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La adolescencia es una etapa de gran vulnerabilidadLos adolescentes están expuestos a circunstancias que pueden poner en riesgo su bienestar,su salud e incluso su vida.La búsqueda de identidad, la revisión de las normas familiares para encontrar sus propiosvalores y la necesidad de aceptación por parte de sus amigos o amigas los hacen sumamentesensibles a las influencias de su entorno.

La adolescencia es un periodo de probar nuevas vivencias y de probarse a sí mismoMuchos adolescentes experimentan con el alcohol, tabaco u otras drogas por curiosidad, parapertenecer al grupo de pares o para sentirse adultos. Como a esta edad se sienten indestructiblesy poderosos, no suelen prever las consecuencias a futuro de sus acciones ni admiten el riesgode una adicción.

¿Qué son el alcoholismo y la drogadicción?La drogadicción y el alcoholismo se caracterizan por el uso repetido y compulsivo de unasustancia que produce alteraciones en el sistema nervioso. Según la sustancia, la persona vivediferentes efectos. Algunos de ellos pueden ser: relajamiento, excitación, bienestar, hiperactividad,agresividad, inconsciencia o insensibilidad. El alcoholismo produce en la persona una necesidadde beber tal que no es capaz de controlarse. El exceso de alcohol baja sus defensas y suconciencia; le produce cierto descanso o alivio, le ayuda a escapar de la realidad, y lo lleva arealizar acciones a las que de otro modo no se atrevería.

El consumo de alcohol o drogas pasa por varias etapas:Experimentación. Los chicos o chicas prueban estas sustancias para saber qué se siente opor la presión de sus amigos, y se sabe que, por lo general comienzan a hacerlo entre los diezy los dieciséis años.Uso. El adolescente bebe en las reuniones sociales para divertirse y ser aceptado por susiguales, o bien consume alguna droga esporádicamente con su grupo, pero el resto del tiempose mantiene alejado de estas sustancias.

Abuso. El muchacho busca el alcohol o ladroga; ya no asiste a una fiesta si no va aconsumirlos. Suele beber o drogarse paraaliviar tensiones, relajarse o tener sensacionesagradables. Hacerlo en privado es un signomuy claro de que existen problemas serios.En el caso de la bebida, puede suceder queel adolescente desarrolle una gran toleranciaal alcohol, que aguante beber en abundanciasin emborracharse. Esta situación es engañosa,puede darle prestigio y la admiración de suscompañeros, pero es un momento de enormeriesgo.Adicción. Si el chico o la chica siguenbebiendo, lo harán cada vez con más frecuenciay en mayor cantidad hasta que su cuerpoempiece a necesitar el alcohol y el efecto seamás intenso aun cuando beba menos. En laadicción, el adolescente pierde completamenteel control, se obsesiona por la bebida, descuidasus estudios, sus relaciones, su aspecto ehigiene, la comida y la salud. El adolescentebebe a cualquier hora y necesita hacerlo antesde irse a la fiesta o reunión. Presenta síntomas

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Guía de Padres

SIGNOS DE ALARMA.ALCOHOLISMO Y DROGADICCIÓN

El muchacho busca el alcohol o la droga; ya no asiste a una fiestasi no va a consumirlos.

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físicos como temblores, calambres, complicaciones en elhígado o pérdida de peso. En el caso de la droga, la adicciónse da cuando el chico la requiere para sentirse bien, cuandosu cuerpo la necesita de tal manera que sufre un gravedesequilibrio si no la consume y por lo tanto no puede pensaren otra cosa.

¿Cómo podemos darnos cuenta si un adolescente estáconsumiendo alcohol o drogas?Los padres necesitamos estar bien informados sobre el temade las adicciones, saber que cualquier adolescente estáexpuesto a ellas, incluso nuestro hijo o hija. Por eso, hemosde mantenernos cerca de ellos, atentos a ciertas señales quepodrían indicar la existencia de algún problema. Por ejemplosi:–El adolescente presenta un cambio paulatino en su conductaque después se vuelve muy notable, no importa cuál.–Pasa bruscamente de un estado de ánimo a otro, o reaccionaexcesivamente ante cualquier contrariedad.–Se muestra enojado, resentido, agresivo ya sea verbal ofísicamente.–Está frecuentemente de mal humor, triste, nervioso odeprimido. Quiere dormir a toda hora y puede hablar desuicidio directa o indirectamente. La depresión suele ser muygrave en la adolescencia, y es indispensable atenderla deinmediato.–Su autoestima es más baja de lo que solía ser.–Cambia sus hábitos de sueño y alimentación.–Se modifica su rendimiento en la escuela. Empieza a tenerproblemas por faltas de asistencia, castigos, expulsiones,llamadas de los maestros a los padres.–Sus amigos comienzan a ser diferentes.–Empieza a estar fuera de casa durante periodos más largossin un motivo aparente.–Pasa más tiempo solo del que acostumbraba.

No siempre es fácil distinguir las señales de alarma delos comportamientos normales del adolescenteEs natural que los sentimientos del adolescente sean variablesy a veces descontrolados, que su rendimiento académicobaje en algunos momentos o que su autoestima pase porperiodos críticos. La presencia de cualquiera de estassituaciones por sí sola no indica que el chico está consumiendoalcohol o drogas, pero sí que debemos darle más atencióny enterarnos con más detalle de sus actividades fuera decasa y de los grupos en los que participa.Desde luego, si percibimos los olores característicos delalcohol, el petate quemado, los solventes u otros, en el cuarto,la ropa o la persona del adolescente; si encontramos restosde las sustancias o instrumentos —latas de bebidas,encendedores, etc.— con los que se consumen, debemosactuar de inmediato.

Los padres podemos ayudar mejor a nuestro hijo enlas primeras etapas del consumo, antes de que se déla adicciónLos adolescentes que consumen alcohol o drogas no provienennecesariamente de hogares conflictivos o desintegrados;muchas veces se trata de chicos en cuyas familias no seacostumbra hablar de los problemas o de los sentimientos,y no logran expresar lo que les sucede ni obtener el consueloo la orientación que requieren en un momento dado.

Es fundamental que no cerremos los ojos o neguemos larealidad por el temor, la vergüenza y el dolor que suelencausarnos estas situaciones. El que un adolescente llegue ausar alcohol o drogas no significa que seamos malos padres,sino que tenemos que revisar y cambiar nuestra comunicacióncon él para ofrecerle el apoyo necesario.Se requiere una gran valentía, entereza y amor para enfrentarcon serenidad, decisión y eficacia estas situaciones. Después,si el proceso avanza, será mucho más difícil rescatar almuchacho.

La adicción se identifica por otros signos que se agregana los anteriores:–El chico pierde de manera importante su capacidad de atención,de concentrarse y de hablar, se vuelve olvidadizo y torpe.–Puede perder el sueño y el apetito. A veces, sin embargo,come una gran cantidad de carbohidratos —dulces, pan,refrescos— para recuperar energía.–Disminuye la comunicación con su familia y se niega a hablarde sus actividades.–Pierde el interés en las diversiones, deportes o actividadesque antes le gustaban. Se muestra cansado, aburrido,indiferente ante cualquier cosa.–A veces se aficiona obsesivamente a cierto tipo de música.–Prefiere estar solo, se aísla de los demás, incluso de susamigos.130

Tenemos que revisar y cambiar nuestracomunicación con él

Los padres debemos estar atentos a ciertasseñales que podrían indicar un problema

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–Cambia completamente su grupo de compañeros. Ésta esuna indicación muy importante. Sus amigos de toda la vidaya no están cerca pues podrían interferir con su adicción.–Rompe frecuentemente las reglas de la casa: llega tarde,miente, roba, se rebela ante cualquier autoridad, rechaza losvalores de la familia.–A veces presenta un comportamiento sexual promiscuo.–Descuida su higiene personal, se ve sucio y desaliñado; seviste con ropas y adornos extraños.–Dispone de mayor cantidad de dinero que la acostumbradao de objetos valiosos sin que pueda aclarar la forma en quelos consiguió.–Roba dinero u objetos de la casa.

Cuando un muchacho ha desarrollado dependencia delalcohol o de alguna droga, es muy difícil que puedadejarlos sin ayuda profesionalPara que el adolescente esté dispuesto a reconocer su problemay someterse a un tratamiento en una institución o con unterapeuta especializado en adicciones, es fundamental elapoyo, cariño y aceptación de los padres. Nuestro papel eshacerlo sentir querido y valioso, y mostrarle que confiamosen él. Desde luego, resulta indispensable que participemosen los programas para familias con el fin de aprender a trataral chico de manera realmente eficaz. Esto se vuelve todavíamás importante si algún otro miembro de la familia sufre unproblema similar. Sin embargo, como en cualquier enfermedad,es mejor prevenir y resolver antes de que el adolescentellegue a la adicción.

¿Qué podemos hacer los padres para prevenir elalcoholismo y la drogadicción?Es inútil tratar de aislar o proteger a nuestros hijos de unarealidad en la que existen las drogas y el alcohol. Lo que sípodemos es propiciar en ellos un pensamiento claro, uncriterio propio y la capacidad de distinguir y decidir entre loque los daña y lo que los beneficia. Para ello es necesarioactuar en varios aspectos:Información. Aprender lo que podamos sobre el tema juntocon el adolescente, conseguir publicaciones y discutir con éllos datos correctos y precisos acerca del consumo de alcoholy drogas, sus características y efectos, y los problemasderivados del comercio de estas substancias.

Podemos también organizar conferencias y reuniones conotros padres y jóvenes para discutir el tema másprofundamente.Comunicación. Mantener con nuestro hijo una comunicacióncercana, abierta y respetuosa. Aprender a escucharlo y adialogar con él, compartir ideas y sentimientos, hablar de losasuntos que a él le interesen, aceptar las diferencias deopinión y ofrecer nuestros puntos de vista sin imponerlos.Estar en contacto con la escuela, conocer a sus maestros,sus amigos y sus aficiones.Estímulos. Fomentar un ambiente interesante en casa,proponer actividades en familia divertidas y enriquecedoras,propiciar la participación del adolescente en grupos culturales,deportivos o de servicio a la comunidad.Autoestima. Aceptar y apreciar a nuestro hijo como unapersona única y valiosa. Un chico que se siente seguro y bienconsigo mismo tiene más posibilidades de tomar decisionesrazonadas y prudentes sin someterse a las presiones de loscompañeros.Disciplina. Establecer una disciplina firme y respetuosa,normas claras y coherentes apropiadas a la madurez denuestro hijo y aplicar consecuencias cuando no se cumplan.Evitar ser autoritarios o demasiado permisivos, fijar límitescon los que el adolescente se sienta protegido, por ejemplo:no puede asistir a una fiesta en la que no esté presente unadulto responsable; debe evitar subirse a un coche queconduzca alguien que haya bebido; tiene que cumplir con loshorarios establecidos y avisar de cualquier cambio en susplanes. En la etapa en la que cursa la secundaria, todavía esrecomendable llevar y recoger al adolescente de los lugaresde reunión y establecer acuerdos con otros padres acerca delos permisos, los límites y la supervisión de las reuniones.Un aspecto fundamental al aplicar la disciplina es actuar comomodelos. Nuestras actitudes y hábitos respecto al tabaco,alcohol y otras drogas influyen de manera muy importanteen su conducta.Valores. Reflexionar junto con nuestro hijo sobre nuestrosprincipios y el sentido de la vida, ayudarle a aclarar suspropios valores. Tratar de expresar con nuestras acciones loque decimos con palabras.Apoyo. Actuar ante la primera señal de que pudiera existiralgún problema con alcohol o drogas. Hablar con nuestro hijoo pedir ayuda a algún familiar o amigo que lo aprecie paraque intervenga. Tenemos que lograr que el adolescente sesepare de los grupos y ambientes que favorecen el consumode las sustancias. Si la situación no se resuelve, esindispensable consultar a un especialista en adicciones oacudir a alguna institución dedicada a la solución de estosproblemas, y aceptar que toda la familia debe participar paraapoyar al chico.Es conveniente investigar en la escuela, las instituciones desalud o preguntar a personas que hayan tenido algunaexperiencia en el asunto cuáles son las opciones que estána nuestro alcance. Si no nos sentimos satisfechos con la queelegimos, podemos cambiar, pero no abandonar el tratamiento.Lo importante en todos los casos es ser conscientes de cómonos relacionamos con nuestra familia y en particular connuestro hijo. La Guía de Padres, en sus diferentes capítulos,intenta darnos elementos para reflexionar y para tomardecisiones que nos ayuden a encontrar maneras armoniosasy disfrutables de convivir, de apoyarnos y demostrarnos cariño.

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Apreciar y aceptar a nuestro hijo como unapersona única y valiosa

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COORDINACIÓN DE LA INVESTIGACIÓNY AUTORA DE LOS TEXTOS

Norma Romero Ibarrola

ASESORÍA E INVESTIGACIÓN:

Alicia Molina Argudín

Patricia Romero Ybarrola

Gabriel Ortiz

Gloria Rivas

Maite Plazas Belausteguigoitia

Diana Molina Argudín

Elda Molina

Miuriel del Olmo

Gabriela Ruiz

María Teresa Novoa

Cristina Barros

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TITULAR:

Editorial Infantil y Educación, S.A. de C.V.con la colaboración remunerada deNorma Romero Ibarrola.