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1 E XTRACTO DE S TRATEGY SAFARI Henry Mintzberg - Joseph Lampel - Bruce Ahlstrand - INTRODUCCIÓN Aunque de alguna manera visitada por todo ejecutivo que se precie, la estrategia y su proceso de formación para la gran mayoría sigue siendo territorio desconocido. No obstante, desde cualquier puesto gerencial se la habrá visto evolucionar con la época, adoptando y descartando con igual convicción cada nueva teoría o enfoque metodológico. Asociado a menudo con la forma y no con el fondo, el proceso de formación de la estrategia fue objeto de estudio de la teoría del management desde su nacimiento. Planeación estratégica, análisis FODA, proyección de escenarios, el concepto de visión y la teoría del juego son algunos de los conceptos que en las últimas décadas se han sumado eclécticamente en la práctica de la dirección estratégica. Con o sin consultor de soporte, directores y gerentes los han usado con mayor o menor éxito y han contribuido con la experiencia a corroborar, refutar o adaptar las premisas teóricas. En este "cuaderno de viaje", tres especialistas en estrategia, puestos a observar la teoría a la luz de la realidad empresaria, describen sus impresiones del paisaje. Las organizaron en diez "escuelas" agrupadas en tres grandes tipos ó corrientes. Las descriptivas se limitaron a ordenar lo "visible". Las prescriptivas empezaron a ocuparse del contenido y la más ecléctica, y por ello única en el grupo, reconoció que no todo es como debe ser ni lo que debe ser alguna vez llega a ser. En ese camino más de un gerente se sentirá representado. Y los que no se reconozcan contarán con herramientas para armar el rompecabezas del proceso que siguen a la hora de diseñar su estrategia, y detectar las piezas que faltan.

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EXTRACTO DE “STRATEGY SAFARI” Henry Mintzberg - Joseph Lampel - Bruce Ahlstrand -

INTRODUCCIÓN

Aunque de alguna manera visitada por todo ejecutivo que se

precie, la estrategia y su proceso de formación para la gran

mayoría sigue siendo territorio desconocido. No obstante, desde

cualquier puesto gerencial se la habrá visto evolucionar con la

época, adoptando y descartando con igual convicción cada nueva

teoría o enfoque metodológico. Asociado a menudo con la forma

y no con el fondo, el proceso de formación de la estrategia fue

objeto de estudio de la teoría del management desde su

nacimiento.

Planeación estratégica, análisis FODA, proyección de escenarios,

el concepto de visión y la teoría del juego son algunos de los

conceptos que en las últimas décadas se han sumado

eclécticamente en la práctica de la dirección estratégica. Con o

sin consultor de soporte, directores y gerentes los han usado con

mayor o menor éxito y han contribuido con la experiencia a

corroborar, refutar o adaptar las premisas teóricas.

En este "cuaderno de viaje", tres especialistas en estrategia,

puestos a observar la teoría a la luz de la realidad empresaria,

describen sus impresiones del paisaje. Las organizaron en diez

"escuelas" agrupadas en tres grandes tipos ó corrientes. Las

descriptivas se limitaron a ordenar lo "visible". Las prescriptivas

empezaron a ocuparse del contenido y la más ecléctica, y por ello

única en el grupo, reconoció que no todo es como debe ser ni lo

que debe ser alguna vez llega a ser. En ese camino más de un

gerente se sentirá representado. Y los que no se reconozcan

contarán con herramientas para armar el rompecabezas del

proceso que siguen a la hora de diseñar su estrategia, y detectar

las piezas que faltan.

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Henry Mintzberg es profesor en el Insead, Fontainebleau, y en la

Universidad McGill de Montreal, Canadá. Joseph Lampel tiene a

su cargo la cátedra de Management estratégico en la Universidad

de Saint Andrews, y Bruce Ahlstrand es profesor en la

Universidad de Trent, Canadá.

CON USTEDES , LA BESTIA

En busca de un elefante al que nadie ha visto completo,

empezaremos un safari por las diez escuelas de management que

trataron de describir el proceso de formación de la estrategia,

una bestia de la que todos hablan pero que sólo han observado

por partes. Esas diez escuelas pueden agruparse en prescriptivas

—las tres primeras— y descriptivas, las seis siguientes. La última,

la escuela de la configuración, es dueña absoluta de su categoría.

Una visión integradora que procura acercarse a lo que termina

siendo un elefante completo.

LA ESCUELA DEL DISEÑO

L A E S T R A T E G I A C O M O P R O C E S O D E C O N C E P C I Ó N

La más influyente, sin duda, fue la responsable, entre otros

conceptos, del análisis FODA o SWOT, un esquema infaltable en

cualquier presentación de negocios, cuyo objeto es determinar las

fortalezas y debilidades de la organización a la luz de las

oportunidades y amenazas del entorno para así buscar el ajuste o

"fit" entre las capacidades internas y posibilidades externas.

Los orígenes de esta escuela se remontan a dos publicaciones de

los '60: Leadership in administration de Philip Selznick (Berkeley)

y Strategy and Structure de Alfred Chandler (MIT). El primero

introdujo los conceptos de competencia diferenciadora o distintiva

y expectativas externas, y la necesidad de crear una "política

dentro de la estructura social de la organización" —lo que

después se llamó implementación. Chandler, a su vez, impuso la

fundamental relación secuencial entre estrategia y estructura.

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3

Pero fue un libro de texto de la Harvard Business School el más

representativo —y leído— en esta escuela de pensamiento:

Business Policy: Text and Cases.

El modelo básico para la formulación de estrategias allí propuesto

sencillamente respondía a los principios indicados. Selznick

sumaba al análisis externo e interno otros dos factores que

consideraba relevantes en el diseño de la estrategia: las

creencias y preferencias de quienes lideran la organización y la

responsabilidad social. Se asumía que de las estrategias

resultantes del proceso, una era la mejor. Algunos criterios para

identificarla: consistencia, consonancia — o sea, su perfil

adaptativo al entorno—, ventaja competitiva y viabilidad. Esa

primera etapa analítica convergente daba paso, en esta segunda

fase, a la implementación que, divergente, la hacía llegar a toda

la organización.

L A S P R E M I S A S

1. La formación de la estrategia es un proceso deliberado de

pensamiento consciente.

2. La responsabilidad de ese control y carácter consciente es del

CEO.

3. El modelo de formación de la estrategia debe ser simple e

informal.

4. La mejor estrategia resultará de la aplicación del modelo al

caso particular: lo importante en su formulación es evaluar la

situación específica y aplicar el proceso corrector para formularla.

5. El proceso de diseño está completo cuando la estrategia se

formula como perspectiva.

6. La estrategia debe ser explícita.

7. La estrategia debe implementarse una vez formulada por

completo.

Consistente con los principios clásicos de racionalidad —al

diagnóstico sigue la prescripción y sólo entonces llega la acción—,

esta escuela separaba claramente el pensamiento de la acción.

Por lo tanto, si la estructura sigue a la estrategia deberá

reformularse con cada cambio estratégico.

C R Í T I C A

De las premisas del modelo se desprende que esta escuela no

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toma en consideración factores tales como el desarrollo

incremental y la estrategia emergente, la influencia de la

estructura existente o la participación de otros actores más allá

del CEO. Aun cuando se lo considere sólo un "marco", el modelo

promueve el divorcio entre pensamiento y acción. Por un lado,

deja afuera la posibilidad del aprendizaje y, por el otro, somete a

las capacidades establecidas de la organización —aun cuando el

modelo las considere como input para formularla— a los cambios

de estrategia. Si bien la organización debe ser maleable, no

parece razonable modificarla cada vez que el líder cambia la

estrategia. Se supone que la formación de la estrategia es un

proceso integrado; de ninguna manera, una secuencia arbitraria.

De allí que esta separación puede resultar conveniente para el

estudio de casos, pero peligrosa en la práctica empresaria. No

sólo por ese divorcio entre formulación e implementación, sino

también por la relativa cristalización del entorno externo e interno

en el análisis FODA. La formulación no se transmite sin

distorsiones. A su vez, puede oponer resistencia. El entorno

tampoco permanece inmóvil hasta la próxima estrategia: cambia

constantemente, sea estable o turbulento. En este último caso

puede inutilizarlas. Y quebrar una relación que representa una de

las mayores contribuciones de esta escuela al pensamiento

estratégico: la concordancia o "fit" entre las oportunidades

externas y las capacidades internas.

LA ESCUELA DEL PLANEACIÓN

L A E S T R A T E G I A C O M O P R O C E S O F O R M A L

Profusamente alabado por la literatura especializada, la

planeación estratégica se incorporó al esquema de pensamiento

de los gerentes como un proceso moderno y progresista. La

estratégia sería guiada por un grupo de planificadores con acceso

directo al CEO. Sobre la base de algunas premisas de la paralela

escuela del diseño, esta escuela no aportó demasiado

cualitativamente, aunque la literatura publicada sobre el tema

aumentó de manera considerable.

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De hecho, hay cientos de modelos de planeación estratégica

diferentes: cada texto o consultor que se preciara tenía el suyo.

Todos giran en torno a las mismas ideas básicas: tomar el

análisis FODA, dividirlo en una serie de pasos prolijamente

delineados y articulados, con checklists y técnicas de evaluación y

aplicación; incluir los objetivos al principio, y el presupuesto y el

plan de acción al final. Obviamente, hay tantos diagramas de

flujo como modelos pero, en general, primero se cuantificaban los

objetivos como algo separado de la estrategia —a diferencia de la

escuela del diseño que los mantenía integrados— que servirían

para fijar la dirección. Generalmente al análisis FODA se sumaba

un pronóstico de las condiciones futuras del entorno: en distintos

escenarios se postulaban estados alternativos de la situación

futura de la organización. Para la evaluación de la estrategia, las

metodologías sugeridas eran de lo más diversas: valuación de la

estrategia competitiva, análisis de riesgos, curva de valor, valor

para el accionista.

Pero donde el modelo se volvía más detallista era en la etapa

operativa. Dada su tendencia a la formalización, en la

implementación disfrutaba del análisis, elaboración y

racionalización. Los planes estratégicos de largo plazo, por lo

general, a cinco años, se abrían en planes a mediano plazo

subdivididos en planes operativos para el próximo ejercicio. Cada

uno con sus objetivos, presupuestos, subestrategias y planes de

acción. Todos para ser cumplidos a pie juntillas. Con la escuela de

planeación, el modelo simple e informal de la escuela de diseño

se convirtió en una secuencia elaborada de etapas que responde

a la concepción mecanicista del mundo: producida cada una de

las partes componentes según lo establecido, ensambladas de

acuerdo con lo estipulado, el resultado será el producto final

buscado. Y aunque en principio el CEO seguía siendo el arquitecto

de la estrategia, no lo era por diseñarlas sino por aprobarlas ya

que con los planes llegaron los "planificadores", para esta escuela

los verdaderos jugadores en el proceso. Se hablaba de análisis,

cronogramas y presupuestos pero virtualmente nada sobre la

creación real de la estrategia.

AL G U N O S D E S A R R O L L O S R E C I E N T E S

Más allá de las variaciones sobre el modelo central, hubo algunos

desarrollos posteriores específicos. La ya mencionada

planificación de escenarios, por ejemplo, aun asumiendo que el

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6

futuro es impredecible, procura, especulación mediante, definir

una variedad de entornos probables. Un ejercicio que puso de

moda la Royal Dutch Shell a mediados de los '80. Aun cuando

ninguno de los escenarios se ajuste completamente a la realidad,

la actividad en sí resulta estimulante.

Por su parte, aunque muchos lo consideren autónomo, los

alcances del control estratégico son idénticos a los de la

planificación estratégica. Se lo incluye entre los tres estilos de

elaboración de estrategias de las grandes corporaciones: una

versión híbrida que combina la promoción de los intereses

corporativos del planeación estratégica —todo se resuelve en la

casa matriz— y la autonomía de las unidades de negocios típica

del control financiero en el que el presupuesto es la herramienta

de control.

L A S F A L A C I A S D E L P L A N E A C I Ó N E S T R A T É G I C A

Los problemas con el modelo empezaron a principios de los '80 .

El máximo exponente fue la debacle en General Electric. Con la

llegada de Jack Welch, los planes y sus planificadores

desaparecieron de manera sangrienta. No fue el único caso.

Porque, como señalara Ansoff, "para la mayoría de las empresas,

en realidad, era tranquilizador embarcarse en la planificación de

largo plazo por extrapolación". A la hora de analizar el fracaso, no

obstante, el lugar común era endilgárselo a problemas

corporativos y no a las debilidades del proceso en sí. Aunque los

managers no se quejaban del mal funcionamiento del planeación

estratégica, sino de las consecuencias adversas de su

funcionamiento apropiado.

Partiendo de la base de que, en esencia, lo criticable del

planeación estratégica es que la estrategia no nace de un proceso

formal, estructurado, se observa que confluyen en él tres

falacias. Según la falacia de la predeterminación, para

embarcarse en un proceso de este tipo, la empresa debe estar en

condiciones de predecir la evolución de su entorno, controlarlo o

simplemente asumir su estabilidad. Pueden predecirse patrones

repetitivos o estacionales, pero nunca las discontinuidades, los

descubrimientos o innovaciones tecnológicas o los aumentos de

precios. Por su parte, la falacia de la separación aparta la

planeación de la acción, la formulación de la implementación y al

estratega del objeto de su estrategia ya que, una vez

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7

sistematizado, el proceso es el que decide. Ergo, se lo podría

dirigir por control remoto. Los estrategas efectivos, en cambio, se

sumergen en la realidad diaria para abstraer sus mensajes y

conectan la acción con el pensamiento, que a su vez asocia

formulación e implementación. La tercera falacia se relaciona

directamente con la posibilidad de la planeación estratégica como

sistema de recrear el "genio entrepreneur". La investigación ha

demostrado que la formación de la estrategia es un proceso

inmensamente complejo que implica el más sofisticado, sutil y

subconsciente de los procesos humanos, sociales y cognitivos,

demanda todo tipo de información, en su mayoría no

cuantificable, y accesible sólo a personas que tengan los pies

sobre la tierra. Las estrategias efectivas ponen de manifiesto

cualidades emergentes y, aun cuando sean significativamente

deliberadas, parecen mucho menos formalmente planeadas que

informalmente visionarias. Se nutren del aprendizaje, del error,

de los descubrimientos casuales y del reconocimiento de patrones

inesperados. En consecuencia, exigen perspectiva, creatividad y

síntesis, todo lo que la planeación estratégica desalienta. El

fracaso del planeación estratégica es el la falacia de la

formalización: los sistemas formales nunca podrán internalizar

la información, comprender su significación o sintetizarla. El

diseño de la estrategia, como la creatividad, necesita moverse

fuera de recuadros o categorías para así poder crear nuevas

perspectivas y combinatorias. Como explicara Humpty Dumpty,

no todo lo que se separa en partes se puede volver a unir. De la

combinación de las tres resulta la "gran falacia": como el análisis

no es síntesis, planear estratégicamente nunca significará

construir una estrategia.

LA ESCUELA DEL POSICIONAMIENTO

L A E S T R A T E G I A C O M O P R O C E S O A N A L Í T I C O

En los '80, ahora sobre la base de la mayoría de las premisas del

planeación estratégica, empieza a desarrollarse una nueva

escuela que procura agregarle contenido. Al poner el énfasis en

las estrategias en sí mismas, en lugar de centrarse en el proceso

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que lleva a ellas, despertó el interés sobre su costado

prescriptivo. Bautizado como "management estratégico", este

enfoque se expandió rápidamente. Se multiplicaron las

conferencias, cursos y publicaciones, aparecieron las consultoras,

las "boutiques estratégicas". La publicación de Estrategia

competitiva de Michael Porter, en 1980, fue la divisoria de aguas.

A diferencia de la escuela precedente, la escuela del

posicionamiento afirmaba que sólo unas pocas estrategias clave

—en la forma de posiciones en el mercado— pueden defenderse

de los competidores presentes y futuros. Es decir, que las

empresas que consiguieran esas posiciones obtendrían ganancias

más altas que las que no, lo que a su vez garantizaba una

reserva de recursos adicional para la expansión y consolidación.

Siguiendo esa lógica se pudo definir un número limitado de

estrategias básicas genéricas para las distintas industrias. La

formación de la estrategia seguía siendo un proceso consciente,

controlado, que producía estrategias deliberadas completamente

desarrolladas que debían explicitarse antes de ser formalmente

implementadas. La secuencia estrategia-estructura se mantuvo

pero encerrada en otra estructura mayor, la "industria",

igualmente condicionante para ambas. El CEO conservaba aquí su

carácter de estratega y el planificador, su puesto detrás del

trono, aunque ahora como analista —a menudo, un consultor

externo— que estudiaba toda la información "dura" para luego

recomendar las estrategias genéricas que consideraba aplicables.

Seguía sin diseñarlas, sólo las seleccionaba.

L A S O L A S

En esta escuela hubo tres "olas" de ideas: las máximas militares

tempranas, los imperativos de los '70 y el trabajo empírico de los

'80. Comparte con la estrategia militar el objetivo de conseguir

posiciones tangibles en contextos competitivos, el interés por

conocer el terreno y las condiciones ideales de ataque y defensa.

Ya El arte de la guerra de Sun Tzu enfatizaba la importancia de

tener información sobre el enemigo y el lugar de batalla y

reconocía la ventaja de quien se mueve primero. Carl von

Clausewitz se ocupó de resumir en On War la particular visión

que Napoleón tenía de la guerra. Hasta entonces considerada una

actividad de resolución de problemas, Napoleón la veía como una

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actividad creativa, con final abierto, como resultado de las

tensiones y contradicciones inherentes a la interacción humana.

Harry Summers en 1981 reposicionó la premisa básica de

Clausewitz, "la guerra es la continuación de la política por otros

medios", a la que contra la interpretación dominante, equiparó a

una advertencia: la estrategia no debe ser dominada por el corto

plazo. Otro teórico de la guerra, B.H. Liddell-Hart señaló que el

objetivo de la estrategia debe ser desequilibrar al enemigo y

quebrar su capacidad de respuesta haciendo lo inesperado.

La segunda ola fue la de los "imperativos" de los consultores, una

consecuencia lógica de este enfoque a su medida. Podían llegar a

una empresa, sin el menor conocimiento del negocio, analizar la

información disponible, hacer malabares con un conjunto de

estrategias genéricas en un gráfico, redactar un informe, facturar

y partir. Y florecer en nichos conceptuales propios. Mejoraron las

máximas militares pero convirtieron los resultados de su análisis

en nuevas máximas. El Boston Consulting Group (BCG), por

ejemplo, desplazó el foco del planeación hacia la estrategia en sí.

La famosa matriz BCG de crecimiento y participación de mercado,

como parte de la planificación de cartera, le permitía a una

empresa diversificada asignar recursos a los distintos negocios

con un criterio sistemático. De naturaleza reduccionista, entre

estrellas, vacas lecheras, perros y niños problema, se escondían

las dos categorías principales de la escuela del diseño —entorno y

capacidades internas— y una dimensión clave para cada una —

crecimiento del mercado y participación relativa— distribuidas en

los dos ejes de una matriz, divididos, a su vez, en dos niveles.

Resultado: cuatro estrategias genéricas. Lo único que debía hacer

la empresa era delinear su situación y seleccionar la estrategia o

secuencia de estrategias más recomendable. Sin olvidar que lo

que parece una estrella puede ser un agujero negro y que las

vacas lecheras pueden dar leche o nuevos productos, siempre y

cuando alguien se acuerde de invertir en un toro.

En la tercera ola, el factor dominante fue la búsqueda empírica de

relaciones entre las condiciones externas y las estrategias

internas. Porter es su máximo exponente. Para él la estrategia

debe basarse en la estructura del mercado en que la empresa

opera. En Competitive Advantage desarrolla una serie de

conceptos, entre los cuales su modelo de análisis competitivo, el

conjunto de estrategias genéricas y su noción de cadena de valor

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10

fueron los más prominentes.

En ese modelo, identifica cinco fuerzas en el entorno de una

organización que influyen en las condiciones de competencia: la

amenaza de los nuevos competidores que puedan superar las

barreras de entrada protectoras; el poder de negociación de los

proveedores; el poder de negociación de los clientes; la amenaza

de los productos sustitutos y la intensidad de la competencia.

Ventajas competitivas, en cambio, sólo ve dos: el precio y la

diferenciación, las que en el marco de un determinado negocio se

combinan para producir tres estrategias genéricas: liderazgo por

precio, por diferenciación y por foco. Ninguna empresa puede ser

todo para toda la gente: debe construir su ventaja competitiva

alrededor de una. Si no consigue hacerlo quedará "atrapada en el

medio". El liderazgo por precio trabaja en ganar experiencia,

invierte en instalación para producción masiva, aprovecha las

economías de escala y controla cuidadosamente los costos

operativos. La diferenciación requiere el desarrollo de productos o

servicios técnicos, confiando en la lealtad del cliente y la fuerza

de la marca. El foco es sinónimo de segmentos limitados, líneas

de productos o mercados geográficos y es perfectamente

combinable con las otras dos: ofertas diferenciadas para el

mercado foco o líder en precio en ese mercado específico. Contra

la opinión de Porter, numerosos autores aseguran que nadie

queda "atrapado en el medio" y dan ejemplos en uno y otro

sentido. Miller cita a Caterpillar, cuya estrategia fue la

diferenciación por la calidad. Al olvidar la eficiencia y el costo,

resultó muy vulnerable al ataque japonés. Por su parte, Baden-

Fuller y Stopford señalan el caso de Benetton, que logró producir

alta moda a bajo costo y a gran escala.

Porter incorpora luego el concepto de cadena de valor y

desagrega a la empresa en actividades principales, directamente

relacionadas con el flujo de producción y de apoyo. Ser el mejor

en marketing puede no ser una ventaja competitiva si el área de

operaciones es débil.

A partir de Porter, la literatura sobre posicionamiento estratégico

se multiplicó. Parte se concentró en relacionar estrategias

genéricas particulares con las condiciones externas que les

resultaran favorables; otra, en "grupos estratégicos", Porter dixit,

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o conjuntos de empresas en una industria con una combinación

similar de estrategias.

También ganó popularidad por esta época la teoría del juego.

Desarrollada inicialmente por Von Newman y Morgenstern en

1947 para el análisis de la política nuclear de las superpotencias

durante la guerra fría, ya había sido usada en economía cuando

la descubrió la estrategia. Como los países, las empresas a veces

se encuentran en situaciones en las que la competencia sin

límites produce perjuicios a todos: es preferible la cooperación.

Aunque transformar el juego de suma cero en un juego de suma

positiva, o "ganador-ganador", no se logra si no se usan otras

estrategias. Brandenburger y Nalebuff en un artículo que

escribieron en 1995 pusieron el ejemplo de la industria

automotriz norteamericana, que se debatía en el vicioso ciclo de

la guerra de precios hasta que General Motors decidió quebrarlo

con una tarjeta de crédito que garantizaba a sus usuarios un

descuento en compras futuras de automóviles de GM. Otros la

siguieron asumiendo, lo que en esta teoría se llama compromisos

creíbles; en este caso, competir por la lealtad del cliente y no por

el aumento de las ventas en el corto plazo. Aunque contempla

una serie de estrategias posibles, en realidad, la teoría del juego

no ayuda al estratega a resolver sino a pensar.

C R Í T I C A

Como en la escuela del diseño, la separación entre acción y

pensamiento hace al proceso de construcción de la estrategia

excesivamente premeditado y, en consecuencia, contrario al

aprendizaje estratégico. Y tal como en el caso de la escuela de

planeación, se corre el riesgo de dibujar el futuro extrapolando

las tendencias del presente, de depender en exceso de los datos

duros y de formalizar en exceso el diseño de la estrategia.

Demasiado centrada en lo económico y cuantificable, deja de lado

lo social y lo político, y restringe el contexto a la industria y la

competencia, sacrificando, a su vez, las capacidades internas. El

tercer punto débil es el proceso en sí. El mensaje de la escuela

del posicionamiento es no salir al exterior y aprender, sino

permanecer en "casa" y calcular. Pero el cálculo excesivo anula la

creatividad y también evita el compromiso personal. No existe

una estrategia óptima que se pueda preparar por adelantado. La

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12

estrategia exitosa depende de la energía de gente comprometida:

ellos la "hacen" buena porque la hacen "real", más aun cuando

ellos mismos la crean. Justamente, las batallas más famosas del

mundo de los negocios —y de la guerra— no se ganaron por

hacer lo que dictaba la doctrina aceptada sino por quebrar los

patrones.

LA ESCUELA ENTREPRENEUR

L A E S T R A T E G I A C O M O P R O C E S O V I S I O N A R I O

Según esta escuela, descriptiva, la organización es el resultado

de los dictados del líder y el entorno o medio, es decir, el terreno

de maniobras en el que se mueve. El concepto central de esta

escuela es la visión: una representación mental de la estrategia,

creada o, al menos, expresada por el líder. Esa visión sirve como

inspiración y como idea fuerza para la acción. Es una imagen

antes que un plan completamente articulado, por lo que se

mantiene flexible de modo tal que el líder pueda adaptarla en

función de la experiencia.

Prominente en la teoría económica neoclásica de la mano de

Joseph Schumpeter, la figura del entrepreneur, no obstante, se

limitaba a decidir qué cantidades producir y a qué precio: la

dinámica de la competencia se ocupaba del resto. En ese sentido,

Schumpeter introdujo la noción de destrucción creativa, la

máquina que el entrepreneur maneja y mantiene al capitalismo

moviéndose hacia adelante. Para él, el entrepreneur es la

persona con la idea del negocio, el innovador, el que pone las

ideas en movimiento, haciéndolas poderosas, y potencialmente

rentables. Por eso, deja de tener esa función entrepreneur

cuando deja de innovar.

Aunque inicialmente asociado exclusivamente a los creadores de

empresas, el concepto entrepreneur empezó a utilizarse para

describir el liderazgo personalizado, proactivo, con un propósito

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13

firme. Entonces, si el eje del enfoque son las decisiones, visiones

e intuiciones de individuos de ese tipo, lo más lógico era observar

los rasgos de los entrepreneurs más exitosos. Así se

determinaron algunas de sus características: fuerte necesidad de

controlar, deseo de independencia, orientación hacia los

resultados y logros, cierto resentimiento frente a la autoridad y

una tendencia a aceptar riesgos moderados. Busenitz y Barney en

1997 concluyeron que los entrepreneurs suelen presentar un

costado presumido que los lleva a "generalizar en exceso a partir

de algunas características u observaciones". Mintzberg también

describió al entrepreneur, esta vez, por su forma de elaborar una

estrategia. Los domina la búsqueda activa de nuevas

oportunidades, los problemas les parecen secundarios. Su

objetivo preeminente es crecer, centralizan el poder y no dudan

en "saltar" hacia lo incierto.

Mientras la escuela despersonalizaba el concepto y le daba vuelo

estratégico objetivo, se debilitaban las fortalezas del planeación.

La visión comenzó a ganar fuerza en la formulación de la

estrategia. Todas las empresas se desesperaron por buscar la

propia. Pero, ¿qué es la visión? Es lo que distingue a la

organización, la separa de las demás como una institución única.

Para Bennis y Namus, es el cuadro mental de un estado futuro

deseable para la organización. Al concentrar la atención sobre la

visión, el líder "opera" sobre los recursos emocionales y

espirituales de la organización, sobre sus valores, compromisos y

aspiraciones.

L A S P R E M I S A S

1. La estrategia existe en la cabeza del líder como perspectiva, un

sentido de la dirección a largo plazo, una visión del futuro de la

empresa.

2. El proceso de formación de la estrategia es semiconsciente,

basado en la experiencia e intuición del líder.

3. El líder promueve la visión casi obstinadamente, manteniendo

el control sobre la implementación para reformularla si fuera

necesario.

4. La visión es maleable, sensible a las directivas del líder.

5. La estrategia entrepreneur tiende a concentrarse en el nicho,

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14

uno o más sectores del mercado protegidos de la competencia

abierta.

C R Í T I C A

Esta escuela ha destacado dos aspectos críticos en la formación

de la estrategia: su naturaleza proactiva y el papel fundamental

del liderazgo personalizado y la visión estratégica. Especialmente

en los primeros tiempos, las empresas capitalizaron los beneficios

de ese sentido de dirección e integración. Resultaba útil tanto en

el lanzamiento del emprendimiento como en los momentos de

crisis. De todos modos, su mayor debilidad fue encerrar la

estrategia en la conducta de un único individuo. Que sigue siendo

una caja negra, ahora enterrada en el conocimiento humano.

LA ESCUELA COGNITIVA

L A E S T R A T E G I A C O M O P R O C E S O M E N T A L

Para comprender la visión estratégica y la forma en que se

desarrollan las estrategias se hizo necesario hurgar en la mente

del estratega, es decir, entrar en el campo de la psicología

cognitiva. Los estrategas en su mayoría son autodidactas: arman

su estructura de conocimiento y esquemas de pensamiento a

partir de la experiencia directa. Esa experiencia los transforma, el

entrepreneur modifica su conducta en consecuencia, con lo cual

reformula la experiencia subsiguiente, para reiniciar así el ciclo. El

análisis de esta dualidad conocimiento/experiencia abre dos

líneas dentro de la escuela. Una, más positivista, considera al

procesamiento y estructuración del conocimiento, un esfuerzo

para producir algún tipo de reproducción objetiva del mundo:

como una cámara que revela el mundo, acercando y alejando el

objetivo según el criterio del dueño. La otra, más subjetiva,

asocia la estrategia con una interpretación del mundo: una

creación de la mente a partir de lo que vio afuera.

Herbert Simon, con un Nobel en Economía en 1978 y una carrera

compartida entre la escuela de negocios y el departamento de

psicología de la Carnegie Mellon University, popularizó la idea de

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15

que la capacidad humana de procesamiento de la información es

limitada comparada con la vastedad y complejidad del mundo. La

toma de decisiones, por tanto, no es más que un esfuerzo por ser

racional, condicionado por un sinnúmero de prejuicios o sesgos,

entre ellos, la búsqueda de evidencia que corrobore las creencias

en lugar de refutarlas, la preferencia por la información

fácilmente recordable, la tendencia a asignar un nexo causal a

una simple correlación. Makridakis consignó algunos casos de lo

que dio en llamar "saber convencional". Un ejemplo: contar con

mayor información aumenta la confianza en la corrección de las

propias decisiones aunque no necesariamente mejore su calidad

o exactitud. Duhaime y Schwenk enumeran otras distorsiones

como el razonamiento por analogía, la ilusión del control o el

compromiso "progresivo" a medida que los resultados empeoran.

Obviamente y más allá de esos prejuicios, cada estratega tiene

un estilo "cognitivo", cuyo análisis, en el contexto de esta

escuela, permitiría saber algo más sobre el proceso de formación

de la estrategia. La clasificación de Myers-Briggs, por ejemplo,

sobre la base del trabajo de Karl Jung los agrupa en dieciséis

tipos o estilos cognitivos posibles a partir de la combinación de

cuatro pares de dimensiones opuestas: extroversión-introversión,

sentidos-intuición, pensamiento-sentimiento, juicio-percepción.

Cada una de las combinaciones posibles implica una forma

diferente de diseñar la estrategia.

Además de estos aspectos individuales, se debe tener en cuenta

el efecto que tiene sobre el proceso trabajar en ese sistema

colectivo de procesamiento de información que es la empresa.

Los gerentes satisfacen sus propias necesidades de información,

las de sus colegas y supervisores. La información se acumula e

integra, sumando distorsión más distorsión. Basta repasar los

prejuicios, sesgos y distorsiones mencionados para preocuparse

por la calidad de la información que recibe el CEO.

UN M A P A

Un prerrequisito esencial para pensar estratégicamente es la

existencia de estructuras mentales que organizan el

conocimiento. Llamadas alternativamente esquemas, conceptos,

guiones, modelos mentales, planos o mapas, estas estructuras

son las que permiten recorrer terrenos confusos con algún tipo de

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16

modelo de representación. Según Weick, "con el mapa en la

mano, la gente codifica lo que ve de manera tal que se ajuste al

máximo al mapa. El mapa prefigura sus percepciones, es decir,

ven lo que esperan ver. Pero a medida que aumentan las

discrepancias, comienzan a prestar mayor atención a la

experiencia inmediata, buscan en ella los patrones y relegan el

mapa a un segundo plano. Aunque, irónicamente, ese mapa haya

sido la base sobre la que se formaron los otros".

Es necesario entender, entonces, cómo hacen los estrategas para

sintetizar la información en nuevas perspectivas. Para los

"constructivistas", la mente humana no es una reproducción del

mundo exterior. La información pasa a través de filtros, es

decodificada por esos mapas o estructuras, interactúa con el

conocimiento previo, que finalmente le da forma. En otras

palabras, le da una interpretación al entorno, construye su

mundo. También hay una visión colectiva de este proceso: la

gente interactúa para crear sus mapas mentales. Y, según

Gregory Bateson, lo hace en función de la ubicuidad que genera

lo que dio en llamar marco. El marco psicológico resuelve así las

ambigüedades de lo externo y lo interno, entre lo que es real y lo

que no lo es en el contexto de interacción entre el observador y

la situación. Mientras la estructura, esquema o mapa pertenece al

individuo y depende de lo que él ve y cree, el marco pertenece al

grupo y depende de su dinámica, de las relaciones recíprocas

entre sus integrantes y de las que cada uno tiene con el grupo.

Por lo tanto, nadie en la organización "ve" el entorno. La

organización lo construye a partir de información abundante y

ambigua. A criterio de los constructivistas, entonces, el entorno

no sería otra cosa que el producto de las creencias de los

gerentes que lo observan. No obstante, existe un entorno "allí

afuera". De hecho, los mercados están llenos de los restos de

empresas que no supieron entenderlos, independientemente de lo

que creyeran los gerentes.

L A S P R E M I S A S

1. La formación de la estrategia es un proceso cognitivo que tiene

lugar en la mente del estratega.

2. En consecuencia, las estrategias emergen como perspectivas

—en la forma de conceptos, mapas, esquemas o marcos— que

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17

determinan la forma en que la gente maneja los mensajes del

entorno.

3. Estos mensajes pasan por filtros distorsivos antes de ser

decodificados por los mapas cognitivos, según los objetivistas, o

se convierten en meras interpretaciones de un mundo que sólo

existe en cuanto es percibido, para los subjetivistas.

4. Como conceptos, las estrategias son difíciles de concebir;

cuando se las concibe, nunca son óptimas y, finalmente, son

difíciles de cambiar cuando ya no sirven.

C R Í T I C A

Más allá de una idea central válida —el proceso de formación de

la estrategia es fundamentalmente cognitivo— la escuela

cognitiva dejó algunos puntos sin cerrar. Interesante analizar las

distorsiones pero mucho más, fenómenos tales como el saber por

la experiencia, la introspección creativa o la síntesis intuitiva. Sin

terminar el trabajo, llevó la atención al costado creativo de la

construcción de la estrategia y adoptó una posición menos

determinista que sus predecesoras.

LA ESCUELA DEL APRENDIZAJE

L A E S T R A T E G I A C O M O P R O C E S O E M E R G E N T E

Si el mundo de la estrategia es tan complejo, ¿cómo hacen los

estrategas para crear estrategias? Aprenden con el tiempo. Se

podría decir que esta escuela se inició con la publicación de The

Science of 'Muddling Through' (La ciencia de "salir del paso"), de

Charles Lindblom. Allí sugería que el diseño de políticas públicas

no era un proceso prolijo y controlado sino uno por demás

desordenado, por el cual los funcionarios trataban de manejar un

mundo que sabían era demasiado complejo para ellos. Al decirlo

violó todas las premisas del management "racional" pero

describió claramente una realidad que a todos les resultaba

familiar. No obstante, fue James B.Quinn, con Strategies for

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18

Change: Logical Incrementalism (Estrategias para el cambio:

incrementalismo lógico), quien le dio el puntapié inicial. La

descripción se convertía en el eje de la escuela. Lo importante era

saber cómo se forman las estrategias en las organizaciones, no

cómo se formulan. Alguna vez se dijo que sólo se implementa el

10 por ciento de las estrategias que se conciben, para Porter una

cifra "inflada". El problema era la escisión entre formulación e

implementación, la disociación entre pensar y actuar, derivada

del par secuencial estrategia/estructura. En realidad, las

reorientaciones estratégicas efectivas rara vez se originan en un

esfuerzo formal de planeacion. Por el contrario, se trata de una

suma de pequeñas acciones y decisiones individuales. Juntas, en

el tiempo, estas acciones producen modificaciones importantes en

el rumbo. En otras palabras, los individuos contribuyen al proceso

estratégico desde cualquier posición en la organización. Esa

sumatoria para Lindblom era disjunta o desarticulada y para

Quinn, un resultado lógico. En el incrementalismo disjunto, las

decisiones se toman para resolver problemas antes que para

explotar oportunidades, sin la menor atención a los objetivos

finales o a la conexión con el resto de las decisiones. No hay

autoridad central que coordine, ni siquiera "ajuste mutuo". Quinn

al hablar de incrementalismo lógico sugería que las

organizaciones ven a la estrategia como una concepción

integrada. "La verdadera estrategia evoluciona a medida que las

decisiones internas y los hechos externos confluyen para crear un

nuevo consenso para actuar, ampliamente compartido por los

integrantes del equipo de dirección". Lo definió como un proceso

continuo y dinámico que, en el momento de cristalizarse la

estrategia, ya ha puesto algunos de sus componentes en

práctica. Se genera momento y compromiso psicológico con la

estrategia, lo que garantiza una implementación flexible. La

integración constante de estos procesos incrementales de

formulación e implementación es para Quinn el corazón del

management estratégico efectivo.

Nelson y Winter observaron algo parecido. Para ellos el cambio

emerge de la interacción acumulada de distintos sistemas de

acción básicos que llaman rutinas. Se trata de patrones

repetitivos de actividad que sostienen y controlan el

funcionamiento de la organización, que le aseguran estabilidad.

Pero estos "evolucionistas" plantean que las rutinas también son

responsables del cambio. Cuando las rutinas se modifican para

enfrentar una nueva situación, el cambio termina siendo más

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19

abarcador: como están interrelacionadas el impacto se proyecta

sobre otras generando un efecto cascada generalizado.

Pero ¿quién impulsa el cambio, quién lo lidera? Algunos hablan de

paladines, actores estratégicos individuales que, desde distintas

posiciones en la empresa encabezan proyectos. Como ocurre en

las pequeñas compañías nuevas o en las grandes que no pierden

su vocación innovadora porque le dan libertad a su gente de

trabajar sobre nuevas ideas prometedoras y desarrollar nuevos

productos. La conclusión de Burgelman —autor de un modelo de

proceso de las iniciativas internas o "internal venturing"— es que

las nuevas ideas nacen en lo profundo de la organización, reciben

el apoyo de un "padrino" de la línea media, que es el encargado

de lograr la autorización de la alta dirección, es decir, de unir la

conducta estratégica autónoma exitosa en el nivel operativo con

el concepto corporativo de estrategia. Pero aunque este proceso

termine en un movimiento estratégico, no necesariamente

implica formación de estrategia. Por lo general, estas iniciativas

tienen un tiempo propio, que las separa antes que subsume en la

organización. Por eso, para lograr que esas chispas creativas se

integren en nuevas perspectivas estratégicas es un desafío que

depende de otros dos conceptos desarrollados por la escuela del

aprendizaje: estrategia emergente y sentido retrospectivo.

ES T R A T E G I A E M E R G E N T E Y S E N T I D O R E T R O S P E C T I V O

Partiendo de la base de que la estrategia es patrón o consistencia

en acción, se distinguieron, hace unos años, dos tipos de

estrategia, la deliberada y la emergente. La primera se concentra

en el control, la segunda en el aprendizaje. Las tres escuelas

prescriptivas sólo reconocen la estrategia deliberada excluyendo

totalmente la idea de aprendizaje. El concepto de estrategia

emergente lo toma como eje porque le reconoce a la organización

capacidad para experimentar. Nace de la interacción, el conflicto,

el ajuste consiguiente, el aprendizaje mutuo y el eventual

consenso. Como la hierba en el jardín: la raíz de las estrategias

encuentra asiento en los lugares más extraños. Algunas proliferan

y se tornan organizacionales, aunque nadie las reconozca como

tales y menos aún las gerencie para lograrlo.

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20

Ahora bien si estrategia emergente significa orden no intencional,

los patrones pueden formarse a partir del impulso de factores

externos o necesidades internas antes que por el pensamiento

consciente de cualquiera de los actores. Por tanto, para asociarla

al aprendizaje hace falta algo más. El verdadero aprendizaje

ocurre en la interacción entre pensamiento y acción, cuando los

actores reflexionan sobre lo que han hecho. Karl Weick sostiene

que el management está ligado de modo inextricable al proceso

de darle sentido a la experiencia pasada. Una idea sensata que

rompe con décadas de tradición en management estratégico,

aquel precepto según el cual la formulación necesariamente debe

preceder a la implementación. No hay duda de que la realidad

emerge de la interpretación y actualización constante de la

experiencia pasada. Necesitamos orden, pero las anomalías

ocurren y nos obligan a reacomodar ese orden. Así, las

organizaciones pueden aprender al reconocer los patrones en su

propia conducta, transformando las estrategias emergentes del

pasado en estrategias deliberadas para el futuro.

L A S P R E M I S A S

1. La naturaleza compleja e impredecible del entorno

organizacional, junto a lo difuso del conocimiento necesario para

elaborar la estrategia, impide el control deliberado. De resultas,

la formación de la estrategia es un proceso de aprendizaje en el

tiempo en el cual no hay separación entre formulación e

implementación.

2. Es usual que el aprendizaje sea colectivo: hay muchos

estrategas potenciales en la mayoría de las organizaciones.

3. Este aprendizaje es emergente, a través de la conducta que

estimula el análisis retrospectivo, de tal forma que se pueda

asignar sentido a la acción.

4. El papel del líder no es concebir una estrategia deliberada sino

dirigir el proceso de aprendizaje estratégico, para lograr que a

partir de él puedan emerger nuevas estrategias.

5. Por lo tanto, las estrategias aparecen primero como patrones

reconocibles en las acciones pasadas, después, como planes para

el futuro y, finalmente, como una nueva perspectiva.

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21

NU E V A S I D E A S

Peter Senge, con La quinta disciplina, fue quien hizo reverdecer el

interés por el aprendizaje. Aunque la mayor parte de la literatura

lo toma como un proceso con énfasis en el gerenciamiento del

cambio, surgieron tres líneas de pensamiento que relacionan el

aprendizaje organizacional con la formación de la estrategia: el

aprendizaje como creación de conocimiento, las capacidades

dinámicas de Hamel y Prahalad y la teoría del caos.

Nonaka y Takeuchi, autores de The Knowledge-Creating

Company, sugieren a los gerentes occidentales olvidar el

conocimiento explícito y el viejo estilo de aprendizaje y empezar

a concentrarse en el discernimiento, la subjetividad, la intuición y

los pálpitos, el conocimiento implícito. A diferencia del explícito,

es personal, específico para el contexto, difícil de formalizar y

comunicar. De allí que la función de los mandos medios sea

crucial ya que son quienes sintetizan el conocimiento tácito que

les llega tanto de la línea de contacto con los clientes como de los

senior managers, lo convierten en explícito y lo incorporan a

nuevos productos y tecnologías. Los mecanismos para hacerlo

son cuatro y se resuelven en una espiral de conocimiento. El

conocimiento tácito compartido en la socialización inicial se

convierte en explícito a través del análisis, la metáfora y otros

usos del lenguaje en la etapa de externalización. Ya codificado es

posible transferirlo y combinarlo, un paso previo a la

internalización que lleva ese conocimiento explícito nuevamente a

su fase tácita. "La esencia de la estrategia está en desarrollar la

capacidad organizacional necesaria para adquirir, crear, acumular

y explotar el conocimiento". Como los únicos creadores de

conocimiento son los individuos, la organización debe facilitar ese

proceso, alentando el aprendizaje individual y estimulando la

síntesis grupal a través del diálogo, la discusión, la experiencia

compartida y la observación.

Otro enfoque muy popular hace depender a la estrategia del

aprendizaje y al aprendizaje de las "capacidades". Prahalad y

Hamel son los autores que instalaron este concepto en los '90.

Define al management estratégico como un proceso de

aprendizaje colectivo destinado a desarrollar y luego explotar las

competencias difíciles de imitar, cuya identificación, desarrollo y

gerenciamiento pone en manos del top management. Hiroyuki

Itami fue el primero en referirse a la idea de competencia nuclear

al hablar del know-how tecnológico y la lealtad de los clientes

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22

como "activos invisibles". Para Prahalad y Hamel las raíces de la

ventaja competitiva están en esas habilidades ocultas detrás del

producto, las que por el solo hecho de no ser visibles son difíciles

de copiar. Estas competencias son consecuencia del aprendizaje

colectivo de la organización, un proceso que requiere

"comunicación, involucramiento y un profundo compromiso de

trabajar a través de los límites organizacionales". Son exclusivas,

sostenibles en el tiempo y esenciales para la implementación de

la visión estratégica y para la supervivencia corporativa en el

corto y largo plazo. Según estos autores, otro concepto central es

el propósito estratégico, ya que prevé la posición de liderazgo

deseada y establece el criterio que empleará la organización para

monitorear su progreso hacia ese objetivo. Sirve de marco a un

proceso activo de gerenciamiento y es el vector que orienta la

asignación de recursos. En tal sentido, el tercer concepto que

desarrollaron, el alcance, se ocupa de analizar el desajuste entre

los recursos de la empresa y sus aspiraciones, en un sentido o el

otro.

Otra de las grandes líneas de esta escuela pretende ir más allá

del aprendizaje. Quienes se inclinan por la teoría del caos y

similares afirman que el aprendizaje se limita a enfatizar lo

constante y persistente en lugar de promover lo innovador y

revolucionario. Uno de los principios de la teoría del caos sostiene

que conjuntos simples de relaciones deterministas pueden

producir resultados que responden a un patrón y al mismo tiempo

son impredecibles. Un ejemplo de Lorenz repetido con

insistencia: una mariposa que agita sus alas en Brasil, puede

desatar un tornado en Texas. Teniendo en cuenta que el enfoque

tradicional del management pone el acento en el control, el orden

y la previsibilidad, el caos y el desorden aparecen para muchos

como enemigos, como fuerzas destructivas que deben ser

controladas. Pero para autores como Nonaka o Stacey son

propiedades inherentes a la organización y no extrañas a ella. Las

alteraciones constantes que enfrentan los gerentes encierran

importantes oportunidades creativas que pueden aprovecharse

para generar un aprendizaje que trascienda las formas de

pensamiento estratégico establecidas. Así las organizaciones

deben tomarse como sistemas dinámicos en estado de

permanente desequilibrio. Deben darle la bienvenida a la

inestabilidad y buscar la crisis como un mecanismo para

trascender los propios límites, en otras palabras, la "revolución

permanente".

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23

C R Í T I C A

Compensando la excesiva racionalidad y deliberación previas, la

escuela del aprendizaje significó un aire de renovación. Pero, en

exceso, resulta tan perjudicial como el otro extremo. Aunque la

organización "aprenda" constantemente, las estrategias no

"emergen" siguiendo un cronograma predeterminado menos aún

en el calor de la batalla. En una crisis, por ejemplo, algunas

organizaciones necesitan un entrepreneur que centralice la

estrategia antes que un proceso de aprendizaje descentralizado.

En otros casos, el aprendizaje excesivo puede socavar una

estrategia coherente y perfectamente viable. No se trata de

aprender por aprender: el objetivo es elaborar una perspectiva

estratégica firme, que ocasionalmente se modifique cuando

resulte necesario. Eso implica equilibrar cambio y continuidad. El

tercer efecto negativo del exceso es la emergencia de estrategias

no queridas ni buscadas. En síntesis, la gente tiene que aprender

pero también seguir trabajando eficientemente.

LA ESCUELA DEL PODER

L A E S T R A T E G I A C O M O P R O C E S O D E N E G O C I A C I Ó N

Esta escuela caracteriza a la formación de la estrategia como un

proceso abierto de influencia, que pone el énfasis en el uso del

poder y la política en la negociación. Poder significa aquí

influencia más allá de lo económico, y política, la explotación de

ese poder. Eso incluye tanto jugadas clandestinas para destruir a

la competencia —un cartel, por ejemplo—, como los más sanos

acuerdos de cooperación. Las relaciones de poder no sólo rodean

a la organización, también le dan forma. El "micro" poder se

ocupa de los juegos políticos internos y el "macro" poder de los

que juega la organización. La literatura sobre el tema, si bien no

es demasiado vasta, ha crecido en los últimos tiempos, alrededor

de los joint ventures y las alianzas estratégicas.

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La intención es subrayar que las empresas están integradas por

individuos con sueños, esperanzas, celos, intereses y temores. La

construcción de la estrategia es un proceso de planificación y

análisis, conocimiento y aprendizaje, que exige negociación y

compromiso entre individuos, grupos y coaliciones en conflicto. Si

se introduce algún grado de ambigüedad —incertidumbre en el

entorno, escasez de recursos, percepciones distintas— surge la

política como herramienta. No es posible, por tanto, formular, y

menos aún implementar, estrategias óptimas: los objetivos

individuales y las coaliciones generarán alteraciones y

distorsiones a cada paso. Reflejarán, en consecuencia, los

intereses de los grupos más poderosos, dibujando así el mapa de

la estructura de poder existente. Lo que implica que, cuanto más

significativa la estrategia y descentralizada la organización, es

más probable que aparezcan las maniobras políticas.

L A P O L Í T I C A

La autoridad formal, la cultura establecida y el conocimiento

especializado o expertise son algunas de las manifestaciones

legítimas de poder reconocido, la política es otra. Al mejor estilo

darwiniano puede garantizar que los miembros más fuertes de la

organización alcancen posiciones de liderazgo. A su vez, permite

el debate entre todas las posiciones. También puede contribuir a

estimular el cambio necesario cuando está bloqueado por los

otros sistemas de influencia, y a preparar el camino para su

ejecución. Es el "micro" poder en acción. El "macro" poder refleja

la interdependencia entre la organización y su medio. Las

empresas tienen que lidiar con proveedores y compradores,

sindicatos y competidores, bancos de inversión y organismos de

control, sin contar los distintos grupos de presión normales en

cualquier actividad. La estrategia desde este ángulo consiste en

manejar las demandas de esos actores y después utilizarlas

selectivamente para el beneficio de la organización. Pfeffer y

Salancik en The External Control of Organizations sostienen que

las organizaciones pueden adaptarse y cambiar para ajustarse a

las exigencias del entorno o intentar alterar el entorno para que

se ajuste a sus capacidades. Afirman que el cuadro tradicional del

mercado como un ruedo abierto en el que las organizaciones

maniobran para posicionarse libremente ha sido reemplazado en

las economías avanzadas por sistemas organizacionales,

regulatorios y profesionales de una complejidad e

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25

interdependencia considerables. Las estrategias básicas para

moverse en ese escenario son tres: ocuparse de la demanda a

medida que surge, retener y liberar información estratégicamente

o buscar el enfrentamiento.

Sin duda, la forma más efectiva de controlar el poder de los

actores externos es controlar su conducta, un tema que Porter

retoma en Competitive Strategy. Clausewitz dijo una vez que "la

guerra era la política por otros medios". Ergo, el propósito de la

política es lograr ciertos objetivos sin confrontación física

destructiva. Las "maniobras" se usan para comunicar al rival que

es más inteligente negociar un acuerdo mutuamente beneficioso

que pelear.

TO D O S J U N T O S

Las "redes", la "estrategia colectiva", los "joint ventures" y

"alianzas estratégicas" se incorporaron al nuevo vocabulario

estratégico. Con el rápido surgimiento de las relaciones

cooperativas, la formación de la estrategia abandona los confines

de la empresa para incorporar a los socios. Así la empresa

negocia a través de una red de relaciones hasta alcanzar una

estrategia colectiva. Las empresas no funcionan en el aislamiento

sino en complejas mallas de interacciones con todos los actores

involucrados, lo que abre la posibilidad de una variedad de

acuerdos cooperativos. Entre ellos, el outsourcing, que permite

tercerizar componentes del proceso en los que los proveedores

tienen una ventaja competitiva. Esta multiplicación de potenciales

combinaciones hace cada vez más difícil saber dónde empieza

una organización y dónde termina. Además muchas alianzas tiene

una dimensión política, deliberada o no. No es raro que se las

cree exclusivamente para reducir la competencia o asegurar un

mercado.

L A S P R E M I S A S

1. La formación de la estrategia depende del poder y la política,

interna y externa. En consecuencia, tienden a ser emergentes.

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26

2. El micro poder ve a la estrategia como un juego.

3. El macro poder ve a la organización promoviendo su propio

bienestar, mediante el control o la cooperación.

C R Í T I C A

La formación de la estrategia guarda relación con el poder pero

no es sólo poder. La dimensión política de las organizaciones

puede cumplir un rol positivo, especialmente en la promoción del

cambio, y también negativo: las alianzas entre grandes

corporaciones, por ejemplo, suelen ser conflictivas. Es dable

reconocer que parece imposible pensar en una organización

exenta del juego de política y poder.

LA ESCUELA CULTURAL LA ES TRATEG IA CO MO PROC ESO COL ECTIVO el poder toma a la organización y la divide en fragmentos, la

cultura hace de un conjunto de individuos una entidad integrada.

la escuela cultural, que ve al proceso de formación de la

estrategia enraizado en la fuerza social de la cultura, es el reflejo

en el espejo de la escuela del poder. mientras una se ocupa de

analizar la influencia de la política interna en la promoción del

cambio, la otra prefiere observar la función de la cultura en la

preservación de la estabilidad, incluso en la resistencia activa

frente a lo diferente. la cultura es un concepto conocido, central

para los antropólogos, descubierto por la teoría del management

en los '80 gracias al éxito de las empresas japonesas. aunque

copiaban sin descaro la tecnología estadounidense, hacían las

cosas de otra manera. todos señalaron a su cultura como

responsable de la diferencia de resultados en función de sus

rasgos principales, podría decirse que la cultura está compuesta

por interpretaciones del mundo y las actividades y construcciones

que las reflejan. más allá de lo cognitivo, esas interpretaciones

son compartidas, colectivamente, en un proceso social. no hay

culturas privadas. algunas actividades pueden ser individuales

pero su significación es colectiva. por eso se asocia la cultura

organizacional con el conocimiento colectivo. representa su fuerza

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27

vital, el alma del cuerpo físico. cuando es muy rica y poderosa se

convierte en ideología: la cultura de burger king gira en torno de

las hamburguesas, la de mcdonald's, en una creencia casi

fetichista en la eficiencia, el servicio y la limpieza. LA S PR EM I SA S

1. la formación de la estrategia es un proceso de interacción

social, basado en las creencias e ideas compartidas por los

miembros de una organización.

2. el individuo adquiere esas creencias a través de un proceso de

"aculturación" o socialización, básicamente tácito y no verbal,

aunque en ocasiones reforzado por un adoctrinamiento más

formal.

3. los miembros de la organización pueden, por tanto, describir

sólo parcialmente las bases de su cultura: su origen y explicación

no son necesariamente claros.

4. como resultado, la estrategia es perspectiva antes que

posición, enraizada en las intenciones colectivas y reflejada en los

patrones por los cuales las "capacidades" de la organización son

protegidas y utilizadas para lograr ventajas competitivas. la

estrategia es entonces deliberada, aunque no siempre

absolutamente consciente.

5. la cultura y, en especial, la ideología no alientan el cambio

tanto como la perpetuación de la estrategia existente. A lo sumo,

tienden a promover cambios de posición dentro de la misma

perspectiva estratégica los lazos entre cultura y estrategia varían. La cultura influye sobre el estilo de pensamiento aceptado en la

organización. La cultura actúa como un filtro o lente que

establece las premisas a partir de las cuales la gente toma las

decisiones como resultado las organizaciones con culturas

diferentes que operan en el mismo entorno, lo interpretan de

manera diferente. Pero, si bien el compromiso compartido

estimula la consistencia en la conducta organizacional, también

actúa como una barrera interna frente al cambio.

Para poder superar esa inercia estratégica, la alta dirección debe

integrar a la cultura corporativa la flexibilidad y la innovación,

porque los cambios estratégicos exigen tener su correlato en la

cultura: deben empezar en lo profundo de la organización, con la

ampliación de alguna brecha entre las creencias corporativas y

las características del entorno. Mientras eso pasa, la organización

entra en un estado de crisis, creciente a medida que se

descongela el sistema de valores vigente, y se permite la

experimentación hasta que surge la reformulación de la visión. El

feedback positivo crece, el nuevo esquema se estabiliza y se

renueva el compromiso de los integrantes de la organización.

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28

Muchas compañías exitosas están "dominadas" por esos valores

clave que consideran les garantizan ventajas competitivas. Peters

y Waterman analizaron el tema de los valores dominantes en su

libro in search of excellence. Mo se concentraron en la estrategia

en sí sino en la forma en que las organizaciones utilizan esas

ventajas competitivas para sostener perspectivas estratégicas

considerablemente estables. por entonces, ya habían introducido,

junto a philips, el famoso esquema de las "7s" en cuyo centro

pusieron —aunque la llamaran objetivos superiores— a la cultura,

como eje de las otras seis eses: la estrategia, la estructura, los

sistemas, el estilo, el personal y las habilidades (strategy,

structure, systems, style, staff, skills, respectivamente).

Este interés en la cultura creció en los '80 con el auge de las

fusiones y adquisiciones, las alianzas estratégicas y los joint

ventures. La preocupación era entonces el choque de culturas

que había malogrado numerosas uniones de empresas que en lo

racional parecían idealmente compatibles.

De cualquier manera, lo cultural tiene su costado económico. La

cultura es el significado compartido que la gente crea con el

correr del tiempo. en parte a través de actividades sociales; en

parte, mientras trabaja en tareas comunes, comparte recursos, o

intercambia habilidades y conocimientos. Esos recursos tangibles

e intangibles también "interactúan" con los miembros de la

organización generando lo que los antropólogos llaman cultura

material. la relación es recíproca: las creencias y valores de la

gente crean objetos y los objetos crean y moldean creencias y

valores.

Así la competencia entre europa y los estados unidos en cuanto al

automóvil como concepto era un enfrentamiento de culturas.

Inventado en europa como una "máquina de lujo", artesanal y

destinada al segmento de los ricos, el automóvil fue recreado por

los norteamericanos como una máquina estandarizada de bajo

costo para multitudes. En síntesis, no son los productos los que

compiten en el mercado sino los sistemas de producción.

En tal sentido, si se abandona la tradicional perspectiva del

producto y se observa a las empresas en términos de recursos,

se notará que sólo algunos de ellos generan altos rendimientos.

Son los que actán como barreras de posición análogas a las

barreras de entrada. la estrategia de una empresa grande,

entonces, implica apuntar al equilibrio entre la explotación de los

recursos existentes y el desarrollo de nuevos. En ese contexto,

las adquisiciones, por ejemplo, deben analizarse en función de su

contribución de recursos a ese balance buscado.

Estas ideas no se popularizaron hasta que Prahalad y Hamel

empezaron a hablar de capacidades. Ambas concepciones están

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29

relacionadas en cuanto comparten el foco en el soporte y

desarrollo de las capacidades internas de la empresas; una visión

de "adentro hacia afuera" opuesta a la clásica de "afuera hacia

adentro" del posicionamiento porteriano. no obstante hay una

diferencia: mientras la teoría de los recursos sostiene que esas

capacidades se enraizan en la evolución de la organización y en

su cultura, el enfoque de prahalad y hamel las ve como producto

de un proceso de aprendizaje estratégico.

Cualquiera sea el caso, la empresa es un conjunto de recursos

tangibles e intangibles integrados en un sistema único por una

red de interpretaciones, es decir, la cultura, que, a su turno, los

moldea y renueva. ¿cómo reconocer los recursos estratégicos, es

decir, aquellos que ofrecen el mayor beneficio sostenible frente a

la competencia? el valor, la "rareza" que los haga demandados y

difíciles de conseguir, el carácter de inimitable e insustituible son

algunos de los criterios. caracteríticas que la cultura construye.

En primer lugar, la cultura alienta la producción de resultados

únicos. luego, está cargada con un cierto grado de ambigüedad

que la hace difícil de entender y más aun de replicar, incluso para

un "insider" que pretenda hacerlo una vez que se mudó a la

competencia. paradójicamente, esa incapacidad para reproducir

la propia cultura es la mejor garantía de protección de las

ventajas estratégicas. Conner y Prahalad han agregado algo de

luz al afirmar que la empresa no es un mero paquete ecléctico de

recursos sino "una jerarquía de conocimientos y procesos

intangibles destinados a la creación de conocimiento".

CRÍT ICA

Uno de los peligros de la "cultura" es la renuencia al cambio.

Otro, la relación de equivalencia que instala entre la ventaja

estratégica y el carácter "único" de la organización. La teoría de

los recursos, no obstante, da pie para algunas reflexiones

interesantes aunque difíciles de trasladar al management

estratégico.

Las ambigüedades asociadas a los recursos pueden explicar por

qué algunas estrategias exitosas se sostienen en el tiempo sin

riesgos, pero no le enseñan al manager cómo desestabilizarlas.

En síntesis, esta escuela puede explicar con facilidad lo existente

pero no se hace cargo de las preguntas difíciles sobre lo por

venir.

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30

LA ESCUELA DEL ENTORNO

LA E STR AT EG IA C O MO P ROCE S O REA CT IV O

Entre los actores centrales observados hasta ahora han

participado todos menos uno que, si bien figura en todos los

elencos, nunca asumió el rol protagónico: ese conjunto de

fuerzas externas a la organización que los teóricos llaman

entorno.

En esta escuela, la tendencia es considerar a la organización

como una entidad pasiva que sólo reacciona ante un entorno que

fija la agenda. Equilibra la visión de la formación de la estrategia

incorporando al entorno como una de las tres fuerzas centrales

del proceso junto con el liderazgo y la organización, y

obviamente, subordinando estos últimos a los dictados del

primero. ¿qué es el entorno? esencialmente se lo delinea como

un conjunto de dimensiones abstractas, esas fuerzas externas

que "no son la organización".

Esta escuela nació a partir de la teoría de la contingencia, un

planteo que describía las relaciones entre dimensiones específicas

del entorno y determinados atributos de la organización. para un

sector de estos "ecologistas" las condiciones externas fuerzan a

las organizaciones a ingresar a determinado nicho para evitar ser

eliminadas. en realidad, lo que se elimina es la opción estratégica

que pasa a manos del entorno. para otro sector, las presiones

políticas e ideológicas del entorno no suprimen sino que sólo

restringen esa libertad de opción.

LA S PR EM I SA S

1. el entorno, un conjunto de fuerzas generales frente a la

organización, es el actor principal del proceso de formación de la

estrategia.

2. la organización debe responder a esas fuerzas o es eliminada.

3. el liderazgo se convierte en un elemento pasivo cuya función

es "leer" el entorno y garantizar la adaptación apropiada.

4. las organizaciones terminan agrupándose en nichos

“ecológicos", posición en la que permanecen hasta que los

recursos sean escasos o las condiciones, hostiles. Luego mueren.

Nacida como contrapartida de la afirmación clásica de que existe

"la mejor manera" de dirigir un negocio, la teoría de la

contingencia sobre la que descansa esta escuela se animó a decir

"todo depende": del tamaño de la organización, de la tecnología,

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de la estabilidad del contexto, de la hostilidad de la competencia.

eso le exigió generar más descripciones sistemáticas del entorno.

empezaron por las dimensiones del "ambiente" responsables de

las diferencias entre organizaciones: la estabilidad del contexto;

la complejidad; la diversidad de mercados —desde mercados

integrados hasta absolutamente diversificados—; y la hostilidad

del ambiente, determinada no sólo por la competencia sino por

los sindicatos, el gobierno, los grupos de poder e, incluso, la

disponibilidad de recursos.

Sobre esa base, los "ecologistas demográficos" dudan que la

organización dependa del aprendizaje o la adaptación. Para ellos,

la estructura básica y el carácter de la organización se fijan poco

después de su nacimiento. la actividad posterior sólo la hace más

rígida y menos capaz de tomar decisiones verdaderamente

estratégicas.

Estas conclusiones surgen exclusivamente del análisis de la

conducta colectiva de las organizaciones. Así el nacimiento de

una nueva organización a través de la innovación introduce una

variación en la "población" sujeta a estudio. Desarrolla una

ventaja pero su supervivencia depende de su habilidad para

conseguir los recursos necesarios. como cada entorno tiene una

cantidad finita de recursos, cuando la capacidad del sistema se

acerca al límite, empieza la lucha entre las organizaciones por

asegurarse contar con los que sus planes exigen.

Por lo general, las menos preparadas quedan afuera. Aunque

hablan de adaptación, la idea de estrategia finalmente se pierde,

o al menos se limita a una decisión inicial acerca de la cantidad y

tipo de recursos que debe conservar como capacidad de reserva.

Su éxito futuro dependerá exclusivamente de eso.

Por su parte, los "ecologistas institucionales", tomando como

base aquella visión de weber de las organizaciones como

resultado de la racionalidad técnica y administrativa, definen al

entorno como un depósito de dos tipos de recursos, los

económicos —dinero, tierra, maquinaria— y los simbólicos, como

la reputación, liderazgo reconocido, prestigio; y conciben a la

estrategia como cada una de las distintas formas posibles de

adquirir recursos económicos para convertirlos en simbólicos y

viceversa.

Definido por las interacciones entre todos los actores alrededor

de los recursos, el entorno crece en complejidad. También las

reglas para ser exitosas las organizaciones que convivan en el

mismo entorno deben cumplir y dominar esas normas.

Lentamente todas adoptarán estructuras y prácticas similares:

una convergencia que llaman isomorfismo institucional. Ese

isomorfismo será imitativo cuando resulte de la copia; coercitivo,

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32

cuando lo impongan las regulaciones, o normativo, cuando

responda a la experiencia técnica o profesional, en cuyo caso

aparece de la mano de consultores o expertos.

CRÍT ICA

Sin delinear con mayor claridad las dimensiones del entorno, esta

escuela no explica por qué, por ejemplo, dos organizaciones

pueden operar en un mismo entorno con éxito aplicando dos

estrategias absolutamente diferentes. lo importante no es

dilucidar si existe o no opción estratégica, sino cuáles son las

condiciones que amplían o restringen su alcance.

LA ESCUELA DE LA CONFIGURACIÓN

LA E STR AT EG IA C O MO P ROCE S O DE TRAN S FOR M ACI ÓN

Configuración y transformación son las dos caras de una misma

moneda: si una organización adopta una configuración

determinada, la formación de la estrategia es el proceso de pasar

de una configuración a otra, es decir, de transformarse. Esos

cambios de estado configuran modelos o tipos. Por ejemplo, las

empresas nuevas, especialmente en industrias emergentes,

tienden a depender del líder entrepreneur y de estrategias

visionarias, y a operar estructuras simples.

Esos modelos suelen responder a una secuencia o ciclo de vida

organizacional. esa misma empresa, a medida que la industria

madura, puede necesitar otro modelo, más estructurado. La

función de la estrategia entonces es "sacudir" a la organización

para que pueda pasar de un estado a otro. para algunos el ciclo

es progresivo, para otros, la transformación es más dramática y

hablan de turnaround o revitalización.

LA S PR EM I SA S

1. casi siempre las organizaciones pueden describirse en términos

de algún tipo de configuración estable de sus características.

2. esos períodos de estabilidad se ven interrumpidos

ocasionalmente por una transformación; un salto hacia otra

configuración.

3. estos estadios sucesivos responden a una secuencia.

4. la clave del management estratégico es sostener la estabilidad

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y, periódicamente, reconocer la necesidad de una transformación,

tratando de manejar ese proceso disruptivo sin destruir la

organización.

5. el tipo de proceso de formación de la estrategia depende del

momento y del contexto. las escuelas representan distintas

configuraciones.

Los primeros estudios sobre configuración se hicieron en la mcgill

university y el interés creció a partir de la tesis doctoral de pradip

khandwalla, en la que, a partir de datos empíricos, afirmaba que

las organizaciones funcionaban eficientemente porque agrupaban

características diversas de manera complementaria en función de

eventuales combinaciones de estructura y poder.

En una investigación posterior, se logró definir estadios en la

historia de la organización a partir de la observación de sus

estrategias. Se detectaron cinco etapas —el desarrollo, la

estabilidad, la adaptación, la lucha y la revolución— que, a su

vez, seguían distintas secuencias. En algunos casos, sobre todo

en empresas convencionales, se observaban largos períodos de

estabilidad interrumpidos por revoluciones ocasionales. Otras

seguían un patrón regular de progreso adaptativo, limitando los

cambios a cuestiones estructurales o de posicionamiento

estratégico. a veces, al desarrollo seguía la estabilidad; otras

tantas, las oscilaciones llevaban a la organización de la

estabilidad a la lucha por el cambio en ciclos relativamente

regulares.

Estos patrones son perfectamente asociables a los distintos tipos

de organización. la adhocracia seguirá ese proceso de cambios

oscilantes, en los que se alterna estabilidad y máxima creatividad

en proyectos específicos. La organización mecánica preferirá

cambiar mediante revoluciones ocasionales: es cultora del

turnaround.

Danny Miller llamó arquetipos a los distintos estados o modelos.

Entre sus arquetipos están las empresas dominantes, los gigantes

sin cabeza, las organizaciones innovadoras y los entrepreneurs.

Denominó transiciones a los cambios de arquetipo, que asegura

no son incrementales sino cuánticos: no se dan paso a paso, sino

en forma concurrente. Pueden ser rápidos y revolucionarios, o

desencadenarse gradualmente.

Las organizaciones pasan la mayor parte del tiempo trabajando

según una orientación estratégica, lo que sugiere que el éxito no

reside necesariamente en cambiar sino en explotar

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adecuadamente la estrategia vigente. la cuestión por analizar

entonces es la esencia de los cambios en la organización. David

Hurst, a partir de su experiencia como ejecutivo, diseñó un

modelo que describe el cambio organizacional. su modelo de

crisis y renovación o "ecociclo" replica el ciclo de un bosque. pasa

de fases de crecimiento y explotación —"la colonización rápida de

cualquier espacio disponible"— a una de conservación, una

relación estable entre organismos establecidos, para luego seguir

hacia la destrucción creativa cuando llegan los incendios

naturales.

En las empresas, pasa lo mismo: su modelo de dos vueltas

representa en cada una los dos momentos del proceso, el de la

acción y el del aprendizaje. Este modelo procura describir un

circuito sin fin entre la crisis y la renovación. Y, según el mismo

Hurst, excede el marco de la organización ya que pone en

evidencia cómo elementos desconectados se convierten en

organizaciones y como éstas vuelven a fragmentarse. En

cualquiera de los modelos se observa que el alcance de los

cambios es variable: los micro cambios pueden tener macro

consecuencias. Eso equivale a estrategia emergente.

CÓ MO C AM BIAR

No es necesario cambiar en forma constante. Tres consultores de

Mckinsey identificaron seis estrategias básicas partiendo del estilo

evolucionista que prefiere la reformulación gradual a cargo de los

gerentes de línea. Incluyeron una estrategia múltiple, en la que

distintos equipos trabajan el cambio en áreas específicas; el

rediseño sistemático en paralelo —paso a paso, en forma

programada— y la movilización por unidad, un proceso en el que

varios grupos con empowerment suficiente trabajan sobre las

ideas de cambio reprimidas en los mandos medios y la primera

línea de la organización. Aunque interesantes, no parecen revelar

una secuencia que impulse la transformación general.

En una encuesta de Doz y Thanheiser de 1996, casi la totalidad

de las empresas relevadas habían incluido en sus portfolios de

esfuerzos transformacionales la reestructuración, el downsizing,

el outsourcing, el benchmarking y algún tipo de proceso de

calidad o mejora continua. También detectaron períodos de

intensa actividad y alto nivel de energía en momentos cruciales

para la empresa. Algo lógico cuando el proceso de cambio se

inicia en la cima y baja al resto de la organización. También se lo

puede encarar de abajo hacia arriba. en este caso, pequeños

cambios en áreas restringidas de la organización impulsan el

proceso de cambio general.

Se lo podría definir como un viaje exploratorio antes que como

una trayectoria determinada, como un aprendizaje antes que

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como un proceso planeado. Si funciona, puede resultar

significativamente estratégico. Con este espíritu escribieron su

artículo en la Harvard Business Review, Beer y otros

especialistas. Bajo el título por qué los programas de cambio no

producen el cambio, el trabajo explicaba las razones del fracaso

de los programas de transformación.

Después de analizar la falacia ínsita en la idea de cambio

programático, se ocuparon de destacar que las transformaciones

más exitosas habían empezado en la periferia de la organización,

lejos de la casa central, lideradas por los gerentes de unidad y no

por el CEO o el top management corporativo. Los mejores n° 1 se

ocuparon de crear un ambiente de cambio, dejaron que otros

decidieran cómo iniciar el proceso y después utilizaron las

unidades revitalizadas más exitosas como modelos para el resto.

Unos años más tarde, un colega de Beer, John Kotter, publicó en

la misma revista otro artículo con un título similar pero una

respuesta diferente. "El cambio, por definición, exige crear un

nuevo sistema, el que, a su vez, demanda liderazgo. Los

procesos de renovación no llegan a ningún lado hasta que los

verdaderos líderes son promovidos".

Una vez más de arriba hacia abajo. No hay entonces una fórmula

para transformar a una organización y tampoco está claro que la

organización necesite transformación.

CRÍT ICA

Las organizaciones se presentan en toda la gama de grises. los

tipos ideales aportan un vocabulario que fracasa a la hora de

describir la diversidad del mundo empresario. Como cualquier

concepto o teoría, de alguna manera, se está simplificando un

universo complejo. Y como señalara Raphael las formas más ricas

de vida existen en los límites, los bordes, entre el mar y la tierra,

el bosque y el llano.

El equilibrio allí es complejo. Definir el grado de configuración

necesario implica lograr un balance de ese tipo. Los gerentes

deben evitar el caos sin caer en la rigidez. Y explorar las distintas

escuelas de management como en un safari, entre los confines de

cada una, donde el elefante se ve completo.