tixtla es una región rica en platillos

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Tixtla es una región rica en platillos, su gastronomía es tradicional y extensa, entre los guisos más representativos están: los chiles con picadillo, el adobo, el frijol con carne, el enjitomatado, el elopozole, el apozole (llamado también pozole de camagua) que es una comida para la que se utiliza el maíz cuando el elote ya está sazón y se revuelve con frijol negro y carne de puerco, el pozole verde o blanco, el Huacaxtoro, que es un caldo blanco preparado con carne de res y que se come con tamales tololoches cuya característica es su envoltura con hojas de verdes de la milpa, con este mismo tipo de tamales se come el mole rojo o verde, muy tradicional en las fiestas religiosas, además de este tipo existe una gran variedad de tamales, que van desde los de carne, los de picadillo de res o de puerco, los de ejote, de fríjol entero, de fríjol molido, de garbanzo, de elote (que pueden ser con mantequilla), los heridos, los de ciruela, estos dos últimos generalmente acompañados con atole, del que también hay una diversidad de sabores, de cituela, de piña, de tamarindo, de elote, de garbanzo, de chocolate y el más tradicional, el atole blanco, que en algunas partes aún se sirve en jícaras, y que se acompaña con su respectivo dulce que puede ser torreja, cáscara de toronja y naranja, calabaza, pachayota, tejocote, mango, ciruela, guayaba... En la cocina tixtleca el plato más fuerte es el Fiambre, preparado con una variedad de carnes y verduras, es una de las herencias de los monjes agustinos españoles que llegaron a Guerrero a principios del siglo XVII en su afán evangelizador, es el platillo conocido como fiambre, que en Tixtla fue reinventado y adoptado como uno de los platillos regionales. Por ejemplo, solamente se hace fiambre en Tixtla para conmemorar ocasiones muy especiales, como el 9 de agosto, día del Natalicio del Gral. Vicente Guerrero, cuando llega una visita muy importante, en una boda o en un bautizo, o simplemente por un gusto en casa.

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Page 1: Tixtla es una región rica en platillos

Tixtla es una región rica en platillos, su gastronomía es tradicional y extensa, entre los guisos más

representativos están: los chiles con picadillo, el adobo, el frijol con carne, el enjitomatado, el

elopozole, el apozole (llamado también pozole de camagua) que es una comida para la que se utiliza

el maíz cuando el elote ya está sazón y se revuelve con frijol negro y carne de puerco, el pozole

verde o blanco, el Huacaxtoro, que es un caldo blanco preparado con carne de res y que se come

con tamales tololoches cuya característica es su envoltura con hojas de verdes de la milpa, con este

mismo tipo de tamales se come el mole rojo o verde, muy tradicional en las fiestas religiosas,

además de este tipo existe una gran variedad de tamales, que van desde los de carne, los de

picadillo de res o de puerco, los de ejote, de fríjol entero, de fríjol molido, de garbanzo, de elote (que

pueden ser con mantequilla), los heridos, los de ciruela, estos dos últimos generalmente

acompañados con atole, del que también hay una diversidad de sabores, de cituela, de piña, de

tamarindo, de elote, de garbanzo, de chocolate y el más tradicional, el atole blanco, que en algunas

partes aún se sirve en jícaras, y que se acompaña con su respectivo dulce que puede ser torreja,

cáscara de toronja y naranja, calabaza, pachayota, tejocote, mango, ciruela, guayaba...

En la cocina tixtleca el plato más fuerte es el Fiambre, preparado con una variedad de carnes y verduras, es una de las herencias de los monjes agustinos españoles que llegaron a Guerrero a principios del siglo XVII en su afán evangelizador, es el platillo conocido como fiambre, que en Tixtla fue reinventado y adoptado como uno de los platillos regionales.

Por ejemplo, solamente se hace fiambre en Tixtla para conmemorar ocasiones muy especiales, como

el 9 de agosto, día del Natalicio del Gral. Vicente Guerrero, cuando llega una visita muy importante,

en una boda o en un bautizo, o simplemente por un gusto en casa.

En cuanto a su preparación el guiso resulta un tanto caro por contener cuatro diferentes tipos de

carne, así como un aderezo agridulce muy especial, elaborado a base de lima. Su preparación es

laboriosa, ya que se lleva hasta 24 horas tener todo listo para su preparación.

El fiambre, en Tixtla se sirve caliente y en Chilapa, su lugar de origen, se sirve frío, está compuesto,

por cuatro ingredientes básicos: carne de res, de pollo y de puerco, en dos presentaciones: manitas

de puerco y chorizo.

El pollo se agrega asado, así como la carne magra de res en chile rojo, el chorizo va frito y las patitas

de puerco van cocidas y sazonadas. El asado es de chile guajillo y lleva sus condimentos que son

clavo, canela, orégano, laurel y piña.

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La lechuga que se le añade es cultivada solamente en Tixtla, es del tipo que se conoce como

lechuga italiana, una vez que se termina el guiso, se ornamenta con una flor hecha con rábano y se

sirve con chiles en vinagre y se come con pan.

 

 

 

EL FIAMBRE, HERENCIA ESPAÑOLA QUE SE QUEDÓ EN TIXTLA

l antropólogo especialista en la época prehispánica y de la conquista, Arnoldo Ramírez

Valdez, mencionó que este platillo fue traído a Guerrero por los monjes agustinos al poblado

de Chilapa, donde establecieron un centro evangelizador por su cercanía con las

poblaciones indígenas.

EAhí, además de los conceptos teológicos, enseñaban a los nativos el modo de vida de los españoles,

sus técnicas de cultivo y su gastronomía, por lo que fueron cambiando las costumbres de los

pobladores, dándoles a comer carnes de pollo, res y cerdo, cuestión que de inmediato adoptaron los

indígenas por su sustancioso sabor. El platillo surgió cuando una de las autoridades eclesiásticas de

la catedral de la ciudad de México, llegó a Guerrero, alrededor de 1650 y en Chilapa acababan de

hacer una fiesta en la que se sirvieron todos los platillos que componen el fiambre y ante la visita

inesperada del sacerdote, el cocinero principal del monasterio, decidió preparar un aderezo rápido

con las limas que se dan en el lugar y hacer una mezcla en frío de todos los ingredientes.

Al servirle el platillo a la autoridad visitante y a su delegación, su primera expresión al probarlo fue

‘esto es un fiambre’, porque no se había preparado el horno por lo inesperado de la visita, pero al

continuar degustándolo, fue del gusto de todos, por lo que adoptó el nombre de fiambre. Este platillo,

se quedó como tradición en la región especialmente para conmemorar la visita de personajes

importantes a la región y ha tomado diversas variaciones en su preparación, dependiendo del lugar,

pero los ingredientes esenciales siguen siendo los mismos.