revista luminar no.5 2012

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Page 1: Revista luminar no.5 2012
Page 2: Revista luminar no.5 2012
Page 3: Revista luminar no.5 2012

Prólogo del libro Viaje sin Regreso. Vidal Portugal

El conocimiento espiritual no se apoya en un saber intelectual, todo lo contrario, se fundamenta en una práctica y en una expe-riencia que revela lo espiritual. La meditación es una práctica espiritual que te hace tomar con-ciencia de que eres algo más que tu cuerpo-mente, te hace descu-brir, en una vivencia reveladora, que eres espíritu. Esto significa que eres espíritu en un cuerpo y en una mente. En un principio podría resultarte difícil creer en lo espiritual, pues estás acostum-brado a creer solamente en lo que perciben tus sentidos, sin embargo, a medida que vas pro-fundizando en el conocimiento interno vas descubriendo que eres más que la mente y el cuer-po.

El hecho de saberte espí-ritu empieza y termina con la meditación, esto quiere decir que la finali-dad y los beneficios de la meditación van más allá de tu cuerpo y de tu mente. La finalidad últi-ma de la meditación es el encuentro con lo espiri-tual, que no es otra cosa que lo divino en ti. Hablar de lo divino es hablar de Dios; pero no me refiero a ningún Dios personal, con nombre y forma, con historia y cul-tura. Dios, en sí mismo, por sí mismo y para sí mismo es lo absoluto que sustancia y sustenta el universo. La absolutez de Dios no está determi-nada por nada humano ni mundano; Dios es al margen de la historia, de las culturas y religiones de los humanos.

Como es de suponer, lo espiritual, lo divino, no se percibe por los senti-dos, simplemente porque Dios no es un objeto ma-terial. Tampoco se expe-riencia lo espiritual con la mente, porque Dios no es pensamiento. Dios no es una idea. Usas el cuer-po y la mente para des-cubrir y vivenciar lo es-piritual, no para ser espí-ritu, porque simplemen-te ya eres espíritu. El cuerpo y la mente son instrumentos del espíri-tu. Todo lo que existe es instrumento de Dios.

Cuando meditas tras-ciendes el cuerpo-mente y te encuentras contigo mismo, con lo que en realidad eres. Este descubrimiento experiencial de ti mis-mo te revela tu verda-dera naturaleza, esta experiencia espiritual es lo que se llama Ilu-minación o Realiza-ción, que no es otra cosa que la experiencia patente de lo divino en ti mismo. Es decir, la Iluminación no es otra cosa que la experiencia de Dios en uno mismo y en todo.

La meditación, como práctica para reconocer la verdadera naturale-za, transforma el cuer-po y la mente. El medi-tante que ha logrado la Iluminación sabe, por experiencia, que al co-nocer lo divino en él su cuerpo sana, su mente se depura y se eleva, y sabe también que su amor es y siempre ha sido divino e imperso-nal. Al meditar, el me-ditante iluminado obra y siente como todo humano, pero está consciente de su natu-raleza divina. El huma-no mejora y evoluciona al tener conciencia de su divinidad.

EDITORIAL

REVISTA LUMINAR Nº 5, [email protected] Mayo 2012

Año 1, Nº 5

11

12 El vuelo del águila, Jid-

du Krishnamurti

17

Interrelacionado, Tao

Shen

22

Ami, el niño de las estre-

llas, Enrique Barrios

25

LUMINAR Nº 5

Editorial

Instrucción espiritual,

Ramana Maharsi

3 4

La medicina última,

Nisargadatta Maharaj

Enseñanzas en Madrid,

Sri Ranjit Marajah

6 7

Poemas Haikus

La llave de la realización

del ser, Sri Siddhara-

meshuar Maharaj

7 8

La alegría sin objeto,

Jean Klein

Puerta Batiente, Dogen

9 9

Una nueva tierra, Ec-

kart Tolle

Noche oscura, San Juan

de la Cruz

10 12

Inocencia, Taisen Des-

himaru

13

Las moradas castillo

interior, Santa Teresa

de Jesús

11

Contenido:

Título Original: Revista Luminar

© 2012

Responsable:

Vidal Portugal

Diseño de cubierta:

Vidal Portugal

Compaginación textos e ilustraciones:

Manuel Antonio Magia Andina

Edición: mayo de 2012

Impresión digital

Printed in Bolivia

Dirección electrónica:

WWW.sinenomini@gmailcom

“El cuerpo y la mente son instrumentos del espíritu. Todo lo que existe es

instrumento de Dios”.

FOTOGRAFÍA ESTATUILLA DE BUDA

Page 4: Revista luminar no.5 2012

El humano no puede mejorar sola-mente con buena voluntad e ideales elevados, necesita lo espiritual para elevarse sobre los límites de su cuer-po-mente. El humano, como persona-lidad, está limitado al cuerpo y a la mente, es por eso que la visión de sí mismo y del mundo le es limitada. Toda personalidad está sujeta a valo-res, a culturas, a un aprendizaje mun-dano. Lo divino, en cambio, no está sujeto a nada personal ni mundano, salvo a sí mismo. Es por esto que la mente del meditante es amplia, pro-funda y libre. La mente del meditante no es personal, es espiritual.

El humano, en su personalidad, aprende con ideas, pero se forma con experiencias. Cada humano se define por lo que piensa de sí, pero esta de-finición es resultado de sus experien-cias. El modo como asumes tus expe-riencias determina tu personalidad. Tu personalidad es la máscara con la que te enfrentas al mundo, al prójimo y a ti mismo. Tu personalidad condi-ciona tus relaciones con el prójimo y el mundo. Con la práctica meditacio-nal puedes mejorar tu personalidad, tu mente y tu cuerpo, y si logras la

experiencia de la Iluminación, si descubres lo espiritual en ti, si experiencias a Dios en ti, tras-ciendes lo humano para bien del humano. Desde esta dimensión y conciencia divina todo lo que haces y dices emana de Dios, ya no desde la personalidad, es de-cir, desde esta dimensión divina todo lo que haces y dices es ilu-minado con la Luz y el amor im-personal de Dios.

El maestro, el humano ilumina-do, es consciente de que es Dios, y como tal, no como persona, obra desde la dimensión divina, y su poder transformador y libe-rador viene de lo divino. El amor impersonal es paz, que no es otra cosa que la suprema felicidad. Dios es amor, Dios es paz, Dios

es felicidad; pero para tener la experien-cia de este amor, de esta paz, de esta felicidad, necesitas la práctica espiritual, la experiencia de Dios en ti.

Todos y todo estamos hermanados en lo divino y por lo divino, más que por la afinidad de ideas o por valores cultura-les. Esta hermandad espiritual nos hace luchar contra la destrucción del mundo, y esta lucha es más efectiva cuando el humano se entera de que es más que su cuerpo y mente. La revelación divina provoca un cambio real cuando el humano sale de la ignorancia de sí, que no es otra cosa que ignorancia del amor y la bondad. Toda la humanidad, como nunca en su historia, está en un cambio de mentalidad hacia lo espiritual. Abun-

dan los libros sobre espiri-tualidad y las escuelas espi-rituales están en su mejor momento para expandir sus enseñanzas. En este tiempo de cambio, de evolución y adelanto técnico y científico, quien desconozca lo espiri-tual queda al margen de la evolución de la humanidad y queda relegado al nivel infrahumano. Poco a poco, con la visión espiritual, al humano le resulta más re-pugnante los actos de vio-lencia contra otros humanos, contra los animales y contra la naturaleza.

El humano del futuro será superior y evolucionado gracias a su espiritualidad más que a los adelantos científicos. Está en tu deci-sión, en tu voluntad, si quie-res estar en armonía con los humanos actuales que están transformando la humani-dad hacia lo mejor que es y tiene el humano. Al ignorar esta evolución, este movi-miento espiritual, podrías estar engrosando las filas de aquellos que van contra la evolución humana. No hacer nada para mejorar el mundo en tiempos de crisis es apoyar a las fuerzas des-tructivas que te atacarán tarde o temprano. No hacer nada ni decir nada contra estas fuerzas retrógradas es ser cómplice pasivo por omisión. El modo más ade-cuado de superar al humano es con la educación, con la verdad y con valores altruis-tas; el modo más adecuado para trascenderlo hacia algo superior y elevado es con la meditación, con el descubri-miento de Dios en sí mismo, que no es otra cosa que el descubrimiento del amor divino e impersonal en su humanidad.

“La revelación divina provoca un

cambio real cuando el humano

sale de la ignorancia de sí, que no

es otra cosa que ignorancia del

amor y la bondad”.

Página 4 LUMINAR Año 1, Nº 5

PORTADA DEL LIBRO VIAJE SIN REGRESO

Page 5: Revista luminar no.5 2012

INSTRUCCIÓN ESPIRITUAL, RAMANA MAHARSHI

¿Cuál es la marca del ego?

El alma individual en la forma de «yo» es el ego. El Sí mismo, que es de la naturaleza de la inteligencia (chit), no tiene ningún sentido de «yo». Tampoco el cuerpo insencien-te posee un sentido de «yo». Puesto que la causa raíz de todos estos tras-tornos es la misteriosa aparición de un ego ilusorio entre lo inteligente y lo insenciente, a su destrucción, por cualquier medio que sea, eso que existe realmente se verá como es. Esto es llamado Liberación (moksha).

¿Cuál es el método de la práctica?

Como el Sí mismo de una persona que trata de obtener la realización del Sí mismo no es diferente de él, y como no hay nada otro que él o su-perior a él que tenga que ser obteni-do por él, puesto que la realización

del Sí mismo es sólo la rea-lización de la propia natu-raleza de uno, el buscador de la Liberación realiza su verdadera naturaleza, sin ninguna duda ni ninguna incomprensión, distin-guiendo lo eterno de lo transitorio, y nunca se aparta de su estado natu-ral. Esto es conocido como la práctica del conocimien-to. Ésta es la indagación que lleva a la Auto-realización.

¿Puede esta vía de la inda-gación ser seguida por todos los aspirantes?

Esta vía es adecuada sólo para las almas maduras. El resto debe seguir diferentes métodos según el estado de sus mentes. Puesto que el Sí mismo brilla por sí mismo, ¿por qué no es reconocido generalmente como los demás objetos del mundo por todas las personas?

Siempre que se conocen objetos particulares, es el Sí mismo el que se ha conocido a sí mismo en la forma de esos objetos. Pues lo que se conoce como conoci-miento o consciencia es solo la patencia del Sí mismo (atma shakti). El Sí mismo es el único senciente. No hay nada aparte

del Sí mis-mo. Si hay esos objetos, todos ellos son insencientes y, por consiguiente, ni pueden conocerse a sí mismos ni pue-den conocerse mutuamente unos a otros.

Es debido a que el Sí mismo no conoce su verdadera naturaleza de esta mane-ra, por lo que parece estar inmerso y luchando en el océano del nacimiento (y la muerte) en la forma del alma in-dividual.

“Bajo la ola incesante de los diferentes pensamientos, surge la consciencia continua, ininterrumpida, silenciosa y espontánea del "Sí", en el

fondo del corazón”.

Página 5 LUMINAR Año 1, Nº 5

RAMANA MAHARSHI

MONJES BUDISTAS

Page 6: Revista luminar no.5 2012

El punto siguiente es, ¿qué es

exactamente lo que ha nacido? Lo

que ha nacido son los tres estados:

el estado de vigilia, el estado de

sueño, y el conocimiento «yo soy»,

esta consciencia. El cuerpo y el

soplo vital no podrían funcionar si

esta consciencia no estuviera pre-

sente. Por consiguiente, éstos son

los tres estados que han nacido. Y

estos tres estados operan por me-

dio de los tres atributos (gunas).

Así pues, lo que ha nacido es ese

paquete, estos tres estados y los

tres atributos consecuentes, y todo

lo que acontece, acontece sólo a

ese paquete. Yo no resulto afecta-

do por nada de eso.

Yo veo muy claramente eso que

ha nacido. Y también sé que yo no

soy eso que ha nacido. Y por eso

estoy totalmente limpio de temor.

Yo estoy enteramente limpio de

toda reacción hacia una enferme-

dad que de otro modo sería

traumática.

Aunque yo sé que no soy eso que

se considera que ha nacido, to-

davía hay un pequeño apego a

ello. ¿En qué sentido? El apego es

a eso con lo que he estado asocia-

do durante un largo tiempo. Hay

ese punto de apego sólo porque

he estado atado a este cuerpo du-

rante ochenta años. Yo me en-

cuentro a alguien de mi pueblo, a

quien he conocido durante mucho

tiempo. Él viene y se va. Yo le

digo adiós. ¿Qué acontece? El

hecho de que se marche, o de que se

haya marchado, no va a llenarme de

inquietud. Pero cuando se va, hay

ese pequeño punto de apego porque

algo o alguien que he conocido du-

rante ochenta años se estará yendo.

Pero eso es todo. No hay ese firme

apego que tiene lugar normalmente.

Esta consciencia, que es realmente lo que ha nacido, se apega erróneamen-te a este cuerpo y piensa que es el cuerpo y trabaja por medio de los tres gunas; ésa es la asociación. Y eso es lo que ha nacido. Pero yo no tengo nada que ver con esto. En la Gita, el Señor Krishna le dice a Arjuna que no está matando a nadie, y que nadie va a ser matado. Toda la cosa es una ilusión.

El dulzor es la cualidad o la natura-

leza del azúcar; pero ese dulzor está

aquí sólo mientras el azúcar está pre-

sente. Una vez que el azúcar ha sido

consumida o arrojada fuera, ya no

hay más dulzor. De la misma mane-

ra, este conocimiento «yo soy», esta

consciencia, esta sensación o sentido

de ser, es la quintaesencia del cuer-

po.

Y si esa esencia del cuerpo desapa-

rece, esta sensación de ser, este

sentido de ser, también desapare-

cerá. Esta sensación de ser no pue-

de permanecer sin el cuerpo, de la

misma manera que el dulzor no

puede permanecer sin el material,

que es el azúcar.

Visitante: ¿Qué queda entonces?

Maharaj: Lo que queda es lo Origi-

nal, que es incondicionado, sin

atributos, y sin identidad: eso, so-

bre lo que este estado temporal de

la consciencia, de los tres estados y

de los tres gunas ha aparecido y de

lo que va a desaparecer. Se lo lla-

ma Parabrahman, lo Absoluto.

Ésta es mi enseñanza básica.

LA MEDICINA ÚLTIMA, NISARGADATTA MAHARAJ

“En la Gita, el Señor Krishna le dice a Arjuna que no está matando a nadie, y que nadie va a ser matado. Toda la cosa es una

Página 6 LUMINAR Año 1, Nº 5

NISARGADATTA MAHARAJ

ILUSTRACIÓN BUDA

Page 7: Revista luminar no.5 2012

POEMAS HAIKUS

¡Millas de escarcha!

En el lago,

la luna es sólo mía.

BUSÓN

¿Cuál es

tu verdadera naturaleza,

muñeco de nieve?

NATSUME SOSEKI

Tras la ventana, nieve,

una mujer en una bañera

rebosante de agua caliente.

NORUKO KATSURA

ENSEÑANZA EN MADRID

Traductora (francesa): Maharaj, ella está preguntando que en este mun-do nosotros estamos sujetos a todo tipo de emociones y sentimientos, positivos y negativos. ¿Qué pode-mos hacer? Hay gentes que son más fuertes y que pueden tomarlos con fuerza, y hay otros más débiles. ¿Qué podemos hacer para vencer esto?

Maharaj: Las emociones están siem-pre. Mientras el cuerpo está, las emociones deben estar. Cuando usted estaba en la matriz de la ma-dre, una vez que el cuerpo estuvo completo, entonces vino la co-nexión aunque la madre no lo su-piera. Ahora usted tiene tecnología y todas estas cosas, pero en aquella época no había. Mi madre no supo quién conectó el poder, ella decía

«el niño está moviéndose en la matriz». Cuando el conoci-miento fue conectado en la matriz de la madre, el cono-cimiento vino. Hasta ese mo-mento no había ningún cono-cimiento, era solo sangre y carne. Así pues, las emocio-nes fueron conectadas en ese momento. ¿Por qué vino el conocimiento? Entonces vi-nieron las emociones. Las emociones están siempre mientras está el conocimien-to, y su viaje comienza con emociones, con pensamien-tos. El poder que todo el mundo ha recibido, ese po-der significa conocimiento. Mientras el cuerpo está aquí, las emociones o los pensa-mientos deben estar aquí; de otro modo, el conocimiento no es. Es importante compren-der que todas las emociones deben estar aquí, que todos los pensamientos deben estar aquí y que usted puede encontrarse a usted mismo. Usted es la rea-lidad sin-pensamiento, la emo-ción sin-emoción. En otras pa-labras, usted está habituado a tomar siempre el cuerpo como

verdadero y decir «yo soy el cuerpo», el cual no es usted mismo. El cuerpo viene y se va; y así pues, un día todo el mundo tiene que morir. Los pensa-mientos y emociones estarán aquí, y con estos pensamientos y emociones uno debe encontrar, «¿quién soy yo?».

“Las emociones están siempre mientras está el conocimiento, y su viaje comienza con emociones, con pensamientos”.

Página 7 LUMINAR Año 1, Nº 5

RANJIT MAHARAJ

Page 8: Revista luminar no.5 2012

Antes de iniciar este estudio, el discí-pulo tendrá interés en conocer varios puntos que tienen relación con este sujeto. ¿Por qué ha aparecido en el hombre la ilusión “yo soy el cuerpo”? ¿Cuál es el estado del hombre al na-cer? ¿Cómo ha desarrollado la idea de “yo y mío”? ¿Ha nacido libre de cualquier miedo? ¿Si no, cómo y por quién puede liberarse de él? Es im-portante que el discípulo conozca las respuestas a todas estas cuestiones.

Antes de nacer, el ser humano estaba completamente acurrucado y aislado en el vientre de su madre, luego se encuentra proyectado en un mundo ilimitado. Abre los ojos y mira a su alrededor. A la vista de esta luz cega-dora y de este espacio inmenso, par-padea aturdido. “¿Dónde he llegado yo solo? ¿Quién me protegerá? ¿Qué me va a pasar?” Estos son los temores que surgen en él y en cuanto nace, su primer golpe, él llora. Para reconfor-

tarlo se le da un poco de miel o de leche, entonces piensa que todo va bien, ya que hay alguien que lo cui-da. Pero este primer miedo queda tan aferrado en su siquismo, que se estremece al menor ruido, luego se calma de nuevo cuando mama del pecho de su madre. La vida de este ser humano depende enteramente del cuidado que recibe de sus pa-dres.

Cuando crece, sus padres y profesores le enseñan las cosas del mundo. En la escuela aprende: la ciencia física, la geografía, la geometría y la geología, pero todos estos conocimientos no tienen un valor real. Después viene la fase de la juventud. Mira de nuevo a su alrededor buscando algo que lo reconforte y, tal y cómo está preesta-blecido en el mundo, lo busca en el matrimonio y el dinero. Está conven-cido que son las únicas cosas que sos-tienen su vida, pero pierde el tiempo, dejándose acaparar cada vez más por el deseo de renombre, de erudición, de poder y de autoridad.

Su mujer, sus riquezas, su estatuto social, la juventud y la belleza son sus principales posesiones y todo su so-porte. Está tan orgulloso de sí mismo, que deja de lado el conocimiento de su naturaleza real. Cuando todas estas posesiones desaparecen una a una, según la ley de la naturaleza, el re-cuerdo del primer golpe surge a la superficie y totalmente quebrantado se siente frustrado. Entonces le invade la angustia: ¿Qué haré ahora? ¿He perdido todo lo que me sostenía, que me va a pasar?

Este ignorante no comprende que todas estas posesiones no tenían más que una base sóli-da, que es su Sí, su hecho de ser. No es más que a causa de eso, que el dinero tenía su valor, la mujer sus atractivos, el honor su mérito y la autori-dad su poder. “¡Hombre, tú existes antes que todas estas riquezas de las que acabamos de hablar! ¿No es una para-doja el sentir que son ellas quienes te sostienen?” Si, además, la suerte le es desfa-vorable, ¿con qué riman los actos de este hombre? Un poeta, observando el compor-tamiento absurdo del ser humano, comparó las trave-suras del mental a: “Un mono que se emborracha y termina dejándose picar por un escor-pión”.

Este poeta pudo estar tentado incluso a abandonar la escri-tura…

LA LLAVE DE LA REALIZACIÓN DEL SER, SRI SIDDHARAMESHWAR

“Antes de nacer, el ser humano

estaba completamente acurrucado

y aislado en el vientre de su madre,

luego se encuentra proyectado en

un mundo ilimitado”.

Página 8 LUMINAR Año 1, Nº 5

SRI SIDDHARAMESHWAR MAHARAJ

Page 9: Revista luminar no.5 2012

POSTURA EN MEDITACIÓN ZAZEN

PUERTA BATIENTE , DOGEN

«Cuando practicamos el zazen, nuestra mente siempre

sigue a nuestra respiración. Cuando inhalamos, el aire

entra en el mundo interior. Cuando exhalamos, el aire

sale al mundo exterior. El mundo interior es ilimitado, y

el mundo exterior tampoco tiene límites. Decimos

'mundo interior' y 'mundo exterior', pero realmente

sólo existe un mundo indivisible. En este mundo ilimi-

tado, nuestra garganta es como una puerta batiente.

El aire entra y sale como si alguien pasara a través de

una puerta batiente.»

LA ALEGRÍA SIN OBJETO, JEAN KLEIN

Pregunta.- Desde hace varios años pertenezco a una escuela en la cual se practica el vacío. Esto me produ-ce cierta paz, pero confieso que en la vida diaria estoy todavía preso de inquietudes y de conflictos.

Respuesta.- Es un vacío fabricado que tiene un complemento en «lo lleno», es decir que es aún un con-cepto. Aparentemente, es estar pre-sente a una ausencia de objeto, pero en realidad, es un espacio engen-drado por el tiempo, la duración, y está continuamente alimentado por el deseo del vacío, por la motiva-ción del proceso de atención. Sigue siendo el vacío visto como se ve una sábana blanca, sólo un estado en el cual se entra y del cual se sale, un estado sustituible por otro. Cualquier proceso que implica dis-ciplina, sistema, cualquier proceso ascendente de sublimación por pu-rificación es un impedimento, espe-cialmente cuando se trata de la rea-lización del vacío en el absoluto.

Lo que llamamos observación es una atención prensiva, dirigida, interesada, fragmentaria. Para llegar a esta delimitación im-puesta a la percepción, gasta-mos inconscientemente una can-tidad considerable de energía, como ocurre cuando queremos evocar un recuerdo que se nos escapa y que viene a nosotros en cuanto dejamos de crisparnos, de inmovilizarnos en este es-fuerzo. Cuando la atención está orientada hacia el logro del vac-ío de objeto como le ocurre a usted, esta misma orientación obedece a una motivación que de hecho es un objeto, a pesar del nombre que usted le da. La atención llamada «receptiva» está todavía «dinamizada», en ella se esconde una espera no formulada y ésta representa un obstáculo.

Cuando uno se ha acostumbra-do al dejar-venir, a la receptivi-dad de la atención silenciosa, después de darse cuenta de que no hay nada que coger porque no hay nada que encontrar, ésta se encoge sobre sí misma, de alguna manera, y despierta a su verdadera substancia.

Este encogerse se experimenta no como un sentimiento, claro está, sino como un despertar, como la dilata-ción de una inmensidad lúcida donde no hay ni centro ni periferia. No es estar presente a la ausencia de obje-tos, sino estar presente a la ausencia de la ausencia y es absoluto, total. En la vida diaria, los objetos aparentes: sensación, pensamiento, acción, sur-gen y desaparecen como una prolon-gación, una expresión de esta inmen-sidad lúcida, sin que ella resulte afec-tada en absoluto por todo esto.

“En la vida diaria, los objetos aparentes: sensación, pensamiento, acción, surgen y desaparecen como una prolongación, una expresión de esta inmensidad lúcida”,

Página 9 LUMINAR Año 1, Nº 5

JEAN KLEIN

POSTURA EN MEDITACIÓN ZAZEN

Page 10: Revista luminar no.5 2012

NISARGADATTA MAHARAJ SÍMBOLOS

En la mayoría de las tradiciones reli-giosas y espirituales antiguas existe la noción común de que el estado "normal" de nuestra mente está mar-cado por un defecto fundamental. Sin embargo, de esta noción sobre la naturaleza de la condición humana (las malas noticias) se deriva una segunda noción: la buena nueva de una posible transformación radical de la conciencia humana. En las en-señanzas del hinduismo (y también en ocasiones del budismo), esa transformación se conoce como ilu-minación. En las enseñanzas de Jesús, es la salvación y en el budismo es el final del sufrimiento. Otros términos empleados para describir esta transformación son los de libe-ración y despertar.

El logro más grande de la humani-dad no está en sus obras de arte, ciencia o tecnología, sino en recono-

cer su propia disfunción, su locura. Algunos individuos del pasado remoto tuvieron ese reconocimiento. Un hombre llamado Gautama Siddhartha, quien vivió en la India hace 2.600 años, fue quizás el primero en verlo con toda claridad. Más ade-lante se le confirió el título de Buda. Buda significa "el iluminado". Por la misma época vivió en China otro de los maestros iluminados de la humanidad. Su nombre era Lao Tse. Dejó el legado de sus enseñanzas en el Tao Te Ching, uno de los libros espirituales más profun-dos que haya sido escrito.

Reconocer la locura es, por su puesto, el comienzo de la sanación y la trascen-dencia. En el planeta había comenzado a surgir una nueva dimensión de con-ciencia, un primer asomo de florescen-cia. Esos maestros les hablaron a sus contemporáneos. Les hablaron del pe-cado, el sufrimiento o el desvarío. Les dijeron, "Examinen la manera cómo viven. Vean lo que están haciendo, el sufrimiento que están creando".

Después les hablaron de la posibilidad de despertar de la pesadilla colectiva de la existencia humana "normal". Les mostraron el camino.

El mundo no estaba listo para ellos y, aún así, consti-tuyeron un elemento funda-mental y necesario del des-pertar de la humanidad. Era inevitable que la ma-yoría de sus contemporáne-os y las generaciones poste-riores no los comprendie-ran. Aunque sus enseñan-zas eran a la vez sencillas y poderosas, terminaron dis-torsionadas y malinterpre-tadas incluso en el momen-to de ser registradas por sus discípulos. Con el correr de los siglos se añadieron mu-chas cosas que no tenían nada que ver con las ense-ñanzas originales sino que reflejaban un error funda-mental de interpretación.

Algunos de esos maestros fueron objeto de burlas, escarnio y hasta del marti-rio. Otros fueron endiosa-dos.

UNA NUEVA TIERRA, ECKHART TOLLE

“Este libro nos dice lo que se

obtiene escuchando y estudiando

el discurso espiritual, y cómo

practicar la devoción.”

Página 10 LUMINAR Año 1, Nº 5

ECKHART TOLLE

FOTOGRAFÍA ARBOL ZEN

Page 11: Revista luminar no.5 2012

Las enseñanzas que señalaban un camino que estaba más allá de la disfunción de la mente humana, el camino para desprenderse de la locura colectiva, se distorsionaron hasta convertirse ellas mismas en parte de esa locura.

Fue así como las religiones se con-virtieron en gran medida en un fac-tor de división en lugar de unión. En lugar de poner fin a la violencia y el odio a través de la realización de la unicidad fundamental de to-das las formas de vida, desataron más odio y violencia, más divisio-nes entre las personas y también al interior de ellas mismas. Se convir-tieron en ideologías y credos con los cuales se pudieran identificar las personas y que pudieran usar para amplificar su falsa sensación de ser.

A través de ellos podían "tener la razón" y juzgar "equivocados" a los demás y así definir su identidad por oposición a sus enemigos, esos "otros", los "no creyentes", cuya muerte no pocas veces consideraron justificada. El hombre hizo a "Dios"

a su imagen y semejanza. Lo eterno, lo infinito y lo innom-brable se redujo a un ídolo mental al cual había que vene-rar y en el cual había que creer como "mi dios" o "nuestro dios".

Y aún así... a pesar de todos los actos de locura cometidos en nombre de la religión, la Verdad hacia la cual esos ac-tos apuntan, continúa brillan-do en el fondo, pero su res-plandor se proyecta tenue-mente a través de todas esas capas de distorsiones e inter-pretaciones erradas. Sin em-bargo, es poco probable que podamos percibirlo a menos de que hayamos podido aun-que sea vislumbrar esa Ver-dad en nuestro interior. A lo largo de la historia han existi-do seres que han experimenta-do el cambio de conciencia y han reconocido en su interior Aquello hacia lo cual apuntan todas las religiones. Para des-cribir esa Verdad no concep-tual recurrieron al marco con-ceptual de sus propias religio-nes.

Gracias a algunas de esas per-sonas, al interior de todas las religiones principales se desa-rrollaron "escuelas" o movi-mientos que representaron no

solamente un redescubrimiento sino, en algunos casos, la intensificación de la luz de la enseñanza original. Fue así como apareció el gnosticismo y el misticismo entre los primeros cristia-nos y durante la Edad Media, el sufis-mo en el Islam, el jasidismo y la cába-la en el judaísmo, el vedanta advaita en el hinduismo, y el Zen y el Dzog-chen en el budismo.

La mayoría de estas escuelas eran ico-noclastas. Eliminaron una a una todas las capas sofocantes de la conceptuali-zación y las estructuras de los credos mentales, razón por la cual la mayoría fueron objeto de suspicacia y hasta de hostilidad de parte de las jerarquías religiosas establecidas. A diferencia de las religiones principales, sus ense-ñanzas hacían énfasis en la realiza-ción y la transformación interior. Fue a través de esas escuelas o movimien-tos esotéricos que las religiones recu-peraron el poder transformador de las enseñanzas originales, aunque en la mayoría de los casos solamente una minoría de personas tuvieron acceso a ellas. Nunca fueron suficientes en número para tener un impacto signifi-cativo sobre la profunda inconscien-cia colectiva de las mayorías. Con el tiempo, algunas de esas escuelas de-sarrollaron unas estructuras formales demasiado rígidas o conceptualizadas como para permitirles conservar su vigencia.

“Lo eterno, lo infinito y lo innombrable se redujo a un ídolo mental al cual había que venerar y en el cual había que creer como "mi dios" o "nuestro dios".

Página 11 LUMINAR Año 1, Nº 5

Page 12: Revista luminar no.5 2012

LIBRO PRIMERO

En que se trata de la noche del sentido.

CANCIÓN 1ª

En una noche oscura, con ansias, en amores

inflamada, ¡oh dichosa ventura!,

salí sin ser notada estando ya mi casa

sosegada.

DECLARACIÓN

1. Cuenta el alma en esta primera canción el modo y manera que tuvo en salir, según la afición, de sí y de todas las co-sas, muriendo por verdadera mortifica-ción a todas ellas y a sí misma, para venir a vivir vida de amor dulce y sabrosa con Dios. Y dice que este salir de sí y de todas las cosas fue una noche oscura, que aquí entiende por la contemplación pur-gativa, como des-pués se dirá, la cual pasivamente causa en el alma la dicha negación de sí mis-ma y de todas las cosas.

2. Y esta salida dice ella aquí que pudo hacer con la fuerza y calor que para ello le

dio el amor de su Es-poso en la dicha con-templación oscura. En lo cual encarece la bue-na dicha que tuvo en caminar a Dios por esta noche con tan próspero suceso que ninguno de los tres enemigos, que son mundo, demonio y carne, que son los que siempre contrarían este camino, se lo pudiese impedir; por cuanto la dicha noche de contem-plación purificativa hizo adormecer y amortiguar en la casa de su sensualidad to-das las pasiones y ape-titos según sus apetitos y movimientos contra-rios. Dice, pues, el ver-so:

En una noche oscura.

CAPÍTULO 1

Pone el primer verso y comienza a tratar de

las imperfecciones de los principiantes.

En esta noche oscura comienzan a en-trar las almas cuando Dios las va sacan-do de estado de principiantes, que es de los que meditan en el camino espiritual,

y las comienza a poner en el de los aprovechantes, que es ya el de los contemplati-vos, para que, pasando por aquí, lleguen al estado de los perfectos, que es el de la divina unión del alma con Dios. Por tanto, para enten-der y declarar mejor qué noche sea ésta por que el alma pasa, y por qué causa la pone Dios en ella, prime-ro convendrá tocar aquí algunas propiedades de los principiantes. Lo cual, aun-que será con la brevedad que pudiere, no dejará tam-bién de servir a los mismos principiantes, para que, entendiendo la flaqueza del estado que llevan, se ani-men y deseen que los pon-ga Dios en esta noche, don-de se fortalece y confirma el alma en las virtudes y para los inestimables deleites del amor de Dios. Y, aunque nos detengamos un poco, no será más de lo que basta para tratar luego de esta noche oscura.

NOCHE OSCURA, SAN JUAN

“En esta noche, donde se fortalece y

confirma el alma en las virtudes y para

los inestimables deleites del amor de

Dios.”

Página 12 LUMINAR Año 1, Nº 5

JEAN KLEIN

SAN JUAN DE LA CRUZ

Page 13: Revista luminar no.5 2012

INOCENCIA, TASEN DESHIMARU

2. Es, pues, de saber que el alma, después que determinadamente se convierte a servir a Dios, ordinaria-mente la va Dios criando en espíritu y regalando, al modo que la amoro-sa madre hace al niño tierno, al cual al calor de sus pechos le calienta, y con leche sabrosa y manjar blando y dulce le cría, y en sus brazos le trae y le regala. Pero, a la medida que va creciendo, le va la madre quitando el regalo y, escondiendo el tierno amor, pone el amargo acíbar en el dulce pecho, y, abajándole de los brazos, le hace andar por su pie, porque, perdiendo las propiedades de niño, se dé a cosas más grandes y sustanciales. La amorosa madre de la gracia de Dios, luego que por nuevo calor y hervor de servir a Dios reengendra al alma, eso mis-mo hace con ella; porque la hace hallar dulce y sabrosa la leche espi-ritual sin algún trabajo suyo en to-das las cosas de Dios, y en los ejerci-cios espirituales gran gusto, porque le da Dios aquí su pecho de amor tierno, bien así como a niño tierno (1 Pe. 2, 23).

3. Por tanto, su deleite halla pasarse grandes ratos en oración, y por ven-tura las noches enteras; sus gustos

son las penitencias, sus con-tentos los ayunos, y sus con-suelos usar de los sacramen-tos y comunicar en las cosas divinas; las cuales cosas, aun-que con grande eficacia y porfía asisten a ellas y las usan y tratan con grande cui-dado los espirituales, hablan-do espiritualmente, común-mente se han muy flaca e im-perfectamente en ellas. Por-que, como son movidos a es-tas cosas y ejercicios espiri-tuales por el consuelo y gusto que allí hallan, y, como tam-bién ellos no están habilitados por ejercicios de fuerte lucha en las virtudes, acerca de es-tas sus obras espirituales tie-nen muchas faltas e imperfec-ciones; porque, al fin, cada uno obra conforme al hábito de perfección que tiene; y, como éstos no han tenido lu-gar de adquirir los hábitos fuertes, de necesidad han de obrar como flacos niños, fla-camente.

Lo cual para que más clara-mente se vea, y cuán faltos van estos principiantes en las

virtudes acerca de lo que con el dicho gusto con facilidad obran, irémoslo no-tando por los siete vicios capitales, di-ciendo algunas de las muchas imperfec-ciones que en cada uno de ellos tienen, en que se verá claro cuán de niños es el obrar que éstos obran; y veráse también cuántos bienes trae consigo la noche oscura de que luego habemos de tratar, pues de todas estas imperfecciones lim-pia al alma y la purifica.

“La amorosa madre de la gracia de

Dios, luego que por nuevo calor y

hervor de servir a Dios reengendra al

alma, eso mismo hace con ella; porque la

hace hallar dulce y sabrosa la leche

espiritual sin algún trabajo suyo en

todas las cosas de Dios”.

Página 13 LUMINAR Año 1, Nº 5

«Hace mucho tiempo, vivió en el Japón un ladrón

célebre por su audacia. Robaba en el Palacio Impe-

rial y la guardia era incapaz de sorprenderlo. Pusie-

ron precio a su captura. Una noche entró a robar en

una lujosa mansión y el hijo del propietario, un niño

pequeño, se levantó de la cama y empezó a jugar

con el ladrón sin ningún temor. Éste quedó muy im-

presionado y jugó con el niño hasta el amanecer.

Después se entregó a las autoridades y pidió

perdón. La inocencia lo transformó.»

Page 14: Revista luminar no.5 2012

CAPÍTULO 1

En que trata de la hermosura y digni-dad de nuestras almas. Pone una comparación para entenderse, y dice la ganancia que es entenderla y saber las mercedes que recibimos de Dios. Cómo la puerta de este castillo es la oración.

1. Estando hoy suplicando a nuestro Señor hablase por mí, porque yo no atinaba a cosa que decir ni cómo co-menzar a cumplir esta obediencia, se me ofreció lo que ahora diré, para comenzar con algún fundamento: que es considerar nuestra alma como un castillo todo de un diamante o muy claro cristal, adonde hay mu-chos aposentos, así como en el cielo hay muchas moradas. Que si bien lo consideramos, hermanas, no es otra cosa el alma del justo sino un paraíso adonde dice El tiene sus deleites. Pues ¿qué tal os parece que será el aposento adonde un Rey tan podero-so, tan sabio, tan limpio, tan lleno de todos los bienes se deleita? No hallo yo cosa con que comparar la gran

hermosura de un alma y la gran capa-cidad; y verdaderamente apenas de-ben llegar nuestros entendimientos, por agudos que fuesen, a comprender-la, así como no pueden llegar a consi-derar a Dios, pues El mismo dice que nos crió a su imagen y semejanza.

Pues si esto es, como lo es, no hay para qué nos cansar en querer comprender la hermosura de este castillo; porque puesto que hay la diferencia de él a Dios que del Criador a la criatura, pues es criatura, basta decir Su Majes-tad que es hecha a su imagen para que apenas podamos entender la gran dig-nidad y hermosura del ánima.

2. No es pequeña lástima y confusión que, por nuestra culpa, no entendamos a nosotros mismos ni sepamos quién somos. ¿No sería gran ignorancia, hijas mías, que preguntasen a uno quién es, y no se conociese ni supiese quién fue su padre ni su madre ni de qué tierra? Pues si esto sería gran bestialidad, sin comparación es mayor la que hay en nosotras cuando no procuramos saber qué cosa somos, sino que nos detene-mos en estos cuerpos, y así a bulto, porque lo hemos oído y porque nos lo dice la fe, sabemos que tenemos almas. Mas qué bienes puede haber en esta alma o quién está dentro en esta alma o el gran valor de ella, pocas veces lo con-sideramos; y así se tiene en tan poco procurar con todo cuidado conservar su hermosura: todo se nos va en la grosería del engaste o cerca de este castillo, que son estos cuerpos.

3. Pues consideremos que este castillo tiene -como he dicho muchas moradas, unas en lo al-to, otras en bajo, otras a los la-dos; y en el centro y mitad de todas éstas tiene la más princi-pal, que es adonde pasan las cosas de mucho secreto entre Dios y el alma.

Es menester que vayáis ad-vertidas a esta comparación. Quizá será Dios servido pue-da por ella daros algo a en-tender de las mercedes que es Dios servido hacer a las almas y las diferencias que hay en ellas, hasta donde yo hubiere entendido que es posible; que todas será imposible enten-derlas nadie, según son mu-chas, cuánto más quien es tan ruin como yo; porque os será gran consuelo, cuando el Se-ñor os las hiciere, saber que es posible; y a quien no, para alabar su gran bondad; que así como no nos hace daño considerar las cosas que hay en el cielo y lo que gozan los bienaventurados, antes nos alegramos y procuramos al-canzar lo que ellos gozan, tampoco nos hará ver que es posible en este destierro co-municarse un tan gran Dios con unos gusanos tan llenos de mal olor; y amar una bon-dad tan buena y una miseri-cordia tan sin tasa.

LAS MORADAS CASTILLO INTERIOR PRIMERAS MORADAS, SANTA TERESA DE JESÚS

“Mas qué bienes puede haber en esta

alma o quién está dentro en esta alma o

el gran valor de ella, pocas veces lo

consideramos”.

Página 14 LUMINAR Año 1, Nº 5

SANTA TERESA DE JESÚS

MURO EN ÁVILA

Page 15: Revista luminar no.5 2012

Tengo por cierto que a quien hicie-re daño entender que es posible hacer Dios esta merced en este destierro, que estará muy falta de humildad y del amor del prójimo; porque si esto no es, ¿cómo nos podemos dejar de holgar de que haga Dios estas mercedes a un hermano nuestro, pues no impide para hacérnoslas a nosotras, y de que Su Majestad dé a entender sus grandezas, sea en quien fuere? Que algunas veces será sólo por mostrarlas, como dijo del ciego que dio vista, cuando le pregunta-ron los apóstoles si era por sus pecados o de sus padres. Y así acaece no las hacer por ser más santos a quien las hace que a los que no, sino porque se conozca su grandeza, como vemos en San Pablo y la Magdalena, y para que nosotros le alabemos en sus criatu-ras.

4. Podráse decir que parecen cosas imposibles y que es bien no escan-

dalizar los flacos. - Menos se pierde en que ellos no lo crean, que no en que se dejen de apro-vechar a los que Dios las hace; y se regalarán y despertarán a más amar a quien hace tantas misericordias, siendo tan gran-de su poder y majestad; cuánto más que sé que hablo con quien no habrá este peligro, porque saben y creen que hace Dios aun muy mayores muestras de amor. Yo sé que quien esto no creyere no lo verá por experien-cia, porque es muy amigo de que no pongan tasa a sus obras, y así, hermanas, jamás os aca-ezca a las que el Señor no lleva-re por este camino.

5. Pues tornando a nuestro her-moso y deleitoso castillo, hemos de ver cómo podremos entrar en él. Parece que digo algún disparate; porque si este castillo es el ánima claro está que no hay para qué entrar, pues se es él mismo; como pa-recería desatino decir a uno que entrase en una pieza estando ya dentro. Mas habéis de entender que va mucho de estar a estar; que hay muchas almas que se están en la ronda del castillo que es adonde están los que le guardan, y que no se les da na-da de entrar dentro ni saben qué hay en aquel tan precioso

lugar ni quién está dentro ni aun qué piezas tiene. Ya habréis oído en algu-nos libros de oración aconsejar al alma que entre dentro de sí; pues esto mis-mo es.

6. Decíame poco ha un gran letrado que son las almas que no tienen ora-ción como un cuerpo con perlesía o tullido, que aunque tiene pies y manos no los puede mandar; que así son, que hay almas tan enfermas y mostradas a estarse en cosas exteriores, que no hay remedio ni parece que pueden entrar dentro de sí; porque ya la costumbre la tiene tal de haber siempre tratado con las sabandijas y bestias que están en el cerco del castillo, que ya casi está hecha como ellas, y con ser de natural tan rica y poder tener su conversación no menos que con Dios, no hay reme-dio. Y si estas almas no procuran en-tender y remediar su gran miseria, quedarse han hechas estatuas de sal por no volver la cabeza hacia sí, así como lo quedó la mujer de Lot por volverla.

7. Porque, a cuanto yo puedo enten-der, la puerta para entrar en este casti-llo es la oración y consideración, no digo más mental que vocal, que como sea oración ha de ser con considera-ción; porque la que no advierte con quién habla y lo que pide y quién es quien pide y a quién, no la llamo yo oración, aunque mucho menee los la-bios; porque aunque algunas veces sí será, aunque no lleve este cuidado, mas es habiéndole llevado otras. Mas quien tuviese de costumbre hablar con la majestad de Dios como hablaría con su esclavo, que ni mira si dice mal, sino lo que se le viene a la boca y tiene deprendido por hacerlo otras veces, no la tengo por oración, ni plega a Dios que ningún cristiano la tenga de esta suerte; que entre vosotras, hermanas, espero en Su Majestad no lo habrá, por la costumbre que hay de tratar de co-sas interiores, que es harto bueno para no caer en semejante bestialidad.

“Y si estas almas no procuran entender y remediar su gran miseria, quedarse han hechas estatuas de sal por no volver la cabeza hacia sí, así como lo quedó la mujer de Lot por volverla.

Página 15 LUMINAR Año 1, Nº 5

MONUMENTO DE SANTA TERESA DE JESÚS

Page 16: Revista luminar no.5 2012

8. Pues no hablemos con estas al-mas tullidas, que si no viene el mismo Señor a mandarlas se le-vanten -como al que había treinta años que estaba en la piscina-, tie-nen harta malaventura y gran peli-gro, sino con otras almas que, en fin, entran en el castillo; porque aunque están muy metidas en el mundo, tienen buenos deseos, y alguna vez, aunque de tarde en tarde, se encomiendan a nuestro

Señor y consideran quién son, aunque no muy despacio; alguna vez en un mes rezan llenos de mil negocios, el pensamiento casi lo ordinario en esto, porque están tan asidos a ellos, que como adonde está su tesoro se va allá el corazón, ponen por sí algunas veces de desocuparse, y es gran cosa el pro-pio conocimiento y ver que no van bien para atinar a la puerta. En fin, entran en las primeras piezas de las bajas; mas entran con ellos tantas sa-bandijas, que ni le dejan ver la hermo-

sura del castillo, ni sosegar; harto hacen en haber entrado.

9. Pareceros ha, hijas, que es esto impertinente, pues por la bondad del Señor no sois de éstas. - Habéis de tener pacien-cia, porque no sabré dar a en-tender, como yo tengo entendi-do, algunas cosas interiores de oración si no es así, y aun ple-ga al Señor que atine a decir algo, porque es bien dificultoso lo que querría daros a enten-der, si no hay experiencia; si la hay, veréis que no se puede hacer menos de tocar en lo que plega al Señor no nos toque por su misericordia.

“Habéis de tener paciencia,

porque no sabré dar a entender,

como yo tengo entendido,

algunas cosas interiores de

oración si no es así, y aun plega

al Señor que atine a decir algo,

porque es bien dificultoso“.

Página 16 LUMINAR Año 1, Nº 5

Manos con fuego

Page 17: Revista luminar no.5 2012

EL VUELO DEL ÁGUILA, JIDU KRISHNAMURTI

1. LA LIBERTAD

Pensamiento, placer y dolor

Para la mayoría de nosotros la libertad es una idea, no una realidad. Cuando hablamos de libertad, lo que queremos es ser libres en lo externo, hacer lo que nos plazca, viajar, estar libres para expresarnos de diferentes maneras y para pensar lo que guste-mos.

La expresión externa de la libertad parece ser de extraordinaria impor-tancia, especialmente en los países donde hay tiranía y dictadura. Y en aquellos países donde es posible la libertad externa, uno busca más y más placer, más y más posesiones.

Si es que vamos a inquirir profunda-mente en lo que la libertad implica: ser total y completamente libres en lo interno ‑lo cual se expresa luego ex-

teriormente en la relación con la sociedad- entonces me pare-ce que debemos preguntarnos si la mente humana, que está tan excesivamente condiciona-da, puede alguna vez ser del todo libre. ¿Tiene la mente que vivir y funcionar siempre de-ntro de las fronteras de su pro-pio condicionamiento, de ma-nera que no haya posibilidad alguna de libertad para ella? Vemos cómo la mente, al com-prender de manera verbal que no existe libertad alguna sobre esta tierra, ni interna ni exteriormente, comienza entonces a inventar la libertad en otro mundo, una libe-ración futura, un cielo, etcétera.

Descartemos todos los conceptos teóricos e ideológicos de la liber-tad para que podamos inquirir si nuestras mentes, la de ustedes y la mía, pueden alguna vez estar real-mente libres, libres de la depen-dencia del miedo, de la ansiedad, libres de los innumerables proble-mas, tanto de los conscientes co-mo de los que se ocultan en las capas más profundas del incons-ciente. ¿Puede existir libertad psi-cológica completa, de manera que la mente humana pueda dar con algo que no sea temporal, que no sea producto del pensamiento, y que al mismo tiempo no constitu-ya un escape de las realidades de la vida cotidiana?

A menos que la mente huma-na esté del todo libre interna, psicológicamente, no es posi-ble ver lo que es verdadero, ver si existe una realidad que no sea inventada por el temor, que no sea moldeada por la sociedad o por la cultura en que vivimos, y que no sea un escape de la rutina diaria, con su tedio, soledad, inquietud y desesperación. Para descubrir

si realmente existe tal libertad, uno tiene que darse cuenta de su propio condicionamiento, de los problemas, de la monótona superficialidad, del vacío e in-suficiencia de su vida cotidiana y, sobre todo, tiene que darse cuenta del temor. Uno ha de ser consciente de sí mismo no de manera introspectiva o analíti-ca, sino dándose cuenta de cómo uno es en realidad, y ver también si es posible estar ente-ramente libre de todos esos problemas que parecen nublar y confundir la mente.

Para explorar, como vamos a hacerlo, tiene que haber liber-tad, no al final, sino desde el mismo principio. Uno no puede explorar, investigar o examinar las cosas a menos que sea libre. Para poder mirar profunda-mente se requiere no sólo liber-tad, sino también la disciplina necesaria para observar. La li-bertad y la disciplina van juntas (no es que uno deba ser disci-plinado para luego ser libre). Usamos la palabra “disciplina” no en el aceptado sentido tradi-cional que implica conformar, imitar, reprimir según un patrón determinado, sino más bien con el significado de la raíz de la palabra, que es “aprender”.

“Despierta a tu cuerpo entero con sus trescientos sesenta huesos y articulaciones y sus ochenta y cuatro mil poros; convoca un espíritu de gran duda y concéntrate en esta palabra: “Mu.”

Página 17 LUMINAR Año 1, Nº 5

FIGURILLA DE BUDA

JIDU KRISHNAMURTI

Page 18: Revista luminar no.5 2012

El aprender y la liber-tad van juntos, y la libertad genera su pro-pia disciplina; no una disciplina impuesta por la mente para ob-tener cierto resultado. Estas dos cosas son esenciales: la libertad y el acto de aprender. Uno no puede apren-der sobre sí mismo a menos que sea libre, de modo que pueda obser-var, no de acuerdo con algún patrón, fórmula o concepto, sino obser-varse a sí mismo tal como uno es. Esa ob-servación, esa percepción, ese ver, generan su propia disciplina y su propio aprender. Esto no implica conformidad, imitación, represión o control de clase alguna; y en ello hay gran belleza.

Es un hecho obvio que nuestras mentes están condicionadas por una cultura o sociedad en parti-cular, influidas por diversas im-presiones, por las exigencias y tensiones de la vida de relación, por factores económicos, climáti-cos, educativos, por la conformi-dad religiosa, etcétera. Nuestras mentes están entrenadas para aceptar el miedo y para escapar, si ello es posible de ese miedo, y nunca somos capaces de poner término completamente a la natu-raleza y estructura total del mie-do. De manera que nuestra pri-mera pregunta es: ¿puede la men-te, tan recargada como está, po-

ner fin por completo, no sólo a su condicionamiento, sino tam-bién a sus miedos? Porque es el miedo lo que nos hace aceptar el condicionamiento.

No se limiten a escuchar un sinnúmero de palabras e ideas que realmente no tienen valor alguno; observen, mediante el acto de escuchar, los propios estados de la psiquis, tanto ver-bales como no verbales. Inquie-ran si la mente puede llegar a ser libre, no aceptando el mie-do, ni escapando, ni diciendo “debo desarrollar valor, resis-tencia”, sino dándose cuenta completamente del miedo en el que uno está atrapado. Uno no puede ver muy clara y profun-damente mientras no está libre de esa cualidad del miedo; y es obvio que cuando hay miedo no hay amor.

Por lo tanto, ¿puede la mente llegar de hecho a estar libre del miedo? Me parece que ésa es ‑tanto para mí como para cual-quier persona cabalmente seria- una de las preguntas básicas y esenciales que deben ser formu

ladas y resueltas definitivamente. Hay temores físicos y temores psi-cológicos. Existen los miedos físicos al dolor y los miedos psicológicos, el recuerdo de haber sufrido dolor en el pasado, y la idea de que puede repetirse ese dolor en el futuro. Exis-ten también los miedos a la vejez y a la muerte, los miedos a la inseguri-dad física, a la incertidumbre del mañana, a no lograr ser un gran éxi-to, a no llegar a realizar la ambición de ser alguien en este feo mundo; los miedos a la destrucción, a la soledad, a no amar o no ser amado, etc. Exis-ten los miedos conscientes al igual que los miedos inconscientes. ¿Puede la mente estar completamen-te libre de todo esto? Si la mente dice que no puede, entonces se ha incapa-citado ella misma, se ha distorsiona-do y es incapaz de percibir, de com-prender; incapaz de estar quieta, en completo silencio. Es, pues, una mente que en la oscuridad busca la luz sin jamás encontrarla y, por lo tanto, inventa una “luz” hecha de palabras, conceptos, teorías.

¿Cómo puede una mente tan sobre-cargada de miedos, con todo su con-dicionamiento, estar alguna vez libre de todo eso?

“Existen los miedos conscientes

al igual que los miedos

inconscientes. ¿Puede la mente

estar completamente libre de

todo esto?

Página 18 LUMINAR Año 1, Nº 5

ESTATUA DE BUDA

Page 19: Revista luminar no.5 2012

ESTATUA DE BUDA

¿O es que debemos aceptar el miedo como algo inevitable en la vida? Y la mayoría de nosotros aceptamos el miedo, lo toleramos. ¿Qué hemos de hacer? ¿Cómo vamos usted y yo, seres huma-nos, a deshacernos del miedo? No de un miedo en particular sino del miedo total, de toda la naturaleza y estructura del temor.

¿Qué es el temor? (Si se me per-mite sugerirlo, no acepten lo que dice el que habla, pues no tiene

autoridad alguna, no es un maes-tro, ni es un gurú; porque si lo fuera entonces ustedes serían se-guidores, y si ustedes son segui-dores, se destruyen a sí mismos y destruyen al maestro). Estamos tratando de descubrir la verdad sobre la cuestión del miedo, en forma tal que la mente no vuelva a abrigar temor y esté, por lo tan-to, por completo libre interna, psicológicamente, de toda depen-dencia. La belleza de la libertad es que no deja rastro.

El águila, en su vuelo, no deja rastro; el científico lo deja. Al in-quirir en esta cuestión de la liber-tad es indispensable que haya, no sólo la observación científica, sino también el vuelo del águila que no deja rastro alguno. Ambos son necesarios; tiene que haber tanto la explicación verbal como la per-cepción no verbal, pues la des-cripción nunca es la realidad des-crita: es obvio también que la ex-plicación nunca es la cosa explica-da. Es decir, la palabra nunca es la cosa. Si todo esto está claro, entonces podemos proseguir. Podemos descubrir por nosotros mismos ‑no por boca del que

habla, no por medio de sus pala-bras, ideas o pensamientos- si la mente puede estar completa-mente libre del miedo.

Lo dicho en esta primera parte no es una introducción; si no lo han escuchado claramente y no lo han comprendido, no pueden pasar a la siguiente.

A fin de inquirir tiene que haber libertad para mirar; tiene uno que estar libre de prejuicios, con-clusiones, conceptos, ideales, de modo que pueda observar por sí mismo qué es el miedo. Cuando uno observa muy de cerca, íntima-mente, ¿hay miedo alguno? Esto es: uno puede observar el miedo muy de cerca, íntimamente, sólo cuando el “observador” es lo “observado”. Vamos a investigar esto. ¿Qué es el temor? ¿Cómo surge? Los miedos físicos obvios los podemos comprender, al igual que los peligros físicos, para los cuales tenemos una re-acción instantánea; son bastante fáciles de entender y no tenemos que profundizar mucho en ellos. Pero hablemos sobre los miedos psicológicos: ¿cómo surgen? ¿Cuál es su origen? Esta es la cuestión. Existe el miedo de algo que ocurrió ayer; el miedo de algo que podría ocurrir más tar-de, hoy o mañana. Existe el mie-do de lo que hemos conocido, y existe el miedo de lo desconoci-do, que es el mañana. Uno puede ver por sí mismo muy claramen-te que el miedo se origina en la estructura del pensamiento, pen-sando en aquello que ocurrió ayer y que uno teme, o pensando en el futuro. ¿Verdad? El pensa-miento genera el miedo, ¿no es así? Por favor, vamos a estar bien seguros de esto; no acepten mis palabras; estén absolutamente seguros por sí mismos de que el pensamiento es el origen del miedo. Pensar sobre el dolor, el

dolor psicológico que uno experi-mentó hace algún tiempo y desear que no se repita, el sólo pensar sobre ello, engendra miedo. ¿Podemos proseguir desde ahí? No podremos ir más lejos a menos que veamos esto muy claramente. Al pensar so-bre una experiencia, una situación en que ha habido malestar, peligro, tris-teza o dolor, el pensamiento genera miedo. Y habiendo establecido psi-cológicamente cierta seguridad, no quiere que esa seguridad se altere, porque cada incertidumbre constitu-ye un peligro, y, por lo tanto, surge el miedo.

El pensamiento es responsable del temor y también es responsable del placer. Cuando uno ha disfrutado de una experiencia agradable, el pensa-miento piensa en ella y desea perpe-tuarla; y cuando eso no es posible, hay resistencia, ira, desesperación y miedo. Por lo tanto, el pensamiento engendra el temor y el placer, ¿no es así? Esto no es una conclusión ver-bal, ni una fórmula para evadir el miedo. Ello quiere decir que donde hay placer hay dolor y miedo perpe-tuados por el pensamiento. El placer va junto al dolor. Los dos son indivi-sibles, y el pensamiento es responsa-ble por ambos.

“Los cuatro caminos hacia la fe son: Conocimiento de algo. Visión de algo. Estar en algo. Volverte algo.

Página 19 LUMINAR Año 1, Nº 5

Page 20: Revista luminar no.5 2012

RANJIT MAHARAJ

Dragón chino

RAMANA MAHARSHI

Si no hubiera el mañana, ni el mo-mento siguiente, sobre los cuales pensar en términos de temor o de placer, entonces ninguno de los dos existiría. ¿Seguimos adelante? ¿Es ello una realidad, no como una idea, sino como una cosa que uno mismo ha descubierto y que, por lo tanto, es real, de manera que uno pueda decir: “he descu-bierto que el pensamiento genera tanto el placer como el miedo”? Uno ha disfrutado del placer sexual y después piensa en él a través de imágenes, cuadros men-tales, y el mismo pensar sobre el sexo fortalece ese placer que ahora existe en las imágenes del pensa-miento, y cuando eso se frustra hay dolor, ansiedad, miedo, celos, mortificación, ira, brutalidad. Y con ello no queremos decir que uno no deba experimentar placer.

La bienaventuranza no es placer; el éxtasis no es generado por el pensa-miento; es una cosa del todo dife-rente. Uno puede llegar a la biena-venturanza o al éxtasis sólo cuando comprende la naturaleza del pensa-miento, el cual genera tanto el pla-cer como el temor.

Entonces surge la pregunta: ¿puede uno detener el pensamiento? Si el pensamiento genera el miedo y el placer ‑porque es bastante obvio que donde hay placer tiene que haber dolor- entonces uno se pre-gunta: ¿puede cesar el pensamien-to? ‑lo cual no significa que termi-ne la percepción o el disfrute de la belleza-. Es como si viéramos la belleza de una nube o de un árbol y la disfrutáramos total, completa y plenamente; pero cuando el pensa-miento busca tener la misma expe-riencia mañana, el mismo deleite que experimentó ayer viendo esa nube, ese árbol, esa flor, la faz atractiva de alguna persona, enton-ces invita a la desilusión, al dolor, al miedo y al placer.

¿Puede, por lo tanto, terminar el pensamiento? ¿O es ésa una pre-gunta totalmente errónea? Es una pregunta errónea porque deseamos experimentar un estado de éxtasis, de bienaventuranza, lo cual no es placer. Mediante la terminación del

“Mediante la terminación del

pensamiento esperamos

encontrar algo que sea

inmenso, que no sea producto

del placer y del temor”.

Página 20 LUMINAR Año 1, Nº 5

pensamiento esperamos encontrar algo que sea inmenso, que no sea producto del placer y del temor. La pregunta correcta es: ¿qué pa-pel desempeña el pensamiento en la vida? y no ¿cómo podemos aca-bar con el pensamiento? ¿Cuál es la relación del pensamiento con la acción y con la inacción? ¿Cuál es la relación del pensamiento con la acción cuando la acción es necesa-ria? ¿Por qué, cuando existe el disfrute completo de la belleza, tiene que surgir el pensamiento en forma alguna? ‑porque si no surgiera no se proyectaría hacia el futuro-. Deseo averiguar ‑cuando existe el pleno disfrute de la belle-za de una montaña, de un rostro hermoso, de una extensión de agua- por qué ha de brotar el pen-samiento diciendo: “tengo que volver a disfrutar de ese placer mañana”. Tengo que descubrir cuál es la relación del pensamien-to con la acción, y también si debe intervenir el pensamiento cuando el pensamiento no es necesario en absoluto. Veo un árbol bello, sin una sola hoja, erguido contra el cielo; es extraordinariamente be-llo, y eso es suficiente; fin. ¿Por qué tiene que inmiscuirse el pen-samiento y decir, “debo experi-mentar ese mismo deleite maña-na”?

Y también veo que el pensamien-to tiene que operar en la acción. La habilidad en la acción es tam-bién habilidad en el pensamiento. Por lo tanto, ¿cuál es la verdadera relación entre el pensamiento y la acción? Tal como ocurre, nuestra acción se basa en conceptos, en ideas. Tengo una idea o un con-cepto de lo que debería hacerse, y lo que se hace es una aproxima-ción a ese concepto, idea o ideal.

De manera que existe una divi-sión entre la acción y el concepto, el ideal, “lo que debería ser”; y en esa división hay conflicto.

BUDAS DE PLATA

Page 21: Revista luminar no.5 2012

Podemos entonces pasar a la siguiente pregunta, la cual sugiero formulemos así: ¿cuál es el origen del pensamiento y quién es el pensador? Uno puede ver que el pensamiento es la respuesta del conoci-miento, de la experiencia como recuerdo acumula-do, de cuyo trasfondo surge una respuesta del pen-samiento a cualquier reto. Si a uno le preguntan dónde vive, la respuesta es inmediata. La memo-ria, la experiencia, el conocimiento es el trasfondo del cual brota el pensamiento. Por lo tanto, el pen-samiento nunca es nuevo; el pensamiento es siem-pre viejo; el pensamiento no puede ser nunca libre, porque está atado al pasado, y por lo tanto no pue-de ver nada nuevo. Cuando comprendo esto con claridad, la mente se aquieta. La vida es un movi-miento constante de relación, y el pensamiento, tratando de capturar ese movimiento en términos del pasado como memoria, siente miedo a la vida.

Si existe división entre la acción y la idea, entonces la acción es incompleta. ¿Existe alguna acción en la cual el pensamiento ve algo instantáneamente y actúa de inme-diato, sin que haya ninguna idea, ninguna ideología que actúe separadamente? ¿Existe alguna acción en la cual el mismo ver es la acción, en la cual el mismo pensar es la acción? Veo que el pensamiento genera miedo y pla-cer; veo que donde existe el placer hay dolor y, por lo tanto, resistencia al dolor. Veo eso claramente, y el verlo es la acción inmediata; en el verlo participan el pensa-miento, la lógica y el pensar con claridad; y no obstante, el verlo y la acción son instantáneos. Por lo tanto, en ello hay libertad.

¿Nos estamos comunicando? Vayamos despacio porque esto es complicado, difícil. Por favor, no diga “sí” tan fácilmente. Si dice que sí, entonces cuando abandone la carpa debe estar libre del miedo. El decir que “sí” es una mera aseveración de que ha comprendido verbal-mente, intelectualmente ‑lo cual no significa nada-. Us-ted y yo estamos aquí esta mañana investigando la cuestión del temor y cuando salga de aquí debe estar completamente libre del temor. Ello significa que usted es un ser humano libre, un ser humano diferente, total-mente transformado; pero no que va a serlo mañana, sino que lo es ahora mismo, porque usted ve con clari-dad que el pensamiento engendra miedo y placer, usted ve que todos nuestros valores están basados en el miedo y el placer ‑los valores morales, éticos, sociales, religio-sos o espirituales-. Si usted ve esta verdad ‑y para verla tiene que estar extraordinariamente alerta, observando cada movimiento del pensamiento en forma clara y lógi-ca-, entonces ese mismo ver es una acción total y, por lo tanto, cuando usted sale de aquí está completamente libre del miedo. De lo contrario dirá ¿cómo voy a estar libre del miedo mañana?

El pensamiento tiene que funcionar en la acción. Uno tiene que pensar cuando va para su casa o cuando va a abordar un autobús, un tren, cuando va a la oficina, y entonces el pensamiento funciona eficientemente, objeti-vamente, en forma impersonal y sin emociones. Ese pensamiento es de vital importancia. Pero cuando el pensamiento continúa esa experiencia que usted ha te-nido y la lleva a través de la memoria, hacia el futuro, entonces tal acción es incompleta, y, por lo tanto, existe una forma de resistencia, etcétera.

“La memoria, la experiencia, el conocimiento es el trasfondo del cual brota el pensamiento”.

LUMINAR Año 1, Nº 5 Página 21

ILUSTRACIÓN BUDA TÁNTRICO

Page 22: Revista luminar no.5 2012

Bapel 2.0. Desde enero de este año, y con periodicidad mensual, el Taller de Es-

critura Creativa Bolivia publica la revista digital Bapel 2.0, opúsculo de lenguaje

& literatura, que dirigen Luis Alberto Portugal Durán y Begoña Molinuevo Q. La

publicación tiene como objetivo difundir las experiencias de lectura y escritura

que abordan tanto teóricos como escritores del ámbito universal de la literatura y

el lenguaje en relación a los hipertextos. Solicita tu ejemplar gratuito a

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Cuando vemos todo eso, cuando ve-mos que la libertad es necesaria para inquirir ‑y para inquirir claramente tiene que haber la disciplina del aprender, y no de la represión o la imitación- cuando vemos cómo la mente ha sido condicionada por la sociedad, por el pasado, cuando ve-mos que todo pensamiento que se origina en el cerebro es viejo y, por lo tanto, incapaz de comprender nada nuevo, entonces la mente se aquieta por completo sin ser controlada, ni aquietada. No existe sistema o méto-do alguno ‑no importa que sea Zen del Japón o un sistema de la India- para lograr que la mente esté quieta, porque lo más tonto que pueda hacer la mente es disciplinarse para estar quieta. Si vemos ahora todo eso ‑si lo vemos realmente y no como algo teó-rico- de ese percibir surge entonces una acción, y esa acción es la que nos libera del miedo. Así, en cada ocasión en que el miedo surge, hay inmediata percepción y terminación de ese mie-do.

¿Qué es el amor? Para la mayoría de nosotros es placer y, por lo tanto, miedo. Eso es lo que llamamos amor.

Entonces, ¿qué es el amor cuando comprendemos el placer y el miedo? ¿Quién va a contestar esa pregunta? ¿El que habla, el sacerdote, el libro? ¿Es que algún agente externo nos va a decir que lo estamos haciendo muy bien y que debemos continuar adelan-te?

¿O es que habiendo examinado, ob-servado y visto en forma no analítica la estructura y la naturaleza total del placer, del miedo, del dolor, encontra-mos que “el observador”, “el pensa-dor” es parte del pensamiento?

Si no existe el pensamiento, no existe el “pensador”, pues ambos son inseparables; el pensador es el pensamiento. Hay cierta belleza y sutilidad en ver eso. ¿Dónde está ahora la mente que comenzó a

inquirir en este problema del mie-do?

¿Comprenden? ¿Cuál es ahora la condición de la mente que ha pasa-do por todo ello? ¿Es la misma que era antes de llegar a este estado? Después de haber visto esto ínti-mamente, de haber visto la natura-leza de esta cosa llamada pensa-miento, miedo y placer; ¿cuál es el verdadero estado de la mente aho-ra? Es obvio que nadie, excepto usted mismo, puede contestar esa pregunta, y si ha podido ahondar en ella verá que la mente ha experi-mentado una transformación total.

“¿Hay alguien entre vosotros

que no sepa que es el amor, que

no hay nunca gustado del amor

en alguna de sus formas?”.

Página 22 LUMINAR Año 1, Nº 5

«Todo está interrelacionado. Nada existe por sí solo. Si yo

no dijera estas palabras, tú no podrías oírlas. Sin mis pa-

dres yo no existiría, así como ellos no existirían sin sus pa-

dres. Sin el sol y la lluvia que nutren las cosechas y el agri-

cultor que las cultiva, y el panadero que hace el pan, no

tendríamos comida. Sin la tierra que nos da sustento y el

aire que respiramos, ¿cómo podríamos mantenernos? Por

consiguiente, ¿qué es lo que existe sin otra cosa? Todas las

cosas son parte de Una Cosa.»

T'AO-SHAN

Página 22

INTERRELACIONADO

ESTATUILLAS DE BUDA

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BAPEL 2.0 OPÚSCULO DE LENGUAJE & LITERATURA

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Page 24: Revista luminar no.5 2012

Pronto estará a la venta el libro

de espiritualidad

“VIAJE SIN REGRESO”,

del autor boliviano

Vidal Portugal.

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mato digital, al teléfono 2382017.

Page 25: Revista luminar no.5 2012

AMI: EL NIÑO DE LAS ESTRELLAS., ENRIQUE BARRIOS

Francesca Woodman

Francesca Woodman FOTOGRAFÍA MUJER

He aquí fragmentos del libro Ami: El niño de las estrellas, del autor Enrique Barrios. Fragmen-tos llenos de palabras llanas y de simple acercamiento al amor y la vida.

Quién no ama a nadie en especial no puede amar a todo el mundo, no puede conocer el amor univer-sal, porque solo cuando has aprendido a conocer, a cuidar, a hacerte responsable y a amar tus árboles cercanos, sólo entonces puedes amar los bosques…

La ley fundamental del universo es el Amor, es sencillo simple y natu-ral. Sin embargo para algunos no es tan fácil de comprender, experimen-tar o expresar, para eso es la evolu-ción. Evolución significa acercarse al Amor…

La grandeza o pequeñez de los seres depende sólo de la medida de su amor… ¿Y por qué cuesta tanto amar?...Porque tenemos dentro de nosotros una barrera que impide o frena nuestros mejores sentimientos esa barrera es el ego; una falsa idea de nosotros mismos, un yo falso. Mien-tras mayor es el ego, más nos aísla e insensibiliza y nos hace sentir más grandes e importantes que los demás, el ego nos hace ser arrogantes y sober-bios, crueles; nos hace creer que esta-mos autorizados para menospreciar, excluir, dañar, dominar y utilizar a los demás, para disponer de sus vidas incluso.

Como el ego es una barrera al amor, nos impide sentir solida-ridad, comprensión, ternura, cariño o afecto. El ego nos vuel-ve inconscientes ante la vida. Fíjate: Egoísta, se interesa por sí mismo y no por los demás. Ególatra, se adora a sí mismo y a nadie más. Egotista, se consi-dera a sí mismo como lo único importante en el mundo. Egocéntrico, piensa que el uni-verso gira alrededor de su per-sona. A mayor evolución me-nos ego y mayor solidaridad y viceversa...

“¿Hay alguien entre vosotros

que no sepa que es el amor,

que no hay nunca gustado

del amor en alguna de sus

formas?”.

Página 25 LUMINAR Año 1, Nº 5 Página 25

ENRIQUE BARRIOS

Page 26: Revista luminar no.5 2012

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ILUMINACIÓN

Para cualquier consulta, sugerencia o colaboración para la difusión mensual a esta revista , dirigirse a:

El ser es Uno mismo.

REVISTA LUMINAR

http://www.oshogulaab.com/E-BOOKS.html

http://www.oshogulaab.com/RAMANA/TEXTOS/RAMANA-QuienSoy.htm

http://www.oshogulaab.com/JIDDU/TEXTOS/LISTADOLIBJIDDUKRISH.htm

http://www.oshogulaab.com/NISARGADATTA/TEXTOS/LISTADOTITULOSNISARGADATTA.htm

https://www.google.es/search?hl=es&q=simbolos+de+artes+marciales&bav=

http://www.capitalemocional.com/trastero/haiku.htm

hhtp://www.google.com/search?hl=imagenes/budas

Revista Luminar. Edición electrónica. Año 1, Nº 5, mayo 2012 Publicación mensual editada por Vidal G. Portugal D. Licenciado en Filosofía, Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, Universidad Mayor de San Andrés. C.P. LP-B.

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