ateísmo filosófico-práctico_a.h. toledo, 2014

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Desde hace al menos cincuenta años ya no vivimos más en la modernidad. El clima intelectual finisecular en el que nos encontramos bien puede ser calificado de posmoderno. Es una época plagada de problemas, violencia y falta de sentido. Y en medio de este estado desesperado de cosas, más de uno ha cuestionado la existencia de Dios. Otros, los más osados, han negado de plano que haya tal cosa como un Dios.El tema no es trivial, pues lo que uno crea con respecto a la existencia o no existencia de Dios puede afectar profundamente su visión del mundo, del hombre, de la historia, y del futuro; pero más importante aún: el concepto que tengamos de Dios afectará nuestros valores y el trato que nos daremos los unos a los otros. Por ejemplo, sin Dios la supervivencia de la raza humana depende enteramente de las facultades del hombre —una perspectiva nada alentadora en vista del evidente potencial destructivo del ser humano. Como alguna vez lo dijera el filósofo existencialista francés, Jean Paul Sartre: “Si no hay Dios, entonces el hombre se encuentra completamente solo en el universo”. Por el contrario, si se cree que Dios está “ahí”, es más probable que se acepte que nuestra existencia en el cosmos tenga algún propósito trascendente y que está regida por ciertas reglas morales universales básicas.Aunque a lo largo de la historia se ha negado esporádicamente la existencia de Dios, sin embargo el ateísmo como cosmovisión o posición filosófica se ha sistematizado sólo en las últimas décadas. ¿Cómo ha podido ser así? De eso trata este ensayo.No hay tema que provoque más controversia entre la gente intelectualmente inquieta como el de si existe o no un Dios. El debate en torno al tema no es uno que solo se verifique en las reuniones informales de amigos sino que ha sido durante siglos el punto focal de acalorados debates teóricos entre los más prominentes intelectuales y académicos del mundo. Tal debate fue candente en tiempos antiguos tanto como los es en la época actual.

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    AAAAtesmotesmotesmotesmo FFFFilosficoilosficoilosficoilosfico ----

    prcticoprcticoprcticoprctico

    Consideraciones sobre la naturaleza, alcances y dificultades del atesmo

    moderno y posmoderno

    Armando H. Toledo

    Cuernavaca, Mxico

  • 2

    La presente obra digital es el resultado de cientos de horas de investigacin bblica y bibliogrfica. Es una edicin de autor y se distribuye gratuitamente a los lectores de habla hispana en Amrica Latina y el resto del mundo. El autor, que es un creyente e investigador mexicano (n. 1965), no tiene compromisos denominacionales con ninguna iglesia establecida, llmese catlica, evanglica o de cualquier otra denominacin. La UCLi es un ministerio mundial cristiano de investigacin y docencia de carcter independiente.

    Primera publicacin 2003. Todos los derechos reservados.

    Se permite el uso de este material para ser citado, distribuido gratuitamente y estudiado en grupos religiosos y no religiosos, siempre y cuando no se altere su contenido y se den los respectivos crditos al autor y a La UCLi.

    2007 by The UCLi International Ministries

    Segunda edicin: 2014. Todos los derechos reservados.

    Este producto intelectual es propiedad del autor y est prohibida su venta. Siempre se distribuir gratuitamente a quienes lo soliciten en la siguiente direccin electrnica:

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    Desde hace al menos cincuenta aos ya no vivimos ms en la modernidad. El clima intelectual finisecular en el que nos encontramos bien puede ser calificado de posmoderno. Es una poca plagada de problemas, violencia y falta de sentido. Y en medio de este estado desesperado de cosas, ms de uno ha cuestionado la existencia de Dios. Otros, los ms osados, han negado de plano que haya tal cosa como un Dios.

    El tema no es trivial, pues lo que uno crea con respecto a la existencia o no existencia de Dios puede afectar profundamente su visin del mundo, del hombre, de la historia, y del futuro; pero ms

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    importante an: el concepto que tengamos de Dios afectar nuestros valores y el trato que nos daremos los unos a los otros. Por ejemplo, sin Dios la supervivencia de la raza humana depende enteramente de las facultades del hombre una perspectiva nada alentadora en vista del evidente potencial destructivo del ser humano. Como alguna vez lo dijera el filsofo existencialista francs, Jean Paul Sartre: Si no hay Dios, entonces el hombre se encuentra completamente solo en el universo. Por el contrario, si se cree que Dios est ah, es ms probable que se acepte que nuestra existencia en el cosmos tenga algn propsito trascendente y que est regida por ciertas reglas morales universales bsicas.

    Aunque a lo largo de la historia se ha negado espordicamente la existencia de Dios, sin embargo el atesmo como cosmovisin o posicin filosfica se ha sistematizado slo en las ltimas dcadas. Cmo ha podido ser as? De eso trata este ensayo.

    No hay tema que provoque ms controversia entre la gente intelectualmente inquieta como el de si existe o no un Dios. El debate en torno al tema no es uno que solo se verifique en las reuniones informales de amigos sino que ha sido durante siglos el punto focal de acalorados debates tericos entre los ms prominentes intelectuales y acadmicos del mundo. Tal debate fue candente en tiempos antiguos tanto como los es en la poca actual.

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    1. Races de una nueva actitud hacia el Creador

    La negacin sistemtica de Dios alcanz hacia el siglo XIX una fuerza impresionante. Los intelectuales es decir aquellas personas que trabajaban con ideas se preguntaron si acaso el universo, la vida y el hombre pudieron haber llegado a la existencia sin una Primera Causa de carcter sobrenatural. Sera entonces la adoracin de un Creador solo una prdida de tiempo por no haberlo? Las respuestas de los filsofos reconocidos de la poca fue enftica y casi unnime. Por ejemplo, el filsofo alemn Friedrich Nietzsche dijo: Tal como ya no necesitamos un cdigo moral, tampoco necesitamos

    la religin. Por su parte Ludwig Feuerbach afirm que la religin es el sueo del espritu humano. Y Karl Marx, cuyos escritos tendran una profunda influencia en las siguientes dcadas, expres osadamente: Quiero liberar ms al

    espritu de las cadenas de la religin.1 Ahora bien, estas impresionantes declaraciones slo eran las hojas, las ramas y el tronco de la actitud atesta. Las races haban empezado a crecer desde antes de iniciarse el siglo XIX.

    1 K. Marx and F. Engels, Collected Works, vol. 3: Introduction to a Critique of the Hegelian Philosophy of Right, by Karl Marx (London: Lawrence & Wishart, 1975).

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    Notemos que hay una palabra comn a las anteriores afirmaciones: la palabra religin. Estos intelectuales estn atacando ferozmente a la religin organizada. Y lo peor de todo es que estn identificando a la religin con Dios. Por eso Karl Marx dice que la crtica de la religin desilusiona al hombre, para hacerlo pensar y actuar y moldear su realidad como un hombre que ha sido desilusionado y ha entrado en razn, para que gire alrededor de s mismo. Pero, de qu manera ha desilusionado la religin a los hombres?

    Sabemos que durante la Edad Media la Iglesia Catlica ejerci un dominio total sobre las conciencias de los individuos. Era un verdadero imperio religioso en el que la jerarqua pareca mal preparada para atender las necesidades espirituales del pueblo. Las altas jerarquas, especialmente los obispos, se reclutaban de la nobleza y vean su oficio principalmente como una fuente de prestigio y poder.2 Durante el Renacimiento, algunos individuos preocupados por esta tendencia desilusionante de la religin organizada, intentaron reformar la Iglesia. Algunos de ellos fueron Lutero y Calvino. Pero un acercamiento objetivo al movimiento de Reforma nos muestra que aunque ayud a reducir el poder de la Iglesia Catlica, y el Vaticano ya no pudo ostentar el monopolio de la fe religiosa, no obstante la intolerancia, el derramamiento de sangre y muchas de las antiguas prcticas y doctrinas siguieron presentes en la nueva institucin protestante.3 En efecto, en el mejor 2 Enciclopedia Americana.

    3 Sigui habiendo templos, ritos religiosos, sacerdocio y pagos impuestos;

    doctrinas incorrectas sobre el Infierno, la Trinidad y el Reino futuro.

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    de los casos muchos individuos se unieron a las nuevas modalidades religiosas reformadas, pero otros, decepcionados, hicieron de la Razn Humana un objeto de adoracin. La razn fue endiosada, resultando todo ello en una nueva actitud humanstico-liberal que empez a dar cabida a multitud de opiniones sobre Dios.

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    2. El nacimiento del escepticismo

    Hacia el s. XVIII, el Siglo de las Luces, la razn humana fue declarada la panacea para los problemas del mundo. El gran filsofo alemn Emmanuel Kant, quien afirm que el hombre vea estorbado su progreso por su dependencia de la direccin poltica y religiosa, tambin recomendaba: Atrvete a saber! Ten el valor de usar tu propia inteligencia!. Esta fue la actitud caracterstica del Siglo de las Luces, conocido tambin como Siglo de la Razn. Esta revolucin cultural, que abarc todo el siglo XVIII, estuvo marcada por una bsqueda obsesiva de conocimiento. El escepticismo reemplaz a la fe ciega. Se cuestionaron todas las ortodoxias antiguas.4

    4 Milestones of History; W.W. Norton & Company; January 1971.

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    Y una de estas ortodoxias antiguas que estuvo sometida a la crtica racionalista, fue la religin institucionalizada. De hecho, el hombre cambi su modo de ver la religin. Ya no le satisfaca la promesa de ser recompensado en el cielo; peda una vida mejor aqu en la tierra. Empez a perder la fe en lo sobrenatural.5 La mayora de los intelectuales del Siglo de la Razn despreciaron y rechazaron la religin... al menos la religin organizada, y culparon en particular al clero de la Iglesia Catlica vida de poder por mantener a la gente en la ignorancia y la sumisin. Haba quedado abierta la puerta a los que desafiaran la posicin de las religiones establecidas. Los pensadores de Europa la vanguardia del pensar europeo ya no discutan sobre la autoridad del Papa; debatan sobre la misma existencia de Dios.6 La Ilustracin ha sido descrita como un tiempo en el que todas las fuerzas del escepticismo fueron dirigidas contra la teologa cristiana clsica. Tal descripcin, sin embargo, sera una sobresimplificacin y una caricatura de este perodo. La Ilustracin provoc un intenso movimiento de debate intelectual que abri muchas de las suposiciones de generaciones anteriores a preguntas serias. De hecho, todos los campos de investigacin intelectual fueron tocados por este movimiento.7

    Algunos de estos filsofos, desilusionados e insatisfechos con la religin, pero no queriendo abandonar la premisa de la existencia de un Ser Supremo, se hicieron destas. Ellos crean en Dios, pero a su modo segn la razn les guiaba a concebirlo. Por ejemplo, afirmaban que el diseo del universo 5 Historia Universal del Mundo.

    6 Historia de la Civilizacin: Parte VII Comienza la Era de la Razn.

    7 Sproul, R. C.; If There is a God, Why Are There Ateists? [Si Dios existe,

    por qu hay ateos?]; Ligonier Ministries, 1997, p. 22.

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    acusa una Inteligencia Suprema, pero ese Creador haba puesto en marcha la creacin de la misma manera a como lo hace un relojero a su reloj; luego le dio la espalda y se olvid de ella. Crean que actualmente Dios ya no se interesaba ms en la Humanidad.8 Los destas crean que el atesmo era un error nacido de la desesperacin, pero que la estructura autoritaria de la Iglesia Catlica y la rigidez e intolerancia de sus doctrinas eran aun ms deplorables.9

    Otros se declararon abiertamente ateos, como el filsofo franco-alemn Paul Henri Thiry dHolbach (quien se caracteriz a s mismo como el enemigo personal de Dios). DHolbach, figura prominente del movimiento ilustrado, deca que la religin era fuente de divisiones, locura y crmenes, y que la creencia universal en la existencia de Dios no puede significar ms que el terror universal ante las calamidades universales al parejo con la ignorancia de las leyes naturales.10 Con el paso del tiempo, muchos ms se siguieron hastiando de la religin cristiana y compartieron los sentimientos y opiniones de DHolbach. Esto es lo ms paradjico de todo: los mismos que se declaraban testas espolearon el surgimiento y el desarrollo del atesmo. Lo que nos parece increble es que, como dice M. J. Buckley: Las iglesias fueron el caldo de cultivo del atesmo. Las religiones organizadas escandalizaron y disgustaron

    8 Vizcaya Canales, Isidro, et al.; Historia Moderna de Occidente; SEP;

    Mxico; 1983. 9 The Modern Heritage, [La Herencia Moderna]; 1996; Pg. 135.

    10 Citado por James Collins en Dios en la Filosofa Moderna, Chicago:

    Gateway, 1967, p. 151.

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    profundamente la conciencia de occidente. Las iglesias y sus sectas haban devastado Europa, haban perpetrado masacres, haban exigido la resistencia o la revolucin religiosa y haban intentado excomulgar o deponer monarcas.

    Ya en el s. XIX, la negacin de Dios se confesaba abiertamente y sin tapujos; los intelectuales cientficos y filosficos la defendan con ahnco y (oh paradoja!) con una energa casi religiosa. Un ateo confeso expres as su nuevo credo: Nuestro enemigo es Dios. El odio a Dios es el principio de la sabidura. El progreso verdadero de la humanidad tiene que fundamentarse en el atesmo.

    Pero durante el siglo XX se produjo un cambio muy sutil. La negacin de Dios desde la tribuna filosfica se fue haciendo cada vez menos militante; pas de moda el academicismo antitesta, y un nuevo tipo de atesmo comenz a difundirse incluso entre quienes afirmaban creer en Dios.

    3. Definicin y variedades del atesmo

    La presencia de la corriente atesta en nuestra civilizacin nos es ya tan familiar que no nos impresiona que alguien se confiese ateo. Aunque al principio la osada de pocos provoc muchos debates filosfico-teolgicos en el siglo XIX, la abierta negacin de Dios en el siglo XX no escandaliz ni preocup a nadie. Una era permeada por la democracia y la tolerancia ideolgica en la mayora de las naciones de occidente ha permitido que en muchos lugares el atesmo coexista pacficamente con el tesmo, o creencia en un Dios personal.

  • 12

    Con esto no queremos decir que la mayora de las personas inteligentes nieguen a Dios directamente; por el contrario, los resultados de cierta encuesta realizada en once pases de Europa, Asia y Amrica pusieron de manifiesto que slo un poco ms del 2% de la poblacin, en promedio, afirma ser atea. El verdadero problema que intentaremos exponer en las siguientes lneas es que hoy predomina una nueva actitud atea, incluso entre aquellos que dicen creer en Dios.

    Como hemos dicho, el atesmo o antitesmo consiste en el rechazo de cualquier forma de tesmo. En trminos acadmicos, ser ateo implica la negacin de la existencia de cualquier dios o familia de dioses. Este, podramos decir, es el enfoque terico de la posicin atesta. Pero el atesmo tambin puede definirse como el rechazo de Dios en la vida prctica independientemente de que se crea que l est ah. Esta forma de atesmo, que consiste en pasar por alto a Dios, no requiere que se niegue su existencia. Por esta razn, esta segunda connotacin del trmino atesmo se refiere a todo aquel que vive prescindiendo de la realidad del Ser divino.11 As es: el atesmo puede implicar tanto (a) una negacin terico-filosfica de la existencia de Dios, como tambin (b) una negacin prctica de su autoridad en la vida cotidiana. En palabras del Dr. Robert C. Sproul, tan religiosa como es la humanidad y aun siendo tantos los testas, en el nivel prctico el asunto se hace ms complejo. Existe siempre una brecha entre la profesin de la fe de una persona y la prctica de la misma. As, se hace necesario a veces distinguir entre el atesmo terico y el atesmo prctico [...]. El atesmo prctico se refiere a

    11

    Diccionario de trminos religiosos y afines.

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    aquella situacin en la que la gente profesa creer en algn tipo de deidad, pero, para todo propsito prctico, vive como si no hubiera Dios. Si consideramos esta dimensin prctica, quiz el nmero total de ateos en el mundo (particularmente en el mundo moderno) se vera sustancialmente incrementado.12

    Las Sagradas Escrituras corroboran la existencia de este tipo de atesmo prctico cuando se refiere a todos aquellos que tienen corrompidas la mente y la conciencia. Profesan conocer a Dios [Ntese: no solo se reconoce que Dios existe...], pero con sus acciones lo niegan.13

    4. Orgenes del atesmo prctico

    Esta modalidad prctica del atesmo posmoderno que consiste en el rechazo de la autoridad de Dios, podemos rastrearla hasta la primera pareja de seres humanos. Eva, por ejemplo, admita la existencia de Dios, sin embargo quiso ser como Dios, para conocer lo bueno y lo malo, es decir que quiso poder definir por s misma lo que era bueno y lo que era malo y lo que deba o no hacer, creando de este modo su propio cdigo moral. Ms tarde, Adn se manifest de acuerdo con Eva y tambin rechaz la autoridad divina.14 Haba nacido el atesmo prctico.

    Este tipo de atesmo prctico no solo es ms antiguo que el atesmo filosfico, sino que es el ms sutil y el que se encuentra ms extendido en la actualidad, y se evidencia en la bsqueda de la independencia de Dios. Podra decirse que la gente

    12

    Sproul, Op. cit. p.20. 13

    Tito 1:16. 14

    Ver Gnesis 3:5-6.

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    hoy est cansada de vivir bajo la vigilancia de Dios [...], prefiere vivir en libertad [...] La gente se ha resignado a la ausencia de Dios y est organizando su vida independientemente, para bien o para mal, y sin ninguna referencia a Dios.15 Por eso se rechaza el cdigo moral de la Biblia, por considerarlo imprctico y poco realista. De esta manera, el modo de pensar de un gran nmero de personas el da de hoy queda representado por el de aqul faran egipcio que declar en tono un tanto soberbio y desafiante: Quin es el SEOR para que yo le obedezca? Yo ni conozco al SEOR!.16 El ya haba rechazado la autoridad de Dios.

    As pues, la negacin ms vergonzosa de la autoridad de Dios ha provenido de aquellos que dicen creer y conocer a Dios, de aquellos creyentes denominacionales que han negado la autoridad de Dios y la han cambiado por una religiosidad neurtica. De hecho, el mismo clero tanto catlico como protestante (o evanglico), no ha podido frenar el xodo de quienes abandonan la iglesia no solo por no encontrar respuestas sino por hallar mltiples contradicciones.

    5. El atesmo como cosmovisin inviable

    Hoy en da, un nmero siempre creciente de personas ya no busca a Dios, pues o no cree que exista o no est segura de ello. Algunos filsofos de la historia hasta han usado el trmino era poscristiana para calificar a nuestra poca. Lo que ahora resta preguntarnos es: Ser cierto que los adelantos de la ciencia, la tecnologa y la filosofa han condenado a muerte al

    15

    One hundred years of debate about god; [Cien Aos de Debates Sobre Dios].

    16 xodo 5:2

  • 15

    tesmo? El atesmo prctico de tantos creyentes representa el fracaso de la fe cristiana? Deberamos seguir creyendo en Dios?

    A muchos ateos confesos, por ejemplo, les resulta difcil conciliar la creencia en Dios con la presencia de tanto sufrimiento en el mundo. Como alguna vez lo expresara Simone de Beauvoir: Me resulta ms fcil creer en un mundo

    sin creador que en un creador cargado con todas las contradicciones del mundo. Esto equivale a decir: Hay demasiado mal en este mundo; por tanto, no puede haber un Dios. El problema con esta posicin intelectual es que al admitir que hay tal cosa como el mal la persona tiene forzosamente que admitir tambin que hay su contraparte, es decir el bien. Pero si usted admite la existencia de tales cosas como el bien y el mal, tendr por consiguiente que admitir una ley moral; de lo contrario no habra una base moral sobre la cual diferenciar entre el bien y el mal. No es as? Ahora bien, cuando alguien ha admitido la existencia de una ley moral, debe necesariamente reconocer una fuente o un dador de esa ley, el cual es Dios. Y es a Dios a quien, de alguna manera, se trat de desaprobar con el argumento original. Porque si no hay un dador de la ley moral, tampoco hay ley moral. Si no hay ley moral, no hay tal cosa como el bien. Si no hay bien, tampoco hay mal. Por lo tanto, el argumentador no habr expresado nada.

    Uno puede imaginarse una charla entre dos personas una creyente y la otra no en la que en un momento del debate el creyente pregunta: Seor X; usted cree en el bien y en el mal, no es as?

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    S, as es: creo en el bien y en el mal. Y cmo establece usted la diferencia entre ambos?

    En ese momento el seor X encogera los hombros, como suele hacer cuando sus argumentos llegan a un punto sin salida y dira:

    Pues de la misma manera que hago la diferencia entre el blanco y el negro.

    El creyente contestara con gracia:

    Pero seor X, usted establece esa diferencia mediante el sentido de la vista, no es as? Dgame entonces, cmo diferencia entre el bien y el mal?

    El Seor X, dara la respuesta ms inspida que podra haber dado:

    Pues sobre la base de los sentimientos. Qu mas? El creyente observa que el seor X ha quedado

    atrapado con su misma respuesta en el callejn sin salida de la muerte lgica, y lanza la pregunta:

    Seor X, en algunas culturas, la gente ama a su prjimo; en otras, se lo come, y ambas sobre la base de los sentimientos. Tiene usted alguna preferencia?

    Es cierto que los filsofos han tratado de arribar a una ley moral sin intervencin de Dios, pero sus esfuerzos son contradictorios en sus presunciones y conclusiones.17 G. K. Chesterton dijo una vez que fue la lectura de los atestas lo que lo condujo a Dios al considerar sus argumentos simples y totalmente no convincentes. 17

    Zacharias, Ravi; Can Man Live Without God?; Word Publishing; 1994. Hay versin en espaol: Zacharias, Ravi; Puede el hombre vivir sin Dios?; Editorial Caribe Inc.; 1995.

  • 17

    6. La respuesta de Dios a los atestas

    Tambin hay una clase de ateos que piensan que no es lgico creer en Dios, puesto que no pueden verlo, orlo o tocarlo. Los tpicos comentarios al respecto incluyen planteamientos pueriles tales como: A ver: si Dios existe por qu no se me aparece?, o si Dios quiere que creamos en l, por qu no nos da pruebas de su existencia o hace o dice algo? Algunos ateos son bien conocidos por invitar a Dios a que los mate. (Si Dios existe, que me caiga un rayo.)

    A menudo se ha dicho que existen dos tipos de libros que nos hablan de la existencia de Dios: el Libro de la Creacin, es decir la naturaleza que nos rodea, y la Biblia. Desde hace siglos millones de personas han usado estos dos Libros para basar su fe en Dios. El reverendo J. Brodie Innes, quien pastore al mismsimo Charles Darwin, sola recordarle a ste ltimo que el Libro de la Naturaleza y la Escritura, procediendo de la misma Fuente Divina, han seguido lneas paralelas, y si se les entiende rectamente nunca se interferirn.18 El rey judo David, por ejemplo, declar en uno de sus hermosos poemas compuestos hacia el s. XI a.C.: Los cielos cuentan la gloria de Dios, el firmamento proclama la obra de sus manos (Salmos 19:1). En tiempos modernos, el cientfico naturalista Irving William Knobloch, despus de contemplar las pruebas fsicas, como las subpartculas atmicas, los aminocidos y la complejidad del Sistema Nervioso Central, dijo: Creo en Dios porque, para m, Su divina existencia es la nica explicacin lgica del estado de las cosas. As mismo, el fisilogo Marlin Books Kreider dice: Como ser humano comn, y

    18

    Citado en Darwin: Autobiografa y Cartas, p. 343.

  • 18

    tambin como hombre que ha dedicado su vida a la investigacin y al estudio cientfico, no tengo ninguna duda sobre la existencia de Dios.

    Estos hombres no son los nicos. Segn el profesor de Fsica y ganador del premio Nobel, Henry Margenau, entre los cientficos de primersima categora se encuentran muy pocos ateos. Un artculo de la revista New Scientist dijo que la opinin comn de ver un incrdulo en todo cientfico [...] es sumamente errnea. En general, podemos decir con el autor de la Carta a los Romanos que lo que se puede conocer acerca de Dios es evidente [...] porque l mismo lo ha revelado. Porque desde la creacin del mundo las cualidades invisibles de Dios, es decir, su eterno poder y su naturaleza divina, se perciben claramente a travs de lo que l cre, de modo que nadie tiene excusa.19

    19

    Romanos 1:19-20.

  • 19

    Pero Dios no ech mano solamente del libro de la naturaleza para revelarse a la raza humana. Inspir tambin su otro Libro: las Sagradas Escrituras, la Biblia, para que el hombre pudiera conocer sus planes y su direccin para vivir la vida prctica. Es precisamente por medio de las Escrituras que podemos relacionarnos personalmente con l y conocer las excelentes intenciones que tiene para nuestra existencia individual y social.

    7. La singularidad de la Biblia

    El tpico planteamiento de los que todava dudan es este: Cmo podemos estar seguros de que la Biblia es la palabra o medio de comunicacin de Dios a los seres humanos? y si fuera solamente la palabra de los hombres?

    Antes que nada debemos hacer notar el hecho de que la historia no conoce otro libro que haya sido ms injustamente criticado, insultado, odiado ni atacado que la Biblia. No obstante, ha sobrevivido a toda prueba y se ha convertido en la obra ms atesorada y amada para millones de personas a lo largo de la historia, y el libro ms ampliamente traducido y distribuido de que se sabe. Por ejemplo, segn las cifras publicadas por las Sociedades Bblicas Unidas, la Biblia, completa o en parte, se ha traducido a tan solo 2,212 idiomas frente a los 6,500 idiomas que se hablan en el planeta. Si tomamos en cuenta que muchas personas son bilinges, se calcula que la Biblia, completa o en parte, se ha traducido en suficientes idiomas como para que el 90% de la poblacin mundial pueda leerla. Por lo dems, existe una cantidad

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    apabullante de evidencia convincente de que la Biblia es una obra sobrenaturalmente inspirada y digna de confianza.20

    8. Algunas consideraciones finales

    Despus de haber considerado las pruebas que presentan los Libros de Dios, el Libro-Mundo y el Libro-Palabra, sobre la existencia de Dios, a qu conclusin podemos llegar? Pues que estos dos libros son vlidos como siempre lo han sido para responder a los planteamientos de los incrdulos intelectualmente honestos. Lo que sucede es que cuando estamos dispuestos a investigar de manera objetiva el asunto que hemos abordado en estas lneas, en vez de dejar que nuestras ideas preconcebidas dirijan errneamente nuestro razonamiento, hallamos que cualquier objecin puede vencerse de manera razonable. S: hay respuestas para el que es sincero en sus planteamientos, pero se requiere de cierta disposicin de nimo para buscarlas y aceptarlas.

    20

    Para un estudio ms amplio de este tema, ver: Toledo, A.H. (2000); Preguntas sobre la Biblia; Departamento de Investigaciones Bibliolgicas; UCLi International Ministries.

  • 21

    A fin de cuentas la mayora de los que han abandonado su bsqueda de Dios no lo han hecho porque hayan examinado por s mismos y de manera cuidadosa todas las pruebas y hayan descubierto que la Biblia no sea veraz. Ms bien, como hemos visto muchas de esas personas se han apartado de la fe porque algunos que dicen creer en la existencia de Dios viven como si l no existiera. Como dijo el escritor francs Pierre Valadier: Fue la tradicin cristiana la que produjo como fruto el atesmo; llev al asesinato de Dios en la conciencia de los hombres al poner ante ellos un Dios en quien no daban ganas de creer. Si eso fue as o no, de cualquier manera nos consuelan las palabras del apstol Pablo: Si a algunos les falt la fe, acaso su falta de fe anula la fidelidad de Dios? De ninguna manera! Dios es siempre veraz, aunque el hombre sea mentiroso. As est escrito: Por eso, eres justo en tu sentencia, y triunfars cuando te juzguen.21

    21

    Romanos 3:3-4.

  • AOrigen del ateismo filosfico-prctico de las eras moderna y posmodernaB