multifuncionalidad de los pastos

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La multifuncionalidad de los pastos: producción ganadera sostenible y gestión de los ecosistemas Ramón Reiné Olivia Barrantes Alfonso Broca Carlos Ferrer

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  • La multifuncionalidad de los pastos: produccin ganadera sostenible y gestin de los ecosistemas

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  • La multifuncionalidad de los pastos: produccin ganadera sostenible y gestin de los ecosistemas

    Ramn ReinOlivia BarrantesAlfonso BrocaCarlos Ferrer

  • Los autores De la presente edicin1. edicin 2009

    Edita: Sociedad Espaola para el Estudio de los Pastos.Edicin coordinada por Rein, R.; Barrantes, O.; Broca, A.; Ferrer, C.

    Maquetacin: Grficas Als. Huesca

    Fotografas portada: Los autores

    Impresin: Grficas Als. Huesca.

    Depsito Legal: HU.161/2009

    ISBN: 978-84-612-9337-7

  • III

    INDICE

    PRESENTACIN ......................................................................................... 11

    PRIMERA PARTE: ECOLOGA Y BOTNICA DE PASTOS

    CAPITULO INTRODUCTORIO: Multifuncionalidad de los pastos herbceos de montaa: hacia una inter-pretacin multidisciplinar de los sistemas pastorales del Pirineo aragons.D. Gmez-Garca, R. Garca-Gonzlez, F. Fillat ............................................ 15

    Multifuncionalidad de los pastos con Agrostis castellana L.J. Pastor, A.J. Hernndez .......................................................................... 43

    Relaciones entre los parmetros fsico-qumicos del suelo y la vegetacin en prados de la reserva de la biosfera de Urdaibai (Bizkaia).J.A. Gonzlez-Oreja, M.A. Rozas, M. Onaindia, S. Mendarte, C. Garbisu, I. Albizu ................................................................................. 53

    Influencia de las propiedades edficas en el estado mineral de pastos de puerto en la Cordillera Cantbrica.E. Afif, J.A. Oliveira ................................................................................. 61

    Suelos de pastos de puerto en el Pirineo Central y su relacin con la vegetacin.M. Alcubilla, J. Ascaso, A. Broca, M. Maestro, C. Ferrer .............................. 69

    Uso de compost procedente de residuos slidos urbanos como enmienda orgnica en diferentes suelos de cultivo.A.I. Roca, E. Vidal, A. Paz ........................................................................ 77 Dinmica de la descomposicin de cinco especies herbceas en reas de ribera del ro Henares.T. Martnez-Martnez, J.A. Delgado, L. Gonzlez-Garrido .............................. 85

    Los pastos en la toponimia del alto Aragn: una huella ecolgica que se va perdiendo.L. Villar .................................................................................................. 93

    Caractersticas de la produccin herbcea en los prados de siega del Pirineo de Huesca.R. Rein, C. Chocarro, A. Jurez, O. Barrantes, A. Broca, C. Ferrer ............... 101

  • IV

    Clasificacin florstica de los prados de siega del Pirineo de Huesca.C. Chocarro, R. Rein, A. Jurez, O. Barrantes, A. Broca, C. Ferrer ............... 109

    Anlisis preliminar de los patrones fenolgicos en un prado mesohigrfilo guadarrmico.M.A. Minaya, C. Cebolla ........................................................................... 117

    Efecto del hongo endoftico de Festuca rubra en la germinacin y crecimiento de especies pratenses.B.R. Vzquez de Aldana, M. Romo, A. Garca-Ciudad, B. Garca-Criado ......... 125

    Cambios en la vegetacin producidos por los hormigueros de Lasius flavus en pastos supraforestales del Pirineo Occidental.R. Garca-Gonzlez, E. Garca-Ramn ........................................................ 133

    Efecto del pastoreo de caprino y vacuno en pastos oligotrofos del Espacio Natural de Doana.M.J. Leiva, R. Ayesa, J.M. Mancilla ........................................................... 141

    Efecto del pastoreo sobre Bituminaria bituminosa (L). Stirton y otras leguminosas arbustivas, en Espacios Naturales Protegidos (ENPS) de Canarias.A. Pea, J. Mata, L. Bermejo, L. De Nascimento, S. Fernndez-Lugo, A. Camacho ................................................................ 149

    Efectos de la exclusin del pastoreo en la diversidad, riqueza, composicin de especies y productividad de dos pastizales canarios.S. Fernndez-Lugo, L. De Nascimento, I. Saro, L. Bermejo, J.R. Arvalo ....... 155

    Emisiones de xido nitroso en pastoreo rotacional.D. Bez, A. Louro, A.I. Roca, J. Castro, M.I. Garca ..................................... 163

    Caracterizacin morfolgica de la coleccin activa de Hedysarum coronarium del IFAPA.E. M. Crdoba, F. Perea, C. I. Gonzlez-Verdejo, B. Romn, S. Nadal ............ 171

    Variabilidad cianognica y agronmica en poblaciones naturales de trbol blanco recolectadas en la Cordillera Cantbrica.J.E. Lpez-Daz, E. Gonzlez-Arrez, J.A. Oliveira ....................................... 177

    SEGUNDA PARTE: PRODUCCIN VEGETAL DE PASTOS

    CAPTULO INTRODUCTORIO: Base de datos Pastos espaoles (SEEP). Proceso de construccin y disponibilidad en Internet.F. Maroto, A. Gmez-Cabrera, J.E. Guerrero, A. Garrido ................................ 187

  • VEfecto de la fertilizacin fosfrica sobre la presencia de especies en el forraje de prados de montaa.R. Garca-Navarro, J. Alvarenga, A. Calleja ................................................. 197

    Eficiencia y efecto residual del nitrgeno contenido en el purn de vacuno de leche aportado sobre prados en ambiente atlntico.J.M. Mangado, J. Oiarbide, A. Barbera, A. Granada .................................... 205

    Aprovechamiento del purn de vacuno lechero en forrajeras de invierno: efectos sobre la produccin de materia seca, la eficiencia de utilizacin del nitrgeno y fsforo.L. Martnez-Suller, G. Salcedo ................................................................... 213

    Produccin y calidad nutricional del cultivo de maz forrajero abonado con estircol deshidratado de pollo.M.J. Bande, M.E. Lpez-Mosquera, M.J. Sainz ........................................... 221

    Efecto del abonado invernal y de la aplicacin de herbicida en la produccin y calidad de la alfalfa en regado.R. Fanlo, J. Lloveras, C. Chocarro .............................................................. 229

    Efecto de la fertilizacin en la produccin de biomasa area y concentraciones de nitrgeno y fsforo en plantas de colza.A. Garca-Ciudad, C. Petisco, L. Garca-Criado, B.R. Vzquez de Aldana, B. Garca-Criado ......................................................... 237

    Valoracin eco-pastoral de los pastos del monte Lakora (Navarra, Pirineo Occidental).R. Garca-Gonzlez, J.L. Remn, D. Gmez-Garca, J. Azorn, M. Lorda ......... 245

    Efecto del pastoreo sobre la calidad nutritiva de los pastos de montaa.A. Aldezabal, M. Azpiroz, L. Uriarte, N. Mandaluniz .................................... 253

    Calidad forrajera de dos tipos de pastos de puerto en Ordino (Principado de Andorra): comparacin de metodologas.M. Bou, M. Domenech, R. Fanlo ............................................................... 261

    Valoracin ecolgica y nutritiva de los pastos herbceos supraforestales de la Reserva de la Biosfera del Montseny, Catalua.C. Madruga, J. Bartolom, J. Plaixats ......................................................... 267

    Relacin entre compuestos fenlicos y calidad nutritiva en especies pratenses.B.R. Vzquez de Aldana, A. Garca-Ciudad, B. Garca-Criado ....................... 273

    Efectos del color de plstico y nmero de capas sobre la composicin qumica y calidad fermentativa en ensilados de hierba y veza-avena.G. Salcedo, L. Martnez-Suller, M. Sarmiento ............................................. 279

  • VI

    Desarrollo de modelos NIRS para el control de calidad de ensilados de hierba en fresco.M.A. Gonzlez, A. Martnez-Fernndez, S. Modroo, A. Soldado, B. De la Roza ............................................................................ 287

    Anlisis de purines mediante espectroscopa NIR.D. Bez, P. Castro, J. Castro, A. Garca ...................................................... 295 Tecnologa NIR con sonda de fibra ptica: nuevas aportaciones al control de calidad de la alfalfa.J.M. Hernndez-Hierro, I. Gonzlez-Martn ................................................. 303

    Valoracin de la autotoxicidad en alfalfa en condiciones de campo.I. Delgado, F. Muoz ................................................................................ 311

    Caracterizacin y evaluacin agronmica de una coleccin de esparcetas (Onobrychis viciifolia Scop.).S. Demdoum, I. Delgado, J. Valderrbano, F. Muoz. ................................... 319

    Alternativas forrajeras de invierno bajo distintas prcticas de siembra y abonado.I. Mijangos, C. Garbisu, L. Epelde, A. Ibarra, S. Mendarte, I. Albizu ............. 327

    Incidencia del tipo de manejo sobre las caractersticas agronmicas y ecofisiolgicas de praderas de raigrs ingls/trbol blanco.L. lvarez, A. Martnez-Martnez, N. Pedrol, A. Martnez-Fernndez .............. 335

    Estudio agronmico comparativo de dos mezclas de praderas para el pastoreo de ganado ovino en sistemas agroganaderos del rea mediterrnea.P.J. Pons, J. Gulas, J. Jaume, M.A. Conesa, M. Moreno, H. Medrano, J. Cifre ................................................................................. 343

    Produccin estacional de praderas en tierras de secano del Maestrazgo turolense.I. Delgado, S. Congost, T. Nuez ................................................................. 351

    Especies forrajeras autctonas de la isla de Lanzarote.E. Chinea, R. Mesa, J.L. Mora, H.A. Rodrguez ........................................... 359

    Variacin del valor nutritivo de variedades de guisante para forraje en funcin de la fecha de corte.S. Pereira, G. Flores, A. Gonzlez-Arrez, J. Valladares, B. Fernndez-Lorenzo .......................................................... 367

    Tercer ao de estudio de una nueva metodologa para la evaluacin de variedades de maz forrajero.M.J. Bande, J. Fernndez-Paz, J. Pieiro ................................................... 375

  • VII

    Evaluacin de la tolerancia/resistencia a la sequa estival temprana de cultivares de maz forrajero durante su crecimiento temprano.L. lvarez, A. Martnez-Martnez, B. De la Roza, N. Pedrol .......................... 383

    Maz para ensilar cultivado en sistemas de produccin convencional o ecolgica.A. Martnez-Martnez, N. Pedrol, A. Martnez-Fernndez .............................. 391

    Efecto de la densidad en poblaciones locales de maz para grano.L. Campo, J. Moreno ................................................................................ 399 Evaluacin de hbridos experimentales para la produccin de maz grano.L. Campo, A.B. Monteagudo, J. Moreno ..................................................... 407

    TERCERA PARTE: PRODUCCIN ANIMAL CON BASE EN PASTOS

    CAPTULO INTRODUCTORIO: La ganadera extensiva en ecosistemas semiridos: las Bardenas Reales, mil aos de pastoreo y multifuncionalidad en la encrucijada.A. Urmeneta, V. Ferrer .............................................................................. 415

    Desarrollo de una herramienta para el diagnstico de la sostenibilidad econmica, ambiental y social en sistemas agroganaderos. Aplicacin en vacuno de leche.A. Arandia, J.M. Intxaurrandieta, P. Santamaria, O. Del Hierro, L. Nafarrate, C. Icaran, E. Lpez, M. Pinto, J.M. Mangado ........................... 439

    Diagnosis de la ganadera ecolgica y el suministro de materias primas para la alimentacin animal en Catalua.F. Lpez-Gelats, N. Panella, M. Gispert, E. Fbrega, J. Bartolom ................. 447

    Gestin pasccola en los secanos semiridos del sur de Navarra mediante herramientas GIS.U. Iragui, C. Astrain ................................................................................. 455

    Fichas de manejo y gestin de las grandes reas de pastos en comn de Navarra.I. Iturriaga, J. M. Mangado, F. Maeztu........................................................ 463

    Actividades de mantenimiento y de consumo en vacas nodrizas alimentadas con una mezcla forrajera completa.J. lvarez, I. Casass, A. Sanz .................................................................. 471

    Pastoreo de ovino sobre rotaciones forrajeras en secano semirido en manejo convencional y ecolgico. Costes econmicos y ambientales.J.M. Mangado, J.P. Azpilicueta, J. Oiarbide, A. Barberia .............................. 479

  • VIII

    Consideraciones prcticas para el diseo de balsas ganaderas.V. Ferrer, R.M. Canals, A. Iriarte, L. San Emeterio, E. Villanueva .................. 487

    Aplicacin de una herramienta tecnolgica para el seguimiento de ganado en pastoreo libre.M. Aguilar, I. Iturriaga, M. Villanueva, A. Prez de Munian, F.A. Maeztu ........ 495

    Efecto de la oferta y disponibilidad diaria de hierba sobre la composicin morfolgica del pasto.A.I. Roca, M. ODonovan, J. Curran, A. Gonzlez-Rodrguez ......................... 503

    Efecto de la suplementacin sobre el perfil de cidos grasos en leche de vaca.A.I. Roca, A. Gonzlez-Rodrguez, O.P. Vzquez, J.A. Fernndez-Casado ............................................................................. 511

    Contenido de cido linoleico conjugado (CLA) en leche de vacuno en sistemas de produccin en pastoreo en zonas hmedas.A. Gonzlez-Rodrguez, O.P. Vzquez, A.I. Roca, J.A. Fernndez-Casado ....... 519

    Efecto del acabado y del aumento del peso de sacrificio en la canal de terneros alimentados con ensilado de maz.J. Zea, M.D. Daz .................................................................................... 527

    Efecto del acabado y del peso al sacrificio en la carne de terneros alimentados con ensilado de maz.J. Zea, M.D. Daz .................................................................................... 535

    CUARTA PARTE: SISTEMAS Y RECURSOS SILVOPASTORALES

    CAPITULO INTRODUCTORIO: Los Espacios Naturales Protegidos: un marco para el desarrollo de sistemas ganaderos sostenibles?R. Revilla, S. Congost, I. Casass .............................................................. 545

    Efecto de la disposicin espacial del arbolado sobre los pastos herbceos en una dehesa toledana: produccin de materia seca.C. Lpez-Carrasco, S. Roig ....................................................................... 565

    Influencia del matorral y el arbolado en la calidad del pasto en la dehesa.M.L. Lpez-Daz, G. Moreno, V. Rolo ......................................................... 573

    Influencia de nuevos fertilizantes sobre la produccin de biomasa y parmetros de calidad en pastos de dehesa del SO de Espaa.O. Santamara, M.J. Poblaciones, L. Olea, S. Rodrigo, F.J. Viguera, T. Garca-White ..................................................................... 581

  • IX

    Influencia de las temperaturas de primavera en la produccin de cerdos ibricos de montanera en la provincia de Badajoz (Extremadura, Espaa).J. Gonzalo, M.J. Poblaciones, L. Olea ........................................................ 589

    La productividad de bellota en la dehesa y su relacin con parmetros meteorolgicos.M.D. Carbonero, A. Garca-Moreno, C. Calzado, P. Fernndez-Rebollo ........... 597

    Influencia del cultivo de Lupinus luteus L. en la densidad de inculo de Phytophthora cinnamomi en suelos de dehesa.M.S. Serrano, M.E. Snchez, P. De Vita, M.D. Carbonero, A. Trapero, P. Fernndez-Rebollo ................................................................... 605

    Actitudes ante polticas sectoriales y medioambientales de ganaderos de ovino en un Espacio Natural Protegido.B.A. Zamudio, E. Manrique, A.M. Olaizola ................................................. 613 Aprovechamiento de pastos forestales de montaa mediterrnea por vacas de cra: pautas de actividad y seleccin de la dieta.I. Casass, M. Blanco, M. Orea, R. Revilla ................................................. 621

    Anlisis de la apetencia del ganado caprino por las especies de matorral en el Espacio Natural de Doana.J.M. Mancilla, R. Pino, A. Martn ............................................................. 629

    Seleccin de dieta y efecto del arru (Ammotragus lervia) sobre la vegetacin leosa del parque regional de sierra Espua (Murcia).A. San Miguel, M. Fernndez-Olalla, M. Martnez-Jauregui, R. Perea ............ 637

    Anlisis comparativo del uso de recursos trficos por parte del conejo y tres especies de ungulados en simpatra en un ecosistema mediterrneo.M. Miranda, I. Cristbal, J. Bartolom, J. Cassinello .................................... 643

    Sistemas silvopastorales en prevencin de incendios en Galicia: red de experiencias piloto de transferencia de tecnologa.M.R. Mosquera, A. Rigueiro ...................................................................... 649

    Pastoreo con ganado ovino en un cortafuegos. Efecto sobre el combustible herbceo.A.B. Robles, J. Ruiz, J.L. Gonzlez-Rebollar ............................................... 657

    Utilizacin del ganado asnal para la prevencin de incendios en masas forestales del Pirineo oscense.M. Gartzia, F. Fillat, E. Gmez, J. Aguirre, G. Bueno .................................... 663

  • 11

    PRESENTACINEl ttulo de este libro, La multifuncionalidad de los pastos: produccin ganadera

    sostenible y gestin de los ecosistemas, coincide casi literalmente con la lnea Mul-tifunctional grasslands for sustainable and competitive ruminant production systems and the delivery of ecosystem services (KBBE-2009-1-2-02) del 7 Programa Marco (FP7) para el Desarrollo Cientfico y Tecnolgico (2009) de la Unin Europea. En este volumen se compendia una gran parte de la informacin aportada en la XLVIII Reunin Cientfica de la Sociedad Espaola para el Estudio de los Pastos, celebrada en Huesca en junio de 2009.

    En los pastos, adems de su importancia econmica como recurso alimenticio para el ganado, est ampliamente reconocido su valor ecolgico y social. Los sistemas de ganadera ligada a la tierra se ubican en reas rurales y constituyen una parte subs-tancial de los espacios agrarios considerados de alto valor natural. La biodiversidad en Europa depende significativamente de estos sistemas y, de hecho, una elevada proporcin de la superficie incluida en la Red Natura 2000 en Espaa est constituida por superficies pasccolas y forrajeras. Otros valores de los pastos se relacionan con su capacidad para hacer viables social y econmicamente las reas rurales, con la con-servacin del patrimonio cultural, y con beneficios econmicos potenciales distintos de los tradicionales, dependientes muchas veces de los servicios aportados por los ecosistemas.

    El conjunto de beneficios econmicos, ecolgicos y sociales que representa lo agrario se ha dado en llamar multifuncionalidad. Este concepto tiene races en el cambio de mentalidad que se produjo a partir de los aos 80 en el sentido de consi-derar el medio agrario no solamente en su dimensin productiva. La nocin actual de multifuncionalidad surgi en el mbito de diversas plataformas internacionales; fue definida y debatida en el contexto del GATT (Acuerdo General sobre Aranceles Aduane-ros y Comercio), y adoptada por la OMC (Organizacin Mundial de Comercio). Se trata, por tanto, de un concepto con fuertes connotaciones polticas. La PAC (Poltica Agraria Comunitaria) reconoce el papel mltiple de las actividades agrarias, y su ltima refor-ma est enfocada a promover un desarrollo rural sostenible basado, principalmente, en esta multifuncionalidad.

    La aproximacin cientfica a la multifuncionalidad est basada en el concepto de los servicios o funciones proporcionados por los ecosistemas, y de los que hay un gran abanico en el caso de los pastos: biodiversidad vegetal y animal (no slo fauna salvaje, sino tambin conservacin de razas ganaderas autctonas); prevencin de incendios (disminucin de la proporcin de vegetacin combustible); regulacin del ciclo hi-drolgico (prevencin de inundaciones, disminucin de la escorrenta, aumento de la infiltracin y recarga de acuferos); secuestro de carbono en suelos (por ejemplo, los pastos herbceos almacenan ms de un 10% del carbono total de la biosfera, del que

  • 12

    un 90% es secuestrado en los suelos); creacin y conservacin de paisajes (paisajes en mosaico, paisajes abiertos); estabilizacin del suelo (contribucin a la prevencin de la erosin); purificacin del agua; produccin de alimentos de calidad para la ganadera; bienestar animal; produccin de alimentos de calidad para la alimentacin humana; mantenimiento de la poblacin en reas rurales, muchas de ellas desfavorecidas; he-rencia cultural (tradicin, folklore, construcciones tradicionales, paisaje); etc.

    Indudablemente, estas prestaciones de los ecosistemas pasccolas dan soporte a una amplia diversificacin de actividades en el medio rural (turismo, esqu, deportes de aventura, apicultura, productos diferenciales con denominacin de origen, caza, etc.), generando beneficios econmicos y oportunidades de negocio.

    Los pastos bien mantenidos estn hoy en da en retroceso en Europa, debido fundamentalmente a cambios en los usos del suelo, que conducen o bien a la inten-sificacin o bien al abandono. Ambos procesos tienen graves implicaciones sobre la sostenibilidad de los sistemas ganaderos y sobre las funciones aportadas por estos agroecosistemas. Por otra parte, la creciente preocupacin acerca de la emisin de gases de efecto invernadero por parte de la ganadera colocan a estos sistemas en un contexto ms amplio que el meramente local o regional y plantean nuevos retos. Hoy ms que nunca, es fundamental valorar y promover las externalidades positivas de los sistemas de ganadera ligada a la tierra, conocer mejor su multifuncionalidad y encon-trar nuevas formas de pensamiento sistmico en el diseo de polticas e investigacin agroambientales.

    Los editores desean agradecer la financiacin de la edicin de este libro a la Di-reccin General de Desarrollo Rural, del Departamento de Agricultura y Alimentacin del Gobierno de Aragn, a la Subsecretara de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino del Ministerio del mismo nombre, y a la Sociedad Espaola para el Estudio de los Pastos.

    Los editores

  • PARTE PRIMERA

    ECOLOGA Y BOTNICA DE PASTOS

  • Ecologa y botnica dE pastos

    15

    CAPTULO INTRODUCTORIO

    MULTIFUNCIONALIDAD DE LOS PASTOS HERBCEOS DE MONTAA: HACIA UNA INTERPRETACIN MULTIDISCIPLINAR DE LOS SISTEMAS PASTORALES DEL PIRINEO ARAGONSD. GMEZ-GARCA, R. GARCA-GONZLEZ, F. FILLAT

    Instituto Pirenaico de Ecologa (CSIC), Avda. Rgto. Galicia s/n, 22700 Jaca (Huesca). [email protected]

    RESUMENSe revisan los estudios de los sistemas pastorales del Pirineo de Aragn realizados en el

    Instituto Pirenaico de Ecologa (CSIC) durante los ltimos 50 aos. Dichos estudios persiguen desde su inicio una aproximacin multidisciplinar con especial nfasis en aspectos ecolgicos y en la historia de la utilizacin pastoral de la montaa y con aproximaciones desde la escala de especie a la de paisaje. Se han realizado estudios detallados de la distribucin espacial de los pastos herbceos, su composicin florstica, produccin, biomasa y calidad nutritiva. En cuanto a los herbvoros, se ha indagado en la seleccin de dieta y patrones espaciales y temporales de utilizacin.

    Palabras clave: factores ecolgicos, pastos herbceos de montaa, historia de la utiliza-cin.

    INTRODUCCINLos pastos estn vinculados estrechamente a las montaas en nuestras latitudes y

    es all donde probablemente sus ecosistemas muestran una mayor complejidad (Vare et al., 2003). Ello, a pesar de que la coevolucin del sistema pasto-herbvoro desarroll sus pasos ms sealados en ambientes de sabana y, an hoy, muchas concentraciones de grandes herbvoros en el planeta ocurren en territorios llanos y estn asociadas a un aprovechamiento estacional ms relacionado con el rgimen de lluvias que con los gradientes asociados a la topografa (McNaughhton, 1979a y b, 1985).

    En las montaas de nuestras latitudes los pastos debieron ocupar superficies muy reducidas en los ltimos milenios, dispersos aqu y all entre los bosques dominantes, o bien, formando una vegetacin muy rala, bajo las cumbres cubiertas aun por glacia-res y neveros casi permanentes. No obstante, los restos fsiles testifican la presencia

  • la multifuncionalidad dE los pastos: produccin ganadEra sostEniblE y gEstin dE los EcosistEmas

    16

    de grandes y pequeos herbvoros salvajes durante las ltimas decenas de miles de aos (Bahn, 1983), y por tanto, cabe suponer la existencia de pastos precursores de los actuales, aunque con vegetacin y paisaje bien diferentes. En cualquier caso, hasta hace apenas mil aos, ni el Pirineo ni otras cordilleras del arco alpino cons-tituyeron un entorno adecuado para la expansin de una ganadera prepotente que, a partir de entonces, iba a transfigurar su paisaje, propiciando la extensin de los pastos y relegando los bosques a enclaves reducidos (Montserrat Mart, 1992).

    El estudio de las montaas implica pues, en gran medida, el de su utilizacin pas-toral y fue la constatacin de esa influencia, lo que impuls a Pedro Montserrat en los aos 50 del pasado siglo a acometer el estudio de los pastos, a instancias de Gaspar Gonzlez y de Manuel Ocaa, siendo los tres investigadores quienes fundaron la SEEP. Esos primeros trabajos recogen ya una marcada visin ecolgica, pionera en nuestro pas, y una aproximacin metodolgica vinculada a la botnica en la descripcin de los pastos de distintas montaas del norte peninsular y, ms en concreto, del Pirineo (Montserrat, 1956, 1961 y 1964). En las siguientes dcadas continuaron las aportacio-nes del propio autor, luego ya en compaa de sus primeros discpulos (Montserrat y Vi-llar, 1974; Montserrat y Fillat, 1979), aunque con datos experimentales muy limitados debido a las circunstancias de la poca. Durante los siguientes aos, la incorporacin de nuevos investigadores permiti aadir otros enfoques (Garca-Gonzlez y Montserrat, 1986; Gmez et al., 1983) y conformar un reducido grupo de ecologa de pastos en el Instituto Pirenaico de Ecologa (IPE), para afrontar el estudio del Pirineo desde distin-tas disciplinas cientficas, principalmente de los Valles occidentales de Ans, Hecho y Aisa, el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido y el Valle de Gistan y coincidiendo con aproximaciones similares en otros valles (Ferrer, 1981). En el anlisis de territorios pastorales extensos, result imprescindible integrar la actividad humana y su historia que haban sido abordadas por Garca Ruiz (1976), Balcells (1980) y Fillat (1981). Seguimos hoy en esa aproximacin multidisciplinar que abarca los factores abiticos, la estructura y dinmica vegetal, el comportamiento de los herbvoros, la historia de pastoreo y la cultura ganadera (Figura 1). Ya en fechas muy recientes, hemos tratado de elaborar una primera sntesis del ecosistema pastoral en el Pirineo de Aragn (Fillat et al., 2008) y de indagar en aspectos ms relacionados con la fragmentacin y la orga-nizacin espacial de los pastos para comprender mejor sus funciones y diagnosticar su estado de conservacin (Alados et al., 2007). Una buena parte de nuestros estudios se han basado en el conocimiento detallado de la flora pirenaica, plasmada en el Herbario JACA y en numerosos trabajos de vegetacin de mbito ms o menos local (bibliografa recogida en Villar et al., 1997-2001 y en Gmez Garca et al., 2005).

    Dedicamos esta ponencia a realizar un breve recorrido por esos ya ms de cin-cuenta aos de estudios de los pastos desde el Instituto Pirenaico de Ecologa (CSIC), con mencin especial a los relacionados con su inters ecolgico y slo haremos una reflexin final sobre los valores culturales adaptativos. Dejamos a un lado el tercer soporte de la multifuncionalidad relacionado con el inters econmico y que atae a la estructuracin de las explotaciones y a las salidas al mercado. Estos aspectos son objeto de estudio en las ramas de economa agraria y produccin animal y cuentan en nuestra regin con lneas de investigacin de larga tradicin (Manrique, 1976; Revilla, 1987; Asensio y Casass, 2004; Bernus et al., 2007, slo por citar algunos referen-tes). Algunas de las aproximaciones de las que damos cuenta fueron realizadas ya con anterioridad en el Pirineo de Francia (por ejemplo, Tosca, 1986) y han sido tambin

  • Ecologa y botnica dE pastos

    17

    abordadas en fechas ms recientes en el Pirineo cataln y navarro (Canals y Sebasti, 2000a y b; Garca-Pausas et al., 2007), pero nos ceiremos, sobre todo en las citas bibliogrficas, a nuestros propios trabajos, porque pretendemos con esta ponencia realizar sobre todo una reflexin sobre lo hecho, lo que queda por hacer y las rutas ms apropiadas para abordar la tarea.

    Precisamos, en primer lugar, que los pastos a los que nos referimos en este trabajo y que han sido objeto central de nuestro estudio, son los herbceos que dominan en las montaas del Norte peninsular, y son la hierba que el ganado come all donde se cra; lo que en el nomencltor (Ferrer et al., 2001) se denomina pasto de puerto. Incluimos tambin los prados del piso montano que complementan los sistemas de explotacin en la mayora de los valles pirenaicos (Chocarro, 1992; Fillat, 1994).

    ALGUNOS CONCEPTOS PRELIMINARESEn relacin con el origen de los pastos herbceos en el Pirineo, hay que resaltar

    dos aspectos que a veces se ignoran cuando se analiza su gestin y conservacin. Por un lado, el potencial pecuario de la montaa no es en gran medida natural, sino fruto de la intervencin humana y busca el beneficio del escalonamiento estacional que acontece entre fondos de valle y cumbres, lo que puede denominarse una onda fenolgica (Garca-Gonzlez et al., 1990) que permite un prolongada temporada de pastoreo, de Mayo a Octubre, en contraste con un periodo vegetativo fugaz en las zonas ms elevadas.

    Figura 1. Esquema de las principales relaciones ecolgicas en los ecosistemas pastorales de la montaa pirenaica (adaptado de Gmez Garca, 2008a).

  • la multifuncionalidad dE los pastos: produccin ganadEra sostEniblE y gEstin dE los EcosistEmas

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    Por otra parte, desde una perspectiva ecolgica, la extensin del pasto a expensas del bosque (promovido para su consumo por su capacidad de exportacin), supone un incremento de la relacin produccin/biomasa, cuyo mantenimiento precisa un aporte externo de fertilidad (que redunda en el aumento de la productividad) y una in-tensificacin de muchos procesos ecolgicos y de sus ritmos (Montserrat, 1964; Mar-galef, 1977), a su vez influidos por herbvoros, clima y topografa. Desde este prisma, puede entenderse la accin humana (fuego y pastoreo), como una domesticacin de la montaa que requiere la regresin de la vegetacin original. En sentido contrario, cabe interpretar los procesos ligados al actual abandono, al menos en ciertos enclaves, como un retorno sucesin progresiva hacia un punto de partida.

    EL CONCEPTO DE LA MULTIFUNCIONALIDAD No es hasta hace unas pocas dcadas cuando, tras perder mpetu las ideas que

    haban sustentado el desarrollo agrcola del ltimo siglo, surge un nuevo marco que exige, en primer trmino, considerar la calidad y seguridad de las producciones, en armona con el medioambiente, los valores sociales y culturales, y el desarrollo rural. Este nuevo paradigma, poltico en primer trmino, da origen al concepto de multifun-cionalidad, extendido a partir de la Conferencia de Ro (United Nations, 1992), que se traslada de manera inmediata a la investigacin cientfica y ha dado ya lugar a una abundante produccin en el mbito de los pastos, imposible de detallar aqu (pero vase por ejemplo: Hervieu, 2002). Cabe recordar la temprana aportacin de Montse-rrat (1961) con el trmino agrobiosistema, que incluye la penetracin humana en el ecosistema pastoral (entendido ste como una aproximacin funcional del sistema productores-consumidores-simplificadores) y lleva implcito el concepto de multide-pendencia y multifuncionalidad en los sistemas pastorales de montaa.

    Parece ya innecesario abundar en el mltiple inters socioeconmico, ecolgico y cultural que constituye la base del concepto de sostenibilidad y es el motivo central de este volumen y que, a juzgar por discursos y declaraciones pblicas, es conocido y compartido por lderes polticos y responsables de la gestin y la administracin. Pero esa concienciacin adolece a veces de autntica fe y la multifuncionalidad se menciona cuando hay serios dficits en la rentabilidad y en la capacidad empren-dedora de la economa rural. Adems, esa visin de la ganadera se traslada a duras penas a la gestin del territorio, incluso a la de aqullos amparados por figuras de proteccin.

    En la investigacin de nuestro pas, la multidisciplinariedad, indispensable para acometer esta reciente visin de los pastos, todava es incipiente y an prevalecen los estudios elaborados desde uno o pocos enfoques cientficos. Tambin en los estudios de vegetacin y an en los de la propia ecologa, las aproximaciones sistmicas han escaseado hasta fechas bien recientes (Margalef, 1977; Terradas, 2001) porque, des-de el academicismo ms ortodoxo, se obviaba el papel de los herbvoros o, incluso se contemplaba con el recelo de constituir una rmora en el desarrollo normal de los procesos naturales y una amenaza para la conservacin de suelos, especies y otros recursos, sobre todo los forestales. Esa visin afect tambin a muchos gestores de nuestros montes y fue una seria traba para el mantenimiento de la ganadera en la poca de las grandes repoblaciones en el Pirineo del pasado siglo.

  • Ecologa y botnica dE pastos

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    CMO TIPIFICAR LOS PASTOS Y CMO ABORDAR SU ESTUDIO La tipificacin de los pastos se ha visto influida por diferentes percepciones, desa-

    rrolladas ya a comienzos del siglo pasado, respecto a la naturaleza de las comunidades vegetales. stas eran vistas desde los extremos, bien como un organismo capaz de re-producir sus componentes (visin organicista; Clements, 1916), o bien como una mera coincidencia espacial y temporal de un grupo de especies con similares requerimientos ambientales (visin individualista; Gleason, 1926). Esos enfoques han sido superados por la percepcin de la comunidad vegetal como un conjunto de especies ensamblado por un continuo de relaciones independientes e interdependientes (Lortie, et al., 2004). Esta interpretacin ms multifactorial que la adoptada por algunas escuelas botnica clsicas, resulta muy apropiada para el estudio de los pastos, a la luz de la complejidad que subyace en su estructura y dinmica y que ya hace dcadas fue vista como un sistema de interacciones planta-medio fsico-herbvoro-manejo humano (Montserrat, 1964). Es evidente que este paradigma de comunidad, aplicado a los pastos, entraa mayor dificultad en su estudio e impone la revisin de algunos objeti-vos y mtodos usados hasta la fecha.

    Una controversia, en parte solapada a la que acabamos de mencionar, se ha dado en nuestro entorno con la interpretacin de la vegetacin desde la Fitosociologa (Braun-Blanquet, 1979), cuyo sistema de estudio y clasificacin de comunidades ha tenido tambin una amplia implantacin en el estudio de los pastos en nuestro pas (Rivas Goday y Rivas Martnez, 1963). No es este el lugar, ni atae a los autores, defender la bondad del mtodo, pero conviene recordar que esa aproximacin est apoyada en miles de inventarios y cientos de mapas, muchas veces los nicos disponibles, que han sido, a su vez, la base de muchos estudios de pastos en el Pirineo.

    Hasta que nuevos marcos tericos y metodolgicos permitan superar los sistemas de clasificacin hoy disponibles y dispongamos de ms informacin a otras escalas, hemos juzgado razonable aprovechar ese amplio bagaje, observando las comunidades fitosociolgicas como abstracciones tiles en la distincin de los pastos, an a sabien-das de que en la Naturaleza, cualquier delimitacin constituye un artificio.

    Tal vez la polmica comentada est ocasionando que algunos estudios detallados de estructura, produccin, contenido qumico o calidad nutritiva de los pastos, estn referidos a comunidades vegetales definidas de forma muy somera e insuficiente (a veces, por una sola especie generalista). Sobra decir que esa falta de referencias a algn sistema de clasificacin, lastra el anlisis comparativo de los resultados y su utilizacin en la generalizacin de patrones y elaboracin de modelos.

    Por lo dems, la escala de comunidad slo es una de las mltiples con que los ecosistemas pastorales deben necesariamente ser abordados. El estudio de las espe-cies que conforman las comunidades, sus poblaciones o los paisajes que configuran, constituyen otros tantos niveles de aproximacin en el estudio, como se ha resumido en la Figura 2, no exentos de dificultad (sin ir ms all, el propio concepto de especie), pero imprescindibles en la interpretacin del sistema en su conjunto.

    CARACTERIZACIN GENERAL DE LOS PASTOS Y SU FLORALos pastos de montaa (o de puerto) y los prados del Pirineo, se desarrollan en-

    tre los 900 y cerca de los 3000 m de altitud, en todo tipo de sustratos y, en general,

  • la multifuncionalidad dE los pastos: produccin ganadEra sostEniblE y gEstin dE los EcosistEmas

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    bajo un clima que cabe definir como fro y hmedo (Fillat, 2008), en relacin al de altitudes similares en la regin mediterrnea, pero con gran variabilidad, tanto en el rgimen trmico como en las precipitaciones. En lneas generales, se distingue un gradiente longitudinal (de oceanidad-continentalidad entre los extremos y el centro de la cadena) y otro altitudinal, que provoca una disminucin aproximada de 0,5 grados en la temperatura media anual cada 100 m de altitud y un aumento de 100 mm de las precipitaciones que, entre sus extremos, pueden oscilar de 800 a ms de 2000 mm anuales. Tanto o ms notables, son las variaciones climticas de ndole local debidas a la topografa, que dan lugar a la existencia de abundantes y contrastados microclimas. Estos cambios pueden producirse en superficies muy reducidas y constituyen uno de los motivos de la heterogeneidad espacial de los pastos, condicionando la duracin del perodo vegetativo (Tabla1) y, por ende, la fenologa de las plantas, su produccin y su aprovechamiento pastoral.

    Figura 2. Esquema de escalas, objetivos y mtodos en el estudio de factores ecolgicos de un sistema pastoral sin considerar los relacionados con la utilizacin humana (modificado

    de Gmez Garca, 2008b).

  • Ecologa y botnica dE pastos

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    Tabla 1. Variacin altitudinal de la temperatura media anual del aire (TMAA), de la temperatu-ra media del aire durante el perodo vegetativo (TMPV) y de la duracin anual de dicho pero-

    do vegetativo (PV) (re-elaborado a partir de Del Barrio et al., 1990).

    Altitud 1600 1800 2000 2200 2500 2700 2900 3100

    TMAA (C) 6,4 5,3 4,2 3,1 1,2 0,1 -0,9 -2,1

    TMPV (C) - - - 9,7 8,7 8,1 7,4 6,8

    PV (das) 167 145 122 100 65 42 19 3

    En cuanto a su flora, los pastos herbceos del Pirineo aragons estn constituidos por 1236 especies de plantas vasculares (de las cuales 880 se encuentran en los su-praforestales del piso subalpino y alpino), correspondientes a 62 familias, lo que supo-ne casi la mitad del total de la flora de dicho territorio (2620 especies y 133 familias), con diferencias importantes en la distribucin de las familias ms abundantes (Tabla 2), entre las que hay que resaltar las Gramneas (Poceas), Asterceas, Fabceas y Cariofilceas.

    Tabla 2. Familias ms representadas en los pastos herbceos y en el conjunto de la flora del Pirineo aragons.

    Asterc. Poceas Fabceas Cariof. Rosac. Ciperc. Orquid. Ranun.

    Pirineos (%) 13,5 8,5 6,7 4,7 5,9 2,9 2,6 2,8

    Pastos (%) 14 12,6 7,8 6 5,6 5 3,7 3

    La abundancia de gramneas en los pastos es todava ms marcada si considera-mos su cobertura, en cierto modo reflejo de la biomasa. En los pastos ms densos, di-cha cobertura se acerca o supera el 50% y puede alcanzar el 80% (Tabla 3), mientras que las leguminosas pueden faltar, o bien alcanzar, en algunas comunidades, casi un tercio de la cobertura total. El predominio de gramneas perennes seala tambin la prevalencia de la expansin vegetativa en los pastos y relega el papel de la reproduc-cin sexual y del banco de semillas, exceptuando los claros creados por ciertas pertur-baciones (Canals y Sebasti, 2000a; Gmez Garca et al., 1999; Rein, 2002).

    Tabla 3. Frecuencia y nmero de especies (entre parntesis) de familias botnicas en los cinco tipos de pastos herbceos ms abundantes del Valle de Aisa (sobre 500 contactos). Junto al nombre de la comunidad se adjunta la cobertura de la vegetacin, entre parntesis,

    y la altitud. (Datos inditos y a partir de Garca-Gonzlez et al., 1991a).

    Bromion erecti (85%)

    1650 m

    Nardion strictae (95%)

    1810 m

    Festucion eskiae (97%)

    2050 m

    Festucion gautieri (43%)

    2180 m

    Primulion intricatae (78%)

    2260 m

    Gramneas 56,6 (11) 80,5 (6) 51 (7) 74,4 (6) 47,2 (8)

    Ciperceas 2,8 (2) 3,1 (1) 9,4 (1) 0,6 (2) 3,3 (3)

    Leguminosas 7,5 (7) 3,6 (4) 29,2 (1) 1,4 (2) 25,8 (3)

    Otras monocotiledneas 1 (3) 2,1 (4) 0,4 (2) 0,1 (1) 0

    Otras dicotiledneas 32,1 (28) 10,7 (16) 9,8 (13) 23,5 (13) 23,8 (22)

    Total especies 51 31 24 24 36

  • la multifuncionalidad dE los pastos: produccin ganadEra sostEniblE y gEstin dE los EcosistEmas

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    En cuanto a las comunidades o tipos de pastos herbceos presentes en el Piri-neo aragons, se han definido unas 100 asociaciones incluidas en 30 alianzas y 10 clases, segn la clasificacin fitosociolgica, que constituyen cerca de un tercio del total de las comunidades de ese territorio. Si nos centramos en las de mayor inters pastoral y extensin (que abarcan ms del 90% del territorio), esas comunidades se reducen a 20 asociaciones integradas en 10 alianzas, que pueden ser identificadas con cierta facilidad a partir de unas pocas decenas de especies dominantes, o bien, caractersticas de cada uno (Gmez Garca, 2008c). Casi la totalidad de esas comu-nidades forman parte de los Hbitats de Inters Comunitario (Consejo Comunidades Europeas, 1992).

    INTERS ECOLGICO DE LOS PASTOS El inters ecolgico de los pastos del Pirineo se ha subrayado ya repetidamen-

    te y en distintos mbitos, pero muchos de sus valores todava no se apoyan en datos contrastados y se diluyen, al adjudicarlos sin matices al heterogneo sistema pastoral, o cuando se tratan de sustanciar en medidas de gestin y conservacin. Repasamos algunos de los valores en que hemos indagado con mayor o menor detalle.

    Un primer punto de inters de los pastos deriva de la extensin que ocupan. En el Pirineo de Aragn se extienden por 1026 km2, -sobre un total de 13.200 km2 (super-ficie superior a 400 m)- (Garca y Gmez, 2007) y pueden llegar a cubrir el 75% en las cabeceras de algunos valles o en el propio P.N. de Ordesa-Monte Perdido (Garca-Gonzlez et al., 2007).

    Hay que remarcar a continuacin el papel de los pastos en la sujecin del suelo y, por tanto, en el freno de los procesos erosivos, que en altitudes elevadas, constituyen el factor dominante de la explotacin natural con la consiguiente prdida de recursos por exportacin. Cabe recordar la influencia de la gravedad que impone de manera drstica el transporte vertical de suelo y nutrientes, compensado este ltimo solamen-te por los movimientos de los rebaos. Por otra parte, suelo y gravedad, condicionan la distribucin espacial de la fertilidad (entendida como el conjunto de recursos que las plantas toman del suelo) que, junto al clima y los herbvoros, est vinculada estrechamente a la estructura y dinmica de la propia vegetacin y que, a escala local, gobierna su distribucin. Por ltimo, sealemos el papel del suelo como sumidero de carbono (Garca-Pausas et al., 2007), mantenimiento de la cubierta nival y almacena-miento del agua, que a su vez redundan en otros servicios ecosistmicos destacados (esqu, produccin elctrica). Resulta pues evidente, que la conservacin del suelo es la pieza central de los usos sostenibles en la montaa (Krner, 2000).

    La disminucin del suelo con la altitud va paralela a la de la cubierta vegetal y los pastos con coberturas superiores al 20% apenas alcanzan los 2800 m, aunque all todava pueden cubrir un 5% de la superficie y albergar, en su conjunto, cerca de un centenar de especies (Tabla 4). El resto de la flora de esos niveles altitudinales corresponde a comunidades de sustrato pedregoso y cobertura muy escasa. La Tabla 4 muestra tambin el descenso del nmero de especies con la altitud en el conjunto del Pirineo pero no de su densidad (n especies/km2). El nmero de tipos de pasto (calculado para el P.N. de Ordesa) es similar hasta 2400 m y disminuye ms arriba hasta casi la mitad. Los ms densos y provechosos para el ganado dominan hasta

  • Ecologa y botnica dE pastos

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    los 2000 m (comunidades del Bromion erecti, Nardion strictae) y se enrarecen ms arriba. All son sustituidos por otros ms ralos pero de ms inters ecolgico, por su rea restringida y abundancia de flora prioritaria para su conservacin (Gmez Garca et al., 2001).

    Tabla 4.- Diversos parmetros estructurales de los pastos herbceos por intervalos altitudinales. La superficie de cada intervalo y el nmero de especies corresponden a todo el Pirineo aragons; el resto de valores (con asterisco) han sido calculados en el P.N. de Ordesa (cartografa a escala 1:5000; Garca-Gonzlez et al., 2007).

    Altitud (m)1600-1800

    1800-2000

    2000-2200

    2200-2400

    2400-2600

    2600-2800

    Cobertura (%)* 72 63 42 13 12 5

    Tipos de pasto* 22 21 24 23 15 11

    Superficie total (km2) 497 443 343 278 203 101

    N especies 1342 1046 813 573 363 223

    Especies/km2 2,7 2,4 2,4 2,1 1,8 2,2

    LA DIVERSIDAD EN EL CONJUNTO DE LOS PASTOSYa se ha destacado el nmero de especies que componen los pastos y que su-

    ponen el 47% del total de la flora del Pirineo aragons, en un hbitat que apenas ocupa el 10% de su superficie (Garca y Gmez, 2007). Las plantas alctonas que, en cierta medida dan idea de inestabilidad en las comunidades (Noss, 1990), ape-nas suponen un 0,6% en los pastos (4,2% en el conjunto del Pirineo aragons). En el otro extremo, destacan las especies autctonas que son exclusivas del hbitat pastoral (Tabla 5) y las especies raras (definidas en este caso por estar reducida su presencia a 3 o menos cuadrculas de 1 km2) que totalizan 176 para el Pirineo, de las que 49 (28,6%) se encuentran en los pastos. Estas especies de mayor inters ecolgico y de conservacin y que tambin incluyen las plantas catalogadas (Tabla 5) predominan en las comunidades muy ralas, con suelo pedregoso, y su presencia se acrecienta con la altitud, sobre todo en el piso alpino, mientras que son muy escasas en los pastos densos situados a menor altitud. Ello permite interpretar, en parte, la compatibilidad y complementariedad entre utilizacin ganadera y conser-vacin de los valores ecolgicos en los pastos de montaa (Garca-Gonzlez et al., 2007).

    En cuanto a otros grupos vegetales, disponemos slo de datos sobre los brifitos, cuya relevancia en los pastos es ms reducida, si juzgamos el nmero de especies (70 por encima de 2000 m de un total de 700 para el Pirineo) y su ubicacin preferente en las comunidades muy ligadas a suelos hmedos (Heras y Infante, 2005).

  • la multifuncionalidad dE los pastos: produccin ganadEra sostEniblE y gEstin dE los EcosistEmas

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    Tabla 5. La flora de diferentes hbitats pirenaicos distribuida por categoras relacionadas con su origen e inters para la conservacin. Los porcentajes se refieren al conjunto

    de la flora de cada hbitat y una misma especie (excepto las exclusivas) puede vivir en varios hbitats (adaptado de Garca y Gmez, 2007).

    HbitatTaxones

    autctonosTaxones

    alctonosTaxones

    exclusivosdel hbitat

    Taxones raros

    Taxones catalogados

    Total % Total % Total % Total %

    Ruderal-arvense 550 22 157 97 428 20 12 2 2

    Megaforbios 223 9 0 0 63 18 10 8 9

    Bosques 447 18 5 3 135 28 16 10 11

    Matorrales 487 20 0 0 82 33 19 14 16

    Pastos herbceos 1228 50 8 5 472 49 28 10 11

    Roquedos y canchales 387 16 0 0 213 28 16 33 37

    Humedades 305 12 14 9 118 28 16 7 8

    Veg. acutica 64 3 0 0 40 12 7 3 3

    LA DIVERSIDAD VEGETAL DENTRO DE LAS COMUNIDADES DE PASTOSAlgunos aspectos de la estructura de los pastos como su composicin florstica y

    diversidad sintetizados en las Tablas expuestas, se han elaborado a partir del mtodo de puntos por transectos lineales (con ms de cien mil contactos) en reas previamente cartografiadas de Aisa y Ordesa (Garca-Gonzlez et al., 1991a; Gmez Garca, 2008a).

    Si atendemos a la estructura interna de las comunidades de pasto, la diversidad que acabamos de resear para el conjunto de su flora muestra una gran heterogenei-dad. Ni el nmero de especies ni la diversidad disminuyen necesariamente con la altitud. Por el contrario, resultan llamativos algunos valores observados en altitudes elevadas (Tabla 6). Esa misma heterogeneidad se da en pastos muy similares por su flora; por ejemplo, en asociaciones de una misma alianza (vase Primulion intricatae en Tabla 6), lo que subraya la importancia de descripciones florsticas detalladas con medidas cuantitativas.

    Tabla 6. Distintos ndices de diversidad de pastos herbceos en el gradiente altitudinal de la vertiente S del Monte Perdido (adaptado de Aldezabal, 2001).

    Tipo de pastoBromionerecti

    Saponarion caespitosae

    Nardionstrictae

    Primulion intricatae

    Prim.intric.

    Oxytropi-Elynion

    Salicionherbaceae

    Altitud (m) 1900 2100 2100 2380 2550 2650 2750

    Cobertura (%) 99 74 98 98 74 78 27

    N especies 34 61 17 31 40 34 29

    N esp. >1% 17 24 7 17 22 20 18

    Ind. Shannon 3,9 4,8 1,8 3,2 4,3 4 4,2

    Ind. Pielou 0,44 0,5 0,19 0,36 0,53 0,46 0,53

    Ind. Simpson 0,09 0,06 0,49 0,23 0,07 0,09 0,07

  • Ecologa y botnica dE pastos

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    A la diversidad de los pastos se le atribuye, con frecuencia, un valor intrnseco y directo y, en muchas ocasiones, su mantenimiento e incluso su incremento se ha con-siderado un objetivo primordial. Este inters surge de considerar la diversidad como una medida de la organizacin interna de las comunidades lo que, a su vez, puede relacionarse con otras propiedades como la estabilidad, la persistencia, la resiliencia, o el propio equilibrio, conceptos todos ellos de confusa interpretacin y objeto de abundante polmica. Sea como fuere, parece innegable que comunidades con baja diversidad desempean un papel ecolgico muy destacable por su presencia en reas con fuerte explotacin natural. Sirvan de ejemplo los pastos de Festuca eskia, pobres en especies pero trascendentes en la sujecin del suelo en la alta montaa y con valo-res muy destacables de la vida animal (Marinas et al., 2008).

    Digamos para finalizar este apartado que la diversidad es el parmetro ecolgico ms utilizado en el estudio de nuestros ecosistemas pastorales, aunque casi siempre referido a nmero o abundancia de plantas vasculares (en unos pocos casos a la bio-masa), y considerando nicamente una escala local o de comunidad en un momento concreto (diversidad ). Son muy escasas las mediciones del resto de grupos biolgi-cos, as como el uso de escalas temporales y espaciales -diversidad y - (Alados et al., 2007) y apenas conocemos los efectos de los herbvoros sobre la diversidad y sus pautas espacio-temporales (Huntly, 1991).

    LA NATURALIDAD DE LOS PASTOSEl concepto de naturalidad trata de definir el grado de dependencia de una

    comunidad o de un paisaje respecto a los factores ambientales y su valor, en un en-torno cada vez ms intervenido y degradado. Se considera tanto mayor cuanto me-nor sea la intervencin humana (Fillat et al., 1999). En la montaa este concepto adquiere una relevancia especial, al reflejar la vocacin de los pastos en la sucesin vegetal y servir, por tanto, para el diseo de escenarios relacionados con el Cambio Global. En una primera y simple aproximacin, cabe separar los pastos montanos y subalpinos, es decir, los que ocupan los dominios forestales, de los alpinos, situa-dos por encima del lmite potencial del bosque. Los primeros, constituyen comuni-dades secundarias, a veces con apenas unos siglos de existencia y el abandono de la ganadera puede llevar tarde o temprano a su sustitucin por matorral y bosque (Bartolom et al., 2008). Los segundos pueden considerarse comunidades per-manentes, es decir sin esa posibilidad de evolucin en las actuales circunstancias ambientales, y en su mayor parte, tanto ms cuanto mayor sea su altitud, tendern a mostrarse ms persistentes por una menor dependencia del pastoreo, pero tam-bin ms vulnerables al cambio climtico (Krner et al., 1997). Por otra parte, el concepto de naturalidad puede servir para evaluar reas pastorales, sobre todo en espacios protegidos (Fillat et al., 2008), sealando las de mayor inters de conser-vacin, sin menoscabo de los paisajes humanizados a cuyos valores ecolgicos y culturales se une su importancia econmica.

    BIOMASA Y PRODUCCIN PRIMARIALos datos tomados en los ltimos quince aos sobre la biomasa y la produccin

    area de los principales pastos pirenaicos nos han proporcionado una idea bastante

  • la multifuncionalidad dE los pastos: produccin ganadEra sostEniblE y gEstin dE los EcosistEmas

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    precisa de la variacin de esos parmetros a lo largo de la altitud, del perodo feno-lgico y de la optimizacin de su aprovechamiento temporal (Gmez et al., 1997; Remn y Alvera, 1989; Aldezbal, 2001). Pero esa informacin nos ha mostrado tambin su gran variabilidad espacial y temporal (Figura 3), que aumenta la difi-

    Figura 3. Produccin area neta (g/m2 y ao) de los principales pastos herbceos del Pirineo (elaborado de datos propios y revisin bibliogrfica, Garca-Gonzlez et al., 2002).

    cultad para determinar cargas ganaderas potenciales y descubre la necesidad de incrementar la toma de datos. En general, no hemos encontrado relacin ni de la biomasa ni de la produccin area con la altitud a escala de comunidad, a pesar del acortamiento del perodo vegetativo (Gmez et al., 1997), aunque la reduccin de la cobertura vegetal s que supone, en conjunto, una disminucin de esos valores cuando ascendemos en altitud.

    No se ha constatado una relacin inversa entre biomasa y nmero de especies de una comunidad, ni tampoco entre su diversidad (medida por el ndice de Shannon) y su produccin primaria area (Gmez et al., 1997, Aldezbal, 2001; Remn, 2004). Los pastos ms diversos muestran valores intermedios de biomasa y produccin, mien-tras que los menos diversos presentan los mayores valores de esas variables (Gmez et al., 1997; Aldezabal, 2001), resultados similares a los de otros autores (Ter Heerdt et al., 1991). Por ltimo, la produccin primaria resulta independiente de la biomasa y no muestra una tendencia definida con la altitud (Aldezbal, 2001; Remn, 2004).

    LAS PERTURBACIONES ANIMALESLas perturbaciones causadas por animales, sin considerar el propio pastoreo, afec-

    tan intensamente la estructura y dinmica de los pastos y su heterogeneidad espacial,

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    como ya ha sido constatado en otros ecosistemas de pastos (p. ej. White, 1979; Sousa, 1984). En el Pirineo, esas perturbaciones, sobre todo las originadas por micromamfe-ros y jabales, pueden incidir a escala local de forma ms trascendente que la propia actividad de los rebaos y causar conflictos de gestin. El efecto sobre la composicin florstica y la diversidad, ha sido objeto de varios estudios, que muestran la incidencia sobre la heterogeneidad espacial de la vegetacin y la distribucin de un notable grupo de especies (Gmez et al., 1995 y 1999; Canals y Sebasti, 2000a). Indagamos ahora en las hozaduras de jabal que muestran patrones espaciales caractersticos, con espe-cial predileccin por los pastos ms densos y que pueden afectar superficies notables (hasta un 18% en algunas zonas del P.N. de Ordesa), alterando la dinmica sucesio-nal del paisaje vegetal (Bueno et al., en revisin). A mayor detalle, estas alteraciones ocasionan cambios fsico-qumicos en el suelo, alteran la diversidad y la estructura del banco de semillas y provocan la remocin de la vegetacin establecida, favoreciendo las especie ruderales y mermando la oferta vegetal, sobre todo para los herbvoros do-msticos (Bueno, Tesis doctoral en prep.).

    LA DINMICA DE LOS PASTOSCobra ahora inters, en el marco del Cambio Global, conocer la evolucin de

    los pastos y los paisajes que configuran. La complejidad de los sistemas pastorales dificulta separar y evaluar la causalidad de los mltiples factores implicados, a lo que se une las escasas referencias disponibles para la comparacin temporal. Al margen de la evidente expansin, tras el abandono, de unas pocas gramneas y arbustos en el dominio forestal, apenas podemos conjeturar sobre la ralentizacin de los cambios con la altitud, relacionados con una mayor persistencia de las comunidades, al menos de su composicin florstica y que, en parte, estara relacionada con su naturalidad como ya se ha comentado. De modo puntual, hemos encontrado escasas tendencias de cambio en la composicin florstica de comunidades subalpinas a 2000 m de altitud y sin pastoreo durante quince aos (Garca-Gonzlez et al., 1998), pero en el lmite con el piso montano (1700 m) algunas parcelas experimentales en pastos de Bromion erecti y Nardion strictae, han sido dominadas en apenas cinco aos por Brachypodium rupestre y Festuca paniculata respectivamente (obs. pers.). A partir de su distribucin espacial, hemos elaborado algunos esquemas con relaciones dinmicas de los pastos ms abundantes (Gmez Garca, 2008b), pero sin informacin todava de los efectos del calentamiento global, objeto de estudio ya en otras zonas del Pirineo (Sebasti et al., 2004). Tampoco disponemos apenas de informacin sobre el efecto de los herbvo-ros en la distribucin, abundancia, fenologa y demografa de plantas y comunidades, aspectos ya muy estudiados en otros entornos (Huntly, 1991 y su revisin de bibliogra-fa), ni sobre los procesos ligados al abandono que genricamente se han denominado embastecimiento del pasto (Montserrat, 1971).

    Abordamos ahora los procesos de expansin del matorral, en concreto del Echinos-partum horridum (Komac et al., en revisin) y estudiamos tambin, aunque ya en am-biente ms atlntico, la respuesta de la vegetacin tras diferentes labores de desbroce (Lizaur y Gmez, 2009). Los objetivos principales en este apartado consisten en esta-blecer la velocidad y alcance de los procesos ligados a la matorralizacin, determinar el impacto sobre los pastos, tal como ya se estudia en el Pirineo francs (Pasche et al., 2004) y valorar la oportunidad de adoptar medidas de desbroce.

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    LA INTERACCIN PASTO-HERBVORO Pastos y herbvoros constituyen un sistema ecolgico en el que ambos elementos se

    condicionan mutuamente (Fillat et al., 2008). Las interacciones entre plantas y gran-des herbvoros son complejas y variadas. La actividad de los grandes herbvoros produce diversos efectos sobre la vegetacin, tales como: extraccin de biomasa mediante el consumo, fertilizacin por aporte de excrementos, acciones mecnicas como pisoteo, rozas, etc., y dispersin de semillas. A su vez, las plantas y la comunidad vegetal, reac-cionan de diversas formas: 1) crecimiento compensatorio como reaccin a la extraccin de biomasa (McNaughton, 1986), 2) cambios de la competencia entre plantas y, en consecuencia, variacin de la composicin florstica, 3) desarrollo de mecanismos de defensa, 4) modificacin de la arquitectura y alteracin del ciclo de nutrientes. La ferti-lizacin incrementa localmente el suministro de nutrientes limitados (N, P), y en exce-so, promueve las comunidades nitrfilas (Bada et al., 2008). En una escala temporal reducida, el herbivorismo favorece determinados morfotipos funcionales (McIntyre y Lavorel, 2001) y en condiciones de pastoreo moderado o intenso, con suelo rico en nutrientes, contribuyen al incremento de la diversidad general (Olff y Ritchie, 1998).

    El efecto principal de las plantas sobre los herbvoros (adems del suministro de energa y nutrientes), es el fomento de diversas estrategias en la adquisicin del alimento (mecanismos de seleccin de dieta). A escala evolutiva, esto ha inducido adaptaciones morfo-fisiolgicas particulares en los animales, que les permiten reducir la competencia por segregacin del nicho trfico y espacial (Hofmann, 1989).

    OFERTA VEGETAL Y SELECCIN DE DIETASLa Figura 4 muestra un esquema de los principales factores que influyen en la se-

    leccin de la dieta por parte de los herbvoros. Desde la perspectiva del herbvoro, los

    Figura 4. Esquema de los principales factores que actan en la seleccin de dieta por los grandes herbvoros. El grosor de las flechas estara relacionado con la importancia

    de cada factor (Fillat et al., 2008).

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    principales factores en la vegetacin son: la oferta disponible (produccin y biomasa), y su accesibilidad (en el tiempo y el espacio), la calidad nutritiva de la oferta y las defensas antiherbvoro (Busqu et al., 2003). En trminos generales puede decirse que los herbvoros tratan de maximizar la ingestin que, a su vez, depende en gran medida de la biomasa disponible. Sin embargo, la ingestin queda limitada por la di-gestibilidad del alimento (Armstrong et al., 1986). Adems la necesidad de una dieta adecuada en nutrientes (protena, minerales) conduce a los herbvoros, los salvajes y los domsticos adaptados a su ambiente, a diversificar el alimento, para equilibrar su dieta y disminuir el riesgo de intoxicaciones (Ramos et al., 1998).

    Estos factores determinan las pautas espacio-temporales del uso del territorio por los herbvoros. Adems, segn algunos autores (Hofmann, 1989), el tipo de especie y sus caractersticas morfo-fisiolgicas influyen tambin en la seleccin de la dieta. As, por ejemplo, algunas especies de rumiantes estaran ms capacitadas para digerir la fibra vegetal (tipo herbvoro), mientras que otras necesitaran mayor cantidad de alimentos concentrados, menos fibrosos (tiporamoneador). Entre ambos extremos existiran tambin tipos intermedios. Todo ello se traduce en la optimizacin de la utilizacin pastoral, con cierta complementariedad de las pautas de consumo entre los fitfagos, que, adems, aparecen estratificadas espacialmente (Garca-Gonzlez et al., 1990).

    La determinacin precisa de las dietas, a escala de especie y de sus diferentes rganos, ha sido objeto de especial atencin y para ello se utilizaron de forma nove-dosa tcnicas relacionadas con el anlisis micro-histolgico de epidermis vegetales (Garca-Gonzlez y Montserrat, 1986; Aldezabal, 2001), complementadas con miles de datos de observacin directa mediante muestreos especficos en casi todas las co-munidades vegetales (inventarios lineales mediante point-intercept). Esos trabajos han mostrado una utilizacin baja en los puertos muestreados, tanto en el consumo de la biomasa disponible (entre 1% y 24% dependiendo de las reas de pastoreo), como del nmero de especies seleccionado (20-30%) (Garca-Gonzlez et al., 1991a; Gan et al., 2002).

    A escala de comunidad vegetal se han completado tambin estudios de seleccin, mediante la superposicin cartogrfica de mapas de vegetacin con los de distribu-cin del ganado, en diferentes unidades pastorales (Garca-Gonzlez et al., 1991b; Aldezabal, 2001; Fillat et al., 2008). La Figura 5 muestra el resultado de dicha super-posicin en el Puerto de Aisa (Pirineo occidental). Se observa que el ganado vacuno utiliza principalmente pastos densos, del tipo Bromion erecti y Nardion strictae de producciones relativamente altas. El ovino pasta sobre todo los Nardion strictae, donde es capaz de seleccionar las especies ms nutritivas (Agrostis capillaris, Trifolium alpi-num) y rechazar las menos digestibles (Nardus stricta). Tambin utiliza en gran medida los pastos del Primulion intricatae, pastos densos de altitud, de produccin moderada pero de alto valor nutritivo. Los sarrios (Rupicapra p. pyrenaica) son los que utilizan ms estos pastos, pero tambin frecuentan las comunidades de roquedos y pedrizas donde son capaces de seleccionar las especies ms nutritivas.

    La calidad nutritiva de los pastos, tambin contemplada a escala de especies y de comunidades, se ha explorado con anlisis qumicos convencionales, determinando la concentracin de protena, minerales y digestibilidad de la materia seca (Marinas et al., 2003; Garca-Gonzlez et al., 2005). En general, el grado de consumo aparece

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    asociado al contenido en nutrientes de la planta y a la abundancia de las especies, aunque mostrando algunas notables excepciones (Gan et al., 2002).

    APROXIMACIN A ESCALA DE PAISAJE Y A LOS USOS HISTRICOSLa interpretacin de un sistema ganadero a escala de paisaje se ensay en el Valle

    de Gistan, mediante las entonces an precarias tcnicas de fotointerpretacin y tele-deteccin, que ahora reemprendemos con medios tcnicos ms avanzados (Campo et al., 2005). Buscamos atajos metodolgicos para determinar la influencia del suelo, el agua, la fertilidad y los topoclimas en la distribucin de especies y tipos de prados, en su produccin y en los tipos de gestin (Gmez et al., 1983). Analizamos el funcio-namiento de unos sistemas de ladera que eran soporte econmico de todo un valle y constituan probablemente la mxima expresin (y el mayor logro) de la explotacin ga-nadera pirenaica tradicional, reflejada en un paisaje humanizado de gran complejidad. Si bien slo logramos comprender una pequea parte (Gmez et al., 1984a), consta-tamos la multifuncionalidad del sistema, los factores limitantes de la produccin ganadera y aprendimos que la discusin sobre el terreno con sus actores principales, poda simplificar el esfuerzo experimental y ayudar a plantear objetivos relacionados con la gestin y la produccin integrada al paisaje (Aguirre et al., 2000). Tambin de-tectamos pautas de gestin ajustadas localmente y optimizadas de forma singular, por ejemplo en la utilizacin del fresno como rbol forrajero (Gmez et al., 1981 y 1984b; Creus et al., 1984). Los datos, imgenes y cartografas obtenidas abren ahora la opor-tunidad de analizar los cambios con una perspectiva de 25 aos.

    El estudio posterior de otras praderas -Valle de Aisa y Fragen- se adentr en su es-tructura vertical, penetracin de la radiacin solar, dinmica del contenido de pigmen-tos y minerales (Goded, 1994) y en el banco de semillas (Rein, 2002; Rein et al., 2004 y 2006). Todo ello permiti caracterizar los prados del Pirineo de Aragn como

    Figura 5. Superficie (%) de los principales tipos de pastos herbceos del Puerto de Asa y de las reas utilizadas por cada especie de herbvoro. Las zonas con cobertura

    menor al 1% no se han considerado (Garca-Gonzlez et al., 1991b).

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    comunidades semi-naturales con larga persistencia y notable diversidad, a caballo de los centroeuropeos, con gestin muy intensificada, y los de los Montes Cantbricos, todava ms salvajes (Chocarro et al., 1989). Los paisajes resultantes exhiben una es-tructura de malla reticulada con setos, similares a los bocages bretones y otras zonas alpinas. En estos paisajes, los topoclimas definidos por la inversin trmica a finales de invierno y la fusin diferencial de la nieve debida a la topografa, marcan la preco-cidad del rebrote en distintas zonas y su posterior desarrollo fenolgico que, a su vez, determina diferencias en la composicin florstica de los prados. A la heterogeneidad debida a los microclimas se solapa la de la naturaleza de los suelos, desarrollados ya sobre materiales autctonos -pizarras, calizas o yesos-, ya sobre morrenas glaciares, que ocasionan mltiples combinaciones en la circulacin del agua y la fertilidad y, por ende, en la produccin forrajera y su aprovechamiento por el ganado (Fillat, 2007).

    Respecto a la gestin, el estudio de la toposecuencia en el gradiente altitudinal, permiti identificar un uso decreciente en el manejo del paisaje, que inclua, desde una gran intensificacin en los cultivos de huerta junto a los pueblos, hasta un uso circunstancial de las parcelas ms elevadas, con aplicacin an vigente del sistema de derrota de mieses, donde slo la cosecha (primero de centeno, despus de heno) era de propiedad privada, mientras rastrojos o rebrotes de hierba eran de pastoreo comunal.

    Por otra parte, esa gradacin de manejo revela tambin la huella histrica que va, desde los sistemas agrcolas del Medioevo -cultivos de cereal de ao y vez, con alternancia de zonas cultivadas y en barbecho (aadas)-, hasta las combinaciones de veza/avena en sustitucin de las primitivas plantaciones de Trifolium incarnatum (tefla) que, a su vez, precedieron a los actuales prados y alfalfares.

    Resulta as evidente, que la explotacin ganadera secular de la montaa supuso una drstica modificacin de las comunidades vegetales y los paisajes que conforman, a la par que el desarrollo de la cultura ganadera que gobierna esa transformacin. Hacemos por lo comn referencia a los usos ancestrales, atribuyndoles un carcter homogneo y esttico, aunque es sabido que muchas pautas de esa utilizacin, -cul-tivos, razas animales, tamao de los rebaos, calendarios de uso-, han variado nota-blemente a lo largo del tiempo y que algunas de las actividades con mayor impronta en el paisaje actual, apenas se remontan un siglo atrs. El cambio en las prcticas tradicionales ha sido pues tambin constante, como las respuestas inducidas en la estructura y dinmica de los pastos, y su estudio trasciende la interesante aproxima-cin de los historiadores (Daumas, 1976; Pallaruelo, 1988) para convertirse en un factor ecolgico de primer orden y un elemento fundamental en el anlisis del paisaje (Vicente, 2001).

    LA VALORACIN ECO-PASTORALLa creciente sensibilizacin sobre el inters ecolgico de los pastos y la dificul-

    tad para su distincin por gestores del medio rural, responsables de la conservacin e investigadores de disciplinas ajenas a la botnica, nos impulsaron a desarrollar un mtodo de valoracin sencillo que permitiera, de forma objetiva y cuantificada, cate-gorizar los principales tipos de pasto en relacin a sus valores ecolgicos y forrajeros. Algunas valoraciones forrajeras haban sido ya antes abordadas, sobre todo tratando de

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    ajustar cargas ganaderas en algunos valles (Ascaso y Ferrer, 1993; Ascaso y Sancho, 1999), pero nuestra pretensin ha sido elaborar una herramienta para la gestin y con-servacin que, ms en concreto, pudiera guiar con criterios ecolgicos la ordenacin de territorios pastorales. Desde una perspectiva ms terica, nos interesa indagar en la relacin entre los valores ambientales y productivos, y tratar de generalizar algunas de las pautas que puedan emerger de dicha comparacin.

    Con esta idea desarrollamos el ndice ecopastoral (Gmez-Garca et al., 2001, 2002) y lo testamos en diferentes territorios tras realizar algunos ajustes (Garca-Gonzalez et al., 2007). Por razones obvias, solo hemos incluido aquellas variables ya cuantificadas en los distintos tipos de pasto y hemos dejado pendientes por el momen-to, aspectos de gran inters ecolgico como la diversidad de otros grupos taxonmicos, la calidad del hbitat, la del suelo y otros ya mencionados. Se han valorado distintos territorios pastorales del Pirineo y Pas Vasco, con una gran heterogeneidad en su in-ters productivo y ecolgico que, en trminos generales, parece mostrar una relacin inversa, lo que da pie a interpretar la compatibilidad del uso pastoral en montaa y facilita la adopcin de pautas para su uso sostenible (Garca-Gonzlez et al., 2007).

    EL INTERS CULTURALEl concepto de cultura ligado a la ganadera de montaa como adaptacin a un

    entorno netamente hostil respecto al llano, es ampliamente evocado y comentado por los investigadores del IPE desde los primeros encuentros de Ecologa y Antropologa Cul-tural (I Congreso Espaol de Antropologa, 1977). Se trataba de interpretar la insercin del hombre en la montaa (Balcells, 1980), tanto desde los diferentes usos del territorio y sus cambios (Garca-Ruiz, 1976; Lasanta, 1988) como desde su actual actividad ga-nadera (Montserrat, 1978; Puigdefbregas y Fillat, 1986; Fillat, 2002), valorando siem-pre la funcionalidad de dicha cultura en los paisajes de montaa y continuando la labor iniciada en 1943 por la Estacin de Estudios Pirenaicos, que tanta informacin aport sobre la vida en el Pirineo. La relevancia concedida a esta parte de la multifuncionalidad por Montserrat queda reflejada en el concepto la cultura que hace el paisaje, que da ttulo a una reciente recopilacin de textos (Montserrat, 2009).

    Desde una perspectiva ecolgica, cabe mencionar la definicin del trmino cultu-ral como resultado de una interaccin entre una predisposicin gentica y unas carac-tersticas particulares del entorno (Margalef, 1988), que resulta sugerente para resaltar el inters de las interacciones y las adaptaciones al ambiente y al herbivorismo, aspectos todava poco estudiados pero sin duda parte fundamental del sistema pastoral.

    EL PRESENTE Y EL FUTURO DE LOS PASTOSResulta muy arriesgado, hoy todava ms, prever el futuro de la ganadera y, por

    tanto, interpretar sus consecuencias, y si bien parece evidente que su pervivencia depender mucho de su rentabilidad, las actuales circunstancias socioeconmicas permiten imaginar escenarios que parecan utpicos hasta fechas recientes. Ni nos compete ni podemos realizar predicciones, pero queremos sealar algunos aspectos que, en nuestra opinin, puede hipotecar un desarrollo armnico con el entorno.

    Aunque la disminucin del pastoreo o su abandono abanderan los cambios de uso del territorio, apreciamos, en sentido contrario, impactos reducidos en superficie pero

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    de gran intensidad con consecuencias drsticas sobre la vegetacin, la calidad del agua y la erosin del suelo. Muchos de esas alteraciones resultan de manejos inade-cuados del ganado y de supuestas actuaciones de mejora realizadas o avaladas por las propias administraciones, totalmente inadecuadas considerando la vulnerabilidad de los ecosistemas de montaa y la disponibilidad de medios y tecnologas para dise-ar alternativas ms respetuosas. Sirva como ejemplo la apertura de pistas forestales innecesarias, muchas veces punta de flecha de otros usos insostenibles. Ello, sin olvidar las graves afecciones que resultan de la urbanizacin especulativa en torno a desmesurados proyectos ligados a un modelo de desarrollo de suburbio.

    Resulta inevitable insistir en que sobre los pastos de montaa se apoya la produccin animal sostenible, y como tal, constituyen un recurso renovable que de-bera ser considerado estratgico, cuando tal concepto atae tambin a la propia alimentacin humana. Por otra parte, los paisajes humanizados son parte muy notoria del patrimonio natural y de su potencial ldico y econmico. El mantenimiento de la calidad de esos paisajes, a diferencia de los naturales, requiere, como las propias comunidades de pastos, la continuidad en su uso, siguiendo pautas de explotacin compatibles con la conservacin. Hay que considerar la urgencia de rescatar los ves-tigios de unos usos tradicionales, que todava encierran muchos mecanismos para la internalizacin de rutinas (automatizacin de conductas adquiridas que facilitan la gestin) en el manejo de pastos y rebaos (Montserrat, 2004). Esos mecanismos ayudarn a disear marcos modernos de gestin ganadera, que aprovechen las nuevas tecnologas en la mejora de la rentabilidad econmica y la calidad de vida de gana-deros emprendedores antes que subsidiados. La consideracin social del oficio no es un asunto menor en la bsqueda de este nuevo equilibrio y a tal fin, las escuelas de pastores pueden suponer un interesante punto de partida (Fillat, com. per.).

    EPLOGOEn el ltimo congreso de la Sociedad Espaola para el Estudio de los Pastos

    (SEEP), Ana Beln Robles (2008) mostraba su extraeza por la prevalente atencin que el cambio climtico reciba sobre el cambio de usos del suelo en el marco del Cambio Global y cmo, mientras est ampliamente difundida la idea de que puede hacerse mucho respecto al primero, se considera inevitable e incluso consustancial al desarrollo la decadencia del mundo rural. Deca la misma autora: ... podemos ir ms all de las simples llamadas de atencin. A frenar esa decadencia y a transmitir la viabilidad y la necesidad de un uso productivo, ecolgico y cultural es algo en lo que podemos contribuir.

    Subscribimos plenamente esa reflexin. Montserrat escriba hace unos aos sobre su fracaso como pasclogo (Montserrat, 1999). Considerando su aportacin pionera y el efecto de arrastre que sus ideas han tenido en los ltimos 50 aos, dentro y fuera de la SEEP, esa sensacin resulta inapropiada. Esa frase haca, ms bien, referencia a la falta de aplicacin de muchos conocimientos cientficos al mundo real, en particular a la gestin y concienciacin de las administraciones implicadas. Impulsar esa transferencia es, en nuestra opinin, uno de los mayores retos de la actual inves-tigacin en pascologa y en concreto de la SEEP. Porque, si en los prximos aos, con varias generaciones ya implicadas en el estudio de los pastos, no logramos transmitir nuestro conocimiento y contrarrestar las actuales tendencias de abandono y rapia en

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    la montaa, esa sensacin de fracaso se har realidad y nos afectar de manera inex-cusable. La aplicabilidad de la investigacin debe marcar nuestro rumbo y, a cambio, proporcionarnos una mayor recompensa a nuestro trabajo.

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