una meditación sobre el cuento criollista en la argentina

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155N: 0210-4547 Anales de Literatura Hispanoamericana 1998, n. 0 27: 59-72 Una meditación sobre el Cuento criollista en la Argentina del fin del siglo XX MEMPO GíAROINELLí Gettysburg College - Spanish Dept. La clasificación que hace Alfredo Veiravé en su Literatura Hispanoa- mericana (Editorial Kapelusz, Buenos Aires, 1976) es sin duda una de las más eficaces para comprender el pasado y el presente del cuento del toda- vía llamado Nuevo Mundo. Con él, se puede afirmar que «el cuento, como género literario, aparece en Hispanoamérica desprendido de cuadros cos- tumbristas, relatos, fábulas y leyendas, cuyos orígenes se remontan a la literatura precolombina recogida de la tradición oral por los cronistas de Indias... Tienen un carácter documental y costumbrista, rasgo generaliza- dor que atraviesa toda la literatura del siglo XIX desde el realismo al natu- ralismo». Para reflexionar ahora sobre el cuento criollista —su pasado, su vigoroso presente, su incalculable futuro— me parece útil recordar la completa clasifi- cación veiraveana del cuento hispanoamericano: a) Cuento romántico: Dice que es el que «se desarrolla sobre una trama sentimental en la cual priva lo subjetivo del narrador, quien utiliza la primera persona para introducir al lector en la emoción que transmite». Las descrip- dones y retratos «y las exclamaciones y exaltaciones del yo, denotan la expre- sión sincera de un narrador más sentimental que racional». b) Cuento realista: La exaltación se sustituye por un tono «más objetivo y ceñido a la verosimilitud de los hechos narrados desde el exterior». Los per- sonajes en este tipo de relatos son menos complejos en sentimientos, tienen lenguajes pintorescos y utilizan giros populares, y el narrador suele funcionar como testigo u oyente. c) Cuento naturalista: Es un tipo de relato que «incorpora a su temática los casos clínicos’ derivados de las leyes de la herencia y también los climas de trabajo que someten al individuo». Describe situaciones de las cuales los pro- tagonistas no pueden escapar. La sociedad explotadora del hombre y la pasión

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155N: 0210-4547Analesde Literatura Hispanoamericana1998, n.

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Una meditaciónsobreel Cuentocriollistaen la Argentinadelfin del siglo XX

MEMPO GíAROINELLíGettysburgCollege- SpanishDept.

La clasificaciónquehaceAlfredo Veiravéen su Literatura Hispanoa-mericana(Editorial Kapelusz,BuenosAires, 1976)es sin dudaunade lasmáseficacesparacomprenderel pasadoy el presentedel cuentodel toda-vía llamadoNuevo Mundo.Conél, se puedeafirmar que«el cuento,comogéneroliterario, apareceen Hispanoaméricadesprendidode cuadroscos-tumbristas,relatos,fábulasy leyendas,cuyos orígenesse remontana laliteraturaprecolombinarecogidade la tradición oral por los cronistasdeIndias...Tienen un carácterdocumentaly costumbrista,rasgogeneraliza-dorqueatraviesatodala literaturadel siglo XIX desdeel realismoal natu-ralismo».

Parareflexionar ahorasobreel cuentocriollista —su pasado,su vigorosopresente,su incalculablefuturo— me pareceútil recordarla completaclasifi-caciónveiraveanadel cuentohispanoamericano:

a) Cuentoromántico:Dice quees el que «se desarrollasobreunatramasentimentalen la cualpriva lo subjetivo del narrador,quienutiliza la primerapersonaparaintroducir al lectoren la emociónquetransmite».Las descrip-donesy retratos«y las exclamacionesy exaltacionesdel yo, denotanla expre-siónsinceradeun narradormássentimentalqueracional».

b) Cuentorealista:La exaltaciónse sustituyeporun tono «másobjetivo yceñido a la verosimilitudde los hechosnarradosdesdeel exterior».Los per-sonajesen estetipo de relatossonmenoscomplejosen sentimientos,tienenlenguajespintorescosy utilizan girospopulares,y elnarradorsuelefuncionarcomotestigou oyente.

c) Cuentonaturalista:Es un tipo derelatoque«incorporaasutemáticaloscasosclínicos’ derivadosde las leyesde la herenciay tambiénlos climas detrabajoque sometenal individuo». Describesituacionesdelas cualeslospro-tagonistasno puedenescapar.La sociedadexplotadoradelhombrey lapasión

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de ciertasvidas,desencadenanluchas.En estoscuentosla sordidezse con-vierte «en Hispanoamérica,en denunciay protestacontraun sometimientoinfrahumano».

d) Cuentomodernista:La mayoríadelos poetaspracticabantambiénfor-mascuentísticas,y en particularel cuentobreve, contemáticascosmopolitasy/o fantásticas,opuestasal hastaentoncesvigentecostumbrismoe incluso alrealismoa la maneradeEmile Zola. SeñalaVeiravé que «en su intento pordestacarunanuevasensibilidadartísticay crearmundosimaginariose irrea-les,el cuentomodernistasustituyela realidadcotidianay abundaen ambien-tes parisienses».Tal exotismo,comoél lo llama, primeroespacialo geográfi-co, es creadorde una«grancorrientequese prolongahastael siglo XX y quese puededefinir comoliteraturafantástica».Las característicasesencialesdelcuentomodernista—sigue— sonlas siguientes:«1) El lenguajepreciosistaes elcentrodel relato; 2) El narradorguía al lector haciaun mundoartificioso; 3)Los personajesse muevenen ambientesexóticos,irreales o soñados;4) Laacciónes discontinuay el autorinterrumpeel hilo narrativocon digresionespoemáticas:5) La descripción-que se impone sobrela narración-es rica enimpresionessensoriales;6) Los cuentoscarecende tensionessocialeso con-flictos psicológicos».

e) Cuentoregionalista:Esun tipo derelato queapareceapartir dela recu-peracióntextualde lo que Veirabéllama «unamplio campotemáticoubicadoen la confrontaciónhombre-naturaleza».Aparecenítidamentecon HoracioQuiroga,y conmilesde autoresdespuésde él: selvas,montañasy grandesríosse incorporancomogeografíasliterarias. Incluso episodioscomola Revolu-ciónMexicanaformanpartedel regionalismoporque«suministraa los cuen-tistasun material importante,quefue utilizadopornumerososnarradoresparacrearun frescoo muralde las miseriasy grandezasde los sucesosde la gue-rra revolucionaria».

1) Cuentovanguardista:Partiendo«de elementosrealistasen escenariosnacionales(el porteñode Cortázar,el mexicanode Rulfo, elparaguayodeRoaBastos),perosobrelaaparienciadel ‘criollismo’ el narradorsometeal lectora unaprnebade participaciónefectivay directaen mundosficticios o imagi-narios».Estecuentoes revolucionario,y de ahí su característicade vanguar-dia,porque«dejaen libertada los personajes,contraponetiemposdiferentes,varíael relato lineal, crea escenassimultáneasy construyeuna estructuranuevaen lacual aplica técnicasexperimentalessobretemasnacionales».

Puesbien: hastaaquílaclasificacióndeVeiravé,quevacaminode serclá-sicaen las letrasde la América hispanoparlante.De ella partemi convicción—y mi propuesta—de queestaúltima categoríadefineexactamentelo quemásseestáescribiendoahoraennuestraAméricay particularmenteen la Argenti-na: un cuentode vanguardiaque revisita formas del criollismo tradicional,perorenovándolomediantela construcciónde nuevasestructurasy medianteel ensayode técnicasexperimentalessobrelos mismos,viejos temasnaciona-

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les. Es un cuentovanguardistaque,sinembargo,es rechazadopor loscanoni-zadoresy, por esomismo, se desarrollaal margende las grandesdictadurasacadémicas:estevanguardismose montasobrelo tradicional peroparaque-brarlo, parareinventarlo.La reformulacióneslo revolucionario.El rechazodequees objetodevieneepifanía.Y entoncesasomaestenuevocriollismo, vigo-rosoe irreverente,un criollismo—diría yo— denuevocuño.

El criollismo ahora. Una hipótesis

ComoentodaNuestraAmérica,en laArgentinael cuentocriollistase cul-tivó y fue muypopulardesdefinales del siglo XIX, harecorridoconindeteni-ble ímpetutodo el sigloXX, y aúnhoy gozadeestimaen muchísimascomu-

nidadeslatinoamericanasa pesarde queha tenidotan malaprensa,digamos,pueshaperdidoprestigio académico.En cierto modo el vocablo«criollismo»eshoy un adjetivoquesueleutilizarseconfinesdesacreditantes,inclusopeyo-rativos.Sin dudas,al perderprestigioliterario el criollismo haquedadocomounamarcadeépoca,comoun objetode tesis,comounatendenciamenor,o, sisequiere, apenascomounaespeciedeproto-corrienteliteraria.

No obstante,escurioso(y másaún,esasombroso)queestole sucedapre-cisamentea un tipo de cuentísticaque ha convivido con lasen su momentomásrevolucionariastendenciasmodernistas,y lesucededespuésdehabersidocoetáneode las aperturascosmopolitasdel modernismoe incluso luego dehaberseconvertidoen un verdadero«clasicismo»anteel embatede muchosmovimientosvanguardistas.Desdeestaperspeciva,me parecequela literatu-ra criollista mereceuna reconsideracion,ciertamente,e incluso quizá unsolemnereconocimientopor una razón muy simple: porque sin criollismonuestraAmérica no sehabríanarradoa si misma. Y desdeluego mereceunestudioserio, a la luz de décadasde experienciasy de unamuy nutridapro-ducción,en muchoscasosdeindudablecalidadliteraria.

Sobranevidenciasde que,sobretodoenlas últimas décadas,estacorrien-te ha sido desvalorizadaconsistentemente,sin pausas.Sobretodo el cuentocriollista (muchomásque la novelacriollista, quese practicómuchomenos)ha ido perdiendoasidero,casi se lo dejóde estudiary la crítica lo desdeñóylo desdeña—me parece—cadavez más.Quizápor su procedencia(vienedelrealismoy del naturalismo),quizáporquereivindicaidealizadamenteel espa-cio americanoen lugardereinventarloimaginariamente.Es decir: lo describe,lo muestra,perono siemprelo cuestiona.No siemprelo fuerzaen susposibi-lidades,ni fuerzaal lector.Es demasiadocordial, digamos,y hay queadmitirqueen muchoscasoshasido tontamentecordial y complaciente.Dehechoesolo haceparecermenossugerentee inquietantequeotrasfornasde recreaciónde la realidad,como el cuento fantástico,el realismomágicoo las recientesfornasparódicasasumidaspor la narraciónamericana(Antonio Skármeta,OsvaldoSoriano,Angélica Gorodischer,JoséAgustín). Sólo el último, más

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contemporaneoimpulsocriollistadealgunosnuevosautoresalos quemerefe-riré másadelanteresultaprovocadore inquietante:es el verdaderocriollismode nuevocuño, un neo-criollismo,diría yo, que incorporael otro gran ele-mentodel cuentoamericano:el romanticismo.

De modo que —en esta hipótesis— realismo, naturalismo,modernismo,regionalismoy romanticismose combinanparadefinir, en su mixtura,lapro-puestafinimilenaristadelcuentoargentinoy latinoamericano.Esastradicionesresultanser,pues,ensuconjuncióncontemporánea,vanguardiapura.Mi hipó-tesises que el criollismo queasumey condensaesastradiciones,consusfor-mascomplejasy experimentalesenlas que elnarradordejaal lectorunapar-ticipación efectiva y directa en mundosficticios o imaginariosque tienenreferenciasconcretasy palpablesconla realidadquelosrodea;y enlasquesedejaen libertada los personajes,se contraponentiemposdiferentes,se quie-bra la linealidaddel relato,se creanescenassimultáneasy seconstrnyenori-ginalesestructurasenlas cualeslastécnicasexperimentalesgiran en tornodelos casi siempreineludiblestemasnacionales,regionalese incluso de colorlocal,estecuentoresultantepuedeser—y creoquelo es,asíentendido—tandevanguardiacomocualquierotracreaciónficcional no basadaen repeticionesni recursosdesgastados.

Si bienconel pasodel tiempoel cuentocriollista ha perdidoprestigio—ya ello contribuyerontambiénlos experimentalismosy las audaciasqueplan-tearonalgunosautoresdel boom y del posboom—ello no significaquese hayadejadode escribir.Precisamente,lo queamí másme impresionacadavezquesoyjurado de concursosde cuentos,y lo quemetocóverdurantemismuchosañoscomoeditor, es observarcómo siemprerenaceconímpetu.Desdeluegoqueese renacersuelemostrarmejoresintencionesque resultados(lo cual yasabemosquees fatal parala literatura)perolo quesostengoaquíes quesiguevivo y quese modernizaconstantemente.Y esomeimpresionaporquepareceser incluso unamarcadeestilo, un modo naturaldenarraryaincorporadocasigenéticamente,culturalmente,amuchosqueintentanescribircuentosennues-tra América.

Estaliteraturatambiénha sido llamada—casi siempreconafánmenospre-ciativo— regionalista,costumbrista,de color local, nativista, telúrica, rural,vernácula,de tierraadentroo simplementedela tierra.Y casisiemprees (mal)consideradacomounaliteraturalimitada,ajenaa los avancesy tendenciasdela modernidadpor suscaracterísticasno urbanas,quizá; por el excesivopai-sajismodel quees tan fácil abusary del quetantasvecesse abusay de mane-ra tanpueril; por la reiteracióno lamonotoníade muchostextos;o por la casiinevitablecaídaen recursosplanos(todasestas,razonesquepuedenperfecta-menteserconcurrentes).El casoes que el criollismo sueleservisto tambiéncomounanarrativaprovinciana,conservadora,pocoaudaz,compuestadeevi-denciasantesque de sugerencias.

Todo estome parececierto,desdeluego,y en algunoscasoseshastainne-gable.Perodigamostambiénqueestecostumbrismoha sido el saludableini-

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cio de muchísimosgrandesnarradoresamericanos;ha sido material impres-cindible demuchísimapedagogíaliteraria; y ha sido y siguesiendola expre-sión naturalde nuestraoralidad.Por esome parecequemereceun reconoci-miento,o por lo menosunareconsideraciónliberadade prejuicios.

La paja y el trigo

DesdeEspañame preguntan:¿Noencajaríansuspropuestas(las del crio-llismo) con la revalorizaciónque hoy se hace,especialmenteen Europa,depequeñasáreasculturales,denacionalismos?

InteresantísimacuestiónlaqueplanteaesteinterrogantedelaUniversidadComplutense.Pararesponderla,opino queprimerohay querevisarel idearioy la poéticadel criollismo. Y paraello es indispensablecolocaral criollismotradicional bajo la lupay confrontarlocon las preocupacionesy necesidadesactuales.Habríainclusoque analizarlapeculiaridadde cadaobray susvalo-res literarios, separandolo que de ellas perduray lo que ha quedadoen elcamino. Habríaque haceruna inmensatarea,que por supuestoexcedeestameditación.Pero algo podemosavanzary me gustaríaproponerun par deejemplos:sencillamentemiremospor un segundolo que va de IgnacioAlta-miranoa RosarioCastellanoso AngeiesMastretta,perosobretodolo que vade MarianoAzuela y Jorge¡cazaa JuanRulfo o HéctorTizón. Y ni se digasila comparaciónllega hastaalgunosde los másdestacadosnarradoresde laactualidad,vanguardistastodos, comoDenzil Romero, Leonardoda Jandra,AngelesMastretta,Laura Esquivel,EduardoHerasLeón, Senel Pazo JoséGabrielCeballos.

Quierodecirqueentalesevoluciones,las víasde conocimientode la rea-lidad y losprincipiosesencialesquemovierony definieronaestetipo de cuen-to hansidolos mismos:todoslos autoresmencionadoshanfundadosusnarra-cionesenpremisasrealistas,desdeluego,perosi los antecesoresno hacíanquela realidadentraraen conflicto con lo fantástico,los másrecienteshanpuestoel acentoprecisamenteallí. No en lo mágiconi en lo maravilloso,sino en lofantásticocomoposibilidadde quiebrede la realidad,víaparala construcciónde alteridadesalusivas.El cuentocontemporáneo,el deestosneo-criollistassiseme permitela audacia,a vecesincluye estosquiebresde maneraelemental,pueril, y muchasotras veceslo exagerahastael ridículo y llevándoloal bordemismo de la parodia.Y pennítasemeaquísubrayarla diferenciaentreel ridí-culo (o sea la caídainvoluntariaen 16 ramplón,lo trivial, lo vulgar o lo idio-ta) y la parodia(como imitación burlesca,satíricade la realidad).Estaúltimaes una de las búsquedas,y logros, más elevadosdel artecontemporáneoennuestraAmérica, y particularmenteen la narrativadelos ‘80 y los ‘90.

El cuentocriollistaocostumbristatradicional,queporsupuestotienetoda-vía horribles continuadores(los que abundan,claro quesi, y suelensersuje-tospresumidose infumables),es verdadquees un tipo de cuentoperimido,

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quehoyestádémodé,digamos,fundamentalmenteporquedejó de buscar,por-queperdióaudacia,porqueinevitablementesereiteraasímismo,porquepare-cieraqueya no tiene costadosoriginalesquemostrar.Y también,digámoslo,porquese ha convertidoen el refugiode muy malos escritoresy de intelec-tualesresentidos.Pero admitamos,reconozcamos,que en sus mejoresexpre-siones(repito: en susmejoresexpresiones)el criollismo tambiénnos muestra—nosquieremostrara todacosta—unarealidadprofundamentearraigadaen elmundolatinoamericano.

Lo quelo frnstray condenano es entoncesque se contradigaconel liris-mo y el lenguajede cualquiertendenciavanguardista,sino queen sus expre-sionestradicionales—y vulgares—el criollismo seha ido quedandoen reitera-das manifestacionesde simpleza esencial: descripción casi fotográfica;personajeselementales;asuntos previsibles; texturas simplistas y planas;lamentablesintencionesmoralistas.Creoque la decadenciay el desprestigiodel criollismo seexplican muchomásy mejorobservandoestosrasgos.Quie-ro decirque no sólo ha perdidoreconocimientopor cuestionesideológicas,sofisticacionesacadémicaso el no siemprecomprobableprogresocultural denuestrospueblos.Es obvio que en nuestrospaíseshay todavíademasiadosescribidoresque se conformancon describir y acasotestimoniar su entornoinmediato,yno se atrevena, ni sabencómo,rebasarlos limitesgeográficosdelo conocido. Son escribidoresde alcanceescolar,en el mejor de los casosmunicipal,querechazanvisceralmentetodo lo queproponecambiosy secon-formanconmeritologiasde entrecasa.Paracolmo, casi no leeno leen pocoymal, que es casi lo mismo.

De maneraque hacefalta unainmensatareade separaciónde la paja deltrigo, lo cual requeriríaunaclasificaciónpuntual,paíspor país.Es algo que,sin dudas,estátodavíapor hacerse.Perome parecequeesono impide soste-nerquehoy en día, en esteya melancólicofinal de milenio, la narrativahis-panoamericanaestá teñidade nuevasformascriollistasa las cualesno consi-guen sustraerseni los escritores más sobresalientesni las obras másimportantes.Nadie sabeconexactitudcuálesson los límites cronológicosdeestacorriente,ni se conocenmanifiestosque guíena susautoresni existeuncuerpotextualde artículos,ensayos,prólogos,en sumaun idearioquelo expli-quey fundamente.

Perosin embargo,se mueve.Y existey respira.

El criollismo en la Argentina

Reflexionarsobrela narrativaargentinase ha convertidoparamí en unimperativoprofesional,queme ha obligado a leerde todo y constantemente.De ahí obtuveunaciertaexperiencia:hacetreinta añosquetrabajoestegéne-ro; tuve la fortunade colaborarestrechamentecon EdmundoValadésen suincomparablerevistaEl Cuento(en. Méxicoentre1976 y 1984);gocédel pri-

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vilegio de seramigo y discípulodeJuanRulfo durantelos últimos añosde suvida; y en la Argentinafundéy dirigí (1986 a 1992) la revistaPuro Cuento,hija naturaly orgullosamentelegítimadeladelMaestroValadés.Todoestomeha permitido seguirde cerca el movimiento cuentisticode mi país. Y creoentreveren él algunasclavesqueahorame importasubrayar.

Si en el cuentoargentinode los años ‘70 y ‘80 eracasi inevitableencon-trar señalespolítico-ideológicasy la fuertepresenciadela temáticadel exilio(sobretodoel de la transterración),en los ‘90 estohacambiadoy siguecam-biando.Hoy aparecenasuntosalejadosde referenciasideológicas;la proble-rnáticade la mujeren tanto emergentede unasociedadquecambiaha ocupa-do la mitad del escenario;se nota el surgimientode nuevas y diferentespasionesy preocupacionesen los escritoresque terminaránel milenio conmenosde 40 añosde edad;hay unamarcadabúsquedadel humory la ironíacomoposibilidadesparódicas;la sexualidadque contienenlos textos de hoyhubierasido impensablehacepocomásdeunadécada;y el color local siguesiendo furiosamenteindeleble: todolo quese narra, urbanoo rural, realistaofantástico,está determinadopor modos de contar,modismoscoloquialesyhastaresolucionesfilosóficasnítidae indesmentiblementeargentinos.

Desdeluego, las preocupacioneséticasde muchosde estosescritoresnodejande rozar cuestionesactualesde la vida nacional: en muchoscuentosestánpresentesla historia recientey la anterior, la nostalgiapor el paísquefui-mos, la dictadura, la memoriaactivay el rebajeético.Todo eso, bienensam-blado o mezcladocaprichosamente,convivecon el rock,el desmadre,las dro-gas, la desesperanza.Es decir: en estos cuentosestánpresentestodos loselementosde la estéticaposmoderna,ahoracombinadoscon las variadasyriquísimas líneasestéticasde la mejor tradición de nuestrocuento:romanti-c¡srno,realismo,naturalismo,en libre y feliz interaccióncon el relatofantás-Lico, la parodia,el absurdo,la experimentación,el costumbrismo,la literaturasobrela literatura,el predominiode lo citadino. Todoestodefine, en sumix-tura, lapropuestafinimilenaristadel cuentoargentino,esecuentoque sindes-conocerlosseha sabidoindependizarde Borgesy deCortázar.Y quetanto lesdebea elloscomo a Macedonioy a Onetti, y quetanto abrevaahoraen Ray-mondCarvero PaulAustercomono olvidani soslayaaRulfo, Arreolao Bom-bal. Vanguardiapura.Hay unanotablehorizontalizaciónen el cuentoargenti-no contemporáneo,y unasaludablepluralidadde vocesy estilos.Yo diría queestamospasandopor un momentoexcepcional.En los últimos cinco años,porcifrar solamenteun período fresco todavía,me ha tocadoorganizarvariasantologías,algunasde ellas temáticas.En ellas, como es lógico y siempresucede,no estántodoslos quesonni sontodoslos queestán.Peroenesoslis-tadosaparecen,y lo afirmo sindudarlo,los másimportantesy losmáspromi-sorioscuentistasargentinos.Permítansemealgunasenumeraciones:

a) En laAntologíadel CuentoArgentinoContemporáneoqueme pidió laUniversidadNacional Autónomade México (Editorial de la UNAM, Colec-

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ción RayuelaInternacional,México, 1996)y referidoexclusivamenteaauto-res nacidosdespuésde 1940, incluí a Cecilia Absatz, Gabriel Báñez,JoséGabrielCeballos,EstherCross,GracielaFalbo, JuanForn, Rodrigo Fresán,Liliana I-Ieker, Amalia Jamilis, Viviana Lysyj, Guillermo Martínez, CarlosRobertoMorán,Miguel Angel Molfino, GustavoNielseny ReinaRoflé.

b) En La otra realidad, antologíareferidaexclusivamentea escritoresdelinterior del país(EdicionesDesdela Gente,BuenosAires, 1996) incluí prác-ticamenteun cuentistapor cadaunade las 23 provinciasargentinas:CarlosHugo Aparicio (Jujuy), Daniel Moyano (La Rioja), Amalia Jamilis (BahíaBlanca), Juan Filloy (Córdoba), David Aracena (Chubut), Elvira Orphée(Tucumán),CarlosRobertoMorán (SantaFe), Angélica Gorodischer(Rosa-rio), Juan José Manauta(Entre Ríos), Olga Zamboni (Misiones), AsencioAbeijón (SantaCmz),AnaFreidenbergde Villalba (Mendoza),Miguel AngelMolfino (Chaco),OrlandovanBredam (Formosa),ClementinaRosa Quenel(Santiagodel Estero),JoséGabrielCeballos(Corrientes),Gabriel Báñez(LaPlata).

e) En La Venusde Papel, antologíadel cuentoerótico argentinoque sevienereeditandodesde1993,estánmuchosde los ya nombradosjunto a Leo-poldo Torre Nilsson, Julio Cortázar,Tununa Mercado, Pedro Orgambide,Noemí Ulla, Marta Nos,Elvio E. Gandolfo,SusanaSilvestre,Dalmiro Sáenz,Luisa Valenzuela,David Viñas y BeatrizGuido.

d) En PadreRío, una antologíade textos sobreel río Paranáen tono decostumbrismopuro a lo largo de cinco siglos desdela Conquista(EdicionesDesdela Gente,BuenosAires, 1997),junto a clásicoscomo Ulrico Schmidel(1510-1581),Ruy Díaz de Guzmán(1558-1629),Manuel José de Lavardén(1754-1809),MarcosSastre(1809-1887),Horacio Quiroga(1878-1937),Ger-mánDrás(1890-1950),AgustínZapataGollán(1895-1986),Luis GudiñoKra-mer (1898-1973),Diego R. Oxley (1901-1995),Velmiro Ayala Gauna(1905-1967)y Alfredo Varela(1914-?),incluí a: HaroldoConti (1925-1977?),HugoMandón(1929-1981),EdgardoPesante(1932-1988)y aEduardoGudiñoKief-fer, JuanJoséSaer,JorgeVázquezRossi,MartaRodil, PatriciaSeverín,Patri-cio Próny los yamencionadosMorán, Gandolfo,Molfino y vanBredam.

e) Y si hoyse tuvieraquehacerunaantologíade unanuevageneracióndeescritores(los nacidosen los‘60 y los ‘70), habríaquetenerencuentaamuchí-símosnombresquetodavíano alcanzandifusión perosindudala tendrán.Pien-so, por ejemplo,en Martín Rejtman,EstebanBuch, María Marta Malusardi,Javier Avila, Laura Szperling, Belén Wedeltoft, Horacio de las Carrerasymuchosmás.No es casualidadqueno todosson porteños.Másde lamitad delos nombradosen cadaantologíason del interior de! paísy entrelos másjóve-nes muchosson gentede entre30 y 50 años,algunosde los cualessufrieronañosde cárcelo vivieronexiliosdurantela últimadictadura.Peroen estosañoscrearonmundospropios y originalesque superanholgadamentela circunstan-cíadela represión.Ningunohizo dela torturay el horrorpadecidossuobracre-ativa, y al contrario, varios de ellos practicanun saludablecostumbrismode

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nuevocuño,en fin, formasmodernasdeaquellasexpresionesclásicas,y todoscultivanvariantesde lo fantásticoy lo experimental.En ellosse sienteesararavirtud señaladapor Julio Torri del «horror por las explicacionesy amplifica-ciones»,y en muchasde sustramasesposibleadvertir sutilmente—la fraseesde Lugones,dice Borges—«el miedode lo demasiadotarde».

Hay por lo menosun parde generacionesde extraordinarioscuentistasenla Argentina.Ademásde los quevengonombrandopiensotambién,y por lomenos, en EduardoBelgrano Rawson,Ricardo Piglia, Ana María Shúa,RobertoFontanarrosa,Mabel Pagano,FemandoLópez, Sylvia Iparraguirre,Cristina Civale, LauraFaya,SoniaCatela,HebeUhart, RaúlBrasca,MatildeSánchez,PedroLipcovich, ElsaOsorio, Diego Angelino y ClaraObligado.

Pensarlanarrativaargentinadeestefin de siglo obliga apensarenun paísgrandey complejoque seextiende,tambiénen su literatura,más allá de loslímites de la ciudadde BuenosAires. La diversidadde cuentistasquehayhoyen estepaís que ha recuperadoel uso de la palabra,es extraordinaria.Y encadaunade susregiones(los dos Nortes, el Centyo,el Litoral, los Andes,laPampay la Patagonia)es muchoy muy rico lo que se produjo en la últimadécada.Sin embargo,cuandoen el mundoseconsiderala literaturaargentina,pareceinevitableque se acotenlas expresionesa las quefueron paridasen -

y/o seocupansólo de- la ciudadde BuenosAires. Se piensaenBorgesy Cor-tázar, Sábatoo Bioy Casares.En un plano más sofisticado,en RobertoAnt,MacedonioFernández,Silvina Ocampo.No todosreparanen MarcoDenevi,que en mi opinión es nuestromás grandecuentistavivo junto con IsidoroBlaisten,AngélicaGorodischery AbelardoCastillo. La de sus textos es unaArgentinainequívoca,sin dudas,perono es la única.Poresomismo me inte-resarecuperarel criollismo quellamo de nuevocuño y cuyosmáximosrepre-sentantessonhoy, paramí, losmencionadosCeballos,Aparicio, Fontanarrosay van Bredam,y tambiénel patagónicoAquilino Elpidio Isla y el santiagueñoJulio Carreras.Todosellos se inscribenen la mejor tradición del costumbris-mo argentino:el de Juan Carlos Dávalos, Velmiro Ayala Gauna, AsencioAbeijón y MoisésOlombovsky.

Por haberdirigido la únicarevistadedicadaexclusivamentealcuentoquehubo en la Argentina,heseguidomuy de cercael desarrollodel géneroenlosañosquelleva lademocraciay puedoasegurarquehe podidoobservarmuchocuentocriollistamásalláde la mediania,la repeticióny el cliché. Juntocon latambiéndestacablepresenciade mujeresenlacuentística(hoy haymuchomáscuentoescrito por mujeresque nuncaantes,y sucalidady profundidadsonriquísimasy por esomismoconstituyenel fenómenomásdestacabledela lite-ratura argentinade estefin de siglo), me pareceque el criollismo de nuevocuño es la marcamásfuertequetenemos.

Hay dos cuentosquehe leído en estosañosquelo ejemplifican: unoes elquedatitulo al volumendeCarlosRobertoMorán: «Noticiasde SergioOber-ti», un cuentoadmirable.Medianteel sutil recursode laalusión,y atravésde

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un discursorayanoen lo absurdo,el cuentose constituyeen un obsesivoaco-pio denoticias falsase informacioneserróneasacercade un personajedesa-parecidoenunaciudadde provincia.Tocanuestrorecientedramanacionaldemanerainteligente, con delicadezaextrema,para convenirseen uno de losmejorescuentossobreel temadelosdesaparecidosquesehayaescrito.Somosy no somos:el temadel doble, en unarecreaciónllena de talento,de poesía,de imaginación,en la tradiciónde los mejorescuentosargentinos.En el casode Miguel AngelMolfino, cuandoleí por primeravez «Lamuerteviajaen unaOlivetti» sentíque estabaanteuno de los mejorescuentosquejamásse hanescrito. Unajoya literaria, un cuentocostumbristamoderno,casiperfecto,queno dudohubieranadoradoCortázary Rulfo. Es la historiade un personajelite-rario que,comoun actorde cine,ya ha «trabajado»en cuentosde Fitzgerald,Hemingwayy otros grandesescritores,y que ahora, viejo y decadente,seencuentraen unaciudadde provincia, en el norteargentino,convocadopor elautory presientequeesteautorlo va amatar.Se tratadeun cuentoantológi-co, memorable,que combinarealidady fantasía,clima y firmeza, para unamaravillosacomposicióndel criollismo contemporáneomásrevolucionario.

Loscuentosdeestosautoressonperfectamenteclasificablesdentrode estecriollismo de nuevo cuño.Porqueestándentro del «ampliocampo temáticoubicadoen la confrontaciónhombre-naturaleza»,comodefiníaVeiravé,peroa la vezque seocupandel entornoy del paisajede esaotra Argentinaque noes BuenosAires ellos incorporan,describeny destacansusgeografíaslitera-rias con bien digeridaslecturas,imaginación,audaciay experimentalismo.

El buen cuento del que hablamos

Claroqueno escuestiónde hablaraquíde losméritosdetodobuencuen-to, peroparareferimoscon algunaexactitudal géneroquenosocupadigamospor lo menosquehablamosdel cuentoque destacapor subrevedady conci-sión, quees lo mismo quedecirsu precisión.No exactamenteel cuentobrevequeel MaestroValadésdefiníacomo cuentocorto, minificción, microcuentoo microficción. Sino másbien el cuentoqueindependientementede la canti-dadde cuartillastienelo queJuanArmandoEpple distinguecomo las«cuatrocondicionesbásicas»de todobuen cuento:brevedad;singularidadtemática;tensión;intensidad.Y desdeluego,un claro«estatutoficticio».

Desdeluegoquetodasestascaracterísticassonaplicablesa todoslos bue-nos cuentosdel mundo.Epple sostienequefue en la EdadMedia cuandoseempezaron«adiscernir,en las expresionesnarrativas,formasdiferencialesdeficción breve,especialmenteen la literaturadidáctica.Ademásde las expre-sionesde la tradiciónoral y popularcomo las leyendas,los mitos, las adivi-nanzas,el casoo la fábula,en queinteresamásel asuntoquesuformalizaciónliteraria, surgenmodosde discursoque searticulanenestatutosgenéricosyadecantadosen la tradición cultural, como el ejemplo,la alegoría,el apólogoo

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la parábola».La tradiciónclásicaqueseocupadereelaborarmitos,historiasyleyendas,y la predilecciónpor la fábulacomo modalidadnarrativatambiénnos viene del Medioevo. Pero según los autorizadosestudiosde EnriqueAndersonImbert el origen del cuentoen susformasbreveses muy anterior:puedeincluso«rastrearseen los inicios de la literatura,haceya4.000 años(entextossumeriosy egipcios),comorelatosintercaladosy queluego sevanper-filando en la literaturagriega(Herodoto,Luciano), como digresionesimagi-nariascon unaunidad de sentidorelativamenteautónoma».Muchos autorescoincidenen que el cuentoes el géneroliterariomásantiguodel mundo, aun-que para algunos su consolidaciónliteraria se alcanzótardíamente.Así losugirióJuan Valeraen el siglo pasado:«Habiendosido todocuentoel empe-zarlas literaturas,y empezandoel ingenio por componercuentos,bien puedeafirmarsequeel cuentoes el último géneroliterario quevino a eseribirse».

Otro español,el crítico Arturo Molina García, ha dicho con razón que«antesdel sigloXIX el cuentosemanejabasinplenaconscienciadesuimpor-tanciacomo géneroliterario con personalidadpropia.Eraun ‘géneromenordel queno se sospechabanlas posibilidadesde belleza,emocióny humanidadque podía contenersu brevedad.Hubo buenoscuentistas,individualmenteconsiderados,con sellopersonal,perofueron muy pocos, fueron casosaisla-dosquesorprendíancomodestellos.Lo queno había,desdeluego,era unatra-dición cuentista,cuajada,en ebullición permanente,como la quecomienzaaexistir a partirdel siglo XIX».

En efecto,la tradicióndelcuentomodernosedesarrollóenel XIX, y aellocontribuyeronlas infinitaspublicacionesqueabríansuspáginasal cuentomáso menosbreve. Esto fue muy notorio en nuestraAmérica y hoy podemosexplicaresefenómenorecordandoquese debióa las limitacionesde la indus-tria editorial.El pocoespaciodisponibleen lospocosmediosobviamenteerafavorableal cuento,o al folletín por entregas.Acasoahíestéel antecesordela telenovelaactual.Comofuere,en mi opinión, esomismo fuelo que forta-lecióal géneroen las Américas.Porquepublicarnovelasimponíala necesidadde una capacidadindustrial (papelera,impresoray encuadernadora)que noteníamos,y requeríade circuitosde distribuciónen libreríasqueen Américaeran y siguensiendotan ineficientes.Poresolas revistasfueron —y son toda-vía— no sólo pionerassino tambiénel mejorvinculo entreautoresy público. Yeso dio lugar al florecimiento del cuentolatinoamericanoy a su formidablevigencia.Y es quetodoescritores,en esencia,libresco(creoquela sugeren-cia es de Alfonso Reyes)en el sentidode que siempreandamosbuscandoideasy asociacionesen los autoresy sobretodoenlos libros queamamos.

Decíaluan Rulfo que «todoescritores un mentiroso;la literaturaesmen-tira, perode esamentirasaleunarecreaciónde la realidad;recrearla realidades,pues,uno de losprincipios fundamentalesdela creación».Evocoahorasuenseñanzaporquepocosautoresde la literaturauniversalfueron tan conscien-tes de la importanciadel imaginariocomo él, y poquisimoslo manejaroncontantaintuición y sabiduríaal serviciodeun criollismo de nuevocuño.Porcier-

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to, si la alusióny la sutilezason algunosde los méritos de todo buencuentocriollista moderno,me pareceimportanteevocara Rulfo y algunosotros comoél (Miguel Angel Asturias,Alejo Carpentier,ElenaGarro,RosarioCastellanos,JuanCarlosDávalos,porejemplo)sobretodo enestostiemposen quevivimossaturadosde obviedades,lugarescomunes,falsificacióne irracionalidad.

Estoes lo quehacequeresultecadavez másvalioso el empeñode algu-nosautorespor no explicarlotodo, perosin por ello extraviarseen el mar delcripticismo y lo abstrnso.Paraestohay quetenerun innato sentidode la elu-sión,quees a la vez la mejormanera—literaria— de darlebrillo a la alusión.Ymaneracreadora—dicho seaparacompletarel juegode palabras—de la ilusiónquetodobuencuentoquieregenerardurantelos minutosquedurasu lectura.La verdaderaeficaciade la alusiónliteraria esla quesedesvinculadel propó-sito del autor.La literaturamásrealista(enel sentidode aludir a-lo-que-pasa)es la queno sepropusoserio.Y si ya sabemosquetoda literaturaque seobli-ga a imponerdiscursos,los mata,también sabemosque toda literaturaquecarecede discurso,como la queno tiene hechos,se esfuma.La buenalitera-tura es la queno dependede la voluntadde losescritores,sino la queprovie-ne simplementede suspasiones.Y es que a la realidadsólo se la sueña,ima-gina o alude,comoaconsejaAugustoRoaBastos.

Otro aspectoimportantísimoparasubrayares la variedadtemáticay esti-lística. Siempreespreferiblequeautoresy librosofrezcandiversidadde casos,motivos, opiniones,sugerencias,posicionesestéticasy puntos de vista. Almenos yo los prefieropor sobrelos queme ofrecenvirtuosismosreiterados,recursosy variacionesrepetidosy hastatemáticastrajinadas,a veces,hastaelhartazgo.Piensoqueuno siempretieneque procurarserla clasede escritorqueno serepitey que-másalláde sustemas-no caesiempreen la mismafór-muía ni se reiteraen la utilización de unospocosrecursosmás o menosbri-llantes.Yo admiromás,y aspiroa ser,esaclasede escritorquesiemprebuscaandarpor caminosdifíciles, nomásporqueleapasionabuscary porquetieneadentro,parafraseandoa Miguel Hernández,un rayo queno cesa.

Ha dejadoescritoBorges que la más indiscutiblevirtud de la cuentísticade Kafkaes la invencióndesituacionesintolerables.PoresoKafkaesun gran-de.un precursor,y estápresenteen toda fantasíaliterariaquedosificala ima-ginacióny laproveeenmedidasexactasy precisas,sinsobrecargasni faltan-tes. La sabiduríade todo buen cuentistatambiénconsisteen saberque losmejorescuentosde la literaturauniversaldependen,en última instancia,de latemperaturaemocionalque seacapazde transmitir lo narrado.Poresoen mxrevistaPuro Cuentosiempreprocuréincluir cuentosquemostraranlos dife-rentespaisajeslatinoamericanos(urbanoy rural), y tambiénnos ocupamosdecuentosquemostrabanlas múltiples facetasdel amor; el erotismo y la ternu-ra; el encuentroy el desencuentrode los sereshumanos;la fantasíay la des-mesura;el rigor de la realidady susatirización;las diferenteslenguasquesehablanennuestraAmérica; lo brevey lo extenso;lo clásicoy lo moderno;loprevisibley lo inesperado;lo experimentaly lo conocidoe infinitos etcéteras.

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Todo buen cuento—lo sabemos—debenecesariamentetocaralgunafibraíntima en el lector.Por esoun buencuentocriollistano es el quesurgede laspurasganasdel autor,ni el que provienede un intentocatártico,ni el queseproponeexistir para un público determinado.Un buencuentocriollista es elquenacetambiénde la inevitabilidadde suexistencia:se lo escribeporquenose puededejar de escribirlo. Es como si el cuentoviniera empujandodesdeadentrodel autor, abriéndosepasoa pesarde todaslas resistenciashastaquede algunamaneraexplotaen laspáginasquelo contienen.Y mejor queexplo-te así,paraqueno le explotea uno adentro,comodiría Rulfo.

El destinode un cuento,comosi fueraunaflecha,es producirun impactoen el lector. Cuantomáscercadel corazóndel lector se clave,mejor seráesecuento.Paralograr tal efecto,el texto debesersensible:debetenerla capaci-daddemostrarun inundo,de serun espejoen e! queel lectorveay se vea. (¡Yel criollista lo hace~).Estoeslo que sellama identificacióny esole crearáunaempatía,una solidaridadcon lo contado,que hará que el cuentose le tomeinolvidable. Estaidentificación sólo se lograpor mediode la sensibilidaddellector, tocadapor el texto. Es lo quepodríamosllamarel almadel cuento,quees un almaviva, queemitesonidos,titila, respira.Esarespiración,en losgran-descuentos,seráeterna,y esecuentoseráclásicosólo en la medidaen quelasdiferentesgeneracionesy culturaslo acepten,reinventeny repitan.Es por esoque «Ligeia»,«El almohadóndeplumas»,«El Aleph», «Casatomada»o «Esquesomosmuy pobres»,por ejemplo,son y seráncuentoseternos.

Se sabe:hay sensibilidadesmuy sofisticadasy las hay vulgares.En nues-tro tiempoes indudable—y desdichado—que la sensibilidadse ha vueltocha-bacanay grosera,peroigualmentetodoautordebecrearsu cuentoteniendoencuentaa un lectorideal.Debe saberquealguien,en algún lugar, va a leeresecuento.Debequererqueasísea.Escomotirar unabotellaal marconun men-sajeadentro;hay quehacerlocon absolutafe enquealguienlo recibirá.Y esetenerpresenteal otro es lo que impediráqueel cuentoseaunaclave autorre-ferencia!, onanista,de un intimismo abstrnsoy/o de un cripticismo inexpug-nable.Estohace,claro,a la cordialidaddetodocuento:es un diálogo,unacon-versaciónamableen la queuno monologay el otro escuchay respondecon suatencióninclaudicable,con suentregaa la seduccióndel narrador.Estoes loque se llama tenerpresenteal lector y no equivale a hacerleconcesionesniguiños,ni fuerzaa darleexplicacionesinútiles.

No quiero dejar de referirme también a lo que en retóricay poéticasellama con el vocabloalemánWeltanschaaung.Es decir, lavisión de mundo,o la concepcióndel mundoy el universoque todo autortiene, lo sepao no.De hecho,todo cuentocontieneunaconcepcióndel mundo,unaideadel uni-verso. Y estoes así sencillamenteporquetodocuentista,todoescritor, tienesiempreunaposiciónantela vida y su obraexpresasumaneradepensar.Esaconcepciónestá contenidainevitablemente—y muchasvecesinmejorable-mente— en todo lo que escribenlos criollistas, costumbristas,localistas oregionalistas.

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Ahí estátambién la diferencia que haceatinadamenteAlberto Paredesentrehistoria y trama. La primera es aquello que se cuenta,el conjunto deacontecimientosvinculadosy comunicadosa lo largo del cuento, lo que haocurridoefectivamentedentrodel mundoficcional, la seriede hechosorgani-zadoscasualo cronológicamentey quetienensu propio ordentextual,porquecomobien señalaTodorov«en un relatola sucesiónde lasaccionesno esarbi-traria sino que obedecea una ciertalógica».En cambio la tramase refiere almodocomosedescribelo quesucede,lo queproponela historia.Paredesdiceque,por lo tanto,«hay unacomplejainteracciónde cuatroórdenesen el rela-to: la historia y su organización;la tramay la suya».Bueno,la lógica de pro-cedimientodel criollismo es exactamenteésa.Paralos cuentoscriollistas laanécdotasiguesiendo,de hecho,lo quemásimporta.Así ha sido y probable-menteseguirásiendo.Por eso maestroscomo Chejov, Poey Quiroga-entreotros-hanrecomendadono introducir jamásnadaquedistraigael electofinal.Estoes lo quedaunidadal cuento,y por esoel granescritordominicanoJuanBosch(uno delosmaestrosdel criollismocaribeño)ha sentenciadoqueno sonsiquieraadmisiblestodasaquellaspalabrasqueno seanesencialesal fin queseproponeel autor,porquele restanfuerzadinámicaal cuento.

En fin, ignoro si tengocompletarazónen lo quehe venidoafirmandoenestameditación.Pero tengoparamí —como certezaindiscutible—queel cuen-to másvigorosoquese escribeen la Argentinadel fin de milenio, y creoqueen todanuestraAmérica,es un cuentode vanguardiaqueen sus afanesexpe-rimentales,en susestructurassiemprerenovadas,en suspasionesy su imagi-nario al serviciodel paisajey el color local,y aludiendosiemprea los mismosviejos temas nacionales,revisita constantementeel criollismo. Poco y malvaloradopor el canon y la dictaduraacadémicaargentinay particularmenteporteña,estenuevocriollismo —en sus mejoresexpresiones—resistey crece,sedifundey se leeen todoel país,y experimentaformasvanguardistasquesi semontansobrelo tradicionales parareinventarlo.Y esareinvenciónes lo revo-lucionariode estecnolhsmodenuevocuño.

Pasode la Patria-Gettysburg,mayo-octubrede 1998.

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