teoría política de eric voegelin

8/12/2019 Teora poltica de Eric Voegelin

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LA TEORA POLTICADEERIC VO EGELINPor JAVIER ROIZ

SUMARIOP R I M R R O S A O S . H U Y E N D O DE LA O M N I P O T E N C I A . I N M A N E N C I A O TRASCEN-DENCIA?El. FUNDAMFNTALISMO TOMO DENOMINADOR COMN.TRADICIO.VALISTA OREACCIONARIO?VOEGELIN ATRAVSDE SUVIDAY DF SUOBRA.DOXIMATA YLEYESDEHIERRO.- L.ATF.ORA DF. LAR A 7A .EL MUNDO INTERNO DELINDIVIDUO.-I.A HISTORIACOMO PERTURBACIN DFI.ORDEN.L.EO STRA USS Y ERIC V OEG FI.IN. M A ( I AAPOCAL PT I CA: HE GE I . UNC A S O DF.B R U J E R A . L A C O R R U P C I N DELL E NGUAJE : FRE U DY

V O F . G F L I N . - - C O N LAHONE ST I DADNOB A S T A .

The incredible spectaculum ofmodernity... ofhaving unifiedman kind intoa global madhouse bursting with stupendous vitality1)Es curiosoque los ms grandesde lateora polticadelsiglo veinte,LeoStrauss(1899-1973), Eric Voegelin (1901-84), Hannah A rendt ( 1906-75)ySheldonS.Wolin(1922-), coincidanencultiv ara fondolahistoriade lasideas. Parecen incapacesde re-ferirsea supocasinantes buscar una gua conlaque adentrarseen elmundo 2).Intriga saberporqu estos titanes, com o alguienles hallamado ,de lateorapo-

lticasesientenatodas lucesmsseguros indagandoen elpasado remotoyalejadode susvidas,que en el propio suelo de su existencia.Es ciertoque todos elloshanescrito muycomprometidamente de su propiotiempo. Strauss siemprefuemuy crticode ladesnaturalizacinde lacultura d em o-(1) El increble espectculode lamodernidad...dehaber unificado lahumanidaden unacasadelocos global estallandodeestupenda vitalidad. ERIC VOEGELIN: Immortality: ExpericnceandSymbol(1967),enPublished Essays 1966-1985,cd.F.llis Sando z, vol.12 deThe Collected W orks ofEric Voege-

lin, Louisiana State University Press, Baton Rouge, 1990, pg. 55.(2) Sutesis principal, basadaenHcgel,de que la reflexin histricaes unrequisito peculiarde lafilosofa modername parece completamente cierta. CartadeLEO STRAUSSa ERIC VOF.GFLINde 12 demarzo de 1949, PETER F.MBERLEYy BARRY COOPFR eds. y trads.):Faith and Political Philosophy. TheCorrespondence BenvenLeoStraussandEric Voegelin, 1934-196 4.ThePennsylvania State UniversityPress, University Park, Pennsylvania, 1993, pg. 58.

33RevistadeEstudios Polticos (Nueva poca)Nm. 107.K ncro-Mar/o 2000


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JAVIERROIZorticay de su decadencia. Voegelin rechazdeplanolacultura alemanadelsigloveinte,a la queconsideraba envenenadapor laeducacin hu mbo ldtianayenrarecidapor unos hechos m iserablesan nosuperados. Arendtseinmiscuyenalgunode losacontecimientosmsvirulentosde supoca como fueronelimperialismoo elcasoEichman. Wolin,porltimo ,ansigue combatiendolaciencia metodistaydenun-ciandolaaparicindelmegaestadoen supas,losEstados U nidosdeAm rica.Los cuatrohanarriesgadoen sus opiniones sobre temas importantes.Han de-mostrado coraje cvicoy hanarrostradolaincomodidaddeteneruncriterio propiofuerade lohabitual. N ingunohasidounpersonajedelestablishment.Suscarrerassonelresultadodemucho sacrificio y todos renunciaronacruzarla tierra filistea.Aceptaron atravesareldesierto confiadosen quellegara diariamenteunmanqueafortunadamente no les falt nunca.

Aunas, esllamativoque loscuatro insistan tantoendocumentarse sobreel pa-sado;y que lohagande unamaneratansistemtica,quecasiserindena losrigoresde la cronologa o al culto del canon.Porqu esanecesidaddearroparsecon unaseriedefigurase interpretacionescon las que poder irrumpir en la poltica de sus tiempos biogrficos?Elque nos da unarespuestamsfranca esWolin, quien busca reconstruirunatradicindediscurso. Encontrartaltradicin parece ofrecerle elamparo necesariopara pensar. StraussyArendtdan laimpresindehallarsemsemboscadosen la ne-cesidaddecontarcon unpasado repletoque lesavale. Sobre todo Strauss, quienpa-rece necesitardelimpulsoque lahistoriade lacreatividad terica pued a darle; algoas comosi lfueseunpenms en eldespliegue,unsimple continuado rde unahis-toria entrelazada de sentido y poderosaen su conjunto.Voegelines uncaso singular.Ungran pensadorqueahora podremos estudiarcondetalle graciasa lapub licacinde susobras completas ( 3).Enellasseincluyen textosinditosy otrosque resultaban hastahoy de difcil acceso.

PRIMEROS AOSEric Voegelin nacienColoniaen1901ya losdiez aossetrasladcon sus pa-dresaViena 4) endondeseformen latradicin jurdica .Mstarde nunca dejarde buscaruna ciencia poltica nueva,sinolvidarpor eso el rigor metodolgicodel

(3) TheCollected W orks ofEric Voegelin,edicin supervisadapor unconsejo editorial formadoporPaul Caringella, Jrgen Gebhardt, Thom asA.HollweckyEllis Sandoz.Lapublicacin anunciauntotalde treintay cuatro volmenes.Elprimeroenaparecerfue el nm. 12,impresoen 1990,yotros docealmenoshan idosaliendosinseguirun orden correlativo.Laedicin especficadecada volumenhasidoencargadaa uno o varios especialistasy la impresin llevada acaboenunos casosporLouisiana StateUniversity Press y en otros porU niversity of Missouri Press.4) Introduction de ELLIS SANDOZen ERIC VOEGELIN:Autobiographical Reflections edicin deELLIS SANDOZ, Louisiana University Press, Baton Rouge, 1989, pg. ix.

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LA TEORU POLTICA EERIC VOnGEL IN

derechoquetanto haba absorbido.Susprimeras obras versan sobre temasmuy aco-tados; comosu libro sobrelateorade lasrazas 5), que Hannah Arendt considerael mejor relato histricodel pensamiento racialen elmarcode lahistoriade lasideas 6).Luegosuinters evo lucionar desdeelderecho c onstitucionala lateoradel Estadoyposteriormentea laciencia poltica.Eneste pun to com prenderque ne-cesita unajustificacin para independizarse de la tutela del derecho pblico.Nuestro hombreseinclina entoncespor elestudiode lasinstituciones com para-dasy esoslosepuede llevaracaboen elespacio, viajandopordiversos p ases,oeneltiempo,condesplazamientos histricosenbuscade lasformasdeEstadoquesehanproducidoenmediodeldesplieguede lavida.Sulucha contrael formalismose parapeta en la experiencia cotidiana frente a la visin constructivista a la quesegnl el derecho propendey a la queempuja a suspracticantes.EljovenVoegelin comienzaaestudiarlasformasdevida polticadeotras pocasypara ellorecurrea ladocum entacin,a lahistoriaytambinalestudioenprofundidad de loscreadoresmssignificativosde cada momento.Latareaqueaspiraahacer,ya porentonces,esescribirunahistoriade lasideasque sealejedelmodelode lahistorio-grafa liberal, tipo GeorgeH.Sabine 7), a la quetodoelmundo crticaycasi todoelmundo sigue.Voegelin dedicara mucho tiempo, aosyaos,adocum entarsey apenetrarenel pensamientodeotras po cas, para llegarunbuenda aconsiderarqueaquel traba-jo haba sido intil.

Desde bien joven ,en lostiempo sdeVicnaen quedaba clases nocturnasdeadulteducation 8),Voegelin haba recurridoa lahistoria como instrumentodetrabajoyal conceptodeidea com o pieza centralde sum todo.En 1943 seplantearladudo-sa oportunidad de tales instrumentos. Trabajando precisamente sobreF. W. J. vonSchelling,se dacuenta 9) de que una historiade las ideasera unadeformacinideolgicade larealidad 10) y de que nohaba ideasamenosquehubiera sm bo-losdeexperiencias inmediatas (11).Con eltiempo llegaraabandonarsuproyec-(5) Vide infra, nota54.6) HANNAH ARENDT: LOS orgenes del totalitarismo 1951), traduccin de GUILLERMO SOLANA,Taurus, Madrid, 1998, pg. 222.(7) Comenccon losmateriales usand oenprincipio como modelo para saberlo quehabaque in-cluiro excluir laHistory ofPolitical TheorydeGEORGEH.SABINI (1937),que en aquel tiempoera laobrade referencia. Pero,tanpronto como comencaprofundizar en losmateriales, descubrquecierta-mente aquel tratamiento dadoa lostemaserainadecuado. VOI-GELIN: Autobiographical Reflectiuns.pg.62.(8) Eso fue a partirde 1919 y con intermitencias hasta 1938, en la Volkshochschule Wien-Volk-sheim,unproyecto patrocinadopor elgobierno socialistade laciudaddeVicna. AutobiographicalRe-fleciions, pgs. 85-86.(9) VOEGELIN: Autobiographical Reflections,pg. 63. Vertambin GFRIIART NIEMEYER: Editor'sPreface,en EmeVOEGELIN:Anamnesis, trad.y ed. deGERHART NIEMEYER,UniversityofMissouri Press,

Columbia, 1978, pg.xxii.(10) VoEGEUN: Autobiographical Reflections, pg. 63.(11) lbid. pg. 63.35


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JAVIERROIZto, agotando la paciencia de su editor, quien se vio forzado despus de much os aosde espera y cambios de orientacin en la obra a cancelar el comp romiso. En realidadesto ms bien debi aliviar a Voegelin, ya por entonces convencido de la invalidezdel esfuerzo. Consecuentemente decidir que el concepto de idea no es vlido comoexplanans de su proyecto inicial.

HUYENDO D E LA OM NIPOTENCIALlama la atencin que un intelectual de formacin vienesa decida dejar Europaen una poca inslita para ello. Muy joven an y en el centro del torbellino culturalms fuerte del mom ento, la Viena de com ienzos de siglo, decide pedir una beca y sa-lir de Centroeuropa. En 1922 visitar Pars e inmediatamente Inglaterra. Ser unaprimera salida en firme hacia lo anglosajn, continuada como veremos ms adelantedurante otros tres aos y culminada con su emigracin definitiva a Estados Unidosen 1938 (12). Es muy significativo que un joven brillante, ayudante de H ans Kelsenen la facultad de derecho y bien atento a los atractivos intelectuales de la ciudad deViena, decida marchar a Amrica desde 1924 a 1926. Voegelin viajar por EstadosUnidos buscando dejar atrs algo de lo que probablem ente n o se saba deshacer deotra manera. De qu escapaba? Su salida de Alemania no parece ser la huida de al-guien que resuelve sus ansiedades poniendo tierra por medio para no ver lo que se

avecina. Eric Voegelin ya haba dado muestras antes, y las seguir dando despusdurante toda su vida, de que estaba muy enterado de los grandes desafos de aquelladcada. Su postura frente a sus colegas era inequvoca, no poda aceptar la reduc-cin de la ciencia poltica a la teora pura del derecho y a su identificacin de lo for-mal con la esencia de la poltica. Tal actitud le haba hecho resultar antiptico en uncrculo tan estricto y definido como deba ser el entorno de Kelsen, por aquel mo-mento en la cima de su prestigio ( 13). Voegelin esta en una posicin tan frgil que al

(12) ERICyLISSY VOEGELINadquirieron la nacionalidad norteam ericana en 1944 y, aunque retorna-ron a Munich de 1958 a 1969, nunca dejaron de ser ciudadanos norteamericanos.(13) El checo Hans Kelsen fue junto a Othm ar Spann u no de sus dos directores de tesis docto-ral. Kelsen (1881-197 3) era considerado justam ente el padre de la Constitucin austraca de 1920 y dela mundialmente conocida teora pura del derecho. Othmar Spann (1878-1973), vienes de nacimiento ycatedrtico de econom a nacional y ciencias sociales, era conocido por sus convicciones antidemocrticasy favorables a un estado corporativo orgnico. ERIKA WEINZIERL: Historical Commentary on the Pe-riod, enThe Authoritarian State,trad.RUTH HEIN, ed . GILBERT WEISS,vol. 4 de The Collected Works ofEric Voegelin,University of Missouri Press, Columbia, 1999, pgs. 13-14; tambin VOEGELIN:Autobio-graphical Reflections, pg. 21. En 1929 VOEGELIN lleg a ser Privatdozent, trabajando durante aoscomo ayudante de investigacin en derecho constitucional y adm inistrativo con Kelsen. En 1930, cuandoKelsen pase a una ctedra en Colonia, depender del discpulo kelseniano Adolf Merkl. En 1933 Kelsensera destituido de su ctedra por marxista y se trasladara a una ctedra en G inebra, luego a su nativaPraga y finalmente emigrara a Estados Unidos en 1939. Kelsen muri en Berkeley a los noventa y dosaos en 1973. VerALBERT CALSAMIGLIA: Prlogo a Hans Kelsen,C ompendio de teora general del es-

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LA TEORA POL TICA EERIC VOEGELIN

principio sloseconforma conoponera la ciencia poltica formalista lateoradelEstado.Msadelante,y a nomuc ho tardar, abogara lisayllanamentepor unacien-cia madurade lapoltica,unapolitologa independizadade latiranadelderechop-blico.Su primera salidadeEuropaenaostancargadosdepresagioses unmovimien-to anmalo, casi diramosquedescolocadoen el tiempo. Despus, cuandose veaobligadoa emigrara losEstados Unidos 14),recordar loinusualde un trasladocomoel suyo, algoqueresultaba incmododeexplicara aquellosqueslo veancomo razones vlidas para pasar a Amrica el ser comunista ojudo 15).Enunapoca laicano es fcil prestar odosa unfilsofoqueinsisteenutilizaradios como concepto clave.Laimpresinqueprovocaes la de ser untradicionalistaqueest dandounpaso atrsen elcaminode laracionalidad.Sinembargo, bastacontenerun pocodepacienciayseguir leyndole para comprenderqueVbegelinnopretendetra-tardetemas teolgicos.Lo queplanteaes lacomprensindeltrmino dios comolocusde poder, utilizadopor el hombre para generar orden en su existencia.Cuandoen lasreligiones hebreaycristianaseutilizalapalabra dios,seestbus-candounlugar paralaomnipotencia hum ana.Una vezidentificadoelpoderyadmi-tidasumaligna tendenciaa laconcentracin,lasculturassepreguntan dndese pue-de situaresafuentedeom nipotenciade la que sesuponehanemanado todoslos de-ms poderes.La explicacin cosmolgica, dir Voegeln, planteabalavidaen unasola esferadeconvivencia, dondese mezclaban dioses, animales, plantasy lamateriaengeneral.Los dioses,que en lasculturas egipciaymesopotmicaseemplazabanen elcosmos,representaban acumulacionesdepoder cuya acc in a lcanzabaaobjetosyaspectosdela existenciade loshombres.Eneste sentidolapoltica helnica tieneelenorme mri-todehaber extradoa loshombresde suentorno.Lavida supremaquegeneralapolishaceque susanimalesdepolis entrenen unavida esencialmente distinta.Lapolisge-nera leyesquegobiernan lanaturalezay lamateria;y tambina losdiosesy a loshombres.Elconceptode ley queurdelavidaes unacreacinnonaturalyprocededela grandeza metafsicade lapolis. Este extraamientoporelevacin sacaalhombredesu vida animaly loencumbracon ellogosen unacategora suprema. Claroqueestavisin cosmolgica,yaunquesea en unaposicin dom inante, dejaalhombre dentrodesucosmos originarioen el que seencierranlamateria,losdiosesy eluniversoen-tero. El cosmos sigue siendo un mundo lleno de dioses16).tado,(1925), tercera edicin, trad. Luis RECASENS SICHESyJUSTINODEAZCRATE FLREZ,Blume, Barce-lona, 1979, pg. 7.(14) VOEELINfueseparadode supuesto u niversitarioel 22 deabrilde 1938 y elmismoda le fuecanceladasuvenia legendio licencia para ensear. WEINZIERL: Histrica Commcntaryon thePeriod,pg.15.(15) VOEGELIN: Aulobiographical Refleclions,44.

(16) ERIC VOECEI.IN:AnxietyandReason (1963),enWhatisHistory?andOther Late Unpub lis-hed Writings.eds. TIIOMASA. HOLLBECKy PAUL CARINOELI.A,vol. 28 de The Collecled Works of EricVoegelin, Louisiana State University Press, Baton Rouge, 1990, pg. 77.37


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JAVIER R O ENuestro pensador da gran importancia al hecho de que el mundo hebreo segre-gue dos dimensiones de la realidad, v aciando el cosm os de toda divinidad. El mundo

surge de esta renuncia a la om nipotencia. El poder queda primero concentrado en unlocus nico y despus es reconocido por el pueblo de Israel como existente en unms all al que el hombre no puede acceder. Se tiende a decir que Israel es el puebloelegido de Yahv, cuando quiz sea Yahv el que resulta identificado desde abajopor Israel. Si resulta ser el pueblo elegido, esto se debe a que Israel acepta vivir enun mundo sin omnipotencia y por eso es capaz de reconocer la om nipotencia comouna ausencia.Dios es una ausencia y no una presencia, como tienden a interpretarlouna y otra vez los autores cristianos al hablar de Israel.El reconocimiento de esta ausencia de omnipotencia lleva a los hombres al borde dela desesperacin; ya que, ante los grandes enemigos y peligros a los que han de enfren-tarse, se aade ahora la constatacin de que no pueden recurrir a la om nipotencia, de sulimitacin humana en el tiempo que han de vivir, las fuerzas que pueden generar y losrecursos que malamente alcanzan para satisfacer sus carencias bsicas. De ah que eselocus absoluto de poder resulte ser algo sin figura, sin posibilidad de captacin. Laprohibicin de hacer imgenes de l, de imaginrselo, supone un acatamiento radical deesa resignacin voluntaria a no seguir buscando la omnipotencia por ningn medio. Nose puede nombrar, ni imaginar, porque entre eselocusde om nipotencia y el hombre nohay puentes que crucen el abismo; la brecha es esencial, no se puede cubrir jams. Nohay remedio a esta separacin, ya que la omnipotencia no puede volver al cosmos ni lohumano acceder a la omnipotencia. Esto es precisamente lo que se ha querido desde unprincipio evitar. Bajo el Faran el subdito ms humilde participaba de la serenidad in-temporal del orden csmico, por eso Moiss ser un lder que no solamente saca a supueblo del cautiverio sino que le conduce a un xodo fuera de la civilizacin cosmo-lgica ( 17).

El resultado de esta visin de la vida es una nueva valoracin del poder. Surgeun mundo poltico ms limpio en el que se doblega por primera vez la tentacin deomnipotencia. La vida poltica ya no es un embrollamiento de los deseos sin lmitesy los caprichos mgicos de cada ser humano, ni tampoco la guerra constante de dio-ses y hroes.La tradicin juda abre el paso a una poltica depurada de omnipotencia. Al con-trario que en la tradicin helnica, en dnde la visin cosmolgica permite el augede la polis como creacin soberbia, la poltica en Israel recurre a la monarqua y a lafuncin proftica sin que ello suponga suplantacin de dios. Una de las claves serla relacin musical, ms que visual, con la verdad como reflejo del compromiso en-tre Yahv y su pueblo.

(17) ERJC VOEGELIN: Israel and Revelation, Order and History, vol. I, Louisiana University Press,Baton Rouge, 1956, pgs. 111-112. Citado por KENNETH KEULMAN: The Balance of Consciousness.EricVoegelin's Political Theory, Pennsylvania University Press, University Park, Pennsylvania, 1990,pgs. 113-116.Israel and Revelationest programado como volum en 14 de The Collected Works of EricVoegelin, pero an no ha sido publicado.

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I.A TEORA POLTICA F ERIC VOE FLINVoegelin ve pues en la tradicin cristiana una alteracin fundamental en el plan-teamiento de Israel. La llegada de un mesas descomp one la atmsfera juda hasta

aqu depurada y equivale a un retorno de omnipotencia, a una gran fuga desde ladimensin del ms all en la que pensbamos que la omn ipotencia estaba concentra-da y sellada. Por eso, concluye, no es de extraar que en la historia cristiana vuelvana aparecer sucedneos de aquellos antiguos dioses que convivan con los humanosen el cosmos y contaminaban su aire:La iglesia... con tacto psicolgico, aport versiones cristianas de santos lugares,imgenes que obran milagros y rituales, y desarrollaron un albergue de santos quesubstituyese a los dioses. Por lo que se ve no es posible deshacerse de los dioses intra-csmicos (18).

INMANENCIA O TRASCENDENCIA?Una de las cosas que quedan m s claras en el pensamiento de V oegelin es su re-chazo de lo que el llama la perversin del inmanentismo. Su idea es que el mundomoderno se presenta como un verdadero apocalipsis en el que en el fondo lo que sepretende es la cancelacin de la era cristiana para entrar en la era posteristiana. Elpremio que se busca con ello es la derrota de la magia, de las creencias ilusas sin

fundamento racional, y la superacin de la dependencia de la poblacin occidentalrespecto a sus autoridades.Indudablemente nuestro autor no lo ve as. Su impresin convencimiento,ms bien es que todo es un montaje manaco, un engao monumental. Si el ju-daismo, como hemos visto, haba expulsado a los dioses intracsmicos reconocien-do primero a una divinidad nica y atribuyndola despus a otra dim ensin, la evo-lucin cristiana volver a interconectar la omnipotencia con la existencia. Y de nue-vo se producirn emborronamientos.Los dioses paganos eran un obstculo para entender la grandeza poltica delDios de los judos, aunque paradjicamente su desaparicin en el Antiguo Testa-mento dej un rastro quiz un vaco dispuesto a darles entrada:Bajo el estilo cosmolgico de la verdad, el hombre es plenamente consciente deque los dioses estn presentes en el cosmos. Cuando, sin embargo, una experiencia detrascendencia concentra la divinidad en un Ms-all del mundo, esta consciencia pri-maria puede sufrir dao. Por unnonsequitur la inmanencia puede resultar pervertiday pasar de ser un mundo vaciado de los dioses del politesmo a ser un mundo vaciadode divinidad. Si los dioses intracsmicos son un obstculo para comprender al diostrascendente, su desaparicin puede llegar a ser no menos un obstculo para compren-der la presencia divina dentro del mundo (19).

(18) VOEOELIN: Anxicty and Reason, pg. 78.(19) Ibidem.39


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JAVIER ROIZ

Donde la tradicin bblica haba logrado una trasmutacin poltica a partir delreconocimiento de la om nipotencia d e Yahv y su extraccin del m undo, la moder-nidad negar la existencia de esta divinidad. Obcecada por ver en el asunto unacuestin terrenal del dios de los eclesisticos, es incapaz de percibir que el tema dela omnipotencia en la poltica no es slo de los eclesisticos. Los modernos tienenrazn en decir que los eclesisticos ha n secuestrado la teologa. Es verdad que hanconvertido el asunto en una cuestin terrenal y eso hace imprescindible desmontarsus artimaas p ara des armarles a ellos y a los poderes escondidos tras sus hbitos.Ahora bien, la omnipotencia es un asunto primigenio en la experiencia poltica queafecta a la psique h uman a y n o tiene na da que ver con las andanzas de los eclesisti-cos cristianos de las diversas condiciones. Lutero vio muy bien que todo el montajedel poder occidental era un gran xito eclesial, no obstante l tampoco redefini eltrasfondo de la cuestin. Probablemente porque l mismo era un eclesistico cristia-no, un prior agustino.Los modernos rechazan en general el asunto de la divinidad como el que niegaun drama falso que se asienta en premisas y personajes de m entira. Lo que sucede esque, al quedarse ah y no profundizar en la verdadera raz del asunto, reducen laemancipacin del individuo al desprestigio de las telas de araa con la que los ecle-sisticos roma nos y los episc opalia nos haban llegado a ahogar la sociedad europea.Vbegelin tiene el gran mrito de que, a pesar de sus presupuestos luteranos (20),se da cuenta de la responsabilidad que han tenido los propios eclesisticos en terre-nalizar la religin y desvirtuar para ello la visin hebrea de dios como locus de om-nipotencia. Se da cuenta de que el cristianismo recupera para el hombre esa omnipo-tencia a travs de la iglesia en la Tierra, una institucin que v iene a ser com o la grancompuerta a travs de la cual se puede acceder a esos poderes ms grandes que elhombre y que se hallan en los cielos. Esta anegacin otra vez del espacio humanopor la omnipotencia depositada en el ms all, es un hecho obsceno.Los modernos declaran la guerra a los eclesisticos y a sus instituciones, en elfondo belicosas y totalitarias, pero asumen sus enseanzas y sin darse cuenta man-tienen la trampa del inmanentismo. Para la ciencia moderna la explicacin de todolo existente y por existir ha quedado encerrada en el cosmos . Tan encerrada como haquedado tambin la omnipotencia, q ue vuelve a recorrer como un vendaval el inte-rior de un m undo enclaustrado. La transfiguracin del mundo no se admite que pue-da hacerse mediante redencin o revelacin. Se ha de hacer a travs de la revolu-cin. La revelacin cristiana es unacceso a la omnipotencia,que regresa as al g-nero humano, aunque esa omnipotencia acabe al final secuestrada en las manos deunos cuantos. No obstante, no por eso deja de ser una accin de gran alcance en la

(20) Aunq ue siempre procu ra mantener la imparcialidad y oculta pudorosam ente sus conviccionesreligiosas para evitar cualquier sospecha de partidismo confesional,ERIC VOEGELINparece adoptar unavisin propia de un luterano cultural muy imbuido de agustinismo. Immortality: Experience andSymbol (1967), enPublished Essays, 1966-1985, ed. ELLIS SANDOZ,vol. 12 de The Collected Work ofEric Voegelin, Louisiana State University Press, Baton Rouge, 1990, pg. 53.

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LA TEORA POLTICA DK RRIC VO KGEI IN

que se re-crea la realidad de las identidades humanas y se transmuta el mundo. Apartir de aqu los cambios se originan en el seno del mu ndo y se quedan encerradosen l. Atrapados en el interior de la existencia, su recoleccin absoluta corresp onde-r al despliegue de la historia. La historia es el teatro de la epopeya revolucionariaproducida por la accin de los pueblos como agentes depositarios de esa om nipoten-cia intramundana:

Entre los modernos apocalipsis deberan contarse especialmente ciertas filoso-fas de la historia que logran una transfiguracin de la sociedad no por intervencindivina, sino por la accin revolucionaria del hombre (21).Vbegelin cree que en el mundo cristiano ha preponderado la tradicin helnica,de ah que la expulsin de los dioses intracsmicos nunca se haya producido del

todo.EL FUNDAMENTALISMO COMO DENOMINADOR COMN

Voegelin observa los defectos y las carencias de la cultura moderna para trabajarsobre algunos puntos de la vida occidental. Si bien siguiendo otros derroteros, coin-cide con Sheldon Wolin a quien no menciona en la idea de que la modernidadha trado un alto grado de militarizacin de la poltica. La extirpacin de la religinse ha llevado a cabo una vez que el sentimiento trascendente ha sido arruinado porlos eclesisticos. Los eclesisticos desecan la teologa y los historiadores a su vezplanchan la historia hasta despojarla de sus polivalencias y som eterla a la temporali-dad irreversible.

El encaje de la experiencia en el transcurso del tiempo y su desenvolvimiento enel espacio se presentan bajo la pancarta de la racionalidad. A mba s com portan la ne-gacin de los mitos y sus aledaos por considerarlos orgenes ilegtimos del conoci-miento.Voegelin seala la importancia de la perversin de la experiencia. Avisa de esamanipulacin intelectual de la vida cotidiana que detrae de ella toda posibilidad detrascendencia, con lo que toda explicacin ha de ser encontrada en la vida real.Como lo espiritual est en entredicho, lo real pasa a ser lo material. La Ilustracin ylas ideologas romnticas arruinan la dimensin espiritual de la vida al ponerla bajola sospecha de ser quintacolumnista de la divinidad. Los sueos, las evocaciones,los mitos bblicos son tan irreales como los mism os ngeles. Todas las explicacionesde las cosas del mundo estn por definicin entre nosotros y slo requieren para serdescubiertas las tcnicas necesarias y el talento debido. La verdad descubierta opor descubrir es algo mundano.

(21) VOEGELIN: Anxiety and Reason, pg. 66. En otro lugar las llamar filosofas finales,VOEGELIN: Aulobiographical Reflections, pg. 70.41


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JAVIER ROIZ

Los mitos caenen laprimera lneadelfrente ilustrado. Sobre todo aquellosmi-tos ancladosenexperiencias rem otasy quesurgieroncon unaraznde ser,comoex-tractos creativosdeexigenciasde lavida. Trassudesmontajeoaniquilacin,la mo-dernidadenpoltica aportar grandes mag iasotaumaturgias. Re sulta interesantevercmo Voegelin vinculalaperversindelinmanentismoa otra maquinacin anteriorque la ha provocado. Se trata del trascendentalismo de los eclesisticos:

La aguda perversinde lainmanenciaquecomienzacon laIlustracines una re-belin contrala perversin socialmente dominantede la trascendenciaatravsdelfundamentalismo del cristianismo eclesistico22).Se puede concluirquetantoel inmanentismo,queencierralaverdaden el mun-do conel peligro evidentede quehaya alguienque pretenda haberla encontrado

aunqueseatropezando ; com oeltrascendentalismo,queafirma tenerya laverdadreveladay desincentivada,sedespreocupande labsquedade laverdadpor serstainnecesaria. El fondo comn de ambas posturas es su fundamentalismo:El denominador comnatodaslasperversiones correlativasdetrascendenciaeinmanenciaes elfundamentalismo 23).

Trabajadalavidaporestos ma nejosde losguardianesde laom nipotencia,se lle-gaa unasituacinen que elhombre pierdeelcontactocon susanclajes m isteriosos,co nsutrascendencia,yaparecen suelos ficticiosen los queapoyarse.Seconstruyenplataformas rgidas en las que asentar nuestra existencia y se producen grandesconstrucciones con pretensiones totalizadoras:

Cuandoelhombre pierdeelcontactocon elsuelo,seprecisaunretorno.Secons-truyen suelos ficticiosque se desarrollan en respuestaa la ansiedad24).En pocas palabras,los hombres seatrevena fabricar objetosque se suponaneran labor divina.

Cuandoelhombre funciona como Dios,lascuerdas manejadaspor elmagode lasmarionetasse conviertenen los barrotesde unaprisin25).Estas manipulaciones hace nquedesaparezcalaideade limitacin, quedandoelcampo abiertoalhombre paraque pueda pretender cualquier cosa.Por eso losfil-sofosde hoy no satisfacena losciudadanos,ya queaspirana lo quenunca podrnhacery que esalcanzarelpoder pa ra construirunaciudad ideal,unaka llipolispla-tnica.Enrealidadsetratadealgotansimple comolo quesiemprese hanconside-rado las limitacionesde la filosofay de lo que aestas alturas parecennohaberseenterado nuestros contemporneos. Como Voegelin lacnicamente recuerda,los fi-

(22) Ibid. pg. 81.(23) Ibdem.(24) Ibid. pg. 82.(25) Ibid. pg. 83.42


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LA THORlA POLfTICA DR ERIC VOhG FLlN

lsofos siempre han sido incapaces de construir la sociedad ideal: nunca ha existi-do una sociedad filosfica en la historia (26).

TRADICIONALISTA O REACCIONARIO?En 1983 Voegelin piensa ya que todos nosotros estamos amenazados en nuestrahumanidad. No se refiere a nuestra seguridad fsica sino a la fuerza masiva de lossoadores activistas. Una vez que la omnipotencia quede al alcance de los huma-nos, la poltica quedar tambin afectada. Dejar de ser ese ingenio excelso encami-nado a encontrar un cierto orden vivible en medio del desconcierto del caos y en la

franja entre la existencia y la no existencia.El nuevo orden csmico a desentraar por cientficos y pensadores viene a ser elobjeto de una revelacin desde dentro del mundo llevada a cabo mediante el destapa-miento, el desvelamiento de una realidad escondida. Fuerzas y misterios quedan ahoraconvertidos en enigmas. Nuestro nico problema ser encontrar la clave que los abra.Una vez descodificado el enigma, ste se disuelve com o un azucarillo en una taza de t.El cosmos enigmtico pero sin misterio es un predio abierto a los cazadores deconocimiento, a los investigadores. Su finitud introduce una figura nueva. Ser ladel sabio que nos desvele todo lo que queda por desvelar, el ltimo desvelador, el l-timo filosofo. Para ste y para sus seguidores, la idea de ansia y pasin por buscar laverdad deja de tener sentido, una vez que esa bsqueda ha concluido por haberse en -contrado las leyes profundas de la poltica y del mundo. Quedara slo en pie el con-cepto desofiao ciencia al alcance del trabajo de laboratorios y centros de investiga-cin. Un trabajo profesional sin las premuras ansiosas del pasado.La culminacin de la filosofa acaba con su propia desapariciny por supues-to lo mismo se ha de decir de la teologa, ya que nos posiciona en una situacinnueva en la que los grandes sabios que han enco ntrado la clave de las cosas se alzancomo verdad eros contradioses, capaces cuando men os de hacer tablas con el creadorde ese mundo ajedrecstico que es la vida terrena.La conclusin de Voegelin es que todo este planteamiento no es sino unacto demagia. Estos elaboradores de un mundo encerrado en el que no hay fugas hacia latrascendencia abren la veda a los activistas que pueden ahora lanzarse a la caza enun recinto. El mundo llega a ser el contenedor de la verdad acorralada, el corral gi-gantesco de la verdad. Los soadores activistas quieren liberarnos de nuestras im-perfecciones encerrndonos en la prisin perfecta de su fantasa (27). Esta situa-cin se ha tornado en algo cotidiano de nuestras vidas, ya que incluso en nuestrasas llamadas sociedades libres:

(26) Ibid pg. 92.(27) ERIC VEOFLIN:Wisdom and the Magic of the Extreme: A Meditation, enPublished Essays,1966-1985, 1983, pg. 315.43


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no pasaunsoloda sin queseamos molestados seriamente,enencuentrosconpersonasocon losmediosdecomunicacinocon unasupuesta literatura cientficay filosfica,porlaimaginacin utpicadealguien28).Voegelin consideraque unaprueba evidentedetodo estoes lacorrupcinlin-gsticaeintelectualde lapoca 29) queseintroduce implacableen lavida diariade cadaunodenosotros con suatrocidad.Conelusode lapalabra utopaen elsentidodelactivistaycomo partedel len-guaje diario,nos hanm etido en la crcel delactivista:

Tenemosquesalirde esacrcelyrestaurarlalibertadde larazndelfilsofo,cla-rificando el sentidode lautopa30).Eric V oegelines unautor poco conocidoenEspaa. Escasamente traducido,noha sido explicadoenlasaulas salvo honrosas excepciones. Tampocohatenidounagran repercusinenlosEstados U nidos , pasdel quesumujer Lissy Voegelin 31)yl mismo adquirieron la ciudadana en 1944.Quizpor esafaltadeconocim iento detalladode suobra,laspocas referenciasquesehacena supersonalesuelen asociarcontodaunageneracinde intelectualeseuropeosquevivieronlasdos guerras mundiales. Voegelin apareceas en laesteladeMaxWeberydelafilosofa aleman adelaprimera mitaddelsiglo ve inte.Su pen-samientoseencartaen unatradicinquepasaporHusserl, Heideggery laescueladeFrankfiirt, para acabar asociadoa laobradeHannah A rendtyLeoStrauss 32).EnlavidadeVoegelinsetiendearesaltarsuformacin centroeuropeaysusvi-venciasdelaugeycrisisdelnacionalsocialismo,conloqueste tuvodeconvulsinpara toda Europa. Voegelinseuniraalcorodepensadoresquevieronlassombrasdel proyecto ilustrado.Uncrtico durode esam odernidadque,con elobjetivodepromoverelprogresode lahum anidad, h aba producidoporcontraunretornoa labarbarie. Voegelin coincidira aqu endenunciar lacrisisdel mundo modernoaltiempoque la falsedad de suspresupuestos.

(28) Ibidem.(29) Ibidem.(30) Ibid. pg. 316.31) LISSY ONKEL y ERIC VOEGELIN se casaron el 30 de julio de 1932.(32) Unnombre importanteensuformacin serel fenomenlogo Alfred Schtz, cuya obralevalipara superarlainfluenciadeEdmund Hu sserly aquien siempre considersusilent partnerosociosi-lenciosodetodasuobra. Como desde1918ycon el establecimientode laRepblicaenAustria,losjve-nes judos tenan vetadoelaccesoa ladocen cia univ ersitaria, Schtz trabaj com o secretariode unaorga-nizacin bancariaymstardesededicanegociosdebanca.Coneltiempo sera profesorde sociologaenlaNewSchoolfor Social ResearchdeNueva York,a lavez queproseguasustrabajosen elmundodelas finanzas. Historia paralelaa la deotro coetneodeVoegelin,elfilsofodelderecho Flix Kaufmann,quien tuvoquededicarsealnegociodelpetrleoyllega serdirectordelaAnglo-PersianOH Corpora-tion. Kaufmann tambin enseen laNewSchooldeNueva York. VOEGELIN: Autobiographical Reflec-tions,pgs.4-6.Tambin VOEGELIN:Anamnesis, pgs.9-13yKEULMAN:TheBalanceofConsciousness,pg.113.

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Otra caracterstica de esta equvoca imagendeVoegelines suelevacina laga-lera de pensadores insignes los ltimos verdaderamente grandes que ha produ-cidolafilosofa poltica. Tam aa adulacin,untanto crepuscular, supone hacer usode esa estrategia moderna qu eelpropio Voegelin criticara de presentarlahistoria in-telectual del pasado como una sucesin de peldaos dirigidos hacialoaltode laes-calera. Enelpunto ms altodeellaseencuentraelnarrador, que noesotro queelcritico de hoy que se siente capaz as de dom inarlasituacin engloband oasus an te-pasadosenuna lnea controlab le.Elcolones queda as atrapadoenuna generacinde eruditos antimodernosoinexorables crticosde lamodernidad que denunciaronsus excesosycontradicciones. Los practicantes delaciencia poltica actual, los po li-tlogos, nos los procuran presentar como una especiedeencantadores dinosaurios,de estudiososde lahistoriade lasideas queseembarcaronen la labor admirable eso s, librescaeimposible de reescribirlahistoria delateora poltica para d e-sactivar aquellos planteamientos tan siniestros cuyas consecuencias les haba tocadovivir.

En realidadlarecepcinyexplicacin de V oegelin co mo uno de estosdie-hardsle encasilla en una reaccin antimoderna, cultaycasi quijotesca, que resulta tan en-ternecedora como intil. Esosi no lecalifican directame ntedereaccionario, comoyo he tenido ocasin de escuchar en alguna ocasin. Creo que es hora de aclarar quesu antimodernismo noestanto regresivo, como una postura dolida ante circunstan-cias que conoci de cercayqu elemarcaron p ara siem pre. Exp eriencias quelelleva-ranaprofundizar en lo que l consider la enfermedad del hom bre mod erno ( 33),yadesconfiar de las posibilidades de una modernidad futura que daba por superad oslos traumasdelholocaustoy lasguerras mundiales.

La pintura ms frecuente del maestro Voegelin noslocaracteriza pues como unmaestroa laantigua, desesperado ante las atrocidade s delamodernidadyrefugiadoen los librosyenlacrtica cu lta. Su aislam iento eselde quien ha sufrido catstrofescuyo recuerdoleimpide ahora ser objetivoy leimposibilita para pen sar con ecuan i-midad acercadelas opcionesde unmundo del quesequeda claramen te fuera. EsVoegelin exactamente una figuradeeste tipo? R espond e esta d escripcina supen-samiento? N os dej obra suficiente com o para sacar nuestras propias conclusiones?

VOEGELINATRAV S DE SU VIDAYDE SU OBRAUn puntoatener en cuen ta es q uelaobra de V oegelin no ha sido bien c onoc ida.Sus publicaciones han sido extensas, peroelhecho de quesubiografa sufra algnzigzag ha contribuidoaquesuobra intelectual se perciba fraccionada. Sus primerosescritosdeViena aparecieronenalemn. Algunos inclusoseperdiero n. Eran esc ri-

33) ERIC VOEOELIN:Hitler and ihe Germans 1964), eds. DETLEV CLEMHNSy BRENDAN PUCEI.L,vol.31deThe Collected Works ofEric VoegelinUn iversityo f M issouri Press, Columbia, 1999, pg. 198.45


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JAVIERROIZtosde unjoven prometedorynadams.Porotra partesuindependencia respectodesus m aestros,enconcretodeKelsen,lehicieron seguiruncamino difcilen el quenoiba acontar com o sueleserhabitualenestos c asoscon elrespaldodesusje-fes 34).Porltimosusrecelos haciaelnacionalsocialismoy suscrticasaalgotanmedular para este movimiento comoera lateorade lasrazas,leibanadejaranmsen laoscuridad.Msadelante tendraqueempezarenEstados Unidos prctica-mentedecero, comounrecin doctoradoqueintenta abrirse pasoen unatradicindistintaa lasuya,en unalenguaanincmoda paral y singrandes protectores.Hayquereconocerquetampocolponalas cosas fcilescon suvisinde laprofesiny suformatanconcienzudade trabajar. Para empezar, mantena siempreuna honestidadmuyaquilatadaque lellevabaa nohablarde lostemassindocumen-tarseafondo.Y suestilo te ndaa serintrincadopor suexcesiva meticulosidad.Dala impresinde que,cuantomstratabauntema,ms lorespetabay con msnitidezpercibalo que lefaltaba para estara laalturade lo que sehallaba investigando.Porotra partesuspropias ideassedesencajaban de lo que eran lugares comunes,porejemplosudesplazamiento desdeelconcepto ubicuodepoderal deautoridad enten-didoen elsentido etimolgicodeautora 35).En losaos treinta,y enmediodeloque seestaba produciendo,eradifcil escucharconcalmaaalguienquereivindi-cabalandole transracion aldelfenmenodeautoridad.Una voz queafirmabala ne-cesidaddel serhumanodetener autoresde suviday a su vez serautorde lavidadelos dems:

autoridadno esdespotismonidictadura, sinoque sedefine como poder ordenadodeacuerdocon larepresentacindelautor36).Estolellevaradudarde lascapacidadesde laciencia poltica.Lostrminosutilizadospor lapolitologiano sonexactosy confrecuenciasequedanensmboloso como expresiones am biguas, vaga s, vacasdecontenido especfico.En suopininhay que abandonar lapersecucin de lo inalcanzable:

Es imposible asignara laexpresin poltica verbalunsignificadoqueseacorrec-toen uncontexto epistemolgico37).Al hablaras,nuestro au tor tieneenmenteladistincin entrelo que hoyconoce-mos como estado autoritarioyestado totalitario,unadiferenciaque lencuentraenel conceptodemo vilizacin totaldeErnst Jngery en elconceptodeestadoto-tal de Cari Schmitt(38).Perohaytambin alguna cosams que seinterpusoyquizan seinterponeen-tre Vbegeliny nosotros. Veamos si podemos precisar este asunto.

(34) WEINZIERL: Historical Commentaryon the Period,pg. 30.(35) Ibid. pg. 31.(36) Ibidem. Vertambin la versin de VOEGELIN: Autobiographical Reflections, pg. 53.37) ERIC VOEGELIN: The Authoritarian State pg. 58.(38) Ibid. pgs. 58-59.

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I A TEORA POLTICA DE ERIC VOEGELIN

Hemos visto que Voegelin es un intelectual que viaja de Viena a Amrica. Conpoco ms de veinte aos ya haba estado en el corazn de la anglofilia, Oxford yCambridge. Sin embargo sa no ser su stazione termini y, en una poca en que noes en absoluto corriente, dar el salto a Estados Unidos. Quiere conocer lo que intu-ye es el futuro cultural de occidente y para ello vivir en Nueva York durante el cur-so 1924-25. Este hecho resulta muy llamativo. Mientras se estn ventilando en todaEuropa, y con especial virulencia en su pas, grand es confrontacione s, l sale de all.No ciertamente por falta de sensibilidad para captar lo que se aproxima. Hay razo-nes para pensar ms bien lo contrario. Su visin crtica del nazismo, su rechazo delas falsas teoras en que apoy an su ideologa, han que dado manifiestas. Lo ha puestopor escrito. Pero hay ms. l, que ha estudiado con cuidado a Karl Marx y que hasido un apasionado marxista por un tiempo segn nos confiesa, cuatro me-ses (39), rechaza la ideologa marxista como otro intento fraudulento de explicarla vida y de darle soluciones a nuestra pequenez. Y as lo expone tambin por escri-to . Voegelin sale pues del mundo de habla alemana porque no lo soporta. Lo dejaatrs como el que huye de algo contra lo que se siente impotente y a lo que percibecomo altamente nocivo y desintegrador para su vida.Puede decirse que Voegelin es un pionero entre los intelectuales europeos quecaptan en Estados Unidos una buena sociedad para rehacer una vida deprimente ynegativa en su propio pas, una experiencia a olvidar. Ahora bien, admitido esto engeneral, cabe hacerse ya una pregunta ms especfica, de qu huye exactamenteVoegelin?Nuestro hombre, al igual que le ocurrira despus a Hannah Arendt por otrosmotivos, siente que en la Europa alemana se ha producido una mutacin maligna. Latransformacin de la enseanza que Wilhelm von Humbold (40) ha provocado consus reformas ha acabado por generar un tejido educativo descoyuntado. El resultadoes un sistema universitario que desprovee a los alumnos de medios para ir cuajandouna individualidad crtica e inclinada hacia la autonoma. Su consecuencia son insti-tuciones desprovistas de orientacin y de instrumentos para alcanzar una prepara-cin personal de valor.Voegelin apunta una y otra vez a la reaparicin de la gnosis en el pensamientopoltico. El fundamentalismo eclesistico, la desintegracin del conocimiento filo-sfico y la corrupcin del lenguaje han dejado a los alemanes inerme s. Por otra partela alienacin de su vida cotidiana les hace presa fcil de los chispa zos g nsticos. Fe-nmeno que se har visible en una constelacin repetida de mesas que aparecenpara liderar esa era poscristiana que se han encargado de preparar los fundamenta-lismos.

(39) Exactamente, nos dice, de agosto a diciembre de 1919. VOEGELIN: Autobiographical Reflec-tkms, pg. 10.(40) Barn Wilhelm von Hum boldt (1767-183 5), fillogo alemn y estadista. Hermano del barnAlexander von Humboldt (1769-1859), cientfico y explorador.

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JAVIER RO EOtro dato a considerar es el paso ulterior que supuso su internamiento en laAmrica profunda. No contento con su ao en Nueva York, estancia muy rica en

contactos y aprendizaje con sus visitas a Ha rvard y Princeton incluid as, Vbegelin seinterna en el corazn de la Amrica de entonces. Viaja por el Mid-West y pasa aWisconsin, en donde vivir una poca dorada de tranquilidad y enriquecimiento mo-ral. Qu pud o encontrar un intelectual de Viena en un estado granjero tan apartadode los centros de cultura norteamericana? l mismo nos dice que all respir a gustopor primera vez y se sinti protegido de los horrores que dej atrs engendrando pe-sadillas: la experiencia rompi para siempre mi provincianismo centroeuro-peo (41). Al volver a Viena nos confiesa que muchas cosas que antes le afectabanya no tendrn nunca ms efecto sobre m (42). Como prueba menciona la lecturade libros comoSein undZeit de Ma rtin H eidegger, que el lleg a leer en 1928 y que,al no estar ya enganchado al aire turbio de Austria, no le afect. Al regresar a casasiente que nada es igual. Su experiencia americana le protege: haba sido inmuni-zado contra todo el contexto del filosofar (43) de su viciado ambiente alemn. Laimpresin que se deduce de todo esto es que Vbegelin hua de los trastornos de supas y de la locura que se cerna en una situacin de confrontacin entre visionesmesinicas pretendidamente reveladoras.Otro aspecto no menos interesante es su descubrimiento de la obra de GeorgeSantayana. Muy en lnea con su incapacidad para ver lo hispnico una ausenciaimportantsima en su pensamiento , llama a Santayana el filsofo americano, sibien en otra parte da importancia a la circunstancia (de) que Santayana, un extran-jero, est aislado en los Estados Unido s (44). En otra ocasin se modifica su opi-nin sobre la identidad cultural de su admirado poeta y filsofo:

Santayana es espaol de nacimiento y aunque domin la lengua inglesa tan com-pletamente que, junto con Joseph Conrad, un polaco, es considerado un maestro mo-derno de la prosa inglesa, l todava se siente extranjero en ella. Las races de la lenguano le llegan a la mdula. Le faltan las memorias de su temprana infancia, de los cuen-tos de hadas y de las canciones de cuna, y le falta la captacin firme del paisaje y de lasociedad (45).No coincidi personalm ente con l (46 ), pero su pensamiento le deslumhrar ysu influencia ser grande. Habla por s slo el hecho de que guardar consigo hastasus ltimos das los libros de Santayana que compr en el Nueva York de los aosveinte. A travs de l, descubrir a Lucrecio y especialmente a Paul Valry:

(41) VOEGELIN: Autobiographical Reflections, pgs. 32-33.(42) Ibid. pg. 33.(43) Ibidem.(44) ERIC VOEGELIN: On the Form ofthe AmericanMind (1928), trad. RUTH HEIN, eds. JORGENGEBHARDTy BARRY COOPER,vo l. 1 de The Collected W orks ofEric VoegelinLouisiana State UniversityPress, Baton Rouge, 1995, pg. 14.(45) Ibid. pg. 84.(46) Santayana (1863-19 52) abandon su ctedra en Harvard en 1923 y se traslad a vivir a Italia.48


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LA TEORA POLTICA D E ER1C VO EGELINel impacto emocional de este descubrimiento fue tan fuerte y duradero que en los aossesenta... fui a ver el Cimeticre Marn en Cette, donde Valry est enterrado mirando alMediterrneo (47).

Esta fase de la vida del maestro influye notablemente en su carrera acadmica.Y conecta con otra poca muy posterior, ya en su madurez, cuando Vbegelin se hatrasladado definitivamente a los Estados Unidos y se ha convertido en ciudadanoamericano. En 1958 la universidad alemana le recuperar mediante la oferta de unactedra en Munich y la direccin de un Instituto de Ciencia Poltica recin crea-do (4 8). La oferta se le hace como a un gran cerebro a repatriar y l acepta. Sin em-bargo, el regreso no ser definitivo. Durar en el cargo hasta 1969, ao en que deci-de regresar a Estados Unidos, su pas de adopcin. Con su marcha acabar tambinel Instituto creado por l (49) .Por las reflexiones que dej escritas, durante ese tiem po que p erman eci en M u-nich debi de esforzarse por encontrar sentido a su Alemania materna, una sociedadque se encontraba ya olvidando la catstrofe de la guerra. Lo apasionante del caso esque el maestro, que ahora frisa en los sesenta ao s, emigra de nuevo sin que su diag-nstico sobre la sociedad alemana haya cambiado. No ve que Alemania haya logra-do tomar conciencia de sus grandes carencias espirituales ni haya aprovechado latragedia que ha sufrido con las guerras para rectificar los errores que la condujeron ala catstrofe. Un horror incomparable con nada de lo visto hasta entonces. Omnipo-tencia, trivialidad, separacin del suelo bsico de la experiencia, gn osticismo, magia

y falta de aceptacin depresiva del pasado. En 1969 Vbegelin y su mujer, Lissy Voe-gelin, retornarn a USA para ya nunca ms intentar repatriarse.Con la perspectiva que hoy tenemos al salir del siglo, resulta llamativo cmoVoegelin escapa literalmente de la quema que ve llegar en 1938. Cuando huye deAlemania ms comorefugeeque comoemigrant no lo hace por tibieza o cobar-da ni, como se deca en los militantes aos sesenta, por no querer comprometer-se. En mi opinin sa es una interpretacin inadecuada. Su conducta de joven pro-fesor ante el encumbrado Kelsen, testimonia lo contrario. N os habla m s bien de unapersonalidad firme en sus convicciones casi terco que no se doblega como unoportunista cualquiera ante su jefe directo. Dejando a un lado su gran admiracinpor Kelsen como terico del derecho, lo cierto es que Voegelin no acepta la visinjurdico-formal de la vida poltica y propone com o alternativa prim ero la ciencia delEstado y despus la ciencia poltica. Haba que tener coraje para, con veintipocosaos y siendo ayudante en Viena en la Facultad de Derecho del todopoderoso Kel-sen, contradecir sus teoras y proponer una ciencia nueva de la poltica. El tiemposin duda ha dado la razn al joven Voegelin. Pero en su momento aquella valenta yaquella lucidez le debieron costar no pocas dificultades. En otro sentido, un joven

(47) Autobiograp hical Reflections, pg. 31.(48) Ibid pg. 87.(49) Ibid. pg. 88.49


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JAVffiR ROIZacadmico q ue escribe com o l lo hizo sobre la teora de las razas tampoco da el per-fil de oportunista o pusilnime. Por no recordar su carrera en Estados Unidos, endonde renunci a sueldos ms elevado s y se retir a universidades sencillas y escon-didas;a un lugar tranquilo, donde pudiera dedicarse a elaborar su pensamiento y suobra sin las interferencias de los refugiados marxistas ni de los lugares comunesideologizados. En no pocos casos Vbegelin opt por el camino difcil.A la vista de lo que sabemos de l, hay que conceder que Eric Vbegelin no secondujo com o un oportunista ni un hom bre sin carcter. Hasta su emigracin ser unconservador antimarxista. En ltimo trmino saldr de su pas huyendo de la Ges-tapo (50).

DOXIMATA Y LEYES DE HIERROComo resultado del trabajo de los eclesisticos indam entalistas, Vbegelin pien-sa que el mundo moderno ha generado un rechazo violento hacia cualquier trascen-dencia. Por eso uno de los rasgos contemporneos es el abrazo del inmanentismo o,lo que es igual, el mundo v isto com o cam po d e doctrina. En consonancia con esto, elpensamiento clsico se reciclar a partir de ahora dentro de este mundo cerrado.Ser visto com omaterial mundano; com o trozos de sabidura y, por esa razn, auto-mticamente til al mundo. Un ejemplo muy querido para l es lo ocurrido con el

pensamiento platnico, que en el siglo veinte ha sido dislocado y utilizado comodisjecta mem brapara hacer aparecer a Platn com o un socialista, un utpico, un fas-cista y un pensador autoritario. Para legitimarse a s mismos, los pensadore s actualesefectuarn su carnicera de la historia usan do la tapadera de sus mtodos ( 51).Tiene razn el maestro Vbegelin cuando seala que este mundo cerrado, blinda-do a extremos ignotos y a espacios trascendentes, se acaba por convertir en un con-tainer sofocante. As se hizo preciso idear una sociedad abierta como la de KarlPopper para superar la angustia de las posibles colisiones pblicas entre tantas opi-niones privadas, activadas de ideologa, movindose frenticas en un espacio cerra-do. Desgraciadamente este procedimiento de apertura higinica no nos garantizanuestra seguridad. Siempre aparecer un osado o convencido arrogante que plantecara a todos los dem s e intente pred om inar sobre ellos, invitndoles a unirse a l oamenanazndoles con la reclusin.En ese mundo que Vbegelin llam de la doximata se pueden emitir las iron lawso leyes de hierro de historia segmentada que induzcan a los dems a un estado deopinin deseado por el pensador dxico o idelogo que las introduce. De ah que

(50) Entre su crculo de amigos a quien es haba conocido en los seminarios de Spann, Kelsen yLudwig von Mises se encontraban personas de tanta vala como Friedrich August von Hayek, Osear Mor-genstern, Alfred Schtz, Robert Waelder, Fritz Machlup, Flix Kaufmann y otros, que mantenan un se-minario que se reuna una vez al mes.WEINZIERL:Historical Commentary on the Period, pg. 23.(51) VOEGELIN: Immortality: Experience and Symbol, pg. 71.

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Vbegelin llegue a la afirmacin tajante de que la concepcin de una ley de hierro esel sueo de un terrorista (5 2). El problema radica en que la historia no es un exuda-do de tal o cual estado de consciencia ni tampoco una proyeccin que obedezca a laprescripcin del doctrinario.Representar nuestra vida m ediante este tipo de historia extrada de man ipulacio-nes del conocimiento y de desecaciones de la experiencia es probablem ente sntomade una poca. Los idelogos han transformado la cultura y los telogos se han vistoobligados a desmitologizar sus creencias, que han ido poco a poco convirtindose endogm as. Los smbolos se han vuelto opacos. Ya no conectan con la existencia ni en-gendran conocimiento, sino que se han convertido lisa y llanamente en emblemasque podran estar inclusos en una buena enciclopedia de la cultura. La fortuna en elbanco, los mitos en las enciclopedias, nuestras vidas regimentadas. Cmo es posi-ble recuperar esa experiencia del homb re en que la accin en su singularidad no que-de difuminada por manipulaciones mentales?Hay un rasgo importante en esta suplantacin de lo humano por lo temporal. Laobstinacin en mantener la temporalidad del ser, es decir el imponer el dogma frreode la vida como transc urso,hace uso de metforas y de imge nes cm plices para ig-norar todo un sector esencial de nuestras vidas. Se trata del mundo interno,ese forointernoen el que tambin se producen acontecimientos, se hace registro de realida-des y se perciben cosas de mucho valor. En l no rigen ni el espacio ni el tiempo ypor la misma razn tampoco rige el principio de identidad (Vbegelin no lo dir tanclaro, pero llega a rozarlo). Ello nos conduce a una curiosa situacin: mantener latemporalidad absoluta de la existencia equivale a invadir el mundo interno con unalgica perceptiva del exterior, es decir delescenario corpreo de la vida.De ah quela expresin de T. S Elliot en el sentido de que la historia es un pautaje de momen-tos intemporales (y) el punto de interseccin de lo intemporal con el tiempo (53)venga a resultar incmoda para los perpetradores de esa metstasis colonizadora dela sensibilidad humana.Siguiendo a Voegelin, se podra concluir que la confusin de lo divino y lo hu-mano contamina la poltica moderna. Su reflejo en nuestra vida pblica nos colocaen una situacin de desorientacin en medio de batallas en las que no sabemos quse ventila, quin est contra quin o qu es exactamente lo que se reprochan entre sunos contendientes a los que vemos como parientes de la misma familia.

LA TEORA DE LA RAZAEn 1933 aparecan las obras de Voegelin L a Raza y el EstadoyLa Idea de Razaen la Historia del Espritu (54). La primera fue publicada por una editorial de re-

(52) lbid.. pg. 72.(53) lbid. pg. 77.(54) Rasse und StaatJ. C. B. Moh r, Tbingcn, 1933, en inglsRace and State, trad. RUTH HF.IN,cd.5


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JAVIERROIZnombre, la misma que haba editado su primer libro Sobre la forma del EsprituAmericano (55) en 1928.La R aza y el Estadoes un libro muy acadmico. Su autorse muestra preocupado por la forma en que se producen sus razonamientos y pen-diente siempre de demostrar su rigor cientfico. De primeras parece un libro pocomadu ro, sujeto an a los condicion am ientos de la profesin acadmica. No obstante,en este texto se encuentran algunas de las intuiciones m s profundas de su autor y seobservan actitudes bsicas de gran valor.Creo que Voegelin se enfrent a su objeto de estudio con la inseguridad del jovenque se aproxima a un tema candente. De ah que, para abordarlo, recurriese a la histo-ria de la idea de raza (56). Eso nos muestra cmo el profesor de derecho pblico,cuando estudia un tema poltico, se ayuda ya de la historia de las ideas. Como en tan-tas otras cosas, nuestro autor vive en su propia carne una ms de las epidemias que laciencia poltica hubo de superar en su peregrinaje de independizacin. Sus dos librossobre el tema de la raza son producto del mismo proyecto intelectual y as lo corrobo-ra el que se publicasen casi consecutivamente con tan slo unos meses de diferenciaentre s. Todo parece indicar que el material proceda de un empeo comn.En cuanto al momento en que aparecen estas obras en el mbito alemn, caberecordar que Hitler haba sido nombrado canciller del III Reich el 30 de enero de1933, comenzando su ascensin im parable y, con l, la de su partido. En marzo delmism o ao, el canciller austraco Engelbe rt D ollfuss derribaba mediante un golpe deEstado la constitucin parlam entaria d e Austria e introduca un rgimen autoritario.

Desde el comienzo sorprende que el trabajo sea un estudio de ciencia poltica.Su introduccin sobre el hom bre y el Estado nos aclara inmediatamente la intencindel autor. Con buen criterio desv a la m irada de la teora de la raza y se plantea antesel valor del concepto central bajo estudio, esto es la idea de raza (57). Voegelin serefiere a la idea de raza com o el que h ablasine ira et studiode un objeto de investi-gacin objetiva.Una de las primeras cosas q ue confronta es la pretensin que alega la teora de laraza de ser cientfica. A Voegelin e sta proclam acin le hace pensar que en tal prop-sito se esconden precisamente valores a desentraar. Este enfoque de la raza que se

KLAUS VONDUNG, en volumen 2 de The Collected W orks ofEric Voegelin Louisiana State UniversityPress, Baton Rouge, 1997) yDie Rassenidee in der Geistesgesichte von Ray bis CarusJunker und Dunn-haupt, Berln, 1933, en inglsThe History ofthe Race Idea: From Ray to Carus,vol. 3 de The CollectedWorks of Eric Voegelin (en preparacin).(55) ERIC VOEGELIN: ber die Form des Amerikanisches Geistes J. C. B. Mohr, Tbingen, 1928.Versin inglesa, On the Form of AmericanMind vide supra nota 44. ste fue su trabajo de cualificacincomo profesor de teora social en la facultad de derecho, quedando primero bajo la supervisin de Spanny Kelsen y, cuando Kelsen marcha a Colonia, con Adolf Merkl. En 1932 VOEGELIN fue nombrado profe-sor ayudante.(56 ) Mi exploracin de la idea de raza se basa en el resultado de mi trabajo sobre la historia de lasideas. VOEGELIN: Race and State, pg. 1.(5 7) Por idea queremo s decir no un conce pto sino la sustancia real que aparece como el uno en elmuchos. Ibid. pg. 117.

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proclamatancientfico parteenrealidadde un par deverdadesque se nosquiereha-cer pasarporincuestionablessindemostracin alguna,asaber: i) que lacienciana-turales lanica cienciay su mtodo cientficoelnico vlido;y ii) que lacienciaprogresa firmemente,con lo que el investigador slo debe preocuparseporconocerlos p roblemasde sutiempoyprocederapartirde ah. Uncorolarioque sesiguedeestoes que losproblemasy lasideas previas estn anticuada s, superadas,sonirrele-vantes de cara al presente y no necesitan ser conocidas 58).Voegelin pronto llegaalconvencimientode que laideaderazano essinoun ele-mentoms de laconstelacindeideas corporalesoideasque hanservido para expli-carnos nuestro cu erpo.De ah que enseguidaseplantee estudiarsuorigen, parades-pusy pocoa poco aproximarse hasta el contenido propiode la idea nrdicaderaza 59).

As pues llevaacaboun estudio ampliode la ideaderaza.Noparece estardemomento interesadoen elvalorde laideaen su tiempo, sinoqueahondamsbienenlo quellamael contenido sistemticode lateorade laraza 60).Este tipodeprofundizaciones handadopie a malentendidos sobreeldesintersdeVoegelinporla polticadelmom entoy se le hasupuestoavecesunhombre algo solipsistay nocomprometido. Esta conclusinnoalcanzaa ver que su trabajova mslejosy quebusca encontrarlascausasdefenmenostangraves comoelracismoy de por qu derepente brotan amenazadoramente en un pas.Esde extraordinario valor cmo llega Voegelinaindagaren lasfuncionescog-nitivasdel serhuman o para ex plicarlaraznde ser deestas ideas acercadelcuerpo:En1943 yohaba llegadoa uncallejnsinsalidaen misintentosdeencontrarunateoradelhombre,lasociedady lahistoriaque mepermitieranunainterpretacinade-cuadade losfenmenosen elcampodeestudiosquehaba elegido.Elanlisisde losmovimientosdelcomunismo,el fascismoy elnacionalsocialismo;y delracismo,elconstitucionalismo,elliberalismoy elautoritarismo haban dejado claromsalldetoda dudaque elcentrode unafilosofade lapoltica debaser unateorade lacons-ciencia: perolasinstituciones acadmicasdelmundo occidental,lasdiversas escuelasfilosficas,elrico desplieguedem etodologas,noofrecan losinstrumentos intelec-tualesquehabrandehacerlosacontecimientos polticosy losmovimientos inteli-

gibles61).El esfuerzo lellevamstardeaindagaren laseparacinde lointernoy loexter-noen elhombrey, eso resulta novedoso,en laim portanciade esa inconscienciaenlaquelos procesos m entales superiores quedan temporalm ente suspendidos 62).

(58) Ibid. pg. 9.(59) Ibid..pg. 13.(60) Ibid..pg. 17.61) VOKGEI.IN: Anamnesis pg. 3.(62) Ibid..pg. 20.

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JAVIER ROIZEL MUNDO INTERNO DEL INDIVIDUO

Como resultado de su indagacin, Voegelin se enfrenta un tanto primitivamentecon la constitucin poltica del individuo. La esfera instintiva, el poder de la volun-tad, la importancia del espacio en donde las guas de la mente se construyen, todoaparece en estos escritos. Si como buen admirador de Platn l acepta que la polissea el propio ciudadano written large (escrito in extenso), su inters por la polticase ha de remitir a todo eso que cada uno de nosotros mantiene o procesa inforo in-terno. En este punto su coincidencia con Hannah Arendt es completa.EnLa raza y el Estado busca en otros autores una explicacin ms compleja yconvincente del mundo interno del individuo y le impresiona lgicamente Schel-ling (63). Le gusta mucho Max Scheler con su explicacin sobre el desplazamientoy la sublimacin, mecanismos mediante los cuales la mente retiene o desva seduc-toramente a los instintos de sus objetivos intelectuales. Hay que tener en cuenta no s dir que la mente no tiene pode r, lo tiene la voluntad. En este caso Voegelinya muestra sin decirlo su predisposicin a entregar a la voluntad el atributo del po-der. Le consta que Freud tambin utiliza estos conceptos y que son cruciales en elpsicoan lisis (64 ); pero desd ea, quiz un tanto asustado , la profundizacin deFreud, a pesar de que como hemos visto en otros textos l sabe muy bien que la fic-cin de un yo centrado en el mando, un yo diramos precopernicano, es inviable.Aqu no sale intacta la veracidad y honestidad del maestro. Por otra parte, las impli-caciones represivas de este argumento no son de desdear, si bien Voegelin nuncalleg a percibirlo. Todo ello requiere que nos detengamos para dilucidar este puntoesencial.

Voegelin rechaza primero la simpleza cartesiana, con todo muy influyente, quesituaba el alma en la glndula pineal. En su camino revisa las explicaciones msconspicuas que se han dado para relacionar, en un primer paso, el cuerpo con elalma y, cuando ms tarde fue necesario, con la mente. Dadas las circunstancias de supoca, estamos hablando del ao 1933, nos admira que Voegelin haya estudiado ytraiga a colacin la solucin que ofrece el psicoanlisis a este prob lema , si bien l seinclina po r aceptar la men cionada explicacin de S cheler (6 5).Una aportacin deLa Raza y el Estadoes su debate sobre el problema de lo ex-terior y lo interior al individuo. Esta separacin, nos dir, no tiene nada que ver conla separacin que marca nuestra piel como cubierta de nuestra individualidad:

si dibujamos uno de los animales ms evolucionados, por ejemplo un caballo, vemosante nosotros la figura claramente delimitada de su estructura, envuelta por la piel quelo recubre y que marca la frontera entre el interior y el exterior... Sin embargo, cuandoconsideramos la forma viviente no como un bloque que se erige en el espacio sino(63) Vide supra, nota 9.(64) VOEGELIN: Race and State, pg. 106n.(65) Ibid. pg. 29.

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LA TEORA POLTICADKERIC VOEGEL1Ncomounnico desarrollo desdesusorgenes embrionariosa lamadurezy elcrecimien-to completo,esedibujo anteriorseoscurece.Yelloesdebidoa que eldesarrollodel or-ganismoes unainteraccin constante entreelinteriory elexterior,unprocesoen el queel exterior siempreesasimilado dentrodelinteriory elinteriora su vez esexcretadocomo exterior66).

Su puntomselevadoeneste textoesaquelen el queVoegclin niegaal indivi-duosu existencia comotalunidad:el individuo...no es lo que se suponeque es,esto es, una entidad indivisible... el individuo no es una unidad de vida 67).Otro rasgodeesta obra,que va apersistiren sumanerade trabajar durante todasu vida, serel cuidadoy la meticulosidadcon quetratalostemas.Con unabuenadosisdepaciencia, Vbegelinsededicaarecogerlosargume ntos principalesde las fi-gurasmsrelevantesde la teorade la raza, profundizando en sus argumentosconun respeto cientficoy uncuidadoqueluego veremo syasiempreentodossusescri-tos.Suscitassoncuidadosasyveraces, hastaelpuntodepermitirse hacer condensa-cionesdetextosdeotros medianteunesfuerzodesntesis singularmente preciso.Por ltimo cabe decirque su estudio cientficode undato comolarazay de lateorade la raza como construccin, acaba desembocandoen unareflexinms ge-neral sobrela relacin entre estas ideas centrales. Voegelin encuentraque la separa-cin entre somaypneuma,o lo que es lomismo entre cuerpoyalma,secorrespondeconladistincin entre razayente poltico.Ytambinsedistingueeneste caso comoen tantos otrospor su incmoda sutileza,lo quehacea veces difcil seguirleen susreflexiones. Voegelin trabajar al finalde su librocon tres conceptos,elcuerpo,elalma y la materia.

LA HISTORIA COMO PERTURBACIN DELORDENCuantoms seprofundiza en losescritosdeVoegelin,ms secompruebasu de-dicacinal estudio.l nosrecuerdamuyorgulloso cm oun joven funcionariode laGestapo, encargadoderevisarlosdom iciliosdeprofesoreseintelectuales,sequed

extraadoal inspeccionarsucasaenVienade lacantidaddelibrosyescritosque losVoegelin almacenaban. Para aquel joven nazilmismo,un licenciado un iversita-rio era laprimera casade unprofesorquetenaelaspectode tal.Apartede lo queeste incidentenospuede informarde laculturade lapoca, expresadepartede Voe-gelinel orgulloporhaber llevado siempreunavida dedicadaal saber. Movidoporeste inconformismo con susconocimientosy en lneacon esa opinin tan suyadequelacienciaesfundamentalmente/i/os mas queso/Ja,Voegelinsemantuvo siem-pre inquieto acercade los conceptos bsicosy las actitudes existenciales sobrelascuales organizaba su vida profesional.(66) Ibid..pg. 40.(67) Ibid.pg. 42.

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JAVIER ROIZPara mi gusto el primer atractivo de su revisin de la historia es su radicalidad.Voegelin entiende la historia desde la vida poltica. No de la historia como un pro-

ducto, como algo que siempre ha estado ah, sino como un trabajo humano que sur-ge en condiciones especiales. Por otra parte, y sta es una buena aportacin, al igualque Leo Strauss l diferencia muy bien entre historia e historicismo.Su primer paso para aclarar el terreno es comprender que la historia surge comoresultado de una perturbacin del orden, causada por el surgimiento y expansindel imperio (68). La aparicin de esta actividad es una respuesta al encuentro conel imperio (69) [aqu recuerda en su argumento a otro de los grandes pensadoresdel siglo veinte, para quien la democracia se descubre ante una situacin de tira-na (70)].Lo s hindes, no s recuerda V oegelin, nunca respondieron con historiogra-fa a ninguna perturbacin del orden (7 1).Nuestro filsofo apunta al conflicto entre la percepcin metafsica de la Greciaclsica, en la que se ac enta la im portanc ia del ser eterno que se halla fuera de la di-mensin temporal de la vida (Parmnides y Aristteles son sus dos ejemplos egre-gios),y el mundo m oderno . En la mod ernidad todo se dirige en sentido opuesto, altransferirse la importancia de la existencia (72) al hecho de que exprese la realiza-cin del ser eterno en el tiempo ( 73). Estas dos dimensiones son susceptibles de di-ferentes acentuaciones que vendrn a producir distintos tipos de filosofar (74).Parmnides refleja una comprensin ms honda de la vida al distinguir entre el ver-dadero ser y ladoxau opinin cargada de fama (7 5). Los adictos al tiempo, comoles llama Voegelin, de la modernidad se quejan de que la Escolstica medieval como antes hiciera el aristotelismo acenten la jerarqua del ser (76) y conci-ban la trascendencia como una extrapolacin de esa jerarqua en el ms all. Suabandon o de las imp licacione s del ser en el tiempo hace que el existencialismo enfa-

(68) Ewc VOEGELIN: What is History, enWhat is History and Other Late Unpublished Writings,1963, pg. 17.(69) Ibidem. Se refiere a la cada de H elias, Jerusaln y los principados ch inos ante el avance delimperio macednico, la expansin de Babilonia y el imperio de las dinastas Ch'in y Han.(70) SHELDON WOLIN: Democracy, Difference, and Re-cogniction, Political Theory, vol. 21,nm. 31, agosto 1993, pg. 476.(71) VOEGELIN: What is History, pg. 18.(72) VOEGELIN considera que el trmino existencial registra un aspecto no cognitivo del conceptode episteme, ya que episteme n o es slo una funcin de la compresin hum ana sino tambin de una aretedianotica, esto es de una virtud que afecta hondamente al proceso de pensamiento. Algo muy similar,aduce, a lo que expresa Jacque s Maritain en su Court traite de l'existence.Ante las objeciones que le opo-ne LEO STRAUSSa cmo usa este trmino,VOEGELINadm ite que no encuentra otro mejor para expresarlo que quiere, aunque e st abierto a una reforma en su terminologa. Carta aLEO STRAUSSde 2 de enerode 1950.Faith and Political Ph ilosophy,pg. 64. Ver tambin Carta deLEO STRAUSSaERIC VOEGELINd e17 de diciembre de 1949. Ibid. pg. 63.(73) VOEGELIN: What is History, pg. 7.(74) Ibidem.(75) Ibidem.(76) Ibidem.

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LA TEORA POLTICA EERIC VOEGELIN

tice precisamenteeseseren eltiempocon consecuencias ciertamente desagrada-bles.En realidad Voegelin est denunciando errores producidospor la proclamacindeuna deestasdosdimensiones comolaverdaderamente relevante,quizpor la in-capacidad para aguantar una realidad ms incmoda.Las ciencias m odernas piensanquecubrencon susmtodosy susobjetivos todoel campodel saberyolvidanun principio bsicode la epistemologaque nosdiceque toda la cienciaes un edificio erigido sobreel conocimiento precientficodelhombre 77). Eseterrenodelsentido comnen el que sedesenvuelve nuestra vidacotidiana siempre estah nutriendo nuestro pensamiento ms elevado. Quizseapo reso que la palabra historia se nospresentecon un doble significado:el deres

gestae,por unalado,ocomoelcursode losacontecimientos dados juntocon su na-rracin,porotro.Lodadoy lonarradoseentrecruzan tiendo nu estros sentimientos.Voegelin recurrea los conceptos kantianosdephenomena y noumena paraex-plicarque en lo quellamamos historia encontramos una superficie fenomnicaquepuede explorarse medianteuna ciencia objetivadora, perola empresade la cienciatiene sentido sloen lamedidaen que loshechos afirmadosoverificados puedenserrelacionados con la profundidad noumnica del encuentro 78). En definitiva loque podemos captarde losacontecimientosesaquelloque se nos dapreconstituidopor una definicin dadadeantemanoen laconstitucindeesos hechos 79).Es evidenteque,mediante estos pasosdeaproximacin, Voegelinse vaaproxi-mandoaalgo radicalen sucomprensin.Setratade laraz picade lavida, algoqueimplicaque loshechosqueestudia lahistoriason hechos transcurridosy contadospara nosotros mismos. Este planteamiento hacequeirrumpaen suconsideracindela historialapropia valoracinque elhombrey losgrupos hum anoshan dehacerdes mismosdecaraa la trascendencia. Voegelin cree imprescindible, paranoperder-se ,nocensurarla dimensin eternay a la veztranscurridade lavidaquerecogelahistoria, siempre contadapornosotrosypara nosotros.Apartirdeaqususpasosdereflexin son ya muy claros. Vemoslos con cuidado:(i) Laprimera experienciadelcosmoshasido perturbadapor unaexperienciadetrascendencia.Hay quereelaborar los smbolos csmicos hasta convertirlesen otrosnuevosquecontemplenlarecientemente descubierta estructurade larealidad 80).(ii) Laexperienciade latrascendenciaes unmovimientodelalmaqueculminaconelenfrentamientodediosy elhombre caraacara com osifuerandospersonas.(iii) Este mov imientodecontraccinde la realidad divina,que ahora quedaasignadaalinteriordealmay alms alldelalma, implicaunaverdadera des-divinizacindelcosmos 81). Uncosmosquehasta entonces haba estado llenode

(77)(78)(79)(80)(81)

Ibid.pg.Ibid..pg.Ibidem.Ibid. pg.Ibidem.

8.12.21 .

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JAVIER ROIZ

dioses.Elcosmossemetamorfoseaen unmundode carcter inmanentey ladivini-dad se sublima en una dimensin trascendente.(iv) Laextraccinde lodivinodelcosmos,susublimacinyubicacinenotradimensin ms-all, requiere nuevos simbolosquepermitan expresarlapresenciadelodivino com olocreativoquesustentaelmundoycomolafuerzaqueanimalosseresqueencierra.Por esoPlatn cre eltrmino methexis,lo que en elmundome-dievalseconv irtien laparticipatio delmundo.Elmundoencuantotal y elhombrecomo parte del mismo participan del ser trascendente.( v) Elhombre resultantedeesta experienciade trascendenciaseconvierteenel modelodeorden paraelhombrey parala sociedad.Elproblema radicaen que,paraque elhombreseadicho m odelo,lmismo debe hab er sido productode su pro-pia ordenacin internapordios.De ah que elhombresea unarealidad teomrfica.Deduccin a la que ya haba llegado Platn,(vi) Larealizacinde laverdaden lahistoriaseconvierteenparte fundamen-ta lde esaex perienciadetrascendenc ia.Lahistoriaseconvierte,enpalabrasde Voe-gelin, en uno de los smbolos de trascendencia 82).(vii) Laguerra entre sofistasy filsofosnodejade ser unapeleaen elsenodela misma familia,en la que ambos bandos coincidenenhaberse salidode lavisincosmolgica del mundo.Con todo esto Voegelinvetambinlaposibilidadefilodoxia,porusareltrminode Platn, visiones diferentesdeacuerdocon losdistintos deseosypulsionesque pre-

dominen.Unpeligro dentrodeesta situacines latendencia gnsticaaesperarel findel mundoqueextirpe definitivame nteel mal, ya que confrecuencialaspersonasde-jan deesforzarse por hallar el orden permanente del hombre en sociedad 83).LEO STRAUSSY ERIC VOEGELIN

Recientemente hemos tenido accesoa la correspondencia entre estosdosgran-des pensadores 84). Para aquellos familiarizados con su obra, era evidentequeexistan coincidencias.Por un lado estabaeldisgustode ambos hacialatrivializa-cinde lademocracia liberal,quepocoapoco habaidovaciandoelconocimientotransmitidoen lasuniversidades. Sabidoes queStraussera muycrticode laevolu-cinde laciencia poltica norteamerican acon suprofusindemtodosytcnicasdemediciny explicacin. Siempre tuvo paras que los dosgrandes malesdelsaberoccidentalen elsiglo veinte eranelpositivismoy elhistoricismo.Por suparteVoe-gelinviodesde jovenque ungranmal delsiglo hab a sidoeltriunfodelinmanentis-moy del trascendentalismo. Despus Voegelin despotric abundantemente,y eneste punto nuncaseretract,de la desgraciada enseanza universitaria alemanaque

(82) Ibid. pg. 23.(83) Ibid. pg. 31.(84) Vide supra nota 2.58


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l atr ibuaen su origena las reformas deW i lhelmvon H u m b o l dt 85). Una in iciat i -va poltica inspirada en una teor a narcis is ta de la educac in (Bildung) 86) deefectos ruinosos.Son muchos los pun tosen los que podemos encon t ra r semejanzas o af in idadesen ambos maestrosy algunasde ellasse manifes tarn con m o t iv ode una ancdo ta :la visitade Kar l Poppera laU n iver sidaddeC h ic a g ocon la in tencin aparentealm e n o sas losospechaLeo S t r aussde buscarun pues to permanen te en t r esu pro-fesorado. Alarmado e indignado, Strauss se confa a su corresponsal Voegcl in entono dol ido:

Quisiera pedirlequecuando puedamehaga saberlo queusted piensadel Sr. Pop-per.Dio una conferencia aqu sobrelatareade la filosofa socialque nomerecasi-quieraeldesprecio:elpositivismoms inerte,ms aguado, intentando sacar pecho,unidoa unacompleta incapacidad para pensar racionalmente,auncuandosehicierapasara s mismo como racionalismo.Fue muy mala.Noconciboque tal hombrepueda llegaraescribir algoque seadignodeleer,y aun as hoypareceundeber profe-sional conocersuspublicaciones.Mepodra decirUd.algoal respectosi lodesea,lo guardar para m 87).

La respuestaes inmediata .Por su tono d irectoy sina m b a g e s ,sec o m p r e n d equeVoegelin manifiesta opiniones bien asentadasy que sin duda v ienende muy atrs .En pocas palabras , su opin in de Popperes muy du ra ,ya que le considera un su-plantadorque ha hecho mucho daoa la f i losof a pol t ica contempornea. Llamalaatencinel tono moralen el que ambos amigos in te rcambian sus opin iones sobreelfilsofo austraco. No hay que o lv idar que ambos co r responsa les son emig ran tesa lemanes en Amr icaque han h e c h o su car rera univers i tar ia en a lemn , aunque seescr iben en ingls :

Este Popperha sido durante aosno exactamenteuna piedracon la que uno setropieza, sinounachina molestaquetengo continuamentequeapartardelcamino de-bidoa que) lagenteme loecha encimaa todas horas insistiendoen que sutrabajoso-bre la sociedad abiertay sus enemigoses una de las obras maestrasde nuestrostiempos. Esta insistenciamepersuadideleereltrabajoauncuandoyo deotro modonolohabra ledo nunca...me harobado varios horasde mivida...Ellibroesimpdi-co, mierda diletante. Cada frase es un escndalo 88).

(85) The Germn Univcrsity and Germn Society Published Essays, 1966-1985, 1966,pgs. 18-28.(86) Ibid..pg. 18.(87) Cartade LnoSTRAUSSaERIC VOEGELINde 10 deabrilde 1950.FaithandPoHtical Philosophy,pgs. 66-67.En la copiosa correspondencia mantenida por STRAUSSy VOEGELIN entre 1934 y 1964,STRAUSS escriba siemprea mano,lo quehacaque sucorresponsal lem alinterpretase ySTRAUSSlerectificase avecesen cosas importantes, mientrasque VOEGELIN lohacaam quinay conpequeoscambiosa mano.Ver PETER EMBPRLEY y BARRY COOPER: Introduction, Faith and Poltica Philo-sophy, pg. xxv.(88) Carta de Vononi.iN a STRAUSS de 18 de abril de 1950.Ibid. pg. 67.59


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JAVIER ROIZVisiblemente indignado, Voegelin explaya sus reparos con sinceridad:

Las expresiones sociedad cerradaysociedad abierta estn tomadasde lasDeuxSourcesdeBergson 89) sinexplicarlasdificultadesqueindujeron aBergsonacrearesos conceptos. Popper toma esos trminos porquelesuenan bien; comentadepasadaqueenBergson tienenunsignificado religioso, peroque l usa elconceptodesocie-dad abiertaen unsentidomsprximoa la gran sociedaddeGraham Wallaso deWalter Lippmann. Quizyo seaexcesivamente sensible ante estas cosas, peronocreoque filsofos respetables como Bergson desarrollensusconceptoscon elsolo propsitodequegentuzadecaf tenga algocon lo quechapucear...Si lateoradeBergson sobrela sociedad abiertaeshistricay filosficamente mantenible, la ideade la sociedadabiertadePopperesbasura ideolgica... C uandouno lee lasdeliberacionesdePoppersobre PlatnoHegel,setienelaimpresinde quePoppernoconoceeltema... Popperestan inculto filosficam ente,tanllenodegritero ideolgico,que no escapazdereprodu-cirnisiquiera aproximadam enteloscontenidosde unasola p ginadePlatn.No leinte-resa leer, carece demasiadode conocimientos para entenderlo que el autor dice.Asemergen cosas terribles, como cuando traduceelGermanic worlddeHegelporGer-mn w orldy extrae conclusionesdeesta traduccin errnea acercade lapropagandanacionalista alem anadeHegel...APopperno leinteresaelanlisis textual desdeel quepueda verselaintencindelautor,en sulugarelaplica clichs m odernos directamenteal texto, dandoporsupuestoque eltextonosdevolver resultadosen elsentidode losclichs... como cuandonosdicequePlatn experimentunaevolucin desdeunprimerperodo humanitario, todava reconocibleen elGorgias,aotronorecuerdo biensireaccionario o autoritario en la Repblica 90).

Entendiendo, por lo que le dice Strauss, que Popper busca quedarse como profe-sor en la Universidad de Chicago, Voegelin resume con franqueza su opinin sobre elpersonaje. Por su tono da la impresin de estar haciendo unaunsolicited evaluationuna evaluacin profesional sobre la candidatura de Popper no pedida explcitamente:En resumenybrevemente:ellibrodePopperes unescndalosincircunstanciasatenuantes;por suactitud intelectuales elproducto tpicode unintelectual fracasado ;espiritualmente,unotendraqueusar expresiones como granuja, impertinente, burdo;en trminosdecompetencia profesional como trabajoenhistoriadelpensamiento,di-ramos que es diletante y consecuentemente sin valor alguno 91).

Consciente de que su juicio puede ser til a Strauss, Voegelin pide discrecin enel uso de su carta y deja abierta la puerta a que sea utilizada como una evaluacinacadmica sincera y hecha en conciencia:No sera adecuado mostrar esta cartaapersonassincualificacin... sinembargo)paramseraunaviolacindeldeber profesional a que Ud. serefera en sucarta),apoyar este escndalo con el silencio 92).

(89) Se refiere a HENRI BERGSON: Les deux sources de la morale et de la religin.(90) Ibid pgs. 67-68.(91) Ibid. pgs. 68-69.(92) Ibid. pg. 69.

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JAVIER ROIZMAGIA APOCALPTICA: HEGEL UN CASO DE BRUJERA

Voegelin ve un cambio drstico en el paso del mundo cosmolgico, en el quehombres y dioses viven mezclados en un mismo y nicoeo no m bito eterno, a otroen el que no hay divinidad. Y si fue as es debido a que tuvo lugar la experiencia delencuentro con la trascendencia. Esto implicaba el surgimiento del ms all y el delinterior del alma. Todo traera consigo el intento de romper as mismo con la circu-lariedad del tiempo o, en palabras d e M ircea Eliade; lastatisation du devenir.Desdeentonces se sucedern los intento s de apocalipsis jud os en los que el tiemp o se tornaunidireccion al. El ms relevante resulta ser, para l, el de Daniel, con su simbolismode los cuatro imperios que se alzan y caen para dejar paso al esperado reino de diosllamado a llenar el mundo. Una visin apocalptica que inspirar la filosofa de lahistoria en Europa durante muchos siglos y que todava ser la de Jacques Bossueten 1683 (99).La aparicin de todas estas interpretaciones apocalpticas de la vida se remontana los intentos gnsticos. Desde los primeros siglos cristianos se detectan intentos delimpiar el mundo definitivamente de maldad, bien afrontando nuestra humanidadsatnica (100) por usar las palabras de William B lake bien transformando lahistoria pragmtica en un drama apocalptico (101). Las sectas gnsticas se dejanllevar de tal manera por su ansia de redencin de todos los males del mundo, que de-sactivan el coraje cvico y hacen qu e la gente se olvide de trabajar por aportar un or-den social (102).El mundo moderno ha insistido en esta prctica gnstica sin reconocerlo y as elinmanentismo de John M ilton se co nvierte en el inmanentismo apocalptico de He-gel, Comte y Marx (10 3), ahora proyectado violentamente hacia el futuro.Voegelin llega a la conclusin de que eso mism o se est an produciendo y nosavisa de que esa bsqueda incesante de apocalipsis del m undo m oderno, tan caracte-rstica, ha penetrado mucho ms en la lengua alemana que en la inglesa, en ciertomodo protegida por una tradicin saludable decommon lawy sentido com n popu-lar (104). El adjetivo alem nbisherige concen trara todas esas visiones de la historiay del orden social para las cuales lo sucedido en el pasado se presenta como si hu-biera sido un sueo. Un mal sueo del que ahora vamos a despertar en la jergagnstico-moderna,superar emergiendo a la verdadera realidad. Este adjetivo tan

(99) ERIC VOEGELIN: Configurations of History (1968), en Published Essays 1966-1985,pg. 102.(100) ERIC VOEGELIN: On Henry James' Tum of the Screw, Published Essays 1966-1985,1971,pg. 157.(101) ERIC VOEGELIN: On Hegel: A Study in Sorcery, Published Essays 1966-1985, 1971,pg. 239.(102) VOEGELIN: What is History?, pg. 31.(103) VOEGELIN: On Henry James' Turn of the Screw, pg. 156.(104) VOEGELIN: On Hegel: A Study in Sorcery, 1971, pg. 239.

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LA TEOR A POLTICA DE ERIC VOEGEL INhegeliano se cuela como un emblema en la primera frase delManifiesto Comunis-ta (105).

El resultado poltico de todas estas m anipulaciones es que el estudioso del pasa-do se transforma en el gua de la humanidad. Naturalmente, tras haberse cargadobien de omnipotencia:Entre los apocalipsis modernos habrn de ser especialmente reconocidos los deciertas filosofas de la historia que logran una transfiguracin de la sociedad sin nece-sidad de intervencin divina y solamente con la accin revolucionaria del hombre (106).

En realidad, la soberbia moderna, las soluciones finales, el cientificismo estrilde las ciencias sociales y el mismo concepto romntico de final de la historia, sonmanifestaciones vulgares de lo anterior. Realmente, concluye Vbegelin, la locura esun exceso de soberbia (107).Raro es el pensador alemn que en un mom ento de su vida no se las haya tenidoque ver con la figura de Hegel. Vbegelin no resulta una excepcin en este sentido.En 1971, ya cumplidos los setenta ao s, un Vbegelin senecto dedica tiemp o a redac-tar un trabajo muy profundo sobre Hegel. Demuestra, como siempre, que slo seatreve a tratar de los temas cuando los ha estudiado concienzudamente.Entiende a Hegel como un gran pensador que se ha atrevido a hacer el diagnsti-co de su poca y, yendo todava ms lejos, ha procurad o en contrar una solucin defi-nitiva a sus males. Die Langeweile der Welt, el aburrimiento del mundo lo quehoy diramos depresin, es la metfora que utiliza Hegel para referirse al estadoespiritual de una sociedad para quien los dioses han muerto. La frase de Hegel apa-rece en un texto de 1804-6 Fortsetzung des Systems der Sittlichkeit escritomientras el maestro se hallaba trabajando en su P hnomenologie.Se trata de un ma-nuscrito hoy perdido y del que se conservan fragmentos. Hegel considera que estesndrome se ha dado dos veces en la historia occ idental, la primera vez como conse-cuencia de la expansin imperial de Roma y la segunda, ya en la modernidad, comoconsecuencia de la Reforma.Hegel intenta, por tanto, convertirse en un terapeuta espiritual de los males deuna poca inmensa y busca mediante su filosofa que la humanidad se recupere deesos tropiezos. Como filsofo en el sentido clsico que era, saba que no poda diag-nosticar su tiempo y aventurar soluciones sin antes exim irse l mismo de esa dolen-cia humana (108). El mdico que ha de curar un mal de poca debe primero curarsea s mismo. Slo cuando su diagnosis le haya permitido dar este primer paso, podr

(105) Die Gesichte aller bisherigen Ge sellschaft isl die Geschichle von Klassenk mpfen .VOhGELiN recalca que la expresin no tiene parangn en ingls. VOF.GELIN: On Hegel: A Study in Sor-cery, pg. 239.(106) VOEGF.LIN: Anxiety and Reason, pg. 66.(107) ERIC VOF.CF.LIN: Hixlory ofPolitical Ideas, volume Vil. The New O rder and Last Orientation,eds. JRGEN GEBHARDTy THOMAS HOLLWF.CK,vol. 25 de The Collecled Works ofEric Voegelin,Univer-sity of Missouri Press, Columbia, 1999, pg. 64.(108) VOEGELIN: On Hegel: A Study in Sorcery, pg. 215.63


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JAVIER ROIZ

despus llegara sereficazen la reconciliaciny en larestauracindelorden exis-tencial de sus contemporneos (109).A Vbegelinleinquieta esta maneradefilosofaren la que eltrabajodelfilsofoseintegraa smismoconpleno sentidoen elprocesode lahistoria (110).Elfilsofoque logre poseer este conocimiento fundamental lograr conjurar losmalignosre-sultadosdevarios milesdeaosdesu frimientoy deconflictosque hanregidoel mun-do (111).La fenomenologa hegelianase despliega comoun juego imaginativoquepretende conjurar poderes impresionantesyacaba convirtindosesinembargoen ungrimoireoconjuntodemuec as patticas expresivasde unaverdadera megalomana:

Filosofaseconvierteen elgrimoiredelmagoqu

teoría política de eric voegelin

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