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Dibujo en pasteles por: Luis Fernando León Q. Primera edición

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Dibujo en pasteles por: Luis Fernando León Q.

Primera edición

CRÉDITOS

DIAGRAMACIÓN:Santiago Leal R. D.I. El pensadero estudio de diseño

Brandon S. Espinel Laverde

PASAJEREVISTA

EQUIPO DE REDACCIÓN:

Luis Fernando León Q.

María Paula Castro Fernández

Alfonso Javier Lozano Valcárcel

Daniel Guillermo Deaza Acosta

Mateo Viveros

El perfil detrás de Juan Pablo CárdenasLa importancia del delito de violencia intrafamiliar como no querellableLa responsabilidad jurídica en el manejo de las violencias contra las mujeres“El único poder que uno tiene en la vida es el poder de ayudar” Forero

Un recuento literario2+2x2Sentido pésame (a la espalda del mar)PoesíasCuentos Negros I

Las vetas del vacíoPensarnos unoCesar Millán y la tauromaquiaNegaciones y afirmaciones

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EL CAFÉ“Las tranquilas aventuras del diálogo” de que nos habla Jorge Luis Borges han tenido su mejor escenario alrededor de una mesa de café. El Café Pasaje, que da su nombre a esta publicación, es para Bogotá ese escenario emblemático. En torno a sus mesas se ha arreglado el mundo; se han ideado toda clase de cábalas políticas; se han esparcido todos los rumores, los chismes y, también, las

buenas y malas noticias. Parejas se han declarado su amor o han protocolizado su desamor, todo alrededor del café que estimula la vigilia pero que, a la vez, permite soñar. Y soñar es, sin duda, el motor de la juventud y de ahí que los sueños no realizados constituyan la nostal-gia de la vejez. Por eso nuestro Café Pasaje, que hoy ya no hace parte de un pasaje sino de una plazoleta, ha sido el sitio obligado de reunión de estudiantes, políticos y desocupa-dos o también de estudiantes políticos desocupados. Siempre en trance de charla, de reconstrucción del mundo o de viaje imaginario por él. Sobreviviente de otros muchos, de los que queda solo el recuerdo: el Windsor, el Gato Negro, el Automático, el Moisés, el Café Pasaje es emblemático de una ciudad como Bogotá, a la que acaso, otra vez Borges:

No nos une el amor sino el espanto/será por eso que la quiero tanto. Esta publicación, que ojalá perdure como deberían perdurar los sueños de la juven-tud, adopta este nombre para, posiblemente, ser una extensión de ese escenario de diálogo, de duelo de ideas, en el que no hay que aspirar a ganar sino a participar. Un escenario en el que el argumento no debe ser un arma letal sino una pieza lúdica y en el cual se debe tomar más en serio al contrincante que a uno mismo.Hoy que, más que nunca, la palabra en Colombia cobra una fuerza inusitada, que nunca debió ceder a la fuerza, no puede haber nada más pertinente que una publi-cación abierta a todos y dispuesta a dialogar con el mundo. ¡Bienvenida!

Dibujo en pasteles por: Luis Fernando León Q.

por: Luis Enrique Nieto Arango

EL PERFIL DETRÁS DE JUAN PABLO CÁRDENAS1

“El Rosario, por así decirlo, es un mundo, mi casa” El perfil detrás de Juan Pablo Cárdenas La cita era a las 5:30 pm. El lugar: un edificio beige de ventanas azules, alto e impetuoso, ubicado en la calle 72 con carrera 6ta, en Bogotá. Para poder ingresar, es necesario brindar un docu-mento, poner la huella digital y sonreír frente a una pequeña cámara de com-putador, con el fin de quedar registrado con una fotografía en el sistema. Poste-riormente, en el ascensor hay que opri-mir el número once, para subir y así encontrar al doctor Cárdenas.

Juan Pablo Cárdenas Mejía es abogado rosarista, árbitro reconocido en materia comercial, profesor de cátedra de la Universidad del Rosario y de la Univer-sidad Javeriana. El siguiente filtro para poder charlar con él es un timbre, un timbre que se puede escuchar en todo el sexto piso, pues este corresponde a toda la oficina. Finalmente, allí, tras una doble puerta de vidrio, estaba él.

Como siempre, una ligera sonrisa relu-cía en su semblante. Un pantalón de dril oscuro, zapatos negros, camisa blanca con corbata roja y un saco de rombos conformaban el outfit de ese gran per-sonaje que estaba dispuesto a respon-der a todas nuestras preguntas. Al ob_

servarlo se veía cómodo, tranquilo, y hacía sentir a quien lo rodeaba que su oficina es su casa.

“¡Sigan por favor!” Fueron sus palabras al vernos en la entrada. Un gran y profundo pasillo, de paredes claras y piso de baldo-sa blanco, con varios computadores, muebles de oficina y divisiones en vidrio es el panorama que puede verse al poner, por primera vez, un pie en esa firma.Nos sentamos en una sala de juntas en cuyo centro había una gran mesa redon-da con siete sillas a su alrededor. Conta-ba con una gran ventana, que permitía disfrutar del bello atardecer bogotano y la hermosa vista que ofrece el norte de la capital. Esta vez, nos interesaba conocer una faceta más personal de Juan Pablo Cárdenas.

“Queremos hacer un recuento desde que usted era niño”, fue nuestra introducción. “Ay Jesús, no. ¡Qué peligro!” pronunció Cár-denas mientras, tiernamente, reclinó su cabeza hacia abajo y cubrió su frente con sus manos en señal de preocupación, gesto que inevitablemente produjo una sonrisa en el rostro de quienes lo perci-bíamos.

¿Qué soñaba en su infancia?Eso sí no me acuerdo. La verdad que no. Eso fue hace muchos años. ¿Cuál es su mejor recuerdo de niño?Dificilísimo eso. No tengo ningún recuerdo así particular de niño. Pero sí tengo un lugar: la casa de mi abuela, en Medellín. Era el lugar donde yo más disfrutaba.

¿Por qué?Por el cariño de mi abuela, diría yo. Era una matrona que era buena con todo el mundo. A todo el mundo lo atendía. Podía llegar allá cualquier persona y si era hora de almuerzo a todos les buscaba cómo

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EL PERFIL DETRÁS DE JUAN PABLO CÁRDENAS1darles, cómo atenderlos. No peleaba con nadie nunca. Tal vez por eso.

¡Qué bonito! ¿Iba mucho allá?Yo iba a Medellín cuando estaba chiqui-to. Yo nací en Medellín. A mí me trajeron chiquito a Bogotá. Mi mamá es de Me-dellín y mi papá es de un pueblo que después se volvió muy famoso por cosas malas, que es Amalfi, Antioquia. Yo cuando era joven siempre pasaba vacaciones en Medellín. Iba en diciem-bre, a menudo en junio e incluso en algunas épocas antes de temporada de vacaciones. Es una vida común a mucha gente que viene de provincia.

Y, ¿cómo le iba en el colegio? ¿Había alguna materia en la que le fuera mal?En el colegio me iba bien. Y sí, ¡claro! ¡En dibujo! En eso nunca me iba bien. No lo perdía, pero nunca tenía ninguna buena calificación. Lo pasaba raspando siem-pre.

¿Y en física, química…? No, no. Incluso me iba bastante bien. Yo hasta en una época llegué a pensar, cuando empecé a estudiar derecho, en estudiar física. Estuve incluso averi-guando unas becas para estudiar física en Brasil. Pero al fin decidí que lo mío era el derecho.

¿Por qué decidió el derecho?Porque la física me pareció una cosa muy abstracta, muy teórica. Me pareció que el derecho estaba mucho más conectado con la realidad, con resolver problemas.

¿Hubo algún evento en específico que lo llevó a estudiar derecho?Mi papá fue abogado. Obviamente el hecho de que él fuera abogado me hizo crecer en un ambiente que en alguna medida estaba impregnado por cosas jurídicas. Yo lo acompañaba cuando era niño a la oficina, estaba con él los sábados, por ejemplo, que traba_

jaba mediodía. Cuando estaba en vaca-ciones me pedía que lo acompañara a los juzgados. Entonces ahí se va uno impreg-nando de la cultura.

Háblenos de su vida universitaria. Sus amigos, el ambiente, cómo le iba…En la universidad me iba bien. No tenía problemas. Mi grupo era muy amable. No había problemas internos. Descríbanos un poco más ese ambienteLa gente era muy tranquila toda. Era un grupo que tenía una característica en el Rosario muy divertida porque los compa-ñeros de otros cursos lo llamaban “el curso bonito”: era el curso que tenía más niñas bonitas en la época. Se caracteriza-ba por tener las niñas bonitas de la Uni-versidad. Había niñas bonitas en otros grupos, pero el que más tenía era el nuestro. Era un curso bueno, la gente toda era amable. No había ninguna perso-na que uno dijera que tenía mal compor-tamiento, que era osca, que era hostil, que chocara con uno, no. Obviamente cada uno tenía sus amigos, pero era un curso muy agradable.

¿Tenía algún modelo a seguir?No, en particular no. Que pensara “tal per-sona”, no. Tenía profesores que admiraba mucho, ¿A qué profesores admiraba?Admiraba mucho la cultura de Carlos Holguín, que fue rector. En las clases de introducción al derecho, que nos dio en alguna época, él hablaba de Kant. Es una cosa fascinante cómo exploraba la filosofía. En derecho civil por ejemplo el doctor Tapias Rocha, que era vicerrector en esa época. Era un hombre de una claridad y una precisión impresionantes. Su discurso siempre era completo, cubría todos los temas, no le faltaba ni le sobraba nada.El doctor Luis Carlos Sáchica, que era el gran profesor de constitucional, y que era muy divertido en clase. Hacía chistes, le tiraba papeles a la gente, tomaba del pelo. Era muy divertido y era brillantísimo.

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EL PERFIL DETRÁS DE JUAN PABLO CÁRDENAS1IExplicaba y todo se le quedaba a uno en la cabeza.

¿Cómo empieza hoy el día de Juan Pablo Cárdenas?Yo empiezo el día haciéndole el desa-yuno a mis hijas, todavía son niñas y están en el colegio.

¿Cómo lo termina? Lo termino preparando la clase del día siguiente. Lo empiezo con la Universi-dad, y lo termino con la Universidad. Regreso a la casa por la noche, y me dedico a preparar la clase del día siguiente. Unas veces hay cosas por llevar, otras cosas por revisar, qué ha pasado de nuevo.

¿Tiene alguna regla de oro que practi-que todos los días? Nada particular, dictar clases todos los días. Todos los días estoy en la Univer-sidad. Si no estoy en el Rosario, estoy en la Javeriana. Tres días en el Rosario, y dos días en la Javeriana, siempre pre-paro clase.

¿Tiene algún hobbie?Trato de leer cosas distintas al Derecho, es lo único que trato de hacer, fuera de eso no tengo ningún otro hobbie.

¿Libro favorito?Hay libros que he leído que me han impresionado mucho. Hay un libro que se llama “Ideas” de Watson. Reciente-mente, dos libros que me han parecido muy buenos, uno que se llama “Pensar rápido, pensar despacio” y el otro “Sa-piens”. Hay libros que me encantan: “Historia de dos ciudades” de Dickens, es un libro impresionante y bellísimo.

Hace un rato nos comentó que tiene hijas. ¿Cuántos años tienen ellas?Mis hijas son chiquitas, es que yo me casé muy viejo. Mis hijas tienen 13 años. Son mellizas.

¿Cómo conquistó a su esposa?De hecho no lo sé realmente, las mujeres se dan sus mañas más bien. Ella fue alumna mía, ella es abogada del Rosario, y mi suegro es egresado del Rosario y mi suegra es egresada del Rosario. De ese lado todos somos rosaristas.

Juan Pablo Cárdenas no tiene una can-ción preferida, ni tampoco un color pre-ferido. Cree en Dios y considera funda-mental en una persona la corrección, la lealtad, la buena fe, la honestidad, y la claridad. También que las personas sean trabajadoras y solidarias, que sean soli-darias con sus semejantes.

¿La Universidad del Rosario qué significa para usted?Qué significa… Desde el punto de vista académico mi punto de partida y mi punto de llegada. Casi decir que es todo, porque yo me formé allí y he estado allá como profesor y creo que terminaré allá. Espero que si he hecho algo bueno en la vida termine reflejado allá, entonces desde el punto de vista de mi vida académica lo es todo. También ha contribuido mucho en muchas cosas: mi familia es del Rosario, mi señora es del Rosario, mis grandes amigos son del Rosario. Yo no tengo grandes amigos fuera del Rosario, todos han sido compañeros míos o gente que he conocido allí, entonces el Rosario por así decirlo es un mundo, mi casa.

¿Y hoy con qué sueña? ¿Cómo se ve cuando sea “más grande”? Ya estoy viejito. Yo ya no tengo muchos más sueños, no soy de grandes sueños, sino voy haciendo las cosas y esperar que las cosas vayan resultando. Soy más “diciendo y haciendo”, no soy de los que “voy a hacer tal cosa en 10 años” no. Más bien voy haciendo lo que se puede hacer este año y se hace lo que se puede hacer, y si este año sale bien se piensa qué se hace el año entrante, pero no más.

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EL PERFIL DETRÁS DE JUAN PABLO CÁRDENAS1¿Ser profesor es aprender con los estudiantes?

Uno aprende mucho de los estudiantes, los estudiantes le enseñan mucho y le ayudan a aprender mucho de lo que uno enseña, porque en la medida en que usted tiene que transmitir un conocimiento tiene que entender y profundizar ese conocimiento. También le enseñan mucho más de lo que es el ser humano, de lo que es la realidad, de las diferencias que hay. Uno se sorprende todos los días de las diferencias del ser humano y la riqueza que hay en el ser humano.Hay muchachos extraordinarios, desde muchos puntos vista, pueden ser extraordi-narios académicamente pero hay otros que pueden ser también extraordinarios como seres humanos. Es eso lo que lo hace más interesante la universidad. Encon-trar tanta gente joven, llena de vitalidad, de sueños, de cosas buenas. En general los estudiantes no son malos, hay unos que son perezosos, pero malos nunca son. Normalmente la gente no es mala, la gente mala se vuelve mala después pero en la universidad no.

Por último, ¿algún consejo para los rosaristas, especialmente para los que van a ser abogados?¡Ay Dios Santo! ¿Qué consejo podría ser? Un consejo que no es para los rosaristas y los abogados, un consejo que tal vez es para cualquier estudiante. Nunca creer que son malos, nunca pensar que no son capaces. Siempre pensar que, aunque haya un mal resultado, puedan tener una dificultad, siempre van a ser capaces. Es decir, no dejarse derrotar. No dejarse derrotar y confiar mucho que son capaces de llegar muy lejos. La gente se deja derrotar por una mala nota, piensa que es malo, piensa que no puede. No. Todos pueden, si están ahí, es porque pueden. Y cuando lleguen a la vida deben pensar lo mismo, no asustarse, no pensar: “aquí voy a meter las patas”, “voy a hacer el oso”. Todo el mundo empieza por algo y hay que hacer el oso. Pero no hay que dejarse asustar ni derrotar.

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1LA IMPORTANCIA DEL DELITO DE VIOLENCIA IN-TRAFAMILIAR COMO NO QUERELLABLE

por: María Alejandra Téllez CorreaAndrea Catalina Cabrales VillamizarEl delito de violencia intrafamiliar en

Colombia, nace por la necesidad de cambiar una realidad violenta que socialmente se presentaba con regula-ridad dentro del núcleo familiar. La bús-queda de estrategias para la elabora-ción de políticas públicas, que lograran combatir dicha violencia a partir de la institucionalidad, permitió que en Colombia se desarrollarán diferentes instrumentos jurídicos para proteger la integridad de las víctimas e intentar reparar el daño causado.

Es por ello que la Sentencia hito C- 674 de 2005, proferida por la Corte Consti-tucional, señaló que el delito de violen-cia intrafamiliar consiste en: “(...) todo daño o maltrato físico, psíquico, trato cruel, intimidatorio o degradante, ame-naza, agravio, ofensa o cualquier otra forma de agresión contra el natural modo de proceder, con ímpetu e inten-sidad extraordinarias, producida entre las personas que de manera perma-nente se hallaren integrados a la unidad doméstica, aunque no convivan bajo el mismo techo.”

El anterior concepto encuentra su justi-ficación legal en el artículo 5 de la Carta Política donde: “(...) hace manifiesto el deber estatal de amparar a la familia como institución básica, o núcleo fun-damental de la sociedad, por ello el artículo 13 proscribe cualquier acto de discriminación por razón de origen fami-liar, y establece a favor de sus miem-bros, cuando se encuentren en circuns-tancias de debilidad manifiesta, el deber de sancionar los abusos o maltratos que contra ellas se cometan”

En 1.996 el delito de violencia intrafami-liar fue establecido en la Ley 294/96, bajo la justificación que existen con-ductas que por su magnitud deben recibir un tratamiento especial como

parte de una estrategia de prevención. El artículo 22 de la citada Ley señala: “El que maltrate física, síquica o sexualmente a cualquier miembro de su núcleo familiar, incurrirá en la prisión de uno (1) a dos (2) años”. Con el tiempo, dicha norma logró ser incorporada al Código Penal mediante la Ley 599/00 aumentando la pena de uno (1) a tres (3) años. De igual forma, se introdujo el agravante que opera en caso que el sujeto pasivo sea un menor de edad.

Cuatro años después, la Ley 882/04 mo-dificó el artículo 229 de la Ley 599/00, con el objetivo de “ampliar el espectro de protección” al incluir a mujeres, ancianos, personas en situación de incapacidad, e indefensión, como sujetos de especial amparo que hacen más gravosa la pena para el presunto culpable.

La Ley 1547 expedida el 05 de julio de 2012, concretó los esfuerzos realizados, al eliminar el carácter querellable y desisti-ble del delito de violencia intrafamiliar y la inasistencia alimentaria. Asimismo, se estableció que quienes incurran en este delito recibirán una pena entre cuatro (4) a ocho (8) años de prisión, teniendo en cuenta los aumentos mencionados en el artículo 33 de la Ley 1142 de 2007. Lo anterior, siempre y cuando el presunto agresor no incurra en el tipo penal de le_

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1(...)En cuanto al tipo de violencia intrafamiliar en Colombia, la proporción de casos violencia hacia niños, niñas y adolescentes está en tercer lugar (13,7%), después de la violencia de pareja (64,33%) y por otros familiares (20,11%). Al igual que el resto de las violencias intrafamiliares, la mujer es la víctima más frecuente”.A modo de conclusión, el delito de violen-cia intrafamiliar está llamado a permane-cer como un tipo penal no querellable, pues permite a otras personas denunciar el hecho punible y no dejarlo únicamente en las manos de la víctima. No es raro escuchar que la gran mayoría de mujeres, deciden no denunciar por miedo a perder a su pareja, afectar su núcleo familiar, o también porque temen no recibir una pro-tección inmediata; por tanto, son suscepti-bles de ser nuevamente agredidas. En efecto, lo que se persigue, es el pago de la pena por el agresor.En segundo lugar, le concede a la Fiscalía General de la Nación el deber y la obliga-ción de iniciar investigaciones de oficio tan pronto tengan en su conocimiento la noti-cia criminal que permita entrever la posi-ble comisión del delito. En este sentido, se plantea el rechazo por parte del Estado a aquellas conductas que pretenden des-estabilizar y perturbar la armonía y unidad del núcleo familiar.Finalmente, se proscribe la conciliación en este asunto; pues si se permite que cual-quier persona pueda denunciarlo, sería inepto obligar a la víctima y a su agresor a sentarse para tratar de lograr algún acuerdo, cuando lo que se persigue es el pago de una condena por haber transgre-dido la norma penal. Ahora bien, si la vícti-ma decide denunciar los hechos, la Ley 1257 de 2008, estableció en su artículo 8 que las mujeres víctimas de cualquier tipo de violencia (sexual, física, económica y psicológica), están en el derecho “a decidir voluntariamente si puede ser confrontada con el agresor en cualquiera de los espa-cios de atención y en los procedimientos administrativos, judiciales o de otro tipo”.

siones personales graves u homicidio.

En este orden de ideas, la normatividad vigente señala que este delito no es querellable, por ende, cualquier perso-na puede acercarse ante la autoridad competente y denunciar el hecho. En ese sentido, la Ley ha establecido que el delito tampoco es desistible, pues si bien es cierto que pueden ocurrir cam-bios circunstanciales durante el trans-curso del proceso, la parte interesada no puede arrepentirse, pues con ello lo que se pretende es castigar el hecho ocurrido y no permitir que quede impune o en el olvido, pese a que la persona afectada tenga la voluntad de terminar con el proceso. Cabe agregar que, cuando se habla de un delito que-rellable, sólo la persona afectada en su humanidad, psicológica o económica-mente, podría instaurar la denuncia. Lo que ha permitido, en principio, que en una gran cantidad de casos el hecho quede en la impunidad.Por otro lado, las políticas públicas de prevención frente a los casos de violencia intrafamiliar no están cum-pliendo sus objetivos. El último informe del Instituto de Medicina Legal y Cien-cias Forenses, publicado en julio de 2015, reseñó que:“Durante el 2014 se practicaron en Colombia 10.402 dictámenes por violen-cia contra niños, niñas y adolescentes, 694 casos menos que en 2013, con una tasa nacional de 67,14 casos. La tasa por cada 100.000 habitantes y una ten-dencia al descenso en la última década según sexo de la víctima es mayor en las mujeres (70,64). De acuerdo con el ciclo vital, el grupo de edad con mayor porcentaje de casos es el de la ado-lescencia (12 a 17 años), tanto en hom-bres como en mujeres. En los dos sexos se observa un incremento para-lelo al de la edad, más marcado en las mujeres entre 12 a 17 años.

LA IMPORTANCIA DEL DELITO DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR COMO NO QUERELLABLE

1. Corte Constitucional, Sentencia C-368 de 2014. Magistrado Ponente: Alberto Rojas Ríos.7

1LA RESPONSABILIDAD JURÍDICA EN EL MANEJO DE LAS VIOLENCIAS CONTRA LAS MUJERES

La ley cumple un papel fundamental en el manejo y definición discursiva del problema de las violencias hacia las mujeres. Hay una legitimidad particular cuando ya no es sólo el movimiento feminista, las mujeres, las instancias internacionales, o las propias víctimas quienes dicen que existe un carácter diferenciado en las violencias de las que son objeto, sino que es la normati-vidad del Estado quien afirma que los motivos de las violencias radican en relaciones desiguales de género.

La construcción legal de las violencias hacia la mujeres determina la forma en que se enfrenta esta problemática (Di Corleto; 2010) por dos motivos. Primero, la ley define el problema al enunciar el carácter de los hechos victimizantes: puede afirmar que se trata de “críme-nes pasionales” o de hechos productos de un “continuum de violencias”. Segundo, determina quiénes pueden demandar la intervención de la justicia: por ejemplo, si son víctimas por “su condición de mujeres”, o por motivos de su “identidad de género”, entendida esta última como una construcción cultural que parte del auto-reconocimiento. Este concepto fue clave en la sanción de la Ley 1761-2015, pues permitió incluir los feminicidios de mujeres trans.

Lo anterior generó incomodidad, y por una demanda de inconstitucionalidad la Procuraduría afirmó que se mantendría la Ley, pero que debía especificarse que las diferencias de género radica-ban en la diferencia por sexo biológica, y que se debía incluir la definición de la Real Academia Española –RAE- de feminicidio y de mujer. Finalmente, determina las formas en que se va a sancionar y prevenir los hechos de violencia: si se trata de un hecho que se debe discutir de manera privada o un hecho que demanda re-educación de

la persona agresora, y si es necesaria una sanción punitiva. La manera en que san-ciona depende del carácter que se le adjudique al hecho victimizante. La duda es si realmente la existencia de estas normatividades se puede traducir en un cambio para la vida de las mujeres y si vale la pena dar la pugna por exigir en el marco legal la integración de este con-tinuum de violencias reconocido y defini-do por los movimientos feministas. Para nosotras, la ley no es la única forma de acción transformadora posible, pues existe un margen bastante amplio de quehaceres y de grados de transforma-ción. Pero, reconocemos que hay un poder particular en el nombrar propio de este campo que le adjudica legitimidad social y pública, y que lo diferencia de los demás campos. Es claro que la ley “parti-cipa en la construcción de la realidad, ordena, informa” (Ruíz; 2001) y se presenta como un “factor de distribución” (Jaramillo & Alfonso; 2008), es decir, como un factor que puede reproducir y mantener las ma-neras desiguales en que se ejerce el poder, pero que puede intervenir en estas distribuciones. Esto implica responsabili-dad para las personas que tienen a su cargo el quehacer legislativo, de los efec-tos y repercusiones de su oficio en el tratamiento e intervención sobre las violencias contra las mujeres.Referencias:Di Corleto, Julieta (2010) “La construcción legal de la violencia” en Justicia, género, y violencia. Libraria. Red Alas.Jaramillo, Isabel Cristina. Alfonso, Tatiana (2008) Mujeres, cortes y medios. La reforma judicial del aborto. Grupo Derecho y Sociedad Universidad de los Andes. Siglo del Hombre Editores, Bogotá.Ruíz, Alicia (2001) De cómo el derecho nos hace mujeres y hombres en Revista da Faculdade de Diereito da UFPR, volumen 36 http://www.elespectador.com/noticias/bogo-t a / l e y - d e - f e m i n i c i -dio-aplica-los-trans-articulo-617710 http://www.-vanguardia.com/colombia/345986-una-deman-d a - b u s -ca-tumbar-apartes-de-ley-que-creo-el-feminicidi

por: Roxana B. Sefair MoralesIntegrante del colectivo feminista Rosario Sin Bragas

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“EL ÚNICO PODER QUE UNO TIENE EN LA VIDA ES EL PODER DE AYUDAR” FORERO 1

“El único poder que uno tiene en esta vida es el poder de ayudar”: Juan Carlos ForeroJuan Carlos Forero Ramírez, abogado de la Universidad del Rosario, profesor de cátedra y actual decano de la Facultad de Jurisprudencia de la misma universidad, habló de su vida como académico, de los objetivos que quiere alcanzar durante su decanatura, sobre los estudiantes y respondió a una serie de preguntas rápidas sobre diversos temas como Pokemon y deportes. ¿Desde cuándo ha estado vinculado como profesor a la Facultad?Tuve la fortuna de que cuando tenía 24 años el decano Monroy Cabra hizo un concurso y me dio la oportunidad de ser profesor, en ese momento, de carrera, pues mi cargo era tutor. Enton-ces, yo soy profesor desde julio de 1997. Tuve la oportunidad de dictar Penal General, Penal Especial, Procesal Penal, Criminología, Victimología, dirigir el posgrado, dirigir el Consultorio Jurídi-co. Siempre he estado muy vinculado a la universidad. En el año 2000 me encargaron como director del Consul-torio Jurídico, y estuve como encarga-do 10 años: desde octubre del 2000 hasta diciembre del 2010. Cuéntenos un poco sobre su experien-cia como director de Consultorio Jurídi-co.

Ha sido el mejor cargo que he tenido, que tendré, incluso encima de la decanatura, porque consultorio jurídico lo aterriza a uno a la realidad. En el consultorio yo ejercía la profesión también y me daba la posibilidad de conocer los dos extremos del ejercicio profesional. El ejercicio profe-sional de ayudar a estas personas de escasos recursos en un país que lo nece-sita y en donde uno tiene es que dar las gracias de estar a este lado, de poder ayudar. Repito una frase, que no me acuerdo si me la dijo mi mamá o de qué libro la saqué: el único poder que uno tiene en esta vida es el poder de ayudar.

¿Tuvo algún profesor que lo inspirara para ser docente?Me marcaron tres profesores en pregra-do: Antonio José Cancino, mi profesor de Penal General; mi profesor de Constitu-cional, Luis Carlos Sáchica, que le saqué 50 en un examen en el que casi todo el curso perdió -no tanto porque hubiera estudiado sino porque conté con fortuna-. Me acuerdo que la cátedra era anual y yo saqué 50 el primer semestre. Como el segundo semestre seguíamos con él, todas las clases me preguntaba cuando llegaba “Forero, ¿esta vez llegó con la suerte del semestre pasado? Contéste-me esta” y siempre me la tenía al rojo, pero con cariño lo recuerdo, lo aprecio mucho. El otro profesor fue Francisco Herrera, Pacho Herrera.

¿Qué proyectos están marcando su decanatura?Tenemos muchos proyectos, tengo la fortuna de trabajar con Lina Céspedes. Tenemos como proyecto fortalecer la investigación, ir encaminados con la pro-puesta del rector: que la universidad sea la primera opción para aprender a apren-der y para enseñar a enseñar. Quiero lograr que se recupere el cariño hacia la universidad. También queremos fortalecer

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“EL ÚNICO PODER QUE UNO TIENE EN LA VIDA ES EL PODER DE AYUDAR” FORERO 1la internacionalización, primordialmente con América Latina; vamos a ofertar un curso de verano en inglés para extran-jeros, sobre temas colombianos.

““Para nosotros son importantes las humanidades, como la literatura. Si el despacho de un abogado sólo tiene libros de Derecho, es posible que allí sólo habite el derecho, pero no la justi-cia, para comprender eso, nosotros necesitamos un conocimiento más integral. Además, queremos trabajar por temas sociales, internacionalización de todos los profesores e incentivar su doctora-do. Queremos crear un semillero para profesores, porque siempre necesita-mos a un profesor de cátedra, pero rara vez lo preparamos. No formamos discí-pulos sino alumnos- que significa que no tienen luz propia- y sin discípulos no hay escuela. Entonces, necesitamos formar profesores, formar escuela.

¿Qué tipo de abogado quiere que se forme en esta Facultad?Uno empático, social y obviamente universal. Tenemos que evitar el provin-cianismo científico. Nosotros no nos hemos inventado las normas jurídicas ni las instituciones. Un abogado que esté conectado con el mundo pero que aún conectado con el mundo sepa que desde cualquier lugar del mundo tiene un compromiso ético, moral y espiritual con Colombia.

¿Qué caracteriza a la facultad de juris-prudencia del Rosario?

Uno, la internacionalización. Hoy en día tenemos un departamento muy fuerte de Derecho Internacional. Dos, hay algo mágico en la Universidad: una Universi-dad que lleve tres siglos y medio en la que los 15 mejores alumnos eligen al rector tiene que tener algo mágico.

¡Eso no existe! ninguno se atrevería hoy a fundar una empresa donde dijera que los 15 mejores empleados elijan al presiden-te, director de la empresa o al gerente. Entonces sí tiene una magia. Parte de la magia de la Universidad es que los dueños son ustedes. Con ello, esta Uni-versidad ha sobrevivido todo este tiempo y eso hace una magia, así como en la serie LOST el protagonista no era ninguno sino que la protagonista era la isla. La pro-tagonista acá es la Universidad.

¿Cómo ve las nuevas generaciones de nuestra facultad?

Con mucho optimismo. Cuando yo estu-diaba, los alumnos salían a mirar en qué carro venía el profesor. Ahora los alum-nos con los que yo hablo, por lo menos, me preguntan qué aporte social está haciendo el profesor al país y cuestionan mucho eso. Veo que quieren mucho a la Universidad. Los veo participando en todo. Además, hay grupos estudiantiles para todo. Ustedes van a otras universi-dades y se sorprenden con que en muchos lugares no es así; de cómo el poder de los estudiantes es diferente. Incluso dentro de las facultades. Los estudiantes no son el futuro, ya son el presente.

¿Cuál es la fortaleza de los abogados rosaristas?

La versatilidad, porque el abogado rosa-rista puede estar en cualquier área del derecho. No estamos queriendo que salgan únicamente iusprivatistas, o de derecho público. Tenemos prácticas que no tienen todas las universidades, y la práctica tiene una ventaja y una desven-taja: pone a pensar al alumno pero lo hace revaluar sus gustos. También tienen el compromiso de hacer quedar bien a la universidad. Además, creo que tienen capacidad investigativa y una visión inter-nacional.

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“EL ÚNICO PODER QUE UNO TIENE EN LA VIDA ES EL PODER DE AYUDAR” FORERO 1¿Qué tan importante es tener un buen promedio para ser un buen abogado?Yo creo que no es importante. Lo digo por experiencia: yo me preocupaba por el promedio. Esto porque cuando yo entré a la universidad mis papás me dijeron que si perdía el semestre no podía continuar. Después obtuve una beca, por lo que me preocupaba mucho por las notas. Fui el segundo promedio de mi generación, pero es que el primero era muy inteligente y era muy complicado alcanzarlo. Siem-pre me preocupaba, pero no creo que sea importante. Las notas son un dato. Tampoco el otro extremo. Tener las mejores notas no asegura que uno vaya a ser el mejor abogado; pero si tiene muy malas, tampoco va a decir que será muy bueno. Las notas son un indicador. Considero que es desafortu-nado. A uno lo miden en la vida, desa-fortunadamente, por números. Siempre. No debería ser así. Por ejemplo, cuando la novia le pregunta cuánto la quiere de uno a diez, pues también, jaja. Uno se deja contaminar del tema de los núme-ros. Conozco excelentes profesionales que han tenido notas normales, pero a uno lo sigue calificando la vida.

¿Qué libro considera que uno tiene que leer en la vida?

Si uno es abogado, a mí me gusta El Alma de la Toga que es un libro que hay que leer. Pero si no es abogado, hay muchos. A mi me encanta Animal Farm o Rebelión en la Granja de Geor_ ge Orwell. Me gustan también Psicoaná-lisis y Religión de Carl Jung, La Mujer Justa de Sándor Marai y Cien años de Soledad, que es todo un tratado de derecho penal y de la vida. Cuando le preguntaron a García Márquez qué era

Cien años de Soledad dijo que era un Vallenato de trescientas páginas, por lo que me gusta más. Entre muchos otros.

¿Y qué pieza musical?Hay un penalista que se llama Franz von Liszt y su primo hermano se llama Franz Liszt que es el músico. Me encanta Liszt, lo puse en clase es maravilloso, es uno de los pioneros del recital para piano. Me encanta un grupo que es algo irlan-dés-noruego que se llama Secret Garden. Me encanta André Rieu. Me gustan los Vals, Tchaikovsky y Bach obviamente, pero no solamente el Vallenato. Yo le digo a los alumnos: si quiere leer a Liszt oigan a Liszt, es espectacular.

¿Nairo o Mariana?Creo que los dos, pero claro lo que pasa es que ambos tienen mucho que aportar y sirven de modelo. Porque son modelo de buenas personas que son buenos deportistas y eso creo que es lo que más debemos conservar, cada uno de una región diferente de Colombia.

¿Edward o Jacob?¡Ah! No, ahora veo que me la pone difícil. No me vaya a hablar de las Cincuentas Sombras también. ¿Edward era el de la novela de vampiros? y ¿Jacob era el lobo? ¡Ah! lobo o vampiro… Pues pienso que pre-fiero ser Bella. En ese sentido.

¿Chármander, Bulbasaur o Squirtle?¿Eso es de? Ah eso sí en Pokémon estoy súper desactualizado porque ya mis hijos me hicieron coger esa alergia a Pokémon. De hecho me iban a inducir en eso y yo les digo: “No no no no”. No llegué a Pokémon.

¿Cuál sería su súper poder?Me gustaría tener el súper poder de sentir lo que sienten los demás, creo que eso nos haría mejores personas.

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UN RECUENTO LITERARIOCuando me propusieron participar en esta revista, tardé un tiempo pensando sobre qué escribir. Siendo uno de esos estudiantes un poco alejados de la concepción tradicional del Derecho, me resultaba difícil buscar un tema en el que me pudiera desenvolver y que, a su vez, se relacionara con la carrera. Fue en uno de esos momentos de reflexión cuando observé mi biblioteca y obtuve una epifanía: las relaciones que uno puede encontrar entre el Derecho y la Literatura. Este escrito desarrolla algunas ideas sobre este tema.

Para empezar, quisiera resaltar cómo algunos escritores, no tan pocos como podría pensarse, en un primer momen-to han estado vinculados con la carrera de Derecho. Sin duda alguna, el primero que debe ser nombrado es el Doctor en Leyes, Franz Kafka. Pero junto a él hay otros casos que pueden llegar a causar sorpresa; escritores que siendo abogados son recordados por su literatura y no por el ejercicio de la abo-gacía, entre ellos: Federico García Lorca, Luis Cernuda, Yukio Mishima, Juan Gabriel Vásquez, Ferdinand von Schi-rach, Balzac ,Victor Hugo, Alejandro Dumas, Julio Verne, Goethe, León Tols-toi, Voltaire, Los hermanos Grimm, Marcel Proust, Mario Vargas Llosa e incluso nuestro premio Nobel, Gabriel García Márquez, quien pasó por una facultad de Derecho aunque sin llegar a graduarse.

Sin duda, el Derecho fue y sigue siendo un camino en el que muchos escritores han iniciado su andadura y se han ver-sado en escritura y lectura, hábitos fun-damentales para quién quiere desem-peñarse en el oficio de las letras.Algu-nos, como Verne, se limitaron a recibir el diploma sin llegar a ejercer nunca la carrera.Otros desempeñaron ambas

profesiones, como Kafka, que estudió Derecho obligado por su padre y al termi-nar la carrera y las prácticas en tribunales civiles y penales, ingresó en una agencia de seguros de accidentes laborales, donde comenzó a escribir. Y como Ferdi-nand von Schirach, que ejerció satisfacto-riamente la carrera y luego usó los casos que había conocido para volverlos litera-tura.

Pero al margen de estos encuentros ocasionales en figura de los escritores, la relación entre la literatura y derecho ha sido un tema que varios pensadores han desarrollado en sus ideas. El primero de ellos fue Platón en La República, quien propuso la expulsión de los poetas de la Polis, por la posibilidad que tiene la poesía (y por extensión el arte) de poner vicios en los dioses, de emplear lo emocional para oponerse a la verdad, la moral y la justicia y, por ende, de convertir en caos el orden. Con ello se plasmaron las ideas de incompatibilidad entre la razón y la emo-ción, y entre el derecho y la literatura. Ideas que perdurarían por siglos.

Pero hay otros autores, como la filósofa Martha Nussbaum, que replantea las ideas expuestas por Platón y describe que la literatura no es incompatible con el derecho, sino que el uso de esa clase de recursos enriquecería el ejercicio jurídico.

por: Daniel Guillermo Deaza Acosta

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UN RECUENTO LITERARIO

Hallar los puntos de encuentro y de complementariedad tanto para la lec-tura como para el estudio y ejercicio del Derecho es descubrir que la pasión literaria no resulta incompatible con la profesión.

Concluyo este pequeño bosquejo rela-cionando la literatura y el derecho, invi-tándolos a caminar junto al Señor K, junto a Raskólnikov y otros personajes literarios, para así buscar en la literatura herramientas que alimenten la teoría y la praxis del derecho. Buscar la relación interdisciplinar de nuestra carrera y no quedarnos en la ley solamente, sino buscar más allá, en otros horizontes, esto puede ser el antídoto contra el cientificismo que ha caracterizado en la actualidad al Derecho. De este modo, quizá, podría restaurarse al derecho en su antigua y honorable posición de disciplina humana en donde la imagina-ción desempeña un papel tan amplio como el cálculo en las ciencias exac-tas, y en el que la justicia extrae fuerza tanto de la literatura como de las otras ciencias sociales.

A menudo, la razón y la ley tienen másfantasía que el corazón...

Literatura y derecho. Ante la ley.Claudio Magris.

Referencias:Magris, C. (2008). Literatura y derecho ante la ley. Madrid: Sexto Piso.Nussbaum, M. C. (1995). Poetic Justice: The Literary Imagination and Public Life. Boston: Bacon Press.Posner, R. A. (2009.). Law and Literature, (third edition ed.). Cambridge-London: Harvard University Press.Peaguda, G. (2005). Abogacía y literatura. Lex Nova: la revista.

Ella, en su libro Justicia Poética describe al “Juez Poeta”, alguien que además de estar versado en el derecho hace que sus decisiones se vean influenciadas por las emociones y utiliza los aportes imaginativos de la literatura en sus fallos. La literatura puede aumentar y desarrollar la habilidad de imaginación de jueces y abogados, y con ello la “empatía”. Una herramienta que, según Nussbaum, logra humanizar el derecho al permitir la fantasía y la emoción en el ejercicio de la carrera y el razonamiento jurídico.

Hay además otro punto de encuentro entre la literatura y el derecho en obras que a un abogado puede que no resul-ten raras o ajenas. Obras como Antígo-na (442 a.C.), El Mercader de Venecia (1600), Los Viajes de Gulliver (1726), Los papeles póstumos del club Pickwick (1837), Tiempos difíciles (1854), Bartleby el escribiente (1856), Crimen y castigo (1866), Anna Karenina (1877), El proceso (1925), Un Mundo Feliz (1932), 1984 (1949) entre otras, que puede que hayan pasado por nuestras manos y hecho que nosotros, como abogados, usemos el derecho para “especular literariamente”.

Ejemplo de lo anterior es El mercader de Venecia, donde Shakespeare demuestra de una manera genial cómo la humanidad, la justicia, la pasión y la vida pueden ser puestas en duda (y también ser salvadas) gracias al forma-lismo jurídico más sofista: aquel que con base en la literalidad de un contra-to autoriza a Shylock a tomar una libra de carne del cuerpo de Antonio, pero sin derramar ni una sola gota de sangre. No es la cálida apelación a la humani-dad, a los sentimientos o a la justicia lo que salva la vida de Antonio, sino el frío llamado abogadesco –leguleyo- de cumplir con la letra formal de la ley.

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por: Alfonso J Lozano VEl lector se preguntará qué hace una ecuación tan básica en esta revista. A primera vista, la aritmética no parece guardar relación alguna con el derecho, sin embargo, el título nos muestra un problema cuya solución adecuada sólo se puede obtener siguiendo ciertas normas. La solución a este problema de primaria es más que sencilla, sin em-bargo, el mismo sirve para recalcar una cuestión importante de las convencio-nes. Este artículo analizará la solución de la ecuación planteada y luego pro-cederá a indagarla brevemente en un ámbito más jurídico.

La solución cambia dependiendo de qué operación se haga primero. Si se soluciona siguiendo las reglas de la aritmética, obtendrá 6 (recuerde el lector que primero deben hacerse las multiplicaciones y después las sumas). Si no tiene en cuenta el orden conven-cional de las operaciones (si suma y luego multiplica), puede obtener 8. Es precisamente por esa ambivalencia en las soluciones que se necesita una convención, de lo contrario los sistemas complejos que realicen operaciones similares podrían dar respuestas dife-rentes y, cómo ocurrió con el satélite Mars Climate, habrían pérdidas enor-mes.

¿Por qué se hace primero la multiplica-ción? Se esperaría que la respuesta a esta pregunta fuese parte de los axio-mas matemáticos o que se justificara lógicamente. No obstante, simplemente se acostumbró a usarlo y sus orígenes son más bien recientes -parecen pro-venir de finales del siglo XIX- (Haelle, 2013). ¿Por qué le interesaría esto a un estudiante de derecho? Porque las normas jurídicas también son conven-ciones.

El ser convenciones tienen en común el

orden de las operaciones aritméticas con todas las instituciones jurídicas que conozco. Sin embargo, tienen una dife-rencia que considero fundamental: el mero hecho de ser una convención no justifica la existencia de una norma jurídi-ca. Las normas jurídicas buscan, tácita o expresamente, una finalidad. Benefician a unos y perjudican a otros y muchas veces pasa desapercibida la justificación de la preferencia de una solución sobre otra.

Es sencillo encontrar ejemplos: En mate-ria hereditaria existe una cuarta parte del patrimonio de libre disposición, ¿por qué esa cantidad y no otra? Los animales no tienen derechos al no ser personas, ¿acaso no podrían tener su propia cate-goría con sus respectivos derechos? Exis-ten penas mayores para el narcotráfico que para el tráfico de armas, ¿no son más dañinas las balas que los porros?

Nos acostumbramos a pensar en esta cara de las normas que estudiamos y muchas veces damos por sentado que la realidad que describen es la única desea-ble. Esto, puede llevar incluso a discrimi-naciones arbitrarias que atentan contra los grupos más vulnerables de la pobla-ción.Las convenciones pueden cambiar y no podemos basar las respuestas a los problemas sociales en un “porque así es” o “porque así ha sido siempre”, pues en ese caso, no seríamos distintos a esos simios que son incapaces de trepar la escalera por miedo a que los mojen.

Referencias:Haelle, T. (2013). If Math Is Universal, Why Can’t It Answer a Stupid Facebook Pro-blem?. Slate Magazine. Recuperado 26 Junio 2016, de http://www.slate.com/arti-c l e s /hea l t h_and_sc i ence/sc i en -ce/2013/03/facebook_math_problem_why_pemdas_doesn_t_always_give_a_clear_answer.html

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Recordaba ese paisaje. Hasta la brisa, a ratos cálida y a ratos helada, golpeaba su cuerpo de una forma que le resulta-ba familiar. No podía dar con el destello en la memoria que le hiciese saber cuándo había visitado ese lugar. Ni siquiera sabía si aquella vez había venido con alguien. Lo cierto, más allá de todo, es que en ese instante estaba solo, y disfrutaba de su soledad.

Caminaba por la playa y de vez en cuando tropezaba con una concha o la marea le bañaba los pies. A ciencia cierta, no sabía cuánto tiempo llevaba caminando; sin embargo, había contado diligentemente las veces que el sol se había puesto: habían sido cinco, y un atardecer se observaba a la vista. Dis-frutaba más la noche. Para él, la vida es lo que acontece cuando el cuerpo deja de estar disponible a los ojos. Que llegara la noche era un ejercicio similar a ponerse un velo. La oscuridad le ponía feliz. Las estrellas pintaron el cielo y, al volver a levantar la vista, un abismo había suplantado al color celeste-na-ranja-rojo. La noche.

Miró hacia arriba sin detenerse y se dejó absorber por el cielo y todas sus cons-telaciones. Volvió su mirada a la ciudad y, por un instante, todo le pareció idénti-co: luces posadas en la inmensidad de un espacio vacío. Se dejó absorber otra vez y de repente, sin darse cuenta, había salido de la bahía para adentrarse a los astros terrestres.

No sabía si se trataba de una ciudad o un pueblo costero. La verdad es que nunca había leído sobre ese lugar, tam-poco había visto foto alguna de su extraña arquitectura o, por lo menos, aquello le afirmaba su memoria mien-tras caminaba por sus calles totalmen-te abstraído.

De repente, por primera vez en muchos días, se detuvo. Sin premeditarlo en lo más mínimo, por un puro golpe de suerte, pareció pararse en el exacto centro de aquel lugar. Se había olvidado de mirar al suelo y, por lo tanto, había perdido cual-quier referencia al destino de sus pies. A su alrededor se erigían edificios colosales que emulaban templos de una religión olvidada; hechos de sal y de cal, al menor rayo de sol respondían con un fulgor incandescente (no había visto aquel lugar a la luz del día y sin embargo lo sabía).Se detuvo, e inmediatamente la inmensidad de todo aquello que lo rodeaba le pareció asfixiante. Entonces, y sólo hasta ese instante reparó en la desolación de aquel aparente pueblo fantasma, una marejada de personas empezó a salir por cada una de las edificaciones. Intento correr, pero a cada paso encontraba una entrada a un obelisco repleto de gentes que le obser-vaban con una mirada entre la curiosidad y la sorpresa, desesperados por salir y darle caza. Al final, justo cuando aquella estampida amenazaba con robarle su último suspiro, recordó aquello que le ha_

SENTIDO PÉSAME (A LA ESPALDA DEL MAR).

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por: Luis Gomez Molano

“La mofa de lo tanto que somos

Somos tan ciegos como queremos,tan sordos como perezosos,tan brutos como ambiciosos,tan mudos como envidiosos.

El galante pasa derecho,haciendo mofa de su exceso,no ve de lo que se pierde,porque no comprende lo que no entiende.

El bulloso no acude al silencio,su ruido es su acompañante,es bien petulante,el que no escucha ninguna parte.

El supuesto sabio llegará lejos,tan lejos como el sol,pero cuidado con elevarse,se achicharrará sin condición.

Y finalmente el parlanchín,que habla por aquí y por allí,que no dice nada en mil palabras,porque con recelo de compartir, siempre hablará para sí.

La excitación de la espera

Lo que más excita al amante,no es el cuerpo, es la espera...

Entre más alejados ve los labiosmás imposibles sus deseos, más apasionados sus pensamientos.

Se vuelve así pues el tiempomuy importante para el deseoso y el deseado,que circunstancialmente entre más imposible,más añorado.

Si rectas fueran las ideas nadie las oiría,pues a veces la creatividad está,en salirse de las vías.

por: Daniela Leytonbían enseñado otros tantos sueños: para ser inmortal basta con imaginarse infinitas veces. Cerró los ojos y todas esas personas, de las cuales no recor-daba el más mínimo rasgo, le pertene-cieron. Los abrió de nuevo. Silencio.

A modo de anexo:

A la espalda del mar- El columpio asesinoDonde terminan todas las botellas

Con mensajes encerradosPor amores de un solo díaO de los que duran toda una vida…

Donde los sueños no son perseguidosDonde las perchas bailan sin vestidosOrdenadas, susurradas por el vientoCoreadas por la brisa…

A la espalda del marA la espalda del marYo te quiero llevar

Y observarte pintar en el silencioEstudiar tu libre movimientoEn ausencia de todo tiempoFuera del marco, fuera del lienzo

Tengo todo lo que necesitoNo tengo armario ni quemo crucifijosMi botella ha vuelto a la arenaSolo atiendo al grito de ballenas

La luna agita de nuevo el cascabelY eriza los mares, me lleva a mi burdelMaleta hambrienta, échate a llorarNos anclamos aquí, a la espalda del mar

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Dibujo en pasteles por: Luis Fernando León Q.

Entonces es así como el que quiere verdaderamente algo lo espera sin recelo, aguarda con tal de encontraralgo verdadero.

Pero ni siquiera algo sincero le da una garantía,pues al hacerlo posiblemata la excitación que sentía...

¡Viva hoy el Estado!

Te saludo hoy Estado,como aquello abstracto, ficticio,nunca como un grupo de individuos.

Eres en sí un sujeto jurídico,posees derechos y contienes tus debe-res,no subyaces por buenosino por los valores que te anteceden.

Es quizás ese momentoen el que se potencian tus atributos,en el ejercicio de tú supremacía,logrando "grandes" frutos.

Bajo las metas y los contextoslidera tu importancia, se legitima tu poder en el límite del hombre en alza.

¡Viva hoy el Estado! prima como autarquía,defiéndete de las masasque reclaman tu soberanía.

Una amistad de metas

Escuchamos el clamordel mundo que nos llama,una búsqueda positivapara utilidades del mañana.

Seremos amigos de por vida y nos apoyaremos a cada instante,porque los momentos no son sólo el ahora,también están los de adelante.

Resguardados en la esperanzay la fuerza de nuestra unión,lograremos cada sueñoal meterle el corazón.

Y juntos en la pasión,de alcanzar nuestras metas,beberemos de la grandezaen el río de las promesas.

Sí que estamos pintados

Desistamos de ser el proyecto del mundo,manipulados por un grupo,algunas ramas del poder opresivas y degradantesque llevan a los seres a la humillación y al desastre.

Escritos en piedraestán los gritos de los hombres,lápidas que tienenideales e ilusiones.

Cada persona esuna lucha y un constante pensamiento,pero se desprestigia su valorse condicionan sus argumentos.

Son las trabas de...¿aquellos que saben? o de ¿aquellos en el poder?poder referido al todo, incluso del hacerse obedecer, o escu-char, o el saber hablar...referido al hombre en capacidad de manipular...

Porque el arte de la ignorancia es trazada por un pintor que consigue su obra,en la estática de su creación.

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Este cuento es una dedicación a Jorge Salazar. Su joven espíritu ha iluminado nues-tras mejores horas.

Todo empezó una noche de noviembre, estudiando para el final de derecho interna-cional privado. Estábamos en la biblioteca de la universidad, en el mismo claustro donde fue reo Caldas, que nos cerraba sus muros y nos hacía prisioneros de una larga noche de estudio.

Mientras buscábamos un libro de Dumoulin, en el segundo anaquel del tercer piso, apareció ante nosotros un libro de Dumo. Valentín Andrea, llamado < De las Bodas Químicas y otras invocaciones >. Atrapó nuestra atención, no solo el excéntrico título, sino las formas mórbidas de dragones de relieve dibujadas en su pasta. Unos dra-gones dorados de rostros sombríos, de cuerpos desnudos y exuberantes, envolvían con su humo el título escrito en caracteres góticos y alargados.

Abrimos el libro y un oscuro destino nos llevó a la página treinta y tres. Aquí, la imagen de un alquimista haciendo malabares con símbolos geométricos, que pare-cían runas celtas, aparentaba movimiento por una extraña mezcla de tintas de colo-res turquesa y dorado. Debajo del dibujo estaba escrito: < Capitulo VII - Instrucciones para invocar un espíritu caído >.El breve texto que seguía a continuación, ordenaba a estar cerca al lugar de naci-miento del difunto a invocar. Después de esto, exigía pronunciar su nombre tres veces, seguido de unas fórmulas incomprensibles que, según nos contaron des-pués, están escritas en arameo.Movidos por la curiosidad, el aburrimiento y con el deseo de reírnos un rato, decidi-mos seguir las instrucciones al pie de la letra. Fue así como alguien propuso el nombre de José Asunción Silva, quien nació en una casa a pocas cuadras de la universidad.En medio de risas, aunque intrigados por el asunto, seguimos paso a paso las instrucciones del libro, tras lo cual, como esperábamos, nada ocurrió. Unos minutos después, volvimos de nuestra infantil distracción y continuamos con el estudio.Alrededor de treinta y tres minutos después de haber cerrado el libro, escuchamos tres golpes secos de lo que parecía el sonido del choque entre el hierro y la madera. Nadie dio importancia a los 3 golpes, hasta que tres minutos después se repitió tres veces el mismo sordo sonido. Sentimos entonces una ligera inquietud. De inquietud pasamos a angustia y de angustia a pánico, cuando nos percatamos del tiempo transcurrido entre las triadas de sonido.Ansiosos esperamos otros tres minutos, con la esperanza de no escuchar el aterra-dor sonido otra vez. < ¡TA!, ¡TA!, ¡TA! > sonó más fuerte… Inmediatamente después el más valiente grito < ¿Quién anda ahí? >.Tras tres segundos de silencio, escuchamos unos pasos que a lo lejos resonaban. En medio del terror esperamos en silencio mientras los pasos se acercaban. Se abrió la puerta lentamente y fue entonces cuando entró José Asunción.Su fisonomía era casi perfectamente humana, excepto por una extraña luminosidad gris que cubría su figura, una mancha grotesca en su pecho de aspecto espectral y sus oscuros ojos fijos, que brillaban como dos agujeros en la negra noche.

por: Julián González y Andrés Pinto

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Su rostro era inconfundible: su nariz respingada y sus labios pequeños coronados por un bigote corto y de puntas curvas y alargadas se acompañaban de una voz cortés y aguda pero disminuida por el tiempo. Su expresión era de profundo dolor. Sus facultades mentales parecían disipadas por los siglos, su habla no fue siempre elocuente y su lenguaje no era ya el del autor de Nocturno, sino el de su postrer reflejo minado por su largo caminar.Después de unas incomprensibles frases iniciales, el fantasma sentenció: < No existe accidente, todo es un juego del destino >. Ante nuestra ansiedad y asombro Silva se presentó, repitió tres veces su lugar de nacimiento y refirió una breve historia de su vida. Después de relatar la muerte de su hermana Elvira, brotaron lágrimas de sus vacíos ojos, así como cuando nos contó sobre el naufragio de su obra poética cúspi-de, los cuentos negros, que fue borrada por el agua y la sal para siempre en su último viaje en barco. Frente a esta última adversidad padecida por Silva, uno de nosotros preguntó al muerto si era posible el que nos dictara los poemas o si no existía alguna manera de recuperar la obra perdida. El fantasma respondió de nuevo < no existe accidente, todo es un juego del destino > a lo que agregó < es por eso que estamos todos acá >.A continuación, Silva explicó que no recordaba con exactitud lo escrito en ese entonces pero que tenía acceso al reino de los muertos, y que ellos nos habrían de visitar durante mil y una noches de aventuras fantásticas. Silva nos instruyó para reu-nirnos en la noche de Venus de cada semana donde teníamos que repetir unas frases sagradas, agudizar nuestros sentidos y abrir nuestros corazones a miles de universos diferentes. Dijo que no nos preocupáramos por los integrantes a asistir, por el tema de las sesiones o el lugar; ellos se encargarían de decidir eso por nosotros, solo debíamos escuchar y sentir. Sólo permitiendo las visitas de ellos los viernes y dejándolos a ellos decidir sobre nuestras palabras y nuestros cuerpos en esas noches sagradas podríamos reconstruir la obra perdida. Y desde entonces hemos respetado sagradamente la instrucción del deshecho Silva. Nos hemos reunido los viernes de cada semana y los espíritus de Flores, Poe, Baudelaire, Ribera, Omar Khaiyam, Machado, León de Greiff, Candelario Obesso, Ale-jandra Pizarnik, Borges, Sor Juana Inés de la Cruz, Cavafis y muchos otros nos han visitado y han jugado con nuestros cuerpos a su capricho como si fuéramos piezas de ajedrez, en noches cuya belleza y magia no pueden describir las palabras. Ellos no exigen que los integrantes sepan de poesía, ellos no exigen que los integrantes escriban o declamen poemas. Si usted está leyendo esto probablemente ellos lo están llamando y requieren de su presencia en las noches de Venus para que actúen a través de usted. <No existe accidente, todo es un juego del destino>. Nos vemos pronto.

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LAS VETAS DEL VACÍOEl suelo se encuentra con las paredes

pero muere siempre en la puerta negra. Las vetas son rombos que parecen cuadros pero el muro es

blanco, blanco mármol, que me recuerda esos elefantes que vi por

televisión hace días.— ¿En qué turno van?

La Desaparición de los Oráculos- Teodoro Araújo.

Por diversos caminos se puede llegar a un libro. Uno de ellos, quizá el más satisfactorio, es el de las “intuiciones vitales”. Ese conjunto de sensaciones entre la curiosidad y la euforia que se generan cuando nos topamos con una portada, un título o incluso una sola palabra perteneciente a una obra des-conocida pero que provoca lo que se llamaría un buen presentimiento. En cualquier caso, la idea sin sustento de que se obtendrá un gran provecho de esa obra. Eso, por desgracia, no ocurre con muchos libros, y son más los que decepcionan las intuiciones que los que las satisfacen. Sin embargo, hace poco, gracias a las palabras que un conocido profesor de la Universidad del Rosario dijo sin prestarles mucha atención, nos acercamos a una novela que no hemos podido dejar de releer desde entonces: La Desaparición de los Orá-culos, de Teodoro Araújo, editada por la excelente editorial argentina Procusto y hallada en la estantería de una recono-cida librería del centro de Bogotá, entre dos grandes: Diógenes y Séneca.

Araújo, es un autor de culto en Colom-bia. Y si bien su nombre no figura entre los más famosos, la calidad de su obra no es menor. Quizá, su falta de fama se deba más a su propia modestia que a cualquier otra cosa. Los lectores de Araújo son pocos pero inteligentes, conocedores de las obras más excel-sas de la literatura. Es un autor de escasísima difusión, en el mejor de los casos, un escritor de escritores.

Todos ellos, en las no muy numerosas reseñas que hemos encontrado sobre su obra, destacan la originalidad de la prosa de Araújo, así como la complejidad de sus novelas que hasta ahora se limitan a dos: la ya mencionada Desaparición, y una más vieja, producto de sus años de aprendizaje: Sertorio. Eso, sin mencionar sus cinco libros de crítica literaria en los cuales, como digno heredero de Harold Bloom, ha tratado de reconstruir el ‘Canon Colombiano’. Dicho sea de paso, para Araújo, García Márquez no es el único gran escritor que tiene nuestro país, a su lado encumbra a un poeta, también de culto: Hernando Vásquez, quien se nutre de Joyce, Bécquer, y a quien en algunos versos se lo compara con José Asunción Silva. Arte, poesía y novela.Las dos novelas de Araújo se fundan en su estudio de la literatura colombiana, sobre todo, de la poesía. Como todo gran autor de un país o de una lengua, su arte consiste en negar y afirmar la tradición de la que es heredero. La Desaparición de los Oráculos, lúcida y profunda a más no poder, es la historia de un hombre que se sienta en la sala de espera de un banco, sin pararse de allí, hasta que cierran la oficina. No hay escenas violentas, sexua-les o amorosas. Tampoco hay inverosími-les monólogos interiores, ni el personaje descubre el sentido de la existencia. 2.Grupo de estudiantes de la Universidad del Rosario que, interesados en la literatura como medio de expresión y campo de estudio, busca promover la lectura para aprender, reflexionar y profundizar en diversas temáticas.

por: Literatura UR 2.

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LAS VETAS DEL VACÍO

que la historia de la cultura es la historia de la desaparición de los oráculos.

En definitiva, es importante decir que para leer a este autor se debe enten-der lo que no está escrito; el ser de lo que no es. Sobre esta paradoja se formula una estética acerca de las carencias de este mundo —Una estéti-ca del abismo—, una que confiere reali-dad solamente a lo no escrito, a lo que logramos extraer del mismo vacío. Como dijo el intelectual francés, Mauri-ce Blanchot, “Es en la realización de la propia ausencia en donde comienza la creación literaria”.

Así pues, gracias al poder de la prosa sobria y persuasiva de Araújo, se engaña quien crea que en ella no ocurre nada. Parafraseando a Octavio Paz, la novela de Araújo no es que no diga nada, sino que dice ‘nada’: es sobre el todo que se niega a sí mismo, sobre el ser que deviene en no ser, sobre nuestra vida que encuentra su estabili-dad en su inevitable fugacidad.

Tal cliché sería demasiado tosco para el delicado estilo de Araújo. En realidad toda la novela, de quinientas páginas, consiste en la descripción del piso del banco, en el cual su protagonista – del cual jamás sabemos nada – busca de forma inútil regularidades y patrones. Es una novela sobre nuestra ignorancia, fundada en el mayor de los escepticis-mos pero, sobre todo, en la ausencia del futuro.

El personaje de Araújo reúne todas las carencias que la literatura ha criticado, pero es justo ese vacío el que hace que la empatía se desarrolle como un reflejo de la lectura. No importa la situación, no importa el lector, siempre se sentirá identificado y siempre mirará el piso blanco antes de llegar a la con-ciencia. De hecho, es una sutileza tal que permite que cada lector logre un diferente final. Una maravilla literaria.

Ya desde el título, Araújo nos advierte lo que quiere plasmar en su obra. Recuér-dese que para los antiguos griegos, el oraculum era la respuesta a la pregun-ta hecha a los dioses antes que el lugar en el que se formulaba la consulta. Así pues, La Desaparición de los Oráculos es una analogía poética a la propia falta de respuestas; una denuncia existen-cialista desde el estanco de un hombre que es, ni más ni menos, un reflejo del propio género humano, afectado por la anomia y la apatía del mundo actual. Un mundo pétreo en el que todo cuanto vale es el dinero: Un banco. Un homenaje a las ideas de Aristóteles y de Heráclito, de Camus y Sartre, de Dostoyevski y Kafka, de Kierkegaard y Heidegger. El título evoca certeramente a Plutarco, quien, en el otoño de la anti-güedad clásica se lamentó de la deca-dencia de los oráculos eleusinos. Araújo, siguiendo a Splengler, piensa

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PENSARNOS UNO“Si la humanidad no es capaz de

pensar como especie, si sigue pensan-do apenas como país, y como clase

social, y pensando solo en lo nuestro, entonces la civilización está condena-

da.”José Mujica, II Cumbre CELAC 2014

Ambientalistas y profesionales en biología, sociología y antropología han invitado en los últimos años a un cambio cultural a nivel global que nos permita pensar como especie . Argu-yen que de no conseguirlo las conse-cuencias sociales y, sobre todo, am-bientales, serían catastróficas: pensar como especie nos permite encontrar intereses básicos compartidos, asumir responsabilidades y ampliar nuestro círculo moral. Para lograr semejante revolución mental se requerirá un amplio esfuerzo para sensibilizar a las diferentes sociedades humanas, un esfuerzo que no sólo debe estar en cabeza de los Estados sino de la población en general.

Pensar como especie es unir los intere-ses de todas las personas –incluyendo las no nacidas– en un solo concepto abstracto que nos permita tenerlos en cuenta a todos por igual. Así mismo, implica asumir en conjunto las respon-sabilidades de los actos que nuestra especie ha cometido y actuar en masa para hallar sus soluciones, todo lo cual nos dará mayor efectividad al combatir las injusticias sociales y ambientales.

Esta nueva forma de concebirnos obli-garía a los Estados a tomar medidas certeras para reducir sustancialmente las emisiones de gases de efecto invernadero (al pensar en las genera-ciones futuras, y sin importar qué tanta responsabilidad se tenga en el calenta-miento global); trabajarían por una redis-tribución de la riqueza en términos glo-bales; concretarían estrategias para brinndar apoyo a personas en proble_

mas en otras zonas de la tierra, entre otras.

Esto necesariamente funcionaría dirigido por un sentimiento de solidaridad que incite un accionar desprendido de juicios e individualidades. Sin embargo, la expe-riencia nos muestra que las sociedades actuales –sin intención de generalizar, pues existen muchas excepciones- se mueven a través del individualismo, com-portamiento fomentado por las ansias de poder, la reafirmación, el lujo, la carencia de reflexión, etc. La meta nos exige repensar nuestros proyectos de vida y encontrar las razones de fondo que nos llevan a desear hacer o tener una cosa o la otra, y todo esto sólo podría ser posible con el compromiso de los miembros de las distintas poblaciones.

La relación con el animalismo salta a la vista. Se deben desarrollar políticas que busquen solucionar la crisis animal que se vive, partiendo de que es precisamente la especie humana la responsable de esta situación. Por ejemplo, fue por interven-ción humana que se presentaron las mu-taciones que llevaron a una transforma-ción del lobo a los perros, los mismos que vemos a diario pasar hambre en nuestras modernas calles y que se multiplican sin limitaciones naturales. 3.MULLEY, Gil. “Tri Worlds: It's Time to Think as a Species”. Red Feather Publishing, junio 29 de 2011; FOLCH, Ramón, “Pensar Como Especie”. El Periódico, 8 de diciembre de 2009; ÁLVAREZ CANTALA PIEDRA, Santiago. “La civilización capitalista en la encrucijada”, en Convivir para perdurar. Icaria Antrazyt, marzo de 2011.

por: Camilo GonzálezMiembro de Animal UR

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PENSARNOS UNO

Pensar como especie nos conduciría a reducir –si no a acabar- con el consu-mo de carne, pues la ya mencionada preocupación ambiental pondría sobre la mesa la desmesurada emisión de gases de efecto invernadero que genera la ganadería (incluyendo la de toros de lidia), la cual ya ha denunciado la ONU ser mayor que la del sector del transporte en el planeta . Esto, sin dejar de lado que es la principal causa de deforestación en América (el 70% de las tierras que alguna vez fueron foresta-das en América hoy son usadas en ganadería y en Colombia el 80% de las tierras destinadas al sector agropecua-rio se utilizan en prados según el Censo Agropecuario), y que a pesar de ello reporta mucha menos productividad que el sector agrario: en 2013 se produ-jo menos de un millón de toneladas de carne y más de diez millones de tone-ladas de alimentos vegetales . Sin mencionar el desmedido consumo de agua que demanda y la crisis alimenta-ria que apoya.

La transformación cultural sólo podría darse con una sensibilización respecto de las diversas aristas del problema humano que se materializa en los tantos conflictos ambientales y socia-les. Forzosamente reevaluaríamos los límites actuales de la moral para expandirlos a escenarios previamente no considerados. Tendremos que poder ver el dolor de otros y ser capa-ces de permitirnos sentir compasión, de lo contrario, no estaríamos en posición de darle la misma importancia a los intereses de los demás. Una vez con-seguido esto, la pregunta respecto a qué dolor es más trágico y por qué al fin tendrá la relevancia moral que merece, y la cuestión animal se nos mostrará más cercana.

Incluso partiendo de una visión antro_

pocéntrica, mal haríamos en desconocer que la diversión que nos despierta ver animales no humanos en cautiverio, ya sea en circos o zoológicos, a pesar del suplicio que viven, es un síntoma de una especie conformada por individuos que están dispuestos a llevarse por delante los intereses ajenos más básicos con tal de satisfacer los deseos personales (por no decir algo de los miles, tal vez más, de animales no humanos que a diario son cazados o traficados por diversión). Esto, por supuesto, dificulta el trabajo de pen-sarnos como especie, el cual demanda una sincronización entre las voluntades de los individuos que conforman la socie-dad humana.

Somos responsables de acabar con un sinnúmero de especies y ecosistemas, y de todo el sufrimiento que esto ha produ-cido. Estamos en mora de asumir esas responsabilidades como especie y traba-jar en equipo para evitar que esto siga ocurriendo. Pero ni esta ni las demás causas que se viven en el planeta podrán avanzar sin el trabajo conjunto de nuestra parte. La crisis mundial actual es tan aguda que ya ha perdido vigencia –si es que alguna vez la tuvo- la posición que compartía David Thoreau, en virtud de la cual nadie está moralmente obligado a ayudar, sino simplemente a no estorbar ni apoyar injusticias. El mundo de hoy en día requiere personas dispuestas a destinar parte de su tiempo libre y dinero extra para realizar un esfuerzo que sensibilice a sus hermanos y hermanas humanos/as frente a las injusticias y sufrimientos que a diario se presentan.

“Homo Sapiens puede no solamente ser el agente causante de la sexta extinción, también corre el riesgo de ser una de sus víctimas” . 4.Henning Steinfeld, Pierre Gerber, Tom Wassenaar, Vincent Castle, Mauricio Rosales, Cees de Haan. “Livestock’s long shadow”, 2006. FAO.5.bídem.6.CONtextoganadero, Fedegán. “Colombia produjo 957 mil toneladas de carne bovina en 2013”.7.DANE. “Encuesta Nacional Agropecuaria Año 2013”. Mayo 19 de 2014.

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CESAR MILLÁN Y LA TAUROMAQUIAHace unas semanas, se hizo viral aque-lla noticia en la cual Cesar Millán, o más conocido como el “encantador de perros”, afirmó que aquellas personas que se dedicaban a darles un trato humano a su perro le estaban haciendo un daño incalculable. Al pretender satisfacer sus necesidades y corregirlo como un humano, estaban descono-ciendo la naturaleza del canino, y con ello, afectando sus comportamientos, pues, hacía que perdiera identidad, que se sintiera frustrado, ansioso e inseguro.

No dudo que esas personas querrán muchos a sus animales. Yo también he tenido mascotas y entiendo lo fuerte que puede llegar a ser el vínculo creado. Pero, lo cierto es que la verda-dera forma de amar la naturaleza es admirándola en lo que es, no en lo que queramos que sea.

Nos preocupamos por que el perro huela como queremos, el elefante haga las veces de malabarista, la cobra de bailarina o el pez dorado como decoración pero nos olvidamos de disfrutar el verlos felices mientras hacen los suyo, vivir sus instintos, tal como Millán nos lo sugiere para el caso de los canes pero aplicable a cualquier otro caso.

Mientras leía la noticia, no pude evitar recordar la razón principal que me hizo disfrutar en cuerpo y alma el espectá-culo taurino, esta es, ver la auténtica caza de un toro bajo las reglas de una batalla leal entre torero y un toro .Donde el torero es un cazador, un gue-rrero, y el toro un animal al que se va a ver apreciar hacer lo suyo, ser un toro de lidia. No hay mejor refugio para un amante de lo auténtico, de la verdad y de la vida silvestre atrapado entre tanta mentira de la actualidad que una corri-da de toros. 12 .h t tp ://www.economist .com/news/amer i cas/21697008-govern-ment-may-never-get-its-hands-guerrillas-ill-gotten-gains-unfunny-money (Recuperado: Julio 24 de 2016)

En la plaza de toros recreamos aquellos tiempos donde el hombre aun veía a los ojos a su alimento y se le lanzaba cuerpo a cuerpo para sacrificarlo. Mientras que el toro, animal por excelencia, símbolo de bravura y persistencia desde las comuni-dades más antiguas de la humanidad, atacaba con su fuerza descomunal a riesgo de una cornada fatal. A su vez somos testigos de la obra trágica más cruda y pura de nuestros tiempos, y por eso, la de un sentido artístico y emocional inigualable.

Para el aficionado, el toro es también pro-tagonista de la fiesta. Es objeto de los más arduos análisis, reconocido, ovacio-nado y recordado por siempre en la me-moria colectiva de sus espectadores, pero calificado no como un humano, sino en sus cualidades instintivas como toro de lidia. Incluso, desde que se encuentra en su hábitat se procura evitar que tenga el más mínimo contacto con el hombre para así poder apreciar con toda su verdad cada hueco que excava, cada galope, cada pelea y mugido.

Contrario a la idea falsa, que se ha gene-ralizado, que los taurinos somos unos retrógrados sin empatía alguna por la naturaleza, la conexión de muchos aficio-nados con el medio ambiente, sus mas-cotas y demás animales es muy fuerte.

Cesar Millán “encantador de perros”

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por: Alfredo Herrera Amarís

NEGACIONES Y AFIRMACIONES

Precisamente, por todo el entendimien-to y respeto de los seres vivos, en su vida y muerte, nos permitimos la tauro-maquia.

No quiero decir entonces que a cada especie debamos hacerle una corrida. Con el toro es posible por cuestiones instintivas, culturales e históricas. Pero si me refiero a que cada animal debe ser apreciado por como es, no importa si es pequeño, oloroso, baboso, alto, agresivo o distante. La naturaleza es perfecta, así hay que admirarla, quererla y respetarla.

Por lo anterior, la tauromaquia no es excluyente de la tendencia de nuestra generación a simpatizar con la naturale-za, por el contrario, es escuela de las nuevas consideraciones que necesita-mos para un defensa integral del medio ambiente.

Pertenecer al Consejo estudiantil me dejó varias horas de sueño pospuestas, una innumerable cantidad de compro-misos y el deber de no decepcionar a aquellos que confiaron en el proyecto que presentamos hace prácticamente un año. Tal vez, una de las lecciones que logré apreciar con mayor claridad fue responder adecuadamente a situa-ciones que exigían, más que palabras, acciones; más que privilegios, obligacio-nes. Comprendí que responder “No” ante las inquietudes de los estudiantes sería más práctico, así evitaría problemas, roces y cargas. Sin embargo, ello no sería acorde a las intenciones de alguien que quería mejorar su facultad y universidad. Responder a un estudian-te, “Si no le gusta, retire la materia” -res-pecto a una queja académica- me ayu-daría a eludir una visita a Secretaría Académica; contestar displicentemente una consulta del reglamento o escu-char desinteresadamente un problema personal alivianaría mis responsabilida-des en la Universidad, porque siempre será más fácil dar un “No” como res-puesta. Negar los requerimientos de mis compañeros hubiera sido una puerta ancha al conformismo, no obs-tante, nada de lo anterior produciría recuerdos apreciables ni la satisfacción de cambiar mi entorno, puesto que quienes deseen una transformación, necesariamente deberán incomodar a los demás, alterar el statu quo, contes-tar por medio de un “Sí”, y esperar nuevas obligaciones. En efecto, asumí que el “Sí” era la res-puesta adecuada, quizá no la que más me convendría, pero sería aquella que potencializaría un cambio en los aspec-tos que consideraba vitales para nues-tra facultad. Confronté el hecho que alterar lo común aumentaría mis obliga-ciones y horas de trabajo, ¿Pero de qué

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por: Brandon S. Espinel LaverdePresidente del Consejo estudiantil 2016.

NEGACIONES Y AFIRMACIONESescenario cotidiano, familia, trabajo y universidad.

Por último, quiero hacer mención de una parábola bíblica mencionada por Jesús en el evangelio de Mateo, capítu-lo 7, versículo 13 y 14: “Entren por la puerta estrecha. Porque es ancha la puerta y espacioso el camino que con-duce a la destrucción, y muchos entran por ella. Pero estrecha es la puerta y angosto el camino que conduce a la vida, y son pocos los que la encuen-tran”. Emplear el poder, como quiera que este desee ser entendido, será cómodo y dúctil para fines personales, pero el servicio requiere sacrificio, y en esto, espero que no sean pocos quie-nes opten por disponer su tiempo para la construcción de un fin mayor. “SERVIR nos hace GRANDES”.

serviría el Consejo estudiantil si esta no fuera su vocación? Por último, entendí que la noción de poder que concebimos es absurdamente errónea, aspiramos a cargos de representación porque consi-deramos que allí reposan privilegios, ¡Pero esto es una locura! En el Consejo estu-diantil, más que derechos se encuentran deberes y retos tanto emocionales como de liderazgo. Implica asistir a reuniones mientras la mayoría estudia para sus par-ciales, y hallar satisfacción meditando en problemas ajenos mientras todo el mundo pide a gritos atención.

Estoy seguro que si la dinámica de nues-tro país, en la práctica, se asemejara al ejercicio del Consejo, los vejámenes de corrupción y politiquería que nos asechan serían confrontados, en tanto no se es representante ni miembro de un grupo de participación estudiantil si no se está dispuesto a servir a los demás, aun cuando ello conlleve esforzarse para sobrevivir a la multitud de responsabilida-des sin nada a cambio. Nuestra universi-dad, y nuestro país en general, requieren de ciudadanos comprometidos en adqui-rir nuevos retos y obligaciones, no privile-gios. El día que entendamos que el poder está para servir a los demás y no para anotarse prerrogativas, ese día transfor-maremos nuestras vidas, porque las diná-micas del poder se representan en cada

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Consejo estudiantil 2016

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“Un abogado sin historia o literatura es un mecánico, un simple albañil de trabajo. Si posee algún conocimiento de estos, puede atreverse a llamarse arquitecto.”Walter Scott

PASAJEREVISTA

Una introducción debe ser una bienvenida, algo similar al trailer de una película. Por ello, acá les queremos contar cómo nació esta idea, como se materializó la revista. La revista nació con el propósito de mostrar todas las facetas que un abogado debería tener en la actualidad, salirse de la dimensión técnica que ha estado inva-diendo nuestra carrera, uno de los mayores miedos que existe entre nosotros es volvernos “autómatas jurídicos” entes que sólo piensen en los presupuestos de hecho y las consecuencias jurídicas. Por ello la revista quiere ser un medio para mostrar no solo los conocimientos jurídicos o políticos que nos han encasillado históricamente, sino las facetas de opinión, de literatura, de creatividad y en general de todo lo que apasiona o debería apasionar a los abogados hoy en dia

Mientras nos reuniamos en el Consejo Editorial, nos dimos cuenta de algo: todos veníamos de hacer actividades tan diversas como el contenido de la revista, y nos poníamos a trabajar con la convicción que la revista sólo podía funcionar si logramos mostrar la diversidad de pensamientos que uno encuentra en el Facultad de Juris-prudencia. Personas que tienen intereses diferentes pero un punto en común, el derecho. Pero ser un abogado no constituye vivir en un despacho, en un juzgado o en una oficina, ser abogado es tener un estilo de vida donde uno piensa las lógicas de la vida con lo que la carrera le ofrece. Por eso, de las grandes preguntas que nos surgió fue ¿Qué quiere ver el estudiante de derecho en la revista? Nuestra respuesta se resumió a lo que ustedes encontrarán en el índice, una serie de textos que no toman al derecho como un número perdido en la ley del código. Toman al derecho como una manera de pensar.

Por lo anterior, como grupo de estudiantes, de la mano del Consejo Estudiantil y la Facultad de Jurisprudencia, quisimos realizar un aporte para la formación de aboga-dos. Por esta razón, recordamos una de las frases de nuestro decano: “Si en la biblio-teca de una abogado no hay libros de literatura, desde luego habitará el derecho pero no la justicia”. Esta revista es, entonces, sólo la introducción de un cuento mucho más extenso, que la Facultad de Jurisprudencia, ¿Y por qué no?, La Universi-dad del Rosario sea el epicentro de la formación de profesionales interdisciplinarios, apasionados de las letras y la cultura.

Consejo Editorial.