unc editorial gaceta deodoro 30

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  • 8/19/2019 Unc Editorial Gaceta Deodoro 30

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    Entrevista a Francisco Tamarit, rector electo de la UNC

    Informe Justicia legítima: ¿en qué consiste

    la democratización?

    El Papa argentino, cuerpo y populismoLa música popular que se viene: discos recomendados

       R  e  v   i  s   t  a    d  e

        l  a   U  n   i  v  e  r  s   i    d  a

        d   N  a  c   i  o  n

      a    l    d  e   C   ó  r

        d  o

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        |   A  r  g  e  n   t   i  n  a

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        |   I   S   S   N  :   1   8   5   3  -   2   3   4   9

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    Universidad Nacional de Córdoba

    Rectora: Dra. Carolina ScottoVicerrectora: Dra. Hebe GoldenherschSecretario General: Mgtr. Jhon BorettoDirector Editorial UNC: Carlos LonghiniSecretaria de Extensión: Mgtr. María InésPeraltaSubsecretaria de Cu ltura: Mgtr. Mirta BonninProsecretaria de Comunicación Institucional:Lic. María José Quiroga

    Tapa: Germán Wendel. Cuando los hijos buenos hacen cosas malas.Acrílico s/madera, 2011

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    Director: Franco Rizzi

    Secretario de redacción: Mariano Barbieri

    Consejo Editorial:Natalia Arriola, María Cargnelutti, Andrés Cocca,Liliana Córdoba, Agustín Massanet, Gonzalo Puig,Juan Cruz Taborda Varela, Guillermo Vazquez.

    Corrección: Raúl Allende

    Administración: Matías Lapezzata

    Diseño: Lorena Díaz

    Revista mensual editada por la Editorial de laUniversidad Nacional de Córdoba

    ISSN: 1853-2349

    Editorial de la UNC. Pabellón Argentina

    Haya de la Torre s/n, Ciudad Universitaria.

    (351) 4629526 | Córdoba | CP X5000GYA

    [email protected]

    [email protected]

    Deodoro, gaceta de crítica y cultura  no se hace res-

    ponsable de las opiniones y artículos aquí publicados.

    Los textos son responsabilidad de quien los firma.

    Impreso en Comercio y Justicia Editores

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    El primero de una larga serieGuillermo Vazquez

    El papa argentino: cuerpo y populismo | DebateGabriel Giorgi y Juan Marco Vaggione

    Habemus Papam | PortulanoLuis Rodeiro

    “No se puede hablar del proteccionismo sin hablarde política” | DebateMariano Barsotti

    Ellas y él | La neurona atentaLiliana Arraya

    Abrir la boca (el hombre que ha callado recuerda) | LibrosDiego Vigna

    Magos y caballos | Baldosa floja

    María Teresa Andruetto

    Justicia legítima | InformeGustavo Cosacov

    “La universidad da una disputa cultural en todossus frentes” | Entrevista a Francisco TamaritMariano Barbieri

    Al cine en pijama | Cine e historiaStella Navarro Cima

    La Biblia y el noticiero | Elogio de la sombraCésar Barraco

    La música popular que se viene | MúsicaMarcelo Rivero

    María Elena y los animales | PentatramasMariano Medina

    En boca de otros | CineMatías Lapezzata

    Astronomía | TeoremasSergio Dain

    Memoria de la melancolía | PersonajeSusana Oviedo

    La cultura y las letras | Literatura del presenteSilvio Mattoni

    “Entre frutas y verduras, un lugar para la lectura” | Sin cartelGabriela Borioli

    Las obras en este número pertenecen a Germán Wendel(Córdoba, 1968).

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    El primerode una larga serie

    Guillermo Vazquez

    Se recordará a Hugo Chávez como el primer presi-dente elegido por el voto popular que marcó unatransición ideológica en Latinoamérica desde los añosnoventa al nuevo siglo. Plantó banderas y discusionesque promovieron reormas centrales de nuestro presen-

    te –y que, en muchos casos, trascienden el signo ideo-lógico de los gobiernos de l a región, y son indiscutiblesde Correa y Mujica a Santos y Piñera; de los países delALBA a los de la “Alianza del Pacífico”. En la cúspide,quizás, la ardua tarea de realizar la aspiración de unaunidad latinoamericana, sobre la base de la solidaridadentre sus pueblos y gobiernos, para conormar un ejecontinental más homogéneo, sólido y propositivo en elorden político-económico mundial.

    Cuenta Ricardo Obregón Cano que la clave de su victo-ria sobre Víctor Martínez en el primer debate televisadoen la provincia entre candidatos a gobernador, ue quemientras Martínez hablaba de los dilemas puntuales deCórdoba como si uera la única región en el mundo,Obregón hacía ver que todos los desaíos a encarar, lasreormas a realizar y las dificultades a revertir, ormabanparte de una agenda de problemas del país, de la región,

    del mundo. Abstraerse de ellos no era solamente errarun diagnóstico, sino además un modo de hacer políticaque encorsetaba las discusiones en límites que la épocano permitía mantener. Así sucedía con el presidente

     venezolano. Su legado comprende variadas instancias –qué tema no abordó, qué discusión no abrió−, pero hayuna que queremos destacar aquí, y que es de las mássignificativas de la época: el vínculo entre memoria ypolítica. Al hablar, Chávez arrancaba en el siglo XIX,pero cuando parecía echar raíces ahí, podía ir más atrásy llegar a la resistencia indígena a las colonias españolas;o transitar todo el siglo XX, cambiar de geograía, traera colación a Chomsky o a Mao, a Lázaro Cárdenas o alas Madres de Plaza de Mayo. Así, Bolívar y Marx entra-ban en un diálogo –soñado en algunos textos claves de

    José Aricó− donde no resultaban incompatibles. odoera parte de una pasión y una gran idea de la política:que no arrancamos nunca de cero, y que lo que hacemoses sobre los dolores que nos quedan y una hermandaden torno a la emancipación con quienes la instaron.

    Chávez era de una estirpe de políticos que amaba lasrases subordinadas. Con eso, sin perder un ápice de suenorme vocación pedagógica, se rebelaba ante una de lasmayores colonizaciones de nuestra época massmediáti-ca: la rivolidad de un extendido marketing político y suamalgama de rases hechas, consignas breves e insulsas,políticamente correctas hasta la médula. uvo una inso-lencia (gestual, discursiva, política) única, muchas vecesdiscutible y actible de enocadas críticas, pero siempreagudísima y undamentada. Esa insolencia, generó laidea de que podían decirse y realizarse grandes aspira-ciones populares, que pocos años atrás ni figuraban enla mayor parte de la dirigencia política de nuestras lati-tudes –ya el status quo deensor del modelo económiconeoliberal, pero también un progresismo meramente“posibilista” que había comprado demasiado prontolas ideas ukuyamistas. Podía poner incómodo y lograr

    sacar de las casillas a un imperturbable rey de España, opararse en la ONU y reerirse al presidente de la mayorpotencia económica y militar mundial como “el diablo”.Igualmente lo conmovía la esperanza de cambio en unpresidente negro en quien veía la posibilidad de tran-sitar a la par ese ideal de luchas emancipatorias deci-monónicas y más allá; por eso, en el gesto del regalo aObama de un libro de Galeano –libro éste, junto conotros de Paulo Freire y algunos más, que conorma elgrado cero de una pedagogía militante latinoameri-canista que Chávez recorría siempre− se muestra másclaramente este arquetipo propio de nuestro momentopolítico latinoamericano: la denuncia de la persistenciadel pasado en el presente, contra la insistencia –intere-sada o cínica− en mantener la olla tapada. ■

     G .M o s  c  oni    . D i    s   f  r  az  .Hi    er r  o

      y  c h  a  p a b  a

     t  i    d  a c  onm e c  ani   z  a d  o ,2  0 0 7 

     G .W en d  el    .L   am añ  an a d  e  s   p u e  s  d  e l    a

    i   n un d  a c i    ó n .A  c r í   l   i    c  o s /  m a d  er  a ,2  01 1 

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    reproductivista que los diversos populis-mos de izquierda y derecha (incluyendodesde luego, a sectores mayoritarios delperonismo) habían inventado. El pueblode Eva, el pueblo al que Eva vuelve, estáhecho de los marginados, los ilegales, losclandestinos, de aquellos que testean loslímites de una vida burguesa normali-zada; el hambre de ese pueblo no es sólode pan sino de intensidad y de placer ; suscuerpos no son solamente los de varonesy mujeres prolijamente dierenciados yapareados en santo matrimonio, sino losde un exceso que no se deja capturar en

    las normas de género ni en la sexualidadreproductiva. Es el pueblo de las trabas ylos chongos, de los putos y las tortas, delas madres solteras y de las mujeres queabortan. De esa materialidad está hecho,como lo marcó Perlongher el pueblo ilu-minado por el retorno de Eva. La “religiónperonista”, la de esa Eva mesiánica que re-torna y promete seguir retornando, seráuna religión para esos cuerpos.

    En los últimos días hemos visto unareedición, bajo un signo opuesto, de estosanudamientos entre religiosidad, sexua-lidad y “pueblo”. La elección del nuevopapa, que muchos se apresuraron en ca-

    El papa argentino:cuerpo y populismo

    Gabriel Giorgi y Juan Marco Vaggione

    La presencia política de lo religioso sobre los cuerpos; la limpieza de la figura de Bergoglio para convertirloen Francisco; la eventual influencia electoral de la figura del papa; el retroceso en los procesos de luchas entorno a la diversidad sexual y las políticas de género; la legitimación de los gobiernos a través de lo reli-gioso: estos y otros temas que salen a flote en el nuevo tablero constituido con la elección del excardenalargentino como máxima autoridad de la Iglesia católica. 

    1. Cuando hacia 1975 Néstor Perlongherescribía Evita vive, texto que generó suce-sivas escenas de censura y escándalo, es-taba llevando adelante un gesto que resul-taría clave para la cultura argentina de lasdécadas siguientes: el de registrar una pul-sión religiosa que atraviesa al peronismopara proyectarla sobre un pueblo clandes-tino y experimentador. El texto, como serecordará, narra el retorno de Eva desdeel cielo, cumpliendo su promesa multi-tudinaria. El pueblo al que Evita vuelveno es, sin embargo, el de la imaginaciónidílica de muchos populismos, sino un

    pueblo hecho de travestis, chongos, decuerpos que exploran las posibilidadesdel placer; Evita vuelve allí como santa delplacer, como ángel justiciero de los cuer-pos. El texto de Perlongher dio en la clavede algo que el peronismo mismo habíadespertado y que se desplegará en lasdécadas siguientes como cultura y comopolítica1: el hecho de que el “pueblo” nocoincide –nunca lo hizo– con el puebloidealizado, normalizado, amiliarista y

    1 Pensamos, por caso, en una agrupación como PutosPeronistas, que nace al calor del kirchnerismo y quepolitiza esa imagen sexual y genéricamente diversade lo popular que se había forjado desde la cultura.

    racterizar como “argentino y peronista”y cuya imagen se asocia de modos cada

     vez mas enáticos con la lucha contra lainjusticia social, parece haber movilizado,en la euoria de los días posteriores a sunombramiento, sentidos diametralmenteopuestos en torno a lo popular y a losmodos de su politización, activando otroscruces entre cultura, política y “pueblo”.Incluso desde algunos sectores progresis-tas se intenta una deensa, o al menos unaexpectativa avorable, respecto de estepapa con trayectoria de luchas contra lapobreza, con proximidad a sectores mar-

    ginados, y que dio batalla contra el trabajoesclavo. Un “cura villero” arriesgaron losmás osados. Sin embargo, en vista de laactuación de Bergoglio ante el matrimo-nio igualitario, el aborto y la educaciónsexual en las escuelas, cabe preguntarsepor las inflexiones que se juegan en tornoa la pobreza y a lo popular en su encru-cijada con la religión –sobre todo si setiene en cuenta el linaje peronista que sele invoca al nuevo papa. Quizá la batallacultural que parece asomarse en torno ala figura de Bergoglio/Francisco pase engran medida por los modos en que se ha-cen visibles, se piensan y se politizan loscuerpos de la pobreza.

    2. Francisco Vive. ¿Por qué tanta impor-tancia a un nuevo papa? ¿Qué nos dice denuestros racasos que líderes, intelectua-les y ciudadanos estemos discutiendo so-bre Francisco I, e incluso, distintos secto-res celebrando entusiasmados su llegada?Una celebración que poco tiene que vercon una fiesta religiosa sino que más bienparece la elección de nuevo líder políticoque viene a reparar(nos), a devolver(nos)unidad y conrontar la pobreza. Semeja,por momentos, una fiesta nacional quepotencia la construcción de una nacióncatólica que tanto cuesta desmontar,como si se reactivara desde allí una ver-sión de lo popular que décadas recientesde luchas en torno a la diversidad sexualy a políticas de género habían comple-

     jizado. La política que supimos conseguirse inunda, rápidamente, de alabanzas, debanderas blancas y amarillas, de recono-cimiento público ante un papa macional.Frente al papa vernáculo, gobernantesy políticos perorman una religiosidadsorprendente. Y en ello se juegan no sola-mente un chauvinismo craso, sino repre-sentaciones de lo popular y de lo nacional. Si Evita era el cuerpo deseado y deseantedesde las márgenes, desde la pobreza, des-de las sexualidades disidentes, Franciscose vuelve cuerpo deseado desde el poder,en el que se albergaría una nueva legiti-midad en torno a lo popular. Quien po-sea al papa gana las elecciones, una raseque podría oírse con ironía pero que, sinembargo, comenzó a ser repetida con larigurosidad de una máxima política.Sin embargo, el cuerpo del papa es un cuer-po célibe: su amor, a dierencia del de laEva de Perlongher, es pura sublimidad, notiene guiños para otorgar. Un cuerpo inal-canzable que sólo incrementará la pulsióna volverlo propio, a lavarlo de anteceden-tes, a mostrarlo inmaculado. De colabo-racionista en la dictadura a un héroe si-lencioso; de homóobo y undamentalistaa un “moderado” abierto, según versionesrecientes, a reconocer derechos a las pare-

     jas del mismo sexo. No importa donde

     G .W en d  el    .R  o d  e  oV i    e   j    o .A  c r í   l   i    c  o s /  m a d  er  a ,2  01 1 

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    radica la verdad (si la hubiera), sólo mar-car un péndulo que ha caracterizado ala prensa nacional e internacional en losúltimos días. El blanqueamiento importaahora como parte de una re-sacralización,como para mostrar que Dios cuando eligea su papa no puede equivocarse (tanto).Sobre todo si es argentino.

    3.  Y aquí, nuevamente, la pregunta queinsiste: ¿por qué lo religioso sigue per-meando e influyendo la política? ¿No eraacaso la modernidad una promesa escritasobre la ausencia de lo religioso, o al me-nos, su corrimiento? La mayoría de lastradiciones intelectuales que supimos ate-sorar así nos lo aseguraron. Sin embargo,acá estamos debatiendo sobre las conse-cuencias de un nuevo papa para la políticainternacional y nacional. Las religionessiguen aguijoneando lo político de múlti-ples y sostenidas ormas, y podemos sindudas buscar las explicaciones dentro delmismo campo religioso. Es ácil encontraren las instituciones religiosas, en sus jerar-quías o en sus fieles más obsecuentes, lasculpas de una política que no termina de

    autonomizarse. Sin embargo, la presenciacrucial de lo religioso, la centralidad quetiene en los medios internacionales la elec-ción de una autoridad católica así como ennuestro país, habla también de las limita-ciones de la política contemporánea. Lasexpectativas de cambio generados por unaautoridad religiosa, las largas filas de man-datarios mundiales dispuestos a saludarlo,los medios de comunicación llenando susprimeras planas y el debate de intelectua-les y analistas evidencian que la presenciapolítica de lo religioso se construye, ca-naliza y potencia desde el terreno de losecular.

    Es necesario invertir la pregunta para in-terrogar sobre la deficiente construcción

    de lo político lograda que permite (o po-tencia) que lo religioso continúe comouna presencia, un deseo, constante entreciudadanos y gobernantes. No ue, o nosólo ue la resistencia de lo religioso aprivatizarse, a vaciar la arena pública, sinotambién la incapacidad de las democra-cias para proveer la promesa de un buen,o al menos un mejor, vivir. Allí dondelos estados oprimen y discriminan, porejemplo entre los migrantes, las institu-ciones religiosas dan reugio, contención,trabajo. Frente al individualismo exac-erbado por el neoliberalismo, las religio-nes siguen construyendo un lugar de locomún. Como consecuencia de desmon-tar los estados de bienestares, el bienestarde muchos ciudadanos-as quedó cobi-

     jado por distintas instituciones religiosas.Las promesas incumplidas por las de-mocracias son, también, necesarias paracomprender la presencia de lo religioso.Podemos, obviamente, seguir criticandoel poder de las religiones, su intromisiónen las decisiones de gobierno, su visióndogmática del mundo, pero esta miradano puede desconocer que la política con-temporánea (por acción u omisión) sigueconvocando a lo religioso para, entre otrascuestiones, legitimar gobiernos, proveereducación y salud o mediar en momentosde conflictividad social.

    HabemusPapamLuis Rodeiro

    Portulano

    No puedo evitarlo. engo una extraña sensación. Bergoglio papa. No haceuna semana. Sí, es cierto, es un tema propio de los fieles católicos, másbien de su estructura jerárquica. Alguna vez pertenecí y me ui por discrepan-cias insalvables en la interpretación del mensaje evangélico y sus consecuenciasde acción. Pero, no. La Iglesia aquí y en el mundo no es sólo una congregaciónde fieles, es un poderoso actor de poder, si lo sabremos los argentinos. Salvohonrosas excepciones de rebeldías personales o grupales, de intentos de cam-bios, como institución históricamente eligió, soliviantó, bendijo a los podero-sos de turno y se jugó, como digo siempre, por el orden de ciertas digestiones.No me es indierente que Bergoglio sea papa. Y, especialmente, un papa queue vecino nuestro, que caminó las mismas calles, que tomó el mismo bondi,que participó personalmente, pero también como jerarca destacado de la ins-titución, en la historia concreta que escribimos los argentinos, en una etapadiícil y compleja.El azoro es la reacción multinterpretativa de la elección de Bergoglio en

    nuestras tierras. Los tenaces opositores al proyecto nacional, popular ydemocrático que ensayaron acciones destituyentes, celebraron estivos comosi el nuevo papa, uera uno de ellos y que ahora, desde la cúspide espiritualcatólica, se allanarían los influencias para que Dios, los sacara de la impotenciade vertebrar un proyecto político que no sea el mero, trágico y doloroso retor-no al pasado. De la Sota, Macri, Binner, Carrió, sonrientes, de caravana papal.Lo sienten como uno de ellos. Y, más allá de la inocencia o la desesperaciónpor convertirlo en un talismán de suerte electoral, motivos tienen para sentirlopróximo. Como cuenta Washington Uranga, colega especialista en temas ecle-siales, la oposición política encontró siempre a un Bergoglio dispuesto a con- versar, a intercambiar, incluso consiguieron algunos cariños –esto lo digo yo–.Los genocidas que están siendo juzgados por el Caso La Perla, aparecierondurante una de las sesiones, con los colores vaticanos en escarapela, como siDios se hubiere acordado de ellos y la Iglesia retomara su papel –totalmenteprobado– de complicidad absoluta con la dictadura. Lo sentían a Bergoglio,como representante máximo de la Iglesia que los había bendecido, como unode los suyos. Y, por cierto, algo de razón tenían.El Partido Mediático, bajo la batuta de Clarín  y La Nación, además de losestejos por encontrarlo como un soldado propio, se encargaron de intentar

    groseramente una nueva campaña, en la que la designación de Bergoglio apa-rece como un “triuno espiritual” de la causa de la razón contra la “dictadura”,contra un “poder obcecado que se ejerce con mano de hierro y rostro emeni-no”, según la arenga de “Pablito” Rossi, la mano derecha de Grondona, ya listopara escribir como su maestro algún Comunicado 150, si uere menester. Fan-tini, desde su nuevo universo ideológico, se queja porque la Presidenta –ensu elicitación medida y en sus deseos de que pueda contribuir a un mundomás justo– no ha sido más eusiva con la designación, pero a quien segura-mente habría criticado como oportunista e hipócrita en el caso de elogiosdesmedidos.Estamos, por cierto, los que creemos firmemente, a través de datos históricos,que hay sombras (debería decir, claridades) en Bergoglio, y que su conver-sión en Francisco no borra ese pasado. Por acción o por silencio. No hay unacampaña “anticlerical”. Es una lucha que viene de lejos. Memoria, Verdad yJusticia. Claro, siempre hay posibilidades de rectificación, ojalá que Franciscosea mejor que Bergoglio y pueda pagar su deuda moral con los argentinos.Imprescindible.Hay ejemplares del campo popular, vaya a saber por qué intrincado mecanis-mo de pensamiento, que salen a la palestra, como los opositores, como los

    genocidas, como el partido mediático, para decir que en la relación entre ély el proyecto nacional, popular y democrático, hay una tremenda conusiónporque en realidad Bergoglio es peronista. Y no les alta algo de razón: hay tes-timonios de sus vinculaciones con los sectores más tradicionales y ortodoxosdel peronismo. La derecha.Me inquieta un hombre multiacético. engo dudas de un discurso eusivo porla pobreza y la coparticipación en una Iglesia que opta por los p oderosos. en-go dudas por un discurso sobre el diálogo, pero que se impone desde la auto-ridad “espiritual”. Uranga lo caracteriza: “Sereno, firme en sus decisiones, obs-tinado en aquello en lo que cree, consciente del poder que le da su condición,Bergoglio tiene una personalidad que puede leerse como contradictoria. A suausteridad y sencillez en todo lo concerniente a su vida personal y eclesiástica,se le opone una alta cuota de intolerancia y hasta de soberbia para enrentar aquienes considera sus adversarios o enemigos”.■

    4. Entre estas promesas incumplidassin dudas la exclusión económica, la in-

     justicia social, sigue encabezando la lis-ta. No sólo la política no logró solucio-narla sino que gobiernos neoliberales yguerras contra “terrorismos” han inten-sificado aún más la brecha. El papa, en-tonces, pronuncia la palabra “pobreza”y su voz se multiplica abriendo algo quemuchos califican como una esperanza

    para las sociedades contemporáneas.En ese contexto, una de las grandescuestiones pendientes que viene con loseectos políticos del nuevo papa es la deun retorno a versiones del pueblo y de la

     justicia que borren la dimensión sexualy corporal de los reclamos de igualdad.Si es cierto que Bergoglio representa laoportunidad histórica de una Iglesiaque conteste las brutales desigualdadesdel neoliberalismo y si su promesa es lade una iglesia comprometida contra lainjusticia social (lo cual está por verse,desde luego), lo que a muchos preocu-pa, como se pudo ver inmediatamentedespués de su elección,  es el modo enque esos reclamos de justicia se van aarticular o van a conrontarse con las

    demandas y luchas en torno a políticasde la sexualidad y de género. Dada latrayectoria de Bergoglio, y desconfian-do de una transmutación tan radical de“Bergoglio” en “Francisco”, cabe pre-guntarse acerca de los modos en quenuevas luchas por la justicia potencial-mente impulsadas o amparadas desdela Iglesia van a recortar (o no), cuandono directamente soocar, los avancesque se hicieron posibles en los últimosaños, tanto en Argentina como en otrospaíses latinoamericanos. ¿Cómo seránlos pobres de los que habla Bergoglio?¿Serán pobres con cuerpos, con cuerposque resisten las normas que se les im-ponen? ¿O serán los pobres castigados,explotados, surientes pero “sanos”, que

    transcriben los designios “naturales” deun Dios que los quiere heterosexuales,y transparentes en su género? Una largatradición de populismos ha hecho de lapobreza un cuerpo higienizado, despo-

     jado de placeres: el cuerpo de la caren-cia y la alta pero nunca el del placer oel del exceso. ¿Será esa tradición –quees, quién puede dudarlo, también unatradición del peronismo, quizá la máspreponderante– la que se deje escucharen las palabras del “papa peronista”?¿Cómo pesarán cuestiones como lacriminalización del aborto, cuyas con-secuencias se hacen sentir sobre las mu-

     jeres en situaciones más vulnerables, enlos modos en que esta Iglesia va a res-ponder ante las cuestiones de desigual-

    dad social? En todo caso, conviene noolvidar que la cuestión de la pobreza esabsolutamente inseparable de políticasde la sexualidad y de género, algo que laizquierda, peronista o no, a veces tiendea olvidar en aras de una centralidad dela “clase” que parece hecha de cuerposasexuados y de géneros naturalizados.Quizá la asunción de Bergoglio sea unaoportunidad para volver a discutir lossentidos de la pobreza y la orma en quela pobreza se realiza en la materialidadmisma de los cuerpos, y no en ideal-izaciones más o menos conocidas y,siempre, letales. ■

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    “No se puede hablardel proteccionismo sin hablar de política”

     Mariano Barsotti* 

    A mediados del año pasado, en un informe del programa Periodismo Para Todos, Jorge Lanata vulgarizaba

    la industria tecnológica de Tierra del Fuego construyendo una caricatura sobre complejos procesos de pro-ducción como si se tratara de apenas un juego didáctico para infantes poco dotados. Conversamos con elingeniero René Ceballos, Director Industrial de la empresa a la que se refería aquel informe.

    Con un barquito de plástico, com-puesto por tres piezas, preguntaba alpúblico si de poner una cosita arriba deotra considerarían que se trataba de unaabricación o de un ensamblaje. “¿Vosdirías que lo abriqué?” preguntaba. Enel inorme al que daba pie esa trivial in-troducción, se mencionaba la ábrica deproductos electrónicos y artículos parael hogar NewSan S.A. e incluso se entre-

     vistaba a un directivo que la produccióndel programa rotulaba como LeonardoFrancisco, “Gerente del Área Industrialde NewSan”. En realidad la persona en-trevistada era el ingeniero René Ceballos,Director Industrial de la empresa, oriun-do de Cosquín, que brindó una charla enel aula magna de FAMAF, organizada pordocentes de la carrera de Licenciatura enCiencias de la Computación.Para llegar a nuestra ciudad René Ceba-llos tuvo que cruzar migraciones, ingresara territorio insular chileno, de allí atrave-sar 200 km de ripio, subir con el auto auna balsa para cruzar el estrecho de Ma-gallanes, volver a encender el auto para

    conducir otros 100 km ya dentro del con-tinente pero aún en Chile, volver a cruzarla rontera y finalmente arribar a territo-rio argentino. Este periplo, amplificadopor los más de 3.000 kilómetros que ha-cen alta transitar para llegar a los grandescentros de consumo, es el recorrido quetiene que hacer un producto abricado enla isla para llegar a manos de los grandesconglomerados de consumidores. Sin em-bargo, este obstáculo, casi exclusivamentegeográfico, es apenas una de las vallas queobstaculizan el negocio de la industriatecnológica en nuestro país: la presión deimportadores por abrir ronteras, la exi-gencia del consumidor por tener la últimatecnología o el último diseño, el peso degrandes corporaciones por manejar elnegocio, y la ubicua presencia china en laeconomía mundial, completan el trazadode las complejas relaciones que condi-cionan la producción tecnológica en RíoGrande y Ushuaia.

    La pregunta, entonces, se ormula sola: ¿porqué ierra del Fuego y no Buenos Aires?

    Lecciones de geopolítica

    “ierra del Fuego, era un lugar estratégicopara la Argentina y todavía lo es por di-

     versas razones. La primera es porque esun territorio absolutamente rico en hidro-carburos, de allí sale el gas que nosotrosexportamos por un gasoducto que cruzael estrecho de Magallanes hacia BuenosAires. Por otra parte, porque era un puntoundamental en el acceso logístico a nues-tra región antártica. Hasta hoy todos losinsumos que se consumen en la Antár-tida se exportan desde ierra del Fuego.Y finalmente, tenía un valor esencial enevitar que a partir de la obtención de eseterritorio por parte de nuestros hermanoschilenos, comenzara la invasión sobre laPatagonia en general”, explica Ceballos.

    Equiparable entonces a Manaos (extra-zona, también) en Brasil, con sorpren-dentes similitudes de complejidades geo-políticas y consecuentemente de logísticaempresarial, la intención de poblar ierradel Fuego no tuvo su génesis en motivos

    económicos. Y para hacerlo se consideróla posibilidad de asentar industrias de tipoliviana (textil, plásticos, electrónicos, etc.)para rápidamente alcanzar el objetivo.

    Establecida como zona ranca, sin tenerque pagar impuestos por el ingreso de in-sumos ni el egreso del producto y exentode tributar el IVA, la industria tecnológicaue desarrollándose en tres etapas condi-

    cionadas por distintas políticas guberna-mentales. La etapa de “instalación”, a par-tir de los 80 donde diversas empresas setrasladaron hacia la isla (alent, Noblex) yunas pocas empezaron de la nada (comopor ejemplo NewSan). La de “superviven-cia” durante los 90, donde la apertura delas importaciones hizo virtualmente im-posible la permanencia industrial (certi-

    ficado de deunción para Philco y KeniaSharp entre otras). Y la etapa actual, ladel “impuestazo tecnológico”, etapa bajola impronta de la suba arancelaria parala importación y el cambio de generaciónen los televisores (plasma, LCD, LED).“Esas dos cosas, sumadas por el impulsoeconómico que tiene el país a partir deque el precio de la soja empieza a subir,la balanza comercial empieza a dar a a-

     vor (la gente tiene para gastar); genera unboom de demanda sobre la industria en laierra del Fuego”.

    “No se puede hablar del proteccionismosin hablar de política”, explica con clari-dad meridiana el directivo de NewSan. Yla opción que tomó el gobierno nacionales solo una de las opciones posibles: “te-nemos que concluir que existe tambiénun modelo de país válido en el cual no hayindustria, miren Chile. ienen un modelode país en el que exportan cobre, que sonpocos, y que tienen como padrino a losEstados Unidos”. El modelo de país chile-no satisace sobre todo a las capas mediasy altas, pero reduce la capacidad de creci-miento del país y condena sus ambicionesindustrialistas. “Por supuesto yo no les

     voy a decir que es el mejor modelo que

    existe porque soy proindustrial. A mí megusta la industria, me gusta que nuestrosproesionales tengan una actividad que lespermita insertarse en algo que construyay que realmente tengamos en nuestro paísabricación de cosas que vayan cada vezmás abajo en la escala de base”, termina deprecisar su posición René Ceballos.

    ¿Pero existe la posibilidad de argumen-tar a avor de la industria tecnológica enierra del Fuego, sin caer en argumenta-ciones de tipo patrióticas? Es decir, ¿tienealgún basamento económico y social queexceda el nacionalismo ácil?

    »Existe también un modelode país válido en el cual nohay industria, miren Chile.Tienen un modelo de paísen el que exportan cobre,

    que son pocos, y que tienen

    como padrino a los EstadosUnidos«

     G .W en d  el    . S  i   n t  í    t   ul    o .A  c r í   l   i    c  o s /  m a d  er  a ,2  01 1 

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    L | Gaceta de crítica y cultura  7

    Ellas y él

    Liliana Arraya

    Eran mujeres, jóvenes y militantes. Se conocieron en los 70, en la ciudadde Córdoba. Una tenía 22 años y había venido de Buenos Aires, tal vez, atraída por los ecos del Cordobazo. La otra de 17 no necesitaba andarmucho para conocer obreros porque su padre era delegado de una ábricadel cordón industrial. La mayor tuvo un hijo en noviembre del 75 al quellamó Agustín, mientras la otra se enamoraba y soñaba con dejar la casapaterna.No sabían sus nombres, apenas sus seudónimos, pero eso no les impedíatejer alianzas y complicidades.En el invierno del 76 la mayor de ellas le avisó a la otra que la casa de suspadres, adonde vivía, sería allanada, alertándola para que la abandonaran.En ese momento dejaba a su hijo al cuidado de unos amigos para acudir auna reunión de la que nunca volvió.La más chica, de nombre Victoria, salió a buscar al niño: recogió la mama-dera, sus pañales y un escrito de su mamá en el que detallaba los horariosde comida y sueño y lo llevó consigo durante seis meses. Con ella aprendióa caminar. La última vez que lo vio la llamaba mamá.Ahora reconstruye la historia. A 10 mil kilómetros de Córdoba, en Ma-drid, donde vive hace mas de 30 años, lugar al que llegó junto a su novio deentonces. Cuenta, en una reunión de amigos españoles y argentinos, quepudo salvar su vida gracias a su amiga Alicia, hoy desaparecida. Entoncesno sabía su nombre ni el de su pareja, al que l lamaba por su apodo, y quedurante unos meses del 76 anduvo clandestino, huyendo de la patota ydeambulando de casa en casa, como ellos.El derrotero de los tres (de ella, su novio y el niño) incluyó un viaje a losconfines del sur, lugar al que se ue su amilia para evitar las represalias enel hogar obrero y cordobés.Recuerda Victoria, lejos de Córdoba, y lejos en el tiempo, que no obs-tante todas las incertidumbres tiene algunas certezas: conoce la echa denacimiento y el lugar en que nació el niño; sabe que su madre lo anotócomo hijo de madre soltera para protegerlo, ya que a su padre lo estabanbuscando... evoca también un episodio en que Alicia, sin saber cómo seenteró de cual era su apellido y, pícaramente, supo decirle que el suyo eracasi idéntico con la dierencia de una letra, recomendándole después, que“mejor olvidate”.Victoria relata que a finales del 76 se pudieron reencontrar con el padrede Agustín, poco antes de partir camino al exilio. Fue un encuentro y des-pedida breve, en Retiro, en que se dijeron adiós, sin tiempo para largosabrazos, ni llantos, pero que alcanzó para saber que el bebé irí a a vivir consus amiliares.Nunca más volvió a saber de él.Han pasado 37 años y este mes ella viaja a Argentina. Localizamos aAgustín –porque esa noche nos prometimos encontrarlo– que está espe-rando en la Patagonia, adonde vive y trabaja como investigador, lugar, enque, se acaba de enterar, que pasó su primer cumpleaños, en la casa de lospadres de Victoria.Las mujeres, a veces, saben de conjuros, alianzas y complicidades y tam-bién dejan mensajes cirados en los pliegues de la memoria... Ella reconoceque pudo cuidar a ese bebé porque la alerta de su madre le salvó la vida ytambién que lo va a reencontrar porque Alicia le dio la clave de sus apelli-dos casi idénticos, para que se convirtiera en una pista firme que posibilitóel contacto con la amilia materna.Él se llama Agustín y ella Victoria. En los días en que se conmemora laMemoria ellos se abrazan. El nombre de su madre, Alicia, quiere decir engriego antiguo, Verdad.■

    El “costo” China

    En el ámbito de los productos tecnológi-cos no se puede empezar a esbozar siquie-ra el problema sin mencionar a China. Esla gran actoría del mundo, y se sostienecomo tal merced a un costo social vergon-zoso, el costo de la mano de obra: “En el91 cuando visité por primera vez Chinael salario promedio de un empleado de

    una empresa electrónica era de u$s 30 pormes. La última vez que ui, el nivel habíasubido a u$s 300”. De las ganancias quegenera un producto terminado, la “ac-toría del mundo” se queda apenas con el2%. Ese pequeño porcentaje se justificacon escalas de abricación monstruosasy solo es posible a través de un elevadocosto humano: hace unos pocos años uenoticia el suicidio de 17 trabajadores enla ábrica Foxconn (el mayor productorde componentes electrónicos del mundo,donde se abrica el iPhone, iPad etc., una

     verdadera actoría-ciudad con más de300.000 trabajadores) que optaron porla muerte rente a la posibilidad de quesus amilias cobraran un seguro de vida.A partir de 2010 la empresa comenzó

    a construir “un sistema de contención”para que sus trabajadores no se suicida-ran: colocó resistentes redes en la base delos edificios para que las caídas no ueranatales...

    China produce la “materia prima” de losproductos, los componentes a partir delos cuales se construyen las plaquetas,elemento base de celulares, televisores,cámaras digitales, etc. Por una cuestión deescala, al ser despreciable la rentabilidadpor producto, sería muy dificultoso a-bricar esta unidad mínima de producciónen nuestro país. Y como vimos, tampocotiene sentido hacerlo.Los componentes son consideradoscommodities, “bienes que pueden sercambiados por otros de su especie sinnotarlo”. Sin embargo, excepto los celu-lares cuya plaqueta viene ya montada,todos los productos que se abrican enierra del Fuego son producidos bajo lanorma CKD (Complete Knock Down)

    es decir, hay “que hacer la plaqueta, conlos componentes que se insertan arribade las plaquetas”. Y desde hace dos años,también las computadoras y decodifica-dores deben hacerse bajo esta norma,por exigencia del gobierno nacional. Dehecho NewSan abrica las computadorasde Conectar Igualdad   bajo este sistema(un buen modo de ilustrar la complejidaddel proceso de abricación que implica elCKD sería considerar el tiempo que lle-

     va obtener un producto terminado: enel caso de las computadoras se insumeuna hora y media, los celulares menos dequince minutos).

    En el caso de los celulares, el punto con-trovertido a partir de que la presidentehabló del “primer Blackberry produci-do totalmente en el país”, es que la placaya viene montada. No obstante, “la in-tención del gobierno, expresamente, eslograr que todos los grandes producto-res de teléono celular se instalen en laArgentina, y cuando ya estén instala-dos hacer un cambio gradual hasta la

    integración total que es la abricaciónde la plaqueta. Hasta ahora lo viene lo-grando bien, tenemos la abricación decasi todos los más grandes productoresde celulares del mundo en la Argentina,y algunos ya están instalando maqui-naria para la transición hacia CKD”.

    Ni en Brasil, ni en México, ni en Ale-mania (Estados Unidos no abrica si-quiera productos electrónicos, exceptopara el ámbito de deensa) se abrica deun modo dierente. La industria de loselectrónicos es así en todo el mundo:“Ese mito urbano en el cual entra uncamión de arena por un lado y se hacenlos semiconductores, y cada empresaque hace sus computadoras también

    hace sus discos rígidos y memorias ymicroprocesadores, no existe”.

    Es cierto que al día de hoy este modelosolo se sostiene mediante la generaciónde un mercado interno, y el mercadointerno solo se sostiene, a su vez, conel control de importaciones. Pero ya eshora que dejemos de pensar a través deesa excrecencia generada por el neoli-beralismo que nos dictaba la oblig-ación del libre comercio internacional.El camino de la autonomía y el autoa-bastecimiento se logra por medio de laintervención del Estado, no de su au-sencia. Si no se protege la industria, nopuede desarrollarse y si no se ha desa-rrollado no puede competir.

    En el horizonte

    Hoy, el modelo promueve la inte-gración industrial. De mantener estapolítica, el país va a lograr avanzar enla ruta de la producción tecnológica.Las multinacionales se asientan en elpaís utilizando recursos locales y pau-latinamente, de seguir este rumbo, se

     va a poder participar del mayor por-centaje generador de ganancias (dise-ño, sofware, marketing, ingeniería delogística y calidad, etc.). Las condicio-nes internacionales parecen colaboraren este sentido: la ventaja en mano deobra que tiene China se va reduciendoy los desarrollos en manuactura adi-

    tiva con la aparición de las impresoras3D prometen revolucionar la escala deproducción. “Imagínense que una pie-za de plástico, con una orma particu-lar, que hoy está viajando 30.000 km enel mundo para llegar al lugar donde seconsume, va a poder ser impresa en ellugar de destino. Va a cambiar el mun-do de la logística, va a cambiar el mun-do de la manuactura y probablementeen la próxima década tenga un impactoen la sociedad equivalente al que en ladécada pasada tuvo la Internet”.■

    *Prosecretaría de Comunicación y DivulgaciónCientífica de FAMAF

    »El camino de la autonomía y el autoabastecimiento selogra por medio de la inter-vención del Estado, no de suausencia. Si no se protege laindustria, no puede desarro-llarse y si no se ha desarro-llado no puede competir«

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    Abrir la boca(el hombre que ha callado recuerda)

    Diego Vigna

    Entonces el libro, de Alex Appella, es la versión de imprenta y traducida al español por Gastón Sironi de The János Book, el exitoso libro-objeto de edición limitada que su autora elaboró a mano luego de una larga ymeticulosa indagación de su pasado familiar.

    Es diícil prescindir de un intento de re-lato intrigante para ordenar estas pa-labras. Alex Appella, la autora de Entoncesel libro, es escritora y artista de libros, talcomo ella se define; nació en un peque-ño pueblo al este de Oregon, en EstadosUnidos, y a medida que se ue volviendoadulta comenzó uno de esos procesos (ensu caso, intensificado por el tamaño y losmisterios de su amilia) que es recurrenteen los inquietos pero que siempre es par-ticularísimo y dispar: tratar de dilucidarlas raíces propias. Dar un bruñido con-creto a la arcilla de la identidad.

    El resultado de la indagación de Alex esnotablemente superior y complejo enrelación a su producto gráfico, el objetode esta nota. Alex se dedicó a entrevis-tar amiliares y otros “inormantes” endistintos puntos del mapa (Américadel Norte, América del Sur, Europa delEste), y a juntar imágenes y documentospara comprender el, en principio, opacopasado de su amilia. Frente a la escasa

    inormación inicial, el resultado, despuésde dos años de elaborar líneas de tiempo,árboles genealógicos, reconocer y orde-nar otograías y transcribir entrevistas,ue abrumador. an abrumador como esdigerir la intensidad que se desprende delas páginas apaisadas de Entonces el libro,un recorrido non-fiction  en palabras eimágenes que problematiza el dolor ina-cabable de una amilia desmembrada porla más brutal de las guerras conocidas.

    La familia

    Entonces el libro comenzó a ser posible, yluego se volvió denso, a partir de una vozdecisiva: la de uno de los tíos abuelos deAlex, que residió en Argentina desde 1949hasta su muerte en 2003, a los 93 años. Ladecisión de la autora de cambiar los nom-bres de sus amiliares hizo que quien abrióla puerta del dolor y permitió el tránsitopor pasillos para muchos desconocidosse termine llamando, para el lector, JánosSzenti. János, tal como insiste Alex en el

    “eje” narrativo del libro, decidió comen-zar a hablar en 1994. Comenzar a hablarse traduce en dar (a) luz  tardíamente: noiluminar zonas oscuras o conusas de unahistoria, sino inaugurar zonas desconoci-das. Dar vida, con el recuerdo, a amilia-res que en el presente de la autora, y desu madre, y de algunos tíos, nunca habíanexistido. Mostrarle a los nuevos  quiénesueron realmente los viejos, antes de quese apague la luz definitiva. Una verdaderareescritura, luego de una vieja y dolorosadecisión de borrar las huellas de origen.János aceptó hablar con su sobrina nietaAlex, a solas, en su escritorio personal, enla calma de su casa en Córdoba.

    La complejidad del backstage  y del pro-ceso de autoconocimiento que implicó,para cada protagonista, esta experienciade memoria, no sólo se detonó por la de-cisión de un sobreviviente de abrir la boca:en el aán por conocer los ingredientesdel pasado, Alex comenzó a “cartogra-fiar” los huecos en el relato del tío abuelo

    gracias a ciertas imágenes undamentales.Entre ellas, quizás la más intrigante ueun cuadro pintado por una tía de Alexa partir de una otograía “encontrada”.Alex vio ese cuadro colgado en su living,durante toda su adolescencia. En él (enla oto), posan vestidos con las mismasropas su abuelo (Jenö Szenti) y otros tresniños. Su tío abuelo Imre, el citado Já-nos, y un niño desconocido, que resultóllamarse Arpád. A todos ellos se sumabauna hermana, allí ausente: Klára.

    Cada eslabón descubierto  por Alex en lahistoria abrió una ramificación de pér-dida, dolor, terquedad y aceptación: unciclo que ni siquiera ha terminado con lamuerte de los viejos.

    Arpád, el tío abuelo desconocido por to-dos los jóvenes de la amilia, ese niño queen la oto no tenía nombre antes de que suhermano decidiera hablar, resultó ser cer-cano a János, y a Klára, en lo menos de-seado. Los tres perdieron hijos en camposde concentración nazis. Y esas pérdidasbrotaron a la luz, para los nuevos, reciéncon la investigación de Alex, y la voz deJános. Esto es sólo una ínfima muestra delrompecabezas.

    Movimientos, borramientos

    La amilia Szenti es oriunda de la provin-cia de Szatmár, en la ransilvania “origi-nal”, es decir, húngara. Antes de la Prime-ra Guerra el territorio húngaro incluía loque hoy es Rumania, Eslovaquia y granparte de lo que conocimos como Yugos-lavia; después de la Segunda Guerra y de

     varios vaivenes geopolíticos, la ronterahúngara se retrajo de tal manera que casitoda la región de ransilvania quedó den-

     G .W en d  el    .E l    a t   a  j    o .A  c r í   l   i    c  o s /  m a d  er  a ,2  01 1 

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    tro del territorio rumano. Hoy la ciudadprincipal de esa provincia (en su origen,Szatmár-németi) se llama Satu Mare. Enel libro aparece como Szatmár para evitarconusiones.

    Los movimientos y borramientos acom-pañaron a los Szenti desde los primerosaños del siglo XX. Cuando comenzóla Primera Guerra, Zsigmond y Aure-

    lia Szenti (padres del inormante János,y de sus hermanos; bisabuelos de Alex)llevaron a sus hijos a Budapest hasta quepasara el temor a una invasión rusa desderansilvania. Por trabajo siguieron mo-

     viéndose, en años posteriores, hasta queregresaron a Szatmár con el “detalle” dehaber sido convertidos en ciudadanos ru-manos. Luego, los vaivenes geopolíticosles devolvieron la condición de húngarosdentro de Hungría, hasta que ransilva-nia quedó definitivamente en territoriorumano.Pero muchísimo más complejos ueronlos movimientos y borramientos queatravesaron, cada cual por su cuenta, apartir de sus orígenes judíos.Jenö Szenti y su esposa (abuelos de Alex)

    se mudaron a Caliornia antes de que es-tallara la Segunda Guerra. Jenö logró uncrecimiento proesional importantísimoen suelo americano, exaltando su talentoy su uerza de trabajo pero ocultando susraíces hasta a sus hijos. Zsigmond y Aure-lia Szenti viajaron un día a visitar a Jenöy estalló la guerra: murieron en EstadosUnidos, aunque no dejaron de asistir asinagogas con un disimulo extremo. ImreSzenti recorrió América de norte a sur,buscando una nueva vida. Arpád Szenti,el hermano sin nombre, se mudó a Pa-lestina de adolescente sin aprobación desus padres, y después de idas y vueltas seasentó en Israel. Klára Szenti, la hermanaausente en la oto undamental, corrióotra suerte. “Una bomba explotó entre

    nosotros, y quedamos desperdigados”,dice János en el libro.

    János, la voz que decidió exponer todoslos detalles de esa disolución, decidiórecomenzar la vida en América del Sur,después de haber vivido el infierno consu propia carne y, por tanto, de haberperdido todo. Y recomenzar   quiso decirexactamente eso: suspender los cimientosdel ser, guardar en un baúl del cerebro laidentidad y comenzar a usar otro traje,quizás contradictorio.János Szenti murió dejando una amiliallena de preguntas pero establecida. Unaamilia que se asentó en “la parte másprestigiosa, con los vecinos más conoci-

    Magos y caballos

    Lo que sigue sucedió en una escuela de una pequeña ciudad turísticade Córdoba. Una maestra tiene un proyecto de lectura; el proyecto in-cluye un diario de lector que los alumnos de quinto y sexto llevan durantelos dos años que transitan con ella. La escena que nos compete: más desesenta alumnos sentados en el suelo, y yo rente a ellos. Me sorprendenlos chicos, especialmente uno que pregunta cuestiones muy precisas. Esmenudo y tiene una trencita roja colgándole del pelo, repite curso. Mepide que le cuente un cuento con caballos; cuando indago dice que trabajapara un señor que alquila caballos a los turistas. Le digo que yo tengodos en mi casa; él conoce de pelajes y enumera alazán, colorado, azulejo,

     pintado, bayo, moro, cabos negros y otros nombres hermosos. Yo piensoen aquel cuento de Borges en el que un hombre ambiciona un colorado

    cabos negros con apero chapeado y una mujer de pelo rojo. Más tardele regalo al chico de la trenza un libro con caballos, lo hago aparte, ensecreto, porque no tengo libros para todos. A poco de eso, se acerca uncompañero, mira el libro y le pregunta si lo compró. El dice que sí. ¿Cuántocuesta?, pregunta el otro. Veintiséis pesos, dice el de la trenza, con lo queresuelve la situación, comprende rápidamente que no debe decir la verdad.Cuando el encuentro termina y los chicos y la maestra van a una sesiónde cine, quedo hablando con la vicedirectora, ella lamenta que ese niño,que viene de una amilia con muchos problemas, no aprenda. ¿No apren-de?, pregunto; ella dice que el problema es la escritura, leer sí, le gusta, ytambién que le lean y cuenten historias, pero tiene problemas para escri-bir. Sin embargo, al despedirnos, la maestra dice: tiene tanto entusiasmoque cuando no viene lo extraño. Faltaba mucho, pero cuando le dije quelo extrañaba empezó a venir, fue como mágico. Mágico es también lo quesucede con Anita en Marvin, un cuento de Gustavo Nielsen. Una maestradevenida inspectora narra la escena de un mago de labio leporino que porencargo del gobierno hace unciones de magia en escuelas rurales y que,en una escuela perdida, por azar o perspicacia, elige como protagonista

    de su número a la chica menos avispada de la clase. Un buen mago debetener dos bocas: una para anunciar el truco y otra para callar la trampa.Yo las llevo separadas por esto –se señaló la herida–, así me aseguro de que

     funcionen correctamente. Con las cabezas a veces no pasa. En ocasiones unotiene varias cabezas pero no están muy conectadas con el cuerpo. Comodecíamos, la elegida es Anita. Bien –dijo Marvin–. Anita tiene, si no meequivoco, una gran capacidad para el pensamiento y una imaginación pro-digiosa, sólo que no las ha desarrollado aún, porque es chiquitita. Despuésde hacer su truco, el mago dice: Esto no es magia, es lo que había dentrode Anita. ¿Notan alguna diferencia? Nadie lo notó, pero ya lo van a notar.

     Anita tiene las cabezas conectadas de nuevo. Eso es tan importante que, sino lo advierten, es porque las de ustedes están mezcladas... El cuento sigueen su derrotero hasta que la narradora va cerrando la cuestión: Yo no pudeexplicarme cómo, pero aquella nena un tanto deficiente... (...) ...comenzóa leer de corrido y a escribir sin faltas. Le presté los libros que tenía... etc. El brasileño Antonio Cándido en su conmovedor ensayo El derecho a laliteratura, cuenta que cuando tenía doce años, en la ciudad de Poços deCaldas, un jardinero portugués y su esposa brasileña, ambos analabetos,

    me pidieron que les leyese Amor de Perdição de Camilo Castelo Branco,que ya habían oído a una proesora en la hacienda en la que trabajabanantes y que les había encantado. La literatura ni corrompe ni edifica, dice, sino que, al traer libremente en sí misma lo que llamamos el bien y lo quellamamos el mal, humaniza en sentido profundo, pues hace vivir . ...Daré elnombre de literatura, en un sentido lo más amplio posible, a las creacionesde todos los niveles de una sociedad, de todos los tipos de cultura, desdelo que llamamos olclore, leyenda, chiste, hasta las ormas más complejas ydiíciles de la producción escrita de las grandes civilizaciones. Ahora bien,si nadie puede pasar veinticuatro horas sin sumergirse en el universo dela ficción y de la poesía, la literatura concebida en el sentido amplio al queme reerí- parece corresponder a una necesidad universal que es necesariosatisacer y cuya satisacción constituye un derecho. ■

     María Teresa Andruetto

    dos” de la ciudad de Córdoba, tal comoafirmó Edit, su segunda mujer. Unaamilia que ha asistido siempre, desdeque pisó Argentina, a la Iglesia católica,donde los hijos “aprendieron la e”.

    ¿En qué creen los que pagaron con lacarne la tortura del propio origen? ¿Enqué deciden creer los que vieron alhombre ponerse el traje de dios? Según

    Alex, János eligió el catolicismo en Ar-gentina por la misma razón que eligióel Liceo Militar para algunos de susdescendientes: para disimular. Para noser, nunca más, dierente.

    El libro

    Entonces el libro  intenta mostrar conrondosos collages el núcleo mismo deldolor. Las zonas más inexplicables quelas conciencias pueden experimentaren torno a lo errático y arbitrario dela existencia. Los secretos ventiladosdesnudan un derrotero, desde el sen-tido más puro del término: la derrotacomo inicio de un rumbo. Los secre-tos, desiguales como en toda amilia,

    desnudan un despojo que algunosconsideraron necesario para sobrevi- vir, y otros no. Simplemente porque elsurimiento es desigual por naturaleza,mientras que la intención de sobrevivirno lo es. Ese es, quizás, el origen de to-das las contradicciones.

    Quien se sienta extrañamente interpe-lado por la “orma gráfica”, tan cuida-da, de este libro traducido por GastónSironi y editado por su sello, Viento deFondo (quizás la propuesta más origi-nal del presente editorial cordobés,con libros que siempre descolocan),tiene que conocer algunas cuestiones.Ante todo, que el resultado en papelde semejante proceso de indagacióntambién llegó luego de sus propios

     vericuetos: Alex trabajó durante dosaños en una versión novelada de lahistoria amiliar y del relato de Jánosque no la convenció, y así llegó, con untamiz imprescindible del material y lasaguas calmadas (de János, de la amilia)a encontrarse con su voz preerida: elcollage. Por esto, lo segundo que debesaber el lector es que Entonces el libro,en su origen, se llamó Te János Book:escrito en inglés, su versión originales bajo la orma de un libro de artistade edición limitada y artesanal , cosidoy elaborado por su propia autora, conun ormato aún más apaisado (un librorealmente horizontal ) que el editadopor Viento de Fondo. Te  János Book ha sido exhibido en distintas galerías

    de arte norteamericanas, ganó premiosy ue adquirido por las universidadesde Yale y Stanord y por el Oregon Ho-locaust Museum.

    Hoy, Alex sigue escribiendo y encua-dernando sus obras en su taller de lassierras cordobesas. Antes de empezarcon esto  tenía 20 años; hoy, 39. Diceestar más liviana, tener más esperanza.Y ahora que el libro sale a la luz como

     versión de imprenta, está dispuesta aponer la cara y a disrutarlo, como laorma más honesta de agradecerles alos que abrieron la boca. ■

    Entonces el libro

    Alex Appella

    Viento de fondo, Córdoba 2013

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    Juzgar es necesario. Pero esta necesidadestá apoyada en una imposibilidad: lade juzgar-con-justicia el comportamientode nuestros semejantes. Y, sin embargo,todo el tiempo estamos juzgando. Encada situación social la unción judicativase repite. Es constitutiva de toda situaciónsocial y no algo que viene "después" de lapresencia de relaciones entre semejantes.Juzgan los padres a los niños y éstos a lospadres, los maestros y maestras, los queparticipan en concursos académicos quepermiten acceder a puestos de trabajo o

    de gobierno, juzgan los que evalúan quése publica y qué no. Sobre el trasondode una distribución general de la unciónde juzgar, apoyada en la imposibilidad de

     juzgar y la necesidad de hacerlo, nuestrassociedades han creado paulatinamenteuna especialidad de juicios que se real izanen el marco de sistemas de interpretacióny aplicación de normas y han educado aciertos especialistas para operar con ellas.Aunque las sociedades antiguas tenían

     jueces, no tenían "abogados" ormadosen instituciones de alto nivel pero, enmuchos casos, como en el derecho roma-no antes de la secesión del año 449 antesde Cristo, pudieron existir ciertas clasesposeedoras de un conocimiento esotérico

    del derecho, haciendo a los pueblos “ex-tranjeros” rente a su propia ley. En verdad¿estamos hoy muy lejos de esa relación?

    Dado que la unción hace al juez, somostodos jueces con más recuencia de lo quecreemos. Muchas veces es la legitimidadque recibimos de los otros para ormularcierto tipo de juicios lo que nos hace olvi-dar que estamos juzgando. El nivel socialen el que se impone la discursividad  ju-rídica  es un campo, o “espacio de juego”,en el que se practica la unción de juzgarde una manera eminentemente técnica.Aquellos que dirimen qué es “lo tuyo ylo mío” cuando no estamos de acuerdo,

    cumplen la unción de juzgar acerca de los valores y los intereses en juego. Vivimosen una sociedad que ha especializado launción judicativa respecto a ciertos con-flictos. Pero esta especialización no trans-orma el juicio jurídico en algo sustan-cialmente distinto al sentido común. Suautoridad no depende de la "verdad" sinode la interpretación (variable) de la ley.

    A finales de 2012 se produjo una crisisde legitimidad del sistema judicial nacio-nal con motivo de su incapacidad para

    dirimir en orma oportuna y definitivael litigio del grupo Clarín contra la “leyde medios” –una normativa elaboradasobre la base del consenso y el diálogodemocráticos y además transversal alpropio grupo gobernante–, y con el allode la justicia tucumana por la desapa-rición de Marita Verón. Se abrió así unanueva coyuntura, propicia para poner enla agenda política la discusión acerca dequé tipo de jueces y de organizaciones ju-diciales serían más deseables para una so-ciedad democrática. La parsimonia de los

     juristas, tan necesaria para producir sen-tencias basadas en juicios meditados y enlo posible no hirientes por su injusticia, se

     vio conmovida por este llamado.

    ¿De qué hablamos cuando hablamosde justicia legítima?

    ¿Qué quieren los miembros de ese co-lectivo autoconvocado y heterogéneollamado "justicia legítima"? Quieren “de-mocratizar” las instituciones y los disposi-tivos del sistema judicial permeando susronteras al permitir que ingresen nuevosmiembros de orígenes diversos y redu-ciendo así la endogamia y el nepotismo.Y también son partidarios de un tipo degobierno con representación popular

    para las organizaciones que integran elPoder Judicial (Consejo de la Magistra-tura), coincidiendo en este punto con la

     voluntad política del Poder Ejecutivo.Otro aspecto invocado como legitimantees la supresión de privilegios que oendenel principio de igualdad ciudadana comola exención del pago de impuestos a lasganancias, aunque ya se enrió rápida-mente la cuestión. ambién se proponenpermear las ronteras del sistema judicialal proponer la ormación de tribunalesintegrados por ciudadanos ajenos a lasproesiones jurídicas o a cargos oficiales(jurados). Y además hay cierto consensoen ampliar las ronteras de lo justiciable alproponer extender la presencia de jueces

    Democratización de la justicia

     Justicia legítimaGustavo Cosacov 

    A finales de 2012 se produjo una importante crisis de legitimidad del sistema judicial nacional. La combi-nación de dos grandes temas como fueron la multiplicación de los amparos que frenaron la aplicación dela ley de medios y el fallo de la justicia tucumana por la desaparición de Marita Verón, puso en la mira alpoder judicial en su conjunto, generando una variedad de discusiones que atraviesan a todas las institucio-nes de la ley y a la propia idea de justicia.

    »Lo que se proponen es posi-ble jurídicamente: se trata decambios que pueden llevarse

    a cabo con fundamentosconstitucionales y legales

    reconocidos por su validez jurídica (legalidad) y por su

     justificación política(legitimidad).«

    Frente al Pabellón Argentina. Ciudad Universitaria

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    para conflictos vecinales (jueces de paz,con carácter de componedores antes quepunitivos) y darle validez a los sistemasde justicia de las comunidades de pueblosoriginarios. El acceso a la jurisdicciónque actualmente está denegada (juecesde control de derechos y garantías en lascárceles), sin duda es reconocido comootro actor de legitimación, aunque nohubo mucha insistencia en esta cuestión.ambién algunos participantes del en-cuentro realizado el 27 y 28 de ebrero enla Biblioteca Nacional (Ciudad de Buenos

    Aires) reclamaron mecanismos de trans-parencia de la gestión judicial en todossus niveles, ortalecimiento de la deensapública, capacidad de investigación paradelitos complejos de tipo económico oambiental, oralidad en los debates proce-sales y una de sus consecuencias, que sesuma a la publicidad, cual es la de impedirla delegación de unciones indelegablespor parte de los juzgadores, como ocurreconsuetudinariamente en tribunales civi-les y penales.

    ¿Podrán lograr su cometido? Sin duda loque se proponen es posible jurídicamente:se trata de cambios que pueden llevarse acabo con undamentos constitucionalesy legales reconocidos por su validez ju-

    rídica (legalidad) y por su justificaciónpolítica (legitimidad).

    La batalla político cultural

    No hay que perder de vista, sin embargo,que el proceso de democratización delsistema de justicia judicial, se da en elmarco de una batalla político cultural. Eslo que está latente en un debate que ex-cede a los miembros del poder judicialy a los abogados mismos. Por eso seríaconveniente retomar lo mejor de nues-tra historia política, ya que censurandoal pasado mediante el silencio se priva alpresente de toda su dimensión. Sería con-

     veniente retomar el debate iniciado conel retorno a la vida política democráticaa partir de 1983 y congelado desde 1989.Además hay que tomar en cuenta queen nuestro sistema constitucional hayun poder judicial independiente en cadaprovincia, además del sistema ederal, porlo que este movimiento "justicia legítima"tiene allí también un desaío considerable.

    Hoy está agitada la granja judicial, algu-nos han salido a buscar a los "otros", alos "hombres comunes", al "ciudadanode a pie", a todos aquellos que puedandevolverle la legitimidad perdida (¿o quenunca tuvo?) ese establecimiento abrilde producción de decisiones acerca de lotuyo y lo mío y gran distribuidor de casti-

    gos, interdicciones, renos y privación dederechos.

    No se trata de una revuelta o una rebeliónpara instalar una hegemonía partidista,incompatible con la idea de un  poder ju-dicial independiente, sino de proundizaresa necesidad de independencia dentroy uera de la propia corporación judicialpara poder contar con cierta legitimidadrente a la sociedad.

    No cuestionan el andamiaje represivoconormado por leyes inicuas destinadasa sostener un sistema que está basado enla explotación de los seres humanos y en

    la depredación de la naturaleza. Eso esalgo que hoy resulta impensable inclusodesde uera de una institución tan conser-

     vadora como la de los tribunales. No estáen la agenda de los cambios la revolución.Pero no por mesuradas y autolimitadaslas reormas son menos resistidas ya quetocan la médula del aparato del Estado (elterrorismo de Estado no aectó práctica-mente el uncionamiento de los tr ibunalesen todo el país. Merced a mecanismoscerteros, los jueces de todos los uerosy jurisdicciones siguieron uncionando

    “normalmente”).

    La cuestión central que movilizó a jueces,fiscales, deensores y algunos otros miem-bros de las proesiones jurídicas, ue ladeensa de la independencia de los juecespara tomar sus decisiones con apego a laley, sin presiones de lobbys económicos opolíticos y sin presiones de la propia je-rarquía judicial.

    Una unción primordial del sistemapolítico, la justicia (la del juicio jurídicodotado de autoridad), se encuentra anteuna situación de descrédito y algunosde sus miembros intentan volver a darleprestigio.  Justicia legítima  es un nombretan comprometedor que da miedo. Pero

    no hay que alarmarse, en la justicia siem-pre ueron los conservadores lúcidos antesque los espíritus jacobinos y revoltosos losque lograron hacer cambios significativos.

    Los temas en discusión

    En orma muy resumida, entonces,los temas que están en debate son lossiguientes:1. No exención a magistrados y unciona-rios del pago de impuestos a las ganancias.2. Concursos realmente abiertos en todoslos ámbitos del sistema judicial.3. Mayor selectividad explícita de los tri-bunales penales procurando no perseguir

    delitos de bagatela y sí a los más graves ycomplejos, generalmente realizados pororganizaciones antes que por individuosaislados (principio de oportunidad).4. Clara división del trabajo de juzgar,acusar y deender (acusatoriedad) dis-minuyendo así el carácter inquisitivode los procesos en los que no se respetaaquella división.5. Más oralidad, requisito para la publici-dad y obstáculo a la delegación de uncio-nes de los titulares de juzgados, fiscalías ydeensorías.

    6. Más salidas alternativas al uso de laprisión e incluso al castigo.7. Elección de jueces con mecanismostransparentes y con participación popular.8. ribunales integrados por juradospopulares.9. Mayor acercamiento a la comunidadmediante rendición de cuentas de lagestión para el control público, interno yexterno del desempeño de los tribunales.10. Jueces de ejecución penal, pero enserio comprometidos con lo que son lasprisiones.11. Uso razonable de la prisión preven-tiva, actualmente utilizada de maneraescandalosa, como sustitutivo de hechode la pena, tanto por la lentitud de losprocesos, como por satisacer campañasmediáticas (condenados sin juicio).12. Relaciones de autoridad rente a loscuerpos policiales y diversas agencias decontrol y represión.

    Y se podría seguir listando o proundi-zando cada uno de esos problemas porquecada uno tiene su propia complejidad.

    El protagonismo de jueces, fiscales, abo-gados en avor de una mayor armoníaentre la sociedad democrática y losgrandes sistemas que ellos operan, re-sultaría una gratísima sorpresa, un ver-dadero acontecimiento.■

    *Más información disponible

    en youtube siguiendo la

    búsqueda "Justicia Legítima"

     y en el canal de youtube del

    Programa Especial Justicia

    Legítima emitido por canal 10.

     G .W en d  el    . C  u c  añ  a .A  c r í   l   i    c  o s /  m a d  er  a ,2  01 1 

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    ran de ella una definición técnica, obe-deciendo al paradigma neoliberal a partirdel cual se considera a lo técnico comoalgo aislado de lo ideológico. ¿Cuál es, asu criterio, el vínculo que existe entre laUniversidad y la Política?

    –Ese vínculo existió siempre en la univer-sidad argentina y en la universidad latino-americana. Y de alguna u otra orma, creo,también se expresa en todas las univer-sidades del mundo. Incluso en los paísescentrales, los debates que atraviesan a losestados nacionales siempre se trasladan alas universidades. Aquí, durante mucho

    tiempo con la política de la seguridad na-cional se entendió que la universidad erapeligrosa para la seguridad interior, supo-niendo que ésta podía generar actores po-tencialmente amenazantes para el sistemade entonces. Con la vuelta a la democraciay con la revisión paulatina que se hizo dela concepción de la seguridad interna, esose ue revirtiendo y la política pasó a tenerun papel preponderante. Esto tiene que vertambién con que la universidad argentinaes muy inclusiva comparada –por ejem-plo– con el resto de América Latina. Launiversidad argentina es una universidada la que todos los sectores sociales tienenacceso, con mayor o menor grado de po-sibilidad. Yo creo que es muy positivo quela vida política atraviese a la universidad,

    pero esto tiene que estar bien encausado.La universidad como un actor central delproceso de transormación de la sociedadtiene que tener un posicionamiento políti-co, aunque no necesariamente partidario.A su vez, necesita acoger a todas las mi-radas que hay, y en base a esa pluralidad,conseguir las síntesis que sirvan para darsolución a las demandas que tiene el con-

     junto de los ciudadanos. Y aunque a vecesesto no sea entendido desde el exterior dela universidad, pienso que lejos de ser unproblema, enriquece y encausa el debate.

    –Hay una exigencia desde afuera de laUniversidad para que ésta opine sobre

    Entrevista a Francisco Tamarit, rector electo de la UNC

    “La universidad da una disputa culturalen todos sus frentes”

     Mariano Barbieri 

    Se eligió a finales de marzo al rector del tercer poder político e institucional más importante de la provincia de Córdoba. Muchas cosas estabanen la superficie, y otras, tal vez las más importantes, formaban un gigantesco mar de fondo. Hablamos con Francisco Tamarit, rector electo, sobrelos distintos temas y desafíos que atraviesan a la Universidad entendida como un actor central del proceso de transformación de la sociedad.

    El espacio político Cambio Universita-rio llegó al rectorado en diciembre delaño 2006 y a través de las dos gestiones deCarolina Scotto cambió la política en launiversidad y el panorama auera de ella.Desde entonces la institución salió de unostracismo de muchísimos años y se p osi-cionó ante la enorme mayoría de los de-bates undamentales de la sociedad, comoueron los enterramientos de la basura, laselecciones municipales y provinciales, o los

     juicios por delitos de lesa humanidad, porponer tan solo algunos ejemplos. La UNCse hizo cargo de una de las responsabili-dades institucionales más importantes que

    tiene: estar al servicio de la comunidad a lacual pertenece.Este crecimiento público de la Universidadla volvió también más interesante y ame-nazante para los poderes constituidos. Noue casualidad, entonces, que importantesactores de la política partidaria decidieranintervenir para disputar uertemente poreste espacio.

    Finalmente la mayoría de los votos ueronpara Francisco amarit, quien siendo de-cano de FAMAF (Facultad de Matemática,Astronomía y Física) representa hoy lacontinuidad de un proceso que lleva yaseis años y que expresa la apertura de la in-stitución universitaria hacia los problemasde todos los ciudadanos, a la vez que la in-

    corporación paulatina de más sectores dela sociedad a la vida académica.Una semana después de aquel notableacontecimiento democrático (una asam-blea con más de seis horas de discusiones ycasi 40 oradores), en la calma de su despa-cho, conversamos con Francisco amaritquien continúa con sus responsabilidadesa cargo de FAMAF, a la vez que trabajandoen sus tareas como investigador.

    Universidad y política

    –Habitualmente los sectores más conser- vadores exigen de las universidades unaactitud tendiente a la neutralidad o espe-

    temas como el enterramiento de la basurao el código de faltas, por ejemplo. Estos y otros temas son estudiados constante-mente en la Universidad, pero luego sele exige un juicio avalorativo que es im-posible de expresar. ¿Cómo se trabaja eseequilibrio, tanto para adentro como paraafuera de la Universidad?

    –Es verdad. Se usa el prestigio de la Uni- versidad como un elemento legitimadorde disputas sociales. A muchos niveles delEstado, nosotros lo vivimos a nivel mu-nicipal, provincial y nacional. Yo creo quetodas estas grandes cuestiones que atra-

     viesan a la sociedad necesitan de una Uni- versidad que sea plural en su mirada y quele dé una solución técnica, pero que esasolución técnica siempre está permeadapor una mirada política. Así es que a esacontradicción que se ve desde auera no-sotros tenemos que verla como una nece-sidad de encontrar un marco de análisis noneutro pero sí multidisciplinar y técnico,

    sabiendo siempre que cada vez que emiti-mos una opinión ponemos en juego todoel prestigio que tiene la Universidad. Hayque entender que la Universidad es partedel Estado y no una caja separada e incon-taminada. Es un lugar adonde la gente puede

     venir a buscar la solución a un montónde problemas que tiene y no un lugar quesirve solamente para capacitarse e irsecon un título proesional. La Universidadno es un lugar que tiene que trabajar parasatisacer necesidades individuales de los

     jóvenes o de la amilia de los jóvenes.

    –¿Cuáles son las lecturas que se hacen al

    momento de decidir los debates cultura-les o políticos en los que la Universidaddebe intervenir? ¿Considera que existeuna frontera que la institución no debeatravesar?

    –No, yo creo que no hay una rontera, perola Universidad tiene que preservarse y, alinvolucrarse en estos debates, no caer presa

    Derechos Humanos: una tradición universitariaEn la marcha del pasado 24 de marzo hubo un aplauso extendido cuando se men-

    cionó que había una continuidad de la gestión rectoral de la UNC. Quedó explí-

    cito en ese aplauso el vínculo muy fuerte que existe hoy entre la Universidad, los

    organismos de Derechos Humanos y los movimientos sociales. ¿Cómo analiza ese

    vínculo?

    –Para empezar, ese no es un vínculo reciente. Nuestra universidad tuvo un núme-ro importante de víctimas, lo mismo que nuestra facultad, el FAMAF: hubo de-saparecidos, presos, exiliados, otros que fueron despedidos. Este vínculo se ori-gina allá por el inicio, cuando fuimos blanco de la teoría de la seguridad nacional.Los Derechos Humanos estuvieron siempre en la agenda de la Universidad, condistintas miradas, por supuesto, pero estuvieron siempre presentes, en todoslos gobiernos. Lo que ha pasado en estos últimos años es que los organismosde Derechos Humanos, la problemática de los Derechos Humanos y por lo tantola sociedad en general, han encontrado en la UNC, un espacio particular que lespermitió tener también esa mirada comprometida, política y técnica, como ha-blábamos anteriormente. Ayudó a legitimar la lucha por los Derechos Humanos.Toda esta trayectoria y no solamente los últimos años son los que se consagranen ese aplauso que escucharon. Es un aplauso a una comunidad que supo con eltiempo madurar la problemática de los Derechos Humanos.

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    de objetivos secundarios. No es un límite,es un cuidado. Siempre por detrás de es-tos debates hay grandes intereses en juegoy nosotros tenemos que preservar, ahí sí,la neutralidad con respecto a los intere-ses particulares. enemos que respondersiempre con la solución que creemos quees la mejor y saber que no todos los pro-blemas tienen una solución clara. Este esel caso, por ejemplo, de la basura. Por lodemás, yo no creo que haya temas en losque la universidad no se deba involucrar, aexcepción de las cuestiones de concienciapropia del ser humano en las que el Estadono debe tener ninguna injerencia, temas

    como la religión o las creencias en generalque hacen a la vida privada de las personas.

    Un río que e ncausa muchos arroyos

    –En los últimos discursos, durante la

    campaña, usted habló del movimientoCambio Universitario como de un grupo

    político que no es nuevo sino que tiene

    muchos años y que atravesó a muchasgeneraciones.

    –Claro, porque fijate vos que se nos acusade ser poco plurales y sin embargo lo queyo veo es que con el correr del tiempo Cam-bio Universitario se ha convertido en unrío caudaloso en el que confluyen muchosarroyos, entre ellos nosotros, sumando

    gente de procedencias muy variadas, quetal vez en su juventud estaban muy sepa-rados, y que hoy encuentran en Cambioun espacio de contención política por unproyecto de Universidad común. Ese es unlogro muy importante. En particular losque rondamos los cincuenta años y uimosparte desde el inicio de la democracia deeste movimiento, nos sentimos muy grata-mente acompañados por muchos actoresde la militancia de aquellos años y quemilitábamos en espacios muy divergentes.

    –También menciona permanente-mente la necesidad de construir una

    Universidad con una fuerte improntalatinoamericana.

    –Exactamente. Es que nosotros nos cria-mos con universidades poco conecta-das entre sí y con escasos vínculos connuestros países vecinos, que incluso eranconsiderados como enemigos potenciales.La democracia le sentó muy bien a la Uni-

     versidad, inclusive durante sus mayorescrisis. Hoy analizamos problemáticas queson comunes a toda la región. Nos esta-mos acercando a un sistema científico, tec-nológico y educativo extremadamente ricoen el que estamos tomando conciencia de

    que la ciencia, la técnica y la educaciónson valores estratégicos en el proceso dedesarrollo del continente. Hoy existe enAmérica Latina el convencimiento de quelas problemáticas son comunes y eso es in-teresantísimo a nivel regional.

    –La idea de una universidad popular,por otra parte, aparece muchas veces enantagonismo a la idea de una universi-dad de excelencia. ¿Cómo se maneja esarelación?

    –El vínculo entre los sectores popularesy la universidad es más simple de lo queparece. Cuando hablamos de inclusión nosreerimos a la universidad como un instru-mento necesario para que los ciudadanos

    encuentren una solución a sus expecta-tivas laborales. Pero esa es la parte mássimple. En esa parte el sistema educativotiene grandes alencias. Por más que dem-os becas, debemos involucrarnos muchomás con los otros niveles de educación delEstado, algo que es muy complejo, pues laeducación inicial, primaria, secundaria yterciaria no universitaria es un problemade las jurisdicciones y no de la Nación.Ahí hay una gran disociación y para eso esnecesario articular. Pero, por otra parte, elproceso educativo no termina con una car-rera de grado, o de posgrado, que por su-puesto son deseables. Existen un montónde actividades intermedias de las cuales la

    Universidad debe ocuparse de satisacer.Los intereses de los jóvenes, las demandaslaborales que hay. Nuestra acultad tiene,por ejemplo, una tecnicatura en Villa ElLibertador capacitando para otros nivelesdel mercado laboral a los que la univer-sidad les ha sido esquiva. La ormaciónde individuos es un proceso continuo enel que es preciso considerar también a laspersonas que no tienen acceso a la Univer-sidad. Nosotros debemos ser inclusivos ala hora de decidir qué problemas vamos atratar de resolver, no ocupándonos de re-tribuciones en prestigio, sino con muchoénasis en la búsqueda de soluciones a

    los problemas que abarcan a las personasque tienen poco acceso a soluciones poruera de la Universidad. Porque son caras,porque los problemas son complejos,porque hay intereses en juego.

    Los debates culturales y los SRT

    –Los espacios culturales y los medios decomunicación –tan importantes y discu-tidos que pertenecen a la universidad–plantean por fuera de la naturaleza pro-pia de la docencia y la investigación unamultiplicidad de temas a discutir. ¿Cuáles el rol que juegan estos espacios?

    –Hay una cosa que a mí no me gusta y esseparar la cultura de la ciencia y la téc-nica. Yo creo que pocas cosas hacen a la

    cultura como la creación, la transmisióny la preservación del conocimiento. Aúnen los temas más abstractos también es-tamos siendo agentes muy importantesde la cultura. Estamos transmitiendo elconocimiento y los valores que hereda-mos y creemos importantes. Separar entrecultura y naturaleza me parece un error.Déjame llevarlo más allá: también tienencultura los grandes simios, no es exclusivi-dad de los humanos. Además, a la culturala hacen las mentes; las mentes están muy

     vinculadas a los cerebros y los cerebrosson órganos naturales. Es complejo de-sagregarlo. La universidad siempre da unadisputa cultural en todos sus rentes.

    –Sobre los Servicios de Radio y Tele- visión (SRT) se debatió mucho duranteesta campaña electoral, en la que fueronatacados como medios carentes de plu-ralidad. ¿Cómo se construye a su criterioun medio universitario plural?

    –Lo primero que tenemos que tener encuenta es que tener dos radios y dos cana-les de televisión para la Universidad tieneque tener una finalidad muy específica.Nosotros no estamos ni para competircon el Estado –canales como Encuentroo la V Pública– ni para competir conel sector privado. A mí me parece que se

    le exige a la Universidad desde otros me-dios privados algo que no se encuentra enesos otros canales, cuando en realidad loque nos deberían demandar es ortalecerel carácter universitario de nuestra pro-gramación. El Estado Nacional no recono-ce que el sistema universitario de mediosdebe ser financiado por el Estado y a no-sotros nos implica un uerte esuerzo paracomercializar publicidad. Entonces, meparece que esto merece una mirada másprounda, más crítica. Pero para decirlo deuna orma más simple: a mí me llama laatención que les moleste las opiniones quese emiten y no que cuestionen, si querés,que no somos todavía un medio de carác-ter universitario. No me imagino un canalaburrido que pasa documentales, sino que

    me imagino un canal con una programa-ción de alta calidad que sirva como caja deresonancia de lo que nosotros generamos,tanto para transmitir como también paracapacitar, donde todos los sectores de lasociedad encuentren espacio para poderdebatir la agenda pública. Eso es lo quea mí me interesa. Por otro lado, despuésde las elecciones un periodista de los SRtuvo palabras muy duras tanto para mícomo para el proceso electoral. Eso tam-bién pasó dentro de los SR y me ponemuy contento. Sin embargo parece quenadie lo rescata. Yo no veo en otros me-dios esa amplitud de criterio. ■

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    Al cine en pijamaStella Navarro Cima

    Las crónicas de los cines de los barrios de Córdoba, el humor y las comparsas, tienen una rica historia queliga los orígenes de los barrios con el acontecimiento público que generaban las primeras películas. Uno deellos, quizás el más emblemático en estos días, es “La Piojera” de Alberdi, el excine Moderno, amenazado.

     G .M o s  c  oni    .T  e n s  a C  al   m a .Hi    er r  o , c h  a  p a b  a t  i    d  a  y   pi    e d r  a s  a  p o ,2  0 0 7  .

    La literatura primero y luego el cinedan cuenta de lo absurda o lo antásti-ca que puede ser la vida. Esa memoria delinstante totalmente paradójico al mismotiempo que antástico se lo llevaron las le-tras de molde, las novelas como el Quijoteentre otras tan amosas. Más tarde, el len-guaje de la pantalla grande es quien se en-

    carga de expandir ese goce por el absurdoa todas las ronteras desde el lenguaje ges-tual y despojado de las primeras películasde cine mudo.

    A ello le debemos sumar los que están delotro lado del libro o del telón –que no sonpocos– y que no hay autor o director que

    pueda predecir: el público lector. Menosaún, resulta imposible llegar a imaginarlo que podría pasar una tarde de “sábadoinglés” en la década del cuarenta entreunas rías butacas de madera en algúncine de barrio de la ciudad de Córdobacomo el excine Colón (en Alberdi), elexcine Urquiza, el excine Apolo (en San

    Vicente), el excine Astral (en Alta Cór-doba), etc. Al respecto, Ana B. Flores en elDiccionario crítico de términos del humor

     y breve enciclopedia de la cultura humo-

    rística argentina nos advierte sobre el o loseectos del humor y también gracias a loque la investigadora revela podemos pen-sar en los eectos del cine o de la literaturaen el público.

    En una de las entrevistas que supe hacera “Caballo”, gran cacique de las compar-sas de barrio San Vicente, resolví unaduda carnavalera que me venía dando

     vueltas: –¿Por qué los indios de las com-parsas cordobesas se parecen a los indiosnorteamericanos?–, tranquilamente, elcacique cordobés me respondió que lostrajes estaban inspirados en las películasde cowboys que veían una y otra vez en elcine del barrio que ya no está.

    En “La Piojera” –excine Colón– el largo-metraje ocupaba un lugar preponderante,pero también se le sumaban las anécdotasque ocurrían mientras pasaban el filme,muchos iban a vivir la película, como siésta uera completamente “en vivo”. Ima-ginar las ocurrencias producto del choqueentre estudiantes y criollos de barrio“Pueblo Alberdi” es diícil de creer en es-tos tiempos de espectadores colonizadospor los cines estándares de los centroscomerciales.

    Nunca perder la butaca

    Un plus de diversión asegurada orecíanlas butacas de los incómodos cines de losbarrios de Córdoba porque su público,sumamente heterogéneo, reunía a la co-media humana del sector. En eecto, elcine como una argamasa juntaba obrerosy estudiantes, señoras y señores. La vidaera una lucha, y nadie estaba dispuesto a

    perder su butaca y menos aún cambiar suscostumbres que le daban ortaleza e iden-tidad ante los otros.

    Es más, hoy sería prácticamente impo-sible encontrar una sola persona conguardapolvo de médico en el cine, aunquesea día lunes –como cuenta Bravo edínque eran los lunes en “La Piojera”–: lospreeridos por los estudiantes del Hos-pital de Clínicas no solo porque era máseconómica la entrada, sino porque pasa-ban las películas de cowboys más taquille-ras como el Llanero Solitario, El aplastaEspía, etc., y los cortometrajes de 12 capí-tulos seguidos.

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    César Barraco

    La Biblia y elnoticiero

    ampoco, nadie sospecharía al entrarque algunas de las butacas ya tendríandueño o dueña, como era el caso de doñaMaría, canillita de la cuadra. Menos aúnque alguien osara u osase quitarle su lugarde preerencia de los lunes y los viernes;

    igual no altaba quien conociéndola se di- virtiera sentándose en su lugar y hacién-dola rabiar un rato, ligando sus exabrup-tos, obvio. Además, ella como nadie, sesabía de memoria los guiones y los repetíaen voz alta, sin equivocarse como un re-sponso que todo el mundo