terigi-exploración de una idea

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trabajadordelaeducacion La escuela transmite un saber que no produce; y produce un saber que no es reconocido como tal Exploración de una idea. En torno a los saberes sobre lo escolar Flavia Terigi Idea a trabajar: La escuela transmite un saber que no produce; y, para poder llevar adelante ese trabajo de transmisión, produce un saber que no es reconocido como tal. La escuela transmite un saber que no produce La escuela ocupa, en la división social del trabajo de producción y reproducción del saber, el lugar de la reproducción (Lundgren, 1992), función que se realiza a través de procesos de transmisión intergeneracional del saber. Especializar una institución en la transmisión resulta necesario cuando los saberes a transmitir se han expandido y especializado y cuando por alguna razón la transmisión de esos saberes no puede ocurrir en el mismo contexto en que se los produce. Es propio de la escuela moderna haber organizado la función de reproducción de manera tal de hacerla posible en una escala sin precedentes en el desarrollo sociohistórico de la humanidad: para todos los miembros pequeños de nuestra especie. Es en virtud de esa pretensión de universalidad que la transmisión no puede realizarse en el contexto de producción del saber. Para comprender esto puede ser útil cotejar a la escuela con otras formas de organización de la transmisión en las que la producción y la reproducción de los saberes no se encuentran separadas. Tal es el caso de los talleres de los artesanos de las ciudades europeas del siglo XIII … En el taller de los tintoreros florentinos, el proceso de producción y el de reproducción del saber ocurren en el curso de las mismas actividades y no como acciones separadas. Su separación no sólo no es deseada (a la corporación de los tintoreros le interesa conservar el monopolio sobre el uso del saber, para lo cual es estratégico restringir su transmisión), sino que tampoco es necesaria, pues se trata de controlar el número de expertos en el oficio a través de una cuidadosa autorización de quienes habrán de ejercerlo en provecho propio, a lo cual contribuye en gran medida la restricción en la circulación del saber del oficio. El problema de la escuela es bien diferente: no se trata de monopolizar el saber de un cierto campo para controlar que sean pocos los que lo aprendan, sino de asegurar que todos los que asisten a ella en calidad de alumnos se apropien de un conjunto de saberes de campos muy diversos, seleccionados para su transmisión a todos. Lo que va del monopolio del saber a la pretensión de su transmisión universal marca la diferencia de escala entre el taller medieval y la escuela y está en la base de la diferenciación definitiva que producen las sociedades modernas entre los procesos de producción de saberes y los de reproducción (de ciertos saberes). En la escuela, personas que no son matemáticos, físicos o lingüistas, sino maestros, profesores de matemática o de física o de lengua, transmiten saberes sobre estos campos, que ellos no producen, a niños, niñas y adolescentes, en condiciones institucionales organizadas con arreglo a las necesidades de transmisión de los saberes, ciertamente distintas a las requeridas para la producción de saberes nuevos. La separación producción/reproducción establece reglas propias de funcionamiento para el saber en la escuela. En tanto no se produce en ella ni por sus miembros, para su funcionamiento escolar aquel saber extraescolar debe ser objeto de procesos de descontextualización y de recontextualización que lo modifican de manera sustantiva. Descontextualización de su ámbito de producción y, por tanto, de los procesos, objetivos, sujetos y reglas propios de ese ámbito; recontextualización con respecto al ámbito page 1 / 5

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Flavia Terg

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  • trabajadordelaeducacion

    La escuela transmite un saber que no produce; y produce un saber que no es reconocido como tal

    Exploracin de una idea.

    En torno a los saberes sobre lo escolar

    Flavia Terigi

    Idea a trabajar: La escuela transmite un saber que no produce; y, para poder llevar adelante ese trabajo

    de transmisin, produce un saber que no es reconocido como tal.

    La escuela transmite un saber que no produce

    La escuela ocupa, en la divisin social del trabajo de produccin y reproduccin del saber, el lugar de la

    reproduccin (Lundgren, 1992), funcin que se realiza a travs de procesos de transmisin

    intergeneracional del saber. Especializar una institucin en la transmisin resulta necesario cuando los

    saberes a transmitir se han expandido y especializado y cuando por alguna razn la transmisin de esos

    saberes no puede ocurrir en el mismo contexto en que se los produce. Es propio de la escuela moderna

    haber organizado la funcin de reproduccin de manera tal de hacerla posible en una escala sin

    precedentes en el desarrollo sociohistrico de la humanidad: para todos los miembros pequeos de

    nuestra especie. Es en virtud de esa pretensin de universalidad que la transmisin no puede realizarse en

    el contexto de produccin del saber.

    Para comprender esto puede ser til cotejar a la escuela con otras formas de organizacin de la

    transmisin en las que la produccin y la reproduccin de los saberes no se encuentran separadas. Tal es

    el caso de los talleres de los artesanos de las ciudades europeas del siglo XIII En el taller de los

    tintoreros florentinos, el proceso de produccin y el de reproduccin del saber ocurren en el curso de las

    mismas actividades y no como acciones separadas. Su separacin no slo no es deseada (a la corporacin

    de los tintoreros le interesa conservar el monopolio sobre el uso del saber, para lo cual es estratgico

    restringir su transmisin), sino que tampoco es necesaria, pues se trata de controlar el nmero de expertos

    en el oficio a travs de una cuidadosa autorizacin de quienes habrn de ejercerlo en provecho propio, a

    lo cual contribuye en gran medida la restriccin en la circulacin del saber del oficio.

    El problema de la escuela es bien diferente: no se trata de monopolizar el saber de un cierto campo para

    controlar que sean pocos los que lo aprendan, sino de asegurar que todos los que asisten a ella en calidad

    de alumnos se apropien de un conjunto de saberes de campos muy diversos, seleccionados para su

    transmisin a todos.

    Lo que va del monopolio del saber a la pretensin de su transmisin universal marca la diferencia de

    escala entre el taller medieval y la escuela y est en la base de la diferenciacin definitiva que producen

    las sociedades modernas entre los procesos de produccin de saberes y los de reproduccin (de ciertos

    saberes). En la escuela, personas que no son matemticos, fsicos o lingistas, sino maestros, profesores

    de matemtica o de fsica o de lengua, transmiten saberes sobre estos campos, que ellos no producen, a

    nios, nias y adolescentes, en condiciones institucionales organizadas con arreglo a las necesidades de

    transmisin de los saberes, ciertamente distintas a las requeridas para la produccin de saberes nuevos.

    La separacin produccin/reproduccin establece reglas propias de funcionamiento para el saber en la

    escuela. En tanto no se produce en ella ni por sus miembros, para su funcionamiento escolar aquel saber

    extraescolar debe ser objeto de procesos de descontextualizacin y de recontextualizacin que lo

    modifican de manera sustantiva. Descontextualizacin de su mbito de produccin y, por tanto, de los

    procesos, objetivos, sujetos y reglas propios de ese mbito; recontextualizacin con respecto al mbito

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  • trabajadordelaeducacion

    La escuela transmite un saber que no produce; y produce un saber que no es reconocido como tal

    escolar, que tambin tiene sus procesos, objetivos, sujetos y reglas especficos.

    Hace ms de veinte aos que el concepto de transposicin didctica puso sobre el tapete la distancia que

    existe entre el llamado saber sabio y el contenido escolar, distancia inevitable, condicin para que la

    enseanza sea posible (Chevallard, 1997). Esta distancia que separa uno y otro saber es no slo

    epistmica, sino institucional: las reglas institucionales que rigen el funcionamiento del saber en la

    escuela no son las mismas que rigen su funcionamiento fuera de ella

    La pedagoga no ha profundizado lo suficiente en el anlisis de los efectos del funcionamiento

    institucional sobre los saberes que transmite la escuela.

    La organizacin escolar moderna conserva algunas instancias donde la produccin y la reproduccin del

    saber parecen menos distantes.... As, por ejemplo, si bien parece claro que en el taller de las escuelas

    tcnicas la transmisin y el uso del saber se aproximan, resulta menos claro si el uso productivo del saber

    genera condiciones para la produccin de nuevo saber tcnico. Si bien la produccin de nuevo saber no

    parece ser la regla en esos talleres, an debe indagarse si es efectivamente infrecuente, si sucede pero no

    se reconoce lo producido como nuevo saber o si se lo reconoce como tal pero no circula fuera del mbito

    de la propia escuela.

    La separacin produccin/reproduccin tiene efectos adems sobre la relacin de los docentes con el

    saber y, por consiguiente, sobre su posicin epistmica y su autoridad social. En el sistema escolar

    moderno, los docentes transmiten un saber que no producen y, desde mi perspectiva, esto configura un

    problema para la legitimidad del trabajo docente. Se trata de una suerte de herida de nacimiento que la

    funcin docente sobrelleva con mayor o menor suceso segn las circunstancias histricas, y que es debida

    a la divisin social del trabajo de produccin y reproduccin del saber que venimos analizando.

    El problema no puede resolverse homologando el saber a ensear a saber sabio, puesto que, Para que la

    enseanza de un determinado elemento de saber sea meramente posible, ese elemento deber haber

    sufrido ciertas deformaciones, que lo harn apto para ser enseado. ...Una distancia excesiva entre el

    llamado saber sabio y el saber enseado, un desgaste del saber de referencia de los docentes, pone en

    cuestin la legitimidad del proyecto de enseanza, degradando su valor; los profesores se sienten

    afectados por el desprestigio que los alcanza cuando se seala la desactualizacin de lo que saben, y la

    recuperacin del prestigio se liga a la revinculacin con el saber sabio, lo que involucra mayor distancia

    con respecto a los padres. La situacin se convierte en un problema cuando la escuela responde a los

    cuestionamientos con un repliegue hacia fundamentos cientficos de su accionar que preservan su

    responsabilidad de la mirada de los padres y prolongan la invisibilidad de lo que en ella sucede.

    La escuela produce un saber que no es reconocido como tal

    La escuela tiene la funcin social de hacer que los nios, nias, adolescentes y jvenes que asisten a ella

    se apropien de una parte socialmente seleccionada de la cultura que la humanidad ha construido durante

    siglos. Si bien ello no implica que toda la funcin social de la escuela quede agotada aludiendo a la

    reproduccin del saber, se trata no slo de una funcin central, sino de la base misma de la legitimidad

    social que la escuela reivindica para s y que el gran pblico (que es quien enva a sus nias y nios a la

    escuela) le reconoce o le reclama, al tenor de los tiempos que corren.

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  • trabajadordelaeducacion

    La escuela transmite un saber que no produce; y produce un saber que no es reconocido como tal

    Para que la reproduccin del saber sea posible, la escuela debe disponer de un saber especfico: el saber

    acerca de la transmisin. El problema que explora nuestra segunda proposicin es precisamente el

    referido a la produccin de ese saber y al papel de la escuela y los docentes en ese proceso. Reconocer la

    especificidad del saber acerca de la transmisin; de eso trata la pedagoga tal como la entendemos.

    Caracterizaremos a los docentes en una doble funcin de expertos: como expertos en un campo cultural y

    como expertos en las intervenciones que se requieren para que grupos de alumnos puedan avanzar en su

    dominio de los saberes propios de ese campo. Esta doble especialidad del docente implica una relacin

    peculiar con el conocimiento, relacin que, como vimos, no es la del productor del saber a transmitir.

    Los saberes de un docente sobre su campo cultural incluyen entre otros el conocimiento de las

    dificultades conceptuales que supone la apropiacin de los objetos especficos de ese campo y el anlisis

    de las prcticas sociales en que ellos se inscriben.

    El dispositivo escolar para la transmisin de los saberes genera una instancia colectiva para el

    aprendizaje. Este carcter colectivo de la escuela puede entenderse mejor si la comparamos una vez ms

    con otros dispositivos instruccionales; as, en la enseanza a cargo de institutrices o preceptores, tambin

    encontramos un enseante, pero su trabajo se realiza con pocos aprendices y es completamente aceptable

    que se realice con uno solo. En contraste, y en virtud del cambio de escala debido a la pretensin de

    universalidad, la clase escolar es un fenmeno colectivo, y las estrategias didcticas estn definidas sobre

    esa base. El saber didctico ha sido elaborado durante dcadas suponiendo condiciones de organizacin

    social propias de la situacin colectiva de transmisin del saber: un patrn organizativo de la clase en el

    que se da por descontada la reunin de muchas personas para aprender lo mismo con un mismo docente.

    (Supuesto invisibilizado que legitima el trabajo individual)

    La escuela produce, a los fines de la transmisin, un saber sobre sta que no es reconocido como tal. Con

    esto no estamos afirmando que el saber sobre la transmisin se produce slo en la escuela, y tampoco que

    los docentes son los nicos productores de este saber. S estamos afirmando que la escuela es tambin un

    lugar donde se produce este saber y que los docentes son tambin sus productores, aunque estos procesos

    de produccin de saber raramente son reconocidos como tales, en la escuela misma y fuera de ella.

    Reconocer la invencin del hacer no implica convalidar todo lo que se produce en la escuela para dar

    respuesta a los problemas de enseanza como si tuviera calidad indiscutible. Semejante convalidacin

    puede resultar tranquilizadora para quienes aoran romnticamente los tiempos (que la investigacin

    muestra ilusorios) en que los docentes producan un saber que les era naturalmente legtimo y que les

    habra sido expropiado por otros, los llamados especialistas. Puede tambin resultar tranquilizadora

    para quienes imaginan encontrar all una solucin inmediatamente accesible a los problemas de la

    enseanza, que es restituir a las escuelas el poder de producir sus propias respuestas a tales problemas. No

    es la posicin que sostengo. Reconocer la invencin del hacer permite, en todo caso, poner de relieve

    algunas de las numerosas vacancias en el saber pedaggico disponible y llamar la atencin sobre dos

    asuntos: sobre la insuficiencia de otros mbitos de produccin de saberes especficos acerca de la

    transmisin y sobre las restricciones que la organizacin del trabajo docente establece para la produccin

    escolar de saberes sobre la transmisin.

    Sostiene Feldman que hay dos modos bsicos de enfocar el problema de la enseanza: como proceso

    interactivo, cara a cara, y como sistema institucional. Enfocada la enseanza como proceso interactivo, la

    pregunta a la que debe responder la didctica es conocida: cmo ensear? Enfocada la enseanza como

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  • trabajadordelaeducacion

    La escuela transmite un saber que no produce; y produce un saber que no es reconocido como tal

    sistema institucional, la pregunta didctica cambia radicalmente: ya no es cmo ensear, sino cmo

    ayudar a que muchos otros enseen en grandes redes institucionales. Segn el anlisis de Feldman, la

    didctica y la pedagoga han tendido ms frecuentemente a considerar la enseanza como un proceso

    interactivo, cara a cara o artesanal, en desmedro de su consideracin como un sistema que trabaja en la

    escala de las grandes redes de instituciones. El resultado de esta desconsideracin es una enorme distancia

    entre los desarrollos didcticos con los que contamos y las situaciones en las que se requiere que esos

    desarrollos funcionen.

    Considerar la enseanza como sistema institucional implica asumir a nivel del sistema de enseanza la

    responsabilidad de producir medios de gran escala que ayuden a los docentes a ensear en las particulares

    condiciones en que desarrollan el trabajo de transmisin. A nivel del sistema de enseanza, no es

    aceptable que se deje la solucin de problemas didcticos que afectan a miles de escuelas (volviendo a

    nuestros ejemplos, la organizacin pedaggica del plurigrado o el desarrollo de las tutoras) supeditada a

    las posibilidades de que un docente, o un grupo de ellos, le encuentre la vuelta al problema. (Aqu se

    revela la mirada desde la que se hace: los especialistas)

    Si se acepta que bajo ciertas condiciones puede reconocerse una invencin del hacer, seguramente

    compartiremos que el saber que se produce en esa invencin, respecto del cual los docentes podran llegar

    a ser reconocidos como expertos, no es reconocido como saber, y que la definicin del trabajo docente en

    el sistema educativo no contiene las condiciones necesarias para visibilizar ese trabajo de produccin de

    saber sobre la transmisin y para hacerlo viable. Dicho de manera sencilla, el listado de tareas en que se

    despliega la funcin docente no incluye la produccin de saber pedaggico, ni su puesta en circulacin

    pblica, ni su revisin bajo procedimientos de anlisis crtico. Anticipndonos a nuevas nostalgias, es

    importante sealar que no se trata de que alguna vez haya habido condiciones para ello que luego se

    deterioraron (como parecen suponer, por su parte, algunas reivindicaciones sindicales), sino que estas

    tareas no forman parte de la definicin tradicional del trabajo de los enseantes en la escuela moderna tal

    como la conocemos.

    La organizacin del trabajo docente que no incluye condiciones para la produccin de saber pedaggico

    es solidaria con el currculo nulo1 de la formacin docente: en ella se ensea a los futuros docentes a

    identificar las premisas que resultaran consistentes con su actuacin (teoras, supuestos, opciones de

    valor, etc.), a evaluar esas premisas en funcin de opciones fundadas en el saber pblico sobre la

    enseanza, pero no se les ensea a formular sus estrategias en trminos que queden abiertos a la crtica y

    a la confrontacin con la experiencia, ni a formular como saber transferible las estrategias que resultaron

    valiosas como respuestas a los problemas de la enseanza, y tampoco a formular esos problemas en

    trminos que superen la casustica que fue condicin y contexto para producir aquellas estrategias. En

    estas condiciones, el saber que algunos docentes producen circula, pero lo hace generalmente bajo la

    forma del relato de experiencias, referido a la singularidad de las situaciones que afrontan. Desde luego,

    baja escala y ajuste al contexto no significan sin ms intransferibilidad de la experiencia, pero apenas

    comienza a vislumbrarse cmo armonizar singularidad y transferibilidad

    Brecha entre los mbitos extraescolares de produccin de saber pedaggico y la produccin escolar de

    ese saber.

    Nos encontramos en una fase del desarrollo institucional de los sistemas educativos occidentales en la que

    el formato escuela se encuentra severamente cuestionado. No es menor la discusin acerca de si se lo

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  • trabajadordelaeducacion

    La escuela transmite un saber que no produce; y produce un saber que no es reconocido como tal

    cuestiona porque funciona mal (como parece suponer la mayor parte de los anlisis) o si se lo cuestiona

    precisamente porque ha triunfado

    Los cambios en las expectativas con respecto a las finalidades de la escuela, la imposibilidad de muchas

    familias de asegurar a sus hijos ciertas condiciones de crianza que la escuela daba tradicionalmente por

    supuestas, las transformaciones del Estado y de las formas de agenciamiento social, la deslocalizacin del

    saber que hace imposible su monopolio por los docentes son cambios de tal envergadura que es inevitable

    que nos abrume la insuficiencia de los saberes de los que disponemos.

    Algunos de los problemas que afrontamos para asegurar la enseanza en nuestras escuelas no tienen

    solucin en el marco del dispositivo escolar tal y como lo conocemos. Se hace necesario asumir la

    generacin de condiciones que hagan razonables las demandas que tenemos sobre la tarea de ensear en

    nuestras escuelas y la remocin de las demandas que son irracionales dadas las caractersticas del sistema

    escolar.

    1 Se recordar que se entiende por currculo nulo lo que las instituciones educativas no ensean, pero

    podran ensear (Flinders, Noddings y Thornton, 1986) y que, siguiendo la pista que abre este concepto,

    lo que no se ensea es tan importante para entender el sentido de una propuesta de formacin como lo que

    s se ensea.

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    La escuela transmite un saber que no produce; y produce un saber que no es reconocido como tal