER CiENCiA, TECNOLOG1A y SOCiEDAD 255

Page 235: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

Contribuciones criticas como las hasta ahoraevocadas son de gran ayuda al intento de construirun método de análisis y una teoría sobre las forma­ciones económico-sociales, que permitan examinarel proceso mediante el cual el capitalismo ha tn­fluenciado, primero, y se ha apropiado, después, dela economía y de la sociedad hasta la fase actual degiobalizacíon,

Capitalismo y sociedad: Algunas hipótesis

Modos de producción, Instituciones,Formas de mercado

La historia de las formacíones económico-socia­les se ha desarrollado como transformación de larelación entre el hombre, organizado en clases so­ciales, y la naturaleza.

Los diferentes factores de la evolución, simplifi­cados y reagrupados, pueden síntetizarse en el mo­do de producción, en las instituciones y en las for­mas de mercado (Esquema 1).

ESQUEMA 1- MODOS DE PRODUCCIO:-l. INSlITUCIONES, fORMAS DE ),lERCADO

MODOS DE PRODUCCION INSTITUCIONES fORMAS DE MERCADO

["",i¡i.Com"ni~.~ prinwrdial - ."' i"cai

I ""m"ni",,~

I.,,¡á'ico Ifcrm:1nk() """,ri~;¡oj" ~o-- ¡mii,"i,""ei1'i'" ",rrilori" I,.'¡ov" II""i:!ti,-" auu,rirlad,,, ___

'T"nalfoudal ..gi""a1"I I,-apioal)""

.<oci,")'" '01000n.';ional-- nacimlalI , Ic.pi''").... 6,~""ú. do ,oopo,,,,,ó,,

~r"(C.Er C"me,on) - ,"le~Ta<lll

",vel "T"I fASEACTl:AL J.""".,,,ad,,"ale.

capitali.,m" lri,wi", __ "'!'''''¡l. i"tcm¡¡¡;ioMles--m"ndialIIlh~i,.,

PROPUESTAS DESARROLLO POLlCDITRICO

Ime.,,·regllln..

comunitario o'!'. cll"pe.... )60 - _",unoml.. mundo_

256 PARA COMPRENDER C/ENCIA. TECNOLOGIA y SOCIEDAD

El esquema nos permite examinar y poner demanifiesto algunas simetrías y asimetrías en tomoa los ejes sobre los que se ha articulado, que consti­tuyen causas de equilibrio o desequilibrio de las for­maciones económico-sociales, y formular en base atales manifestaciones algunas hipótesis de reglasgenerales de interpretación.

Consideraciones sobre transformacionesreferidas a los ejes verticales

Ante todo, debo hacer observar que una excesivaasimetría entre los elementos colocados en los ejesverticales -un mercado nacional e instituciones re­gionales, por ejemplo- representaría un choque deintereses: la consiguiente situación de crisis seríarecomponíble solamente reconduciendo los dos ele­mentos a una base común de pertenencia y, por lotanto, al mismo eje horizontal.

Si, por ejemplo, la asimetría estuviera constitui­da por el intento de organizar un mercado nacionalen concomitancia con la formación del estado na­cional y por tanto en presencia de instituciones denivel local, regional o incluso territorial, se pondríade manifiesto una crisis. Esta podría concluir o conla formación del estado nacional o con la quiebradel mercado nacional.

En el curso de la historia, la existencia de Im­perios. pluriétnícos o coloniales, ha dado vida aformas de dominio que han aniquilado algunasformaciones económíco-socíales englobándolas enla propia o, si no, colonizándolas. Así se han esta­blecido vínculos «institucionales» que destruían-temporalmente en algunos casos y permanente­mente en otros- las interacciones simétricas exis­tentes.

Consideraciones análogas pueden hacerse sobrela relación entre modo de producción, institucionesy formas de mercado partiendo de la constataciónde que el modo de producción capitalista ha logra­do aflrmarse allí donde ha podido lograr hacer elproceso de destrucción de las formas instituciona­les y de participación incompatibles con el desarro­llo de sus funciones. Está claro que existen casos enlos que el orden institucional y el funcionamiento

Page 236: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

de los mercados han obstaculizado o limitado la ex­pansión territorial del capitalismo influenciandofuertemente las características del modelo de acu­mulación para dar origen a diversos «modelos dedesarrollo» .

Consideraciones sobre correlacionesreferidas a los ejes horizontales

La hipótesis de la globalízacíón, es decir, de laexistencia de un capitalismo triádico, permite unclaro y fácil análisis de la crisis actual de los estadosnacionales y de sus implicaciones. Es claro que laconsolidación a nivel mundial del modo de produc­ción actualmente puesto en obra por el capitalismotríádíco de las multinacionales amenaza la existen­cia de todas las formas de organización nacional. yaque tiende a eliminar y, de todos modos, a superara las formaciones económico-sociales que en estemarco habían encontrado protección y posibilidadde existencia.

Como conclusión, aún sin querer trazar reglasrígidas de proporcionalidad en la relación entremodo de producción, instituciones y formas demercado, se puede no obstante afirmar que una ex­cesiva asimetría determinada entre éstos crea ten­siones y necesidad de recomposición a un nivel demayor correspondencia. En los ejes horizontales,en efecto, se pone de manifiesto, al igual que en lossiguientes ejemplos, el condicionamiento que actúaentre los diversos factores en la organización eco­nómico-social durante el curso del proceso de adap­tación recfproca.

Tomemos la hipótesis de comunidades existen­tes en un amplio territorio, árido y con poblaciónescasa, es decir, el caso de muchas comunidadesmediterráneas. Los sistemas productivos se basanen un fuerte grado de nomadismo para un uso delterritorio de tipo extensivo; las técnicas de explota­ción del suelo y de la tierra encuentran formasapropiadas con una elección cuidadosa del tipo deanimales, de alimentación, de usos y costumbres re­ligiosas, ete.; las características de la educación, dela sanidad, del hábitat se integran gradualmente enestas formas de vida: las formas institucionales y

políticas reflejan esta situación mediante una orga­nización descentrada, con un alto grado de autono­mía.

Examinemos ahora el caso diferente de forma­ciones económico-sociales situadas en territoriosmás restringidos pero más húmedos, con vastasáreas montañosas, con población numerosa. Tam­bién aquí el modo de producción ha asumido for­mas adaptadas al contexto, desarrollando tecnolo­gías e innovaciones apropiadas, con ciclos produc­tivos y de trabajo adaptados al clima y a las condi­ciones del terreno, con formas de alimentación,modos de vivir y características de las viviendas co­rrespondientes. El desarrollo de las técnicas pro­ductivas se dirige a un uso intensivo del territorioque inevitablemente debe recurrir a procesos labo­rales con alta intensidad de trabajo. Las formas depropiedad tienen que ser forzosamente coherentescon estas estructuras organizativas y se articulan enpropiedades familiares y cooperativas extendidaspor el territorio y con fuertes vínculos de tipo insti­tucional.

Si en cualquiera de las situaciones arriba des­critas se introdujeran tecnologías no apropiadas,estructuras institucionales y de vivienda que refle­jaran las de países y sistemas productores diferen­tes, no pudiendo obrar el milagro de transformarlos factores básicos de la existencia -egua, clima,composición de los terrenos y demografía- éstasprovocarían ineIuctablemente no el ulterior creci­miento de estas comunidades, sino su decadencia ymuerte.

Conclusiones sobre el problemadel «desarrollo»

De forma análoga, intentos endógenos de con­servar for-mas de gobierno o de gestión que entranen conflicto con la necesidad de evolución de lospropios sistemas productivos y de las correspon­dientes formas de vida generan fenómenos de cri­sis: no es un azar, pues, si intrusión externa y con­servación interna se conjugan a menudo en muchospaíses en un abrazo simbiótico.

PARA COMPRENDER CIENCIA. TECNOLOGIA y SOCIEDAD 257

Page 237: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

El capitalismo del mercado nacional ha destrui­do muchas de estas formaciones económico-socia­les siguiendo dos vías:

1) Con la colonización, imponiendo sistemas so­ciales atrasados y formas autoritarias de control ad­ministrativo,

2) Con la «modernización», provocando el blo­queo del crecimiento de las comunidades definidascomo «atrasadas» mediante la superposición de re­laciones sociales exógenas y dando vida en muchoscasos a ese «genocidio» del que hablaba Pier PaoloPasolini al hacer el balance del «desarrollo» italianode la postguerra.

Concluyendo: dado que un proceso de transfor­mación de los sistemas productivos tiene implica­ciones sobre la estructura total de la sociedad y so­bre sus formas de existencias, éste debe ser desa­rrollado a lo largo de un recorrido de generacionesyen el necesario tiempo histórico, de otro modo nopermitirá una evolución de la formación económi­co-social gradual y, por consiguiente, asimilable, si­no que determinará simplemente su colapso. A mo­do de demostración, piénsese en los conocidosejemplos de «modernización» de los indios en lacuenca del Río Amazonas o de los lapones el nortede Europa que han conducido a la destrucción delas condiciones de existencia de las culturas y pue­blos de ambos.

Formaciones económico-socialesy capitalismo

El análisis de Femand Braudel

Fernand Braudel ha introducido un esquema deanálisis de los caracteres asumidos por los sistemasproductivos y por Jos procesos de acumulación delcapital en las sociedades de hoy muy útil para sucomprensión, y articulado en tres conceptos funda­mentales: la «vida material», el «mercado» y el «ca­pitalismo».

Su interpretación del capitalismo mediante eluso de estos tres conceptos, la cual ha sido someti­da a la criba de numerosas críticas y otro tantos

258 PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLOC/A y SOCIEDAD

meritorios debates de consideración', puede breve­mente ser ilustrada mediante el esquema 2 s,

ESQUEMA 2- VIDA MATERIAL, MERCADO Y CAPITALISMO

CAPITALISMO

MERCADO

VIDAMATERIAL

A) La «vida material» incluye «las estructurasde la vida cotidiana», es decir;la "otra mitad informal de la actividadeconómica, la de la autosuficiencia,de la permuta de los productosy de los servicios en un radio de acciónmuy corto» 9

Este aspecto es claramente el mayor y el más im­portante en la vida de toda formación económico­social y conserva, incluso en los países más «desa­rrollados», todos esos caracteres de interacción en­tre las diferentes funciones ya señaladas. Sudesaparición equivaldría a la desaparición de la for­mación económico-social, y no podría ser causada,como hemos indicado anteriormente, más que porsu homologación en el seno de otra formación o porsu colonización.

Además de a la vida familiar y a la de las comu­nidades, pertenecen a la «vida material» importan-

1 Valga para todos el Congreso «Jornadas Fernand Brau­del», celebrado en Chéreauvallcn los 18, 19 Y 20 de octubre de1985 cuyas actas han sido publicadas en el volumen BraudelFernand 1986, Una íezione di storia, Piccola Biblioteca Einaudi,Tormo.

• Para una breve pero eficaz introducción al trabajo de Fer­nand Brudel, véase del autor 1977, La dinamica del capitalismo,Il Mulino, Bologna.

"Braudcl Fernand [1979] 1982, Le strutture del quotidiano.Civilta materiale; Economía e Capitalismo (secoli XV-XVllI), vol.1, Einaudi, Tormo: XX

Page 238: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

tes funciones económicas: el don, la permuta, laeconomía natural y mercantil simple. Aun siendo elsector más importante, la base de toda sociedadexistente, todavía es considerado por los economis­tas y por los políticos como sector residual. Su con­tribución al Producto Mundial Bruto ni siquiera esregistrado. Es totalmente ignorado por el capital entodos los compromisos de inversión y de desarrollotecnológico. Sus atribuciones sólo son recordadascon respecto a los crímenes (por la policía), a la eva­sión fiscal (por los políticos) y al trabajo negro (porlos sindicatos), No obstante. hay que dar fe de laconstatación de que se trata del único sector basa­do en la autosuficiencia y en el desarrollo policén­trice, y por tanto que constituye la indispensablecuna de nacimiento y la permanente protección dela sociedad civil.

B) El «mercado»

El origen de los mercados en las formacioneseconómico-sociales fue determinada por el incre­mento de los intercambios -entre aldeas, pueblos,ciudades- y por las formas de organización y espe­cialización de la actividad productiva. Los merca­dos nacieron de la necesidad de reglas para la pro­ducción, para el intercambio y para la competencia,y su amplitud varía de época en época, de sociedaden sociedad.

Paralelamente al crecimiento y evolución delmercado, las exigencias sociales dan origen y vida afunciones públicas en esferas de actividad propias ala vida material: la instrucción, la sanidad, la justi­cia, la autodefensa. etc. Tanto el mercado como elestado crecen así u-as el estímulo de las nuevas ne­cesidades de la sociedad que no son inmediatamen­te absorbidas por la vida material o que ocupan es­pacios y funciones de ésta para garantizar criteriosde equidad y eficiencia. El mercado y el estado ín­traducen criterios de transparencia y reglas de com­portamiento que intentan introducir y administrarsegún determinados criterios de «interés público»,yeso es verdadero tanto en los sistemas liberales,en los cuales el mercado está gobernado por el be­neficio y por los precios, como en los sistemas so­cialistas, en los que el mercado está regulado porlos objetivos y por el plan.

C) El «capitalismo»

Tanto el mercado como el estado, por su papelde fijar y administrar las reglas de convivencia eco­nómica y social. se convierten rápidamente en ins­trumentos importantes de poder. La idea de la neu­tralidad del poder respecto a los intereses particu­lares surge de exigencias buenas y reales peronunca ha sido aplicada a la realidad. También aqué­llos que la formularon. desde los pensadores libera­les de la Ilustración en adelante, se han servido deella de modo instrumental.

En efecto, sostuvieron en primer lugar el prima­do de la libre competencia y de la elección indivi­dual para debilitar el poder político de la Iglesia (ellaicismo como «princípio») y el de las viejas clasessociales (¡el principio de «igualdad-I). Luego, trasapoderarse del «estado», sostuvieron el "primadode la política» y de los «intereses nacionales» paradebilitar el poder de las corporaciones y de las cla­ses sociales. Por último, en la época actual, adquiri­do el control de los mecanismos del poder econó­mico a escala mundial, afírman el «primado de laeconomía» y de la «globalizaclón». Con esta «evolu­ción" el capitalismo se ha insertado en el mercadoy en el estado, prevaleciendo, finalmente, sobre losdos.

Las extraordinarias dotes de movilidad del capi­talismo entre sectores de actividad y entre paíseshan sido puestas de manifiesto tanto por la investi­gación marxista como por los historiadores. Escri­be Femand Braudel:

"El capitalismo es, por su naturaleza, coyuntu­ral, es decir, se desarrolla con relación a las presio­nes ejercidas por las fluctuaciones económicas. To­davía hoy su mayor fuerza reside en la facilidad deadaptación y de reconversión» ".

"Para construir sobre fundamentos sólidos lapropia fortuna y el propio poderío, el capitalismo seapoya sucesiva o simultáneamente en el intercam­bio local, la usura, el comercio a larga distancia, en

lO Braudel Fernand [1979J 1982, Le strutture del quotidiano.Civilita materíale, Economía e Capitalismo (seco/i XV-XVIII),vol. I. Eínaudí, Torino: XX: 63.

PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLOGfA y SOCIEDAD 259

Page 239: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

la venialidad de las cargas administrativas, en la tie­rra (...], en la propia sociedad» 11.

El capitalismo, así pues, florece sobre la econo­mía de mercado y en el sistema político liberal, pe­ro, apropiándose de los mecanismos de poder, tur­ba las funciones de las formaciones económico-so­ciales de reforzamiento, de eficiencia y de transpa­rencia. Desde el momento de su afirmación tiendea liberarse de la envoltura en la que nació, inten­tando ocupar los sectores del mercado y de la vidaque le son útiles y expulsar fuera de él a los demás:es decir, emprende el camino del desarrollo alejan­dose cada vez más de las necesidades de las Iorma­ciones económico-sociales en las que se ha inserta­do. Advertencias en el sentido arríba indicado ha­bían venido tanto de la investigación económicaburguesa como de la marxista.

Las consideraciones sobre«paises desarrollados» de Gunnar Myrdal

En el ámbito de la investigación económica bur­guesa, Gunnar Myrdal levanta en numerosas oca­siones fuertes interrogantes sobre la posibilidad dela ciencia económica y de las ciencias sociales engeneral de formular juicios «objetivos», y por tantoneutrales, con respecto a los diferentes ideales polí­ticos y morales.

«Esta creencia implícita en la existencia de uncuerpo de conocimientos científicos adquiribles in­dependientemente de todo juicio de valor no es, se­gún mi opinión actual, más que un ingenuo empi­rismo»".

Él parte de un examen crítico del concepto «cen­tral» de Producto Interior Bruto (PIB) y de su inade­cuación para dar cuenta de la dinámica de las eco­nomías capitalistas, frente a lo afirmado por la teoríaneoclásica del equilibrio. Su contribución se desa-

11 Braudel Fernand [1979] 1982, Le strutture del ouotídiano.Civilitil. materíale, ECOIlOII1ia e Capitalismo (secoli XV·XVUI),vol. I, Einaudi, Tormo: XX: 69.

v Myrdal Gunnar [1953] 1981, L'eiemento politice nello svi­luppo della leona economica, Sansoni Editore, Firenze: XVIII.

260 PARA COMPRENDER CIENCIA. TECNOLOGIA y SOCIEDAD

rrolla a lo largo de dos líneas que, si bien no necesa­riamente cronológicas, son lógicamente sucesivas.

En la primera, elaborada sobre todo sobre la ex­periencia de los «países desarrollados» y del Estadodel Bienestar, introduce las distinciones entre facto­res «económicos» y «no económicos», y entre elconcepto de «crecimiento económico» y el de «de­sarrollo» ".

El concepto de «crecimiento económico», medidopor el PIB, estaría vinculado a los factores «econó­micos», «mientras que el desarrollo representa otra ymás amplia categoría». que incluye los factores «noeconómicos». Acerca del «desarrollo» escribe:

«Por desarrollo entiendo el movimiento ascen­dente del sistema social en su conjunto. Con otraspalabras, no sólo están implicados la producción, ladistribución del producto, los modos de produc­ción, sino también los niveles de vida, las institu­ciones, las actitudes y las políticas. Entre todos losfactores en este sistema social transcurren interre­laciones causales. También en los países desarrolla­dos los coeficientes de las interrelaciones entre losdiferentes factores en el sistema social son en granparte desconocidos y, de todos modos, no disponi­bles de forma exacta. Sólo por esta razón, la posibi­lidad de elaborar un índice del desarrollo en tal sen­tido no está todavía al alcance de la mano» 14.

Los numerosos problemas no resueltos de«mensuracíón» y de «cálculo» para realizar estasintegraciones a las que se refiere Myrdal han sidoletales para las experiencias de Estado del Bienes­tar. El recurso al paradigma de las «imperfeccionesdel mercado» lleva la base de cálculo a la del «rner­cado capitalista». con resultados en contradiccióncon los objetivos de partida.

Se ha constatado así que en lugar de «humaní­zar» las reglas de funcionamiento del mercado, és­te integra y, por lo tanto, deshumaniza las reglas defuncionamiento de aquellos sectores de la vida eco-

" Myrdal Gunnar [1957] 1966, leona económica e paesi 50t­tosviluppatí, Milano. Myrdal Gunnar 1975, «Cresclta e svilup­po> in Controcorrente, Laterza, Roma-Bari: 191-206.

"Myrdal Gunnar 1975, «Crescíta e sviluppo» in controco­"ente, Laterza, Roma-Bari: 199.

Page 240: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

nómica, social y política que habían permanecidofuera de él.

Aquello que en los programas se presentabacomo un intento de «desmercantíftcacíon» de sec­tores importantes de la actividad productiva se hatransformado en su contrario. Los bien conocidoslímites e insuficiencias en la aplicación de esteplanteamiento -en el cálculo «costos-beneficios»o en la "planificación social--. pueden dar fe deello.

Las consideraciones sobre"países subdesarrollados» de Gunnar Myrdal

La segunda línea de investigación, se plasma enel contacto creciente de Myrdal con las experienciasde los "países subdesarrollados» para los cuales, co­mo él observa: «todos los puntos criticas planteadosmás arriba son pertinentes, algunos más queotros» ".

'.\ Myrdal Gunnar 1975, «Crescita e eviluppc» in Coruroco­rrente, Laterza. Roma-Bari: 204.

Él se hace portavoz de una dirección en el aná­lisis de tipo «institucional que incluye no sólo laproducción y la distribución del producto, los mo­dos de producción, sino también los niveles de vi­da, las instituciones, las actitudes y las políticas».Por último, planteó dudas en torno al propio«ideal de modernización usado como premisa devalor» en las investigaciones sobre «países retrasa­dos» 16.

Su contribución se inscribe en la rica línea de la«autocrítica del economista» de la que existen nu­merosos testimonios 17. La importancia de Myrdal yde la contribución de la Escuela Escandinava en lacrítica a la economía neoclásica reside en los inten­tos de aplicación de estos análisis a la política eco­nómica, no sin éxitos en la lucha contra las «irnper­fecciones» del mercado.

Pero la fidelidad al planteamiento reformista yfuncionalista (eel socialismo funcíonal») hace per­der radicalidad a los contenidos culturales del men­saje, refrenados en las mallas de la economía capi­talista incluso en los momentos más felices de surecorrido, que serán posteriormente expulsados co­mo cuerpos extraños en los años 80 y 90.

Lo que ha esterilizado la contribución de la Es­cuela Escandinava es el haber permanecido ligada,pese a las advertencias de Myrdal, en las «interrela­ciones» entre los diferentes factores, a una lectura«institucional» del desarrollo; el haber adquiridocomo verdadera y no ya ideológica la separaciónentre política y economía, entre ética y política: el

" Mvrdal Gunnar [1968] 1971, Saggio sulla povertá di undi­ci paestasiancí, 3 vol., Il Saggiatore. Milano. Para profundizarla metodología y las propuestas de Myrdal son de particular ín,terés los apéndices al tercer volumen.

"Caffe Federico (ed.) 1975, Autocritíca dell'economista, La­terza, Roma-Bari. El libro contiene numerosas contribuciones,entre las cuales: Leontief Wassily 1971, «Theoretical Assump­tions and Nonobserved Facts», American Economic Review,mans: 1-7. Brown Phclps E,M. 1972, «rhe Underdevelopmentuf Economícs». Economic Ioumaí, marts. Wurswík G.D,N.1972, «Is Progress in Economic Science Possible?», EconomícJournal, marts: 73-86. Kaldor Nichclas 1972, «The Irrelevanceof Equilibrium Economics», Econornic Ioumaí, december:1237-55.

PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLOG/A y SOCIEDAD 261

Page 241: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

haber absorbido la idea de progreso basada en elmito del bienestar y de la tecnología 11.

Las consideracionessobre el capitalismo de William Kapp

La línea del «costo social», definida como «de­masiado ecléctica» por Gunnar Myrdal. ha propor­cionado contribuciones de notable fuerza, tanto enel análisis como en los instrumentos de interven­ción en la economía de mercado.

Partiendo de motivaciones y de un planteamien­to basados sobre los conocidos conceptos de «exter­nalídad» y de una medición pragmática y a menudopuntillosa de las «economías externas» y «disecono­mías externas», esta línea ha proporcionado contri­buciones radicales que, en muchos casos, no se hanlimitado a las políticas de contención y de compen­sación de los «costos sociales» sino que han puestoen el banquillo de los acusados a aspectos estructu­rales del modo propio de funcionar del capitalismo.

El mensaje central de la contribución de K.W.Kapp define el capitalismo: «como una economíade costos no pagados», es decir; que no son pagadospor los empresarios, sino desviados: «hacia terceraspersonas o hacia la colectividad», levanta grandesdudas sobre aquello que siempre ha sido considera­do como el punto fuerte de su dinámica y legilima­ción. es decir, la eficiencia y la productividad 19.

IH Gunnar Myrdal ha reivindicado frecuentemente su perte­nencia a las grandes lineas del pensamiento burgués e ilustra­do. Acerca de su breve encuentro con el marxismo ha escrito:«todas mis rafees caían en [a filosofía ilustrada y los primerosautores socialistas franceses e ingleses habían ejercido sobre mIuna influencia mucho más fuerte. A diferencia de Marx, los so­cialistas «utópicos» eran planificadores [...] Tendría quizá'> queañadir que mi apego a [os ideales fundamentales y a los valoresde la Ilustración -paz, libertad, igualdad, fraternidad- no resul­tó debilitado por ello». in Myrdal Gunnar [1972] 1981, -Prefa­cío» a L'elemento politice nellu sviluppo della teona economice,Sansoni Editore, Firenze: IX.

"Para un preciso examen de esta línea, véase Caffe Fedet-i­ca 1981, «Calcolo individuale e calcolo sociale nelle scclte di po­litica económica» in Caffe Federico 1981, Lezioni de Políticaeconomíaa, Capirolo 3. Boringhicri. Torino: 39-65.

262 PARA COMPRENDER CIENCIA. TECNOLO(;IA y SOCIEDAD

Las consideraciones sobre el capitalismode John Maynard Keynes

Keynes observó y estudió las experiencias delperíodo de la «gran crisis», afrontó explícitamentelos problemas del «desarrollo» y anticipó muchasde las problemáticas más recientes: la creciente de­formación del capitalismo causada por su simbio­sis con el capital financiero (da regla autodestruc­tiva del cálculo ñnanciero») 20; la devastación de lanaturaleza y la escisión entre economía y ambien­te (eLa propia regla autodestructiva del cálculo fi­nanciero gobierna todo aspecto de la vida. Proba­blemente seremos capaces de detener el sol y lasestrellas porque no nos dan ningún dividendo»)"];la imposibilidad para los mecanismos de mercadode garantizar una repartición equitativa de los ré­ditos, del trabajo y de la riqueza (eLos defectos másevidentes de la sociedad económica en la que vivi­mos son la incapacidad de proporcionar un plenoempleo y la distribución arbitraria e inicua de lasriquezas y de los réditos») 22; la necesidad de la so­cialización de las inversiones (e Creo por ello queuna socialización de una cierta amplitud de la in­versión será el único medio para permitir que nosacerquemos al pleno empleo») 23; la exigencia deuna reforma institucional integrada con la nuevaeconomía basada en el concepto de «democraciaeconómica»; y, por último, la conciencia de la uni­dad del proceso de acumulación económica y so­cial.

Keynes subrayó repetidamente su idea de la ne­cesidad de adecuar las características del sistemaproductivo a las necesidades del empleo y de la in­serción de los ciudadanos en el propio sistema pro-

'0 Keynes John Maynard 1933, «Autosufficienza nazionalc»,in Keynes 19R3, Come uscíre della crísi, P. Sabbatini (ed.}, La­terza, Rorna-Bart: 102.

2l Kcynes John Maynard 1933, «Autosufficienza nazionale»,in Keyncs 1983, Come uscire della crisi, P. Sabbatini (ed.). La­terza, Roma-Bat-í: 102.

11 Keynes John Maynard [1936]1963, Occupazlone, interessee moneta. Teoría genera/e, UTET, Roma, Capitolo XXIV: 331.

"Keynes John Maynard [1936]1963, Occupazione. interessee moneta. Teoría generaie, UTET, Roma, Capitolo XXIV: 336.

Page 242: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

ductivo, contra las ilusiones, cultivadas aún hoy, dela posibilidad de gestionar las diferentes áreas (pro­ductivas o no) según cánones diversos 14.

En este punto central de su pensamiento se da laescisión entre el «keynesianismo bastardo» dedica­do a reconducir la propuesta keynesiana en los ti­rantes del mercado capitalista, y el keynesianismoradical, dispuesto a salir de él.

Como conclusión se puede afirmar que todas lasteorías evocadas de la investigación económica bur­guesa han fracasado: la «escuela escandinava» y ladel «costo social" han fracasado a pesar del bajo ni­vel de ambición de sus reformas teóricas y políticasque han propuesto y perseguido, ya que éstas, ins­critas en la lógica del mercado capitalista. no hanpodido producir modificaciones significativas delpropio mercado; la keynesiana ha fracasado pese alalto nivel de sus ambiciones teóricas y políticas dereforma, ya que éstas estaban dirigidas a modificardemasiado significativamente las formas de funcio­namiento del mercado capitalista y la propia es­tructura del poder. Estas estrategias, por ello, nopueden ser replanteadas sin una sustancial reelabo­ración que tenga en cuenta, entre otras cosas, lanueva manera de ser del capitalismo y de la desa­parición de los sujetos que han sido las fuerzas so­ciales sobre las que Se basaban los «experimentospolíticos y económicos" de la escuela económica«burguesa» .

Las consideraciones sobre el capitalismode los economistas marxistas

Acerca del problema del «desarrollo» también seha confrontado la investigación marxista que hapercibido, no sin violentas sacudidas internas y di-

"En esta ilusión incurren también intentos generosos diri­gidos a la valorización del «tercer sector» o del área del «volun­tariado» (Archibugj Franco 1993, 111Sigh/s ínto Euorpean Cohe­sien, EC Commisston, DG XXII, Bruxellesl y las numerosaspropuestas de solución del problema del paro' basadas en «tra­bajos socialmente útiles» (Lunghini Giorgio 1995. Ceta dellospreco. Disoccuposione e bisogní socíali, Bollati Bor-inghieri, To­rinn).

visiones nunca completamente superadas, que laexplicación de las aparentes paradojas y contradic­ciones tuviera que ser buscada con un análisis másatento de los procesos en curso y de las modifica­ciones que se han producido en el proceso de acu­mulación capitalista 2.1.

Dos son los nudos del debate marxista, que aquíse ponen de manifiesto, si quiera brevemente:

1) La contribución teórica dirigida a la localiza­ción de las nuevas [ormas asumidas por el proceso deacumulación capitalista en la segunda postguerra, esdecir, entre las exigencias de crecimiento del capita­lismo y las de la sociedad.

Las novedades que aquí se indican tienen quever con la disminución de las condiciones funda­mentales que hacían del capitalismo una forma,aunque sea particular, de desarrollo de las socieda­des y del sistema productivo manteniéndolo, noobstante, todavía en su ámbito.

Ya en la fase del «capitalismo monopolista» seproporcionaron numerosas pruebas de este cambioy se planteó la necesidad de una reelaboractón teó­rica del pensamiento marxista.

Paul Baran y Paul M. Sweezy se hicieron cargode ello en los años sesenta revalorizando la impor­tancia de la distinción entre «plusvalía» capitalistay «surplus» social U"

Más allá de las numerosas discusiones." alimen­tadas por esta propuesta teórica, ella anticipó el ca­rácter nuevo de la forrna de ser de la acumulacióncapitalista y de la relación entre capitalismo y so­ciedad que ha adquirido gran actualidad en la fasedel capitalismo triádico.

" Sofrí Giani 1979, JI modo di produzione asia/ieo - Storia diuna controversia marxista, Einaudí. Torino. Melotti Umberto1972, Marx e il Tazo Mondo. Per uno schcina multilineare del/aconcezione marxiana dello sviluppo storico, Il Saggiatore. Mila­no.

<Baren Paul & Sweezy M. Pau11968, Il capitale manopolís­tico, Einaudi, Torino.

"Bona Franco (ed.) 1971, Sul capitule monopolistico, DeDonato Editore, Ban.

PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLOG/A y SOCIEDAD 263

Page 243: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

La novedad a la cual nos referimos concierne ala creciente disminución de las condiciones funda­mentales que hacían del capitalismo una forma par­ticular, pero siempre una forma, de desarrollo delas sociedades, y del sistema productivo capitalistaun sistema eficiente y autorreproductivo.

En el período del capitalismo competitivo es po­sible que se verifique un uso «óptimo» de los recur­sos, prescindiendo de consideraciones «distributi­vas», de modo que se puede afirmar que la «plusva­lía» realizada por los capitalistas representa elpotencial productivo expresado por una sociedad ymide la acumulación real de los medios de que sedisponen (eel surplus»).

La desaceleración de estas funciones y la ten­dencia al crecimiento de su carácter «improducti­vo», su redescubrimiento de las funciones parasita­rias y de renta que había combatido en sus oríge­nes, la ruptura de toda relación entre «valor de uso»y «valor de cambio», hacen del capitalismo un sisotema que en primer lugar sofoca la propia econo­mía de mercado que había constituido su cuna (del«capitalismo competitivo» al «capitalismo monopo­lísta»). y luego transforma el desarrollo en su con­trario (con el «capitalismo rriédíco»). tanto en lassociedades más industrializadas como en el restodel mundo.

2) Los estudios sobre formaciones económico-so­ciales dedicados a precisar las relaciones históricasexistentes entre «formaciones económico-social»,«forma de producción», «sistemas productivos».

Se trata de contribuciones, nacidas de la necesi­dad de precisión teórica que está motivado por eldebilitamiento de los aspectos más originales yfuertes de la investigación marxista, al estudio de lainteracción de los factores que constituyen la socie­dad -la caracterización de las categorías de fuerzasproductivas y relaciones sociales- causado por laconfluencia en ella de investigadores y comentes dederivación burguesa. Los errores en los que ha caí­do el marxismo con el «economícismo». el «subjeti­vismo» (el «primado» de la «economía», de la «cul­tura», de la «política», etc.) son debidos a la infil­tración de esta interpretación burguesa en lahistoria del marxismo.

264 PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLOclA y SOCIEDAD

La referencia más pertinente es el debate abier­to en Italia por Emilio Sereni en los años 70, que re­proponía la necesidad de precisar los conceptos cla­ves del marxismo para el estudio de la sociedad co­mo el de «formación económico-social», «forma deproducción», etc. ~5.

En el fondo de la contribución de Serení. que re­valoriza la importancia del concepto de «formacióneconómico-social» respecto al de «forma de pro­ducción» y la necesidad creciente de mantenerlosdiferenciados, está la caracterización del cambiodeterminado en la historia del hombre con el desa­rrollo del capitalismo.

Nace de aquí la percepción de un nuevo dualis­mo: entre «modernización capitalista» y «moderni­zación de la sociedad» que Sereni aplica coherente­mente al desarrollo italiano.

Significativo, el debate sobre el problema de lamodernización capitalista de la agricultura italianasostenido en los años sesenta entre Emilio Serenipor una parte y Manlio Rossi-Doria y Rosario Ro­meo por otra, estos últimos sostenidos también pormarxistas como Camilla Daneo y Vittorio Foa 19.

Mientras que Sereni sostenía la importancia deun desarrollo en el campo basado en sistemas deconducción (explotación familiar), de producción yde consumo apropiados a los caracteres (naturales,culturales y sociales) del territorio 3Q. Rossi Doria yRosario Romeo afirmaban la necesidad de la mo­dernización capitalista de la agricultura según las

" Sereni Emilio 1970, «Da Marx a Lenin: La categoria for­mazione economíco-socíale», in Critica Marxista n. 4: 29-79. Aldebate que le siguió participaron, entre otros, Valentino Gerra­tana, Maurice Godelíer, Philippe Herzog, Georges Labica, etc.Para un pequeño resumen, véase Sofr-i G. 1979, /l modo di pro­duzione asiatico - Storia si una controversia marxista, Einaudi,Torino.

" Para estas posiciones véase Atti del convegno economicedell'istituto Gramscí 1962, Tendenre del capitalismo italiano,Editori Riunití, Roma: vol, 1; Y Daneo Camilla 1964, Agricoltu­ra e sviluppo capítalistico in ltalia nel decennio 1951-1960, Edí­zioni Avanti, Milano.

lO Serení Emilio 1956, Vecchio e nuovo nelle campagne ita­líane, Editori Riuniti, Roma.

Page 244: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

formas asumidas en otros países (Estados Unidos yEuropa del Centro y del Norte). Es decir, habríabastado separar «el hueso» de la «carne» para hacerposible una «modernización capitalista» ventajosapara todos JI.

Estas últimas son posiciones que han sido poste­riormente incorporadas a las políticas agrarias de laComunidad Europea. El resultado es bien conoci­do: el «hueso» ha sido arrojado y con él las condi­ciones de existencia de millones de campesinosobligados a la emigración o a la miseria, mientrasque la «carne» ha sido exportada a los países de laEuropa dcl Centro y del Norte donde artificialmen­te se han recreado condiciones de producción«competitivas» con respecto a las de los productosmediterráneos. Tanto la agricultura italiana comola familia campesina se han convertido así en fac­tores residuales del desarrollo.

Mientra.s que en todas las épocas históricas pre­cedentes, y aún en las sociedades todavía no some­tidas a la «gran transformación» del capitalismo, la«forma de producción» constituye el núcleo centralde la sociedad, que genera y alimenta todas sus fun­ciones, y puede, pues, considerarse homónimo de la«formación económico social» (razón por la cualMarx solía usar de modo indiferenciado estos con­ceptos), el capitalismo introduce una creciente esci­sión entre "forma de producción" y "formacióneconómico-social», de modo que el éxito de la pri­mera se convierte en la extinción de la segunda y el«desarrollo» de la primera en el «subdesarrollo» dela segunda.

La relevancia política de estas tesis en el debateitaliano de la postguerra es debida al hecho de queéstas permitieron contestar, aunque no poner fin, ala carrera de los marxistas y de la izquierda tras lamodernización capitalista, que ha hecho de ellosunos de los más encendidos defensores del econo­micismo, del determinismo tecnológico, que les hainducido a escoger el darwinísmo shumpeterianofrente al humanismo de Keynes.

" Manlio Rossí-Doria 1958, 10 anni di política agraria rielMezziogiomo, Edizioni Laterza, Bari.

Para una teoría del desarrollo policéntríco

Contribuciones recientes

Los hechos del último veintenio han provocadoentre los organismos políticos y las instituciones lanecesidad de revisión del concepto de «desarrollo",adaptándolo a diferentes sistemas económicos yproductivos. Los intentos acometidos van en la di­rección de encontrar una alternativa al PIB comoindicador del nivel de desarrollo socio-económicode un país.

El concepto de «desarrollo sostenible" se originapor la simple pero grave constatación de la ausen­cia en el concepto de «desarrollo» del problema dela protección del ambiente y hoy extendido a com­prender la necesidad de reconquistar la unidad delas formas y funciones de las comunidades.

En la misma dirección se dirigen los intentoshechos por la UNDP a partir de 1990 con la intro­ducción del concepto de «desarrollo humano", ba­sado en un índice que incluye la «longevidad", el«nivel de educación» y el «nivel de vida». A mi mo­do de ver, los límites teóricos de estos intentos sedeben a la pretendida universalidad y objetividadde los criterios de análisis y de los standards adop­tados, desunidos «obviamente», por las experien­cias de los países «occidentales». frente a la necesi­dad del planteamiento policéntrico que aquí se de­fiende.

Contribuciones a la elaboraciónde un modelo policéntrico de desarrollo

Mis primeras elaboraciones teóricas para unmodelo policéntrico de desarrollo nacieron en el curoso de los años 70, del estudio de los caracteres asu­midos durante el proceso de industrialización porla evolución de las diferentes sociedades europeas.La razones de estas diversidades, que han dado ori­gen a varios modelos de desarrollo (el Modelo Es­candinavo, el Modelo del Sur de Europa, el ModeloAlemán, el Modelo Francés, etc.) han sido caracte­rizadas en los diferentes vínculos que se vienen a es-

PARA COMPRENDER C/ENC/A, TECNOLOGtA y SOCIEDAD 265

Page 245: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

tablecer entre [armas de industrialización, estructu­ras político-institucionales, historia de las clases so­ciales y culturas nacionales.

Este primer esquema teórico, útil para un análi­sis comparado de los sistemas socio-económicos,ha sido recientemente desarrollado en un esquemaútil para el análisis de las sociedades individuales,que vincula correctamente el esquema de análisisteórico con el institucional, es decir, con la caracte­rización de las políticas y de los sujetos.

Un sistema de desarrollo policéntrico implica elreconocimiento que los modelos de industrializa­ción y de crecimiento económico introducidos enalgunos países europeos y en presencia de específi­cas condiciones históricas (colonialismo, imperia­lismo, erc.) no puede ser mantenido. El problemaes, por ello, cómo salir del actual «círculo vicioso»del «crecimiento sin desarrollo» alimentado por unmodelo eurocéntrico para entrar en el «círculo vir­tuoso» del co-desarrollo.

De la cooperación al ca-desarrollo

El ca-desarrollo del policentrismo es diferente dela cooperación del eurocenrrísmo. El eurocentrismointroduce obviamente formas de cooperación entreáreas o estados, pero sin modificar las relacionesrelativas existentes entre las partes. Así pues, ade­más de conservar una relación de dependencia, blo­quea las nuevas posibles formas de articulación dela dinámica económica global hacia nuevas formasde especialización productiva. El co-desarrollo tien­de, mediante las relaciones de intercambio entre re­giones y meso-regiones, a acrecentar el volumen to­tal del producto y de la utilidad social que puede seralcanzada y, al mismo tiempo, a permitir el libre de­sarrollo de formas diferentes de especialización quecorresponden a diferentes formas de organizaciónsocial.

"Ca-desarrollo significa que los grupos sociales,las ciudades y los países que forman parte de unaregión integrada o en vías de integración, compar­ten objetivos comunes para el desarrollo en el ínte­rés general de las poblaciones de la región e intro­ducen reglas, instituciones, mecanismos y recursos

266 PARA COMPRENDER CIENCIA. TECNOLOGJA y SOCIEDAD

necesarios para el logro de los objetivos prefija­dos» ".

El logro del objetivo del co-desarrollo requiere laconcatenación de los factores necesarios para elfuncionamiento de una sociedad en la cual los cri­terios de equidad y de eficacia no sólo se vinculanfelizmente, sino que constituyen el andamiaje nece­sario para la realización del desarrollo polícéntrico.

El Primer diamante del desarrollopolicentrico

El Primer diamante del desarrollo policéntrico(Esquema 3) ilustra esta forma de representaciónque pone en primer plano la necesidad de enraizarlos sistemas productivos al territorio y a las pobla­ciones que en él viven.

La forma del «diamante» J3 expresa la imposibili­dad de escisión de estos cuatro factores. El desarro­llo policénrríco. pues, contrariamente a las posicio­nes corrientes que se limitan a introducir consí­deraciones «ambientales» o de «externalídad» alcrecimiento económico, redescubre el valor de lainteracción entre estos factores y su imprescindibleunidad. Es bien conocido que la característica cen­tral de la globalización triádica es la separación delos sistemas productivos del territorio, de las pobla­ciones y de las instituciones, considerada como unade las premisas esenciales para la eficiencia. La de­finición de desarrollo policéntrico aquí aplicada ex­presa exactamente lo contrario de todo ello y recu­pera, no en el plano terminológico sino estructural,la unidad entre forma y contenidos.

El peso de los diferentes factores puede variar enel interior del diamante por el aumento del peso re-

"Petrella Riccardo & Saussay Philippc }993, Living toghet­her. Reshaping science and technology prioruies to serve the basicneeds and aspirations of 8 billion people, FAST-DG XII, Euro­pean Communíty. Bruxelles: 39.

_H La forma del «diamante» como forma de representaciónde las interdependencia ha encontrado ya una feliz aplicaciónen el texto de Miche1 Porter sobre las «ventajas competitivas delas naciones». Mi uso es alternativo (o mejor. opuesto) al dePortero aunque utiliza el mismo medio de ilustración.

Page 246: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

REESTRUCTURACIÓN DE LOSSISTEMAS EDUCATIVOS Y DE SERVICIOS ELA FORMACIÓN SERVICIOS E INFRAESTRUCTURA

INFRAESTRUCTURAS

\COOPERACIÓN HORIZON1i\L ENTRE LOS /

ORGANISMOS PÚBLiCOS. LAS UNIVERSIDADES,LAS o.N.G. Y LAS ORGANIZACIONES SINDICALES

El planteamiento institucional, y por tanto, gu­bernamental elegido previamente se relaciona conlas formas más avanzadas de planificación territo­rial con las siguientes cualificaclones:

* es realizado «desde abajo» y de modo «trans­versal» con respecto a las áreas implicadas;

* consiste en una capacidad de gobierno vincu­lada con la complejidad de los problemas y con elpluralismo de los sujetos.

nes del éxito del proyecto: empresas y sus asocia­dos, organismos de desarrollo económico, asocia­ciones locales, etc.

Más allá de su percepción de los problemas, laestrategia propuesta consiste en orientarles haciauna concepción comunitaria del desarrollo polícén­tr-icoen tomo a proyectos precisos de partenariado,de cooperación y de intercambio. La dimensión me­so-regional debe hacer de marco institucional parala protección y la evolución de las diferentes formasde sistemas productivos existentes.

El hilo conductor es que sólo mediante una pla­nificación económica y social, coherente con losprincipios expuestos por el Primer diamante del de­sarrollo policéntrico, es posible realizar una sólidabase para un diseño de desarrollo sostenible de losrecursos ambientales, humanos y productivos.

La ilustración de los aspectos institucionales delca-desarrollo está ilustrada en el Segundo diaman­te del desarrollo policéntrico (Esquema 4).

ESQUEMA 4 - EL SEGUNDO "DIAMANTE DELDESARROLLO POLICÉNTRICO

lativo de algunos de ellos. Pero la ausencia de unode ellos del modelo, o su fuerte debilitamiento, pro­voca una desconexión que anula las posibilidadesde logro del objetivo prefijado, las condiciones mis­mas de la existencia de la sociedad.

ESQUEMA 3 - EL PRIMER "DIAMANTE DELDESARROLLO POLICÉNTRICO

-> TERRITORI~

SISTEMA PRODUCTIVO INSTITUCIONE~

~ POBLACIÓN~

El segundo diamante del desarrollo policéntrico:la ca-determinación como nueva forma de gobierno

Nuevas formas de desarrollo requieren tambiénnuevas formas de gobierno con mayores niveles departicipación de la cooperación eurocéntrica. Poresta razón, al ca-desarrollo debe corresponder la co­determinación a nivel de las unidades regionales yentre las diferentes regiones del mundo

"Ca-determinación significa que el sistema ope­ra sobre la base de complejas y diversificadas for­mas de participación popular en las decisiones delproceso de planificación que concierne a las priori­dades del desarrollo, la repartición de los recursosmateriales e inmateriales y, por último, la valora­ción de los resultados de las acciones y de las polí­ticas emprendidas» 34.

Los sujetos públicos no sólo son las colectivida­des locales afectadas o los representantes del esta­do. Se trata de asociar los ambientes de la forma­ción, instrucción e investigación, las institucionespúblicas y ladas las autoridades responsables de lagestión y del desarrollo de estas áreas. La moviliza­ción de los sujetos privados es una de las condicío-

." Pctrella Riccardo & Saussay Philippe 1993, Living toghet­her. Reshapi¡¡g scíence and tec!lIlology prioritíes lo serve the basteneeds G/Idaspírations uf 8 billion people, FAST- DG XII, Euro­pean Community, Bruxelles: 39.

/GESTIÓN DEL TERRITORIO

ESTRATEGIAS DE DESARROLLO ~SOSTENIBLESA NIVEL REGIONAL Y

LOCAL

PARA COMPRENDER CIENCIA. TECNOLOG1A y SOCIEDAD 267

Page 247: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

'1< es «transversal» entre los sectores pero con­centrado en el territorio en el ámbito de sus especi­ficidades.

El territorio meso-regional es un nivel apropiadode reflexión y de intervención puesto que:

'1< permite la movilización de los sujetos públicosy privados del desarrollo en una empresa partena­rial, pero al mismo tiempo pennite sinergias másamplias que corresponden a las nuevas necesidadesde utilización de tecnologías estratégicas para laprotección y el desarrollo de los sistemas producti­vos locales;

'1< autoriza la construcción de proyectos precisosde desarrollo sostenible asociando las dimensiones

económicas, sociales, culturales y ambientales;

'1< puede servir de soporte a una planificaciónlocal construida desde una perspectiva participa­tiva;

'1< asocia las dimensiones exógenas y endógenasdel desarrollo en un proyecto de ce-desarrollo.

Un nuevo modelo de análisis del desarrollo y delco-desarrollo

La realización de los dos diamantes del co-desa­rrollo requiere modificaciones radicales en el para­digma económico dominante, basado sobre losprincipios y sobre la prioridad del mercado capita­lista. El cuadro siguiente proporciona una ilustra­ción resumida de ello.

El modelo de la economía de «mercado» El modelo de desarrollo y ce-desarrollo

- Variables independientes: - Variables dependientes:sistema de producción necesidades• capital • empleo• tecnologías • sistema de welfare

• migraciones• recursos naturales

- Variables dependientes: - Variables independientes:necesidades sistema de producción• ocupación • capital• sistema de welfare • tecnologías• migraciones• recursos naturales

Las necesidades y niveles de los mercados ricos y de los Las necesidades y niveles de las meso-regiones definen elpaíses más industrializados definen el «mercado». Su «mercado». Su satisfacción orienta las tecnologías y lacarácter «tríadíco» viene dado por el criterio de medida innovación. Su carácter policéntrico se manifiesta en losde la eficiencia sobre los resultados obtenidos en la criterios de eficiencia por los resultados obtenidos en lacompetición entre EU, Japón. Estados Unidos. Este cooperación y en el ce-desarrollo entre áreas y meso-modelo es eurocéntrico y está basado en un modelo regiones. El policentrismo tiene que ver tanto con losindustrial con tecnologías «high-tech». medios (las formas de la organización productiva y de la

participación al desarrollo meso-regional) como con losobjetivos (los modelos de desarrolloque, en Europa, sonpor lo menos los cuatro indicados en el cap. 8).

268 PARA COMPRENDER CIENC/A. TECNOLOG1A y SOCIEDAD

Page 248: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

26

Arte y Tecnologíaen el fin del milenio

(Reflexiones para una «Filosofía de la tecnología del arte)Iñaki Arzoz

"Porque verdaderamente no vivimosmás que de imágenes»

«Los Sonetos a Orfeo» (1922)Rainer María Rílke

1. ¿Tiene sentido reflexionar sobre arte contem­poréneo en el ámbito de la filosofía de la tecnolo­gía? ¿No sería más bien ésta una labor de la estéti­ca o de la historia del arte? Ambas preguntas pue­den parecen obvias dentro de una concepciónortodoxa de las disciplinas académicas. Sin embar­go, el estado de cosas del mundo moderno, marca­do bajo el signo de una espectacular hibridación,hace necesario contemplar ciertas aparentes para­dojas, cual es la de interesamos por la tecnologíapara comprender el arte al tiempo que interroga­mos al arte para entender la tecnología.

2. ¿Pero, esta situación irregular es de hecho tannovedosa? Si atendemos a la historia de la filosofíacomprobaremos que, desde su mismo comienzo,existió una común preocupación por las artes y lastécnicas. En griego, recordémoslo. «tecné» significaarte y Platón, en opinión de Scott Buchanan, «fa­moso por su teoría de las ideas, (...) debería serlo,igualmente, si no más, por su tecnología, su teoríade las artes. A lo largo de sus diálogos se muestra

fascinado por el origen de las ciencias a partir de lasartes» l. Incluso, un texto tan emblemático y funda­cional de la filosofía occidental como es su alegoríade la caverna, debería serlo también de nuestra «fí­losofía de la tecnología del arte»,

3. Lo que en su célebre metáfora era un mero ar­tificio imaginario, en nuestra época, es una realidadtecnológica incuestionable, que hubiera asombradoal filósofo por la fatal previsión de su fantasía. Aque­Hassombras chinescas sobre las paredes rocosas sonahora el cine, la holografía, la televisión, el video, lainfografta o la realidad virtual. Y como entonces, nosmantienen «esclavizados» lejos de la verdad, quemás que nunca es un mundo exterior sin mediacio­nes tecnovisuales. Resulta también sintomático de laoriginaria identidad artística de la tecnología, la cir­cunstancia de que haya sido la tecnología de nuestrosiglo la que haya construido finalmente la cavem~

platónica. Toda nuestra evolución tecnológica ha SI­do así un viaje especular a un modelo imaginario, ar­tístico. Y lo más sorprendente es que éste fuera esen­cialmente crítico con las artes visuales.

I Scou Buchanan, «La tecnología como sístema de explota­ción» en «Tecnología y Cultura», Barcelona, Gustavo Gilli,1978, p. 114.

PARA COMPRENDER CIENCIA. TECNOLOGJA y SOCIEDAD 269

Page 249: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

4. Al parecer, ya desde ese remoto comienzo,nuestra (sub)disciplina se muestra particularmenteproblemática. Es cierto que, como afirma Huxley «Elhombre de letras tiene el auténtico deber de buscarmedios vigorosos para expresar la naturaleza de latecnología y las crisis que ésta ha generado» l. Granparte de la narrativa de ciencia-ficción -de Orwell aNorman Spinrad- así lo ha creído, con la adverten­cia de sucesivas distopías, en las que las tecnologíasvisuales tenían una función primordial. Incluso, elhistoriador W. Warren Wagar, planteando la sugesti­va posibilidad de elaborar «historias del futuro»3 nosconfirma lo eficaz que puede ser introducir la fanta­sía especulativa en el pensamiento sobre la tecnolo­gía. De hecho, como ya preveía el gran novelista es­peculativo Stanislav Lem. y valga la redundancia, la«prognótica» será la ciencia del futuro. El problemasurge cuando sospechamos que toda profecía críticase puede convertir en un proyecto tecnológico.

5. Por mucho que disfracemos nuestros comenta­rios críticos sobre las nuevas tecnologías visuales dela más áspera teoría, implícitamente, estamos supo­niendo un estadio futuro de éstas. Y si criticamos elpresente desde la amenaza del futuro es porque sa­bemos de la irreversabilidad de éste nuestro hiper­tecnológico presente. Lo que en el conjunto de la fi­losofía de la tecnología es un espectro que recorre to­das sus categorías. minando constantemente susbases epistemológicas, en el ámbito de 10 visual-ar­tístico, constituye un grave problema de partida. Sinuestras criticas no son directamente ignoradas,pueden correr un riesgo peor: ser asimiladas comocoartadas éticas del proyecto tecnológico. De cual­quier manera, nuestro pensamiento sobre lo tecnoló­gico y el arte no puede competir contra la crecientevorágine imaginera de las nuevas tecnologías. Sepuede pensar con cierta distancia y parsimonia sobrela tecnología en general, pero nada pueden intentarsi quiera nuestras reflexiones contra el hipnótico flu­jo tecno-visual. Al estar constituidas de su mismasustancia imaginaria, aunque en diferente solución,sólo pueden disolverse en su poderosa corriente.

"Aldous Huxley, «En busca de una perspectiva sobre el or­den tecnológico», Ibid, p. 112.

'w. warren Wagar, _Breve Historia del Futuro», Madrid,Cátedra, 1991.

270 PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLQG1A y SOCIEDAD

6. La filosofía de la tecnología aparece como unatardía conciencia de la tecnología, acompañándolacon sus advertencias y ruegos en su firme rumbo ha­cia el glorioso progreso. La filosofía de la tecnologíadel arte, sin embargo, más audaz e imaginativa, se hacruzado en su camino mostrándole un mapa plagadode peligros que desemboca en una ominosa «terra in­cogníta». Y esta tecnología, aventu- rera por natura­leza, ha tomado el mapa, trazado por escritores ypensadores, como una guía hacia un hipotético paraí­so, arrollando a tan molesto agorero. Su paso es aho­ra, si cabe, más decidido y acelerado, porque avanzahacia una imagen -un mundo tecno-vísual de place.res paradisiacos- y no sólo hacia una vaga y abstrac­ta promesa. Desde que los diferentes proyectos tec­nológicos se han anudado en tomo al paradigma vir­tual, en el que el arte es su componente originario yprincipal, se hace más urgente desarrollar una filoso­fía de la tecnología del arte, hasta ahora sólo en cier­nes. Más urgente y a la vez más inútil, o acaso, comosuponemos, paradójicamente contraproducente.

7. Desde la caverna platónica -según nuestro res­cate crítico- no ha habido, en sentido estricto, pensa­miento sobre la tecnología del arte hasta el siglo xx.y si las ficciones, a las que valoramos como «refle­xiones imaginativas», pecan de una excesiva antela­ción, las reflexiones teóricas adolecen en cambio deuna lentitud exasperante. De entre la variopinta nó­mina de autores que han tocado este tema -hísroría­dores del arte, sociólogos, divulgadores especializa­dos. etc.- muy pocos han aportado interpretacionescentradas en el arte y casi ninguno enfocadas desdeun pensamiento filosófico riguroso. Las consecuen­cias más predecibles son su caducidad y fragmenta­ción. Apenas nos ofrecen retazos y estos retazospronto se convierten en visiones fosilizadas. Brillapor su ausencia esa gran teoría que reclama nuestrocomplejo presente tecno-artístíco. y los brillantes fí­lósofos de la tecnología no parecen darse cuenta (ono están preparados) de su necesidad e importancia.Atisban el arte con una suspicacia corporativa -algoextraño e irracional- y no advierten que su concep­ción de la tecnología, y la de todos nosotros, se hallaestructurada en tomo a mitos artísticos que, aunquerudimentarios y antiguos, conservan plena vigencia.

8. Mumford abrió camino ofreciendo sugerentescontextualizaciones estéticas del universo de la má-

Page 250: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

quina, Benjamin glosó la pérdida del aura artísticaen la era de la fotografía, MacLuhan describió la prt­mera versión del nuevo horizonte como «aldea glo­bal», Debord sitúa al hombre moderno en la «socie­dad del espectáculo», Virilio nos descubre la «estéti­ca de la desaparición» en un mundo velocísimo,BaudriUard despliega su visión espectral del Simu­lacro sustituyendo la realidad, y un nutrido grupode semióticos italianos y divulgadores anglosajonesiluminan parcialmente interesantes aspectos de unasociedad en proceso de transformación, merced alas nuevas tecnologías artísticas. En ellos hemos debasamos si queremos ir comprendiendo, si quieraprovisionalmente, tanto las nuevas artes como elsentido oculto de la tecnología en su conjunto. Delotro lado de este pensamiento más o menos filosófi­co, los historiadores y críticos de arte, más cercanosal fenómeno tecno-artístico y a sus primeros pro­ductos. No obstante, su mayor nivel de información,inevitablemente, obstaculiza en general la debidadistancia y resta valor a sus juicios. Aun así, pode­mas encontrar un amplio abanico de actitudes, des­de la bienintencionada ingenuidad (Frank Popper)hasta la sensible consciencia de sus potencialidades(Joaquim Dais, nuestro mejor especialista del temay un valor a reconocer fuera de nuestras fronteras).Tampoco han faltado los fáciles y estériles catastro­fismos ni, por supuesto, una legión de gacetilleros­propagandistas a sueldo de compañías informáticasy revistas del ramo. Empero, no hay todavía upapreocupación particular ni mucho menos estudiosespecializados que se integren como último capítu­lo a la historia «oficial» del arte. Todo se resume enla cauta opinión de Ernst Gombrich, el último de losgrandes santones de la historiografía alemana delarte, cuando afirma, respecto al impacto de los or­denadores en el arte: «No soy profeta, pero creo queya han tenido un impacto tremendo» 4 o sobre larealidad virtual: «Puede llegar a ser (arte). Depen­derá del uso que se le dé. pero no se puede descartar"a priori" de ningún modo» l. No obstante, hacién­dose eco del esencial conservadurismo en su disci­plina e incidiendo sobre el binomio arte-tecnología,

"Ernst Gombrich. «Entrevista, por Alvaro Vargas Llosas.Madrid, Suplemento 'ABe de Cultura' del periódico ABC, p. 42.

'lbid, p. 42.

paradigmático del nuevo arte, concluye: «no son lamisma cosa. Incluso soy dogmático con respecto a ladiferencia, pero no excluyo la posibilidad de que losordenadores se vuelvan importantes para el arte.» 6

9. ¿Pero, cual es, a grandes rasgos, el escenarioartístico actual, para que la tecnología haya cobra­do tanta importancia? En la segunda mitad del si­glo XX hemos asistido a la transformación de la pinotura de caballete en infografía de las redes, esto es,del «arte como técnica» en «técnica como arte» (oarte tecnológico). Tras el agotamiento de las van­guardias experimentales en los años sesenta, la víatecnológica se ha impuesto como nueva vanguar­dia. El video-arte, la holografía y la realidad virtualse abren paso con inusitada fuerza en medio del de­clive de las prácticas tradicionales. El arte de las éli­tes todavía sigue siendo el de los cuadros y los mu­seos, pero el arte tecnológico se ha convertido ya enel arte del futuro. Aunque no es previsible el fin del«arte tradicional», si lo es su conversión en mera ar­tesanía de lujo, apta sólo para potentados, nostálgi­cos o eruditos. El distanciamiento entre arte y pú­blico, iniciado en las primeras vanguardias históri­cas se consuma así definitivamente. El único yverdadero arte contemporáneo y popular es ya, eneste momento, el arte tecnológico trasmitido por latelevisión y las redes informáticas. Los patéticos in­ten tos de las pseudovanguardias recientes por asi­milar elementos tecnológicos en sus instalaciones y«performances» muestran, sin desearlo, un larvadoconflicto interno: el arte vive una destructora esquí- .zofrenia entre un reaccionario revivalismo moder­no y su reciclaje tecnológico. El resultado para elconjunto del arte es una progresiva desorientacióny el abandono de los ideales transformadores de lamodernidad. La irrupción de la tecnología ha su­puesto una vuelta al arte como producto antes quecomo despertador estético de las conciencias.

10. Por nuestro diagnóstico pesimista de la situa­ción pudiera parecer que denunciamos a la tecnolo­gía como algo extraño y distorsionador para el arte.No es ese nuestro discurso; arte y tecnología. apartede su común origen, siempre han mantenido una es­trecha relación. Pero acaso, antes, la tecnología es-

, Ibid.

PARA COMPRENDER CIENCIA TECNOLOclA y SOCIEDAD 271

Page 251: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

taba al servicio del arte -como propugnaba WilliamMorris- y ahora sea al revés; el arte se ha convertidoen el escenario experimental y propagandístico de la .tecnología. Y nada tiene que ver la actitud humanis­ta de Durero cuando utilizaba las primeras cámarasoscuras con la de un ingeniero actual programandoentornos virtuales. Como bien dice el escultor vascoTxillida (el ilustrador elegido por Heidegger, uno delos primeros filósofos de la tecnología, para ilustrarsu libro sobre el arte) «el artista no es un técnico (...)trabaja buscando (...) indaga, inventa, tropieza (y eltécnico) repite, se repite, y realiza, a la perfección,pero aquello que realiza está ya inventado» 7, lo cualno le impide contar con la colaboración de excelen­tes técnicos metalúrgicos para llevar a cabo sus mo­numentales obras. Esto es. se sirve de la técnica, pe­ro la subordina al arte, expresando la condición hu­mana gracias a la tecnología, y no intenta expresarlo tecnológico utilizando sen-ilmente al arte. El pro­blema de este arte tradicional, pese a su honestidadrespecto a la técnica, es que, curiosamente, quizápor ello, no puede expresar el problema de la técni­ca consigo mismo y con su época.

11. Fascinados por la revolución tecnológica delarte occidental corremos el riesgo de olvidar otras ar­tes y otros ámbitos. Pero no podemos afirmar quenuestro arte, pese al tremendo impacto de la televi­sión, sea el único y dominante en el mundo. El «artevernéculo». lo que los especialistas insensibles e igno­rantes califican peyorativamente como «artesanías» 8,

y que abarca en un todo simbólico desde la arquitec­tura y la cerámica decorada hasta el tatuaje y las pín­turas de arena. goza todavía de buena salud en el ter­cer mundo. Este arte vernáculo que, revalorizado porlas primeras vanguardias influyó notablemente en suformación, también es un arte contemporáneo, delmismo rango y calidad que los otros. Expresa la rea­lidad de unas culturas no contaminadas por la tecno­logía moderna, justamente a través de las técnicastradicionales. La inmediatez de su esencial manuali­dad y la marginación económica de sus artífices, ha­ce posible su supervivencia e incluso algunos rebrotesen nuestra sociedad tecnológica. De esta manera, el

'Martín de Ugalde. "Hablando con Chülída. escultor vas­CO". San Sebastián, Txertoa, 1995, pp. 51 Y 52.

" No hay nota 8.

272 PARA COMI'lIEl'·,'DER CIENCIA. TF.CNOl.ocfA y SOCIEDAD

panorama contemporáneo se presenta más rico ycomplejo, entre un arte vernáculo, sobreviviente ymarginado, un arte culto, elitista y prestigioso, y unarte tecnológico, pujante y popular. Es decir, que en elarte contemporáneo «real» conviven, de hecho, dostendencias opuestas respecto a la técnica, lo que noshace concebir esperanzas de un futuro más diverso.

12. Si nuestro esbozo del panorama artístico delarte resulta tan abierto y plural ¿Cual sería entonces-se preguntarán sus partidarios más moderados-, elfundamento de nuestra inquietud, de nuestra sospe­cha, de nuestra crítica contra el arte tecnológico? Sa­bemos que no llegaría a suplantar a los otros artes,que incluso podría convivir a distancia o en fructífe­ra colaboración con éstos, que, en definitiva, la rela­ción entre arte y tecnología no constituye algo in­trínsecamente perverso. El problema surge por otrolado, y que sólo en parte tiene que ver con el tópicoconformista acerca de la abusiva utilización de latecnología. El mal es más grave y profundo, y afectaoriginariamente al propio arte y sólo como conse­cuencia a la tecnología. Cuando las vanguardias ex­perimentales se agotaron, se abrió ante la sociedadla perspectiva insólita de una nueva concepción delarte, centrada en el redescubrimiento perceptivo dela realidad y las actitudes políticamente transforma­doras. Creadores totales como Oteiza y Beuys, mez­cla de artistas y visionarios, nos ofrecieron la posibi­lidad de recuperar al hombre moderno, ya amenaza­do por la religión del Progreso y del Dinero, a travésde la experiencia estética del mundo. En ésta, lasprácticas artísticas tradicionales -la creación deimágenes- podían ser formativas y útiles pero se­cundarias ante la tarea primordial de redefinir alhombre, política y espiritualmente, a través de la mi­rada estética del artista asumida por cada individuo.Sin embargo, el arte en su conjunto renunció prontoa esta visión, coherente con su trayectoria, pero de­masiado arriesgada; la sociedad seguía demandandoimágenes y los maestros modernos temían por su si­tuación de privilegio. De ahí, que volvieran al refugiode las prácticas tradicionales y se cayera en un aca­demicismo moderno, puramente comercial. Ante suconfortable desconcierto, la tecnología imaginera-heredera secreta del Renacimiento- basada en la fi­guración premodema, cobró un renovado protago- .nismo. Catapultada por las poderosas técnicas de si-

Page 252: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

mulación y difusión de la televisión y las redes -pró­xímas ya a fusionarse en el multimedia- desplazó de­finitivamente al arte vanguardista y sustituyó el pro­yecto moderno del arte por la pesadilla virtual.

13. El arte moderno no supo aprovechar su opor­tunidad, quizá porque la sociedad no estaba prepa­rada todavía. Y su lugar lo ocupó rápidamente laTecnología, sirviéndose de los aspectos más superfi­ciales de la iconografía artística, para construir supropio mito: una simulación de la realidad que lasustituyera. Tecnologías actuales y relacionadas co­mo la infograña. la inteligencia artificial, la realidadartificial, la realidad virtual, la robótica o el ciberes­pacio pretenden crear una supuesta utopía futuris­ta, construyendo un modelo virtual del mundo. Es­te modelo especular nos permitiría acceder a unainfinita gama de sensaciones artificiales y a la vezmanipular cómodamente nuestra vida. No es preci­so alertar aquí contra la falsedad de sus bondades nidesgranar sus nefastas consecuencias. Baste señalarque este «sobre-mundo» -que pretende suplantarmente, hombre y mundo- no se superpone o se su­bordina al mundo, sino que procede a eliminarlo.Como acertadamente supone Mario Perniola: «El si­mulacro no es una imagen pictórica, que reproduceun prototipo externo, sino una imagen efectiva quedisuelve el original» 9. No nos consuela saber que nopodrá lograrlo enteramente y nunca en la inherentefisicidad del mundo, porque los trastornos para lacomunidad y para lo humano son ya evidentes, in­cluso en la primera etapa de su desarrollo.

14. El mito imaginario del doble, a través de laliteratura y las artes, proporcionó a la tecnologíaun motivo para este camino específico, a pesar desus advertencias implícitas. Y la claudicación delarte moderno permitió la explosión de este mitocomo horizonte del proyecto humano. Por ambasrazones, como afirmamos al comienzo, por ante­lación, y finalmente por temor, el arte es culpablede haber dejado suelto al Golem y de haber abier­to la puerta del espejo del Emperador Amari-

• Tal como señala Tom Sorell en «La cultura científica. Mi­to y realidad», Barcelona, Península, 1993, p. 96., ya desdeKant, en su peyorativa consideración de las «artes mecánicas.podemos advertir este problema, frente a la actitud positiva deDidcrot en el artículo «arte» de la enciclopedia.

110 10• Por ello, la tarea de elaborar una ética de la

tecnología en el arte es, en palabras de Fausto Co­lombo «más apetecible, pero mas espantosamenteurgente y peligrosa» JJ, ha de comenzar por el con­cepto de «Inexpresíbílldad ética» de Wittgensteincomo «buen punto de partida para reflexionar so­bre la naturaleza ética de cada acto lingüístico y,juntamente, sobre la dificultad de este plantea­miento» ". Su propuesta hacia un realismo ético,por cauta y comprometida, parece aceptable tam­bién en el ámbito artístico: «admitiendo que lleguea existir una actitud tan definible, debiera ser esto:la asunción como presupuesto de la capacidadconstructiva innata en la productividad comunica­tiva: esto llevaría como consecuencia a la reflexiónsobre el sentido moral y político de nuestro papelcreativo» ". No obstante, para los artistas, el retode una ética de la tecnología del arte es doblemen­te difícil. Podría asumirse como una renuncia ab­soluta a la manipulación tecnológica, pero resulta­ría demasiado fácil, ingenuo y conformista. Mássentido tiene, en nuestra opinión, utilizar las ar­mas del propio arte para combatir la tecnología engeneral y el arte tecnológico especialmente. Elsimple hecho de limitarse a utilizar las técnicastradicionales podría ser un buen comienzo. Perotomar como motivo explícito la deshumanizaciónde la tecnología sería una opción más interesante,y que cuenta con honrosos precedentes desde la«Cabeza Mecánica llamada el Espíritu de NuestroTiempo» (1919) de Raoul Hausmann. Sintetizartécnicas tradicionales e informáticas acaso podríaser una actitud legítimamente ética si incidieraprecisamente en la crítica de lo tecnológico. Sinembargo, servirse del arte tecnológico para crearuna obra antitecnológica podría interpretarse co­mo una sospechosa contradicción. Únicamente en

,. Citado por Fausto Colombo en «El icono ético. La imagende síntesis y un nuevo paradigma mora¡' en AA. W., «Video­culturas de fin de siglo», Madrid, Cátedra, 1990, p. 151.

11 Se alude a la leyenda taoísta recogida por J. L. Borges en.EI Libro de los seres imaginarios», que relata la invasión delmundo real por los seres imaginarios que habitan dentro de losespejos.

L1 Colombo, Ibid., p. 155.

lJ Ibid.

PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLOGtA y SOCIEDAD 273

Page 253: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

en el caso de que la utilización parcial de ciertosmedios tecnológicos fuera puramente operativapara efectuar algún tipo de «sabotaje cultural» (nonos atrevemos a definir este concepto) tendríacierto sentido ético. La situación es compleja y lasresoluciones éticas, problemáticas, ya que el deba­te del neo-Iudismo en el arte contemporáneo sóloestá comenzando. No obstante, la mejor garantíapara un comportamiento ético del artista -que noes siempre sinónimo de acierto o eficacia- se hallaen la radicalidad del compromiso contra las tec­nologías del Simulacro, fundada en la compren­sión estética y vital de su error esencial: la renun­cia a lo humano en el hombre.

15. En el fin del milenio, cuando la muerte de lafilosofía y del arte ha sido proclamada, cuando másdesamparados e inermes nos hallamos, hemos des­cubierto que la amenaza del futuro tecnológico yvirtual se cierne sobre nosotros. Y es ahora, cuandonecesitamos que otra filosofía, menos ambiciosateóricamente pero más critica, nos aclare la situa­ción y nos señale el enemigo. Por ello, la filosofía dela tecnología está llamada a ser un pensamiento pro­tector y a la vez beligerante, que evite con su urgen­cia intuitiva, tal como supone un dudoso teórico,que «El problema ontológico derivado se lo dejamosa los filósofos del siglo XXI» 14. Para conseguirlo, o almenos para intentarlo, esta filosofía se ha de abrir alproblema fundamental y fundacional de las artes yelaborar una «filosofía de la tecnología del arte» co­mo núcleo de una critica global, sin la cual dudamosque ésta sea posible. En este sentido, resulta muypertinente recordar las reflexiones de Paul Valéry ensu reveladora carta a Leo Ferrero. «Leonardo y losfilósofos» (1929), donde critica la mirada obtusa delos pensadores hacia el arte y la contrapone a la re­flexión de los artistas, y al «arte como filosofía» deLeonardo. El arsenal de recursos expresivos del artemoderno se halla disponible para ser selectivamenteempleado en las tareas de la filosofía de la tecnolo­gía. También las artes literarias acuden en nuestraayuda, en forma de ciencia-ficción distópica o de lamás insólita y honda poesía. Así, Rílke. ya en 1922,

'<Julián Aragoneses, "Arte total. un nuevo renacimiento» enAA. VV. «Arte, placer y Tecnología» (Eds. Antonio Dyaz y JuliánAragoneses). Madrid. Anaya, 1995.

274 PARA COMPRENDER CIENCiA, TECNOLOG/A y SOCIEDAD

nos advierte en sus «Sonetos a Orfeo». que «la partemecánica/quiere ser celebrada» 15 y que «La máqui­na amenaza todo cuanto hemos adquirido, tambiénhace tiempo/que tiene la pretensión de residir en elespíritu y no en la obediencia» 16, por lo cual se pre­gunta, y nosotros con él: «¿Debemos repudiar nues­tra antigua amistad con los grandes/dioses jamásimplorantes, porque el duro/acero que ahora severa­mente laboramos los ignora.zo bien debemos bus­carlos de pronto en una carta?» 11, esto es, tenue­mente evocados en este artículo, o en una pinturahermosa. o en una sabia mirada... Pero lo que pare­ce ineludible, para nosotros, filósofos de la tecnolo­gía, de la tecnología del arte, artistas-filósofos o vi­ceversa, es resolver primero el enigma que tambiénnos legó el poeta cuando comienza: «Espejos: jamás,a sabiendas, todavía se ha dichol1o que en vuestraesencia sois» 18.

BibliografíaAA. W. (I992). «La amenaza virtual» Pamplona: Textos

de Estética Critica/Foro de Filosofía).

AA.VV. (1990). «Videoculruras de fin de siglo». Madrid,Cátedra. (Versión de Anna Giordano de «Vídeoculturedi fine secolo». Liguori Editore, 1989).

AA.VV. (1978). «Tecnología y Cultura. Una antología».Barcelona, Gustavo cuu, (Versión de Esteve Riambaude «Technology and Culture. An antholcgy» (Eds. Me!­vin Kranzberg y William H. Davenport } Society for theHistory of Technology, 1972).

Debord. Cuy. (1967) «La société du espectacle». París:Bouchet-Chastel.

Dols, Joaquim. (1994). «De Infograffa. Historia, teoría ytécnicas de la imaginería ínformatlzada». Pamplona:Textos de Estética Crítica.

Maldonado, Tomás. (1994). «Lo real y lo virtual», Barce­lona. Gedisa. (Versión de Alberto Luis Bixio de «Realee vlrtuale». Milán: Giangiacomo Peltrinelli, 1992).

lS Rainer Maria Rilke, "Sonetos a arreo» en «Obra poética»(Versión de E. M. S. Danero}, Buenos Aires, Efecé, 1976, Sone­to XVIII de la primera parte, p. 244.

" Ibid., Soneto X de la segunda parte, p. 262.

"Ibid., Soneto XXIV de la primera parte, p. 250.

10 Ibid.. Soneto III de la segunda parte. p. 255.

Page 254: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

27

El Estado military la tecnología:

el lobo con piel de corderoIgnacio Ayestarán Úriz

1. La alianza entre la tecnocienciamoderna y el Estado militar

"La ciencia nada tiene de qué avergonzarse, nisiquiera en las ruinas de Nagasaki». esta frase céle­bre tomada de Science and Human Values, pone derelieve el cinismo cruel ante los desmanes y la in­transigencia de la tecnociencia en el siglo xx. Losmanuales de historia rememoran con estupor quelos indígenas mesoamericanos hayan cometido sa­crificios rituales humanos, pero con total certezalos avances teenocientíficos desde el Renacimientohan superado en millares (¿millones?) de víctimastales muertes, aunque pocos se escandalicen deello l. A modo de ejemplo, siempre se celebra el tó­pico de que Galileo Galilei fue injustamente perse­guido por la Iglesia. pero, sin restar peso a esta afir­mación, por otro lado, se ignora que con Galileo yla entrada de la Edad Moderna se potencia la alian-

'Para un comentario de esta tesis, d. Carl Mitcham (1992):«La cíencta.fa tecnología y 10militar», J. Sanmartín, S. H. Cut­cliffe, S. 1. Goldman y M. Medina (eds.) (1992): Estudios sobresociedad y la tecnoíogta, Barcelona: Universidad del País Vas­co/Anthropos, pp. 106-130.

za o sumisión de la ciencia respecto al Estado mo­derno, dadas las facilidades que ciertos principesconcedían para llevar a cabo algunos proyectoscientíficos de gran envergadura, proyectos a los quela curiosidad galileana no estaba dispuesta a re­nunciar y que confiesa abiertamente en una carta aBelisario Vinta (Florencia, Padua-7/mayo/161O):

«Magna longeque admirabilia aput me habeo[Tengo conmigo cosas grandes y admirables en su­mo grado]: pero no pueden servir, o mejor dicho,ser puestas por obra, sino es por príncipes, porqueéstos hacen y sostienen guerras, fabrican y defien­den fortalezas y para sus placeres reales gastan fas­tuosas sumas, cosas que me están vedadas como atodo hombre privado.» 2

Hoy en día detrás de los beneficios de los avan­ces tecnológicos se advierte siempre la mano de uncientífico. No obstante, habitualmente pasa desa­percibido el hecho de que detrás de las mayoresatrocidades tecnológicas también hay la sombra dealgún científico. De todos es conocido que las bom­bas atómicas de Hiroshima y Nagasaki precisaron

1 Galileo Galilei, Antologfa. Trad. V. Navarro. Barcelona: Pe­nínsula, 1991, p. 312.

PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLOC1A y SOCIEDAD 275

Page 255: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

el proyecto Manhattan J. Y lo mismo ocurre con latecnología nazi, que precisó del ingenio de científi­cos y tecnócratas:

«Así la recién establecida (...) apreciación de laciencia y la ingeniería por los Nacionalsocialistasen realidad sólo era una consecuencia de la capaci­dad y de! deseo de los tecnócratas por ocupar bue­nos puestos y ayudar a promover las metas delNacionalsocialismo. La tecnocracia, como la tecno­logía, es fundamentalmente ambivalente y proba­damente compatible con los aspectos más extremosdel Fascismo Alemán. Sin tecnocracia las políticasmás bárbaras, irracíonales y retrógradas del TercerReich, incluyendo la "eutanasia", la esterilizacióninvoluntaria, la brutal represión del movimiento so­cialista, el imperialismo despiadado, la guerra ideo­lógica en el frente Este, el genocidio y los esfuerzospor crear una "raza suprema", habrían sido imposi­bles. Al fin y al cabo los científicos y los ingenierosse las arreglaron para labrarse un puesto para ellosmismos en la Alemania de Hitler con la ayuda de latecnocracia, generalmente no como ejecutores decrímenes contra la humanidad ni como asalariadosde la guerra agresiva, sino a menudo como expertostecnocráticos o asistentes que activa o pasivamentelo hicieron completamente posible.».'

La relación entre lo militar y el desarrollo tecno­científico ha supuesto una de las simbiosis más po­derosas y representativas del siglo xx. Por un lado,la estructura de la tecnociencia en e! siglo actual hagenerado unas consecuencias político-ideológicas

'En castellano se puede leer con gran provecho sobre elproyecto Manhattan los trabajos de José Manuel Sánchez Ron:

~ El poder de la ciencia. Historia sucio-económica de la frsica(siglo XX). Madrid: Alianza, 1992, pp. 326-338.

- «La ciencia y el infierno de Dante». periódico El País, 20­ocicbre.tssa.

- "Ciencia, científicos y guerra en el siglo XX: algunas cues­tiones ético-morales», in La filosofía de la ciencia como filosofíapráctica, cd. de Javier Echeverrfa, Isegoría!12 (1995), pp. 119­136_

, Monika Rcnncberg y Mark Walker: -Scíenusts. Engincersand Nattonal Socialisrn», in Monika Rcnneberg y Mark Walker(cds.) (1994): Scíence, Teclmology and National Socialismo Cam­bridge, Nueva York: Cambridge University Pross. pp. 1-29. Citap.11.

276 PARA COMPRENDER CffiNCfA. TECNOLOGIA y SOCtEDAD

que han obligado a modificar y configurar las es­tructuras socioeconómicas de los Estados actuales,bien activamente (países «desarrollados»). bien pa­siva y sufridamente (países del Tercer Mundo). Bas­te como ejemplo los pasados casos aducidos porLévy-Leblond: «los grandes aceleradores [de partí­culas] permiten establecer unos organismos multi­nacionales capaces de servir tanto de modelo a losEstados comprometidos en la elaboración de unapolítica común como de justificación a los que selanzan a ella con alguna reticencia; el CERN en Gi­nebra para Europa occidental, el centro Dubna enla URSS para la Europa oriental, desempeñan ex­plícitamente esta función» 5.

De otro lado, la tendencia a la unificación y glo­balización en el desarrollo militar-industrial se vecontrarrestado por la competitividad intrínseca alos planteamientos de cualquier carrera armamen­tística. Dicha carrera nos hunde cada vez más enuna espiral sin fin en la que las barbaries de un ban­do justifican las del bando contrario, en un procesode empate infinito. Ello hace que los países se em­pujen unos a otros mutuamente en la investigaciónmilitar, acabando por legitimar prácticamente todocon tal de anticiparse al contrario.

«Ante todo está la competitividad internacional,que es el aspecto fundamental de todo el asunto. La"lógica" de esa competitividad puede adoptar mu­chas formas diferentes: como "ellos" tienen el armaX, "nosotros" tenemos que contrarrestarla; como"ellos" están en disposición de hacer X, "nosotros"debemos ser capaces de contrarrestarlo. por si aca­so a "ellos" se les ocurre hacerlo; como sólo Dios sa­be lo que es posible conseguir mediante la investi­gación al igual que hacen "ellos". Estos y muchosotros argumentos de factura semejante configurany legitiman las decisiones en la esfera militar ymantienen la producción, el desarrollo y la investi­gación en niveles muy elevados. Naturalmente, ta­les decisiones también entran dentro de los cálculosdel otro bando, de forma que las maniobras de ca-

5 Jean Mere Lévy-Leblond (1974): L'ideologie deJdans la phv­sique contemporame. Les Temps Modernos, nU 337-338, Paris(La ideología de/en la física contemporánea y otros ensayos críti­cos. Trad. J. Jordá. Barcelona: Anagrama, 1975, p. 19).

Page 256: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

PARA COMPRHmé'R CIElliCIA, TECNOLOGfA y SOCIEDAD 277

Page 257: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

da uno de ellos legitiman y justifican las decisionesdel otro.» 6

«Imaginemos, como nuevas hipótesis de trabajo,que la situación militar actual conduce de algunaforma a la paz y que las decisiones de los políticosa corto plazo no nos llevan al borde de la confron­tación. Eso es perfecto por 10 que respecta al mo­mento actual. Pero la situación cambia constante­mente como consecuencia de la competitividad, porlos intereses creados y por el hecho de que la inves­tigación y la innovación nos ofrecen constantemen­te nuevos recursos para competir y la posibilidad dever satisfechos nuestros intereses. Y no podemossaber si las decisiones políticas seguirán mante­niéndose alejados del borde del abismo en el cúmu­lo de situaciones diferentes que afrontaremos en elfuturo. Es posible que una sociedad vea que a largoplazo quedará cada vez más atrasada. ¿Debe, pues,lanzar un ataque antes de que la superioridad de suenemigo llegue a ser aplastante? Se puede construirun paraguas defensivo cuya eficacia durará más omenos un decenio. ¿Hay que aprovechar ese redu­cido lapso de tiempo y precipitar de inmediato loque constituirá más tarde una situación más nega­tiva? Y así sucesivamente.» 7

2. El mito de la guerra quirúrgica:masacres por ordenador

Max Boro dejó escrito que la guerra del siglo xxes una guerra puramente técnica, una «guerra debotones», que ha acentuado la barbarie: «El núme­ro de muertos en la Primera Guerra Mundial se es­tima en diez millones, de ellos el95% soldados y el5% civiles. En la Segunda, el número superó loscincuenta millones, soldados y civiles casi el) lamisma proporción (52% y 48%). En la guerra deCorea, en la que, en última instancia, se logró evi­tar el empleo de armas atómicas, de un total denueve millones de muertos, el mayor porcentaje

• Barry Barnes (1985): About Science. Oxford: Basil Black­well (Sobre ciencia. Trad. J. Pací Lacasta. Barcelona: Labor,1987, p. 30).

"Barry Bames. op. ci t., pp- 33-34.

278 PARA. COMPRENDER C/ENC/A, TECNOLOGIA y SOCIEDAD

correspondió a la población civil, 84%, frente a16% de soldados. Incluso quien siga creyendo en laguerra como medio legítimo de la política y se afe­rre a la imagen tradicional del héroe caído por sumujer y sus hijos y en defensa de la patria, debo re­conocer que todo ello no son más que cuentos y noprecisamente bellos» 8.

Como último desarrollo espectacular de la cien­cia y la tecnología bajo el dominio del Estado mi­litar, las estrategias de la Guerra del Golfo (1991)se han erigido como paradigma de la alianza entretécnica y ejército en las postrimerías del siglo xx.En la actualidad se siguen estas estrategias congran efectividad, como en la matanza de más deun centenar de refugiados civiles libaneses por tresobuses lanzados por el ejército israelí contra uncuartel de la Fuerza de Interposición de las Nacio­nes Unidas (FINUL) en Cana, cerca de Tiro, al surdel Líbano, el18 de Abril de 1996. Muchos de suscuerpos, sometidos al calor de unos 1.000 gradosproducidos por la explosión, quedaron estampa­dos en las paredes. El portavoz militar de Israel,Amós Gilard, alegó que la masacre tuvo su origen«en un fallo del ordenador que determina las coor­denadas de fuego». Se trata de una nueva versiónde la vídeo-guerra. El escritor libanés Sélim Nas­sib, en su artículo «Israel contra los zombís». noslo recuerda:

«Esta guerra no es una guerra, sino otro juegovirtual. El terreno en el que se desarrolla, Líbano,no es un país, sino un lugar imaginario en el que to­do está azotado de irrealidad: los bombardeos y losrefugiados, la vida y la muerte, hasta la materiali­dad de los seres. Cuando en nuestra pantalla de te­levisión aparece el visor de un avión y se pulverizael objetivo como si tal cosa, somos evidentementenosotros los que estamos sentados en el asiento delpiloto. Los amos del juego se visten, hablan, vivencomo en Occidente. ¿Cómo no creerles cuando ex­plican que simplemente se trata de anular, de dañara los bárbaros que les lanzan proyectiles? (...)

, Max Born: «Esperanza de que todos los hombres com­prendan la importancia de la amenaza atómica», in Max Borny Hedwig Born (1971): Ciencia y conciencia en la era atómica.Selección de A. Hermann. Trad. E. Paredes Larrucea. Madrid:Alianza, pp. 192-193.

Page 258: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

Así es y sin duda no se puede hacer gran cosa.Pero nada nos obliga a creer que la imposición de laley del más fuerte sea el videojuego más legítimodel rnundo.» 9

Se trata del mito de la guerra quirúrgica, la gue­rra que sólo mata la cabeza dirigente del enemigo,una mentira silencioisa y asesina. Alberto Piris. ge­neral de la Artillería española y analista del Centrode Investigaciones para la Paz, así lo expresa en suartículo «Error de ordenador»:

«Los alevines de artilleros que en las cercaníasde Segovia, sede de la Academia del Arma, ensayá­bamos nuestras técnicas a principios de los añoscincuenta. nos equivocábamos a veces en el uso delgoniómetro de alguna pieza.

Entonces, los disparos que debían caer en tornoa unas lejanas rocas pintadas de blanco, entrabandirectamente en una paridera donde sus amorti­guadas explosiones -pues eran proyectiles de ins.trucción- hacían salir desolado al pastor y a susovejas, que huían precipitadamente.

Los cadetes advertíamos el estropicio al con­templar tan insólito efecto, corregíamos la lecturadel goniómetro erróneo y seguíamos con nuestratarea.

Intentábamos aprender bien el aforismo de quela artillería debe destruir en el campo de batalla ala infantería, a ser posible, enemiga.

Esperábamos que futuras innovaciones enaquellos viejos cañones acabarían por hacer impo­sibles errores de tanto bulto.

Quizá soñábamos con una artillería perfectaque sólo destuyese los objetivos que se les asigna­ban. El paso de los años nos ha ido demostrandoque ese sueño es imposible y que ninguna técnicaes intachable.

Ahora es un ordenador de tiro artillero el que,según alega el gobierno de Israel. se ha confundidoy causado una de las más trágicas matanzas de vÍC­timas inocentes producidas por armas de fuego delos tiempos recientes.

•Periódico El País, 19-Abril-1996.

Las armas están hechas para matar y destruir. yaunque algunas sean tenidas por "inteligentes" ypermitan construir sobre sus cualidades absurdasteorías sobre guerras "quirúrgicas" y operaciones"selectivas", la realidad es muy distinta.

Desde los tiempos más remotos sabemos que elcampo de batalla es una enorme confusión y loserrores técnicos se suman a los fallos humanos, ha­ciendo imposible aspirar a la precisión.

Incluso en aquella sangrienta exhibición de ar­mamentos modernos que fue la Guerra del Golfo.más de la mitad de los proyectiles disparados no al­canzósu objetivo. y las armas más refinadas, aque­llas que transmitían por televisión la imagen vivade su aparente precisión, no llegaron ni al 80% deimpactos correctos.

La teoría de la querrá "quirúrgica" es un enga­ño de quienes pretenden resolver los conflictos só­lo mediante el recurso a las armas. No se puede ju­gar a la guerra si se quiere la paz. advertía el edito­ríal de ayer en este diario.

Los efectos de las armas son imprevisibles. Só­lo recurriendo a ellas no se podrá resolver el con­flicto entre la población libanesa. ocupada militar­mente por el vecino Ejército israelí, y un Estadoque angustiosamente busca una seguridad a la quelegítimamente tiene derecho pero que la violenciamilitar jamás podrá garantizarle a largo plazo.» \O

En efecto, no hace falta leer demasiados mamo­tretos del MIT, ni realizar un sesudo master en C'I'S,para advertir que una masacre, con ordenador o sinél, es un crimen. Lo único indispensable es anali­zarlo, decirlo y denunciarlo. Lo demás es pusilani­midad y ganas de marear la perdiz con la excusa delacademicismo. O sea, lo de siempre.

3. El mito de la precisión de los misiles

En la década de los 80, cuando todavía existíangrandes perspectivas en relación al proyecto de laGuerra de las Galaxias, es decir, el control del espa­cio y de los satélites para una eventual amenaza nu­clear entre las dos potencias poderosas de entonces,

LO PeriódicoEl Mundo. 20-Abril-1996.

PARA COMPRENDER CIENCIA. TECNOLOclA y SOCIEDAD 279

Page 259: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

USA YURSS, Andrew y Alexander Cockburn desen­mascararon el mito de la guerra quirúrgica, la gue­rra limpia que descabezaria los núcleos militares yestratégicos capitales, eliminando los centros neu­rálgicos del enemigo, con el menor número de ba­jas posibles, tanto por parte del enemigo como par­te del atacante, de forma que el resto de la sociedadno padeciese innecesariamente los efectos devasta­dores de la guerra, particularmente de la nuclear.De un lado, según ya expresó Enrst Fitzgerald, se­gundo jefe de la Administración de Sistemas en laFuerza Area de USA, a finales de los 60 y comienzosde los 70, se desmitificaron los cálculos optimistasde los teóricos de las guerras acerca de los misilesnucleares, dado que el mundo de los cálculos teóri­cos no tenían en consideración "el mundo real delos contratos incumplidos, de las piezas defectuo­sas, del mantenimiento descuidado, de los encubri­mientos burocráticos y los accidentes sufridos porel equipo militar desde que el mundo es mundo»que arrojaban la cifra de que el 40% de los misilesde USA estaban fuera de acción por causa de fallosen su sistema de dirección 11.

Los misiles nucleares ICBM (Sistema de MisilesBalísticos Intercontinentales}, operativos en aquelentonces entre las dos potencias mencionadas su­pra, disparados desde USA hacia Rusia (o vicever­sa) reproduce todavía los defectos de la artilleríaclásica, pues su sistema de propulsión se componede un cohete de propulsión de varias fases, que pau­latinamente se va desintegrando, conforme cumplesu cometido de impulsar la cabeza nuclear hastaque ésta, al ñnal, se queda sola, abandonada a supropia velocidad inercial, sin posibilidad ya de rec­tificar su dirección o aceleración, y así tenemos elexplosivo nuclear descendiendo a 20.000 kmlh sinposibilidad alguna de manipulación. «Durante suvuelo desde el lanzamiento al blanco, el misil estáexpuesto a la influencia de dos factores externosprincipales: la atracción de la gravedad y la fuerzaatmosférica. Puesto que la Tierra no es una esferaperfecta y varía en densidad, su campo de gravedadno es constante. El sistema de navegación por iner-

LI Andrcw Cockburn y Alcxandcr Cockburn (1981): «El mitode la precisión de los misiles», Revista de Occidente, n. 367/68,pp. 5-21. Citamos p. 12.

280 PARA COMPRENDER CIENCIA, TE('NOLOGJA y SOCIEDAD

cia no puede señalar la diferencia entre el efecto desu propio movimiento y el efecto de la gravedad» 12.

Los Cockburn citan el testimonio de Richard Gar­win, del Centro de Investigaciones de IBM y antiguoconsejero científico presidencial de USA, en el quecomenta la imposibilidad de controlar con efectíví­dad todas las variables caprichosas que intervienenen el contacto del misil nuclear con la atmósfera:

«Anomalías en el campo de gravedad de la Tie­rra, densidades variables de la atmósfera superior, ovelocidades del viento desconocidas. Efectivamentese pueden ajustar y reajustar todos estos factores enlas pruebas (previas a los lanzamientos definitivos]y eventualmente se puede llegar a tener la seguridadde haber eliminado la inclinación (de desviación delmisil con relación al blanco propuesto]. Pero nosiempre se puede estar seguro, y aunque estemospeor informados acerca del programa de pruebasde los ICBM rusos que respecto a los propios, nohay ninguna razón para suponer que ellos tenganmás éxito que nosotros al tratar el problema.» JJ

Donadl MacKenzie ha hecho notar recíentemen­te cómo la invención de la precisión de los misilesnucleares no escapa a los factores socíopolítícos ycómo no existe una historia neutral y aséptica de latecnociencia en este ámbito. De hecho, según Mac­Kenz¡e no es posible conocer con precisión la segu­ridad real del control de las armas nucleares, tantopor su estado de conservación como por los proble­mas derivados de los diversos sítemas de precisiónque se han adoptado sucesivamente 14. Lo que esmás interesante aún y ha sido puesto de relieve porel trabajo de MacKenzie es que no existen concep­tos tecnocientíficos unívocos: el concepto de «pre­cisión" en el ámbito de los misiles nucleares dirigi­dos depende visiblemente del grupo de presión que

"Op. cir., p. 13.

"Op. cír., p. 17.

"Donald MacKenzie (1993): Inventing Accuracy. A Histori­cal Sociology of Nuclear Mi.ssile Guidance. Londres/Cambridge,Mass.: The MIT Press. Este autor también ha mantenido sucin­ta pero más intensamente dicha opinión en su conferencia «Ta­dt knowledge, weapon design and "uninventing" the nuclearbomb», pronunciada en el curso de verano «Ciencia y Socie­dad. de la Universidad del Pals VascolEuskal Herríko Uniber­tsitatea (Julio 1994), San Sebastián/Doncstia.

Page 260: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

los aborda, pues si para unos un margen de error enla distancia respecto al blanco propuesto es acepta­ble, para otros puede ser una barbarie o un riesgoinnecesario. Además, existen grupos de presión es­pecialmente interesados en desarrollar tales siste­mas de forma desmesurada, grupos como el queMacKenzie ha tildado directamente como «mafia».El político y el militar dirán, e. g" que «este sistemade armamento es necesario», el consejero económi­co que «00 se puede permitir este sistema de arma­mento» y el técnologo puro que «esto se puede ha­cer» o «esto no se puede hacer».

Aunque en fechas posteriores se han intentadoabordar soluciones diversas a este defecto de losmisiles, por medio del radar. rayos infrarrojos oimágenes ópticas del objetivo -esta última parecehaber alcanzado su auge con la Guerra del Golfo yahora con los misiles de Israel contra el Líbano-, noparece haberse subsanado definitivamente el pro­blema de la precisión de los misiles, a pesar de quees uno de los retos para la Informática Estratégicade los 90, tras unos veinte años de Inteligencia Arti­ficial, que busca tres aplicaciones militares de la lA:asesoramiento en dirección bélica. asesoramientode campo de batalla y armas autónomas (sin pilo­taje) ". Sin embargo, este plan padece todavía gra­ves deficiencias, sobre todo en lo referente a la ideade elaborar «armas inteligentes», es decir, el arma­mento fruto de la alianza entre los avances infor­máticos (especialmente lA) y los intereses militares­estatales. Frente a lo que hemos subrayado hastaahora, la precisión operativa del armamento pesadoactual que depende de los últimos avances de la in­formática no está exenta de problemas de difícil so­lución. A juicio de Allan M. Din '6, la excesiva com­plejidad de las técnicas de lA introducen nuevosobstáculos en el desarrollo de armas inteligentes.Así, en torno al sistema de dirección bélica SDI(Strategic Defense Inítíative - Iniciativa de Defensa

"t Cf. Manuel de Landa (1991): War in the Age nf lntelligentMachines. Nueva York: Swerve Bdítíons. pp. 170-171.

"Ailan M. Din: «Thc Prospects for Artificial Intelligence inWeapon and Anns Control Applications», in Allan M. Din (cd.)(1987): Arms and Artljicial l ntelligence. Weapnn and Arms Con­tra/ Appíicatíons of Advaeced Computíng. Oxford: SIPRIIOxfordUniversity Prcss. pp. 24-26.

Estratégica), estima que es difícil que cualquier sis­tema automatizado tan complejo, con millones delíneas de código, dejan su fiabilidad extremada­mente mermada, en especial si tenemos en cuentaque un sistema similar a él. como puede ser el sis­tema estatal telefónico, se puede permitir algunoserrores técnicos (interferencias, cortes, desconexio­nes, etc.) pero en una situación militar como unconflicto bélico espacial no puede permitirse estasimprecisiones. Por otro lado, se intenta limitar laautomatización de las armas inteligentes. En pri­mer Jugar, porque los políticos y los altos mandosmilitares tampoco desean relegar las decisiones cla­ves o fundamentales a simples decisiones de siste­mas automatizados. En segundo lugar, porque se haexperimentado el problema denominado «no-deci­síon-time», el obstáculo de que la excesiva informa­ción impide establecer una decisión rápida, lo queconlleva errores fatales, como el que en enero de1986 llevó a la trágica explosión de una lanzaderaespacial de USA, al poco de iniciar su vuelo. En es­te suceso, la cantidad de datos transmitidos por lospropulsores del cohete acerca del mal funciona­miento de sus elementos, era tan elevada que loscontroladores no pudieron procesar toda la infor­mación. Este ejemplo «muestra que, en algunas si­tuaciones, la información puede ser tan abundanteque parte de ella tiene que ser dejada de lado parano sobrecargar el sistema» 17.

4. Tecnologías de doble uso,o el lobo conpielde cordero

Las investigaciones en el campo de la tecnocíen­cía militar ha evolucionado. Dados los gastos de­sorbitados en investigación militar, los Estados ysus estructuras militares han adoptado, en la medi­da de sus posibilidades industriales, mercantiles yeconómicas, las denominadas «tecnologías de dobleuso", esto es, redes de investigación y desarrolloque, aunque tengan una meta final encaminada a laproducción y mejora del armamento, no pertenez­can con exclusividad al ámbito militar, sino que co­participen de ellas otras instituciones civiles (ma-

11 Op. cit.. p. 25.

PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLoolA y SOCIEDAD 281

Page 261: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

yormente empresas y universidades) de manera quese reduzca el gasto del Estado y del Ejército para es­tos objetivos, pero al fin y al cabo, su objetivo bésí­ca sigue siendo el mismo. A modo de ejemplo, en elEstado español basta echar un vistazo a los congre­sos recogidos en la colección editorial «Fórum Elec­trónica Militar», organizados principalmente por elCírculo de Electrónica Militar de la Fundación Uni­versidad-Empresa, en colaboración con los Ministe­rios de Defensa e Industria del Gobierno español,además de la OTAN y la UEO en la actualidad.

Así en 1984 se publicó el volumen titulado "Entomo a la electrónica militar» 18, dedicado a temas co­mo la telecomunicación militar y espacial, los siste­mas de radar, las aplicaciones militares para la de­tección de las radiaciones infrarrojas, y los polígonosde pruebas de misiles. En 1986, con el rótulo de «JIjornadas de electrónica militar" ", se abordaba unasección de telecomunicaciones, a lo que se añadíauna sección de Inteligencia Artifical, Sistemas ex­pertos y Software (desde simulaciones de operacio­nes militares hasta traducciones de lenguajes), otrasección de procesado de señal y sistemas de control,mando, comunicaciones e inteligencia, una secciónsobre sensores, detección y telemetria, entre otrosdiversos temas adyacentes. A lo largo de 1992 nosencontramos en la misma colección con el libro"Electrónica Ji comunicaciones para la defensa" ".Aquí se recoge clara y nítidamente el giro hacia lastecnologías de doble uso, en el que participan em­presas dedicadas a la electrónica militar (ANIEL,AFARMADE, CADAM, etc.). al igual que universida­des interesadas en su investigación (Univ. Politécni­ca de Madrid, Univ. de Canrabria, Univ. Politécnicade Cataluña). La definición abreviada de este plan enel que se mezclan 10 civil y lo militar en una uniónsingular de operatividad e intereses, de movilizacióntotal tecnoíndustrial. la podemos leer resumida porel director de "Cinco Días», M. Arias Marco:

"VV. AA. (1984): E¡¡ tomo a la electrónica militar. Madrid:Fundación Universidad.Empresa.

"VV. AA. (1986): Il iornadas de electrónica militar. Madrid:Fundación Universidad-Empresa.

lO VV. AA. (1992): Electrónica y comunicaciones para la de­fensa. Madrid: Fundación Universidad-Empresa.

282 PARA COMl'l<ENDER CIl'.NCl/J. TECNOLOG!A YSOClEDAD

«Básicamente, el ponente de Defensa comentó lanecesidad de crear unas estructuras flexibles quepudiesen responder a las necesidades operativas decompra de cada momento del Ministerio [de Defen­sa], divulgando también que la demanda de defen­sa, si no va a caer gravemente, sí por lo menos va aquedar congelada, y que esa sobrecapacidad de pro­ducción que por otra parte es necesaria para sol­ventar situaciones de crisis o emergencia, deberíaser destinada a la diversificación; por lo que parecese ha lanzado un reto a la industria en general paraque afronte procesos imaginativos de diversifica­ción de su producción. Así mismo marcaba áreas dedemanda importantes que tendrían un crecimientotambién menos sostenido en los próximos años. Re­conoció que habría que mejorar la capacidad decompra del Ministerio, mejorando las especificacio­nes y mejorando el control y el seguimiento de loscontratos de programas, al tiempo que admitía suvoluntad de "mimar" a las industrias que tuvieseniniciativas, y que se diversificasen e internacionali­zasen.

Por su parte el Ministerio de Industria reiteró suapoyo a los procesos de concentración que uno delos objetivos, en cuanto a política industrial, delnuevo equipo, sería el buscar acuerdos. Y que en losacuerdos industriales que firmasen con tercerospaíses, la compensación que subsiguientemente seobtendría consistiera en que las empresas españo­las tuviesen acceso a los mercados de origen de esosproductos; de forma que pudiese haber un inter­cambio real y una apertura de mercados. y volvió areiterar la necesidad de diversificación: en este sen­tido, apuntó que los contratos que se están firman­do con la Agencia Espacial Europea, son una vía decrecimiento para las industrias del sector, dondemuchas tecnologías que están desarrollándose paralos equipos y sistemas de defensa, fuesen utilizablescomo tecnología civil en el área del espacio.

Por otro lado, en lo que fue la ponencia consen­suada por ANIEL, estuvieron de acuerdo con el Mi­nisterio, aunque no del todo, en que faltaba la pla­nificación de compras, y que se hacía precisa unaplanificación con mayor antelación, con unas espe­cificaciones más claras que permitiesen a las em­presas anticiparse a 10que después el Ministerio co­mo cliente necesitaría. (...)

Page 262: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

La Universidad, aunque reconoció la escasez detécnicos y cuadros, planteó sus dudas sobre las so­luciones que se van adoptando con la creación delas nuevas Escuelas Técnicas Superiores, que pu­diesen dar una respuesta justa del problema a me­dio plazo. Incluso parecía que se apuntaba la posi­bilidad de que pudiese llegar a existir el paro, por 10menos hasta cierto punto. en las ingenierías. Y te­nía también sus dudas sobre la adecuación de esosingenieros que van a salir formados en las nuevasEscuelas, con el perfil real que necesitan las empre­sas de este tipo de profesionales.

Recordaron que tenían una colaboración pro­gresiva de las empresas, pero echaban de menosuna mayor colaboración con el Ministerio de In­dustria y el Ministerio de Defensa." 21

Se pretende así establecer un marco en el que latecnología civil se convierta con facilidad, en caso denecesidad, en tecnología militar; al par que se encu­bre con ello los presupuestos reales, pues, previendoque el creciente resuello social antimilitarista haráfrenar los presupuestos destinados al Ejército, sepuede maquillar la producción bélica encargando ta­reas industriales (de equipamiento y armamento) aempresas de aparente signo civil, que luego se veránrecompensadas con compras, subvenciones y ayudasdel Estado. Igualmente otra salida a la redución de

"Manuel Arias Marco en VV. AA. (1992): Electrónica y co­lUU/licaciones para la deiensa. Madrid: Fundación Universidad­Empresa, pp. 123-]24. Esta relación entre los intereses de losministerios de Defensa y las universidades viene de antaño. Asíen USA, ya a finales de los 30 y comienzos de los 40, los diver­sos organismos de Defensa establecían créditos y contratos deinvestigación para el MIT (Instituto de Tecnología de Massa­chussets). Caltech (Instituto de Tecnología de California) y laUniversidad de Harvard [d. Georges Mcnahem (1976): Ú1 scien­ce er le mili/aire. París: Seuil (La ciencia y la institución mili/aroTrad. N. Pubil. Barcelona: Icaria, 1977, pp. 61-62)). Los para­digmas de esta alianza militar-universitaria en USA han sido elMIT YStanford (ver Stuart W. Leslie (1993): tte Cold War (mdAmerican Sciencc. The Military-lndustrial-Acadcmic Complex alM/T and Ssaniord, Nueva York: Columbia Universüy Prcss). Pa­ra analizar las posibles afinidades y controversias entre 10 uní,ver-sítarin V los militares. Wim A. Smit (1995): «Scíence. Tech­nology, an'd the Military: Relations in Transition », in Sheila Ja­sanoñ, Gerald E. Markle, James C. Petersen y Trevor Pinch(eds.) (1995): Handbook of&ience and Tecímoíog» Studies. Lon­dres: Sage Publications, pp. 598-626, especialmente pp. 601­613.

presupuestos se expresa en la expansión de mercadosy la búsqueda de la ínternacionalízacíón de sus pro­ductos. Muestra de esta crisis y transformación de laindustria militar se aprecia también en la Universi­dad, cuya formación de masas se ve cada vez más di­rigida a la especialización y demanda de estos gruposde presión concretos. Este tipo de colaboración tieneconsecuencias muy claras en la formación de los ciu­dadanos, como ha subrayado Stuart W. Leslie sobreel complejo militar-universitario en USA:

«En muchas disciplinas, los militares fijaron elparadigma de la ciencia americana [de USA] depostguerra. Igual que las tecnologías del imperio(especialmente la telegrafía submarina y la energíade vapor) definieron una vez los programas de in­vestigación relevantes de los científicos e ingenierosvictorianos, así las tecnologías de la Guerra Fría di­rigidas por los militares definieron los problemascríticos de la generación de científicos e ingenierosamericanos [de USA] de postguerra. De hecho, esastecnologías potencialmente redefinieron lo que su­ponía ser un científico o un ingeniero -un conoci­miento de electrónica de microondas y de sistemasde radar antes que la teoría de corriente alterna ylas redes de energía eléctrica, de balística de misilesy guía inercial antes que aviación comercial y siste­mas de instrumentos de aterrizaje, de reactores nu­cleares, de líneas de microondas de acústica-retar­dada y tubos transmisores de ondas de alta energíaantes que generadores Van der Graaff dieléctrica ytubos de rayos-X. Estos nuevos cambios definieronlo que estudiaron científicos e ingenieros, lo que di­señaron y fabricaron, a dónde fueron a trabajar, y loque hicieron cuando llegaron allí." 11

Veamos a continuación las principales ramas ci­viles y militares correspondientes a estas tecnolo­gías de doble uso, tal y como las ha analizado J. M.Granada Coterülo ":

v Stuart W. Leslíc (1993): The Cold Warand American Scre»,ce. The Milital')'-lndu.strial-Academic Complex al MIT and Stan­ford. Nueva York: Columbia University Press, p. 9.

" Exponemos el análisis efectuado por J. M, Granada Cote­rtllo, miembro del Instituto Español de Estudios Estratégicos,en su artículo «Tecnologías de doble uso e impacto en la indus­tria española de defensa», in VV. AA. (I994): Tecnologías de do­bie uso. Madrid: Fundación Universidad-Empresa, pp. 126-127.

PARA COMPRENDER CIENCJA, TECNOLQC1A y SOCiEDAD 283

Page 263: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

SECTOR MILITAR

EJEMPLOS DE ALGUNOS SECTORES TECNOLÓGICOSDE USO INDISTINTO CIVIL O MILITAR

SECTOR CIVIL

Construcción aeronáutica y otros.

Buques de guerra.

Construcciones.

Misiles.

Munición.

Carros de combate y vehículos acorazados.

Armas individuales.

Tejidos. Fibras especiales, kevlar y aramidas; equiposde protección química y bacteriológica individual ycolectiva.

Automatización. Vigilancia y control perimetral,tele-dirección, reconocimiento de campo, robots decombate, sensores avanzados.

Comunicaciones militares.

Btotecnologfa. Producción de vacunas y órganosartificiales; bíosensores biochips: fermentaciones in­dustriales.

Así pues, el dilema no es, como sugiere el títulode un libro dedicado a estos ternas", misiles o mi-

" Mariano Aguirre y Graciela Malgesini (comp.) (1991): Mi·síles o mícrochips, La conversión de la industria militar en civil.Barcelona: Icaria.

284 PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLOcfA y SOCIEDAD

Construcción aeronáutica y otros equipos.

Construcción naval y otros equipos.

Construcción e infraestructura.

Construcción aeronáutica y aeroespacial.

productos metálicos,

Vehículos de motor,

Productos metálicos.

Tejidos de uso industrial; ropa de trabajo; ropa yequipos de protección en las operaciones-manipula­ciones de material de riesgo o contaminados (conaplicación en casi todos los sectores industriales).

Sistemas de sensores para máquinas, herramientasavanzadas; integración de sistemas de fabricaciónflexible. Sistemas de tratamiento y acabado de super­ficies. Componentes y elementos de automatización.Ingeniería de automatización e integración. Conjuntode dispositivos trasductcres.

Comunicaciones civiles. Sistemas y equipos paracomunicaciones por cable y radio (pública y privada);equipos de radiodifusión e imagen; detección, loca­lización e identificación de señales radioeléctricas;procesado de señales electro-magnéticas.

Producción de vacunas, órganos artificiales, fermen­taciones industriales (antibióticos, aminoácidos, enzi­mas, etc.).

crochips, sino más bien ambas cosas a la vez; misi­les y microchips ocultas en las tecnologías de dobleuso al amparo del Estado total. Se prolonga con ellola estrategia, ya advertida en vísperas de la Segun­da Guerra Mundial por Emst Jünger; de la movili­zación total, en la que toda la sociedad se militarí-

Page 264: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

za como un todo orgánico y donde el último esfuer­zo del civil se encamina hacia un objetivo militari­zado común, camuflado en las tecnologías de dobleuso. El lobo militar con piel de cordero.

BibliografíaAguírre. Mariano y Malgesini, Graciela (comps.) (1991):

Misiles o microchips. La conversión de la industria mi­litar en civil. Barcelona: Icaria.

Barnes. Barry (1985): Abour Science, Oxford: Basil Black­well (Sobre ciencia. Trad. J. Faci Lacasta. Barcelona:Labor. 1987.

Born, Max y Born. Hedwig (1971): Ciencia y conciencia mla era atómica. Selección de A. Herrnann. Trad. E. Pa­redes Larrucea. Madrid: Alianza.

Cockburn, Andrew y Cockburn, Alcxander (1981): «El mi­to de la precisión de los mísíles», Revista de Occidente.n. 367/68: 5-21.

de Landa, Manuel (1991): War in the Age oíIntelligent Ma­chines. Nueva York: Swerve Edítíons.

Din. AlIan M. (1987): «The Prospects for Artificial Intelli­gence in Weapon and Arms Control Applícations». inAlIan M. Din (ed.) (1987): Arms and Artificial Intelligen­ce. Weapoll ami Arms Contrcl Applications 01'AdvancedComputing. Oxford: SIPRIlOxford University Press.

Galileo Galílc¡ (1991): Antología. Trad. V. Navarro. Barce­lona: Península.

Leslie, Stuart W. (1993): The Cold Warand American Scíen­ce. The Military-Industrial-Academic Complex at MITand Stan{ord. Nueva York: Columbia University Press.

Lévy-Leblond. Jean Marc (974): L'ideologie de/dans laphysique contemporaine. Les Temps Modernos. n'' 337­338. París (La ideología de/en la física contemporánea yotros ensayos críticos. Trad. J. Jordá. Barcelona: Ana­grama, 1975).

MacKenzie, Donald (1993): lnventing Accuracy. A Histori­cal Sociology 01' Nuclear Missile Guidance. Cambrid­gelLondres, Mass.: The MIT Press.

Menahem, Georges (1976): La science et le mtlitaire, París:Seuil (La ciencia y la institución militar. Trad. N. Pubil.Barcelona: Icaria, 1977).

Mitcham. Carl (1992): «La ciencia. la tecnología y lo mili­tan>, J. Sanmartín, S. H. Cutcliffe, S. L. Goldman y M.Medina (eds.) (I992): Estudios sobre sociedad y la' tec­notogta. Barcelona: Universidad del País Vasco/An­thropos, pp. 106-130.

Rermcberg, Monika y walker, Mark (1994): «Sciennsts,Engineers and National Socíalism», in Monika Renne­berg y Mark Walker (eds.] (1994): Science, Technologyond National Socialismo Cambridge, Nueva York: Cam­bridge University Press, pp. 1-29.

Richardscn, Jacqucs G. (1993): «El contrato, pasado y fu­turo, enter el científico y el militan>. Revista Interna­cional de Ciencias Sociales, n. 135: 15-25.

Sánchcz Ron. José Manuel (1992): El poder de la ciencia.Historia socio-económica de la [ísica (siglo xx). Madrid:Alianza.

- (1994): «La ciencia y el infierno de Dante», periódico ElPaís.20-0ctubre-1994.

- (1995): «Ciencia, científicos y guerra en el siglo xx: al­gunas cuestiones ético-morales». en La filosofla de laciencia como [ilosoíta: práctica, cd. de Javier Echeve­rrla, Isegor{a/12 (1995): 119-136.

Smit. Wim A. (1995): «Sclence, Teehnology, and the Mili­tarv: Relations in Transítion», in Sheila Jasanoff Ge­rald E. Markle, James C. Peterscn y Trevor Pinch (eds.)(1995): Handbook 01' Science and Technology Studies.Londres: Sage Publications, pp. 598-626.

VV. AA. (1984): En tomo a la electrónica militar. Madrid:Fundación Universidad-Empresa.

VV. AA. (1986): Il jornadas de electrónica militar. Madrid:Fundación Universidad-Empresa.

VV. AA. (1992): Electrónica y comunicaciones para la de­fensa. Madrid: Fundación Universidad-Empresa.

VV. AA. (1994): Tecnotogias de doble uso. Madrid: Funda­ción Universidad-Empresa, pp. 126-127.

PARA COMPRENDER CtENCIA, TECNOLoclA y SOCIEDAD 285

Page 265: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

28

Participación públicaen política científica

y tecnológicaJosé A. Méndez Sanz y José A. López Cerezo

L a tecnología, el complejo científico-tecnoló­gico, es, quizá, el tema de nuestro tiempo:

mezcla de reto intelectual, inversión económica yriesgo ambiental y social, todo lo que tiene que vercon ella ocupa un lugar destacado en la agenda delos políticos, los medios de comunicación y loscomentarios de la opinión pública. A partir deuna heterogeneidad de factores, asistimos en lasúltimas décadas a una creciente sensibilización yagitación respecto a los problemas relacionadoscon las políticas científico-tecnológicas. La partici­pación pública en ellas constituye hoy día unimportante reto para las sociedades democráticas.En lo que sigue analizaremos, desde una criteriolo­gfa democrática, los motivos para dicha participa­ción y revisaremos críticamente las principales res­puestas institucionales y sociales que, en tal senti­do, han sido ensayadas o propuestas en diversospaíses.

La base de la participación

Son varios los factores que subyacen al aumentoen la sensibilidad social y a la exigencia de respues-

tas institucionales. Los podemos esquematizar encuatro puntos: I

1. Nueva imagen de la cienciay la tecnología

* La percepción popular de la ciencia y la tecno­logía actuales es ambivalente, alIado de lo que con­sidera positivo no se le oculta lo negativo. Frente ala idea de una tecnociencia que podía traducir ensus justos térmínos los problemas humanos (y elloquería decir: resolverlos en un plazo razonable), seextiende en las últimas décadas la opinión de que laciencia no sólo ha fracasado en resolver muchosproblemas sociales sino que ha creado otros nue­vos.

* Las encuestas de opinión revelan un descensodel prestigio social de las instituciones en general yde los científicos en particular. Los medios de co­municación han contribuido además a transmitir la

, El esquema que sigue en esta sección es una adaptación,corregida y ampliada, del diagnóstico que puede encontrarse enNclkin (1984).

PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLOcfA y SOCIEDAD 287

Page 266: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

imagen de la ciencia como cuerpo de conocimientofalible, plagado de controversias y, en ocasiones,fraudulento).

* Se desarrollan movimientos de resistencia so­cial (locales, regionales, nacionales, internaciona­les) cada vez mejor organizados frente a diversasiniciativas en política tecnológica o ambiental(energía nuclear, control informático, experimenta­ción con embriones humanos, etc.).

« Aparecen nuevas preocupaciones sociales entorno a la ciencia-tecnología:

- Riesgos (energía nuclear; gestión de residuostóxicos, fertilizantes químicos, etc.}.

- Implicaciones éticas (experimentación con em­briones humanos, uso comercial de los bancos dedatos, madres de alquiler; etc.).

- Uso inapropiado de descubrimientos científi­cos o innovaciones tecnológicas (técnicas de diag­nóstico genético, investigación sobre diferencias se­xuales, etc.).

- Equitativídad en la distribución de recursos enI+D y en la distribución de costes sociales y am­bientales.

2. Nueva imagen de los expertos

* El incremento de la presencia de expertos enlos diversos niveles de la administración y la insti­tucionalización de su asesoramiento cualificado re­vela la creciente importancia política del conoci­miento especializado junto con un cambio en la na­turaleza del ejercicio del poder y los medios delcontrol social J.

1 Los nuevos estudios sociales sobre ciencia y tecnología,que comienzan a difundirse en el ámbito educativo general y deperiodismo ciemílico a principios de los 80, están contribuyen­do a desmitificar la ciencia y problematizar la tecnología almostrar estas actividades corno procesos sociales que dependende valores e intereses contextualcs. Véase, por ejemplo, Jasanoffel al. (1995).

) Véase la extensa discusión del tema en Stehr (1994: 166ss).

288 PARA CON/PRENDER CIENCIA, TECNOI,OGlA y SOCIEDAD

« Sin embargo, no está clara la naturaleza delpapel político de los expertos:

- Para algunos, se trata de simple tecnocracia, deuna nueva fuente de poder no democrático con in­fluencia sobre los políticos y sobre el público en ge­neral.

- Para otros, Jos expertos son mantenidos por elpoder político y disfrutan de poco o ningún poderreal; son simplemente utilizados como cortina dehumo para legitimar decisiones tomadas por otrosmotivos.

* En cualquier caso, se sospecha una mengua deJos valores democráticos.

3. Nuevo concepto de participaciónsociopolitica

" Cada vez es mayor el interés Ciudadano en se­guir más de cerca e influir en los procesos que de­sembocan en decisiones sobre cosas que le atañenvital o económicamente. Este interés corre parejascon la desconfianza en la metodología opaca queutilizan las elites gobernantes a la hora de decidir yejecutar sus políticas científico-tecnológicas y conun mayor conocimiento de Jo científico-tecnológicopor parte del público no experto". Cabe pensar queuna mayor participación ciudadana dotarla de unamayor legitimidad a las decisiones sobre materiascientífico-tecnológicas (especialmente cuando di­cen relación a puntos que entrañan riesgo), facilita­ría su puesta en práctica y contribuiría a prestigiara las instituciones democráticas.

1< No se trata, en todo caso, de impugnar el siste­ma democrático sino de profundizar en él: el ciu­dadano es cada vez más consciente de que si essoberano debe ejercer al máximo su soberanía yque ésta no se agota en la elección periódica derepresentantes políticos que gestionen en su nom­bre sus deseos y su dinero a cambio de rendir cuen-

4 Un panorama general sobre la diversidad actual de estu­díos sobre la recepción de la ciencia por parte del público, losllamados estudios de «Publíc Understanding of Science», puedeencontrarse en Wynne (1995).

Page 267: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

tas cada determinado tiempo sin detallar los asien­tos.

* La administración pública comienza a sensibi­lizarse acerca de las desventajas de una orientacióntecnocrática de la toma de decisiones en políticacientífico tecnológica. Por tres motivos: substantivo(los profanos no ignoran sus intereses; sus juiciospueden ser tan razonables y penetrantes, al menos,como los de los expertos), normativo (la tecnocra­cia no es democrática), instrumental (la participa­ción efectiva de los ciudadanos incrementa los pun­tos de vista, aminora la resistencia social y prestigiaa las instituciones) l.

4. Nueva imagen del ser humanocomo miembro del medio biosocial

* Se extiende el sentimiento de que la biosfera esun ecosistema frágil y único, algo cuya continuidadamenazamos como especie al actuar sobre él de unmodo abusivo valiéndonos de nuestros medioscientífico-técnicos.

* Paralelamente, tiende a reconocerse que de­pende de nosotros evitar que la obtención de recur­sos vitales acabe con su fuente. Se impone así unacreciente certeza: el ser humano y sus sociedadesno son sino un elemento inestable más del medioque habitan.

* La imagen de un mundo único se ve reforzadacontinuamente por la tendencia político-económicade resolver los problemas actuales mediante la co­ordinación de proyectos a escala mundial (Cf-Cs yla capa de ozono, recursos pesqueros, selva tropi­cal, etc.).

* La continua difusión por los medios de comu­nicación de la imagen planetaria de la tierra. que al-

, Se trata de los tres argumento que desarrolla y popularizaDaniel Fiorino. de la Environmental Prolection Agency nortea­mericana (1990: 227·228). Aunque Píorino presenta su argu­mentación pensando en situaciones de riesgo ambiental. es fa­

zonable que pueda extenderse a la participación pública enpolítica científico-tecnológica o, de forma más amplia, a la par­ticipación pública en política en general.

canza los más alejados rincones del globo, y la cons­tante apelación a su carácter global y único haceque sea imposible reducir el alcance de cualquieracción ambiental a su impacto local: comienza aprender la imagen del mundo como un jardín ohuerto en el que hay que trabajar y disfrutar segúnun plan muy meditado (frente a la imagen de unacantera o mina de la que se puede extraer materiala discreción).

* Se produce una revalorización de los nichossingulares: las ideas globales, los grandes proyectosque emergen de los grandes centros de decisión de­ben de tener en cuenta lo particular y buscar ade­cuarse, cuando no someterse, a ello. En este senti­do, la diversidad de los ambientes y de sus pobla­dores (incluidos los humanos) no puede sersacrificada sin más en nombre de lo concebido abs­tractamente como deseable desde los centros de po­der.

Todos estos factores se encuentran en la base dela reciente sensibilización pública respecto a laciencia y la tecnología: cada vez son más importan­tes en las vidas de todos y cada vez parece más difí­cil intervenir sobre ellas. Como resultado, las rela­ciones entre ciencia y sociedad se encuentran hoy enun proceso de renegocíacion política.

El horizonte de la participación

Pero no se trata simplemente de imponer res­tricciones sobre la ciencia y la tecnología, de forzarun severo control social al estilo del control políticode la Alemania nazi o la Unión Soviética estalinista,sino de renegociar quién debería decidir objetivospolíticos en ciencia y tecnología y quién deberíasupervisar su cumplimiento. Los lemas de estarenegociación son bien conocidos: «participaciónpopular», «r-esponsabilidad social de los expertos»,«desacrallzacíón de la ciencia», «ciencia para elpueblo», etc.

Superar los obstáculos que dificultan la partici­pación pública en el diseño, implantación y evalua­ción de políticas tecnológicas y ambientales es algo

PARA COMPRENDER CIENCiA, TECNOLOG1A y SOCIEDAD 289

Page 268: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

reconocido, cada vez con más fuerza, como unacondición sine qua non para una gestión social yambientalmente adecuada del cambio tecnológico.La tradicional rendición de cuentas cada cuatroaños por parte de gobiernos y parlamentos en so­ciedades democráticas, ha demostrado ser una for­ma indirecta de control social demasiado endebleante un cambio científico-tecnológico cada vez másvertiginoso y que plantea problemas más y másapremiantes ". Evitar el actual expolio tecnocrétícodel medio natural y la enajenación del mundo so­cial exige la participación pública directa, es decir,coordinar los intereses de los distintos actores im­plicados (fuerzas sociales. instituciones políticas,mundo académico) en proyectos viables y amplia­mente respaldados.

En este sentido, podemos comenzar señalandodos contextos en los que se han traducido iniciati­vas de participación:

* Por un lado, diversos gobiernos han creado ca­nales de participación tanto en el sistema repre­sentativo y las agencias y departamentos guberna­mentales como mediante reformas administrati­vas.

" Por otro, han proliferado los experimentos departicipación independientes de las vías oficiales(sistemas legislativo y ejecutivo, vía judicial): porejemplo a través de las organizaciones de consumi­dores, las asociaciones en defensa del ambiente yotras organizaciones no gubernamentales.

Pero la coordinación de los intereses de los di­ferentes actores en la participación pública en po­lítica tecnológica o ambiental es una tarea que es­tá lejos de ser sencilla debido a la disparidad depuntos de vista, grado de información, concienciay poder de cada uno. Por ello, buscaremos desglo­sar Jos distintos aspectos del concepto de partici­pación pública en una política tecnológica y am­biental democrática. Trataremos de analizar diver­sas propuestas, sus supuestos y los problemas queplantean.

• Véase Elliott y Elliott (1976). El pensamiento marxista ac­túa como una alerta temprana en los anos 60 y 70. anunciandoun cambio general de sensibilidad.

290 PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLOGfA y SOCIEDAD

Las posibilidades de la participación

Ante la creciente sensibilización y exigencia departicipación, conviene determinar, en sentido am­plio, quién puede o debe participar en la gestión delcambio tecnológico y ambiental. qué ciudadanos ogrupos sociales, qué «públicos» están involucradoso pueden involucrarse en la gestión pública que tra­ta de encauzarse institucionalmente J.

1. Tipos de ciudadano

* Personas directamente afectadas por la innova­ción científica-tecnológica o la intervención am­biental que no pueden evitar el riesgo o el impactodirecto (económico, ambiental, ...), por ejemplo losvecinos de una central nuclear. Se trata del públicomás obvio y del que proceden la mayoría de recla­maciones de participación. Se pone en cuestión lajusticia de la distribución prevista de costes y bene­ficios: ¿Puede justificarse la disminución del bie­nestar de algunos ciudadanos por el aumento delbienestar de otros? ¿Puede incorporarse razonable­mente al análisis costeibeneficio el riesgo físico delos vecinos de una instalación contaminante?

" Público involucrado. Se trata de receptores di­rectos de servicios profesionales o instalaciones tec­nológicas como los pacientes médicos de los siste­mas de salud. Se ven potencialmente afectados deun modo directo (es decir, son en potencia personasdirectamente afectadas).

* Consumidores de los productos de la ciencia-tec­nologia. Se trata de un público más vagamente defi­nido que suele protestar contra las regulaciones odiversos usos de la tecnología. Por ejemplo sobre eluso de fertilizantes en agricultura, hormonas en ga­nadería, aditivos químicos en alimentación, etc.

" Público interesado. Se trata de personas con­cienciadas o sensibilizadas particularmente sobre

'Véase Nelkin (1984; 25). cuya clasificación general es tam­bién adaptada en la presente sección. El problema general dequién debe o puede participar en controversias relacionadascon la tecnología o el ambiente es obviamente una cuestión dela mayor importancia política.

Page 269: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

los problemas tecnológicos o ambientales por susprincipios morales o ideológicos. Suelen pertenecero ser simpatizantes de grupos ecologistas o asocia­ciones no gubernamentales diversas.

* Comunidad científica e ingenieril. La politiza­ción de estas comunidades durante los años 60 haproducido la protesta organizada de muchos cienti­ficos e ingenieros contra la carrera armamentista o,más recientemente, contra la energía nuclear o lainvestigación biomédica~.

2. Tipos de organización

* Grupos de ciudadanos. Son coaliciones tempo­rales, a veces organizadas espontáneamente, que seforman para protestar contra decisiones, proyectoso políticas específicas. Pueden actuar a nivel local(p.e., asociaciones de vecinos coordinados en accio­nes comunitarias) o a nivel nacional (p.e., la protes­ta contra General Electric organizada por Infact enEE.UU.). No siempre se disuelven tras la resoluciónde la disputa, a Veces permanece un núcleo de acti­vistas con poder para nuevas movilizaciones.

* Asociaciones no gubernamentales, de carácterregional (Coordinadora Ecologista de Asturias), na­cional (Aedenat en España) o internacional (Green­peace). Tratan, en general, de promover la rendi­ción de cuentas mediante el escrutinio público.Además de movimientos ecologistas, con frecuen­cia se ven involucrados en las disputas otros tiposde organización: asociaciones de consumidores,sindicatos, partidos políticos, etc.".

* Asociaciones de científicos. Por ejemplo «Scien­ce for the People». «Coalition for Responsible Ge­netic Research». «Center for Concerned Engine­ers». Suelen suministrar un conocimiento técnico

• véase una fuerte crítica a este compromiso de los científi­cos en Handler (1980: 95). donde se defiende, para el individuo­científico. una estricta separación entre los roles de científico yciudadano y se califica como «anomfa» la participación de cien­tíficos en el movimiento ambiental y de consumidores.

, Sobre organizaciones obreras y de consumidores, puedeconsultarse Elliott y Elliott (1976: 215 ss.).

alternativo para apoyar a los grupos de ciudadanosy las asociaciones no gubernamentales 10.

Las condiciones y criteriosde la participación democrática

¿Qué condiciones ha de cumplir la gestión pú­blica de lo científico-tecnológico para poder serconsiderada satisfactoria desde un punto de vistademocrático? De forma realista (es decir, no plante­ando un programa de máximos), podemos resumir­las en las siguientes: 11

* Carácter directo e igualitario: debe de permitirla participación directa e igualitaria de los ciudada­nos no expertos (a título individual o agrupados) enpie de igualdad con los expertos y las autoridadesgubernamentales. Ello implica, en principio, trans­misión de toda la información, tiempo para el de­bate, no intimidación, igualdad de trato y transpa­rencia en el proceso.

* Carácter representativo: debe producirse unaamplia participación en el proceso de toma de deci­siones. Cuanto mayor sea el número de grupos o elporcentaje de individuos involucrados, y más diver­sa sea la extracción de éstos, mejor será el mecanis­mo participatívo en cuestión.

* Carácter efectivo: debe de traducirse en un in­flujo real sobre las decisiones adoptadas en todaslas fases del proceso, desde la discusión básica has­ta la realización efectiva de lo acordado. Debe pro­ducirse una delegación de la autoridad o un accesoefectivo a aquellos que la detentan.

* Carácter activo-participativo: debe permitir alpúblico participante involucrarse activamente en ladefinición de los problemas y debate de los pará­metros que los definen, y no sólo considerar reacti­vamente su opinión en el terreno de las soluciones(con lo que se limitaría a optar entre un ramillete deposibilidades elegidas de antemano por expertos,

,. Véase Rose y Rose (1976).

"Véanse Fiorino (1980: 229-230), Laird (1993: 353-355),Krimski (1984:45), Rip (I986).

PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLOG/A y SOCIEDAD 291

Page 270: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

autoridades o grupos sociales relevantes). El proce­so de participación se convierte así en algo más queun mecanismo de toma de decisiones compartido:un proceso radical de aprendizaje del carácter so­cial de los problemas científico-tecnológicos, de suplanteamiento, de sus soluciones y del conocimien­to y los sujetos que intervienen en ellos.

Estas condiciones nos servirán como criterio pa­ra estimar el grado de democracia de las formas departicipación que consideraremos a continuación 12.

Articulación institucionalde la participación

Los distintos públicos implicados pueden parti­cipar, y así lo hacen, en los procesos de toma de de­cisiones en política científico-tecnológica y ambien­tal. A continuación se expondrán las principales po­sibilidades de participación pública y se procederá

" Estos requisitos derivan, como es obvio, de una determi­nada teoría general de la demacrada. Aunque no es éste el lu­gar para entrar en la discusión de las distintas concepciones dela democracia, ni siquiera para delinear con precisión nuestrapropia posición, .~í resulta relevante señalar que, en la literatu­ra actual sobre participación pública, el debate gira en torno ados grandes teorías: la de la participación directa (Fiorino,Amste¡n, Pateman, Barber) y la pluralista (o poliarquía, libera­lismo de grupos de interés, etc.) (Dahl, Laird). La diferencia bá­sica entre ambas estriba en que los pluralistas entienden por de­mocracia la libre competencia entre distintos grupos de interésvoluntariamente organizados y por participación la búsquedade resultados negociados concretos en una sociedad ya demo­cráticamente constituida, mientras que para los defensores dela participación directa, es el individuo en cuanto individuoquien debe de participar e incidir en la cosa pública, interesan­do no tanto el resultado como el proceso de participación quehace de él un ciudadano y ayuda a construir la democracia. Deesta diferencia básica deriva una diferencia a la hora de evaluarel grado de cumplimiento de los requisitos que hacen democrá­tica una participación pública, requisitos en los que, sin em­bargo, básicamente coinciden: amplia y significativa participa­ción ciudadana (véase Laird (1993: 343-349). Nuestra posiciónno coincide exactamente con ninguna de las dos posturas y, enlo que aquí importa, incide sobre todo en la inclusión informa­da y operativa en el proceso de toma y ejecución de las decisio­nes relacionadas con la ciencia-tecnología de aquellos ciudada­nos o grupos usualmente marginados de ellas.

292 PARA. COMPRENDER CIENCIA. TECNOLOG/A y SOCIEDAD

a su evaluación de acuerdo con los criterios antesenunciados.

En España la participación pública en el ámbitolegislativo-ejecutivo está casi limitada de hecho a laelección de representantes políticos y éstos actúansupeditados a las políticas generales de los partidosque los proponen; en el ámbito judicial, igualmen­te, la capacidad ciudadana de influir en las políticasambientales mediante denuncias es también redu­cida, debido a la insuficiencia y/o poca operatividadde la legislación al respecto. Por estos motivos seimpone la consideración de los modelos de otrospaíses occidentales más dinámicos en este terreno.Por ejemplo, Estados Unidos y otros países indus­trializados como Australia, Alemania, Suecia o losPaíses Bajos 13, donde se han ensayado diversos me­canismos que posibilitan, en diferente medida, laparticipación ciudadana:

l., véanse Krimsky (1984: 45 ss.). Fiorino (I990: 230 ss.). Laird(1993: 350 ss.). Resulta fascinante la información que brinda Vi­llasante (1995: 55-90) sobre participación pública en Latinoamé­rica, una zona que no se suele señalar como referente, pero a laque habrá que ir prestando cada vez mayor atención.

Page 271: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

* las audiencias públicas: son foros abiertos y po­co estructurados donde, a partir de un programadeterminado por los representantes del gobierno, seinvita al público a escuchar las propuestas guber­namentales y a comentarlas 14;

* la gestión negociada: se ha empezado a introdu­cir en Estados Unidos y otros países como comple­mento del procedimiento tradicional de informa­ción-comentario, Ante un asunto determinado (porejemplo, la discusión sobre un reglamento especffi­ca), se constituye un comité negociador (compuestopor representantes de la administración y ciudada­nos afectados, pero del que quedan excluidos los re­presentantes de intereses organizados) que goza deuna significativa autonomía (sobre procedimientosa seguir; manejo de recursos, definición de proble­mas, determinación de plazos) en el que los repre­sentantes estatales participan como parte, por loque se comprometen (en la medida que estén auto­rizados) a asumir públicamente como propio el con­senso alcanzado por el conjunto de las partes 15.

* los paneles consultivos de ciudadanos: es unmodelo basado en el modelo del jurado aplicado atemas científico-tecnológicos y medio-ambientales.Bajo este epígrafe pueden agruparse tanto modelosteóricos como ya realizados 16, Si bien hay diversos

" La legislación española contempla la exposición públicade evaluaciones de impacto ambiental y otro tipo de informesrelacionados con la política tecnológica y ambiental. Sin em­bargo, la información insuficiente y la falta de asesoramientodificultan en gran medida el acceso de los ciudadanos a los in­formes técnicos. Véase, por ejemplo, el caso de la legislación fo­restal asturiana en López Cerezo y González García (1993 y1996). Para las audiencias públicas realizadas por organismoscomo la Envíronmcntal Protection. Agency en Estados Unidos,véase Fiorino (I990),

L5 véanse, por ejemplo, el programa de gestión participativadesarrollado al norte del Estado de Victoria (Australia) para re­solver el problema de la salinidad de sucio yaguas, en Syme yEaton (1989).

"Entre los modelos teóricos, destacan la propuesta de K.Shrader Frechette (1985a y 1985b) Yel modelo de T. Bums y R.Ueberhorst (1988: secc. 4.3), Para los modelos realizados, véaseCrosby el al. (1986). Entre éstos destaca, en el ámbito evaluati­vo, el de la NOTA (Organización de Evaluación de TecnologíasNeerlandesa): véanse Boxsel (1994), Rip Yvan den Belt (1988),y Schot (1992),

tipos de paneles (algunos, incluso, tienen carácterdecisorio y no meramente consultivo) 11, podemosdecir que la idea que los inspira es que ciudadanoscorrientes (elegidos por sorteo o por muestreo aza­roso estratificado) puedan reunirse (por ejemplo,durante dos días) a considerar un asunto en el quepreviamente no son expertos y sean capaces, trashaber recibido información e interrogado a los pe­ritos y autoridades que han de decidir, de emitiruna serie de recomendaciones a los organismos ofi­ciales I!.

* las encuestas de opinión sobre diversos asuntosrelacionados con la innovación tecnológica o la in­tervención ambiental, de modo que la percepciónpública al respecto pueda ser tenida en cuenta porel legislador o la administración pública, Son unmecanismo complementario que en Europa ha sidoespecialmente promovido por la NOTA (Organiza­ción de Evaluación de Tecnologías Neerlandesa).

Por otra parte, ya en el ámbito estrictamente ju­dicial,

;, la realización de referendums y la litigación sehan convertido en Estados Unidos y otros países oc­cidentales en el principal camino que tienen los ciu­dadanos para restringir y dirigir el cambio tecnoló­gico y la intervención ambiental (Nelkin, 1984: 30).

Discusión

Pero todos estos procedimientos norteamerica­nos y europeos presentan inconvenientes desde

" Así, el Cambridge Experimental Review Board pudo regularla investigación sobre el DNA recombinante en la ciudad deCambridge (Massachusetts): véase Laird (1993: 352). Comoejemplo de panel consultivo no decisorio, véase el caso austra­liano (la «estrategia regional de Kiwana», para combinar pro­tección y desarrollo industrial al sur de Perth, Australia) en Sy­me y Baton (1989).

" En Alemania, por otra parte, se está ensayando un meca­nismo similar, las células de píaneamiento. Formadas por 25ciudadanos comunes liberados de sus quehaceres por un tiem­po determinado, han de elaborar una opinión sobre un proyec­to determinado. Pueden informarse, discutir y hacer propues­tas. Véase Villasante, 1995: 285.

PARA.COMPRENDER CIENCIA, TECNOLOGfA y SOCIEDAD 293

Page 272: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

nuestro punto de vista 19: el ciudadano participa so­bre todo reactívamenre. es decir, no es él quien defi­ne el problema sino que se encuentra con él ya for­mulado en un sentido determinado por las autori­dades y/o los expertos. En las audiencias públicas, lasolemnidad del ambiente puede amilanarle y, en to­do caso, es la autoridad quien decide y encauza lasdiscusiones, en las que resulta difícil profundizar.Además, no es habitual compartir la autoridad y nosuele partícíparse en pie de igualdad con expertos yrepresentantes de la administración. En los diferen­tes paneles consultivos, el ciudadano común tam­bién está en desventaja frente a los expertos y lo quese suele discutir es el cómo y no el qué, que ya estádecidido. No obstante, en los paneles consultivos seproduce una mayor igualdad en la participación ciu­dadana (con respecto a expertos y políticos) debidoa un mayor grado de delegación de la autoridad. Porotra parte, se admite que se trata de procedimientoscaros y largos (debido a que los no expertos han deasimilar una gran cantidad de información).

El litigio entraña también multitud de proble­mas de carácter jurídico, necesidad de acudir a ex­pertos, cuestiones sobre la relación ley-ciencia, etc.,aunque tiene la ventaja de permitir la participaciónde personas o grupos no directamente afectadospor el asunto en cuestión. Los referenda presentanmúltiples debilidades (respuesta reactiva a cuestio­nes cerradas. limitación de las alternativas, etc.,aunque pueden propiciar la discusión pública sobrelos asuntos a considerar), al igual que las encuestas.No obstante, los referenda, a diferencia de las en­cuestas, tienen un mayor carácter directo y efectivopuesto que los ciudadanos participan de un modoigualitario y con efecto habitualmente decisorio.

Aunque la gestión negociada es, de momento, unprocedimiento casi únicamente complementario y,debido a la forma de elegir sus miembros, su legiti­midad en asuntos que conciernen a valores socialeso elecciones fundamentales es limitada (Fiorino,1988; Laird, 1993), presenta rasgos democrática­mente prometedores y susceptibles de desarrollo(posibilidad de participación activa, directa e igua-

" Para su evaluación detallada desde las dos grandes teorí­as actuales de la democracia a que antes hicimos referencia, vé­ase Fiorino (1990: 236·238) y Lalrd (1993: 343-350).

294 PARA COMPRENDER CIENCJA. TECNOLOC1A y SOCIEDAD

litaria y de influir en la realización de las decisio­nes). Una importante debilidad de la gestión nego­ciada, sin embargo, es que, al no dar entrada a laparticipación ciudadana directa, no favorece elaprendizaje social y la discusión pública del modoen que pueden hacerlo otros mecanismos.

Todos estos mecanismos presentan puntos débi­les y puntos fuertes, dependiendo del criterio departicipación democrática considerado y, en últimainstancia, de la teoría de la democracia presupues­ta 2~. En casos prácticos, es conveniente adecuar elmecanismo de participación a las característicasconcretas que se presenten en cada situación. Porejemplo, ante problemas fuertemente ideologizadosno es conveniente un mecanismo de participaciónque involucre la interacción cara-aocara, puesto quetiende a radicalizar las posturas, mientras que antedecisiones concernientes a localización de recursostal forma de interacción es viable y positiva (véaseSyme y Eaton, 1989). Algunas cuestiones relativasa, por ejemplo, el riesgo o impacto social de nuevastecnologías pueden requerir un mecanismo que fa­vorezca una amplia discusión social (como un refe­réndum); otras cuestiones, donde esté en juego ladistribución de recursos o riesgos, harían aconseja­ble un mecanismo que no descontextualice las opi­niones e intereses de diferentes actores (excluyendoasí, por ejemplo, las encuestas). En otras ocasiones,por ejemplo ante problemas ambientales de carác­ter local. puede ser conveniente favorecer el apren­dizaje social a través de mecanismos de participa­ción directa (como paneles consultivos), mientrasque en casos donde el problema afecte a muchagente distribuida en diversos segmentos sociales se­ría preferible la representación a través de gruposde interés (como en la gestión negociada).

Conclusión

La conservación del medio natural y la promo­ción de sus habitantes, el equilibrio en el reparto delos frutos y trabajos del desarrollo económico, la es-

'" Aunque, desde luego, las principales teorías comparten lu­gares comunes (como, en cierto modo, el enunciado de los cri­terios comentados en el texto principal).

Page 273: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

tabilidad y mejora democrática de los sistemas po­líticos, son algunas de las cosas que dependen decómo resolvamos el reto de una gestión tecnológicay ambiental adecuada. Ahora bien, una gestión ade­cuada de la política tecnológica y ambiental sólo se­rá posible si se desarrollan, consolidan y mejorandiversos cauces institucionales para una participa­ción pública efectiva en el diseño e implantación dedicha política.

Así, huyendo de la tentación tecnocrática y sinmitificar la participación como deseo universal(pues, está demostrado, hay mucha gente que pre­fiere que sean otros los que decidan) y a partir deldesarrollo de una determinada concepción de la de­mocracia y del saber, se podrán ir perfilando mode­los realistas de participación activa, detallando suscriterios y buscando su traducción jurídica en losdistintos derechos o prácticas nacionales o loca­les 11.

La complejidad de los problemas abordados ac­tualmente por la ciencia y la tecnología, y la pre­sencia de valores e intereses «externos» en el cono­cimiento especializado, hacen de la pluralidad depespectivas y la participación social un bien valiosotanto desde un punto de vista político como desdeuna consideración estríctamante práctica.

Agradecimientos

Queremos expresar nuestro agradecimiento aMarta I. González García y José L. Luján por su dis­cusión crítica y colaboración para mejorar diversaspartes del texto. El apoyo material del Ministerio deEducación y Ciencia (DGICYT, PS92/0121) y el Vi­cerrectorado de Investigación de la Universidad deOvíedo ha hecho posible la realización de este tra­bajo.

" Un punto que a menudo se suele dejar de lado en los es­tudios de participación pública es el de la diferencia de los dis­tintos derechos nacionales. asunto de la mayor importancia a lahora de considerar la posible viabilidad de ciertas propuestasforáneas.

Bibliograffa

Boxsel. J. van (1994), «Constructíve Technology Assess­ment: A New Approach for Technology AssessmentDeveloped in the Netherlands and its Sígnífícance forTechnology Policy». en: G. Aichholzer y G. Schíens­tock (eds.), Teehnology Policy: Towards an Integrationoisocial and Eeologieal Concerns, Berlín-Nueva York:De Gruytcr, 1994.

Brown, n.A. (1987), «Ethics, Scíence, and EnvironmentalRegulauon», Environmental Ethies 9: 331-349.

Burns, T.R. y R. Ueberhorst (1988), Creative Democracy:Systematic Conílict Resolution and Policymaking in aWorld of High Science and Teehnology, Nueva York:Praeger.

Crosby, N., 1.M. KelIy y P. Schaefer (1986), «Cttízens Re­views Panels: A New Approach to Citizen Participa­tíon». Public Administration Review 46: 170-178.

Dahl, R. (1989), Democracy and its Crities, New Haven:Yale University Press.

Elliot, D. y R. Elliott (1976), El control popular de la tec­nologta, Barcelona: Gustavo Gili, 1980.

Fiorino, D.l. (1988), «Regulatory Negotiation as a PolicyProcess». Publie Administration Review 48: 764-772.

Fiorino, D.J. (1990), «Cíttzen Participation and Environ­mental Risk: A Survey of Institutional Mechanisms»,Science, Technology and Human Values 15/2: 226-243.

Handler, P. (1980), «Publícs Doubts About Science», en:R. Chalk, Science, Technolagy, and Society: EmergingRelationships, Washington D.C.: American Associationfor the Advancement of Science, 1988.

Jasanoff S. et al. (eds.) (1995), Handbook of Scienee andTechnology Studies, Londres: Sage.

Krímsky, S. (1984), «Bcyond Technocracy: New Routesfor Citizen Involvement in Social Risk Assessment»,en: Petersen (1984).

Laird, F.N. (t 993), «Participatory Analysis, Democracy,and Technological Decision Making», Science, Techno­logy and Human Values 18/3: 341-361.

López Cerezo, J.A. y M.l González García (1993), «TheMany Faces ofUncertainty: Forestry Research and Po­licy in Northern Spain». en: D. Procházková (ed.), En­vironmental Monitoring and Adjacmt Problems, Praga:Czech Ecological Institute and Ministry of Enviren­ment Press, 1993.

PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLOGIA y SOCIEDAD 295

Page 274: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

López Cerezo, l.A. y MJ. Gonaálcz Garda (1996), «LayKnowledge and Public Participalion in Technologicaland Environmental Polícy», Reaserch in Philosophyand Technology 16 (en prensa).

Ne1kin, D. (1984), -Scíence and Technology Poliey and theDemocratic Proccss», en: Pctcrscn (1984).

Petersen, J.C. (ed.) (1984), Citizen Participa/ion in SciencePalicy, Amherst: University of Massaehusetts Press.

Rip, A. (1986), «Conrroversíes as Informal Technology As­sessment», Knowledge: Creatíon, Diffusion, Utiliuuion8/2: 349-371.

Rip. A. Y H. van den Belt (1988), «Constructíve Techno­logy Assessment: Toward a Theory», documento detrabajo, Universidad de Amsterdam.

Rose, H. y S. Rose (1976), La radicalización de la ciencia,México: Nueva Imagen, 1980.

Schot, J.W. (1992), «Constructive Technolagy Assessmentand Technology Dynamics: The Case of Clean Techno-

296 PARA COMPRENDER CIENC/A. TECNOLOGIA y SOCIEDAD

logíes», Science, Technology and Human Values 17/1:36-56.

Shrader-Frechette, K. (1985a), Science Policy, Ethics, andEconomic Methodology, Dordrecht: Reidel.

Shrader-Frechette, K. (l985b), «Technology Assessmenr.Expert Disagreement, and Democratic Procedures».en: Research in Philosophy & Technology, Vol. 8, JA!Press, Nueva York 1985.

Stehr, N. (1994), Knowledge Socíeties, Londres: Sage.

Syme, G.l. y E. Eaton (1989), «Public Involvement as aNegotiation Process», Joumal ofSociallssues 4511: 87­107.

Villasante, T. (1995), Las democracias participatívas. De laparticipación ciudadana a las alternativas de sociedad,Madrid: HOAC.

Wynne, B. (1995), «Publíc Understanding of Science», en:Jasanoff et al. (1995).

Page 275: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

29

La transferenciade la tecnología,

una breve historia crítica I

Paul T. Durbin

L a transferencia de la tecnología: movimientode la tecnología basada en la ciencia, que Pet­

te de los países a la cabeza de la economía (en sumayoría situados en el hemisferio norte del globo)hacia las regiones del mundo (especialmente en elhemisferio sur) donde las herramientas técnicastradicionales son la pauta habitual. Estos últimos.generalmente etiquetados como subdesarrollados oen vías de desarrollo, han tenido poco que aportar alos mercados económicos mundiales, excepto yací­mientas de minerales y materias primas. Los repre­sentantes de los países desarrollados mantienen lapromesa de una vida mejor para los trabajadores enlos países en vías de desarrollo, si comienzan a pro­ducir para el mercado mundial (o al menos para elmercado regional).

Tres aspectos han de destacarse en esta defini­ción.

Primero, dicha definición depende de un agudocontraste entre las técnicas tradicionales empleadasen los asentamientos de culturas tradicionales y losproductos y los procesos asociados con la forma

l Traducción de Andoni Alonso.

moderna de producción, la cual está basada en loque comúnmente se llama investigación y desarro­llo producción. Abarca desde automóviles radios,televisión, y cinematografía hasta computadores ybiotecnología; pero también hay que incluir en ellalos procesos de tecnologización como el tipo deagricultura asociado a la así llamada revoluciónverde o la construcción de grandes presas para laproducción de electricidad.

Segundo, la cultura «moderna» que emerge conla transferencia de tecnología definida de esta ma­nera, depende en gran medida de expertos: ingenie­ros, profesionales informáticos. expertos en cien­cias agrónomas, etc.. pero también de economistas,de directivos formados científicamente, y de otrossimilares.

Tercero, esto es lo que diferencia la transferenciade la tecnología de otros esfuerzos por el desarro­llo comenzando con los créditos del famoso planMarshall destinados a países europeos, a fin de re­construir la destrucción provocada por la SegundaGuerra Mundial, pero que llegan hasta el momentoactutal e incluyendo también a los créditos recien­tes para los países en vías de desarrollo provenien­tes del Banco Mundial y de instituciones similares.

PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLOG/A y SOCIEDAD 297

Page 276: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

Tal como se presentan las cosas al final del siglo xx,sin embargo, algunos de los defensores más ardien­tes de la transferencia tecnológica son las agenciasde desarrollo, tanto si están vinculadas a las Nacio­nes Unidas, a instituciones gubernamentales del he­misferio norte, o las así llamadas organizaciones nogubernamentales (ONGs).

Una última nota introductoria: el objetivo en es­te artículo. siempre que sea posible, se encuentra enla transferencia tecnológica y de desarrollo en Lati­noamérica, incluyendo América Central y Sudamé­rica. En esta región, los principales defensores ex­tranjeros del desarrollo suelen venir de EstadosUnidos y, en menor grado, de Canadá.

La transferencia de la tecnología a países subde­sarrollados, aunque se vendía originariamente parasu beneficio -s¡n duda, con frecuencia el único me­dio para salvarlos de la pobreza, la enfermedad, yotros males sociales- ha sido, como mucho, unabendición a medias para los países y regiones en elSur, incluyendo a Sudamérica. Esto se puede verfácilmente en los informes de los visitantes a lospaíses latinoamericanos. México, por ejemplo, haoptado por trabajar con NAFTA -el tratado nortea­mericano de libre comercio entre Estados Unidos yCanadá-. y los visitantes de ciudad de Méjico sequedan impresionados con los edificios modernos;una estructura completamente moderna que inclu­ye legiones de jóvenes trabajadores profesionales, yasimismo, impresionados con el estilo de vida quedisfrutan. Esto ni parece que se haya obtenido a ex­pensas de la cultura tradicional española, o a la cul­tura india, la auténticamente mejicana. Aun así, losvisitantes perciben la aparentemente interminablemiseria de los suburbios y pueblos más allá de lasamplias ciudades, en los que literalmente, millonesde personas, viejos y jóvenes. parecen no tener na­da que ofrecer a la economía sino sus cuerpos. Y elmismo modelo se ve a lo largo de todo Latinoamé­rica, desde Río de Janeiro a Buenos Aires o Caracas.

De acuerdo con ciertos críticos, los esfuerzos enpos del desarrollo han agudizado las desigualdadessociales en los países receptores. proporcionadouna mayor riqueza para algunos pero una mayormiseria para la mayoría. Estos esfuerzos no hanmejorado de forma significativa la salud y el bie-

298 PARA COMPRT:NnER CIENCIA, TECNOLocfA y SOCIEDAD

nestar de la mayoría y se ha asociado a estos inten­tos con la amplia destrucción medioambiental oecológica en una de las regiones biológicas delmundo más productivas -por ejemplo, la desfores­tación del Amazonas- pero también de otros paísesdesarrollados como Costa Rica.

Primeramente, debemos mirar a la promesa queencierra la transferencia tecnológica. Una de lasmás tempranas y acérrimas defensas de la transfe­rencia como incentivo para el desarrollo se puedeencontrar en la lección de 1959 de C. P. Snow, TheRvo Cultures and the Scientific Revoíution. Este en­sayo se recuerda más a menudo por su firme defen­sa de la legitimidad de la cultura científica. Al res­pecto Snow propone también cambios en el sistemaeducativo para favorecer la ruptura de las barrerasque existen entre las dos culturas. Pero en el capí­tulo cuarto y último de ese pequeño pero influyen­te libro, Snow continúa sosteniendo la afirmaciónde que la cultura científica hace una contribuciónirreemplazable para ayudar a las zonas pobres delmundo para ponerse a la altura de las ricas. Afirmaconcretamente que son necesarios tres elementos:capital, «científicos entrenados e ingenieros con su­ficiente adaptación para dedicarse a la industriali­zación de un país extranjero», y «un programa edu­cativo» para formar a Jos científicos e ingenierosnativos para que puedan volverse «casi indepen­dientes de los científicos e ingenieros del exterior».(The Ttvo Cultures, pp. 49-51).

La misma actitud, y la misma confianza en lapromesa ofrecida por los científicos e ingenierosrespecto a Latínoméríca, muestra la famosa Alian­za para el Progreso, del Presidente J. F. Kennedy, aprincipios de los sesenta, que fructificó en la Orga­nización de Estados Americanos (OEA) y en el de­sarrollo de países como Costa Rica.

Los primeros criticas del ideal tecnoeconómicodel desarrollo fueron los pensadores marxistas. Ca­si tan pronto como se anunció dicho ideal, los críti­cos radicales recordaron el escrito de Lenin Impe­rialismo, el mds alto estado del capitalismo (1916).Lenin no encontraba en el colonialismo razones pa­ra afirmación alguna de generosidad por parte delcapitalismo y sus aliados tecnocráticos; lo que en­contraba, en cambio era un profundo cinismo per-

Page 277: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

fectamente expresado por el colonialista británicoCecil Rhodes en 1895: «Mi idea más amada es unasolución para los problemas sociales, esto es, a finde salvar los 40 millones de habitantes del ReinoUnido de una sangrienta guerra civil nuestra pose­sión colonial debe adquirir nuevas tierras para es­tablecer la población excedente, proporcionar nue­vos mercados para los bienes producidos en las fac­torías y minas» (citado en Communism: BasteWritings, 1970, p. 112). La concepción marxista deldesarrollo tecnoeconómico como un neocolonias­mo para Lationamérica encontró, por supuesto, enFidel Castro su principal representante, junto conErnesto Ché Guevara, el misionero de la causa enotros países latinoamericanos.

Los críticos de la parte contraria, durante laGuerra Fría, mantuvieron que los líderes de lospaíses comunistas, a diferencia de los teóricos mar­xistas, eran en todo punto tan cínicos como los lí­deres de los países capitalistas al promover el desa­rrollo -incluyendo el envío de técnicos expertos apaíses menos desarrollados- por lo que había queincluirlos con sus propias razones políticas colonia­listas. Sin embargo, contemplar la transferenciatecnológica para el desarrollo en términos exclusi­vamente de objetivos políticos de las dos superpo­tencias arroja poca luz sobre la realidad del desa­rrollo tecnoeconómico y sus problemas, tanto enLatinoamérica como en cualquier parte del mundo.De acuerdo con Gunnar Myrdla, uno de los más elo­cuentes defensores de los trabajos académicos enpos del desarrollo en los países avanzados, «unagran fuente de prejuicios en gran parte de la inves­tigación económica sobre países pobres es ... el es­fuerzo de tratar sus propios problemas internosdesde el punto de vista de los intereses políticos ymilitares de Occidente para salvarlos del comunis­mo» (Asian Drama, 1968, vol. L p. 13).

Entre los críticos más influyentes del desarrolloen Latinoamérica en la etapa siguiente, se encuen­tran los conocidos como teóricos de la «dependen­cia». Fernando Enrique Cardoso y Enza Faletto, enlos setenta, centraron su atención en las coalicionesinternas que permitieran a la mayoría de los paísesde Latinoamérica pasar de exportadores de recur­sos a mercados domésticos genuinos; pero tambiénse concentraron en las estrategias utilizadas, en las

crecientes alianzas entre las élites locales y el capi­tal extranjero -las cuales- mantienen estos autores,condujeron a esos países al estado de dependenciaperpetua con respecto a los países capitalistas (Vid.Cardoso y Faletto, Dependency and Development inLatin America, 1979).

Imanuel wallersteín -vid. por ejemplo, The Capi­talist World Economy (1979)- observa el mismo pro­ceso que se desarrolla en todo el globo, donde una«lógica de la acumulación del capital» dicta no sólolas relaciones entre las élites y las demás clases enpaíses concretos, regiones geográficas bien defini­das o zonas económicas, sino que también dicta lasreracacnes pTeuec'l.'n\e"- en \üuü e\ T'ffüllUÜ ell\ie ~\'d­dos pertenecientes al «núcleo», que reciben la ma­yoría de los beneficios, y estados o regiones en la«periferia», que sufren proporcionalmente.

Andre Gunder Frank (por ejemplo en su Capita­lism and Underdevelopment in Latín America, 1969)había ya apuntado, con una decáda de anticipación,el fenómeno que él denomina «el desarrollo del sub­desarrollo» -un incremento de las conexiones ex­ternas (con algo parecido al «núcleo» de Wallers­tein}. que produce, de hecho. «retrogresíón en laperiferia».

Los estudios sobre este tipo de fenómenos en re­alición tanto a los aspectos políticos como de medioambiente han sido numerosos: vid. Mark FalcoffModem Chile: 1970-1989 A Critical History (1989),también D. Collier and Collier Shaping the PoliticalArena: Critical Iunctures, The Labor Movement andRegime Dynamics in Latín America (1991). Respec­to al medio ambiente, vid. Politics and Environmentin Brazil (1991).

Carolyn Merchant en Ecology (1994, el cuartovolumen de una serie, Conceptos clave en la Teoríacritica) ha recogido perspectivas altamente críticasde la situación medioambiental, en el que autorescomo Ame Naess (con fama de «ecología profun­da», vid su Ecology, Community and Lifestyle 1989)y Vandana Shiva están incluidos. La atención de es­ta última se dirige a la India, no a Latinoamérica.pero ha escrito trabajos pioneros de los impactosnegativos del desarrollo en las familias, y particu­larmente en las mujeres: vid su Staying Alive: Wo­men, Ecology and Development (1988) de merecida

PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLOGIA YSOCIEDAD 299

Page 278: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

fama. Un acercamiento similar, pero más genesal ycon detalles sobre lo que ha de hacerse es el de D.Eade y S. Williams (editores), The Oxfam HandbookofDevelopmente and Relief (1996).

Respecto a las cuestiones medioambientales, sehan hecho numerosos estudios, por ejemplo, en ladestrucción de la selva amazónica -vid. AndrewRevkin, The Burning Season (1990), o Alex Shou­matoff The World is Burning {1990h Val Plumwo­od y Richard Routley (1982) amplían este tipo deanálisis para tratar la destrucción -bajo la presióndel desarrollo- de las selvas a lo largo y ancho de to­do el mundo; vid. tambien Friends of the Earth, Lifeafta Logging? The Role of Tropical Timba Extractionin Species Exíinction (1991). Asuntos asociados conla deforestación de las selvas en Costa Rica se pue­den encontrar en Daniel Jazen et. al. Corcovado Na­tional Park: A Perturbed Porest Ecosystem (1985).

Los críticos del desarrollo y de la transferenciatecnológica han discutido hasta qué punto se con­centraba en áreas específicas: impacto en los traba­jadores y sus familias, o en especial en las mujeres,impactos sobre el medio ambiente, como en el casode las selvas, y otros parecidos. Pero existe otra cla­se de críticos del desarrollo que ven la totalidad delproceso con consternación y que son especialmentecríticos con las nuevas élites técnicas -en Latinoa­mérica y en cualquier parte del Sur- y respecto alestilo de vida modernizado y occidentalizado que sepractica en ellas. Tales criticas ven el desarrollo co­mo un desastre primordialmente en términos de ladestrucción de culturas y estilos de vida tradiciona­les. El crítico más extremo entre ellos es Ivan Illich,que ha trabajado durante décadas en Cuernavaca,Méjico (Carl Mitcham opina que el libro de IllichTools for Conviviality 1973, es su obra más impor­tante). Pero un discípulo de Illich, Wolfgang Sachs,ha recogido contribuciones de diferentes escritorescon una mentalidad semejante (incluyendo a Van­dana Shiva y Gustavo Esteva, también a Illich) ensu Dictionary ofDevelopment (1992). El libro podríaser llamado también un diccionario del antidesa­rrollo.

Con todas estas críticas, a finales del siglo xx,¿no queda nada positivo que decir sobre la transfe­rencia de tecnología y maestría técnica hacia los

300 PARA COMPRENDER CIENCIA. TECNOLOG1A y SOCIEDAD

países subdesarrollados, incluyendo a los de Lati­noamérica? Claramente, el capitalismo piensa quesí. Recientemente, el jefe de la compañía DuPont,que durante décadas ha invertido fuertemente enLatinoamérica, ha sido citado para apoyar NAFfAyempesas similares, afírmando que la compañía hade incrementar sus exportaciones un diez por cien­to anual para pennanecer competitiva. Añadió:«Debemos comportamos y parecer una compañíalocal en todo lugar en el que operemos». Y una gi­gantesca corporación, similar a ésta, Mobil, ofreceejemplo de qué deben hacer tales entidades paraproporcionar beneficios en los lugares donde ope­ran: reparación y rehabilitación de una bibliotecapública en Africa Oriental; subvención de activida­des culturales, como conciertos o exposiciones;construcción de una clínica cercana a su campo deoperaciones en Indonesia; y cinco millones de dóla­res invertidos en la economía local de Nígeria(anuncio de servicio público en el New York Times,p. A25 28-Marzo-1996).

Si estas defensas del desarrollo capitalista y de latransferencia de tecnología a los países en desarro­llo parecen demasiado interesadas -quízá inclusomás cínicas que las de Cecil Rhodes en 1890~ tam­bién existen movimientos positivos activos, muchosde ellos relacionados con Latinoamérica. Baste concitar dos ejemplos relacionados con Costa Rica: M.Wells y K. Brandon People and Parks: Llnking Pro­tected Area Management with Local Communities(Washington, OC: Banco Mundial 1992) y la Funda­ción Neotropica Osa 2000: A Strategy [ot BíologicalConservasion and Community Development in theOsa Peninsula (San José, Costa Rica, 1991). Justa­mente, el Banco Mundial y la Fundación Neotrópí­ca son dos ejemplos de organizaciones no guberna­mentales que trabajan para conseguir «desarrollosostenido», no sólo en Costa Rica, sino por toda La­tinoamérica, e incluso en por todas la áreas subde­sarrolladas del mundo.

El debate continúa, no sólo acerca del desarrollodel tipo del de NAFTA, sino en general. Los defen­sores apuntan a señales nuevas de prosperidad entoda Latinoamérica y en el Sur, respecto a todos losíndices de modernización, incluyendo la rápida ex­pansión de la élites técnicas y la aparición de unanueva clase media. Pero los críticos continúan ín-

Page 279: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

sísttendo en la amplia pobreza y en la alienación so­cial, pesadas cargas para los trabajadores y las fa­milias (cuando finalmente pueden encontrar traba­jo), así como de la enfermedad, incluso el hambrrey la amplia destrucción del ecosistema en su totali­dad, el cual es fundamental para la salud del plane­ta. La transferencia tecnológica puede parecer unapanacea para muchos, pero permanece como unideal (si es que lo es, después de todo) que está car­gado de peligros y desastres potenciales para las co­munidades y el entorno.

BibliografíaCardoso, F. H. Y Faletto E. Dependency and Development

in Latín America. Berkeley: Univ. of California Press,1979.

Collier, David, y Collier, Ruth. Shaping the Political Arena:Critical Iunctures. the Labor Movement, and RegimeDynamics in Latín Amáica. Princeton, N. J.: PrincetonUniv. Press, 1991.

Eade, O. y Williams, S. (eds.) The Oxfam Handbook of De­veiopment and Relie]. Atlantic Highlands , N.J.: Huma­nities Press, 1996.

Falcoff, Mark. Modern Chile, 1970-1989: A Critical History.New Brunswick, N. J.: Transaction Books, 1989.

Frank, Andre Gunder. Capitalism and Underdevelopmentin Latín Americe: Hístorical Studies oiChiie and Brazil.New York: Month1y Review Press. 1969.

Freemantle. Anne, ed. Communism: Basic Writings. NewYork: New American Library, 1970. Incluye textos se­lccclonados de Marx, Engels, y Stalin, no sólo de Ba­kunin, Kautski, y Trotsky, sino también de Mao TséTung, Ho Chi Min, Castro, y Guevara, entre otros.

Friends of the Earth. Life alter Logging? The Role og Tropi­cal Timber Extraction in Species Extinction. San Fran­cisco, Calif.: Friends of the Earth, 1991.

Fundación Neotrópica. Osa 2000: A Strategy (or BiologicalConservaiíon and Community Development on the OsaPenínsula, San José, Costa Rica: Fundación Neotrópi­ca, 1991.

Guirnaraes, R. P. Politics and Enviroment in Brazil: DIeEcopolitics o(Development in the Third world. Boulder,Colo.: Lynnc Rienner Publíshers. 1995.

Illich, Ivan. Tools [or Convivíality. New York: Harper &Row, 1973, (Trad. esp. La Convivencialidad, Barran,Barcelona, 1973).

Janze!, Daniel, el. al. Corcovado National Park: A PerturbedForest Ecosystem. San José, Costa Rica, 1985.

Mitcham, Carl. «Tools [or Conviviality», Argument, 1nsight,Influence. In P. Durbin (ed.) Europe, America and Tech­nology. Philosophical Perspectives. Dordrecht: Kluger,1991 (pp. 17-56). Se trata de parte de un simposio edi­tado por Leonard Wacks sobre la filosofía de IvanIllich.

Myrdal, Gunnar. Asian Drama: An Inquiry into the Povetyo{ Nations. (2 vol.) New York: Twentieth Century Fundy Pantheon, 1968.

Naess, Ame. Ecology, Community and Lifestyle New York:Cambridge Univ. Press. 1989.

Plumwood, Val. y Routley, Richard. World Rainiorest Des­truction -The Social and Economía Factcrs, en The Eco­lagist. vol. 12, n" 1. 1982.

Revkin, Andrew. Die Burning Season: The Murder o{ Chi­co Mendes and the Fight (or the Amazon Rain Forest.Boston: Houghton Míffl¡n. 1990.

Sachs, Wolfgang (ed.) The Development Dictionary . Lon­don: Zed Books, 1992.

Shlva, Vandana. Staying Alive: Women, Bcology, and Deve­laprnent. London: Zed Books, 1988.

Shomatoff, Alex. The World ís Burning: Murder in the RainForest. Nueva York: Cambridge Univ. Press, 1959.

C. P. Snow, The Two Cultures and the Scientiiic Revolu­tion, Nueva York: Cambridge Univ. Presa, 1959.

Wallerstein, Imrnanuel. The Capitalist World-Economy:Essays. Nueva York: Cambridge Univ. Press, 1979.

Wells, M. y Brandon K. People and Parks: Linking Protec­ted Area Management with local Communitíes. Was­hington, D.C.: World Bank, 1992.

PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLOG/A y SOCIEDAD 3O1

Page 280: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

Epílogo!Wiebe E. Biiker

Boceto para una historiade los estudios CTS

E l estudio de la ciencia, tecnología y sociedad(CrS) ha conocido desde siempre una ten­

sión entre lo académico y lo práctico, entre la «igle­sia superior» y la «iglesia inferior», entre la investi­gación universitaria y la enseñanza en la escuela.Algunos aspectos de esta tensión se han documen­tado sobradamente en los capítulos de este libro.Comenzaré este epílogo dando mi propia versión deesta tensión, y discutiré posteriormente que resultaprometedor explotar esta tensión como un recursopositivo, en vez de contemplarla como un proble­ma. Mi argumento se desarrollará así discutiendosobre la particular contribución que los estudios es­pañoles de CTS pueden realizar.

En los años sesenta, los grupos activistas de es­tudiantes de ingeniería y ciencia, especialmente enHolanda y el Reino Unido, se volvieron reactivos encontra de cienos desarrollos de la ciencia y la tec­nología, especialmente la energía nuclear, la carre-

l Traducción de Andoni Alonso.

ra armamentística internacional, y los efectos de latecnología en los lugares de trabajo. A finales de lossetenta este movimiento había sido bastante existo­so en cuanto a lo institucional, pero también se sa­bía ampliamente que había perdido penetración enlos procesos del cambio científico, tecnológico o so­cial. Esto favoreció «una desviación académica»; lainvestigación fundamental en CTS se inició para ga­nar conocimiento que podría ser de utilidad en elámbito político. Despúes de una década, este traba­jo había consolidado impresionantes resultados encuanto a una mejor comprensión de los problemasCTS, y este volumen da cuenta de ello.

La cuestión actual es: ¿nos salimos del desvíoacadémico y nos dirigimos de nuevo hacia los pro­blemas sociales que forman las raíces del movi­miento CTS, o continuamos por el sendero acadé­mico de una disciplina recientemente establecida?He mantenido en otra parte que la metáfora deldesvío puede ser útil para dibujar el problema, peroque oscurece la vista de una posible solución 2. In­tentaré mostrar en este epílogo que no deberíamos

, Vid. Bíjkcr. Wiebe E. O( Bicycles, Bakelites and Bulbs. To­wards a Theory o( Sociotechnícol Change, MIT Presa, Cambrid­ge, 1995.

PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLOG1A y SOCIEDAD 303

Page 281: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

pensar en el futuro de los estudios CTS como unasimple toma de la salida, como volver desde la aca­demia e introducirse en política. En cambio, debe­mos encontrar un nuevo equilibrio entre el trabajoteórico y el compromiso social.

Problemas de las sociedades modernas

La ciencia y tecnología modernas han aportadograndes beneficios al género humano. Desde luego,las sociedades modernas no existirían en el modoque las conocemos si la ciencia y la tecnología nolas hubieran construido. Pero la otra cara de la mo­neda es que esas sociedades modernas -local, re­gional. nacional, y globalmente- tienen tambiénnumerosos problemas que sólo pueden entendersecomo aportados por la ciencia y la tecnología. Yalrespecto, no estoy pensando en accidentes de sobraconocidos como los de Hiroshima, Vietnam, Bho­pal. Chernobyl, o el de Exxon Valdez. Éstos consti­tuyen tan sólo síntomas de problemas estructuralesque se encuentran en el núcleo de nuestra culturamoderna: medioambientales, de la distribución dela riqueza a nivel global (con sus consiguientes pro­blemas sanitarios), y el de la paz y la seguridad.

Una de las cosas que hemos aprendido desde ladécada de los estudios de CTS (véase al respecto elcapítulo de este libro dedicado a este tema) es quese tratarla de un error caracterizar estos problemascomo intrínsecos a la tecnología y a la ciencia. Di­cha equivocación sería similar a la interpretaciónerrónea de la novela de Mary Sheltey, que la entien­de simplemente como el desarrollo de una tecnolo­gía malvada. En vez de esta idea, lo que Frankens­tein hizo fue construir una tecnología (eel mons­truo») de la que no se ocupó adecuadamente; unatecnología que no supervisó o no amó lo suficiente.Si lo hubiera hecho, la tecnología obtenida hubierasido asimismo menos dañina y problemática. Losproblemas de nuestras sociedades modernas no sonde la tecnología y la ciencia per se, ni tampoco ex­clusivamente sociales, económicos o pohticos'. En

'Vid. por ejemplo: Latour, Bruno, ARAMIS ou l'amour destechulques. Editiuns de la Découverte, París, 1992.

304 PARA COMPRENDER CIENCIA. TECNOLOC1A y SOCIEDAD

definitiva estos problemas pertenecen a nuestra cuí­tura tecnológica.

Del estudio de una cultura de CTSal estudio de una cultura tecnológica

Vivimos en una cultura tecnológica. A primeravista, la «cultura tecnológica» es una contradictío interminis. Si algún par de términos son opuestos pa­recería que «tecnología» y «cultura» lo son. NeilPostman, por ejemplo, nos avisa de la «intrusión dela tecnología en la cultura» y contempla la tecnolo­gía como «las herramientas que no se encuentranintegradas en la cultura pero atacan a la cultura»'.Pienso que ésta no es la forma adecuada de ver larelación entre la tecnología y la sociedad, y quieroproponer una forma radicalmente diferente de ver­la. Imagínese el siguiente experimento mental: al­guien que viviera hace dos mil años se transaladahasta el 1800; encontraría un mundo diferente perono tanto como para que se acomodara a él con cier­ta facilidad. Si viajara a 1950 o más tarde, sin arn­bargo, se sentina completamente perdido, e inca­paz de encontrar algún sentido al mundo en el quese encontraría. Esto es, sugiero, porque durante elúltimo siglo ha surgido una cultura completamentenueva: una cultura tecnológica. Nuestra cultura sedesarrolla en referencia directa a la tecnología, y só­lo se puede comprender sabiendo qué papel jueganla ciencia y la técnica.

En términos metodológicos, el punto anterior sesigue naturalmente de lo que obsevamos al final deeste manual de Ciencia, Tecnología y Sociedad, Re­cientes estudios constructivistas de ciencia y tecno­logía (ver el capítulo V) se han concentrado sobre lacultura de la ciencia y la tecnología: las prácticasdel laboratorio, el taller, el departamento de diseñoy la oficina editorial fueron estudiados en sus deta­lles etnográficos. Ahora, nuevamente es el momen­to para ampliar nuestra perspectiva y dibujar lasconsecuencias radicales de los trabajos recientes de

"Postman, Neil, Tecnopolis, Círculo de Lectores, Madrid,1995.

Page 282: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

CT5, los cuales han mostrado que la ciencia y la tec­nología no tienen esa naturaleza especial que los es­tudios popperianos les asignaban.

Del estudio de la cultura de la tecnología hay quepasar al estudio de la cultura tecnológica. Tomamosla «cultura tecnológica» como la nueva unidad deanálisis -en lugar del artefacto técnico o el sistematécnico, o la institución societaria, o la firma eco­nómica. Al tomar ésta como unidad de análisis, se­remos más capaces de evitar interpretaciones esen­cialistas de la tecnología, la sociedad, la política, ola economía. A cambio, las preguntas que ahora selanzan son cómo los actores distinguen estratégica­mente entre lo técnico ylo económico, entre lo so­cial y lo científico, entre lo cultural y la política. Lanueva investigación debería describir cómo los ac­tores trazan ellos mismos tales distinciones, y lasteorías han de proponerse para explicar estos pro­cesos sin caer otra vez en reduccionismos -tanto eltécnico, que asume que es la técnica la que deter­mina todo, o el social, que asume que lo societariolo determina-o Tales teorías explícatorías nuevasnecesitan construir nuevas distinciones. Este nuevoestudio de la cultura tecnológica amplía, por un la­do y por otro armoniza más que lo que lograba elviejo enfoque de cultura de la tecnología. Por otrolado, este último es una condición necesaria para elprimero; sin una perspectiva constructivista. no po­demos analizar la sociedad, la tecnología y la cien­cia de forma integrada. La tecnología permaneceríaasí como un «Premdkorper». un proyectil errático,un volante sin dirección.

Traspasando nuevas fronteras

Los análisis CTS de la cultura tecnológica pidennuevos enfoques, nuevas alianzas y prácticas de ín­vestigación y enseñanza. Este manual puede ser útilpara imaginar varias de estas nuevas posibilidades.Los estudios CTS han sido un campo interdiscipli­nar desde el principio, especialmente aproximandolas ciencias sociales, la filosofía, la historia y lasciencias naturales. Pero recientemente, también lasciencias económicas y políticas se vuelven relevan­tes cada vez más para CT5, al mismo tiempo quedichas disciplinas descartan su generalmente inge-

nuas imágenes tecnológico-deterministas de la tec­nología y la sociedad. Entoces, CTS se desarrollarápor medio de aún más colaboraciones interdísciplí­narias. Aunque entre estas fronteras entre discipli­nas, han de cruzarse aún otras. Discutiré cuatro ti­po de división a continuación.

Las divisiones culturales, en el más estricto sen­tido de «cultura», han formado parte de los estudiosCTS desde sus primeros días. Una fuerte tendenciaanglosajona (también de CTS en Holanda y Escan­dinavia) apareció en las cuestiones de definición yen la terminología descriptiva y explicativa. Los tra­bajos eTS en Francia, y en menor grado en Alema­nia, difieren en gran medida, por ejemplo, respectoa las asunciones epistemológicas y filosóficas bésí­caso Es por ello importante que gracias a este Ma­nual, se ha atravesado la siguiente frontera cultural.entre el mundo anglosajón y el mundo híspanopar­lante. Los problemas de CTS que son especíalmen­te relevantes en el sur de Europa y en Latinoaméri­ca atraerán ahora más la atención y reflexiones co­mo las de Ortega y Gasset podrán encontar ahorasu camino en la comunidad internacional de eTS.

Otra importante frontera ha aparecido entre laenseñanza universitaria y la educación general (deadultos y en secundaria). Si tomamos la cultura tec­nológica como nuestra unidad de análisis, podemosesperar que las divisiones profesionales tradiciona­les no serán adecuadas para resolver los problemasdemocráticos de la sociedad modernas, ya que losproblemas no se encuentran compartimentados a lolargo de esas líneas profesionales. La gestión de latecnología en la sociedad no puede delegarse en po­líticos e ingenieros dentro de sus propios ámbitos;en cambio, un democratización de la cultura tecno­lógica deberla -de una forma o de otra-, implicar agrupos sociales más relevantes. Los estudios CTSson cruciales para preparar a los ciudadanos paraeste compromiso democrático. La enseñanza deCTS es entonces una piedra angular del edificio delas sociedades democráticas modernas, y su ense­ñanza debe alcanzar a todos los (futuros) ciudada­nos, y no sólo a los estudiantes universitarios.

La tercera división que necesita ser atravesadaes la que rodea a la universidad. En este sentido, eldesvío académico del que hablaba debe finalizar.Los estudios CTS han proporcionado ya muchas in-

PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLoc1A y SOCIEDAD 305

Page 283: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

tuiciones en el funcionamiento de la ciencia y latecnología en la sociedad. Ahora se puede desarro­llar una investigación posterior junto a organiza­ciones gubernamentales y de negocios. Los investí­gadores y profesores de CTS pueden trabajar acti­vamente en firmas y organizaciones públicas, tantopara realizar trabajo de investigación como paraparticipar y asesorar.

Esto nos lleva a la cuarta y última división, laexistente entre teoría y práctica. Hasta ahora, lamayor parte de los estudiantes de CTS se han con­centrado en investigación básica y sólo unos pocoshan «vendido» su trabajo como trabajo de consul­toría. Sugeriría una definición más amplia para po­ner en práctica nuestras teorías de CTS. Esta con­cepción más amplia podría etiquetarse como «polí­tica de la tecnología» a diferencia de la «políticatecnológica». La primera se dirige así a cuestionestales como la democratización de la cultura tecno­lógica, la toma de decisiones acerca de grandes pro­yectos tecnológicos, las inclusiones o exclusionessociales provocadas por los cambios tecnológicos, ylos efectos emancipadores de la tecnología. La se­gunda se dirige más a consultoría particular paralos negocios privados y la organización guberna­mental. en los que los problemas suficientementeconcretos han de resolverse de forma instrumental.Los estudios CTS se encuentran maduros para tras­cender también la cuarta división entre la teoria y lapráctica y se implica en debates políticos sobre eldesarrollo de nuestra cultura tecnológica, especial­mente si pensamos también en contribuir a la polí­tica de la tecnología y no sólo a la política tecnoló­gica. Si se toma la cultura tecnológica como unaunidad de análisis, los análisis políticos difícilmen­te caerán en el marco de los factores normales de lasociedad, tales como la economía contra lo social,lo político contra lo técnico, etc. Entonces podre­mos ser capaces de evitar las viejas situaciones debloqueo inevitable, y podremos sugerir creativa­mente nuevas definiciones de los problemas socia­les, así como nuevas estrategias para resolverlos 5.

, Para el desarrollo de los estudios causfsticos en España,vid. Aibar, Eduardo y Bíjker. Wiebe E.. Construaíng a City: TheCerda Pían for the Bxtensioñ ofBarcelona, en Scicnce, Techno­logy and Human Valúes, en prensa.

306 PARA COMPRENDER CIENClA. TECNOLOC1A y SOCIEDAD

Conclusión

En todos estos aspectos, este volumen españolde artículos sobre CTS ofrece un prometedor pun­to de partida para nuevos trabajos de CTS deacuerdo a las líneas que he sugerido. La tensióncentral de todos los trabajos de CTS -entre la teo­na y la práctica, entre la investigación y la ense­fianza, entre la academia y el mundo de los nego­cios, entre el estudio y la política- se pueden haceraquí productivas.

La nueva asignatura de CTS en la educación se­cundaria española proporciona una excelente opor­tunidad -no sólo para contribuir a hacer ciudada­nos más responsables en la moderna cultura tecno­lógica, sino también para llevar más lejos lainvestigación en CTS-. Si la enseñanza CTS em­pleara pequeños proyectos desarrollados por losalumnos, estos podrian ser preparados y surpervi­sados por grupos de profesores de bachillerato e in­vestigadores universitarios. Tal cooperación podríacontribuir a garantizar la cualidad de la enseñanza,y al mismo tiempo a integrar la investigación CTScon su básica misión democrática.

En el nivel universitario, los proyectos CTS ofre­cen numerosas oportunidades para una colabora­ción estrecha entre las autoridades regionales y laspequeñas compañías a fin de conseguir objetivos dedesarrollo económico, regulación de medio am­biente, e inclusión democrática. Para las sociedadesde desarrollo rápido, parece un extraño desvío irprimero a través de laberintos disciplinarios que seprodujeron en el siglo XIX y principios del xx porotros países. Más bien, la ruta interdisciplinar deCTS es una vía mucho más prometedora para satis­facer los propósi tos básicos de las sociedades mo­dernas.

Cuando tales formas de trabajo CTS se desarro­llan, no necesitamos hablar de «volver desde el des­vío académico», sino que tendríamos éxito en desa­rrollar un nuevo, integrado estilo de investigación yenseñanza de CTS, de teoría y práctica, en los queestos elementos se fertilizan entre sí los unos a losotros.

Page 284: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

,Indice general

Prólogo " .

1. Los estudios de ciencia, tecnología y socíe-dad. Una introducción conceptual ..Carl Mitcham, Universidad de Pennsylvanía.

2. Un campo interdisciplinar: la historia, filoso­fía, economía y sociología de la ciencia y latecnología , ..Carl Mitcham, Universidad de Permsylvania.

ILA EDUCACiÓN EN LOS ESTUDIOS CTS

3. Filosofía de la educación en CTS. Ciclo deresponsabilidad y trabajo comunitarioteonard J. Waks, Universidad de Temple.l. Filosufía educativa de la responsabilidad; un dise-

ño para crs ' 0 .

Introducción, .Propósitos de la estructura del ciclo de la respon-

sabilidad .1. La dimensión ética y de valores .

Responsabilidad . . .Responsabilidad por e! mayor bien

2. Fases de! ciclo de responsabilidad ..Fase 1: Comprensión de sí mismo

Actividades para la comprensión de sí mismo.Fase 2: Estudio y reflexión acerca de patrones y

cuestiones CTS . . .Actividades de estudio y reflexión .

Fase 3: Toma de decisiones .Actividades de toma de decisiones

Fase 4: Acción responsable .Actividades de la acción responsable

Fase 5: Integración ..3. Aplicando e! ciclo de responsabilidad

5

9

13

19

2020

21222223272727

2829292929JOJO30

4. Las relaciones escuela-comunidad y su in-fluencia en la educación en valores en CTS 35Leonard J. Waks, Universidad de Temple.Áreas potenciales de preocupación comunitaria 36

Contenido controversial del currículo 36Alentando la acción social responsable 36La búsqueda de la certeza 37

Tres principios 38El principio del control de la comunidad 38El principio del desarrollo integral de la persona. 40El principio de la razón en controversia 41

Pautas 42Antes de comenzar. 42Introduciendo el programa CTS 43Respondiendo al ataque 45

5. Programas universitarios y no universitariosen los Estados Unidos y Europa: observaclo-nes desde y sobre el terreno 49Stephen H. Cutc/iffe, Universidad de Lehigh.Introducción 49Aparición de este campo. 50Ciencia. Ingeniería y Programas de Política Pública. 54Programa de Estudios en Ciencia y Tecnología 56Ciencia, Tecnología y Sociedad. 59Conclusión 61

IIHISTORIA DE LOS ESTUDIOS CTS

Desde la historia

6. Perspectiva histórica de la tecnología. Histo­ria social del desarrollo científico y tecnoló-gico 65José María Cabo Airas, Universidad del País Vasco.1. En la prehistoria , 662. El legado greco-romano 68

PARA COMPRF<NDERCIENCIA. TECNOLOGIA y SOCIEDAD 307

Page 285: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

3. La Edad Media en perspectiva 714. Las claves del Renacimiento 735. El caso de Oriente 746. La revolución cientlfica 757. La herencia de la revolución industrial................. 76

7. Lewis Mumford y la historia de la máquina. 81Andoni Alonso, Universidad del País Vasco.

8. [van Illfch: hacia una fiJosofia de la tecnolo-gía 85Andoni Alonso, Universidad del País Vasco.

Desde el Pensamiento

9. Ortega y Gasset, pionero de la fiJosafía de latecnología. 91Andani Alonso, Universidad del País Vasco.

10. Modernismo reaccionario y técnica: Heideg-ger frente a Nietzsche y Jünger 95IgnacioAyestarán Oril., Universidad del País Vasco.1. La pregunta por la técnica moderna 952. Leibniz, precursor de la técnica moderna 973. La técnica moderna como imagen del mundo ... 984. Nietzsche, Jünger y Heidegger: el totalitarismo

de la voluntad de poder en el trabajador y el sol-dado. 99

5. La Tierra y la era atómica 1026. Heidegger y Rilke: poesía contra la técnica 1037. La respuesta heideggeriana a la técnica moderna:

Serenidad 105

11. Las leyes científicas: algunas críticas al mo-delo nomológíco-deductívo 107JavierEcheverria. Centro Superior de InvestigacionesCientíficas.1. Introducción 1072. El modelo nornológico-deductívo de explicación

científica 1073. Las leyes científicas como normas de acción. 110

12. Técnica y formas de vida en Wittgenstein: lasmatemáticas como construcciones sociales. 113Ignacio Ayestarán Oriz, Universidad del Pals Vasco.1. Wittgenstein y la técnica.. 1132. Dellogicismo de Frege al Tractatus Logico-Philo-

sophicus de Wittgenstein 114

308 PARA COMPRENDER CIENCIA. TECNOLOGfA y SOCIEDAD

3. De la sociología de las matemáticas a la etnome-todologla: de Mannheim a Bloor y Lynch 115

4. De la etnomatemática al estudio social de las ma­temáticas: las matemáticas como reglas socialesen Wittgenstein 118

13. Una revolución en las estructuras conceptua-les de la ciencia: la obra de Thomas S. Kuhn 125Cristóbal Torres, Universidad Autónoma de Madrid.1. Principales tesis y argumentos de la obra de

Kuhn 1262. Principales puntos débiles de las tesis de Kuhn... 1293. La obra de Kuhn y el giro socio-histórico de los

estudios de la ciencia 130

14. Feyerabend contra los dogmas de la ciencia 133Juan Bautista Bengoenea, Universidad del País Vasco.

15. Foucault y la muerte del hombre: individuoy poder como tecnologías 137Ignacio Ayestarán Úriz, Universidad del País Vasco.1. Metodología: genealogía y arqueología 1372. Tipos de tecnologías según Foucault 1373. La técnica como redes de poder 1394. El sujeto como producto del poder: del cristianis-

mo al Estado moderno 1435. El biopoder: la muerte de Franco 1456. Ética de la lucha antifascista: la muerte del hom-

bre 146

Desde la Economía

16. Maquinaria, alienación y economía enK. Marx 151José Maria Cabo Airas, Universidad del País Vasco.Conceptos elementales 157

Trabajo/Arbeit 157Salario/Arbeitslohn 158División del trabajo/Arbeitsteilung 158Valor de uso/Gebrauchswert 159Capita1lKapital 159Plusvalia/Mehrwert 160GanancialProfit 161Ejército de reservalReserveannee 161Valor de cambiolTauschwert 161

17. El análisis del determinismo tecnológico deSchumpeter 163José Maria Cabo Airas, Universidad del País Vasco.

Page 286: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

Desde la Sociología

18. La instauración de la sociología de la cien­cia: R.K. Merton y la escuela de Columbia ...Cristóbal Torres, Universidad Autónoma de Madrid.1. La institucionalización de la ciencia en la Ingla-

terra del siglo XVII .

2. La ciencia como institución social .3. La estratificación y desigualdad en las comunida-

des cientíhcas .4. La obra de Merton y el análisis del conocimiento

científico .

19. Jecques Ellul y la teoría de la tecnologíaautónoma . ..Carl Mitcham, Universidad de Pennsylvania.

20. Marshall McLuhan y las tecnologías de losnuevos medios de comunicaciónAndoniAlonso, Universidad del País Vasco.

169

169171

172

174

177

181

Constructivismo social .Sociología del conocimiento científico: el análisis

macro social del conocimiento científicoEPOR: el análisis mícrosocial del conocimiento

científico .Los estudios de laboratorio y sus consecuencias ..

Etnometodología y análisis del discurso: el aná­lisis micro social de la cultura y las prácticascientíficas .

Reflexividad y nuevas formas literarias: el análisisdel análisis .

Recuperando la agencia material .Teoría de la red de actores: análisis simétrico de

la cultura y las prácticas científicas ..«The mangle uf practice»: análisis dialéctico de la

práctica científica .Estudios culturales de la Ciencia y la Tecnología .

Género y ciencia . .Epistemología social .

Cambio tecnológico y conflicto socialConclusión .

215

215

216217

218

218218

219

22022122222222J225

21. Industria cultural: la Ilustración como enga­ño de masas (Horkheimer y Adorno, másallá de Habermas) 185Ignacio Ayeslarán Úrii, Universidad del País Vasco.l . En recuerdo de Auschwitz 1852. Horkheimer: Teoría Crítica y ciencia 188

Historia y objetivos de la Te'oria Critica 1893. Ciencia y crisis social................................. 190

Observaciones sobre Ciencia y Crisis 1914. Pensar la relación tecnología-sociedad más allá

de Marx 1935. ¿Hay progreso?....... 1956. La delicada metodología de la Temía Critica 1967. Dialéctica de la Ilustración: la industria cultural.

Ilustración como engaño de masas 1978. Ciencia y técnica como ideología en Habermas c.. 2019. Horkhcimer y Adorno, más allá de Habermas ..... 204

22. EJ Estudio Social de la Ciencia y la Tecnolo­gía: Controversia, Fusión Fría y Postmoder-nismo 207JoséA. L6pez Cerezo, Universidad de Oviedo:Maria J. Gontálet; Universidad de Minnesota yJoséLuis Luíán, Universidad de Valencia.Imagen pública y académica de la Ciencia y la Tec-

nología 207El sentido de la polémica 208El caso de la Fusión Fría 211Del consenso a la controversia 213

1lIASPECTOS METODOLóGICOS

23. Tecnologías simbólicas 235Javier Echeverrla, Universidad del País Vasco.1. Introducción 2352. Los ordenadores en la actividad matemática 236

Opportuniñes 236Challenges 236

3. Técnica y tecnología en matemáticas 238

24. Tecnologías del yo y el secuestro de la expe-ríencía . 241Ignacio Ayestarán Úriz, Universidad del País Vasco.l . Tecnologías del yo y la experiencia secuestrada.. 2412. Psiquiatría y tortura 2453. Un caso de secuestro de la experiencia: Joseph

Brodskyo la persecución de la poesía 2464. Otro caso de secuestro de la experiencia: la psico-

logia en los campos de concentración de Franco. 2495. El ciudadano desconocido como producto de las

ciencias humanas y sociales 250

25. Economía: La dinámica de las formacioneseconómico-sociales 253Bruno Amoroso, Universidad de Roskílde.El problema del desarrollo 253

Las dos polaridades interpretativas del desarrollo 253

PARA COMPRENDER CIENCIA, TECNOLOG1A y SOCIEDAD 309

Page 287: Mitcham, Carl - Para Comprender Ciencia Tecnologia y Sociedad

La historia humana reescrita por el capitalismo; 254El éxito del capitalismo está fundado en la parce­

lación de las interacciones de las sociedadeshumanas. 255

Capitalismo y sociedad: Algunas hipótesis. 256Modos de producción, Instituciones, Formas de

mercado 256Consideraciones sobre transformaciones referidas

a los ejes verticales 256Consideraciones sobre correlaciones referidas a

los ejes horizontales 257Conclusiones sobre el problema del desarrollo» 257

Formaciones económico-sociales y capitalismo ... 258El análisis de Fernand Braudel . 258Las consideraciones sobre «países desarrollados»

de Gunnar Myrdal 260Las consideraciones sobre «países subdesarrolla-

dos" de Gunnar Myrdal . 261Las consideraciones sobre el capitalismu de

William Kapp . 262Las consideraciones sobre el capitalismo de

John Maynard Keynes . 262Las consideraciones sobre el capitalismo de los

economistas marxistas .. 263Para una teoría del desarrollo policéntrico . 265

Contribuciones recientes. . .. 265Contribuciones a la elaboración de un modelo

policéntrico de desarrollo ..... . 265De la cooperación al co-desarrcllo 266El Primer diamante del desarrollo policéntrico. 266

26. Arte y Tecnología en el fin del milenio 269liíaki Anaz.

27. El Estado militar y la tecnología: el lobo conpiel de cordero 275Ignacio Ayestarán Vriz, Universidad del País Vasco1, La alianza entre la tecnociencia moderna y el Es-

tado militar 275

310 PARA COMPREA'DER CIENCIA, TECNOLOCfA y SOCIEDAD

2, El mito de la guerra quirúrgica: masacres por or-denador ".." ,.. 278

3, El mito de la precisión de los misiles. 2794. Tecnologías de doble uso, o el lobo con piel de

cordero .....,................................. 281

28. Participación pública en política cientifica ytecnológica , 287JoséA. Méndez Sanz y José A López Cerezo,Universidad de Oviedo.La base de la participación 287

1. Nueva imagen de la ciencia y la tecnología 2872. Nueva imagen de los expertos 2883. Nuevo concepto de participación socíopolí-

tica 2884. Nueva imagen del ser humano como miembro

del medio biosocial 289El horizonte de la participación 289Las posibilidades de la participación 290

1. Tipos de ciudadano 2902. Tipos de organización 291

Las condiciones y criterios de la participación demo-crática 291

Articulación institucional de la participación 292Discusión 293Conclusión ,....... 294Agradecimientos ,............ 295

29. La transferencia de la tecnologia, una brevehistoria crítica 297Paul T. Durbin, Universidad de Delaware.

Epilogo , , ".. 303Wiebe E. Bijker, Universidad de Limburg.

Bocetu para una historia de los estudios CTS ... 303Problemas de las sociedades modernas ....... 304Del estudio de una cultura de CTS al estudio de una

cultura tecnológica 304Traspasando nuevas fronteras 305Conclusión ,........................... 306