arte neolitico

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“...a lo más que podemos acercamos es al conocimiento parcial de los efectos que el hombre pretendía ante lo imprevisible, ante las situaciones en las que «sus conocimientos empíricos se hacen insuficientes», es decir, al aspecto material de la finalidad mágica. Quedan fuera de nuestro alcance aspectos tales como el conjuro y el acto o rito, parte sin duda esencial en las magias (...) gran punto de acuerdo en cuanto a ese cambio es la relación del hombre con su entorno, y podría resumirse en «no intervención humana en el medio natural (hasta la neolitización) —intervención humana— (a partir de la neolitización)». Podría decirse con muchas otras palabras: el hombre pasó de depender del medio natural para su sustento a dominarlo (o a creerlo así). Pero también que el hombre pasó de depender del medio natural a depender de sí mismo (...) Otro gran punto de acuerdo con respecto a la neolitización es la importancia del descubrimiento del secreto de la semilla. Los descendientes de los natufienses, cazadores selectivos y recolectores de la cosecha silvestre de cereales, descubrieron que el grano que comían era a la vez la semilla que producía una nueva planta anual. Este hecho tan cotidiano para nosotros es quizá el mayor descubrimiento de la historia humana, cuyas consecuencias sin duda ignoraba el hombre del Neolítico, y constituyó la base económica sobre la que habrían de formarse las grandes civilizaciones del Oriente, y en definitiva la historia toda de la humanidad (...) Un cambio tan profundo no podía por menos de manifestarse también en el aspecto religioso. Si, como vimos, el natufiense mostraba en su arte mueble religioso la importancia de la hoz y de la gacela en su vida, el neolítico hace protagonista plástico de su vida religiosa a la figura humana. (...) la domesticación de los animales es uno de los logros de la segunda etapa neolítica que vino a completar la dieta del hombre. Pero lo cierto es que en el neolítico precerámico del Próximo Oriente el hombre consagra su propia figura como objeto de culto, o bien porque se considera señor de cuanto le rodea o bien porque se sabe efimero y se quiere conservar en efigies (...) En las figuras humanas están tratadas con esmero las facciones, sobre todo los ojos; pero se omite en absoluto la representación, siquiera simbólica, de los órganos sexuales...” Rubiato, Matilde. “La figura humana en el culto del neolítico precerámico del Próximo Oriente”. Universidad Complutense de Madrid. 1997. Arte neolítico. Aproximaciones teóricas. "los abrigos con representaciones suelen ser a menudo viseras rocosas mas o menos amplias, abiertas en las primeras estribaciones de los macizos montañosos y de las colinas, alejadas de la tierras propiamente cultivables (...) Se encuentran en posición dominante, se ha hablado a menudo de sitios 'notables' o panópticos (ver y ser visto). (...) Suelen tener una apertura orientada hacia el Sur, en un sentido amplio (...) Se encuentran en el límite natural de los territorios, en la conjunción de zonas contrastadas; lo mismo ocurre con los dólmenes y otros lugares sepulcrales Las cinco categorías de figuras de la expresión esquemática. a los cuales se ha dado a menudo un papel de delimitación.... " Hameau, Phillipe. Painaud, Albert. "Ritos de paso y abrigos pintados". "Zephyrus". Salamanca, España. 2009. "Entiendo paisaje como un espacio modificado por un grupo en un momento concreto, que se percibe y crea a través del filtro de un entorno sociocultural particular (...) toda una red de relaciones entre personas y lugares que proporciona un contexto para el desarrollo de las actividades y conductas cotidianas (...) se ha señalado cómo en el arte rupestre los motivos son mas variados y complejos en aquellos lugares donde deban ser vistos por un mayor y mas variado público (...) El arte rupestre constituye una expresión destacada del pensamiento y simbología de las comunidades que lo realizaron (...) el espacio se transforma en un producto antropizado y cultural, en un paisaje social (Gosden y Head) (...) estos signos constituyen una destacada fuente de información sobre la percepción y uso del espacio de sus autores, ya sea en un sentido religioso (foco de actividades rituales), social (ritos de agregación o paso) o económico (señalización de recursos) ..." Fairén Jiménez, Sara. "Arte rupestre, estilo y territorio" "Zephyrus". Salamanca. España. 2004.

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Teorias del Neolitico

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Page 1: Arte Neolitico

“...a lo más que podemos acercamos es al conocimiento parcial de los efectos que el hombre pretendía ante lo imprevisible, ante las situaciones en las que «sus conocimientos empíricos se hacen insuficientes», es decir, al aspecto material de la finalidad mágica. Quedan fuera de nuestro alcance aspectos tales como el conjuro y el acto o rito, parte sin duda esencial en las magias (...) gran punto de acuerdo en cuanto a ese cambio es la relación del hombre con su entorno, y podría resumirse en «no intervención humana en el medio natural (hasta la neolitización) —intervención humana— (a partir de la neolitización)». Podría decirse con muchas otras palabras: el hombre pasó de depender del medio natural para su sustento a dominarlo (o a creerlo así). Pero también que el hombre pasó de depender del medio natural a depender de sí mismo (...) Otro gran punto de acuerdo con respecto a la neolitización es la importancia del descubrimiento del secreto de la semilla. Los descendientes de los natufienses, cazadores selectivos y recolectores de la cosecha silvestre de cereales, descubrieron que el grano que comían era a la vez la semilla que producía una nueva planta anual. Este hecho tan cotidiano para nosotros es quizá el mayor descubrimiento de la historia humana, cuyas consecuencias sin duda ignoraba el hombre del Neolítico, y constituyó la base económica sobre la que habrían de formarse las grandes civilizaciones del Oriente, y en definitiva la historia toda de la humanidad (...) Un cambio tan profundo no podía por menos de manifestarse también en el aspecto religioso. Si, como vimos, el natufiense mostraba en su arte mueble religioso la importancia de la hoz y de la gacela en su vida, el neolítico hace protagonista plástico de su vida religiosa a la figura humana. (...) la domesticación de los animales es uno de los logros de la segunda etapa neolítica que vino a completar la dieta del hombre. Pero lo cierto es que en el neolítico precerámico del Próximo Oriente el hombre consagra su propia figura como objeto de culto, o bien porque se considera señor de cuanto le rodea o bien porque se sabe efimero y se quiere conservar en efigies (...) En las figuras humanas están tratadas con esmero las facciones, sobre todo los ojos; pero se omite en absoluto la representación, siquiera simbólica, de los órganos sexuales...” Rubiato, Matilde. “La figura humana en el culto del neolítico precerámico del Próximo Oriente”. Universidad Complutense de Madrid. 1997.

Arte neolítico. Aproximaciones teóricas.

"los abrigos con representaciones suelen ser a menudo viseras rocosas mas o menos amplias, abiertas en las primeras estribaciones de los macizos montañosos y de las colinas, alejadas de la tierras propiamente cultivables (...) Se encuentran en posición dominante, se ha hablado a menudo de sitios 'notables' o panópticos (ver y ser visto). (...) Suelen tener una apertura orientada hacia el Sur, en un sentido amplio (...) Se encuentran en el límite natural de los territorios, en la conjunción de zonas contrastadas; lo mismo ocurre con los dólmenes y otros lugares sepulcrales

Las cinco categorías de figuras de la expresión esquemática.

a los cuales se ha dado a menudo un papel de delimitación...."Hameau, Phillipe. Painaud, Albert. "Ritos de paso y abrigos pintados". "Zephyrus". Salamanca, España. 2009.

"Entiendo paisaje como un espacio modificado por un grupo en un momento concreto, que se percibe y crea a través del filtro de un entorno sociocultural particular (...) toda una red de relaciones entre personas y lugares que proporcionaun contexto para el desarrollo de las actividades y conductas cotidianas (...) se ha señalado cómo en el arte rupestre los motivos son mas variados y complejos en aquellos lugares donde deban ser vistos por un mayor y mas variado público (...) El arte rupestre constituye una expresión destacada del pensamiento y simbología de las comunidades que lo realizaron (...) el espacio se transforma en un producto antropizado y cultural, en un paisaje social (Gosden y Head) (...) estos signos constituyen una destacada fuente de información sobre la percepción y uso del espacio de sus autores, ya sea en un sentido religioso (foco de actividades rituales), social (ritos de agregación o paso) o económico (señalización de recursos) ..." Fairén Jiménez, Sara. "Arte rupestre, estilo y territorio" "Zephyrus". Salamanca. España. 2004.

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La investigación.“Los monumentos funerarios de las comunidades Neolíticas y Calcolíticas del Occidente europeo son vestigios que nos hablan directamente de sus creencias y cosmovisión, no de sus condiciones directas de producción. Por ello, es pertinente avanzar en el análisis de la ideología que subyace a las primeras formas de arquitectura permanente de Occidente. Sin embargo, la interpretación del simbolismo en arqueología prehistórica es un trabajo complejo y arriesgado, por cuanto se mueve en un terreno bastante especulativo.(...) no podemos identificar los códigos significantes de los elementos de la cultura material prehistóricos, solo podemos acercarnos a ellos. Los ítems arqueológicos relativos a la ideología y la mentalidad son siempre polisémicos y están siempre sometidos a cambios de interpretación, incluso dentro de un mismo e inalterado orden ideológico.(...)Nunca tendremos certezas sobre su manera de explicarse a sí mismos, sus orígenes, el carácter de sus relaciones sociales y con lo sagrado o el sentido de su identidad como grupo, al igual que no las tendremos sobre lo que pudieron representar las tumbas panteón megalíticas. Pero sí podemos aproximarnos a todo ello a través de análisis materiales y de reflexiones teóricas que nos proporcionen deducciones indirectas. (...)

Interpretaciones posibles.“...resumimos brevemente, los principales avances en este tipo de estudios desde los años 70. Así, es necesario remontarse a los primeros postulados de C. Renfrew y Chapman acerca de las relaciones entre las tumbas megalíticas y el territorio y el inicio de su interpretación como marcadores territoriales y como evidencias de la jerarquizaciónsocial incipiente de las sociedades que las levantaron. En esa misma década, junto a las lecturas de corte socioeconómico, comenzaron también a defenderse las de tipo ideológico –simbólico, con A. Fleming (1973) como principal promotor de la idea de su uso como espacios ceremoniales cambiantes en función del tipo de actividades cultuales desarrolladas en ellas. En los 80, G. Daniel avanzó estos presupuestos, desarrollando sus tesis sobre la religión megalítica por un lado, mientras por otro, el postprocesualismo y el neo-marxismo se abrían paso con M. Shanks y C. Tilley (1982) como principales valedores a través de la interpretación de los dólmenes y henges en clave sociopolítica. Su teoría del papel que pudieron haber desempeñado como instrumentos y no sólo como manifestaciones del poder de las élites goza todavía hoy de gran influencia...”

Ideologías y monumentos.

“El grupo familiar –clan- al que cada individuo pertenecería en vida, seguiría manteniendo su carácter corporativo en la muerte, por lo que los difuntos nunca dejarían de pertenecer a éste, sólo cambiarían el tipo de vinculación con él.Así, la muerte se entendería como un tránsito, un proceso consistente en varias fases ritualizadas para permitir al muerto transformar su existencia y reubicarse socialmente en el mundo de los antepasados del clan, ejemplificado formalmente en el espacio de la tumba panteón (A. Hernando). Los cultos a los antepasados que probablemente se desarrollaran en los dólmenes –asociados a los osarios dentro de los mismos- se podrían haber dirigido tanto a las personas enterradas en ellos como al antepasado fundador, o incluso al propio

concepto de grupo(...)la interpretación de la inhumación en dólmenes y cuevas–cementerios, como signo de la fusión del ser humano con la tierra madre engendradora de la vida, (que es característica de las sociedades agrícolas) es también frecuente entre diversos autores(...) la ubicación de los cementerios (interpretados en tanto que centros rituales), en territorios amplios, accidentados, articulados por rutas de paso y elementos geográficos especialmente significantes, daría lugara un “urbanismo ritual” además de simbólico (término de G. Eogan, 1999). Este paisaje estaría construido por losasentamientos, los abrigos pintados o grabados, santuarios al aire libre, sin edificar y por una sucesión de centros rituales con formato arquitectónico- urbanístico (...) El sentido cíclico del tiempo inherente a una concepción de secuenciación entre la vida, la muerte y la resurrección de nuevo a la vida (en otra dimensión) se reflejaría también en la incorporación de elementos astrales a la concepción funeraria de los constructores de megalitos (...) La recurrencia, la continuidad y el fluir sin principio ni fin, quizá la eternidad, parecen ser conceptos especialmente trascendentes en la mentalidad religiosa que analizamos...” Aguado Molina, María.“Del orden social y del orden del Universo” 2008.

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