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  • 8/15/2019 Suplemento Literario N°974

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    suplemento cultural tres mil · di ario colatino · noviembre 1 de 2008

    Sábado 1 de noviembre de 2008 l No3902 del añoXVII segundo centenario l www.diariocolatino.comDIARIO CO LATINO, MÁS DE UN SIGLO DE CREDIBILIDAD

    Nº 974

    EL TEMPLO DE LOS LIBROS

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    suplemento cultural tres mil · di ario colatino · noviembre 1 de 2008

    Nuestra destacada poeta y actriz AídaPárraga, (El Salvador, 1966) me ha traídogenerosamente el envío que la también pro-minente poeta, ensayista y docente, MaríaAntonieta Flores (Venezuela, 1960) meenviara cuando Aída participó allá en elFestival de poesía de Caracas durante el mesde mayo de 2008. Ese envío es el libro:Índigo, editado por la Fundación para lacultura urbana, caracas, 2001, pero ademáscuenta con otros títulos en su haber:El señorde la muralla, 1991;Canto de Cacería, 1995;Presente que no en ausencias, 1995;Ladeshojada luz de la tarde, 1999; y el ensayo:Sophya y Mitos de la pasión amorosa, 1997.Además es promotora cultural.

    En el veredicto dado por Federico Pacanis,Karl Crispín y Rafael Arráiz Lucca, se diceque en este libro hay «una nueva entregade una voz poética que viene expresándosecon vigor y resistencia desde hace más deuna década.Índigo puede considerarseexpresión acabada de un proyecto estético

    que se conforma en la búsqueda de laclaridad ontológica, que no elude los labe-rintos de la psicología profunda, y que sedetiene con pertinencia en la sustancia demitologías de carácter universal.

    María Antonieta ha estructurado este libroÍndigo en tres partes:Conocida, extranjera

    y desconocida . Índigo no es aquí sinónimode la «Nueva era», expresión acuñada por Nancy Ann Tappe. Tampoco creo que lohaya usado como característica para definir a las personas físicamente hablando.Índigo, pues, de entrada me intriga porque a travésde un concepto se engloba toda una poéticaque tropieza con los pies en el granito y una«sequía en el asfalto de los ojos». Poesíaontológica.

    Por alguna extraña razón, en algún sitio, la poeta tiene sueños recurrentes, el estar aquíentre todos y tantos, perdiendo en el ir yvenir, gastando sus zapatos en el aguacero, porque «en el sordo respirar de la intemperie,los vértigos arrecian y/ una boca siente ellento separarse de los labios, el intenso/contracto de la carne.»…A ratos la poesíade María Antonieta desequilibra sobre todocuando interroga o habla al sordo: ¿Vivimosen una sociedad de sordos, frente al clamor,a los anhelos? «pero quién te dijo que habíasonidos?» Vivimos en un mundo vedado, pese a la «fugacidad de la noche» o alobligado estertor de la sangre, llevando«pétalos secos».

    De repente hace un quiebre y nos hablade «los cuerpos que se abrazan en los bes os», «de cer rar los ojos par a norecordar…cerrase para no ver», pues esmejor así a «respirar una mínima seguridadde nada». Ese índigo no sólo custodia periódicos y revistas, sino al silencio quees constante en las paredes. Entiendo queMaría Antonieta, ha querido a través de estecolor: Índigo [colorante natural que seobtiene por síntesis orgánica; es un polvomuy fino, de color azul morado insoluble enagua y alcohol] mostrarnos las densassutilezas de la vida, esa paz que no tenemos

    de manera permanente porque constituyeuna conquista diaria del ser humano. Por alguna razón nos transporta a la imagen delas rejas. Imagen terrible que supone la ani-quilación del ser humano. Y claro, no sóloson rejas los barrotes que mantienen en prisión, las ciudades, los poblados, pese ala globalización, siguen siendo proclives alabandono, a la destrucción, al aniquilamien-to. El silencio mismo cuando nos arrebata la palabra es prisión, andar en sigilo, contritosde dolor es también prisión del alma. De ahíque la poeta también se adentre en el intenso padecer del olvido sosteniendo el madero.Es decir, esa cruz que es padecimiento aun-que a él converjan ángeles y escuchen lavigilia.

    A menudo estamos llenos de soledades yobligados a callar. Luego las mudanzas sehacen costumbres. En la vida del ser huma-no no vale ni debe tener cabida la lástima, pues ésta —dice la poeta— «es un dolor recién parido». Ante esta atmósfera de pérdida toca la búsqueda, pero la respiraciónes insuficiente para navegar sobre las aguaso encontrar la llave que nos abra la esperan-za. Se gira en el mismo sitio y todos lossitios, al parecer, tienen esos declives deentuertos arcaicos.

    En la segunda parte del libro: Extranjera,la poeta de inmediato nos ubica en suámbito: del silencio, del estar obligada acallar. «El cuerpo —dice— va como si no

    yendo/ la boca no puede nombrar.» Y estoresulta terrible porque «un llanto se atesoraen las gargantas», en los cuerpos «bullesangre» y también un «clamor de alas» quehaga salir o traspase otros ojos sin dete-nerse. Por fin, «la boca se abre/ se abre/…/una gota se destila hacia el recuerdo/ tiemblael esternón/…/ índigo regresando»…

    Los recuerdos son crueles generalmente,no dejan que el olvido haga lo suyo. De ahíque la poeta vuelva reiteradamente al fríodel desamparo. Y ello porque estamossumergidos «en [una] tierra llena de piedrasy frío, entretejidos por el humo perturbador

    de las hogueras, de la ciudades amuralladascomo la tierra sitiada en la piel de loscipreses, en los nichos cuya compañía eshabitual.

    Esta segunda parte me deja con esca-lofríos. Es poesía cifrada, transida de lluviay abandono. Extraviada. Aquí pasa, comoen palabras de Juan Gelman que uno se juegala vida. Condenados al extravío uno buscaincesantemente la libertad. La autora nosadvierte, que es una «larga caminata», hayabandono y desolación, los rostros se pierden entre otros rostros, la oscuridadacecha en medio de la calle, los ojos buscan puertas, ventanas… de nuevo hasta la lluvianos parece una extraña mano en los hom- bros. En el penúltimo poema de esta segun-da parte, María Antonieta nos dice: «sólome hacía compañía en esta extraña cos-tumbre [la del extravío, por supuesto]…/loscementerios/…de éste/los altos cipreses/…sus formas envolventes/los nichos/…caminaba junto a él y sólo pensaba en ti/

    caminaba por él deseando tu presencia/…íntima/desnuda/…cementerio de SanPedro/…lejos estás/ y tránsfuga/… an-dando en el deseo».

    El libro en cuestión tiene su propia lógicay así, supongo se lo propuso la autora delmismo. Tres instantes de una realidad. Des- pués del extravío pasan muchas cosas: pasar inadvertidos, ignorados, caminar en elanonimato, sin que a uno lo vean otros ros-tros puede ser la boca resignada de la exis-tencia: «Los pájaros se desprenden de los pájaros/…tiemblas bajo los aleteos/ y lamisericordia/…el alba y en silencio»… ¿Quéotras posibilidades tiene el ser humanofrente a un cuerpo denso y oscuro? Segura-mente muchas o ninguna, porque hasta lasonrisa, si que la hay, se torna mueca. Lanoche es un refugio; sus golpes sin dudano lo son.

    De repente uno llega a la conclusión queno es de ningún lugar. El sentido de pertenencia queda a la deriva, ni siquiera la«esperanza tiene las rodillas nítidas» paratransitar por esos vacíos de espeluznantesataduras. «Las luces se van apagando/ por-que no hace falta/… no vayas a creer queeso ha existido». Tan espesa es la desnudezque hasta se niega la existencia y las posibilidades que la luz engendra. Vivimosen un mundo donde la nota común es esasensación de ser desconocidos; desde lasventanas uno lanza susurros, «un quizás,

    un día»… las cosas sean mejores y no nos parezca mentira deambular por las calles,atónitos, descalzos y sin ilusiones…

    Esta tercera parte que apenas he esbo-zado, la del sentirse desconocida, nos con-duce por esos hilos del pecho que a jironeshacen saltar la nostalgia. La claridad esnoche y los sueños un disfraza de los mis-mos. Hay una tentativa por salir de esahabitación del mundo, de esas sombrasvívidas de la experiencia cotidiana; pero losecos sobre la luz no se oyen, cruzan ahí, ycomo un río desalojan al viento. «Un perrote está ladrando/igual que en otra tie-

    rra»…»Miras y Callas», «Pulsos dte rompen», las calles no te sueñasencillamente se es desconocidaglaciales abanicos de la intemperi

    El tiempo transcurre. Parece uagua interminable. Así lo perciben la desnudez de la madrugada, pedazo de piedra de compañía, tradel desorden. ¿Podré —interroga l por este campo de huesos antigalcanzaré nunca la historia de tantes/ ¿Encontraré de nuevo lodel amor? Pero resulta que la fe se parásita y de repente sólo es psilencio y aún éste es huidizo, cuse reciben ausencias y, entre «pmadera y de viento», únicamente dono y ausencias sosteniendo lación.

    Un coterráneo suyo, el poetaGerbasi, nos dice: «pueden ver escubierto de hiedras/ de verde muysolitario/ bajo los astros de los b

    por qué mis ojos pueden detenecaer la nieve durante tanto tiempque arropa todos los muertos/ y locon sus vestiduras./ de diferenteen el hielo.»… [ Hay muchas maneraestar muerto ]. Y más adelante nos dmi padre el inmigrante »]: «Venimonoche y hacia la noche vamos.»…quedan las tumbas al pie de los csolos en la tristeza de lejanas estre por su parte, María Antonietaregresar y no volver, «trazada está hasta donde la mirada alcanza/ erompe la medianoche»…

    ¿Qué clamor nos dejará escapmedianoche? Si la lobreguez peeste nuestro pequeño planisferiotros, seres humanos, no encontra puestas, ni somos respuestas pueno se entiende: una centella fantavence, la calle nos provoca pánicla resequedad de los labios, no ha pedirle agua para refrescar los quien asista en esta sequedad d porque llueve dolor en los lirios Tanta es la degradación que nodónde está el cementerio de la ciuúltimo de las tribulaciones. En las se viven, los muertos nos miransaben nuestro destino, nos suscamino. Entonces «se empieza a l

    María Antonieta ha hecho u

    recorrido a través de este suÍndigversos cifrados: imágenes queexpiran, venidas del miedo sin panalgésicos. Ha sabido encerrar palabra «un puñado de su tierra»vez es la tierra de todos. Si bienuna simbología oscura, al final, «eabre paso/…/desde los corredosangre/…/contra los ojos que te miluna azul «cruzando el recuerdointento de no ser [sólo] recuerdo/ser la larga mirada de un desperta

    Barataria, 06/07.IX.2008.

    María Antonieta Flores y la constancia de sus paredes ANDRÉ CRUCHAGA ANDRÉ CRUCHAGA ANDRÉ CRUCHAGA ANDRÉ CRUCHAGA ANDRÉ CRUCHAGA

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    Lucy Cristina Chau tiene al mundo li-terario de Panamá hablando de ella desdeque se hizo con el prestigioso Premio Ri-cardo Miró en Poesía con su libro «LaCasa Rota», hace apenas dos semanas. Yaen el 2006 había dado una campanada alganar el concurso de poesía joven Gusta-vo Batista Cedeño con el libro «La Vir-gen de la Cueva», un poemario descarna-do que da voz a los perjudicados por elHuracán Mitch, que hace sólo unos añosasoló a una gran parte de la región centro-americana.

    Lucy Chau afirma que se inició en laescritura de poesía a sus 25 años. Tardía-mente quizás. Quizás a tiempo. Lo ciertoes que la poeta panameña aparenta tan solola mitad de los 37 años que dice haber vi-vido, algunos de los cuales los dedicó a lacanción con el grupo Clavo y Canela asícomo a la par del legendario cantautor pa-

    nameño Ignacio «Káncer» Ortega Santizo.También escribe relatos, aunque esta fa-ceta de su vida literaria es menos conoci-da, aunque no por eso menos importante.

    Mostramos ahora a los lectores del Tres Mil unos ladrillos de su casa rota .

    OG

    Premio Ricardo Miró 2008 de poesía en Panamá

    La Casa RotaLUCY CHAULUCY CHAULUCY CHAULUCY CHAULUCY CHAU

    Auto examen

    Hace tiempo calzolas mismas alfombras,digo las mismas angustiasy asumo las mismas reglas.

    Decidí lavar a máquinalas preguntas;

    habría que sacar las manchascon lejía,

    dejarlas al sol, y entonces,de alguna manera, imaginar

    quién era.

    Si no hay otra verdadusaremos la misma.

    En todo caso ya no importasi uno es hombre, mujer,o peón del ajedrez.

    Casa rota

    Sólo escuché silencios repetidos,y un eco imitando mi voz dolida.

    Abrí todas las puertas,desperté las luces,abrigué las sillas desnudas.

    Dejé caer la casa– manos de avena,dulces, tibias, desechas –dejé dormir las floresy no volvieron del sueño,cerré las ventanas,sellé la entrada,doblé la espada.

    Divinamente triste

    ha llovido la tarde,susurro de adioses,miradas vacías.

    Tengo fríode veinte inviernos,hoy se quiebra el saucey estamos secos.

    Mañanala llave me esperapegada a la puerta.

    Iré a su encuentrocon la huella de siempre,el cerrojo domado,la alegría extintay cinco hermanosque van a querer– entre todos –tocar lo que se ha ido.

    Las casas que brillan

    Si quieres vivir en una casadeberás saber que siempre sobran

    cosas,porque a falta de amor está

    el consumo,el confort, la verdad

    y el compromiso.

    Las casas que brillan

    tienen quien bien las ame,aparecen por un «si, te quiero»,sacan su fuerza de los detallesy están siempre amenazadas

    por la envidia.

    Las casas maduras toman tiemposon hijas de las lecciones cruelesestán hechas a punta

    de vergüenzasles sobra la experienciay no extrañan quererse.

    Quien no sabe hacer la camaen cuatro vueltas

    soñar mientras cocinay acudir al sol cuando el resto

    del mundo oscurezcaserá el esclavo de su propia angustiapor no saber la casa y sus traiciones.

    Bruja

    Brujaasí me dicey no sabe que ha olvidadosacudir el besode su espalda.

    Brujaporque miro sus ojosmás allá de la risaque elabora.

    Me quema en la hoguerade sus miedosy yo dejo que me acusede hechicera.

    Maldice mis instintos cavernariosse sacude la luz

    vuelve al refugio de sus sombrashuye dos tiemposmás allá de mis designiosy se entrega al recuerdode su nuevo lecho.

    Estos edificios

    En estos edificios largosdonde también al solse le niega la entrada,

    en estos edificios secoscon olor a jazmínen los que el perro viaja

    en ascensory la doméstica llora en la escalera;

    en estos edificios fríosllenos de dioses y tremendas

    hembras;aquí, junto a nosotros en belleza,también ocurren cosas incorrectas.

    Vi caer en bolsas negraslas miserias,escuché del piso diecisietecinco tiros con tres sorbos

    de vodkay volaron sin fecha mil palomas

    muertas.

    Aquí está prohibido molestarcon lo que digo ser feliz,aquí se cobran multas por soñar,se paga un precio caro por vivir.

    En estos edificios airososcon el odio incrustado en

    las murallasson más las risas que se callan

    que los murmullos de amor delplazo fijo.

    En estos edificios desmembradosde vida individual contemporáneade mínima expresión en el saludo

    de prístina mirada indiferenteen estos edificios de inconscientesaquí se mata a palos la esperanza.

    Camión de Mudanzas

    En el mismo vagóndonde una vez trajimos nuestra

    casahemos de empacar ahorasus escombros.

    Cada mes un año,hicimos colección de aniversarios.Para un día como hoyguardamos los envases,una caja dentro de la otra

    se desenfunda al toquecomo un juego.

    Con el mismo telón de bienvenidaestamos embalando los engañosy en este calendario con

    sus lustrosvamos procurando al vacío

    sus espacios.

    Mil cosas han cambiadodesde entonces;nuestros ojosya olvidaron sus alivios,nuestras voces renegaron

    su destino.

    Cuatro señores esperanen la puerta,preguntan por las cajas, los enseres;piden también saberdónde llevarlos, dónde ubicarlo que resta del inmueble.

    Entonces me reviso el inventario;sé que en alguna esquinase esconden mis quejidos,hay algún armarioque no hemos revisado,tal vez allí se encuentrelo vivido.

    Padre

    ¿Viste, padre?No quisimos vivir en una casa,todos los muchachos que fuistepiden a llantos una madre.

    Ya no me arrepiento del mar,era tu casa y te fuiste,tocaste tierra y ya nuncavolveremos a viajar.

    ¿Te das cuenta, padre?

    Cuando el ancla decide quedarsenecesita un lugar donde soñar.

    Lucy Chau . Foto de Danilo Umaña.

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    El 14 de enero de 1858, Karl Marx le mandóa su amigo Frederich Engels una carta muycorta que ha dado mucho que pensar a los quese dedican al estudio del pensamiento marxis-ta. Esta carta fue escrita durante la preparaciónde la obra maestra de Marx, El Capital. Hayen ella una frase sobre su deseo de escribir — «en dos o tres pliegos de imprenta»— sobreel método dialéctico.

    Lo extraño es que nunca más volvió sobreel tema, dejando únicamente esta corta frasecomo el testimonio de su deseo. ¿Por qué nolo realizó? ¿Por falta de tiempo como algunoslo presuponen o existen otras razones mássubstanciales? Marx mismo ha sugerido la

    primera hipótesis, pues en la carta a Engelsescribe: «Si acaso, tengo un día tiempo paraese tipo de trabajo, me encantaría, en dos otres pliegos de imprenta, volver accesible alos hombres sensatos, el fondo racional delmétodo que Hegel descubrió, pero que almismo tiempo mistificó.»

    Marx señala el tiempo que tal vez tenga

    algún día. Harto se sabe que el tiempo le esca-seaba. Entre sus lecturas intensas y sus inves-tigaciones económicas sufrió de muchas enfer-medades. No es pues tan peregrino pensar queel motivo de que no plasmara su deseo en esosdos o tres pliegos de imprenta, fue la falta detiempo. No obstante eso no explica por quéluego no volvió sobre el tema. Hay otros que

    piensan que simplemente cambió de planes yque de alguna manera su deseo se encuentraaplicado en la exposición de sus escritoseconómicos, principalmente en El Capital.

    En la misma carta del 14 de enero de 1858,Marx nos da otra indicación muy preciosa. Lecuenta a su amigo Engels que «En el métodode elaboración del tema, algo me hizo un granfavor: by mere accident (por mera casualidad),he vuelto ha hojear la Lógica de Hegel.» Eltema es la «teoría de la ganancia», que «heechado al aire tal cual ha existido hasta hoy».Como se ve con claridad absoluta, la palabraclave es la que el mismo ha subrayado:método . Se trata de eso: del fondo racionaldel método que Hegel descubrió y que élmismo mistificó.

    Tenemos pues planteados dos problemas:¿Cuál es el fondo racional del método de He-gel, en qué consiste? ¿Y cómo lo mistificó?Es natural que no me proponga aquí responder a estas dos interrogantes, por razones obviasde espacio y por las evidentes de capacidad.Sabemos que tanto Engels y Lenin se pro-

    pusieron darle plasmación al mismo proyecto

    de exponer el método dialéctico desde el puntode vista materialista. El de Engels quedó in-concluso y su forma fue la aplicación del méto-do a la ciencia de la naturaleza: «Dialécticade la Naturaleza». Lenin dejó sus planessucesivos.

    Al plantear de nuevo estas preguntas, miintención es poner en evidencia que todavíaqueda mucho por aportar sobre el tema. Estose vuelve urgente hoy que el capitalismo encrisis nos invita a encontrar soluciones a losgraves problemas que causa su principiorector: la búsqueda del máximo beneficio . Nohace falta enumerar todos los problemas

    El «fondo racional» del método de HegelCARLOS ABREGOCARLOS ABREGOCARLOS ABREGOCARLOS ABREGOCARLOS ABREGO

    humanos, tanto en los países imperialistas,como en los países periféricos. La crisis actualha puesto a la luz del día el despilfarro capi-talista, tanto en las pérdidas anunciadas, comoen las soluciones propuestas para salir de lacrisis. El sistema ha entrado en una crisisglobal y durable. Esto no significa que elcapitalismo se va a derrumbar de la mismamanera que se derrumbó el «socialismo real»,que fue una mezcla de capitalismo estatal yasistencia social. A esto agreguemos la ausen-cia de reales libertades ciudadanas. Es inútilhoy seguir mintiéndonos: los regímenes fuerondictatoriales, la ausencia de libertades privó aesas sociedades de la preciosa iniciativa desus miembros y frenó la creatividad. Los obje-tivos que se planteaban no eran los de una so-ciedad futura, sino alcanzar al capitalismoimperialista en la producción desenfrenada demercancías. En lugar de buscar el libre desa-rrollo de la personalidades en una sociedaddesalienada, se persiguió igualar al capita-lismo en el consumo. Fue en esta competición

    en donde se anotaron la mayor derrota. Los planes eran impuestos a los trabajadores y noeran el resultado de su participación activa yconsciente. Sabemos muy bien que fue eso loque fracasó en el Este europeo.

    No obstante fue esto lo que tanto se defen-dió. Se defendió en nombre del futuro, sinespíritu crítico, aceptando sin reflexión dog-mas, en lugar de analizar concretamente aque-lla realidad, como la realidad que nos rodeaba.Los pueblos del Este europeo fracasaron. Perolos revolucionarios del Oeste europeo tambiénsufrieron su derrota. Los partidos revoluciona-rios del Oeste fueron incapaces de proponer una real alternativa a la sociedad capitalista,no pudieron entusiasmarla por otro tipo desociedad que suplantara la actual llena detantas miserias humanas. Porque es miserablela condición del que vive sin techo en lasgrandes metrópolis capitalistas, porque esmiserable la vida de los que tienen que esperar el socorro de la caridad para abrigarse en losinviernos y comer en los «Restaurante delCorazón», como muy hipócritamente le lla-man a las «sopas populares» en ciudades deopulencia como París. En estas sociedades detanta riqueza y de tantos avances científicos¿cuántos son los que no pueden ir al médico?¿Cuántos son los que no pueden beneficiarsede los cines, teatros y salas de conciertos?¿Cuántos analfabetos reales hay en estos

    países?Por un lado tenemos plétora de mercancías

    y por el otro abundancia de frustraciones ymarginación social. La crisis actual ha puestoen evidencia el derroche de capitales y lainoperancia de las prioridades del capitalismofinanciero. Pero como decía arriba no hay queesperar que esta crisis actual llevará al de-rrumbe estruendoso del sistema. En estasituación todo es posible, una salida hacia unasociedad mejor, como el empeoramiento delas condiciones de vida de millones de genteen el mundo.

    ¿Pero podemos conformarnos con denunciar el estado del mundo capitalista, sin ofrecer unaalternativa, sin proponer soluciones revolucio-

    narias? El mundo por venir está aquí planteadohoy. Pero para escudriñarlo, para sacarlo a la

    luz necesitamos la clarividencia que puededarnos el método racional que descubrió Hegely que él mismo mistificó. Pero este métodoque revirtió Marx y que puso en práctica ensus estudios de historia y economía, fuetambién mistificado, petrificado por la dogmá-tica estalinista. Es por eso, ahora que vemosque lo que Marx señalaba como desarrollonatural del capitalismo ha entrado una crisissistémica, debemos de nuevo ver como enten-dió y en qué forma plasmó el fondo racionaldel método de Hegel.

    Como lo hemos dicho arriba la explicaciónde la falta de tiempo se queda muy corta, noes suficiente. Lo que nos queda por investigar es en qué forma realizó su idea. Algunos, comohe apuntado, muy juiciosamente señalan laexposición misma de su pensamiento en ElCapital. El hecho de partir de la «célula» mis-ma del capitalismo (la mercancía) hasta llegar,en los tomos que no pudo terminar, a la mun-dialización, pasando por todos los procesosdel sistema, es ya una preciosa indicación queahí se encuentra sin mistificación el métododialéctico. No obstante me parece que debe-mos seguir paso a paso el camino recorrido

    por Marx. En aquellos años Marx escribe yanota muchísimo. Entre los escritos de esaépoca se encuentra un texto que no ha sido,me parece, visto como el primer intentomarxiano de plasmar su idea, me refiero a la«Introducción a la Crítica de la EconomíaPolítica» y el libro «Contribución a la Crítica

    de la Economía Política».Marx le escribe a su amigo el «servicio» quele ha prestado la relectura de la «Lógica» deHegel para elaborar el método para su análisiseconómico. Y es en esos momentos que expre-sa su intención —si algún día tiene tiempo— de escribir de manera accesible unas cuantascuartillas sobre el fondo racional del métodohegeliano.

    No voy a lanzar aquí un nuevo llamado a unretorno a Marx. En muchos lugares ya se estáhaciendo de manera fructífera. Lo que planteoaquí es también la necesidad de volver aHegel, puesto que no existe, por el momento,

    de manera detallada y mejor que en escritos, una exposición de la dialéctica.

    Hace unos días publiqué aquí, en Treun artículo sobre el concepto de democraPartí justamente de la definición abstractvacía que dan los diccionarios, en la queusa los criterios predialécticos de la identidHegel somete a una crítica severa la lógformal y sus principios en su «Ciencia delógica» y también en su «Enciclopedia deciencias filosóficas».

    Hegel opone la concepción dialéctica didentidad a la concepción metafísica abstraque quiere que la identidad sea exterior adiferencia y vice versa. Estos conceptosidentidad y de diferencia son, según«productos de la reflexión exterior y dabstracción». Hegel los considera counilaterales e imperfectos. Al contrario, segla concepción de la dialéctica, la identicontiene la diferencia y la diferencia contia su vez la identidad. Es menester entendeidentidad de manera dialéctica como «

    ferencia idéntica a sí misma» .Hegel llama al principio de identidad (AA) «primera ley del pensamiento». Calide mera tautología su interpretación tradicnal y critica a aquellos que se aferran a «identidad inmóvil e impasible», como a fórmula cierta. Los que afirman que la idtidad y la diferencia son diferentes incluy

    por eso mismo el indicio de la diferencia econcepto de la identidad, puesto que aseveque la identidad difiere de lo diferente.identidad contiene la diferencia pornaturaleza misma y no de manera apareLos adeptos de la fórmula de la identireconocen que ésta contiene apenas una verformal, abstracta, por ende incompleta.deduce, concluye Hegel, que «la verdad secuentra realizada de manera perfecta únmente en la unidad de la identidad y dediversidad y no es otra cosa que esta misunidad».

    La afirmación según la cual la identiabstracta como tal es algo verdadero, la refHegel por la experiencia que nos muestrcontrario, es decir, la identidad unida adiversidad. Para exponer su idea de quidentidad abstracta está desprovista de ctenido y es vacía de sentido, Hegel nosalgunos ejemplos. Cuando a la pregunta ¿es un planta? se asegura «una planta es

    planta» o a la pregunta ¿qué es Dios? profiere «Dios es Dios», estas respueaunque contengan una «verdad absoluta»

    tienen ningún valor y son meras palabrerCuando se define «democracia» como «Preminio del pueblo en el gobierno políticoun Estado», estamos simplemente repitie

    perifrásticamente lo que contiene ya la palagriega. Algunos proponen otras definiciode lo que tiene que ser la democracia, divercriterios que tiene que observar, pero aqu

    procede de la misma manera, puesto que ecriterios se definen de manera abstracta yúnico que podemos decir que las «democracreales» no cumplen esos criterios apriorístiy con ello no hemos avanzado mucho enestudio concreto de la democracia.

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    La elección de presidente en EE.UU.JAVIER CAMPOSJAVIER CAMPOSJAVIER CAMPOSJAVIER CAMPOSJAVIER CAMPOS

    Poeta, narrador, comunista. Acaba de traducir al españolun libro de nuevos poemas del poeta ruso Yevgeny Yevtushenko

    Este 4 de noviembre se elige presidenteen EE.UU. pero no será una eleccióncualquiera sino histórica por varias razones.Es la primera vez que un candidato a la presidencia es mulato aunque en EE.UU. sele llama a Barack Obama «el primer candidatoBlack-American» o de origen negro. La palabra «mulato» si bien existe en el inglésnorteamericano, realmente no se usa en elvocabulario cotidiano. No hay ningún me-dio masivo en este país que haya denomina-do a Obama como «mulato» por ejemplo auncuando lo es pues es hijo de una mujer blanca, Ann Dunham de Kansas, y de un padre emigrante que nació en Kenya, Áfricadel Este.

    Por otro lado, tampoco será una eleccióncualquiera porque una importante mayoríade los norteamericanos está cansado de unaguerra que ha costado 4.188 vidas de solda-dos cuya edad promedio es 25 años, y otrosmiles de heridos (30.757) junto a mutilados(otros tantos miles), aparte de una propor-ción grande de suicidios luego de regresar de Irak. Además hay que agregar una asom- brosa cantidad de millones de dólares men-suales (¡900 billones de dólares hasta lafecha!) que se invierten en una región cadavez más violenta por la persistente presen-cia militar norteamericana en Irak y Afganis-tán (1 millón de iraquíes muertos, y 4.000 enAfganistán). Dinero, argumentan bien los

    demócratas (a la cabeza con Obama), que podría servir mucho más en los propiosEE.UU.

    Con la crisis reciente en Wall Street, elnorteamericano medio, que es el dominanteen la fuerza de trabajo del país, ha sentidoque su vida doméstica está tocando elfondo, temiendo perder lo que siempre seles ha dicho de su propia sociedad: «es el país de las oportunidades donde si trabajasduro, lograrás la comodidad y la estabilidadhasta que te mueras.» Y de hecho, por ejem- plo, son millones de personas donde cercadel 50% de sus ahorros que tenían

    guardados para su jubilación lo han perdido por la crisis de Wall Street.

    Yo vivo en este país por varios años (comomiles de latinoamericanos y millones degentes de todas las partes del mundo quehan emigrado a EE.UU) y pertenezco a loque aquí se llama esa clase media la que noes tan diferente -aunque yo tengo un doc-torado- de un plomero como el famoso «Joeel plomero» del que tanto han hablado losdos candidatos -John McCain y Barack Obama -desde el último debate. Esadistinción de grupos sociales norteameri-canos no es posible aplicarla mecánicamen-te a países del tercer mundo donde allí, elconcepto de clases sociales, o la distinciónentre un plomero y un profesor de universi-dad, es del cielo a la tierra. Incluyendo ade-más, en nuestro tercer mundo, la discrimina-ción con que se le trata a quien es plomeroo albañil, o tenga su puesto de verduras enun mercado cualquiera. O sea que un «Joeel plomero» en EE.UU. sí puede ganar másdinero que un profesor universitario pero ladiferencia social o discriminatoria, por eloficio que se tiene, no es abismante comoocurriría en países de America Latina.

    Hay un respeto por el trabajo del otro,cualquier trabajo que sea (la influencia del puritano emigrante en EE.UU. tiene muchoque ver) y eso se puede experimentar cadadía en este país. Claro, diferente es el trato

    que puedan recibir los indocumentados peroeso no es únicamente una discriminaciónque ocurre en EE.UU. (incluida la discrimi-nación a minorías negras) sino es común en países o de Europa o America Latina mismaen el contexto de globalización y los flujosde inmigrantes a países donde hay trabajos.Incluido Chile a donde hace dos décadasera impensable que llegaran emigrantesindocumentados de evidentes rasgos indí-genas andinos a trabajar y a transitar por donde antes transitaban sólo «los chile-nos».

    Volviendo a las elecciones, hay un senti-

    miento de frustración por la administraciónBush que ha llegado a tocar ese fondo en lareciente crisis financiera. Es decir, la partemás negra del capitalismo: la especulaciónsin control. Algunos análisis apresuradoshan pronosticado el fin del capitalismo, perorealmente no es el fin del capitalismo, o lasociedad de mercado, sino que se ha toma-do conciencia que ésa ha sido la parte deun capitalismo salvaje que es necesariocambiar profundamente.

    El capitalismo ya no puede ser igual conesta crisis, pero eso no significa el fin delcapitalismo en sí mismo. Y no será el fin porque no hay otra alternativa mejor a laeconomía de mercado. Ya hubo oportunidadcon la «sociedad casi utópica», o «el socia-lismo real» de influencia marxista, pero nofuncionó sino que se desplomó por abolir un sistema que ha sido esencial desde loscomienzos de las civilizaciones humanas.Aquel sistema de producción que existía

    cientos de siglos antes de Marx: la iniciativa privada. Pero lo que sí hay consenso es queen estos momentos, con un sistema globaltan estrechamente interconectado, el capi-talismo mundial no puede seguir con unalibertad sin límites de intercambio porquese llegará a una crisis planetaria descomu-nal. Pero que el capitalismo pueda desapare-cer es tan improbable como la desaparicióndel sol que nos alumbra

    Por eso es histórica la elección en EE.UU.ya que al ganar el candidato republicano,John McCain, continuaría una política ennada distinta a la de George W. Bush y síentonces podríamos estar a las puertas deun colapso planetario al persistir en un capi-talismo altamente especulativo, mantener una guerra de 100 años en Irak, fortificar unmuro entre México y EE.UU. para que noentre ni una mosca además de una persecu-ción inimaginable a todo aquel que seaindocumentado en este país.Y a nivel nacio-nal, el empobrecimiento de la clase medianorteamericana según los parámetros, claro,de estilo de vida del Primer Mundo. Y es loque recién decía Obama en los importantesestados de Florida, Ohio y Pennsylvania quedeciden la elección por su gran cantidad devotos electorales en el sistema norteame-ricano de elecciones presidenciales: «Mc-Cain fue el copiloto de un avión que caía alabismo y manejaba Bush y ahora mi opo-nente quiere apretar aún más el acelerador».

    Se piensa con mucho optimismo queObama ganará la presidencia el 4 de no-viembre según las últimas encuestas… peronunca se sabe sin embargo qué podría ocu-rrir el mismo día de la elección. Y de estaelección depende también el curso de lasrelaciones mundiales futuras entre EE.UU ytodos los países del planeta. País tan des- prestigiado a causa de los 8 años del go- bierno de Bush. Por lo menos no estaremosante un conservadurismo extremo en elnuevo gobierno norteamericano si se eligeal mulato Barack Obama.

    L a

    C o a

    t l i c

    u e

    Comprendo el secreto,ocultado:

    ¡O mis señores!Así somos,somos mortales,seres humanos a través

    y a través,todos tendremos que salir,todos tendremos que moriren la tierra...

    Como una pinturanos borrarán.

    Como una flor,nos secaremos para arribaaquí en la tierra.

    El gusto del plumaje delpájaro precioso,ese pájaro precioso con

    el cuello ágil,acabaremos...

    Piense en esto, señoresde o,

    águilas y tigres,aunque usted sea jade de o,aunque usted esté de oro,usted también irá allí,al lugar de la frescura.

    Tendremos que desaparecer,nadie puede permanecer.

    Netzahualcóyotl(1391-1472)

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    Postal a Ramón Oviero, allá en el mas allá…RENÁN ALCIDES ORELLANARENÁN ALCIDES ORELLANARENÁN ALCIDES ORELLANARENÁN ALCIDES ORELLANARENÁN ALCIDES ORELLANA

    EL CIELO DESDE TU PIELKatia Chiari

    Corazones apachurrados cuelgan de los postes.Al jugar ahorcado no faltan letras sino palabras:los labios, los ojos, las manos.

    Abrazo abrasado.

    En un plano que se extiende por encima de esta geografía,llamada cuerpo, perdimos el camino seguro.

    Nos encontramos.Nos encontramos.

    Sin mapas ni memorias.Sin mapas ni memorias.

    Nos encontramos.

    La ausencia se repite y nos repite:la lluvia es un recurso para alcanzarnos.

    Toda yo tendidade emociónyace sobre un charco.

    (Gracia que forma y deforma el hueco del pavimento.)

    Ahora, querido Oviero,estrujemos el poemahasta volvernos polvo.

    29, octubre, 2008. Solo para Ramón, de Katia Chiari.

    Los poetas Ramon Oviero y Katia Chiari, durante una lectura en Panamá.

    Recordado poeta:

    La última vez que nos vimos fue en Pa-namá hace dos años, en octubre de 2006.Fue en el Teatro Nacional, durante la clau-sura del certamen Premio Nacional de Li-teratura Ricardo Miró 2006 , en el cual yohabía participado como Jurado Internacio-nal en la Rama Cuento. A diferencia de laúltima vez, me impresionó tu estado de sa-lud, aunque ya me había sido anticipada lamala noticia por mi compatriota y compa-ñero de afanes, Norman Douglas.

    ¿Recuerdas? Diez años atrás, en febrerode 1996, habíamos compartido ratos deamistad y poesía en horas de tertulias inter-medias durante el IV Congreso Internacio-nal de Literatura Centroamericana, celebra-do aquí en San Salvador. Tú te encontrabas participando en el Congreso, junto a mi

    entrañable hermano y paisano tuyo, el poe-ta Dimas Lidio Pitty, en representación dePanamá. Enorme placer fue para mí, y parami esposa Leticia, que Dimas Lidio y tú nosregalaran un rato de su tiempo para com- partir un fraterno almuerzo en nuestra casa,en la colonia Miramonte. Intercambiamoslibros y compartimos experiencias, en unconvivio ameno.

    ¿De dónde y desde cuando, Ramón, tan-to afecto mutuo expresado en estosreencuentros? Si lo recuerdas bien, por obray gracia de los enterradores de la palabrade mi país, en pleno conflicto armado aquí,la ruta del exilio me llevó hasta Panamá.Panamá de mi destierro, país al que, por eso,he dado en llamar patria alterna del exilio.Un día visité en el diario La Prensa a sudirector, mi especial amigo Carlos Gonzálezde la Lastra, y gracias a él hice una especie

    de pasantía temporal en la redacción, conciertas recomendaciones y limitaciones so- bre qué escribir, por mi condición de ex-tranjero expatriado. Dimas Lidio era el jefede redacción, y tú redactor. Ambos am- pliaban su quehacer noticioso con una acti-vidad extraordinaria en el periodismo cul-tural. La experiencia de ustedes dos, consendos exilios y una afinidad inmediata ve-nida quién sabe de donde, hizo más lleva-

    dero mi destierro; y, sobre todo, generó unaamistad que pese a la distancia ha vivido prolongada en el tiempo.

    Y ahora, la noticia de tu doliente muer-te, el 19 de octubre, justo 10 días antes deque se cumpliera tu llegada a los 70 añosde edad. Una edad suspendida en el tiem-

    po, para recordarla siempre. Duelte, Ramón, pero quedará tu voz «c bor sonando», como diría el poetVelado, para continuar de la manconciencia popular en su lucha toel logro de las reivindicaciones.

    Dimas Lidio Pitty seguirá allá ePotrerillos, «en el bello Panamamores»; yo seguiré aquí, en msombras, con visos de esperanza

    da, mientras el tiempo nos da un cmás para ver redimido el poder d bra, derrotada que haya sido la p poder.

    Hasta pronto, poeta Ramón Odecir Iván Romero. Salud, h(RAO).

    Ramón Oviero(octubre 1938-octubre 2008)alto patriotay poeta panameño,amigo, compañero,hermano…

    El poeta Ovierocon Gabriel García Márquez.

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    DIRECTORIO

    Colaboradores en El SalvadorEdgar Alfarol René Chacónl Norman Duglas B.Néstor Duránl Roberto Derasl Pablo Benítez

    Luis Alvarengal José Antonio DomínguezWalter Molinal Alvaro Darío Laral Tomás Andreu

    Colaboradores en el mundoCarlos Ábrego (Francia)l Luis Manuel Pérez Boitel (Cuba)

    Javier Campos (Estados Unidos)Gabriel Jaime Caro (Colombia)l Victor Rojas (Suecia)

    Las opiniones vertidasen los artículos

    son responsabilidad de sus autores.No nos responsabilizamos por la devolución

    de originales no solicitados,ya sean textos o imágenes

    en cualquier soporte posible.Toda colaboración deberá enviarse

    por correo electrónico a:

    culturatresmil @yahoo.com.mx

    Dirección:

    Suplemento CulturalTres Mil ,DiarioCo Latino

    23a Avenida Sur, # 225,San Salvador,

    El Salvador, C. A.

    Telefax:

    (503) 2271 0822

    Director de Diario Co LatinoFrancisco Elías Valencia

    Coordinador deSuplemento Cultural Tres Mil

    Otoniel [email protected]

    Coordinador de Aula AbiertaVladimir Baiza

    [email protected]

    En un artículo publicado en el diarioespañol El País , el 27 de octubre pasado,Juan Goytisolo comenta lo que él llama el«linchamiento mediático» del escritor MilanKundera por haber supuestamente delatadoa un amigo suyo, Miroslav Dvoracek, a la policía secreta de su país durante el régimencomunista. La pieza acusatoria fue publica-da en la revista checa Respekt a principiosde octubre.

    Dice Goytisolo: «La carta del historiador literario checo Zdenek Pesat, del 15 de octu- bre, (…) pone las cosas en su lugar. Estu-diante de Filosofía y cuadro del partido co-munista en la universidad praguense, Pesatrecibió la visita, dice, de Miroslav Dlak, enla que éste le informó de que su amiga yluego esposa Iva albergaba en su domicilioa un ex compañero de estudios desertor ysupuesto espía y que, a fin de protegerla,había denunciado a Dvoracek a la Stasi».

    Independientemente de que Kundera hayatenido que ver con la delación de Dvoracek

    o no (y, según se ven las cosas, parece ser que no), este caso ilustra de manera escanda-losa un problema público ligado a los entu-siasmos consumistas y a los correspondien-tes mitos del espejismo posmoderno, talescomo el que glorifica «la era de la democra-tización de la información» y los «quinceminutos de fama» a los que todo el mundocree tener derecho.

    El problema, en palabras de Goytisolo, esque «el morbo y sensacionalismo de la no-ticia avasallan en el mundo de hoy al profe-sionalismo de la información», porque «bas-ta que un bloguero de mala uva o el oscurotitular de una página web lancen el infundio para que éste se divulgue en tiempo real por nuestro infeliz planeta».

    Goytisolo define a Kundera como «unescritor molesto tanto para el régimen estali-nista que reinó en Praga de 1948 a 1989como para los sectores nacionalistas y reac-cionarios, más pro-Bush que el propio Az-nar, que marchan viento en popa en la actualRepública Checa.» Kundera se ve, pues,expuesto a «sufrir por ello los ataques ygolpes bajos de una cáfila de enemigos am- parados en el anonimato y la ubicuidad deluniverso virtual en el que actualmente vivi-mos.» Enemigos éstos a los que, «dada suinsignificancia, nadie les pedirá cuentas yalcanzarán al revés con sus patrañas unafama ilusoria y efímera».

    En otras palabras, la impunidad de los

    mediocres, de los calumniadores, de los co- bardes anónimos que proliferan en la Inter-net, le marca el paso y los límites al ejerciciointelectual y al profesionalismo periodístico,

    y lo hace por medio de la calumnia o, paraseguir con Goytisolo, «a partir de documen-tos fácilmente manipulables, de admisionestardías de hechos reales que se remontan ala adolescencia del atacado o de simplescotilleos de aficionados a la chismografía»,convirtiendo a cualquier personaje público«en blanco de todo tipo de acusaciones res- pecto a su vida profesional y privada, sus preferencias sexuales, sus remotas afinida-des políticas (…), y un largo etcétera.»

    En nuestro medio, en el que cualquier ignorante insulta al pie de sus columnas aquien escribe en un diario, debemos pregun-tarnos, ¿es democrático el fomento de la ca-lumnia, el anonimato y la impunidad en per-sonas descalificadas para emitir una opiniónresponsable? No se trata de chillar: «¡Todostenemos derecho a opinar!», sino de enten-der que todo derecho conlleva una obliga-ción, y el derecho a opinar implica responsa- bilizarse intelectual, ética y moralmente por la opinión vertida.

    Es de esto de lo que los mediocres que seesconden tras el cobarde anonimato no soncapaces.

    Impunidad mediáticaImpunidad mediáticaImpunidad mediáticaImpunidad mediáticaImpunidad mediáticaMARIO ROBERTO MORALESMARIO ROBERTO MORALESMARIO ROBERTO MORALESMARIO ROBERTO MORALESMARIO ROBERTO MORALES

    [email protected]

    AniversarioRemembranza delRemembranza delRemembranza delRemembranza delRemembranza del

    Círculo de la Rosa NegraCírculo de la Rosa NegraCírculo de la Rosa NegraCírculo de la Rosa NegraCírculo de la Rosa NegraFundado el 1 de Noviembre de 2003 en la Villa Monserrat, antigua casa de

    habitación de Salvador Salazar Arrué, por ocho de sus trece miembros. Este díase conmemoran dos años de su vida literaria y tres años de su desaparicióndefinitiva, tras la perdida progresiva de uno de sus pilares fundacionales, launidad granítica; fue su padecer una suerte y orden de mundo Cortazariano,cuyo no rompimiento de cronopios, famas y esperanzas conllevó fatídica yagónicamente a la diáspora en el año 2006. Son testaferro de su trabajo algunaspublicaciones a nivel universitario, en periódicos impresos y digitales, y en elboletín de único número «Bajo la Rosa» del 2004; además la participacióncoordinadora y organizativa junto a otros talleres y grupos literarios del primerEncuentro Nacional de Talleres Literarios realizado en Quezaltepeque en el2005. Pero queda ante todo escuela y vida innegable de largo trayecto para cadauno de los que integraron este hermoso proyecto, como perseguidores de lapalabra, de la poesía, de la literatura. A cada uno corresponde el defraudarse opeor aún el defraudar una memoria, un sueño, que perteneció a todos.

    ILICH RAUDAILICH RAUDAILICH RAUDAILICH RAUDAILICH RAUDAQuezaltepeque, 28 de Septiembre de 2008.

    ca r t e l e r a cu lt u r a l

    VIERNES 7 DE NOVIE

    Café Cultural La Lumbre8 de la noche

    «La Silviada» con el grup

    Diario AcontecerSÁBADO 8 DE NOVIE

    Café Cultural La Lumbre8 de la noche

    «Mi Guitarra y Vos» conVicente Alejandro yNatalia Alejandro

    HOY SÁBADO 1 DE NOVIE

    Café Cultural La Lumbre8 de la noche

    Recital y Tertulia«Noche Infernal»

    Recordando alTaller

    LiterarioXibalbá

    Pinturas: Vesna Geraldine

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    Las ventas de libros usados del Centro HistóricoLUIS ARMANDO GONZÁLEZLUIS ARMANDO GONZÁLEZLUIS ARMANDO GONZÁLEZLUIS ARMANDO GONZÁLEZLUIS ARMANDO GONZÁLEZ

    Pensar en el centro histórico de SanSalvador es pensar en el desorden, el ruido,la contaminación y el caos. Hay razones desobra para creer que la ciudad de SanSalvador no tiene nada bueno que ofrecer alos salvadoreños y salvadoreñas. Y, visto enconjunto, así es: la ciudad de San Salvador se encuentra en una situación de deteriorotal que su recuperación –-si alguna vez seconsigue— no se hará sin un enorme esfuer-zo institucional y sin la renuncia a derechosmal entendidos. Pero no todo está perdidoen San Salvador. Más aun, hay rinconessuyos –especialmente en su Centro Histó-rico— que constituyen la excepción aldesorden y el deterioro reinantes y que, por eso mismo, merecen ser rescatados del ano-nimato. Se trata, por ejemplo, de rinconesarquitectónicos que sobreviven al tiempo yal abandono, con una frescura digna de otrotiempo y de otra sociedad. Estos rinconesse encuentran, sólo para mencionar una zonaespecífica, en los alrededores de la Cortede Cuentas de la República.

    Sin embargo, no es de casas antiguas yrelativamente bien conservadas de lo quequeremos tratar aquí, sino de otro rincónurbano en el que florece un tipo particular de cultura: la de la palabra escrita. Se tratade las ventas de libros usados del CentroHistórico, ubicadas en torno al parque SanJosé y, también, de manera más dispersa enotras zonas de la capital. Son sobrevivientes

    de tiempos pasados y difíciles; son sobre-vivientes de un presente no sólo hostil entérminos económicos, sino en términos cul-turales, debido al predominio de un consu-mismo de masas, publicitario y visual, quees reacio a la palabra escrita y a la reflexión.

    Ahí están esas auténticas librerías –-no papelerías—, en pleno corazón de una ciu-dad deteriorada, ofreciendo obras de prime-ra importancia a todos aquellos (y todasaquellas) que buscan dialogar con hombresy mujeres de otras sociedades, épocas ycircunstancias, a través de sus escritos. Lomismo se encuentra un libro dedicado a Las

    antiguas culturas mexicanas (México, FCE,1973), que uno dedicado a Mahoma (Méxi-co, Unión Tipográfica Editorial HispanoMexicana, 1960); igual se encuentra una

    Antología Latina (Madrid, Gredos, s.f.) queConquistar el eco. La paradoja de laconciencia criolla (México, UNAM, 1989);lo mismo una biografía de Emilio Zola(México, Grijalbo, 1958) que una deTchai-kovski (México, Grijalbo, 1960).

    En libros como esos hay cultura de grancalado. Hay, también, múltiples historias,tantas como las manos por las que han pa-sado. Hay seguramente renuncias dolorosas,motivadas por la necesidad de obtener algúndinero a cambio de obras entrañables. Esdecir, cada libro usado es un amasijo deexperiencias, vivencias y quizás tambiénsueños truncados. Tales son los libros queencuentran en esos rincones –-auténticosfocos de irradiación cultural— que son lasventas de libros usados del Centro Histórico.Ahí están, ahora, como hace muchasdécadas atrás, haciendo resistencia a losembates del ruido, la contaminación, lasuciedad y el desorden de todos los días.Haciendo resistencia al abandono delEstado y a la indiferencia de todos los queviven de espaldas –-y aun en contra— de la palabra escrita. Ahí están aguardando a los buscadores de libros de siempre, resguar-dados por quienes van atesorando textosde la más diversa procedencia con paciencia

    y esmero, siempre atentos a las inquietudese intereses de los visitantes regulares yocasionales.

    Estas líneas quieren ser un homenaje, a lavez que un agradecimiento, a quienes sededican a la venta de libros usados. Son,quizás sin saberlo, héroes y heroínas,anónimos y anónimas, de una cultura –-lacultura del libro y de la lectura— que graciasa ellos y ellas se niega a morir en esa ciudadtan deteriorada y maltratada que es SanSalvador. Estas líneas también quierenexpresar un reclamo a las autoridadesculturales del país por no ofrecer a los

    libreros del centro los estímulos y lascondiciones básicas para mejorar la calidadde sus negocios. Que desde el Estado no sehaga nada para proteger una librería y aquienes la visitan de los escupitajos de humolanzados a quemarropa por buses y micro-

    buses dice mucho de las preocuculturales de las autoridades estaotro síntoma de la decadencia cucorroe las entrañas de la socieddoreña.