ponencia herrera-sorrentino (1)

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Título de la ponencia: De la práctica de la oralidad hacia la página en blanco. La ronda de relatos orales como herramienta pedagógica en la formación de escritores. Eje temático: Didácticas y pedagogías de la creación literaria. Ponentes: Blanca Herrera (DNI 10.554.140), codirectora de Casa de Letras (Buenos Aires, Argentina). Cecilia Sorrentino (DNI 10.368.452), docente de la materia Usina de Historias, del Programa Formativo en Escritura Narrativa (Presencial), en Casa de Letras (Buenos Aires, Argentina). INTRODUCCIÓN Queremos compartir con ustedes en este tiempo juntos la experiencia que venimos desarrollando desde el comienzo mismo del programa de formación de escritores en Casa de Letras, en una de sus materias: Usina de Historias, asignatura que pertenece al primer módulo de la carrera, y que encara cuestiones atinentes al proceso creador. En este caso, nos vamos a referir a uno de los ejes de Usina de Historias: la práctica áulica del relato oral espontáneo en el contexto de la conversación como herramienta eficaz en el proceso de producción de historias que devengan en textos escritos. El comienzo de una narración pertenece al orden de la ocurrencia. Una narración puede comenzar de muchas maneras, en cualquier momento: cuando caminamos por la calle, cuando algo que observamos nos atrapa, con un olor, con un sabor. Surge entonces una imagen, una escena, un personaje, es decir, un germen narrativo. Lo percibido nos interpela porque encuentra resonancias en huellas que nuestra memoria guarda aunque no sepamos que están allí. Gianni Rodari lo expresaría poéticamente diciendo que cuando un canto, una piedra es arrojada al estanque de la memoria, produce ondas concéntricas mientras cae y, cuando finalmente toca fondo, remueve la arena haciendo emerger alguna partícula a la superficie: un recuerdo.

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Ponencia sobre narración oral

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Ttulo de la ponencia: De la prctica de la oralidad hacia la pgina en blanco. La ronda de relatos orales como herramienta pedaggica en la formacin de escritores. Eje temtico: Didcticas y pedagogas de la creacin literaria. Ponentes: Blanca Herrera (DNI 10.554.140), codirectora de Casa de Letras (Buenos Aires, Argentina). Cecilia Sorrentino (DNI 10.368.452), docente de la materia Usina de Historias, del Programa Formativo en Escritura Narrativa (Presencial), en Casa de Letras (Buenos Aires, Argentina). INTRODUCCIN Queremos compartir con ustedes en este tiempo juntos la experiencia que venimos desarrollando desde el comienzo mismo del programa de formacin de escritores en Casa de Letras, en una de sus materias: Usina de Historias, asignatura que pertenece al primer mdulo de la carrera, y que encara cuestiones atinentes al proceso creador. En este caso, nos vamos a referir a uno de los ejes de Usina de Historias: la prctica ulica del relato oral espontneo en el contexto de la conversacin como herramienta eficaz en el proceso de produccin de historias que devengan en textos escritos. El comienzo de una narracin pertenece al orden de la ocurrencia.Una narracin puede comenzar de muchas maneras, en cualquier momento: cuando caminamos por la calle, cuando algo que observamos nos atrapa, con un olor, con un sabor.Surge entonces una imagen, una escena, un personaje, es decir, un germen narrativo.Lo percibido nos interpela porque encuentra resonancias en huellas que nuestra memoria guarda aunque no sepamos que estn all.Gianni Rodari lo expresara poticamente diciendo que cuando un canto, una piedra es arrojada al estanque de la memoria, produce ondas concntricas mientras cae y, cuando finalmente toca fondo, remueve la arena haciendo emergeralguna partcula a la superficie: un recuerdo. Las historias nacen de imgenes, no de conceptos.Guardamos imgenes que no siempre sabemos que guardamos.Guardamos imgenes en las que no siempre vemos una historia que llevar a la escritura.La prctica del relato oral en el contexto pedaggico de la conversacin permite recuperarlas y detectar en ellas la potencia potica desde la que pueden convertirse en el inicio de una narracin.

Quien cuenta, a menudo no percibe dnde arraiga la fuerza de su propio relato.Quien escucha en cambio, detecta lo sorpresivo, lo inesperado, lo anmalo, los aciertos poticos de la historia, y genera operaciones del pensamiento imaginario que la completan y amplifican.En el encuentro de ambas miradas emerge el germen narrativo.Una accin compartida que se transferir luego a la soledad del propio proceso creador. El trabajo, el oficio, la experiencia intransferible y singular de la prctica de la escritura, conducirn la narracin as comenzada hacia su destino de texto en una pgina. Para contarles la experiencia que venimos realizando en este campo, vamos a organizar esta charla del siguiente modo: -Comenzaremos reflexionando sobre la oralidad, ese territorio que todos ya hemos habitado.Tanto en la historia personal como en la historia de la humanidad la oralidad precede a la escritura. -A continuacin pensaremos el papel de la memoria como fuente del proceso creador. Les referiremos experiencias ulicas donde el ejercicio del relato oral y la conversacin han favorecido la expresin y el reconocimiento de grmenes narrativos.-En tercer lugar abordaremos el tema de la escucha como fuente posible del proceso creador. -Habiendo orientado la temtica hacia la oralidad como herramienta en la produccin de historias, nos detendremos en otro aspecto: la oralidad y sus posibilidades para favorecer el desbloqueo en un proceso de escritura. -Al final de nuestra exposicin, habremos situado las prcticas referidas en el punto de partida del camino de la escritura. 1.- La oralidad: un territorio que todos hemos habitado. El lenguaje es un fenmeno oral.Los seres humanos nos comunicamos de muchas formas, valindonos de todos los sentidos.La comunicacin no verbal, la gestualidad por ejemplo, es sumamente valiosa.An as, el habla es central. Dondequiera que haya seres humanos, tendrn un lenguaje, y en cada caso uno que existe bsicamente como hablado y odo en el mundo del sonido.El lenguaje es tan abrumadoramente oral que, de entre las miles de lenguas habladas en el curso de la historia, la mayora de ellas no han llegado a la escritura.La condicin oral bsica del lenguaje se ha sostenido hasta el presente. Es verdad que la escritura, consignacin de la palabra en el espacio, extiende la potencialidad del lenguaje casi ilimitadamente y da una nueva estructura al pensamiento.No obstante, en todos los maravillosos mundos que descubre la escritura, vive la palabra hablada.Los textos escritos se relacionan de alguna manera, directa o indirecta, con el mundo del sonido, el ambiente natural del lenguaje.La escritura no puede prescindir de la oralidad.La expresin oral es capaz de existir, y casi siempre ha existido, sin ninguna escritura en absoluto; sin embargo, nunca ha habido escritura sin oralidad. En su obra Oralidad y escritura, el lingista Walter Ong seala que la palabra texto, de una raz que significa tejer, es etimolgicamente ms compatible con la expresin oral que con la letra escrita.El discurso oral se ha considerado como un tejido o cosido: rhapsoidein, cantar en griego significa bsicamente coser canciones. 2.- La memoria, madre de todas las musas. En las culturas orales el poeta abreva en la memoria para crear el relato que va a narrar a un auditorio, buscando all su fuente de inspiracin.Es por eso que Homero comienza con la invocacin Cntame Musa, un llamado dirigido a Mnemosine, la memoria, la madre de las Musas.El comienzo de la narracin es el tejido de unos materiales que provienen de la memoria universal con otros que corresponden al acervo individual del poeta: sus sueos, sus experiencias, sus recuerdos personales, su actualidad. Tambin el escritor de nuestro tiempo, ante la pgina en blanco, puede experimentar esa vinculacin con la memoria. En una de sus conferencias en Buenos Aires, Borges alude a la funcin de la memoria cuando se refiere a la sensacin que experimenta al crear: no es la sensacin de inventar o de que la escritura dependa de su arbitrio; las cosas son as. Son as, pero estn escondidas y mi deber de poeta es encontrarlas. Y aade que es por eso que, an como lector, la poesa le da la impresin no de descubrir algo nuevo, sino de recordar algo olvidado. Cuando leemos un buen poema pensamos que nosotros hubiramos podido escribirlo; que ese poema preexista en nosotros. Marcel Proust se refiri a esa preexistencia de este modo: "Para escribir un libro esencial, el nico libro verdadero, un gran escritor no tiene, en el sentido corriente, que inventarlo, porque ya existe en cada uno de nosotros, sino traducirlo.El deber y la tarea de un escritor son los de un traductor". As, en el instante previo a la escritura, tenemos a nuestra disposicin el mundo: una suma de datos, de experiencias, de conflictos, el mundo dado en bloque, sin un antes y un despus, el mundo como memoria individual y colectiva. El principio de la escritura supone un recorte de ese mundo, para hacer narrable aquella historia que el creador busca contar. En El arte de empezar y el arte de acabar talo Calvino hace alusin a que los antiguos tenan una clara conciencia de la importancia del instante previo.Como decamos unos prrafos atrs, era el momento de invocar a Mnemosine, la diosa que custodia y administra el gran tesoro de la memoria, de la que forman parte todos los mitos, todas las epopeyas, todos los cuentos.La llamada a la Musa, su invocacin, era a la vez una eleccin y un renunciamiento, y con ste un adis, un gesto de complicidad con la multitud de hroes, con la infinidad de tramas, que quedaran esta vez- sin contar. 3.- La escucha como fuente del proceso creador. En la prctica ulica de Usina de Historias, el alumno est liberado de la exigencia de la pgina en blanco. Es invitado a contar un relato oral a partir de una consigna, pero no se le pide que lo busque, sino que lo deje aparecer como respuesta a la consigna misma o a los relatos que escucha de sus compaeros.La consigna opera como un objeto arrojadizo que en su cada despierta imgenes, asocia escenas, voces, tiempos, espacios. En la ronda de relatos, pueden destacarse dos momentos: el de los hallazgos y el de su multiplicacin.

a)Hallazgos: En la premura de la oralidad el narrador acierta. Y quien escucha seala precisamente los aciertos. Una de las primeras consignas propone traer el recuerdo de un objeto que se ha perdido y que se deseara recuperar.Veamos algunos ejemplos de los relatos que aparecen. Dice Carolina: Era un pauelo de mano, no descartable, de tela, lila y blanco.Resulta que cuando era chica lo que yo ms quera era tener un perro de raza Collie.Mis padres me llevaban todas las semanas a una exposicin de perros para que, aunque no pudiera tener uno, los viera.Una vez en un stand me dejaron tocar un Collie.Al llegar a mi casa apoy las manos sobre el pauelo lila y blanco y dije: ac est, sobre esta tela, la primera vez que yo toqu un perro Collie.Cada vez que tena una pena hasta la pubertad- buscaba el pauelo y pensaba, mi pena me la seco con este pauelo.Un da mi mam lo lav y lo almidon.Lo habr guardado en un cajn, pero ese da lo perd. Cuando en la clase siguiente la profesora pregunta qu recuerdan de la clase anterior, alguien dice, la huella del pauelo, y alguien ms dice s, el perro de Carolina, bueno, el pauelo que es un perro. Gianni Rodari dira que el pauelo que es un perro es un binomio fantstico; el germen narrativo de lo que en algn momento podr devenir o no- un cuento. En respuesta a la misma consigna del objeto perdido dice Emilio: Quiero recuperar un conjunto de fotos. Hace un silencio.Cuando creemos que eso va a ser todo, Emilio contina: La historia es as: Una semana despus, Carolina dice que lo que recuerda de la clase pasada es el silencio de Emilio.Porque el peso de ese silencio daba cuenta del peso que tendra su historia. Dice Lorena (tono inocente, aniado): Lo que yo querra recuperar no era mo.Era de mi hermana.Un diario en forma de corazn.Ella escriba all sus frasecitas.Yo lo tomaba y lo lea de noche.Despus lo copiaba en mi cuaderno y en la escuela se lo lea a mis amigas.Era algo muy personal.De mi hermana.Por eso un da ella lo guard.Yo creo que lo bot. Sus compaeros sealan una semana despus la inocencia del tono con que fue contado este relato, cuando en realidad se trataba de una violacin a la intimidad de su hermana.Sealan que si el tono hubiera sido el de la picarda, la burla, la curiosidad malsana, el relato hubiera perdido eficacia.Hay una historia sumergida bajo la inocencia del tono y por la inocencia del tono, que parece estar empujando el relato tal como fue contado. Otra consigna, ms adelante en la materia, toma la forma de un juego de escrituraautomtica. Frases que comienzan con me acuerdo escritas una a continuacin de la otra, sin pensar, sin buscar el recuerdo deliberadamente, dejndolo aparecer en la continuidad de la escritura espontnea.Luego de unos minutos de escritura cada alumno leer en voz alta su pgina de evocaciones.En este momento del ejercicio los alumnos detectan en la sucesin de imgenes, algunas que se recortan y prevalecen porque resultan ms sugerentes o ms visuales y potentes que las otras.Esto ocurre en la enumeracin que cada uno lee en voz alta, y tambin en la escucha de la enumeracin de los compaeros. En su propia lista de evocaciones, Lila destaca la siguiente sucesin de prrafos: me acuerdo del hambre en los recreos, me acuerdo del olor a factura recin hecha, me acuerdo de T.S., me acuerdo de su voz y su talento, me acuerdo que ella vena a casa pero yo no iba a la suya La frase vena a casa, pero yo no iba a la suya que parece una ms entre las evocaciones, en el contexto de la puesta en comn fue resaltada tanto por Lila como por sus compaeros.Varios de ellos recordaron a algn amigo de la adolescencia que nunca propona su casa como lugar de encuentro.Este hallazgo fue el germen narrativo que Lila guardara para escribir a partir de l su cuento Fonticas, meses despus, cuando cursaba la materia Escritura Narrativa II. Compartimos a continuacin un breve fragmento de ese cuento: Lo primero que me dijo cuando volvimos a encontrarnos fue que haba terminado el secundario. Estbamos en un bar de estacin, uno de esos boliches con sndwiches bajo campanas de vidrio y murmullo de gente arrastrando brtulos. Volva al pueblo, anunci, a ver si esta vez me va mejor.Haca una eternidad que no hablbamos, aunque las dos nos habamos mudado a Buenos Aires en la misma poca.Supe que haba empezado una carrera de cantante en la banda de rock de un amigo, y que al tiempo el amigo la haba dejado plantada, embarazada.Pero de esto tambin haca una eternidad, y apenas haba tenido noticias despus.Me llam desde un locutorio de la terminal un impulso, no s qu me dio, dijo como disculpndose.Cort y sal corriendo a Retiro. Apenas nos veamos fuera de la escuela.Tenamos amigas diferentes, vivamos en barrios alejados.En realidad nunca supe dnde viva Teresa, fuera de que era lejos.Vena a mi casa y yo no iba a la suya.Punto.Tampoco saba quines eran sus amigas, ni si tena amigas.S saba (todas sabamos) que usaba ropa distinta, ropa que pareca estar al margen de mandatos y guios de marcas. Esa independencia corresponda de alguna manera con su voz profunda, con sus ojazos oscuros de mujer adulta, y con el hecho de que a veces se le vea el piyama bajo el guardapolvo.Faltaba mucho.Se rumoreaba que en vez de ir a la escuela se iba al ro a fumar y escuchar msica heavy con su amigo el Coyo. Que el Coyo no fuera su novio sino su amigo haca todo ms intrigante.Teresa habitaba otra dimensin, no era materia para el chisme comn.Creo que le tenamos un poco de miedo.() b)Multiplicacin En los ejemplos citados, el hallazgo se ve confirmado como tal en la multiplicacin de versiones y nuevas imgenes que despierta en quienes escuchan.En la conversacin que sigue a la produccin de relatos orales, quienes escuchan dan cuenta de detalles que amplan la imagen original como en un juego de reflejos.Un estallido que su autor no hubiera abarcado en la soledad de la ocurrencia.Veamos cmo sucede trayendo nuevos ejemplos: La consigna de la clase propone recordar y contar una historia no leda sino escuchada muchas veces.Una historia heredada, narrada por un familiar o un amigo en ms de una oportunidad. Comenzada la ronda, es habitual que quien cree que no tiene una historia que responda a la consigna (en mi familia nadie cuenta historias), la encuentre al escuchar el relato de algn compaero. Una vez que todos cuentan se les pide que sealen las escenas, los momentos que percibieron con mayor nitidez en el relato de un compaero, instantes en los que les pareci ver la escena al escucharla. Sucede entonces que: -En la descripcin de la escena que realizan quienes la escucharon, se resalta la tensin, la proximidad de los opuestos. Victoria narra una historia que comienza en el velorio de su abuelo.En un momento dado, el atad est rodado de nietos que se cuentan unos a otros la vida del abuelo cada vez ms divertidos, hasta el estallido de la carcajada. Su compaera Cinthia destaca esa escena y dice: veo la escena del velorio de tu abuelo como un momento felizmente desdichado. La historia que cuenta Leonor es la que escuch tantas veces de su abuela materna. La abuela de Leonor lleg a Argentina desde un pequeo pueblo de su Polonia natal en los comienzos de la dcada del 30 del siglo pasado. La empujaba el hambre. Haba dejado en Polonia a la nica sobreviviente de su familia: una hermana menor a quien prometi enviar un pasaje para que viajara tambin; lo hara en cuanto pudiera trabajar y reunir el dinero necesario. Pero la guerra lleg antes. El pequeo pueblo fue arrasado por los nazis y las cartas desesperadas de la abuela nunca tuvieron respuesta. La hermana menor estara muerta como los dems, pens. En 1960 una vecina argentina de la abuela viaj a Israel. Se aloj durante unas semanas en un pueblo de cuatro humildes casas. Una maana sali al jardn y salud a la mujer que viva en la casa de al lado, cruz unas palabras en hebreo con ella. Le cont que viva en Argentina. La mujer dijo entonces que su hermana haba viajado a Argentina haca ya mucho tiempo, quin sabe si vivira an. Esa mujer era la hermana de la abuela de Leonor que ella crea muerta.Tiempo despus las dos hermanas se reencontraron en Buenos Aires, cada una con su nueva familia. Ambas apenas recordaban el idioma polaco que hablaban en la juventud. Ahora una hablaba castellano,la otra hebreo, igual que sus hijos y nietos. Al llegar a este momento del relato, otra alumna del grupo, Lorena, destaca esta escena de reunin familiar y dice: Veo a tu familia por fin reunida, tienen mucho para decirse, pero hablan idiomas distintos. -A veces, las escenas destacadas se describen casi del modo en que aparecen en mitos universales, aun cuando quien narra no lo perciba.En el ejemplo anterior, alguien describe ese caos de voces e idiomas como una Torre de Babel. -Las imgenes sealadas por quienes escuchan estn teidas con imgenes propias, y por lo tanto constituyen ya una nueva versin del original.Cuatro humildes casas en medio del desierto en Israel se ven tal como un grupo colorido de casas solitarias en los comienzos de la ciudad de Ushuaia por una alumna cuyos abuelos vivieron all. -Por ltimo, el tiempo en el que sucedi el acontecimiento referido en cada relato, su clima de poca, es captado por quienes escuchan en el tono del narrador que lo transmite. En otra historia, la de una abuela inglesa cuyo hijo se cas con una mujer araucana, y tuvo dos hijos rubios y los dems morochos, cuando el narrador cuenta que la abuela preparaba el t a las cinco de la tarde slo para recibir a los dos nietos rubios, su gestualidad, el tono de su voz, el detalle con que describe los preparativos, no dan cuenta ms que de la naturalidad con que se viva el hecho.Del mismo modo, quienes escuchan la historia la recortan del contexto de nuestro presente y prescinden de juzgar la conducta de la abuela como un acto de discriminacin. 4.- El bloqueo en la escritura: la oralidad como camino posible. Habiendo desarrollado hasta aqu la temtica de la oralidad como herramienta en la produccin de historias, nos detendremos a continuacin en otro aspecto: la oralidad y sus posibilidades para favorecer el desbloqueo en un proceso de escritura. Para abordar esta cuestin, vamos a compartir una experiencia puntual durante la escritura, bloqueo y reescritura de una obra teatral.A comienzos de 2012 me escribi la dramaturga canadiense Julie Vincent, con quien ya haba trabajado en la coproduccin teatral de una obra de su autora, que traduje del francs y adapt en 2010 para presentarla en el circuito teatral alternativo de Buenos Aires.Ella estaba escribiendo una nueva pieza, que hasta aquel momento era un soliloquio.El personaje era una fotgrafa de Montreal, Annabelle Brault. Ella intua sin embargo que haba otro personaje en esa historia al que no lograba asir.Con cincuenta pginas de la obra ya escritas, se encontraba en un momento de bloqueo.Me propuso venir a Buenos Aires, y realizar un laboratorio de escritura, convencida de que yo podra ayudarla a ir detrs de la intuicin de ese segundo personaje. Le y rele el monlogo varias veces.Le propuse un plan de trabajo intensivo basado en improvisaciones de relato oral. Fuera a partir de una frase de su propio texto que yo haba percibido como eje potico.Fuera pidindole que me contara algo del personaje en tercera persona, hacindola salir del monlogo para mirar al personaje ya escrito desde afuera.A medida que ella avanzaba en los relatos orales olvidando su texto escrito, sin salir sin embargo de la historia que quera narrar, esa historia comenz a expandirse, y el tercer da de trabajo, apareci un encuentro con otro personaje, otra mujer.Una joven argentina, que buscaba a Annabelle, quera acercarse a ella, convencida de que una historia pasada las una. A partir de all, del nacimiento de Soledad Alcides, como luego llamara Julie a este nuevo personaje, fue surgiendo -siempre en la oralidad- el vnculo entre las dos mujeres y se fue tejiendo la historia del episodio que las lig en el pasado en la ciudad de Buenos Aires y las reuna ahora en una estacin de metro de Montreal. Grabamos la totalidad de nuestros encuentros, y luego convocamos a alguien para transcribir las quince horas de narracin.Destinamos el quinto y ltimo da del laboratorio a escribir el boceto de la estructura de la obra en base al recuerdo de los das anteriores. Julie volvi a Montreal y a la escritura.Durante todo el ao 2012 ella me envi sucesivas versiones de su pieza, que tom la forma de un cuento teatral a dos voces, y yo le enviaba a mi vez devoluciones y sugerencias.Ambas hacamos todo lo posible por no perder la riqueza de las huellas orales del trabajo que habamos hecho juntas en Buenos Aires.Huellas que tenan que ver con las palabras y expresiones poticas surgidas en el relato oral, pero tambin, y con gran relevancia, con el ritmo que provena de esa prctica.El texto escrito en el aire tena la cadencia y el ritmo que aparecen de manera espontnea en el habla, y que le hacan falta a esa historia.Para resguardar esa msica en la escritura, regresamos una y otra vez a abrevar en la escucha de la versin oral.Dice Julie respecto de esta experiencia compartida, en el prlogo de la edicin bilinge de Soledad au hasard, en espaol Soledad o el azar: Un da en que comparta mi trabajo con Blanca Herrera en Buenos Aires, yo improvis para ella largos segmentos de la primera versin de mi historia.Blanca deseaba escucharme improvisar oralmente ms que releer ella misma la obraEl ejercicio fue determinante: el acto de contar en voz alta me permiti expresar lo que al momento de la escritura haba omitido y hasta censurado. 5.- El comienzo de la narracin. El comienzo de la literatura. En el desarrollo mismo del oficio de escribir, as como Cortzar entrevi sus cronopios en la luminosidad de un intermezzo en la Opera de Pars; as como Virginia Woolf con la excusa de comprar una mina de lpiz, sala en el atardecer invernal de Londres a dejarse sorprender por imgenes callejeras en las que hubiera historias encapsuladas, tambin hay escritores que han dado cuenta de hallazgos a partir de la escucha y la conversacin. Veamos la experiencia de uno de ellos, contada en una entrevista periodstica con posterioridad a la publicacin de su novela.Se trata de Leopoldo Brizuela y su ltima obra Una misma noche.Dice Leopoldo:Fue apasionante trabajar con recuerdos personales para hacer ficcin. En 2004, le una novela de Marcela Sol, en la que una concertista de piano que tiene una hermana desaparecida elabora el plan desesperado de tocar un concierto en el Teatro Coln para los militares, con la secreta esperanza de quedarse a solas con uno de ellos y preguntarle por su hermana. Y entonces record algo que me haba pasado en 1976, y que tena borrado hasta ese momento. Una noche de 1976 yo tena 12 aos- policas de civil entraron a mi casa y exigieron registrarla.A mi madre la retuvieron en la vereda, a mi padre lo hicieron ir cuarto por cuarto encendiendo la luz y abriendo los placares.Yo me qued solo con un tipo en el cuarto de adelante.Cuando llegaron yo estaba tocando el piano, estaba por rendir el segundo ao en el conservatorio.Cuando me vi con ese tipo al lado, con un arma enorme, en aquel silencio, slo atin a seguir estudiando. Cuando termin l me dijo Lindo pibe, eh! Al recordarlo, 28 aos despus, me dije yo toqu el piano para un tipo de sos, qu hice? qu es esto?Empec a contrselo a mis amigos, reinterpretando el recuerdo cada vez que lo narraba, escuchando tambin la versin de ellos.Fue a partir de esas conversaciones que fui concibiendo unainterpretacin del hecho que quedara acabada solamente si escriba esa historia.Entonces escrib, para buscar un relato que diera una nueva significacin a esa vivencia inexplicable. Para m, se es el momento fundamental de la novela.Esa noche en que yo toqu el piano en medio de la invasin de la patota.Al narrarla fui dndome cuenta de su riqueza; esa noche es la que expulsa a ese chico de la infancia y lo arroja al terror del mundo.De pronto cualquiera de los que lo rodean puede no ser como l piensa.En un segundo, la madre no parece la madre, el padre no parece el padre, y l mismo hace algo que no comprende. Para terminar: Nos hemos referido en este tiempo compartido a una serie de experiencias que tienen lugar en el territorio de la oralidad.Nos preguntamos entonces, entre otras cosas: Cmo llevar el silencio a la escritura? Cmo escribir el tono y el ritmo con que se cont una historia? Cmo encontrar sin buscarla una metfora? Los hallazgos que se producen en el mbito de la conversacin son potencialmente literarios.Las experiencias ulicas en la materia Usina de Historias forman parte de un trabajo orientado hacia el aprendizaje de su reconocimiento. Tal como hemos visto, tambin los escritores pueden partir de grmenes narrativos concebidos en el mbito de una conversacin.La narracin ha comenzado. La escritura, an no. Para ingresar en estado de literatura, hay que hacer pasar ese relato en potencia por un desvo del lenguaje habitual que nos saca del mundo cotidiano y nos lleva al mundo literario.Slo entonces sabremos en qu tono, con qu voz deber ser narrada esa historia.Hemos odo ese tono, pero es slo a travs de la prctica de la escritura que encontrar su expresin literaria.